Miguel Pastorino - Desafíos A La Política

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La era de la

responsabilidad
El rol de la política en tiempos de incertidumbre

Miguel Pastorino

Número 4
dp Enfoque n.º 4.
La era de la responsabilidad.
El rol de la política en tiempos de incertidumbre
Miguel Pastorino

© 2021 konrad-adenauer-stiftung e. V.

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Citar esta publicación como:


Pastorino, M. (2021). La era de la responsabilidad. El rol de la política en tiem-
pos de incertidumbre. Serie dp Enfoque, n.º 4. Montevideo: Konrad Adenauer
Stiftung.

ISBN 978-9915-9375-3-3

diálogo político es una plataforma para el diálogo democrático


entre los influenciadores políticos sobre temas de relevancia en América
Latina con base en los valores de libertad, solidaridad y justicia.
Conecta a la región con los grandes debates geoestratégicos en
el mundo. Construye una ventana de difusión de proyectos de la
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diálogo político es parte del Programa Regional Partidos Políticos y Demo-


cracia en América Latina (KAS Partidos). Tiene el objetivo de reducir la pola-
rización política a través de un debate pluralista, constructivo e informado,
orientado al bien común, para fortalecer el centro político desde sus raíces
socialcristianas, liberales y conservadoras.

www.dialogopolitico.org – @dplatinoamerica_
Contenidos

La era de la responsabilidad 4

Resumen 4

1 Introducción 4

2 La dimensión política de la crisis 5

3 Ciberleviatán: ¿La libertad en extinción? 6

4 La cultura y la política en el enjambre digital 8

5 El individualismo hipermoderno: narcicismo cultural 10

6 La crisis de la verdad 13

7 Los fundamentalismos y la cultura de la intolerancia 13

8 La crisis de los fundamentos éticos 15

9 Reflexión final: La responsabilidad política 16

Referencias bibliográficas 18
La era de la responsabilidad

El rol de la política en tiempos


de incertidumbre

Resumen

Para muchos, la ética es una cuestión cosmética. Sin embargo, se trata de algo
mucho más profundo, fundamental, que hace realmente la diferencia, especial-
mente entre quienes tienen responsabilidad sobre el bien común.

Las decisiones políticas tienen una dimensión ética que reclama un serio debate
público y una reflexión conjunta. Este trabajo apunta que el nodo más problemáti-
co de la política en nuestra época no son las cuestiones técnicas, sino los cimientos
antropológicos y éticos de las sociedades democráticas.

En un cambio sociocultural de magnitudes insospechadas, aprender a vivir en la


incertidumbre, pensar a largo plazo y trabajar en procesos de humanización de las
estructuras sociales se han vuelto desafíos ineludibles para la política.

1 Introducción a reflexionar juntos tomando en cuenta diversas


perspectivas acerca de la complejidad del presen-
te. No hay recetas mágicas ni es el fin del mundo.
La crisis del coronavirus ha generado desde
comienzos del 2020 una larga lista de profecías Algunos están preocupados por la creciente hege-
sobre el día después. Apenas comenzamos a monía de la inteligencia artificial en las decisiones
enfrentar la pandemia, varios filósofos y analistas que antes dependían de la libertad humana y el
sociales comenzaron a reflexionar y debatir sobre condicionamiento al que nos induce, invitándo-
la democracia poscoronavirus, con proyecciones nos a recuperar una crítica humanista y liberal a
distópicas sobre futuros totalitarios, la ruina la extendida ingenuidad sobre el manejo mono-
del capitalismo o el final del mundo tal como lo pólico de los datos. Otros autores como Harari
conocemos, con tonos épicos, como si se tratara piensan de forma determinista, como si fuéramos
de un cambio de dimensiones apocalípticas. totalmente predecibles por un sistema que mane-
ja toda nuestra información, y llama a la libertad
Desde Giorgio Agamben, Peter Sloterdijk, Slavoj humana una «ilusión», basándose aparentemente
Zizek, Byung Chul Han o el historiador —que se en experimentos neurocientíficos que, en reali-
ha vuelto gurú de líderes políticos y de Silicon dad, terminaron por demostrar lo contrario a la
Valley— Yuval Noah Harari, todos plantearon a hipótesis inicial, como son los experimentos del
su modo una previsión de futuro y no siempre neurofisiólogo Benjamín Libet.
coincidiendo en el diagnóstico ni en la predicción.
Análisis lúcidos, seductores, con hipótesis que Un análisis más agudo, equilibrado y realista es, a
dan que pensar, pero que no son futurología sino mi juicio, el del filósofo Daniel Innerarity en su últi-
interpretaciones que ayudan a seguir pensando, mo trabajo Pandemocracia (2020a), donde apuesta

4
La era de la responsabilidad

por una sana recuperación del debate público, de La sospecha sobre las propias raíces y tradiciones,
la conciencia colectiva de que vivimos en socieda- la sospecha sobre la ciencia y las instituciones,
des complejas y plurales, del fortalecimiento de las abre la puerta a una gran ingenuidad y creduli-
instituciones y la cooperación global. Está conven- dad a discursos que simplifican los problemas
cido de que esta crisis fortalecerá la tendencia ha- sin importar la fuente. Si alguien habla mal de
cia un mundo de bienes comunes, más integrado y las voces oficiales, debe tener razón, se piensa. Y
consciente de la interdependencia. para completar el cuadro, la inteligencia artificial
a través de las redes sociales nos muestra lo que
Todas estas lecturas, estemos o no de acuerdo, es más atractivo y lo que más se consume, por lo
ayudan a pensar, a proyectar posibles transfor- cual las noticias falsas y las teorías conspirativas
maciones de la sociedad, pero no ejercen la adivi- tienen más presencia que la investigación seria
nación. Por ello, sin estar a la altura de un análisis y la formación crítica que surge desde la produc-
riguroso sobre realidades tan complejas, inten- ción académica.
taré sintetizar algunas miradas del presente que
nos permitan comprender mejor algunos de los Vivimos en sociedades complejas, donde convi-
problemas que están en la raíz de la actual crisis ven diversas perspectivas sobre la realidad y una
de la política. Me detendré en unos pocos, que no inabarcable diversidad de información disponi-
sé si son los más importantes pero son los que he ble sobre los más variados asuntos. Y en los mo-
podido estudiar con cierto detenimiento. mentos de crisis la diversidad de perspectivas se
hace patente de una manera inevitable. Quienes
tuvieron y tienen que tomar decisiones difíciles

2 Lade dimensión
la crisis
política ante la crisis del covid-19 no podían dedicarse
a un solo mundo, sino que tenían que atender
varios mundos al mismo tiempo, con perspecti-
La crisis cultural que atraviesa Occidente no vas, intereses y valores distintos, y luego, sin que
solo refiere a la falta de certezas, sino a falta de todos estén de acuerdo, priorizar responsable-
proyectos a largo plazo. El coronavirus puso en mente las acciones a seguir.
evidencia la profundidad de los problemas que
ya teníamos y que no parecían tan evidentes. La Graves dilemas éticos azotaron tanto a médicos
crisis de la modernidad ha venido desfondando como a políticos, científicos, educadores y a cada
los supuestos y cimientos en los que construía- uno de nosotros en diversas situaciones. ¿A qué le
mos la vida en sociedad y nos pensábamos a damos prioridad en una crisis? ¿Es más importante
nosotros mismos. La crisis sociocultural es mucho el derecho a manifestarse públicamente que el
más profunda de lo que suele analizarse, también riesgo de contagio masivo? ¿Es más importante la
porque hablar del presente es siempre complejo salud pública que la economía? ¿Es más importan-
e inabarcable. te priorizar la educación presencial o posponerla
por la salud pública? ¿Es más prioritario mantener
En una sociedad global donde se estimula la abiertos los centros comerciales que las iglesias
rapidez en la información, la brevedad y la mayor en tiempos de desesperación? ¿A quiénes atender
simplicidad, van desapareciendo los matices, los primero en una emergencia médica cuando se
grises donde las cosas no son blanco o negro, satura el sistema de salud? Sobre estos y otros
buenas o malas. La complejidad del mundo en el asuntos, no todos están de acuerdo y no siempre
que vivimos, donde la información disponible es depende de voces expertas, porque en cuestiones
indigerible, inabarcable y de veracidad no fácil- filosóficas y éticas no puede uno esperar eviden-
mente corroborable, predispone al escepticismo cias científicas que lo guíen ni algoritmos que den
por saturación y, a su vez, a la necesidad de crear la mejor opción habiendo calculado todas las posi-
relatos simples, donde los males tienen una sola bilidades. Los principios que rigen la vida humana
causa y el enemigo está perfectamente identifica- y la convivencia social no dependen de técnicos, y
do y es el culpable de todo. La pereza para pensar las decisiones políticas cargan con esta responsa-
simplifica la realidad. bilidad ética que reclama un serio debate público

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y una reflexión conjunta en la búsqueda del bien
común. Como bien lo expresa Innerarity (2020a, «Los criterios
p. 61): «La política es por eso el intento de articular científicos son
de la mejor manera posible la diversidad de pers-
pectivas que conviven en la misma sociedad». fundamentales,
Aprender a vivir en la incertidumbre de una pan-
pero no tienen la
demia es algo que exige reinventarse. Y es enten- última palabra, sino
dible que las decisiones más importantes a nivel
político no puedan ser tomadas por expertos que
que esta pertenece
ignoren las condiciones sociales ni por políticos a quienes tienen la
que no estén suficientemente informados en lo
técnico y científico. Los criterios científicos son
responsabilidad política
fundamentales, pero no tienen la última palabra, por el bien común.»
sino que esta pertenece a quienes tienen la res-
ponsabilidad política por el bien común.

Innerarity reconoce que en las crisis los líderes el discernimiento permanente de quienes gobier-
más pragmáticos son quienes pasan al primer nan y sobre las previsiones de futuro.
plano, los que se consideran personas prácticas
que resuelven rápida y eficazmente los problemas La ciencia y la tecnología se han desarrollado de
urgentes, pero por eso mismo pueden tomar forma vertiginosa en las últimas décadas; hasta el
malas decisiones con consecuencias nefastas punto de que la modernización occidental supuso
a mediano o largo plazo si no escuchan la voz el triunfo de la racionalidad tecnocientífica y el
de quienes piensan en profundidad lo que está retroceso de la racionalidad práctica, tanto en la
pasando para comprender la naturaleza de la ética como en la política. La razón instrumental
crisis. La respuesta no la tienen solo los científi- propia de las ciencias y las técnicas, «se va exten-
cos, ni solo los políticos, ni solo los filósofos, sino diendo a la economía y a la burocracia, pero tam-
la colaboración inteligente, la mutua cooperación bién a los restantes sectores del sistema sociocul-
de todos en la previsión y prevención, en la capa- tural» (Camaño, 2020). Y, sin rechazar los aportes
cidad de anticiparse y reaccionar a tiempo a los que el desarrollo científico-técnico supone para la
desafíos que se presentan. vida, el paradigma tecnocrático nos pone delante
de un discernimiento nada fácil para prevenir sus
Acostumbrados a poderlo casi todo y a saber efectos deshumanizantes (Coeckelbergh, 2020).
lo que hay que hacer, donde todos los expertos
siempre nos enseñan qué pasará en las próximas
elecciones o cómo estará el clima dentro de dos
meses, nos desacostumbramos a no saberlo
todo, a no poder preverlo todo. Este es un tiempo
3 Ciberleviatán:
¿La libertad en extinción?
para crecer en humildad, porque no lo sabemos No es desconocido que nuestra interacción coti-
todo ni lo podemos todo. diana con los sistemas informáticos entrega una
inmensa cantidad de datos que revelan mucho de
Si bien es cierto que no es la ciencia, sino la nosotros, desde nuestras preferencias, gustos e
política, la que decide las prioridades sociales, intereses hasta nuestra situación familiar, laboral
los políticos no pueden dar la espalda al conoci- y académica. De esa masa informativa se alimen-
miento. Y el actual contexto de desarrollo tecno- tan algoritmos de todo tipo, que aspiran a saber
lógico, especialmente de la inteligencia artificial, más de nosotros. Muchos autores, pensando en
presenta nuevos desafíos, posibilidades y riesgos, los extremos a lo que esto puede llevar, están pre-
oportunidades y amenazas, que se ciernen sobre ocupados porque vayamos renunciando progresi-

6
La era de la responsabilidad

vamente a libertades conquistadas, en la comodi- contraria a lo que ellos consideran lo que debe
dad de una libertad asistida donde la inteligencia saberse. Y no me refiero a noticias falsas, que sí
artificial —que adquiere un carácter «sagrado»— deberían supervisarse y controlarse mucho más,
nos diga quiénes somos y qué queremos. Sin sino a la opinión de personas que con fundamen-
apenas discutirlo nos vamos abandonando a un tos y con respeto presentan argumentos que
nuevo poder tecnocrático imparable, aceptando pueden no gustarnos pero que tienen su derecho
que resuelva gran parte de nuestra vida. A su vez, de expresarlos. ¿Estamos ante un nuevo poder de
el rechazo a la responsabilidad hace más seducto- censura global por encima de todas las institucio-
ra la entrega de la libertad al poder tecnológico. nes políticas y jurídicas?
En su obra Ciberleviatán (2019), el filósofo José
María Lasalle plantea la encrucijada que tenemos ¿No deberían ser autoridades judiciales las que
delante como humanidad: ir perdiendo libertad exijan la censura de algún usuario por compor-
por mayor seguridad o que, con responsabilidad tamientos que atenten contra el bien público?
política, exista un auténtico pacto que asegure la Es algo que exige reflexionar con mayor rigor y
libertad de los ciudadanos, que proteja los datos responsabilidad política y social.
y establezca nuevos derechos digitales.
La libertad de expresión tiene ciertos límites,
La preocupación de varios investigadores es que pero ¿quién los interpreta y quienes los manejan?
nos encontramos sumergidos en un enjambre ¿Queremos, como sociedad, darles la autoridad a
de humanos «sin capacidad crítica y entregado empresas multinacionales gigantescas para decidir
al consumo de aplicaciones tecnológicas dentro qué podemos decir y qué no? Originalmente estas
de un flujo asfixiante de información que crece empresas no evaluaban los contenidos pero, a me-
exponencialmente» (Lasalle, 2019, p. 6). dida que pasó el tiempo, sus plataformas monopo-
lizaron el espacio privilegiado donde nos expresa-
Según Lasalle, el liberalismo humanista tiene mos y se han transformado en centros de poder
por vocación primera limitar el poder y ahora se global. Actúan como un servicio público, pero no
enfrenta a la seducción del poder tecnológico son un servicio público y tampoco son simplemen-
que quiere ser omnipresente y omnisciente, sin te empresas privadas, sino que son una realidad
resistencias. nueva que requiere un análisis más prudente y
responsable. Mucha gente permite pasivamente
Asistimos a una nueva reconfiguración del poder: que le borren sus contenidos y ni siquiera apela.
«Hoy, los datos que generan internet y los algorit-
mos matemáticos que los discriminan y organizan Vamos perdiendo libertades con la ilusión de que
para nuestro consumo son un binomio de control «podemos acceder» a nuevas posibilidades de co-
y dominio que la técnica impone a la humanidad. municación, como si para ser ilusoriamente más
Hasta el punto de que los hombres van adquirien- libres tuviéramos que ir renunciando a libertades
do la fisonomía de seres asistidos digitalmente fundamentales. Y lo hacemos pasivamente y con
debido, entre otras cosas, a su incapacidad para cierta naturalidad.
decidir por sí mismos» (p. 6).
Nos encontramos con un alineamiento entre
«El despotismo algorítmico está haciendo volver lo técnico, lo económico y lo político, en que el
a los hombres a una nueva minoría de edad que poder se centraliza de forma desmesurada sobre
desanda la tradición liberal del conocimiento que un progresivo número de actividades, incluyendo
propició la Ilustración» (cap. 3). la salud, la educación y el trabajo.

Por otra parte, más allá de casos puntuales, En la dimensión política asistimos a una nueva
cada vez más seguido Twitter, Facebook o YouTube forma de configuración del poder. Lasalle cree que,
censuran contenido que consideran inapropiado, mediando un pacto fundacional como el del Esta-
aunque eso signifique, en realidad, callar la voz do moderno, pero sin debate ni conflicto, como el

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producto de una necesidad inevitable y querida ciertas aplicaciones de la inteligencia artificial
por todos, nos alineamos en un nuevo contrato cuyos efectos se están viendo ya, como es el
social bajo un poder único y centralizado tecno- caso del uso de nuestros datos personales
lógicamente, que modifica la idea de soberanía, por parte de sistemas de inteligencia artificial
entregada totalmente a la inteligencia artificial. pertenecientes a las grandes empresas tec-
nológicas, cuyo poder a su vez se acrecienta
La gobernanza de la tecnología será cada vez aceleradamente, o los sesgos y opacidad de
más un problema ineludible en la agenda política. los algoritmos usados en la toma de decisio-
Seguimos pensando y trabajando con institucio- nes importantes para la vida de las personas,
nes y sistemas de regulación que son funcionales como la contratación de personal en las em-
a la tecnología de tercera generación (revolución presas o la concesión de créditos bancarios.
digital y de la información), pero obsoletos para Mención aparte merecen los peligros del uso
regular la inteligencia artificial y las redes de siste- de la inteligencia artificial en la identificación
mas inteligentes, la robótica y las biotecnologías. de rostros y en la búsqueda de delincuentes
y prevención del delito, en la vigilancia y re-
Más allá de la ciencia ficción y los sueños transhu- presión de disidentes políticos, en la creación
manistas, lo cierto es que la inteligencia artificial de armas autónomas o en la proliferación de
hoy no puede hacer todo lo que se piensa en el los ciberataques, de las noticias falsas y de la
imaginario popular, o lo que se vende en algunas desestabilización política mediante la desin-
publicaciones de divulgación científica poco riguro- formación. (Diéguez, 2021)
sas con las evidencias que presentan (Harari, 2018).
Gran parte de lo que hoy llamamos inteligencia ar-
tificial son sistemas de minería de datos, capaces de Para este autor, lo más importante de este desa-
analizar cantidades masivas de información, proce- fío es decidir hasta dónde los humanos aceptare-
sar datos inimaginables y obtener de ellos patrones mos la supervisión de nuestras decisiones por la
desconocidos que revelan nueva información sobre inteligencia artificial y las posibles consecuencias
esos datos. Pero, por más que nos impresione, no de esas decisiones sobre nuestras vidas, cediendo
tiene la versatilidad y la flexibilidad de la inteligen- el control. Por ello cree en la necesidad de pro-
cia humana ni tampoco conciencia propia, sino que mover instituciones y procedimientos de control
lo que tiene de inteligente lo ha programado un que faciliten la defensa de los derechos de los
humano. La inteligencia artificial no puede hacer ciudadanos, como la privacidad o la libertad de
tareas para las que no fue programada. expresión, frente a los riesgos potenciales de la
inteligencia artificial.
El filósofo Antonio Diéguez, un especialista en
filosofía de la tecnología, reconociendo los benefi-
cios de la inteligencia artificial como instrumento
eficaz para la persecución de delitos financieros,
la protección de seguridad de las personas, la po-
4 Laen cultura y la política
el enjambre digital
tenciación del progreso biomédico y la protección La invasión de información excesiva abruma a las
del medioambiente, no oculta su preocupación personas y la fugacidad de las noticias hace muy
por el rostro problemático: difícil —cuando no imposible— una auténtica y
profunda reflexión sobre temas complejos, que
No conviene olvidar que, con independencia tienden a simplificarse para que sean fácilmente
de si el desarrollo futuro de una inteligencia digeridos por una masa acrítica y domesticada.
superior a la humana pudiera representar Saturados de mensajes de toda clase y por diver-
un peligro para la supervivencia de nuestra sos medios estamos en todo y en nada a la vez,
especie, lo que por el momento constituye un quedamos indiferentes y cerrados a toda escucha
desafío desde el punto de vista de la salva- auténtica que intente romper esquemas previos
guarda de los derechos de las personas son o reconfigurar el modo de percibir la realidad. Se

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La era de la responsabilidad

informa de todos los temas, pero poco es real-


mente asimilado y reflexionado, y esto hace que el «Que todos tengan
pensamiento también se vuelva efímero, simplista
derecho a opinar no
y pasajero. Parecen cumplirse las palabras del
filósofo danés Sören Kierkegaard, quien escribió significa que todas las
proféticamente en el siglo xix que llegará un mo-
mento en el que la comunicación será instantánea
opiniones tengan el
pero la gente no tendrá nada que decir. Un desafío mismo valor. No es lo
de la actual comunicación de masas es poder decir
algo importante sin que sea arrastrado por un
mismo opinar que saber.
torrente de frivolidades que no dejan nada a su No todas las ideas
paso más que una mirada superficial a todo lo que
existe. Pero a este fenómeno podemos agregar
aportan igualmente al
también la excesiva valoración de la aceleración y bien de la humanidad.»
de la desmediatización de la comunicación, donde
lo que importa es acceder lo más rápido posible a
la información, aunque sea irrelevante. No pode-
mos olvidar que todos los ámbitos de la sociedad
están afectados por este caudal de información derecho, la política, la religión y los dilemas éticos
superflua y por la falta de profundidad, también a un territorio inexplorado, donde la mayoría de
quienes gobiernan y legislan. los hábitos aprendidos para enfrentar la vida han
perdido aparentemente toda utilidad y senti-
Cuando estamos a un clic de todo, olvidamos lo do. Que alguien ante la prensa, por seriedad y
que significa esperar. La comunicación que se responsabilidad ante su trabajo y ante los demás,
vuelve casi instantánea, y en varias direcciones quiera explicar que necesita tiempo para dar
simultáneas, no hace posible la escucha reflexiva información, ya lo hace parecer sospechoso de
ni la visión de lo que requiere procesos lentos. Lo ocultar algo.
mismo sucede con la información, que es de tal
magnitud y sobre tantos asuntos y acontecimien- Por otra parte, este modo de pensamiento que
tos que no es posible digerirla, ni mucho menos solo valora la inmediatez afecta todas las formas
opinar con algún grado de seriedad y conocimien- de comunicación y las relaciones de represen-
to. Cuando se encuentra un sospechoso de un de- tatividad. Cualquier mediación o representante
lito que tiene conmocionada a la opinión pública, son interpretados como pérdida de tiempo,
este se transforma en culpable antes de que haya como un obstáculo a la velocidad de la informa-
una sentencia. Los medios y los usuarios de las ción y a la inmediatez del contacto directo. Los
redes no pueden esperar procesos judiciales, sino medios digitales nos introducen cada vez más en
que juzgan al instante. El pensamiento actual no una lógica ansiosa que pone en crisis cualquier
tolera los procesos y la gradualidad en el conoci- intermediario, cualquier representatividad o
miento de la verdad. El corto plazo ha reemplaza- mediación. Todos alzan su voz en directo a sus
do al largo plazo y «ha convertido la inmediatez interlocutores en el enjambre digital (Han, 2014),
en ideal último» (Bauman, 2002). La modernidad donde todos pueden hablar con todos. Ya no so-
líquida disuelve y devalúa el tiempo. Que las cosas mos meros consumidores o receptores pasivos
duren deja de ser un valor y se convierte en un de informaciones o publicidad, sino productores
defecto, ya sea en las relaciones humanas, los tra- activos. Esta doble función incrementa exponen-
bajos o incluso un proceso judicial. Si algo dura, cialmente el caudal informativo y desaparece
no es recomendable. el espacio común, para mirarnos unos a otros
selectivamente. A través de nuestras ventanas
El advenimiento de lo instantáneo o inmedia- digitales, teléfonos móviles o computadoras, no
to lleva a la cultura, las relaciones humanas, el miramos a un espacio público, sino a otras ven-

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tanas, a otros productores y consumidores de in- Cualquier producción periodística requiere cierta
formación. El filósofo Byung-Chul Han entiende formación intelectual y cultural de quien la realiza.
que las redes sociales como Twitter o Facebook Los periodistas pueden escribir reportajes cualifi-
liquidan la mediación de la comunicación, la cados porque son fruto del sacrificio y la profun-
desmediatizan. Cada uno genera información y la didad de una investigación. Pero la inmediatez de
vuelca a las redes y esto lleva a que los periodis- un caudal indiscernible de información nos lleva
tas, que siempre eran mediadores, hacedores de inevitablemente a la superficialidad, a la falta de
opinión, compitan con los millones de opinólogos rigor y a la carencia de reflexividad. El lenguaje y la
que diariamente crean contenidos. cultura se vuelven vulgares, se publican libros de
fácil lectura o de lectura rápida, o videos de pocos
Hoy cada uno quiere presentar su opinión sin minutos, para poder competir con la avalancha de
intermediarios. Han entiende que esta situación contenidos de toda clase. Se confunde la libertad
cultural pone en apuros la idea de representativi- de opinión con el valor del contenido. Y se olvida
dad y cuestiona la democracia representativa. Los fácilmente que no todas las opiniones son igual-
representantes políticos no se ven como media- mente válidas ni verdaderas. Que todos tengan
dores sino como barreras, como obstáculos para derecho a opinar no significa que todas las opinio-
la transparencia y la participación ciudadana. La nes tengan el mismo valor. No es lo mismo opinar
demanda creciente de presencia personal y que que saber. No todas las ideas aportan igualmente
cualquiera pueda comunicarse con cualquiera al bien de la humanidad.
constituyen una amenaza al principio de repre-
sentación. Además de la exagerada valoración
de la inmediatez que crea una sociedad sin me-
diaciones —que se pretende transparente—
en la sociedad líquida, innovación y novedad son
5 narcicismo
El individualismo
hipermoderno:
cultural
palabras esenciales. Se invoca la innovación en
los negocios y en la política, en la educación y en En el plano sociocultural hay una realidad que
la tecnología, como si el hecho de que las cosas está reconfigurando las relaciones humanas y
sean novedosas las hará automáticamente bue- por ello también la vida política, un fenómeno
nas y mejores. también amplificado por las nuevas tecnologías:
el llamado neoinvididualismo o individualismo
En un mundo donde todo se ve por pantallas, la hipermoderno (Lipovetsky, 2006). Se trata de
realidad ya no interesa, sino lo que se percibe; una realidad paradójica: por un lado, se quiere
no importan los hechos, sino lo que se muestra disfrutar de la vida y del presente sin trabas,
(posverdad). La crisis del conocimiento de lo real, pero con una creciente obsesión con la salud,
reducido a sus apariencias, es también un desafío las dietas y el control de todas las insegurida-
para cualquier institución y particularmente para des de la vida moderna. Son los tiempos de la
la política. De ahí que el desafío más grande que anorexia y la obesidad, del extremo autocontrol
tiene la gestión de la comunicación, si quiere y el descontrol. Ya no hay tantas tradiciones ni
ser fiel a la realidad y no hacer de las estrategias reglas sociales que impongan el deber ser pero,
comunicativas una nueva era sofística donde no al mismo tiempo, hay miedo de todo y de todos,
importe la verdad, es acercar las percepciones a especialmente de tomar decisiones, de equivo-
la realidad del modo más fiel posible. Porque en carse, de fallar, de enfermarse, de no ser felices
esta cultura multimediática predomina el seducir y perfectos. A los hipermodernos no hay quién
sobre el convencer, la sobredosis informativa que les diga lo que es verdad, lo que es bueno, lo
bloquea y hace imposible una reflexión crítica y que deben hacer y, aunque quieren ser libres,
profunda de cualquier tema. El predominio de lo tampoco tienen idea cómo dar un paso ni hacia
emocional instaura una retórica de estereotipos y dónde. Son tiempos de una gran desorientación,
superficialidad constante que no permite la duda de un creciente relativismo moral que, a su vez,
o la pregunta crítica. ha traído el surgimiento de fundamentalismos y

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La era de la responsabilidad

fanatismos que idealizan el pasado, condenan el Las batallas ideológicas y políticas en las redes son
presente y no pueden dialogar con el que piensa hiperemocionales, frívolas y pasajeras, donde se
distinto. pasa de un tema a otro como quien cambia de
canal, en una especie de zapping de discusiones y
El narcisista posmoderno predica la autenticidad y agresiones o apoyos solidarios que solo quedan
la transparencia, mientras vive en la incoherencia en la fugacidad del mundo virtual, sin medir las
sin culpa, es gestor de su propio tiempo pero vive consecuencias. Se citan frases célebres de filóso-
quemado y agotado, es adaptable a los cambios fos de todos los tiempos, sin haber leído jamás
pero vive crispado por todo lo que no le gusta, alguna de sus obras y las adhesiones a cualquier
especialmente cuando tiene que renunciar a sus causa son parte de la moda o del entusiasmo
caprichos o ventajas adquiridas. Está cada vez momentáneo.
más informado pero poco formado, más abierto a
la diversidad de opiniones pero más influenciable, Los proyectos históricos no movilizan, ni los pla-
menos crítico y más superficial, más escéptico y nes políticos a largo plazo. Lo que moviliza es el
menos profundo. Confunde los deseos persona- fetiche de la innovación, del cambio por el cambio,
les y caprichos con sus derechos, y a su vez, cree del gusto de la novedad por la novedad misma,
que los derechos son para uno mismo, no para aunque sea algo viejo con nombre nuevo.
los demás. Parecería que solo existen derechos,
pero no deberes. Un panorama así podría parecer sombrío o
bastante desalentador, pero lo cierto es que ni
Las grandes estructuras socializadoras perdieron incluye a todas las personas ni lo explica todo. Es
autoridad y el individuo queda a la intemperie, ya simplemente una mirada que puede ayudarnos
que la liquidación de las costumbres y el olvido a entender algunos de los excesos contemporá-
de las tradiciones culturales ha desarticulado y neos y de esos sentimientos colectivos que pa-
complejizado las relaciones. Muchos hoy tienen recen no tener explicación sencilla. Los cambios
que pedir cursos de coaching o asesoramiento de época como el que nos toca vivir son tiempos
psicológico para aprender a escuchar, a respetar de grandes crisis, de cambios profundos que
al otro, a expresarse sin agresividad, a poner atraviesan a más de una generación y en los que
límites, a decir lo que sienten, etc. Es como si los van emergiendo nuevos valores y promesas de
valores también hubiera que comprarlos en el futuro, mientras también aparecen convulsiones
hipermercado. sociales fruto de la inseguridad y el desasosiego
por la falta de sentido para vivir.
La teoría final de la moda sacraliza la felicidad
privada de las personas y pulveriza las solida- El dominio de la lógica consumista en casi todos
ridades y conciencias de clase en beneficio de los campos de la vida parece ser una de las prin-
las reivindicaciones y preocupaciones perso- cipales causas de la frivolidad y la inestabilidad
nales… Hemos llegado a un momento en el de los vínculos. Debates sociales sobre cuestiones
que la comercialización de las formas de vida bioéticas como la eutanasia se plantean como si
no tropieza ya con resistencias estructurales, fueran solo una cuestión de libertad individual, ig-
culturales o ideológicas, y en el que las esferas norando las consecuencias sociales sobre los más
de la vida social e individual se reorganizan en vulnerables, y no se analizan los presupuestos
función de la lógica del consumo… Que la ló- antropológicos que hay detrás de esos proyectos.
gica de la moda y el consumo ha impregnado
las crecientes dimensiones de la vida pública y La presunción actual de que todas las cosas giran
privada es un hecho evidente. No es lo menos en torno a uno mismo, de que yo soy el centro del
que los individuos, privados de todo sentido universo y la realidad es mi realidad, va creando
de la trascendencia, tienen opiniones cada vez una incapacidad progresiva de entender que hay
menos arraigadas y cada vez más fluctuantes. otros modos de pensar y de ver el mundo. Y esto
(Lipovetsky, 2006, pp. 32-33) tiene consecuencias sociales y políticas devasta-

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doras: si lo único que importa es mi interés y las
cosas son solamente como yo las veo, ¿qué senti- «Se busca que los
do tiene hablar de bien común?, ¿cómo es posible
demás sean una
que entienda que tengo que aceptar límites a mi
egoísmo para dar lugar al bien ajeno? extensión de uno
Se escucha a personas que sostienen que no
mismo, una repetición
existe nada fuera de sí mismos. Y como van de la propia
creando un mundo propio sin los otros, se vuel-
ve innecesario comunicar a los demás el propio
subjetividad. Y si los
mundo, y cada uno vive en el suyo, en su verdad, demás confrontan mi
en su realidad. Es como si lo real fueran sola-
mente las experiencias subjetivas propias y todo
modo de ver las cosas,
lo demás fuera interpretable sin ningún límite simplemente dejan
más que el antojo personal. Si cada uno vive en
su mundo, no es posible un mundo común y la de interesarme.»
política pierde su horizonte más natural: el bien
común.

Los tiempos en los que existía el otro se han desaparecen, como por arte de magia. Crece en
ido. El otro como misterio, el otro como seduc- nuestros tiempos una gran incapacidad para vi-
ción, el otro como eros, el otro como deseo, vir el conflicto, para aceptar lo distinto, para vivir
el otro como infierno, el otro como dolor va en la diferencia, para ver al otro realmente como
desapareciendo. Hoy, la negatividad del otro es en realidad. Una persona autorreferencial se
deja paso a la positividad de lo igual. La pro- siente atacada cuando alguien piensa distinto,
liferación de lo igual es lo que constituye las porque no puede separar su identidad de sus
alteraciones patológicas de las que está aque- opiniones subjetivas. Por eso incluso calificará
jado el cuerpo social. Lo que lo enferma no es de intolerante a alguien por el solo hecho de no
la retirada ni la prohibición, sino el exceso de pensar igual.
comunicación y de consumo; no es la repre-
sión ni la negación, sino la permisividad y la La falta de lectura reflexiva, de pensamiento crí-
afirmación. El signo patológico de los tiempos tico, de interés por un pensamiento distinto que
actuales no es la represión, sino la depresión. no confirme las propias ideas, crea un ambiente
La presión destructiva no viene del otro, viene propicio para toda forma de fundamentalismos
del interior… la información ya no es informa- e intolerancia. El verdadero diálogo es hablar
ción, sino deformadora; la comunicación ya no con quienes no piensan igual. Lo igual no nece-
es comunicativa, sino meramente acumulati- sita dialogar ni encontrarse con lo diferente. No
va. (Han, 2018, p. 10.) pocas veces las banderas de la igualdad pueden
promover la exclusión y la expulsión de lo distin-
to. La igualdad de derechos no ha de confundirse
La tendencia sociocultural al narcisismo, a la con una homogeneidad social de ideas y puntos
autorreferencialidad, colabora con la incapaci- de vista.
dad de salir al encuentro del otro, de conocerlo
realmente y, por lo tanto, de amarlo de verdad, Varios filósofos contemporáneos creen que hay
de buscar su bien. Se busca que los demás sean una serie de valores de la modernidad que per-
una extensión de uno mismo, una repetición de manecen, como los fundamentos de los derechos
la propia subjetividad. Y si los demás confrontan humanos o la comprensión de unos mínimos
mi modo de ver las cosas, simplemente dejan de éticos humanistas que todos respetan, aunque
interesarme. Los puedo bloquear y simplemente sea teóricamente. La preocupación por la ver-

12
La era de la responsabilidad

dad y por las relaciones humanas es auténtica, espacio la charlatanería y el entretenimiento que
aun en medio del pragmatismo que solo busca la investigación científica o la reflexión filosófica.
la utilidad. Las iniciativas de jóvenes solidarios y
de movimientos de ayuda humanitaria son una El relativismo impone la conclusión de que no hay
muestra de la gran sensibilidad social de nuestro una verdad para todos, que todas las ideas están
tiempo, cuya paradójica contracara es el exceso al nivel de la mera opinión subjetiva. Pero si el
de individualismo. debate racional no tiene como objetivo el descu-
brimiento de la verdad como una posibilidad y
Las cosas más importantes de la vida no son una meta, aunque nunca sea plena, entonces no
útiles, ni superficiales, ni fugaces, sino que son hay razón para el debate más allá de la propagan-
las más profundas y las que permanecen. Lo que da de los propios intereses.
configura gran parte de la vida de las personas
no son, a pesar de todo, las redes sociales y el Nuestra situación intelectual está profundamen-
consumo, sino sus vínculos, a quienes aman y te marcada por la crisis que se desató cuando
por quienes son amados, la vocación humana de quedaron al descubierto los límites de la moder-
hacer del mundo un lugar mejor para todos. El nidad filosófica. En el mundo intelectual esa crisis
sentido de trascendencia no se apaga por vivir provocó una profunda confusión ante el cúmulo
hiperconectados. La pregunta por el sentido de de conocimientos disponibles y carentes de una
la vida y la sensibilidad por el sufrimiento ajeno orientación precisa; significó también una des-
siguen siendo el motor de la vida personal y de orientación ante el poder colosal de medios cuya
la convivencia social. En los tiempos de crisis, finalidad última es oscura; produjo así mismo un
todos los grandes pensadores recomendaron profundo descontento ante el oscurecimiento del
siempre volver a lo esencial, a lo que perdura, a sentido de la vida humana.
las raíces de la vida, a lo que de verdad nos hace
más humanos y mejores personas: amar sin Una de las novedades de nuestro tiempo es que
miedo, cuidar del otro. En una sociedad donde la apariencia de verdad de cualquier cosa, y la
se teme a todo, el coraje de los que se atreven emoción que suscita esta apariencia, es más
a salir del egoísmo cultural para pensar en los importante que la verdad misma (posverdad). A
otros es una luz de esperanza para los más vul- diferencia del que miente, que conoce la verdad
nerables. y la esconde para obtener algún beneficio, la
verdad ahora simplemente no existe, porque es
lo que cada uno crea. El problema no es que haya

6 Lade crisis
la verdad
gente que mienta, o que se manipule a millones
de personas, sino que todos terminamos partici-
pando de una cultura de proporciones mundiales
El exceso de relativismo ha ocasionado la contra- donde la realidad queda reducida a su apariencia.
rreacción fundamentalista e intolerante que viene Y en esta crisis se radicalizan las posturas relati-
creciendo en diversos contextos de crisis política y vistas y las fundamentalistas, ambas evitando el
social. El resurgimiento de movimientos neocon- auténtico diálogo e intercambio de ideas.
servadores con tonos fundamentalistas parece
encontrar un campo fértil en una sociedad donde
no hay valores fundamentales claros y comparti-
dos. El relativismo en todos los campos del cono-
cimiento ha dejado la ciencia al mismo nivel que
7 Los fundamentalismos y la
cultura de la intolerancia
la seudociencia, incluso hay quienes prefieren Cuando pensamos que los demás, por la simple
escuchar a un astrólogo o un vidente que a un razón de pertenecer a otro partido político o a otra
biólogo o un psiquiatra. En los medios de comu- religión, no tienen nada para aportarme, no dicen
nicación —salvo con la pandemia, en que se ha nunca la verdad, no tienen nunca razones que
vuelto a escuchar a la ciencia—, suele tener más deban ser escuchadas o son siempre sospechosos,

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nos encontramos claramente ante la demonización Por otra parte, sociólogos como Peter Berger
del otro. Pensar así no es algo nuevo en la historia (1994) sostienen que el fundamentalismo no es
de la humanidad pero, cuando vivimos una crisis exclusivo de la religión, porque hay laicistas y
cultural, la sed de seguridad y de certezas, la into- ateos fundamentalistas que no están dispuestos
lerancia y el miedo al otro despiertan en nuevas a cuestionar sus opiniones ni su militancia, ni su
formas de situarse ante los demás. El fundamenta- agresividad, ni su desprecio por los que discrepan
lismo se ha descrito como un fenómeno caracterís- con ellos. Comienzan a hacerse visibles también
tico de la crisis de la modernidad, de negación del fundamentalismos ideológicos y políticos que
otro. El problema con el concepto fundamentalismo atentan contra la democracia del mismo modo
es que tiene usos muy variados y es importante que los fundamentalismos religiosos. Podemos
para cualquier debate político actual sobre el tema ver que algunas ideologías que defienden un
ser más preciso en su uso. No es una novedad relativismo dogmático tildan de fundamentalista
que el adjetivo fundamentalista se ha vuelto de uso a todo el que pretenda discrepar con sus ideas,
frecuente en la vida cotidiana y, por ello también, lo cual muestra cuánto se abusa del término para
cargado de ambigüedades. Se lo suele usar como descalificar en forma estigmatizante a quien sim-
sinónimo de dogmático, integrista, autoritario, plemente piensa distinto.
terrorista, fanático y un sinfín de conceptos que no
se corresponden con su sentido original. Aunque Para muchos estudiosos de la cultura contempo-
también es cierto que es una categoría que abar- ránea, el fundamentalismo es una consecuencia
ca fenómenos diversos y complejos (Kepel, 1991; de la crisis de la modernidad y del relativismo
Kienzler, 2000; Gómez-Heras, 2008). ético, que genera una gran inseguridad y sed de
certezas. Más allá de sus diversas manifestacio-
Históricamente surge dentro de un movimiento nes, podemos encontrar algunos rasgos comunes
cristiano evangélico conservador opuesto a las (Mardones, 1993):
tendencias liberales o modernistas de la teología
protestante de finales del siglo xix y comienzos • Un sentimiento de minoría: los fundamen-
del siglo xx. En 1909, la Iglesia presbiteriana del talistas se sienten minoritarios y, aunque
Norte declaró como fundamentales (The fun- crezcan y sean mayoría en un determinado
damentals) cinco principios que no podrían ser contexto, no pierden el sentimiento de mi-
cuestionados por la exégesis moderna; el adjetivo noría postergada y combatida. Siempre son
se usaba con orgullo. Recién en 1920 apareció «la víctima», que teniendo la verdad absoluta
por primera vez en un periódico de Nueva York el ante la «mayoría desviada», justifican su ofen-
término fundamentalistas para designar a cristia- sividad y agresividad porque «en realidad, se
nos que se defendían de interpretaciones críticas están defendiendo». Así, algunos colectivos
y racionalistas de la Biblia. Con el tiempo se fue sociales se sienten autorizados a ser violentos
asociando el término a toda postura religiosa porque están ubicados como «víctimas», y su
que defiende una interpretación literal de sus agresión injustificada debería ser interpretada
textos sagrados (Biblia, Corán, etc.), o a quienes como defensa de sus derechos.
promueven una aplicación intransigente y suma- • Pensamiento maniqueo y sectario: dividen
mente estricta de su doctrina. Pero el término ha la realidad y las personas en buenos y malos,
ido tomando varias acepciones y, a partir de los nosotros y ellos, justos y pecadores, amigos y
atentados en Nueva York del 2001, se volvió de enemigos, lo cual los incapacita para cualquier
uso masivo para referirse a los grupos islamistas. diálogo y los predispone a la confrontación
Varios autores hoy escriben también sobre agru- violenta o a ignorar al distinto.
paciones fundamentalistas de origen judío, hindú • Tienen un proyecto sociopolítico: a diferencia
o budista, y en los últimos años presenciamos un del sectarismo, que muchas veces solo busca
gran crecimiento de la participación política del el beneficio del líder y del grupo, viviendo de
fundamentalismo evangélico en América Latina espaldas a la sociedad, el fundamentalismo
(Pérez Guadalupe y Grundberger, 2019). entiende que debe dar relevancia pública a

14
La era de la responsabilidad

sus postulados y que estos deberían ser asu-


midos por todos, sin excepción. «El nodo más
• Referencia a una tradición de pureza original:
se creen los poseedores de la auténtica inter-
problemático de la
pretación de sus doctrinas y la referencia de política en nuestra
mayor pureza ideológica o doctrinal (Fernán-
dez Ramos, 2008).
época no son las
• Obediencia ciega a la autoridad: todo es claro cuestiones técnicas,
y sencillo si se siguen las indicaciones de la
autoridad o de la comunidad, o del partido;
sino los cimientos
por lo tanto, todo lo que se necesita es obede- antropológicos y éticos
cer fielmente, sin vacilaciones. La renuncia a
pensar por uno mismo es condición necesaria de las sociedades
para ser parte de la comunidad. democráticas y, de modo
especial, los derechos
En un contexto sociocultural donde la inseguridad humanos.»
es moneda corriente en muchos aspectos de la
vida, la comunidad fundamentalista es un refugio
seguro para personalidades necesitadas de
certezas sólidas e inamovibles. Algunos estudio-
sos de la psicología de la religión entienden que a cuestiones sociológicas y pragmáticas, como si
el fundamentalista suele ser muy egocéntrico, todos los problemas políticos fueran cuestiones
incapaz de distinguir el mundo real del mundo de gestión administrativa, encuestas o resolución
del yo, incapaz de aceptar la visión ajena sobre de conflictos. Muchos ya no apelan a cuestiones
la realidad. La inseguridad interior en la que mu- éticas que todos deberían respetar naturalmente,
chos viven los mueve a buscar estructuras rígidas sino que ponen su esperanza en querer solu-
que brinden solidez y seguridad, con un discurso cionarlo todo judicialmente, o técnicamente en
paranoide que desconfía de cualquier matiz que manos de expertos.
se pueda hacer sobre su institución, partido,
iglesia o doctrina. El nodo más problemático de la política en
nuestra época no son las cuestiones técnicas,
La incapacidad para el diálogo y para la escucha sino los cimientos antropológicos y éticos de las
del que piensa distinto es la nota común de los sociedades democráticas y, de modo especial,
fundamentalismos. La inseguridad de que sean los derechos humanos, que, siendo una verda-
cuestionadas las propias certezas y el miedo al dera piedra fundamental del progreso moral de
otro, al diferente, a lo que no se comprende, es la humanidad, pueden verse sometidos a toda
fuente de violencia y discriminación que se siente clase de manipulaciones y deconstrucciones
autojustificada. relativistas o de lecturas fundamentalistas. El
fundamento de los derechos humanos puede
ser secuestrado por imposiciones de mayorías

8 Lafundamentos
crisis de los
éticos
políticas o por presiones de minorías. Y es que la
cultura jurídica occidental se ha fundamentado
en valores jurídicos radicales, por encima de las
Luego de este breve y parcial repaso por algunos decisiones de eventuales mayorías o de imposi-
de los problemas que están detrás de la crisis po- ciones plebiscitarias. El acuerdo logrado después
lítica, podemos entrever que la mayoría de nues- de la Segunda Guerra Mundial, por intelectuales
tros problemas no están en el plano politológico y líderes políticos de todas las culturas, desde
en su comprensión contemporánea, tan reducido Mahatma Gandhi hasta Theilhard de Chardin,

15
entendía que hay unos mínimos universales que
todos los seres humanos debemos respetar. El «Los líderes políticos
fundamento reconocido por todos fue la dig-
pueden no tener
nidad inherente de todo ser humano (Pallares
Yabur, 2020). Cuando esta dignidad se vio piso- respuestas para todo,
teada por regímenes totalitarios cuyo pragma-
tismo y relativismo ético los llevó a manipular a
pueden no resolverlo
su antojo el valor de la vida humana, las nacio- todo, pero no pueden
nes que acordaron esta declaración universal
entendieron que los fundamentos intocables de
evadir la
los derechos humanos eran prepolíticos y, por lo responsabilidad ética
tanto, reconocibles por todos. Lo cierto es que
como no se profundizó en las bases filosóficas
de dar el ejemplo a la
de dicho documento, quedó expuesto a inter- hora de construir una
pretaciones que relativicen sus fundamentos y
que hagan retroceder en el reconocimiento de la sociedad más justa,
dignidad de todo ser humano debido a intereses más dialogante, más
particulares. «Cuando el punto de referencia
de alguien es uno mismo y sus preferencias, respetuosa de la
entonces los derechos humanos no pueden ser dignidad humana y
nada más que un proceso político que cambia
constantemente» (Matlary, 2008, p. 38). menos irracional.»
Con el actual subjetivismo imperante en cuestio-
nes de derecho, cualquier pretensión de objetivi-
dad en las normas es tildado de fundamentalista abandonarlo después; el círculo de los valores
o antidemocrático. Incluso, alguien que pretenda superados y abandonados es siempre muy
defender un derecho fundamental ante un pro- vasto; constantemente se advierte más el va-
puesto nuevo derecho puede ser tratado pública- cío y la pobreza de valores; el movimiento es
mente de persona antiderechos. Los eufemismos incontenible —si bien se ha intentado frenarlo
en el lenguaje sobre los derechos humanos han con gran estilo—. Finalmente, el hombre se
creado mayor confusión todavía, empobreciendo atreve a una crítica de los valores en general;
el debate y dejando vacíos los conceptos. reconoce el origen; conoce demasiado para
no creer más en ningún valor; he aquí el
Se confunden deseos individualistas con derechos, pathos, el nuevo escalofrío… Esta que les cuen-
pero no importan los derechos de los otros, solo to es la historia de los dos próximos siglos.
los propios. Y los deberes que son inseparables de Describo lo que sucederá, lo que no podrá
los derechos no parecen interesar demasiado. No acontecer de manera diferente: el adveni-
se distingue ya lo público de lo privado y, negando miento del nihilismo. (F. Nietzsche, Fragmentos
cualquier norma universal, todo se vuelve una póstumos, 1885-1889)
pugna por imponer los propios gustos, valores e
intereses particulares al resto de la sociedad.

La ausencia de un fundamento donde apoyar la


vida en común es el drama de Occidente anuncia-
do por Nietzsche hace ya más de un siglo:
9 LaReflexión final:
responsabilidad política

¿No sucederá también que la política reducida en


El hombre moderno cree experimentalmente su horizonte y desfundamentada se encuentra
a veces en este, a veces en aquel valor, para necesitada de nuevas raíces, de un fundamento

16
La era de la responsabilidad

que le dé sentido y credibilidad? ¿A dónde va la perspectiva que comprenda sistemas complejos


política entregada al relativismo y al pragmatis- facilita la reflexión y el pensamiento crítico, por lo
mo? ¿No es esta falta de suelo antropológico y tanto, recupera la virtud de la prudencia, para así
ético común una herida abierta para el surgimien- tomar las mejores decisiones.
to de nuevas formas de fundamentalismos y sec-
tarismos de toda clase? ¿No estamos renunciando Pensar a largo plazo y en el bien común debe-
silenciosamente a los mínimos fundamentos del rá estar por encima de la estrechez de miras
edificio en el que se sostienen nuestras socieda- pragmática que domina nuestro tiempo. Quien
des democráticas? tiene una alta responsabilidad, cuyas decisiones
impactan sobre la vida de muchas personas, de-
No es posible adivinar el futuro, porque está en bería tomar en consideración que su lugar es un
gran parte en manos de nuestras decisiones, pero símbolo de orientación y de guía, de quien es ca-
también de factores impredecibles que no contro- paz de salir de intereses particulares para pensar
lamos y con los que tenemos que aprender a con- en el bien de todos. Un pensamiento de totalidad
vivir. Lo que sí podemos hacer es pensarnos con exige levantar la mirada y no quedarse atado a re-
mayor profundidad a nosotros mismos, no perder solver urgencias todo el tiempo, o a responder a
la memoria histórica, repensar críticamente nues- demandas de quienes lo aplauden o critican, sino
tro presente y decidir cómo queremos vivir y qué a prever el futuro con una mirada más honda.
futuro queremos construir para los que vendrán.
En tiempos de desorientación, los líderes políticos
Los grandes desafíos aquí sintetizados, y otros pueden no tener respuestas para todo, pueden
tantos que hemos dejado de lado pero que plan- no resolverlo todo, pero no pueden evadir la res-
tean grandes cuestionamientos a las formas de ponsabilidad ética de dar el ejemplo a la hora de
gobernar herederas de otros tiempos y de otros construir una sociedad más justa, más dialogante,
esquemas culturales, requieren de un nuevo lide- más respetuosa de la dignidad humana y menos
razgo ético en la política. Para muchos, la ética es irracional. Recuperar la vocación política en toda
una cuestión cosmética, una cuestión de imagen su nobleza exige estar a la altura del tiempo que
o de reputación. Sin embargo, se trata de algo se vive y hacerse cargo.
mucho más profundo y fundamental, que hace
la diferencia en el mundo que construimos con
nuestras decisiones, especialmente, de quienes
tienen responsabilidad sobre el bien común, cu-
yas decisiones afectan a todos los demás.

La gestión pública, aunque parece proyectada


hacia la suplantación tecnológica en muchos cam-
pos, precisará siempre de alguien que tome las
decisiones fundamentales, inicie procesos y de-
termine lo que hay que hacer y cómo. Y aunque
la tecnología cambia todo el tiempo, el liderazgo
ético puede ser el mismo que el de hace siglos,
pero podemos olvidarlo fácilmente, encandilados
por un futuro hipertecnológico.

Aunque no se puede esperar que los políticos


adivinen el futuro, sí se espera que puedan
anticiparse de la mejor manera posible, que sean
capaces de tener una visión de conjunto y de
la complejidad del mundo en el que viven. Una

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La era de la responsabilidad

Miguel Pastorino

Licenciado en Filosofía. Magíster en Dirección de


Comunicación. Actualmente prepara su doctora-
do en Filosofía en la Universidad Católica Argenti-
na. Ha realizado también estudios en psicología,
teología e historia de las religiones. Profesor de
alta dedicación del Departamento de Humanida-
des y Comunicación de la Universidad Católica del
Uruguay. Sus áreas de investigación son filosofía
de la religión, antropología y ética. Es columnista
en varios medios de comunicación.

Twitter: @MiguelPastorino

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