Tema 5 Rel Cul Val
Tema 5 Rel Cul Val
Tema 5 Rel Cul Val
¿Qué entendemos por Universo? Si lo definimos desde el punto de vista de la física, el Universo
es la realidad material que puede conocerse por alguna medida experimental.
¿Pero, es lo mismo Universo que decir la “totalidad de la realidad? Y aquí se abre una nueva
cuestión. ¿Solo lo que vemos es la totalidad de la “realidad” o hay realidades no cuantificables?
Y aquí nos podemos encontrar con dos tipos de conocimientos, las provenientes de las ciencias
experimentales y las provenientes de ciencias experienciales o de las “vivencias”, que tienen su
propia racionalidad y metodología no condicionadas por la cuantificación matemática y el
experimento.
Nivel 2, 3 y 4: De los Ámbitos y dentro del cual no se puede experimentar pero si experienciar.
Por tanto, cuando hablamos del Universo tenemos que tener en cuenta que solamente es una
parte de la Creación de Dios. ¿Qué nos dice el catecismo? Dios, creo el cielo y la tierra. Dios es
creador de todas las cosas visibles e invisibles, de todos los seres espirituales y materiales, esto
es de los ángeles y del mundo visible y en particular del ser humano. Solo Dios es espíritu puro.
Los ángeles son espíritus psicologizados, es decir, dotados de inteligencia y voluntad. El ser
humano es espíritu psicosomatizado, es decir con un espíritu creado y que asume la dimensión
psico-somática (dimensión psicológica y dimensión corpórea). En ese espíritu personal creado
Dios inserta su presencia constitutiva con sus atributos propios (verdad, belleza, bondad) y con
su aperturidad a la creencia, a la expectativa y al amor). Por eso somos imagen y semejanza de
Dios.
Por otro lado, cuando hablamos del Universo. Hay que entender que dentro del Universo está
también presente el ser humano. Y este contiene la realidad del pensamiento que no puede
determinarse de forma experimental, y hay que considerar que existe y por tanto una definición
de la realidad total tiene que incorporar el fenómeno de la consciencia, de la inteligencia y de la
libertad humana. Por tanto, si hablamos del origen del Universo no solo podemos referirnos al
origen del mundo material con sus leyes e interacciones, sus fuerzas. Por tanto y según las leyes
de la física se puede inferir que el Universo ha tenido un inicio, a partir del cual podemos hablar
del tiempo y del espacio. El llamado Bing-Bag de la materia. Pero como la materia por sí misma
no puede darse a sí misma, sus leyes tenemos que decir que hay un Ser creador del mundo
material. Pero también tenemos que afirmar que hay un Bing-Bang de la vida, pues la vida no
deriva de la materia. Y en cada ser humano hace falta una acción personal de Dios en el
momento de la concepción de cada ser humano, para que sea tal.
A lo largo de todo el Antiguo Testamento Dios se manifiesta como un Dios único: no hay más
que un solo Dios, y por tanto solo podemos hablar de una única naturaleza divina. Y así se lo
manifestó a Israel: “Escucha Israel: el Señor es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios, con todo
tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza” (Dt 6.4-5) Pero este Dios, por la Revelación
de Jesucristo, es además Trino, Trinitario: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres personas divinas con
una única naturaleza. El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios. Pero el Hijo si
bien es una persona divina, posee dos naturalezas: la humana y la divina.
La Biblia es un libro religioso, no un tratado científico, Bernard Sesboüé (pág . 147 ) nos plantea
una pregunta muy importante : “¿Es posible hoy sin demasiada dislocación, aceptar las
posiciones científicas generales propias de nuestra cultura y, al mismo tiempo, recibir en la fe
una enseñanza propiamente religiosa sobre la creación?” . Todo el Universo procede de la
palabra de Dios, que es la que da sentido y finalidad a todo lo existente. Toda realidad, visible e
invisible, encuentra su razón de ser en un ser Creador. La nada no produce nada. Lo que no es
no puede dar origen al ser.
La fe y la razón (Fides et ratio, Benedicto XVI) son como las dos alas con las cuales el espíritu
humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre
el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y
amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo.
La ciencia se ocupa, ante todo, del “cómo” del comienzo del mundo. La fe se ocupa del “por
qué”. No hay ningún conflicto entre el orden de la ciencia y el de la fe. Son modos distintos de
acercarse a la verdad.
“El mundo creado no es conocido por muchos en su más profunda verdad de ser un don amoroso
hecho al hombre por Dios creador, en el que se contiene una enseñanza sobre el Amor y la
Sabiduría creadora – y, por tanto, un profundo mensaje moral dirigido a la conciencia del
hombre –, y la humanidad sufre a través de esa ignorancia y ese olvido, una honda
desorientación respecto del sentido de las cosas y de la propia existencia del hombre” (Card. J.
Ratzinger 2005: Creación y pacado. EUNSA págs 12-13)
Este concepto de la naturaleza como acción de Dios, plantea graves problemas éticos que
parecen no importar al hombre moderno: manipulación genética, transhumanismo,
experimentación con embriones humanos, alteraciones climáticas, … toda la ética reproductiva
entra en conflicto con este sentido de la vida como don de Dios y de la naturaleza como criatura,
que debe ser cuidada y respetada. Es la incapacidad de ver (ceguera moral) un mensaje espiritual
en el mundo corpóreo. Es una relación de manipulación y no llega a ser de escucha.
La relación con la naturaleza se basa en una actitud de dominio, basada en la presunción de que
el cálculo racional pueda llegar a ser tan inteligente como la “evolución” y conseguir así que el
mundo progrese de un modo mejor a todo cuanto ha sido hasta ahora el camino de la evolución
sin la intervención del hombre.
El libro del Génesis presenta dos relatos de la creación, que provienen de tradiciones diferentes.
El segundo relato es más antiguo que el primero. Gn 1,1-24a conocido como relato sacerdotal:
Tradición sacerdotal, y Gn 2,4b-25 el más antiguo, conocido como yahvista porque se llama a
Dios Yahvé: Tradición Yahvista.
RASGOS COMUNES
El mundo es criatura
El espacio y el tiempo son creados
Autor: un Dios personal, eterno y trascendente
Crea con sabiduría y amor
Punto de partida de la historia de la salvación
Fin: hacer feliz al hombre
¿Cuál es el sentido último de la Creación? ¿Para qué creo Dios al ser humano y todo lo demás?
CREACIÓN Y CULTO
La Creación está dirigida hacia el Sabbat, el sábado, que es una señal de la alianza entre Dios y
el hombre. La Creación se ha construido para dirigirse al momento de la adoración. La Creación
se ha hecho con el fin de ser un espacio de adoración. El verdadero centro, la fuerza que
provocando el ritmo de las estrellas y de nuestra vida las mueve y gobierna en su interior, es la
adoración. Por eso el ritmo de nuestra vida palpita correctamente cuando ha quedado
impregnado por ella.
El Universo existe para el culto, para la glorificación de Dios. En la mentalidad del hombre
moderno, es el culto al hombre en lugar de a su creador y se piensa de forma tiránica que la
divinidad necesita al ser humano y le chantajea por adueñarse uno mismo del Universo,
creyendo que lo puede dominar con su poder. La Creación está estructurada de acuerdo con el
orden del Sabbat, lo cual significa que la adoración contiene en si misma una forma moral. En
ella está interiorizada toda la organización moral de Dios. Solo así es verdaderamente adoración.
La Torá, la Ley, es expresión de la historia que Israel vive con Dios. Es expresión de la Alianza, y
la Alianza es expresión del Amor de Dios, de su sí al hombre que Él a creado para amar y ser
amado.
Podemos decir: Dios ha creado el Universo para entablar con los hombres una historia de amor.
Lo ha creado para que haya amor. Dios ha creado el Universo para poder hacerse hombre y
desparramar su amor, para extenderlo también hacia nosotros, invitándonos a participar de Él.
En el relato de la Creación, el Sabbat, el sábado, aparece descrito como el día en el que el
hombre, en la libertad de la adoración, participa de la libertad de Dios, de la serenidad de Dios
y así de la paz de Dios. Celebrar el Sabbat significa celebrar la alianza, volver al origen, limpiar
todo de las impurezas que nuestro actuar ha introducido.
Celebrar el Sabbat significa avanzar hacia un mundo nuevo en el que ya no habra esclavos ni
señores, sino hijos libres de Dios, hacia un mundo en el que el hombre, el animal y la tierra
participarán todos juntos fraternalmente de la paz de Dios y de su libertad. Según la ley mosáica
el sábado produce la igualdad de todas las cosas, cada siete años hay un año sabático en el que
la tierra y los hombres descansan, cada 49 años (7x7) e sitúa el gran año sabático, en el que se
perdonan tosas las culpas, se anulan todas las deudas, símbolo del Año de Gracia del Señor que
Cristo establece con su venida. Uno se encuentra de nuevo ante un renovado comienzo en el
que el mundo se recibe otra vez de las manos creadoras de Dios.
5.5. La creación del hombre:
• Cada ser humano es querido y amado por Dios de una manera única y completamente personal
• “El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado” (GS, 22).
GÉNESIS 1
Comienzo absoluto
La palabra de Dios impone el orden
Estructura: siete días
Exclusión de divinidades intermedias
Amor de Dios y bondad de lo creado
Solemnidad en la creación del hombre
Orientación al Sabbath
GÉNESIS 2
Consecuencias
Condición personal
Dignidad igual de todos
Dignidad del cuerpo
Cada ser humano es querido por Dios
Orientación a Cristo, imagen perfecta
5.6. La concepción del ser humano en el pueblo judío: