Responsabilidad Extracontractual

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 37

RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL

GUILLERMO LAGOS.
CUESTIONES GENERALES SOBRE
RESPONSABILIDAD CIVIL
Dentro del ámbito jurídico podemos afirmar que una persona tiene
responsabilidad cuando está obligada a resarcir, reparar o indemnizar
todo perjuicio causado a otra, sea porque habiendo contratado con él,
incumplió alguna obligación derivada de ese contrato, sea porque
incurrió en una conducta dolosa o culpable que le ha producido un
daño, sea porque incumplió una obligación derivada de la ley o de un
cuasicontrato.
En Chile, no existen las llamadas indemnizaciones punitivas, que se
caracterizan porque exceden del perjuicio efectivo sufrido por la
víctima y que cumplen una función vindicativa y preventiva. Barros
explica que "en algunos Estados de USA la doctrina da lugar a
indemnizaciones punitivas como sanción al demandado 'por su
conducta vergonzosa', pero al mismo tiempo, 'para disuadirlo a él y a
otros como él de tener una conducta semejante en el futuro'"
Responsabilidad Extracontractual.

TIPOS DE RESPONSABILIDAD
La primera distinción que debemos hacer es:
1. Responsabilidad Penal y
2. Responsabilidad Civil, que a su vez se subdivide en
 Responsabilidad Contractual.
 Responsabilidad Extracontractual.
 Responsabilidad Precontractual.
 Responsabilidad Poscontractual

NOCIÓN DE RESPONSABILIDAD CIVIL


En términos generales podemos decir que "una persona es
responsable civilmente siempre que debe reparar un daño".
Cuando una persona ocasiona un daño a otra, surge entre ellas una
obligación, en que la víctima pasa a ser el acreedor y el causante del
daño, el deudor. El artículo 1437 del Código Civil expresa lo que
venimos diciendo al establecer que las obligaciones nacen "a
consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra
persona, como en los delitos y cuasidelitos...".
No existe una definición genérica de “responsabilidad” en el Código
Civil. Para el Diccionario de la Lengua Española, se entiende por tal
“Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona,
a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal”
Responsabilidad Extracontractual.
Para Pablo Rodríguez Grez, “consiste en el deber jurídico de
reparar los daños o perjuicios que se producen con ocasión del
incumplimiento de una obligación”. Agrega este autor que “la
obligación es un ‘deber de conducta tipificado en la ley’. Toda
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
obligación civil, por lo mismo, importa la imposición de una conducta
que el destinatario de la norma debe realizar, así sea positiva (acción)
o negativa (omisión). Si dicha conducta no se despliega, quien la
infringe debe indemnizar los perjuicios que de ello se siguen”.
Para Hugo Rosende Alvarez, la responsabilidad civil es la
obligación que pesa sobre una persona de colocar a quien se ha
causado un daño por la violación de un deber jurídico en la misma
situación en que éste se encontraría con anterioridad a dicho acto.
Lorenzo de la Maza expresa que “La responsabilidad civil es, en
general, la obligación que contrae una persona de indemnizar el daño
causado a otra, como consecuencia del incumplimiento de una
obligación de que ésta es acreedora o que la ha hecho víctima de un
delito o cuasidelito civil”
Responsabilidad Extracontractual.
De las definiciones transcritas, se desprende que, usualmente, la
responsabilidad se originará a consecuencia de la infracción de una
norma, en la medida en que ella ocasione un daño. Sin embargo,
veremos que en algunos casos excepcionales, la ley sólo exige el
segundo de estos requisitos. Se trata de los casos de responsabilidad
objetiva o sin culpa.
En el caso que el daño provenga de no haberse cumplido una
obligación contractual o de haberse cumplido imperfecta o
tardíamente, estamos frente a la responsabilidad contractual que se
manifiesta en la obligación de indemnizar perjuicios (art. 1556).
Nótese que no basta con que las personas se encuentren ligadas por
un contrato para estimar que la responsabilidad es contractual
porque, como dice Ducci Claro, "aunque dos personas se encuentren
ligadas por un contrato, si el daño que una causa a la otra no
proviene de la violación de una obligación contractual, estaremos en
presencia de una responsabilidad extracontractual y no de
responsabilidad contractual“. Ejemplo DICOM.

La diferencia entre la responsabilidad civil contractual y


extracontractual es clara: en la primera se ha incumplido, dolosa o
culpablemente, una obligación derivada de un contrato. Si ese
incumplimiento causa perjuicios, éstos deben ser indemnizados.
En la responsabilidad extracontractual, en cambio, el daño proviene
de la comisión de un delito o cuasidelito civil, esto es, de un
hecho ilícito cometido con intención de dañar que causa daño
(delito civil, art. 2284 inc. 3º del Código Civil) o de un hecho ilícito
culpable, cometido sin intención de dañar, que causa daño
(cuasidelito civil, art. 2284 inc. 4o). El artículo 2314 del Código Civil
expresa que "El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha
inferido daño a otro es obligado a la indemnización, sin perjuicio de la
pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito". La misma
idea está reiterada en el artículo 2329 primera parte: "Por regla
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de
otra persona, debe ser reparado por ésta...". Fallos Corte Suprema.

DIFERENCIAS ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL


Y EXTRACONTRACUAL
La diferencia conceptual entre ambas clases de responsabilidad
conduce a varias otras, a saber:
1. En materia de capacidad. La responsabilidad contractual
supone en las partes capacidad para contratar, esto es, en
términos generales, 18 años de edad (art. 26). En la
extracontractual, la plena capacidad se adquiere a los 16 años,
pero el mayor de 7 años y menor de 16 puede ser capaz si el
tribunal determina que obró con discernimiento (art. 2319).
2. En materia de culpa. En la responsabilidad contractual la culpa
admite grados: grave, leve y levísima (art. 44). Ello se explica
porque al existir un contrato entre las partes, la ley les exige
diversos grados de cuidado, según sea la naturaleza de este
contrato.
En cambio, como en la responsabilidad extracontractual no existe
un vínculo jurídico previo, no puede haber diversos grados de
cuidado. Por ello cualquier falta de diligencia, cualquier descuido o
negligencia que cause perjuicios a otro, genera la obligación de
indemnizar.
3. En la responsabilidad contractual es necesario constituir
en mora al deudor, pues el artículo 1557 señala que "se debe la
indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha constituido
en mora...". No acontece lo mismo en la responsabilidad
extracontractual, en que la obligación de indemnizar deriva de la
sola existencia del hecho ilícito, por lo que, como lo ha dicho la
jurisprudencia, su autor está en mora de indemnizar el daño de
pleno derecho.
4. En cuanto a la extensión de la reparación. En la
responsabilidad contractual, la regla es que el deudor responde de
los perjuicios directos previstos, salvo que haya actuado con dolo,
caso en que también pasa a responder de los perjuicios directos
imprevistos (art. 1558).
En la responsabilidad extracontractual, en cambio, se responde de
todo daño sufrido por la víctima, por lo que no hay ninguna duda
que la indemnización comprende el daño moral, pues el artículo
2329 es muy claro al señalar que "por regla general todo daño que
pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona, debe ser
reparado por ésta...".
5. En cuanto a la solidaridad. Cuando el hecho ilícito es cometido
por varias personas, la responsabilidad de cada uno de ellos es
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
solidaria (artículo 2317). No ocurre lo mismo en la responsabilidad
contractual, en que cada uno responde por su cuota, a menos que
se haya estipulado lo contrario o lo disponga la ley (art. 1511).
6. En lo relativo a la prueba. En este punto se halla la diferencia
más relevante entre ambos tipos de responsabilidad, pues en la
extracontractual, la culpa debe probarla quien alega la existencia
del hecho ilícito, ya que constituye un elemento de la acción
(artículo 1698 del C. Civil). No ocurre lo mismo en la
responsabilidad contractual, ya que al establecer el artículo 1547
que. la prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido
emplearlo..." "está invirtiendo el onus probandi
De acuerdo a esta disposición, es el contratante que incumple el
que tiene que probar que actuó con la debida diligencia, lo que
implica afirmar que la ley presume su culpa. Lo único que debe
probar el actor es la existencia del contrato, fuente de la
obligación incumplida.
7. En materia de prescripción. La prescripción de las acciones
para hacer efectiva la responsabilidad contractual se rige por la
norma del artículo 2515 del Código Civil, es decir, que será por
regla general 5 años contados desde que la obligación se hizo
exigible. En cambio, la acción para hacer efectiva la
responsabilidad extracontractual prescribe en 4 años contados
desde la perpetración del hecho (art. 2332).
8. El artículo 173 del Código de Procedimiento Civil se
aplicaría únicamente a la responsabilidad contractual. En
general se ha entendido que el artículo 173 del Código de
Procedimiento Civil, sólo tiene aplicación en la responsabilidad
contractual no en la extracontractual por ser el daño un elemento
mismo de la acción de perjuicios. Pablo Rodríguez opina que el
artículo 173 del Código de Procedimiento Civil (complementado
por el artículo 235 N° 6 del mismo código) es de aplicación general
tanto para la responsabilidad contractual como extracontractual.
En el mismo sentido Enrique Barros Bourie.
9. En la responsabilidad delictual existe compensación de
culpas, desde que el artículo 2330 establece que "la apreciación
del daño está sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso
a él imprudentemente". En materia contractual, no existe una
regla similar. Sin embargo, se ha fallado que en caso de
conculpabilidad o co-culpabilidad entre el acreedor y el deudor,
procede una deducción en la cantidad que el acreedor tiene
derecho a exigir a título de indemnización de perjuicios.
10. En la responsabilidad contractual se responde
siempre de una conducta propia. Ello, sin perjuicio de que "en
el hecho o culpa del deudor se comprende el hecho o culpa de las
personas por quienes fueren responsables" (art. 1679). En cambio,
"en la responsabilidad delictual y cuasidelictual, la ley admite
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
expresamente una relación causal indirecta o remota, imponiendo
la obligación de indemnizar no sólo al que causa el daño, sino a
otras personas que han concurrido causalmente a él, como
consecuencia de no haber ejercido el cuidado que la misma ley le
encomienda sobre la persona que causa el perjuicio"
11. En materia de responsabilidad extracontractual, en
ciertos casos existe acción popular (art. 2333), lo que,
obviamente, no acontece en materia contractual.

CONSECUENCIA IMPORTANTE DE SER RESPONSABILIDADES


DISTINTAS
Estando reguladas la responsabilidad contractual y extracontractual
por reglas diferentes se debe entender que quien demanda
indemnización de perjuicios debe precisar qué responsabilidad está
invocando, puesto que la fuente de la obligación en uno y otro caso
es distinta. En una es el incumplimiento de un contrato, en el otro, la
existencia de un delito o cuasidelito. La causa de pedir -fundamento
inmediato del derecho deducido en juicio, según el artículo 177 inciso
final del Código de Procedimiento Civil- no es la misma. No se trata
simplemente de aplicar el aforismo "iura novit curia", según el cual
las partes señalan los hechos y el derecho lo aplica el juez, pues éste
debe indicar en su fallo "las consideraciones de hecho y de derecho
que sirven de fundamento a su sentencia" (art. 170 N° 4 del Código
de Procedimiento Civil). Naturalmente que puede demandarse un tipo
de indemnización y, en subsidio, la otra.
El sistema de reparación de daños en el Código Civil. Normas
fundamentales.
En lo concerniente a la responsabilidad contractual, los artículos
esenciales son el 1556, 1557 y 1558, los tres del Título XII del Libro IV
del Código Civil, “Del efecto de las obligaciones”.
Dispone el primero: “La indemnización de perjuicios comprende el
daño emergente y lucro cesante, ya provengan de no haberse
cumplido la obligación, o de haberse cumplido imperfectamente, o de
haberse retardado el cumplimiento. Exceptúanse los casos en que la
ley la limita expresamente al daño emergente”.
Consigna el segundo: “Se debe la indemnización de perjuicios desde
que el deudor se ha constituido en mora, o si la obligación es de no
hacer, desde el momento de la contravención”.
Establece el tercero: “Si no se puede imputar dolo al deudor, sólo es
responsable de los perjuicios que se previeron o pudieron preverse al
tiempo del contrato; pero si hay dolo, es responsable de todos los
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
perjuicios que fueron una consecuencia inmediata o directa de no
haberse cumplido la obligación o de haberse demorado su
cumplimiento. La mora producida por fuerza mayor o caso fortuito no
da lugar a la indemnización de perjuicios. Las estipulaciones de los
contratantes podrán modificar estas reglas”.
En el ámbito de la responsabilidad extracontractual, los dos
artículos fundamentales son el 2314 y el 2329 del Código Civil.
Dispone al efecto el artículo 2314 del Código Civil: “El que ha
cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, es
obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan
las leyes por el delito o cuasidelito”.
Señala el artículo 2329, inciso 1º del Código Civil: “Por regla general
todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra
persona, debe ser reparado por ésta”.
De cualquier manera, puede apreciarse que en ninguno de los cinco
preceptos legales esenciales en materia de responsabilidad -1556,
1557, 1558, 2314 y 2329 del Código Civil-, se excluye el daño moral
como eventual presupuesto de la acción indemnizatoria, ni en el
ámbito contractual ni en el extracontractual.
Por ello, es manifiesta hoy en día la identidad de ambas
responsabilidades en lo concerniente a la reparación integral del
daño, sea éste moral o material. Sin embargo, hay diferencias en lo
relativo a las facultades otorgadas al juez para determinar la
indemnización. Tratándose de la responsabilidad
extracontractual, la ley confiere al juez mayor amplitud para fijar el
daño y el monto de la indemnización. En cambio, en el ámbito de la
responsabilidad contractual la ley obliga al juez a condicionar
dichos factores a la utilidad que hubiere prestado a la víctima el
cumplimiento de la obligación o del contrato en su caso.

DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL.
Concepto.
Se entiende por responsabilidad extracontractual la que proviene
de la comisión de un hecho ilícito que cause daño a otro, es decir,
de un delito o cuasidelito civil (artículos 2314 y 2284 del Código
Civil).

Fundamentos de la responsabilidad extracontractual.


Dos teorías se han dado para fundar la responsabilidad
extracontractual: la subjetiva o clásica y la objetiva o del riesgo
creado.
La primera se sustenta en la culpabilidad del autor, de tal suerte
que sólo cabe la indemnización si se actúa con dolo o culpa, lo que
debe ser probado por la víctima. De acuerdo a la segunda debe
responder del daño, quien crea el riesgo, sin que tenga
importancia la culpabilidad del agente.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.

Críticas a la teoría objetiva o del riesgo creado.


La teoría objetiva no ha estado exenta de reproches. En efecto se
ha dicho:
1. que al suprimir el elemento culpabilidad quita el fundamento
moral a la obligación de indemnizar. El autor del daño debe
responder porque actuó mal y con ello causó un daño a otro;
2. que frena la iniciativa empresarial, ya que las personas evitarán
desarrollar aquellas actividades peligrosas que puedan llegar a
generar el pago de fuertes indemnizaciones;
3. que con ella se favorece la actitud irresponsable de los
empresarios, pues éstos, para prevenir el pago de
indemnizaciones, tomarán seguros lo que los inducirá a actuar
en forma menos prudente;
4. Que no simplifica el problema de la responsabilidad, porque
normalmente el daño es generado por diversas causas,
resultando poco equitativo que sólo deba responder el que
generó la actividad que lo produjo; y
5. Que la afirmación de que es justo que responda del daño el que
desarrolla la actividad peligrosa porque él es el que se
beneficia, no es totalmente correcta ya que parte de los
beneficios van a la colectividad sea en forma de impuestos,
puestos de trabajo, etc.

REQUISITOS DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL


Los requisitos o elementos de la responsabilidad extracontractual son
los siguientes:
1. EL DAÑO:
2. UN DAÑO IMPUTABLE A LA CULPA O DOLO
3. RELACIÓN DE CAUSALIDAD ENTRE: DOLO, CULPA Y DAÑO
4. CAPACIDAD DELICTUAL
1
EL DAÑO
DEFINICIÓN:
 Es todo menoscabo que experimente un individuo en su
persona y bienes, la pérdida de un beneficio de índole material
o moral, de orden patrimonial o extrapatrimonial.
REQUISITOS
Para que el daño sea indemnizable, debe cumplir diversos requisitos:
a. debe ser ocasionado por una persona distinta del ofendido y
ello explica que el monto de la indemnización se reduzca si en
el hecho hubo responsabilidad de la víctima (art. 2330);
b. debe ser anormal, de donde se sigue que no dan derecho a
indemnización aquellas molestias propias de la vida en
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
sociedad, como serían, por ejemplo, los ruidos molestos
producidos con motivo de la construcción de un edificio;
c. debe afectar un interés lícito de la víctima,
d. el daño debe ser cierto;
 Este requisito se desprende del empleo de diversas
formas verbales, "inferido", "causado", "sufrido",
contempladas en los artículos 1437, 2314, 2315, 2318,
2319, 2325 a 2328.
 Es indemnizable tanto el daño presente como el daño
futuro, con tal que sean ciertos.
 Por consiguiente, no procede indemnizar el daño eventual
o hipotético.
 En relación con este punto, en doctrina se plantea si debe
indemnizarse la pérdida de "una chance", entendida ésta
como "una expectativa de ganancia o una probabilidad
más o menos cierta de pérdida". (Valorización del lucro
cesante)
e. el daño debe ser directo, y
 Ello significa que debe ser la consecuencia inmediata y
necesaria del hecho que la provoca. Este requisito se verá
cuando se estudie el nexo causal.

f. no debe encontrarse reparado.


 Parece evidente que si el daño ha sido reparado, la
víctima no puede pretender que se le vuelva a
indemnizar, pues importaría un enriquecimiento sin
causa.

NATURALEZA DE LOS DAÑOS


El artículo 2329 inciso 1° expresa que "por regla general todo daño
que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona,
debe ser reparado por ésta", de donde se desprende que deben
ser indemnizados tanto los daños materiales como los morales.

Daño material.
El daño material “consiste en una lesión pecuniaria, en una
disminución del patrimonio”.
Se debe indemnizar tanto el daño presente como el futuro,
siempre que se tenga la certeza que se producirá; si no existe tal
certeza el daño es incierto y no es indemnizable.
La doctrina entiende que este daño puede recaer tanto en la
persona como en las cosas, pues la ley no distingue, y porque ello
se desprende tanto del artículo 44 inciso final del Código Civil, que
define dolo "como la intención positiva de inferir injuria a la
persona o propiedad de otro ", como del artículo 2329 que hace
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
indemnizable "todo daño". Esta distinción, sin embargo, cobra
importancia cuando se trata de avaluarlo.
La doctrina entiende que este daño puede recaer tanto en la
persona como en las cosas, pues
la ley no distingue, y porque ello se desprende tanto del artículo
44 inciso final del Código Civil, que define dolo "como la intención
positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro", como
del artículo 2329 que hace indemnizable "todo daño". Esta
distinción, sin embargo, cobra importancia cuando se trata de
avaluarlo.

El daño en la persona puede ser material y moral.


Daño material: cuando incapacita a la víctima para trabajar o le
limita su capacidad de trabajo, pudiendo ser de dos clases:
Daño emergente y lucro cesante, distinción que si bien el
código hace a propósito de la responsabilidad contractual -artículo
1556- es también aplicable a la responsabilidad extracontractual.
Daño emergente: Detrimento patrimonial efectivo que sufre la
víctima. (vehículo chocado)
Lucro cesante: Privación de una ventaja económica que, como
consecuencia del ilícito, la víctima no va a poder lograr. Siempre
constituye un daño futuro y, por lo mismo, es difícil calcularlo.
Daño moral: Código Civil no contempló la indemnización del daño
moral. Han sido los tribunales los que, por razones de equidad, lo
fueron incorporando a nuestro mundo jurídico.
En el caso de la responsabilidad extracontractual, lo fundaron en el
artículo 2329 inciso 1°: "por regla general todo daño que pueda
imputarse a malicia o negligencia de otra persona, debe ser
reparado por ésta"

Mirada constitucional del deber de indemnizar. (libro de


ramos pág. 99)
Inspirada en estas ideas, la Corte de Antofagasta, en sentencia del
10 de octubre de 2000, 160 precisó que "el daño moral, nacido al
amparo de preclaras decisiones jurisprudenciales, aparece
recogido más allá del basamento constitucional recién citado en
algunas leyes nacionales específicas: Ley sobre Accidentes del
Trabajo N° 16.744, artículo 69 letra b) y en la especie que se
refiere precisamente a esta causa, en el artículo 3o letra e) de la
Ley N° 19.496 sobre Protección de los Derechos del Consumidor".
La Corte de Concepción, en sentencia del 2 de noviembre de 1989,
acogió una demanda por daño moral en favor de una persona
jurídica.
Los profesores Domínguez, comentando esta sentencia, aclaran
que se debe distinguir entre las diversas especies de daño moral.
En algunos casos puede referirse a atributos exclusivos del ser
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
humano, como cuando se invoca el "pretium doloris". Pero, en
otros, como ocurre en este caso, el daño moral es la lesión al
honor, atributo que también se da en las personas jurídicas con la
denominación de prestigio o reputación. Citando a Henry y León
Mazeaud, los comentaristas precisan que, si bien la persona
jurídica no tiene corazón tiene un honor y consideración.

Valoración y prueba de los perjuicios.


1. Valoración y prueba del daño emergente.
2. Valoración y prueba del lucro cesante. (pérdida de una chance)
3. Valoración y prueba del daño moral.
En Chile, la determinación del quantum queda entregada por entero,
sin limitaciones, a los tribunales, con el agravante de que, al revés de
lo que ocurre en la generalidad de los países, se admite que la
fijación que hacen los tribunales de fondo pueda ser revisada por el
tribunal de casación. La Excma. Corte Suprema, inspirada
seguramente en el pensamiento atribuido a Carnelutti de que los
tribunales de casación no sólo deben juzgar sino que también
orientar para juzgar, se ha reservado la facultad de modificar el
quantum, sea por la vía de la casación en el fondo o de la casación de
oficio.

Algunas características de la fijación del quantum del daño


moral en Chile.
Podemos señalar como características más destacadas las siguientes:
1. La fijación la hace discrecionalmente el tribunal sin ceñirse a
ningún parámetro, sin más limitaciones que el que debe hacerlo
con equidad y en conformidad al mérito del proceso.
2. Dada su naturaleza esencialmente espiritual, se estima que no
es necesario probarlo, debiendo el tribunal presumirlo,
considerando el dolor producido a la víctima y, en su caso, las
relaciones de parentesco existente entre el actor y la víctima.
3. En muchos casos, la fijación del monto se hace sin reparar que
la indemnización debe cumplir una función reparadora, no
punitiva, por lo que no debiera ser considerada, para su
regulación, la situación económica de las partes.
4. La reparación debe ser integral.
5. La indemnización del daño moral no tiene carácter reparatorio,
puesto que el pago de una indemnización en dinero no borra el
daño.

2
DAÑO IMPUTABLE A CULPA O DOLO
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
IMPUTABILIDAD: Es el segundo requisito o elemento de la
responsabilidad extracontractual. No basta con causar daño a otro
para que se genere la obligación de indemnizar. Es necesario que el
acto o hecho que produce el daño sea el resultado de una conducta
dolosa o culpable del actor. Así resulta de relacionar los artículos
2314 con el 2284 incisos 3o y 4o. La primera de estas normas
expresa que "el que ha cometido un delito o cuasidelito que ha
inferido daño a otro, es obligado a la indemnización”. Luego se
responde por haber incurrido en delito o cuasidelito, y en
conformidad al artículo 2284, en el primer caso hay intención de
dañar (dolo) y en el cuasidelito, un hecho culpable.
Responsabilidad Extracontractual.
Esta exigencia es la consecuencia de seguirse en Chile la teoría
subjetiva o clásica en materia de responsabilidad.

DEL DOLO
 DEFINICIÓN: Dolo o malicia consiste -dice el artículo 44 del
Código Civil- en la intención positiva de inferir injuria a la
persona o propiedad de otro. Dicho de otro modo, el autor
causa un daño en forma deliberada.
 CLASIFICACIÓN:
o El dolo puede ser positivo o negativo. El primero consiste
en la ejecución de un hecho; el segundo en una omisión o
abstención como, por ejemplo, el que pudiendo salvar a
alguien que se está ahogando nada hace justamente para
que se ahogue. Si no actúa por temor, evidentemente no
hay dolo.
o El dolo puede ser directo o eventual, creación este último
del Derecho Penal. Se actúa con dolo directo cuando se
causa un mal con la clara intención -intención positiva- de
causarlo. Al lado de esta concepción románica del dolo
está lo que la doctrina llama dolo eventual, es decir,
aquel que realiza una acción u omisión, sin ánimo de
causar daño, pero representándose la posibilidad de que
su actuar puede causarlo. Al comportarse de esa manera
actúa con dolo eventual.

 APRECIACIÓN: El dolo se aprecia en concreto, esto significa


que el tribunal, en cada caso particular, y atendiendo a los
móviles del autor, deberá verificar si se cumplen los requisitos
que tipifican el dolo.
 PRUEBA: El dolo, dice el artículo 1459, no se presume. Por
consiguiente, deberá probarlo quien lo alegue.

DE LA CULPA
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
 DEFINICIÓN: Alessandri, tomando pie en el artículo 44 del
Código Civil, define la culpa como la falta de aquella diligencia
o cuidado que los hombres prudentes emplean ordinariamente
en sus actos y negocios propios. Los artículos 2319 y 2329 la
hacen sinónima de descuido o negligencia.
 EN SEDES: Culpa contractual y extracontractual.
Concordamos con Alessandri en que la culpa es una misma en
materia contractual y extracontractual, pues en ambas importa
una conducta descuidada, negligente, falta de previsión,
imprudente.
Cierto es que en la primera existe una graduación, que no se
encuentra en la extracontractual, pero ello se explica porque en
aquella las partes están unidas por un vínculo jurídico que
impone al deudor un deber de cuidado distinto según el tipo de
contrato de que se trate.
 APRECIACIÓN: La culpa se aprecia en abstracto.
La doctrina está de acuerdo en que la culpa se debe apreciar en
abstracto, esto es, comparándola con un modelo ideal que,
debe ser "un hombre prudente colocado en su misma
situación.“ El juez deberá, pues, comparar la conducta del
agente con la que habría observado un hombre prudente de
idéntica profesión u oficio colocado en el mismo lugar, tiempo y
demás circunstancias externas de aquél ¿Qué habría hecho
éste en su caso? ¿Habría obrado en igual forma o habría
tomado otras pre cauciones? Si lo primero, no hay culpa; en
caso contrario, sí.
 Culpa contra la legalidad.
Culpa contra la legalidad es aquella que surge del solo
incumplimiento de una norma legal o reglamentaria, como es el
caso de la persona que provoca un accidente por infringir las
normas del tránsito. En estos casos basta con probar la
violación de la norma para tener por acreditada la culpa, puesto
que ésta consiste precisamente en no haber respetado la
norma en cuestión.
Enrique Barros precisa que si bien la regla general es que la
infracción de una norma legal permite dar por acreditada la
culpa, ello no significa contrario sensu, que el cumplimiento de
todas las normas legales acredite que se ha actuado con la
diligencia debida, pero constituye un valioso indicio de ello.
 PRUEBA DE LA CULPA: Quien demanda indemnización por
responsabilidad extracontractual tiene que probar el dolo (art.
1459) o la culpa del autor de los daños. Respecto de la culpa,
bueno es recordar que al revés de lo que ocurre en la
responsabilidad contractual, en la extracontractual no se
presume, por lo que debe probarse. Ello, por aplicación de lo
dispuesto en el artículo 1698 del Código Civil.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
Justamente es este problema probatorio el mayor inconveniente
que presenta el sistema de responsabilidad subjetiva, pues la
prueba en muchos casos no es fácil, lo que conduce a que la
víctima no pueda obtener la indemnización por el daño sufrido.
Como una manera de paliar este grave inconveniente se
establecen presunciones de culpabilidad. Es lo que hace
nuestro Código Civil en los artículos 2320 a 2323 y 2326 a
2329.

PRESUNCIONES DE RESPONSABILIDAD
 Presunciones de responsabilidad por hecho propio.
Según Alessandri, el artículo 2329 establece "una presunción
de culpabilidad cuando el daño proviene de un hecho que, por
su naturaleza o por las circunstancias en que se realizó, es
susceptible de atribuirse a culpa o dolo del agente..." . Y el
ejemplo que coloca es el siguiente: cuando se produce un
choque de trenes, la víctima no tiene por qué probar la culpa de
la empresa o de sus dependientes, bastándole con acreditar el
choque y el daño sufrido, por cuanto este hecho -el choque- por
su naturaleza, supone culpa, pues los trenes deben funcionar
en condiciones de no chocar.
Lectura artículo 2329.
Se ha entendido que el inc. 1º no hace sino reiterar el principio
general del art. 2314. Por ende, se exige probar culpa o dolo del
autor del hecho.
En cambio, los tres casos que enumera esta disposición en su
inc. 2º, constituyen presunciones de culpabilidad. En tal
sentido se interpreta la expresión “especialmente
obligados”. La víctima, entonces, no requiere probar la culpa.
Sólo debe acreditar la comisión del hecho, presumiéndose culpa
del autor. Se justifican estas presunciones, porque los tres
casos describen situaciones de riesgo en que la víctima queda
expuesta a un daño inminente, como consecuencia de hechos
excepcionales que conllevan un peligro objetivo (disparo,
remoción de losas, mal estado de acueductos o puentes). En
estos casos, se sustituye la regla general del inc. 1º propia de la
responsabilidad subjetiva, por una presunción de
responsabilidad por el riego creado o provocado, propio de
actividades riesgosas. Por ello, para la doctrina más moderna,
las presunciones de responsabilidad por el hecho propio
señaladas en este inc. 2º son meramente ejemplares. De esta
manera,

¿El artículo 2329 es taxativo?


Para la doctrina más moderna, las presunciones de
responsabilidad por el hecho propio señaladas en este inc. 2º
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
son meramente ejemplares. De esta manera, toda otra
conducta que objetivamente se estime riesgosa, podría quedar
comprendida dentro de esta presunción de culpa por hecho
propio.
Ramón Meza Barros sostiene que el artículo 2329 repite la regla
general del 2314, y en el inciso 2o contempla excepciones a
esa regla, en cuanto se estaría presumiendo la culpa del
agente. Así lo estaría demostrando el término "especialmente",
pues lo "especial" significa aquello que se diferencia de lo
común, ordinario o general.
La jurisprudencia nacional, en general, se ha pronunciado por la
tesis de que el artículo 2329 sólo reitera o repite lo dicho en el
artículo 2314.
 Presunciones de responsabilidad por hecho ajeno.
La regla es que únicamente se responda por hechos propios
(2316). Sin embargo, en forma excepcional, se pasa a
responder por hechos ajenos cuando el hecho ilícito es
cometido por una persona que está al cuidado o bajo la
dependencia o vigilancia de otra. Esta materia está tratada en
los artículos 2320 y siguientes del Código Civil.

¿Por qué se habla de presunciones de responsabilidad


por hecho ajeno?
R. Porque acreditado que el hecho ilícito fue cometido por el
"dependiente", debe responder "el principal" por cuanto no
cumplió debidamente con su obligación de cuidado.
“En realidad es incorrecto hablar de responsabilidad por el
hecho ajeno. El que tiene bajo su cuidado o dependencia a una
persona que causa un daño, no responde del hecho de ésta,
sino del suyo propio, cual es la falta de vigilancia que sobre ella
debía ejercer...". "La responsabilidad por el hecho ajeno tiene,
pues, por fundamento la culpa de la persona sobre quien pesa;
pero la víctima no necesita probarla, se presume. En esto
consiste la excepción al derecho común.
Cabe precisar que esta responsabilidad no se circunscribe a los
hechos que enumera el art. 2320, que debemos considerarlos
como menciones a vía ejemplar. El art. 2320 consagra un
principio general, que debemos aplicar en cualquier caso
similar.

 Análisis del artículo 2320.


El artículo 2320 no es taxativo, pues en su inciso 1° establece
la regla general de que "toda persona es responsable no sólo de
sus propias acciones, sino del hecho de aquellos que estuvieren
a su cuidado", para contemplar en los incisos siguientes
ejemplos de tales situaciones de dependencia.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
Requisitos para que opere la responsabilidad por hecho ajeno.
a) Que exista un vínculo de subordinación o dependencia
entre dos personas;
b) Que este vínculo sea de derecho privado;
c) Que ambas personas sean capaces de delito o cuasidelito;
d) Que el subordinado o dependiente haya cometido un
hecho ilícito, y
e) Que la víctima pruebe la responsabilidad del subordinado
o dependiente.

 Las presunciones de culpa son simplemente legales.


Por tanto, el tercero civilmente responsable puede quedar
exento de responsabilidad, si prueba que empleó la diligencia o
cuidado debidos: art. 2320, último inciso.

Excepciones en que no se permite destruir la


presunción.
No se admite probar en contrario, en dos casos:
a) si el hecho causante del daño lo realizó el subordinado
por orden del principal. Así se desprende del artículo
2325; y
b) cuando el delito o cuasidelito cometido por el hijo menor
conocidamente provengan de mala educación, o de los
hábitos viciosos que les han dejado adquirir. En este
último caso, se trata de una verdadera presunción de
derecho, como lo demuestra la expresión "siempre".
 Las presunciones de responsabilidad no privan a la
víctima de su derecho para dirigirse en contra del
causante del daño (el subordinado).
El hecho de que la víctima pueda accionar en contra del
principal, no lo privan de su acción en contra del autor del
hecho ilícito.
Así, por ejemplo, el empresario responde de la culpa de sus
dependientes, por lo que la víctima puede demandar al
primero, pero si quiere puede demandar conjuntamente o
separadamente a los dos.
Lo único que le está vedado es accionar en contra de ambos
por el total, pues estaría pretendiendo una doble
indemnización. Cabe agregar que si bien se puede demandar a
ambos, no hay solidaridad.

 El principal tiene acción de reembolso en contra del


subordinado.
Se trata de una aplicación del principio de reparación del
enriquecimiento sin causa, pues resultaría injusto que la
indemnización sea soportada, en definitiva, por el patrimonio
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
de una persona distinta de aquella que realizó el hecho dañoso.
El tercero civilmente responsable deberá indemnizar a la
víctima, pero luego, podrá repetir en contra del autor del ilícito
civil. Se trata del distingo entre la “obligación a la deuda” y la
“contribución a la deuda”
Así lo consigna el artículo 2325. Sin embargo, carece de esta
acción en dos casos:
a) cuando el subordinado actuó por orden del principal o;
b) cuando era incapaz de delito o cuasidelito.

 Las responsabilidades por hecho ajeno no se pueden


acumular.
Ello quiere decir que "la víctima del daño inferido por quien está
al cuidado de dos o más personas por causas diferentes sólo
puede invocar la responsabilidad de que tratan los artículos
2320 a 2322 de aquella que lo tenía a su cuidado al momento
del daño y no de los demás".
De manera que si, por ejemplo, un menor comete un hecho
ilícito mientras está en el colegio, se debe demandar al jefe del
colegio y no a sus progenitores. Así ha sido fallado.
Esta regla tiene como excepción el artículo 2321: cuando el
delito o cuasidelito cometido por el hijo menor provengan de la
mala educación o de los hábitos viciosos que sus progenitores
les hayan dejado adquirir, caso en que también se puede
demandar a los progenitores, puesto que de conformidad a este
artículo "los progenitores son siempre responsables de los
delitos o cuasidelitos cometidos por sus hijos", que sean
consecuencia de aquello. Cabe agregar que, si bien se puede
demandar a ambos, no se pueden acumular las
indemnizaciones.

 Casos contemplados en los artículos 2320 y 2322.


1. Responsabilidad de los progenitores por el hecho
de sus hijos menores.
“Los progenitores son responsables del hecho de los hijos
menores que habiten en la misma casa" (art. 2320 inc.
2o). El fundamento de esta responsabilidad descansa en
los artículos 222 y 224 del C. Civil. Según el primero, los
hijos deben respeto y obediencia a sus padres y, según el
segundo, "Toca de consuno a los padres, o al padre o
madre sobreviviente, el cuidado personal de la crianza y
educación de sus hijos" (inc. 1o).
2. Responsabilidad de los tutores o curadores por el
hecho de sus pupilos.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
Señala el inc. 3º del art. 2320 que “...el tutor o curador es
responsable de la conducta del pupilo que vive bajo su
dependencia y cuidado”.
Para que el guardador sea responsable, deben cumplirse
dos requisitos:
a) Que el pupilo viva bajo la dependencia o cuidado
del guardador: en consecuencia, esta
responsabilidad no afectará a los guardadores a
quienes solamente incumbe la gestión de los bienes
del pupilo, como los curadores de bienes. De
acuerdo a lo dispuesto en el artículo 428 del Código
Civil, la responsabilidad recae sobre los tutores o
curadores generales, salvo que el pupilo esté bajo
el cuidado de otra persona.
b) Que el pupilo sea capaz extracontractualmente: si
el pupilo es incapaz, no será responsable el
guardador, sino probándosele culpa.
En todo caso, como también estamos ante una
presunción simplemente legal, el guardador podrá
eximirse de responsabilidad probando que no pudo
impedir el hecho, pese a que ejercitó la autoridad
derivada de su cargo y empleó el cuidado a que estaba
obligado.
3. Responsabilidad de los jefes de colegios por el
hecho de sus discípulos.
El artículo 2320 inciso 4o establece que "los jefes de
colegios y escuelas responden del hecho de sus
discípulos, mientras estén bajo su cuidado".
Respecto de esta causal, cabe tener presente:
a. que esta responsabilidad se produce únicamente
cuando el hecho ilícito ocurre mientras el discípulo
está bajo el cuidado del colegio, lo que
normalmente va a ocurrir desde que el alumno
ingresa hasta que sale del establecimiento, a menos
que el colegio haya asumido el deber de cuidado
como podría ser el caso de los paseos de curso, o
cuando los alumnos son llevados a sus casas en
vehículos del mismo colegio;
b. que esta responsabilidad no tiene relación con la
edad del discípulo;
c. que este caso no cubre los daños que el discípulo se
pueda causar a sí mismo, pues debe recordarse que
se está tratando de los casos de responsabilidad por
hecho ajeno. De modo que si el alumno se
accidenta en el colegio, podrá existir
responsabilidad contractual del establecimiento si
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
se estima que el contrato de educación engendra la
obligación de seguridad; o, en caso contrario,
responsabilidad extracontractual del colegio si el
hecho se debe a culpa o negligencia de este.
d. esta presunción tiene aplicación cualquiera sea el
colegio, esto es, cubre desde educación parvularia a
universitaria, sin importar si se trata de un
establecimiento gratuito o pagado; y la
responsabilidad corresponde a los jefes de los
colegios o escuelas, cualquiera sea su
denominación. (Directores, Rectores, etc).

4. Responsabilidad de los artesanos y empresarios


por el hecho de sus aprendices o dependientes.
Conforme al inc. 4º del art. 2320, responden también
“...los artesanos y empresarios del hecho de sus
aprendices o dependientes, en el mismo caso (o sea,
mientras estén bajo el cuidado de los primeros)”.
Para que respondan los artesanos o empresarios, es
necesario:
a. Que los aprendices o dependientes estén bajo el
cuidado del artesano o empresario, lo que quiere
decir que cumplan una actividad laboral bajo
subordinación o dependencia;
b. Que se trate de hechos realizados por los
aprendices o dependientes mientras están bajo el
cuidado del artesano o empresario, o sea, mientras
cumplen con su jornada laboral, hecho que deberá
probar la víctima.
Como en los tres casos anteriores, cesa la
responsabilidad del artesano o empresario,
acreditando que no pudo impedir el hecho ilícito, no
obstante su cuidado y haber ejercitado su
autoridad.
o Responsabilidad de los amos por el hecho de sus
criados o dependientes.
Dispone el art. 2322 que “Los amos responderán de la
conducta de sus criados o sirvientes, en el ejercicio de
sus respectivas funciones”. Se denomina amo a la
persona que tiene a su servicio empleados domésticos,
criados o dependientes, o en lenguaje contemporáneo,
trabajadores de casa particular. El amo es responsable
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
solamente en los actos ejecutados por el sirviente a
condición de que el hecho ilícito se verifique mientras
desempeña sus labores o cumple sus órdenes, o sea,
cuando el criado actúa “en el ejercicio de sus respectivas
funciones”.
No cabe al amo responsabilidad por los actos ajenos a las
funciones del criado o que importan un abuso de las
mismas, como por ejemplo, si el chofer sustrae el
automóvil de su patrón, contraviniendo sus órdenes y
atropella a un transeúnte.
El amo puede eximirse de responsabilidad probando:
a) Que el criado ejecutó sus funciones de un modo
impropio;
b) Que el amo no tenía medio de prever o impedir el
ejercicio abusivo de sus funciones por parte del
sirviente; y
c) Que empleó la autoridad inherente a su condición y
el cuidado de una persona prudente para lograr que
el sirviente ejerciera sus funciones con propiedad.
El fundamento de esta responsabilidad es "la culpa in
eligendo "y "la culpa in vigilando" que se atribuye al
amo: la ley presume que si un criado o sirviente
comete un delito cuasidelito en el ejercicio de sus
funciones, es porque aquél no lo vigiló o dirigió
debidamente o porque eligió como tal a un individuo
incompetente o sin las condiciones requeridas.
o Responsabilidad del dueño de un vehículo.
El dueño de un vehículo será solidariamente responsable
con el conductor, por los daños que ocasione. La
responsabilidad del dueño del vehículo es sin perjuicio de
la que quepa a otras personas, en virtud del derecho
común. En otras palabras, puede coexistir con la que
establece el art. 2320. La víctima, por tanto, podrá
accionar, a su arbitrio, contra la persona que tenga al
conductor a su cuidado, o contra el dueño del vehículo.
Sin embargo, el propietario del vehículo puede eximirse
de responsabilidad, si acredita que le fue tomado contra
su voluntad o sin autorización expresa o tácita.

o Responsabilidad por el hecho de las cosas.


 Fundamento. Se es responsable también del hecho de las
cosas de que una persona es dueña o, no siéndolo, que están a
su servicio. El propietario o la persona que se sirve de la cosa,
debe vigilarla y mantenerla en el estado de que no cause daño.
De tal forma, el daño que produzca la cosa denotaría omisión o
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
falta de cuidado y por ello la ley entra a presumir la
culpabilidad de quien tenía a su cargo la cosa.
A diferencia de lo que ocurre con la presunción general de
culpabilidad por el hecho ajeno, de una persona que se
encuentra bajo vigilancia o cuidado (art. 2320), tratándose de
las cosas, la ley se limita a señalar algunos casos en los cuales
se presume culpabilidad del que las tiene a su cuidado. Por
tanto, sólo en ellos puede presumirse culpabilidad y en
cualquiera otro, deberá esta probarse por la víctima.
 Casos en que se presume culpabilidad por el hecho de
las cosas.
Se contemplan en la ley tres casos:
1) Daño causado por la ruina de un edificio.
Requisitos: Se refiere a este caso el art. 2323. Deben
cumplirse los siguientes requisitos:
a. La cosa que ocasiona el daño, debe ser un edificio,
es decir, una obra fruto de la industria humana,
destinada a la habitación o a fines análogos, y que
adhiera permanentemente al suelo;
b. El daño debe tener por origen la ruina del edificio,
vale decir, su caída o destrucción, su deterioro debe
causar el daño;
c. Que el dueño haya dejado de hacer las reparaciones
necesarias, o en general, faltado al cuidado de un
buen padre de familia.
La víctima del daño deberá probar que se cumplen
estos tres requisitos.
Las normas del Código Civil acerca de la ruina de un
edificio deben complementase también con las
contempladas en el párrafo 7º de la Ley General de
Urbanismo y Construcciones, artículos 148 a 157.
En ellas, se establece que, hecha la denuncia, la
Dirección de Obras deberá proceder a inspeccionar
el inmueble y si correspondiere, con el mérito de
dicho informe, disponer el Alcalde la demolición de
la construcción ruinosa

Situación, cuando el edificio pertenece a una


comunidad.
Si el edificio pertenece en común a varias personas, se
dividirá entre ellas la indemnización, a prorrata de sus
cuotas de dominio (art. 2323, inc. 2º). Se trata por tanto
de una obligación simplemente conjunta. Esta norma
constituye una excepción a la del art. 2317, que establece
un caso de solidaridad pasiva, cuando el delito o
cuasidelito ha sido cometido por varias personas.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.

Situación si la víctima es un vecino.


De conformidad a los artículos 932 a 934, y
particularmente el inciso segundo del último, el vecino,
para reclamar indemnización, deberá haber interpuesto
previamente la querella posesoria de denuncia de obra
ruinosa. De lo contrario, no tiene derecho a
indemnización, porque se parte del supuesto que el daño
se produjo, en cierta forma, por su negligencia en acudir a
la justicia para evitarlo.
En cierta medida, este caso es semejante al previsto en el
art. 1547, inc. 2º, en materia de responsabilidad
contractual, cuando allí se alude al caso fortuito
sobrevenido por culpa del deudor.
El art. 932 otorga al vecino dos acciones, cuando tema
que la ruina de un edificio le pueda provocar perjuicio:
a. Puede demandar para que el juez mande al dueño
derribar el edificio, si estuviere tan deteriorado que
no admita reparación;
b. Puede demandar para el que el juez mande
inmediatamente reparar el edificio, si no estuviere
tan deteriorado.
En uno u otro caso, si el querellado no cumple el fallo
judicial, se derribará el edificio o se hará la reparación a
su costa.
Si el daño del edificio no fuere grave, bastará que el
demandado rinda caución de resarcir todo perjuicio que
por el mal estado del edificio sobrevenga.

Exención de responsabilidad.
El art. 2323 precisa que no hay responsabilidad, si se
configura el caso previsto en el art. 934: si el edificio cae
por caso fortuito (como avenida, rayo o terremoto), no
habrá lugar a la indemnización, salvo si se prueba por el
afectado que el caso fortuito, sin el mal estado del
edificio, no lo hubiera derribado.

Daños causados por un edificio en construcción,


reparación o demolición.
La Ley General de Urbanismo y Construcciones
responsabiliza a los constructores de los perjuicios que
con motivo de la construcción originaren a terceros.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
En todo caso, no se presume la responsabilidad del
constructor, y debe probarse que el daño se ocasionó por
dolo o culpa.

2) Responsabilidad por el hecho de la cosa que cae o


es arrojada de la parte superior de un edificio: art.
2328.
Dispone este precepto: “El daño causado por una cosa
que cae o se arroja de la parte superior de un edificio, es
imputable a todas las personas que habitan la misma
parte del edificio, y la indemnización se dividirá entre
todas ellas; a menos que se pruebe que el hecho se debe
a la culpa o mala intención de alguna persona
exclusivamente, en cuyo caso será responsable esta sola.
/ Si hubiere alguna cosa que, de la parte superior de un
edificio o de otro paraje elevado, amenace caída y daño,
podrá ser obligado a removerla el dueño del edificio o del
sitio, o su inquilino, o la persona a quien perteneciere la
cosa o que se sirviere de ella; y cualquiera del pueblo
tendrá derecho para pedir la remoción”.
Se precisa que tratándose de cosas que se arrojan, en
realidad no se responde por el hecho de las cosas, sino
por el hecho ajeno, puesto que siempre una persona debe
arrojar la cosa en cuestión. La responsabilidad recae
sobre todas las personas que habiten la misma parte del
edificio desde la que cayó o se arrojó la cosa (podría
tratarse, por ende, del dueño, o arrendatario, o
comodatario, o usufructuario, etc.).
Los responsables dividirán entre sí la indemnización.
El art. 2328 concede una acción popular, es decir, que
cualquier persona puede interponer, destinada a evitar la
caída de la cosa.
Las normas del Código Civil acerca de esta materia deben
complementarse por las de la Ley Nº 21.442, sobre
“Copropiedad Inmobiliaria”. Conforme a estas normas, la
víctima podrá accionar también contra la administración
del condominio, para obtener el resarcimiento del daño
que se le ha causado.

3) Responsabilidad por el hecho de los animales:


artículos 2326 y 2327.
El art. 2326 contiene dos reglas, la primera aplicable al
dueño y la segunda a un mero tenedor:
a. Responde el dueño del animal, aún por los daños
ocasionados por éste después de haberse soltado o
extraviado. Con todo, su responsabilidad cesará, si
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
acredita que adoptó todas las providencias para
impedir el daño.
b. La misma responsabilidad recae sobre el que se
sirve de un animal ajeno. Pero tal persona tiene
derecho a repetir contra el dueño, si el daño fue
producto de un vicio del animal que el dueño, con
mediano cuidado, debió conocer o prever. Pero si el
dueño informó al usuario del animal del vicio, éste
no tendrá derecho a repetir contra el primero.
El art. 2327, por su parte, también contempla dos reglas,
la primera referida a un animal fiero que no reporta
utilidad para un predio y la segunda relativa a dicho
animal cuando sí reporta utilidad:
a. Establece que siempre se responderá por el daño
causado por un animal fiero, siempre que de este no
se reporte utilidad para la guarda o servicio de un
predio: “El daño causado por un animal fiero, de
que no se reporta utilidad para la guarda o servicio
de un predio, será siempre imputable al que lo
tenga, y si alegare que no le fue posible evitar el
daño, no será oído”. De los daños responderá quien
tenga el animal, sea o no su dueño y se sirva o no
de él. La disposición establece una presunción de
derecho, pues no se admite probar que fue
imposible evitar el daño. Se trata, por ende, de un
caso de responsabilidad objetiva. En efecto, como
señala Rodríguez Grez, en esta hipótesis, es la
mantención de un animal fiero, creando una
situación de riesgo de la que no se obtiene beneficio
alguno, la que justifica la responsabilidad que se le
impone el tenedor del animal.
b. Pero si el animal fiero reporta beneficio, la
responsabilidad se transformará en subjetiva, y sólo
se responderá si el daño causado por el animal tiene
como antecedente la culpa del tenedor. De tal
forma, dándose los supuestos del art. 2327 (que se
trate de un animal fiero y que no esté destinado a la
guarda o servicio de un predio), la responsabilidad
será objetiva.
Debemos tener presente aquí lo dispuesto en el artículo
608, que define qué se entiende por animales bravíos o
salvajes, domésticos y domesticados. Según el
Diccionario de la Lengua Española, animal fiero, es el
animal no domesticado. Al efecto, si bien es probable que
un animal bravío o salvaje sea al mismo tiempo fiero
(como un puma o un tigre), puede ocurrir que algunas
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
especies de animales bravíos o salvajes no lo sean (como
la mayoría de las aves).
En cuanto a los domésticos y domesticados, tampoco
puede plantearse una regla general. En estos casos, es
menos probable que sean fieros, pero no imposible. Así,
ciertos canes de razas particularmente agresivas son
animales domésticos, pero al mismo tiempo podrían ser
fieros. Con todo, como usualmente los perros están
adiestrados para resguardar un predio, no operaría la
hipótesis de responsabilidad objetiva, sino la regla
general de la responsabilidad subjetiva.
Las normas del Código Civil acerca de esta materia deben
complementarse también con lo dispuesto en la Ley N°
21.020, “Sobre Tenencia Responsable de Mascotas y
Animales de Compañía”, publicada en el Diario Oficial de
fecha 2 de agosto de 2017.

ACCIÓN PARA PERSEGUIR LA RESPONSABILIDAD


EXTRACONTRACTUAL
El delito y el cuasidelito producen como efecto normal, la obligación
de indemnizar los perjuicios: art. 2314. Para ello, debemos
determinar quiénes son sujetos activos y pasivos de la acción:

Sujeto activo de la acción.


Es en primer lugar el que ha sufrido un daño. Asimismo, también
puede interponer la acción el que teme verse expuesto al perjuicio.
En otras palabras, la acción puede interponerse cuando el daño se ha
producido o para impedir que el daño acontezca. Revisemos ambas
situaciones:
 Daño contingente o eventual: A este caso se refiere el art.
2333, que concede acción para impedir un daño contingente o
eventual. Al respecto, debemos distinguir:
1. En los casos de daño contingente que por imprudencia o
negligencia de alguien amenace a personas
indeterminadas: se concede acción popular: en este caso,
debemos aplicar los artículos 948 y 2334, que confieren
derecho a recompensa (el primero) y derecho a obtener
el reembolso de las costas de la acción y lo que valga el
tiempo y diligencia empleados en dicha acción (el
segundo).
Así, por ejemplo, la fachada de un edificio se encuentra
en tal estado ruinoso, que, en cualquier momento, puede
desplomarse sobre los peatones que transiten por la
acera contigua.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
2. En los casos en que el daño amenazare solamente a
personas determinadas, sólo alguna de éstas podrá
intentar la acción.
Así, por ejemplo, parte de una construcción contigua se
encuentra en tan malas condiciones, que puede
desplomarse sobre el predio vecino y ocasionar por ende
daños al propietario de este.
 Daño ya acaecido: para determinar al sujeto activo,
debemos distinguir:
1. Daño en las cosas: la acción corresponderá a las
personas mencionadas en el art. 2315, que dispone:
“Puede pedir esta indemnización no sólo el que es dueño
o poseedor de la cosa que ha sufrido el daño, o su
heredero, sino el usufructuario, el habitador o el usuario,
si el daño irroga perjuicio a su derecho de usufructo o de
habitación o uso. Puede también pedirla en otros casos el
que tiene la cosa con obligación de responder de ella;
pero sólo en ausencia del dueño”. De esta manera,
corresponde la acción:
a. Al dueño de la cosa o al poseedor de la cosa;
b. A todos los que tenían derechos reales en ella o con
relación a ella, que hayan resultado menoscabados.
Debemos precisar, con todo, que la enumeración
del artículo no es taxativa y que la acción, por
ejemplo, también podría interponerla el acreedor
prendario o hipotecario;
c. Agrega el art. 2315 que también pueden reclamar
la indemnización, pero sólo en ausencia del dueño,
los meros tenedores de la cosa, es decir, aquellos
que la tienen con la obligación de responder de la
misma, como el arrendatario, el comodatario, el
depositario. Se trata de titulares de derechos
personales. En realidad, los titulares de derechos
reales son igualmente meros tenedores de la cosa,
pero sus derechos recaen directamente sobre la
cosa, a diferencia de los titulares de derechos
personales. Cabe subrayar que el requisito de la
“ausencia del dueño” sólo opera si el demandante
fuere un titular de un derecho personal;
d. Los herederos del dueño o poseedor.
e.
2. Daño a las personas:
Conforme al art. 2314, se responde cada vez que “se ha
inferido daño a otro”. El “otro” será pues quien podrá
intentar la acción
Este daño puede ser tanto corporal como moral.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
Encontramos aquí a las siguientes personas con
legitimación para demandar:
a. En primer lugar, la víctima principal o directa;
b. Asimismo, pueden demandar las víctimas
indirectas, esto es, aquellas que experimentan un
daño a consecuencia del experimentado por la
víctima principal. Son las llamadas “víctimas por
repercusión”. Sentencia de la Corte Suprema de
fecha 25 de noviembre de 2015, autos Rol N°
31.713-14
https://docs.google.com/document/d/1w6UkBsAtOq
pweUuVTUKkuEMldGReBEpi/edit?
usp=drive_link&ouid=118130796493370569573&rt
pof=true&sd=true

Sujeto pasivo de la acción.


La acción puede dirigirse:
 Contra el causante del daño.
Dispone el inc. 1º del art. 2316: “Es obligado a la indemnización
el que hizo el daño, y sus herederos”.
El causante del daño, como es lógico, es el primero que está
obligado a repararlo, en la medida en que su conducta haya
sido imputable o incluso no siéndolo en los casos excepcionales
de responsabilidad objetiva.

 Contra las personas civilmente responsables.


Hemos aludido a su responsabilidad, contemplada en los arts.
2320 a 2322.

 Contra el que se aprovechó del dolo ajeno sin ser


cómplice en él.
Reiteramos la regla del inc. 2º del art. 2316: “El que recibe
provecho del dolo ajeno, sin ser cómplice en él, sólo es
obligado hasta concurrencia de lo que valga el provecho”.
El concepto de “autor” es más amplio en el ámbito del Derecho
Civil que en el Derecho Penal. En materia de responsabilidad
extracontractual, debe considerarse como autor no sólo al que
ocasionó el daño, sino también a quienes concurrieron a
provocarlo en calidad de cómplices o encubridores. Además, el
propio art. 2316 establece dos reglas fundamentales a este
respecto:
1. Se responde hasta concurrencia del beneficio obtenido
por el que se aprovecha del dolo ajeno sin ser cómplice
en él (regla similar en materia contractual: art. 1458).
2. A contrario sensu, el cómplice responde por el total de los
perjuicios, conforme al art. 2316, inc. 2° del Código Civil.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
Opinión Pablo Rodríguez Grez, 2316 hipótesis de
responsabilidad objetiva por enriquecimiento injusto.
https://docs.google.com/document/d/
1aQHX_NRc811oiHFTMIoQFv3Ze7g4feJ0/edit?
usp=drive_link&ouid=118130796493370569573&rtpof=t
rue&sd=true

 Contra los herederos de todos los anteriores: ello es


lógico, porque la obligación de indemnizar por los daños
provenientes de un hecho ilícito se transmite a los herederos.

 Caso de responsabilidad solidaria pasiva: art. 2317.


Es solidaria la responsabilidad de varias personas que han
intervenido en la perpetración del delito o cuasidelito como
autores, cómplices o encubridores. Excepcionalmente, no es
solidaria la responsabilidad:
1. En el caso del art. 2323, inc. 2º: se responde a prorrata
de las cuotas de dominio, por los dueños de un edificio
que causa un daño con ocasión de su ruina.
2. En el caso del art. 2328, inc. 1º: se responde en partes
iguales por quienes habitan la parte del edificio de la que
cae o se arroja una cosa que causa daño.
Por su parte, el art. 2317, inc. 2º, dispone que también
produce obligación solidaria de indemnización de
perjuicios, “todo fraude o dolo cometido por dos o más
personas”. Se ha entendido que esta disposición apunta a
dolo que no ocasione un delito civil, pues de lo contrario
constituiría una inútil repetición de la regla del inc. 1º del
art. 2317. En otras palabras, esta norma se referiría al
dolo como maquinación fraudulenta o vicio del
consentimiento o al dolo en el cumplimiento de las
obligaciones.
Así, si varios contratantes incurrieron en dolo para inducir
a la contraparte a contratar, o si varios contratantes
infringen una obligación común y mediare dolo en tal
infracción, serán solidariamente responsables por los
perjuicios que el incumplimiento ocasione a la
contraparte o al acreedor, respectivamente. Se trata de
casos de responsabilidad originada con ocasión de la
celebración de un contrato, que después se declara nulo,
siendo la responsabilidad extracontractual, o en el
segundo caso, contractual, por ende.

EXTENSIÓN DE LA INDEMNIZACIÓN
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
 Regla general: reparación integral del daño (art. 2329, inc. 1°
y art. 2317, inc. 1°).
La indemnización dependerá de la magnitud del daño, que
debe ser íntegramente resarcido. En consecuencia, la
indemnización deberá abarcar tanto los perjuicios materiales -
daño emergente como lucro cesante-, como los morales.

 Excepciones.
Sin embargo, la extensión de la indemnización puede reducirse,
cuando el daño se debió también o parcialmente a culpa de la
víctima. Dispone el art. 2330: “La apreciación del daño está
sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él
imprudentemente”.
La culpa de la víctima, si bien no libera de responsabilidad al
autor, sí la atenúa.
Esta regla del art. 2330, nos demuestra que si bien la culpa
extracontractual no admite gradaciones y la responsabilidad
dependerá de la cuantía del daño, para el legislador no es
completamente indiferente o inocua la gravedad de la culpa
que exhibe el autor.
En definitiva, la culpa mutua del autor y de la víctima del daño,
impone una compensación de las culpas. La responsabilidad
será compartida, aún cuando en proporciones diferentes,
dependiendo de la gravedad de la culpa de cada cual. La culpa
más grave absorberá a la más leve, respondiendo el que
incurrió en la primera, por lo que exceda la segunda.
Cabe advertir que la doctrina nacional está dividida en cuanto a
extender o no la reducción de la indemnización a las víctimas
por repercusión o por rebote. Por la afirmativa, Ramón
Domínguez Águila y Enrique Barros Bourie. Por la negativa,
Arturo Alessandri Rodríguez y Pablo Rodríguez Grez. Explicación
posturas:
https://docs.google.com/document/d/
1_7AMOyQvLXJVPLynoeUY14OG695TRMtL/edit?
usp=drive_link&ouid=118130796493370569573&rtpof=true&s
d=true

Cúmulo de indemnizaciones.
¿Puede acumularse la indemnización que se deba por el autor con
otras prestaciones que se deban a la víctima por terceros con motivo
del daño sufrido?
¿Puede la víctima reclamar ambas indemnizaciones o prestaciones?
Por ejemplo, si la víctima de un accidente automovilístico tiene
asegurado su vehículo: ¿Puede acumular la indemnización por el
cuasidelito con la indemnización que le debe la aseguradora?
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
Se señala que la acumulación de indemnizaciones implicaría un
enriquecimiento para la víctima; en efecto, desde el momento que
ésta recibe una de las indemnizaciones (de la aseguradora, en el
ejemplo), no habría daño, en definitiva, y si el perjuicio desaparece,
faltaría uno de los elementos de la responsabilidad extracontractual.
Se contesta al planteamiento anterior indicándose que no resulta
equitativo que el autor del daño resulte beneficiado de la prestación
que un tercero haga a la víctima. En el caso del seguro, se agrega, se
llegaría al absurdo que el contrato cedería en la práctica en favor de
un tercero extraño, causante del propio daño.
Para llegar a una solución, se sostiene que habría que indagar si la
prestación del tercero significa o no una reparación integral del daño
causado. Si la respuesta es afirmativa, el cúmulo de indemnizaciones
sería inaceptable, pues implicaría una doble indemnización o
reparación del daño. En cambio, si la reparación sólo fuere parcial,
sería procedente dirigirse en contra del autor, por la diferencia. Aquí,
bien podría demandarse el daño moral, que usualmente no cubrirá la
póliza contratada.

EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN
La acción encaminada a reparar el daño causado por el delito o
cuasidelito se extingue por los modos generales de extinción de las
obligaciones.
Tres modos de extinguir requieren algunos alcances:

 La renuncia.
A diferencia de lo que acontece con la acción penal, la acción
civil derivada de un delito o cuasidelito es renunciable. La
renuncia afectará solamente al renunciante y a sus herederos.

 La transacción: artículos 2449 y 2461.


De estos preceptos se desprenden las siguientes reglas:
1. La transacción no puede recaer en la acción criminal, pero
sí sobre la acción civil que nace de un delito (art. 2449);
2. La transacción sólo surte efecto entre los
contratantes (art. 2461, inc. 1°);
3. Si son muchos los interesados en el negocio sobre
el cual se transige, la transacción consentida por el
uno de ellos no perjudica ni aprovecha a los otros
(art. 2461, inc. 2°); esta norma tiene especial importancia
en el caso de la solidaridad, y para determinar su alcance,
hay que hacer algunas distinciones:
4. Efectos de la transacción consentida por un
codeudor solidario, sin que haya novación: por regla
general, cuando una obligación solidaria se extingue por
uno de los codeudores, se extingue también respecto de
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
los demás; tal constante, que se da respecto a cualquier
medio de extinguir las obligaciones, se altera en la
transacción, por tratarse de un contrato intuitu personae.
Por ello, si la transacción es consentida por uno de los
codeudores solidarios, no se extiende a los otros, a menos
que dicha transacción envuelva una novación de la
obligación solidaria;
5. Efectos de la transacción consentida por un
codeudor solidario cuando aquélla envuelve
novación: si la transacción con uno de los codeudores
envuelve una novación, los otros codeudores se liberan
de la obligación (lo que guarda perfecta concordancia con
los artículos 1519 y 1645).

 La prescripción.
Según lo hemos referido, dispone el art. 2332 del Código Civil
que “Las acciones que concede este título por daño o dolo,
prescriben en cuatro años contados desde la perpetración del
acto”.
El artículo 2332 prescribe que "Las acciones que concede este
título por daño o dolo, prescriben en cuatro años contados
desde la perpetración del acto".
Existen dos enfoques interpretativos que se han formulado,
para dilucidar los alcances de la expresión “perpetración del
acto”, esto es, si se trata necesariamente del momento de la
comisión del hecho, o si se trata del momento en que el daño
derivado del hecho ilícito, se manifiesta para la víctima,
cuestión que cobra relevancia cuando el daño no es coetáneo
con la comisión del hecho.
Alessandri sostuvo que la frase “perpetración del acto”, debía
entenderse “desde el día en que se cometió el hecho doloso o
culpable y no desde aquél en que se produjo el daño, si éste y
el hecho no son coetáneos”. (doctrina tradicional)
La doctrina “moderna” plantea que el plazo de prescripción no
debe contarse desde la comisión del hecho, sino desde el
momento en que el daño se manifiesta. Se funda esta tesis en
el siguiente supuesto: mientras no se produzca el daño, no
puede entenderse que exista un hecho ilícito. Éste se
materializa no sólo por la conducta ilícita, pues mientras no sea
visible el daño, faltará uno de los presupuestos de la
responsabilidad delictual o cuasidelictual. Y si todavía falta tal
requisito para calificar al hecho como ilícito y generador de
responsabilidad, mal podría correr un plazo de prescripción
contra el afectado, por la sencilla razón de que éste aún no
tiene tal condición, pues el daño no se ha manifestado.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
Enrique Barros sostiene la misma doctrina, en base a tres
argumentos principales:
1. El absurdo de que la acción pueda prescribir antes de que
se produzca o manifieste el daño;
2. El daño es un necesario presupuesto del hecho ilícito,
corresponde a la consumación del mismo; y
3. La interpretación que postula el inicio del cómputo del
plazo de la prescripción desde la ocurrencia del daño
resulta más armónica con la función de la prescripción,
cual es castigar al acreedor negligente en hacer valer sus
derechos.

CAUSAS EXIMENTES Y ATENUANTES RESPONSABILIDAD


No obstante lo dispuesto en el art. 2329, el autor del daño puede no
encontrarse en la obligación de repararlo parcial o íntegramente. Ello
acontecerá, si concurren en su favor circunstancias eximentes o
atenuantes de responsabilidad, de igual forma que en el ámbito del
Derecho Penal.
 Eximentes de responsabilidad.
En materia civil, hay una sola y genérica causal eximente de
responsabilidad: la ausencia de dolo o culpa del autor. Habrá
exención de responsabilidad entonces, cuando el hecho no sea
imputable al autor:
1. El caso fortuito o fuerza mayor. Excepcionalmente, sin
embargo, el caso fortuito no exime de responsabilidad,
cuando sobreviene por culpa (art. 934 respecto a la ruina
de un edificio, pero la regla debe generalizarse).
2. La falta de culpa: art. 2320, inc. final.
3. La culpa de la víctima, siempre y cuando sea la causa
exclusiva del daño. Si el daño se debe sólo parcialmente a
la culpa de la víctima, que comparte el autor del mismo,
la responsabilidad únicamente se atenúa con una
reducción de la indemnización (art. 2330).
4. El hecho de un tercero extraño, por cuyos actos no se
responde: por ejemplo, el caso de un vehículo que, a
consecuencia de ser colisionado por otro, causa daño.
5. Cuando se actúa en legítima defensa: rigen las mismas
condiciones que en el ámbito penal. La agresión debe ser
ilegítima, el medio empleado para repeler el ataque debe
ser proporcionado y no ha de mediar provocación
suficiente por parte del que se defiende y ocasiona el
daño.
6. Cuando existe estado de necesidad: cuando una persona,
puesta en situación apremiante de evitar un daño,
accidentalmente causa otro. Rigen las mismas reglas que
en el campo del Derecho Penal.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.

 Cláusulas de irresponsabilidad.
Cometido el delito o cuasidelito el afectado puede renunciar
válidamente a su derecho a reclamar las indemnizaciones
pertinentes.
¿Qué ocurre cuando antes de la comisión de un delito o
cuasidelito se pacta la irresponsabilidad del autor? Tratándose
del dolo y de la culpa grave, tales cláusulas serían inadmisibles
por objeto ilícito: art. 1465.
Se circunscribe el problema a la culpa leve y levísima. Aunque
no hay unanimidad en la doctrina, la mayoría considera que las
cláusulas de irresponsabilidad referidas a la culpa leve y
levísima serían válidas. Con todo, habrá que distinguir en la
naturaleza del daño:
1. Si el daño recae en las cosas, la cláusula sería válida. El
art. 1558 establece su validez respecto de la
responsabilidad contractual, de manera que ninguna
razón justifica que el mismo criterio no sea aplicable a la
responsabilidad extracontractual.
2. Distinta debe ser la solución si el daño recae en las
personas: en tal caso, la cláusula no sería válida, puesto
que no puede renunciarse o disponerse de la vida, la
integridad física o el honor de las personas.

 Atenuantes de responsabilidad.
Son las siguientes:
Si el daño ha sido causado parcialmente por la víctima.
1. Si se ha estipulado una cláusula atenuante de la
responsabilidad, en los casos en que se admite su validez
conforme a lo expuesto.
2. Responsabilidad Extracontractual.
3
NEXO CAUSAL
Este requisito, que también se exige para la responsabilidad
contractual, no ha sido definido por el legislador. La Corte Suprema
ha dicho que "debe entenderse que entre un acto ilícito y un
determinado daño hay relación causal cuando el primero engendra el
segundo y éste no puede darse sin aquél, en otros términos, existe
relación de causalidad cuando el hecho doloso o culposo es la causa
directa y necesaria del daño".
Reiteradamente se ha fallado que la determinación de la relación
causal es una cuestión de hecho que, por lo mismo, escapa al control
del tribunal de casación.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
No basta con la existencia del daño y del dolo o culpa. Se requiere
además que entre ambos elementos medie un vínculo de causalidad,
que el primero sea el resultado del dolo o de la culpa. Es decir, se
producirá esta relación de causalidad cuando el dolo o culpa ha sido
la causa necesaria del daño, de manera que, si no hubiera mediado,
el daño no se habría producido.

RELACIÓN ENTRE CAUSALIDAD Y NEXO CAUSAL


En los casos de responsabilidad subjetiva, que constituyen en Chile la
regla general, la separación entre culpabilidad y nexo causal es clara.
Ello significa que, aunque el hecho cause daño y sea realizado con
culpa o dolo no existe obligación de indemnizar si falta el nexo
causal, es decir, si el daño no es la consecuencia del hecho ilícito.
En el sistema de la responsabilidad subjetiva la búsqueda de la
causalidad es relativamente simple porque en la generalidad de los
casos la denominada equivalencia de las condiciones es un criterio
que responde satisfactoriamente a las necesidades del juez que ha de
resolver el caso. El que realiza un hecho ilícito, es decir, culpable o
doloso, es responsable de todo daño que no se habría producido si
aquel hecho no ocurre.
Responsabilidad Extracontractual.
Señala Ramón Domínguez Águila que lo anterior se explica porque la
responsabilidad subjetiva se funda en el elemento "previsibilidad",
por lo que la relación de causalidad se puede establecer sin graves
inconvenientes aplicando la teoría de la equivalencia de las
condiciones. "La falta de previsibilidad actúa entonces -dice- de una
doble manera: por una parte para determinar si la conducta
observada por el demandado fue o no culpable, en el sentido de si
pudo y debió prever que ese acto podía causar daño y por otra, para
fijar la extensión del daño reparable con el fin de no extender la
responsabilidad a daños remotos".
La situación es menos clara en los casos en que se sigue la doctrina
de la responsabilidad objetiva, como ocurre entre nosotros, por
ejemplo, en los casos de la responsabilidad del Estado (arts. 7 y 38 de
la Carta Fundamental y 4° y 44 de la Ley Orgánica de Bases de la
Administración). En ellos la previsibilidad opera de manera diferente.
El acto será previsible, si es de tal naturaleza que "normalmente" es
idóneo para producir el daño de que se queja la víctima. Contrario
sensu, no cabe imputar objetivamente un daño a la conducta del de
mandado cuando la producción de tal daño habría sido descartada
como muy improbable según el curso normal de las cosas.

CAPACIDAD DELICTUAL Y CUASIDELICTUAL


Al igual que en materia contractual, la regla general es la capacidad;
la excepción, la incapacidad. Son incapaces: a) los dementes; b) los
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.
menores de 7 años, y c) los mayores de 7 años y menores de 16, que
hayan actuado sin discernimiento (art. 2319).
Sin embargo, podemos enunciar que la capacidad delictual y
cuasidelictual es más amplia que la capacidad contractual. Dos
razones fundamentales justifican lo anterior:
1. La plena capacidad contractual supone una completa madurez
intelectual, mientras que la plena capacidad delictual sólo requiere
tener conciencia del bien y del mal, el poder de discernir entre el
acto lícito y el ilícito.
2. El delito y el cuasidelito ponen a la víctima ante un imprevisto
deudor; se elige a los deudores contractuales, pero no a los
deudores cuya obligación nace de un delito o cuasidelito. Si
exigiéramos al autor la misma plena capacidad que en el ámbito
contractual, cada vez que el autor no tuviera tal capacidad, se
privaría a la víctima del daño de la indemnización.

LOS DEMENTES
En su sentido amplio, tal como se interpreta para el ámbito
contractual y del Derecho Penal. La demencia, para eximir de
responsabilidad, debe ser contemporánea a la ejecución del hecho.
Por ello, la demencia sobreviniente, es decir, originada con
posterioridad a la ejecución del hecho ilícito, no exime de
responsabilidad.
Es sabido que para nuestro Código Civil son dementes aquellas
personas que por cualquier motivo se hallan privadas totalmente de
razón, se encuentren o no declaradas en interdicción. No rige en esta
materia el artículo 465 del Código Civil, por ser aplicable esa norma
únicamente a la capacidad para celebrar actos y contratos.

MENORES DE 7 AÑOS
Estas personas son incapaces de delitos o cuasidelitos, por carecer
absolutamente de discernimiento. Por la misma razón el artículo 723
los declara incapaces de adquirir la posesión de cosas muebles, para
sí o para otros.

MAYOR DE 7 AÑOS Y MENOR DE 16 QUE OBRASE CON


DISERNIMIENTO
Así lo establece el inciso 2o del artículo 2319: "Queda a la prudencia
del juez determinar si el menor de diez y seis años ha cometido el
delito o cuasidelito sin discernimiento; y en este caso se seguirá la
regla del inciso anterior", lo que quiere decir que son incapaces de
delito o cuasidelito.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.

RESPONSABILISAS DE LOS TERCEROS A CARGO DE LOS


INCAPACES
El artículo 2319 señala que por los daños causados por estas
personas -los incapaces- responderán "las personas a cuyo cargo
estén, si pudiere imputárseles negligencia." Nótese que el guardián
del incapaz va a responder sólo si se pudiere imputársele negligencia
lo que nos lleva a concluir que, en definitiva, está respondiendo de un
hecho propio: no haber cumplido adecuadamente con el deber de
cuidado. Y tanto es así que no va a tener derecho para dirigirse sobre
los bienes del incapaz (art. 2325).
Como observa Alessandri, esta prueba de ordinario va a ser fácil. Las
mismas circunstancias en que ocurrió el hecho pueden ser la prueba
más concluyente del incumplimiento de la obligación de cuidado.

RESPONSABILIDAD CIVIL DE LAS PERSONAS JURÍDICAS


Las personas jurídicas de derecho privado tienen responsabilidad
extracontractual. Lo reconoce expresamente el inciso 2o del artículo
58 del Código Procesal Penal: "La responsabilidad penal sólo puede
hacerse efectiva en las personas naturales. Por las personas jurídicas
responden los que hayan intervenido en el acto punible, sin perjuicio
de la responsabilidad civil que las afectare”.
Una persona jurídica sí podrá responder civilmente por aquellos
hechos punibles cometidos por aquellos que hubiesen actuado a
nombre de la primera.
Excepcionalmente, las personas jurídicas pueden tener
responsabilidad penal, conforme a lo dispuesto por la Ley N° 20.393,
publicada en el Diario Oficial de fecha 2 de diciembre de 2009. Esta
responsabilidad sólo puede originarse por la comisión de los delitos
de lavado de activos, financiamiento del terrorismo y cohecho a
funcionario público nacional e internacional.
Sin embargo, en la actualidad, el catálogo de delitos previstos por la
Ley N° 20.393 es bastante más amplio y abarca conductas delictivas
por las cuales la persona jurídica podría ser responsable penalmente.
MPD.
En cuanto a la Responsabilidad Civil, se debe distinguir en
Responsabilidad Contractual o Extracontractual.
Tratándose de la Responsabilidad Contractual, deben concurrir dos
requisitos fundamentales para que la persona jurídica sea
responsable:

1. Que se contraiga una obligación a nombre de la persona jurídica.


2. Que la o las personas que contraigan la obligación actúen con
personería suficiente, es decir no excedan los límites de su
mandato, artículos 545 y 552 (personas jurídicas de derecho
privado sin fines de lucro) y 2160 (mandato).
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.

Concurriendo estos requisitos, las personas jurídicas deberán


responder civilmente pagando la indemnización de perjuicios que en
derecho proceda.
A su vez para que se disponga por el juez el pago de indemnización
de perjuicios se requiere acreditar:

1. Incumplimiento de una obligación;


2. Incumplimiento irrefutable, vale decir culpa o dolo del deudor (el
incumplimiento no obedece a casos fortuitos o fuerza mayor);
3. Que el deudor se encuentre en mora;
4. Que el incumplimiento ocasione perjuicios al acreedor, esto es
daño material o moral.

En cuanto a la Responsabilidad Extracontractual de las personas


jurídicas, distinguimos según se trate de daños ocasionados por
delitos o cuasidelitos que son al mismo tiempo penales y civiles o por
delitos o cuasidelitos exclusivamente civiles.
En cuanto a la responsabilidad civil que pueda derivar de la comisión
de delitos o cuasidelitos penales y civiles, debemos atenernos a la
regla contemplada en el inc. 2º del art. 58 del Código Procesal Penal,
ya citada, en relación con los artículos 2314 y siguientes del Código
Civil.
Responsabilidad Extracontractual.
Para Carlos Ducci, se incurre en esta responsabilidad por los daños
que produzca la actividad de una persona jurídica realizada por
intermedio de cualquiera de las personas que la integran, tengan o
no representación. Como fuente de la obligación se cita el artículo
2320 del Código Civil, uno de cuyos ejemplos alude a los empresarios
y dependientes bajo el cuidado de los primeros.
En el caso de las personas jurídicas no siempre es posible conocer al
dependiente que ejecutó el acto que produjo el daño. La doctrina
entiende que en tal caso la empresa debe responder si se acredita
que la causa de ese daño se encuentra en la organización humana
que titulariza. Se trata de una responsabilidad directa.

TRANSMISIBILIDAD DE LA ACCIÓN DE RESPONSABILIDAD


EXTRACONRACTUAL.
La acción de responsabilidad extracontractual es
transmisible.
La acción derivada de un hecho ilícito es transmisible por testamento
o ab intestato, a título singular o universal. Luego pueden ejercitarla
tanto los herederos como los legatarios.
Si la víctima fue íntegramente indemnizada por el autor del ilícito, no
podrá dirigirse en contra de quien obtuvo provecho del dolo ajeno,
pues habría un enriquecimiento sin causa.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
GUILLERMO LAGOS.

¿Es transmisible la acción de responsabilidad por daño moral?


Para el análisis de este problema debemos hacer algunas
distinciones:

1. La víctima fallece cuando ya hay sentencia que acoge la


demanda por daño moral.
Ninguna duda cabe que si la sentencia ordenó pagar a la víctima
directa una indemnización por cualquier tipo de daño (material o
moral), si ésta fallece, la acción para cobrar la indemnización se
transmite a sus herederos (1097 del Código Civil).

2. Caso en que la víctima demanda en vida, pero fallece


durante el pleito.
Si la víctima directa litigaba por sí sola, se aplica el artículo 5o del
Código de Procedimiento Civil y si lo hacía a través de mandatario
judicial este mandato se mantiene.

3. Caso en que la víctima fallece antes de deducir la acción.


La pregunta que cabe formular es si en este supuesto ¿pueden sus
herederos demandar el daño moral sufrido por la víctima directa?

La acción de responsabilidad extracontractual se puede ceder


por acto entre vivos a cualquier título, de acuerdo a las reglas
generales.
En este caso, no se divisa inconveniente alguno para que pueda
demandar el cesionario.

También podría gustarte