Pardo Briceño Jennyfer Valeria

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA


Comunidad Educativa al Servicio del Pueblo
UNIDAD ACADÉMICA DE SALUD Y BIENESTAR

CARRERA DE PSICOLOGÍA CLÍNICA

LA DEPRESIÓN COMO UN FACTOR PREDISPONENTE


AL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN LA
ADOLESCENCIA

TRABAJO DE TITULACIÓN PREVIO A LA OBTENCIÓN DEL


TÍTULO DE LICENCIADA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA

AUTOR: JENNYFER VALERIA PARDO BRICEÑO

DIRECTOR: RAFAEL GERARDO YANZA MÉNDEZ, MGS.

CUENCA - ECUADOR

2023

DIOS, PATRIA, CULTURA Y DESARROLLO


UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA
Comunidad Educativa al Servicio del Pueblo
UNIDAD ACADÉMICA DE SALUD Y BIENESTAR

CARRERA DE PSICOLOGÍA CLÍNICA

LA DEPRESIÓN COMO UN FACTOR PREDISPONENTE AL


CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN LA
ADOLESCENCIA

TRABAJO DE TITULACIÓN PREVIO A LA OBTENCIÓN DEL


TÍTULO DE LICENCIADA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA

AUTOR: JENNYFER VALERIA PARDO BRICEÑO

DIRECTOR: RAFAEL GERARDO YANZA MÉNDEZ

CUENCA - ECUADOR

2023

DIOS, PATRIA, CULTURA Y DESARROLLO


DECLARATORIA DE AUTORÍA Y RESPONSABILIDAD
Agradecimiento

Quiero expresar mi gratitud más sincera a mi director de tesis, Rafael Yanza


Méndez, por su orientación experta y su dedicación incansable, que han sido
fundamentales para el desarrollo de este proyecto. Su amplio conocimiento, su paciencia
inagotable y su apoyo constante no solo han enriquecido mi investigación, sino que
también han sido una fuente de inspiración para mi desarrollo académico. Valoro
enormemente la oportunidad de haber trabajado bajo su dirección, y le agradezco la
confianza que me ha brindado durante todo este proceso.

Quiero también agradecer a los revisores finales de esta tesis, Olga Neira y Stalin
Songor, por su valiosa contribución para mejorar la calidad y el rigor de mi trabajo. Sus
observaciones detalladas y acertadas han enriquecido enormemente mi investigación,
orientándome hacia una exposición más clara y completa. Reconozco el tiempo y el
esfuerzo que invirtieron en revisar mi tesis, así como su compromiso con la excelencia
académica.

Jennyfer Valeria Pardo Briceño


Dedicatoria

Quiero expresar mi gratitud a mi amada familia, cuyo sólido apoyo ha sido el


cimiento de este viaje. A mis queridos abuelos, quienes generosamente me han otorgado
su sabiduría y amor incondicional. Gracias por compartir conmigo sus historias y
enseñanzas, las cuales han dejado una huella en mi corazón y han iluminado el camino
hacia este logro.

A mis hermanos y tíos/as, quienes han estado a mi lado en cada etapa de la vida,
apoyándome con risas y complicidad. Su respaldo incondicional y confianza mutua han
hecho más ligero este camino. Agradezco que siempre hayan sido mi apoyo en momentos
difíciles y que hayan celebrado cada triunfo como si fuera propio.

A mis padres, les agradezco la dedicación que han demostrado a lo largo de los
años. Reconozco que este logro no habría sido posible sin el apoyo práctico que me han
brindado en diversas etapas de mi vida. Deseo que este éxito también sea un reflejo del
impacto que han tenido en mi vida y en mi formación académica.

A mi pareja, quiero agradecerle su constante apoyo y comprensión, elementos


clave en este trayecto. Juntos hemos aprendido a enfrentar obstáculos, celebrando las
victorias y superando las derrotas. Este logro no es solo mío, sino nuestro, es un reflejo
de cómo hemos crecido y cómo hemos vencido dificultades juntos.

A mi mentor y guía, Rafael Yanza Méndez, le expreso mi más sincero


agradecimiento por acompañarme en esta travesía académica. Su sabiduría, paciencia y
dedicación han sido la brújula que ha orientado mi investigación hacia el éxito. Le estoy
profundamente agradecido por su orientación y por brindarme la oportunidad de aprender
bajo su dirección. Este logro es también fruto de su trabajo, y valoro enormemente su
contribución a mi desarrollo académico.

Dedico esta tesis a mi familia, que ha sido el pilar fundamental de mi vida. Su


apoyo, amor y sabiduría me han dado la fuerza y la confianza para alcanzar este hito
académico.

Jennyfer Valeria Pardo Briceño


Índice

Contenido
Resumen ........................................................................................................................... 8
Abstract ............................................................................................................................. 9
Introducción. ................................................................................................................... 10
Presentación del problema. ......................................................................................... 11
Pregunta de estudio. .................................................................................................... 12
Justificación. ............................................................................................................... 13
Objetivos. .................................................................................................................... 13
Metodología. ................................................................................................................... 14
Diseño. ........................................................................................................................ 14
Estrategias de búsqueda. ............................................................................................. 14
Desarrollo ....................................................................................................................... 15
Características del consumo de sustancias en la adolescencia en Latinoamérica .... 18
Sustancias adictivas .................................................................................................... 20
Prevalencia de consumo de sustancias psicoactivas en los adolescentes de América
Latina .......................................................................................................................... 21
La comorbilidad de la depresión y el abuso de sustancias ........................................ 24
Neurotransmisores en desbalance, la interacción entre la depresión y el consumo de
sustancias .................................................................................................................... 26
La depresión en relación con las sustancias psicoactivas ......................................... 28
La conexión entre la depresión y el uso de sustancias psicoactivas. ......................... 30
Conclusiones................................................................................................................... 35
Referencias bibliográficas. ............................................................................................. 37
8

La depresión como un factor predisponente al consumo de sustancias psicoactivas


en la adolescencia.

Resumen

Introducción. La adolescencia constituye una etapa de notables transformaciones en los


ámbitos fisiológico, social y psicológico, generando niveles de estrés y ansiedad que
aumentan la vulnerabilidad a dificultades de salud mental, como la depresión. En un
intento por mitigar estos sentimientos abrumadores, algunos jóvenes recurren al abuso de
diversas sustancias, incluyendo drogas y alcohol. Objetivo. El propósito de este estudio
es analizar la depresión como un factor predisponente al consumo de sustancias
psicoactivas en la adolescencia en países latinoamericanos. Metodología. Se llevó a cabo
la revisión bibliográfica cualitativa descriptiva, focalizándose en la relación depresión e
ingesta de sustancias en adolescentes de América Latina. Se utilizaron investigaciones
científicas de los últimos cinco años con alta calidad metodológica. Resultados. Los
hallazgos señalan una correlación entre la depresión y el consumo de sustancias
psicoactivas. Aproximadamente el 30% de los adolescentes con depresión ha
experimentado con sustancias como el alcohol y el cannabis, siendo el consumo de
alcohol más prevalente, iniciándose en edades comprendidas entre los 13 y 15 años.
Asimismo, se observa el consumo de marihuana entre los 14 y 16 años. Conclusión. El
análisis de los estudios revela que la depresión en los adolescentes de Latinoamérica
incrementa la probabilidad de recurrir a la ingesta de sustancias psicoactivas como un
mecanismo para hacer frente al malestar y alterar temporalmente su estado de ánimo. Este
comportamiento proporciona una sensación transitoria de calma, resaltando así la
complejidad de esta interacción y el establecimiento de un ciclo perjudicial de consumo
de sustancias como un modo de afrontamiento.

Palabras clave: Adolescentes, depresión, consumo de sustancias psicoactivas,


Latinoamérica
9

Abstract

Introduction. Adolescence is a time of remarkable physiological, social, and


psychological transformations, generating levels of stress and anxiety that increase
exposure to mental health difficulties, such as depression. In an attempt to mitigate these
overwhelming feelings, some young people use various substances, including drugs and
alcohol. Objective. This study aims to analyze depression as a predisposing factor to the
use of psychoactive substances in adolescence in Latin American countries.
Methodology. A descriptive qualitative literature review was conducted, focusing on the
relationship between depression and substance use in Latin American adolescents.
Scientific research from the last five years with high methodological quality was used.
Results. The findings point to a correlation between depression and psychoactive
substance use. Approximately 30% of adolescents with depression have experimented
with substances such as alcohol and cannabis, with alcohol consumption being more
prevalent, starting at ages between 13 and 15 years. Likewise, consumption of marijuana
is observed between 14 and 16 years of age. Conclusion. The analysis of the studies
reveals that depression in Latin American adolescents increases the probability of
resorting to the use of psychoactive substances as a mechanism to cope with discomfort
and temporarily alter their mood. This behavior provides a transitory sense of calm, thus
highlighting the complexity of this interaction and the establishment of a harmful cycle
of substance use as a way of dealing with depression.

Keywords: Adolescents, depression, psychoactive substance use, Latin America


10

Introducción.

La etapa de la adolescencia constituye el periodo crucial en la vida de una persona,


marcado por notables cambios físicos, emocionales y psicológicos que los preparan para
la vida adulta; durante esta fase, se producen transformaciones significativas en el cuerpo
con un rápido y sustancial crecimiento en altura, peso, además del desarrollo de
características sexuales secundarias; a nivel emocional, los adolescentes experimentan a
menudo fluctuaciones en su estado de ánimo, lo que los hace más propensos a la
impulsividad y la toma de riesgos; paralelamente, se observa un desarrollo psicológico,
en el cual comienzan a pensar de manera abstracta, reflexionando sobre el mundo de
forma compleja y siendo capaces de razonar y tomar decisiones lógicas (Martínez &
García, 2020).

Los adolescentes, en su búsqueda por establecer su identidad y adaptarse al


entorno social, a menudo enfrentan un proceso estresante, éste se origina en presiones
sociales específicas, como el deseo de integrarse al grupo determinado, la necesidad de
demostrar su valía y la tentación de experimentar vivencias novedosas así como la
posibilidad de participar en conductas que implican riesgos para sí mismos, es en este
contexto que se exponen al consumo de sustancias, incrementando la probabilidad de
enfrentar complicaciones tanto en su salud mental como física, en este sentido, resulta
esencial proporcionar apoyo y educación a los adolescentes para ayudarles a transitar por
esta etapa de manera saludable y segura (Serna et al., 2020).

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la depresión constituye


un trastorno mental común y grave con pronóstico negativo en el lapso de vida de los
individuos que la padecen, entre sus síntomas relevantes están las dificultades para
terminar acciones diarias, problemas de sueño y apetito, aislamiento social y
pensamientos suicidas. La Asociación Panamericana de Psicología (APA) enfatiza la
importancia de abordar los agentes de riesgo y los que desencadenan la depresión, que
incluyen aspectos ambientales, psicológicos y biológicos, como por ejemplo antecedentes
familiares de depresión, situaciones estresantes que ocurren cotidianamente, falta de
apoyo colectivo, entre otros (OPS). Por otro lado, la depresión en el adolescente se
muestra con caída del ánimo, melancolía y desinterés en las actividades del día a día, los
adolescentes tienden a tener una percepción negativa de su calidad de vida, lo que deriva
11

en emociones negativas que perduran en el tiempo generando así este trastorno


(Mosqueda et al., 2023).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) delimita las sustancias psicotrópicas


como aquellas que tienen la capacidad de afectar alterar la cognición, el estado de ánimo
y la percepción de las personas, se incluyen drogas como: el alcohol, marihuana,
opioides, cocaína, entre otros, además argumenta que los adolescentes son especialmente
vulnerables a los efectos producidos por el consumo debido a que el cerebro aún se
encuentra en desarrollo y es más sensible a los efectos de las drogas, el uso de estas
sustancias afecta negativamente el procesamiento mental y emocional de los jóvenes en
la etapa adolescente llegando a aumentar el riesgo de complicaciones en la salud psíquica
y física (OMS, 2018).

Presentación del problema.

El consumo de sustancias en la fase de la adolescencia conlleva riesgos para la


salud, no obstante, la frecuencia con la que los jóvenes consumen sustancias psicoactivas
influye en los hábitos de ingesta que con el tiempo eventualmente desencadenan en la
adicción y otras problemáticas relacionadas (Mosquera, 2022).

En particular, al abordar el consumo de drogas entre los adolescentes, se destacan


diversos factores de riesgo que explican la utilización de sustancias, por ejemplo, en el
ámbito familiar, la presencia de conflictos, la falta de apego, actitudes favorables hacia el
uso de alcohol y drogas, así como ciertos métodos de crianza, tales como expectativas
ambiguas sobre conductas, escaso control del comportamiento, refuerzo insuficiente e
inconsistencia en la conducta adecuada, son elementos identificados, este entorno
propicia la instauración de riesgos, generando condiciones que incentivan a los jóvenes a
iniciar el consumo (Ludeña, 2021). Estudios específicos indican que los adolescentes
colombianos de 12 a 17 años presentan un índice significativo de consumo de sustancias,
destacándose además un alto porcentaje de personas que inician la ingesta de sustancias
en el ámbito familiar (Morales, 2020). La correlación entre los factores familiares y el
consumo de sustancias resalta la importancia de abordar estas dinámicas para desarrollar
estrategias efectivas de prevención y tratamiento.

Estudios recientes en Ecuador han identificado diversas razones para el uso de


sustancias en los adolescentes, entre estas se encuentran la falta de apoyo familiar, la
12

presencia de jóvenes con economía insuficiente, desconocimiento de los daños causados


por las drogas, y la incertidumbre en los planes a futuro; en el caso específico del tabaco
y el alcohol, se añaden otras características como factores económicos, bajo nivel
educativo, la condición de tener un padre bebedor de alcohol. No obstante, es importante
destacar que la edad y la educación no se consideran decisivos en la patología, como
resultado, se ha observado que la identificación de signos de depresión y ansiedad se
posiciona como un elemento crítico que aumenta el riesgo de utilizar sustancias ilegales
en este grupo de población (Bravo & Castro, 2021).

En cuanto al consumo de cocaína, las cifras varían entre los países; sin embargo,
México, Colombia, Uruguay, Ecuador, Brasil y Chile presentan una mayor proporción de
consumidores, situándose entre el 2% y el 2.5%. Por otro lado, la mayor parte de las
naciones del Caribe tienen tasas de ingesta de cocaína que oscilan entre el 1% y el 2%;
en comparación con otras sustancias psicoactivas, se evidencia que los hombres presentan
una mayor propensión al consumo de tabaco y cannabis, esto se destaca en Chile, ya que
se registra la tasa más elevada de consumo en América Latina, alcanzando un 23.7% para
tabaco y un 30% para cannabis; en el Caribe, la República Dominicana lidera en el
consumo de tabaco con un 7.4%, mientras que, en Antigua y Barbuda, aproximadamente
el 25% de los adolescentes utilizan cannabis (Villaverde, 2022).

Por otra parte, la depresión induce al uso de sustancias, ya que los jóvenes recurren
a ellas como una estrategia para lidiar con los síntomas depresivos presentados, aunque
la sustancia brinda un alivio temporal, a largo plazo agrava los síntomas de la depresión
y dar lugar a una comorbilidad, como el abuso de sustancias, por ejemplo, el consumo de
alcohol disminuye la capacidad de una persona para controlar los pensamientos negativos
y las emociones de tristeza, desesperanza y ansiedad, aumentando así la posibilidad de
desarrollar depresión, ahora bien, la presencia de la depresión incrementa la probabilidad
de abuso de sustancias, ya que los individuos buscan alivio para sus síntomas (Mosquera,
2022). Este ciclo bidireccional entre la depresión y el consumo de sustancias destaca la
complejidad de la relación y subraya la importancia de abordar ambos aspectos en la
intervención y el tratamiento.

Pregunta de estudio.

¿Es la depresión un factor predisponente para el inicio y la frecuencia del consumo


de sustancias psicoactivas en los adolescentes?
13

Justificación.

En el seno familiar, se configuran tanto los elementos que brindan seguridad como
los que representan peligro para la juventud; la falta de apoyo, la deserción, el maltrato y
la inestabilidad familiar son experiencias vividas por muchos jóvenes; la conexión
emocional, el cariño y la interacción social son fundamentales para sostener los lazos
familiares, esto disminuye las repercusiones negativas en el entorno social, en este
contexto, la investigación desempeña un papel clave al identificar los componentes que
contribuyen a la coocurrencia de la depresión y el consumo de sustancias (Valarezo &
Muñoz, 2021).

Es crucial subrayar que la patología dual, la cual involucra tanto la depresión


como el consumo de sustancias, es un fenómeno común entre los adolescentes,
comprender la relación entre estas dos condiciones es esencial para los profesionales de
la salud, ya que ello facilita el reconocimiento y tratamiento adecuado de los adolescentes
con patología dual en la que los efectos a largo plazo incluyen dificultades tanto mentales
como físicas, que se derivan en problemas escolares y relaciones interpersonales
problemáticas, aumentando la probabilidad de continuar con adicciones en la vida adulta
(Terrero, 2022). Este análisis secuencial destaca la importancia de abordar las complejas
interrelaciones, la depresión y el consumo de sustancias para lograr una intervención
preventiva efectiva.

Objetivos.

Objetivo General.

Analizar la depresión como un factor predisponente al consumo de sustancias


psicoactivas en la adolescencia en países latinoamericanos.

Objetivos específicos

1. Investigar la relación entre la depresión y el consumo de sustancias


psicoactivas en la adolescencia en países latinoamericanos
2. Indagar el índice de consumo de sustancias psicoactivas en la población
adolescente Latinoamericana.
3. Fundamentar como la depresión llega a ser un factor predisponente para
el consumo de sustancias en los adolescentes
14

METODOLOGÍA.
Diseño.

Se realizó una revisión bibliográfica de corte cualitativo descriptivo a través de


estudios de calidad científica orientados en la depresión y el abuso de sustancias en los
adolescentes latinoamericanos con porcentajes recopilados en los numerosos estudios
ejecutados a lo largo de los años comprendidos entre 2018 y 2023.

Estrategias de búsqueda.

Para poder elaborar este documento se obtuvo información de diversas fuentes


bibliográficas como: Redalyc, Dialnet, Scopus, Elsevier, Web of Science, Scielo. Se
consideró las siguientes palabras para filtrar la información, depresión, depression,
consumo de sustancias, substance abuse, adolescentes, adolescents. Además, se incluyó
los operadores booleanos and, or, not.

Criterios de selección.

Criterios de inclusión

● Se consideró para la investigación la población adolescente comprendida


entre los 12 y 18 años de edad.
● Para la recopilación de información bibliográfica se estimó centrar el
estudio en base a los países de Latinoamérica.
● Las fuentes bibliográficas poseen una amplitud considerable de los
últimos cinco años, es decir se contempló desde el año 01/01/2018 hasta
30/02/2023 del presente año.

Criterios de exclusión.

● Investigaciones en donde no se encuentre los temas de interés, ya sea


depresión o el consumo de sustancia psicoactivas en los adolescentes
● Artículos que no cuenten con contenido comprobado científicamente por
medio de investigaciones.

Extracción de datos.

Por medio de las diversas herramientas de búsqueda se tomaron en cuenta 58


artículos de selección de los cuales 6 fueron excluidos puesto que no cumplen con los
15

criterios de inclusión, por lo tanto, la presente investigación se desarrolló con 48


documentos.

Se utilizó una ficha bibliográfica que contiene información de revistas científicas,


considerando los siguientes datos como investigadores, título de la investigación, año de
divulgación, metas del estudio, enfoque de la investigación, hallazgos obtenidos y
conclusiones extraídas. Esto permitió determinar la excelencia de los textos seleccionados
y analizar la fiabilidad y legitimidad en función de los objetivos de investigación de esas
publicaciones. Para llevar a cabo la extracción de datos, se realizó una búsqueda temática
utilizando diversos operadores booleanos. Posteriormente, se aplicó criterios de
exclusión e inclusión, teniendo en consideración revistas de alto impacto, y se organizó
la información según los años de publicación.

Análisis de datos

Para alcanzar los resultados, se llevó a cabo un enfoque cualitativo, resaltando las
contribuciones de diferentes autores con el objetivo de comparar y determinar su validez
científica, así como su relevancia para el estudio. Además, se tomó en cuenta los objetivos
planteados, el cual hace referencia a analizar la depresión como un factor predisponente
al consumo de sustancias psicoactivas en la adolescencia en países latinoamericanos.

Desarrollo

La adolescencia considerada como el periodo crucial en el desarrollo evolutivo


del ser humano, según la APA (2013) y la OMS (2018), se distinguen cambios biológicos,
psicológicos y sociales significativos, es la etapa en que el niño deja la infancia para
alcanzar mayor madurez convirtiéndose en púber. Este periodo dinámico implica no solo
transformaciones físicas y el desarrollo de características sexuales secundarias, sino
también adquiere la capacidad autorreflexiva en busca de autonomía e identidad, la misma
va acompañada de desarrollo cognitivo y emocional.

En este vaivén emocional, que se origina del despertar endócrino, surge también
la inquietud por ser adulto y hacer cosas que representen su madurez, la interacción con
los pares, la aceptación social, ser reconocido, juega papel de gran importancia, puesto
que es el momento de mostrar la congruencia de ser persona, a quien pertenece, de donde
viene y hacia dónde va, desde la perspectiva de adolescente; genera pugna con los otros
16

adolescentes y con la familia que ve que su niño ya quiere romper las reglas; entonces es
juzgado como irreverente, rebelde, majadero, desobediente.

Las diferencias que surge de la interacción social, familiar, escolar, pone al


adolescente en situación estresante, siendo un factor más de vulnerabilidad frente a la
lucha interna consigo mismo, cuando el joven no tiene los recursos psicoafectivos para
enfrentar a este cúmulo de incertidumbres, es ahí que las acciones de riesgo, patologías o
psicopatologías se hacen presente. El adolescente deja ver comportamientos inusuales,
notorios para los miembros de la familia.

En este contexto, la investigación sobre la diversidad de trastornos del ánimo que


desde la psicopatología pone en riesgo la salud mental de cualquier ser humano, en el
caso de los adolescentes revela la complejidad de cómo esta afecta. Estadísticamente, la
depresión, con síntomas persistentes como la tristeza, pérdida de interés en actividades
placenteras y alteraciones en el apetito y el sueño, emerge como desafío significativo que
compromete el desempeño escolar, las relaciones personales y el bienestar general de los
adolescentes (Rivera et al., 2018).

La Depresión Atípica, cuya sintomatología varía entre el incremento del apetito y


sueño lo que genera aumento de peso, se contrapone con la fatiga, debilidad y
sensibilidad, induce en el consumo porque buscan modificar esta sintomatología tiene el
adolescente la percepción errada de autocontrol. La Distimia, una forma crónica, de
menor intensidad y mayor persistencia de malestar, acompañada de sensación de vacío,
pesimismo, sentimientos de desesperanza, aunque los síntomas son menos agudos que en
el TDM, la prolongada duración promueve en los adolescentes la búsqueda de alivio
sostenido, y el consumo de sustancias se convierte en una estrategia para mitigar el
malestar constante (Tena & Castro, 2018).

La Depresión Reactiva a factores ambientales, desencadenada por eventos


estresantes o traumáticos que perduran en el tiempo dado que el adolescente no cuenta
con los mecanismos de afrontamiento psicoafectivos necesarios, permite que el
sentimiento de tristeza sea constante, el cómo piensa, siente y se comporta están anclados
al dolor, lo que provoca problemas emocionales funcionales y a hasta físicos. Emerge
como un componente clave en la relación entre la depresión y el consumo de sustancias,
los adolescentes afectados recurren a la ingesta de sustancias como el mecanismo de
17

escape ante experiencias dolorosas o situaciones ambientales desafiantes (Restrepo et al.,


2018).

Asimismo, la Depresión endógena, con desequilibrios neuroquímicos, con


cambios en la conectividad cerebral, y otros factores biológicos, genéticos, psicosociales
y cognitivos, asegura el camino a la depresión (Terrero, 2022), el adolescente reacciona
con ira al intenso sentimiento de tristeza, tiene dificultad para concentrarse, no tiene
motivación y su nivel de energía es bajo. Esta relación compleja entre la depresión y el
consumo de sustancias se manifiesta como un ciclo peligroso, donde los adolescentes
buscan alivio momentáneo, pero a largo plazo contribuye a la perpetuación de ambos
problemas (Bellon & Varescon, 2017).

El Trastorno Bipolar, caracterizado por oscilaciones entre episodios depresivos y


maníacos, durante los episodios depresivos, los adolescentes suelen sentir decaimiento,
tristeza y menos activos de lo que normalmente son. El lado opuesto cuando atraviesan
episodios maniacos, hiperactivos, irritables, mal genio, excesiva energía, pensamiento
acelerado, habla rápida, tienen conductas de riesgo; recurren a sustancias psicotrópicas
en un intento de estabilizar su estado de ánimo fluctuante, intensificando los riesgos
asociados con el trastorno (Arias et al., 2017).

La comorbilidad de la depresión con la ansiedad, es una combinación frecuente


en adolescentes deprimidos, amplía la vulnerabilidad puesto que la presión de ser exitosos
en la escuela, el entorno que lo percibe aterrador, las redes sociales y su efecto negativo
en la autoestima, las expectativas paternas a las que tiene que rendir, lleva a desarrollar
ansiedad social o ataques de pánico; la autoadministración de sustancias psicoactivas
logra interpretarse como una estrategia de afrontamiento dual, donde se busca aliviar la
carga emocional derivada de ambos trastornos (Tena & Castro, 2018). Este enfoque de
doble acción destaca la necesidad de intervenciones que aborden simultáneamente los
componentes depresivos y ansiosos, evitando el riesgo de mal manejo de la
automedicación.

Por otro lado, el Trastorno Depresivo Mayor (TDM), con síntomas severos, a más
de la tristeza, pérdida de interés, el placer y la frustración interfieren significativamente
en el funcionamiento global del adolescente, situación que no quiere sentir, lo que le lleva
a la búsqueda desesperada de alivio, conduciendo a los adolescentes a recurrir a sustancias
para mitigar el malestar emocional (Ramírez & Gómez, 2017).
18

El consumo de sustancias, definido por la APA y la OMS, se convierte así en un


mecanismo para lidiar con la depresión, evidenciando una conexión intrincada entre
ambos fenómenos (APA, 2013; OMS, 2018). El trastorno por uso de sustancias, según el
DSM-V, con su patrón compulsivo y problemático de consumo, genera deterioro o
angustia, y la OMS destaca la recurrencia y naturaleza crónica de estos trastornos,
subrayando la necesidad de un enfoque integral en el tratamiento (DSM-V, 2017; OMS,
2018).

Características del consumo de sustancias en la adolescencia en Latinoamérica

El consumo de sustancias entre los adolescentes se ha convertido en un desafío


significativo en el ámbito de la salud pública, tanto por la urgencia de intervención como
por que da lugar a problemáticas como comportamientos sexuales de riesgo, ideación
suicida, discapacidades, violencia, delincuencia y todo lo relacionado a la ingesta de
compuestos químicos como formas de experimentar con nuevas substancias entre ellas
las píldoras de la felicidad, pepas; cuyas consecuencias son complicaciones de la salud
mental, este problema ha experimentado notable empeoramiento en años recientes, más
aún visible tras la pandemia del COVID (Tena & Castro, 2018).

En México, el bienestar físico y mental de los adolescentes se ve afectado


negativamente por la creciente problemática de consumo de sustancias psicoactivas,
incluyendo alcohol, tabaco y drogas ilegales; en las escuelas se ha modificado la
preferencia de las substancias, pasando del uso de la marihuana en primer lugar al uso de
los inhalantes, posteriormente el crack, la cocaína, metanfetaminas. La utilización de
sustancias entre los adolescentes combina raíces diversas y complejas, en los cuales se
destacan los factores biológicos, dependientes de la predisposición genética que emerge
como un actor crucial pudiendo modular la vulnerabilidad del individuo y se suma los
cambios neurobiológicos en el sistema nervioso central, acentuando así la complejidad
de este fenómeno (Oliva, 2018).

El uso de sustancias durante la adolescencia conlleva consecuencias


desfavorables, manifestándose en problemas de salud física y mental, además de las
implicaciones directas en el comportamiento, vinculado con problemas de conducta,
como la delincuencia, la violencia y el fracaso académico, lo que afecta tanto a los
individuos como a la sociedad en general (Cordero & Vargas, 2021).
19

El análisis que hace Cabanillas en su investigación realizada en Perú en periodos


comprendidos entre 2007 y 2017, revela que la presencia de los adolescentes en el
consumo de alcohol, deja en evidencia los riesgos graves para su crecimiento físico y
mental, las variaciones en el consumo de bebidas alcohólicas entre los alumnos de
secundaria, independientemente del género, son el objeto de estudio, se observa el
aumento en la prevalencia de las adolescentes féminas, la industria del alcohol mediante
técnicas de marketing dirige a la población femenina la publicidad de consumo, dando
énfasis a la poca regulación y lo liberal que representa la autonomía de beber, lo que
plantea nuevas dinámicas en la evolución de los roles de género (Cabanillas, 2020).

El estudio realizado en Chile en el año 2023, destaca que en el grupo de


adolescentes entre los 10 a 19 años existen pruebas que indican los efectos perjudiciales
del consumo de sustancias en el desarrollo cerebral, ya que este proceso se completa
después de estas edades, el adolescente presenta una mayor vulnerabilidad, lo que resulta
en daños secundarios, tanto las áreas cerebrales encargadas del placer, las emociones y el
sistema de recompensa, como las responsables de las funciones ejecutivas, toma de
decisiones, memoria, planificación y atención, afectadas por el uso de sustancias
comúnmente utilizadas por los adolescentes, como el alcohol y la marihuana (Leal et al.,
2020).

Según los informes de la Secretaría Técnica de Drogas, departamento que


remplaza al Consejo Nacional para el Control de Sustancias Psicotrópicas y
Estupefacientes (CONSEP) de Ecuador desde el 2015, el uso de drogas legales como
alcohol y tabaco supera en prevalencia al consumo de sustancias ilegales como cocaína,
éxtasis y marihuana, entre otras. Según los resultados del estudio nacional sobre el
consumo de drogas en hogares llevado a cabo en 2021, se encontró que, en el rango de
edades entre los 14 y 17 años, el 71.3% de la población experimentó por primera vez el
consumo de alcohol.

Según el estudio longitudinal realizado en Argentina se destacó que un alto índice


de búsqueda de sensaciones se vinculó con el consumo de todas las sustancias, además,
tener amistades que consumían y padres que imponían pocas restricciones en el uso de
medios se asoció con el consumo de tabaco, mientras que percibir un bajo control y apoyo
parental se relacionó con el consumo de marihuana y cocaína ( Morello et al., 2019).
20

Se evidencian notables variaciones en las respuestas de hombres y mujeres frente


a las drogas, destacando la mayor susceptibilidad de las mujeres a experimentar efectos
secundarios adversos como anclarse a la adicción y dificultades en el bienestar
psicológico, estas diferencias de género encuentran su origen en una intrincada
interacción de factores biológicos, hormonales y sociales; en contextos específicos, como
el de México, se ha identificado una conexión significativa entre el género, la depresión
y el consumo de sustancias (NIDA, 2020).

Sustancias adictivas

Las drogas, conceptualizadas como, cualquiera sustancia química que ingresan al


organismo, poseen la capacidad de alterar el funcionamiento del sistema nervioso central,
con cambios notorios en la percepción, estado de ánimo y comportamiento. En el Informe
Mundial sobre Drogas 2022, difundido por la Oficina de las Naciones Unidas contra la
Droga y el Delito (UNODC), se aborda de manera exhaustiva la diversidad de sustancias
psicoactivas, destacando la necesidad imperativa de comprender sus efectos, patrones de
consumo y sus implicancias para la salud pública a nivel global.

El uso indiscriminado de sustancias y la consecuente dependencia representan


desafíos sustanciales en la salud a nivel individual, social y económicos, siendo objeto de
estudio especialmente en los campos de la salud y la psicología. El análisis detallado de
los factores biológicos y psicológicos subyacentes al abuso de sustancias se ha vuelto
esencial para comprender y enfrentar eficazmente sus consecuencias. La exploración de
los mecanismos biológicos, como las alteraciones en los neurotransmisores y los circuitos
cerebrales relacionados con la adicción, se entrelaza con la investigación psicológica que
examina los determinantes individuales y ambientales del comportamiento adictivo
(Borras, 2017).

La investigación sobre el abuso y la dependencia de sustancias se enfoca en


desentrañar los complejos mecanismos mediante los cuales estas afectan el cerebro,
centrándose especialmente en el funcionamiento de los neurotransmisores, que son los
mensajeros químicos encargados de transmitir señales entre las neuronas, la exposición a
sustancias psicoactivas desencadena alteraciones significativas generando
modificaciones notables en el estado de ánimo y el pensamiento de un individuo (Portero,
2017).
21

La categorización de sustancias psicoactivas, tiene múltiples criterios que abordan


desde los efectos en el cuerpo, el origen, la legalidad y el abuso, proporciona una visión
estructurada y comprensiva de la diversidad de sustancias y el daño específicos en la
fisiología humana.

Los fármacos depresores, como el alcohol, los opioides y benzodiacepinas, actúan


disminuyendo la actividad en el sistema nervioso central (SNC), estos medicamentos,
conocidos por sus efectos sedantes y ansiolíticos afectan la coordinación y generar
sensaciones eufóricas, dada la relevancia de estas sustancias tanto en la farmacología
como en la psicología, es esencial comprender cómo influyen en el SNC y, por ende, en
la salud y el comportamiento humanos (UNODC, 2022)

Contrastando con los depresores, los estimulantes como las anfetaminas, cocaína
y cafeína intensifican la actividad del SNC, generando sensaciones de euforia, aumento
de energía y disminución del apetito; la investigación científica y la atención pública se
centran en comprender los procesos biológicos y bioquímicos para abordar cuestiones de
salud pública y adicción de manera integral (UNODC, 2022). Esta perspectiva científica
y psicológica unificada permite una exploración completa de los efectos estimulantes y
los impactos en la salud mental y el bienestar general.

Finalmente, las drogas psicotrópicas, como la marihuana, LSD, éxtasis y


ketamina, destacan por su capacidad para afectar la percepción, el pensamiento y las
emociones, los diversos y profundos efectos de estas sustancias abarcan desde los
mecanismos neurobiológicos, fundamentan sus efectos hasta la evaluación de su
potencial terapéutico, considerando meticulosamente aspectos como los eventuales
efectos secundarios. (UNODC, 2022). Esta exploración integral desde una perspectiva
científica y psicológica contribuye a la comprensión completa de la complejidad de las
sustancias psicotrópicas y sus impactos en el individuo y la sociedad.

Prevalencia de consumo de sustancias psicoactivas en los adolescentes de


América Latina

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), en su


informe sobre la política de drogas en América Latina y el Caribe, resalta un cambio
fundamental en el enfoque, pasando de políticas predominantemente represivas a un
22

enfoque más equilibrado basado en evidencia (OECD, 2020). Esta evolución


contextualiza la discusión sobre las políticas de drogas en la región.

El aumento del consumo de cannabis entre la juventud, como se señala en la


publicación de la Universidad de Cartagena, suscita preocupación debido al impacto en
el bienestar mental de los adolescentes (Segura & Calíz, 2018). Se examinan los efectos
adversos del consumo, incluyendo un mayor riesgo de trastornos de ansiedad, depresión
y probabilidad de desarrollar psicosis, además se enfatiza la importancia de informar a la
comunidad sobre los riesgos asociados con los trastornos mentales, especialmente la
depresión que llevan al consumo de sustancias, se aboga por medidas preventivas para
reducir el consumo y se destaca la relevancia de estas recomendaciones para los
profesionales de la salud mental (Riofrío, 2018; Ramírez & Gómez, 2017).

La problemática del consumo de sustancias psicoactivas en la adolescencia es una


preocupación global que afecta a millones de jóvenes, como se evidencia en datos
recopilados de distintos países latinoamericanos, en México, la Encuesta Nacional de
consumo de bebidas alcohólicas y tabaco en 2022 revela que casi la mitad de los
adolescentes han experimentado con alcohol en algún momento, destacando la urgencia
de abordar este tema de manera efectiva (Segura & Calíz, 2018). En Colombia, el uso de
sustancias psicoactivas, con una prevalencia significativa, se centra en el alcohol, tabaco
y marihuana entre los adolescentes, subrayando la gravedad del problema (Ludeña, 2021).
Estas cifras demuestran la magnitud del desafío de salud pública que enfrentan los jóvenes
en la región.

En Colombia, la relación entre el consumo de sustancias psicoactivas y la


depresión en adolescentes es evidente, la Encuesta Nacional de salud mental en 2021
revela que el 20.5% de los adolescentes de 12 a 17 años que experimentaron con
sustancias ilegales también presentaban síntomas de depresión, subrayando la necesidad
de una solución urgente (Rueda & Velázquez, 2022). La transición a la adolescencia,
marcada por cambios físicos, mentales y sociales, aumenta la vulnerabilidad de los
adolescentes al consumo de sustancias, especialmente en presencia de factores como la
depresión, ansiedad, presión de grupo y la curiosidad por nuevas experiencias (López,
2021).

Ecuador no es ajeno a esta preocupación, con datos de la Encuesta Nacional de


salud y nutrición de 2021 que revelan un considerable porcentaje de adolescentes
23

consumidores de sustancias psicoactivas, destacando el alcohol como la sustancia más


prevalente (Palacios, 2019). En México, un estudio de 2018 pone de manifiesto una alta
incidencia de consumo de sustancias adictivas en adolescentes, siendo el alcohol la
sustancia más consumida, seguida por tabaco y marihuana (Álvarez & Carmona, 2020).
Estos hallazgos subrayan la necesidad de estrategias preventivas y educativas que
aborden los riesgos asociados al consumo de drogas adictivas entre los adolescentes.

El informe sobre el uso de sustancias psicoactivas (SPA) entre la juventud en


Guayaquil, deja ver estadísticas alarmantes, resalta la magnitud del problema en la ciudad.
El elevado porcentaje de jóvenes que han probado alcohol, tabaco y marihuana subraya
la necesidad de soluciones integrales; la asociación entre el uso de sustancias y elementos
de riesgo como la carencia económica, agresión y falta de oportunidades agrega
complejidad al problema (OECD, 2020; Tena & Castro, 2018). Estos datos refuerzan la
urgencia de intervenciones específicas y medidas preventivas en la ciudad.

Para abordar el uso de SPA entre los adolescentes de Guayaquil, se destaca la


importancia de aplicar medidas de prevención y terapia, con un llamado a la acción para
los profesionales de la salud, la necesidad de comprender las causas subyacentes y diseñar
intervenciones específicas se subraya como crucial para solucionar esta situación y
proteger la salud de los jóvenes en Guayaquil, el aumento del consumo de cannabis y los
desafíos específicos en esta ciudad, proporcionando una visión integral del problema
desde una perspectiva científica y psicológica (Rueda & Velázquez, 2022).

En un estudio realizado en Argentina, los resultados sobre el consumo revelan


incidencias de consumo actual entre los estudiantes que, en una encuesta realizada
aproximadamente 18 meses antes, habían negado haber utilizado alguna de estas
sustancias. No obstante, es relevante señalar que cerca del 10% admitió haber fumado, y
el 27% afirmó haber consumido una bebida alcohólica en el último mes. Además, casi el
35% de los estudiantes mostró susceptibilidad a fumar, y el 60,2% a consumir alcohol en
el próximo año (Morello et al., 2019).

Chile sobresale como el país con la mayor prevalencia de consumo de marihuana


entre los escolares, alcanzando alrededor del 41%, mientras que en otros países esta cifra
se sitúa por debajo del 25%. En cuanto a sustancias derivadas de la cocaína, se observa
un nivel de consumo menor; sin embargo, en estudiantes de secundaria, las cifras son más
24

elevadas en países sudamericanos en comparación con adolescentes de otras regiones


(Leal et al., 2020).

El consumo de sustancias en la adolescencia tiene consecuencias graves en el


desarrollo, vida social, salud de los adolescentes, desafíos de aprendizaje, problemas de
comportamiento y riesgos para la salud física son algunas de las repercusiones; la
prevención, con un enfoque especial en la salud mental, emerge como una táctica crucial
en esta batalla los factores de riesgo como la pobreza, el estrés, el aislamiento social y la
exposición a la violencia deben ser abordados mediante programas preventivos efectivos
(Montejano, 2022; Martínez & García, 2020).

Para combatir el consumo de sustancias, es esencial entender y abordar los


múltiples y complejos factores de riesgo, que incluyen aspectos individuales, familiares
y sociales, los trastornos mentales, comportamientos arriesgados y el abuso de sustancias
en el entorno familiar son elementos clave que contribuyen a este desafío, detener el
consumo juvenil implica una intervención completa a estos factores (Valarezo & Muñoz,
2021). En última instancia, la prevención y la comprensión profunda de los factores
subyacentes son esenciales para salvaguardar a los adolescentes de los riesgos asociados
al consumo de sustancias psicoactivas.

La comorbilidad de la depresión y el abuso de sustancias

La relación compleja entre la depresión y el consumo de sustancias psicoactivas


(SPA) destaca la importancia de comprender la patología dual, un fenómeno frecuente y
reconocido en el campo de las adicciones (González M., 2018). Cuando una persona
experimenta un estado de ánimo deprimido constante, manifestado en síntomas como
cansancio, pérdida de interés en actividades diarias y pensamientos autodestructivos,
indica un trastorno depresivo severo, cuando este trastorno coexiste con el abuso de
sustancias, se presenta la patología dual, afectando considerablemente el bienestar de los
individuos (Santos & Saura, 2020).

La definición de patología dual se refiere a la simultaneidad de un trastorno mental


y un trastorno por substancias psicoactivas (SPA), siendo un desafío creciente en la salud
pública (Ellis & García, 2022). Para quienes la experimentan, esta comorbilidad tiene
efectos perjudiciales en la salud física y mental, relaciones interpersonales, empleo y
estatus legal (Santos & Saura, 2020). La identificación temprana y el acceso al tratamiento
25

adecuado son fundamentales para mejorar la situación de aquellos afectados por la


patología dual (González M., 2018).

La patología dual, que involucra la coexistencia de trastornos psicológicos y de


consumo, impacta significativamente la vida y el bienestar de aquellos que la
experimentan; la depresión, siendo el trastorno mental más comúnmente vinculado con
los trastornos por uso de sustancias (TUS), desempeña un papel crucial en esta relación
(Contreras & Gómez, 2020). Esta interacción compleja entre la depresión y el consumo
de sustancias hace que la atención clínica y el tratamiento sean desafiantes (Ellis &
García, 2022).

El estudio de Contreras & Gómez, 2020, y Ellis & García, 2022, se centra en esta
relación, por un lado, la depresión se asocia al consumo de sustancias, y esta comorbilidad
afecta la salud de manera significativa, aumentando la probabilidad de enfermedades
graves y dificultades en diversos aspectos de la vida (Ellis & García, 2022). Esta relación
complicada y recíproca hace que la atención clínica y el tratamiento sean aún más
desafiantes (Contreras & Gómez, 2020).

El enfoque en la depresión como un factor de riesgo para el consumo de sustancias


se destaca en este estudio, la patología dual, que abarca el trastorno depresivo y el uso de
drogas, es una preocupación importante, ya que entre el 30 y el 50 por ciento de las
personas con depresión experimentan un trastorno por consumo de sustancias, siendo el
alcohol especialmente prevalente (Portero, 2017). Esta coexistencia representa un desafío
significativo para la salud pública, subrayando la importancia de aumentar la conciencia
y proporcionar la formación adecuada a los profesionales de la salud (Borras, 2017).

La salud y la vida cotidiana de quienes experimentan depresión se ven afectadas


significativamente por factores influyentes como lo son, el factores genéticos, eventos
traumáticos pasados y factores ambientales se entrelazan de manera intrincada,
contribuyendo a la aparición de esta patología dual (Mosquera, 2022). El manejo de estas
condiciones concurrentes requiere una estrategia multidisciplinaria, que incluya terapias
psicológicas, intervenciones farmacológicas y asistencia de servicios sociales y
comunitarios (López, 2021).

La relación entre la depresión y el trastorno por uso de sustancias es complicada


y recíproca, ya que la depresión es un factor de riesgo que aumenta la probabilidad de
26

desarrollar un trastorno por uso de sustancias, y viceversa, es decir, si el adolescente posee


un abuso de sustancias psicoactivas tiene una alta probabilidad de desarrollar un trastorno
depresivo (Contreras & Gómez, 2020). Los trastornos por uso de sustancias, que
involucran el uso problemático de SPA, abarcan una amplia gama de sustancias y afectan
la capacidad de una persona para funcionar en su vida diaria (Martínez & García, 2020).

Para mitigar los efectos negativos de la patología dual, estrategias preventivas


como el apoyo a la salud mental, el refuerzo de factores protectores y la educación sobre
los peligros del uso de sustancias y la depresión son fundamentales (Montejano, 2022).
Identificar y gestionar eficazmente esta compleja interacción de trastornos requiere
conciencia, formación adecuada y un enfoque integral por parte de los profesionales de
la salud (Santos & Saura, 2020).

Neurotransmisores en desbalance, la interacción entre la depresión y el


consumo de sustancias

La interacción compleja entre la depresión y el consumo de sustancias


psicoactivas (SPA) se revela a través del examen detallado de los neurotransmisores los
cuales son fundamentales en la comunicación neuronal (Torres, 2023). Desde una
perspectiva científica y técnica, los medicamentos que afectan a estos neurotransmisores
son una opción valiosa para el tratamiento de trastornos afectivos y el abordaje de
condiciones complejas como la depresión.

La asociación entre la depresión y el consumo de SPA encuentra su explicación


en cambios en los neurotransmisores cerebrales, donde la serotonina juega un papel
esencial, este neurotransmisor controla aspectos cruciales como el apetito, el sueño y el
equilibrio del humor, además las alteraciones en los niveles de serotonina están
vinculadas tanto a la depresión como al consumo de sustancias como el alcohol, la cocaína
y la marihuana que modifican estos niveles, exacerbando los síntomas depresivos y
contribuyendo a la coexistencia de estas condiciones (Pineda, 2017).

Los neurotransmisores, como la serotonina, son fundamentales en la regulación


emocional, especialmente en el contexto de la depresión, por ende, niveles reducidos de
serotonina se observan en individuos deprimidos, y la relación entre la depresión y la
ingesta de SPA, como la marihuana y el alcohol, está marcada por la disminución de los
niveles de serotonina, agravando los síntomas depresivos (Ramírez & Velasco, 2019).
27

La dopamina, otro neurotransmisor esencial vinculado al placer y la recompensa,


se ve alterada por el consumo de SPA, como drogas estimulantes y alcohol, esta alteración
induce sentimientos de euforia y recompensa, contribuyendo al desarrollo de dependencia
a estas sustancias (Torres, 2023). Otros neurotransmisores, como el GABA y los opioides
endógenos, también están implicados en la compleja relación entre la depresión y el
consumo de SPA. El GABA, neurotransmisor inhibidor que controla la ansiedad, se
asocia con el trastorno depresivo y el consumo de SPA, los opioides endógenos,
responsables de sensaciones de placer y recompensa, son deficientes en personas
deprimidas y consumidores de sustancias (Hernández & Coronel, 2016).

La norepinefrina, neurotransmisor crucial para la concentración, la atención y la


respuesta al estrés, está relacionada con la depresión, cambios en sus niveles, inducidos
por el consumo de sustancias como cocaína y metanfetamina exacerban la afección
depresiva (González J., 2021). Estos desequilibrios en neurotransmisores como la
dopamina, la serotonina y la norepinefrina generan adicción y anhedonia, un síntoma
depresivo (Hernández & Coronel, 2016).

La complejidad de la conexión entre la depresión y el abuso de sustancias,


influenciada por cambios en los neurotransmisores cerebrales, destaca la necesidad de
enfoques científicos y técnicos para el tratamiento mediante estrategias que busquen
restaurar los niveles normales de neurotransmisores en el cerebro a través de
medicamentos que son esenciales en el manejo de estas condiciones (Medina & Prada,
2022).

Factores genéticos, ambientales y psicológicos interactúan para desencadenar


desórdenes emocionales como la depresión y ansiedad que en gran parte sucede en los
adolescentes, la investigación destaca la fuerte influencia de los neurotransmisores en la
patogénesis de estos trastornos (Torres, 2023). Las fluctuaciones en neurotransmisores
como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina son fundamentales tanto para la
depresión como para el uso de sustancias (Medina & Prada, 2022).

Aunque los fármacos que afectan los neurotransmisores han demostrado ser
eficaces en el tratamiento de la depresión, es imperativo llevar a cabo una mayor
investigación para entender el mecanismo bioquímico en el que se procesa, esta necesidad
de investigación se basa en el reconocimiento de la complejidad de los trastornos
afectivos, considerando no solo neurotransmisores clásicos como la serotonina, la
28

dopamina y la noradrenalina, sino también otros elementos neuroquímicos relevantes,


como el GABA, el glutamato y el cortisol (Falcato, 2017). Estos neurotransmisores
adicionales desempeñan un papel crucial en la regulación del estado de ánimo y la
respuesta al estrés, y su influencia en los trastornos depresivos aún no se comprende
completamente.

El abuso de sustancias, como el consumo de alcohol afectan los


neurotransmisores, disminuyendo los niveles de ciertos mensajeros químicos y
aumentando el riesgo de depresión y ansiedad. Además, las fluctuaciones en estos
neurotransmisores durante la adolescencia, una etapa de crecimiento, plantean
interrogantes sobre la existencia de trastornos dada la adaptabilidad del sistema nervioso
central (SNC) en estas fases (Santos & Saura, 2020).

La depresión en relación con las sustancias psicoactivas

La interacción entre la depresión y el consumo de sustancias psicoactivas (SPA)


plantea un desafío significativo, siendo un problema de salud pública internacional
(Segura & Calíz, 2018). Esta comorbilidad no solo agrava los síntomas depresivos, sino
que también aumenta el riesgo de recaída y llega al punto crítico de inducir pensamientos
suicidas, así como también conducta suicida al no poder manejar los síntomas depresivos
y paralelamente aumenta la necesidad de consumo. Esto subraya la importancia de
comprender los factores de riesgo asociados y tomar medidas adecuadas en cualquier
planteamiento de intervención (Cordero & Vargas, 2021).

Factores como el historial de abuso de sustancias, alteraciones en la personalidad


y cambios en el estado de ánimo son elementos significativos de riesgo en individuos con
depresión. Además, se deben considerar factores cruciales como el entorno social, la
exposición a SPA durante la infancia o adolescencia, y la falta de manejo en la ingesta de
SPA (Cabanillas, 2020).

La depresión, trastorno mental que afecta a la integralidad del ser, lleva a


individuos deprimidos a recurrir al uso de drogas psicoactivas como una forma de
automedicación para aliviar sus síntomas. Sin embargo, esta estrategia a corto plazo da
lugar al riesgo de dependencia de drogas (Torres, 2023). Quienes sufren depresión
exhiben síntomas de adicción, incluida la necesidad persistente de consumirlas, la
incapacidad para dejar de usarlas a pesar de las consecuencias y la tolerancia
29

incrementada, el tratamiento de esta comorbilidad debe abordar aspectos como la


desintoxicación, la terapia de mantenimiento, la rehabilitación y el apoyo emocional
(González J., 2021). Detectar tempranamente esta comorbilidad y proporcionar una
intervención eficaz son fundamentales para frenar el deterioro de los síntomas depresivos
y las complicaciones derivadas de la adicción (Cordero & Vargas, 2021).

Sustancias psicoactivas como el alcohol, cannabis, cocaína, opioides y


anfetaminas son comúnmente utilizadas por adolescentes deprimidos para tratar la
depresión por sí mismos. Sin embargo, este autotratamiento trae consecuencias graves,
como la muerte, daño cerebral, enfermedades crónicas y problemas de salud mental y
cognitivos (Ellis & García, 2022). La dependencia de drogas se manifiesta como una
necesidad compulsiva de consumir SPA, los factores como antecedentes familiares de
adicción, trastornos de personalidad y experiencias traumáticas aumentan la probabilidad
de desarrollar dependencia (Ronzani, 2020).

La drogodependencia se caracteriza por la urgencia irresistible de consumir una


sustancia psicoactiva, acompañada de mayor tolerancia y signos de abstinencia al intentar
dejar de consumirla, incrementando la probabilidad de dependencia en personas con
depresión (Riofrío, 2018).

Medicamentos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación


de serotonina y de noradrenalina generan dependencia física, requiriendo un seguimiento
estricto de las indicaciones médicas, las benzodiacepinas, utilizadas comúnmente para
tratar la ansiedad en pacientes con depresión causa dependencia física y psicológica si se
usan a largo plazo o en dosis superiores a las recomendadas (Montoya, 2017). Es crucial
que los pacientes sigan las pautas médicas y mantengan una comunicación constante para
garantizar un uso seguro.

El uso responsable de medicamentos antidepresivos, bajo supervisión médica y


con comunicación abierta, es esencial para prevenir la drogodependencia, en caso de
desarrollar dependencia, buscar asistencia médica profesional es imperativa. (Montoya,
2017). La reducción gradual de la dosis bajo supervisión médica, este proceso conocido
como desescalada o retirada gradual, se realiza con el objetivo de minimizar los posibles
efectos secundarios y síntomas de abstinencia asociados con la interrupción abrupta de
estos medicamentos es fundamental en el tratamiento de la dependencia a los
antidepresivos, y para tratar los síntomas de abstinencia, en ocasiones se emplea otros
30

medicamentos que ayudan a aliviar síntomas específicos, como agentes ansiolíticos o


estabilizadores del estado de ánimo, el uso de antidepresivos en personas con riesgo de
drogodependencia debe ser supervisado estrechamente por profesionales médicos
plenamente informados de estos riesgos (Ramírez & Gómez, 2017).

La conexión entre la depresión y el uso de sustancias psicoactivas.

La depresión, una condición marcada por síntomas como la tristeza persistente,


disminución de la motivación, cambios en el apetito, trastornos del sueño y dificultades
de concentración, impacta a una considerable cantidad de individuos a nivel global. Este
trastorno se encuentra relacionado al consumo problemático de sustancias psicoactivas
(SPA) por la búsqueda de la autorregulación (Ronzani, 2020). La relación entre la
depresión y el uso de SPA se manifiesta a través de varios factores interrelacionados, en
primer lugar, los síntomas depresivos impulsan a individuos a recurrir al consumo de
estas sustancias, provocando cambios en el sistema nervioso central (SNC) (Contreras &
Gómez, 2020).

La depresión juega un papel crucial en el inicio y la perpetuación del consumo de


SPA, ya que aquellos con síntomas depresivos a menudo buscan alivio temporal a través
de estas sustancias, la falta de motivación impulsa a las personas a utilizar drogas o
alcohol como una forma de afrontar momentáneamente su malestar emocional
(Mosqueda et al., 2023). La autorregulación de la depresión mediante el uso de sustancias
proporciona brevemente un sentido de euforia y liberación emocional, lo cual resulta ser
atractivo y adictivo para aquellos que buscan una solución rápida y tangible (Vázquez,
2017). Sin embargo, esta estrategia desencadena un ciclo de dependencia y deterioro
progresivo de la salud mental, disminuyendo la capacidad de afrontar los desafíos
emocionales de manera saludable y fortaleciendo la conexión entre la depresión y el
consumo de sustancias.

La complejidad de la relación entre la depresión y las SPA se intensifica cuando


los efectos de las sustancias se desvanecen, dejando a los individuos con una sensación
de vacío emocional acompañado de una depresión más intensa; la alteración de los
sistemas neuroquímicos debido al consumo continuo de sustancias exacerba los síntomas
depresivos preexistentes y complica el proceso de recuperación (Borja et al., 2019). El
estudio realizado en Argentina destaca el riesgo significativo de desarrollar abuso de
sustancias en aquellos con depresión. (Ronzani, 2020).
31

Es esencial que los adolescentes comprendan la naturaleza pasajera de los efectos


positivos de las SPA, ya que el abuso repetido lleva a consecuencias adversas, como
adicción y problemas de salud, la prevención y la intervención temprana son
fundamentales, y educar a los adolescentes sobre los riesgos del uso excesivo de SPA es
beneficioso, el apoyo de adultos, como padres y maestros, es crucial para aquellos
adolescentes que necesitan ayuda (Oliva, 2018).

El consumo de sustancias psicoactivas tiene efectos farmacológicos que provocan


una sensación de bienestar al influir en el SNC y modificar la actividad cerebral para
producir euforia o relajación (Pineda, 2017). Las expectativas del consumidor y el entorno
en el que se consumen las sustancias son factores relevantes para la sensación de
bienestar, las personas se vuelven dependientes de buscar repetidamente el efecto positivo
que obtienen al consumir drogas debido a la intensidad de la sensación de bienestar
(Ludeña, 2021). La influencia de las SPA en el SNC, afecta los neurotransmisores
responsables del estado de ánimo, cognición y conciencia, contribuye a esta búsqueda de
bienestar (Mosquera, 2022).

Aunque las sustancias psicoactivas proporcionan una sensación temporal de


bienestar, también conllevan riesgos significativos, como percepciones alteradas,
cambios de humor y problemas de salud mental, física y social, por ende, el comprender
la sensación de bienestar y los efectos negativos asociados es crucial para abordar y
prevenir el abuso de estas sustancias (Segura & Calíz, 2018). La investigación continua
en este campo es esencial para desarrollar estrategias más efectivas en la prevención y
tratamiento de la depresión y el consumo de SPA en la adolescencia.
Tabla 1: Tabla de Resumen de artículos científicos sobre la depresión en relación al consumo
de sustancias psicoactivas 32
Autores Año Objetivo Tipo de estudio Resultados

Segura y 2018 Investigar el uso Descriptivo En Colombia, la depresión,


Cáliz de sustancias ansiedad y la necesidad de
permitidas y no pertenencia predispone a
permitidas en estudiantes universitarios al
estudiantes uso de sustancias
universitarios de psicoactivas, legales o
la U.D.C.A ilegales, debido a su
juventud e ignorancia de
los riesgos asociados.

Tena y 2018 Examinar los Descriptivo En México, existencia de


Castro aspectos problemas mentales como
fundamentales la depresión, ansiedad y
del uso de drogas psicosis, junto con
en jóvenes múltiples factores de riesgo
a nivel individual, familiar
y del entorno, han sido
señalados como impulsores
del consumo.

Santos y 2020 Analizar las Transversal no En Bogotá, se encontró que


Saura características experimental los hombres muestran un
sociales y descriptivo mayor porcentaje de
psicológicas de patrones de personalidad
personas que antisocial (31%), mientras
luchan con que las mujeres muestran
problemas de predominio en patrones de
dependencia. personalidad depresiva
(23.1%), dependiente
(26.9%) y antisocial
(26.9%).

Valarezo 2021 Establecer los Transversal no Las mujeres muestran


& Muñoz signos de experimental mayor vulnerabilidad con
ansiedad y signos más acentuados de
depresión se inquietud y melancolía en
asocian con contraste con los varones,
factores como el demostrando una conexión
género, edad y la estrecha con diferentes
conexión entre el grados de peligro
uso de alcohol y vinculados al consumo de
tabaco y el nivel bebidas alcohólicas.
de peligro.

Martínez 2020 Establecer la Transversal y El inicio promedio de la


& García conexión entre el descriptivo experimentación con
uso de tabaco y el tabaco a los 12 años, con
grado de una variación de 1.5 años.
33

depresión en Alrededor del 10% (9.6%)


adolescentes de de las personas habían
nivel secundario. fumado en algún momento,
y el 4.3% presentaba signos
graves de depresión.

Ramírez 2017 Evaluar la Transversal Ser hombre entre 16 y 17


& Gómez frecuencia del uso años aumenta el riesgo de
de drogas y los consumir sustancias,
trastornos
mientras que la depresión y
mentales más
comunes la ansiedad están
vinculados a este asociados con una
uso, en jóvenes probabilidad más elevada
de Colombia. de usar drogas que afectan
la mente.

Moreno 2021 Ampliar la Descriptivo El consumo de cannabis se


et al., comprensión del transversal relaciona con una
vínculo entre las percepción anómala de la
enfermedades realidad, rumia,
mentales y el intolerancia a la
consumo de incertidumbre,
cannabis desesperanza, así como
síntomas de depresión y
ansiedad. Sirve como una
estrategia para afrontar
pensamientos y emociones
negativos.

Ellis & 2022 Explicar las Revisión La depresión mayor


García particularidades bibliográfica primaria es más común que
de la depresión integradora la inducida por el consumo
dual que facilitan de alcohol, especialmente
su en mujeres y adolescentes,
reconocimiento quienes son los grupos más
en el campo de la susceptibles.
atención médica
inicial.

Rivera et 2018 Investigar los Análisis descriptivo Se observó que el 41,4% de


al., síntomas la muestra mostraba signos
depresivos en de depresión según los
adolescentes de criterios psicométricos, y
Arequipa, que había discrepancias
considerando notables en el uso de
ciertos factores bebidas alcohólicas en
familiares. relación con el nivel de
síntomas depresivos.
34

Mosquera 2022 Renovar los Revisión Los trastornos depresivos


conceptos sistemática son comunes en pacientes
enfoques acerca con dependencia de drogas,
de la depresión, siendo la patología
sus elementos de psiquiátrica del eje I más
peligro y su frecuentemente
relación con el diagnosticada. En el 95%
uso indebido de de las instancias, la ingesta
compuestos. de sustancias precede a la
aparición de la depresión
clínica.

Nota. Elaboración Propia donde resalta los artículos de mayor relevancia e información.

Los estudios analizados en la tabla 2 proporcionan una visión global de la relación


entre la depresión y el uso de sustancias psicoactivas durante la adolescencia,
específicamente en países latinoamericanos; la depresión es un factor predisponente para
la ingesta de SPA (Rivera et al., 2018), al establecer patrones reforzadores que promueven
la búsqueda repetida y compulsiva de las sustancias (Moreno et al., 2021). Este proceso,
en consecuencia, contribuye a la cronicidad de la sintomatología depresiva, perpetuando
un círculo vicioso de dependencia y deterioro en el estado de ánimo del individuo.

Según un estudio publicado en el Journal of Adolescent Health, se encontró que


alrededor del 30% de los adolescentes diagnosticados con depresión clínica han mostrado
experimentación con sustancias psicoactivas, como el alcohol y cannabis. En contraste,
solo alrededor del 10% de los adolescentes sin síntomas significativos de depresión
informaron haber probado estas sustancias (Oliva, 2018). El uso de alcohol y marihuana
continúa representando un desafío significativo en diversos países latinoamericanos, ya
que, según análisis recientes, se ha señalado el consumo de bebidas alcohólicas como el
principal uso de sustancias que afectan los procesos cognitivos de los adolescentes
(Álvarez & Carmona, 2020). Se ha notado que la edad promedio de principio del consumo
varía en una categoría de 13 a 15 años en múltiples naciones latinoamericanas (UNODC,
2022). En relación con la marihuana, las investigaciones sugieren un incremento en su
consumo entre los adolescentes, con una edad media de comienzo que generalmente
fluctúa entre los 14 y 16 años (López, 2021).
35

Conclusiones

En el marco de esta investigación, se abordó la depresión como factor


predisponente para el comienzo y la regularidad del uso de drogas que afectan la mente
en adolescentes de América Latina. Los objetivos específicos que guiaron este estudio
permitieron arrojar luz sobre esta compleja relación y sus implicaciones para el bienestar
psicológico y la salud de los adolescentes en la región.

Los datos obtenidos mostraron una relación estadísticamente relevante entre la


aparición de síntomas depresivos y la experimentación temprana con drogas o alcohol.
Esto respalda la pregunta de investigación, inicial, de que la depresión actúa como un
factor de riesgo en el contexto del uso de SPA entre los adolescentes latinoamericanos.

Sin embargo, también se destaca la complejidad de esta relación bidireccional, al


observar que algunos adolescentes recurrían al consumo de sustancias como una
estrategia de afrontamiento para aliviar temporalmente los síntomas de la depresión.
Además, se destacó que la conexión entre la depresión y el uso de sustancias está
condicionada por una variedad de elementos adicionales. El entorno familiar,
disponibilidad de sustancias, influencia de compañeros y los antecedentes genéticos son
elementos que tienen una función crucial en la dirección y la fuerza de esta relación.

La depresión en adolescentes se asocia con el consumo de las SPA, incluido el


alcohol y el cannabis, puesto que aproximadamente un tercio de los adolescentes con
depresión han experimentado con estas sustancias, en comparación con solo alrededor del
10% de aquellos sin síntomas depresivos significativos. En América Latina, la ingesta de
alcohol es común, comenzando generalmente entre los 13 y 15 años, mientras que el
consumo de marihuana está en aumento, con una edad de comienzo habitual entre los 14
y 16 años en la región.

La coexistencia entre la depresión y el consumo de sustancias en los adolescentes


involucra un complejo entrecruzamiento de factores biológicos, psicológicos y sociales.
Los jóvenes que experimentan síntomas depresivos recurren a la utilización de sustancias
psicotrópicas como un medio de escape inmediato a la angustia emocional sentida.
Algunas sustancias alteraran temporalmente su estado de ánimo y percepción, brindando
una sensación transitoria de euforia o calma. Aunque este alivio momentáneo parece
36

tentador conduce a una dependencia más profunda y a un ciclo perjudicial de consumo


como mecanismo de afrontamiento.

Esta investigación contribuye de manera significativa a la comprensión de la


relación entre la depresión y el consumo de sustancias psicoactivas en la adolescencia en
países latinoamericanos. Los hallazgos respaldan la teoría de que la depresión se
considera un factor predisponente, pero también subrayan la necesidad de una
aproximación exhaustiva que atienda los diversos factores relacionados con estos
fenómenos.
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