El Proceso de La Lectura (Resumen)

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EL LECTOR ACRÍTICO EL LECTOR CRÍTICO

Busca el significado, que cree Sabe que hay VARIOS significados y que son
único y constante. dinámicos.
Queda satisfecho con su Busca el diálogo con otros lectores, para construir
interpretación individual, de tipo interpretaciones SOCIALES.
PERSONAL. Sabe que cada GÉNERO TEXTUAL es diferente y
Trata IGUAL a todos los textos, se emplea de modo particular.
porque cree que se utilizan del Pone énfasis en la IDEOLOGÍA. Busca la intención
mismo modo. del autor.
Pone énfasis en el CONTENIDO Sabe que a menudo lo más importante es lo
proposicional. Busca las ideas IMPLÍCITO y las connotaciones.
principales. Busca VARIAS fuentes y las contrasta.
Presta atención a lo EXPLÍCITO y a Sabe que las citas son INTERESADAS, porque la
la denotación de las palabras. recontextualización de unas palabras modifica su
Queda satisfecho con UNA sola significado.
fuente.
Toma las citas como reproducciones
FIELES del original.

D. Cassany. ¿Cómo acceder a la información? PLEC, en línea. Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
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Skimming u ojear Scanning o lectura atenta

Ojear la página, el formato (márgenes, Lectura atenta de aquella parte del


huecos, gráficos), el diseño gráfico texto en que se ha localizado la
(tipografía, presentación). información-objetivo.
Ojear los apartados destacados: títulos,
subtítulos, pies de foto y de gráfico, etc.
Ojear los caracteres destacados: negritas,
cursivas, mayúsculas (nombres propios,
topónimos, siglas), cifras, etc.

 · El objetivo de la lectura es obtener  · El objetivo es obtener un dato


una idea global del escrito. específico.
 · No es una lectura lineal: se  · Lectura lineal, sintáctica, con
prescinde de la sintaxis y de la puntuación.
puntuación. Énfasis en nombres y  · Se suele leer de izquierda a
verbos. derecha y de arriba a abajo. Solo
 · No sigue ningún orden establecido. se altera este orden para releer o
El ojo salta continuamente de un repasar.
punto a otro, delante y atrás.  · Lectura más lenta.
 · Lectura rápida.

D. Cassany; M. Luna; G. Sanz. Enseñar lengua. Barcelona. Graó. 1993.

Uno de los principios fundamentales de la teoría de la recepción es que la figura del destinatario y de la
recepción del texto están inscritas en este último, en su relación con los textos antecedentes que han sido
retenidos como normas. Para Jauss, en el momento en que aparece un texto, éste no se presenta como una
novedad absoluta surgida en un desierto de información, puesto que mediante todo un juego de enunciados, de
señales, de referencias implícitas, de características ya familiares, su público está predispuesto a un cierto modo
de recepción. Según el crítico, todo público lector posee un horizonte de expectativas que es atribuible,
también, a los textos, ya que estos van a provocar a sus lectores. El horizonte de expectativas de un texto
posibilita determinar su carácter artístico por medio de la forma y el grado de su efecto en un público
determinado. El texto evoca aspectos ya leídos, pone al lector en tal o cual disposición emocional, y desde su
comienzo crea cierta espera de "lo que sigue" y del "final", expectación que conforme avanza la lectura puede
ser mantenida, modulada, reorientada o quebrada por la ironía, según las reglas del juego consagradas por la
poética explícita o implícita de los géneros y los estilos. Este horizonte primario de la experiencia estética de
recibir un texto constituye una percepción guiada mediante señales que corresponde a intenciones precisas
fijadas de antemano. La relación del texto singular con la serie de textos antecedentes que constituyen el
género, determina un proceso continuo de instauración y modificación de horizonte. El texto nuevo evoca en el
lector todo un sistema de reglas de juego con que lo han familiarizado textos anteriores, y que en el proceso de
lectura pueden ser moduladas, corregidas o simplemente reproducidas. Modular y corregir se inscriben en el
interior de la evolución de la estructura del género, los fenómenos de modificar y reproducir marcan las
fronteras.
Jauss, H. R. (1987ª). Cambio de paradigma en la ciencia literaria. Rall, Dietrich. (Comp.) En busca del texto. Teoría de la
recepción literaria. Trad. de Sandra Franco. México:UNAM.
La comprensión lectora
La lectura, lejos de ser un proceso mecánico, es una habilidad en la que el lector participa activamente en el
proceso de construcción de sentido del texto implicándose en una actitud activa y cooperante gracias a sus
conocimientos previos que lo orientan para hacer predicciones y procesar toda la información implícita necesaria
con el objetivo de lograr una unidad textual coherente.
Todas estas actividades que el lector lleva a cabo frente a lo desconocido son las denominadas estrategias
inferenciales que conducen a la construcción de los significados. Según Sacerdote y Vega (2005: 42):
Podemos definir la inferencia como el movimiento central del pensamiento que va de lo conocido a lo
desconocido, relacionándolos mediante hipótesis, hasta llegar a una confirmación, lo que permite que lo
desconocido pase a ser conocido.
Como apunta Gaonac’h (2000) la lectura consiste en emitir hipótesis acerca del significado del texto, unas
hipótesis que el lector somete constantemente a examen, confrontándolas con los datos del texto. Se hace
patente, por lo tanto, el papel primordial que adquiere el lector en tanto intérprete del texto. Desde este punto de
vista, el lector no solamente interpreta el texto de su autor sino que además reconstruye otro texto,
modificando el original y enriqueciendo su propio mundo. Algunos estudiosos llegan a afirmar que lo que el lector
aporta al texto puede ser más importante todavía que lo que encuentra en él (Grellet, 1981).
Esta manera de abordar la comprensión lectora se ve favorecida por el enfoque descendente (top-down), un
modelo de lectura que supone un procesamiento de arriba hacia abajo, en el que el lector, partiendo de su propia
experiencia y usando sus conocimientos textuales, paratextuales y extratextuales, pone en marcha estrategias
inferenciales y hace predicciones acerca del significado del texto. Lo aborda primero como una globalidad,
comenzando por los aspectos más generales del texto (títulares, idea de cada párrafo) para adentrarse más
adelante en los aspectos puntuales del texto.
Sintéticamente, podríamos decir que la comprensión es el resultado de la interacción entre las pistas que
proporciona el texto –tanto textuales como paratextuales (utilización de distintos tipos de letra,
ilustraciones, disposición gráfica)- y el conocimiento preexistente del lector gracias a su experiencia
comunicativa y social acerca del tema que aborda el texto y de su organización discursiva.
Si es verdad que el lector tiene un papel activo en el proceso de comprensión del texto, por otro lado, el texto,
gracias a los tres tipos de estructuras ya mencionados (texto, paratexto y extratexto) orienta la comprensión y no
permite la construcción de cualquier significado. En otras palabras, el propio texto impone sus restricciones y una
de ellas sería la de reconocer el tipo y género textuales al que pertenece.
A la hora de acercarse a un texto escrito, la noción de género nos parece crucial, puesto que uno de los
presupuestos para su interpretación por parte del lector depende de su capacidad de relacionarlo con un género
textual reconocible para él gracias a su experiencia tanto comunicativa como social. Podríamos afirmar que el
reconocimiento del género textual, siendo una de las pistas más importantes que el propio texto proporciona al
lector, determinará los caminos a seguir para dotarlo de sentido, permitiendo al receptor que acceda al
significado y reconstruya su sentido.
Para lograr este objetivo, el lector moviliza su saber sobre géneros, es decir un saber específico relacionado con
la producción y la interpretación de tipos y géneros textuales con arreglo a sus exigencias. El conocimiento de los
géneros discursivos le permite al lector descubrir las estructuras textuales (esquema y contenido textual) que
sirven de soporte al texto, le da instrucciones acerca de cómo interpretar el mensaje, “se presentan como
horizonte de expectativas” (Loureda, 2003: 32). Este saber que capacita al lector / receptor del texto para actuar
en distintas esferas comunicativas es el que hace que sea capaz de reconocer un aviso publicitario, un artículo
de opinión, una tira cómica, una noticia, una receta de cocina o una ponencia en un congreso.
Alexopoulou, A. (2010). Tipología textual y comprensión lectora en E/LE. Revista Nebrija de Lingüística Aplicada
(2010) 9.

Trabajar los conceptos anteriores en Infierno grande, de Guillermo Martínez

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