Conteo Del Cuerpo
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Cínicos y Escépticos
Pero no todo el mundo esta dispuesto a examinar justamente la evidencia. Bertrand Russell
admite que él tomo de Jesús lo que “no concernía” con hechos históricos.4 El historiador
Joseph Campbell, sin citar evidencia, tranquilamente dijo a su audiencia de televisión de
PBS que la resurrección de Jesús no fue un hecho real.5 Otros estudiosos como John
Dominic Crossan del Seminario Jesús, están de acuerdo con él.6 Ninguno de estos
escépticos presentan evidencia a sus opiniones.
Verdaderos escépticos, en oposición con los cínicos, están interesados en la evidencia. En
una revista editorial escéptica llamada “¿Qué es un escéptico?” la siguiente definición es
dada: “Escepticismo es… la aplicación de la razón a alguna y todas las ideas-no se
permiten vacas sagradas. En otras palabras… los escépticos no inician una investigación
cerrados a la posibilidad de que un fenómeno podría ser real o de que una afirmación
podría ser cierta. Cuando decimos que somos “escépticos”, queremos decir que debemos
ver poderosa evidencia antes de creer.”7
Profecía Propia
Con antelación a su muerte, Jesús le dijo a sus discípulos que él sería traicionado, arrestado,
y crucificado y que él volvería a la vida tres días después. ¡Ese es un plan extraño! ¿Qué
había detrás de él? Jesús no era un artista dispuesto a actuar por imposición humana; él
prometió que su muerte y resurrección le demostraría a la gente (si sus mentes y corazones
estaban abiertos) que él ciertamente era el Mesías.
“Cuando él dice que Él mismo se levantaría otra vez de la muerte, el tercer día
después de que él fue crucificado, Él dice algo que solo un tonto se atrevería a decir,
si esperaba más devoción de cualquiera de sus discípulos—a menos que Él estuviera
seguro que iba a resucitar. Ningún fundador de cualquier religión del mundo
conocida por los hombres jamás se atrevió a decir una cosa como esta.”8
En otras palabras, ya que Jesús le había dicho claramente a sus discípulos que se levantaría
de nuevo de entre los muertos, el fracaso de mantener esa promesa lo expondría como un
fraude. Pero nos estamos adelantando. ¿Cómo murió Jesús antes que él (si lo hizo) se
levantara de nuevo?
Usted sabe como fueron las últimas horas de vida en la tierra de Jesús si usted vio la
película del guerrero/corazón valiente, Mel Gibson. Si usted se perdió partes de La Pasión
de Cristo porque estaba protegiendo sus ojos (hubiera sido más fácil simplemente grabar la
película con un filtro rojo en la cámara), solo voltee a las últimas paginas de cualquier
evangelio en su Nuevo Testamento para averiguar lo que se perdió.
Como predijo Jesús, él fue traicionado por uno de sus propios discípulos, Judas Iscariote, y
fue arrestado. En un juicio simulado por medio del gobernador romano, Poncio Pilatos, fue
declarado culpable de traición y condenado a morir en una cruz de madera. Antes de ser
clavado a la cruz, Jesús fue brutalmente golpeado con un gato romano de nueve colas, un
látigo con trozos de hueso y metal que rasgarían la carne. Recibió puñetazo repetidamente,
pateado, y escupido.
Después, utilizando mazos, los verdugos romanos golpearon el pesado hierro forjado
clavado en las muñecas y pies de Jesús. Finalmente dejaron caer la cruz en un agujero en la
tierra entre otras dos cruces que cargaban a ladrones condenados.
Jesús colgó allí por aproximadamente seis horas. Luego, a las 3:00 de la tarde—esa es la
hora exacta en que el cordero de la Pascua había sido sacrificado como ofrenda por los
pecados (un pequeño simbolismo allí, ¿te parece?)—Jesús grito, “consumado es” (en
Arameo), y murió. De repente, el cielo se puso oscuro y un terremoto sacudió la tierra.9
Pilatos quería confirmación de que Jesús estaba muerto antes de permitir que su cuerpo
fuera sepultado. Entonces un guardia romano hundió una lanza a su costado. La mezcla de
sangre y agua que fluyo fue una clara indicación de que Jesús estaba muerto. El cuerpo de
Jesús fue entonces bajado de la cruz y sepultado en la tumba de José de Arimatea. La
guardia romana siguiente sello la tumba, y la cuidó las veinticuatro horas reloj.
Mientras tanto, los discípulos de Jesús estaban en shock. El Dr. J.P. Moreland escribe de su
estado mental. “Ellos ya no tenían confianza de que Jesús había sido enviado por Dios.
Ellos también habían sido enseñados que Dios no dejaría a su Mesías sufrir la muerte.
Entonces se dispersaron. El movimiento de Jesús estaba prácticamente detenido en sus
sendas.”10
Toda esperanza estaba vencida. Roma y los líderes judíos habían prevalecido—o eso
parecía.
Algo Pasó
En un artículo del New York Times, Peter Steinfels cita los sorprendentes eventos que
ocurrieron tres días después de la muerte de Jesús:”Poco después de que Jesús fue
ejecutado, sus seguidores fueron de repente impulsados de ser un desconcertante y
encogido grupo a ser gente cuyo mensaje sobre la vida de Jesús y la venida del reino, es
predicado al riesgo de sus vidas, eventualmente cambió un Imperio. Algo pasó. … ¿pero
qué exactamente?”11 Esa es la pregunta que tenemos que contestar con una investigación
sobre los hechos.
Sólo hay cinco explicaciones posibles de la presunta resurrección de Jesús, como se retrata
en el Nuevo Testamento:
Vamos a caminar a través de estas opciones y ver cual se adapta mejor a los hechos.
“Marley estaba muerta como una piedra, de eso no había duda.” Así comienza el villancico
navideño de Charles Dickens, el autor no quería que nadie estuviera equivocado en cuanto
al carácter sobrenatural de lo esta por tomar lugar. De la misma manera, antes de asumir el
papel de CSI y juntar las piezas de evidencia de una resurrección, debemos primero
establecer que hubo, de hecho, un cadáver. Después de todo, ocasionalmente los periódicos
informan sobre un “cadáver” en una morgue que luego empezó a moverse y fue restaurado.
¿Podría haber pasado algo como eso con Jesús?
Algunos han propuesto que Jesús vivió a pesar de la crucifixión y fue revivido por el frío,
aire húmedo en la tumba-“Un momento, ¿Por cuánto tiempo estuve fuera?” Pero esa teoría
no parece cuadrar con la evidencia médica. Un artículo en la revista American Medical
Association explica por qué esta llamada “teoría del desvanecimiento” es insostenible:
“Claramente, el peso de evidencia histórica y médica indicaba que Jesús estaba muerto. …
La lanza, hundida entre Su costilla derecha, probablemente perforo no solo su pulmón
derecho, pero también el pericardio y corazón y de ese modo aseguraron su muerte.”12 Pero
el escepticismo acerca de este veredicto puede ser justificado, como este caso ha estado
archivado por 2000 años. Al menos, necesitamos una segunda opinión.
Esto es un poco como ir entre los archivos y buscando aquel de un día de primavera en el
primer siglo. The Jerusalem Post publicó en primera página una historia diciendo que Jesús
fue crucificado y muerto. No esta mal el trabajo de detective, y bastamente concluyente.
De hecho, no hay relatos históricos de cristianos, romanos, o judíos que discuten ya sea la
muerte de Jesús o su entierro. Incluso Crossan, un escéptico de la resurrección, esta de
acuerdo que Jesús realmente vivió y murió. “Que él fue crucificado es tan seguro como
cualquier hecho histórico puede llegar a ser”16 A la luz de tal evidencia, parece que estamos
en buena tierra para descartar la primera de nuestras cinco opciones. Jesús estaba
claramente muerto, “de eso no hubo duda.”
Ningún historiador serio realmente duda que Jesús estuviera muerto cuando fue bajado de
la cruz. Sin embargo, muchos se han preguntado cómo el cuerpo de Jesús desapareció de la
tumba. El periodista inglés, Dr. Frank Morison inicialmente pensó que la resurrección era o
un mito o un engaño, y él empezó a investigar para escribir un libro refutándolo.17 El libro
se hizo famoso pero por razones diferentes que su propósito original, como veremos.
Morison empezó por intentar resolver el caso de una tumba vacía. La tumba pertenecía a un
miembro del Concilio Sanedrín, José de Arimatea. En Israel en aquel tiempo, para estar en
el concilio había que ser una estrella de rock. Todos sabían quien estaba en el concilio. José
debe haber sido una persona real. De lo contrario, los líderes judíos habrían expuesto la
historia como un fraude en su intento de refutar la resurrección. También, la tumba de José
habría sido en un muy conocido lugar y fácilmente identificable, entonces cualquier
pensamiento de que Jesús se haya “perdido en el cementerio” necesitaría ser descartado.
Morison se preguntaba por qué los enemigos de Jesús habían permitido que el “mito de la
tumba vacía” persistiera si no era cierto. El descubrimiento del cuerpo de Jesús habría
instantáneamente matado toda la conspiración.
Y lo que es conocido históricamente de los enemigos de Jesús es que ellos acusaron a los
discípulos de Jesús de robarse el cuerpo, una acusación claramente basada en una creencia
compartida de que la tumba estaba vacía.
Los líderes judíos estaban aturdidos, y acusaron a los discípulos de robare el cuerpo de
Jesús. Pero los romanos habían asignado a una unidad de guardias entrenados (de 4 a 12
soldados) a vigilar la tumba las 24 horas. Morison preguntó, “¿Cómo podrían estos
profesionales haber dejado que el cuerpo de Jesús sea objeto de vandalismo?” Habría sido
imposible para cualquiera haber escapado de los guardias romanos y haber movido una
piedra de dos toneladas. Sin embargo la piedra fue movida y el cuerpo de Jesús había
desaparecido.
Si el cuerpo de Jesús estaba en un lugar donde se podría encontrar, sus enemigos hubieran
rápidamente expuesto la resurrección como un fraude. Tom Anderson, antiguo presidente
de la Asociación de Abogados de Juicio de California, resume la fuerza de sus argumentos:
“Con un evento tan bien publicado, ¿no cree usted que es razonable que un
historiador, un testigo ocular, un antagonista habría registrado para todos los
tiempos que él había visto el cuerpo de Jesús?… El silencio de la historia es
ensordecedor cuando viene al testimonio en contra de la resurrección.”19
Así que, sin cuerpo de evidencia, y con una conocida tumba claramente vacía, Morison
aceptó la evidencia como sólida de que el cuerpo de Jesús había desaparecido de alguna
manera de la tumba.
Cada testigo ocular cuenta informes de que Jesús de repente apareció en forma física a sus
seguidores, a las mujeres primero. Morison se pregunta por qué los conspiradores habrían
hecho a las mujeres centrales en su conspiración. En el primer siglo, las mujeres casi no
tenían derechos, personalidad, o estatus. Si la conspiración habría de tener éxito, Morison
razonó, los conspiradores habrían retratado a hombres, no mujeres, como los primeros en
ver a Jesús vivo. Y todavía escuchamos que las mujeres lo tocaron, le hablaron, y fueron las
primeras en encontrar la tumba vacía.
Más tarde, de acuerdo con los relatos de los testigos oculares, todos los discípulos vieron a
Jesús en más de diez ocasiones diferentes. Ellos escribieron que él les mostró sus manos y
pies y les dijo que lo tocaran. Y él se reporta que él comió con ellos y más tarde apareció
con vida a más de 500 seguidores en una ocasión.
El erudito legal John Warwick Montgomery declaró, “En el 56 d.C el apóstol Pablo
escribió que más de 500 personas habían visto al Jesús resucitado y que la mayoría de ellos
seguían con vida (1 Corintios 15:6.) Se pasa de los límites de credibilidad que los primeros
cristianos podrían haber fabricado tal cuento y entonces predicado entre aquellos quienes
podían fácilmente haberlo refutado simplemente al producir el cuerpo de Jesús.”21
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Lo
mataron, colgándolo de un madero, pero Dios lo resucitó al tercer día… comimos y
bebimos con él después de su resurrección. (Hechos 10:39-41)
El británico estudioso en Biblia Michael Green observó, “Las apariciones de Jesús son tan
bien autenticadas como nada en la antigüedad. … No puede haber duda racional de que
ellas ocurrieron.”23
Como si los informes de los testigos no fueran suficientes para desafiar al escéptico de
Morison, él estaba también desconcertado por el comportamiento de los discípulos. Un
hecho de la historia que ha dejado perplejo a historiadores, psicólogos, y escépticos por
igual es que estos 11 cobardes estaban de repente dispuestos a sufrir humillación, tortura, y
muerte. Todos menos uno de los discípulos de Jesús fueron asesinados como mártires.
¿Ellos habrían hecho tanto por una mentira, sabiendo que ellos habían tomado el cuerpo?
Los mártires islámicos del 11 de septiembre demostraron que algunos morirían por una
falsa causa en la que ellos creían. Sin embargo para ser un mártir dispuesto a morir por una
mentira conocida es locura. Como Paul Little escribió, “Los hombres morirán por lo que
ellos creen que es verdad, aunque en realidad sea falso. Sin embargo, ellos no morirían por
lo que creen que es una mentira.”24 Los discípulos de Jesús se portaron de una manera
consistente con una genuina creencia de que su líder estaba vivo.
Nadie ha explicado adecuadamente por qué los discípulos habrían estado dispuestos a morir
por una mentira conocida. Pero incluso si todos ellos conspiraron para mentir sobre la
resurrección de Jesús, ¿cómo pudieron ellos haber mantenido la conspiración viva por
décadas sin que al menos uno de ellos se vendiera por dinero o posición? Moreland
escribió, “Aquellos que mienten por una ganancia personal no se quedan juntos mucho
tiempo, especialmente cuando las dificultades disminuyen los beneficios.”25
La gente todavía piensa que ven a un gordo, Elvis de pelo gris lanzándose en Dunkin
Donuts. Y después hay aquellos que creen que ellos pasaron la noche con extraterrestres en
la nave nodriza siendo sometidos a indescriptibles pruebas. A veces ciertas personas
pueden “ver” cosas que ellos quieren, cosas que no están realmente allí. Y eso es el por que
algunos han afirmado que los discípulos estaban tan angustiados sobre la crucifixión que
sus deseos de ver a Jesús vivo causo una alucinación en masa. ¿Convincente?
De Mentira a Leyenda.
Morison estaba desconcertado por el hecho de que “un diminuto movimiento insignificante
era capaz de prevalecer sobre la apretada astucia del establecimiento judío, así como el
poder de Roma.” ¿Por qué gano, en la cara de todas esas probabilidades en contra?
Él escribió, “En veinte años, la afirmación de estos campesinos galileos había trastornado la
iglesia judía. … En menos de cincuenta años había empezado a amenazar la paz del
Imperio Romano. Cuando hemos dicho todo lo que puede ser dicho… seguimos
enfrentándonos con el mayor misterio de todos. ¿Por qué gana?”33
Con toda razón, el cristianismo debería haber muerto en la cruz cuando los discípulos
huyeron por sus vidas. Pero los apóstoles continuaron y establecieron un creciente
movimiento cristiano.
Muchos eruditos creen (en palabras de un antiguo comentarista) que “la sangre de los
mártires fue la semilla de la iglesia.” El historiador Will Durant observó, “El César y Cristo
se habían encontrado en la arena y Cristo había ganado.”35
Con mito, alucinación, y un defecto de autopsia descartados, con evidencia irrefutable para
una tumba vacía, con un cuerpo considerable de testigos oculares de su reaparición, y con
la inexplicable transformación e impacto sobre el mundo de aquellos que clamaron haberlo
visto. Morison se convenció de que su juicio preconcebido de la resurrección de Jesucristo
había estado errado. Él empezó a escribir un libro diferente—titulado ¿Quién movió la
Piedra?—para detallar sus nuevas conclusiones. Morison simplemente siguió el rastro de
evidencia, pista por pista, hasta que la verdad del caso le parecía clara. Su sorpresa fue que
la evidencia lo llevó a creer en la resurrección.
En su primer capitulo, “El Libro que se Negó a Ser Escrito,” este antiguo escéptico explica
como la evidencia lo convenció de que la resurrección de Jesús fue un acontecimiento
histórico real. “Fue como si un hombre se dispuso a cruzar un bosque por un familiar y bien
retirado camino y salió de repente por donde él no esperaba salir.”36
Notas Finales
1. Paul Edwards, “Great Minds: Bertrand Russell,” Free Inquiry, December 2004/January
2005, 46.
3 Josh McDowell, The New Evidence That Demands a Verdict (San Bernardino, CA:
Here’s Life, 1999), 203.
4 Bertrand Russell, Why I Am Not a Christian (New York: Simon & Schuster, 1957), 16.
5 Joseph Campbell, una entrevista con Bill Moyers, Joseph Campbell and the Power of
Myth, PBS TV special, 1988.
6 Michael J. Wilkins and J. P. Moreland, eds, Jesus Under Fire (Grand Rapids, MI:
Zondervan, 1995), 2.
10 Citado en Lee Strobel, The Case for Christ (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1998), 246.
11 Peter Steinfels, “Jesus Died—And Then What Happened?” New York Times, April 3,
1988, E9.
16 Gary R. Habermas and Michael R. Licona, The Case for the Resurrection of Jesus
(Grand Rapids, MI: Kregel, 2004), 49.
17 Morison, 9.
18 Citado en Josh McDowell, The Resurrection Factor (San Bernardino, CA: Here’s Life,
1981), 10.
20 Paul Johnson, A History of the Jews (New York: Harper & Row, 1988), 130.
22 Norman L. Geisler and Frank Turek, I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist
(Wheaton, IL: Crossway, 2004), 243.
23 Michael Green, The Empty Cross of Jesus (Downers Grove, IL: InterVarsity, 1984), 97,
Citado en John Ankerberg and John Weldon, Knowing the Truth about the Resurrection
(Eugene, OR: Harvest House), 22.
24 Paul Little, Know Why You Believe (Wheaton, IL: Victor, 1967), 44.
25 J. P. Moreland, Scaling the Secular City, (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 2000),
172.
27 Morison, 104.
31 Habermas, 85.
32 Habermas, 87.
33 Morison, 115.
34 Citado en McDowell, 249.
35 Durant, 652.
36 Citado en McDowell, 9