Trabajo Integrador Grupal - Grupo #05
Trabajo Integrador Grupal - Grupo #05
Trabajo Integrador Grupal - Grupo #05
DOCENTE:
ASIGNATURA:
CICLO:
AUTOR:
ICA-PERU
2024
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ÍNDICE
1. Introducción .............................................................................................................. 3
3. Desarrollo ................................................................................................................. 12
4. Conclusión ................................................................................................................ 13
5. Referencias ............................................................................................................... 14
6. Anexos ...................................................................................................................... 15
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INTRODUCCIÓN
El estrés laboral es uno de los principales problemas que afectan a los trabajadores en el
mundo moderno. Desde la Revolución Industrial, cuando las jornadas laborales largas y las
condiciones de trabajo peligrosas comenzaban a ser la norma, el estrés ha estado presente como
una respuesta natural del cuerpo ante demandas y presiones excesivas. Sin embargo, a medida
que el entorno laboral ha evolucionado, también lo han hecho las fuentes de estrés. La
globalización, el avance de la tecnología, la conectividad constante y la creciente competencia en
el mercado laboral han generado nuevas dinámicas de trabajo, que a menudo exacerban los
niveles de estrés entre los empleados.
A lo largo de los años, se han desarrollado diversas fórmulas para manejar el estrés
laboral. Las fórmulas tradicionales, como la gestión del tiempo, la delegación de tareas y las
técnicas de relajación, han sido herramientas eficaces para ayudar a los trabajadores a gestionar
sus responsabilidades y reducir la presión. Estas estrategias se enfocaban principalmente en
resolver los síntomas inmediatos del estrés, ofreciendo soluciones temporales para evitar el
agotamiento o la disminución del rendimiento.
Sin embargo, en las últimas décadas, la psicología y las ciencias del comportamiento han
revelado que el estrés no es simplemente una respuesta puntual, sino un fenómeno complejo que
tiene múltiples causas y efectos a largo plazo en el bienestar físico, emocional y cognitivo del
trabajador. Por ello, han surgido nuevas fórmulas que van más allá de las soluciones temporales,
buscando intervenir de manera más integral en el manejo del estrés. Estrategias como el
mindfulness, la inteligencia emocional y el bienestar integral se han convertido en enfoques
populares dentro de las organizaciones que desean enfrentar los desafíos del estrés de manera más
efectiva y sostenible.
El propósito de esta monografía es analizar y comparar tanto las fórmulas tradicionales
como las más modernas para combatir el estrés laboral. Se explorarán las causas y consecuencias
del estrés en el lugar de trabajo, así como los enfoques antiguos y nuevos para mitigar sus efectos.
La hipótesis central es que, aunque las fórmulas clásicas siguen siendo útiles, las nuevas
estrategias, al abordar tanto los factores emocionales como cognitivos del estrés, ofrecen un
enfoque más completo y eficaz para gestionar el estrés en el entorno laboral contemporáneo.
En este sentido, resulta de vital importancia para las organizaciones y los empleados
entender cómo estas nuevas fórmulas pueden no solo mejorar el bienestar emocional y físico, sino
también aumentar la productividad y la satisfacción en el trabajo. Con la implementación
adecuada de estas estrategias, es posible crear un ambiente laboral más saludable y resistente al
estrés, lo que se traduce en beneficios tanto para los individuos como para las empresas.
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MARCO TEÓRICO
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reciente, ya que está estrechamente vinculado a factores organizacionales como el
liderazgo inadecuado, la cultura laboral tóxica y la falta de apoyo social.
En resumen, el estrés laboral es un fenómeno complejo y multifacético que
resulta de la interacción entre factores individuales y organizacionales. La respuesta al
estrés varía de un individuo a otro, dependiendo de las características personales, las
habilidades de afrontamiento y el contexto específico del trabajo. Aunque el estrés laboral
es inevitable en cierto grado, la forma en que se maneja y se mitiga dentro de una
organización puede marcar la diferencia entre un entorno laboral saludable y uno que
afecta negativamente tanto al individuo como a la organización.
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Mala calidad de las relaciones interpersonales El entorno social en el lugar de
trabajo también desempeña un papel crucial en la generación de estrés. Las relaciones
interpersonales conflictivas con colegas o supervisores, la falta de apoyo social, y la
presencia de acoso o bullying laboral son factores que pueden generar un clima de
trabajo tóxico y desencadenar elevados niveles de estrés (Einarsen et al., 2003). El
aislamiento social o la competencia excesiva entre empleados también contribuyen a
la creación de un entorno laboral emocionalmente adverso.
Inseguridad laboral La inseguridad sobre la estabilidad del empleo, ya sea debido
a despidos inminentes, recortes salariales o incertidumbre económica, es una fuente
común de estrés laboral. Los empleados que temen perder su trabajo o ven su carrera
amenazada son más propensos a experimentar síntomas de estrés crónico, lo que
puede afectar su rendimiento y bienestar general (De Witte, 1999).
Condiciones laborales inadecuadas Factores físicos como las malas condiciones de
iluminación, el ruido excesivo, el hacinamiento, la falta de equipo adecuado o la
exposición a peligros laborales también son estresores significativos. Las condiciones
ambientales incómodas o inseguras contribuyen al estrés físico y mental,
especialmente en trabajos que requieren esfuerzo físico o concentración constante en
ambientes inadecuados (Quick & Tetrick, 2011).
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evitar la acumulación de trabajo. Esta estrategia es especialmente útil para
reducir la procrastinación y el estrés que surge de dejar tareas importantes
para el último momento.
2. Delegación de tareas
La delegación ha sido una práctica recomendada desde hace mucho tiempo
para aliviar el estrés, especialmente para los trabajadores en posiciones de
liderazgo o con múltiples responsabilidades. Delegar tareas permite a los
empleados compartir la carga de trabajo y concentrarse en las actividades más
críticas o que requieren su experiencia directa. A través de la delegación
efectiva, los empleados no solo disminuyen el estrés, sino que también
ayudan a desarrollar las habilidades de sus compañeros de trabajo,
promoviendo un entorno de trabajo colaborativo y productivo (Drucker,
1974).
No obstante, la delegación requiere de habilidades de confianza y
comunicación clara para asegurar que las tareas sean completadas de manera
adecuada. Si no se ejecuta bien, puede generar un aumento del estrés si la
responsabilidad recae sobre trabajadores que no están preparados o que ya
están sobrecargados.
3. Técnicas de relajación
Las técnicas de relajación han sido durante mucho tiempo una solución para
mitigar el estrés, tanto dentro como fuera del entorno laboral. Entre las más
conocidas se encuentran la respiración profunda, el ejercicio físico, y los
descansos regulares. Estas prácticas ayudan a reducir los niveles de cortisol
en el cuerpo, una hormona que se libera en respuesta al estrés y que, en niveles
elevados y sostenidos, puede tener efectos perjudiciales sobre la salud
(McEwen, 2000).
La respiración profunda es una técnica simple que promueve la
relajación inmediata, ayudando a los empleados a calmarse en momentos
de tensión. Al controlar la respiración y enfocar la mente en este proceso,
se puede lograr una reducción rápida de los síntomas físicos del estrés,
como el ritmo cardíaco acelerado o la tensión muscular.
El ejercicio físico también ha sido una recomendación común para
combatir el estrés, ya que el movimiento activa la liberación de endorfinas,
que son conocidas como las hormonas de la felicidad. Caminar durante el
almuerzo, participar en actividades deportivas después del trabajo o
realizar ejercicios cortos durante la jornada laboral puede ayudar a los
empleados a liberar tensión y mejorar su bienestar general.
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Descansos regulares: Tomar descansos periódicos durante el día de
trabajo es otra fórmula tradicional. Hacer pausas breves para
desconectarse de las tareas mentales intensas permite que los empleados
recarguen energía y se mantengan productivos a lo largo del día. Esta
práctica también previene la fatiga mental y física, que son factores
importantes en la generación de estrés.
4. Ajuste de expectativas y límites personales
Una vieja fórmula que ha demostrado ser útil para combatir el estrés es el
ajuste de expectativas, tanto personales como profesionales. Los trabajadores
que se imponen metas poco realistas o que asumen más responsabilidades de
las que pueden manejar suelen estar en mayor riesgo de experimentar estrés.
Establecer límites claros en cuanto al tiempo y la carga de trabajo es esencial
para mantener un equilibrio saludable entre la vida personal y laboral.
Este enfoque se basa en la idea de que no todo puede ser alcanzado al mismo
tiempo, y que es necesario gestionar las expectativas para evitar sentir que las
tareas son abrumadoras. Aprender a decir "no" cuando sea necesario y evitar
comprometerse en exceso son habilidades clave para reducir el estrés y
mantener la salud mental.
5. Socialización y apoyo emocional
El apoyo social ha sido reconocido durante mucho tiempo como una fórmula
eficaz para reducir el estrés. La socialización en el lugar de trabajo y el apoyo
emocional de compañeros y supervisores son fundamentales para crear un
ambiente laboral saludable. Contar con redes de apoyo permite a los
empleados compartir sus preocupaciones y recibir retroalimentación, lo que
ayuda a reducir los sentimientos de aislamiento y ansiedad (Cobb, 1976).
El apoyo emocional puede ser tanto informal, a través de charlas con
colegas, como formal, mediante el acceso a programas de asistencia al
empleado (PAE). Las organizaciones que fomentan una cultura de apoyo
interpersonal suelen tener empleados más resilientes al estrés.
6. Uso del tiempo libre y vacaciones
Otra fórmula clásica para combatir el estrés es el uso adecuado del tiempo
libre y las vacaciones. Los empleados que toman descansos prolongados y se
desconectan completamente del trabajo durante un período determinado
pueden reducir el estrés acumulado, mejorando su salud mental y física. El
tiempo libre también ayuda a restaurar los niveles de energía y a mejorar el
rendimiento una vez que el empleado regresa al trabajo (Westman & Eden,
1997).
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Desconectar del trabajo durante el tiempo libre es una de las recomendaciones
más comunes, ya que permite una recuperación completa del estrés diario. Sin
embargo, en la era moderna de la hiperconectividad, esta fórmula enfrenta
nuevos desafíos, ya que muchos empleados se sienten presionados para estar
disponibles incluso fuera de su jornada laboral.
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emociones de los demás. En el contexto laboral, una alta inteligencia emocional permite
a los empleados identificar las fuentes de estrés y reaccionar de manera más adecuada a
los desafíos.
Los empleados con mayor inteligencia emocional tienden a ser más resilientes, ya
que pueden regular sus emociones frente a situaciones de alta presión. Además, son
capaces de mantener mejores relaciones interpersonales en el trabajo, lo que reduce
los conflictos y mejora la cooperación entre los equipos.
Los programas de desarrollo de la inteligencia emocional, que incluyen
entrenamientos y talleres sobre el manejo de las emociones y la mejora de las
habilidades interpersonales, se están implementando cada vez más en las
organizaciones para combatir el estrés. Este enfoque no solo beneficia a los
individuos, sino que también promueve un ambiente de trabajo más armonioso,
disminuyendo los niveles de estrés colectivo.
3. Promoción del bienestar integral
El enfoque moderno hacia la gestión del estrés laboral ha evolucionado hacia una
visión holística del bienestar. En lugar de centrarse únicamente en los factores
emocionales o laborales, las organizaciones están adoptando un enfoque integral que
abarca la salud física, mental y emocional de los empleados. Esto incluye la promoción
de hábitos saludables como el ejercicio físico regular, la alimentación equilibrada y el
sueño adecuado, que son componentes fundamentales para mantener el estrés bajo
control.
Programas de bienestar corporativo: Muchas empresas han comenzado a
implementar programas de bienestar que incluyen actividades físicas en el lugar de
trabajo, asesoría nutricional, espacios para la relajación, y acceso a servicios de salud
mental como terapia o coaching psicológico. Estos programas tienen como objetivo
mejorar la calidad de vida de los empleados tanto dentro como fuera del trabajo,
reconociendo que el bienestar general impacta directamente en la productividad y el
rendimiento laboral (Parks & Steelman, 2008).
El enfoque en el equilibrio vida-trabajo también es clave en esta nueva perspectiva.
Las empresas están adoptando políticas más flexibles, como el teletrabajo, los
horarios ajustables y el tiempo libre remunerado, lo que ayuda a los empleados a
encontrar un equilibrio más saludable entre sus responsabilidades personales y
profesionales. Esta flexibilidad contribuye a reducir el estrés relacionado con las
dificultades para conciliar la vida laboral y personal.
4. Terapias basadas en la cognición y el comportamiento
Otra tendencia emergente en la gestión del estrés es el uso de terapias cognitivo-
conductuales (TCC), una técnica psicológica que se centra en cambiar los patrones de
pensamiento negativos que pueden contribuir al estrés. La TCC ha demostrado ser eficaz
en la reducción del estrés al enseñar a los empleados a identificar y modificar
pensamientos automáticos que generan ansiedad o frustración (Beck, 2011).
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Entrenamiento en habilidades de afrontamiento: La terapia cognitivo-conductual
incluye el desarrollo de habilidades prácticas de afrontamiento, como la
reestructuración cognitiva, que ayuda a los empleados a reinterpretar las situaciones
laborales de manera más positiva y realista, reduciendo la percepción de amenaza o
sobrecarga. Esta técnica es particularmente útil en entornos de trabajo de alta presión,
donde los empleados pueden sentirse fácilmente abrumados por las demandas.
Además, muchas empresas están ofreciendo acceso a coaches de bienestar o
terapeutas que trabajan con los empleados para desarrollar estrategias personalizadas
de afrontamiento. Este apoyo individualizado permite a los empleados adquirir
herramientas prácticas para manejar el estrés, lo que mejora su capacidad para
afrontar situaciones difíciles sin experimentar una caída en el rendimiento.
5. Tecnologías y aplicaciones para el bienestar
Con el auge de la tecnología, las herramientas digitales para la gestión del estrés
han cobrado gran relevancia. Aplicaciones móviles que promueven la meditación, la
relajación, el seguimiento del estado de ánimo y la gestión del tiempo están siendo
ampliamente adoptadas por los empleados como recursos prácticos y accesibles para
controlar el estrés en cualquier momento. Aplicaciones como Headspace, Calm y
MyFitnessPal son ejemplos de herramientas que los empleados utilizan para mantenerse
más equilibrados y enfocados en el día a día.
Estas aplicaciones suelen incluir recordatorios diarios, guías de meditación y
ejercicios de relajación que pueden ser realizados en cualquier momento, incluso
durante la jornada laboral. Las empresas están comenzando a ofrecer suscripciones a
este tipo de aplicaciones como parte de sus programas de bienestar, reconociendo que
la tecnología puede ser un aliado en la promoción de la salud mental y la reducción
del estrés.
6. Coaching y mentoring en el trabajo
El coaching y el mentoring han ganado popularidad como estrategias para
gestionar el estrés en el trabajo, ya que ofrecen un enfoque personalizado y de apoyo. El
coaching ejecutivo o coaching de vida ayuda a los empleados a desarrollar habilidades
de afrontamiento, mejorar su toma de decisiones y gestionar el estrés de manera efectiva.
Un coach trabaja con el empleado para identificar sus principales fuentes de estrés y crear
un plan de acción para enfrentarlas de manera más proactiva.
El mentoring también es una fórmula efectiva para reducir el estrés, ya que los
empleados más experimentados pueden ofrecer orientación y apoyo emocional a
aquellos que enfrentan desafíos en el trabajo. Al compartir sus experiencias y
conocimientos, los mentores ayudan a los empleados más jóvenes o menos
experimentados a desarrollar resiliencia frente al estrés, lo que puede reducir la
ansiedad y la incertidumbre en el entorno laboral (Kram, 1985).
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3.1 Comparación de viejas y nuevas fórmulas
Las viejas fórmulas, como la gestión del tiempo y las técnicas de relajación, son
herramientas útiles que ayudan a reducir el estrés momentáneo y permiten un mejor
manejo de las tareas cotidianas. Sin embargo, estas estrategias suelen enfocarse más en
los síntomas que en las causas subyacentes del estrés (Quick & Tetrick, 2011). En
cambio, las nuevas fórmulas, como el mindfulness y la inteligencia emocional, ofrecen
un enfoque más integral, ya que promueven una mejor comprensión de las emociones y
la autorregulación, lo que a su vez puede prevenir el estrés antes de que se manifieste.
Por ejemplo, el mindfulness ayuda a los trabajadores a enfocarse en el presente
y a reducir la ansiedad que surge de la preocupación por el futuro o la carga de trabajo
(Kabat-Zinn, 2003). A su vez, la inteligencia emocional permite a los empleados
identificar y manejar sus propias emociones y las de los demás, lo que puede prevenir
conflictos y mejorar el ambiente laboral (Goleman, 1995).
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CONCLUSIÓN
El estrés laboral se ha consolidado como uno de los principales desafíos en los entornos
de trabajo modernos. Si bien es inevitable que surjan momentos de alta demanda, el estrés crónico
puede afectar profundamente tanto a los empleados como a las organizaciones. Este fenómeno no
solo impacta la salud física y mental de los individuos, sino que también influye en la
productividad, el rendimiento, y la moral general en el lugar de trabajo. A lo largo del tiempo,
han surgido una variedad de fórmulas tradicionales para abordar el estrés, como la gestión del
tiempo, la delegación de tareas y las técnicas de relajación. Estas estrategias continúan siendo
efectivas para muchos empleados, ya que abordan el estrés desde una perspectiva individual,
promoviendo hábitos de trabajo más eficientes y saludables.
Sin embargo, con los rápidos cambios en el entorno laboral debido a la tecnología, la
globalización y las nuevas dinámicas organizacionales, las viejas fórmulas, aunque útiles, no
siempre son suficientes para manejar las complejidades del estrés en los tiempos actuales. Es en
este contexto que surgen nuevas estrategias, como el mindfulness, la inteligencia emocional, el
bienestar integral, y el uso de tecnologías para el manejo del estrés. Estas técnicas más recientes
ofrecen un enfoque más holístico y preventivo, no solo aliviando los síntomas del estrés, sino
también buscando transformar la manera en que los empleados perciben y manejan las presiones
laborales.
Además, se ha evidenciado que la salud mental y emocional de los empleados está
estrechamente ligada a los entornos laborales flexibles y al fomento de un equilibrio entre la vida
personal y profesional. Las empresas que implementan políticas como el teletrabajo, los horarios
flexibles y los programas de bienestar están mejor posicionadas para reducir los niveles de estrés
en sus empleados y, como resultado, aumentar su satisfacción laboral y retener talento.
La convergencia de viejas y nuevas fórmulas ofrece un amplio abanico de herramientas
que pueden ser personalizadas según las necesidades de los individuos y las características de
cada organización. Las soluciones más exitosas no solo se centran en mitigar los efectos del estrés,
sino también en fomentar una cultura laboral saludable que promueva la resiliencia, la
colaboración y el bienestar a largo plazo. Al final, es crucial que tanto los empleados como las
empresas reconozcan la importancia de gestionar el estrés de manera proactiva y sostenible, ya
que esto no solo impacta la salud de los trabajadores, sino también el éxito organizacional.
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REFERENCIAS
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Desclée de Brouwer.
Covey, S. R. (1989). Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Barcelona: Paidós.
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Goleman, D. (1995). Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.
Hölzel, B. K., Carmody, J., Vangel, M., Congleton, C., Yerramsetti, S. M., Gard, T., & Lazar, S.
W. (2011). Mindfulness practice leads to increases in regional brain gray matter density.
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Kabat-Zinn, J. (1990). Vivir con plenitud las crisis: Cómo utilizar la sabiduría del cuerpo y de la
mente para afrontar el estrés, el dolor y la enfermedad. Barcelona: Kairós.
Kram, K. E. (1985). Mentoring at work: Developmental relationships in organizational life.
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Parks, K. M., & Steelman, L. A. (2008). Organizational wellness programs: A meta-analysis.
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9010.82.4.516
Gelles, D. (2015). Mindful Work: How Meditation Is Changing Business from the Inside Out.
New York: Houghton Mifflin Harcourt.
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ANEXO
Pregunta Frecuencia
¿Con qué frecuencia sientes presión laboral excesiva? Nunca
¿Te resulta difícil desconectarte del trabajo en tu tiempo libre? Nunca
¿Sientes que tienes control sobre tus tareas diarias? Nunca
¿Cuán satisfecho/a estás con el apoyo emocional de tus compañeros y Muy
superiores? insatisfecho
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