La Función de La Cláusula Penal
La Función de La Cláusula Penal
La Función de La Cláusula Penal
Asesor
DR. MARIO PARRA GUZMÁN
Asesor
DR. MARIO PARRA GUZMÁN
i
AGRADECIMIENTOS
ii
AUTORIDADES ACADÉMICAS
BENJAMÍN HERRERA
Fundador
iii
Nota de aceptación
______________________________________________
______________________________________________
______________________________________________
______________________________________________
______________________________________________
______________________________
Firma del jurado Nº 1
______________________________
______________________________
iv
RESUMEN
v
este, sancionar dicha conducta, o el cumplimiento imperfecto o el simple
retardo. Lo que se busca con la cláusula penal es sancionar la conducta
desviada del contratante incumplido, puesto que con su acción u omisión
violenta el principio general del derecho, conocido como pacta sunt
servanda. La cláusula penal como su nombre lo indica, es una pena, lo que
quiere decir que constituye una sanción, una aflicción, para quién con su
obrar transgredió algo; distinta es la reparación, la cual si hablamos en
términos de derecho penal, lo que mira no es al agresor sino a la víctima.
vi
constituida por dinero ante un posible incumplimiento y el pacto de arras
consiste en el pago o pérdida de un dinero, no por el hecho del
incumplimiento sino, por el ejercicio del derecho de retractarse o de
arrepentirse de la celebración de un contrato, derecho que precisamente
otorga la entrega de ese dinero; y la segunda consiste en que la clásula
penal solo se pagará cuando se presente la condición del incumplimiento,
mientras que las arras consisten en la entrega real y material del dinero aún
antes de la celebración del contrato.
vii
CONTENIDO
pág.
INTRODUCCIÓN 12
1.2. JUSTIFICACIÓN 17
1.3 OBJETIVOS 18
1.4 HIPÓTESIS 20
2. UBICACIÓN CONCEPTUAL 22
viii
pág.
2.3 DEFINICIÓN 26
ix
pág.
x
pág.
11.1 CONCLUSIONES 87
11.2 RECOMENDACIONES 89
BIBLIOGRAFÍA 91
ANEXO 1 94
ANEXO 2 103
xi
12
INTRODUCCIÓN
La cláusula penal es una institución que aunque muy discutida y aún sin
acuerdo entre la doctrina, según una corriente o teoría -y con la cual desde
un principio queremos manifestar que es por la que nos inclinamos, aunque
ya habrá tiempo más adelante para sustentar esta posición-, hace parte de
las garantías de cumplimiento que la normatividad permite estipular para
tener una mayor certeza de que las obligaciones se van a cumplir. Y con esto
se está diciendo que es una especie más de garantía que existe en nuestra
legislación, adicional a las que nuestro Código Civil define textualmente como
garantías con el término más genérico de cauciones, estas son la fianza, la
hipoteca y la prenda. Es decir que lo que con la cláusula penal se busca es
persuadir al deudor para que cumpla, pues de lo contrario tendrá que pagar
una pena que generalmente consiste en una suma líquida de dinero que
lógicamente le resultará más elevada o más gravosa con relación al
cumplimiento de la obligación, es decir que le resulta más beneficioso
cumplir, o para resumirlo en palabras fáciles se le aconseja al deudor que
cumpla porque de lo contrario va a tener que pagar mucho más.
Para iniciar el estudio objeto de esta tesis sobre la cláusula penal lo primero
que se hará será ubicar esta figura dentro de un contexto histórico-jurídico,
con el fin de que el lector conozca la evolución de la misma, posteriormente
14
se aludirá a la doctrina colombiana y a la regulación legal de dicha institución
objeto de nuestro estudio, además se citarán las definiciones que sobre la
cláusula penal han dado algunos autores al abordar sus estudios,
propondremos la nuestra, posteriormente expondremos las distintas
posiciones que sobre la naturaleza jurídica de esta institución existen y por
último analizaremos la compatibilidad de la cláusula penal con la obligación
principal, con la indemnización de perjuicios, lo referente a la lesión enorme
en la cláusula penal y por último la diferencia entre esta y el pacto de arras,
todo dentro de un orden lógico y coherente.
Así como en la vida cotidiana existen cosas que nos parecen tan obvias por
manejarlas a diario, y se nos hacen tan simples, que no creemos necesario
detenernos a pensar por un momento en ellas; igualmente dentro del mundo
jurídico encontramos figuras o instituciones jurídicas, que las personas
pertenecientes a este, imaginamos saber a la perfección, pero que en
realidad no son bien aplicadas.
1.2 JUSTIFICACIÓN
1.3 OBJETIVOS
1
PEIRANO FACIO Jorge. La cláusula penal. Bogotá : Editorial Temis, 1982 p. 105.
22
2. UBICACIÓN CONCEPTUAL
2
PEIRANO FACIO, Op.cit., p 21 - 49.
24
Gil, se pueden encontrar algunas referencias breves sobre la cláusula penal,
aunque no por esto dejan de ser de gran ayuda.
Con todo es este un tema bastante interesante y acerca del cual aún queda
mucho por decir.
Resulta útil mencionar por último la estipulación del artículo 867 del código
de comercio referente a la cláusula penal el cual es del siguiente tenor:
“Cuando se estipule el pago de una prestación determinada para el caso de
26
incumplimiento, o de mora, se entenderá que las partes no pueden
retractarse…”.
2.3 DEFINICIÓN
3
PEIRANO FACIO, Op. cit., p.15.
4
MARTY Y RAYNAUD, citados por TAMAYO LOMBANA ALBERTO. Manual de obligaciones.
Bogotá : Editorial Temis, 2003,. v. 3. p. 32.
5
GÓMEZ CALERO Juan. Contratos mercantiles con cláusula penal. 2 ed. Madrid : Editorial Civitas,
1983. p. 49.
27
equivale a la obligación de la otra parte y por esto es que se le denomina
accesoria por cuanto surge al momento de incumplirse la obligación principal.
“La pena convencional, pena de indemnización o pena prescrita”, es la
prestación que se debe por el hecho de haber estipulado la cláusula penal,
es decir es el objeto de la obligación (por lo general consiste en el pago de
una suma de dinero).
6
GÓMEZ CALERO, Juan. Op. cit., p. 57.
28
Después de estas precisiones doctrinales que a veces lo único que hacen es
confundir un poco, pero que son necesarias para enriquecer el presente
trabajo nos atrevemos a presentar nuestro concepto. El código civil
colombiano, define la cláusula penal en el artículo 1592 como: “…aquella en
que una persona, para asegurar el cumplimiento de una obligación, se
sujeta a una pena que consiste en dar o hacer algo en caso de no ejecutar o
retardar la obligación principal.”(lo resaltado es nuestro). La definición legal
de la cláusula penal claramente nos dice que es una garantía, cuando
expresa que se estipula para asegurar el cumplimiento de una obligación
(obligación principal); aunque es del caso aclarar que es incompleta puesto
que no menciona sino los casos en que no se ejecuta la obligación y el caso
en que se retarda, dejando por fuera la situación que se puede presentar
consistente en que la obligación se cumpla imperfectamente, lo que se puede
solucionar fácilmente interpretando este artículo en concordancia con los
artículos 1613 y 1614 del C.C., eso sí, sin incurrir en confusiones respecto a
la indemnización de perjuicios, pues ya más adelante tendremos oportunidad
de referirnos a la relación o diferencia que pueda existir entre estos dos
conceptos, ya que precisamente lo que pretendemos con este trabajo es
diferenciar la cláusula penal de la indemnización de perjuicios, dicho de otra
forma diferenciar la pena de la reparación. Los mencionados artículos
previenen en su parte pertinente lo siguiente: art. 1613 C.C: “la
indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro
cesante, ya provenga de no haberse cumplido la obligación, o de haberse
cumplido imperfectamente, o de haberse retardado el cumplimiento…” ; art
1614 C.C: “Entiéndese por daño emergente el perjuicio o la pérdida que
proviene “de no haberse cumplido la obligación o de haberse cumplido
imperfectamente, o de haberse retardado su cumplimiento…” .
Proponemos la siguiente definición: la cláusula penal es aquella estipulación
cuyo fin es dar mayor garantía de cumplimiento al acreedor de una obligación
(obligación principal) y que consiste en el hecho de sancionar al deudor
29
incumplido con el pago de una pena, que puede ser dar, hacer o no hacer
algo, sirviendo de medio de presión o amenaza, advirtiendo que resulta más
costoso para el deudor no cumplir lo convenido,” puesto que además de
tener que cumplir la obligación principal forzadamente”, tendrá que pagar
algo adicional (la pena), que por lo general consiste en el pago de una suma
de dinero. Consideramos de acuerdo con esta definición, que en nuestro
sistema jurídico la verdadera cláusula penal, concebida como una sanción
para el contratante que incumple solo se da en dos casos; que por
disposición legal deben ser pactados expresamente. El primer caso se
encuentra en la parte final del artículo 1594 del C.C, dicho artículo dispone:
Antes de constituirse el deudor en mora, no puede el acreedor demandar a
su arbitrio la obligación principal o la pena, sino solo la obligación principal; ni
constituido el deudor en mora, puede el acreedor pedir a un tiempo la
obligación principal y la pena, sino cualquiera de las dos cosas a su arbitrio; a
menos que aparezca haberse estipulado la pena por el simple retardo, o a
menos que se haya estipulado que por el pago de la pena no se entienda
extinguida la obligación principal. (lo subrayado es nuestro). El aparte final
de este artículo coincide con el verdadero sentido de la cláusula penal, que
es la sanción, la pena, la aflicción adicional que debe soportar el deudor
además de tener que cumplir por la fuerza la obligación principal. El segundo
caso se encuentra en el artículo 1600 del C.C que es del siguiente tenor: No
podrá pedirse a la vez la pena y la indemnización de perjuicios, a menos de
haberse estipulado así expresamente; pero siempre estará al arbitrio del
acreedor pedir la indemnización o la pena (lo subrayado es nuestro). Al igual
este artículo en la parte resaltada indica que una cosa es la indemnización de
perjuicios y otra muy distinta es la pena, tanto así que permite cobrar las dos
cosas a un mismo tiempo. En dos eventos mencionados anteriormente se ve
claramente la función que por naturaleza debe cumplir la cláusula penal, no
siendo de esta forma se desdibuja su esencia; por lo mismo se equivocan a
30
nuestro modo de ver aquellos que piensan o conciben la cláusula penal como
una indemnización anticipada de perjuicios.
El profesor Alberto Tamayo Lombana 7 define la cláusula penal como una
modalidad a la que está sometida una obligación y en virtud de la cual se
pacta un castigo o sanción por el retardo o incumplimiento en la ejecución de
dicha obligación, sanción que podrá acumularse con la indemnización
compensatoria ordinaria o con el cumplimiento de la obligación principal, si
así se estipuló.
7
TAMAYO LOMBANA. Op.cit., p. 31.
31
en donde se hallaran las diferencias entre la cláusula penal y el pacto de
arras.
Han surgido teorías que explican la función de la cláusula penal y las cuales
se pueden resumir así:
c) Función mixta, la cual incluye las dos anteriores, es decir que cumple una
función de garantía del contrato y a la vez es una liquidación anticipada de
los perjuicios para el caso del incumplimiento.
8
Estas distintas posiciones, se clasifican según el profesor TAMAYO LOMBANA, pero se
enriquecen con conceptos fruto de la investigación realizada.
33
Diversos autores se inclinan por la una o por la otra, pero lo importante es
desentrañar del origen remoto y de su verdadera función, la naturaleza
jurídica de la cláusula penal, claro está, que, aunque sin pretender ser los
poseedores de la verdad absoluta, llegar a la conclusión de cual es la que
verdaderamente explica a esta herramienta convencional.
9
La cláusula penal es una evaluación convencional y anticipada de los
perjuicios que ocasione el incumplimiento o el cumplimiento tardío de la
obligación principal. Desde este punto de vista la cláusula penal es una
obligación accesoria de la obligación principal, por medio de la cual los
contratantes fijan ellos mismos el monto de los perjuicios. Entre otros que se
matriculan dentro de esta doctrina se encuentran Planiol, Ripert, Boulanger,
Josserand 10 y aquí en Colombia el profesor Jorge Iván Ledesma Gil 11 . Según
este último doctrinante nacional, existen tres formas de liquidación de
perjuicios, que él clasifica como avaluación legal, avaluación judicial y
avaluación convencional de perjuicios.
La avaluación legal consiste en la que hace la ley dispone y que son los
intereses de mora tanto civiles como comerciales, la avaluación judicial es la
que hace el juez cuando dentro de un proceso ordinario establece el monto
de de la indemnización de los perjuicios y la avaluación convencional es la
que se estipula dentro de un contrato anticipadamente y que se llama
específicamente cláusula penal. Por lo tanto este autor se matricula dentro
de esta posición pero sin embargo encuentra algunas diferencias formales
9
Consideramos que resulta mejor calificarla como “avaluación” de acuerdo a lo enseñado por
LEDESMA GIL, Jorge Iván. Teoría general de las obligaciones. s./., Biblioteca jurídica Dike, 2003, p.
591 a 606., y no evaluación como lo hace el profesor Tamayo Lombana, Op.cit., p. 32.
10
TAMAYO LOMBANA. Op.cit., p. 32.
11
LEDESMA GIL, Op.cit., p 591 a 606.
34
más no sustanciales entre la avaluación judicial u ordinaria y la avaluación
convencional de perjuicios o cláusula penal, diferencias que se resumen de
la siguiente forma:
12
LEDESMA GIL, Op.cit., p. 591 – 606.
13
PEREZ VIVES, Álvaro. Teoría general de las obligaciones. Bogotá : Temis, 1955. v. 3, p. 325.,
citado por TAMAYO LOMBANA, Op.cit, p. 34.
35
esta teoría se estaría pagando doblemente un perjuicio lo que resulta
constituyendo un enriquecimiento ilícito.
Con esta teoría como insistentemente lo hemos expuesto es con la que nos
identificamos, puesto que como su nombre lo indica el objeto de la cláusula
penal es constituir una pena, como originalmente se concibió en el derecho
romano con la stipulatio poenae y que a través del tiempo fue perdiendo su
verdadero sentido.
Los que defienden esta posición mixta, consideran que la cláusula penal
participa de las dos naturalezas expresadas en los dos numerales anteriores,
es decir que cumple la función de ser una liquidación anticipada de perjuicios
y a la vez garantía de cumplimiento del contrato. Dentro de esta concepción
14
TAMAYO LOMBANA, Op.cit., 33.
15
El tratadista en mención aclara que “…creer que esta es la opinión definitiva de POTHIER acerca del
punto, sería extraer de su definición una consecuencia apresurada”. Tal parece que en la obra del
maestro TAMAYO LOMBANA no se tuvo en cuenta esta apreciación.
36
los representantes más importantes son De Ruggiero, Philippe Malinvaud y
Guillermo Ospina Fernández 16 .
Explica el doctor Tamayo Lombana 17 que esta idea fue de Savigny y que
esta teoría pretende hacer ver que la cláusula penal es un instituto que
permite llevar los efectos del contrato a un límite superior al normal, sin
alterar la esencia del contrato.
16
TAMATO LOMBANA. Op.cit, p 33.
17
Ibid., p. 33.
18
Consultar el capítulo 4 de esta monografía titulado LA CLÁUSULA PENAL UNA VERDADERA
GARANTÍA DE CUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES.
37
d) Pena moratoria, como modalidad de las anteriores, pues
constriñe al cumplimiento, es acumulable a la prestación principal y
puede liquidar por anticipado el daño ocasionable si el deudor se
constituye en mora.
19
BLANCO GÓMEZ, Juan José. La cláusula penal en las obligaciones civiles: relación entre la
prestación penal, la prestación principal y resarcimiento del daño. Madrid : Editorial Dykinson, 1996.
p. 19 - 20.
38
cubrimiento del riesgo en el que en realidad viene a constituir una
anticipada fijación del importe de los daños y perjuicios que
pueden derivarse del incumplimiento, sin necesidad de acudir a un
ulterior proceso para tal fijación 20 .
20
BLANCO GÓMEZ, Op.cit., p.20.
21
PEIRANO FACIO, Op.cit., p. 206.
39
22
ESPÍN ALBA, Isabel. La cláusula penal. Madrid : Marcial Pons Ediciones Jurídicas y Sociales,
1997. p 38.
23
MOSCATI en cita que hace ESPÍN ALBA , Op.cit p. 39.
41
una desaprobación de la conducta del causante de los daños, constituyendo
así una sanción, que acompaña a la reparación del daño 24 .
24
ESPÍN ALBA ISABEL. Op.cit., p. 40.
25
Ibid, p. 41.
42
además de el cumplimiento forzado de la obligación principal ( art. 1594 C. C)
y cuando se permite cobrar la cláusula penal además de los perjuicios
causados ( art. 1600 C. C).
26
PEIRANO FACIO, Op.cit., p. 3 – 4.
27
Ibid, p.4.
44
daños los confines que separan la idea de indemnización y la idea de pena
aparecen sumamente confusos.
28
Consultar el capítulo 8 de esta tesis titulado LESIÓN ENORME EN LA CLÁUSULA PENAL.
45
Tal vez para que lo expresado en el anterior ejemplo no fuera a prestarse
para abusos por parte del contratante fuerte y como algunos pensarán que
podría prestarse para sacar un indebido provecho patrimonial, un porcentaje
de lo que constituya la pena podría destinarse a la justicia, o a la inversión
social, puesto que lo que pretendemos no es defender una forma de
enriquecimiento injusto, sino un estímulo verdadero para el cumplimiento de
las obligaciones.
29
PEIRANO FACIO, Op.cit., p. 113
46
fundamentos de nuestra posición. La cláusula penal produce sobre la
persona del deudor un efecto coercitivo o intimidatorio; el incumplimiento de
la obligación principal por parte del deudor, generará consecuencias
gravosas para el mismo, lo que hace que su voluntad de cumplimiento tenga
una mayor energía. La cláusula penal despliega sus verdaderos efectos
cuando se produce el incumplimiento, se retarda el cumplimiento o se cumple
pero de una manera defectuosa. Sin embargo antes de ocurrir ese momento
la cláusula penal ya esta cumpliendo una función y tiene un efecto
anticipado, y es el de servir de amenaza, el de cumplir una función
intimidatoria para que el deudor realice la conducta adecuada. La palabra
garantía, da la idea de seguridad y por lo mismo se pueden encontrar
diversidad de garantías, constituyendo principalmente estas garantías la
afección de un patrimonio adicional o la afección de un bien en particular que
garantice con su valor pecuniario el cumplimiento de dicha obligación y en el
caso que nos ocupa, la obligación de pagar una suma de dinero más alta en
caso de no honrar el pacto, lo que encaja y cumple perfectamente la función
de lo que comúnmente nos da la idea de garantía.
30
BLANCO GÓMEZ, Op.cit, p. 47 - 48.
47
31
Dentro de la obra del profesor Peirano Facio , se encuentra también se
puede encontrar algunas referencias sobre la teoría de la garantía y los
autores que la han defendido a través de la historia. Tales autores son Stolfi,
De Ruggiero, Rava y Brugi; en Alemania Enneccerus, Kipp y Wolf y
modernamente Somarriva Undurraga. En general los autores mencionados
se inclinan a considerar que la clásula penal debe ser ubicada entre los
medios de aseguramiento de la obligación principal, es decir, entre los
medios de garantía del crédito.
31
PEIRANO FACIO, Op.cit., p. 10 - 11.
32
Consultar el capítulo 8, subtítulo 8.5 de este trabajo.
48
principal ya existe lesión enorme. Por el momento lo que podemos decir es
que el artículo 1601 del C. C, refuerza nuestra posición, porque lo que
permite es que se cobre como pena una cantidad igual al monto de la
obligación principal y que a la vez la obligación principal, también se cobre, lo
que tal vez podría dejar derogado tácitamente el aparte del artículo 1594 del
C. C, que ordena estipular expresamente la posibilidad de cobrar a un mismo
tiempo la obligación principal y la pena.
Igualmente el artículo 1592 del código civil define a la cláusula penal como
una garantía cuando expresa que es aquella en que una persona para
asegurar el cumplimiento de una obligación se somete al pago de una pena.
La conclusión de este capítulo se puede resumir en que la cláusula penal
nunca ha perdido su carácter punitivo, la cláusula penal sigue teniendo la
misma función primitiva que tuvo en el derecho romano con la stipulatio
poenae , y lo que ha pasado es que por el poco estudio que ha tenido, los
juristas la han mal interpretado, la cláusula penal es una y solo una y cumple
la exclusiva función de garantía de que hemos hablado: Solamente se da en
dos casos en nuestro ordenamiento jurídico, y aún se podría dar en un tercer
caso como lo sería el caso de exigir del deudor incumplido el cumplimiento
de la obligación principal, la cláusula penal y la indemnización de perjuicios,
lo que considera el maestro Tamayo Lombana 33 que es imposible. Los
demás casos que se presentan en nuestra legislación, dejando los dos
mencionados a un lado, pues constituyen la verdadera cláusula penal,
pueden ser llamados de otra forma, pero no cláusula penal. Por ejemplo el
caso en que se permite al deudor pagar la pena y librarse de la obligación
principal es lo que se denomina en el derecho español, multa de
arrepentimiento o multa poenitentialis, estipulación que cumple un carácter
33
TAMAYO LOMBANA, Op.cit., p.37.
49
eminentemente liberatorio, constituye una obligación alternativa o una
facultas alternativa del deudor. Así que otras modalidades de cláusulas
posibles para pactar en el contrato que no constituyan una verdadera
cláusula penal son las que se pueden definir como “liquidación anticipada de
perjuicios”; definición que los profesores de derecho le asignan a la cláusula
penal y repiten a diestra y siniestra en todas las universidades, transmitiendo
conocimientos erróneos, claro está, que a ellos también se los repitieron mas
de mil veces en las aulas.
50
En palabras del profesor Juan José Blanco Gómez 35 , para hacer una
aclaración respecto al hecho de que en Colombia se debe estipular la
posibilidad del cúmulo de la obligación principal y la pena, expresamente, no
sobra advertir que de acuerdo a la interpretación de los contratos, se puede
deducir de la intención de las partes cuál es el verdadero contenido de
determinada estipulación. No se encuentran obstáculos que puedan prohibir
el pacto tácito, siempre que se pruebe claramente, aunque en su contra
puede tener la presunción legal que reza cum id actum probatur, ut si
homo datus non fuerit, et homo, et pecunia debeatur. La facultad del
acreedor para ejercer esta posibilidad solo debe estar otorgada claramente;
lo que no solo involucra el pacto tácito, sino las posibles interpretaciones y
las presunciones, con tal que sean fundadas y produzcan un verdadero
convencimiento en el juez.
34
BLANCO GÓMEZ, Op.cit., p. 79.
35
Ibid, p. 81.
52
ya no la obligación principal en su forma original, sino por medio de su
equivalente en dinero, o sencillamente acordando una nueva obligación,
respectivamente; para el caso transcribimos las siguientes líneas de Pothier:
La forma como está redactado nuestro estatuto civil, permite de todas formas
a través de la interpretación de sus artículos, evidenciar claramente que el
cobro de la obligación principal y la pena es compatible. Puesto que el inciso
36
POTHIER, Robert Joseph. Tratado de las obligaciones. Argentina : Editorial Atalaya, 1947. p.
209.
53
primero del artículo 1601 deja sin efecto, al ser una norma posterior lo
consagrado por la primera parte del artículo 1594. Aunque ya habrá mas
espacio para esto, en el capítulo de la lesión enorme 37 , brevemente
sustentaremos nuestra posición: lo que estipula el artículo 1601, es en su
correcta interpretación, no que la pena pueda estipularse en un valor
equivalente a dos veces la obligación principal, sino algo que con números
nos puede dar el mismo resultado, pero que sustancialmente significa, que
para determinar el valor máximo de la pena, se debe obtener el duplo de la
obligación principal y que en ese duplo va incluida dicha obligación principal,
que constituye la mitad de él por lo tanto lo que sobra es otra mitad
totalmente igual, que es en lo que consiste la pena. Es decir que el artículo
1601 del código civil, estipula que siempre se cobrará la obligación principal,
y, que la pena puede consistir hasta en otro tanto igual al de la obligación
principal.
37
Ver capítulo 8 de esta monografía..
54
Los contratantes son libres de utilizar dentro de los límites que les impone el
ordenamiento legal, las herramientas jurídicas que les sirvan para llevar a
cabo sus fines. El Código Civil permite el cobro a un mismo tiempo de la
cláusula penal y los perjuicios, lo que es de la naturaleza de la misma, pero
que por un mal entendimiento y una mala redacción, debe ser pactado
expresamente. La razón por la que se permite acumular y por la que
precisamente se evidencia la equivocación de algunos, es porque la cláusula
penal no es una liquidación anticipada de perjuicios; lo que se pretende al
estipularla no es reparar el daño ocasionado al contratante si no sancionar la
conducta del deudor. Además resulta muy difícil tasar unos perjuicios
anticipadamente, es algo casi de meras posibilidades, - que son mucho
menos que las probabilidades - , y nadie es adivino para saber cuanto lo
puede perjudicar determinado hecho en un futuro. Por esto es que los
perjuicios se tienen que probar dentro de un proceso ordinario, para que se
condene a la indemnización, y si no se prueban sencillamente no hay
indemnización. Dicen los que defienden la tesis equivocada que la ventaja de
55
la cláusula penal es que solamente se exige judicialmente y de esta forma se
obtiene su pago, sin necesidad de probar los perjuicios y que por esto es
mejor pactarla para no tener que probar los perjuicios, tesis que es tan
errónea como la que más, y que con los mismos argumentos que la
defienden es que se puede contradecir, puesto que es lógico que no se
tienen que probar los perjuicios, porque sencillamente la cláusula penal es
una pena que los contratantes dentro de la autonomía privada estipularon,
para el hecho del incumplimiento y que es totalmente independiente y
diferente de los perjuicios causados. Por eso en el proceso penal, una cosa
es la pena, que constituye el reproche social para el delincuente, consistente
en la privación de su libertad y otra muy distinta es el resarcimiento de los
perjuicios ocasionados con el daño que se obtiene por medio de la
constitución en parte civil dentro del proceso penal o por medio de un
proceso autónomo ante la jurisdicción civil. Precisamente la cláusula penal es
el reproche para el infractor, analógicamente es la privación de la libertad
para el delincuente y por eso la indemnización de perjuicios es independiente
de esta, puesto que de la misma forma analógica dicha indemnización es lo
que constituye la reparación del daño y que se consigue en el proceso penal
a través de la constitución en parte civil, para obtener la reparación del daño
por parte del delincuente. Así de sencillo es de entender porqué la cláusula
penal se puede acumular con la indemnización de perjuicios. Razón tiene el
maestro Álvaro Pérez Vives 38 , cuando dice que la cláusula penal no puede
ser una liquidación anticipada de perjuicios, puesto que en la ley (se refiere a
la colombiana, pero esto se da también en el derecho comparado) se permite
que se cobre a un mismo tiempo la pena y la indemnización.
Es obvio que los jueces deben inadmitir una demanda cuando se cobre a un
mismo tiempo la cláusula penal y la indemnización de perjuicios, de no
haberse estipulado expresamente, porque de lo contrario conforme a la ley
38
Consultar capítulo 3, subtítulo 3.1.
56
colombiana estarían prevaricando, por hacer algo contrario a al ordenamiento
jurídico y además estarían contribuyendo a indemnizar dos veces y por lo
tanto una de esas dos indemnizaciones carecería de causa, lo que significa
que podría ser atacado por medio de la acción de enriquecimiento sin causa
(actio in rem verso).
39
BLANCO GÓMEZ, Op.cit., 78.
40
TAMAYO LOMBANA, Op.cit., p. 36.
57
b) El deudor está constituido en mora, entonces el acreedor puede exigir o la
obligación principal o la pena, pero no las dos cosas a menos que se halla
pactado expresamente que la cláusula se debe por el simple retardo (pena
moratoria en la doctrina española) o que la obligación principal no se
entienda extinguida por el pago de la pena.
41
TAMAYO LOMBANA, Op.cit., p. 37.
59
que sencillamente ya sea imposible realizarla; entonces la ley permite que se
tase el valor equivalente de esa obligación en dinero por que de lo contrario
el acreedor no tendría como hacer cumplir su acreencia. Nada impide que
cuando una obligación dineraria se incumpla, se pueda exigir su pago, la
cláusula penal pactada y los perjuicios que ocasionó ese incumplimiento o
ese retardo, puesto que por ejemplo si el acreedor contaba con ese dinero y
no se lo pagaron en la fecha estipulada y tuvo que pedir prestado esa misma
cantidad pero pagando intereses, el pago de esos intereses son los perjuicios
que se le generaron y esto es algo adicional a la obligación principal, así que
si tomamos como una regla que siempre la indemnización de perjuicios es
por equivalente, estaríamos dejando de cobrar los verdaderos perjuicios que
en el ejemplo son los intereses. Se equivoca el profesor Tamayo a nuestro
modo de ver pues los perjuicios por equivalente son solo una clase de
perjuicios, que los permite cobrar la ley colombiana en el caso de las
ejecuciones por obligaciones de hacer, pero no son los únicos perjuicios que
existen.
60
Hemos llegado al tema en el que consideramos que existe una de las más
erradas interpretaciones, en cuanto a su manejo a diario tanto por
profesores, litigantes, jueces, estudiantes y consecuencia de esto las
personas del común ajenas a toda formación jurídica también lo entienden y
manejan inadecuadamente, en lo cotidiano de los negocios jurídicos.
42
PEIRANO FACIO, Op.cit., p. 226 y ss.
62
perjuicios y por lo mismo los propios Azon y Dumoulin coincidieron en afirmar
que si la pena no alcanzaba a reparar el daño sufrido por el acreedor, este
podía reclamar el faltante mediante la indemnización de perjuicios. Pothier
defendió la posición de Dumoulin.
El código civil chileno al igual que el nuestro estable el monto máximo al que
puede ascender la pena, de acuerdo a los límites que considera justos. El
texto que se menciona esta establecido en el artículo 1544 del código civil
chileno que equivale al artículo 1601 del código civil colombiano. El problema
de la errónea interpretación se encuentra en la redacción de los
mencionados artículos que para el caso son equivalentes, y que confunde un
poco, tanto así que Peirano 44 la denomina una redacción sibilina, aunque a
pesar de afirmar esto incurre en el mismo error de entendimiento, puesto que
43
PEIRANO FACIO, Ob.cit., p. 234.
44
Ibid, p. 239.
64
lo esencial es establecer la importancia que tiene la última frase de los
mencionados artículos, la cual es: “incluyéndose esta en él”. Para mayor
claridad se transcribirá inciso primero del artículo 1601 del código civil
colombiano que es del siguiente tenor: “Cuando por el pacto principal, una de
las partes se obligó a pagar una cantidad determinada, como equivalente a lo
que por la otra parte debe prestarse, y la pena consiste así mismo en el pago
de una cantidad determinada, podrá pedirse que se rebaje de la segunda
todo lo que exceda al duplo de la primera, incluyéndose ésta en él.”
45
PEIRANO FACIO, Op.cit., p. 239.
46
TAMAYO LOMBANA, Op.cit., p. 40 - 41.
47
Ibid., p.40.
66
es demasiado confuso como consecuencia de la que se podría llamar
oscuridad gramatical en la redacción del mencionado artículo 1601.
El principio del inciso primero del artículo 1601 no es para nada confuso,
pues lo que dice es algo genérico que se puede aplicar en cualquier ejemplo
y es cuando en un contrato el deudor se obliga a pagar una suma de dinero
como contraprestación de, a lo que el acreedor se obliga como fruto de ese
contrato, -valga decir en un contrato de compraventa, el comprador se obliga
a pagar el precio, que consiste en una suma de dinero como
contraprestación de la obligación del vendedor de transferir el dominio del
bien y entregarlo materialmente-. Hasta aquí no hay ningún problema, ahora
viene la segunda parte del inciso primero en la cual se presenta la confusión;
este aparte dice que cuando así mismo se estipula que se incurrirá en una
pena por incumplimiento, la pena no puede exceder los límites que allí se
trazan y que si se hace caso omiso a esta disposición, el deudor puede
solicitar al juez que se rebaje el valor de la pena en lo que se halla excedido.
Ahora bien ya entrando de fondo en la materia lo importante de este análisis
es saber cuando es que se excede el límite fijado por la ley. Dice la segunda
67
parte de la norma en cita, que el deudor puede pedir que se rebaje de la
pena, todo lo que exceda al duplo de la obligación principal, - hasta aquí
sería cierto lo que se acostumbra cotidianamente- , pero luego dice,
incluyéndose la obligación principal en el duplo.
Quiero hacer otra aclaración por el error en que se incurre también como
consecuencia de esto, en los contratos de arrendamiento. Se piensa que la
cláusula penal solo puede pactarse por un valor máximo de dos veces el
68
canon de arrendamiento, pero esto es incorrecto. Lo que sucede con los
contratos de arrendamiento, es que por ser contratos de tracto sucesivo, se
confunde el valor del canon con el valor del contrato. De acuerdo a la ley
sustancial, el valor del contrato de arrendamiento es el resultado de sumar
los cánones de acuerdo al término del contrato, y en caso de haberse omitido
fijar un término, la ley presume que se ha celebrado por un año. Entonces en
un contrato celebrado por el término de un año, en donde el canon es de
$100, el valor del contrato es de $1.200, lo que constituye la obligación
principal, ya que el hecho de que se pueda pagar por periodos, no impide
que si el arrendatario a bien lo tiene, de una vez cancele desde el inicio del
contrato el año completo. Y es tan así que si por ejemplo al cuarto mes el
arrendatario decide irse, el arrendador puede exigir el cumplimiento del
contrato, lo que es lo mismo que afirmar que le puede exigir que le cancele
los ocho meses restantes del contrato. Por lo tanto y de acuerdo a lo
estudiado en cuanto a la cláusula penal, - que a estas alturas esperamos que
sea claro- , si la obligación principal en este contrato consiste en pagar
$1.200, la cláusula penal, puede estipularse hasta en $1.200 y no estará
afectada por lesión enorme. Es claro que el contrato no se celebra por
meses, sino por un año, lo que pasa es que se permite, ir pagando la
obligación a medida que se va disfrutando del bien. Otra cosa sería que el
contrato se celebrara por el término de un mes, como sucede con el contrato
de pensión, en este caso si se tiene en cuenta el valor de arrendamiento del
mes, pues es este el valor del contrato.
48
OSPINA FERNÁNDEZ, Guillermo. Régimen general de las obligaciones. 7ed. Bogotá : Editorial
Temis, 2001. p. 152.
69
además no queremos pasar por alto un comentario que hace dicho
doctrinante en una nota al pie de la página en cuanto al artículo 876 del
código de comercio, puesto que lo que para el profesor Ospina es un
absurdo jurídico, para nosotros es una mejor redacción comparada con la
que contiene el código civil en el artículo 1601, ya que da a entender lo que
hemos estado explicado a lo largo de este trabajo, que la pena consiste en
una suma igual a la de la obligación principal, más no al doble. Dicho autor
afirma:
49
OSPINA FERNÁNDEZ. Op. cit., p. 152.
70
un contrato con condiciones generales celebrado con
consumidores.
50
ESPÍN ALBA, Op.cit., p. 44 - 45.
72
Don Andrés Bello acogió este tipo de pacto y lo incorporó en el código civil
chileno de 1855 con esa doble significación: o como simplemente
confirmatorias del contrato; o como facultad de retractación o desistimiento
del compromiso atribuido a los contratantes 51 .
Las arras son denominas por lo mismo señal y en la doctrina italiana son
denominadas caparras 52 .
51
COLOMBIA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia del 10 de mayo de 1977. Magistrado
Ponente: Humberto Murcia Ballén; en el mismo sentido BONIVENTO FERNÁNDEZ. Los principales
contratos civiles y su paralelo con los comerciales. 15 ed. Bogotá : Ediciones Librería del Profesional,
2002. p. 43.
52
PEIRANO FACIO, Op.cit., p. 157.
53
Ibid., p. 158 – 161.
74
Las arras de retractación o desistimiento, reglamentadas por los artículos
1859 y 1860 del código civil, corresponden pues a aquellas en que la prenda
se ha dado con la intención de ofrecer a cada una de las partes contratantes
un medio de desistir del contrato mediante pena; quien las ha entregado
puede retractarse perdiéndolas; quien las ha recibido puede desligarse
pagando el doble al otro contratante, cuando la pena consiste en dinero, o si
esta consiste en otro objeto, restituyendo la cosa recibida más el equivalente
de esta en dinero.
54
COLOMBIA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia del 10 de mayo de 1977. Magistrado
Ponente: Humberto Murcia Ballén.
75
Si habiéndose estipulado arras confirmatorias el contrato se realiza, procede
entonces su restitución por quien las recibió o quien las dio, o imputarse a
buena cuenta del precio.
55
BONIVENTO FERNÁNDEZ, Op.cit., p. 46 – 47.
56
PEIRANO FACIO, Op.cit., p.160.
78
lleguen a causar ante el incumplimiento por parte de uno de los contratantes,
las arras penitenciales no constituyen una forma de resarcir los perjuicios
ante el incumplimiento; primero porque lo que sucede en este caso no es un
incumplimiento por parte de quien se retracta sino el ejercicio de un derecho
que se pactó en la convención y por lo tanto las arras constituyen el precio
mediante el cual se puede ejercer ese derecho.
Una vez vistas las tres clases de arras que existen en nuestro ordenamiento
jurídico, es preciso diferenciar la clásula penal respecto de cada una, pero
viendo la clásula penal de acuerdo a su verdadera naturaleza, la de ser
garantía, es preciso encontrar las similitudes para luego averiguar cuales son
las diferencias.
11.1 CONCLUSIONES
11.2 RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS
94
ANEXO 1
Magistrado Ponente:
Luis Sarmiento Buitrago
“1 Al tenor del artículo 1592 del C.C. la clásula penal es fuente de una penal.
“10 Al ser inconstitucional el artículo 1592 del C.C., por aceptar una fuente
contractual para una pena, también son inconstitucionales los artículos 1593
a 1601 inclusive, del C.C., por cuanto estos últimos, aún cuando regulando
99
diferentes aspectos de la cláusula penal, suponen todos la misma fuente
contractual”.
“Es cierto según la doctrina más acatada, esa cláusula es “el avalúo hecho
por las partes de los perjuicios a que pueda dar lugar la inejecución
(perjuicios compensatorios) o el retardo en la ejecución de la obligación
(perjuicios moratorios). O como dice la Corte suprema “es la estimación
anticipada del perjuicio que se causa a la otra parte por el incumplimiento de
100
lo pactado o por el mero retardo”. (Cs Civ. De febrero 21 de 1958; G.J. Ts
LXL, LXXXVIII, pags. 767 y 37 en su orden).
“4 Calificar esto de “cláusula penal” o “pena” no puede constituir, por
consiguiente, sino una impropiedad del lenguaje, conservada por inercia de
los países que sucesivamente como Código Civil el originado con mayores o
menores variantes en el Código de Bello.
CONSIDERACIONES:
5ª Los artículos 1592 a 1601 del Código Civil, objeto de esta demanda de
inconstitucionalidad, estatuyen lo relacionado con la cláusula penal en
materia civil o pecuniaria, o sea que constituyen la reglamentación a que
deben atenerse los contratotes que la estipulan voluntariamente para
asegurar el cumplimiento de una obligación.
RESUELVE
ANEXO 2
Magistrado Ponente:
Manuel Ardila Velásquez
I- Antecedentes
Primer cargo
Segundo cargo
Tercer cargo
V- Consideraciones
VI - Decisión