Sternhell
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Para empezar, este autor se basa en dos presunciones, la primera es que el fascismo
antes de convertirse en fuerza política, fue un fenómeno cultural, que surge de la
rebelión contra la Ilustración y la Rev. Francesa. La ascensión de los movimientos
fascistas y la toma de poder fascista en Italia fueron posibles sólo debido a la
conjunción de la acumulada influencia de la revolución cultural e intelectual con las
condiciones políticas, sociales y psicológicas creadas a fines de la primera guerra
mundial. → Rebelión cultural.
El segundo postulado que deriva del primero es que en el desarrollo del fascismo su
marco conceptual tiene un rol muy importante. El autor va a proponer que el fascismo
no fue un paréntesis en la historia contemporánea, el resultado de una infección, no fue
el producto de algún tipo de renacimiento maquiavélico, sino que es una parte integral
de la historia de la cultura europea.
Este cuerpo ideológico fue formado muchos años antes de 1914, y sustenta un proyecto
no conformista, vanguardista y revolucionario. Es una fuerza rupturista porque es capaz
de arremeter contra el orden establecido. Movimiento VANGUARDISTA, rompe con
lo establecido y es REVOLUCIONARIO porque de alguna manera, propone algo
nuevo.
Tienen semejanzas principalmente por su carácter totalitario, pero cabe destacar que las
diferencias no son menos significativas.
¿Cómo surge el fascismo? El ascenso del fascismo constituye una de las caras de la
revolución intelectual, científica y tecnológica que se impone en el continente europeo.
Es un fenómeno de la civilización que encarna el rechazo por excelencia de la cultura
política dominante a comienzos del siglo XX. Es el modelo ideal de una ideología
disruptiva, peor no puede ser definido únicamente a través de sus relaciones. Éste se
rebela contra los sistemas establecidos: liberalismo, marxismo, positivismo y
democracia.
Es una vía revolucionaria que se hace del liberalismo y del marxismo, es una tercera vía
revolucionaria entre estos dos conjuntos de ideas que dominan la vida política de la
época.
Así surge, a finales del siglo XIX una nueva síntesis, la del SOCIALISMO
NACIONAL, la primera forma del fascismo. Toma del marxismo el principio
fundamental de que la violencia es el motor de la historia. Tienen una idea de “nación
proletaria”, que los italianos comprendan que su país constituye, material y moralmente
una nación proletaria, es necesario establecer la paz entre proletariado y la nación.
Toman la lucha de clases para elevarla a un plano superior que es el de la guerra entre
colectividades nacionales.
Las cosas que unen SON POSITIVAS: Estado fuerte, individuo siempre al servicio de
la colectividad, clases sociales aunadas en un esfuerzo común en pro de la grandeza
nacional.
Las cosas que nos destruyen SON NEGATIVAS: Filosofía de la Ilustración, teoría de
los derechos naturales, el internacionalismo, el pacifismo deben destruirse, así como el
egoísmo de clase burgués o el egoísmo proletario, la democracia también que no es más
que la expresión de los intereses de clase de la burguesía.
Revisionismo revolucionario: conformado por una minoría que reconoce el fracaso del
marxismo, pero aun así rechaza el compromiso ideológico y político en el orden
establecido. Las vanguardias tienen que llevar adelante la revolución. Tienen éxito en
Europa del Este. No pretenden diluir el marxismo e interpretarlo bajo el prisma de la
democracia, sino retornar a las fuentes del marxismo para que vuelva a ser lo que nunca
debió dejar de ser: una máquina de guerra en contra de la democracia burguesa.
Mientras que en Austria, Polonia y Rusia hacen lo imposible por mantenerse pegados a
las teorías económicas de Marx, al aspecto determinista de su sistema, a la idea de
necesidad histórica, en Francia e Italia comienza una revisión anti materialista del
marxismo edificada sobre una violenta crítica a la economía marxista.
Los sorelianos se mantienen fieles a la idea de que todo progreso depende y dependerá
de una economía de mercado. De aquí que toda intervención en el engranaje de la
economía liberal, o toda legislación que interviniera en el libre juego de las fuerzas
económicas y sociales, representan un peligro de muerte para el socialismo.
El primero de estos tres datos que aseguran el ascenso del pensamiento fascista, es el
anclaje de la dinámica revolucionaria dentro de la economía de mercado, considerada en
su conformidad a las leyes universales de la actividad económica.
A este fascismo naciente, los sorelianos aportan la idea de una revolución que debe
erradicar el régimen de democracia liberal y con él sus normas intelectuales y morales,
sin romper, no obstante, todas las estructuras de la economía capitalista.
Las masas tienen la necesidad de mitos para avanzar, los sentimientos, las imágenes, los
símbolos, en ningún caso el razonamiento, impulsan a los individuos a la acción. De
Sorel, el fascismo va a incorporar la idea de que la violencia genera sublimidad
El estilo fascista que causa impacto por su agresividad, expresa la perfección de nuevos
valores éticos y estéticos. Todos los futuristas poseen culto de la energía, del dinamismo
y del poder de la fuerza, de la máquina y de la velocidad, de los instintos y de la
intuición, del movimiento de la voluntad y de la juventud.