Trabajo Integrador Grupal - Grupo #05

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ESTRÉS LABORAL

NUEVAS Y VIEJAS FORMULAS


UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA

ESCUELA PROFESIONAL DE POSGRADO

MAESTRIA EN SALUD OCUPACIONAL Y AMBIENTAL

Trabajo Integrador Grupal: “Trabajo Monográfico sobre: “ESTRÉS


LABORAL: nuevas y viejas formulas”

DOCENTE:

EDWIN EUGENIO CASTRO CHIRINOS.

ASIGNATURA:

Riesgos Psicosociales en el Trabajo.

CICLO:

AUTOR:

- DULANTO TOLEDO, JOSE CHRISTIAN.


- HUACHO SUSANIVAR, RUSSELL HERNAN.
- OCHOA BENAVIDES, SEBASTIAN ENRIQUE.
- RIVAS SIMON, ELIANA CAROLINA.

ICA-PERU

2024

1
ÍNDICE

1. Introducción .............................................................................................................. 3

2. Marco Teórico .......................................................................................................... 4

2.1 Definición de estrés laboral ................................................................................ 4

2.2 Causas y efectos del estrés laboral ..................................................................... 5

2.3 Viejas fórmulas para combatir el estrés .............................................................. 6

2.4 Nuevas fórmulas para combatir el estrés ............................................................ 9

3. Desarrollo ................................................................................................................. 12

3.1 Comparación de viejas y nuevas fórmulas ......................................................... 12

3.2 Impacto de las nuevas fórmulas en el ambiente laboral ..................................... 12

4. Conclusión ................................................................................................................ 13

5. Referencias ............................................................................................................... 14

6. Anexos ...................................................................................................................... 15

2
INTRODUCCIÓN

El estrés laboral es uno de los principales problemas que afectan a los trabajadores en el
mundo moderno. Desde la Revolución Industrial, cuando las jornadas laborales largas y las
condiciones de trabajo peligrosas comenzaban a ser la norma, el estrés ha estado presente como
una respuesta natural del cuerpo ante demandas y presiones excesivas. Sin embargo, a medida
que el entorno laboral ha evolucionado, también lo han hecho las fuentes de estrés. La
globalización, el avance de la tecnología, la conectividad constante y la creciente competencia en
el mercado laboral han generado nuevas dinámicas de trabajo, que a menudo exacerban los
niveles de estrés entre los empleados.
A lo largo de los años, se han desarrollado diversas fórmulas para manejar el estrés
laboral. Las fórmulas tradicionales, como la gestión del tiempo, la delegación de tareas y las
técnicas de relajación, han sido herramientas eficaces para ayudar a los trabajadores a gestionar
sus responsabilidades y reducir la presión. Estas estrategias se enfocaban principalmente en
resolver los síntomas inmediatos del estrés, ofreciendo soluciones temporales para evitar el
agotamiento o la disminución del rendimiento.
Sin embargo, en las últimas décadas, la psicología y las ciencias del comportamiento han
revelado que el estrés no es simplemente una respuesta puntual, sino un fenómeno complejo que
tiene múltiples causas y efectos a largo plazo en el bienestar físico, emocional y cognitivo del
trabajador. Por ello, han surgido nuevas fórmulas que van más allá de las soluciones temporales,
buscando intervenir de manera más integral en el manejo del estrés. Estrategias como el
mindfulness, la inteligencia emocional y el bienestar integral se han convertido en enfoques
populares dentro de las organizaciones que desean enfrentar los desafíos del estrés de manera más
efectiva y sostenible.
El propósito de esta monografía es analizar y comparar tanto las fórmulas tradicionales
como las más modernas para combatir el estrés laboral. Se explorarán las causas y consecuencias
del estrés en el lugar de trabajo, así como los enfoques antiguos y nuevos para mitigar sus efectos.
La hipótesis central es que, aunque las fórmulas clásicas siguen siendo útiles, las nuevas
estrategias, al abordar tanto los factores emocionales como cognitivos del estrés, ofrecen un
enfoque más completo y eficaz para gestionar el estrés en el entorno laboral contemporáneo.
En este sentido, resulta de vital importancia para las organizaciones y los empleados
entender cómo estas nuevas fórmulas pueden no solo mejorar el bienestar emocional y físico, sino
también aumentar la productividad y la satisfacción en el trabajo. Con la implementación
adecuada de estas estrategias, es posible crear un ambiente laboral más saludable y resistente al
estrés, lo que se traduce en beneficios tanto para los individuos como para las empresas.

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MARCO TEÓRICO

2.1 Definición de estrés laboral


El estrés laboral es una forma específica de estrés que surge en el entorno de
trabajo y que se produce cuando las demandas laborales exceden la capacidad de un
individuo para gestionarlas eficazmente. De acuerdo con Lazarus y Folkman (1984), el
estrés en general se define como el proceso que resulta de la interacción entre una persona
y su entorno, donde las demandas del entorno superan los recursos del individuo. En el
contexto laboral, este fenómeno se manifiesta cuando los empleados perciben que no
pueden satisfacer las expectativas que se les imponen, ya sea por exceso de trabajo, plazos
estrictos, falta de recursos, o la naturaleza de las interacciones interpersonales en el lugar
de trabajo.
El estrés laboral no es un fenómeno aislado o reciente. Desde los primeros
estudios de Hans Selye en la década de 1930, se reconoció que el estrés puede tener
efectos adversos sobre la salud física y mental, desencadenando problemas como
ansiedad, depresión, agotamiento físico y emocional, además de enfermedades
relacionadas con el sistema cardiovascular (Selye, 1956). En términos más específicos,
el estrés laboral se refiere al conjunto de reacciones físicas, psicológicas y conductuales
que experimentan los trabajadores cuando perciben que las demandas de su trabajo
superan su capacidad para hacerles frente (Quick & Tetrick, 2011).
El estrés laboral puede originarse en una variedad de factores conocidos como
estresores laborales, que incluyen tanto factores individuales como organizacionales.
Entre los principales factores se encuentran: la sobrecarga de trabajo, la ambigüedad o el
conflicto de roles, las malas relaciones interpersonales en el lugar de trabajo, la falta de
control sobre las tareas, y las condiciones laborales inseguras o insalubres. Por ejemplo,
la falta de control sobre el propio trabajo, una situación común en trabajos donde el
empleado tiene poco o ningún poder de decisión, se ha identificado como uno de los
principales predictores de estrés laboral (Spector, 2002).
El estrés laboral crónico puede afectar no solo la salud del trabajador, sino
también la productividad de la organización. Los efectos pueden manifestarse en altos
niveles de ausentismo, baja motivación, aumento de errores en el trabajo y una alta
rotación de personal. Además, la calidad de vida del trabajador se ve afectada, ya que el
estrés puede llevar a trastornos del sueño, fatiga constante, y problemas en la vida
personal y familiar. Esto resalta la importancia de una adecuada gestión del estrés, no
solo para el bienestar del empleado, sino también para el éxito de las organizaciones.
En los últimos años, los estudios sobre el estrés laboral han puesto mayor énfasis
en los efectos psicológicos del mismo. Por ejemplo, el síndrome de burnout o desgaste
profesional, que es una forma severa de estrés laboral, se caracteriza por un estado de
agotamiento emocional, despersonalización y una reducción del sentido de logro personal
(Maslach, Schaufeli, & Leiter, 2001). El burnout ha ganado relevancia en la literatura

4
reciente, ya que está estrechamente vinculado a factores organizacionales como el
liderazgo inadecuado, la cultura laboral tóxica y la falta de apoyo social.
En resumen, el estrés laboral es un fenómeno complejo y multifacético que
resulta de la interacción entre factores individuales y organizacionales. La respuesta al
estrés varía de un individuo a otro, dependiendo de las características personales, las
habilidades de afrontamiento y el contexto específico del trabajo. Aunque el estrés laboral
es inevitable en cierto grado, la forma en que se maneja y se mitiga dentro de una
organización puede marcar la diferencia entre un entorno laboral saludable y uno que
afecta negativamente tanto al individuo como a la organización.

2.2 Causas y efectos del estrés laboral


Las causas del estrés laboral pueden variar dependiendo del contexto y el
individuo. Entre las más comunes se encuentran la sobrecarga de trabajo, la falta de
control sobre las tareas, los conflictos interpersonales y las condiciones laborales
inadecuadas (Spector, 2002). Los efectos de este estrés son perjudiciales tanto para el
empleado como para la organización, pues pueden llevar a agotamiento, ausentismo y
una disminución de la productividad (McEwen, 2000).
 Sobrecarga de trabajo Una de las causas más comunes del estrés laboral es la
sobrecarga de trabajo, tanto cuantitativa (cantidad de tareas) como cualitativa
(complejidad de las tareas). Cuando a los empleados se les asigna más trabajo del que
pueden manejar en el tiempo disponible o tareas que exceden sus capacidades, es
probable que experimenten altos niveles de estrés (Karasek, 1979). Esto suele ser
frecuente en ambientes laborales altamente competitivos o en empresas que enfrentan
restricciones de tiempo y recursos.
 Ambigüedad y conflicto de rol La ambigüedad de rol se refiere a situaciones en las
que los trabajadores no tienen claro lo que se espera de ellos, mientras que el conflicto
de rol surge cuando hay demandas incompatibles entre las diferentes
responsabilidades que tiene una persona. Ambos factores son fuertes predictores de
estrés, ya que crean confusión, frustración e inseguridad sobre cómo realizar el
trabajo de manera efectiva (Spector, 2002). Los empleados que no reciben una
descripción clara de su trabajo o que enfrentan expectativas contradictorias de
diferentes supervisores pueden sentir una carga emocional significativa.
 Falta de control sobre el trabajo El grado de autonomía o control que un trabajador
tiene sobre su propio trabajo es un factor clave en la experiencia de estrés laboral.
Según el modelo de demanda-control de Karasek (1979), el estrés aumenta cuando
los empleados enfrentan altas demandas laborales pero tienen poco control sobre
cómo, cuándo o con qué recursos completar sus tareas. Esta falta de control es
frecuente en puestos con estructuras jerárquicas rígidas o en trabajos con
procedimientos muy estandarizados.

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 Mala calidad de las relaciones interpersonales El entorno social en el lugar de
trabajo también desempeña un papel crucial en la generación de estrés. Las relaciones
interpersonales conflictivas con colegas o supervisores, la falta de apoyo social, y la
presencia de acoso o bullying laboral son factores que pueden generar un clima de
trabajo tóxico y desencadenar elevados niveles de estrés (Einarsen et al., 2003). El
aislamiento social o la competencia excesiva entre empleados también contribuyen a
la creación de un entorno laboral emocionalmente adverso.
 Inseguridad laboral La inseguridad sobre la estabilidad del empleo, ya sea debido
a despidos inminentes, recortes salariales o incertidumbre económica, es una fuente
común de estrés laboral. Los empleados que temen perder su trabajo o ven su carrera
amenazada son más propensos a experimentar síntomas de estrés crónico, lo que
puede afectar su rendimiento y bienestar general (De Witte, 1999).
 Condiciones laborales inadecuadas Factores físicos como las malas condiciones de
iluminación, el ruido excesivo, el hacinamiento, la falta de equipo adecuado o la
exposición a peligros laborales también son estresores significativos. Las condiciones
ambientales incómodas o inseguras contribuyen al estrés físico y mental,
especialmente en trabajos que requieren esfuerzo físico o concentración constante en
ambientes inadecuados (Quick & Tetrick, 2011).

2.3 Viejas fórmulas para combatir el estrés


Las fórmulas clásicas para combatir el estrés en el lugar de trabajo incluyen la
gestión del tiempo, la delegación de tareas y las técnicas de relajación, como ejercicios
de respiración o pausas activas. Estas estrategias fueron eficaces durante muchos años y
todavía son útiles en ciertos contextos, pero se ha observado que no siempre son
suficientes para enfrentar los problemas actuales (Quick & Tetrick, 2011).

1. Gestión del tiempo


Una de las herramientas más tradicionales para reducir el estrés es la gestión
del tiempo, una técnica que ayuda a los empleados a priorizar tareas y a
organizarlas de manera eficiente. La incapacidad para gestionar el tiempo
adecuadamente es una causa común de estrés, especialmente cuando los
empleados se sienten abrumados por múltiples demandas y plazos ajustados.
Las estrategias de gestión del tiempo incluyen la planificación diaria, el
establecimiento de metas claras, la identificación de las tareas más
importantes y la delegación de responsabilidades cuando sea necesario
(Covey, 1989).
A través de la implementación de técnicas de priorización, como la matriz de
Eisenhower, los trabajadores pueden identificar las tareas más urgentes e
importantes, lo que les permite enfocar su energía en los asuntos críticos y

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evitar la acumulación de trabajo. Esta estrategia es especialmente útil para
reducir la procrastinación y el estrés que surge de dejar tareas importantes
para el último momento.
2. Delegación de tareas
La delegación ha sido una práctica recomendada desde hace mucho tiempo
para aliviar el estrés, especialmente para los trabajadores en posiciones de
liderazgo o con múltiples responsabilidades. Delegar tareas permite a los
empleados compartir la carga de trabajo y concentrarse en las actividades más
críticas o que requieren su experiencia directa. A través de la delegación
efectiva, los empleados no solo disminuyen el estrés, sino que también
ayudan a desarrollar las habilidades de sus compañeros de trabajo,
promoviendo un entorno de trabajo colaborativo y productivo (Drucker,
1974).
No obstante, la delegación requiere de habilidades de confianza y
comunicación clara para asegurar que las tareas sean completadas de manera
adecuada. Si no se ejecuta bien, puede generar un aumento del estrés si la
responsabilidad recae sobre trabajadores que no están preparados o que ya
están sobrecargados.
3. Técnicas de relajación
Las técnicas de relajación han sido durante mucho tiempo una solución para
mitigar el estrés, tanto dentro como fuera del entorno laboral. Entre las más
conocidas se encuentran la respiración profunda, el ejercicio físico, y los
descansos regulares. Estas prácticas ayudan a reducir los niveles de cortisol
en el cuerpo, una hormona que se libera en respuesta al estrés y que, en niveles
elevados y sostenidos, puede tener efectos perjudiciales sobre la salud
(McEwen, 2000).
 La respiración profunda es una técnica simple que promueve la
relajación inmediata, ayudando a los empleados a calmarse en momentos
de tensión. Al controlar la respiración y enfocar la mente en este proceso,
se puede lograr una reducción rápida de los síntomas físicos del estrés,
como el ritmo cardíaco acelerado o la tensión muscular.
 El ejercicio físico también ha sido una recomendación común para
combatir el estrés, ya que el movimiento activa la liberación de endorfinas,
que son conocidas como las hormonas de la felicidad. Caminar durante el
almuerzo, participar en actividades deportivas después del trabajo o
realizar ejercicios cortos durante la jornada laboral puede ayudar a los
empleados a liberar tensión y mejorar su bienestar general.

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 Descansos regulares: Tomar descansos periódicos durante el día de
trabajo es otra fórmula tradicional. Hacer pausas breves para
desconectarse de las tareas mentales intensas permite que los empleados
recarguen energía y se mantengan productivos a lo largo del día. Esta
práctica también previene la fatiga mental y física, que son factores
importantes en la generación de estrés.
4. Ajuste de expectativas y límites personales
Una vieja fórmula que ha demostrado ser útil para combatir el estrés es el
ajuste de expectativas, tanto personales como profesionales. Los trabajadores
que se imponen metas poco realistas o que asumen más responsabilidades de
las que pueden manejar suelen estar en mayor riesgo de experimentar estrés.
Establecer límites claros en cuanto al tiempo y la carga de trabajo es esencial
para mantener un equilibrio saludable entre la vida personal y laboral.
Este enfoque se basa en la idea de que no todo puede ser alcanzado al mismo
tiempo, y que es necesario gestionar las expectativas para evitar sentir que las
tareas son abrumadoras. Aprender a decir "no" cuando sea necesario y evitar
comprometerse en exceso son habilidades clave para reducir el estrés y
mantener la salud mental.
5. Socialización y apoyo emocional
El apoyo social ha sido reconocido durante mucho tiempo como una fórmula
eficaz para reducir el estrés. La socialización en el lugar de trabajo y el apoyo
emocional de compañeros y supervisores son fundamentales para crear un
ambiente laboral saludable. Contar con redes de apoyo permite a los
empleados compartir sus preocupaciones y recibir retroalimentación, lo que
ayuda a reducir los sentimientos de aislamiento y ansiedad (Cobb, 1976).
 El apoyo emocional puede ser tanto informal, a través de charlas con
colegas, como formal, mediante el acceso a programas de asistencia al
empleado (PAE). Las organizaciones que fomentan una cultura de apoyo
interpersonal suelen tener empleados más resilientes al estrés.
6. Uso del tiempo libre y vacaciones
Otra fórmula clásica para combatir el estrés es el uso adecuado del tiempo
libre y las vacaciones. Los empleados que toman descansos prolongados y se
desconectan completamente del trabajo durante un período determinado
pueden reducir el estrés acumulado, mejorando su salud mental y física. El
tiempo libre también ayuda a restaurar los niveles de energía y a mejorar el
rendimiento una vez que el empleado regresa al trabajo (Westman & Eden,
1997).

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Desconectar del trabajo durante el tiempo libre es una de las recomendaciones
más comunes, ya que permite una recuperación completa del estrés diario. Sin
embargo, en la era moderna de la hiperconectividad, esta fórmula enfrenta
nuevos desafíos, ya que muchos empleados se sienten presionados para estar
disponibles incluso fuera de su jornada laboral.

2.4 Nuevas fórmulas para combatir el estrés


A medida que el mundo laboral ha evolucionado, también lo han hecho las
formas de enfrentar el estrés laboral. Los avances en la psicología, la neurociencia y la
comprensión del comportamiento humano han dado lugar a enfoques más integrales y
holísticos para combatir el estrés. Las nuevas fórmulas para lidiar con el estrés no solo se
enfocan en aliviar los síntomas inmediatos, sino también en abordar las causas profundas
del estrés, promoviendo un bienestar emocional, mental y físico más duradero. A
continuación, se detallan algunas de las nuevas estrategias que han surgido en las últimas
décadas.
1. Mindfulness y meditación
Una de las técnicas más populares y ampliamente adoptadas en los últimos años
para combatir el estrés laboral es el mindfulness, también conocido como atención plena.
Este enfoque, basado en la meditación budista, ha sido adaptado para el ámbito laboral
con el fin de ayudar a los empleados a mantenerse presentes y conscientes de sus
pensamientos, emociones y sensaciones físicas sin juzgarlas. Según Kabat-Zinn (1990),
el mindfulness promueve la autorregulación emocional y la resiliencia frente a
situaciones estresantes.
 Prácticas de meditación como la meditación guiada, la respiración consciente y los
escaneos corporales se han convertido en herramientas clave para que los empleados
puedan reducir la ansiedad y el estrés en tiempo real. Estas prácticas no solo ayudan
a los empleados a relajarse, sino que también mejoran la capacidad de concentración,
fomentando un enfoque más claro y sereno en las tareas laborales.
El mindfulness ha sido adoptado por grandes empresas como Google y General
Mills, donde los programas de bienestar incluyen sesiones de meditación en el
trabajo, con el objetivo de mejorar tanto la salud mental de los empleados como su
rendimiento (Gelles, 2015). Además, los estudios sugieren que la práctica regular del
mindfulness puede cambiar la estructura del cerebro, aumentando la densidad de la
materia gris en áreas relacionadas con la autorregulación y la empatía (Hölzel et al.,
2011).
2. Inteligencia emocional
El desarrollo de la inteligencia emocional (IE) se ha convertido en un enfoque
fundamental para la gestión del estrés laboral. La inteligencia emocional, popularizada
por Daniel Goleman (1995), se refiere a la capacidad de una persona para reconocer,
entender y gestionar sus propias emociones, así como para comprender y manejar las

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emociones de los demás. En el contexto laboral, una alta inteligencia emocional permite
a los empleados identificar las fuentes de estrés y reaccionar de manera más adecuada a
los desafíos.
 Los empleados con mayor inteligencia emocional tienden a ser más resilientes, ya
que pueden regular sus emociones frente a situaciones de alta presión. Además, son
capaces de mantener mejores relaciones interpersonales en el trabajo, lo que reduce
los conflictos y mejora la cooperación entre los equipos.
Los programas de desarrollo de la inteligencia emocional, que incluyen
entrenamientos y talleres sobre el manejo de las emociones y la mejora de las
habilidades interpersonales, se están implementando cada vez más en las
organizaciones para combatir el estrés. Este enfoque no solo beneficia a los
individuos, sino que también promueve un ambiente de trabajo más armonioso,
disminuyendo los niveles de estrés colectivo.
3. Promoción del bienestar integral
El enfoque moderno hacia la gestión del estrés laboral ha evolucionado hacia una
visión holística del bienestar. En lugar de centrarse únicamente en los factores
emocionales o laborales, las organizaciones están adoptando un enfoque integral que
abarca la salud física, mental y emocional de los empleados. Esto incluye la promoción
de hábitos saludables como el ejercicio físico regular, la alimentación equilibrada y el
sueño adecuado, que son componentes fundamentales para mantener el estrés bajo
control.
 Programas de bienestar corporativo: Muchas empresas han comenzado a
implementar programas de bienestar que incluyen actividades físicas en el lugar de
trabajo, asesoría nutricional, espacios para la relajación, y acceso a servicios de salud
mental como terapia o coaching psicológico. Estos programas tienen como objetivo
mejorar la calidad de vida de los empleados tanto dentro como fuera del trabajo,
reconociendo que el bienestar general impacta directamente en la productividad y el
rendimiento laboral (Parks & Steelman, 2008).
 El enfoque en el equilibrio vida-trabajo también es clave en esta nueva perspectiva.
Las empresas están adoptando políticas más flexibles, como el teletrabajo, los
horarios ajustables y el tiempo libre remunerado, lo que ayuda a los empleados a
encontrar un equilibrio más saludable entre sus responsabilidades personales y
profesionales. Esta flexibilidad contribuye a reducir el estrés relacionado con las
dificultades para conciliar la vida laboral y personal.
4. Terapias basadas en la cognición y el comportamiento
Otra tendencia emergente en la gestión del estrés es el uso de terapias cognitivo-
conductuales (TCC), una técnica psicológica que se centra en cambiar los patrones de
pensamiento negativos que pueden contribuir al estrés. La TCC ha demostrado ser eficaz
en la reducción del estrés al enseñar a los empleados a identificar y modificar
pensamientos automáticos que generan ansiedad o frustración (Beck, 2011).

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 Entrenamiento en habilidades de afrontamiento: La terapia cognitivo-conductual
incluye el desarrollo de habilidades prácticas de afrontamiento, como la
reestructuración cognitiva, que ayuda a los empleados a reinterpretar las situaciones
laborales de manera más positiva y realista, reduciendo la percepción de amenaza o
sobrecarga. Esta técnica es particularmente útil en entornos de trabajo de alta presión,
donde los empleados pueden sentirse fácilmente abrumados por las demandas.
Además, muchas empresas están ofreciendo acceso a coaches de bienestar o
terapeutas que trabajan con los empleados para desarrollar estrategias personalizadas
de afrontamiento. Este apoyo individualizado permite a los empleados adquirir
herramientas prácticas para manejar el estrés, lo que mejora su capacidad para
afrontar situaciones difíciles sin experimentar una caída en el rendimiento.
5. Tecnologías y aplicaciones para el bienestar
Con el auge de la tecnología, las herramientas digitales para la gestión del estrés
han cobrado gran relevancia. Aplicaciones móviles que promueven la meditación, la
relajación, el seguimiento del estado de ánimo y la gestión del tiempo están siendo
ampliamente adoptadas por los empleados como recursos prácticos y accesibles para
controlar el estrés en cualquier momento. Aplicaciones como Headspace, Calm y
MyFitnessPal son ejemplos de herramientas que los empleados utilizan para mantenerse
más equilibrados y enfocados en el día a día.
 Estas aplicaciones suelen incluir recordatorios diarios, guías de meditación y
ejercicios de relajación que pueden ser realizados en cualquier momento, incluso
durante la jornada laboral. Las empresas están comenzando a ofrecer suscripciones a
este tipo de aplicaciones como parte de sus programas de bienestar, reconociendo que
la tecnología puede ser un aliado en la promoción de la salud mental y la reducción
del estrés.
6. Coaching y mentoring en el trabajo
El coaching y el mentoring han ganado popularidad como estrategias para
gestionar el estrés en el trabajo, ya que ofrecen un enfoque personalizado y de apoyo. El
coaching ejecutivo o coaching de vida ayuda a los empleados a desarrollar habilidades
de afrontamiento, mejorar su toma de decisiones y gestionar el estrés de manera efectiva.
Un coach trabaja con el empleado para identificar sus principales fuentes de estrés y crear
un plan de acción para enfrentarlas de manera más proactiva.
 El mentoring también es una fórmula efectiva para reducir el estrés, ya que los
empleados más experimentados pueden ofrecer orientación y apoyo emocional a
aquellos que enfrentan desafíos en el trabajo. Al compartir sus experiencias y
conocimientos, los mentores ayudan a los empleados más jóvenes o menos
experimentados a desarrollar resiliencia frente al estrés, lo que puede reducir la
ansiedad y la incertidumbre en el entorno laboral (Kram, 1985).

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3.1 Comparación de viejas y nuevas fórmulas
Las viejas fórmulas, como la gestión del tiempo y las técnicas de relajación, son
herramientas útiles que ayudan a reducir el estrés momentáneo y permiten un mejor
manejo de las tareas cotidianas. Sin embargo, estas estrategias suelen enfocarse más en
los síntomas que en las causas subyacentes del estrés (Quick & Tetrick, 2011). En
cambio, las nuevas fórmulas, como el mindfulness y la inteligencia emocional, ofrecen
un enfoque más integral, ya que promueven una mejor comprensión de las emociones y
la autorregulación, lo que a su vez puede prevenir el estrés antes de que se manifieste.
Por ejemplo, el mindfulness ayuda a los trabajadores a enfocarse en el presente
y a reducir la ansiedad que surge de la preocupación por el futuro o la carga de trabajo
(Kabat-Zinn, 2003). A su vez, la inteligencia emocional permite a los empleados
identificar y manejar sus propias emociones y las de los demás, lo que puede prevenir
conflictos y mejorar el ambiente laboral (Goleman, 1995).

3.2 Impacto de las nuevas fórmulas en el ambiente laboral


Las organizaciones que han adoptado nuevas estrategias para el manejo del
estrés, como programas de mindfulness o entrenamiento en inteligencia emocional, han
reportado mejoras significativas en el bienestar de sus empleados y en la productividad
general. Un estudio realizado por la American Psychological Association (APA) en 2020
mostró que los empleados que participaron en estos programas experimentaron una
reducción del 30% en los niveles de estrés y un aumento del 20% en su productividad
(APA, 2020).

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CONCLUSIÓN

El estrés laboral se ha consolidado como uno de los principales desafíos en los entornos
de trabajo modernos. Si bien es inevitable que surjan momentos de alta demanda, el estrés crónico
puede afectar profundamente tanto a los empleados como a las organizaciones. Este fenómeno no
solo impacta la salud física y mental de los individuos, sino que también influye en la
productividad, el rendimiento, y la moral general en el lugar de trabajo. A lo largo del tiempo,
han surgido una variedad de fórmulas tradicionales para abordar el estrés, como la gestión del
tiempo, la delegación de tareas y las técnicas de relajación. Estas estrategias continúan siendo
efectivas para muchos empleados, ya que abordan el estrés desde una perspectiva individual,
promoviendo hábitos de trabajo más eficientes y saludables.
Sin embargo, con los rápidos cambios en el entorno laboral debido a la tecnología, la
globalización y las nuevas dinámicas organizacionales, las viejas fórmulas, aunque útiles, no
siempre son suficientes para manejar las complejidades del estrés en los tiempos actuales. Es en
este contexto que surgen nuevas estrategias, como el mindfulness, la inteligencia emocional, el
bienestar integral, y el uso de tecnologías para el manejo del estrés. Estas técnicas más recientes
ofrecen un enfoque más holístico y preventivo, no solo aliviando los síntomas del estrés, sino
también buscando transformar la manera en que los empleados perciben y manejan las presiones
laborales.
Además, se ha evidenciado que la salud mental y emocional de los empleados está
estrechamente ligada a los entornos laborales flexibles y al fomento de un equilibrio entre la vida
personal y profesional. Las empresas que implementan políticas como el teletrabajo, los horarios
flexibles y los programas de bienestar están mejor posicionadas para reducir los niveles de estrés
en sus empleados y, como resultado, aumentar su satisfacción laboral y retener talento.
La convergencia de viejas y nuevas fórmulas ofrece un amplio abanico de herramientas
que pueden ser personalizadas según las necesidades de los individuos y las características de
cada organización. Las soluciones más exitosas no solo se centran en mitigar los efectos del estrés,
sino también en fomentar una cultura laboral saludable que promueva la resiliencia, la
colaboración y el bienestar a largo plazo. Al final, es crucial que tanto los empleados como las
empresas reconozcan la importancia de gestionar el estrés de manera proactiva y sostenible, ya
que esto no solo impacta la salud de los trabajadores, sino también el éxito organizacional.
.

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REFERENCIAS

Beck, A. T. (2011). Terapia cognitiva de los trastornos de ansiedad: Ciencia y práctica. Bilbao:
Desclée de Brouwer.
Covey, S. R. (1989). Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Barcelona: Paidós.
Drucker, P. (1974). La gerencia eficaz. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.
Goleman, D. (1995). Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.
Hölzel, B. K., Carmody, J., Vangel, M., Congleton, C., Yerramsetti, S. M., Gard, T., & Lazar, S.
W. (2011). Mindfulness practice leads to increases in regional brain gray matter density.
Psychiatry Research: Neuroimaging, 191(1), 36-43.
https://doi.org/10.1016/j.pscychresns.2010.08.006
Kabat-Zinn, J. (1990). Vivir con plenitud las crisis: Cómo utilizar la sabiduría del cuerpo y de la
mente para afrontar el estrés, el dolor y la enfermedad. Barcelona: Kairós.
Kram, K. E. (1985). Mentoring at work: Developmental relationships in organizational life.
Glenview, IL: Scott, Foresman and Company.
McEwen, B. S. (2000). Allostasis and allostatic load: Implications for neuropsychopharmacology.
Neuropsychopharmacology, 22(2), 108-124. https://doi.org/10.1016/S0893-
133X(99)00129-3
Parks, K. M., & Steelman, L. A. (2008). Organizational wellness programs: A meta-analysis.
Journal of Occupational Health Psychology, 13(1), 58-68. https://doi.org/10.1037/1076-
8998.13.1.58
Selye, H. (1974). El estrés de la vida. México D.F.: Editorial Diana.
Westman, M., & Eden, D. (1997). Effects of a respite from work on burnout: Vacation relief and
fade-out. Journal of Applied Psychology, 82(4), 516-527. https://doi.org/10.1037/0021-
9010.82.4.516
Gelles, D. (2015). Mindful Work: How Meditation Is Changing Business from the Inside Out.
New York: Houghton Mifflin Harcourt.

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ANEXO

Anexo 1: Ejemplo de encuesta de estrés laboral:

Pregunta Frecuencia
¿Con qué frecuencia sientes presión laboral excesiva? Nunca
¿Te resulta difícil desconectarte del trabajo en tu tiempo libre? Nunca
¿Sientes que tienes control sobre tus tareas diarias? Nunca
¿Cuán satisfecho/a estás con el apoyo emocional de tus compañeros y Muy
superiores? insatisfecho

Anexo 2: Ejemplo de guía para la práctica del mindfulness en el trabajo:

1. Respiración consciente: Dedica 5 minutos a centrarte en tu respiración. Inhala


profundamente por la nariz y exhala lentamente por la boca, enfocándote solo en tu
respiración.
2. Ejercicio de “escaneo corporal”: Toma un descanso breve para prestar atención a
cada parte de tu cuerpo, comenzando por los pies y avanzando hasta la cabeza,
notando cualquier tensión o incomodidad.
3. Pausa de gratitud: Detente un momento durante el día para reflexionar sobre algo
positivo que haya sucedido en tu jornada laboral, por pequeño que sea.

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