Reseña Película Argentina 1985
Reseña Película Argentina 1985
Reseña Película Argentina 1985
“Colombia, 2009”
Si existiera una película sobre todas las monstruosidades y crímenes de lesa humanidad que
han ocurrido en Colombia, seguramente no nos alcanzaría la vida para verla, porque son
cientos de historias que necesitan ser contadas y que se han olvidado en el tiempo. Si
estuviera en mis manos contar una historia que haya marcado a Colombia, el titulo seria
“Colombia, 2009” para hacer referencia a las 6.402 familias que sufrieron por la
desaparición de un ser querido. Familias que dos décadas después de lo ocurrido siguen
buscando justicia y respuestas clara, pero a cambio solo reciben migajas. Esa es la gran
diferencia con el caso de argentina, pues al menos ellos ya recibieron respuestas.
Lo anterior sería, el caso colombiano más parecido a los sucesos que se relatan en la
película Argentina, 1985, dirigida por Santiago Miltre y nominada a los premios Óscar en
la categoría de mejor película extranjera. Cuenta como se desarrollo el proceso del primer
juicio civil que se realizó a una dictadura militar, un hecho histórico. El objetivo principal
de la película es darle visibilidad y remembrar todas las historias sobre los abusos que tuvo
que sufrir la población civil Argentina, considerada comunista y por tanto el enemigo sin
motivos suficientes. La tesis central se basa en que las historias de las personas deben ser
escuchadas y los crímenes no pueden quedar impunes. Debemos mantener la memoria
colectiva viva para que estas familias reciban un poco de justicia, logren tener un mínimo
de consuelo frente a los dolores sufridos.
Al inicio de la película, podemos observar como el fiscal julio Strassera al preguntar
“¿vivimos en el país de las maravillas ahora? De repente, todos los dictadores van a ir a la
cárcel” (Miltre, 2022), el fiscal se muestra renuente a creer que realmente exista una
posibilidad de juzgar a los comandantes que estuvieron en el poder durante los siete años de
dictadura militar en Argentina. Esta incredulidad se debe al poder, apoyo e influencia que
todavía ejercían los imputados sobre la población, sumándole a esto que funcionarios
públicos como el ministro de interior, Troccoli, catalogaba a las víctimas como culpables de
su desgracia. Esto nos da a en tender que las probabilidades de que los crímenes cometidos
durante esa época oscura queden impunes, son altas.
Posteriormente cuando Strassera se da cuenta que no puede evadir este caso, procede a
buscar colegas para formar un equipo de trabajo sólido, con el que pueda dar la pelea, sin
embargo, se da cuenta que no cuenta con ninguno porque unos son “fachos”, están del lado
de los militares, o ya están jubilados. Esto lo lleva a conocer a quien se convertiría en su
mano derecha, el fiscal adjunto Luis Moreno Ocampo. Juntos logran formar un equipo de
jóvenes estudiantes que tienen la misión de recolectar la mayor cantidad de pruebas para
demostrar los crímenes cometidos por los dictadores. El reto era conseguir estas pruebas en
un tiempo casi imposible, y este grupo de jóvenes trabajadores logró conseguir más de 800
testigos que fueron claves a la hora de dictar sentencia.
Lo más duro de este largometraje es escuchar los testimonios de las víctimas, duele saber
que murieron personas inocentes, que muchos padres no volvieron a ver a sus hijos y
viceversa. Duele pensar en todos los planes que tenían las víctimas y que nunca pudieron
completar. Las torturas, las violaciones, la violencia psicológica, los comportamientos
grotescos, los secuestro y las humillaciones que sufrieron por culpa de unas cuantas
personas que decidieron someter a todo un país entorno a una ideología política. ¿Cómo se
recompensa tanto dolor y sufrimiento? No existe la forma. En este caso lo único que queda
es hacer justicia y nunca olvidar lo sucedido como lo intentaron hacer en Argentina, aunque
las penas no hayan sido lo que se esperaba.
Por su parte, Leila Guerriero en su escrito “el rastro en los huesos” nos cuenta las
consecuencias que esta dictadura dejo a largo plazo, como las personas que se dedicaron a
rastrear e identificar los cuerpos nunca volvieron a ser las mismas. Así mismo, nos muestra
el dolor con el que se vieron obligados a vivir las familias, que tuvieron que revivir el dolor
de su perdida o peor aún que nunca encontraron los restos de sus seres queridos. Es triste
recordar las palabras de patricia Bernardi en el texto de Guerriero “Llega un momento que
te acostumbrás a los huesitos chiquitos”. Lo anterior da a entender que los más afectados
fue la población joven, atacando así la esperanza y fuerza de trabajo de todo un país.
Desde que la violencia se convirtió en una forma de dar resultados los políticos se
aprovecharon de eso para hacerla una práctica regular. En un fragmento llamado “el ángel
de los ojos azules” del libro los velos de la memoria escrito por el autor colombiano Jorge
Eliecer Pardo podemos ver el testimonio de una familia que fue víctima del gobierno y de
la carrera por dar resultados. Leonardo era un joven bello, inocente y trabajador, que
buscaba ayudar a la situación económica de su familia. Aprovechándose de esta situación,
el reclutador, Alex carretero, convenció a leonardo de aceptar su oferta de trabajo sin
advertirle que esto lo conduciría a su muerte. Su familia vivió ocho meses de desesperación
al no saber nada sobre el paradero de su hijo, pero con la esperanza de encontrarlo vivo o
muerto. La confusión se plasmó en el rostro de su madre cuando la llamaron a avisar que
habían encontrado a su hijo muerto. ¿La causa? Había muerto en un combate corto porque
era un militante guerrillero, un hecho que ella no podía creer puesto que cada prueba que le
mostraban era incoherente. Nunca se pudo despedir de él, le arrebataron la vida a un ángel
cuyas últimas palabras ella sintió en su corazón “no te preocupes, soy yo, llévame a casa”
(Pardo, 2015) ese fue el único consuelo que recibió cuando por fin pudo ver a su hijo.
Así como la historia de leonardo y los demás jóvenes que cayeron en las redes de los falsos
positivos existen cientos de historias no contadas, impunes y seguramente desgarradoras en
el contexto colombiano. El verdadero problema es que en Colombia parece que no
tuviéramos memoria ni justicia. Somos unos de los países de Latinoamérica con mas casos
de violencia registrados y no tenemos le hemos podido hacer justicia a esas muertes. Es
indignante que casi 20 años después de los hechos macabros ocurridos entre el año 2002 y
2009 con los crímenes cometidos contra los jóvenes de Soacha sigan impunes. Me surgen
muchas preguntas ¿Por qué esta tan difícil hacer justicia? ¿Por qué en Colombia no somos
capaces de honrar a nuestros muertos? ¿Porque parece que quisiéramos ignorar a toda costa
nuestra relación con la violencia?
Referencias
BIBLIOGRAPHYGuerriero, L. (marzo de 2008). El rastro en los huesos.
Gatopardo(88).
Mitre, S. (Dirección). (2022). Argentina 1985 [Película]. Argentina.
Pardo, J. (2018). Los velos de la memoria.Editorial: U. del Valle