Bartolomé - Inteligencia Estratégica en América Del Sur 2016
Bartolomé - Inteligencia Estratégica en América Del Sur 2016
Bartolomé - Inteligencia Estratégica en América Del Sur 2016
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Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE
ISBN: 978-9978-301-90-6
Todos los derechos reservados
www.espe.edu.ec
Sangolquí, Ecuador.
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Inteligencia Estrategica
Mariano Bartolomé
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Introducción
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difusión, ningún país ni bloque de países tiene la capacidad para manejar la agenda
internacional, siendo una consecuencia de esta imposibilidad el incremento de la
conflictividad internacional, en diversas formas. Esta novedosa situación ha sido
rotulada como “no polaridad” por Haass (2008), mientras Bremmer ironiza con
un mundo cuya gobernanza descansa en un “Grupo de los Cero” (G-0), indicando
que ningún actor puede asumir esa función (Bremmer & Roubini, 2011).
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imperativa. Prescindir de esta opción no debe ser interpretado como un lujo o una
señal de fortaleza, sino como un gesto de miopía e irresponsabilidad, profesional
o política (según el nivel de responsabilidad del que se trate). Incluso se ha
postulado como un ideal de difícil realización por el momento, la constitución de
una amplia red de organismos de inteligencia para trabajar de cara a amenazas
comunes y riesgos compartidos, lo que su mentor ha llamado “un Bretton Woods
de la Inteligencia” (Sepúlveda, 2007).
Una cuarta condición básica que debe cumplir la Inteligencia Estratégica en
los tiempos actuales, tanto en América del Sur como en cualquier otra región
del orbe, consiste en el desarrollo de una adecuada capacidad para identificar
tendencias y diseñar escenarios de mediano y largo plazos sobre sus temas de
interés, que trasciendan la coyuntura y el corto plazo2. Evaluaciones de este tipo,
basadas en enfoques metodológicos predictivos o prospectivos, son elaboradas
desde hace décadas por múltiples actores no estatales que han fluctuado entre
informes reservados sobre cuestiones puntuales, y apreciaciones de nivel
estratégico y carácter público.
Lejos de constituir un patrimonio reservado a académicos o empresarios,
los estudios de mediano y largo plazos constituyen cada vez más un área de
interés para la Inteligencia Estratégica, con el objeto de disminuir los márgenes
de imprevisibilidad e incertidumbre que enfrentan los decisores. Aunque aquí,
como en el –ya referido- caso de la cooperación, también es necesario un cambio
conductual. En esta ocasión, en el usuario del producto: mientras el objetivo de
los análisis a largo plazo es ayudar a los decisores a “pensar estratégicamente” y
eventualmente ampliar el rango de sus futuros posibles, en base a planteos que
no tienen sustento empírico, es habitual que el dirigente político se encuentre
enfocado en el presente y base sus acciones en hechos y datos fácticos (Treverton
& Ghez, 2012), normalmente con impacto en el electorado.
La quinta condición básica que debe cumplir la Inteligencia Estratégica
sudamericana, aunque aparece enlistada en último lugar, constituye la más
importante a juicio de quien suscribe el presente trabajo, pues atraviesa a las otras
cuatro, justificándolas y orientándolas. En concreto, consiste en proporcionar a sus
usuarios un producto de alta calidad, a tono con la complejidad de los tiempos
2 Aquí entendemos a los escenarios en la forma en que los conceptúa el Saint Gall Center for Futures
Research: “imágenes del futuro, que representan un proceso, están basados en una metodología, incor-
poran el conocimiento de expertos y facilitan el aprendizaje organizacional”.
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que corren, cuyo empleo sea útil en los procesos de toma de decisiones. Aquí,
la idea genérica de calidad incluye la relevancia y exactitud del contenido; su
amplitud; la oportunidad de su diseminación; y su “pureza”, en referencia a su
objetividad. El mencionado uso, por otra parte, debe trascender el análisis del
objeto de estudio y su evolución probable, para contribuir claramente al diseño
de opciones alternativas realistas disponibles para el decisor (Kugler, 2006).
Decíamos al comienzo de este trabajo que la incertidumbre en la toma de
decisiones genera inseguridad, y que ésta se reduce a través de una adecuada
inteligencia correctamente interpretada por los decisores. De esto se deduce que
el mejor y más acabado producto de Inteligencia Estratégica se tornará irrelevante
en el mejor de los casos, o contraproducente en el peor, si el usuario no lo interpreta
correctamente. De ahí que resulte imprescindible, para acotar la ocurrencia de esa
posibilidad, aceitar los canales y optimizar los protocolos de comunicación entre
los decisores y el/los organismo/s involucrado/s en la producción de Inteligencia
Estratégica, en los dos extremos del proceso de inteligencia ya mencionado: en su
primera etapa, cuando se establece la necesidad de conocimiento del decisor, y en
la última, cuando éste se manifiesta sobre el producto recibido (Schreier, 2012).
Conclusiones Finales
Las naciones de América del Sur despliegan sus capacidades, en prosecución
de los objetivos que derivan de sus intereses, en un contexto internacional
particularmente delicado, en materia de seguridad. El rasgo distintivo de ese
contexto, dinámico y volátil, es la existencia en forma simultánea de numerosas
y heterogéneas amenazas y fuentes de riesgo, que mutan y evolucionan en forma
permanente. Frente a este panorama, resulta imperativo que las naciones de
América del Sur desarrollen una adecuada Inteligencia Estratégica, entendida
como un producto de inteligencia para empleo del máximo poder decisorio, que
trasciende a la inmediatez y la coyuntura para identificar en relación al Estado,
con un horizonte temporal mayor, tanto amenazas reales o potenciales, como
oportunidades.
Se torna extremadamente difícil la propuesta de un modelo concreto de
Inteligencia Estratégica a adoptar por los países sudamericanos, debido al alto
grado de heterogeneidad que se observa en la región en materia de inteligencia.
Sí puede señalarse, no obstante, que resulta impensable especular con este tipo
de producción sin haberse consolidado previamente una inteligencia (en sus
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Bibliografía
PNUD, 63-81
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