Reglamneto de Aguas

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LEY DE 26 DE OCTUBRE DE 1906

REGLAMENTO DE AGUAS

EL CONSEJO DE MINISTROS ENCARGADO DEL PODER EJECUTIVO

CONSIDERANDO :

Que el congreso agrícola e industrial del país exige un sistema de disposiciones


sobre dominio y aprovechamiento de aguas que amplifique el que se ve
consignado en el reducido capítulo del Código Civil y en la Ley de 4 de
noviembre de 1874 ;

Que el poder ejecutivo puede reglamentar las Leyes anteriormente enunciadas ;

Decreta el siguiente reglamento sobre dominio y aprovechamiento de las aguas :

CAPITULO 1º
Del dominio de las aguas pluviales.

Artículo 1º. Pertenecen al dueño de un predio las aguas pluviales que caen o se
recogen en el mismo mientras discurran por el. Podrá en consecuencia construir
dentro de su propiedad cisternas, aljibes, jagüeles o noques donde conservarlas,
siempre que con ello no se cause perjuicio, al público ni a terceros.

Artículo 2º. Pertenecen al dominio público las aguas pluviales que discurran por
torrente o canillas cuyos cruces sean del mismo dominio público.

Artículo 3º. Las municipalidades o comisiones auxiliares dando cuenta al


gobierno podrán conceder autorización al que la solicite, para construir en
terrenos públicos de su término y jurisdicción, cisternas o aljibes, donde se
recojan las aguas pluviales.

Al conceder la autorización, se fijarán las condiciones necesarias para la


seguridad de los transeúntes.

CAPITULO 2
Del dominio de las aguas vivas, manantiales y corrientes.

Artículo 4º. Son públicas o del dominio público :

1º Las aguas que nacen continua o discontinuamente en terrenos del mismo


dominio.

2º Las de los ríos o arroyos navegable o flotable, en todo o en parte de su


curso. Se entenderá por ríos o arroyos navegables o flotables, aquellos cuya
navegación o flote sea posible, natural o artificialmente.

3º El agua corriente, aún de los ríos y arroyos no navegables ni flotables, en


cuanto al uso de las primeras necesidades de la vida, si hubiese camino público
que la haga accesible.

Artículo 5º Tanto en los predios de los particulares, como en los de propiedad del
estado o fiscales, las aguas que en ellos nacen, continua o discontinuamente,
pertenecen al dueño respectivo para su uso y aprovechamiento, mientras
discurran por los mismos predios.
En cuanto las aguas no aprovechables salen del predio de su nacimiento y antes
de llegar a los cauces públicos ya son públicas para los efectos del presente
reglamento, si pasan a correr por sus cauces públicos naturalmente formados.

Más si después de haber salido del predio de su nacimiento y antes de llegar a


sus cauces públicos, entran a correr por otro predio de propiedad privada, el
diseño de este las hace suyas por su aprovechamiento eventual y luego el
inmediatamente si lo hubiese y así sucesivamente, aunque con sujeción a lo que
prescribe el párrafo 2º del artículo13.

Estos aprovechamientos eventuales podrá interrumpirlos el dueño del predio,


donde nace el agua, por empezar a aprovecharle él, aún cuando los inferiores la
hayan usado por mayor tiempo de un año completo, o construido obras para su
mejor servicio. Unicamente pierde el derecho a la interrupción el dueño del
predio del nacimiento de agua, cuando alguno o algunos de los inferiores
tuviesen a su favor el derecho por ellos adquirido, mediante título o prescripción.

La prescripción en tal caso no se verifica sino por el goce no interrumpido por 30


años, contados desde que el dueño del predio inferior ejecutó en este o en el
predio superior trabajos visibles, destinados a facilitar la caída y curso de las
aguas en su terreno.

Artículo 6º. Las aguas no aprovechadas por el dueño del predio donde nacen,
así como las que sobrepasen de sus aprovechamientos saldrán del predio por el
mismo punto de su cauce natural y acostumbrado, sin que puedan ser de
manera alguna desviadas del curso por donde primitivamente se alejaban. Lo
mismo se entiende con el predio inmediatamente inferior, respecto del siguiente,
observándose siempre este orden.
Artículo 7º. Las aguas que después de haber corrido por cauce público vienen
naturalmente a atravesar un predio de propiedad privada, contraen mientras no
salen de el, el carácter señalados en los dos artículos precedentes, respecto a
su aprovechamiento eventual.

Artículo 8º. El propietario de fuente o manantial no puede cambiar su curso,


cuando provee del agua necesaria a los habitantes de una sección villa o
pueblo, pero si el vecindario no ha adquirido por prescripción o de otro modo el
uso del agua, puede reclamar el propietario una indemnización que será
determinada por peritos.

Artículo 9º. El dueño de una heredad por cuya orilla pase agua corriente, que no
forma río ni arroyo navegable o flotable, podrá servirse de esa agua al tiempo de
pasar, para los menesteres domésticos, para el riego de la misma heredad y aún
para el uso de alguna fábrica, en cuanto no perjudicase al otro propietario
ribereño, ni contraviniese a los reglamentos sobre la materia.

Aquel por cuya heredad atraviesa esta corriente, puede servirse del agua como
le conviniere, en cuanto pasa por su feudo, pero con obligación de restituirla al
acostumbrado cauce, al salir de su propiedad y sin perjuicio de lo dispuesto por
el párrafo siguiente.

Si los abrevaderos estuviesen en cañadas, ríos y arroyos, no navegables ni


flotables que crucen por terrenos de diferentes dueños, ninguno de ellos puede
represar las aguas, ni desviarlas para su propiedad, sin contrato escrito con los
ribereños de enfrente y de los que sigan una legua en el descanso de la
corriente y con sujeción a lo dispuesto en el final del anterior párrafo.
Artículo 10º. El dueño de un predio puede servirse como quiera de las aguas
pluviales que corran por un camino público y torcer su curso para aprovechar de
ellas. Ninguna prescripción puede privarlo de este uso.

Artículo 11º. Nadie pude usar el agua de los ríos o arroyos de modo que
perjudique a la navegación, ni hacer en ellas obras que impidan el libre paso de
los barcos, balsas o el uso de otro medio de transporte fluvial.

Tampoco puede nadie impedir ni embarazar el uso de sus riberas en cuanto


fuese necesario para los mismos fines. En los casos de este artículo no
aprovechará la prescripción ni otro título.

Artículo 12º. Si en el curso de un río o arroyo no navegable ni flotable y antes de


su incorporación a otro río o arroyo, existiese algún predio atravesado por la
corriente, tendrá preferencia sobre los colindantes al cauce en toda su longitud.
Si no existiese predio atravesado por la corriente, los colindantes o fronteros al
cauce, entrarán a disfrutar por su orden las ventajas concedidas en el artículo
15.

Se entiende que ningún aprovechamiento eventual podrá interrumpir ni atacar


derechos anteriormente adquiridos sobre las mismas aguas en región inferior.

Artículo 13º. Pertenecen al municipio las aguas halladas en las zonas de los
trabajos de obras públicas, aunque se efectúen por concesionarios, de no
haberse estipulado otra cosa en las condiciones de la concesión. Disfrutarán no
obstante, su aprovechamiento gratuito para el servicio de construcción en las
mismas obras.
Artículo 14º. El derecho de aprovechar indefinidamente las aguas de cañadas y
manantiales de dominio público, se adquiere por los dueños de terrenos
inferiores y en su caso de los colindantes, cuando las hubiesen aplicado sin
interrupción por tiempo de treinta años.

Artículo 15º. Si el dueño de un predio donde sale un manantial natural no


aprovechase más que la mitad, la tercera parte u otra cantidad fraccionaria de
sus aguas, el remanente o sobrante entra en las condiciones del artículo 5º
respecto de aprovechamientos inferiores.

Cuando el dueño del predio donde sale un manantial natural, no aproveche más
que una parte fraccionaria de sus aguas, pero determinada, continuará, en
épocas de disminución o empobrecimiento del manantial, usando y disfrutando
la misma cantidad absoluta de agua, y la merma será en desventaja y perjuicio
de los regantes usuarios inferiores, cualesquiera que fuesen sus títulos al
disfrute.

Artículo 16º. Si el dueño del predio donde naturalmente nacen unas aguas,
dejase transcurrir treinta años después de la promulgación de este reglamento
sin aprovecharlas, consumiéndolas total o parcialmente de cualquier modo,
perderá todo derecho a interrumpir los usos y aprovechamientos inferiores de las
mismas aguas que por espacio de un año completo de hubiesen ejercitado.

Por consecuencia de lo aquí dispuesto, los predios inferiormente situados y los


lateralmente en su caso, adquieren por el orden de su colocación la opción a
aprovechas aquellas aguas y consolidar, por el uso no interrumpido, su derecho.
Pero se entiende que en estos predios inferiores o laterales, el que se anticipase
o hubiese anticipado por un año completo en el aprovechamiento, no puede ya
ser privado de él por otro, aún cuando este estuviese situado más arriba en el
discurso del agua.

Artículo 17º. Tanto en el caso del art. 5º como en el del 16º, siempre que
transcurrido treinta años de la publicación del presente reglamento, el dueño del
predio del nacimiento de unas aguas, después de haber empezado a usarlas y
consumirlas en todo o en parte, interrumpiese su aprovechamiento por espacio
de un año completo, perderá el dominio del todo o de la parte no aprovechada
de aquellas aguas, adquiriendo el derecho quién o quienes por igual espacio de
un año completo, las hubiesen aprovechado, según el mismo art. 16º.

Sin embargo, en dueño del predio del nacimiento conservará siempre el derecho
a emplear las aguas dentro del mismo predio como fuerza motriz, o en otros
usos que no produzcan merma apreciable en sus caudal.

Artículo 18º. El dominio de las aguas minero - medicinales, se adquiere por los
mismos medios que el de las aguas superficiales y subterráneas, siendo del
dueño del predio en que nacen, o del descubridor, si las diere aplicación con
sujeción a los reglamentos sanitarios.

Las distancias para el alumbramiento de estas aguas especiales, por medio de


pozos ordinarios, socavones, galerías y de pozos artesianos para las
ascendentes, serán las mismas que se establecen para las aguas comunes.

Por causa de salud pública, el gobierno, oyendo a la municipalidad y al


protomedicato, podrá declarar la expropiación forzosa de las aguas minero -
medicinales no aplicadas a las curación y de los terrenos adyacentes que se
necesitasen para formar establecimientos balnearios, aunque concediéndose
dos años de preferencia a los dueños para verificarlos por si.
CAPITULO 3
Del dominio de las aguas muertas o estancadas

Artículo 19º. Son de dominio público las cañadas, lagos y lagunas formadas por
la naturaleza, que ocupa terrenos públicos y se alimentan con aguas públicas.

Son propiedad de los particulares, del estado o departamentos los lagos,


lagunas, cañadas y charcas formados en terrenos de su respectivo dominio, así
como los situados en terrenos de aprovechamiento comunal, pertenecen a los
pueblos respectivos.

CAPITULO 4
Del dominio de las aguas subterráneas.

Artículo 20º. Pertenecen al dueño de un predio en plena propiedad, las aguas


subterráneas que en el hubiesen obtenido, por medio de pozos ordinarios o
artesianos, cualquiera que sea el aparato empleado para extraerlas.

Artículo 21º. Todo propietario puede abrir libremente pozos y establecer artificios
para elevar el agua dentro de las fincas, aunque con ellos resultasen
amenguadas las aguas de sus vecinos, deberá sin embargo guardarse la
distancia de dos metros entre pozo y pozo dentro de las poblaciones, y de
quince metros en el campo, entre la nueva excavación y los pozos, estanques,
fuentes y acequias permanentes de los vecinos.

Artículo 22º. La autorización para abrir pozos ordinarios o norias en terrenos


públicos se concederá por las municipalidades o sus comisiones auxiliares con
arreglo a los artículos 5º y 21º. El que la obtenga adquirirá plena propiedad de
las aguas que hallare.

Artículo 23º. Para buscar el alumbramiento de las aguas subterráneas en


terrenos públicos por medio de pozos artesianos o por socavones o galerías se
necesita la autorización del gobierno. El que la hallase e hiciese surgir a la
superficie del terreno, será dueño de ellas a perpetuidad, sin perder su derecho
aunque salgan de la finca donde vieron la luz, cualquiera que sea la dirección
que el alumbrador quiera de darle en todo tiempo.

Si el dueño de las aguas alumbradas no construyese acueductos para ellas en


los predios inferiores, que atraviesen, sino que las dejase abandonadas a su
curso natural, entonces entrarán los dueños de estos predios a disfrutar el
derecho eventual que les confiere el art. 5º respecto de los manantiales
naturales superiores.

Artículo 24º. Los pozos artesianos a que se refiere el art. 20º , pueden
construirse con tal que no aparten o distraigan aguas públicas de su corriente
natural. Por regla general, cuando amenace peligro inminente de que un pozo
artesiano, socavón o galería distraiga o merme las aguas de una fuente o de una
corriente destinadas al abastecimiento de una población o riegos existentes, se
suspenderán las obras siempre que fuesen denunciadas por la municipalidad o
por la mayoría de los regantes. Si del reconocimiento de dos peritos nombrados
por las partes y tercero en discordia según el derecho común, resultase existir el
peligro inminente, no podrán continuarse las labores, sino que se declarará por
el gobierno anulada la concesión.

Artículo 25º. Las labores, de que habla el artículo anterior para alumbramiento,
no podrán ejecutarse a menos distancia de 40 metros de edificios ajenos, ni de
un ferrocarril o carretera, ni a menos de 100 metros de otro alumbramiento,
fuente, canal, acequia o abrevadero público sin licencia, correspondiente de los
dueños, o en su caso, de la municipalidad o comisión auxiliar, previa formación
de expediente ; ni dentro de la zona de los puntos fortificados sin permiso de la
autoridad militar. Tampoco podrán ejecutarse dichas labores dentro de una
pertenencia minera, sin previa estipulación de resarcimiento de perjuicios.

Si no hubiese avenencia, fijará las condiciones de la indemnización la


municipalidad o comisión auxiliar, previo informe de peritos nombrados al efecto.

Artículo 26º. Nadie podrá hacer calicalas en busca de aguas subterráneas en


terrenos de propiedad particular, sin expresa licencia de los dueños. Para
hacerlas en terrenos del Estado o del común de algún pueblo se necesita la
autorización de la municipalidad o de sus comisiones auxiliares.

Artículo 27º. En la solicitud para las calicalas o investigaciones en terrenos


públicos, se expresará el paraje que se intenta explorar y la extensión superficial
del terreno para las operaciones. Las municipalidades o sus comisiones
auxiliares previos trámites que establezcan sus reglamentos, concederán o
negarán la autorización, la cual se entenderá siempre, salvo el derecho de
propiedad y sin perjuicio y sin perjuicio de tercero en lo que sea extraño a los
resultados fortuitos del alumbramiento.

Artículo 28º. Las limitaciones contenidas en los artículos 21º y 25º respecto al
dueño de un terreno, son también aplicables a las autorizaciones que conceda la
municipalidad o sus comisiones auxiliares.

Artículo 29º. A toda autorización para calicalas precederá siempre la constitución


de un depósito en metálico de 100 a 200 pesos, según los casos para responder
de los daños y perjuicios que se ocasionasen y de la reposición de las cosas al
ser y estado que tenían antes, si no se llevase a cabo el alumbramiento.

Artículo 30º. Al otorgarse la autorización para calicalas, se demarcará una zona


paralelográmica, dentro de la cual nadie podrá hacer iguales exploraciones. La
dimensión de esta zona será mayor o menor, según la constitución y
circunstancias del terreno ;pero nunca excederá para socavones o galerías de la
superficie de 4 hectáreas. Un mismo individuo podrá obtener a la vez o
sucesivamente, la autorización para diversas zonas, cumpliendo respecto de
cada una, con las condiciones el artículo anterior y demás de este reglamento.

Artículo 31º. Dentro de seis meses, contados desde que se conceda las
autorización para calicatas, formalizará el concesionario la solicitud para la
realización de su proyecto, acompañando una memoria explicativa. Instruido el
expediente en los términos que establezca el reglamento y anunciado el
proyecto en los periódicos, lo resolverá el gobierno, previo dictamen de los
ingenieros del estado.

Artículo 32º. Terminados los trabajos del alumbramiento dentro de los plazos
señalados en la concesión, se expedirá el correspondiente título de propiedad de
las aguas halladas.

Artículo 33º. Los que dentro de los seis meses otorgados para las exploraciones
exploratorias, no solicitasen las concesión definitiva, los que no terminasen los
trabajos de alumbramiento en el plazo señalado en la orden de autorización, y
los que después de terminados y aún de haber obtenido el título de propiedad
dejasen cegar las obras e inutilizarse las aguas halladas, perderán los derechos
que hubiesen adquirido por las respectivas autorizaciones y concesiones, las
cuales podrán declararse caducas de oficio o a instancia de parte.
A la declaración de caducidad precederá indispensablemente la audiencia del
concesionario y su citación por edictos o por los periódicos, si se ignorase su
paradero, pudiendo prorrogársele el plazo si lo solicitase y presentase fianza
suficiente a juicio del gobierno.

Artículo 34º. El alumbramiento de aguas subterráneas por medio de pozos


artesianos, queda sujeto a las reglas establecidas en los artículos anteriores
para el que se verifica por socavones o galerías, con las diferencias siguientes :

1. Los seis meses que en los arts. 31º y 33º se conceden para la exploración, se
entenderán aquí para dar principio a los trabajos

2. No se fijará plazo para la conclusión de estos ; pero en concesionario no


podrá suspenderlos por más de cuatro meses, bajo pena de caducidad, a no
mediar fuerza mayor.

3. En lugar de la zona en que habla el artículo 30º, se marcará otra que podrá
entenderse hasta mil hectáreas.

Todas las aguas subterráneas llevadas a la superficie, tendrán para su


aplicación el derecho de la servidumbre forzosa de acueducto y el de la
ocupación temporal para la construcción de sus obras, así superficiales como
subterráneas.

Artículo 35º. Los concesionarios de pertenencias mineras, socavones o galerías


generales de desagüe de minas, tienen la propiedad de las aguas halladas en
sus labores, mientras conserven la de sus minas respectivas.
Artículo 36º. En la prolongación y conservación de minados antiguos en busca
de agua, continuarán guardándose las distancias que requieren para su
construcción y explotación en cada localidad, respetándose siempre los
derechos adquiridos.

Artículo 37º. El gobierno podrá hacer concesiones para la exploración y


alumbramiento de aguas subterráneas en cuencas o valles , formados estos de
extensión limitada por las vertientes o divisorias con la mira del abastecimiento
de las poblaciones y grandes riegos u otras aplicaciones útiles, siempre que a
juicio de facultativos no puedan perjudicar a tercero.

CATPITULO 5
Disposiciones concernientes al capítulo anterior.

Artículo 38º. Si las aguas sobrantes de las fuentes, cloacas y establecimientos


públicos de las poblaciones, hubiesen sido aprovechadas por los dueños de los
terrenos inferiores el tiempo de veinte años, no podrán las municipalidades
alterar el curso de aquellas aguas, ni impedir la continuación del
aprovechamiento ; sino por causa de utilidad pública debidamente justificada y
previa indemnización de daños y perjuicios.

Artículo 39º. También en las aguas alumbradas que por sobrantes corriese
libremente fuesen aprovechadas por los predios inferiores a virtud de obras
permanentes o bien por división continua o de turno y tandeo por tiempo de
veinte años, a ciencia y paciencia del alumbrador dueño de ellas, podrán los
tales predios inferiores continuar aprovechándolas indefinidamente.

Artículo 40º. Respecto de unas y otras aguas de que tratan los dos artículos
inferiores, los predios inferiormente situados que, por su posición y mayor
proximidad al nacimiento, tuviesen preferencia para el aprovechamiento eventual
sin ponerlo en práctica, la perderán relativamente a los más bajos y lejanos que
por espacio de un año completo hubiesen consecutivamente aprovechado
aquellas aguas, según en los artículos 15 y 16 se dispuso respecto de los
manantiales naturales.

Artículo 41º. El dominio y uso e las aguas de propiedad particular, están en todo
sujetos al derecho de expropiación por causa de utilidad pública.

Artículo 42º. Los tribunales y la autoridad administrativa en su caso, deben


conciliar prudentemente el interés de la agricultura o industria con el respeto
debido a la propiedad en las contestaciones sobre el uso de las aguas, y se
observarán los reglamentos generales y locales en cuanto no se opongan a este
reglamento.

CAPITULO 6
De las ramblas y barrancos que sirven de alveo de las aguas pluviales

Artículo 43º. Alveo o cauce natural de las corrientes de aguas pluviales, es el


terreno que estas cubren durante sus avenidas ordinarias en barrancos, ramblas
u otras vías naturales.

Artículo 44º. Los cauces naturales de que el artículo anterior y que no son de
propiedad privada, pertenecen al dominio público.

Artículo 45º. Son de propiedad privada los cauces naturales de aguas de lluvia
que atraviesan fincas de dominio privado.
Artículo 46º. El dominio privado de los alveos de aguas pluviales no autoriza
para construir en ellos obras que pueden hacer variar el curso natural de las
mismas, en perjuicio de tercero o cuya destrucción por la fuerza de las avenidas
pueda causar grave daño a predios, fábricas o establecimientos, puentes,
caminos o poblaciones inferiores.

CAPITULO 7

Del alveo de los arroyos y ríos y sus riberas.

Artículo 47º. Alveo o cauce natural de un arroyo o río es el terreno que cubren
sus aguas en las mayores crecidas ordinarias.

Artículo 48º. Los alveos de todos los arroyos pertenecen a los dueños de las
heredades o de los terrenos que atraviesan.

Artículo 49º. Son del dominio público, los alveos en terreno público de los ríos y
arroyos no navegables ni flotables.

Artículo 50º. Corresponden también al dominio público los cauces o alveos


naturales de los ríos y arroyos navegables y flotables.

Artículo 51º . Se entiende por riveras de un río o arroyo, navegable o flotable en


todo o en parte, las fajas o zonas laterales de sus alveos que solamente son
bañadas por las aguas que no causan inundación. El dominio privado de las
riveras esta sujeto a la servidumbre de tres metros de zona para uso público, en
el interés general de la navegación, la flotación, la pesca y el salvamento.
Sin embargo, cuando los accidentes del terreno lo exigiesen y lo aconsejasen,
se ensanchará o se estrechará la zona de esta servidumbre, conciliando todos
los intereses.

Artículo 52º. Las heredades colindantes al mar y a los ríos navegables o


flotables están además sujetas a las servidumbres de salvamento en caso de
naufragio y de vigilancia litoral en los términos establecidos en los párrafos
siguientes :

1. La servidumbre de salvamento comprende una zona veinte metros contados


tierra adentro, desde en límite inferior de la playa ; y de ella se hará uso público
en los casos de naufragio, para salvar y depositar los restos, efectos y
cargamentos de los buques náufragos. También los barcos pescadores podrán
barar en esta zona, cuando a ello los obligase el estado del mar o de los ríos y
depositar momentáneamente en tierra sus efectos, sin causar daño a las
heredades.
2. Esta zona litoral terrestre o de salvamento avanzará conforme el agua del
mar o de los ríos se retirase y se retirará donde el agua avanzase, porque ha de
estar adherida a la playa.
3. Por los daños causados a las heredades en las ocasiones de salvamento,
habrá lugar a indemnización, pero solamente hasta donde alcance el valor de las
cosas salvadas, después de satisfacer los gastos de auxilios prestados y
recompensa de hallazgo.
4. Consiste la servidumbre de vigilancia litoral, en la obligación de dejar
expedita una vía que no excederá de seis metros de anchura demarcada por la
administración pública. Esta vía se hallará dentro de la zona litoral terrestre de
que habla el párrafo 1º . En los parajes de tránsito difícil o peligroso, podrá
internarse la vía lo estrictamente necesario.
5. La servidumbre de salvamento no es obstáculo para que los dueños de las
heredades contiguas al mar y ríos mencionados, siembren, planten y levanten,
dentro de la zona litoral terrestre propio edificios agrícolas y casas de recreo.
6. Para la edificación de tales sitios se dará previo conocimiento a la autoridad
de marina, la cual solamente podrá oponerse cuando hubiese de resultar notorio
impedimento al ejercicio de la servidumbre.
7. La servidumbre de vigilancia da paso a la vía de que trata el párrafo 4º por
terrenos cercados, lo mismo que por abiertos.

Artículo 53º. En los terrenos de propiedad pública, limitados por ríos y arroyos,
se designa como ribera de estos la extensión de ciento cincuenta metros
medidos desde la mayor altura que alcanzan las aguas en las crecientes que no
causan inundación.

En las enajenaciones fiscales de la fracción adyacente se pondrá por límite la


ribera designada.

Si en la fracción enajenada no existiese camino público se impondrá también


con las enajenaciones la servidumbre de tránsito con arreglo al código civil.

El poder ejecutivo determinará la forma del respectivo deslinde.

CAPITULO 8
Del alveo y orillas de los lagos, lagunas y charcas

Artículo 54º. Alveo o fondo natural de los lagos, lagunas o charcas, es el terreno
que en ellas ocupan sus aguas en su mayor altura ordinaria.
Artículo 55º. Corresponde a los dueños de las fincas colindantes los alveos de
los lagos, lagunas o charcas que no pertenecen al Estado o por título especial
de dominio de algún particular.

Artículo 56º. Las orillas de los lagos navegables que se hallen cultivadas no
están sujetas a más servidumbre que a la de salvamento en caso de naufragio
en los términos establecidos por el artículo 52º. Se exceptúan los puntos que la
autoridad designa para embarco y desembarco, depósito de barcos demás
operaciones del servicio de navegación.

CAPITULO 9
De las acciones, arrastres y sedimentos de las aguas

Artículo 57º. Los terrenos que fuesen, accidentalmente inundados por las aguas
de los lagos o por los arroyos ríos y demás corrientes, continuarán siendo
propiedad de sus dueños respectivos.

Artículo 58º. Los cauces de los ríos que queden abandonados por variar
naturalmente el curso de las aguas pertenecen a los dueños de los terrenos de
toda la longitud respectiva. Si el cauce abandonado separaba heredades de
distintos dueños, la nueva línea divisoria correrá equidistante de unas y otras.

Artículo 59º. Cuando un río navegable o flotable variando naturalmente su


dirección se abra un nuevo cauce en heredad privada, este cauce entrará en el
dominio público. El dueño de la heredad lo recobrará siempre que las aguas
volviesen a dejarlo en seco ya naturalmente ya por virtud de trabajos al efecto.

Artículo 60º. En el caso del artículo anterior, podrán los propietarios ribereños
con permiso de la autoridad competente hacer las obras necesarias para restituir
las aguas a su acostumbrado cauce ; y en la parte de este que
permanentemente quedase en seco accederá a los fondos contiguos como el
terreno de aluvión en el caso del art. 62º.

Concurriendo los ribereños de un lado con los del otro, una línea longitudinal
dividirá el nuevo terreno en dos partes iguales y cada una de estas accederá a
los fondos contiguos como en el caso del mismo artículo 62º.

Artículo 61º. Los cauces públicos que queden en seco, a consecuencia de


trabajos autorizados por concesión especial, son los concesionarios, a no
establecerse otra cosa en las condiciones con aquella se hizo.

Artículo 62º. Se llama aluvión el acrecimiento que se forma sucesiva e


imperceptiblemente en las orillas de un río o arroyo ; y se comprende bajo el
mismo nombre el espacio que deja el agua corriente que se retira
insensiblemente de una de las riberas sobre la otra. El aluvión pertenece a los
fundos ribereños, dentro de las respectivas líneas de su creación, prolongadas
directamente hasta el agua, sin perjuicio de dejar el espacio que determina el
artículo 51º cuando se trata de ríos o arroyos navegables o flotables.

Artículo 63º. Si un río o arroyo, sea o no navegable o flotable arranca violenta y


repentinamente una parte del fundo ribereño y la transporta hacia el de abajo o a
la orilla opuesta, el dueño de la parte arrancada, conserva su dominio para el
solo efecto de llevársela ; pero si no la reclama dentro del subsiguiente año, la
hará suya el dueño del fundo a que fue transportada.

Artículo 64º. Si la porción conocida del terreno segregado de una ribera queda
aislada en el cauce, continua perteneciendo incondicionalmente a su antiguo
dueño. Lo mismo sucederá cuando dividiéndose un río circunde y aísle algunos
terrenos.

Artículo 65º. Si un río o arroyo, sea o no navegable o flotable si divide en dos


brazos que vuelve después a juntarse, encerrando el fundo de un propietario y
convirtiéndose en isla, ese propietario conserva el dominio de su fundo.

Artículo 66º. Las isla que se formen en el lecho de los ríos y arroyos no
navegables ni flotables, pertenecen a los propietarios ribereños del lado en que
se forme la isla y en proporción de sus frentes.

Si la isla no estuviese formada de un solo lado, partiendo de una línea divisoria,


que se supone tirada en medio del río o arroyo, pertenecerá a los propietarios
ribereños de ambos lados en proporción de sus frentes.

Artículo 67º. Las islas que se formen en ríos o arroyos navegables o flotables
pertenecerán al Estado.

Artículo 68º. Pertenece a los dueños de los terrenos confinantes con los arroyos,
torrentes, ríos y lagos, el acrecentamiento que reciban paulatinamente por la
sedimentación de las aguas.

Artículo 69º. Cualquiera puede recoger y salvar animales, maderas, frutas,


muebles y otros productos de la industria, arrebatado por la corriente de las
aguas públicas o sumergidas en ellas, presentándolas a la autoridad local más
inmediata, que dispondrá su depósito o su venta en pública subasta, cuando no
puedan conservarse.
El hallazgo se anunciará por el juez en el periódico del lugar y limítrofes o por
carteles donde no hubiere, con designación exacta de las marcas y números de
los efectos, invitando a los interesados a que deduzcan sus respectivas
reclamaciones.

Si dentro de seis meses hubiere reclamación por parte del dueño, se le


entregará el objeto o su precio, previo abono de los gastos de conservación y los
costos causados ; pero si pasase aquel plazo sin haber reclamado el dueño,
perderá éste su derecho y se devolverá todo a quién lo salvó previo abono de
los gastos de conservación y los costos.

Lo dispuesto en el párrafo anterior no tendrá lugar desde el momento en que el


dueño de los objeto provea a su salvamento.

Artículo 70º. Las brozas, ramas y leñas que vayan flotando en las aguas, o sean
depositadas por ellas en el cauce o en terrenos de dominio público, son del
primero que las recoge : las dejadas en terrenos del dominio particular o sus
riberas, son del dueño de las fincas respectivas.

Artículo 71º. Los árboles arrancados y transportados por la corriente de las


aguas, pertenecen al propietario del terreno a donde vinieron a parar, si no los
reclaman dentro de un mes sus antiguos dueños, quienes deberán abonar los
gastos ocasionados en recoger los árboles o ponerlos en lugar seguro.

Artículo 72º. Los objetos sumergidos en los cauces públicos siguen


perteneciendo a sus dueños ; pero si durante un año no los extrajesen serán de
las personas que lo verifiquen, previo el permiso de la autoridad. Si ofreciesen
obstáculo en perjuicio de las corrientes o de la viabilidad, se concederá por la
autoridad un término prudente a los dueños y transcurrido aquel sin que hagan
uso de su derecho, se procederá a la a
extracción como de cosa abandonada.

El dueño de objetos sumergidos en aguas de propiedad particular, solicitará del


dueño de estas permiso para extraerlos, cuyo permiso no podrá negarse cuando
de afiance la indemnización de daños y perjuicios. En caso de negativa,
concederá el permiso el juez competente más inmediato, previa fianza a su
satisfacción y bajo la responsabilidad del solicitante.

CAPITULO 10
De las obras de defensa contra las aguas públicas

Artículo 73º. Los dueños de predio lindantes con cauce públicos tienen libertad
de hacer plantaciones en sus respectivos márgenes y riberas, y poner defensa
de estacadas contra las aguas siempre que lo juzguen necesario, dando de ello
oportunamente noticia a la autoridad local. La autoridad, no obstante, podrá,
después de oír a los interesados mandar suspender tales operaciones, cuando
por su naturaleza amenacen causar perjuicio a la navegación o flota de los ríos,
desviar las corrientes de su curso natural, o producir inundaciones.

Artículo 74º. Cuando las plantaciones y cualquier obra de defensa que se


intente, hayan de invadir el cauce, no podrán ejecutarse sin previa autorización
del gobierno en los ríos navegables o flotables y de la municipalidad en los
demás ríos.

Artículo 75º. Al solicitar la autorización los interesados acompañarán un plano o


croquis según lo exija la importancia de la obra y oídos los dueños de los
terrenos colindantes o fronterizos y el ingeniero concederá la municipalidad o
negará el permiso, expresándose en uno y otro caso los motivos en que se
funde la resolución.

Artículo 76º. En los cauces donde convengan obras de defensa poco costosas,
las municipalidades concederán una autorización general para que los dueños
de los predios limítrofes, cada cual en la parte de cauce lindante con su
respectiva ribera, puedan constituirlas ; pero sujetándose a las condiciones que
se fijen en la concesión, encaminadas a evitar que unos propietarios causen
perjuicios a otros.

Artículo 77º. Cuando las obras proyectadas sean de alguna consideración, la


municipalidad local, a solicitud de los que las promuevan, podrá obligar a
costearlas a todos los propietarios que hayan de ser beneficiados por ellas
siempre que preste su conformidad la mayoría de estos. Computada por la parte
de propiedad que cada uno represente y que aparezca completa y
facultativamente justificada la común utilidad que las obras hayan de producir.
En tal caso cada cual contribuirá al pago según las ventajas que reporte.

Artículo 78º. Para hacer constar al voluntad de los interesados, o sea de la


comunidad, se convocará a todos ellos a junta general, que se reunirá ante la
municipalidad del lugar donde hayan de construirse las obras, o ante la persona
que esta designe si interesasen a varias localidades. Resultando la conformidad
de la mayor parte de los concurrentes según el cómputo establecido en el
artículo anterior, nombrarán acto continuo y a pluralidad de votos una comisión
que forme el reparto de cargas con arreglo al beneficio que haya de reportar la
propiedad contribuyente y luego se ocupará de su recaudación y aplicación.

Artículo 79º. La ejecución de obras se hará por el sistema que prefiera la


comunidad y se llevará a cabo la dirección de un ingeniero, mediante la activa
vigilancia de la comisión encargada de la recaudación y pagos, la cual rendirá
cuentas justificadas a sus comitentes.

Los que en cualquier concepto se consideren perjudicados por los acuerdos y


actos de la comisión, podrán recurrir en queja a la comunidad la alta inspección
que le corresponde.

Artículo 80º. Siempre que para precaver o contener inundaciones inminentes sea
preciso, en casos de urgencia, practicar obras provisorias o destruir las existente
en predios de toda clase, la municipalidad o comisión auxiliar podrá acordarlo
desde luego bajo su responsabilidad ; pero en la inteligencia de que habrán de
indemnizarse después las pérdidas y los perjuicios ocasionados, señalándose
un 5% anual de interés, desde el día en que se ocasionó el daño, hasta que se
verifique la indemnización. El abono de esta indemnización correrá
respectivamente a cargo del Estado, de la municipalidades o de los particulares,
según a quién pertenezcan los objetos amenazados por la inundación y cuya
defensa haya ocasionado los daños indemnizables.

Artículo 81º. Las obras locales que, según lo arriba prescrito, se construyan para
defender las poblaciones a los caminos vecinales de un distrito municipal,
estarán a cargo de las municipalidades respectivas y serán costeadas por ellas.

Serán de cuenta del Estado las obras de interés general necesarias para
defender de inundaciones las vías, establecimientos públicos y territorios
considerables y para conservar encauzados y expeditos los ríos navegables o
flotables.

Artículo 82º. Cuando por efecto de las obras costeadas por el Estado o por los
pueblos, hubiesen de recibir también beneficio o acreces las propiedades
ribereñas, contribuirá la colectividad de los dueños de estas con la parte
proporcional que convengan con el Estado o con la Municipalidad. La cuota
individual de cada interesado se fijará por un perito nombrado por cada parte y
tercero en caso de discordia, según el derecho común.

Artículo 83º. El Gobierno completará el estudio general de los ríos, para señalar
con acierto los puntos donde convengan obras de encauzamiento y defensa,
destinadas a preservar las heredades, evitar inundaciones, sanear
encharcamientos mantener expeditas la navegación y flotación.

CAPITULO 11
De la desecación de lagunas y terrenos pantanosos

Artículo 84º. Los dueños de lagunas o terrenos pantanosos o encharcadizos que


quieran desecarlos o sanearlos podrán extraer de terrenos públicos, con permiso
de la municipalidad, la piedra y tierra que consideren indispensable para el
terraplén y demás obras.

Artículo 85º. Cuando las lagunas y terrenos pantanosos pertenezcan a varios


dueños y no siendo posible la desecación parcial, pretendan varios de ellos que
se efectúe en común, el Gobierno podrá obligar a todos los propietarios a que
costeen colectivamente las obras destinadas al efecto, siempre que este
conforme la mayoría como, entendiéndose por tal los que representen mayor
extensión de terreno saneable. Si alguno de los propietarios resistiese el pago y
prefiriese ceder gratuitamente a los condueños su parte de propiedad saneable,
podrá hacerlo.

Artículo 86º. Para explorar la voluntad de la mayoría se convocará a todos los


propietarios a una junta en los términos que establece el artículo 78º,
observándose en su celebración y en la ejecución de las obras que se acuerden,
las demás prescripciones contenidas en el mismo.

Artículo 87º. Si las lagunas o parajes pantanosos perteneciesen al Estado o


algún común de vecinos, procurará el gobierno que se desequen y saneen para
ensanche de terreno laborable en el país.

Artículo 88º. Cuando se declarase insalubre por quién corresponde una laguna o
terreno pantanoso o encharcadizo, se procederá forzosamente su desecación o
saneamiento. Si fuese de propiedad privada, se hará saber a los dueños para
que dispongan el desagüe o terraplén en un plazo que se es señalará por la
municipalidad.

Artículo 89º Si la mayoría de los dueños se negase a ejecutar la desecación, la


municipalidad podrá concederla a cualquier particular o empresa que se
ofreciese a llevarla a cabo previa aprobación del proyecto y planos.

Artículo 90º Si los pantanos, lagos o terrenos encharcadizos declarados


insalubres perteneciesen al Estado y se presentase quien ofrezca su desecación
y saneamiento será admitida su proposición mediante el abono por el
concesionario del rendimiento anual capitalizado según el artículo anterior.
Si no hubiese quien se presentase a hacer propuesta, o ésta fuera inatendible,
se dispondrán por el gobierno los estudios y planos y se sacará la empresa a
pública subasta a cargo del rubro respectivo del presupuesto.

Artículo 91º Cuando por efecto de la desecación pueda darse riego mediante el
pago de un canon, el derecho a su pago no excederá de noventa y nueve años,
al cabo de los cuales se aplicarán a los regentes los beneficios del artículo 233.
Artículo 92º Las disposiciones generales contenidas en los artículos del presente
capítulo relativas a las autorizaciones de estudios y derechos de los que las
obtengan obligaciones de los concesionarios, caducidad de las concesiones y
reconocimiento de las obras ejecutadas para el aprovechamiento de las aguas
públicas, así como los beneficios de que gozan las empresas de canales de
riego según los artículos 242 y 243 son aplicables a las autorizaciones otorgadas
a empresas particulares para la desecación de pantanos y encharcamientos, sin
perjuicio de las condiciones especiales que en cada caso se fijen y establezcan.

CAPITULO 12
DE LAS SERVIDUMBRES NATURALES EN MATERIA DE AGUAS

Artículo 93º Los terrenos inferiores están sujetos a recibir las aguas que
naturalmente y sin obra del hombre fluyen de los superiores, así como la piedra
y terreno que arrastren en su curso. No se puede dirigir un albañal o acequia
sobre el predio vecino si no se ha constituido esta servidumbre especial.
En el predio inferior no se puede hacer cosa alguna que estorbe la servidumbre
legal, ni en el superior, con que lo agrave.

Artículo 94º Si el agua corriente se detiene en el predio de alguno por hecho


ajeno de la mano del hombre, el que se sienta perjudicado por la interrupción de
la corriente, podrá reclamar del dueño del predio de donde se ha estancado el
agua, que remueva el impedimento o se lo deje remover para que las aguas
vuelvan a su curso ordinario.

Artículo 95º El dueño de un predio en el que existan obras defensivas para


contener el agua o en el que por la variación de su curso sea necesario
construirlas de nuevo esta obligado ha hacer los reparos o construcciones
necesarias o a tolerar que sin perjuicio suyo las hagan los dueños de los predios
que experimenten o estén expuestos inminentemente a experimentar daño.

Artículo 96º Todos los propietarios que participan del proveniente beneficio de
las obras de que se tratan los artículos anteriores, están obligados a contribuir al
gasto de su ejecución en proporción a su interés.
Los que por su culpa hubiesen ocasionado el daño serán responsables de los
gastos.

Artículo 97º Si las aguas que fluyen de los terrenos superiores fuesen producto
de alumbramientos artificiales o sobrantes de acequias de riego o procedente de
los establecimientos industriales que de nuevo crearen tendrá el dueño del
predio inferior derecho a exigir resarcimiento de daños y perjuicios.

Artículo 98º Si en cualquiera de los tres casos del artículo precedente que
confieren derecho de resarcimiento al predio inferior, le conviene al dueño de
éste dar inmediata salida a las aguas para eximirse de la servidumbre sin
perjuicio para el superior ni para el tercero podrá hacerlo a su costa o bien
aprovecharse eventualmente de las mismas aguas si le acomodase renunciando
entretanto al resarcimiento.

Artículo 99º El dueño del predio inferior o sirviente tiene también derecho ha
hacer dentro de él ribazos, malecones o paredes que sin impedir el curso de las
aguas sirvan para regularizarlo o para aprovecharlas en su caso.

Artículo 100º Del mismo modo puede el dueño del predio superior o dominante
construir dentro de él ribazos, malecones o paredes que sin agravar la
servidumbre del predio inferior suavicen las corrientes de las aguas, impidiendo
que arrastren consigo la tierra vegetal o causen otros desperfectos en la finca.
Artículo 101º Cuando el dueño del predio inferior varíe la salida de las aguas
procedente de alumbramientos según los artículos 23 y 98 y con ello irrogue
daño a tercero podrá éste exigir indemnización o resarcimiento. No se reputa
daño al contrariar o suprimir el aprovechamiento de las aguas sobrantes a los
que venían disfrutando eventualmente.

Artículo 102º Cuando el agua acumule en un predio piedras, tierra broza u otros
objetos que embarazando su curso natural, pueda producir embalses o
inundaciones, distracción de las aguas u otros daños los interesados podrán
exigir del dueño del predio que se remueva el estorbo o les permita removerlo.
Si el dueño no residiese con el pueblo, el requerimiento se entenderá con su
apoderado o colono y si tampoco éstos estuviesen en él y el caso fuese urgente
o se negase infundadamente el permiso, lo concederá la autoridad. Los gastos
que se originen de los trabajos de desbroce y limpia, serán satisfechos con
todos los propietarios que participen de su beneficio en proporción al interés que
reporten.
Si lugar a indemnización de daños será a cargo del causante.

CAPITULO 13
DE LA SERVIDUMBRE DE ACUEDUCTO

Artículo 103º El dueño de una heredad o de un establecimiento industrial que


quiera servirse para el riego de sus tierras o para el uso de su fábrica de las
aguas naturales o artificiales de que tenga derecho a disponer, podrá conducir a
su costa esas aguas por las heredades intermedias abonando una justa y previa
indemnización.
La servidumbre a que están sujetas la heredad o las heredades intermedias se
llama servidumbre de acueducto.
Artículo 104º Las casas, los corrales, patios huertas y jardines que de ellas
dependan no están sujetas a la servidumbre de acueducto.

Artículo 105º El derecho de acueducto comprende el de llevarlo por un rumbo


que permita el libre descenso de las aguas y que por la naturaleza del suelo no
haga excesivamente dispendiosa la obra.
Verificadas estas condiciones se llevará el acueducto por el rumbo que menos
perjuicio cause a los terrenos cultivados.
El rumbo más corto se mirará como menos perjudicial a la heredad sirviente y el
menos costoso al interesado, sino se probase lo contrario.
El juez conciliará en lo posible los intereses de las partes y en los puntos
dudosos decidirá a favor de las heredades sirvientes.

Artículo 106º El dueño de la heredad sirviente tendrá derecho para que se le


pague el precio de todo el terreno que ocupa el acueducto y el de un espacio a
cada uno de los costados que no baje de un metro de anchura con más un diez
por ciento sobre la suma total de esos precios, fuera de la debida indemnización
de los daños inmediatos.
Llegado el caso tendrá también derecho para que se le indemnice el daño
ocasionado por las filtraciones y derrames que puedan imputarse a defectos de
construcción del acueducto.

Articulo 107º El dueño de la heredad sirviente está obligado a permitir la entrada


de trabajadores para la limpieza y reparación del acueducto, con tal de que se
dé aviso al administrador de la heredad.
Está obligado asimismo a permitir con este aviso previo la entrada de un
cuidador de tiempo en tiempo o con la frecuencia que el juez según las
circunstancias determine.
Artículo 108º El dueño del acueducto podrá impedir toda plantación u obra nueva
en el espacio lateral de que habla el artículo 106.

Artículo 109º El que tiene a beneficio suyo un acueducto en su heredad puede


oponerse a que se construya otro en ella ofreciendo paso por el suyo a las
aguas de que otra persona quiera servirse con tal de que de ello no se siga un
perjuicio notable al que quiera abrir el nuevo canal.
Aceptada esta oferta se pagará al dueño de dicho acueducto el valor del suelo
ocupado por éste (incluso el espacio lateral de que habla el artículo 106) a
prorrata del nuevo volumen de agua introducida en él y se le reembolsará
además en la misma proporción lo que valiese la obra en toda la longitud que
aprovechase al interesado.
Este en caso necesario ensanchará el acueducto a su costa y pagará el nuevo
terreno ocupado por él y por el espacio lateral y todo otro perjuicio pero sin el
10% de descargo.

Artículo 110º Si el que tiene un acueducto en heredad ajena quisiera introducir


mayor volumen de agua en él podrá hacerlo indemnizando de todo perjuicio a la
heredad sirviente y si para ello fuesen necesarias nuevas obras se observará
respecto éstas lo dispuesto en el artículo 16.

Artículo 111º Las reglas establecidas para servidumbre de acueducto se


entienden a los que se construyan para dar salida y dirección a las aguas
sobrantes y para desecar pantanos y filtraciones naturales por medio de zanjas y
canales de desagüe.
Artículo 112º Si el acueducto fuese abandonado, volverá el terreno a la
propiedad y uso exclusivo de la heredad sirviente, quién sólo estará obligado en
este caso a restituir lo que se le pagó por valor del suelo.

Artículo 113º Los que se aprovechan de las aguas de una acequia deben
construir y conservar los puentes necesarios para pasar a las heredades vecinas
de tal modo que el paso sea seguro y cómodo.
Deben igualmente construir y conservar los acueductos subterráneos los
puentes que sirven de canales y hacer todas las demás obras semejantes para
la continuación del riego o de la corriente sino hubiese convenio o posesión en
contrario.

Artículo 114º Se necesita autorización especial del gobierno para sacra canales
de los ríos o arroyos navegables o flotables debiendo entenderse concedida
aquella con sujeción a las leyes y reglamentos de la materia.

Artículo 115º Puede imponerse la servidumbre forzosa de acueducto para la


conducción de aguas destinadas a algún servicio público que no exija la formal
expropiación del terreno.

Artículo 116º Puede imponerse también la servidumbre forzosa de acueducto


para objetos de interés privados en los casos siguientes :

1º Establecimiento o aumento de riegos.


2º Establecimiento de baños y fábricas.
3º Desecación de lagunas y terrenos pantanosos.
4º Evasión o salida de aguas procedentes de alumbramientos artificiales.
5º Salida de aguas escorrientas y drenajes.
En los tres primeros casos puede imponerse la servidumbre no sólo para la
conducción de las aguas necesarias sino también para la evasión de los
sobrantes.

Artículo 117º La servidumbre según los artículos anteriores la decretará el


gobierno previa instrucción de expedientes con audiencia de los dueños de los
terrenos que hayan de sufrir el gravamen o informe de la municipalidad.

Artículo 118º No puede imponerse la servidumbre forzosa de acueducto sobre


edificios ni sobre jardines ni huertas existentes al tiempo de hacerse la solicitud
conforme a lo dispuesto por el artículo 104.

Artículo 119º Tampoco podrá tener lugar la servidumbre forzosa de acueducto


por dentro de otro acueducto preexistente pero si el dueño de éste la consintiere
y el dueño del predio sirviente se negase se instruirá el oportuno expediente
para obligar al del predio a avenirse al nuevo gravamen previa indemnización si
se le ocupase mayor zona de terreno.

Artículo 120º Siempre que un terreno de regadío que antes recibía el agua por
un solo punto se divida por herencia, venta u otro título entre dos o más dueños
los de la parte superior quedan obligados a dar paso al agua como servidumbre
de acueducto para el riego de las inferiores, sin poder exigir por ello
indemnización a no haberse pactado otra cosa en la traslación de dominio. El
acueducto regadera se abrirán por donde designen peritos nombrados por las
partes y tercero en discordia, quienes procurarán conciliar el mejor
aprovechamiento del agua, con el menor perjuicio del predio sirviente.

Artículo 121º La servidumbre forzosa de acueducto se constituirá :


1º Con acequia cubierta cuando no sea peligrosa por su profundidad o situación
ni ofrezca otros inconvenientes.
2º Con acequia cubierta cuando lo exija su profundidad, su contiguidad a
habitaciones o caminos o algún otro motivo análogo a juicio de la autoridad.
3º Con cañería o tubería a voluntad del interesado pero será obligatorio ese
empleo cuando pudieran las aguas infectar a otras o absorber sustancias
nocivas o causar daños a obras o edificios.

Artículo 122º Si el acueducto hubiese de atravesar caminos vecinales,


concederá el permiso la comisión auxiliar respectiva y cuando necesitase
atravesar vías, caminos, departamentos o nacionales lo concederá la
municipalidad del departamento en la forma que prescribe el reglamento.
Cuando tuviese que cruzar canales de navegación o ríos navegables o flotables
otorgará el permiso el gobierno.

Artículo 123º El dueño del terreno sobre que trate de imponerse la servidumbre
forzosa de acueducto podrá oponerse por alguna de las causas siguientes :
1º Por no ser el que la solicita dueño o concesionario del agua del terreno en
que intente utilizarlo.
2º Por poderse establecer sobre otros predios con iguales ventajas para el que
pretenda imponerla y menos inconvenientes para el que haya de sufrirla.

Artículo 124º Si hubiese oposición para la servidumbre de acueducto destinada a


la conducción de aguas para algún servicio público según el artículo 115 se
formalizará ante el juez competente que la resolverá en juicio breve y sumario
conforme al artículo siguiente.
Artículo 125º Cuando la oposición se haga a la servidumbre impuesta con objeto
de interés privado, conocerá de ella en juicio breve y sumario el juez a quien
corresponda según la importancia del asunto.

Si la oposición se fundase en la condición primera del artículo 123 y si el


peticionario de la servidumbre acreditase estar poseyendo el agua o el terreno
como dueño se accederá a la petición de éste, sin perjuicio de que los tribunales
resuelvan sobre la propiedad. En caso de duda no habrá lugar a la concesión
hasta que se decida la cuestión de propiedad.

Artículo 126º La servidumbre forzosa de acueducto puede establecerse temporal


o perpetuamente. Se entenderá perpetua para los efectos de este reglamento
cuando su duración exceda de diez años.

Artículo 127º Si la servidumbre fuese temporal se abonará previamente al dueño


del terreno, el duplo del arriendo correspondiente a la duración del gravamen por
la parte que se le ocupa con la adición del importe de los daños y desperfectos
que por el mismo espacio de tiempo se computen para el resto de la finca.
Además será de cargo del dueño del predio dominante, el reponer las cosas a
su antiguo estado, terminada la servidumbre. Si ésta fuese perpetua se abonará
el valor del terreno ocupado y el de los daños y perjuicios que se ocasionen al
resto de la finca incluso los que procedan de su fraccionamiento por
interposición de la acequia y los demás que prescribe el artículo 106.

Artículo 128º La servidumbre temporal no puede prorrogarse pero si convertirse


en perpetua sin necesidad de nueva concesión abonando el concesionario lo
establecido en el artículo anterior aunque tomándose en consideración y cuenta
lo satisfecho por la servidumbre temporal.
Artículo 129º Serán de cuenta del que haya promovido y obtenga la servidumbre
de acueducto, todas las obras necesarias para su construcción, conservación y
limpieza A éstos fines podrá ocupar temporalmente los terrenos indispensables
para el depósito de materiales previa indemnización de daños y perjuicios o
fianza suficiente. La administración o los interesados podrán compelerlo a
ejecutar las obras y mondas necesarias para impedir estancamientos y
filtraciones de que se originen deterioros.

Artículo 130º Al establecerse la servidumbre forzosa de acueducto se fijará


según la naturaleza y configuración del terreno la anchura que debe tener la
acequia y sus márgenes de conformidad al artículo 106.

Artículo 131º A la servidumbre forzosa de acueducto es inherente el derecho de


paso por sus márgenes para su exclusivo servicio en los términos del artículo
107.

Artículo 132º Si el acueducto atravesase vías públicas o particulares de


cualquier naturaleza que sean quedará obligado el que haya obtenido concesión
a construir y conservar las alcantarillas y puentes necesarios y si hubiese de
atravesar otros acueductos se procederá de modo que no retarde ni acelere el
curso de las aguas ni disminuya su caudal ni adultere su calidad.

Artículo 133º En el caso 2º del artículo 110 se tendrá presente lo dispuesto por el
articulo 127 según se trate de servidumbre temporal o de servidumbre perpetua.

Artículo 134º El dueño de un acueducto podrá fortificar sus márgenes con


céspedes, estacadas, paredes o ribazos de piedra suelta pero no con
plantaciones de ninguna clase.
Artículo 135º La servidumbre de acueducto no obsta para que el dueño del
predio sirviente pueda cerrar éste y cercarlo.

Artículo 136º El dueño de un predio sirviente podrá construir sobre el acueducto


puentes para pasar de una a otra parte de su predio pero lo hará con la solidez
necesaria y de manera que no se amengüen las dimensiones del acueducto si
se embarace el curso del agua.

Artículo 137º En toda acequia o acueducto, el agua, el cauce, los cajeros y las
márgenes serán considerados como parte integrante de la heredad o edificio a
cuyo favor se ha constituido la servidumbre pero con las modificaciones
consiguientes según sea según sea la servidumbre permanente o por tiempo.
En consecuencia nadie podrá sino en los casos de los artículo anteriores
construir edificios, puentes ni acueductos sobre acequias o acueductos ajenos ni
desviar aguas ni aprovecharse de los productos de ellas ni de sus márgenes ni
utilizar la fuerza de la corriente, sin expreso consentimiento del dueño.
Tampoco podrán los dueños de predios que atravesase una acequia o
acueducto o por cuyos linderos corriese alegar derecho de posesión al
aprovechamiento de su cauce ni márgenes a no fundarse en títulos de propiedad
expresivos de tal derecho. Si por se la acequia de construcción inmemorial o por
otra causa, se fijará según el artículo 123 cuando no hubiese restos y vestigios
antiguos que la comprueben.

Artículo 138º La concesión de la servidumbre legal de acueductos sobre los


predios ajenos caducará dentro del plazo que se hubiese fijado no hiciese el
concesionario uso de ella, después de completamente satisfecha al dueño de
cada predio sirviente la valuación según el artículo 127.
La servidumbre ya establecida se extinguirá :
1º Por consolidación o confusión reuniéndose en una misma persona el
dominio de las aguas y el de los terrenos afectos a la servidumbre.
2º Por espirar el plazo y por la llegada del día de la concesión si se ha
constituído de uno de estos modos.
3º Por el no uso durante el tiempo de diez años, ya por imposibilidad o
negligencia por parte del dueño de la servidumbre ya por actos del sirviente
contrarios a ella sin contradicción del dominante.
4º Por expropiación forzosa por causa de utilidad pública.
5º Por venir los predios a tal estado que no puede usarse de la servidumbre
pero esta revivirá si en lo sucesivo el estado de los predios permitiera usar de
ella a no ser que después de establecida la posibilidad del uso hayan
transcurrido los diez años prescritos por el inciso 3º de este artículo.

Artículo 139º El uso de la servidumbre de acueducto por cualquiera de los


condominios conserva el derecho para todos impidiendo la prescripción por
desuso. Si entre los condominios hay alguno contra quien por leyes especiales
no haya podido correr la prescripción, por ejemplo, un menor éste conservará el
derecho de todos los demás.

Artículo 140º Extinguida una servidumbre temporal de acueducto por el


transcurso del tiempo y vencimiento del plazo el dueño de ella tendrá solamente
derecho a aprovecharse de los materiales que fuesen suyos, volviendo las cosas
a su primitivo estado. Lo mismo se entenderá respecto del acueducto perpetuo
cuya servidumbre se extinguiese por imposibilidad o desuso con más lo
dispuesto por el artículo 112.

Artículo 141º Las servidumbres urbanas de acueducto, canal, fuente cloaca,


sumidero y demás establecidos para el servicio público y privado de las
poblaciones, edificios, jardines y fábricas se regirán por las ordenanzas
generales y locales de policía urbana y en su defecto por las disposiciones de
este capítulo en cuanto puedan ser aplicables y si no hubiera disposición
especial por el código civil.

CAPITULO 14
DE LA SERVIDUMBRE DE ESTRIBO, DE PRESA, DE PARADA O PARTIDOR

Artículo 142º Puede imponerse forzosamente la servidumbre de estribo, cuando


el que intente construir una presa o sea dueño de las riberas o terrenos donde
haya de apoyarla, y el agua que por ella se deba de tomar se destine a un
servicio público o de los de interés privado, comprendidos en el artículo 116.

Artículo 143º La servidumbre de que se trata el artículo anterior la decretará el


gobierno con arreglo al artículo 122.

Artículo 144º Decretada la servidumbre forzosa de estribo o de presa se abonará


previamente al dueño del predio sirviente el valor del terreno que debe ocuparse
el daño y perjuicio con arreglo al artículo 106.

Artículo 145º El que para dar riego a su heredad o mejorarla necesite construir
parada o dique en la acequia o regadera por donde se haya de recibirlo sin
merma a los demás regantes podrá exigir que los dueños de las márgenes
permitan su construcción previo abono de daños y perjuicios incluso los que
origine la nueva servidumbre.
Si los dueños de las márgenes se oponen el juez competente después de oírlos
y previo informe de la municipalidad o comisión auxiliar podrá conceder el
permiso o negarlo. De su resolución habrá apelación para el superior inmediato.
CAPITULO 15
DE LA SERVIDUMBRE DE ABREVADERO Y DE SACA DE AGUAS

Artículo 146º La servidumbre de abrevadero y de saca de agua, solamente


podrá imponerse por causa de utilidad pública en favor de alguna población o
caserío previa la correspondiente indemnización.

Artículo 147º No se impondrá esta servidumbre sobre los pozos ordinarios,


cisternas, jagüeles, algibes, ni los edificios o terrenos cercados de pared.

Artículo 148º Las servidumbres de saca de agua y abrevadero llevan consigo la


obligación en los predios sirvientes de dar paso a personas y ganados, hasta el
punto donde hayan de surtirse de agua y apagar la sed. Precederá
indemnización.

Artículo 149º El gobierno podrá decretar la imposición forzosa de ésta


servidumbre con sujeción a los trámites establecidos para la de acueducto. Al
decretarla se fijará según su objeto y las circunstancias de la localidad, la
anchura de la vía o senda que haya de conducir al abrevadero o al punto
destinado para sacar el agua.

Artículo 150º Los dueños de los predios sirvientes podrán variar la dirección de
la vía o senda destinada al uso de estas servidumbres pero no su anchura ni
entrada, y en todo caso sin que la variación perjudique al uso de la servidumbre.

CAPITULO 16
DE LA SERVIDUMBRE DE CAMINO DE SIRGA Y DEMAS INHERENTES A
LOS PREDIOS RIBEREÑOS
Artículo 151º Los predios contiguos a las riberas de los ríos navegables o
flotables, están sujetos a la servidumbre de camino de sirga. La anchura de este
será de un metro si se destinase a peatones, y de dos a las caballerías. Cuando
lo escarpado del terreno u otros obstáculos lo exijan, el camino de sirga se abrirá
por el punto más conveniente.

Artículo 152º El gobierno, al clasificar los ríos y arroyos navegables o flotables,


determinará los puntos por donde haya de llevarse el camino de sirga, con
arreglo al artículo anterior.

Artículo 153º Cuando un río navegable o flotable deje permanentemente de


serlo, cesará también la servidumbre del camino de sirga.

Artículo 154º El camino de sirga es exclusivo para el servicio de la navegación y


flotación fluvial.

Artículo 155º Los canales de navegación no tienen derecho al camino de sirga,


más si sugiere la necesidad de el, podrá imponerse esta servidumbre según lo
dispuesto en el articulo 152.

Artículo 156º En el camino de sirga no podrán hacerse plantaciones, siembras,


cercas, zanjas ni cualesquiera otras obras o labores que embaracen el uso. El
dueño del terreno podrá no obstante aprovecharse exclusivamente de las leñas
bajas o yerbas que naturalmente se crían en él.

Artículo 157º Las ramas de los árboles que ofrezcan obstáculos a la navegación
o flotación y al camino de sirga serán cortados a conveniente altura.
Artículo 158º Los predios ribereños están sujetos a la servidumbre de que en
ellos se amarren o afiancen las maromas o cables necesarios para el
establecimiento de barcas de paso previa indemnización de daños y perjuicios.

Artículo 159º El establecimiento de esta servidumbre para barcas, corresponde a


la municipalidad oídos previamente los dueños de los terrenos sobre que hayan
que imponerse.

Artículo 160º Si para precaver que las avenidas arrebaten las maderas
conducidas a flote por los ríos o arroyos fuese necesario extraerlas y
depositarlas en los predios ribereños, los dueños de éstos no podrán impedirlo y
solo tendrán derecho al abono de daños y perjuicios. A él quedarán
especialmente responsables las maderas, las cuales no se retirarán sin que sus
conductores hayan pagado o prestado fianza.

Artículo 161º También están sujetos los predios ribereños a consentir que se
depositen las mercancías descargadas y salvarlas en caso de avería, naufragio
u otra necesidad urgente quedando responsables las miasmas al abono de
daños y perjuicios en los términos del artículo anterior.

Artículo 162º Los dueños de las riberas de los ríos están obligados a permitir que
los pescadores tiendan y sequen en ellas sus redes y depositen temporalmente
el producto de la pesca, sin internarse en la finca, ni separarse más de tres
metros de la orilla del río
arroyo según el artículo 51 a menos que los accidentes del terreno exijan en
algún caso la concesión y fijación de mayor latitud. Donde no exista la
servidumbre del tránsito por las riberas para los aprovechamientos comunes de
las aguas, podrá el gobierno establecerlas, señalando su anchura previa
indemnización al dueño del terreno.
Artículo 163º Cuando los cauces de los ríos y arroyos o barrancos hayan de
desbrozarse y limpiarse de arena, piedras u otros objetos depositados por las
aguas, que obstruyendo o torciendo su curso, amenacen causar daño, se
someterán los predios ribereños a la servidumbre temporal y depósitos de las
materias extraídas abonándose previamente los daños y perjuicios o dándose la
oportuna fianza.

CAPITULO 17
DEL APROVECHAMIENTO DE LAS AGUAS PUBLICAS PARA EL SERVICIO
DOMESTICO, FABRIL Y AGRICOLA

Artículo 164º Mientras las aguas corran por sus cauces naturales y públicos o
sean de las que expresan los incisos 1º 2º y 3º del artículo 4º todos podrán usar
de ellas para beber, lavar ropa, vasijas y cualquier otra clase de objetos, bañarse
y abrevar o bañar caballerías y ganados con sujeción a los reglamentos y
ordenanzas de policía municipal.

Artículo 165º En las aguas que, apartadas artificialmente de sus cauces


naturales y públicos, discurriesen por canales, acequias, acueductos
descubiertos, aunque pertenezcan a concesionarios particulares todos podrán
extraer y conducir en vasijas lo que necesiten para uso doméstico o fabril y para
el riego de plantas aisladas pero la extracción habrá de hacerse precisamente a
mano, sin género alguno de máquina o aparato y sin detener el curso del agua,
ni deteriorar las márgenes del canal o acequia. Todavía deberá la autoridad
limitar el uso de este derecho cuando cause perjuicio al concesionario de las
aguas.
Se entiende que en propiedad privada nadie puede entra para buscar o usar el
agua a no mediar licencia del dueño.
Artículo 166º Del mismo modo en los canales, acequias o acueductos de aguas
públicas al descubierto aunque de propiedad temporal de los concesionarios
todos podrán lavar ropa, vasijas u otros objetos siempre que con ello no
deterioren los márgenes ni exija el uso a que se destinen las aguas que se
conserven en estado de pureza. Pero no se podrán bañar ni abrevar ganados ni
caballerías sino precisamente en los puntos destinados a este objeto.

CAPITULO 18
DEL APROVECHAMIENTO DE LAS AGUAS PUBLICAS PARA LA PESCA

Artículo 167º Se podrá pescar libremente en el mar territorial y en los ríos y


arroyos de uso público, sujetándose a los reglamentos de policía, con tal que no
se embarace la navegación y flotación.

Artículo 168º No se podrá pescar sin permiso de su dueño en los arroyos,


estanques, lagunas o charcas de propiedad particular.
Si éstos no estuviesen cercados podrá pescarse sin permiso a menos que el
dueño haya prohibido expresamente la pesca en ellos y notificado la prohibición.

Artículo 169º En los canales, acequias o acueductos para la conducción de


aguas públicas, aunque construidas por concesionarios de éstas y a menos de
habérseles reservado el aprovechamiento de la pesca por las condiciones de la
concesión, puede el público pescar con anzuelos, redes o nasas sujetándose a
los reglamentos con tal que no se embarace el curso del agua, ni se deteriore el
canal o sus márgenes.
Artículo 170º Solamente con la licencia de los dueños de las riberas, se podrá
construir en ellas o en la parte del cauce contiguo, encañizadas o cualesquiera
otra clase de aparatos destinados a la pesca.

Artículo 171º En los ríos y arroyos navegables no podrá ejercerse sin embargo,
ni aun por los mismos dueños de las riberas el derecho consignado en el artículo
anterior sin permiso de la municipalidad quién únicamente lo concederá cuando
no se embarace el curso de la navegación. En los flotables no será necesario el
permiso pero los dueños de las pesqueras estarán obligados a quitarlas y dejar
expedito el cauce siempre que a juicio de la autoridad puedan estorbar o
perturbar la flotación.

Artículo 172º Los dueños de encañizadas o pesqueras establecidas en los ríos y


arroyos navegables o flotables no tendrán derecho a indemnización por los
daños que en ellas causaren los barcos o las maderas en su navegación o
flotación, a no mediar por parte de los conductores infracción de los
reglamentos, maliera o evidente negligencia.

Artículo 173º En las aguas de dominio privado y en las concedidas para


establecimiento de viveros o criaderos de peces solamente podrán pescar los
dueños o concesionarios o los que de ellos obtuvieren permiso sin más
restricciones que las relativas a la salubridad pública.

CAPITULO 19
DEL APROVECHAMIENTO DE LAS AGUAS PUBLICAS PARA LA
NAVEGACION Y FLOTACION
Artículo 174º El gobierno con audiencia de las municipalidades declarará los ríos
y los arroyos que en todo o en parte, deben considerarse como navegables o
flotables.

Artículo 175º En los ríos o arroyos navegables o flotables, la autoridad designará


los sitios para los embarques y desembarque de pasajeros y mercaderías. Los
terrenos necesarios para este uso estarán sujetos a expropiación forzosa.

Artículo 176º Las obras para canalizar o hacer navegables o flotables los ríos o
arroyos que no lo sean naturalmente podrán ser ejecutadas por el Estado o por
empresas concesionarias. En este último caso las concesiones se sujetarán a
los trámites prescritos para los canales de navegación.

Artículo 177º Cuando para convertir un río o arroyo en navegable o flotable, por
medio de obras de arte haya que destruir fábricas, presas u otras obras
legítimamente construidas en sus cauces o riberas o privar del riego u otro
aprovechamiento a los que con buen derecho lo disfrutasen se procederá a la
expropiación forzosa e indemnización de los daños y perjuicios.

Artículo 178º Los barcos propios de los ribereños o de algún establecimiento


industrial con destino exclusivo al servicio o recreo de sus dueños no satisfarán
derechos de navegación ni estarán sujetos a más disposiciones reglamentarias
que las que sean exigidas por la policía del río o arroyo y la seguridad de los
demás barcos que por él naveguen.

Artículo 179º En los ríos y arroyos no declarados navegables o flotables todo el


que sea dueño de ambas riberas u obtenga permiso de quienes lo fuesen
podrán establecer barcas de paso para el servicio de sus predios o de la
industria a que estuviese dedicado.
Artículo 180º En los ríos y arroyos meramente flotables no podrá verificarse la
conducción de maderas sino en las épocas que para cada uno de ellos se
designase por el gobierno o las municipalidades a fin de conciliar este atención
con la de los riegos.

Artículo 181º Cuando en los ríos y arroyos no declarados flotables pueda


verificarse la flotación en tiempo de grandes crecidas o con el auxilio de presas
móviles podrá autorizarlas la municipalidad siempre que no perjudiquen a los
riegos o industrias establecidas y se afiance por los peticionarios el pago de
daños y perjuicios.

Artículo 182º En los ríos y arroyos navegables o flotables no se podrá construir


ninguna presa sin las necesarias esclusas y portillos o canalizos para la
navegación o flotación, siendo su conservación de cuenta del dueño de tales
obras.
Artículo 183º En los ríos y arroyos navegables o flotables los patrones de los
barcos y conductores de las maderas serán responsables de los daños que
aquellos éstas ocasionen.
La responsabilidad será efectiva sobre los barcos o maderas a no mediar fianza
suficiente sin perjuicio del derecho que a los dueños competa contra los
patrones o conductores.

Artículo 184º Al cruzar los puentes u otras obras del Estado o del común de los
pueblos o de los particulares se ajustarán los patrones y conductores a las
prescripciones reglamentarias y ordenanzas municipales. Si causasen algún
deterioro, abonarán todos los gastos que produzca su reparación previa cuenta
justificada.
Artículo 185º Los daños y deterioros causados según los artículos anteriores en
las heredades, en los puentes o en otras obras de los ríos, arroyos o riberas se
apreciarán por peritos nombrados por las partes y tercero en discordia.

Artículo 186º Los peritos y funcionarios públicos que intervengan en los


reconocimientos y diligencias consiguientes a la apreciación de daños y
deterioros no devengarán más derechos que los señalados en los aranceles
judiciales. Ninguna otra autoridad, corporación o particular podrá percibir por ello
derecho o emolumento de ninguna especie.

Artículo 187º Toda la madera que vaya a cargo de un mismo conductor será
responsable al pago de los daños o deterioros aun cuando perteneciese a
diferentes dueños y no solo fuese la causante. El dueño o dueños de la madera
que se embarque y venda en su caso podrá reclamar de los deterioros el
reintegro de la parte que a cada cual corresponda pagar a prorrata sin perjuicio
del derecho que a todos asista contra el conductor.

Artículo 188º Lo dispuesto en el artículo anterior se observará también cuando


por avenidas u otra causa se hayan reunido dos o más conducciones diferentes
de maderas, mezclándose de tal suerte que no sea posible determinar a cual de
ellas pertenecía la causante de daño. En tal caso se considerarán como una
sola conducción y los procedimientos se entenderán con cualquiera de los
conductores al cual quedará a salvo el derecho de reclamar contra los demás el
pago de lo que pudiese corresponderle.

CAPITULO 20
DISPOSICIONES GENERALES SOBRE CONCESION DE
APROVECHAMIENTOS
Artículo 189º Es necesario autorización para el aprovechamiento de las aguas
públicas especialmente destinadas a empresas de interés público o privado
salvo los casos exceptuados en los artículos 11, 13, 220, 223, 230.

Artículo 190º Al que tuviese derechos declarados a las aguas públicas de un río
o de un arroyo y no lo hubiese ejercido o únicamente en parte, se le conservan
íntegros por el espacio de veinte años después de la promulgación del presente
reglamento.
Pasado este tiempo caducarán tales derechos a la parte de las aguas no
aprovechadas sin perjuicio de lo que se dispone en el siguiente artículo. En tal
caso es aplicable al aprovechamiento ulterior de las aguas lo dispuesto en los
artículos 5º, 11, 17 y 18.
De todos modos cuando se anuncie un proyecto de riego o de aplicación
industrial de las mismas aguas, tendrá el poseedor de aquellos derechos la
obligación de presentar su título en el término de un año, después del anuncio.
Si sus derechos reconociesen el origen de título oneroso, obtendrán en su caso
la correspondiente indemnización.

Artículo 191º El que durante treinta años hubiese disfrutado de un


aprovechamiento de aguas públicas, sin oposición de la autoridad ni de tercero,
continuará disfrutándolo aún cuando no pueda acreditar que obtuvo la
competente autorización.

Artículo 192º Toda concesión de aguas públicas se entenderá sin perjuicio de


tercero y salvo el derecho de propiedad.
El otorgamiento de aguas públicas para cualquier aprovechamiento no infiere
responsabilidad al gobierno, respecto a la disminución que por causas fortuitas
pudiesen experimentar las mismas aguas en lo sucesivo.
Artículo 193º En las concesiones de aprovechamiento de aguas públicas va
incluida la de terrenos necesarios para las obras de presa y de los canales y
acequias siempre que sean públicas, o del Estado o del común de los vecinos.
Respecto de los terrenos de propiedad particular, procede según los casos, la
servidumbre forzosa acordada o bien la expropiación resuelta por el gobierno,
previo siempre expediente, salvo lo dispuesto en el artículo 123.

Artículo 194º En toda concesión de aprovechamiento de aguas públicas se fijará


en metros cúbicos o en litros por segundo, la cantidad de agua concedida, y si
fuese para riego, se expresará además por hectáreas la extensión del terreno
que haya que regarse. Si en aprovechamientos anteriores a la publicación de
este reglamento no estuviese fijado el caudal de aguas, se entenderá concedido
únicamente el necesario para l objeto del aprovechamiento pudiendo el gobierno
establecer al efecto los montos convenientes a costa de los interesados.
La aplicación de estas disposiciones y los pormenores sobre el modo y tiempo
del disfrute de aguas se encomiendan a los reglamentos administrativos o a las
ordenanzas de las comunidades regantes que se establezcan.

Artículo 195º Siempre que en las concesiones y en los disfrutes de cantidades


determinadas de agua, por espacio fijo de tiempo no se exprese otra cosa, el
uso continuo se entiende por todos los instante, si fuese por días el día natural
se entenderá de 24 horas, desde media noche, si fuese durante el día o la noche
se entenderá entre la salida del sol y la puesta, y si fuese por semanas se
contaran desde las doce de la noche del domingo, si fuese por los días festivos
o con exclusión de ellos se entenderán las de precepto, en que no se pueda
trabajar, considerándose únicamente días festivos aquellos que eran tales en la
época de la concesión o del contrato.
Artículo 196º Las autoridades para hacer estudios de todo aprovechamiento de
aguas marítimas o terrestres las concederá el gobierno y llevará consigo los
derechos siguientes :
1º El de poder reclamar la protección y auxilio de las autoridades,
2º El de poder entra en propiedad ajena para poder verificar estudios previo
permiso del dueño, administrador o colono, si residiesen en el pueblo y en caso
contrario o de negativa el de la municipalidad y quien deberá concederlo siempre
que se afiance completamente el pago dentro de tercero día de los daños que
pudiesen causarse.
3º El de conservar la propiedad de sus estudios y planos y disponer de ellos.

Artículo 197º Siempre que mediase subvención del Estado, las concesiones de
aprovechamiento de aguas, lo mismo que las de desecación y saneamiento, se
adjudicarán en pública subasta. En tal caso, si el remate no quedase a favor de
quién presentó los estudios y planos aprobados será reintegrado del valor de
ellos por el rematante, en virtud de tasación pericial anterior a la subasta.
No mediante subvención, serán preferidos para la concesión los proyectos de
más importancia y utilidad y en igualdad de circunstancias los que antes
hubiesen sido presentados.
En todo caso se fijará en la concesión el máximo canon que el concesionario
pudiera exigir a los regantes por cada metro cúbico de agua.

Artículo 198º Todo concesionario depositará en garantía del cumplimiento de las


condiciones de adjudicación o concesión, del presupuesto de las obras. Si
dejase transcurrir 15 días sin hacer el depósito se declarará sin efecto la
adjudicación o concesión.
Si hubiese mediado subasta pública con fianza exigida a los que tomasen parte
en ella, esta fianza la perderá el adjudicatario que a los 15 días de la
adjudicación no constituyese el depósito de que trata el párrafo anterior.

Artículo 199º A las empresas concesionarias se les devolverá la suma del


depósito de garantía a medida que acrediten haber ejecutado los trabajos
suficientes a cubrir su importe y en reemplazo del depósito se considerará
especialmente hipotecada la obra hecha.

Artículo 200º En toda concesión de aprovechamiento de aguas públicas se fijará


el término para la conclusión de las obras. Transcurrido éste sin haberse
terminado las obras ni solicitándose prórroga, mediante justa causa, la autoridad
de quien hubiese emanado la concesión la declarará caducada, por sí o por
instancia de tercero y previa audiencia del concesionario. Podrá dictarse igual
declaración siempre que aún después de terminadas las obras, haya dejado de
hacerse uso del agua por espacio de un año completo con el objeto para que fue
concedida, a no mediar fuerza mayor u otra causa excepcional.

Artículo 201º Cuando a consecuencia de la declaración de caducidad de un


aprovechamiento de aguas públicas se hiciese nueva concesión a un tercero,
podrá este aprovechar las obras hechas por el anterior concesionario,
reintegrándole su valor a juicio de peritos, siempre que sean declaradas útiles y
necesarias.

Artículo 202º Terminadas las obras se procederá a su inspección facultativa para


declarar si se han ejecutado con arreglo a las condiciones de la concesión. Esta
declaración se hará por la misma autoridad que hubiese concedido el
aprovechamiento.
Artículo 203º En todo aprovechamiento de aguas públicas, para canales de
navegación o riego, acequias y saneamientos, serán propiedad perpetua de los
concesionarios los saltos de agua y las fábricas y establecimientos industriales
que a su inmediación hubiesen construido y planteado.

Artículo 204º En la concesión de aprovechamiento de aguas públicas se


observará el siguiente orden de preferencias :
1º Abastecimiento de poblaciones.
2º Abastecimiento de ferrocarriles
3º Riegos
4º Canales de navegación
5º Molinos y otras fábricas, barcas de paso y puentes flotantes
6º Estanques para viveros o criaderos de peces.
Dentro de cada clase serán preferidas las empresas de mayor importancia y
utilidad, y en igualdad de circunstancias las que antes hubiesen solicitado el
aprovechamiento.

Artículo 205º Todo aprovechamiento de aguas públicas está sujeto a


expropiación por causa de utilidad pública previa la indemnización
correspondiente en favor de otro aprovechamiento que le preceda, según el
orden fijado en el artículo anterior, pero no en favor de los que le sigan, a no ser
en virtud de disposición especial.

Artículo 206º En casos urgentes de incendio, inundación u otra calamidad


pública la autoridad o sus dependientes podrán disponer instantáneamente y sin
tramitación de indemnización previa pero con sujeción a ordenanzas y
reglamentos, de las aguas necesarias para contener o evitar el daño.
Si las aguas fuesen públicas, no habrá lugar a indemnización más si tuviesen
aplicación industrial o agrícola o fuesen de dominio particular y con su
distracción se hubiesen ocasionado perjuicio apreciable, será este indemnizado
inmediatamente.

Artículo 207º En toda concesión de canales de navegación o riego o de


acequias así como en las empresas de desecación y saneamiento, los capitales
extranjeros que se empleen en la construcción de las obras y adquisición de
terrenos quedan bajo la salvaguardia del Estado y están exentos de represalias
y embargos por causa de guerra.

CAPITULO 21
DEL APROVECHAMIENTO DE LAS AGUAS PUBLICAS PARA EL
ABASTECIMIENTO DE POBLACIONES

Artículo 208º Unicamente el caudal normal de agua que disfrute una población
no llegase a 50 litros al día por cada habitante podrá concedérsele de las
destinadas a otros aprovechamientos la cantidad que falte para completar
aquella dotación.

Artículo 209º Si la población necesitada de agua potable disfrutase ya un caudal


de no potables pero de aplicación a otros usos públicos y domésticos podrán
completárseles 20 litros diarios de las primeras por habitante aunque esa
cantidad agregada a la no potable exceda de los 50 litros fijados en el artículo
anterior.

210º Cuando el agua que para el abastecimiento de una población se tome


inmediatamente de un río o arroyo no exceda de la vigésima parte de las
destinadas a aprovechamientos inferiores, no habrá lugar a la indemnización
sino que todos los que disfruten de tales aprovechamientos se someterán a la
disminución que a proporción les corresponda. En los demás casos deberá
indemnizarse previamente a aquellos a quienes se prive de aprovechamientos
legitimamente adquiridos.

Artículo 211º No se decretará la enajenación forzosa de aguas de propiedad


particular para el abastecimiento de una población sino cuando falten aguas
públicas que puedan ser fácilmente aplicadas al mismo objeto.

Artículo 212º No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores podrá el


Prefecto en épocas extraordinarias de sequía y oída la municipalidad acordar
expropiación temporal del agua necesaria para el abastecimiento de una
población previa la correspondiente indemnización en el caso de que el agua
fuese de dominio particular.

Artículo 213º Las concesiones de aprovechamiento de aguas públicas para el


abastecimiento de poblaciones se otorgarán por el gobierno mediante
instrucción de expediente en que dada la debida publicidad del proyecto sean
oídos cuantos se consideren expuestos a algún perjuicio.

Artículo 214º Cuando la concesión se otorgue a favor de una empresa particular,


se fijará en la misma concesión previos los trámites reglamentarios la tarifa de
precios que pueden percibirse por suministro del agua y tubería.

Artículo 215º Las concesiones de que habla el artículo anterior, serán


temporales y su duración no podrá exceder de 99 años, transcurridos los cuales
quedarán todas las obras así como la tubería en favor el común de los vecinos
pero con la obligación por parte de la municipalidad de respetar los contratos
celebrados entre la empresa y los particulares para el suministro de agua a
domicilio.
Artículo 216º Otorgada la concesión, corresponde a la municipalidad el formar
los reglamentos para el régimen y distribución de las aguas en el interior de las
poblaciones con sujeción a las disposiciones generales administrativas.

CAPITULO 22
DEL APROVECHAMIENTO DE LAS AGUAS PUBLICAS PARA EL
ABSTECIMIENTO DE FERROCARRILES

Artículo 217º Las empresas de ferrocarriles podrán aprovechar con autorización


competente las aguas públicas que sean necesarias para el servicio de los
mismos. Si las aguas estuviesen destinadas de antemano a otros
aprovechamientos deberá preceder la expropiación con arreglo a lo dispuesto en
el artículo 205.
La autorización la concederá el Prefecto.

Artículo 218º Con igual autorización y para el mismo objeto podrán las empresas
abrir galerías, pozos verticales o norias y perforar pozos artesanos en terrenos
públicos o fiscales y cuando fuesen de propiedad privada previo permiso del
dueño o de la autoridad en su caso, con lo demás que previenen los artículos 26
y siguientes.

Artículo 219º La autorización se concederá después de instruido el expediente,


con citación y audiencia de los particulares o corporaciones a quienes pudiera
perjudicarse.

Artículo 220º Cuando los ferrocarriles atraviesen terrenos de regadío, en que el


aprovechamiento del agua sea inherente al dominio de la tierra, las empresas
tendrán derecho a tomar en los puntos más convenientes para el servicio del
ferrocarril la cantidad de agua correspondiente al terreno que hayan ocupado y
pagado quedando obligados a satisfacer en la misma proporción el canon de
regadío o sufragar los gastos ordinarios y extraordinarios de acequia según los
casos.

Artículo 221º A falta de los medios autorizados en los artículos anteriores


podrán las empresas de ferrocarriles pedir la expropiación para el servicio
exclusivo servicio de éstos y con arreglo a la ley de expropiación forzosa del
agua de dominio particular, que no este destinada a usos domésticos.

CAPITULO 23
DEL APROVECHAMIENTO DE LAS AGUAS PUBLICAS PARA RIEGOS

Artículo 222º Los dueños de predios contiguos a vías públicas podrán recoger
las aguas pluviales que por ellas discurran y aprovecharlas en el riego de sus
predios sujetándose a las disposiciones que las autoridades administrativas para
la conservación de las mismas vías.

Artículo 223º Los dueños de los predios lindantes con cauces públicos de rieras,
ramblas o barrancas pueden aprovechar en su regadío las aguas pluviales que
por ellos discurran construyendo al efecto sin necesidad de autorización,
malecones de tierra y piedras sueltas o presas móviles o automóviles.

Artículo 224º Cuando estos malecones o presas puedan producir inundaciones o


causar cualquier otro perjuicio al público el juez competente por sí o a instancia
de parte, comprobado el peligro, mandará a las que construyó que las destruya
o reduzca sus dimensiones a las necesarias para desvanecer todo temor. Si
amenazasen causar perjuicios a los particulares podrán estos reclamar a tiempo
ante la autoridad local, y si el perjuicio se realiza tendrán expedito su derecho
ante los tribunales de justicia.
Artículo 225º Los que durante los 30 años hubiesen aprovechado para el regadío
de sus tierras, las aguas pluviales que discurran por una riera, rambla o barranca
del dominio público, podrán oponerse a que los dueños de predios superiores
les priven de este aprovechamiento. Pero si solamente hubiesen aprovechado
parte del agua, no podrán impedir que otros utilicen la restante, siempre que
quede expedito el curso de la cantidad que de antiguo aprovechaban ellos.

Artículo 226º Lo dispuesto en los artículos que preceden respecto a aguas


pluviales s aplicable a los manantiales discontinuos que solo fluyan en épocas
de abundancia de lluvia.

Artículo 227º Cuando se intente construir presas o azudes permanentes de


fabricas a fin de aprovechar en el riego las aguas pluviales o las manantiales
discontinuos que corran por los cauces públicos será necesaria la autorización
de la municipalidad. Esta autorización se concederá previa la presentación del
proyecto de la obra, al cual se dará publicidad para que acudan a oponerse los
que a ello se creyeren con derecho.

Artículo 228º Para construir estanques dedicados a recoger y conservar aguas


públicas pluviales o manantiales se necesita autorización de la municipalidad
según determine en los reglamentos.

Artículo 229º Si estas obras fuesen declaradas de utilidad pública, podrán ser
expropiadas previa la correspondiente indemnización a los que tuviesen derecho
adquirido a aprovechar en su curso inferior las aguas pluviales o manantiales
discontinuas o continuas que hayan de ser detenidas y acopiadas en el
estanque. Si mediase concierto y avenencia podrán los interesados inferiores
aquietarse, adquiriendo el derecho a determinados riegos, con las aguas del
estanque.

Artículo 230º En los ríos y arroyos navegables, los ribereños podrán en sus
respectivas riberas establecer libremente norias bombas o cualquier otro artificio
destinado a extraer las aguas necesarias para el riego de sus propiedades
limítrofes siempre que no causen perjuicios a la navegación. En los demás ríos y
arroyos públicos será necesaria la autorización de la municipalidad.
Si en cualquiera de los casos del párrafo anterior hubiera de hacerse la
expropiación del agua, funcionando el vapor como fuerza motriz, la autorización
de la municipalidad recaerá sobre expediente instruido con publicación en los
periódicos y apreciación de oposiciones.

Artículo 231º Es necesaria la concesión del gobierno para el aprovechamiento


de aguas públicas con destino a riegos, cuya derivación o tema debe verificarse
por medio de presas azudes u otra obra importante o permanente construida en
ríos, riberas, arroyos y cualesquiera otra clase de corrientes naturales continuas
siempre que hayan de derribarse más de cien litros de agua por segundo.

Artículo 232º Si la cantidad de agua que ha de derivarse o distraerse de su


corriente natural no excediese de cien litros por segundo se hará la concesión
por la municipalidad previo el oportuno expediente.
En la misma forma autorizarán las municipalidades la reconstrucción de las
presas antiguas, destinadas a riegos u otros usos. Cuando sean meras
reparaciones las obras que hubiesen de ejecutarse en las presas, bastará la
autorización de la autoridad local.
Artículo 233º Las concesiones de agua hechas individual o colectivamente a los
propietarios de las tierras para el riego de éstas, serán a perpetuidad. Las que
se hiciesen a sociedades o empresas para regar tierras ajenas mediante el
cobro de un canon serán por un plazo que no exceda de 99 años transcurrido el
cual quedarán las tierras libres del pago del canon y pasará a la comunidad de
regantes el dominio colectivo de las presas, acequias y demás obras
exclusivamente precisas para los riegos.

Artículo 234º Al solicitar las concesiones de que se tratan los artículos


anteriores, se acompañará :
1º El proyecto de las obras
2º Si la solicitud fuese individual, justificación de estar poseyendo el peticionario,
como dueño, las tierras a que intenta dar riego.
3º Si fuese colectiva la conformidad de la mayoría de los propietarios de las
tierras regables, computada por la extensión superficial que cada uno
represente.
4º Si fuese por sociedad o empresario las tarifas del canon que en frutos o en
dinero deban pagar las tierras que hayan de regarse.

Artículo 235º En los departamentos donde deban tomarse las aguas se


expondrán al público los planos, la memoria explicativa y el presupuesto de
gastos con la tarifa del canon de riego anunciándose la admisión por término de
un mes de las oposiciones y reclamaciones.
Si la toma de aguas excediese de 100 litros por segundo se hará también la
publicación del anuncio en los distritos interiormente situados a fin de que
puedan reclamar los que se creyesen perjudicados.

Artículo 236º De las oposiciones, reclamaciones, se dará conocimiento al


peticionario de las aguas para que conteste. En seguida se pedirá informe a la
municipalidad para que manifieste si es o no útil el proyecto a la industria rural o
fabril y para que en su caso proponga el máximo canon exigible a los regantes
por metro cúbico para que se oponga si se ataca o vulnera los derechos
adquiridos y al ingeniero del Estado para que dé concretamente su dictamen
facultativo sobre la solidez de las presas, puentes alcantarillas, y otras obras de
arte proyectadas, sobre si la ejecución del proyecto amenazaría estancamientos
perjudiciales a la salud pública.

Lo mismo se ejecutará en los proyectos de canales de navegación y en los de


desecación lagunas o parajes encharcadizos.

Así, el expediente, resolverá la municipalidad en vista de los informes, si


estuviese en sus facultades, según el artículo 232º, o en otro caso lo remitirá al
Ministerio con su propio dictamen.

Artículo 237º Los proyectos presentados a las municipalidades por particulares,


comunidades o empresas, en los relativo a cualquiera de los puntos para cuya
decisión los faculta este reglamento, serán despachados y resueltos en el
término de seis meses. De no ser así se entenderá aprobado el proyecto o
concedida la petición.

Cuando la petición correspondiese al gobierno, nunca se dejará transcurrir el


tiempo de seis meses, sin que sobre cada asunto recaiga alguna disposición o
de trámite o definitiva, que se comunicará precisamente al interesado.

Artículo 238º. Cuando existan aprovechamientos en uso de un derecho


reconocido y valedero, solamente cabrá nueva concesión, en el caso de que el
aforo de las aguas en años ordinarios, resultase sobrante el caudal que se
solicite, después de cubiertas completamente en la forma acostumbrada los
aprovechamientos existentes. Hecho el aforo, se tendrá en cuenta la época
propia de los riegos, según terrenos y cultivos y extensión regable.

En años de escasez no podrán tomar el agua los nuevos concesionarios


mientras no estén cubiertas todas las necesidades de los usuarios antiguos.

Artículo 239º No será necesario el aforo de las aguas estiales para hacer
concesiones de las invernales, primaveras y torrenciales que no estuviesen
estacional o accidentalmente aprovechadas en terrenos inferiores, siempre que
la derivación se establezca a la altura o nivel conveniente y se adopten las
precauciones necesarias para evitar perjuicios o abusos.

Artículo 240º Cuando corriendo las aguas públicas de un río o arroyo, en todo o
parte, por bajo de la superficie de su lecho, imperceptibles a la vista, se
construyan malecones o se empleen otros medios para elevar su nivel hasta
hacerlas aplicables a riegos u otros usos, este resultado se considerará para los
efectos del presente reglamento como un alumbramiento del agua convertida en
utilizable.

Sin embargo, los regantes e industriales inferiormente situados que por


prescripción o por concesiones hubiesen adquirido legítimo título al uso y
aprovechamiento de aquellas aguas artificialmente reaparecidas a la superficie,
tendrán derecho a reclamar y oponerse al nuevo alumbramiento superior, en
cuanto hubiese de ocasionarles perjuicio.

Artículo 241º Los molinos y otros establecimientos industriales que resultasen


perjudicados por la desviación de las aguas de un río o de un arroyo, según lo
dispuesto en el presente reglamento, recibirán en todo caso del concesionario
de la nueva obra, la indemnización correspondiente. Esta consistirá en el
importe del perjuicio por convenio entre las partes más si no hubiese avenencia,
procederá la expropiación del molino y otros establecimientos, por causa de
utilidad pública, con arreglo a ley.

Artículo 242º Las empresas de canales de riego gozarán :

1. De la facultad de abrir canteras, recoger piedra suelta, construir hornos de


cal, yeso y ladrillo y depositar efectos o establecer talleres para la elaboración de
materiales en los terrenos contiguos a las obras. Si estos terrenos fuesen
públicos o de aprovechamiento común usará las empresa de aquella facultad
con arreglo a sus necesidades, más si fuesen de propiedad privada, se
entenderán previamente con el dueño o su representante, por medio del juez
competente y afianzarán la indemnización de los daños y perjuicios que
pudiesen irrogar.
2. De la exención de toda contribución a los capitales que se inviertan en las
obras.
3. En los pueblos en cuyos términos se hiciere la construcción, los dependientes
y operarios de la empresa tendrán derecho a las leñas, pasto para ganados de
transporte empleados en los trabajos y demás ventajas que disfruten los
vecinos.

Artículo 243º Durante los diez primeros años, se computará a los terrenos
reducidos nuevamente a riego la misma renta imponible que tenían asignada en
el último amillaramiento y con arreglo a ella satisfarán las contribuciones e
impuestos.

Artículo 244º Será obligación de las empresas, conservar las obras en buen
estado durante el tiempo de la concesión. Si estas inutilizarán para el riego,
dejarán los dueños de satisfacer el canon establecido, mientras carezcan del
agua estipulada, y el gobierno fijará un plazo para la reconstrucción o
reparación. Transcurrido este plazo sin haber cumplido el concesionario, a no
mediar fuerza mayor, en cuyo caso prorrogársele, se declarará caducada la
concesión.

Artículo 245º Hecha la declaración de caducidad tanto el caso previsto en el


artículo anterior, como el de no haberse terminado las obras en el plazo
señalado en las condiciones de la concesión se sacará esta a nueva subasta y
se adjudicará al que con derecho de percibir de los regantes el mismo canon,
ofrezca mayor cantidad por la compra o transporte. Esta cantidad se entregará al
antiguo concesionario, como valor de las obras existentes y terrenos
expropiados, quedando subrogado el nuevo en sus derechos y obligaciones.

Artículo 246º Tanto en las concesiones colectivas otorgadas a los propietarios,


como en las hachas a empresas o sociedades, todos los terrenos comprendidos
en el plano general aprobado de los que puedan recibir riego, quedan sujetos,
luego que sea aceptado por la mayoría de los propietarios interesados,
computada en la forma que se determina en el párrafo 3º del artículo 234º.

Los propietarios que rehusen el pago del canon estarán obligados a vender sus
tierras regables a la empresa concesionaria del canal o acequia por su valor en
secano, computado por la contribución, según amillaramiento y aumento del
50% al tenor del artículo 127º.

Si la empresa no comprase los terrenos, el propietario que no los riegue estará


exento de pagar el canon.
Exceptuándose siempre del canon, las tierras que con anterioridad a su
concesión tenían ya su riego, en cuanto sus dueños no pidan mayor cantidad de
agua, que la que disfrutaban.

Artículo 247º Para el aprovechamiento de las aguas públicas sobrantes de riego


y procedentes de filtraciones o escorrentias, así como para las de drenaje se
observará, donde no hubiera establecido un régimen especial, los dispuesto en
los artículos 5º y siguientes, sobre aprovechamiento de aguas sobrantes de
dominio particular.

CAPITULO 24
DEL APROVECHAMIENTO DE LAS AGUAS PÚBLICAS PARA CANALES DE
NAVEGACION

Artículo 248º La autorización a una sociedad, empresa o particular, para


canalizar un río o arroyo con el objeto de hacerlo navegable o flotable, para
construir un canal de navegación o flotación, se otorgará siempre por una ley, en
la que se determinará si la obra ha de ser aislada con fondos del Estado, y se
establecerán las demás condiciones de la concesión.

Artículo 249º La duración de estas concesiones no podrá exceder de noventa y


nueve años, pasados los cuales, entrará el Estado en el libre y completo disfrute
de las obras y del material de explotación, con arreglo a las condiciones en la
concesión establecida.

Exceptúanse, según la regla general, los saltos de agua utilizados y los edificios
construidos para establecimientos industriales, que quedarán de propiedad y
libre disposición de los concesionarios.
Artículo 250º Al solicitarse de las cámaras legislativas, la ley para la concesión,
se acompañarán los documentos siguientes :

1. El proyecto completo de las obras con arreglo a formularios


2. La tarifa de precios máximos que pueden exigirse por navegación o flotación.
3. Una información de utilidad del proyecto, con audiencia de la municipalidad
del departamento y de las inferiormente situadas.

Artículo 251º Pasados los diez primeros años de hallarse en explotación un


canal, y en lo sucesivo, de diez en diez años, se procederá a la revisión de las
tarifas.

Artículo 252º Las empresas podrán en cualquier tiempo reducir los precios de las
tarifas, poniéndolo en conocimiento del gobierno. En este caso, los mismos que
en los del artículo anterior, se anunciará al público con un mes al menos de
anticipación, las alteraciones que se hicieren.

Artículo 253º Será obligación de los concesionarios, conservar en buen estado


las obras, así como el servicio de explotación, si estuviere a su cargo.

Cuando por faltar al cumplimiento de este deber, se imposibilitase la navegación


o flotación, el gobierno fijará un plazo para la reparación de las obras o
reposición del material y transcurrido que sea sin haberse conseguido el objeto,
declarará caducada la concesión y anunciará nueva subasta, que tendrá lugar
en los términos prescritos para los canales de riego en el artículo 244º.

CAPITULO 25
DEL APROVECHAMIENTO DE LAS AGUAS PUBLICAS PARA BARCAS DE
PASO, PUENTES Y ESTABLECIMIENTOS INDUSTRIALES
Artículo 254º En los ríos y arroyos no navegables ni flotables, los dueños de
ambas riberas podrán establecer barcas de paso o puentes de madera
destinados al servicio público, previa la autorización de la municipalidad, quién
fijará las tarifas y condiciones necesarias para que su construcción, colocación y
servicio, ofrezcan a los transeúntes la debida seguridad, y sin perjuicio de la
servidumbre establecida por el artículo 4º inciso 3º.

Artículo 255º El que quiera establecer en los ríos o arroyos meramente flotables,
barcas de paso o puentes para poner en comunicación pública caminos rurales
o vecinales, solicitará la autorización de la municipalidad, expresando el punto
en que intente colocarlos, sus dimensiones, sistema y servicio, acompañando la
tarifa de pasaje. La municipalidad concederá la autorización el los términos
prescritos en el artículo anterior, cuidando además de que no se embarace el
servicio de la flotación.

Artículo 256º En los ríos y arroyos navegables, tan solo el gobierno podrá
conceder autorización a particulares para establecer barcas de paso o puentes
flotantes para uso público.

Al concederla fijará las tarifas de pasaje y las condiciones requeridas por el


servicio de la navegación y flotación, así como por la seguridad de los
transeúntes.

Artículo 257º Las concesiones de que hablan los artículos anteriores, no


obstaran para que el gobierno establezca barcas de paso y puentes flotantes o
fijos, siempre que lo consideren conveniente para el servicio publico. Cuando
este nuevo medio de transito imposibilitase, o dificultase materialmente el uso de
una barca o puente de propiedad particular, se indemnizara al dueño con arreglo
a la ley de expropiación forzosa.

Art. 258º En los ríos y arroyos no navegables y flotables el que fuese dueño de
ambas riberas puede libremente establecer cualquier artificio, maquinarias o
industrias. Siendo solamente dueño de una ribera, no podrá plantear del medio
del cauce. En uno y otro caso, deberá plantear el establecimiento sin perjuicio de
los predios limítrofes, ni de los regadíos, ni de las industrias, inferiormente
situadas, ni del camino público que exista para el camino del agua, conforme el
Art. 4 inc. 3.

Artículo 259º La autorización para establecer en los ríos y arroyos flotables,


cualquiera aparatos o mecanismos flotantes hayan o no de transmitir el
movimiento a otros fijos en la ribera, se concederá por la municipalidad, previa la
instrucción expediente, en que se oiga a los dueños de una ribera y otra y a los
de los establecimientos industriales inmediatamente inferiores acreditándose
además las circunstancias siguientes :

1. Ser solicitante dueño de la ribera donde deban amarrarse las barcas para el
proyectado establecimiento o haber obtenido permiso de quién lo sea.
2. No establecer obstáculo a la navegación o flotación.

Artículo 260º Siempre que la alteración de las corrientes, ocasionadas por los
establecimientos flotantes, produjese daño evidente a los ribereños o cuando lo
exigiese el tráfico de la navegación o flotación, podrá derogarse la concesión sin
derecho en el concesionario a indemnización alguna. Si por cualquier otra causa
de utilidad pública hubiese necesidad de suprimir los mecanismos de esta clase,
serán indemnizados sus dueños, con arreglo a la ley de expropiación forzosa
con tal que hubiesen sido establecidas legalmente y estuviesen en uso
constante. Se entenderá que no están en uso constante, cuando hubiesen
transcurrido dos años continuos sin tenerlos.

Artículo 261º Tanto en los ríos y arroyos navegables o flotables, como en los que
no lo sean, compete a la municipalidad la autorización para el establecimiento de
molinos u otros mecanismos industriales, en edificios construidos cerca de las
orillas a los cuales se conduzca por cacera el agua necesaria, que después se
reincorpore a la corriente del río o arroyo. Precederá la presentación del
proyecto completo de las obras, al que se dará publicidad, instruyéndose el
oportuno expediente, con citación de los dueños de las presas inmediatas
superiores e inferiores, en ningún caso se concederá esta autorización,
perjudicándose la navegación o flotación de los ríos y establecimientos
industriales existentes.

Artículo 262º Para aprovechar en el movimiento de mecanismos fijos, las aguas


que discurran por un canal o acequia propio de una comunidad de regantes,
serán necesarios el permiso de estos. Al efecto se reunirán en junta general y
decidirá ña mayoría de los asistentes, computados los votos por la propiedad
que cada una represente. De su negativa cabrá recurso a la municipalidad,
quién oyendo a los regantes y al ingeniero, podrá conceder el aprovechamiento,
siempre que no cause perjuicio al riego ni a otras industrias a no ser que las
comunidades regantes quisieran aprovechar por si misma la fuerza motriz ;en
cuyo tendrá la preferencia debiendo dar principio a las obras dentro de un año.

Artículo 263º Cuando un establecimiento industrial comunicase a las aguas


sustancias y propiedades nocivas a las salubridad o a la vegetación, la
municipalidad dispondrá que se haga un reconocimiento facultativo y si resultase
cierto el perjuicio, mandará que se suspenda el trabajo industrial hasta que sus
dueños adopten oportuno remedio. Los derechos y gastos del reconocimiento
serán satisfechos por el que hubiere dado la queja, si resultase infundada ;y en
otro caso, por el dueño del establecimiento.

Artículo 264º Las concesiones de aprovechamiento de aguas públicas para


establecimientos industriales, serán a perpetuidad.

Artículo 265º Los mecanismos y los establecimientos industriales que dentro los
ríos y arroyos o en sus riberas aprovechen el agua como fuerza motriz estarán
exentos de contribución durante los diez primeros años.

CAPITULO 26
DEL APROVECHAMIENTO DE LAS AGUAS PUBLICAS PARA VIVEROS O
CRIADOS DE PECES

Artículo 266º Las municipalidades podrán conceder el aprovechamiento de


aguas públicas para formar lagos, remansos y estanques, designados a viveros
o criaderos de peces, siempre que no se cause perjuicio a otros
aprovechamientos inferiores con derecho adquirido.

Artículo 267º Para la industria de que habla el artículo anterior, el peticionario


presentará el proyecto completo de la obras y el título que acreditó ser dueño del
terreno donde hayan de construirse o haber obtenido el consentimiento de quién
lo fuere. La municipalidad instruirá el oportuno expediente con citación y
audiencia de los dueños de los predios limítrofes.

Artículo 268º Los concesionarios de aguas públicas para riegos, navegación o


establecimientos industriales podrán formar en los canales o terrenos contiguos
que hubiesen adquirido, remansos o estanques para viveros de peces, con
autorización de la municipalidad, previos los requisitos establecidos en el artículo
anterior.

Artículo 269º Las autorizaciones para establecimiento de viveros de peces son a


perpetuidad.

CAPITULO 27º
DE LA POLICIA DE LAS AGUAS

Artículo 270º Corresponde a la administración cuidar del gobierno y policía de


las aguas públicas y sus cauces naturales así como vigilar sobre las privadas, en
cuanto puedan afectar a la salubridad pública y seguridad de las personas y
bienes.

Queda prohibido arrojar a ningún río, arroyo o cañada, residuos de saladeros o


mataderos, así como cualquier otra clase de materias cuya descomposición
perjudique la buena calidad del agua.

Artículo 271º La policía de los muelles en ríos, arroyos, lagos y puertos estará a
cargo de la capitanía respectiva y sus dependencias.

Artículo 272º Las providencias dictadas por la municipalidad en materia de


aguas, según este reglamento causarán estado si no se recurriese contra ellas,
de conformidad con lo que se dispone en el capítulo 30 sobre jurisdicción en
materia de aguas.

Artículo 273º Los tribunales no admitirán demanda de obra nueva, respecto de


las que se construyan en virtud de providencias distadas por la municipalidad o
policía, dentro del circulo de sus atribuciones en materias de aguas, para
precaver la ruina de un edificio, acueducto, canal, puente o acequia, siempre
que se reduzcan a lo estrictamente indispensable, y que terminadas se
restituyan las cosas al estado anterior, a costa del dueño de las obras. Tampoco
se podrá embarazar los trabajos conducentes a mantener la debida limpieza en
los caminos, acequias, cañerías, etc.

CAPITULO 28
DE LAS COMUNIDADES DE REGANTES Y SUS SINDICATOS

Artículo 274º En los aprovechamientos colectivos de aguas públicas para riegos,


siempre que el número de hectárea regables llegue a 200, se formará
necesariamente una comunidad de regantes, sujeta al régimen de sus estatutos
de riego ;y cuando fuese menor el número de hectáreas, quedará a voluntad de
la mayoría la formación de la comunidad, salvo el caso en que a juicio de la
municipalidad, lo exigiesen los intereses locales de la agricultura.

Artículo 275º Toda comunidad tendrá un sindicato elegido por ello y encargado
de la ejecución de los estatutos y de los acueductos de la misma comunidad.

Artículo 276º Las comunidades de regantes formarán los estatutos de riego, con
arreglo a las bases establecidas en este reglamento, sometiéndolos a la
aprobación del gobierno, quién no podrá negarla ni introducir variaciones, sin oír
sobre ello a la respectiva municipalidad y a la asociación rural.

Artículo 277º Cuando en el curso de un río o arroyo existan varias comunidades


y sindicatos, podrán formarse por convenio mutuo uno o más sindicatos
centrales o comunes para la defensa de los derechos, conservación y fomento
de los intereses de todos. Se compondrán de los representantes de las
comunidades interesadas.
El número de los representantes que haya de nombrarse, será proporcional a la
extensión de los terrenos regables comprendidos en las demarcaciones
respectivas.

Artículo 278º El número de los individuos del sindicato ordinario y su elección por
la comunidad de regantes se determinará en los estatutos, atendida la extensión
de los riegos, según las acequias que requieran especial cuidado y los pueblos
interesados en cada comunidad.

En los mismos estatutos se fijarán las condiciones de los electores y elegibles y


se establecerá el tiempo y forma de las elección así como la duración de los
cargos que siempre serán gratuitos y no podrán rehusarse sino en caso de
reelección.

Artículo 279º Todos los gastos hechos por una comunidad, para la construcción
de pera o acequias o para su reparación, entretenimiento, limpia, serán
sufragados por los regantes en equitativa proporción.

Los nuevos regantes que un hubiesen contribuido al pago de las presas o


acequias construidas por una comunidad, sufrirán en beneficio de esta un
recargo, concertado en términos razonables.

Cuando uno o más regantes de una comunidad obtuviesen el competente


permiso para hacer de su cuenta obras en las presa o acequias, con el fin de
aumentar el caudal de las aguas, habiéndose negado a contribuir los demás
regantes, esto no tendrán derecho a mayor cantidad de agua que la que
anteriormente disfrutaban. El aumento obtenido será de doble disposición de los
que hubiesen costeados las obras, y en su consecuencia se arreglarán los
turnos de riego, para que sean respetados los derechos respectivos.

Y si alguna persona pretendiese conducir aguas a cualquier localidad,


aprovechándose de la presa o acequias de una comunidad de regantes, se
entenderá y ajustará con ella lo mismo que lo haría un particular.

Artículo 280º En los sindicatos habrá precisamente un vocal que represente las
fincas que por su situación o por el orden establecido, sean las últimas en recibir
el riego ;y cuando la comunidad se componga de varias colectividades, sean
agrícolas o fabriles, directamente interesadas en la buena administración de
unas aguas, tendrán todas en el sindicato su correspondiente representación,
proporcionada al derecho que respectivamente les asista al uso y
aprovechamiento de las mismas aguas. Del mismo modo cuando el
aprovechamiento haya solo concedido a una empresa particular, el
concesionario será vocal nato del sindicato.

Artículo 281º El reglamento para el sindicato lo formará la comunidad.

Serán atribuciones del sindicato :

1. Vigilar los interese de la comunidad promover su desarrollo y defender sus


derechos.
2. Dictar las disposiciones convenientes, para la mejor distribución y
aprovechamiento de las aguas, respetando los derechos adquiridos y las
costumbres locales.
3. Nombrar y separar sus empleados en la forma que establece el reglamento.
4. Forma los presupuesto y repartos y censurar las cuentas, sometiendo unas y
otras a la aprobación de la junta de la comunidad.
5. Convocar a juntas generales extraordinarias, cuando lo crea necesario.
6. Proponer a las juntas los estatutos y reglamento o cualquiera alteración que
conceptuase útil introducir en lo existente.
7. Establecer los turnos rigurosos de agua, conciliando los intereses de los
diversos cultivos entre los regantes y cuidando de que en los años de escasez
se disminuya en justa proporción cuota respectiva a cada finca.
8. Todas las que les conceda los estatutos de la comunidad o el reglamento
especial del mismo sindicato.

Artículo 282º Cada sindicato elegirá de entre sus vocales, un presidente y un


vicepresidente con las atribuciones que establezcan los estatutos y reglamentos.

Artículo 283º Las comunidades de regantes celebrarán juntas generales


ordinarias en las épocas marcadas por ,os estatutos de riegos. Estos
determinarán las condiciones requeridas para tomar parte en las deliberaciones
y el modo de computar los votos en porción a la propiedad que representen los
interesados.

Artículo 284º Juntas generales, a las cuales tendrán derecho de asistencia todos
los regantes de la comunidad y los industriales interesados, resolverán sobre los
asuntos arduos de interés común, que los sindicatos o alguno de los
concurrentes sometieren a su decisión.

CAPITULO 29
DE LOS JURADOS DE RIEGO

Artículo 285º Además de los sindicatos, habrá en toda comunidad de regantes,


uno o más jurados según lo exija la extensión de los riegos.
Artículo 286º Cada jurado se compondrá de un presidente, que será un vocal del
sindicato designado por este y del número de jurados, tanto titulares como
suplentes, que fije el reglamento del sindicato, nombrados todos por la
comunidad.

Artículo287º Las atribuciones de los jurados se limitarán al inmediato cuidado de


la equitativa distribución de las aguas, según los respectivos derechos ;y al
reconocimiento y resolución de las cuestiones de hecho, que se susciten sobre
el riego entre los interesados en él. Sus procedimientos serán públicos y
verbales, el la forma que determine el reglamento, pero consignándose en un
libro los fallos que serán ejecutorios.

Artículo 288º Las penas que se señalen en los estatutos de riego, por
infraciiones o abusos en el aprovechamiento de las aguas obstrucción de alas
acequias o de sus boqueras u otros excesos consistirán únicamente en
indemnizaciones pecuniarias que se aplicarán al perjudicado y a los fondos de la
comunidad.

Si el hecho envolviese criminalidad, podrá ser denunciado al juez competente


por el regante o el industrial perjudicados por el sindicato.

CAPITULO 30
DE LA COMPETENCIA DE JURISDICCION EN MATERIA DE AGUAS

Artículo 289º Compete a los jueces ordinarios, según la importancia del asunto,
con arreglo al código de procedimientos, conocer de los recurso contra las
providencias dictadas por la administración, en materia de aguas en los casos
siguientes :
1. Cuando por ellas se ataquen derechos adquiridos en virtud de disposiciones
emanadas de la misma administración.
2. Cuando se imponga a la propiedad particular una servidumbre forzosa o
alguna otra limitación o gravamen en los casos previstos por este reglamento.
3. En las cuestiones que se susciten sobre resarcimiento de daños y perjuicios
a consecuencia de las limitaciones y gravámenes de que habla el párrafo
anterior.
4. En los casos de expropiación, cuando no hubiese precedido al desahucio, la
indemnización correspondiente.

Artículo 290º Compete a los mismos jueces el conocimiento de las cuestiones


relativas :

1. Al dominio de las aguas públicas, y al dominio y posesión de las privadas.


2. Al dominio de las playas, álveos o cauces de los ríos o arroyos, y al dominio y
posesión de las riberas, sin perjuicio de la competencia de la administración para
demarcar, apear y deslindar lo perteneciente al dominio público.
3. A las servidumbre de aguas fundadas en títulos de derecho civil.
4. Al derecho de pesca

Artículo 291º Corresponde también, en conocimiento de las cuestiones


suscitadas entre particulares, sobre el derecho y sobre la preferencia al
aprovechamiento, según el presente título :

1. De las aguas pluviales.


2. De las demás aguas de que trata este reglamento.
Artículo 292º Corresponde igualmente a los jueces ordinarios el conocimiento de
las cuestiones relativas a daños y perjuicio ocasionado a terceros, en su derecho
de propiedad particular, cuya enajenación no sea forzosa.

1. Por la apertura de pozos ordinarios.


2. Por la apertura de pozos subterráneos, y por la ejecución de obras
subterráneas.
3. Por toda clase de aprovechamientos en favor de particulares o para algún
servicio público.

DISPOSICION FINAL

Artículo 293º Todo lo dispuesto en este reglamento es sin prejuicio de los


derechos legítimamente adquiridos con anterioridad a su población, así como
también del dominio privado que tiene los propietarios de acequias y de fuentes
manantiales, en virtud del cual las aprovechan, venden o permutan como
propiedad particular.

El ministro de justicia, instrucción pública y culto, queda encargado de la


ejecución y cumplimiento de este decreto, que es dado en la ciudad de La Paz a
los 8 días del mes de septiembre de 1879 años.

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