Conteo Del Cuerpo

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COTEO DE CUERPO:

¿Se levantó Jesús de entre los muertos?


El ateo Bertrand Russell escribió en 1925, “Yo creo que cuando yo muera me podriré, y
nada de mi propio ego va a sobrevivir.”1 Bueno, eso es bueno. Russell claramente cruzaba
la línea de lo malhumorado, pero todos nosotros nos preguntamos, con quizás más
optimismo, qué nos pasará cuando muramos.
Si la vida después de la muerte no es una opción, entonces Russell tiene razón; nuestros
cuerpos se pudrirán y nada más de nosotros va a sobrevivir. Nada de conciencia. Nada de
felicidad. Nada de esperanza. Y dejando a un lado varias décadas de existencialismo, lo que
eso realmente significa es un mundo accidental sin un propósito final.
Lo que hace que Jesús sea único entre los líderes religiosos y entre los grandes líderes en
general, es su relación con la muerte. Los líderes se han encontrado con todas formas de
muertes prematuras-asesinatos, muerte auto-infligida o muerte accidental, antes de que el
mundo estuviera listo para su ida. Pero no obstante la muerte los buscó y los encontró.
Jesús no es único en que sus enemigos lo mataron; lo que no tiene precedentes, si los
evangelios han de ser creídos, es que él predijo como y cuando pasaría y se resigno a ello
(en realidad lo eligió), declarando que la muerte no tiene poder sobre él.
El teólogo R.C. Sproul ha declarado, “La afirmación de resurrección es vital para el
cristianismo. Si Cristo ha sido levantado de la muerte por Dios, entonces él tiene los
credenciales y certificado que ningún otro líder religioso posee. Buda está muerto. Mahoma
está muerto. Moisés está muerto. Confucio está muerto. Pero, de acuerdo con… el
cristianismo, Cristo está vivo.”2
Tan diferente y anormal es todo esto que una parte de nosotros nos gustaría rechazarlo
como un mito. Pero ¿ha de ser la resurrección relegada a una historia de escuela dominical-
o hay evidencias?
El investigador Josh McDowell dijo, “Después de más de setecientas horas de estudiar este
tema y minuciosamente investigar su fundamento, he llegado a la conclusión que la
resurrección de Jesucristo es uno de los más malvados, mal intencionados, despiadados
engaños jamás impuestos en las mentes de los hombres, O es el más fantástico hecho de la
historia.”3 Correcto, entonces ¿cuál es?
Mantengamos nuestras mentes abiertas.

Cínicos y Escépticos

Pero no todo el mundo esta dispuesto a examinar justamente la evidencia. Bertrand Russell
admite que él tomo de Jesús lo que “no concernía” con hechos históricos.4 El historiador
Joseph Campbell, sin citar evidencia, tranquilamente dijo a su audiencia de televisión de
PBS que la resurrección de Jesús no fue un hecho real.5 Otros estudiosos como John
Dominic Crossan del Seminario Jesús, están de acuerdo con él.6 Ninguno de estos
escépticos presentan evidencia a sus opiniones.
Verdaderos escépticos, en oposición con los cínicos, están interesados en la evidencia. En
una revista editorial escéptica llamada “¿Qué es un escéptico?” la siguiente definición es
dada: “Escepticismo es… la aplicación de la razón a alguna y todas las ideas-no se
permiten vacas sagradas. En otras palabras… los escépticos no inician una investigación
cerrados a la posibilidad de que un fenómeno podría ser real o de que una afirmación
podría ser cierta. Cuando decimos que somos “escépticos”, queremos decir que debemos
ver poderosa evidencia antes de creer.”7

A diferencia de Russell y Crossan, muchos escépticos verdaderos han investigado la


evidencia de la resurrección de Jesús. En este artículo vamos a escuchar de alguno de ellos
y ver como ellos analizaron la evidencia de lo que es quizás la más importante pregunta en
la historia de la raza humana: ¿Realmente se levanto Jesús de entre los muertos?

Profecía Propia

Con antelación a su muerte, Jesús le dijo a sus discípulos que él sería traicionado, arrestado,
y crucificado y que él volvería a la vida tres días después. ¡Ese es un plan extraño! ¿Qué
había detrás de él? Jesús no era un artista dispuesto a actuar por imposición humana; él
prometió que su muerte y resurrección le demostraría a la gente (si sus mentes y corazones
estaban abiertos) que él ciertamente era el Mesías.

El estudioso en Biblia Wilbur Smith comentó acerca de Jesús:

“Cuando él dice que Él mismo se levantaría otra vez de la muerte, el tercer día
después de que él fue crucificado, Él dice algo que solo un tonto se atrevería a decir,
si esperaba más devoción de cualquiera de sus discípulos—a menos que Él estuviera
seguro que iba a resucitar. Ningún fundador de cualquier religión del mundo
conocida por los hombres jamás se atrevió a decir una cosa como esta.”8

En otras palabras, ya que Jesús le había dicho claramente a sus discípulos que se levantaría
de nuevo de entre los muertos, el fracaso de mantener esa promesa lo expondría como un
fraude. Pero nos estamos adelantando. ¿Cómo murió Jesús antes que él (si lo hizo) se
levantara de nuevo?

Una Muerte Horrible y Después…?

Usted sabe como fueron las últimas horas de vida en la tierra de Jesús si usted vio la
película del guerrero/corazón valiente, Mel Gibson. Si usted se perdió partes de La Pasión
de Cristo porque estaba protegiendo sus ojos (hubiera sido más fácil simplemente grabar la
película con un filtro rojo en la cámara), solo voltee a las últimas paginas de cualquier
evangelio en su Nuevo Testamento para averiguar lo que se perdió.

Como predijo Jesús, él fue traicionado por uno de sus propios discípulos, Judas Iscariote, y
fue arrestado. En un juicio simulado por medio del gobernador romano, Poncio Pilatos, fue
declarado culpable de traición y condenado a morir en una cruz de madera. Antes de ser
clavado a la cruz, Jesús fue brutalmente golpeado con un gato romano de nueve colas, un
látigo con trozos de hueso y metal que rasgarían la carne. Recibió puñetazo repetidamente,
pateado, y escupido.

Después, utilizando mazos, los verdugos romanos golpearon el pesado hierro forjado
clavado en las muñecas y pies de Jesús. Finalmente dejaron caer la cruz en un agujero en la
tierra entre otras dos cruces que cargaban a ladrones condenados.

Jesús colgó allí por aproximadamente seis horas. Luego, a las 3:00 de la tarde—esa es la
hora exacta en que el cordero de la Pascua había sido sacrificado como ofrenda por los
pecados (un pequeño simbolismo allí, ¿te parece?)—Jesús grito, “consumado es” (en
Arameo), y murió. De repente, el cielo se puso oscuro y un terremoto sacudió la tierra.9

Pilatos quería confirmación de que Jesús estaba muerto antes de permitir que su cuerpo
fuera sepultado. Entonces un guardia romano hundió una lanza a su costado. La mezcla de
sangre y agua que fluyo fue una clara indicación de que Jesús estaba muerto. El cuerpo de
Jesús fue entonces bajado de la cruz y sepultado en la tumba de José de Arimatea. La
guardia romana siguiente sello la tumba, y la cuidó las veinticuatro horas reloj.

Mientras tanto, los discípulos de Jesús estaban en shock. El Dr. J.P. Moreland escribe de su
estado mental. “Ellos ya no tenían confianza de que Jesús había sido enviado por Dios.
Ellos también habían sido enseñados que Dios no dejaría a su Mesías sufrir la muerte.
Entonces se dispersaron. El movimiento de Jesús estaba prácticamente detenido en sus
sendas.”10

Toda esperanza estaba vencida. Roma y los líderes judíos habían prevalecido—o eso
parecía.

Algo Pasó

Pero no era el fin. El movimiento de Jesús no desapareció (obviamente), y de hecho el


cristianismo existe hoy como la más grande religión del mundo. Por lo tanto, tenemos que
saber que paso después de que el cuerpo de Jesús fue bajado de la cruz y puesto en la
tumba.

En un artículo del New York Times, Peter Steinfels cita los sorprendentes eventos que
ocurrieron tres días después de la muerte de Jesús:”Poco después de que Jesús fue
ejecutado, sus seguidores fueron de repente impulsados de ser un desconcertante y
encogido grupo a ser gente cuyo mensaje sobre la vida de Jesús y la venida del reino, es
predicado al riesgo de sus vidas, eventualmente cambió un Imperio. Algo pasó. … ¿pero
qué exactamente?”11 Esa es la pregunta que tenemos que contestar con una investigación
sobre los hechos.

Sólo hay cinco explicaciones posibles de la presunta resurrección de Jesús, como se retrata
en el Nuevo Testamento:

1. Jesús realmente no murió en la cruz.


2. La “resurrección” fue una conspiración.
3. Los discípulos estaban alucinando.
4. Los relatos son legendarios.
5. Realmente pasó.

Vamos a caminar a través de estas opciones y ver cual se adapta mejor a los hechos.

¿Estaba Muerto Jesús?

“Marley estaba muerta como una piedra, de eso no había duda.” Así comienza el villancico
navideño de Charles Dickens, el autor no quería que nadie estuviera equivocado en cuanto
al carácter sobrenatural de lo esta por tomar lugar. De la misma manera, antes de asumir el
papel de CSI y juntar las piezas de evidencia de una resurrección, debemos primero
establecer que hubo, de hecho, un cadáver. Después de todo, ocasionalmente los periódicos
informan sobre un “cadáver” en una morgue que luego empezó a moverse y fue restaurado.
¿Podría haber pasado algo como eso con Jesús?

Algunos han propuesto que Jesús vivió a pesar de la crucifixión y fue revivido por el frío,
aire húmedo en la tumba-“Un momento, ¿Por cuánto tiempo estuve fuera?” Pero esa teoría
no parece cuadrar con la evidencia médica. Un artículo en la revista American Medical
Association explica por qué esta llamada “teoría del desvanecimiento” es insostenible:
“Claramente, el peso de evidencia histórica y médica indicaba que Jesús estaba muerto. …
La lanza, hundida entre Su costilla derecha, probablemente perforo no solo su pulmón
derecho, pero también el pericardio y corazón y de ese modo aseguraron su muerte.”12 Pero
el escepticismo acerca de este veredicto puede ser justificado, como este caso ha estado
archivado por 2000 años. Al menos, necesitamos una segunda opinión.

Un lugar para encontrar eso es en los reportes de historiadores no cristianos de alrededor


del tiempo que Jesús vivió. Tres de estos historiadores mencionaron la muerte de Jesús.

• Lucio (c.120-después 180 d.C. se refirió a Jesús como un sofista crucificado


(filosofo). 13
• Josefo (c.37-c.100 d.C.) escribió, “En este tiempo apareció Jesús, un hombre sabio,
porque el era un emprendedor de obras asombrosas. Cuando Pilatos lo condenó a la
cruz, los principales hombres entre nosotros, lo habían acusado, aquellos que lo
amaron no cesaron de hacerlo.”14
• Tácito (c.56-c.120 d.C.) escribió, “Christus, de quien el nombre tuvo su origen,
sufrió la extrema sanción… en las manos de nuestro procurador, Poncio Pilatos.”15

Esto es un poco como ir entre los archivos y buscando aquel de un día de primavera en el
primer siglo. The Jerusalem Post publicó en primera página una historia diciendo que Jesús
fue crucificado y muerto. No esta mal el trabajo de detective, y bastamente concluyente.

De hecho, no hay relatos históricos de cristianos, romanos, o judíos que discuten ya sea la
muerte de Jesús o su entierro. Incluso Crossan, un escéptico de la resurrección, esta de
acuerdo que Jesús realmente vivió y murió. “Que él fue crucificado es tan seguro como
cualquier hecho histórico puede llegar a ser”16 A la luz de tal evidencia, parece que estamos
en buena tierra para descartar la primera de nuestras cinco opciones. Jesús estaba
claramente muerto, “de eso no hubo duda.”

La Cuestión de una Tumba Vacía

Ningún historiador serio realmente duda que Jesús estuviera muerto cuando fue bajado de
la cruz. Sin embargo, muchos se han preguntado cómo el cuerpo de Jesús desapareció de la
tumba. El periodista inglés, Dr. Frank Morison inicialmente pensó que la resurrección era o
un mito o un engaño, y él empezó a investigar para escribir un libro refutándolo.17 El libro
se hizo famoso pero por razones diferentes que su propósito original, como veremos.

Morison empezó por intentar resolver el caso de una tumba vacía. La tumba pertenecía a un
miembro del Concilio Sanedrín, José de Arimatea. En Israel en aquel tiempo, para estar en
el concilio había que ser una estrella de rock. Todos sabían quien estaba en el concilio. José
debe haber sido una persona real. De lo contrario, los líderes judíos habrían expuesto la
historia como un fraude en su intento de refutar la resurrección. También, la tumba de José
habría sido en un muy conocido lugar y fácilmente identificable, entonces cualquier
pensamiento de que Jesús se haya “perdido en el cementerio” necesitaría ser descartado.

Morison se preguntaba por qué los enemigos de Jesús habían permitido que el “mito de la
tumba vacía” persistiera si no era cierto. El descubrimiento del cuerpo de Jesús habría
instantáneamente matado toda la conspiración.

Y lo que es conocido históricamente de los enemigos de Jesús es que ellos acusaron a los
discípulos de Jesús de robarse el cuerpo, una acusación claramente basada en una creencia
compartida de que la tumba estaba vacía.

El Dr. Paul L. Maier, profesor de historia antigua en Western Michigan University, de la


misma manera declaró, “Si toda la evidencia es pesada cuidadosamente y justamente, es
ciertamente justificable… concluir que la tumba en la que Jesús estaba enterrado estaba
realmente vacía en la mañana de la primera Pascua. Y ninguna evidencia ha sido
descubierta aún… que refutaría esta declaración.”18

Los líderes judíos estaban aturdidos, y acusaron a los discípulos de robare el cuerpo de
Jesús. Pero los romanos habían asignado a una unidad de guardias entrenados (de 4 a 12
soldados) a vigilar la tumba las 24 horas. Morison preguntó, “¿Cómo podrían estos
profesionales haber dejado que el cuerpo de Jesús sea objeto de vandalismo?” Habría sido
imposible para cualquiera haber escapado de los guardias romanos y haber movido una
piedra de dos toneladas. Sin embargo la piedra fue movida y el cuerpo de Jesús había
desaparecido.

Si el cuerpo de Jesús estaba en un lugar donde se podría encontrar, sus enemigos hubieran
rápidamente expuesto la resurrección como un fraude. Tom Anderson, antiguo presidente
de la Asociación de Abogados de Juicio de California, resume la fuerza de sus argumentos:
“Con un evento tan bien publicado, ¿no cree usted que es razonable que un
historiador, un testigo ocular, un antagonista habría registrado para todos los
tiempos que él había visto el cuerpo de Jesús?… El silencio de la historia es
ensordecedor cuando viene al testimonio en contra de la resurrección.”19

Así que, sin cuerpo de evidencia, y con una conocida tumba claramente vacía, Morison
aceptó la evidencia como sólida de que el cuerpo de Jesús había desaparecido de alguna
manera de la tumba.

¿Un Robo de la Tumba?

Como Morison continuó su investigación, él empezó a examinar los motivos de los


seguidores de Jesús. Tal vez la supuesta resurrección fue en realidad un cuerpo robado.
Pero si es así, ¿cómo se explica todos los informes de las apariciones del Jesús resucitado?
El historiador Paul Johnson, en Historia de los Judíos, escribió, “Lo que importaba no eran
las circunstancias de su muerte pero el hecho de que él estaba ampliamente y
obstinadamente siendo creído, por un creciente circulo de personas, de haberse levantado
de nuevo.”20 La tumba estaba ciertamente vacía. Pero no era la mera ausencia del cuerpo
que habría impulsado a los seguidores de Jesús (especialmente si ellos habían sido los que
lo habían robado). Algo extraordinario debía haber pasado, para que los seguidores de Jesús
cesaran el duelo, cesaran de esconderse, y empezaran sin miedo a proclamar que ellos
habían visto a Jesús vivo.

Cada testigo ocular cuenta informes de que Jesús de repente apareció en forma física a sus
seguidores, a las mujeres primero. Morison se pregunta por qué los conspiradores habrían
hecho a las mujeres centrales en su conspiración. En el primer siglo, las mujeres casi no
tenían derechos, personalidad, o estatus. Si la conspiración habría de tener éxito, Morison
razonó, los conspiradores habrían retratado a hombres, no mujeres, como los primeros en
ver a Jesús vivo. Y todavía escuchamos que las mujeres lo tocaron, le hablaron, y fueron las
primeras en encontrar la tumba vacía.

Más tarde, de acuerdo con los relatos de los testigos oculares, todos los discípulos vieron a
Jesús en más de diez ocasiones diferentes. Ellos escribieron que él les mostró sus manos y
pies y les dijo que lo tocaran. Y él se reporta que él comió con ellos y más tarde apareció
con vida a más de 500 seguidores en una ocasión.

El erudito legal John Warwick Montgomery declaró, “En el 56 d.C el apóstol Pablo
escribió que más de 500 personas habían visto al Jesús resucitado y que la mayoría de ellos
seguían con vida (1 Corintios 15:6.) Se pasa de los límites de credibilidad que los primeros
cristianos podrían haber fabricado tal cuento y entonces predicado entre aquellos quienes
podían fácilmente haberlo refutado simplemente al producir el cuerpo de Jesús.”21

Los estudiosos de la Biblia Geisler y Turek están de acuerdo. “Si la Resurrección no ha


ocurrido, ¿por qué habría dado el apóstol Pablo tal lista de supuestos testigos? El habría
inmediatamente perdido toda credibilidad de sus lectores de Corintios por mentir tan
descaradamente.”22
Pedro le dijo a una multitud en Cesara porque él y los otros discípulos estaban tan
convencidos de que Jesús estaba vivo.

Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Lo
mataron, colgándolo de un madero, pero Dios lo resucitó al tercer día… comimos y
bebimos con él después de su resurrección. (Hechos 10:39-41)

El británico estudioso en Biblia Michael Green observó, “Las apariciones de Jesús son tan
bien autenticadas como nada en la antigüedad. … No puede haber duda racional de que
ellas ocurrieron.”23

Consecuente hasta el Final

Como si los informes de los testigos no fueran suficientes para desafiar al escéptico de
Morison, él estaba también desconcertado por el comportamiento de los discípulos. Un
hecho de la historia que ha dejado perplejo a historiadores, psicólogos, y escépticos por
igual es que estos 11 cobardes estaban de repente dispuestos a sufrir humillación, tortura, y
muerte. Todos menos uno de los discípulos de Jesús fueron asesinados como mártires.
¿Ellos habrían hecho tanto por una mentira, sabiendo que ellos habían tomado el cuerpo?

Los mártires islámicos del 11 de septiembre demostraron que algunos morirían por una
falsa causa en la que ellos creían. Sin embargo para ser un mártir dispuesto a morir por una
mentira conocida es locura. Como Paul Little escribió, “Los hombres morirán por lo que
ellos creen que es verdad, aunque en realidad sea falso. Sin embargo, ellos no morirían por
lo que creen que es una mentira.”24 Los discípulos de Jesús se portaron de una manera
consistente con una genuina creencia de que su líder estaba vivo.

Nadie ha explicado adecuadamente por qué los discípulos habrían estado dispuestos a morir
por una mentira conocida. Pero incluso si todos ellos conspiraron para mentir sobre la
resurrección de Jesús, ¿cómo pudieron ellos haber mantenido la conspiración viva por
décadas sin que al menos uno de ellos se vendiera por dinero o posición? Moreland
escribió, “Aquellos que mienten por una ganancia personal no se quedan juntos mucho
tiempo, especialmente cuando las dificultades disminuyen los beneficios.”25

El antiguo “hombre-hacha” de la administración Nixon, Chuck Colson, implicado con el


escándalo Watergate, remarco la dificultad de que varias personas mantengan una mentira
un periodo extenso de tiempo.

“Yo sé que la resurrección es un hecho, y Watergate lo demostró para mi. ¿Cómo?


Porque 12 hombres testificaron haber visto a Jesús levantarse de la muerte, y
después ellos proclamaron la verdad por 40 años, ni una sola vez negándolo. Cada
uno fue golpeado, torturado, apedreado y puesto en prisión. Ellos no habrían
resistido eso si no fuera verdad. Watergate implicaba 12 de los más poderosos
hombres en el mundo—y ellos no pudieron mantener una mentira por tres semanas.
¿Usted me esta diciendo que 12 apóstoles pudieron mantener una mentira por 40
años? Absolutamente imposible.”26
Algo pasó que cambió todo para estos hombres y mujeres. Morison reconoció, “Cualquiera
que venga a este problema ha de enfrentarse tarde o temprano al hecho de que no puede ser
explicado de lejos. … Este hecho es que… una convicción profunda vino a un grupo
pequeño de personas—un cambio que atestigua al hecho de que Jesús se había levantado de
la tumba.”27

¿Estaban Alucinando los Discípulos?

La gente todavía piensa que ven a un gordo, Elvis de pelo gris lanzándose en Dunkin
Donuts. Y después hay aquellos que creen que ellos pasaron la noche con extraterrestres en
la nave nodriza siendo sometidos a indescriptibles pruebas. A veces ciertas personas
pueden “ver” cosas que ellos quieren, cosas que no están realmente allí. Y eso es el por que
algunos han afirmado que los discípulos estaban tan angustiados sobre la crucifixión que
sus deseos de ver a Jesús vivo causo una alucinación en masa. ¿Convincente?

El psicólogo Gary Collins, antiguo presidente de la Asociación Americana de Consejeros


Cristianos, fue interrogado sobre la posibilidad de que alucinaciones estuvieran detrás del
cambio radical de comportamiento de los discípulos. Collins comento: “Las alucinaciones
son acontecimientos individuales. Por su propia naturaleza, solo una persona puede ver una
alucinación dada en un tiempo. Ellas ciertamente no son algo que puede ser visto por un
grupo de personas.”28

La alucinación no es siquiera una remota posibilidad, de acuerdo con el psicólogo Thomas


J. Thorburn. “Es absolutamente inconcebible que… quinientas personas, con un promedio
sensato de mente… puedan experimentar todo tipo de impresiones sensuales—visuales,
auditivas, de tacto—y que todas estas… experiencias puedan caer completamente sobre…
alucinación.”29

Es más, en la psicología de alucinaciones, la persona necesitaría estar en un estado de


ánimo donde ellos deseen ver tanto a esa persona que su mente lo consiga. Dos líderes
importantes de la iglesia primitiva, Santiago y Pablo, ambos se encontraron a un Jesús
resucitado sin que alguno lo esperara o tuviera esperanza de experimentar ese placer. El
apóstol Pablo, de hecho condujo las primeras persecuciones de cristianos, y su conversión
permanece inexplicable excepto por su propio testimonio de que Jesús se le apareció,
resucitado.

De Mentira a Leyenda.

Unos escépticos no convencidos atribuyen la historia de la resurrección a una leyenda que


comenzó con una o más personas mintiendo o pensando que ellos vieron a Jesús resucitado.
Con el tiempo, la leyenda habría crecido y habría sido adornada al ser pasada alrededor. En
esta teoría, la resurrección de Jesús es comparable con la mesa redonda del Rey Arturo, la
pequeña incapacidad de Georgie Washington de decir una mentira, y la promesa de que la
Seguridad Social será solvente cuando la necesitamos.

Pero hay tres problemas principales con esta teoría.


1. Las leyendas raramente se desarrollan mientras testigos oculares están vivos para
refutarla. Un historiador de las antiguas Roma y Grecia, A.N. Sherwin-White,
argumenta que la noticia de la resurrección se esparció muy pronto y muy rápido
para que pueda haber sido una leyenda.30
2. Las leyendas se desarrollan por tradición oral y no vienen con documentos
históricos contemporáneos que pueden ser verificados. Sin embargo los evangelios
fueron escritos a tres décadas de la resurrección.31
3. La teoría de la leyenda no explica adecuadamente ni el hecho de la tumba vacía o de
la históricamente comprobada convicción de los apóstoles de que Jesús estaba
vivo.32

Por qué Gana el Cristianismo

Morison estaba desconcertado por el hecho de que “un diminuto movimiento insignificante
era capaz de prevalecer sobre la apretada astucia del establecimiento judío, así como el
poder de Roma.” ¿Por qué gano, en la cara de todas esas probabilidades en contra?

Él escribió, “En veinte años, la afirmación de estos campesinos galileos había trastornado la
iglesia judía. … En menos de cincuenta años había empezado a amenazar la paz del
Imperio Romano. Cuando hemos dicho todo lo que puede ser dicho… seguimos
enfrentándonos con el mayor misterio de todos. ¿Por qué gana?”33

Con toda razón, el cristianismo debería haber muerto en la cruz cuando los discípulos
huyeron por sus vidas. Pero los apóstoles continuaron y establecieron un creciente
movimiento cristiano.

J.N.D. Anderson escribió, “Piense en lo psicológicamente absurdo de imaginarse a una


pequeña banda de cobardes derrotados en una habitación superior un día y unos pocos días
después transformados en una compañía que ninguna persecución podría callar—y luego
intentando atribuirle este cambio dramático a nada más convincente que una fabricación
miserable. …Eso simplemente no tendría sentido.”34

Muchos eruditos creen (en palabras de un antiguo comentarista) que “la sangre de los
mártires fue la semilla de la iglesia.” El historiador Will Durant observó, “El César y Cristo
se habían encontrado en la arena y Cristo había ganado.”35

Una Sorprendente Conclusión

Con mito, alucinación, y un defecto de autopsia descartados, con evidencia irrefutable para
una tumba vacía, con un cuerpo considerable de testigos oculares de su reaparición, y con
la inexplicable transformación e impacto sobre el mundo de aquellos que clamaron haberlo
visto. Morison se convenció de que su juicio preconcebido de la resurrección de Jesucristo
había estado errado. Él empezó a escribir un libro diferente—titulado ¿Quién movió la
Piedra?—para detallar sus nuevas conclusiones. Morison simplemente siguió el rastro de
evidencia, pista por pista, hasta que la verdad del caso le parecía clara. Su sorpresa fue que
la evidencia lo llevó a creer en la resurrección.
En su primer capitulo, “El Libro que se Negó a Ser Escrito,” este antiguo escéptico explica
como la evidencia lo convenció de que la resurrección de Jesús fue un acontecimiento
histórico real. “Fue como si un hombre se dispuso a cruzar un bosque por un familiar y bien
retirado camino y salió de repente por donde él no esperaba salir.”36

Morison no esta sólo. Otros incontables escépticos han examinado la evidencia de la


resurrección de Jesús, y lo han aceptado como el más sorprendente hecho en toda la historia
de la humanidad. Pero la resurrección de Jesucristo plantea la pregunta: ¿Qué tiene que ver
el hecho de que Jesús derrotó a la muerte con mi vida? La respuesta a esa pregunta es
acerca de lo que se trata el cristianismo del Nuevo Testamento.

Notas Finales
1. Paul Edwards, “Great Minds: Bertrand Russell,” Free Inquiry, December 2004/January
2005, 46.

2 R. C. Sproul, Reason to Believe (Grand Rapids, MI: Lamplighter, 1982), 44.

3 Josh McDowell, The New Evidence That Demands a Verdict (San Bernardino, CA:
Here’s Life, 1999), 203.

4 Bertrand Russell, Why I Am Not a Christian (New York: Simon & Schuster, 1957), 16.

5 Joseph Campbell, una entrevista con Bill Moyers, Joseph Campbell and the Power of
Myth, PBS TV special, 1988.

6 Michael J. Wilkins and J. P. Moreland, eds, Jesus Under Fire (Grand Rapids, MI:
Zondervan, 1995), 2.

7 “What Is a Skeptic?” editorial in Skeptic, vol 11, no. 2), 5.

8 McDowell, New Evidence, 209.


9 El Historiador Will Durant reportó “Cerca del mediado del primer siglo un pagano
llamado Thalus… argumento que la oscuridad anormal que supuestamente acompañó la
muerte de Cristo era puramente un fenómeno natural y coincidencia; el argumento asumió
la existencia de Cristo. Negar la existencia nunca parece habersele ocurrido al más
rencoroso gentil o oponente del cristianismo naciente.” Will Durant, Caesar and Christ, vol.
3 of The Story of Civilization (New York: Simon & Schuster, 1972), 555.

10 Citado en Lee Strobel, The Case for Christ (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1998), 246.

11 Peter Steinfels, “Jesus Died—And Then What Happened?” New York Times, April 3,
1988, E9.

12 Citado en McDowell, New Evidence, 224.

13 Citado en McDowell, New Evidence, 82.


14 McDowell, 82.

15 McDowell, 81, 82.

16 Gary R. Habermas and Michael R. Licona, The Case for the Resurrection of Jesus
(Grand Rapids, MI: Kregel, 2004), 49.

17 Morison, 9.

18 Citado en Josh McDowell, The Resurrection Factor (San Bernardino, CA: Here’s Life,
1981), 10.

19 Citado en McDowell, The Resurrection Factor, 66.

20 Paul Johnson, A History of the Jews (New York: Harper & Row, 1988), 130.

21 Citado en McDowell, New Evidence, 249.

22 Norman L. Geisler and Frank Turek, I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist
(Wheaton, IL: Crossway, 2004), 243.

23 Michael Green, The Empty Cross of Jesus (Downers Grove, IL: InterVarsity, 1984), 97,
Citado en John Ankerberg and John Weldon, Knowing the Truth about the Resurrection
(Eugene, OR: Harvest House), 22.

24 Paul Little, Know Why You Believe (Wheaton, IL: Victor, 1967), 44.

25 J. P. Moreland, Scaling the Secular City, (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 2000),
172.

26 Charles Colson, “The Paradox of Power,” Power to Change,


www.powertochange.ie/changed/index_Leaders.

27 Morison, 104.

28 Citado en Strobel, 238.

29 Citado en McDowell, New Evidence, 274.

30 Citado en Jesus Under Fire, 154.

31 Habermas, 85.

32 Habermas, 87.

33 Morison, 115.
34 Citado en McDowell, 249.

35 Durant, 652.

36 Citado en McDowell, 9

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