Bonano

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El campo de la psicología social

Osvaldo Bonano

Hay en nuestro país considerable desarrollo de una corriente metodológica pujante en ciencias sociales en la
última mitad del siglo, que es la llamada investigación-acción. Tal actitud sostiene que los conocimientos y
teorías se van construyendo a través de experiencias reales. En coherencia con las teorías y conceptos que
transmitimos, pretendemos organizar dispositivos de trabajo que realmente produzcan aprendizaje. Hay
aprendizaje cuando el aprendiz practica activamente, hace cosas prácticas, y no sólo cuando escucha y más o
menos entiende.

El campo de intervención de la psicología social


La Psicología Social es un conjunto de procedimientos de intervención sobre un campo de problemas en el que
se encuentran en conexión ontológica las dimensiones de la subjetividad, los psiquismos y el dominio de lo
histórico-social, y una producción de pensamiento bajo la modalidad de pensar las prácticas.
No hay nada semejante a un “objeto” por fuera del sujeto; en los intercambios sociales existe siempre un suelo
significativo, construido histórica y socialmente. Aunque este suelo sea sólo el del lenguaje que todos debemos
utilizar para pensar, estudiar e intercambiar, está lleno de preconcepciones de las cosas. De modo que la
operación de intervención va a tener como propósito trabajar ese suelo de preconceptos, representaciones y
tesis.

Hombre e individuo, comportamiento e interacción


Se trata del término “individuo”, que quiere decir in-diviso, lo no-dividido. Sabemos hace tiempo que no hay
nada más dividido que el sujeto: operan en él la división consciente/inconsciente, las múltiples escisiones
internas, las fracturas y oposiciones que hacen a su pertenencia a distintos agrupamientos que llevan a que se
crucen contradictoriamente lealtades y deslealtades, ideologías y valores, pertenencias de clase, etc. En fin,
desde su propia lógica interna es absurdo decir que un sujeto es in-diviso.
Si adoptamos la perspectiva de la construcción socio-histórica de las subjetividades, el “Hombre”, sustantivo
con el que en la modernidad se nominó a la especie humana, hoy ya no existe, y menos existe si se lo escribe
con mayúsculas esencializadoras.

Crisis, cambio social y transformación


La psicología social es una disciplina propia de épocas de crisis y cambios. En verdad LA psicología social no
existe, si por tal pretende entenderse un cuerpo teórico único y nítidamente demarcado.

El concepto de “campo”
Lewin sostenía que había que ir más allá de las apariencias de las conductas de los individuos y llegar hasta las
fuerzas que determinan esos comportamientos. Campo es un lugar donde se mueven objetos y ese movimiento
está determinado por fuerzas o tensiones que inciden en ese campo. La trayectoria de esos cuerpos va a ser un
producto complejo de la incidencia de las distintas fuerzas en ese espacio. Dice Lewin: lo que está sucediendo
es producto de un campo de fuerzas y no sólo causado por las características particulares de los individuos.
Define al campo como una “totalidad de hechos que coexisten y que se conciben como mutuamente
dependientes”. Para Lewin la conducta es siempre una función de un cierto espacio vital, que a su vez es
siempre producto de la interacción entre la persona y su ambiente.
El concepto de campo es una matriz epistémica que deja atrás a las viejas y simplificantes nociones elementales,
atomistas y mecanicistas con las que se pensaban las cosas y sus relaciones.

Objetos de conocimiento y disciplinas


Historiadores de la ciencia, como Khun, han mostrado en modo concluyente que los cimientos de las ciencias
han ido variando y lo van a seguir haciendo, aun de aquellas más prestigiosas de acuerdo con la dominancia
positivista, llamadas “duras”, como la física o la química.
Nuestra posición pasa por afirmar que hoy no se trata de construir saberes sino de producir pensamiento en
torno a prácticas de transformación; de ahí que la psicología social consiste en intervenir en campos de
problemas con la direccionalidad de introducir transformaciones, y producir pensamiento bajo la orientación de
pensar las prácticas. Nos planteamos más bien campos de problemas que objetos de conocimiento.

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Puntos de vista binarios y enfoque ternario.
Moscovici sostiene que la concepción de la partición sujeto/objeto, que en el campo de la psicología
experimental se manifestaba bajo el conocido esquema estímulo/respuesta, es una herencia de la filosofía
clásica.
Ante los planteos binarios, Moscovici propuso en los años ´60 que el enfoque singular de la psicología social
debía poner en juego tres términos; es lo que llamaba posición ternaria. Por un lado está el ego (el sujeto, la
posición marcada como yo), y en otro lado, el objeto, que es cualquier dimensión de lo social con la cual el yo
tiene que relacionarse. Pero siempre va a haber un tercer término, que él llama alter ego o sujeto social. Según
esta tesis, en ese tercer término de mediación va a estar presente la dimensión colectiva o social, que en las ideas
de Moscovici son las representaciones sociales. El ego (sujeto individual) es la sede de las representaciones y el
objeto representado es alguna dimensión de la realidad social; pero esta representación del sujeto individual
siempre va a estar mediatizada, “ternalizada” por la construcción colectiva y el sostén grupal de la
representación. Según este punto de vista, cuando el sujeto despliega algo en la vida social, nunca va a ser un
sujeto individual puro, aislado, sino va a ser un sujeto constituido por las representaciones sociales colectivas;
por lo tanto, no hay una relación directa y simple entre un polo del “individuo” y el otro polo de “lo social”;
siempre está activa una mediación de lo colectivo.

La tensión psique/histórico-social
Son los mismos sujetos que reproducen su sociedad los protagonistas de procesos de cambio, transformación y
emergencia de nuevas realidades histórico-sociales. Tal es el marco de una polaridad que, de acuerdo con las
concepciones de Castoriadis, definimos como la tensión entre la psique y lo histórico-social. Esta tensión
motora y permanente está ubicada en el centro de la reproducción de lo mismo y la aparición de lo radicalmente
nuevo. La tensión psique/histórico-social supone que los elementos de esa tensión son irreductibles entre sí, que
son inseparables y que ninguno de ellos “explica” al otro.

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