Parcial #2

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

Derecho internacional público y regímenes internacionales

Octubre 18 de 2022
Nombre(s): María Camila Moreno R y Gabriela Portilla G
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- Parcial No. 2 -
1. Describa el fundamento normativo, alcance y excepciones de la prohibición general del
uso de la fuerza (vale 1.0)

La prohibición general del uso de la fuerza parte del sentido de hacer la guerra un
recurso de última instancia y de que las controversias se solucionen a través de métodos
pacíficos, por ello en 1919, el Pacto de la Sociedad de Naciones restringe el uso de la fuerza
en el artículo 12.1, decisión tomada y plateada después de la Primera Guerra Mundial. Siendo
así, este artículo dio paso a una nueva concepción del recurso a la guerra, por ello, en el Pacto
de París (1928), “los Estados condenan el recurso a la guerra para solucionar controversias
internacionales y renuncian a ella como instrumento de política internacional” (Fuentes, 2014,
256). Como se denota, únicamente prohibió la guerra, dando paso, en 1945, a que la Carta de
las Naciones Unidas, en su artículo 2.4, se establecieran ciertas normas y acuerdos necesarios
para la prohibición del uso general de la fuerza, con sus respectivas excepciones.

Según el artículo 1, se plantean algunos principios, en los cuales aquellos miembros de


la organización deben abstenerse a utilizar la fuerza ante la integridad o independencia política
y territorial de cualquier Estado (así como cualquier propósito que no vaya con lo establecido
en Las Naciones Unidas). Acogiendo el artículo anterior, el artículo 2.4, tiene por objetivo
limitar el uso de esta fuerza por parte de los Estados y establecer un sistema que posibilite la
decisión del mismo uso de la fuerza bajo cierto control de las Naciones Unidas. Por ende, esta
es una prohibición amplia y no es precisamente absoluta, por lo que pretende dar cierta garantía
a todos los Estados pequeños y el implemento de esta regla. Además, este artículo tiene muy
pocas consecuencias en la misma práctica, ya que los Estados no interpretan dichas normativas
de una manera restringida. Al ser una prohibición amplia, también cuenta con excepciones
donde los órganos de las Naciones Unidas deben actuar. Principalmente, estas excepciones se
dividen en dos apartados: La acción coercitiva implicada por el Consejo de Seguridad y el
derecho a la legítima defensa.
Para comprenderlo mejor, respecto a la acción coercitiva del Consejo de Seguridad es
vista como la consecuencia de la prohibición del uso de la fuerza de los Estados individuales,
donde la misma fuerza es necesaria para dar un orden y seguridad en el sistema internacional
y así sea una buena distribución del poder en este ámbito. Estas decisiones las toma el Consejo
de Seguridad cuando existe una amenaza a La Paz y la seguridad internacional y esto lo hace
por parte de sus cinco miembros con derecho a voto (sus parámetros están establecidos en el
artículo 24 de la Carta de la ONU). En el lugar del derecho de la legítima defensa, los Estados
aplican este derecho en aquellas situaciones donde existe amenaza hacia su misma
supervivencia, donde se reglamenta en el artículo 51 de la Carta.
Continuando con la línea que plantea el artículo 2.4, el Consejo de Seguridad
determinará la existencia de amenaza, quebrantamiento de la paz o acto de agresión y hará
recomendaciones o decidirá que medidas serán tomadas de conformidad con los artículos 41 y
42 “para el mantenimiento de un mínimo de orden en el precario sistema internacional”
(Fuentes, 2014, 260). En cuanto a la participación del Consejo a través de sus operaciones, no
es claro si estas se acogen en el capítulo VII de la Carta o si actúa bajo el concepto de
operaciones de paz, dando paso al despliegue militar en un territorio. Planteamiento que se
relaciona con la legítima defensa, segunda excepción al principio de la prohibición de uso de
la fuerza, el cual es un derecho que antecede a la Carta de las Naciones Unidas, de ahí el debate
de ese reconocimiento, situación explicada en el párrafo anterior.

Las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas en relación con el uso de la fuerza
han dado paso a ciertas problemáticas que se presentan en cuanto a la interpretación del
régimen internacional. En primera lugar, el problema de las represalias, la cual consiste en una
acción en respuesta a un ataque militar ilegal, que tiene por objeto evitar que se repita el ataque
o se sancione al agresor; por ende, las represalias están prohibidas por la Carta de las Naciones
Unidas, así mismo, en los artículos sobre Responsabilidad de los Estados se señala que las
contramedidas no pueden involucrar el uso de la fuerza, salvo en caso de legítima defensa,
aunque la distinción entre represalia y acto de legítima defensa es difícil (Fuentes, 2014).
En segundo lugar, la legítima defensa preventiva, parte de la pregunta acerca de la
necesidad de esperar que el ataque armado se materialice para poder desarrollar una defensa,
siendo así, es una problemática que la mayoría considera que no está permitida en el derecho
internacional; por ello los Estados partidarios de la defensa preventiva buscan estrategias que
estén cubiertas por el artículo 51, esta estrategia ha tenido éxito, puesto que el Secretario
General de las Naciones Unidas señaló que los ataque inminentes se encuentran cubiertos por
la regla del artículo 51 (Fuentes, 2014). Pero cabe aclarar que esta concepción del Secretario
no es representativa de la posición mayoritaria.
En tercer lugar, se habla de la intervención humanitaria, puesto que esta no está dentro
de la Carta de las Naciones Unidas como una de las excepciones del uso legítimo de la fuerza.
En contadas ocasiones de crisis humanitarias se ha dado el uso de la fuerza y se espera una
respuesta por parte de la comunidad internacional, puesto que, se llegan a violar distintos
derechos humanos y al no ser parte de amenaza a la paz y seguridad internacional, organismos
como el Consejo de Seguridad no actúan en esa responsabilidad de protección a las personas
(estableciendo dicha obligación propuesta por la Comisión internacional sobre intervención y
soberanía de los Estados).
En cuarto lugar, existe un debate en cuanto a lo que constituye un ataque armado. El
artículo 51 habla de un ataque armado, y aunque el artículo 2.4 prohíbe la amenaza del empleo
de la fuerza, la violación de esa norma no da lugar al ejercicio del derecho de legítima defensa.
Siendo así, la Corte Internacional de Justicia señala que un ataque armado existía en el caso de
accionar por parte de fuerzas militares regulares, al igual que en el caso del envío de bandas o
grupos guerrilleros o mercenarios que llevan acciones militares en contra de un Estado. Pero la
Corte dijo que no constituía un ‘ataque armado’ el envío de armas y el apoyo logístico a estos
grupos guerrilleros, sin perjuicio de que el apoyo logístico pudiera ser considerado uso de la
fuerza para el efecto de la prohibición del artículo 2.4.
Finalmente, el problema de la respuesta armada frente a ataques terroristas representa
un problema al sistema de seguridad colectiva, en el cual persiste el problema de sí se puede
responder unilateralmente con el uso de la fuerza en el territorio de un Estado que no es el
propio. Este tipo de acción es difícil de autorizar, puesto que cabe la posibilidad de que el tercer
país no tenga un vínculo de apoyo ni menos de control respecto del grupo terrorista. Por ende
es difícil atribuir los actos de los terroristas a los Estados que pueden ayudar con logística,
financiación y militar a los terroristas.
2. De acuerdo con los regímenes internacionales estudiados en clase, analice la crisis
derivada de la invasión de Ucrania por parte de fuerzas de Rusia y describa las
alternativas de acción que ofrece el derecho internacional para que la comunidad
internacional reaccione. Discuta los alcances, limitaciones y fundamentos normativos de
estas alternativas. Identifique las herramientas utilizadas hasta el momento (vale 4.0).
A continuación, encuentra una breve descripción general de la situación. Información relevante
se encuentra de forma amplia en medios de información digitales.
Descripción general: La Federación de Rusia ha iniciado una “operación militar especial” en
el este de Ucrania desde el 24 de febrero de 2022. Rusia justifica su comportamiento bajo lo
previsto en el art. 51 de la Carta de la ONU y en protección de población étnicamente rusa.
Ucrania y buena parte de la comunidad internacional han considerado esa operación como una
agresión.

Teniendo en cuenta la crisis de Ucrania por parte de fuerzas Rusas, se pueden analizar
diferentes conceptos del derecho internacional. Primeramente, se reflejan diversas intenciones
Rusas para iniciar su intervención militar: la adquisición del territorio Ucraniano es de suma
importancia para este Estado, precisamente en Crimea, debido a que este contiene el puerto de
aguas dulces, cosa que Rusia no tiene en su territorio y acude a la expansión. Además, la
expansión de la OTAN más allá de lo prometido le dio razones a Rusia para defender la
soberanía de su territorio para que menos Estados se integrarán a dicha organización. Al igual
que afirma que al comenzar dicha intervención militar estaría participando por protección de
población étnica rusa que se encuentra en aquellos territorios y asimismo para respaldar las
regiones que se encuentran en proceso de independencia. Teniendo esto en cuenta se analiza
bajo los regímenes internacionales:

Desde la perspectiva de la prohibición de la amenaza y del uso de la fuerza por el


derecho internacional, la Federación de Rusia, al empezar la operación militar especial en
contra del Estado de Ucrania, incumple directamente con el artículo 2.4 de la Carta de la ONU,
al no abstenerse a recurrir a la amenaza contra la integridad territorial de Ucrania. Aunque la
violación por parte de Rusia es clara, este Estado se puede llegar a acoger bajo la excepción
del derecho de la legítima defensa, debido a que considera que el atentado a la población rusa
por parte del Gobierno de Volodímir Zelenski; siendo así, decide tomar cartas en el asunto y
recurrir al ataque armado, alegando el requisito de la proporcionalidad entre el ataque sufrido
por los nacionales rusos y la respuesta de la defensa rusa.
En términos de responsabilidad de proteger, se evidencia como Rusia justifica sus actos
al usar la fuerza o capacidad bélica militar para así proteger los derechos humanos con respecto
a sus ciudadanos, poniendo en riesgo una acción de cometer crímenes atroces masivos como
se ha visto a lo largo de la crisis. Por el lado de Ucrania, la responsabilidad de proteger se
evidencia de manera más notoria al verse enfrentada por los ataques rusos, ya que la mayoría
de la población tuvo afectaciones significativas y es necesario garantizar que su propio pueblo
no experimente esos crímenes para lidiar de la mejor manera posible al protegerlos.
Adicionalmente, los países aliados de Ucrania también optan por la responsabilidad de proteger
al buscar ayudar a este Estado y a su población con el fin de proteger los derechos humanos
establecidos en la ONU y en la comunidad internacional. De igual importancia, se
interconectan los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, puesto que
también se busca proteger a las víctimas y limitar el conflicto mediante métodos y medidas
necesarias.
Desde el punto de vista del Derecho Internacional Penal, se habla de los crímenes
internacionales, en los cuales no solamente los Estados y el individuo pueden incurrir en
responsabilidad internacionalmente exigible cuando incumple obligaciones de Derecho
Internacional de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario. Partiendo
del hecho de que la agresión, genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra
son los crímenes internacionales más graves; al Rusia incurrir en los cuatro crímenes más
graves, Ucrania decide acudir a la Corte Penal Internacional, (encargada de juzgar aquellos
actores que cometen dichos crímenes contra la comunidad internacional) para que investigue
las acciones de este Estado, las futuras y emita las sanciones correspondientes. Esta solicitud
se hace basándonos en el artículo 12.3, el cual le permite a un país no miembro del Estatuto de
Roma, solicitar a la Corte intervenir e investigar los crímenes acontecidos.

Para finalizar, se sabe que el Derecho Internacional ha tomado distintas medidas para
limitar el uso de la fuerza por parte de Rusia; como lo han sido la exclusión de la regla de la
nación más favorecida, el aislamiento y congelamiento de las reservas internacionales de su
banco y la exclusión de las transacciones financieras y la prohibición de sus inversiones y la
exportación de petróleo. Sanciones que han debilitado a Rusia, pero no han logrado mitigar
por completo los ataques a Ucrania y a su población, incrementando las tensiones entre la
Comunidad Internacional, por esta razón las alternativas de acción del Derecho Internacional
se están agotando a medida que el conflicto avanza, debido a que ya sea han utilizado la
mayoría; sin embargo, se considera que deberían existir más alternativas para responder a las
consecuencias que han causado al país, pero sobre todo, a la población.
Bibliografía
Fuentes, X. (2014, Segundo semestre de 2014). La prohibición de la amenaza y del uso de la
fuerza por el derecho internacional. Araucaria: Revista Iberoamericana de Filosofía,
Política, Humanidades y Relaciones Internacionales, 16(32), 255-267.
Pacheco, J. A. (2015). La responsabilidad de proteger y el derecho internacional público:
consideraciones sobre la licitud del uso de la fuerza por motivos humanitarios ante la
falta de autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. Agenda Internacional,
22(33), 101-128.
Remiro, A., Riquelme, R., Orihuela, E., Díez, J., & Pérez, L. (2010). Derecho internacional:
curso general. Tirant lo Blanch.
Salmón, E. (2004). Definición de derecho internacional humanitario. In Introducción al
Derecho Internacional Humanitario.

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