Aportes Tesis Socio

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

MITAYOS Y YANACONAS

En la producción bibliográfica de Fausto Reinaga, los primeros indicios de


reflexión teórica en torno a los conceptos de nación y nacionalismo se encuentran en
Mitayos y yanaconas (1941), en dicha obra se realiza una breve caracterización del
panorama demográfico boliviano, cuya población mayoritaria estaba conformada por
indios y mineros. En el primer capítulo del texto, Reinaga describe la composición étnica
de Bolivia: indios, mestizos y blancos. Según el autor, Bolivia es un país racialmente
indio, sujeto en el que recae la pobreza y la más cruel explotación. De manera contraria,
la raza blanca habría centralizado el poder político y la riqueza del país.

Para Reinaga, un genuino sentimiento nacionalista debe fundarse en el


conocimiento profundo del lugar de enunciación y en la identificación de metas y
propósitos políticos. De esta manera, la constitución del nacionalismo no se logra
solamente a partir de su dimensión afectiva, se configura también a través de
componentes cognitivos: la comprensión plena de la realidad social boliviana en sus
distintos momentos históricos.

Reinaga concibe a la republica de Bolivia como articulación inconclusa de


elementos supervivientes de los periodos incaico y colonial con los efectos del rapaz y
avasallador capitalismo imperial. Según el diagnóstico del autor, la nación boliviana nunca
logró constituir su propia personalidad histórica, su yo de pueblo. En este contexto, el
Estado boliviano se habría anquilosado en el pasado, con los despojos del ayllu-comunidad
y del latifundio feudal.

Según Reinaga (2014), el Estado incaico tenía una finalidad primordial: satisfacer y
asegurar las necesidades de la población. En este contexto, el interés personal se
subordinaba a los propósitos colectivos. Así, todo afán individual se disolvía en beneficio
de la comunidad. Con otros términos, existía una relación de equivalencia entre la voluntad
general y los intereses particulares. Parafraseando al autor, en la etapa incaica, el Estado
tenía solo un deber esencial que cumplir: satisfacer, en los planos material y espiritual, las
necesidades del pueblo. La conjunción de estas determinaciones históricas, siguiendo la
perspectiva de Reinaga (2014), permitió la consolidación de un idílico régimen político y
social, donde la miseria y la pobreza carecían de facticidad.

Según Reinaga (2014), el ayllu constituía la célula y núcleo esencial del incanato.
Así, en la sociedad incaica, el Estado solo cumplía la función de preservar el orden político
y administrativo; en cambio, las comunidades y ayllus ancestrales se establecieron como
modelo primordial de organización social del régimen del Tahuantinsuyo. Aquí, la única
finalidad del gobierno incaico consistía en preservar las estructuras sociales preexistentes.
En este contexto, la institucionalidad estatal adquirió importancia superflua y un rol
contingente. Parafraseando al autor, el fundamento de la sociedad incásica se estableció en
torno al carácter comunitarista del ayllu, no en la acción impositiva del Estado incaico. Esta
condición de inexorabilidad garantizo la pervivencia de las formaciones comunitarias, que
resistieron al efecto aplacador de diferentes momentos históricos. Como señala Reinaga
(2014), “el ayllu vive en el coloniaje y vive también en la república” (p. 54).

En su intento de pensar el problema de la institucionalidad estatal, Reinaga (2014)


sostiene que el Estado no constituye la realización de una idea moral, tampoco es la
objetivación de la idea absoluta. De esta manera, en Mitayos y yanaconas, el autor
cuestiona la perspectiva del idealismo hegeliano y se inscribe en el materialismo dialectico
de Engels. Así, en esta temprana etapa de su trayectoria intelectual, Reinaga concibe al
Estado como producto último de una sociedad que alcanza un grado determinado de
desarrollo, donde se consolidan profundos e irreconciliables antagonismos sociales.

En Mitayos y yanaconas, Reinaga (2014) afirma que la sociedad colonial se halla


dividida en dos clases antagónicas: la casta explotadora de los españoles y el sojuzgado
conglomerado de: criollos, mestizos, mulatos e indios. En este contexto, siguiendo la
argumentación del autor, el control político del Estado colonial recaía en los invasores
ibéricos. Así, el gobierno español, desde la autoridad real hasta el último funcionario de la
administración hispana, estableció una sociedad estamental y una división de clases
sociales que superó, en nivel de explotación y en grado de barbarie, incluso al medievo
europeo.

Según Reinaga (2014), ante la voraz explotación que impusieron los invasores
españoles, la población india, constituida en clase en sí, se insufló de valor y despertó de su
aparente letargo. De esta manera, el estamento indio logró esculpir la rebeldía de su
trayectoria histórica, que encontró posibilidad de objetivación en el liderazgo de Tomás
Katari, Tupac Amaru, y Tupac Katari. Con otros términos, la población india como clase en
sí logró constituirse en clase para sí solo cuando pudo asumir genuina conciencia
revolucionaria. Parafraseando a Reinaga (2014), la formidable rebelión del pueblo indio
sacudió los cimientos de la sociedad colonial de la época.

Según (Reinaga, 2014c), existes dos tipos de nacionalismo: el opresor y el liberador.


El primero se orienta al sometimiento de la voluntad de otros pueblos; en cambio, el
segundo busca la liberación de la nación subyugada. Parafraseando al autor, desconocer el
sentimiento nacionalista de un pueblo oprimido implica, de modo inevitable, el apoyo al
proyecto político de la nación invasora. En última instancia, solo la objetivación de un
genuino afán nacionalista podría promover, en la sociedad civil, la construcción de una
cultura nacional propia.

Con relación al método de análisis del llamado nacionalismo revolucionario, en la


reflexión sobre la cuestión nacional, Reinaga (2014b) propone aplicar la doctrina marxista.
Así, como se señala en la obra Nacionalismo boliviano: teoría y programa, el autor de
Tesis india tuvo una postura teórica que se inscribe en el nacionalismo y el marxismo.

En Tierra y libertad, Reinaga (2014d) señala que la república boliviana es una


prolongación cronológica del orden colonial, una forma sistemática de profundización del
régimen de esclavitud y explotación del indio. Según Reinaga (2014d), ninguna
problemática económica, social, educativa y cultural puede resolverse sin contemplar las
necesidades de la mayoría nacional. Con otros términos, nada loable puede construirse a
espaldas de la población india.

Para Reinaga (2014d), la liberación del indio, de modo necesario, implica la


consecución de tierra y libertad para la nación oprimida. Respecto al problema agrario,
Reinaga (2014) sostiene que, en el contexto de la reforma agraria de 1953, Bolivia adolecía
de tierra suficiente pero, de modo contrario, contaba con la copiosa fuerza productiva de los
indios. Así, siguiendo al autor, las tierras de gran fertilidad, casi en su generalidad, se
encontraban bajo la tuición de la casta gamonal y terrateniente. De manera contrapuesta, los
territorios de exigua productividad recayeron en comunidades indígenas.

También podría gustarte