Trabajo de Teologia Espiritual

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SEMINARIO NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN Y SAN

JOSÉ

PRIMER TRABAJO DE TEOLOGÍA ESPIRITUAL

Nombre: Ulises Llamo Mejía

Profesor: Javier Andrés

Grado: Tercero de Teología

2023
1. resume brevemente las aportaciones del Card. Ratzinger desarrolladas en la
sesión de clase que nos aportan sobre todo la idea de que “somos criaturas y que le
debemos al Creador una total actitud de adoración”.

a. Creación y culto

En el relato de la creación, el número siete, representa más que un simple significado


cósmico, sino que se encuentra al servicio de un mensaje que va más allá. Nos
demuestra que la creación está dirigida hacia el Sabbat, el sábado que es una señal de la
alianza entre Dios y el hombre. De todo esto, se concluye que la creación se ha hecho
con el fin de ser un espacio de adoración; como lo decía San Benito, que nada debe
anteponerse al servicio de Dios. Por lo tanto, la fuerza que mueve a toda la creación y
sobre todo al hombre, es la adoración.

Esto se puede constatar en todas las culturas, donde los relatos de la creación han
surgido para explicar que el universo existe para el culto y para la glorificación de Dios.
Las grandes religiones universales conocen este pensamiento, pero muchas veces queda
desfigurado, por la idea de que con la adoración el hombre les da a los dioses aquello
que ellos necesitan. Se piensa que la divinidad necesita esta preocupación de los
hombres y que de esta manera el culto mantiene el Universo. El hombre puede entonces
decir: los dioses me necesitan, luego yo también puedo ejercer mi presión sobre ellos,
chantajearlos en caso de necesidad. Es así como surge este intento de chantaje por
adueñarse uno mismo del Universo.

En resumen, podemos decir: Dios ha creado el Universo para entablar con los hombres
una historia de amor. Lo ha creado para que haya amor.

2. El Catecismo nos ayuda a entender la diferencia entre el Creador y la criatura y


nos educa con la idea de que “La felicidad del hombre consiste en participar de la
felicidad de Dios”. Desarrolla cómo lo hace apoyándose en los números 295-297.

Si en el momento de la creación, por la voluntad libre de Dios, ha querido hacernos


partícipes de su ser, sabiduría y de su bondad. De esta misma manera, Dios quiere que
el hombre participe en su felicidad, y no solo eso, si no que, encuentre su felicidad en el
mismo Dios.
Saber que Dios ha creado con sabiduría y amor, es el que da el sentido de la vida. La
felicidad del hombre se da participando de la felicidad de Dios, porque la
bienaventuranza plena se da en participar en la felicidad de Dios, es decir, en la Pascua
de Cristo. Si somos felices en esta vida es porque Dios ha repartido su herencia.

Un vínculo profundo y necesario une al Creador y la criatura. Las cosas «son» criaturas
de Dios: ésta es su identidad más profunda. En Dios hallan permanentemente las
criaturas acogida en el ser y fuerza en el obrar. En el ser y en el obrar la dependencia
ontológica de la criatura respecto de Dios es total. Sin él, la criatura cae en la nada, pues
no tiene en sí misma la razón de su ser. Por eso mismo la criatura está finalizada en el
Creador.

3. Según el P. Iraburu, ¿en qué consiste la espiritualidad creacional y cuáles son


sus puntos principales?

La espiritualidad creacional consiste en la contemplación del mundo como fundamento


de la religiosidad del hombre, pues lo invisible de Dios se hace visible en la creación.
Esta espiritualidad creacional se sintetiza en varias proposiciones:

a) Dios es el «Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible»:


todos los seres han sido producidos por él de la nada, esto es, según toda su
substancia.
b) Padre, Hijo y Espíritu Santo son «un solo principio de todas las cosas»,
espirituales y corporales, angélicas y mundanas. No son tres principios de la
creación, sino un solo principio.
c) Dios, en un acto totalmente libre, creó el mundo solo por amor. La única causa
que impulsó a Dios a crear fue el deseo de comunicar su bondad a las criaturas
que iban a ser hechas por él.
d) Dios creó al hombre en el «día sexto» como culmen de su obra creativa, y
partiendo ya de algo creado -un muñeco de tierra, un antropoide, es lo mismo.
e) Dios constituyó a Jesucristo como vértice de toda la creación. Él es la imagen
perfecta de Dios, a quien revela, y él es la imagen perfecta del hombre, a quien
también revela.
f) El mismo Dios, en Jesucristo, es la norma inteligente de todo lo creado. Y es
Jesucristo, el «primogénito de toda criatura», pues «por medio de él fueron
creadas todas las cosas, celestes y terrestres, visibles e invisibles, todo fue
creado por él y para él, él es anterior a todo.

Puntos principales:

a. El amor al Creador es un rasgo fundamental de la espiritualidad cristiana.


b. La admiración gozosa ante la creación, que canta incesantemente la gloria de
Dios.
c. Hemos de contemplar la presencia de Dios en sus criaturas.
d. La piedad creacional nos da conciencia de la dignidad del hombre y de
Jesucristo, su cabeza.
e. Por último, el horror al pecado surge de ver que por él nos entregamos a las
criaturas, despreciando a su Creador. Es un abismo insondable de culpa y
miseria en el que se hunden los pecadores.

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