Taller Fallo de Nicaragua - Ensayo

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RELACIONAMIENTO INTERNACIONAL Y DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO

Ensayo argumentativo delimitación del territorio marítimo y zonas limítrofes


Sentencia del caso de Nicaragua

Presentado por:
Lorenzo Herney Arias Ávila
Omar Danilo Pineda Sanabria
Adriannys Nicoll Inca Cuello
Juan Sebastián Miranda Sánchez
Alexander Gutiérrez Traslaviña

Régimen Jurídico Áreas Marítimas y Espacio Aéreo

Docente:
Fabricio López Barón

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DE CIENCIA Y DESARROLLO


Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas
Bucaramanga/Tunja
Octubre 2024

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INTRODUCCIÓN

Nicaragua y Colombia han sostenido una disputa relativa a la soberanía y los límites

territoriales y marítimos respecto de las Islas de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y los

cayos e islotes de Alburquerque, Roncador, Serrana, Bajo Nuevo, Quitasueño y Serranilla, pero

esta contienda no se enmarcaba únicamente en los límites, sino que tenía un trasfondo

económico.

Este conflicto fue resuelto por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), al emitir el fallo

del 19 de noviembre de 2012, el cual tuvo en cuenta aspectos importantes como los legales,

históricos y geopolíticos, para finalmente fallar a favor de Nicaragua, redefiniendo la

delimitación marítima, lo que tuvo un gran impacto significativo en las relaciones entre

Nicaragua y Colombia, así como en el derecho internacional relacionado con la delimitación de

fronteras marítimas en el Mar Caribe, fallo, que provocó diferentes reacciones, pues Colombia

mostró su descontento por la pérdida de zonas marítimas y Nicaragua lo celebró como una

victoria al ver su frontera marítima ampliada.

Esta sentencia es un ejemplo de cómo la CIJ busca resolver disputas territoriales y

marítimos a través de principios internacionales, incluso si esto implica modificar límites

tradicionales no reconocidos formalmente, destacando además que las decisiones emitidas por

esta Corte son vinculantes para los estados involucrados, aunque su implementación y aceptación

pueden conllevar retos diplomáticos y políticos.

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Base argumentativa del fallo:

Tanto Colombia como Nicaragua han aceptado, para la delimitación de sus zonas

marítimas por varias normas y tratados internacionales, que para el caso que ocupa este escrito,

como las más relevantes se tiene: 1) La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del

Mar (CONVEMAR): Firmada el 10 de diciembre de 1982, y, 2) Tratados bilaterales y

multilaterales: para el caso que nos ocupa Nicaragua suscribió con Colombia, el tratado Esguerra

– Bárcenas en 1928, instrumentos normativos y acuerdos han contribuido a establecer y regular

las fronteras marítimas entre los dos países.

Frente a las Islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, la soberanía de Colombia

fue reconocida por Nicaragua y para ello se suscribió el tratado Esguerra – Bárcenas, el cual

quedó aprobado mediante la Ley 93 de 1928, Artículo I, cuyo aparte al respecto indica: “y la

República de Nicaragua reconoce la soberanía y pleno dominio de la República de Colombia

sobre las islas de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y todas las demás islas, islotes y cayos

que hacen parte de dicho archipiélago de San Andrés. No se consideran incluidos en este Tratado

los cayos Roncador, Quitasueño y Serrana; el dominio de los cuales está en litigio entre

Colombia y los Estados Unidos de América”. (Cancilleria.gov.co, 1928).

La disputa ente Colombia y Estados Unidos sobre la soberanía de los cayos Roncador,

Quitasueño y Serrana, finalmente resuelta con la suscripción del Tratado Vásquez-Saccio,

suscrito el 08 de septiembre de 1972 y aprobado mediante la Ley 52 de 31 de diciembre de 1972,

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en donde Estado Unidos “..renuncia por el presente a cualesquiera y a todas las reclamaciones de

soberanía sobre Quitasueño, Roncador y Serrana” (Juriscol, 1973).

Sin embargo, Nicaragua, queriendo desconocer el tratado Esguerra – Bárcenas, con el

argumento que Colombia aprovechando la situación en que se encontraba el país, bajo la

dictadura de Anastacio Somoza, quien gobernó entre los años 1925-1980, a quien se le atribuye

una “obediencia ciega” a los Estados Unidos y la poca capacidad para defender su territorio

pretendió a través de la demanda presentada en contra de Colombia, que, a través de una

sentencia se ponga fin a esta disputa limítrofe, máxime si en este tratado no se habían delimitado

las áreas marinas y submarinas, error que, de cierta manera, le costó a Colombia la pérdida de

una zona territorial y de explotación económica importante.

El Doctor Diego Uribe Vargas, en su libro “El Meridano 82” definió de manera correcta

la naturaleza de este conflicto, al indicar que “La disputa colombo-nicaragüense es básicamente

territorial, aunque existen raíces económicas y estratégicas en el conflicto”. (URIBE, 1999, pág.

20), y es que la interpretación que nuestro país tenía como frontera marítima con Nicaragua hacía

referencia al meridiano 82 de Greenwich, que fue definido de facto por Colombia, pues hasta allí

llega la plataforma continental de San Andrés, trazando una línea recta que abarcaba, e islotes de

Alburquerque, Roncador, Serrana, Bajo Nuevo, Quitasueño y Serranilla y por lo tanto, es una

zona que, además de su riqueza natural, posee reservas de petróleo que, económicamente

hablando hacen muy llamativa la necesidad de Nicaragua en pelar dichos territorios y es por ello

que, en este proceso, por su alta complejidad que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) tuvo

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que desarrollar varios puntos del derecho internacional y de los tratados existentes y vigentes,

para lograr emitir un fallo justo y equitativo.

Ahora bien, la Convemar, que es la abreviatura de la Convención de las Naciones Unidas

sobre el Derecho del Mar, que fue adoptada el 10 de diciembre de 1982, establece un régimen

legal y de orden para todas las actividades relacionadas con los océanos y los mares. Esta

convención regula aspectos como los derechos de navegación, la delimitación de límites

marinos, la conservación de los recursos marinos y la protección del medio ambiente marino y

que trae una serie de alcances tanto para Colombia y Nicaragua y hacen parte del conflicto

limítrofe marítimo, tales como:

1. Proporcionar directrices sobre cómo se deben delimitar las fronteras marítimas

entre los países, lo que puede afectar las zonas económicas exclusivas (ZEE) y los derechos de

pesca y explotación de recursos marinos.

2. Ambos países tienen derechos sobre los recursos marinos dentro de sus ZEE, pero

deben respetar las normas de Convemar, lo que ha dado lugar a querellas sobre la soberanía y la

gestión de estos recursos.

3. Nicaragua ha presentado reclamaciones sobre áreas marítimas que Colombia

considera parte de su territorio, incluyendo el archipiélago de San Andrés.

4. Convemar también establece una serie de disposiciones para la protección del

medio ambiente marino, lo que implica que ambos países tienen la responsabilidad de adoptar

medidas para prevenir la contaminación y conservar la biodiversidad en sus aguas.

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5. La Convemar presenta tanto oportunidades como desafíos para los dos países,

especialmente en lo que respecta a la delimitación de fronteras marítimas y la gestión de

recursos, así como la necesidad de cooperación y cumplimiento de normativas internacionales.

En el caso entre Nicaragua y Colombia, la CIJ, en este fallo, permite entender cómo se

desarrollan los litigios internacionales respecto a disputas territoriales y marítimas entre los

países, en el entendido que, el Estado es un sujeto del derecho internacional si se tiene en cuenta

que es “la organización jurídica de una sociedad bajo su poder de dominación que ejerce en

determinado territorio” (RODRIGUEZ, 2003), para este caso, es competente esta autoridad

judicial para conocer del mismo, proceso que se inicia con la demanda que Nicaragua radica ante

la CIJ en diciembre del año 2001, en donde, básicamente solicitaba que ésta autoridad judicial

internacional, determinara los derechos marítimos sobre el Mar Caribe de Nicaragua en relación

con Colombia, solicitando igualmente que se delimitara la frontera marítima entre los dos países,

basando sus peticiones en el argumento de que el demandado (Colombia) ejercía control sobre

áreas que Nicaragua consideraba como parte de su plataforma continental y zona económica

exclusiva, para ello, hizo la exposición sus argumentos y presentando sus respectivas pruebas, a

su vez Colombia respondió con un contramemorial, defendiendo su posición y derechos sobre las

áreas disputadas, incluyendo las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y siendo los

representantes de los dos países escuchados en sendas audiencias orales, dentro de las cuales se

contestaron preguntas de los jueces y presentaron sus alegatos.

Me centraré en la defensa de Colombia ante la CIJ, la cual se asentó sus argumentos en lo

siguiente:

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• Colombia defiende su soberanía sobre el Archipiélago de San Andrés,

Providencia y Santa Catalina, argumentando que estas islas son parte integral de su territorio.

Indicando que la delimitación de la plataforma continental se debe hacer desde estas islas.

• Colombia manifiesta que sus acciones y reclamaciones sobre el mar territorial y la

plataforma continental eran coherentes con el derecho internacional, incluyendo la Convención

de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.

• La defensa de Colombia, igualmente, hace un recuento histórico de la presencia

del país en esa región, resaltando que siempre había ejercido control y autoridad sobre las aguas

y las islas en disputa desde tiempos coloniales, lo que reforzaba su reclamo de soberanía.

• Se presentaron argumentos sobre la interpretación de tratados previos, en

particular aquellos que se referían a la delimitación marítima (Esguerra – Bárcenas de 1928),

para sostener que sus derechos sobre la plataforma continental eran válidos.

• Se presentaron consideraciones sobre los intereses económicos, geopolíticos y

estratégicos en la región, arguyendo que la delimitación solicitada por Nicaragua podría afectar

su acceso a recursos naturales en la plataforma continental.

• La defensa del territorio también se centró en el elemento humano, es decir de los

pueblos raizales en la región del mar Caribe, pues estas comunidades tiene una valiosa herencia

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cultural y ancestral desarrollada a lo largo de los años, principalmente en las Islas de San Andrés,

Providencia y Santa Catalina, que dadas sus influencias indígenas, africanas y europeas, han

dado lugar a una identidad cultural única, distinguida por su lengua, el criollo sanandresano, que

es un idioma que tiene influencias del inglés y del español y sus tradiciones culturales (música,

danza, gastronomía), que reflejas su historia, modo de vida y su estrecha relación estrecha con el

mar, como pilares fundamentales para su subsistencia y cultura y fue uno de los temas que

influyeron en la decisión de la CIJ.

Para la Corte, los argumentos de los dos países son válidos pero para emitir el fallo,

además se tuvo que analizar varias normas legales, principios del derecho internacional,

contextos históricos, de explotación económica y por supuesto las pruebas, entendiendo como

temas claves los siguientes:

1. Derecho Internacional sobre derechos sobre el Mar: La corte examinó la

Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que regula las aguas territoriales

y las zonas económicas exclusivas y los principios del derecho internacional, tales como: a)

Principio de no intervención y autodeterminación y, b) La equidistancia y la delimitación justa,

que son fundamentales y fueron considerados en relación a las alegaciones de Nicaragua

respecto a la presencia y acciones de Colombia.

También se consideraron, los tratados bilaterales y las resoluciones anteriores entre

ambos países, así como el contexto histórico de estas disposiciones, los derechos de los estados

sobre los recursos naturales en sus respectivas zonas económicas exclusivas.

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2. Soberanía Territorial: Se abordaron cuestiones de soberanía sobre determinadas

islas e isletas, así como el reconocimiento de derechos históricos sobre los territorios en disputa.

3. Derechos de los Pueblos: La CIJ tomó en cuenta las implicaciones para los

pueblos indígenas de la región, examinando los derechos para ambos países, reconociendo su

conexión con los territorios y aguas en disputa.

4. Evaluación de pruebas: Se evaluaron las pruebas presentadas por ambas partes,

incluyendo mapas, documentos históricos y testimonios que sustentaban las reclamaciones

territoriales.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, el 19 de noviembre de 2012, la Corte emitió su

sentencia resolviendo, en resumen, lo siguiente:

i) Confirmó la soberanía de Colombia sobre el Archipiélago de San Andrés,

Providencia y Santa Catalina, así como sobre algunos cayos, incluidos Cayos de Quitasueño,

Serrana, Roncador y Bajo Nuevo.

ii) La Corte realizó una delimitación marítima entre Nicaragua y Colombia. Mientras

que reconoció las aguas territoriales del archipiélago bajo soberanía colombiana, extendió la

plataforma continental de Nicaragua más hacia el este, otorgándole una mayor extensión de mar

territorial, más allá del meridiano 82 que Colombia consideraba como su límite ya que éste

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meridiano había sido utilizado de facto como límite por Colombia, pero no era reconocido

formalmente como tal por Nicaragua. En este punto la corte afirmó que los límites marítimos

debían ser determinados de acuerdo a principios de equidad y equidistancia, por lo que delimitó

una nueva frontera marítima que extendió la jurisdicción de Nicaragua en el mar Caribe,

otorgándole partes significativas de la zona económica exclusiva en las que Colombia antes tenía

control.

Para nuestro país este fallo, presentó algunas afectaciones, principalmente:

• La pérdida de parte del mar territorial en el Mar Caribe, afectando su soberanía

sobre varias islas y zonas marítimas que tradicionalmente había considerado como parte de su

territorio, sin embargo, San Andrés y Providencia, aunque se confirmó la soberanía detentada por

Colombia, ahora presentan una nueva delimitación.

• Se presenta un impacto económico importante pues se restringió el acceso de los

habitantes colombianos a recursos naturales derivados de la pesca y el acceso a las reservas de

hidrocarburos las áreas marítimas afectadas.

• La nueva delimitación ha generado preocupaciones respecto de la seguridad en

este territorio, pues hay una posibilidad muy alta de que aumente la actividad de grupos armados

y narcotraficantes.

• Este fallo aumentó las tensiones en las relaciones diplomáticas ente Nicaragua y

Colombia, que se traduce en un desafío, teniendo en cuenta los conflictos históricos entre los dos

países.

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• Teniendo en cuenta que el fallo despojó a Colombia de áreas marítimas

significativas, se generaron varios debates políticos internos que derivó en la evaluación de las

estrategias de defensa y la política exterior de nuestro país.

• A pesar del fallo, Nicaragua continúa con sus reclamos territoriales, máxime

cuando no se ha podido lograr, a través de la diplomacia, implementarlo, lo que se traduce en un

contante ambiente de incertidumbre respecto a las futuras fronteras marítimas y terrestres del

país, afectando la planificación de proyectos colombianos en esta región a largo plazo.

CONCLUSIÓN

La disputa entre Colombia y Nicaragua sobre la delimitación de fronteras marítimas en el

Caribe es un caso complejo que destaca aspectos cruciales del derecho internacional,

especialmente el derecho del mar. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) aplicó el principio de

equidad, buscando un balance entre los derechos territoriales de ambos países. Sin embargo, la

pérdida de más de 75.000 km² de territorio marítimo para Colombia ha generado preocupaciones

sobre la soberanía y los recursos económicos de las comunidades del archipiélago de San Andrés

y Providencia.

Desde una perspectiva jurídica, la CIJ ha evitado un conflicto armado directo, pero ha

intensificado las tensiones diplomáticas. Colombia ha manifestado su intención de no acatar el

fallo, alegando violaciones a derechos históricos. Esto plantea interrogantes sobre la fuerza

vinculante de las decisiones internacionales y la obligación de los Estados de cumplirlas.

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El caso ilustra cómo la globalización ha transformado el concepto de soberanía, ya que el

control sobre recursos estratégicos, como los marinos, es vital para los Estados. La interpretación

de la CIJ sobre la zona económica exclusiva (ZEE) refuerza la idea de que las islas no deben ser

consideradas costas continentales para la proyección marítima, otorgando a Nicaragua un mayor

acceso a recursos.

Este conflicto resalta la importancia de las relaciones diplomáticas y la negociación en la

resolución de disputas territoriales. Como futuro abogado, es fundamental entender cómo los

principios del derecho pueden chocar con las realidades políticas y económicas, y la necesidad

de una estrategia legal sólida en el ámbito internacional. En conclusión, el caso Colombia-

Nicaragua es un ejemplo de la interacción entre el derecho y las políticas nacionales, enfatizando

la importancia de la diplomacia y la preparación legal en la defensa de intereses estatales.

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Cibergrafia

Ley 93 de 1928 del 17 de noviembre de 1928, “Que aprueba de Tratado sobre cuestiones

territoriales entre Colombia y Nicaragua”.

https://www.cancilleria.gov.co/sites/default/files/Normograma/docs/ley_0093_1928.htm

Carcedo Diego (2022). Historia y Vida. Tachito Somoza, el déspota que poseía

Nicaragua. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-

contemporanea/20220917/8524742/tachito-somoza-despota-poseia-nicaragua.html

URIBE, V. Diego. El Meridiano 82. Frontera Marítima entre Colombia y Nicaragua. U.

Jorge Tadeo Lozano. 1999. https://www.diegouribevargas.com/wp-

content/uploads/2017/10/22.ElMeridiano82.pdf

Ley 52 del 31 de diciembre de 1973 “Por la cual se aprueba el “Tratado entre el Gobierno

de la República de Colombia y el Gobierno de los Estados Unidos de América relativo a la

situación de Quitasueño, Roncador y Serrana”. https://www.suin-

juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Leyes/1606188

Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. OMI. 1982.

https://www.un.org/depts/los/convention_agreements/texts/unclos/convemar_es.pdf

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