Nicaragua VS Colombia
Nicaragua VS Colombia
Nicaragua VS Colombia
Departamento de Español
Lengua Castellana
Presentado por:
2017
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VEREDICTO
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PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
PREGUNTA
¿Cuáles fueron las consecuencias sociales y económicas del proceso de delimitación
de San Andrés?
OBJETIVO GENERAL:
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
Internacional de Justicia.
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RESUMEN
ABSTRACT
Nicaragua claimed in December 2001, before the International Court of Justice, the entire
archipelago of San Andrés, as well as all maritime areas to the east, west, north and south of
the archipelago, as well as an immediate delimitation of the continental shelf and the
economic zone between Colombia and Nicaragua. The result of this process was the loss of
Colombian territory and a severe reduction of the continental shelf. The population of the
Colombian archipelago was severely affected by the court ruling executed on November 19,
2012, and could now be considered abandoned by the rest of the country. This essay will
identify inconsistencies in the process developed by the Court, and will expose the situation
of poverty, neglect and desolation in which the islanders have been plunged during these
years.
Keywords: Continental shelf, maritime delimitation, relevant coasts, International Court of
Justice, Treaty of 1928, Pact of Bogotá, San Andrés archipelago, Preliminary objections,
Judgment.
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¿Cuáles fueron las consecuencias sociales y económicas del proceso de delimitación
marítima entre Colombia y Nicaragua, y su afectación en la población del
Archipiélago de San Andrés?
INTRODUCCIÓN
Las diferencias territoriales entre Colombia y Nicaragua han existido desde 1800. Los
intentos más claros de posesión territorial por parte de Nicaragua fueron en los años 1880,
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Tratado que proclama delimitaciones entre los países en conflicto
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Tratado donde la mayoría de los países de América se comprometieron a solucionar de forma
pacífica sus controversias y aceptan jurisdicción de la CIJ..
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1890 y 1896, estos fueron firmemente rechazados por Colombia, pero pese a esto Nicaragua
invadió islas colombianas en 1894 y las proclamó propias. Buscando soluciones pacíficas los
cancilleres y presidentes colombianos realizaron acuerdos con el gobierno nicaragüense del
momento. Colombia y Nicaragua lograron la firma de un acuerdo en 1930, al aceptarlo
terminaron los problemas territoriales con los países centroamericanos para Colombia.
Por lo tanto, en este ensayo se establecerán las consecuencias del proceso de delimitación
entre Colombia y Nicaragua que afectaron tanto social como económicamente a la población
del Archipiélago de San Andrés y de las islas aledañas. Para sustentar lo anterior, primero se
realizará la identificación de la posición colombiana ante el fallo y las razones de la CIJ para
realizar la nueva delimitación. Posteriormente, se desarrollará un análisis de los argumentos
expuestos por Nicaragua, y de las dudas y especulaciones existentes frente al proceso
realizado para la determinación de la sentencia. Finalmente, y para concluir, se reconocerá la
afectación existente en el Archipiélago de San Andrés por la decisión de la Corte
Internacional de Justicia, con respecto a su dominio marítimo y territorial.
CUERPO
El tratado no fue aceptado por Nicaragua hasta 1930, pero al aceptarlo terminaron los
problemas territoriales con los países centroamericanos para Colombia. Fue inimaginable
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pensar que 80 años después, Nicaragua desconocería ese tratado y reanudaría sus intentos de
obtención del territorio marítimo colombiano.
Son diversas las reacciones frente a la demanda de Nicaragua, se difiere frente a creer o
no en sus intenciones y son múltiples las críticas al manejo que se le ha dado al proceso por
parte del gobierno colombiano. Respecto a esto el Doctor Alberto Lozano Simonelli,
abogado, historiador y político, recalca el desempeño colombiano diciendo:
Esto es una prueba contundente de la tradición secular colombiana de honradez y buena fe en sus
posiciones internacionales. Somos transparentes y diáfanos en nuestro comportamiento. No nos
asusta que existan puntos de vista favorables a Nicaragua. Y eso está bien. Al fin y al cabo, la
definición más elemental y última del derecho es eso: “dar a cada cual lo suyo”. Nada más ni
nada menos. (Lozano Simonelli, 2003)
Lozano, también hace referencia a las pretensiones nicaragüenses, y frente a estas dice:
Los principios consuetudinarios del derecho internacional, así como sus normas escritas,
reconocen la intangibilidad de los tratados de carácter territorial, rechazando cualquier intento de
desconocerlos de manera unilateral y arbitraria. La “santidad” de los tratados públicos constituye
el cimiento de la paz mundial y de la convivencia entre los pueblos. (Lozano Simonelli, 2003)
Un medio de defensa que poseen los Estados Parte de la Convención, para que el caso no
llegue al análisis de vulneración o de derechos humanos y/o de cumplimiento o de las
obligaciones convencionales; es la posibilidad que el caso no prosiga con su trámite regular,
por aspectos netamente formales. (Gonzáles Serrano, 2011)
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gobierno, se pone en duda tanto la competencia de la Corte Internacional de Justicia para la
solución de este caso, como la inadmisibilidad de la demanda, por estar basada en hechos
que ya se habían solucionado previamente por las partes en disputa, motivo por el cual el
gobierno colombiano dice, no constituiría una controversia internacional, ni la demanda
tendría un efecto útil. Colombia hace un énfasis en la vigencia del Tratado Esguerra-
Bárcenas. Con esto la defensa colombiana afirma que lo alegado por el demandante
(Nicaragua), fue resuelto hace más de 70 años, con el consentimiento de ambos países ya que
existía una disputa previa por el territorio. “Así, al interponer este procedimiento Nicaragua
busca reabrir una materia que fue definida desde hace mucho tiempo”3.
3
Territorial and Maritime dispute (Nicaragua v. Colombia) Preliminary objections of the
Government of Colombia, vol I, Julio 2003, “Escrito Excepciones”.
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incompetente rationae materiae4, no lo sería rationae personae5, gracias al retiro de los
colombianos de la cláusula facultativa de jurisdicción obligatoria.
La Corte tenía una decisión que tomar, iniciando por su misma competencia, Colombia
establecía que el Tratado de 1928 continuaba en vigencia, así que por lo tanto si la corte
concluía que no solo era válido, sino que también solucionaba la cuestión, se declararía
incompetente. De lo contrario, ella tendría competencia material sobre el tema, la corte
estableció:
Por más de 50 años Nicaragua ha considerado valido el Tratado de 1928 y (…) En ningún
momento de estos 50 años, sostuvo Nicaragua que el Tratado no era válido por la razón que
fuera (…) Al contrario, Nicaragua actuó de manera significativa como si el tratado de 1928
fuese valido. (CIJ, Territorial and Maritime Dispute (Nicaragua v. Colombia), I.C.J.,
Preliminary objections, 13 de diciembre de 2007)
4
Por razón de la materia: denominación dada a la competencia que se determina por la razón de la
materia o cosas disputadas.
5
Por razón de la persona: competencia de un juez cuando se rige por el fuero de una de las partes, y
que cabe renunciar si no se propone la excepción consiguiente al contestar la demanda.
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el título de soberanía a Colombia sobre islas que hacen parte de Alburquerque, de Bajo
Nuevo, los Cayos del Este-Sudeste, de Quitasueño, de Roncador, de Serrana y de Serranilla.
Gracias a este fragmento del fallo, la defensa colombiana lograba verse alentada.
Posteriormente, quedaba un punto sin resolver, la delimitación marítima entre los dos países,
en efecto, la Corte procedió a trazar una línea fronteriza sin considerar los puntos de
referencia, que serían las islas ya señaladas.
La Corte declara que, tras un estudio de lo más beneficiosa para las partes, “no se
encuentra una gran desproporción entre la relación de áreas marítimas relevantes y la relación
de las longitudes de las costas.”, pese a que hay una diferencia de 1 a 8,2 en la relación de las
costas pertinentes. Como resultado de la “equitativa” delimitación de la CIJ, Colombia perdió
una gran porción de su territorio marítimo, además cabe resaltar que no solo se perdió mar
hacia el oriente, sino que, ahora la frontera marítima se redujo por el norte y el sur en una
especie de rectángulo trazado por la Corte. Colombia obtuvo el territorio, pero perdió
soberanía en su mar, en las zonas económicas exclusivas y por ende en el lecho marino y los
posibles recursos que albergarían.
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defensa nicaragüense solicitaba principalmente la declaración como jurídicamente invalidó
El Tratado de 1928, con la invalidez de este tratado Nicaragua buscaba que todos los títulos
de Colombia sobre los archipiélagos decayeran por falta de sustento legal. Afortunadamente
la CIJ desestimó por completo este argumento de la defensa de Nicaragua. Otro de los
principales argumentos del gobierno nicaragüense era que el Archipiélago de San Andrés,
Providencia y Santa Catalina hacían parte de su plataforma continental y por consiguiente le
pertenecía, más en contra de este argumento esta la aclaración que desde el Tratado de 1928
el límite de la Plataforma Continental se encuentra incontrovertiblemente definido por el
Meridiano 82º, que a la vez siempre ha delimitado todos los espacios marítimos entre
Colombia y Nicaragua. Igualmente, al momento del fallo, la corte desestimo el meridiano
como punto de delimitación, según Prieto & Lozano, juristas internacionales, esto: “Para
Nicaragua fue una gran victoria que la Corte no considerase el meridiano 82° como la
frontera, pues esto le permitiría reivindicar territorios que según ella le pertenecerían por
encontrarse sobre su plataforma continental extendida.” (Prieto, 2013)
Nicaragua como otro argumento presentó el Libro Blanco, el cual fue creado el 4 de
febrero de 1980, este es: “Es una pequeña parte de todo el cúmulo de documentos, pruebas y
demás que demuestran los legítimos derechos que asisten a Nicaragua en su lucha por
mantener y defender la integridad de sus territorios insulares y plataforma continental…”
(Uribe Vargas, 1980). Con la presentación de este Libro Blanco, Nicaragua argumentó que
su punto de vista fue expuesto desde ese momento y por lo tanto tendría que ser respetado.
Para sustentar su demanda Nicaragua también presentó un memorial, el cual contenía
múltiples argumentos, y uno de ellos dice:
Están los alegatos jurídicos sobre el derecho que tenía Nicaragua a poseer la costa de Mosquitos
y las islas adyacentes bajo el principio del uti possidetis iuris6, alegando que los mencionados
territorios se encontraban bajo el dominio de la Capitanía General de Guatemala antes de la
expedición de la Real Orden de 1803, que fue revocada con posterioridad en el año de 1806;
entendiendo además que la Real Orden de 1803 no consistía en un acto de transferencia territorial
al Virreinato de la Nueva Granda, sino un mero acto administrativo de defensa de los territorios
hispánicos en el antiguo régimen, por tal razón, para el gobierno de Nicaragua los territorios en
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Cuando los beligerantes conservan provisionalmente el territorio poseído al final de un
conflicto, internamente, hasta que se disponga otra cosa por un tratado entre las partes.
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disputa nunca salieron del dominio de la Capitanía de Guatemala y una vez efectuada la transición
entre el antiguo régimen y los regímenes republicanos surgidos con la independencia, serían las
repúblicas surgidas de la antigua capitanía quienes deberían dominar el archipiélago de San Andrés
y Providencia y la costa de Mosquitos, y no el Virreinato de la Nueva Granada. (Alvarado, 2014)
Con este argumento Nicaragua asegura que, mirando al pasado, el territorio en litigio es
parte de su soberanía, más ese argumento no es válido, pues Colombia ha ejercido soberanía
en el archipiélago desde antes de la completa separación de la nueva Granada, por lo tanto,
ambos países tienen el mismo derecho histórico sobre el territorio y el mar que lo rodean.
Ahora, respecto a la sentencia de la Corte, han surgido múltiples dudas sobre el proceso
realizado para la delimitación. La Corte, para dar su sentencia, realizó un proceso el cual fue
mencionado previamente, el Doctor Prieto, explica una de las principales inconformidades:
“La metodología da como resultado una proporción de 1 a 8,2 a favor de Nicaragua respecto de la
medida de las costas pertinentes que, para Nicaragua serian de 531 km, mientras que para Colombia
dicha extensión no sería sino de 65 km.” (Prieto, 2013) En lo anterior se sugiere una decisión
injusta por parte de la CIJ, pues es clara la diferencia territorial respecto a las costas
pertinentes, tan solo en el primer paso para la solución del conflicto. Siguiendo con el proceso
Prieto continua:
Nótese que, sin embargo, ni Quitasueño, ni Serranilla7 fueron tenidos en cuenta para la
identificación de la composición del Archipiélago, ni para la definición de las costas relevantes.
(…) Si se mira el mapa podemos constatar que la Corte redujo implícitamente la longitud del
Archipiélago a menos de la mitad (…) lo que se produjo fue un arrinconamiento del Archipiélago
,y por ende del territorio colombiano.(…) la Corte continuaba creyendo que Colombia se vería
beneficiada con un mayor territorio, lo cual no tendría sentido ya que la delimitación de las costas
pertinentes de Nicaragua son 8 veces más grande que la colombiana. (Prieto, 2013)
7 Cayos colombianos.
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colombiano, pues supone la pérdida de gran espacio de mar, aprox. el 10% de territorio
marítimo que antes poseía Colombia8, por ende, del lecho submarino y de los posibles
recursos que albergaría el subsuelo. Con esta decisión, según Prieto “la corte no hizo más
que agravar las tensiones entre los dos Estados”, empezando por la negación de Colombia de
retirar su marina del territorio en litigio, además de múltiple enfrentamientos y propuestas
para llevar el caso a la ONU o a la OEA9. Otro problema para Colombia es que los fallos de
la CIJ son definitivos y, por lo tanto, los hechos constatados y los derechos reconocidos no
pueden volver a ser objeto de controversia, esto deja al gobierno colombiano con muy pocas
opciones para recurrir. En la actualidad, Colombia enfrenta 2013 dos nuevas demandas por
parte de Nicaragua, una, impuesta el 16 de noviembre de 2013, la cual es la pretensión de la
plataforma continental extendida más allá de las 200 millas náuticas, y la otra, del 26 de
noviembre del mismo año, argumentando que se ha incumplido el fallo que redefinió los
límites marítimos entre ambos países. Estas demandas se encuentran en vilo, pues hasta esta
fecha se está comenzando el desarrollo de la sentencia.
En este punto es justo hacer un enfoque en la población isleña afectada, es decir, los
habitantes del Archipiélago de San Andrés y Providencia, pues sin duda son los más
perjudicados por la sentencia de la CIJ. Esa zona del país había basado su economía en la
actividad pesquera, la mayoría de la población recibía su sustento diario de esta actividad,
así mismo, de las islas provenía bastante pescado y mariscos, los cuales se consumían en el
país e incluso se exportaban. Para soportar las pérdidas que el fallo de la Haya generó, algunas
islas cambiaron su economía y, aunque siguen siendo una población pesquera, convirtieron
el turismo en uno de sus principales motores económicos. Pero para su infortunio, aunque
esta actividad les sirve de sustento, las perdidas en las islas son notorias tras la pérdida del
territorio marítimo.
“Antes del fallo, las embarcaciones industriales y artesanales partían en las primeras horas de la
mañana para atracar en los bancos de pesca de San Andrés y Providencia. Entonces, mariscos,
pescados y caracoles llenaban las redes de los hombres que separaban una generosa ración para
alimentar a su familia, vendiendo el resto en el mercado local. Pero después de ese funesto 19 de
8
De acuerdo con el Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Una perdida de 928.660 km2.
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Organización de los Estados Americanos.
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noviembre, las grandes empresas pesqueras que estaban matriculadas en Colombia se vieron en
la obligación de migrar hacia Nicaragua. Siguen pescando donde lo habían hecho durante décadas,
pero ahora están afiliadas a ese país”, contó Silvia Montoya, secretaria de Agricultura y Pesca de
San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Según ella, la situación ha llevado a que los pescadores
artesanales hayan visto diezmada su principal fuente de sustento. Muchos no se arriesgan a llevar
sus embarcaciones hasta la nueva zona limítrofe por miedo a las autoridades nicaragüenses, así
que prefieren explorar otros bancos de pesca dentro del territorio nacional. (País, 2015)
Las pérdidas son más grandes de lo que se creían, pues como decía en el párrafo anterior
múltiples empresas pesqueras se vieron obligadas a migrar al país centroamericano, esto
retiro el apoyo o el soporte que recibían los pescadores para realizar esta actividad. Anthony
Rojas, el coordinador de Pesca de la Gobernación de San Andrés (2015), afirmaba que no
solo se vieron afectados por la pérdida del territorio donde antes pescaban sino que también
se les presentaron complicaciones con la pesca en otros lugares, ya que algunas zonas donde
frecuentan los pescadores han sido abandonadas por los peces, los cuales buscan aguas más
profundas donde el agua no se caliente, además de esto el funcionario también decía que:
“Lastimosamente las embarcaciones que atracaban en Luna Verde reportan ahora a
Nicaragua. Antes del fallo teníamos una producción de 150 toneladas de langosta al año y
actualmente solo alcanzamos las 40 toneladas”, esto implica algo terrible para los habitantes
de las islas pues ya no tienen acceso al alimento o al trabajo que antes era tan frecuente
encontrar en el archipiélago, islas y cayos del caribe suroccidental colombiano.
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pescadores nicaragüenses están “arrasando con los recursos” porque utilizan técnicas
diferentes.
La Agencia Nacional de Noticias de la Universidad Nacional del Caribe, afirmó que San
Andrés efectivamente tiene los niveles más altos de pobreza del país, en 2012 la isla tenía
13% contra una cifra de 37% de la nación. Frente al estado actual del Archipiélago, la
atención se dirigió ahí tras la decisión de la Haya, pero muchos proyecto y planes se han visto
afectados tras ese fatídico 2012. “No cabe duda de que el escenario es difícil. Si las entidades
de la isla no se ponen de acuerdo y trabajan de la mano será difícil solucionar los problemas.
Al final los perjudicados serán los habitantes de San Andrés.” (San Andrés, una isla a punto
de estallar, 2017)
Es evidente la crisis que los archipiélagos, las islas y los cayos están atravesando, la pesca
se ha convertido en una actividad secundaria para la economía y la sostenibilidad del
Archipiélago, mientras que el turismo se ha vuelto la primera forma de sustento de esta
sociedad. En escasos artículos y reportajes, se menciona el estado de deterioro de ciertas
zonas de las islas, como las partes que no están dedicadas al turismo, están envueltas en un
aura de abandono, deterioro y pobreza. Si se realiza una búsqueda no es sencillo encontrar
noticias o informes del estado de pobreza de San Andrés, lo que nos permite evidenciar como
el estado y los medios, están dejando a un lado como la perdida de ese territorio, sobre el cual
Colombia ejerció soberanía por tantos años, está afectando a los colombianos que viven ahí.
Conocer la situación de esta región de nuestro país es el deber de todos los ciudadanos de
Colombia, pero más que nada es el deber del estado solucionar y poder responder a cualquier
problemática que afecte a esta región, y tristemente en este momento no se ve una respuesta
que efectivamente solucione lo que le está pasando a estas personas.
CONCLUSIÓN
La desilusión por la pérdida del territorio marítimo colombiano es una constante. Pese a
“evidenciar” el proceso desarrollado por la Corte Internacional de Justicia para realizar la
nueva delimitación, y conocer cómo, supuestamente, este proceso fue realizado de la forma
más equitativa y justa posible; según la corte “no se encuentra una gran desproporción entre
la relación de áreas marítimas relevantes y la relación de las longitudes de las costas.”; pese
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a esto, las dudas por la sentencia son abundantes. Claramente una de las cosas que más
indispone al gobierno y a los ciudadanos colombianos es que tras todo el proceso y la
sentencia, el resultado fue de una proporción de 1 a 8,2 a favor de Nicaragua respecto de la
medida de las costas pertinentes que, para Nicaragua serían de 531 km, mientras que para
Colombia dicha extensión no sería sino de 65 km.
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Bibliografía
Alvarado, O. (2014). El conflicto fronterizo entre Colombia y Nicaragua: Recuento
histórico de una lucha por el territorio. Universidad Industrial de Santander.
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País, R. E. (20 de Noviembre de 2015). Por fallo de la Haya, San Andrés y Providencia
llevan tres años a la deriva. El País.
Umaña, F. (2013). Isla de San Andrés siente efecto del fallo de La Haya. Portafolio.
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