Libro Honrar La Vida en Cristo (OK)
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Honrar
La vida
En Cristo
Osvaldo Rebolleda
1
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Provincia de La Pampa
2
CONTENIDO
Introducción………………………………………………5
Capítulo uno:
Capítulo dos:
Capítulo tres:
Capítulo cuatro:
Capítulo cinco:
Capítulo seis:
3
Capítulo siete:
Capítulo ocho:
Reconocimientos………………………………………..123
Sobre el autor…………………………………………...125
4
INTRODUCCIÓN
5
enseñar la Biblia como si todo fuera lo mismo, porque
corremos el riesgo de formar una conciencia equivocada.
6
Hechos nos permiten observar externamente la obra de
Jesucristo y la gestión de la iglesia primitiva, pero son las
cartas paulinas las que nos otorgan las herramientas para
acceder a los misterios del Nuevo Pacto.
7
La asimilación de nuestras incapacidades, la
dependencia absoluta de la operación del Espíritu Santo, y el
conocimiento de las virtudes del Hijo deben ser, sin lugar a
dudas, el único camino hacia la verdadera honra. No
podemos honrar a Dios con nuestras buenas intenciones,
mucho menos con nuestros intentos de justicia basados en
nuestras propias obras. Debemos asumir y vivir en la gracia
de los hechos de Cristo.
8
Capítulo uno
HONRAR A DIOS
POR LA VERDAD
9
cuando una joven concibiera un hijo llamado Emanuel
(Isaías 7:14). Esto es trascendental, ya que Emanuel significa
“Dios con nosotros”, y eso fue precisamente lo que hizo la
encarnación: introdujo la esencia divina en la naturaleza
humana, un paso esencial para llevar a los hombres caídos a
la redención.
10
carpintero. Esta expresión de Jesús fue completamente
humana, por lo que la crucifixión lo mató. Sin embargo, la
resurrección lo santificó, elevando la naturaleza humana a la
divina, de modo que Él, pudo fundir al “Hijo de Dios” con el
“Hijo del hombre”.
11
que Él fuera Jesús, el hijo de José el carpintero, pero Su
humanidad fue santificada, elevada y transformada mediante
la resurrección, pudiendo así manifestarse abiertamente
como el Hijo de Dios con toda autoridad y poder divino.
12
Él sabe cuándo revelará a Su Hijo, incluso a través de
nosotros.
13
con nuestras propias fuerzas. Eso es exactamente lo que
hacen aquellos atrapados por la religiosidad.
14
a sostenernos como justos. Dios está comprometido por Su
justicia, y no por amorosos sentimientos. Él amaba al Hijo, y
aun así lo envió a la cruz. Debemos comprender el peso de
Su justicia. Dios nos sostiene en justicia porque
permanecemos en Cristo, y Él es justo. En 1 Juan 1:9, se dice
que si confesamos nuestros pecados, Dios es justo para
perdonarnos porque Cristo murió por nosotros y derramó Su
sangre por nosotros.
15
Todos necesitamos la justificación del evangelio, porque no
podemos obtener el favor de Dios ni escapar de Su ira a través
de nuestras propias obras.
16
hizo visibles a través de lo creado, y que por ello, los seres
humanos no tenemos excusa.
17
Esa gracia en la cual hoy los hijos renacidos de Dios
nos regocijamos se cerrará. No para nosotros, pero sí para
este mundo que detiene con impiedad e injusticia la eterna
verdad del Creador. Por misericordia, el Señor lleva más de
dos mil años anunciando el evangelio a través de Su Iglesia.
La oportunidad sigue abierta, y Él desea que el evangelio del
Reino sea proclamado en toda la tierra antes de que llegue el
fin (Mateo 24:14). Luego, el Señor vendrá, y manifestará Su
ira sobre todas las naciones de la tierra.
18
La Iglesia debe hacer lo que el mundo se niega a hacer:
reconocer la verdad y honrar a Dios poniéndola en práctica.
La iglesia del Dios viviente es columna y baluarte de la
verdad (1 Timoteo 3:15). Debemos honrar a Dios
reconociendo y valorando este privilegio tan grande que
tenemos.
19
“Por medio de Cristo, confiamos en Dios cuando decimos
esto. No queremos decir que nos creemos capaces de hacer
algo gracias a nosotros mismos, pues Dios es quien nos da
la capacidad para hacer todo lo que hacemos. Sólo Dios
nos hace capaces de ser sus siervos del nuevo pacto que él
ha hecho con su pueblo. Este nuevo pacto no está basado
en una ley escrita, sino en el Espíritu, porque la ley escrita
lleva a la muerte, en cambio el Espíritu lleva a la vida”.
2 Corintios 3:4 al 6 PDT
20
Capítulo dos
HONRAR A DIOS
POR LA JUSTICIA
21
Muchos poderosos de la tierra se creen con la potestad
de someter a las personas a su corrupción, de planificar
guerras, o de dañar el planeta de manera impune. Esto lo
vemos en naciones, en comunidades, en familias y aun en
congregaciones sometidas a la manipulación de liderazgos
abusivos. Sin embargo, todos los que viven fuera de Cristo,
serán juzgados ante el Señor (Salmo 9:19 y 20).
22
adquiridos. Se justifica de un modo u otro la desobediencia,
la falta de respeto, la falta de amor, la deshonestidad, la
infidelidad, etc. Pero el gran día, no habrá excusas.
23
No les resultaba fácil a estos judíos, despegar de una
consciencia formada en el entendimiento de su propia
justicia. Lamentablemente, esto también les ocurre a muchos
cristianos hoy en día, por eso Pablo pretende neutralizar ese
veneno espiritual producido por la justicia propia.
“Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también
perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la
ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los
justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán
justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley,
hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no
tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de
la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su
conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus
razonamientos, en el día en que Dios juzgará por
24
Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi
evangelio”.
Romanos 2:12 al 16
25
No debemos desestimar la dinámica de la vida espiritual que
fluye en nosotros. No debemos pretender que la vida sea
enmarcada dentro de los parámetros de la Biblia, sino
permitir que el Espíritu Santo vivifique la Palabra, para
comprender exactamente qué es lo que Dios desea de
nosotros.
26
a Cristo. La doctrina de los judaizantes era una mezcla de
gracia a través de Cristo, y obras a través del cumplimiento
de la Ley. Esta falsa doctrina fue discutida en el Concilio de
Jerusalén, en Hechos 15, y condenada enérgicamente por el
mismo apóstol Pablo en varias ocasiones.
27
otras demandas de la Ley. Las demandas de los católicos
modernos son el bautismo, la comunión, la confesión, la
caridad, etc. Las obras consideradas necesarias pueden haber
cambiado, pero tanto los judaizantes como los católicos
intentan merecer la gracia de Dios a través de la realización
de obras y actos rituales.
28
para ser justos ante Dios, sino que somos justos renacidos y
por tal motivo, hacemos sobras de justicia.
29
situación tampoco significa nada, si la vida de Cristo no está
operativa en ellos.
30
Sin la vida de Cristo, toda obra es muerta, y toda
justicia humana, ante Dios, solo es como trapos de
inmundicia (Isaías 64:6). Aparte de Cristo, nuestra
conciencia y nuestras manos están sucias. Nuestros intentos
de adoración solo serán obras muertas. Necesitamos la vida
de Cristo, porque solo Su vida puede producir verdadera
honra para el Padre.
31
Dios sea más ilustre, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que
da castigo?
32
“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay
quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se
desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga
lo bueno, no hay ni siquiera uno”.
Romanos 3:10 al 12
33
llegamos a ser la justicia de Dios. ¿Cómo no honrar al Dios
que nos concedió semejante gracia?
34
Capítulo tres
HONRAR A DIOS
A TRAVÉS DE LA FE
35
quien los judíos admiraban y honraban profundamente,
considerando a este patriarca como el padre de la nación.
36
La virtud de Abraham no fue su justicia, sino su fe. Él
nunca fue llamado el padre de la justicia, sino el padre de la
fe. En realidad fue su fe, la que le fue contada por justicia
(Romanos 4:3 al 5). Esto no significa que él haya sido
contado como un hombre justo por causa de sus obras. Todos
necesitamos ser justificados por la gracia de Dios, mediante
la redención que es en Cristo Jesús, incluso Abraham
(Romanos 3:24). Y en nuestro caso, además de ser
justificados, recibimos por la misma gracia, una medida de fe
para obtener las riquezas del Reino.
37
Tener fe, es lo que nos permite creer que Dios envió a
Su Hijo, Jesucristo, a morir en la cruz, para proporcionarnos
la salvación que nadie podría haber logrado por sus propias
obras. Jesús, como Dios hecho carne, es el único “Autor y
consumador de la fe” (Hebreos 12:2).
38
al hacernos nuevas criaturas, es la evidencia interior de la
justicia de la fe!
39
estableciera un pacto, salvo lo que Dios había dicho que
haría. Abraham recibió la circuncisión tiempo después, como
un sello de la aprobación de Dios. Esto muestra que Dios ya
lo había aprobado debido a su fe, y no por el acto de
circuncisión que los judíos insistían en implementar en la
Iglesia.
40
Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que
la promesa sea firme para toda su descendencia; no
solamente para la que es de la ley, sino también para la
que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos
nosotros”.
Romanos 4:14 al 16
41
Quien intente vivir por la Ley y transgreda tan solo uno
de sus mandamientos es culpable de toda la Ley (Santiago
2:10). Por lo tanto, era un grave error la actitud de los
judaizantes del primer siglo, y es aún más absurda en
aquellos que, hoy en día, afirman haber recibido la nueva
vida en Cristo, pero a la vez intentan obtener su propia
justicia ante Dios.
42
terrenal, sino que es espiritual: Simplemente, es la nación
celestial viviendo en estado de gracia y a la espera de todo lo
perfecto.
43
La frase “Hijo unigénito” se encuentra en Juan 3:16,
dicha por el mismo Jesús: “Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”.
La palabra “unigénito” se traduce del griego “monogenes”,
que puede interpretarse no solo como unigénito, sino también
como “único” o “el único”.
44
uno solo en Él. Por eso, el autor de la carta a los Hebreos se
refiere a la congregación de los “primogénitos” inscritos en
los cielos (Hebreos 12:23).
45
razonamientos y la vanidad de nuestros esfuerzos. Lo hace
para que todos los cristianos comprendamos que estamos
absolutamente descalificados para agradar a Dios, y vivir el
evangelio por nosotros mismos. Todo lo que recibimos, todo
lo que somos y todo lo que podemos hacer es por Cristo, en
Cristo y para la gloria de Cristo.
46
de manera natural, poniendo un claro énfasis en la
restauración de Israel como nación.
47
plenamente convencido de que era también poderoso para
hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su
fe le fue contada por justicia. Y no solamente con respecto
a él se escribió que le fue contada, sino también con
respecto a nosotros a quienes ha de ser contada…”
Romanos 4:18 al 24
48
aferrándonos firmemente a la Palabra que hemos recibido de
Dios (Filipenses 2:16).
49
Capítulo cuatro
HONRAR A DIOS
POR SU GRACIA
50
“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las
tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce
paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha
sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos fue dado”.
Romanos 5:3 al 5
51
Si comparamos la Iglesia de hoy en día, con la de otros
siglos más violentos, diríamos que se encuentra en una
cómoda situación, sin problemas tan frontales como los
vividos anteriormente, pero es claro que la vemos diluida y
sin el poder espiritual que debería estar manifestando. Es
cierto también, que podemos tener paciencia respecto de esto,
pero es fácil tenerla cuando nos encontramos cómodos. Esa
paciencia no produce otras pruebas, ni gloria espiritual, sino
más bien mayor pasividad.
52
delante del Señor. Aquí vemos que honramos la vida en
Cristo, cuando nuestra fe supera dificultades. La pregunta
sería: ¿Por qué la podemos asociar con la gracia? Porque las
tribulaciones no son desgracias, son el resultado de los
diseños divinos, y aunque no lo podamos comprender
fácilmente, hay gracia en todos Sus diseños.
53
dejo de preocuparme por todas las iglesias. Me enferma ver
que alguien se enferma, y me avergüenza y me enoja ver que
se haga pecar a otros. Si de algo puedo estar orgulloso, es de
lo débil que soy (2 Corintios 11:23 al 30).
54
Jesús no nos ha enseñado a ser víctimas, sino
vencedores responsables. Él dijo que si queremos ser dignos
de Él, debemos tomar la cruz y seguirlo. Dijo que si nos
aferramos a nuestra vida, la terminaremos perdiendo, pero si
la perdemos voluntariamente, la encontraremos de verdad
(Mateo 10:38 y 39). En otras palabras, si queremos honrar la
gracia recibida en Cristo, necesitamos tomar nuestra cruz,
amando más a Dios que a nuestras propias vidas.
55
cada día, la vida de Cristo se manifestará impactando nuestro
entorno.
56
No debemos rechazar la obra que el poder de la cruz
podría realizar en nosotros, porque si lo hacemos, nos
veremos en la inevitable necesidad de pasar por el mismo
terreno una y otra vez. Peor aún, vamos a sufrir mucho más
negándonos a la prueba que rindiéndonos a ella. Esto es
necesario aprenderlo, porque no se vienen tiempos fáciles
para la Iglesia y debemos aprender a consumirnos en la gracia
del Señor.
57
“Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues
mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él
seremos salvos de la ira.”.
Romanos 5:8 y 9
58
Iglesia como lo considere necesario para que, al final,
terminemos en victoria como está profetizado. Sin embargo,
también digo que si despertáramos a la suave voz del Padre,
no necesitaríamos despertar por medio de violentos
sacudones.
59
manifestación de Su propósito eterno. “Por eso puede
también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a
Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos
7:25). Si Dios nos salvó, siendo pecadores, impíos y
enemigos de Dios en nuestra mente, cuanto más ahora que
vivimos en Él, y que somos en Él, ¿Cómo no nos mantendrá
salvos de todo?
60
embargo, no trabajamos por ello, simplemente respiramos de
manera natural. Tampoco estamos dando gracias todos los
días por el oxígeno, sin embargo, sin él no sobreviviríamos
más que un par de minutos.
61
Una de las trampas más comunes que procura
tendernos el enemigo es hacernos dudar del perdón recibido,
a pesar de las promesas de la Palabra de Dios. Si
verdaderamente hemos recibido a Jesús como Salvador por
la fe, y todavía tenemos una sensación incómoda
preguntando si hay o no un perdón para nuestros pecados,
esto puede provenir de influencias demoníacas.
62
precio en nuestro lugar. Él murió en nuestro lugar para que
nosotros pudiéramos vivir en el suyo. Cristo renunció a todo
lo bueno que tenía, para tomar todo lo malo que nos
correspondía a nosotros. Así también, nos pide que
renunciemos a todo lo malo que somos y tenemos, para
recibir todo lo bueno que le pertenece a Él.
63
Capítulo cinco
HONRAR A DIOS
CON SANDIDAD
64
Es fundamental comprender que, en el momento en
que la gracia del Señor nos alcanza, no solo nos salva, sino
que también nos declara justos en la persona de Cristo. Sin
embargo, Dios no se conforma únicamente con declararnos
legalmente justos; Él desea trabajar en nuestras vidas para
que lo recibido espiritualmente se manifieste como una
realidad presente y palpable.
65
nos declara justos en Su presencia, sino que también busca
convertirnos en personas íntegras y justas ante el mundo.
66
Adán y Cristo actuaron en nombre de toda la
humanidad; ambos son representantes de la raza humana.
Adán, según Romanos 5:12 al 14, fue la cabeza natural de la
humanidad, y su acto de desobediencia sumergió a todo su
linaje en el pecado. Todos somos hechos pecadores debido a
este acto de Adán, pues nacemos con una naturaleza que no
puede hacer otra cosa que pecar.
67
somos pecadores. La naturaleza antecede a los actos que
producimos, y a la vez, es inevitable que esos actos se
manifiesten. Nos encontramos en un estado de
pecaminosidad porque Dios ha declarado bajo pecado a toda
la humanidad. Finalmente, somos pecadores también por
imputación: Adán actuó en representación de la raza humana
porque era su cabeza, y todos estábamos destinados a
descender de él.
68
principio es fundamental para entender que, de la misma
manera, la justicia de Cristo nos fue imputada por Su muerte
en la cruz.
69
la humanidad, consideremos que desde entonces, todos los
seres humanos mueren. Dios no creó al hombre para morir;
fue el pecado el que introdujo la muerte. Incluso si alguien
intentara criar a un niño en un entorno absolutamente aislado
de toda maldad, este aún terminaría pecando, porque el
pecado no es algo que se aprenda, sino el resultado de una
naturaleza caída.
70
pecado para condenación, pero el don vino a causa de
muchas transgresiones para justificación.”
Romanos 5:14 al 16
71
esperanza en el cambio de la humanidad, sino en la vida de
Su Hijo Jesucristo.
72
Eso solo puede ser el resultado de la gracia soberana. Analizo
esto detalladamente en mi libro titulado “Salvados por
Gracia”, y les aconsejo leerlo de manera responsable, antes
de opinar rápidamente sobre este tema tan controversial.
73
es la doctrina de la supremacía federal de la raza en Adán y
en Cristo. Dios sabía lo que la raza humana haría en Adán, y
por tanto, proveyó, aun en aquel entonces, una nueva Cabeza,
a fin de que pudiera declarar justos a los pecadores perdidos,
quienes no tienen ninguna justicia propia.
74
Dios nunca renunció a Su plan original. No entiendo
por qué algunos predicadores solo quieren sacar a la Iglesia
de la tierra y llevarla al cielo. Si el gobierno de Dios no llega
a ser completamente manifestado por la Iglesia en toda la
tierra, será porque el diablo ganó la partida, y todos sabemos
que eso no sucederá, porque Cristo lo venció en la cruz. Por
lo tanto, no hay otra posibilidad que la concreción de los
diseños del Padre, estableciendo completamente Su Reino
sobre toda Su creación, para lo cual, la Iglesia no debería
huir, sino ejercer su rol.
75
La mentalidad satánica es la independencia y la
anarquía humana. La mentalidad del Reino es pura y
exclusivamente hacer la perfecta voluntad de Dios. Por lo
tanto, debemos cambiar nuestros conceptos sobre la santidad,
porque santidad no es portarnos bien para alcanzar salvación.
Santidad es el resultado de ser santos renacidos, salvos y
consolidados en Cristo, que, dando genuinos frutos de
obediencia por causa de la vida que opera en nosotros,
honramos a nuestro Padre para que Su propósito sea
cumplido.
76
Es posible honrar a Dios con nuestra santidad, aunque
sigamos viviendo dentro de las limitaciones de nuestros
cuerpos carnales. Es verdad que estamos sujetos a pasiones y
emociones conflictivas, como la autocompasión, la ira y el
miedo. Al final, por más que procuremos vivir de manera
absolutamente pura, un solo pensamiento lujurioso o
codicioso estropeará la perfección y cancelará cualquier
intento de vivir por encima del pecado.
77
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
1 Juan 1:8 y 9
78
Capítulo seis
HONRAR A DIOS
POR LA VIDA
79
Este era el problema de los fariseos, que se esforzaban
por cumplirla y creían que realmente lo lograban. Por eso se
consideraban justos, pero en realidad seguían teniendo un
grave problema de corazón. Por esta razón, Jesús les decía:
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque
sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera
lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de
muertos y de toda inmundicia” (Mateo 23:27).
80
revela que somos pecadores. La amonestación o prohibición
contenida en la Ley, deja clara la debilidad de la carne o la
condición humana, pero esa virtud solo produce
condenación, porque no puede resolver el problema de la
humanidad. Esto es lógico, ya que Dios no otorgó la Ley para
resolver el problema, sino para evidenciarlo.
81
Debemos notar que Pablo no estaba discutiendo sobre
la Ley en relación con la pena del pecado, sino más bien,
sobre la Ley como una forma de vida para los cristianos. La
Ley no puede salvar, no puede producir libertad; de hecho,
Pablo dice que solo produjo muerte. Esta es la tragedia de
cualquier persona que procure vivir según la Ley. Es
lamentable que haya tantos cristianos por ahí, tratando de
vivir bajo sus demandas, creyendo además que en Cristo se
pueden convertir en judíos.
82
¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de
muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro.
Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas
con la carne a la ley del pecado”.
Romanos 7:18 al 25
83
han aprendido, como Pablo lo hizo, que sin Cristo, la
naturaleza humana no posee ningún bien.
84
Algunos consideran que Pablo escribió esto poniéndose en la
piel de un cristiano carnal; otros, que lo hizo recordando su
ceguera después de su conversión en el camino a Damasco;
y otros dicen que Pablo se refería a sus propios días de
inmadurez espiritual.
85
“Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el
pecado que está en mí”.
Romanos 7:20
86
contra la ley de nuestra mente y las intenciones de nuestra
nueva naturaleza. En realidad, hay cuatro leyes que se
mencionan en este versículo y en los que lo preceden: la Ley
de Dios, la ley del pecado, la ley de la mente y la ley de los
miembros. Excepto la Ley de Dios, estas leyes operan
directamente desde nuestro ser, y son inevitables.
87
pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la
ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su
Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado en la carne; para que la
justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no
andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Romanos 8:1 al 4
88
no encontramos lógico a Pablo, entonces no estamos
siguiendo correctamente sus razonamientos. “La ley del
Espíritu” que se menciona aquí, no solo se refiere al
principio de una nueva ley escrita, sino a la autoridad que
ejerce el Espíritu desde nuestro interior.
89
condenado a volver al polvo, porque es necesario que lo
mortal sea revestido de inmortalidad y lo corruptible de
incorruptibilidad (1 Corintios 15:53).
90
conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu
hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios,
éstos son hijos de Dios”.
Romanos 8:12 al 14
91
Capítulo siete
HONRAR A DIOS
POR SU AMOR
92
de Dios y bendecidos, no podemos o no debemos padecer
problemas es absurdo. Ese es un paradigma cultivado por la
mala enseñanza.
93
redimidos, sino que todo el universo físico lo será. La tierra
será llena de la gloria del Señor, y Su Reino será expresado
en todo lugar.
94
porque los tiempos finales traerán mucha hostilidad contra
los cristianos; sin embargo, sabemos esto y saldremos
victoriosos.
95
indestructibles, pero están sufriendo degradación y
destrucción.
96
Iglesia puede y debe manifestar el Reino hasta la venida del
Señor. Él es quien traerá la plenitud sobre nosotros y sobre
todo el planeta. Todo cambiará con Su venida, pero nosotros
debemos anunciarlo y vivir con intensidad la vida del Reino,
aun soportando las hostilidades del sistema, que sin duda
empeorarán.
97
posibilidad de la muerte de nuestros seres queridos? Si
alguien puede decir que no le importa, es porque ha decidido
alinearse con las tinieblas. Yo aborrezco la muerte y todo lo
que va produciendo en los seres humanos.
98
Recordemos que incluso lloró ante la tumba de Lázaro,
aun sabiendo que lo resucitaría. Nosotros no podemos ser
indiferentes al dolor que produce la muerte. Es verdad que
tenemos certeza en la esperanza del evangelio, pero debemos
sentir sinceramente la empatía por el dolor que sufre la
humanidad a causa de las perversas tinieblas.
99
“Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las
cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados”.
Romanos 8:28
100
Cuando veo a ministros que ejercen su liderazgo con
manipulación, actuando como si fueran dueños de la Iglesia,
me estremezco. Cuando veo a hermanos sin compromiso, que
no se congregan ni se sujetan a nadie, que están peleados con
otros hermanos, que hablan mal de sus líderes o atacan a la
Iglesia a través de las redes sociales, me pregunto si
realmente aman al Señor.
101
y aunque fue víctima de aberrantes injusticias, amó a los que
lo atacaron despiadadamente, incluso intercediendo por ellos
ante el Padre, diciéndole que no sabían lo que hacían.
102
abandonarnos humildemente en las manos del Señor. Lo cual
no digo que sea fácil, pero de eso se trata morir al “yo”.
103
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros,
¿quién contra nosotros?”
Romanos 8:31
104
“¿Quién acusará a los escogidos de Dios?
Dios es el que justifica”.
Romanos 8:33
105
fuimos perseguidos y asesinados como ovejas en un
matadero. Sin embargo, somos más que vencedores, porque
ni la más densa tiniebla puede apagar la luz. Incluso pueden
matar nuestro cuerpo, pero no pueden matar la verdad.
106
Capítulo ocho
HONRAR EL EVANGELIO
DEL REINO
107
todavía necesitaban ser salvados. Tenían religión, pero no
tenían justicia. Es verdad que poseían más que cualquier otra
nación, pero aun así estaban perdidos. El deseo de Pablo,
después de su conversión, era que la nación de Israel también
fuera salvada.
108
judíos que poseían la Ley. Incluso hoy en día, hay algunos
movimientos cristianos que procuran continuar con la
práctica de algunas tradiciones judías. Es por esto, que Pablo
reitera tanto esta problemática en sus cartas.
109
enceguecidos por Dios, hasta que entre la totalidad de los
gentiles escogidos por Dios (Romanos 11:25).
110
1:4). Es decir, es necesario predicar el evangelio de manera
directa y con unción, para que sea el Señor quien concrete
una obra que va más allá de nuestras buenas intenciones.
111
producirlo nosotros, quienes hemos recibido la gracia de la
vida.
112
que estaba viviendo, y realmente deseaba que todos ellos
también pudieran experimentarlo. Además, debo reconocer
que no podía callarme, incluso cuando pretendía hacerlo para
no ser cuestionado. No podía dejar de comunicar lo que
inundaba mi corazón.
113
Hoy en día, se enseña mucho sobre la necesidad de dar
buen testimonio y cuidar nuestra conducta ante todas las
personas, demostrando verdadero fruto espiritual. Esto es
muy importante, pero no debemos olvidar que en la tarea de
ser luz, el evangelio también debe ser anunciado con
palabras. Evangelizar implica llamar a los hombres a la fe en
Cristo comunicando la verdad.
114
Dios. Si es necesario, debemos permitir que se ofendan por
un momento, pues ese enojo puede permitir la operación del
Espíritu Santo en sus vidas. Debemos tener en claro, que lo
peor no es el enojo, sino la indiferencia.
115
nosotros debemos hacer nuestra parte, que es hablar el
evangelio del Reino.
116
Cuando los creyentes nos enfocamos en los beneficios
terrenales al evangelizar, estamos procurando despertar el
interés de las personas para que nos den una respuesta
afirmativa. Pensamos que los beneficios materiales son una
manera efectiva de convencer a los incrédulos, pero esa no es
la verdad del evangelio del Reino. Si queremos honrar a Dios,
debemos predicar el evangelio de manera correcta.
117
impartición de vida y regeneración recibida por la gracia. El
fundamento de todo es la verdad misma llamada Jesucristo.
Todo lo demás es un absurdo invento de los
bienintencionados que procuran congraciarse con los
pecadores con tal de llevarlos a su congregación.
118
La pregunta sería: ¿Alguien se arrepintió ante este
mensaje de Jesús? No, ni siguiera sus discípulos, que
ciertamente lo siguieron creyendo en la revolución, pero no
habían comprendido el Reino. Eso solo pudo ocurrir después
de la resurrección, cuando comenzó la operación del Espíritu
Santo en sus vidas.
119
más importante en la predicación del evangelio es la unción
que portamos, no el conocimiento bíblico, ni los argumentos
científicos respecto de la existencia de Dios.
120
Si vamos a decir junto al apóstol Pablo que no nos
avergonzamos del evangelio porque es poder de Dios,
entonces prediquemos el evangelio con sabiduría espiritual y
bajo la unción del Espíritu. El apóstol Pablo les dijo a los
corintios que había predicado el evangelio tal como lo había
recibido, sin quitarle ni añadirle nada (1 Corintios 15:3).
Recordemos que él recibió el evangelio por impartición de
vida y por revelación, no por estudiar teología.
121
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de
Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento, para
que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta”.
Romanos 12:1 y 2
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Reconocimientos
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Como en cada uno de mis libros, he tomado muchos
versículos de la biblia en diferentes versiones. Así como
también he tomado algunos conceptos, comentarios o
párrafos de otros libros o manuales de referencia. Lo hago
con libertad y no detallo cada una de las citas, porque tengo
la total convicción de que todo, absolutamente todo, en el
Reino, es del Señor.
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Pastor y maestro
Osvaldo Rebolleda
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