El Teatro de Lorca
El Teatro de Lorca
El Teatro de Lorca
GARCÍA LORCA
En estrecha relación con la poesía surrealista de Poeta en Nueva York, están Así que pasen
cinco años (1930) y El público (1931), obras cargadas de simbolismo a las que Lorca
califica de comedias imposibles.
Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba suponen un intento de retorno
a la tragedia. Los personajes femeninos viven inmersos en un mundo sofocante y falto de
libertades.
En Yerma Lorca pone en escena el drama de una mujer condenada a la esterilidad que se
debate entre la fidelidad al marido y el ansia de colmar su anhelo de maternidad.
Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores es una comedia amarga, reflejo de la
vida de muchas mujeres de la burguesía provinciana de comienzos de siglo.
La obra cumbre del teatro de Lorca es La casa de Bernarda Alba, que fue escrita poco
antes de que fuera asesinado y que nunca llegó a ver representada. La obra, en tres actos y
concebida con claras connotaciones simbólicas, transcurre en un espacio cerrado en el que
viven Bernarda Alba, recién enviudada de su segundo marido, y sus cinco hijas, a las que
va a someter al aislamiento asfixiante de un luto exagerado. Bernarda encarna el principio
de autoridad, el orgullo de casta y el sentimiento más depurado de la honra. A este mundo
vivido continuamente en el interior de la casa, sembrado de odios, erotismo reprimido y
envidias, llegan los ecos del mundo exterior, de las pasiones vividas en libertad por las
gentes del pueblo, pero dañado también por la maledicencia y la obsesión por el qué dirán.