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hitos y protagonistas
Los primeros médicos del Río de la Plata
The pioneering doctors in Río de la Plata
Palabras clave: Salud Pública – Historia de la Medicina – Río de la Plata
Key words: Public Health – History of Medicine – Río de la Plata

Federico Pérgola
Academia Nacional de Ciencias

E
n la época de dominación hispá- ro se decía ‘cirujano de su Majestad’, y ces por una línea muy sutil. Muchos de
nica, tal vez, strictu senso, mu- Zárate también era cirujano. A León, ellos no eran verdaderos médicos, sino
chos de aquellos que hoy figuran entre 1536 y 1587, le hallamos, ya en sacamuelas o surujanos (como se les
como médicos no lo serían: el Cabildo, Buenos Aires, ya en Asunción, ya en decía en esa época).
tiempo después, decidió distinguir entre Santa Fe, mientras Zárate, que osten- La historia del primer médico autori-
los que se decían y los que realmente taba el diploma de licenciado, fue el zado oficialmente a desenvolverse en
eran tales. Era una época de aventure- médico del mismo Pedro de Mendoza, la ciudad de Buenos Aires se encuen-
ros y muchos de ellos, así como se y, aunque viajó con éste a España, re- tra registrada en las Actas del Cabildo
animaron a cruzar el Atlántico, decidie- gresó al Río de la Plata en 1540, y del 24 de enero de 1605. Manuel Ál-
ron asignarse un título que no les co- para que ejerciera con más holgura su varez, nacido en Portugal, pide en su
rrespondía. Por otra parte, poco tiempo profesión, se le asignaron 50.000 ma- solicitud “que se le recibiese como ci-
atrás se había dejado la Edad Media, y ravedíes anuales como honorarios. rujano y se le enseñase estipendio y
la medicina alternaba entre las curas “Opina Centurión que vino también salario, obligándose a curar españoles
domésticas y el curanderismo. A pesar con Pedro de Mendoza un médico y naturales en esta ciudad; de curar y
de ello, la lista de los que arribaron con italiano, por nombre Blas de Testano- sangrar a todos de las enfermedades
la intención de ejercer era extensa. va, oriundo de Génova. Ejerció su pro- que tuvieren y acudiendo a todos
Los médicos ya habían llegado, pero fesión en la Asunción, y en 1540 con como debe y es obligado, se le den
no eran miríadas. Dirá Cantón que Alvar Núñez Cabeza de Vaca, vino otro 400 pesos en frutos de la tierra y ade-
“nació, pues, la ciudad de Buenos Aires cirujano por nombre Pedro de Sayús, más de esto le paguen las medicinas
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sin tener médico, boticario ni cura, tri- y desde 1549 actuó en la Asunción y ungüentos que pusiere”.5 Es imposi-
nidad infalible en todo pueblo de habla Pedro Sotelo, también cirujano. Médico ble conocer el monto, “en frutos de la
española”.1 de campanillas parece que fue Juan de tierra” de lo que solicitaba Álvarez. En
Berenguer Carisomo2 señala que Porras, que actuó en el Río de la Plata la siguiente sesión del Cabildo se esta-
“urgía sí la ciencia médica. Con Men- a partir de 1555, pero fue en 1575 bleció el contrato –suscrito un mes
doza vino un físico seguramente para cuando llegó ‘el primer grupo impor- después– reconociéndole lo solicitado
atender al descalabrado Fundador: tante de médicos’: Andrés Arteaga, Luis para “servir de médico y cirujano de
Fernando de Zamora. Con él se volvió Beltrán, Juan de Córdoba, Lorenzo esta ciudad, a toda ella, vecinos y mo-
a España. En la ciudad quedó, en vís- Menaglioto y Diego del Valle. Con la radores, indios y esclavos de ellos, en
peras de su despoblación, un genovés: excepción de Córdoba, es conocida la todas las enfermedades que tuvieren,
Blas Testanova, que se decía perito en actuación de los otros y sabemos que de cualquier género que fuesen, san-
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el arte de Hipócrates”. Menaglioto era ‘maese cirujano’”.3 grarlos y ventosearlos.”5


La versión de Guillermo Furlong di- Como luego se verá, Raúl A. Molina4 Tres meses después, Álvarez intenta
fiere ligeramente en los hechos, pero señala a Pedro Díaz como el primer abandonar su cargo porque los esti-
en forma notoria en cuanto al nombre médico del Río de la Plata, y este juicio pendios no llegan. En actas del Cabildo
de uno de los protagonistas: denomina estaría avalado por la indemnización se puede leer que el alcalde Icarra se
Zárate a quien casi todos los historia- que un labriego debió pagarle al mé- haría cargo de pagarle lo adeudado. El
dores llaman Zamora: “Por lo que res- dico por las heridas que le produjo. pedido de abandonar el puesto le es
pecta al Río de la Plata, sabemos que, Se presume que en 1608 ejercían denegado, pero la insistencia del mé-
en los primeros decenios del siglo XVI, cuatro médicos en Buenos Aires, aun- dico lleva a que el procurador general
como lo ha puesto de manifiesto Car- que no está claro a cuántos de ellos solicite al Cabildo el 1 de agosto “que
los R. Centurión, llegaron a Buenos les correspondería tal denominación. se despida al médico y que no cure”.
Aires dos médicos: Sebastián de León La separación entre médico y curande- Según Puga,6 “el historiador Raúl
y un tal Hernando de Zárate. El prime- ro estaba delimitada en aquel enton- Molina afirma que, por lo menos, hubo
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otro médico anterior en el año 1603, y evacuaciones por los protomédicos ros que vendían sus mejunjes en las
según registra en el Libro Real de Te- de Villa de Madrid, cortes de su Mages- plazas públicas. Un pálido reflejo de
sorería, 1586-1606, del Archivo Gene- tad (sic), y provisión de la Real Canci- esas prácticas era recibido por las co-
ral de la Nación, hoja 399, donde llería de Granada [...]”. lonias. Así, a Juan de Ovegoso Villegas,
aparece una condena del 16 de sep- En 1613 trabajaba en Buenos Aires Francisco Tello y Juan de Monjelos,
tiembre de ese año de veinte pesos a el “cirujano morador” Andrés Navarro, y que ejercían la medicina sin autoriza-
ocho reales, que el alcalde aplica a su actuación se prolongó hasta 1626. ción, se les exigió terminar con sus
Antonio López por las heridas que le En 1631, su viuda declaró que después actividades bajo la pena de multas.
dio al médico Pedro Díaz y pagó el de la muerte de su esposo había casa- Cabe reconocer que esa era una acti-
procurador Mateo Sánchez. Poco se do a una niña (que había criado como tud loable en defensa de la salud de
conoce de Pedro Díaz; tal vez hubo hija) con el cirujano Juan de Vargas. una población incauta.
otro con el mismo nombre y apellido, Habida cuenta del embalsamamien- Según Navarro, “era común que las
cierto es que posiblemente haya ejer- to del cadáver de monseñor Pedro personas que desempeñaban oficios
cido en Buenos Aires y luego se alejara Fajardo, se sabe que ese mismo año de barbero se ocuparan de la aplica-
de la ciudad hacia 1605, dejándola sin estaban en Buenos Aires los cirujanos ción de sanguijuelas y de las prácticas
médico, como se pone en evidencia Alejo Rivero y José Idueta, este último de la sangría. [...] Los barberos eran,
más tarde al llegar Manuel Álvarez”. de menor categoría. pues, sangradores; solían serlo tam-
En el libro de la Real Tesorería (foja A mediados del mismo siglo se ha- bién los herreros; los boticarios realiza-
405) consta el arribo de otro médico, bía consignado la presencia de otros ban a menudo actos de medicina y
Juan Fernández de Fonseca, que no lle- tres nuevos médicos: Jacome de Luca, cirugía. Con la oscuridad reinante, la
ga a ejercer la actividad en esta ciudad. Diego Leitado y Federico de Espinosa. escasa preparación de los diplomados,
Un año después, Francisco Bernardo Años más tarde trabajaban en la Gran la ignorancia generalmente supina de
de Gijón recibe la autorización para ejer- Aldea Manuel González Pereira, Alonso la masa, se comprende que el curan-
cer la medicina por un año. En ese Garro, Gaspar Acevedo y Manuel Álva- derismo adquiriera verdadero auge”.7
momento, varios sangradores, barberos rez Carnero, lusitano, de 40 años y A Francisco de la Reguera se le
y personas con profesiones pintorescas, casado con una criolla. aceptó el título que lo habilitaba para
como la de herrador, trabajan como En 1660, los médicos Alonso Garro ejercer en Buenos Aires a fines de la
médicos sin título o habilitación alguna. de Arecheaga y Francisco Navarro fue- década del 70 de ese mismo siglo.
Ellos son Gerónimo de Miranda, Juan ron convocados para constituir un tri- Hasta esta fecha y desde 1580, con
Cordero Margallo, Francisco Villabáñez, bunal que evaluara a Pedro de Silba o gran minuciosidad, Molina recoge el
Francisco Bernardo y quién sabe cuán- Silva y Antonio de Pasarán, quienes número de “treinta y siete profesiona-
tos curanderos y comadronas. Para querían ejercer el arte de la medicina. les, de los cuales: 20 médicos y 17
Furlong,4 en 1603 los médicos de Bue- El primero de ellos fue autorizado a cirujanos (algunos cirujanos eran mé-
nos Aires eran Gijón, Cordero Margallo, trabajar en Buenos Aires, pero Pasarán dicos, lo que altera la cuenta), un vete-
Villabáñez y Miranda. “Cuatro médicos –pese a su apellido– no pasó la prue- rinario y dos enfermeros; y en cuanto
para una población de 300 habitantes ba, y le fue prohibido curar. a la nacionalidad: 12 portugueses,
era, tal vez, un exceso de galenos”. Ante la falta de un reglamento espe- ocho españoles, tres italianos, un fla-
Gijón murió en Buenos Aires el 13 de cial para el ejercicio de la medicina o menco, un irlandés, un alemán y otro
agosto de 1626 y fue el primero que de una carrera establecida, las autori- de nacionalidad indeterminada, lo que
exhibió un título de cirujano del Proto- dades debían recurrir a estas prácticas, significa un número no escaso para
médico de Su Majestad, despachado en presumiblemente ahogadas en vicios, una ciudad recién nacida”.8 El fin del
Madrid y refrendado en Potosí. para paliar las actividades del curande- siglo XVII vería a dos nuevos cirujanos
En 1620 arribó procedente de Espa- rismo. Era una época de crisis de la en actividades profesionales: Martín
ña el sacerdote Cristóbal Gomes Polai- medicina toda, y Europa tampoco es- Galindo y Francisco R. Liper.
no, “examinado de cirugía y medicina taba exenta de alquimistas y embuste- Luego ya se iniciaba el siglo XVIII.

DECLARACIÓN DE CONFLICTO DE INTERESES: No hubo conflicto de intereses durante la realización del estudio.

Cómo citar este artículo: Pérgola F. Los primeros médicos del Río de la Plata. Rev. Argent Salud Pública. 2015; Mar;6(22):44-45.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 5
Fustinoni O, Pérgola F. Buenos Aires antiguo y la medicina. La Prensa Médica
1
Cantón E. Historia de la medicina en el Río de la Plata. Madrid, 1928. Argentina. 1980;67:361-367.
2
Berenguer Carisomo A. Cuando Buenos Aires era colonia. Buenos Aires: Aguilar; 1980. 6
Puga TF. Los primeros médicos en Buenos Aires. Actas del Primer Congreso Hispano-
3
Lanuza JL. Los primeros médicos en Buenos Aires. Buenos Aires: Lab. americano de la Historia de la Medicina. Buenos Aires, 9 al 12 de diciembre de 1980.
Roche; sin fecha. 7
Navarro JC. Historia y tradición médicas argentinas. La Semana Médica.
4
Furlong G. Médicos argentinos durante la dominación hispánica. Buenos Aires: 1934;41(32):379-389.
Huarpes; 1947. 8
Molina RA. Primeros médicos en la ciudad de la Santísima Trinidad. Buenos Aires, 1948.

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