II Sinodo

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Arquidiócesis

de
Santa Cruz de la Sierra

II SINODO

ARQUIDIOCESANO
(1997-2001)

***

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P RESENTACIÓN

E n la festividad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, con la solemne


Eucaristía presidida por el Arzobispo, Cardenal Julio Terrazas, se
clausuro el II Sínodo Arquidiocesano de Santa Cruz de la Sierra.

Durante cuatro años, desde el 15 de Agosto del 1997, cientos de grupos de


fieles cristianos, en todos los barrios y Parroquias, han reflexionado, han
orado y han propuesto, como Pueblo de Dios convocado especialmente en
esta hora y en esta tierra, lo que la Iglesia quiere ser y vivir con la fuerza del
Espíritu Santo.

Con el lema “Ven, caminemos juntos” la Iglesia de Santa Cruz ha vivido el


momento más importante de su historia en los umbrales del tercer milenio.

En tres niveles se ha realizado la consulta: la Iglesia en la base, la Iglesia en


las Parroquias y la Iglesia diocesana. Tres han sido también las Asambleas
Sinodales, con un numero aproximado de doscientos miembros, sacerdotes,
religiosos y laicos, las que han examinado, discutido y aprobado los
Documentos correspondientes.

La Primera Asamblea se realizó en la ciudad de Montero, en los días 11, 12


y 13 de Diciembre del año 1998; la Segunda Asamblea en la Parroquia de
María Auxiliadora de la ciudad de Santa Cruz en los días 24, 25 y 26 de
marzo del año 2000; y la Tercera Asamblea en Cotoca, junto al Santuario
de la Virgen, que ha sido Patrona del Sínodo y es Madre y Señora del
Oriente boliviano, en los días 23, 24 y 25 del mes de Marzo del año 2001.

Los Documentos, aprobados por el Arzobispo, corresponden a cada una de


las Asambleas Sinodales. Las Normas Pastorales, promulgadas por el
Arzobispo, constituyen un cuerpo unitario y organizado, y han sido
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propuestas en las tres Asambleas conforme al nivel correspondiente.

El presente volumen comienza con la Oración que ha acompañado el


proceso sinodal y la Convocatoria oficial del Sínodo que fue leída en todas
las Misas Dominicales en el mes de Agosto de 1997.

En primer lugar se incluye la Carta Pastoral del Arzobispo que se hizo


pública una vez finalizada la Primera Asamblea Sinodal.

Al presentar el volumen del II Sínodo Arquidiocesano de Santa Cruz de la


Sierra damos gracias a Dios que nos concedió este tiempo de gracia para
renovar a su santa Iglesia y damos gracias a nuestro Arzobispo que tuvo el
coraje apostólico de convocarnos a su Iglesia para esta magna realización
eclesial. Fue una alegría inmensa que nuestro Arzobispo fuese designado
Cardenal por el Papa Juan Pablo II cuando estábamos concluyendo el
proceso sinodal.

En nombre de la Comisión Sinodal, que llevó adelante la organización y el


proceso del II Sínodo Arquidiocesano, tengo la satisfacción de presentar el
Libro del Sínodo.

Que la Virgen de Cotoca nos acompañe para que los frutos del Sínodo sean
abundantes y nuestro Patrono San Lorenzo interceda por la Iglesia de Santa
Cruz en estos inicios del tercer milenio.

Pbro. Javier del Río


Coordinador Comisión Sinodal

Santa Cruz de la Sierra, 8 Septiembre 2001.

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ORACIÓN DEL SÍNODO

Dios Padre nuestro,


te damos gracias porque nos has dado la vida
y porque nos has elegido para construir tu Reino
en esta tierra generosa y hospitalaria.

Tu, por medio de tu Hijo Jesucristo,


nos has reunido para formar la Iglesia en Santa Cruz
y ahora nos das la gracia de celebrar
el Segundo Sínodo Arquidiocesano.
Ayuda, oh Padre, a esta Iglesia tuya
para que siempre comunique Vida y Esperanza
en medio de tantos signos
de miseria material, espiritual y moral.

Perdona nuestras apatías y divisiones


y ayúdanos a descubrir en nuestro Sínodo
el rostro propio de esta Iglesia local.

Envíanos tu Espíritu Santo;


que Él guíe nuestro caminar
para dar respuestas a los desafíos del nuevo milenio
y nos dé audacia en el trabajo,
alegría para servir
y valentía para anunciar la Buena Noticia a tu pueblo.

Que María, la Mamita de Cotoca,


nos acompañe y nos lleve a hacer siempre
lo que tu Hijo nos mande.

Amén.
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CONVOCATORIA

DECRETO DE REALIZACION

DEL

II SÍNODO ARQUIDIOCESANO

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C ONVOCATORIA
"A todos ustedes hermanos
y hermanas que creen en Cristo:
reciban gracia y paz de Dios
nuestro Padre y de Jesús
el Señor" (Ef.1.1-2).

1. Gratitud por nuestra vocación a la Vida.


Cada día que nos regala el Señor es un motivo para agradecerle: El
está presente, camina con su pueblo, nos llama y nos envía. El, con la
fuerza de su Espíritu, va formando su pueblo según su proyecto de Vida
abundante para todos.

Gratitud por la tierra que hemos recibido.


Nuestra gratitud se hace más grande por el regalo de esta tierra en la
que se juega nuestra fidelidad a su Mensaje y a su Reino. Tierra convocada
a ser generadora de paz y justicia para todos sus hijos.

Gratitud porque hay mucho que construir.


Esta parcela de la patria emerge con vigor: su economía florece, su
producción alcanza lugares privilegiados: es la atracción de muchos, el
nudo dinamizador de las proyecciones futuras para el país y para el
continente.
Pero también aumentan y se hacen amenazantes los síntomas de
muerte. No se puede negar que una modernización sin humanismo se
convierte en instrumento de muerte para los pueblos más florecientes.
Lo social es parte constitutiva del desarrollo humano: y este no
existe mientras persistan mecanismos de injusticia: hay no solo pobreza
sino miseria material y espiritual, ética y moral. Vivienda escasa, medicina
cara, escuela sin horizonte, grupos humanos heridos por el consumismo,

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por la droga, el alcohol. La corrupción en aumento, la manipulación del
mismo pueblo no solo con dinero sino con mensajes de medias verdades.
Si a esto añadimos los problemas inherentes a una migración
incontrolada y tantos otros aspectos de dolor y sufrimiento, no estaríamos
cumpliendo la misión del Señor si no despertamos como Iglesia convocada
a ser Buena Noticia.
Es aquí, en esta realidad dolorosa pero felizmente surcada por
valores culturales que aún viven en nuestra gente: el sentido de
hospitalidad, el talante alegre y optimista, las ganas de compartir, el amor a
la libertad, la dignidad para no permitir avasallamientos de ninguna índole y
más aún deseos de ser constructores de la propia historia; es aquí que
tenemos que ser testigos de la Verdad y la Vida. En esta tarea estamos
comprometidos todos los que ahora vivimos en esta tierra enriquecida con
la policromía de otros grupos humanos que van incorporándose al
nacimiento de un nuevo pueblo.
Muchos de estos desafíos se concentran en nuestra ciudad.

2. Como Iglesia, preparamos respuestas a estos retos.

Sí, es la comunidad de creyentes y no cada uno por su lado la que


tiene conciencia del gran sueño del Padre, de formar un solo pueblo. A
nosotros nos toca hoy retomar con sencillez y respeto la vida de nuestra
Iglesia: esa vida que ha animado, entre luces y sombras, a nuestro pueblo
desde 1605. No hay rupturas orgullosas. No somos jueces de nuestros
hermanos, ni nos emborrachamos con nuestros logros. Miles de testigos del
Señor han trabajado sembrando la Palabra, miles han entregado sus talentos
y capacidades, muchísimos han muerto por la causa del Señor.
Si nosotros, para responder a los desafíos de hoy, queremos iniciar
un camino que nos lleve a la unidad, lo hacemos mirándonos a nosotros
mismos. ¿Estamos dormidos, cansados, acomplejados o sólo vivimos de
recuerdos?. No busquemos a quien culpabilizar, elijamos el camino de la
participación y de la corresponsabilidad.

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3. Mucho se ha hecho en esta Iglesia, pero aún hay que
trabajar.
Hace ciento diez años se vivió el "primer sínodo diocesano", que
dinamizó a la comunidad de aquella época en situaciones de marginalidad
geográfica, política y social. Desde el Concilio Vaticano II se han dado
nuevos impulsos de vitalidad religiosa en situaciones de cambios
profundos.
Desde hace seis años se ha logrado un camino pastoral para los
tiempos actuales: baste recordar las Asambleas Arquidiocesanas, espacios
de libertad, comunicación y convivencia apostólica que han llegado al
corazón de esta Iglesia. Líneas pastorales y opciones valientes enmarcan el
postulado del pueblo de Dios en Santa Cruz.

Iglesia comunión.
Iglesia constructora del Reino.
Iglesia misionera.
Iglesia comunicadora de Vida y esperanza.

Todo ese entusiasmo provocó una revisión de la metodología de los


servicios pastorales y se actualizaron sus estructuras: parroquias, sectores y
zonas pastorales.
Se avanza, pero aún falta mucho.

Somos una Iglesia en crecimiento.


Hay que reconocer que, frente al crecimiento de los desafíos, se ha
hecho un esfuerzo por hacer a nuestra Iglesia más cercana y más luz y
fermento. Más de 40 sacerdotes han llegado últimamente a Santa Cruz, las
religiosas se han duplicado, el número de seminaristas crece, los laicos
toman la marcha de la Iglesia con entusiasmo, la juventud es un potencial
eclesial que nos llena de esperanza. Esto y muchísimos otros logros nos
llevan a dar un paso más, no un paso cualquiera: un paso pascual, en el que
nuestra Iglesia sea signo de una liberación integral, que nos lleve al igual
que el Maestro a dar nuestra vida en la Cruz del sufrimiento para que se
derrame la Vida de la Pascua. La Vida del Reino. Esa es misión de todos y
cada uno de los bautizados. La iniciativa es del Padre, los resultados serán
para que se manifieste su gloria y no la nuestra.

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4. Es la hora del Sínodo.

Por todo eso y después de haber consultado y oído el parecer


entusiasta y decidido de nuestro presbiterio, de la vida consagrada, del
laicado, de los agentes de pastoral, es que tras reflexión y oración he
decidido:

CONVOCAR EL II SÍNODO ARQUIDIOCESANO DE SANTA


CRUZ

Lo hago con el objetivo de "renovar nuestro caminar como Iglesia


local de Santa Cruz, para que todos seamos comunicadores de vida y
esperanza en los umbrales del tercer milenio".
El Sínodo, es una gracia, un regalo de Dios. Es una llamada a la
conciencia y al corazón, es una convocatoria a unir, no a dispersar, es un
espacio para retomar nuestra responsabilidad eclesial. Queremos una
Iglesia con rostro propio, confiemos en que el Espíritu del Señor está
también en nosotros y que nos fortalece para hacer presente y creíble al
Dios que anunciamos.

A trabajar con audacia.


La tarea es exigente: caminar juntos es adquirir la capacidad de
señalar siempre al Maestro: que El crezca, que su Reino se construya, hoy,
no mañana y que disminuyan nuestros pequeños y limitados proyectos. La
comunidad de creyentes tiene que vivir toda ella confesando a "Cristo ayer,
hoy y siempre". El es el que cuenta, no nosotros. Somos una comunidad
creyente, sin poses individualistas.
Caminar juntos para experimentar la alegría de trabajar
corresponsablemente y descubrir la grandeza de esta Iglesia local, que es
nuestra Iglesia en la que vamos a verificar la solidez de nuestra fe y de
nuestros compromisos. Servir a la Iglesia y no servirse de élla es el
termómetro para saber si realmente nos interesa la misión que el Señor nos
ha encomendado. Una Iglesia de servidores, es una Iglesia de constructores
del Reino.

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5. Con María, la Mamita de Cotoca, comenzamos este
Sínodo.

Sí, hermanos y hermanas, comienza nuestro Sínodo, hoy fiesta de


la Asunción de María. Ella con el título de Virgen de Cotoca, tan querida
en nuestro pueblo, acompañará este caminar hasta su conclusión en el año
2.000.
Los convoco, pues, a vivir con alegría, con entusiasmo, con audacia
esta experiencia de fe. Saldremos renovados, estoy seguro, con una
proyección de espiritualidad fuerte y profunda, transformadora de tantas
situaciones inhumanas.
Llamo a todo el pueblo de Dios a participar en todas las actividades
que vayan surgiendo y a orar: orar mucho y fuerte. A orar para que el
Señor nos dé la alegría de ser signos de esperanza y vida. Nadie puede
marginarse de esta responsabilidad.
Como pastor estaré atento a lo que el Espíritu nos diga a través de
este gran acontecimiento. No tengan miedo, nada ni nadie nos separará del
amor de Cristo.
Rezo por cada uno de ustedes y ustedes recen por mí para que este
mi humilde ministerio sirva para engrandecer el alma, el corazón y la vida
de nuestra Iglesia local.
Para cada uno mi bendición más afectuosa.

+Julio Terrazas S., CssR.


Arzobispo

Santa Cruz, 15 de agosto de 1997.

- 14 -
DECRETO DE LA REALIZACIÓN DEL
II SÍNODO ARQUIDIOCESANO
DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA

D.A. 006/97

EL ARZOBISPO DE SANTA CRUZ,


JULIO TERRAZAS SANDOVAL, CssR.,

Al pueblo de Dios que peregrina en la Arquidiócesis de Santa Cruz


de la Sierra:

La inspiración de celebrar un Sínodo de nuestra Iglesia ha ido


llenando de esperanza y entusiasmo a nuestros fieles.

Hoy todo parece decirnos que esta es la hora para vivir una
experiencia eclesial extraordinaria.

Oído el parecer de todos los sectores del pueblo de Dios:


presbiterio, vida consagrada, organizaciones laicales, así como el clamor
de nuestros agentes de pastoral expresado en las Asambleas
Arquidiocesanas y conforme a derecho (c. 461, pár. 1) he decidido:

"Convocar el II Sínodo de nuestra Iglesia local, acontecimiento de


fe, que permitirá a cada bautizado revitalizar su vocación eclesial y
adecuar sus organismos de formación y servicio a los nuevos desafíos de
nuestro pueblo para cumplir su misión de Iglesia constructora del
Reino".

- 15 -
Lo hago en la fiesta de la Asunción de María. Ella, bajo la
advocación de Virgen de Cotoca, nos llevará a ingresar en el nuevo
milenio haciendo lo que su Hijo nos mande.

El Espíritu de la Verdad y la Vida guíe nuestros pasos.

Santa Cruz, 15 de agosto de 1997.

- 16 -
PRIMERA PARTE

Carta
Pastoral

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- 19 -
CAMINAR UNIDOS EN EL ESPÍRITU DE
CRISTO RESUCITADO

Carta Pastoral de Inspiración


y Animación Sinodal

Les escribo hoy a ustedes queridos presbíteros y diáconos,


servidores del Señor y de su pueblo, a ustedes consagrados y
consagradas que viven y ejercen sus carismas al servicio de la
misión de esta Iglesia local.

Y me dirijo con especial afecto de amigo y pastor a mis hermanas


y hermanos laicos: hombres y mujeres, adultos y jóvenes,
ancianos y niños, "piedras vivas" de la edificación del Pueblo de
Dios que peregrina en esta porción de las tierras orientales de
Bolivia.

A todos ustedes que conmigo anuncian el Evangelio de Jesucristo


para la liberación y la vida abundante de todo nuestro pueblo:
"gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor
Jesucristo". Doy gracias a nuestro Dios por la fe de todos
ustedes y a cada momento los recuerdo en mis oraciones. (cf. Rm
1,7b-9a)

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1. A MANERA DE PRESENTACION

E
sta carta es el fruto de la experiencia eclesial vivida en los años de
nuestro “caminar juntos” como Iglesia, en nuestras Asambleas
Arquidiocesanas y en el proceso sinodal. Quiere ser apoyo a
cuantos sienten la alegría de la renovación y participación evangelizadora y
un impulso a cuantos tenemos responsabilidad en el Pueblo de Dios.

Fue en la fiesta de la Asunción de la Virgen María de 1997 que los


convoqué para realizar el II Sínodo Arquidiocesano de Santa Cruz y
continuar la primera iniciativa sinodal de nuestra Iglesia ciento diez años
atrás. Este proceso pastoral, más el resultado de nuestras Asambleas
Arquidocesanas anuales, comienza hoy a dar sus primeros frutos de
compromisos renovados. Lo que hasta hace poco parecía algo difícil y
complicado, está siendo asumido con un gran entusiasmo por parte de
nuestros fieles de los diversos sectores de Iglesia y por los propios agentes
de pastoral, principales animadores de este caminar.

Quiero hacerme eco de ese entusiasmo de miles de nuestros hermanos y


hermanas de la base que han recordado, vivido y expresado su sentir de
Iglesia en sus casas, barrios y comunidades. Quiero dejarme inspirar de lo
más significativo del aporte que ustedes mismos elaboraron en arduas y
fatigosas jornadas de reflexión, valioso trabajo en el que pusieron
entusiasmo, alegría, fe y esperanza. Al ofrecerles esta reflexión me apoyo
en la afirmación de San Agustín "con ustedes soy cristiano, para ustedes
soy pastor y guía". Vale la pena continuar la marcha sinodal, asumir sus
exigencias de cambio y renovación y perfilar respuestas evangélicas frente
a los nuevos desafíos.

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Recordemos el contexto eclesial en el que celebramos nuestro Sínodo:

Este acontecimiento se coloca en la perspectiva del Proyecto Pastoral de la


Iglesia Latinoamericana de la NUEVA EVANGELIZACION. Esta se
realiza, como lo puntualizó el Papa Juan Pablo II en Haití (1983), con
"nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas expresiones". Así lo ratifican
también los obispos de la Iglesia en Bolivia en su "Enfoque y Directrices
Pastorales 1994 - 2.000".

Nos impulsa a este mismo fin, la preparación a la celebración de los 2.000


años del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, su venida en la historia, el
hecho pascual de su muerte y resurrección salvadora y su espera gloriosa al
final de los tiempos. En este hacer memoria viva de Jesús se nos entrega la
Buena Nueva de la Salvación a través del anuncio y realización del Reino
de Dios y su justicia en favor, preferentemente, de los pobres y excluídos de
nuestra sociedad.

Lo que vivimos y compartimos en nuestra Iglesia de Santa Cruz,


significado vitalmente en las Asambleas Arquidiocesanas de Agentes de
Pastoral, ha generado nuevos dinamismos eclesiales, ha despertado el
entusiasmo del Evangelio y ha comprometido a todos en un mismo Camino
Pastoral Unido. Esta es una gracia que el Señor nos concede. Nuestro deber
es acogerla y corresponder a ella con fe, generosidad y esperanza.

1.1. NOS PROPUSIMOS UNA CELEBRACIÓN POR ETAPAS


Antes de convocar a la celebración del Sínodo fue necesario consultar si
éste era oportuno, posible y qué beneficios podía traernos. Mas tarde, se
perfiló la organización y planificación en función de objetivos deseables y
alcanzables. Y el día que lo convocamos propusimos etapas concretas para
iniciar un proceso, un caminar sin prisas ni lentitudes inútiles.

1) La primera etapa fue de sensibilización, de asimilación del ser de un


sínodo, de su alcance y consecuencias y del deseo de involucrar a la
mayoría de los creyentes.

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2) La segunda etapa se fijó la mirada preferencial sobre el cristiano en la
base: la persona, la familia, el grupo humano, la comunidad de base, que
está en el barrio y en el campo, en parroquias y capillas; era importante
conocer sus preocupaciones, inquietudes, anhelos; urgía despertar y escribir
la memoria de sus vidas y del origen de sus propias comunidades. Era
necesario que cada cristiano compartiera la vivencia de su fe en medio de
las realidades socio-económicas, culturales y eclesiales.

Estas dos etapas ya las hemos vivido y conviene no olvidarlas porque de


ellas depende el éxito de las siguientes.

3) La tercera etapa quiere desatar un proceso de reflexión bíblica,


teológica y pastoral sobre la puesta en marcha de parroquias que sean
"comunidad de comunidades". No se trata tanto de hacer aclaración de
conceptos, sino de crear espacios de referencia clara y significante donde se
viva la comunión y la participación en la misión de la Iglesia, tanto en la
ciudad con sus retos actuales, como en los diferentes sectores del área rural.

4) La cuarta etapa nos llevará en espíritu creativo y participativo a dotar a


nuestra Iglesia de las estructuras de servicio indispensables para hacer
efectiva la coordinación de una pastoral que responda integralmente a las
necesidades de nuestro pueblo. Y que ojalá sean estructuras autónomas
también en lo económico para que así promocionen y defiendan la dignidad
de nuestro pueblo.

1.2. NOS FIJAMOS UN OBJETIVO


Pretendemos renovarnos y tomar conciencia de nuestro ser eclesial. ¿Quién
no desea una Iglesia viva que comunique vida, una Iglesia que pregone la
esperanza más allá de nuestro tiempo y que ingrese al tercer milenio no solo
para hablar del "año de gracia" sino a aceptar este don gratuito y a vivir de
acuerdo al dador, el Señor?.

Si nos convertimos en testigos de Jesús, tenemos que decir NO a las


esclavitudes enervantes de la deuda externa que atenaza a personas y
pueblos. Tenemos que decir SI a la reducción o perdón total de esta deuda
que provoca gritos de dolor en los sencillos.

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El "año de gracia" tiene también otras dimensiones que no se pueden
olvidar: reconocer y combatir los pecados sociales y personales. Abrir
espacios para que crezca el Reino de Dios y se vaya manifestando por la
justicia, la solidaridad, la libertad y la paz, proyectando entre todos una
sociedad sin corruptos, sin drogas, sin alcohol, sin niños en la calle, sin
jóvenes desorientados sin futuro ni horizonte, sin familias destrozadas, sin
ricos cada vez más insensibles al grito y dolor de inmensas masas humanas,
sin violencias, con menos armas y más diálogo, con menos arrogancia y
más sencillez, con menos consumismo y más respeto a los pobres.

Se pretende dar pasos concretos para vivir y celebrar el Jubileo en todas sus
dimensiones y entrar así en la nueva época.

La Palabra nos ilumina e interpela.

Cuando me propuse escribir esta carta, dos textos bíblicos vinieron a mi


memoria. Ambos integran armoniosamente lo que hemos vivido y
proyectan su luz y su fuerza sobre lo que deseamos realizar. Los transmito a
ustedes para que inspiren, orienten y animen nuestro caminar eclesial.

El primer texto, del libro del Exodo: Yahvé dijo a Moisés: "He visto la
aflicción de mi pueblo en Egipto, he escuchado el clamor ante sus
opresores y conozco sus sufrimientos. He bajado para liberarlo..." ( Ex
3,7).

Es la memoria histórica fundamental del pueblo de Israel que ha


experimentado la intervención de un Dios liberador, en diversos momentos
y situaciones. Nuestro Sínodo tiene que darnos la certeza de que nuestra
Iglesia cree en el Dios de la libertad y por eso no se amedrenta ante los
nuevos mayordomos de hoy.

El segundo texto, no menos elocuente que el anterior, es una de las palabras


más propias y originales de Jesús quien vivió, participó y asumió una
realidad compleja y dura en Palestina hace dos mil años:

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“En aquel momento, Jesús, movido por Espíritu Santo se estremeció de
alegría y dijo: Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a los
sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido bien” (Lc 10,21).

Jesús es testigo de la reacción de los humildes ante la intervención


reveladora de Dios, capta las preferencias de su corazón de Padre, se
estremece de alegría y, animado por el Espíritu, le alaba y manifiesta con
firmeza su propio consentimiento a esta manera tan particular que tiene el
Padre de revelar su Reino. Esta misma experiencia de Jesús frente a la
intervención divina la hemos sentido nosotros en el camino sinodal y en la I
Asamblea Sinodal. Allí pudimos decir al igual que Jesús: “gracias Padre”,
porque los sencillos nos hicieron sentir los latidos de su corazón, conocer
sus ideas, valorar sus aportaciones y su gran experiencia de Dios con mucha
sencillez y sabiduría.

Ellos, los pequeños, nos piden mayor fidelidad y un cambio de actitudes.


Nos piden audacia y creatividad. Nos invitan a canalizar las iniciativas y
anhelos del pueblo sencillo.

A la luz de esta Palabra del Señor y de la realidad que estamos viviendo


conviene afirmar con claridad que "Somos una Iglesia que se renueva,
reasume su misión evangelizadora y da respuestas a los desafíos de nuestra
sociedad de Santa Cruz de cara al tercer milenio". Con esta afirmación
quiero señalar la voluntad de seguir caminando juntos, mostrar lo que
queremos alcanzar en el proceso sinodal y las consecuencias que de él se
deriven. Somos conscientes de que es Jesucristo quien nos renueva
constantemente en medio de esta sociedad en transformación, es El quien
abre nuestros oídos para escuchar las necesidades de nuestro pueblo y la
Palabra de Dios que resuena en la historia. Es el Espíritu Santo quien nos
capacita para encontrar las respuestas acertadas y nos da la fuerza para
comprometernos con las exigencias de los nuevos tiempos.

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2. MIRADA PASTORAL A UNA
REALIDAD COMPLEJA Y DESAFIANTE

L
a Iglesia, sacramento y signo de Salvación en la historia de los
hombres, configura su acción y los acentos de su Misión de acuerdo
con el tiempo, el espacio y las corrientes que marcan las épocas y los
procesos socio-políticos, económicos y culturales. No es una realidad
estática. Camina con los hombres y mujeres que protagonizan los cambios y
proponen nuevas ideas e invenciones que involucran a todos. Esta Iglesia,
extrae de la Palabra, del Espíritu que la anima y de los signos de los
tiempos, su inspiración y la energía que potencian su entrega apostólica y
su capacidad para adecuarse a las nuevas situaciones. El Concilio Vaticano
II expresó esta presencia de la Iglesia en el mundo con estos términos: " Los
gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de
nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez
gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada
hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón... La
Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y
de su historia" (GS 1).

Esta realidad humana y a la vez divina de la Iglesia, pide al cristiano estar


atento a los hechos que nos rodean, ser sal y luz en medio de ellos, y tener
una actitud crítica para discernir y optar en favor del Reino de Dios,
permaneciendo fiel al seguimiento de Jesús. Por ello vamos a considerar
algunos de los aspectos de la vida y del contexto de la realidad donde nos
toca vivir y testimoniar a Jesús muerto y resucitado, anunciando la Buena
Nueva del Reino con gestos de liberación y palabras de esperanza. La
Iglesia no puede ni debe replegarse sobre sí misma, en un encierro de
permanente invernadero. Ella está orientada hacia fuera para proclamar con
valentía el Evangelio de Jesús.
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2.1. COMPARTIMOS RAICES COMUNES CON TODA LA IGLESIA,
PERO ES LA MEMORIA PARTICULAR DE ESTE PUEBLO QUE
NOS PROVEE DE LA FUERZA PARA CAMINAR

Nuestra Iglesia Particular de Santa Cruz es heredera, en primer lugar, de la


Evangelización que llegara en la época colonial. El Evangelio penetró en
estas tierras por la acción de los misioneros religiosos y por los doctrineros,
de acuerdo con las metodologías de aquel entonces. La labor de estos
pioneros, sobre todo en las Reducciones y las Doctrinas, marcó
profundamente la vida religiosa de nuestro pueblo. Prueba de ello son las
actuales costumbres y expresiones que perviven hoy en los pueblos
guarayos, chiquitanos, guaraníes y en el alma popular de la gente sencilla
de los valles y de los llanos orientales.

Nuestra Iglesia particular es también heredera del caminar de la Iglesia


Universal y Latinoamericana. El Concilio Vaticano II (1962-1965) marca
para la Iglesia de Europa y de los demás continentes un hecho histórico sin
precedentes. Es un verdadero Pentecostés de renovación para los cristianos
y un redescubrimiento de la obra evangelizadora de la Iglesia en un mundo
en cambio. La II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano se
reúne en Medellín (Colombia), en 1968, para aplicar en América Latina las
conclusiones del Concilio Vaticano II. Así los Obispos releen los
documentos conciliares desde la situación de pobreza injusta del continente,
explicitan su opción preferencial por los pobres y hacen pública la denuncia
profética de las estructuras de pecado. Esto produce una profunda
renovación en la Iglesia de América Latina, alcanzando poco a poco a
Bolivia y, por consiguiente, a esta parte del Pueblo de Dios en Santa Cruz.

Este reencuentro de la Iglesia y su Mensaje evangelizador con los hombres


y mujeres concretos, situados en una historia, una sociedad en rápidas
transformaciones, con culturas originarias entre los pueblos de la meseta
andina y de los llanos amazónicos, puso a prueba el talento y la capacidad
creativa de esta misma Iglesia para producir nuevas respuestas a las nuevas
necesidades. Medellín (1968), mas tarde Puebla (1979), Santo Domingo
(1992) y el Sínodo de América (1997) constituyen una verdadera tradición
de un Magisterio eclesial que orienta y guía la acción, procesos pastorales,
pensamiento, estilo, lenguaje y mentalidad de los cristianos, que buscan
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constantemente renovarse, permanecer fieles a Dios siendo fieles a su
pueblo.

Esta es la razón, hermanos y hermanas de la Iglesia de Santa Cruz, que nos


llevó a preguntarles por la memoria viva de la fundación de sus
comunidades eclesiales, capillas, centros pastorales, aldeas rurales y
barrios. Asimismo les pedimos que nos diesen los nombres de sus
fundadores, protagonistas, servidores y animadores principales que les
dejaron una base suficiente para que el Evangelio y la Iglesia echaran raíces
en sus respectivos ambientes. Guardar esta memoria y apelar
constantemente a ella, es comprometerse con la Misión de la Iglesia y con
la transformación de la sociedad por la fuerza del Evangelio que libera y, en
Cristo, produce mujeres y hombres nuevos. Todo esto que ustedes nos han
contado con sencillez y transparencia, se convierte para todos,
especialmente para nuestros sacerdotes y agentes de pastoral, en una
referencia obligada que orienta el rumbo de todo el quehacer pastoral de
esta Iglesia. Estos aportes no son para que, olvidados, mueran en nuetros
archivos. La palabra y la conciencia concreta de los hechos comunitarios
compartidos son y serán siempre una fuente de inspiración, una raíz que
alimenta nuestra identidad cristiana y eclesial, un punto de apoyo que ayude
a movilizarnos a todos hacia objetivos comunes del Pueblo de Dios y una
verificación fehaciente de nuestros procesos de inculturación del Evangelio.

2.2. ALGUNOS ELEMENTOS QUE DESTACAN EN NUESTRA


REALIDAD ACTUAL

Nuestra realidad es compleja, necesita de estudios especializados para


descubrir la trama de todos sus elementos. No pretendemos analizarla con
ojos de especialistas, sino con ojos de la fe, partiendo de las opciones
propias de la Iglesia, especialmente "desde la vivencia de los pobres, con la
mediación de los valores evangélicos" (CEB, Aporte a SD 79). Por esto
solo señalaremos aquellos hechos y procesos socio-políticos, económicos y
culturales que son significativos para nosotros, hombres y mujeres que
vivimos en Santa Cruz hoy y en el futuro.

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a) Aspectos sociales
Hoy vivimos no solo cambios rápidos y profundos en nuestra sociedad sino
que vivimos, lo queramos o no, un cambio de época. Uno de sus
componentes claramente identificables es el fenómeno de la globalización.
Experimentamos que el mundo se convierte en una pequeña aldea en la que,
gracias a los medios de comunicación, la ciencia y la tecnología modernas,
podemos tener acceso directo a casi todas las dimensiones de la vida
humana. Ya no existen fronteras definidas que impidan la relación entre los
pueblos, los grupos y las personas. Por eso, quienes tienen el poder de la
economía y de los avances científicos actuales, pueden imponer el
ordenamiento social y el sistema que convenga a sus intereses. Este estilo
de vida toca, en efecto, a todos los ámbitos de la sociedad, desde lo
económico hasta lo educativo, desde lo político hasta lo religioso.

Los informes de nuestros grupos de base señalan varios fenómenos de tipo


social marcados, claro está, por la globalización: unos inquietantes y otros
esperanzadores. Uno de sus componentes es la migración no sólo del campo
a la ciudad, que vacía pueblos enteros y provoca un acelerado crecimiento
demográfico en la capital, sino también del interior y exterior del país. Este
hecho trae una indudable variedad de riquezas culturales, sociales y un
potencial productivo para el bien común. Pero al encontrarse en la ciudad
con un sistema que ofrece pocas fuentes de trabajo y de espacios de
acogida, esta situación produce una gran inestabilidad, crisis de identidad,
pobreza, marginalidad, delincuencia, drogadicción, alcoholismo abandonos
del hogar, mendicidad, desocupación y otros efectos para la mayoría de la
población, que debe contentarse con las migajas de una economía informal.

Otro hecho social que clama al cielo es el de la corrupción generalizada en


muchos niveles de la sociedad, pero sobre todo en el de la cosa pública. Lo
más deplorable es la impunidad y la facilidad con que se archivan los
procesos llamados a terminar con esta lacra social. A esta corrupción se
añade el tráfico ilícito de drogas que deteriora, aún más, los valores
humanos y destruye el sentido ético de las relaciones, creando una falsa
ilusión de riqueza y bienestar por el acceso a un dinero fácil. Estos hechos
ponen al descubierto otra de las situaciones que vivimos: la ausencia de una
cultura de la legalidad y, mas bien, una incultura de la manipulación de la
ley y del encubrimiento cómplice.

- 30 -
Es cierto que existen esfuerzos por parte del Estado y de las autoridades
constituidas, como también de algunas instituciones cívicas, para hacer un
frente común y eliminar la corrupción y el narcotráfico, pero son todavía
insuficientes y no alcanzan a asumir con eficacia la solución radical a tan
grave problema. Valoramos el rol protagónico de la prensa oral, televisiva y
escrita, y de personas valientes, que denuncian estos hechos
desenmascarando a los culpables, a riesgo de su propia vida y de la
seguridad de sus familias. Todos debemos animarlos a seguir propagando
con coraje los valores éticos y cristianos para despertar y formar las
conciencias.

Se observa además un creciente deterioro de las relaciones familiares y un


debilitamiento de su valor como base de la sociedad, sin seguridad y
estabilidad para la vida de sus miembros. Los índices de desintegración de
la familia son alarmantes. A ello se suman los cada vez más numerosos
abortos diarios, con los riesgos y estigmas sociales para la madre. Existe,
empero, el deseo manifiesto de reafirmar el valor de la institución familiar
para que constituya una vivencia y expresión del amor conyugal, paternal y
filial.

Es por demás sabido que un alto porcentaje de la población en nuestra


Arquidiócesis lo conforman los jóvenes y niños de ambos sexos. Ellos son
una fuerza decisiva para la sociedad y para la Iglesia en el presente y el
futuro. Pero también es cierto que nos falta vivir con seriedad la opción
pastoral por los jóvenes. La juventud y la niñez, junto a la presencia no
menos considerable y representativa en nuestro medio de tantas mujeres
que día a día optan por la vida, la justicia y el Evangelio, son una fuente de
recursos humanos de incalculables efectos multiplicadores en favor de
nuestro pueblo. Su participación en proyectos educativos, sus iniciativas
humanitarias y su rol en instituciones, organizaciones y en las comunidades
cristianas, están demostrando su capacidad creativa, su espíritu de
generosidad y disponibilidad de servicio entregado en favor de los demás.

b) Aspectos económicos
Vivimos y estamos manejados por una economía de mercado total, en
donde no cuentan las relaciones humanas, sino el dinero. La persona es

- 31 -
conciderada en tanto en cuanto produce y genera dinero, de lo contrario, si
disminuye su capacidad productiva, deja de ser útil y es marginada.

La nuestra es una economía del espectáculo, de la producción masiva y de


la explotación indiscriminada de recursos naturales. Con ella se crea la falsa
ilusión de que vivimos en una sociedad de bienestar para todos, cuando solo
favorece a unos cuantos que son quienes determinan los precios de los
productos montando un aparato propagandístico capaz de despertar
necesidades que no existen en la población consumidora. A ello
contribuyen los super-almacenes, la música, los festivales y los juegos. A
consecuencia de esta realidad injusta, ha aparecido en escena una nueva
categoría de grupos cada vez más numerosos: los excluídos sin rostro, sin
voz, sin nombre, sin historia, humillados y destrozados en su dignidad de
hijos de Dios y hermanos nuestros que claman por sus derechos.

No se puede desconocer el valor de esta economía que tiene una gran


capacidad para generar bienes útiles para la vida de las personas y pueblos.
Se orienta por criterios de eficiencia y dedicación, pero olvida que el centro
y lo esencial es la persona y su dignidad. Es la economía que debería estar
al servicio de los hombres y mujeres de esta sociedad, y no la persona
sometida al capricho y ceguera de las relaciones económicas.

En medio de esta fuerza avasalladora de mercado, emerge la capacidad


creativa de los sencillos para enfrentar con valentía y dedicación la defensa
de la vida forjando una economía de subsistencia. Nuestro pueblo, y sobre
todo la mujer, ha dado y da muestras de un potencial incalculable de
energía para no claudicar ante tantas amenazas contra la dignidad humana.

c) Aspectos políticos
Hay una estabilidad democrática en el país y en las regiones. Este es un
hecho positivo, pero con sus limitaciones. Estos últimos años se busca
consolidar el marco institucional en los diversos niveles de poder y
participación ciudadana. Una muestra de ello es la cantidad de leyes que se
han aprobado para regular la vida ciudadana en sus diversos campos y
necesidades, acomodándola así a las exigencias de la modernidad y del
sistema neoliberal que se impone. Esto, si bien da la sensación de entrar en
un proceso de reordenamiento social y jurídico positivo, no deja de ser mas
- 32 -
que una acomodación al sistema mencionado favoreciendo tan sólo a
algunos grupos de poder con intereses económicos fuertes, foráneos o
internos, y abandonando en el desamparo a la inmensa mayoría de nuestra
población.

Algunas de las tantas leyes promulgadas apuntan a objetivos que están al


servicio de los sectores menos favorecidos. Pero su reglamentación y la
aplicación práctica de las mismas, no están produciendo los frutos
esperados. Muchas veces postergan las aspiraciones y derechos de justas
reivindicaciones ciudadanas.

Por otro lado, constatamos con pesar que la práctica política ha perdido de
vista su valor y su objetivo: servir al bien común de la gente y sobre todo
elevar el nivel de vida de los sectores más desprotegidos. La apetencia
manifiesta de grupos y personas por el poder lleva consigo dudosas
motivaciones. La política se ha convertido en una carrera lucrativa,
insensible ante las necesidades vitales del pueblo: los "regalos"
coyunturales destierran las soluciones eficaces. Así todos los niveles de
organización y participación ciudadana tienden a una politización excesiva.
La política ha caído en el descrédito y el pueblo le quita peligrosamente su
confianza.

A todo esto se debe añadir el fenómeno de la reducción del rol de un


Estado, concebido sólo para asegurar los intereses del sistema neoliberal.
Según éste, el aparato estatal es sólo un facilitador de las relaciones
económicas y está al servicio del sistema de mercado, dejando de lado su
papel fiscalizador de las acciones de entidades y empresas privadas o
transnacionales y de velar por la justicia, la dignidad del país, su soberanía
y el bien de nuestra nación. Como resultado, tenemos una institucionalidad
que en lugar de proteger y apoyar los intereses de la Patria, sus fuerzas
organizadas se orientan a proteger el mercado y los intereses de las grandes
potencias extranjeras.

d) Aspectos culturales
Considerando que cultura es "el modo particular como los hombres de un
pueblo cultivan su relación con la naturaleza, entre sí mismos y con Dios"
(DP 386), Santa Cruz es un espacio que acoge a muchas culturas, antiguas

- 33 -
y nuevas, donde los pueblos originarios de la región cruzan su riqueza
cultural con el mestizaje impuesto por otros pueblos. En estos últimos años
se ha intensificado la inmigración de quechuas y aymaras desde la parte
occidental del país; ellos vienen con su propia cultura, rica y claramente
definida en valores y expresiones concretas. Otros grupos humanos del
exterior del país también se han asentado en nuestro territorio, trayendo
consigo sus propias características y valores. Todos forman un concierto
cultural de tal policromía de identidades diversas que dan a Santa Cruz una
fisonomía original y una riqueza cultural extraordinaria.

En esta realidad, se mantiene el esfuerzo por reconocer y afirmar la


coexistencia de la diversidad cultural originaria, nacional y local, junto a las
expresiones culturales del mundo actual. En el campo literario, autores
conocidos, instituciones cívicas y eclesiales, dedican su tiempo a recuperar
la memoria histórica de nuestros pueblos aborígenes y de los procesos
diversos que vivieron y viven los movimientos sociales. Empero, la llamada
"cultura moderna" o "pos-moderna" va ocupando espacios cada vez más
amplios y está imponiéndose, tanto en el área urbana como en el área rural,
a través de los medios de comunicación social. En ella predomina la
mentalidad científico-técnica que, con una confianza absoluta en la razón,
en la libertad individual y en la eficiencia práctica, cree poder resolver
todos los problemas sociales, económicos y políticos. Esta realidad tiene
valores muy positivos; sin embargo, en su afán de producir y de ganar
dinero, no le importa manipular los medios de comunicación para incitar al
consumo, alimentando en las personas falsas necesidades y el deseo de
experimentar el placer a niveles cada vez más sofisticados y costosos,
convirtiéndolas así en dependientes pasivas o en esclavas de lo material.

Este hecho interpela y desafía a nuestra sociedad que, para no perder su


identidad, tiene que afianzar y potenciar los valores comunitarios de
solidaridad, fraternidad, justicia, equidad, respeto a las personas y su
dignidad, defensa de la vida y de una libertad responsable. Este desafío
incluye también la construcción de una sociedad pluralista, expresada en
una gran diversidad de tendencias y culturas, llamada a convivir en unidad,
respeto y mutua cooperación. Esta doble tarea no está desvinculada del
amor y respeto a nuestra tierra; ella y todo lo que ella encierra son parte
indispensable para que la vida de las personas y pueblos tenga un marco y
un espacio de hogar para todos.

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3. LA BUENA NOTICIA DE DIOS
PADRE INSPIRA NUESTRAS LINEAS
PASTORALES

T
oda esta realidad que hemos recogido con atención, mirándola desde
la fe y con un afecto especial por los pobres, vamos a confrontarla
con la Buena Noticia del Padre revelada en Jesús, la Palabra de Dios
hecha carne (Jn 1,14), con la experiencia fundante de las primeras
comunidades cristianas y con la vida y el caminar de la Iglesia Universal y
Latinoamericana, para poder luego fundamentar nuestras opciones y asumir
entre todos las acciones más pertinentes.

En su tiempo, Jesús anunció el Reino de Dios (Mc 1,15; Mt 4,17), realizó


signos concretos de su venida y lo declaró presente y actuante en medio de
su pueblo (Lc 17,21). Hoy la Iglesia es el signo visible y sacramental de
este Reino proclamado por Jesús. Ella lo anuncia como Buena Nueva para
los pobres que, llenos de fe y esperanza, se alegran de esta noticia en medio
de una sociedad cuestionada por la miseria de muchos y la opulencia
escandalosa de unos cuantos. "Como Cristo realizó la obra de la redención
en pobreza y persecución, de igual modo la Iglesia está destinada a
recorrer el mismo camino a fin de comunicar los frutos de la salvación a
los hombres... Cristo fue enviado por el Padre a evangelizar a los pobres, y
levantar a los oprimidos (Lc 4,18), para buscar y salvar lo que estaba
perdido (Lc 19,10); así también la Iglesia abraza con amor a todos los
afligidos por la debilidad humana; más aún, reconoce en los pobres y en
los que sufren la imagen de su Fundador pobre y paciente, se esfuerza en
remediar sus necesidades y procura servir en ellos a Cristo". Por eso, "la
Iglesia va peregrinando entre las persecuciones del mundo y los consuelos
de Dios, anunciando la cruz del Señor hasta que venga" (cf. 1 Co 11,26)
(LG 8, c, d).

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La vida de Jesús y su Iglesia, animada por el Espíritu, va a ayudarnos a
mirar con sencillez y confianza la vida de nuestra Iglesia: qué hace, qué nos
dice, qué espera de nosotros. En esta iluminación de nuestra realidad, deseo
retomar lo que ustedes, amados fieles, han expresado con cariño y libertad
en nuestra vivencia sinodal. No pretendo quedarme sólo en conceptos
conocidos o en crear nuevas teorías. Quiero insistir sobre algunas notas
fundamentales de la Iglesia. Estas no se pueden aislar unas de otras, hay
que tomarlas en su conjunto, sin embargo vamos a profundizarlas en su
carácter individual y específico para comprender cuál es la Iglesia que
queremos construir y desarrollar en nuestros barrios y parroquias.

3.1. LA IGLESIA EVANGELIZA CUANDO


TESTIMONIA AL SEÑOR
RESUCITADO Y PROCLAMA EL REINO DE DIOS CON
HECHOS Y PALABRAS

a) Miremos nuestra situación


Evangelizar es la labor fundamental de la Iglesia, su dicha y vocación
propia, "su identidad más profunda" (EN 14). Ella "vive para evangelizar"
(DP 224). En su aporte, las bases de nuestra Iglesia de Santa Cruz han
notado sin embargo que hay falencias en este campo. Algunos agentes de
pastoral todavía están centrando su trabajo sólo alrededor de una fría
administración sacramental. Muchas homilías no llegan al corazón del
pueblo, no asumen la vida ni las preocupaciones de sus destinatarios. Las
familias, que son el lugar privilegiado de educación en la fe y en los valores
evangélicos, han ido perdiendo fuerza en esta noble tarea. En algunos
colegios "católicos" la enseñanza religiosa es deficiente. Algunas
estructuras de Iglesia, mantenidas en su antigua concepción, pierden su
actualidad y se cierran al diálogo y a la participación comunitaria.

Al lado de estos desafíos, los cristianos reconocen también la presencia de


signos alentadores que nos llenan de esperanza. La nueva evangelización
propuesta por el Papa (1983) está siendo asumida con coraje. Muchos
cristianos se han comprometido para hacer conocer a Jesús y vivir en
hermandad y solidaridad; otros han hecho esfuerzos para llegar a diferentes
casas, familias y comunidades. Hombres y mujeres, jóvenes y niños se han
integrado al trabajo de la catequesis sacramental (catequesis familiar, de
confirmación...). Cada vez en mayor número, los bautizados van asumiendo

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compromisos duraderos en grupos, movimientos apostólicos, Comunidades
Eclesiales de Base. Las misiones populares van motivando y movilizando a
aquellos cristianos que estaban al margen de la marcha de nuestra Iglesia.
Responsables de comunicación social, han introducido la voz del Evangelio
en la mayoría los medios (radio, prensa, TV). Además, la mayoría de las
parroquias urbanas y comunidades del campo cuentan ya con una
infraestructura que favorece la realización de encuentros y reuniones para
facilitar la labor evangelizadora de la Iglesia.

b) Jesús, el primer evangelizador


Esta vocación evangelizadora de la Iglesia no surge de una iniciativa
privada. Dios es quien ha tenido la iniciativa de acercarse a su pueblo, de
hacerse partícipe de su vida y de su historia (Ef 1,3-14). Él, por amor a su
pueblo, ha enviado a Jesús, su Hijo, para que nos muestre su rostro de
Padre.

Por eso, al inicio de su misión, Jesús declara que ha venido a proclamar la


llegada del Reino de Dios (Mc 1,15); asume las promesas expresadas por
los profetas y afirma que es su misión anunciar esta buena nueva a los
pobres (Lc 4,18-19). Así, El consagra todo su ministerio público a iniciar el
Reino de Dios, su Padre, comunicando vida y esperanza a su pueblo. Con
su vida y con su palabra, El muestra quién es Dios y cómo este Dios ama a
los pobres (Lc 10,21) y pecadores (Lc 19,9-10; Jn 8,11).

c) Los primeros cristianos son enviados a


proclamar la Buena Noticia
Después de su muerte y resurrección, Jesús envía a sus discípulos a
proclamar esta Buena Nueva a todas las naciones porque ellos son sus
testigos (Lc 24,46-48). El los envió también a bautizar y a enseñar todo lo
que ellos han aprendido (Mt 28,19). Antes de consagrarse a esta tarea, los
discípulos reciben el Espíritu Santo (Hch 2,1-4). Animados y conducidos
por este Espíritu, proclaman la buena noticia de Jesús, sin desanimarse ni
claudicar ante las dificultades y persecuciones (Hch 4,29-31). Al contrario,
ellos se alegran de haber sufrido por el Señor, porque deben continuar el
trabajo evangelizador del Hijo, aquí y ahora, "hasta que Dios sea todo en
todos" (1 Co 15,28).

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d) Toda la Iglesia es evangelizadora
Continuadora de la misión de los discípulos, la Iglesia está llamada a
evangelizar, haciendo suyas las palabras del apóstol "¡Ay de mí si no
evangelizara!" (1 Co 9,16). Esta misión pertenece "al cuerpo de los
pastores" (LG 23), pero el apostolado de los laicos "nunca puede faltar en
la Iglesia" (AA 1). La misión evangelizadora corresponde pues a todo el
Pueblo de Dios (DP 348; EA 66). En él, como bautizados y "desde
comunidades vivas" (SD 293), todos están comprometidos a anunciar el
evangelio de Jesús, para "formar hombres y comunidades maduras en la fe
y dar respuestas a la nueva situación que vivimos" (SD 26). Pero, en esta
tarea, un especial protagonismo corresponde a los laicos (SD 293) que, con
"el testimonio de su vida, por su palabra oportuna y por su acción
concreta" (DP 789), tienen la vocación de transformar desde dentro, como
fermento, todas las realidades humanas de las que son actores y
protagonistas. Además, comprometida con la Nueva Evangelización, la
Iglesia debe ser promotora decidida y activa de la dignificación de la mujer
(SD 105), contando con el liderazgo femenino y promoviendo su presencia
en la organización y animación de esta misión evangelizadora (SD 109; EA
45).

Proclamando la Buena Nueva, el evangelizador da a conocer a Jesús como


el Señor revelador del Padre y comunicador del Espíritu (DP 352), llama a
la conversión y lleva a la comunión con el Padre, ofreciendo así la
salvación. Esta salvación es liberación de todo lo que oprime a la persona,
"sobre todo liberación del pecado y del maligno" (EN 9), porque la
promoción humana es "parte integrante de la evangelización" (DP 355). El
cumplimiento de esta tarea, con la palabra y con el testimonio, nos exige a
todos creatividad, responsabilidad y búsqueda permanente de los valores
evangélicos.

e) Nuestra Iglesia de Santa Cruz tiene que ser


evangelizadora
Fiel a su misión, nuestra Iglesia ha dado pasos seguros para ser
evangelizadora, sin embargo, tiene que avanzar más todavía. Cada cristiano

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tiene que abrir su corazón a Dios y dejarse conducir por el Espíritu para ser
creativo y audaz discípulo del Señor. Por su bautismo, él está llamado a dar
testimonio valiente y solidario, procurando que la palabra de Dios se haga
vida y que su vida sea coherente con su fe; los seguidores de Jesús se
reconocen en la vivencia del amor (Jn 13,35) y en la práctica de las
Bienaventuranzas (EN 15).
La preparación de los agentes de pastoral, de los grupos y comunidades
organizadas, como de cada cristiano, tiene que ser consciente y constante.
Esta formación debe centrarse en el mejor conocimiento de las Sagradas
Escrituras y de la realidad. La Palabra de Dios es fuente de sabiduría y
alimento de nuestra fe; es indispensable conocerla, interpretarla
adecuadamente y vivirla en comunidad. La realidad nos sitúa en el tiempo y
la historia. Ella nos relaciona con la vida, nos interpela en las necesidades
de nuestros hermanos y nos invita a dar respuestas claras y concretas.
Esta experiencia compartida de la presencia de Dios en la vida y en su
Palabra no puede hacerse sin una profundización espiritual, sin la oración
(Lc 11,1). Este diálogo con el Señor tiene que generar una fuerte
espiritualidad eclesial y personal y, al mismo tiempo, desarrollar un sentido
crítico frente a la vida y animarnos en el análisis constante de nuestros
compromisos asumidos.
Por ello cada parroquia está llamada a evaluar sus programas de catequesis,
tratando de responder con seriedad y continuidad a los criterios de
orientación adoptados y profundizados en nuestra Arquidiócesis. Los
contenidos y la metodología de los materiales disponibles no pueden ser
foráneos ni deben quedarse en versión estática, tienen que responder a las
exigencias de la realidad del pueblo y de las nuevas opciones de nuestra
Iglesia de Santa Cruz.

3.2. LA IGLESIA MISIONERA CON PROYECCIÓN UNIVERSAL


a) Nuestra situación nos interpela
Dentro de los límites de nuestra Arquidiócesis, mucha gente no está todavía
debidamente evangelizada. Grupos enteros de la ciudad y del campo están
desatendidos y esperan la Palabra del Señor para iluminar sus vidas. Es
notable la falta de una presencia eclesial y de una acción decidida de

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sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos en varios sectores de la
población. Debido a ello, muchos de nuestros creyentes van a llenar su
inquietud religiosa y de compromiso social en otras denominaciones
religiosas, en donde con fecuencia son engañados, seducidos o
manipulados.
Por otro lado, nos alegra que numerosos agentes de pastoral estén abocados
a su labor misionera y de servicio a la Iglesia local; que algunos grupos de
religiosos(as) y de jóvenes, venidos a veces de otros países, pasen sus
vacaciones en el campo, compartiendo la vida de sus pobladores, dando
testimonio del Evangelio; nos complace que muchos laicos consagren su
tiempo libre al anuncio explícito de la Palabra de Dios. Sin embargo, no
debe dejar de preocuparnos el hecho de que aún no hemos asumido con
vigor y entusiasmo la dimensión misionera más allá de nuestras fronteras.

b) Jesús es el enviado del Padre: su misionero


Jesús consagra toda su vida a la misión encomendada por Dios, su Padre,
quien le envía, llevando una vida de misionero itinerante (Lc 8,1), yendo de
pueblo en pueblo, sin tener dónde reposar la cabeza (Mt 8,20). En estos
recorridos, El está atento a la realidad de la gente, a sus necesidades (Mc
8,2-3) y sufrimientos (Lc 9,10-11). Ante las urgencias vitales de su pueblo,
Jesús responde de acuerdo a la voluntad de su Padre (Jn 5,36) y, en su
consagración a esta tarea, es coherente: lo que anuncia, lo hace (Lc 6,36).
Se entrega a su misión hasta dar la vida (Jn 15,13) y morir en una cruz (Lc
23,33-34).

c) La Iglesia primitiva vive su envío con alegría


Enviados por Jesús, los discípulos proclaman el Evangelio a todo el mundo
conocido, comenzando por Jerusalén (Hch 1,7-8). Con la fuerza del
Espíritu, Pedro anuncia la Buena Nueva en Jerusalén a los judíos y al
pueblo (Hch 2,14s), ante el Sanedrín (4,8-12) y más tarde en Cesarea, a los
paganos (Hch 10). Felipe anuncia el Evangelio en Samaria y, por el camino,
bautiza a un etíope (Hch 8). Pablo es llamado por el Espíritu para
evangelizar (Hch 13,2) y se consagra plenamente al anuncio del Evangelio
primero a judíos y después a paganos, visitando pueblos y ciudades,
formando comunidades y designando a sus responsables (Hch 13 - 28).
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Perseguidos y conminados a callar, estos misioneros declaran: "No
podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído" (Hch
4,20). "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hch 5,29). Para
todos ellos, la prioridad fundamental es el anuncio de la Palabra (Hch 6,4).
Por esto, escribiendo a un responsable de Iglesia, Pablo insiste: "predica a
tiempo y a destiempo" (2 Tm 4,1-2).

d) La Iglesia universal y latinoamericana asume la


misión de Jesús
La Iglesia es misionera por naturaleza (AG 35; RM 48-49). Su misión es
anunciar en todas partes el Reino de Dios y caminar hacia él (RM 2).
Realiza esta misión movida por el Espíritu Santo, avanzando por el mismo
camino que siguió Jesús, "por el camino de la pobreza, de la obediencia,
del servicio, y de la inmolación de sí mismo hasta la muerte" (AG 5). Esta
Iglesia no debe quedarse encerrada en sacristías ni lugares sagrados;
enviada al mundo, está convocada a dar razón de su esperanza,
manteniéndose en permanente estado de misión, con una nueva conciencia
de ser Iglesia y con una nueva relación con el mundo. "La Iglesia local sólo
alcanza su pleno sentido en comunión y apertura misionera a la Iglesia
universal" (CEB, Aporte a SD 360). Por otro lado, la reacción auténtica de
aquella persona que encuentra al Señor "es comunicar a los demás la
riqueza adquirida en la experiencia de este encuentro" (EA 68). La fe se
fortalece dándola (RM 2). Si los bienes espirituales no circulan, se pudren y
mueren.

Esta misión "renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana" (RM


2) y compromete a todos sus miembros a hacer visible la presencia de Dios
en medio de la historia, con la vida y con la palabra, reflexionando y
celebrando esa presencia; a mostrar dónde está Dios y cómo hacer
fructificar los signos del Reino ya presentes en el mundo que evangeliza
(LG 16; AG 11); a luchar contra las fuerzas del mal expresadas en
destrucción, maldad, esclavitud y muerte. Como la misión de Jesús, la
misión de la Iglesia pasa por la inserción y la solidaridad con los pobres,
con los más abandonados y despreciados.

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e) Nuestra Iglesia de Santa Cruz desafiada a salir
fuera de sus fronteras
En nuestra Iglesia se acaba de celebrar el III Congreso Misionero Nacional.
Este acontecimiento ha sido un fuerte llamado a participar en la misión
universal de la Iglesia (RM 71; ChL 32-35; SD 125). Es cierto que, como la
población de Santa Cruz aumenta y se renueva constantemente, nuestra
Iglesia tiene la misión de anunciar el Reino de Dios en esta situación
concreta, respondiendo a los desafíos más urgentes. Esto no nos exime de ir
hacia los que necesitan del Señor y de nuestra solidaridad, de salir fuera de
nuestras fronteras. Más aún, si nos faltara esta perspectiva, estaríamos
siendo infieles a nuestra vocación bautismal.
Es urgente pues desarrollar una estructura y una espiritualidad misionera
para que nuestra labor y nuestra vida respondan a un estado de misión
permanente. Necesitamos personas capacitadas, agentes con sólida
formación, que descubran y desarrollen sus propios dones y ayuden a los
demás a hacer lo mismo. Necesitamos también comunidades con espíritu
misionero, seguras en su identidad cristiana y volcadas hacia los demás.
Estas personas y comunidades misioneras deben estar animadas por un
proyecto común, por una visión clara y unitaria de las líneas de acción de
nuestra Iglesia (SD 12 y 462). Ellas deben tener conciencia clara de su
misión: estar allí donde todavía no se ha anunciado el evangelio; proclamar
el mensaje de Jesús con entusiasmo y decisión, pero también vivirlo y
practicarlo con valentía.

3.3. LA IGLESIA: COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN


a) Nuestra situación nos interroga
Ustedes mismos han constatado que algunas parroquias mantienen todavía
un esquema centralizado, donde el sacerdote acapara todo el poder de
decisión y los laicos ejercen el papel de simples “ayudantes”. Hay quienes
consideran que más de un párroco maneja la parroquia como si fuese su
"propiedad privada". En este ambiente no brota el diálogo y la
participación. Por otro lado, los laicos se dan cuenta de que carecen de una
formación adecuada para comprender y responder a los retos del presente.
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No faltan quienes aún tienen dificultades para aceptar que no hay
contradicción entre jerarquía y carisma. No existe la coherencia y la
coordinación debidas entre los distintos proyectos y los otros servicios e
instancias eclesiales. Además, gran parte de las tareas eclesiales dependen
de ayudas económicas externas. El sentido de pertenencia a la Iglesia y la
corresponsabilidad afectiva y efectiva de cada cristiano no han sido
afianzados.

Felizmente, desde hace algunos años, nuestra Iglesia ha ido viviendo y


fortaleciendo un espíritu comunitario y participativo: muchas familias -
papá, mamá e hijos - se han comprometido en la catequesis familiar;
jóvenes y adultos, integrantes de movimientos apostólicos y de CEBs,
participan activamente en organismos de decisión de la Iglesia. Se han
organizado los sectores pastorales y reorganizado las parroquias, con
nuevos centros de encuentro y de participación, tomando conciencia de la
necesidad de una respuesta orgánica y eficiente ante los nuevos problemas.
Todo este caminar ha sido animado y acompañado por nuestras Asambleas
de agentes pastorales, verdadero espacio de comunión y de participación.
Fue allí, en la IV Asamblea, que decidimos realizar nuestro Sínodo para
fortalecer nuestro caminar y adoptar nuevos compromisos.

b) Jesús forma una comunidad de discípulos,


asociados a su misión
La Iglesia no responde a ningún proyecto humano, sino al proyecto del
Padre, revelado en el ministerio de su Hijo. En efecto, Jesús no realiza su
misión solo. Llama a colaboradores (Mc 1,16-20), vive con ellos formando
un equipo, una comunidad de vida y de acción (Mc 3,13-19). Ellos le
acompañan en su ministerio (Mc 10,46) y El comparte con ellos su misión
(Mc 6,7), les envía a anunciar el Reino de Dios, dándoles poder para curar
enfermos (Lc 9,1-2). En esta comunidad, los hombres y las mujeres tienen
su lugar, ambos son admitidos en relaciones de fraternidad y de amistad (Lc
8,1-3). Por eso, al acercarse el momento de su pasión, Jesús no les llama
servidores, sino amigos (Jn 15,14-15). Y después de su resurrección, El les
deja toda la responsabilidad de la misión (Mc 16,15-18), pero no los
abandona. Les da su Espíritu (Jn 20,22) y promete estar con ellos hasta el

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fin de los tiempos (Mt 28,20), porque donde dos o tres se reúnen en su
nombre, El está en medio de ellos (Mt 18,20).

c) Los primeros cristianos vivían unidos


Fortalecidos con esta experiencia de vida comunitaria con Jesús, los
discípulos viven unidos y comparten todo lo que tienen (Hch 2,44-45;
4,32). Este ideal descrito por Lucas, del que da algunos ejemplos (Hch
4,36-37), Pablo lo formula de manera diferente. Comparándolo con el
cuerpo humano (1 Co 12,12-27), él nos habla de la Iglesia "Cuerpo de
Cristo", donde todos los miembros tienen una función y una
responsabilidad (Rm 12,4-8; 1 Co 12,28-30). Para él, estas funciones
corresponden a servicios y a ministerios determinados. Sin embargo, todos
deben fortalecer esta corresponsabilidad (Ef 4,1-6), haciendo un esfuerzo
constante para mantener la unidad y la diversidad, en el respeto del uno y
del otro (Jn 17,23).

d) Toda la Iglesia avanza hacia la unidad y la


participación
En el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha tomado conciencia de su identidad
de Pueblo de Dios que vive y se organiza en comunión fraterna. A imagen
de la Trinidad (DP 211ss; EA 33); ella es misterio de comunión con Dios y
entre los creyentes y es enviada en misión. En ella, todos los miembros
participan de la misión salvífica, con sus diversos carismas. Nadie puede
decir que sea cristiano a título particular, nadie puede decirse hijo de Dios
sin sentirse hermano de los hombres (DP 326-327). Algunos son llamados
para representar a la comunidad y actuar en nombre de Cristo, cabeza y
guía de su Iglesia, pero todos son convocados no sólo a recibir, sino a
participar y desarrollar sus talentos, formando parte de ella como "piedras
vivas" y construyendo el Reino de Dios. En la Iglesia local, este espíritu se
concreta en una pastoral de comunión, donde todos comprometen su
voluntad y su esfuerzo por un proyecto común, según el plan del Padre, y
sacrifican perspectivas unipersonales y de pequeños grupos. En esta Iglesia
participativa y comunitaria, las Comunidades Eclesiales de Base, son
grupos que ofrecen espacios para madurar en la fe, en la práctica de la
unidad, y en la acción de servicio para los que sufren (DP 640s; CEB,
Aporte a SD 397; SD 61).
- 44 -
e) En la Iglesia de Santa Cruz estamos convocados
a ser miembros activos
En el inicio del nuevo milenio, el Señor nos convoca a recordar "nuestras
raíces" para vivir, en nuestra situación, la común-unión de la comunidad
primitiva. Este llamado nos compromete a construir comunidades vivas,
fundamentadas en el contacto personal y abiertas a la participación de todos
(SD 54). Esta comunidad debe partir de la familia, con sus problemas, sus
valores y sus esperanzas e integrar en su seno, con evangélica atención, a
las personas que están en "situación irregular" (viudas, madres solteras,
divorciadas y casadas nuevamente...). Hay que escuchar el clamor de los
sencillos, a quienes Dios revela su bondad (Lc 10,21), y tener como
distintivo la preocupación por los humildes.

Como miembros de esta Iglesia tenemos que fomentar la participación a


nivel comunitario, parroquial y arquidiocesano, creando espacios de
decisión y de acción. Urge superar el clericalismo, proyectando un modelo
de Iglesia-comunión, con estructuras que reflejen la participación activa de
todos, hombres y mujeres. Este llamado se dirige a los responsables, para
que incentiven el concurso de un mayor número de personas que
manifiesten su interés por la vida integral de su Iglesia en los grupos y
espacios carentes de organización de base. Tiene que llegar el día en que
nuestra Iglesia organice y construya su vida también en el aspecto
económico, trabajando por el autofinanciamiento de sus acciones y
servicios. Ese día estaremos dando un signo de madurez y de libertad.

3.4. LA IGLESIA SOLIDARIA INMERSA EN LA VIDA INTEGRAL DE


SU PUEBLO

a) Somos interpelados por nuestra situación


En muchas comunidades hay una ausencia de servicios sociales. En algunos
sectores, las necesidades apremiantes de la inmensa mayoría se quedan sin
una solución adecuada y digna. Las comunidades cristianas no están bien
organizadas y los organismos existentes no responden con efectividad a sus
problemas más urgentes. Los líderes son insuficientes y algunos de ellos no
cuentan con el compromiso de la base. Además, en muchos casos, se confía
demasiado en la ayuda externa y no se apoyan programas ni se generan
- 45 -
aportes locales. Hay obras y acciones que por su excesivo costo económico
difícilmente serán asumidas por la Iglesia local.

Sin embargo, la opción evangélica de nuestra Iglesia por los pobres es


motivo de alegría. Los cristianos organizan la solidaridad en los barrios y
parroquias a través de las Caritas parroquiales y de otras múltiples y
calladas acciones. Las instituciones eclesiales realizan un trabajo de
promoción y de liberación, paliando la extrema indigencia de la gente de
barrios periféricos y de pueblos del campo. Estas instituciones no inciden
solo en el aspecto económico, sino también en el campo de la educación y
de la salud (AA 5, 7).

b) Jesús pone en marcha un proyecto de solidaridad


En Nazaret, al inicio de su ministerio público, Jesús proclama su proyecto
de evangelización (Lc 4,18-19). Poco después, ante testigos, El demuestra
que su proclamación se hace realidad: "los ciegos ven, los cojos andan..."
(Mt 11,5). La acción solidaria de Jesús revela así, con transparencia, al Dios
de la vida y da testimonio de que El vino para que todos "tengan vida y la
tengan en abundancia" (Jn 10,10). Él experimenta y vive la consecuencia
más profunda de su solidaridad con los hombres en la cruz (Lc 23,34),
entregando su vida. Pero, solidario con Jesús y su proyecto, Dios confirma
su vida y su palabra, dándole el Reino Eterno (Flp 2,6-11). Esta actitud de
Jesús descubre el secreto de muchos corazones (Lc 2,34-35) y llama a la
conversión y a la solidaridad (Lc 19,8), porque nadie puede servir a Dios y
al dinero (Mt 6,24).

c) Hagamos memoria del testimonio de la Iglesia primitiva


Los primeros cristianos no limitan su compromiso a la predicación de la
palabra o a la oración, ellos se ocupan también de los desprotegidos y tratan
de resolver sus problemas poniendo todo en común (Hch 2,44; 4,32). De
esta manera, entre ellos, no había ningún necesitado (Hch 4,34-35). Con el
mismo espíritu, consciente de las necesidades de la comunidad de
Jerusalén, Pablo invita a los hermanos de Corinto a colaborar
económicamente haciendo un "servicio de carácter sagrado" (2 Co 8 - 9).
Este aporte es administrado por personas de confianza de la comunidad.

- 46 -
d) La solidaridad es el servicio privilegiado de la Iglesia
La Iglesia universal animada por el Espíritu del Resucitado comparte y
asume como propio "el gozo y la esperanza, las lágrimas y angustias del
hombre de nuestros días" (GS 1). Ella avanza en la historia con toda la
humanidad, experimentando la suerte terrena del mundo, propio de la
condición humana, y ofreciendo el don divino de la salvación (GS 3). La
Iglesia latinoamericana considera un "escándalo y una contradicción con el
ser cristiano, la creciente brecha entre ricos y pobres" (DP 28), reconoce
en los rostros concretos de la pobreza (DP 32-39) "los rasgos sufrientes de
Cristo" que "cuestiona e interpela" (DP 31), hace suyo el clamor de los
pobres (SD 296) y opta por ellos, solidarizándose con sus luchas y sus
aspiraciones (DP 1134-1165). La Iglesia boliviana se compromete a
evangelizar integralmente a los bolivianos "desde la opción evangélica por
los pobres" (Directrices Pastorales 1986-1991, Objetivo General),
asumiendo el servicio urgente a la vida de los pobres y abandonados,
principalmente "de la mujer, niños abandonados, presos, indígenas,
migrantes, campesinos, obreros y otros" (Iglesia Comunicadora de vida y
esperanza, 86). Amando a los pobres, solidario con ellos, "el cristiano imita
las actitudes del Señor" (EA 58).

e) El desafío de nuestra Iglesia de Santa Cruz: vivir


la solidaridad
La palabra y la acción de nuestra Iglesia de Santa Cruz deben ser "buena
noticia" para todos desde la realidad empobrecida de nuestros barrios y
pueblos. Ella tiene que trabajar al servicio de la persona humana, al estilo
de Jesús, para que los más necesitados y marginados sean autores de su
propia historia (GS 74; ChL 42).

Para plasmar esta exigencia del Evangelio es necesario un conocimiento


objetivo y afectivo de la realidad. Los datos estadísticos son importantes,
pero no son suficientes. Ellos tienen que estar fundados en una relación de
diálogo con la realidad, sentido con el corazón (cf. Mt 9,36; Lc 7,13).

Es necesario también un compromiso creciente de la comunidad eclesial en


su conjunto y en todos los niveles. Ella debe ser el marco de la solidaridad y
de la participación y el espacio de las realizaciones concretas. Tiene que

- 47 -
organizar los servicios y los recursos disponibles, coordinando con los
miembros de la comunidad civil y con las instituciones de apoyo. Debe
fomentar y proveer la formación de sus miembros en el conocimiento y
defensa de los Derechos Humanos y en la transformación de la realidad (EA
54). Además, debe promover el trabajo en equipo y desarrollar una
conciencia ecológica, de respeto a la tierra y a todos los medios que la
naturaleza nos ofrece (Gn 1,29-30; Dn 3,57-82).

A cada cristiano en particular le corresponde hacer suyas las decisiones a


favor de los pobres y asumirlas con alegría y esperanza. Su testimonio es
dar ejemplo de pobreza solidaria en el lugar donde vive, combatiendo el
individualismo, el consumismo, el paternalismo político. Debe adoptar
hábitos saludables, rechazando los vicios, el alcohol, las drogas. Al mismo
tiempo, está llamado a participar activamente en organismos populares,
laborales, eclesiales, económicos, culturales, políticos. El amor auténtico,
vivido con humildad y sencillez, nos dispone a construir estructuras más
humanas y más cristianas.

3.5. IGLESIA PROFÉTICA EN FIDELIDAD A DIOS Y A LOS


EXCLUÍDOS DE LA SOCIEDAD

a) La situación de nuestra Iglesia nos cuestiona


Vivimos en una sociedad que cultiva la injusticia y los cristianos
mantenemos todavía el divorcio entre la fe y la vida. Nos envuelven las
tensiones entre clases, grupos y regiones. Esta situación se percibe también
entre algunos agentes de pastoral. No siempre los signos que producimos
expresan nuestros compromisos evangélicos. Además, como cristianos
organizados ofrecemos un débil acompañamiento a los marginados.
Tenemos miedo de hablar y de actuar en su favor ante las instancias
correspondientes.
Felizmente son cada vez más los sectores de iglesia que asumen una postura
más profética, denunciando situaciones de injusticia y anunciando al Dios
de la vida. Muchos laicos se enrolan en organizaciones de Iglesia y de la
sociedad para luchar por la dignidad de cada persona, por los derechos
sociales de los menos favorecidos, por la vida personal y social. Son sobre
todo los jóvenes que se comprometen con mayor esperanza a plasmar el
Evangelio en la vida.
- 48 -
b) Jesús: una vida profética
Siguiendo la corriente profética, Jesús denunció el mal de su época, anunció
el proyecto de Dios y comenzó a transformar la realidad. Denunció el
"orden" existente como contrario al plan de Dios e hizo notar la hipocresía
de los fariseos (Mt 23,4-5). Anunció "buenas noticias para los pobres" (Lc
4,18; 7,22), proclamando el Reino de Dios (Mc 1,15). En este Reino, los
últimos son primeros y los primeros los últimos (Mt 20,1-16), los pobres
son proclamados bienaventurados (Lc 6,20-24) y los ricos son llamados a la
conversión (Lc 6,24-26; 18,24-27). Jesús no se limitó a denunciar y a
anunciar; con sus acciones transformó la situación de los pobres y
pecadores para que sean actores de su destino. Y para enseñarnos a ser
constructores del Reino, realizó muchos gestos simbólicos (Mc 11,15-19)
identificándose con los pobres (Mt 25,40.45). Él mismo muere en la cruz,
como un excluído y un marginado; pero Dios lo arranca de los lazos de la
muerte y le otorga la vida, constituyéndolo Señor y Cristo (Hch 2,36; Flp
2,11).

c) La Iglesia primitiva prolonga el compromiso


profético del Señor
Las primeras comunidades cristianas han sido formadas por los humildes y
sencillos (1 Co 1.26-29). Han nacido y se han desarrollado en medio de un
imperio donde dominaba la muerte. A través de su vida ordinaria y
cotidiana, han difundido una nueva forma de definir y vivir la realidad. Han
experimentado el amor a Dios en la fraternidad, en la solidaridad con los
pobres, en la defensa de los débiles. Así, los primeros cristianos
transformaron valores, ambientes, conciencias personales y colectivas,
modelos de sociedad y de comportamiento.

d) La Iglesia universal y latinoamericana opta por


los pobres
La Iglesia actual desea seguir el camino de Jesús (DP 1141; SD 178). Ella
"reconoce en los pobres y en los que sufren la imagen de su fundador" (LG
8) y opta por dar "preferencia efectiva a los sectores más pobres y
necesitados" (Med, Pobreza, 9; SRS 42) y se compromete "en la liberación
de todo el hombre y de todos los hombres" (Med, Juventud, 15; EN 30-31).

- 49 -
Como pueblo profético, la Iglesia discierne las voces del Señor en la
historia, anuncia "la presencia de su Espíritu" y "denuncia dónde actúa el
misterio de iniquidad" (DP 267). Y ella misma debe mostrar signos de
verdadera "valentía" "en total libertad frente a cualquier poder de este
mundo" (SD 50).

e) Nuestra Iglesia de Santa Cruz llamada a seguir


los pasos de Jesús
Nuestra Iglesia ha avanzado en la defensa de cada persona, respetando la
dignidad humana y su categoría de hija de Dios. Pero nos toca todavía hacer
esfuerzos para tomar conciencia de la situación de injusticia y corrupción
que impera en nuestros pueblos y de la cuál - aún siendo creyentes
comprometidos - apareceríamos como encubridores o cómplices, si no
tuviéramos la clarividencia para denunciarlas.

No podemos seguir tolerando amenazas contra la vida humana, repudiamos


la discriminación de la mujer y de tantas otras personas (GS 75 y 79).
Debemos liberarnos de la corrupción y explotación, denunciando
situaciones de injusticia y anunciando una vida nueva, con un testimonio
transparente, basado en la fraternidad y la justicia. Y, desde los pobres, es
urgente evangelizar los sectores de influencia y de decisión de nuestra
sociedad.

3.6. IGLESIA QUE CELEBRA EL ACONTECIMIENTO PASCUAL DE


JESÚS EN LA VIDA

a) Nuestra situación nos invita a la reflexión


En muchas de nuestras celebraciones se nota aún la apatía de algunas
personas que asisten pero no participan. Otras se dejan llevar por la
emotividad externa. Algunas, exigen el sacramento por la importancia
religiosa y social del rito o por la necesidad de tener los documentos
legales. Obscurecen el auténtico sentido de las fiestas y devociones
populares con excesos en la bebida y desviaciones mercantilistas. Además,
la mayoría de nuestra gente tiene poco conocimiento del contenido bíblico
y pastoral de nuestra liturgia.

- 50 -
Sin embargo, nuestro pueblo celebra con gozo los acontecimientos de la
vida personal y social y mantiene gran aprecio por los sacramentos y sus
ministros. En las celebraciones de algunas parroquias, capillas y pueblos,
los laicos y, sobre todo las mujeres, tienen una activa participación. Bien
preparados, los tiempos litúrgicos fuertes animan la fe y el compromiso de
muchos cristianos. La fiesta de la Virgen de Cotoca, con todas sus
exigencias renovadoras, va animando el caminar de nuestra Iglesia y
comprometiendo a todos los sectores pastorales, las parroquias y los
diferentes grupos organizados. La imagen de María, nuestra Madre, está
presente en casi todos los hogares cristianos, como camino y guía para
seguir Jesús. Sin embargo no siempre se entiende la preocupación de la
Virgen cuando ella nos invita a hacer lo que su Hijo nos manda.

b) Jesús comparte y celebra la vida de su pueblo


En su ministerio público, Jesús comparte las alegrías y las tristezas de su
pueblo. Participa de las bodas de Caná (Jn 2,1-12) y llora ante la tumba de
Lázaro (Jn 11,35). Participa en banquetes con toda clase de gente:
pecadores (Mc 2,15; Lc 19,5), fariseos (Lc 7,36; 14,1s). Defendiendo a sus
discípulos, invita a los fariseos y maestros de la Ley a vivir en un clima de
alegría (Lc 5,34). Frente a la acción reveladora de su Padre, le agradece
públicamente y manifiesta su total acuerdo (Lc 10,21). En su enseñanza,
invita a celebrar los acontecimientos en los que se manifiesta el amor de
Dios (Lc 15,5.21.22). En la Ultima Cena, declara que deseaba muchísimo
comer la Pascua con sus discípulos (Lc 22,15-16). Después de su
resurrección, en la casa de Cleofás, Jesús hace los mismos gestos que en la
noche de Pascua (Lc 24,30). Además, no solo les ofrece algo de comer (Jn
21,9.12), sino que él mismo come delante de ellos, para fortalecer su fe y su
confianza (Lc 24,42-43).

c) La Iglesia primitiva celebra la presencia del


Señor en su propio caminar
Siguiendo los pasos de María (Lc 1,46), la Iglesia celebra la grandeza del
Señor y se mantiene en oración (Hch 1,14). Después, celebra la presencia
del Señor resucitado. Los apóstoles y los discípulos "parten el pan" y
comen "con alegría", bautizan (Hch 2,41-46), imponen las manos (Hch
8,17; 9,17) y todos alaban al Padre por los beneficios que Él concede a

- 51 -
través de sus servidores (Hch 2,47; 3,9). Toda la comunidad celebra las
acciones de Dios. Y cuando están faltos de iniciativa, Pablo afirma que el
Espíritu viene en ayuda de sus fieles (Rm 8,26) para clamar al Padre
diciendo: Abba!, Papito! (Ga 4,6). La celebración del Día del Señor siguió
a la Resurrección de Jesús (Hch 20,7) y debe continuar hasta su retorno (1
Co 11,23-26).

d) La Iglesia universal y latinoamericana orienta


nuestra liturgia
La Iglesia no sólo es enviada por el Señor a anunciar el Reino de Dios, sino
también a realizar la obra de la salvación "mediante los sacrificios y los
sacramentos" (SC 6). En la celebración litúrgica, que es cumbre y fuente de
vida eclesial (SC 10; DP 938), "fiesta de comunión eclesial" (DP 918), ella
manifiesta el misterio de Cristo y su naturaleza más auténtica (SC 2). Por
ello, toda acción litúrgica no es una acción privada sino una celebración de
comunidad (SC 26). En ella, todos los cristianos deben participar
"consciente, piadosa y activamente" (SC 48). Al mismo tiempo, toda
celebración debe tener una proyección evangelizadora, "adaptada a las
distintas asambleas de fieles" (DP 928).

e) Somos convocados a celebrar a Dios en nuestra


historia
Nuestra Iglesia está convocada a seguir avanzando con gozo e hidalguía por
el camino de renovación que ya ha empezado. Los cristianos, en comunión
con sus pastores, deben hacer que sus celebraciones sean un acontecimiento
festivo, una celebración de la fe y la vida (1 Ts 5,16). Estas celebraciones
deben ser dinámicas y reflejar la vida pluricultural de los participantes,
utilizando símbolos creativos y significativos. Para ello, es necesario
organizar equipos de animación, con la formación adecuada de todos los
que prestan algún servicio o ministerio.

Cada cristiano debe tomar conciencia de la importancia y la nobleza de los


sacramentos, participando de las preparaciones previstas en las parroquias y
sectores (CEB, Orientaciones teológico-pastorales para la animación de la

- 52 -
liturgia en Bolivia, 47s). Con esta conciencia, las fiestas serán organizadas
con más entusiasmo y sana alegría, honrando al Señor que viene a formar
parte de nuestras vidas (SD 36; CEB, Orientaciones..., 283-289).

Cada cristiano tiene también la responsabilidad de fomentar la oración en


su familia, en su comunidad. Esta oración en común, no debe encerrarnos
en nosotros mismos, sino abrirnos hacia los demás, hacia los necesitados y
hacia aquellos que no comparten nuestra misma fe, asumiendo así la
oración de Jesús (Jn 17,17 y ss).

Los ministros ordenados y los consagrados y consagradas no pueden


permanecer al margen de la vivencia litúrgica. Son ellos los guías y
modelos de cómo se vive, se ama y se celebra al Dios que los ha elegido.
Sin el compromiso creativo y humilde de parte de todos los agentes de
pastoral es difícil llegar a liturgias inculturadas tan ansiadas por el mismo
pueblo.

3.7. IGLESIA SERVIDORA A IMAGEN DE SU SEÑOR


a) Nuestra situación: temores y esperanzas
Nuestra Arquidiócesis cuenta aproximadamente con un presbítero por cada
8000 católicos y una religiosa por cada 3000. Este número de consagrados
al Evangelio es alentador pero no es suficiente para atender las necesidades
de todos, tanto en la ciudad como en el área rural. En algunas parroquias
extensas es imposible una atención pastoral personalizada. Además, la
sociedad de mercado va produciendo personas individualistas, materialistas
y competitivas. Todo se mide por el tener, el placer y el poder, lo que invita
a una vida fácil y sin compromisos serios y definitivos. Esto produce vacíos
humanos y rompe las relaciones cercanas y personales.

Pero tenemos motivos para alegrarnos y aumentar nuestra esperanza. El


Señor continúa llamando a jóvenes de nuestros barrios y pueblos a su
servicio y éstos, con entusiasmo, están dando una respuesta positiva a este
llamado, ingresando a nuestro Seminario. Allí, ustedes lo saben, está el
corazón de nuestra Iglesia. Por otro lado, la inmensa mayoría de nuestros
sacerdotes sigue todavía formada por meritorios misioneros que vienen de
otras Iglesias y países, pero nos alegra saber que el número de sacerdotes

- 53 -
nativos va en aumento. Junto a estos "consagrados" al evangelio, tenemos
también laicos, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, incluso niños,
comprometidos en la tarea de la Evangelización.

b) Jesús, el servidor de todos


Jesús llama a todos a ser sus discípulos, señalándoles las exigencias (Lc
9,23-24). Pero, a algunos de entre ellos, los llama para estar con El y
compartir su misión (Lc 6,13). A éstos, los elige, los envía y les exige dar
fruto abundante (Jn 15,16). Les da autoridad, pero les advierte que esta
autoridad se realiza en el servicio (Lc 22,25-30). A "sus discípulos", les
confía una misión importante (Jn 20,21-23), pero a Pedro, le llama para una
tarea especial (Jn 21,15-19).

c) La Iglesia primitiva, testimonio de servicio y


corresponsabilidad
Los discípulos del Señor son conscientes de que El los ha llamado no para
vivir aislados, sino para caminar organizados, en comunidad. En ella, todos
tienen derechos y obligaciones semejantes, cada uno responde según el don
que ha recibido (1 Co 12,4.27-28). Todos estos carismas y ministerios están
orientados hacia la unidad del Cuerpo de Cristo y para el servicio de la
comunidad. Todos los bautizados, como "piedras vivas" (1P 2,5.9), son
llamados a colaborar en la construcción del Reino, porque el Espíritu del
Señor se manifiesta en todos (1 Co 12,7).

d) La Iglesia universal y latinoamericana sigue los


pasos de su Maestro
Dios llama a todos los hombres a la "comunión y participación" en su
Iglesia (DP 852). Todos construyen el Reino de Dios en la tierra, pero cada
uno según su carisma, según su función y vocación específica (Med,
Laicos, 7; DP 853): en el ministerio ordenado, en la vida consagrada y en la
vida laical.

El ministerio ordenado tiene la finalidad suprema de anunciar el evangelio


(EN 68). Es un servicio a la humanidad en orden al Reino, en fidelidad al
- 54 -
Señor y a los pobres (SD 67). Esto exige cercanía a las personas y compartir
con ellas su situación de sufrimiento y sus anhelos de justicia y liberación
(SD 74).

La consagración religiosa pertenece a la vida íntima y santidad de la Iglesia


(LG 44), ella encarna su anhelo "de entregarse al radicalismo de las
bienaventuranzas" (EN 69). Ella hace presente la fuerza del evangelio en
todas las situaciones de la vida (SD 85), con su testimonio y su dinamismo
pastoral (SD 90).

Los laicos tienen su misión fundamental en el corazón del mundo, poniendo


en práctica "todas las posibilidades cristianas y evangélicas" (EN 70). Ellos
son llamados a ejercer la función profética, sacerdotal y real de Cristo (SD
254). Por esto, pueden ser llamados a colaborar en el crecimiento y la vida
eclesial, "ejerciendo ministerios muy diversos según la gracia y los
carismas que el Señor quiera concederles" (EN 73). Ellos deben tener "una
formación integral, gradual y permanente" (SD 99) para ser protagonistas
de la vida de la Iglesia (SD 103).

Las vocaciones son signo y fruto de la madurez, dinamismo y autenticidad


de la comunidad eclesial: evangelizadora, misionera, profética, solidaria,
celebradora de la vida de Dios y ministerial (SD 119).

e) El compromiso de nuestra Iglesia de Santa Cruz


La misión de construir el Reino es tarea de todos los bautizados: de los
ministros ordenados y de los laicos (hombres, mujeres, jóvenes, niños) (AA
2; LG 31; CIC 204 y 225). Los ministros ordenados tienen el servicio de la
coordinación, de la participación y de la conducción de la comunidad
eclesial (LG 20, 22, 23; AG 18; PO 2, 7-8). Tienen que ser, a exigencia de
todos los cristianos, "verdaderos pastores, sacerdotes y consagrados
íntegros, personas de comunidad, ministros de trato amable y acogedor,
con formación competente y actualizada". Los laicos tienen una presencia
mayoritaria en la vida de nuestra Iglesia. Ellos tienen como principal tarea
el ser fermento evangélico en la masa de la sociedad (LG 31; AA 7), pero
también participar activamente a nivel de decisión eclesial y de acción
pastoral.

- 55 -
La inquietud prioritaria de nuestra Iglesia es la de promover vocaciones
nativas, de sacerdotes, de religiosas y de laicos comprometidos en la
marcha de la sociedad y de la Iglesia. En esta tarea, el compromiso
comunitario y participativo en grupos de base y en pequeñas comunidades
posibilita el surgir de vocaciones, contando con el apoyo conjunto y
organizado de la pastoral juvenil, vocacional, universitaria y familiar (SD
114). También la familia, que es la célula fundamental de la Iglesia y el
lugar adecuado para promover vocaciones, tiene que apoyar y acompañar
las vocaciones de sus hijos. Esta es una de sus tareas fundamentales.

Todos los miembros del Pueblo de Dios tenemos la responsabilidad de


acompañar, orar y caminar junto a nuestros pastores, ayudándoles a que
vivan su vocación. Pero este apoyo no debe limitarse al aspecto espiritual,
sino a la integridad de sus personas y de sus acciones, asegurando para ellos
una honesta sustentación económica.

3.8. LA IGLESIA ECHA RAÍCES EN TIERRAS CRUCEÑAS Y SE


EXPRESA CON UN LENGUAJE Y ROSTRO PROPIOS

a) La diversidad de nuestra situación


La población de Santa Cruz tiene una fisonomía muy particular. Es fruto de
un encuentro de pueblos y de culturas donde cada uno conserva su propia
identidad y su propia historia. De ella participan los grupos originarios de
este territorio, entre ellos, los guaraníes o chiriguanos, los chiquitanos, los
guarayos, los ayoreos y nuestra gente de los valles mantienen todavía
consistencia e identidad. De ella participan también todos los que han
venido del interior y exterior del país buscando nuevas posibilidades de
vida.

Toda esta realidad - donde cada familia vive con su cultura, su identidad y
genio propio, sus creencias y valores - es una riqueza y un desafío para
nuestra Iglesia. Por un lado, cada cultura lleva en su seno "las Semillas del
Verbo", la expresión de diversos valores del Reino de Dios, que constituyen
diversas fuerzas espirituales para fortalecer los ejes centrales del Evangelio.
Las posibilidades de intercambio entre ellas y la heterogeneidad que resulta
son un gran potencial para constituir una sociedad vigorosa y pujante en
coexistencia, unidad, armonía y producción. Los primeros frutos de nuestro
Seminario Mayor "San Lorenzo" y de muchas vocaciones nativas son
- 56 -
símbolo y signo de este proyecto; ellos nos animan en nuestra misión de
construir una Iglesia con rostro propio, en la diversidad y participación, con
una manera de sentir y de actuar de acuerdo al Evangelio.

Por otro lado, esta diversidad cultural representa un gran desafío para la
pastoral de nuestra Iglesia porque el Evangelio debe ser anunciado en y
desde esta realidad pluricultural, es en ella que tiene que inculturarse la fe
cristiana y perfilarse nuestra Iglesia particular, configurando su ser y su
misión. El sínodo que estamos celebrando nos compromete en la tarea de
concretizar ese rostro propio para nuestra Iglesia, respondiendo a los
grandes desafíos de nuestro pueblo y de nuestra realidad.

b) Jesús, la Palabra de Dios "hecha carne" en Israel


Jesús consagra su vida y su misión a las "ovejas de Israel" (Mt 10,6). Pero,
aunque afirma que debe atender con prioridad a los hijos de Israel (Mt
15,24.26), El no niega su ayuda y colaboración a los que vienen de fuera y
pertenecen a otros pueblos (Mt 15,28; Lc 7,2-10). Marcos y Mateo relatan
sus incursiones en tierras paganas (Mt 15,21; Mc 7,31). Juan afirma que los
griegos piden conocer a Jesús (12,20-22). Después de su resurrección, Jesús
envía a sus discípulos a todas las naciones (Mt 28,19), cumpliendo un
anuncio de la Escritura (Lc 24,47). Con este envío, la Palabra de Dios debe
llegar desde Jerusalén "hasta los límites de la tierra" (Hch 1,8).

c) La Iglesia primitiva acepta la identidad de otros


pueblos
Por esta razón, el primer gran testimonio público de los discípulos es el
hecho de que todos, "partos, medos, helamitas, ..." les escuchaban hablar en
su propio idioma (Hch 2,9-11). Obedeciendo al Espíritu de Dios (Hch
10,19-23), Pedro entra en casa de paganos (Hch 10,24-27) y se queda un
tiempo con ellos (Hch 10,48). Enviado por el Espíritu, Pablo va para
evangelizar a los paganos y ser su apóstol (Hch 13,2). Toda la Asamblea de
Jerusalén asume esta voluntad de Dios y juntos - "el Espíritu Santo y
nosotros" - deciden enviar delegados a las iglesias formadas por no-judíos
para expresarles de viva voz su solidaridad y su apoyo (Hch 15,22-29). En
sus cartas, Pablo afirma que ya no hay más judío ni griego, esclavo ni
hombre libre (Ga 3,28). En Cristo todos somos hermanos.

- 57 -
d) La Iglesia se encarna en la cultura del pueblo
Los documentos del Concilio Vaticano II dan una gran importancia a la
Iglesia local, ya que en ella se incorporan todos sus miembros en igualdad
de dignidad y de comunión para la misma misión (LG 17; AA 3). Las
Iglesias locales no son divisiones territoriales ni administrativas de una
Iglesia grande y extendida por todo el mundo. "En ella se encuentra y
opera verdaderamente la Iglesia de Cristo, que es una, santa, católica y
apostólica" (CD 11).

Por otro lado, la Iglesia tiene la convicción de que Dios se comunica al


hombre según su propia cultura (GS 58). El Reino de Dios anunciado por
Jesús es "vivido por personas profundamente vinculadas a una cultura"
(EN 20). El rostro de Cristo es el rostro del pueblo, ese rostro que
percibimos en nuestros hermanos, especialmente en los más pobres. Por
esto, en fidelidad al Señor, la Iglesia local echa raíces y modela su rostro
propio en una población concreta (EN 62). "La inculturación del Evangelio
es un imperativo del seguimiento a Jesús" y esta tarea "se realiza en el
proyecto de cada pueblo" (SD 13) para que este pueblo fortalezca su
identidad, defienda sus auténticos valores y confíe en su futuro,
"contraponiéndose a los poderes de la muerte" (SD 243). Siguiendo esta
opción iniciada por Jesús, que se hizo "israelita", la Iglesia en Bolivia nos
pide asumir el compromiso de "reconocer y apoyar procesos y espacios de
inculturación del Evangelio, en los cuales los propios nativos sean sujetos y
actores" (Iglesia Comunicadora de Vida y Esperanza, 76).

e) El desafío de nuestra Iglesia de Santa Cruz: crear


su rostro propio
Puesto que nuestra Iglesia de Santa Cruz está conformada por gente venida
de todas partes de Bolivia y del mundo, el Señor nos convoca a respetar a
nuestro vecino en su diferencia y a respetarnos mútuamente, construyendo
una comunidad fraterna y acogedora (SD 13). Este objetivo nos urge a
asumir compromisos concretos:
para considerar las costumbres de nuestros pueblos de origen,
rescatando sus valores más auténticos (cf. CEB, Aporte a SD 75, 370-
374);

- 58 -
para valorar la sabiduría popular, en educación, en medicina y en otros
aspectos de la vida individual y social;
para crear una identidad de Iglesia que tenga líneas pastorales comunes,
opciones claras, modelo de Iglesia a construir en conjunto;
para hacer como hizo María, pronunciar un Sí con sencillez y humildad
desde nuestros barrios y desde nuestra situación concreta.

Por todo ello, como cristianos seguidores de Jesús, vemos la necesidad de


"hacer nacer siempre de nuevo la Iglesia de la Palabra de Dios", siguiendo
estos tres pasos del proceso evangelizador de nuestro medio: a) la
penetración evangélica, es decir, un anuncio explícito del Evangelio de
Jesús en el lenguaje, cultura e idiosincrasia de este pueblo; b) la asimilación
del Mensaje a través de procesos pastorales que ayuden a los diversos
sectores de la población creyente a llegar a una fe adulta con fuerza
transformadora de la realidad; y c) la capacidad de reexpresión del
Evangelio en términos propios, con acentos, ejes y contornos que nos
muestren verdaderamente un rostro inculturado de Iglesia Particular. Es
desde estos fundamentos que podemos ser también una Iglesia
auténticamente misionera, que comparte con otros los frutos que el Espíritu
ha producido en ella para el crecimiento del Pueblo de Dios en su conjunto.

3.9. IGLESIA COMUNICADORA DE VIDA Y ESPERANZA


a) Vivimos en una realidad que nos invita a la reflexión
Nuestro mundo avanza peligrosamente por un camino contrario a la vida.
Guerras contínuas son fomentadas para experimentar y vender armas, sin
ninguna preocupación por la vida de seres humanos indefensos y de
pueblos que se debaten en la miseria y el abandono ante la mirada
insensible de la opinión internacional. Los medios para eliminar la vida son
cada vez más sofisticados. Los MCS transmiten programas y películas en
los que la vida y la dignidad humana parecen un juguete en las manos de
los "héroes" de la pantalla. Y como ya lo hemos mencionado, el afán de
lucro de personas y empresas transnacionales es la causa de la extrema
pobreza y aún de la muerte de diversos grupos humanos. En Santa Cruz
somos también partícipes de ese mundo de violencia y de cultura de muerte.
No se respeta la vida de los inocentes. Personas humanas son asesinadas sin

- 59 -
ningún reparo tan solo para robarle lo poco que habían ganado en una
jornada de trabajo. Las calles de nuestra ciudad y nuestras carreteras se
convierten en espacios de muerte.

Felizmente, y esto nos anima, el número de personas y de instituciones que


se colocan al lado de la vida aumenta progresivamente. Ellas, sacrificando
su tranquilidad personal y el bienestar de sus familias, protegen la vida de
todo ser humano, la defienden y buscan los medios adecuados para hacerla
respetar frente a todo intento de eliminarla.

b) Jesús otorga vida en abundancia y reaviva la esperanza


Jesús no fue enviado "para juzgar al mundo, sino para que el mundo se
salve por él" (Jn 3,17). Vino para dar vida y darla en abundancia (Jn
10,10). Él es el pan de vida (Jn 6,35), el "camino, la verdad y la vida"
(Jn.14,6), la resurrección (Jn 11,24). Esta vida "no es solamente espiritual
ni únicamente corporal, sino la vida plena" (CEB, Enfoque 1994-1998,
3.1). Esta realidad se nos manifiesta con claridad en la resurrección de
Jesús; es allí donde Dios se da a conocer como el Dios vivo, el Autor y
Dador de vida, el Resucitador! Por esto, todo el que crea en Jesús, tendrá
vida eterna (Jn 6,40), "aunque muera, vivirá" (Jn 11,25).

Por otro lado, es justamente Jesús resucitado, quien camina al lado de los
discípulos tristes y decepcionados, que ayuda a vencer las angustias y
reafirmar la esperanza ya que, a partir del reconocimiento de su presencia
viva en medio de ellos, estos discípulos vuelven rápidamente a Jerusalén
para compartir su experiencia (Lc 24,13-35) y asumir el proyecto anunciado
por el Maestro: construir el Reino de Dios. Este Reino es "la salvación
concreta de las necesidades reales, liberación de las enfermedades, del
pecado, del demonio y de cualquier forma de esclavitud... Es un Reino de
verdad, de libertad, de fraternidad, de justicia, de esperanza, de vida y de
amor" (CEB, Enfoque 1994-1998, 3.2).

c) La Iglesia anuncia la buena nueva de vida y esperanza


El anuncio evangélico de la Iglesia no es para empequeñecer al hombre,
sino para infundirle vida, esperanza y libertad, defendiendo su dignidad y
su vocación de "encontrar destinos más altos" (GS 21) y recordándole que,

- 60 -
si bien somos hijos de Dios, "todavía no hemos sido manifestados con
Cristo en aquella gloria (cf. Col 3,4), en la que seremos semejantes a Dios,
porque lo veremos tal cual es" (cf. 1 Jn 3,2) (LG 48). Ante las agresiones
constantes contra la vida humana, la Iglesia de América Latina afirma que
María, como Virgen y Madre (LG 63), es quien inspira a las mujeres "la
fortaleza para dar la vida, inclinarse ante el dolor, resistir y dar esperanza
cuando la vida está más amenazada" (SD 104). Esta misma Iglesia nos
convoca a todos los cristianos a incentivar y desarrollar una acción decidida
"para defender y promover la vida y la familia" (SD 297). La Iglesia de
Bolivia nos llama a hacer posible que la opción preferencial y evangélica
por los pobres se traduzca "en opción por la vida, en opción por liberar a
todos los amenazados de muerte, en solidaridad con los marginados de
nuestra sociedad, para buscar juntos alternativas de vida" (CEB, Enfoque
1994-1998, 3.3), porque el Reino de Dios es "Buena Nueva para todos,
prioritariamente para los que tienen la vida amenazada" y "se convierte
para ellos en una salvación que es liberación, salud, vida plena y
esperanza" (CEB, Enfoque 1994-1998 4.1).

d) La vida y la esperanza de nuestra Iglesia despeja


los miedos paralizantes
La Iglesia de Santa Cruz está llamada a comunicar Vida y Esperanza en un
tiempo lleno de desesperanzas y muerte. Hay que disipar primeramente los
miedos que surgen en estos momentos en que nos disponemos a cruzar el
umbral del nuevo milenio. Es verdad que en nuestra sociedad, nos recuerda
el Santo Padre, todo procede con increíble velocidad por los adelantos de la
ciencia y de la técnica y por la utilización constante de los medios de
comunicación social. Sin embargo, aunque los primeros cristianos ya
estaban preocupados por el restablecimiento definitivo del Reino de Israel,
Jesús afirma claramente que "no les corresponde a ustedes conocer el
tiempo y el momento que el Padre ha fijado por su propia autoridad" (Hch
1,7). Nadie sabe algo de aquel día, "ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo,
sino sólo el Padre" (Mt 24,36). En consecuencia, con las mismas palabras
de orientación del Papa Juan Pablo II, les digo que "no tenemos
información sobre la fecha de este acontecimiento". "Es necesario tener
paciencia en la espera de Jesús resucitado". El volverá tal como los
discípulos lo han visto marcharse (Hch.1,11), sin violencia ni oscuridades.
Mas bien, nuestra principal preocupación no debe ser tanto el quedarse
- 61 -
mirando al cielo, sino el construir el Reino de Dios en el momento presente,
aquí y ahora, por "la predicación y el testimonio" (cf. Hch 1,8). Si
buscamos primero el Reino de Dios y su justicia, todo lo demás nos será
dado "por añadidura" (Mt 6,33), según la voluntad y la benevolencia del
Padre (cf. Lc 12,31).

Por esto, después de todo lo que hemos compartido, mirando nuestra


realidad, y de todo lo que el Señor nos ha revelado a través de su Palabra y
del magisterio de la Iglesia, reafirmamos con firmeza que nuestra Iglesia de
Santa Cruz es un espacio abierto para fomentar la cultura de la vida. Esta
vida debe manifestar y hacer crecer la vida de Dios derramada en nuestros
corazones, en el Bautismo, y fortalecida constantemente por la acción del
Espíritu de Cristo resucitado. Frente a tantos signos de muerte, muy
palpitantes en nuestra sociedad, tenemos que fomentar la cultura de la vida
de cada uno y de todos los miembros de nuestro pueblo. Hay que hacer
presente al Dios de la vida en el corazón de quienes conforman las pandillas
juveniles, en los centros de expendio y consumo de drogas, en todos los
barrios y lugares donde la vida está amenazada. Es necesario trabajar en la
formación de la conciencia, en los valores humanos, civiles y religiosos, en
corresponsabilidad con los educadores de nuestra niñez y juventud. Urge
acercarse con actitud evangélica a los grupos más despreciados, de niños y
jóvenes, de adultos y ancianos abandonados.

No podemos olvidar que la inmensa mayoría de la población de nuestra


ciudad no tiene títulos de propiedad de sus lotes y viven en la tensión
constante de ser echados en cualquier momento por los propietarios o de
ser abusados por loteadores oportunistas, creando asi otra amenaza contra la
vida de familias enteras.

El rebelarnos solamente contra las consecuencias de los problemas sociales,


estigmatizando a grupos que sufren los efectos de una sociedad que no
respeta con prioridad a la persona humana, no soluciona los problemas,
tenemos que buscar sus causas y proyectar soluciones en las familias, en los
barrios, en los lugares donde vivimos y trabajamos. Todos debemos estar
comprometidos con el respeto a la vida, el mayor regalo de Dios. Nuestro
seguimiento a Jesús debe ser íntegro, sincero y valiente, hasta dar la vida,
con la esperanza de resucitar con él a la plenitud de la vida, a la vida de
Dios.

- 62 -
4. OPCIONES PASTORALES: EN
FIDELIDAD A NUESTRO CAMINAR
ECLESIAL

E
n el análisis pastoral de nuestra realidad, abrimos nuestros oídos
para recoger el clamor de todos los sectores del Pueblo de Dios que
viven en Santa Cruz, campo y ciudad. Conocimos aquello que el
Espíritu del Señor ha suscitado en cada barrio, pueblo, comunidad, capilla y
parroquia, moviéndolos a escuchar la Palabra de Dios, a celebrar la vida y
los Sacramentos, a testimoniar su fe en la realidad familiar, sectorial y
social para transformar todos esos espacios de acuerdo al Proyecto de Dios.
Compartimos sus búsquedas y aspiraciones, sus luchas por la justicia en
favor de los más pobres y la memoria histórica que da sentido a su caminar
como Iglesia. Asumimos sus propuestas para mejorar nuestro servicio a la
Palabra de Dios y las relaciones entre nosotros, agentes de pastoral y
cristianos de la base. Nos comprometemos a cambiar lo que sea necesario,
en fidelidad a ustedes mismos, al Evangelio y a la Iglesia que Cristo quiso.

Ahora, después de haber contrastado nuestro caminar eclesial con la


Palabra de Dios y la experiencia de la Iglesia Universal, Latinoamericana y
Boliviana, quiero retomar las opciones de acción pastoral que están latentes
en todo el proceso sinodal, vividos con tanta esperanza. Ellas han sido
propuestas, clarificadas y aprobadas en nuestras Asambleas
Arquidiocesanas de agentes de pastoral, pero en esta segunda etapa de
nuestro Sínodo, las encuentro muy presentes en los cristianos de la base,
expresadas de diversas formas, como deseo, como aspiración y aún como
exigencia. Quiero insistir en que estas opciones de acción constituyen
espacios para vivir la iluminación teológica y pastoral propuesta por la
Iglesia universal, latinoamericana y boliviana. Ellas nos ayudan a reconocer
dónde están los pobres y cómo hay que servirlos, dónde están las familias,

- 63 -
los laicos, los jóvenes y dónde se vive la comunión y la participación, para
que sean todos ellos actores de su liberación. Lo he dicho muchas veces y
ahora lo repito, estas líneas de acción pastoral son opciones fundamentales
de nuestra Iglesia que deben ser asumidas, impulsadas y apoyadas con
urgencia por todos, agentes de pastoral y miembros activos de esta Iglesia
local.

Cada "opción" tiene un espíritu y un contenido. El espíritu es la voluntad


firme, el propósito compartido y la actitud fundamental que anima, convoca
y compromete a todos en una misma misión. El contenido comprende
aquellas áreas prioritarias que, de común acuerdo, marcamos para trabajar,
invertir recursos humanos y económicos, dedicando los esfuerzos,
entusiasmos y energías de cada uno de los actores de la comunidad eclesial,
a fin de que, por el anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo y la
instauración del Reino de Dios, logremos poner en marcha procesos de
realización que beneficien a toda nuestra Iglesia y la ayuden a configurar un
rostro propio e inculturado.

Todas estas opciones de acción pastoral están animadas e iluminadas por la


OPCION EVANGELICA POR LOS POBRES, con miras a su liberación
integral, como lo asumió el Episcopado Latinoamericano en Puebla (1979).
Esta opción es la actitud fundamental que atraviesa todas las demás
acciones eclesiales, como fuerza del Espíritu y talante dinamizador de la
Iglesia, colocándolas en el corazón de Cristo pobre que se entregó a sí
mismo al servicio del Reino de Dios. En El, los pobres son los principales
sujetos y destinatarios porque así lo proclamó Jesús en la sinagoga de
Nazaret, anunciando su programa de acción y de vida: "El Espíritu del
Señor está sobre mí. Él me ha ungido para llevar buenas nuevas a los
pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto
van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el AÑO DE
GRACIA DEL SEÑOR" (Lc 4, 18-19). Así, a la luz de esta opción clara
de Jesús y de su ministerio público vivido a favor de los pobres y sencillos,
cobran sentido, dirección y realismo todas las líneas de acción pastoral que
queremos desarrollar. Por eso, en el nombre de Jesucristo y de su Iglesia,
pido a todos nuestros fieles que organicen sus trabajos y sus acciones en el
contexto de estos espacios vitales de nuestra Iglesia.

- 64 -
4.1. PASTORAL DE CONJUNTO EN LINEA DE PROCESO
PLANIFICADO
Si queremos poner en marcha lo acordado y consensuado en la Asamblea
Sinodal, es preciso caminar juntos cuanto antes y planificar nuestra acción
pastoral entre todos, en línea de proceso histórico continuo, y no meramente
en función de algunos eventos eclesiales. En el caminar de estos años, sobre
todo a partir de 1992, hemos ido colocando ya los fundamentos de esta
acción planificada en nuestra Iglesia, evaluando sus logros progresivos y
haciendo los reajustes necesarios. Pero se hace urgente discernir y asumir
las necesidades de nuestro pueblo, priorizarlas, fijar objetivos de corto y
largo alcance, metas y programas de acción a todo nivel. Esta tarea debe
hacerse en cada zona o sector, en cada parroquia y en cada grupo o
comunidad cristiana organizada.

No olvidemos que, en la base de esta voluntad de un trabajo orgánico y


planificado, está el propósito de vivir y expresar con hechos concretos una
Iglesia que es Comunión y Participación. Este era el lema de nuestra IV
Asamblea Arquidiocesana, retomando la propuesta eclesial que nos hicieran
los Obispos de América Latina en Puebla (1979). Lo asumimos ahora en
función de la unidad que buscamos construir como discípulos de Jesús y de
la participación de todos en esta común tarea de trabajar por el anuncio y la
construcción del Reino de Dios y su justicia en el pueblo cruceño.

4.2. PROMOCION HUMANA


Los Obispos reunidos en Santo Domingo (1992) afirmaban que la
promoción humana es una forma privilegiada de Evangelización. Este es un
hecho que la Iglesia ha asumido y practicado, con acentos e intensidades
diversas, desde las primeras comunidades cristianas, aquellas que animaron
los Padres de la Iglesia, las que vislumbró y proyectó el Concilio Vaticano
II y, sobre todo, las que surgen de la práctica pastoral de la Iglesia
Latinoamericana. Ellas tienen su expresión en todas sus Asambleas
Generales (Medellín, Puebla, Santo Domingo) y han tenido eco en las
orientaciones del Episcopado boliviano.

- 65 -
En esta opción, la Iglesia se juega su dimensión samaritana y profética. El
Evangelio tiene algo valioso para ofrecer a la vida de nuestro pueblo,
porque es fuerza y vida liberadora que lleva a la plenitud de la vida desde
las situaciones actuales y concretas. La Iglesia es Sacramento del Reino de
Dios en la historia, es anuncio y presencia germinal del gran Proyecto de
Dios sobre la humanidad. Ella "camina con toda la humanidad,
experimenta la suerte terrena del mundo, y su razón de ser es actuar como
fermento y como alma de la sociedad, que debe renovarse en Cristo y
transformarse en familia de Dios" (GS 40 b). Es en este espíritu que la
Iglesia de Santa Cruz encuentra el significado último de sus propios
esfuerzos, viendo avanzar los valores del Reino y contribuyendo
decididamente a su promoción en medio del pueblo cruceño, con especial
predilección por y desde los pobres.

Por esto, la promoción humana es una de las funciones privilegiadas del


servicio de la Iglesia al mundo, su dimensión diakonal. La comunidad
cristiana está llamada a testimoniar un nuevo modo de amar según el
corazón de Dios con tal capacidad de entrega y de compromiso por los
demás que haga creíble el anuncio evangélico del Dios de la Vida, del
Amor y del Reino del amor. El pasaje evangélico de Mt 25,31-46 es la
medida de autenticidad de la acción y testimonio concreto de cada cristiano
que debe promover la vida de su pueblo con gestos concretos de liberación
y promoción.

4.3. LAICOS
Los laicos están llamados a asumir su compromiso bautismal y a ser los
protagonistas en la construcción del Reino de Dios en el corazón del
mundo. Ellos deben penetrar en cada uno de los ambientes sociales:
intelectuales, obreros, universitarios, campesinos, fuerzas armadas,
políticos, artistas, comunicadores, etc. y desde ahí transformar la sociedad a
la luz del Evangelio y de la Enseñanza Social de la Iglesia.

Ellos constituyen en la Iglesia un caudal incalculable de energía, potencial y


capacidad que ya están revitalizando nuestras comunidades y lo harán más
todavía. Todos somos necesarios, pero ésta es la hora de los laicos y su
contribución al trabajo en la Viña del Señor es indispensable. Ellos no son

- 66 -
solo aquellos que "rezan, obedecen y pagan". En el seno de una Iglesia que
quiere vivir cada vez con más fidelidad "la comunión y la participación",
su concurso, sus iniciativas, su voz y su acción constituyen un recurso
impostergable. Hermanos y hermanas, terminó la época del pasivismo y el
consumismo religioso. ¡Es hora de participar y asumir la corresponsabilidad
en su Iglesia!

Hacemos especial énfasis en la presencia, rol, aporte propio y participación


de las mujeres en esta hora de nuestro caminar pastoral frente a los desafíos
de la sociedad. Las situaciones de opresión y marginación que vive la mujer
campesina, indígena, migrante y obrera, empleada doméstica, barrendera o
lavandera, deben ser denunciadas con claridad y valentía, a la vez que urge
ofrecer programas de promoción integral en favor de ellas y con ellas como
protagonistas.

Asumir esta línea de acción es hacer nuestra la praxis de Jesús, que predicó
la Buena Nueva del Reino seguido de discípulos y de discípulas (Lc 8,2;
24,9-10). En esta civilización de la violencia y del individualismo, la mujer
es reserva de humanidad para la cultura de la vida y de la solidaridad, es
energía vital que hace fecunda la Palabra de Dios en la Iglesia y en la
realidad de lo cotidiano.

4.4. FAMILIA
Los Obispos reunidos en su IV Asamblea General en Santo Domingo
(1992) han reafirmado con razón que la "familia es la célula primaria y
vital de la sociedad, santuario de la vida". Ella, por su bautismo y el
sacramento del matrimonio, es "Iglesia doméstica". Es, por tanto,
constructora dinámica y eficaz del Reino de Dios.

Empero, dada la situación en que se debate hoy la familia cruceña, se hace


necesario poner en marcha planes y programas pastorales que apunten en la
dirección de aquello que queremos que sean nuestras familias cristianas.
Urge, por tanto, una evangelización de la familia, un proceso de catequesis
en la línea de un catecumenado exigente que la conduzca a la conformación
de comunidades cristianas estables. Sólo así nuestras familias podrán ser
espacio de santificación de los esposos y de los hijos, expresión del amor

- 67 -
auténtico y lugar donde se cultiven los valores humanos y virtudes
cristianas como efecto de su seguimiento a Jesús.

Somos conscientes del valor y de los frutos que ha dado la Catequesis y la


Pastoral Familiar. Pero se hace necesario consolidar los procesos y
articularlos mejor con la Pastoral de Conjunto de la Arquidiócesis. Tanto la
Catequesis como la Pastoral Familiar tienen que asumirse y llevarse a la
práctica en todas las parroquias. De ese modo podremos seguir animando a
la familia para que sea sujeto y agente de evangelización desde el
testimonio de una vida basada en el amor, la verdad y la justicia.

4.5. JÓVENES
Como dijimos anteriormente, los jóvenes son una realidad pujante en
nuestra sociedad cruceña. El Papa Juan Pablo II tiene estas expresiones para
acoger y animar a la juventud del mundo entero. Las asumimos aquí para
nuestra realidad: "El futuro del mundo y de la Iglesia pertenece a las
jóvenes generaciones que, nacidas en este siglo, serán maduras en el
próximo siglo, el primero del nuevo milenio. Cristo escucha a los jóvenes,
como escuchó al joven del evangelio (Mt 19,16)... Los jóvenes, en cada
situación, en cada región de la tierra no dejan de preguntar a Cristo: lo
encuentran y lo buscan para interrogarlo a continuación. Si saben seguir el
camino que El indica, tendrán la alegría de aportar su propia contribución
para su presencia en el próximo siglo y en los sucesivos, hasta la
consumación de los tiempos" (Carta apostólica, "Mientras se aproxima el
tercer milenio", 58).

Hemos hecho ya un camino en la Pastoral Juvenil. Pero aún nos queda


mucho por hacer. Insistimos de nuevo en que es necesario acompañar a los
jóvenes por medio de una pastoral orgánica en los caminos de crecimiento
en la fe y en la preocupación de transformar la sociedad. Deben crearse
espacios, sobre todo allí donde todavía no los hay, para que el y la joven
hagan una opción consciente por Cristo como fuente de inspiración en su
vida social y eclesial. Al mismo tiempo, en proyección juvenil, no se puede
olvidar la pastoral de la niñez y el apostolado de los niños y niñas que
mañana conformarán los grupos de jóvenes. Hay que rehacer el tejido
eclesial entre los niños, los jóvenes y los adultos.

- 68 -
A este acento de la Pastoral Juvenil, se suma otro como su consecuencia
inmediata: las vocaciones. Asistimos a un despertar vocacional de los
jóvenes al sacerdocio y a la vida religiosa. Pero debemos seguir impulsando
y alimentando en las comunidades y grupos juveniles el deseo y la opción
por seguir más de cerca al Señor y servirlo en su Iglesia, sirviendo a su
pueblo. El cultivo de las vocaciones madura el ser apostólico y misionero
de la comunidad eclesial.

4.6. COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE


Las CEBs son la Iglesia de Jesús que, con alegría y entusiasmo, da
testimonio de su fe en el barrio, la comunidad campesina, la parroquia, la
capilla y otros lugares. Es la misma Iglesia en su dimensión menor, es el
nivel de la base que se reúne en asambleas comunitarias, sirve a sus
miembros y a la comunidad en donde ella se inserta, vive las dimensiones
esenciales de la Iglesia toda, articula sus acciones a través de coordinadores
acreditados y aprobados, y está en comunión con los pastores. La CEB es la
expresión visible de la misión del laico comprometido y de la Iglesia
descentralizada.

Esta línea pastoral fue proyectada por la Iglesia de América Latina en


Medellín y asumida con fuerza en Puebla. Nuestra Iglesia en Bolivia
ratificó esta opción en todos sus Enfoques y Directrices Pastorales desde
1973. Y nosotros en Santa Cruz la propusimos claramente desde nuestra
Primera Asamblea Arquidiocesana en 1992. Actualmente es una de nuestras
prioridades más centrales que debemos asumir con renovado impulso en
esta etapa sinodal y en el futuro, si queremos ser fieles a las exigencias del
Evangelio y de los nuevos tiempos.

En nuestra Iglesia de Santa Cruz se han venido promoviendo las CEBs.


Pero somos conscientes de nuestras limitaciones en este compromiso.
Necesitamos seguirlas cultivando con dedicación y esmero. El Espíritu del
Resucitado nos convoca y nos urge a promoverlas y acompañarlas como
expresión privilegiada de una Iglesia que se precia de ser Comunión y
Participación. Ellas son, y seguirán siendo si compartimos sus procesos, un
espacio auténtico de Evangelización, semillero de vocaciones y signo del
Reino de Dios en el seno de la comunidad humana.

- 69 -
5. CONCLUSION

H
ermanos y hermanas que viven en esta Iglesia de Santa Cruz que
testimonian a Jesucristo muerto y resucitado en una sociedad
cambiante que se prepara para afrontar los retos del Tercer Milenio,
con profunda alegría y esperanza les presento esta Carta Pastoral. En ella se
intenta recoger lo que muchos de ustedes han compartido en la Asamblea
Sinodal así como tanta vida sembrada en nuestro caminar eclesial.

Asumiendo la realidad de nuestro pueblo y de nuestra Iglesia, en esta carta


he presentado los acentos más fundamentales de la Iglesia que queremos
construir entre todos. Esas notas eclesiales, vividas con alegría y sencillez,
nos llevarán a experimentar, como el pueblo de Israel, que Dios ha bajado
para liberarnos a nosotros, su pueblo. Y que, como en el tiempo de Jesús,
los humildes y sencillos reciben la Palabra de Dios, la expresan en su
cultura y la viven en su realidad cotidiana, haciéndonos estremecer de
alegría y de gozo en el Espíritu del Señor.

Convoco al Pueblo de Dios que peregrina en Santa Cruz en su totalidad y


especialmente a los que comparten mi servicio pastoral: sacerdotes,
diáconos, consagrados y consagradas, catequistas, laicos comprometidos y
demás fuerzas vivas de nuestra Iglesia, a llevar a la práctica todas las
propuestas de acción pastoral que son fruto del trabajo, reflexión
compartida en la base y de todo aquello que el Espíritu ha ido inspirando y
suscitando en nuestro caminar. Todo esto requiere de una constante
conversión, discernimiento comunitario, decisión, valentía y de una
profunda, vigorosa y firme espiritualidad que brota de una ardiente
fidelidad a Cristo, su Palabra y su Proyecto de Vida, en una no menos
entregada voluntad al servicio creativo de nuestro pueblo.

Les hago llegar mi Carta Pastoral en el día del Corpus Christi, la fiesta de la
unidad y de la participación. Este misterio de la presencia del Señor nos

- 70 -
hace retomar los signos que hemos asumido para comprometernos en la
nueva etapa de nuestro caminar sinodal. Como los muchos granos de trigo
son molidos en el "tacú o mortero" para ser convertidos en harina y llegar a
ser pan consagrado, alimento de Vida, así también nosotros debemos
integrarnos mutuamente para construir, con el sacrificio de nuestra entrega
personal, una Iglesia de comunión y participación, sacramento del Reino,
Vida para nuestro pueblo.

Coloco a los pies de la Mamita de Cotoca, patrona de nuestra


Arquidiócesis, presencia animadora de nuestro Sínodo, protectora de los
humildes, angustiados, marginados y de todos los que sufren toda clase de
injusticias, esta carta de inspiración y animación sinodal. Que Ella, la
auténtica discípula del Señor y la hija escogida de Dios Padre, nos
acompañe y nos anime constantemente a permanecer fieles a nuestros
propósitos pastorales de hacer concreto y visible el Reino de Dios en Santa
Cruz con hechos y palabras que den Vida abundante y Esperanza a todos
los que habitan en estos llanos tropicales.

Invito a todo el pueblo de Dios que peregrina en Santa Cruz a "Caminar


Unidos en el Espíritu de Cristo Resucitado".

+ Mons. Julio Terrazas Sandoval, CSsR.

Arzobispo de Santa Cruz de La Sierra.

Santa Cruz, Fiesta de Corpus Christi, 3 de junio de 1999.

- 71 -
SEGUNDA PARTE

Documentos
Sinodales

***

- 72 -
(página en blanco)

- 73 -
C APÍTULO I

I ASAMBLEA SINODAL
LA IGLESIA EN LA BASE
CONCLUSIONES

- 74 -
(Página en blanco)

- 75 -
INTRODUCCIÓN

Dios Padre Nuestro,


Tú, por medio de tu Hijo Jesucristo,
nos has reunido para formar
la Iglesia en Santa Cruz
y ahora nos das la gracia de celebrar
el segundo Sínodo Arquidiocesano.
Oración del Sínodo

ANTECEDENTES DEL SÍNODO


1. La Iglesia en Santa Cruz, Bolivia, animada por Jesucristo vivo y
presente en su historia, después de un proceso de discernimiento de
líneas y opciones pastorales, mediante las Asambleas
Arquidiocesanas de Agentes de Pastoral, convoca y celebra el II
Sínodo Arquidiocesano, con el objetivo de “Renovar su caminar
como Iglesia de Santa Cruz, para que todos seamos comunicadores
de vida y esperanza en los umbrales del III Milenio.” Queremos
así, con la maternal ayuda de nuestra santa patrona, la Virgen de
Cotoca, juntos y unidos, consolidar el camino de la Nueva
Evangelización en nuestra Iglesia.

2. El proceso histórico de la Iglesia de Santa Cruz, ha contribuido a


fortalecer su identidad como comunidad dentro de su realidad social
y cultural, dándole un rostro propio. Los primeros frutos del
Seminario Mayor “San Lorenzo” y el resurgir de vocaciones nativas
a la vida consagrada, simbolizan este anhelo y abren esperanzas de

- 76 -
transformación de una Iglesia de misión a una Iglesia misionera.
Este rostro propio que se va descubriendo tiene un aspecto
eminentemente pluri-cultural, laical, femenino y juvenil, desde el
proceso de encarnación en la realidad local. Es una Iglesia en
proceso que reconoce con creciente convicción, que está llamada a
“renovar su caminar” y a “caminar juntos” para “comunicar vida
y esperanza en los umbrales del Tercer Milenio.”

3. El crecimiento demográfico y eclesial de Santa Cruz y sobre todo la


voluntad de promover una Iglesia más participativa, han dado origen
a una nueva organización pastoral descentralizada, creándose nuevas
Parroquias, Sectores y Zonas Pastorales. También se fortalecen los
Consejos Episcopal, Presbiteral, de Pastoral, de Asuntos
Económicos.

4. Como instancias evaluadoras y generadoras de nuevas directrices se


han celebrado seis Asambleas Arquidiocesanas de Agentes de Pas-
toral con representatividad de todos los niveles eclesiales, trazando
las Líneas y Opciones pastorales de la Iglesia Cruceña y
determinando la realización del II Sínodo Arquidiocesano.

5. Estas líneas pastorales, discernidas en las Asambleas


Arquidiocesanas de Agentes de Pastoral, son los aspectos del
Evangelio que se quieren enfatizar en Santa Cruz. Son elementos
esenciales, el horizonte hacia el cual se quiere caminar. De las
Asambleas de Agentes de pastoral de Santa Cruz emergen las
siguientes líneas:

Iglesia Comunidad, es decir una Iglesia que quiere vivir la


comunión con Dios y con los demás, como la Iglesia primitiva.
Iglesia Constructora del Reino, es decir que quiere realizar el
proyecto de Jesús de construir el Reino de justicia, amor y paz.
Iglesia Misionera, es decir, enviada a todos especialmente a los
más necesitados.
Iglesia Comunicadora de Vida y Esperanza, en un mundo sin
esperanza donde la vida está amenazada.

6. Las opciones pastorales son decisiones firmes orientadas a trabajar


con grupos determinados de personas o en espacios físicos

- 77 -
concretos que se asumen precisamente para poder llevar a cabo las
líneas pastorales. De las Asambleas pastorales emergen las
siguientes opciones pastorales:

Pastoral de Conjunto, es decir una pastoral de comunión con


toda la Iglesia local, presidida por el Obispo.
Promoción Humana, que incluye la defensa de la vida y la
opción preferencial por los pobres.
Comunidades Eclesiales de Base, como forma nueva de ser
Iglesia y primera célula eclesial.
Laicos, con especial atención a la mujer, como protagonistas de
la nueva evangelización.
Familia, donde se cultivan los principales valores humanos y
cristianos.
Jóvenes, fuente de esperanza y testigos del Reino.

7. El II Sínodo Arquidiocesano fue convocado por Mons. Julio


Terrazas, Arzobispo de Santa Cruz, después de un proceso de
consulta y conscientización, el 15 de Agosto de 1997, Solemnidad
de la Asunción de la Virgen María al Cielo. El primer Sínodo había
sido celebrado hace más de un siglo en 1885, cuando la Diócesis de
Santa Cruz abarcaba todo el oriente boliviano. En aquel entonces
participaron sólo los presbíteros con el Obispo, Mons. Juan José
Baldivia; ahora se invita a todos los fieles a entrar en el proceso
sinodal.

8. El Sínodo está organizado en cinco etapas. En la primera etapa se


trabajó sobre qué es un sínodo, mirando la experiencia de la Iglesia
primitiva en los Hechos de los Apóstoles y los objetivos que se
quiere lograr en Santa Cruz, y también se hizo un diagnóstico
general de la realidad social y eclesial para descubrir lo que nos hace
sentir dolor y miedo, alegría y esperanza. La segunda etapa estaba
dedicada a la consulta sobre la vida y misión de la Iglesia en la base,
culminando con la I Asamblea Sinodal en diciembre de 1998. Está
prevista una tercera etapa sobre la parroquia, una cuarta sobre la

- 78 -
organización eclesial de las zonas y sectores pastorales y la quinta
respecto a los servicios arquidiocesanos.

9. La segunda etapa del Sínodo estuvo marcada por el acontecimiento


eclesial de la ordenación de cinco diáconos en camino a ser
ordenados presbíteros para nuestra Iglesia local. En el contexto del
deseo de construir una Iglesia con rostro propio, estas ordenaciones
dieron la oportunidad de consultar y animar la pastoral vocacional.
El fruto de este trabajo está recogido en el último capítulo de este
documento “Iglesia de carismas y ministerios”.

10. En la ciudad de Montero, los días 11, 12 y 13 de diciembre de 1998,


se celebró la 1ª Asamblea Sinodal, presidida por el Arzobispo Mons.
Julio Terrazas, con 194 miembros sinodales, siendo convocados el
Obispo Auxiliar, los miembros del Consejo Presbiteral y del
Consejo Arquidiocesano de Pastoral, delegados de los diversos
sectores y zonas pastorales. Hubo 30 presbíteros, 1 diácono, 45
representantes de Vida Consagrada, 100 laicos y 14 invitados,
incluyendo un Pastor Metodista.y dos niños. En esta asamblea se
presentó, se discutió y se aprobó el documento, elaborado a partir de
los aportes de todos los grupos en la 1ª y 2ª etapas sinodales.

LA IGLESIA EN LA BASE
11. Nuestro caminar empieza con la Iglesia en la base, primera
referencia eclesial para los fieles. Queremos renovar la Iglesia a
partir de los grupos comunitarios más pequeños, donde las personas
se conocen, participan, comparten su fe, se solidarizan con los
necesitados, luchan por el Reino y celebran los momentos
importantes de su vida. Desde aquí podemos revitalizar la parroquia
como comunidad de comunidades; la zona pastoral como instancia
de coordinación, y finalmente la Arquidiócesis como Iglesia local,
para realizar nuestra misión en comunión con la Iglesia universal.

12. Este primer nivel de la Iglesia suele llamarse la “Comunidad


Eclesial de Base”, (CEB). Es “de base” porque se trata de la vida

- 79 -
diaria de los seguidores de Cristo que son llamados a ser la luz del
mundo y la sal de la tierra en lo básico: el hogar, el trabajo y la
sociedad. Es “eclesial” porque su razón de ser es la fe y la misión
de la misma Iglesia de la cual es siempre una parte en comunión con
sus pastores. Es “comunidad” porque se reúne como una familia
donde se valora la contribución y los dones de cada integrante. La
vida de las CEBs se caracteriza por el discernimiento comunitario de
su misión mediante la oración, la escucha de la Palabra de Dios, y el
diálogo. A diferencia de los Movimientos Apostólicos, que aportan
carismas especializados para fortalecer la Iglesia en una u otra
dimensión, la CEB es expresión de la misma Iglesia encarnada en la
pequeña comunidad para vivir todas las dimensiones de su misión.

13. Por este motivo la Iglesia Latinoamericana ha reconocido a las


CEBs como lugares privilegiados de evangelización y motores de
liberación y desarrollo (DP 96, SD 61-63). En las Asambleas
Arquidiocesanas de Agentes de Pastoral hemos hecho una opción
consciente por ellas. “Porque el Señor ha dicho: Que se conozcan,
que se amen, que compartan la Palabra, que vivan como hermanos,
que se den cuenta que no puede haber pobres entre ellos, que
pongan en común sus bienes, que sean solidarios. Esas son las
Comunidades de Base: los grupos donde se toma en serio la fe,
donde se practica la unidad que el Señor nos ha pedido y donde se
proyecta una gran acción de servicio para los que sufren. Eso es
imposible cuando hay masa…Hay que hacer un esfuerzo y hacer
una Iglesia más dialogal, más operante, más clarividente, pero
sobre todo, más fraterna y solidaria” (Mons. Julio Terrazas, IV
Asamblea, 14 Junio 1996).

- 80 -
VISIÓN PASTORAL DE LA REALIDAD

Dios Padre Nuestro,


Envíanos tu Espíritu Santo,
que Él guíe nuestro caminar
para dar respuesta
a los desafíos del nuevo milenio.
Oración del Sínodo

REALIDAD ECONÓMICA
14. Nuestra visión pastoral de la realidad, más que un estudio científico,
es un sondeo que nos permitirá captar los desafíos del nuevo
milenio desde el sentir profético del Pueblo de Dios que agradece al
Padre por la vida y clama al cielo cuando sufre. “El gozo y la
esperanza, la angustia y la tristeza de los hombres y mujeres de
nuestros días, sobre todo de los pobres y toda clase de afligidos, son
también gozo y esperanza, tristeza y angustia de los discípulos de
Cristo, y nada hay de verdaderamente humano que no tenga
resonancia en su corazón” (GS 1). Porque, “esto dice el primero y
el último, el que murió y ha vuelto a vivir: Yo conozco tus
sufrimientos y tu pobreza”. También “conozco tu proceder, tu
amor, tu fe, tu servicio, tu perseverancia y tus últimos trabajos más
numerosos que los primeros” (Apoc 2,8.19).

15. En los últimos 15 años hemos pasado de una economía inflacionaria


a una cierta estabilidad con mayor flujo de dinero. Sin embargo,
este crecimiento esconde mucha desigualdad entre los sectores más
poderosos y los marginados. La globalización de la economía del

- 81 -
mercado con el sistema de capitalismo neo-liberal perjudica a
Bolivia, incapaz de competir bajo el peso de su deuda externa y de
la pobreza generalizada de la mayoría.

16. Esta pobreza se agudiza por muchos factores: despidos de empresas


no competitivas y otras capitalizadas, explotación irracional de
recursos naturales sin respeto por el medio ambiente, exagerada
burocracia generadora de corrupción, salarios por debajo del costo
de la canasta familiar, falta de industria propia, relocalizaciones y
migraciones dejando algunas zonas despobladas y otras enfrentando
un crecimiento caótico. Además, los factores climáticos, lluvia y
sequía, han aumentado los signos de pobreza.

17. Con la descentralización y la participación popular, en los barrios y


en el campo se han generado algunas mejoras en cuanto a
infraestructura, pero todavía hay mucha necesidad para la
construcción y mantenimiento de obras públicas, como ser:
alcantarillado, agua potable, pavimentación, canales de drenaje,
electrificación rural, alumbrado público, canchas deportivas,
plazuelas, escuelas, micro-hospitales, mercados, centros culturales,
etc. Especialmente dramático es el problema del mantenimiento de
los caminos intra-departamentales e inter-departamentales.

18. El presupuesto para las inversiones en el área de la educación y


salud es mínimo en contraposición al de la defensa y al costo de la
burocracia del poder Ejecutivo y Legislativo, perjudicando así las
economías de los gobiernos municipales encargados ahora de
brindar los servicios básicos a la población, razón por la cual
muchos colegios fiscales y centros de salud carecen de
infraestructura adecuada.

19. El masivo desempleo y subempleo, combinado con los bajísimos


salarios, causa mucha desesperación, provoca la mendicidad y
obliga a toda la familia, incluso a los niños, a trabajar en las calles.
Preocupa la propuesta del gobierno en relación a la flexibilización
laboral lo que demuestra una intención de claro favorecimiento a los
empresarios y la pérdida de los derechos laborales de muchos

- 82 -
trabajadores. Se agudiza la explotación de los trabajadores,
especialmente campesinos y empleadas domésticas. Falta una
conciencia en la sociedad ante estas situaciones, como se demuestra
en la marcada indiferencia de la población ante algunos
planteamientos de la Central Obrera Boliviana o de otros grupos
laborales no afiliados.

20. En el área rural hay muchos campesinos que no tienen títulos de


propiedad, ni acceso a créditos. Además los precios de los
productos son bajos mientras el costo del transporte es elevado.
También, hay tráfico de tierras, latifundio y grandes extensiones sin
trabajar. Hay regiones que no tienen luz, ni agua, ni postas
sanitarias. El flagelo de las endemias es constante.

REALIDAD SOCIAL
21. La situación económica crítica de la mayoría genera constantes
tensiones sociales expresadas en marchas de protesta,
enfrentamientos con las fuerzas del orden y reclamos en los medios
de comunicación. La lucha por la tenencia de tierras se manifiesta
en loteamientos, desalojos, engaños, violencia y destrucción de
propiedad. Las migraciones aumentan los conflictos y
resentimientos entre culturas y clases sociales en competición por el
empleo, mercado y poder.

22. La pérdida de valores humanos, civiles y cristianos tradicionales


está causando en nuestra sociedad una serie de males: alcoholismo,
drogadicción, acosos sexuales, embarazos de niñas, madres solteras,
violaciones, abortos, prostitución infantil, tráfico de menores, casos
de SIDA, accidentes de tránsito, robos, asaltos, asesinatos,
suicidios, e indiferencia frente al sufrimiento de los demás.

23. Esta pérdida de valores, combinada con la desesperación provocada


por la pobreza, contribuye mucho a la desintegración de la familia,
afectando especialmente a las mujeres y niños, victimas de los altos
índices de concubinato, infidelidad, alcoholismo, violencia en el

- 83 -
hogar, abandono y divorcio. Como consecuencia, los hijos carecen
de modelos ejemplares de paternidad y maternidad, quedando
algunos niños en la calle sujetos a nuevos abusos, otros llegando a
repetir el ciclo al formar sus hogares, sin que falten los que son
lanzados a formar pandillas con temibles signos de criminalidad.

24. La corrupción se ha generalizado y está en todas partes y a todo


nivel, incluso en algunas cooperativas de servicios públicos. La
impunidad del narcotráfico inspira miedo y fatalismo. Estamos
acostumbrados a la malversación de fondos públicos, estafas,
presencia de grupos de poder que actúan al margen de la ley. La
justicia no actúa en favor de los pobres.

25. Frente a estas dramáticas situaciones existen amplios esfuerzos de


instituciones, organizaciones, comunidades y personas (hombres y
mujeres, niños y jóvenes, nacionales y extranjeros) que con
iniciativas humanitarias, están generando proyectos de solidaridad
para los necesitados, como ser: los centros de rehabilitación para
alcohólicos y drogadictos, casas de acogida para niños de la calle,
centros para discapacitados y otros.

26. Se percibe en muchos sectores de la población una mayor


conciencia para ejercer control social, denunciar la corrupción y
generar movimientos de solidaridad, utilizando los Medios de
Comunicación Social.

REALIDAD CULTURAL
27. La Reforma Educativa está dando esperanza de una mejora en el
nivel educativo y cultural de la niñez y juventud. Muchos maestros,
incentivados por la posibilidad de obtener la licenciatura en
educación, sienten mayor anhelo de capacitación y formación.
Particularmente la Iglesia Católica, a través de sus obras educativas,
está desarrollando la Reforma Educativa en la perspectiva de
mejorar la calidad de la educación y sobre todo lograr el
compromiso de los maestros en esta importante tarea.

- 84 -
28. Como parte de la Reforma Educativa se ofrece el bachillerato
humanístico y técnico. Nuevos métodos y modelos de educación
hacen del alumno el sujeto de su educación. Hay centros
educativos, especialmente de la Iglesia, que inculcan valores éticos,
morales y espirituales.

29. Sin embargo, los frutos de la Reforma Educativa son disminuidos


por la crisis económica que se traduce en infraestructura inadecuada,
insuficientes horas de clase, aulas sobrepobladas y constantes paros
del magisterio fiscal, debido a que su sueldo es paralizante, y este
sector no fue consultado en la elaboración ni en la ejecución de las
reformas. Muchos alumnos son obligados a cruzar la ciudad para
encontrar espacio en las aulas y en el campo no siempre tiene acceso
a un colegio. Existe un alto índice de analfabetismo y es preo-
cupante el bajo nivel de educación de los bachilleres porque sólo un
15% logra aprobar el examen de admisión a la universidad estatal.
Este abandono de la educación fiscal está provocando una gradual
privatización de la educación.

30. La sociedad cruceña vive importantes actividades culturales de


carácter local, nacional e internacional en una saludable
interrelación. Se nota un esfuerzo para recuperar las identidades
culturales de Bolivia en muchos colegios y comunidades. En lo que
concierne al aspecto literario, algunos autores reconocidos dedican
su tiempo a escribir obras históricas, costumbristas y otras.
También se está enseñando música, teatro, danza y otras artes a la
niñez y la juventud. A pesar de todo esto algunas lenguas
originarias están desapareciendo.

31. Hay un despertar, todavía insuficiente, de la conciencia ecológica


con un creciente respeto y preocupación por la naturaleza, la salud y
el medio ambiente. Se está tomando conciencia de los peligros del
tabaquismo.

32. Los Medios de Comunicación Social están dando mayor cobertura y


apoyo a las noticias, a las actividades culturales y a los reclamos por
una sociedad más justa. Sin embargo mucha de su programación es

- 85 -
dañina. Ofrecen una masiva publicidad pornográfica promoviendo
el individualismo, el consumismo, el materialismo, el machismo y el
erotismo. Los más susceptibles a los aspectos negativos, por falta
de formación de una conciencia crítica, son los jóvenes y niños. La
televisión, con sus programas estereotipados e importados, deforma
la verdadera visión de lo que es la familia, la persona y
particularmente la mujer, destruyendo la moral y el pudor sin ningún
control.

REALIDAD POLÍTICA
33. Vivimos una situación de estabilidad política desde 1982, con
libertad de expresión y con una mayor participación popular en los
procesos políticos, y la consiguiente generación de nuevos líderes
con mayor conciencia crítica frente a la realidad. Este proceso
democrático ha traído consigo la reorganización de la sociedad al
permitir el surgimiento de nuevas organizaciones, movimientos,
redes, a partir de la aprobación de la ley sobre la creación de las
Organizaciones Territoriales de Base (OTB), siendo éstas más
efectivas en el campo que en la ciudad. Pero la estabilidad
democrática por sí misma no es suficiente por no haber consolidado
su filosofía, su finalidad y sobre todo su marco institucional.

34. La soberanía del país se ve agredida por las fuertes presiones y


controles desde los Estados Unidos y Europa que imponen una
economía y política neo-liberales. Hay conflictos entre países,
como Bolivia y Chile, en vez del respeto y ayuda mutuos.

35. La sociedad boliviana ha logrado importantes avances en lo relativo


a la participación y protagonismo de las mujeres en la comunidad y
la política. Las campañas contra la violencia familiar y a favor de la
vida, están logrando resultados positivos aunque relativos, y una
mayor conciencia de la dignidad de las mujeres. También se amplió
la participación de los jóvenes para votar a los 18 años.

- 86 -
36. Se ha logrado aprobar nuevas leyes que mejoran la vida del pueblo:
Participación Popular, Ley INRA (Instituto Nacional de Reforma
Agraria), Reforma Educativa, Consejos de Vigilancia y el Defensor
del Pueblo, Sistema de Pensiones Privado, Seguro Materno Infantil,
Ley contra la Violencia Domestica, Seguro para Niños de la Calle,
Normativa de horarios nocturnos para locales públicos y control en
la venta de bebidas alcohólicas a los jóvenes; hay proyectos de ley
contra el abuso sexual. Hay mayores esfuerzos para hacer cumplir
la ley.

37. Los partidos políticos son poco democráticos en su funcionamiento


interno. Los candidatos con frecuencia no cumplen con sus
promesas electorales. Las autoridades y otros grupos luchan entre sí
por el poder y a menudo se olvidan del pueblo. Falta continuidad en
las políticas gubernamentales, aunque el verdadero poder está
concentrado en manos de pocas personas.

38. No hay coordinación ni suficiente participación de la ciudadanía en


las organizaciones de base. La mayoría de la gente es conformista y
con falta de sentido crítico sobre la realidad. Hay división,
competencia y enfrentamiento entre juntas vecinales en vez de
coordinación, igualmente entre las instituciones públicas y privadas.

39. La Iglesia lucha por la justicia y la dignidad de las personas, a veces


cumpliendo una función de mediación entre las partes en conflicto.
También algunas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs)
contribuyen en gran manera en este aspecto.

40. En el contexto global de esta visión pastoral de la realidad, desde la


experiencia del Pueblo de Dios, recordamos las palabras con que
Jesús comenzó su ministerio público: “Ya se cumplió el plazo
señalado, y el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el
Evangelio” (Mc 1,15).

- 87 -
IGLESIA MISIONERA Y
EVANGELIZADORA

Dios Padre Nuestro,


Envíanos tu Espíritu Santo,
y nos dé audacia en el trabajo,
alegría en el servir
y valentía para anunciar
la Buena Noticia a tu pueblo.
Oración del Sínodo

41. Jesucristo empezó su ministerio con el anunció del Evangelio: “El


Reino de Dios está cerca; conviertanse y crean en la Buena Nueva”
(Mc 1,15). Explicó su misión a partir de la Escritura: “El Espíritu
del Señor está sobre mí. El me ha ungido para traer Buenas Nuevas
a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos
que pronto van a ver; a despedir libres a los oprimidos y a
proclamar el año de gracia del Señor” (Lc 4,18). Se dedicó a
comunicar vida y esperanza con su Palabra y con su entrega hasta
revelar la plenitud del Reino en el misterio de su cruz y
resurrección. En el momento de ascender al cielo, encomendó la
misión a sus seguidores: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean
mis discípulos” (Mt 28,19).

42. Nosotros, los bautizados, hemos aceptado el relevo y esa es también


nuestra tarea, proclamar el Evangelio de Jesús y anunciar a todas las

- 88 -
personas el Reino de Dios. Este anuncio es Buena Noticia para el
hombre y la mujer de hoy, despierta la esperanza del pueblo hacia
un mundo nuevo y una tierra nueva donde habiten la justicia y la
hermandad, y les orienta a una vida en plenitud. La Palabra de Dios
es fortaleza para no decaer nunca en la lucha por colaborar con Dios
en la construcción de su Reino. Desde esta perspectiva, nuestro
Sínodo, con el objetivo de “renovar nuestro caminar para que
seamos todos comunicadores de vida y esperanza en los umbrales
del tercer milenio” continúa proclamando con toda la Iglesia
universal “un año de gracia del Señor” (Lc 4,19).

43. Recordamos que el Santo Padre, Juan Pablo II ha lanzado el desafío


de una Nueva Evangelización, no nueva en su mensaje, porque
“Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre” (Heb 13,8), pero sí,
con nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas expresiones.

NUESTRA REALIDAD ECLESIAL


44. Hay un despertar en nuestra Iglesia a una Nueva Evangelización
donde se proclama para el hombre de hoy el Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo, buscando conocer a Jesús y vivir una verdadera
experiencia comunitaria; así se está haciendo en muchas de nuestras
parroquias.

45. La evangelización se fortalece con la participación de los


movimientos apostólicos, con grupos de adultos, jóvenes y niños.
Las Misiones Populares que se han realizado en algunas parroquias,
han ayudado a profundizar en la fe. La implementación de la
catequesis familiar ha servido como punto de partida para una gran
cantidad de personas que se han comprometido con el trabajo de la
Iglesia. Hay mejor preparación para la Primera Comunión y la
Confirmación. Se hace un mayor esfuerzo para que las homilías
partan de la realidad y sean fáciles de comprender por todas las
personas. Mención especial merecen las Comunidades Eclesiales de
Base como espacios privilegiados de participación laical.

46. Hay laicos, jóvenes y adultos comprometidos en las actividades

- 89 -
eclesiales, como profesores de religión en los colegios, catequistas,
animadores, y guías en las parroquias y en los movimientos.
También participan en diversas actividades sociales políticas:
miembros de juntas vecinales, OTBs, cooperativas, grupos cívicos,
comités de defensa, Derechos Humanos y otros grupos e
instituciones.

47. Sin embargo, hay vacíos en la pastoral y catequesis en sectores de


Iglesia que se reducen tan sólo a los sacramentos, a veces celebrados
por obligación y por rutina. No siempre se asume el compromiso
bautismal. No hay una continuidad entre la Primera Comunión y la
Confirmación y falta una catequesis sistemática para adultos. Son
insuficientes los guías espirituales para los niños y jóvenes. La
pastoral se centraliza demasiado en el templo parroquial y falta una
adecuada atención en algunas comunidades.

48. Por estos vacíos pastorales detectamos que hay escaso conocimiento
de la Palabra de Dios y poca preocupación por lo espiritual. Los
cristianos no dan testimonio suficiente y se dejan llevar por el
materialismo y el consumismo. Algunos pierden la fe o pasan a las
sectas.

49. En nuestro medio hay dificultades para vivir el matrimonio


sacramental como compromiso cristiano. Existen familias que son
una comunidad de amor y ternura, testigos del amor y misericordia
de Dios Padre, pero también hay padres de familia que no se
preocupan de la educación integral de sus hijos. Una de las causas
es la poca preparación de las parejas que contraen matrimonio.

50. Un acierto importante para organizar a los educadores en la fe y las


unidades educativas, tanto fiscales como particulares católicos, fue
la creación de la Delegación Episcopal de Educación. Además es
bueno remarcar que el programa de Religión es uno de los mejores
estructurados hasta ahora, y se está delineando dentro de los
indicadores establecidos por la Reforma Educativa. El sistema de

- 90 -
convivencias juveniles escolares en lugar de clases de religión en
CEICA1 y en La Guardia ha sido exitoso.

51. Se da mejor formación a los catequistas y profesores de religión


mediante cursos bíblicos y otros, ofrecidos por las Parroquias, los
Movimientos, y las Comisiones Arquidiocesanas, la cual está
suscitando más vocaciones laicales, sacerdotales y de vida
consagrada.

52. Hay que señalar que los servicios de las comisiones arquidiocesanas
de pastoral no siempre llegan a las áreas rurales, ni se adaptan a los
distintos desafíos de estas zonas, como tampoco a las nuevas
urbanizaciones en la ciudad.

53. En muchos colegios, sobre todo fiscales, no hay clases de religión.


En otros la enseñanza religiosa es deficiente. Hay divergencias
entre parroquias y colegios particulares, especialmente católicos,
sobre la manera y ámbito más apropiado para la preparación a la
Primera Comunión y la Confirmación.

54. Se está incursionando en los Medios de Comunicación Social, para


evangelizar a sectores más amplios de la población. Lupangua,
Videas, Diakonia, Radio Fides, Radio Santa Cruz, Radio Yaguarí,
Radio Ichilo, Radio María Auxiliadora y otros son expresión
concreta de la presencia de la Iglesia en los Medios de
Comunicación Social. Pero hace falta que se aprovechen los MCS
con programas de evangelización católica para catequesis, oración y
música religiosa. adaptados a nuestra cultura y líneas pastorales.

55. Hay nuevas infraestructuras que apoyan la evangelización: el nuevo


Seminario “San Lorenzo”, recién inaugurado, además de capillas,
colegios, postas, salones, comedores, etc. Constatamos que aún así
la infraestructura no es suficiente. Pero nos preocupa mucho más la
insuficiencia de Biblias y otros materiales disponibles en las
parroquias para la misión.

1
Centro de Educación Integral Católica

- 91 -
UN NUEVO CAMINAR PASTORAL
56. Como la primitiva comunidad cristiana, después de la Ascensión de
Jesús, nos toca cumplir el mandato del Señor siendo creativos,
convincentes, dinámicos, audaces y despiertos a la hora del anuncio.
¿Qué debemos hacer en nuestras comunidades pertenecientes a la
Arquidiócesis de Santa Cruz, en los umbrales del Tercer Milenio,
para ser mejores anunciadores y testigos del Evangelio? ¿Cómo
lograr una Evangelización nueva en su ardor, métodos y
expresiones?

57. Mirando a la Iglesia que nace de Pentecostés, varias respuestas son


posibles. La primera tiene que ver con el mismo acontecimiento de
la venida del Espíritu Santo: dejarnos conducir por Él, fiarnos de su
fuerza, implorar su ayuda en todo momento, no perder la esperanza
de que la Palabra sea acogida, vivir en continua conversión personal
y comunitaria.

58. Si deseamos ser mejores discípulos de Jesús, dedicaremos tiempo al


Señor, participando en las celebraciones, leyendo la Palabra de Dios,
comentándola en la familia, en los grupos juveniles y en las
pequeñas comunidades que podamos ir creando en los barrios.
Necesitamos guías que nos ayuden a lograr mayor profundidad
espiritual, ya que el proceso evangelizador debe llevarnos a una
experiencia compartida de la misteriosa presencia de Dios en la
historia. Desde nuestra pobreza pedimos como los primeros
discípulos: “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1).

59. La segunda respuesta nos la inspira la misma vida de Jesús. Él, en el


ejercicio de su ministerio, nos enseña, con su palabra y con su vida,
quién es Dios Padre. Nosotros somos convocados a anunciar a
Jesús y con nuestro testimonio hacer visible el rostro de Dios.

60. Tenemos que emprender un esfuerzo para evangelizar a partir de las


culturas presentes en nuestros barrios y campos, y asegurar que el
Evangelio se haga visible en la vida y expresión de cada cultura.

- 92 -
Que la inculturación del Evangelio sea el camino de liberación de
las mismas culturas.

61. El testimonio es la Palabra “hecha carne” en el compartir y en el


compromiso con la suerte del pueblo, especialmente con los más
pobres y marginados. “Si un miembro del cuerpo sufre, todos los
demás sufren también” (1 Cor 12,26). No podemos evangelizar sin
una coherencia entre la fe profesada y la vida cotidiana. Tenemos
que vivir con autenticidad, superando la pasividad y el miedo para
actuar con valentía y convicción en la realidad donde vivimos. Es
necesario desterrar de nosotros, los discípulos de Jesús, toda forma
de violencia e injusticia, y lograr la unidad. Nos reconocerán
discípulos de Jesús por el amor (Juan 13,35).

62. Como testigos de Cristo es nuestro deber prepararnos consciente y


permanentemente, a través de programas actualizados,
descentralizados, y adecuados a este fin; tanto para los agentes de
pastoral, como para los grupos juveniles, los niños y toda la
comunidad. Para poder dar a conocer a Jesús necesitamos conocer
más la Biblia, también cómo interpretarla y aplicarla a nuestra vida,
sin limitarnos a un conocimiento intelectual. La Palabra de Dios ha
de ser sobre todo el alimento de nuestra fe, en ella debemos
encontrar la respuesta a nuestras inquietudes y necesidades; por eso
debemos profundizarla personalmente y en grupos, haciéndola
contenido vivo de nuestra oración.

63. Las parroquias tienen que evaluar sus programas de catequesis y


preguntarse si cumplen los objetivos no solo para la preparación y
celebración de los sacramentos, sino sobre todo formando a cada
bautizado para la vivencia de su fe y su vocación de servicio como
mensajeros de la Buena Noticia. Debe haber seriedad y continuidad
en la catequesis desde la infancia hasta la madurez. Hay que
asegurar la instrucción pre-sacramental obligatoria en la parroquia
de origen antes de conceder “pases” para su celebración por
motivos justificados en otros lugares. Se ve necesaria la
promulgación de unos criterios catequéticos comunes que nos sirvan

- 93 -
de orientación y que den unidad al servicio evangelizador. El
método de la catequesis familiar ofrece evidentes ventajas al
promover el diálogo en el hogar y la formación de la misma
comunidad eclesial “en la base”. Se necesitan muchos apoyos para
la Evangelización, como ser: audiovisuales, catecismos populares.
Los materiales de catequesis necesitan actualización e inculturación.

64. Vivimos en un mundo en el que todo nos llega a través de la imagen


y el sonido, por eso debemos utilizar los medios de comunicación
social para difundir la Palabra de Dios. Un mayor y mejor uso del
video nos dará un medio más eficaz para comunicar los valores del
Evangelio a los niños y jóvenes, y nos ayudarán a interpretar nuestra
realidad con una perspectiva más evangelizadora. En nuestras
comunidades podemos desarrollar un sentido crítico de los
programas y mensajes de la televisión comercial.

65. No podemos esperar que los marginados y alejados vengan a


nosotros. Tenemos que llegar de casa en casa con un trabajo
misionero, siendo respetuosos y solidarios, también a los albergues,
colegios, cárceles, centros de salud, barrios periféricos,
urbanizaciones nuevas, condominios, instituciones y personas que
estén necesitadas de escuchar y practicar la Palabra de Dios. Urge
desarrollar una espiritualidad y métodos misioneros en nuestras
comunidades, integrándolos en las diversas actividades pastorales,
buscando estrategias adaptadas a las distintas realidades,
considerándonos en estado de misión permanente.

66. Desde nuestra pobreza y opción preferencial por los pobres, tenemos
que evangelizar concientizando a quienes están en posiciones de
influencia y poder. Los políticos, empresarios, comunicadores,
artistas y deportistas, también necesitan la Palabra de Dios para
llegar a compartir el Banquete del Reino.

67. Para lograr todo esto y hacer que nuestra Iglesia de Santa Cruz sea
realmente misionera necesitamos personas capacitadas y agentes de
pastoral con una sólida formación cristiana y pedagógica que,

- 94 -
transformados en multiplicadores de la Palabra de Dios en sus
familias, en el trabajo, en el barrio, sean constructores de fraternidad
y unidad entre los vecinos.

68. Nuestra comunidad parroquial también será misionera cuando se


organice en pequeñas Comunidades Eclesiales de Base al estilo de
los primeros cristianos. Allí se pueden descubrir los dones de cada
miembro y mediante el apoyo mutuo, superar el miedo a las críticas
poniéndolos al servicio de la evangelización.

69. Las comunidades podrán discernir las mejores formas de cumplir su


misión con un proceso de planificación pastoral, debidamente
asesorado, desde el diagnóstico de la realidad y de acuerdo a las
líneas y opciones pastorales de la Arquidiócesis.

70. En definitiva, cumpliremos el mandato de Jesús de anunciar el


Evangelio, si como Él vivimos atentos a la realidad, detectamos las
mayores necesidades y respondemos a ellas según la voluntad de
Dios, expresada en su Palabra. Sobre todo ha de darse en la Iglesia
y en cada uno de sus miembros una coherencia total entre lo que
hacemos y decimos.

71. “Delante de Dios y de Cristo Jesús, que vendrá glorioso como Rey
a juzgar a los vivos y a los muertos, te encargo mucho que
prediques el mensaje, y que insistas cuando sea oportuno y aun
cuando no lo sea” (Tm 4,1-2).

- 95 -
IGLESIA SOLIDARIA Y PROFÉTICA

“Ayuda, oh Padre,
a esta Iglesia tuya
para que siempre comunique
Vida y Esperanza
en medio de tantos signos
de miseria material,
espiritual y moral”.
Oración del Sínodo

72. Jesucristo anunció, desde el primer momento de su ministerio, su


intención de “traer buenas noticias a los pobres” (Lc 4,18).
Cumplió esta promesa con sus Palabras y con sus Obras. “Jesús
recorría todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas de
cada lugar. Anunciaba la Buena Noticia del Reino, y curaba toda
clase de enfermedades y dolencias. Al ver a la gente, sintió
compasión de ellos, porque estaban cansados y abatidos, como
ovejas que no tienen pastor” (Mt 9,35-36). Así, la acción solidaria
de Jesús reveló con transparencia al Dios de la Vida, ya que vino
para que tengamos “vida en abundancia” (Jn 10,10), y lo llevó a
luchar contra las causas del sufrimiento del pueblo. En la línea de
los grandes profetas enviados por Dios a su pueblo, Jesús denunció
las actitudes personales y estructuras de pecado (Mt 19,30; 23,4-5a;
Lc 13,32). Jesús vino al mundo para liberarnos de todas las ataduras
de pecado y opresión.

- 96 -
73. La consecuencia y expresión más profunda de la solidaridad
profética de Jesús fue la Cruz. En ella Jesús fue “una señal de
contradicción, a fin de que las intenciones de muchos corazones
queden al descubierto” (Lc 2,34). Al mismo tiempo, en y por la
Cruz, la solidaridad de Jesús se convierte en intercesión
misericordiosa: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”
(Lc 23,34). Con la resurrección, el Padre todopoderoso confirma la
Vida y la Palabra de Jesús, dándole el Reino eterno y la victoria
sobre todo mal.

74. Hacer la Señal de la Cruz nos compromete a vivir la misma postura


profética y acción solidaria de Jesús. “Ustedes han permanecido
conmigo compartiendo mis pruebas; por eso les doy autoridad
como el Padre me la dio a mí, haciéndome Rey. Ustedes comerán y
beberán en mi mesa, en mi Reino, y se sentarán en tronos para
juzgar a las Doce tribus de Israel” (Lc 22,28-30). Pero Jesús nos
advierte el sentido verdadero de nuestra autoridad: “Los reyes de las
naciones se portan como dueños de ellas y, en el momento en que
las oprimen, se hacen llamar bienhechores. Ustedes no deben ser
así. Al contrario, el más importante entre ustedes se portará como
si fuera el último, el que manda como el que sirve” (Lc 22,25-26).
Entonces, queriendo ser Iglesia Solidaria y profética fiel a Jesús, nos
preguntamos si nuestras comunidades el espíritu del Buen
Samaritano.

NUESTRA REALIDAD ECLESIAL


75. Nuestro pueblo conserva en su tradición y vive con alegría los
valores de solidaridad y cercanía hacia las necesidades de los más
desafortunados. Esto se manifiesta en la acogida, el compartir y
diversos tipos de servicio.

76. Nuestra Iglesia ha gozado del testimonio de mártires misioneros en


las primeras etapas de evangelización, como los Jesuitas, P.
Cristóbal de Mendoza y P. Lucas Caballero (fundador de
Concepción); y mártires de la solidaridad profética en las épocas
más recientes como el P. Luis Espinal en La Paz, y el P. William
Kruegler en Montero.
- 97 -
77. La opción de la Iglesia por los pobres y marginados es motivo de
alegría. La presencia de parroquias en barrios marginales hace
patente su cercanía y solidaridad con las necesidades de sus
comunidades y su pueblo. Es positivo el nacimiento de los grupos
de Caritas Parroquiales.

78. Las instituciones de la Iglesia que se encargan del servicio social,


aunque insuficientes, están poniendo su granito de arena como
paliativo ante la situación de extrema indigencia en algunos sectores
de la sociedad, realizando un trabajo no solo asistencial, sino de
liberación y promoción humana. Esta acción de la Iglesia se deja
ver a través de proyectos que están al alcance de las comunidades,
favoreciendo las pequeñas empresas, la formación y capacitación de
su gente, para mejorar sus condiciones de vida.

79. Así mismo, la Iglesia, mediante sus hogares, hospitales y postas


sanitarias, expresa su preocupación por los enfermos y
desamparados, dándoles prioridad con las recientemente creadas
Delegación Episcopal de Hogares y Delegación Episcopal de Salud.

80. Es loable el esfuerzo que realiza la Iglesia en los barrios marginales


y zonas rurales al establecer colegios “de convenio” que benefician
a personas de escasos recursos (Colegios Fe y Alegría, Escuelas
Populares Don Bosco, Hombres Nuevos, Josefina Bálsamo y otras).

81. La solidaridad es deber de todos pero hace falta una intervención


más decidida “como Iglesia” en los problemas sociales. No existe
un servicio social organizado en algunas comunidades. No hay
suficientes líderes para atender las necesidades de los pobladores,
especialmente en las áreas rurales. Los inmigrantes no reciben una
buena acogida y con frecuencia se alejan de la Iglesia Católica. No
siempre existe un verdadero compromiso ante el sufrimiento del
prójimo y el aporte económico local para el servicio social es
insuficiente teniendo en cuenta las grandes necesidades.

82. La Iglesia está asumiendo una postura cada vez más profética al
anunciar al Dios de la Vida y denunciar ciertas realidades de
injusticia; por ejemplo, en la homilía dominical del Señor
- 98 -
Arzobispo. Sin embargo, es insuficiente nuestra defensa de la vida
y de las leyes que promueven los derechos de las comunidades. No
siempre acompañamos y apoyamos a los marginados y explotados
para que su voz sea escuchada.

83. Hay tensiones porque las clases acomodadas siempre no han acep-
tado la opción evangélica de la Iglesia por los pobres. También hay
sacerdotes y consagrados que no comparten la pobreza de las
mayorías proyectando una actitud poco coherente.

UN NUEVO CAMINAR PASTORAL


84. La Iglesia Misionera y Evangelizadora que anuncia la Buena Nueva
de Jesús, ha de ser ella misma Buena Noticia, convirtiéndose en
Iglesia Solidaria y Profética que busca responder a las necesidades
de quienes sufren. Como Jesucristo en su momento histórico, la
Iglesia ha de estar sobre todo al lado de los pobres y sus causas,
acompañando su caminar y haciendo una opción inteligible por
ellos. ¿Cómo puede asumir la Iglesia la opción por los pobres y
hacerse solidaria con ellos, mejorando su situación?

85. Tenemos que desarrollar una espiritualidad solidaria en nosotros y


nuestras comunidades, recordando que entre los primeros cristianos,
“no había necesitados” (Hch 4,34), porque “compartían todo
cuanto tenían” (Hch 2,44). Como miembros del Pueblo de Dios
hemos de dar ejemplo de pobreza solidaria, evitando el consumismo
y abandonando los paternalismos que despojan a los pobres de su
autoestima y dignidad. Es preciso luchar contra el individualismo y
juntos ver la realidad con los ojos de los necesitados sin hacer
distinciones de edad, religión, raza, o género.

86. Es necesario diagnosticar la realidad objetivamente a través de


censos y visitas a los hogares, para poder discernir las necesidades
más apremiantes y diseñar respuestas acertadas. Al compartir en

- 99 -
nuestras comunidades la misma pobreza, tenemos que fijar
prioridades usando sabiamente nuestros limitados recursos.

87. No es suficiente conocer la realidad estadística, matemática o


económicamente; sino sobre todo, en relación íntima con ella,
penetrar sus entrañas, tocar, palpar su ser, dejarse interpelar y
cuestionar por ella para entrar en un diálogo sincero y profundo.
Este conocer implica comprender la realidad con el corazón lleno de
los mismos sentimientos de Cristo Jesús (ver Flp 2,5ss). Sólo así
podremos transformarla, sólo así podremos hacer de ella un lugar
habitable para los pobres.

88. Las comunidades de fe deben ser espacio donde la mujer y el


hombre crezcan como ciudadanos, capaces de participar activamente
en la vida civil, fortaleciendo el poder popular a fin de construir una
sociedad justa, fraterna y solidaria. Dadas las realidades inhumanas,
injustas y opresivas, la comunidad cristiana debe optar por la
liberación de las causas que las produzcan y que se oponen al Reino
de Dios. Que nuestra Iglesia “revestida de los mismos sentimientos
de Jesús” (Fil 2,5), opte por la liberación integral de la persona.
Que todas las parroquias y comunidades organicen el servicio social
y caritativo de manera que toda la pastoral incorpore este aspecto
fundamental de la evangelización. No se debe ahorrar ningún
esfuerzo o recurso para este fin. Tenemos que liberarnos de la
corrupción y explotación en todas sus formas denunciando
valientemente, como Iglesia, las injusticias que suceden en nuestro
medio.

89. Nuestra Asamblea Sinodal coincide con el 50 Aniversario de la


Declaración Universal de los Derechos Humanos. Debemos,
difundir y comentar esta declaración en nuestras comunidades,
centros educativos e instituciones solidarias, para así informar al
pueblo sobre sus derechos y cultivar su dignidad. Es necesario
defender los Derechos Humanos luchando en favor de quienes
sufren abuso, violencia e injusticia de cualquier índole.

- 100 -
90. El derecho más sagrado es la vida. No podemos tolerar las
amenazas y atentados contra la vida de cualquier ser humano, ya sea
por el aborto de los inocentes que no han nacido, sea por condenar a
muerte a los criminales. Reconocemos que la situación de pobreza
es la causa de muerte de muchas personas y tenemos que luchar
contra ella para defender la vida.

91. Siendo la mayoría de las mujeres las más pobres y explotadas en


nuestra sociedad, debemos solidarizarnos con sus reivindicaciones y
evitar cualquier discriminación, apoyando su búsqueda de
autoestima, dignidad, igualdad y protagonismo. Tenemos que
brindar apoyo a las madres solteras, viudas, trabajadoras del hogar y
otras que están en situaciones precarias.

92. Es preciso organizar la solidaridad en las comunidades uniéndonos a


los sistemas de ayuda humanitaria coordinados por Cáritas
Arquidiocesana y el Secretariado Arquidiocesano de Pastoral Social.
Cáritas Parroquial ofrece un excelente método para conseguir y
canalizar los recursos y energías, responsable y eficazmente. Es
importante la participación de las comunidades en todos estos
esfuerzos.

93. Para valorar la vida y cumplir el mandato de Jesús de sanar a los


enfermos, es necesario multiplicar e impulsar la pastoral de salud
apoyándose en la animación de sacerdotes, religiosas, religiosos y
laicos que trabajen en este sector. En un país como el nuestro,
donde la salud resulta costosa y a veces inalcanzable para la mayoría
del pueblo, como Iglesia Pueblo de Dios, seamos todos, con
nuestros pastores, defensores y formadores del precioso don de la
salud y de la vida desde su comienzo.

94. En nuestras comunidades se debe valorar la sabiduría popular en el


campo de la medicina tradicional, favoreciendo la salud preventiva e
incentivando la utilización de una alimentación alternativa.

95. Debemos procurar una vida más sana educándonos en hábitos


saludables, evitando los vicios como el alcohol, el tabaco y otras

- 101 -
drogas. Es preciso que los niños y jóvenes, conozcan los peligros
que representan estas sustancias.

96. Tenemos que desarrollar una conciencia ecológica y velar por el


medio ambiente, luchando por los servicios de agua, alcantarillado y
recojo de basura. Ser solidarios con el prójimo significa proteger el
medio ambiente donde se vive y de cuya calidad depende la salud.
El tema ecológico debe estar presente en la catequesis y las homilías
para que haya conciencia del pecado contra la naturaleza.

97. Integrándonos en las juntas vecinales y OTBs, podemos exigir que


se repartan equitativamente los recursos de la Participación Popular
en función de las siguientes obras de solidaridad: postas, centros de
rehabilitación para drogadictos, jóvenes, impedidos; de ayuda a las
madres solteras, de orientación y planificación familiar, de
capacitación para niños abandonados y de la calle; hogares de
ancianos, casa cunas, albergues de viudas y huérfanos, alojamiento
para transeúntes y personas que han de emigrar, mejoras a los
presos, viviendas populares, campañas de vacunación y de
saneamiento ambiental etc. Trabajando con empresarios, sindicatos
y otras Iglesias cristianas, podemos organizar en los barrios postas
sanitarias que proporcionen ayuda gratuita a los enfermos, que
promuevan campañas de vacunación, de saneamiento ambiental.

98. Que esté presente en todos los programas de catequesis y educación


escolar la formación en la doctrina social de la Iglesia, para afianzar
nuestra misión de ser creadores de una sociedad nueva.

99. Al formar miembros de la comunidad para guiar el ministerio de la


solidaridad, podemos promover el trabajo en equipo, ayudando
moral y económicamente, sin paternalismo, tomando en cuenta la
dignidad de la persona, centro de nuestra acción pastoral,
compartiendo con los pobres lo que somos y tenemos, fortaleciendo
y apoyando las pequeñas empresas familiares y otras formas de
organización laboral.

100. La limosna es necesaria en situaciones de crisis y emergencia,


trágicamente generalizadas en nuestro medio, pero no puede tapar la
- 102 -
injusticia. No se puede dar como limosna lo que se debe por
justicia. No es suficiente enseñar al mendigo a pescar, mas bien hay
que devolverle el río. En este sentido es necesario organizarnos para
construir una sociedad más justa y defender nuestros derechos:
sueldos justos, escuelas equipadas, profesores competentes, policías
serviciales, jueces justos, y políticos honestos. Nos comprometemos
a testimoniar los mismos valores en las circunstancias de nuestra
vida y en nuestras organizaciones.

101. Siendo que “La Ley del Cruceño es la Hospitalidad” tenemos que
cultivar este valor con los inmigrantes que van llegando en búsqueda
de vida y esperanza. Es hora de hacer germinar la Pastoral del
Inmigrante en las comunidades y parroquias, superando prejuicios y
valorando las riquezas culturales, humanas y religiosas de los grupos
que llegan a nuestra tierra.

102. Varias de las Iglesias cristianas, hermanas nuestras, demuestran


fuertes compromisos en el campo social y solidario. Conviene
trabajar unidos cuando sea posible para favorecer la unidad de todos
los cristianos y, al mismo tiempo, avanzar en la construcción del
Reino de Dios.

LA FAMILIA, CÉLULA DE LA IGLESIA


103. En el campo de la solidaridad no podemos ignorar que una de las
mayores pobrezas está relacionada con la familia cuya situación es
alarmante. El elevado número de familias mal constituidas,
desintegradas, desunidas, y los malos tratos en el hogar provocados
especialmente por el abuso del alcohol, el machismo y problemas
económicos, nos hacen plantearnos la cuestión de cómo mejorar la
situación de la familia.

104. Por otro lado es necesario acoger y ayudar a las parejas que no se
han casado por lo civil y/o por la Iglesia. Muchas personas podrían
valerse de un decreto de nulidad de un anterior matrimonio invalido,

- 103 -
y así regularizar su situación, si conocieran la existencia del proceso
correspondiente.

105. La familia, según los deseos de la Iglesia, expresados en el Concilio


Vaticano II, debe ser la célula de la Iglesia (LG 11), por eso no es
extraño que deseemos que la familia se convierta en una pequeña
comunidad eclesial, donde la pareja dé ejemplo con su vida y los
esposos sean los primeros educadores. Para ello, creemos necesario
que reciban formación sobre cómo educar a sus hijos en las distintas
etapas de la vida, compartiendo su experiencia con otras parejas.

106. Es necesario organizar la pastoral familiar en la parroquia con la


ayuda de los párrocos. Se pueden promover grupos de parejas para
que asuman un liderazgo en las comunidades compartiendo su
experiencia, organizando varias actividades para la familia, entre
ellas, paseos, campeonatos, convivencias y cursos de formación
donde se reflexione sobre sus vidas a la luz de la Palabra de Dios.

107. A la luz de los lineamientos y directrices de la Comisión de Pastoral


Familiar, los movimientos apostólicos que trabajan con la familia
deben hacer más efectivo el compromiso y acción ejecutando
trabajos coordinados para dinamizar esfuerzos según se ha
propuesto repetidamente en las Asambleas Arquidiocesanas.

108. Las familias necesitan un servicio de orientación que les brinde


apoyo en los momentos de crisis. Hay que dar a conocer el Servicio
de Orientación Familiar (SOF) de la Pastoral Familiar
Arquidiocesana, y ver las posibilidades de multiplicar esta
organización de consejería profesional a nivel parroquial, incluso en
las comunidades, para que esté más cerca de la gente.

109. La Catequesis Familiar es un método de evangelización con méritos


comprobados para ayudar a los esposos a compartir y madurar en su
fe, de modo que después acompañen a sus hijos e hijas en su
desarrollo humano y cristiano. Al mismo tiempo contribuye a la
integración de toda la familia en las comunidades parroquiales y en
la formación de las Comunidades Eclesiales de Base.

- 104 -
110. Nuestro Dios es el Dios de la vida y el amor. La familia, con el
apoyo de la escuela y de la comunidad cristiana, debe formar a los
niños y jóvenes en los valores humanos, las virtudes cristianas, el
amor verdadero, la auténtica sexualidad, y en la transcendencia del
sacramento del matrimonio, a fin de que puedan llegar a su plena
realización como personas.

111. Conviene reforzar la preparación prematrimonial empezando en la


niñez con el ejemplo de la familia y la orientación del colegio. Es
necesario concientizar a los jóvenes y a toda la feligresía sobre el
verdadero sentido del matrimonio, capacitándoles humanamente
para vivir la fidelidad. Hay que alargar la preparación
prematrimonial con equipos de parejas guías y profesionales,
incluyendo en el proceso de formación la educación sexual,
planificación familiar natural, paternidad responsable actualizada,
experiencias de diálogo, administración económica del hogar y
espiritualidad familiar.

112. Que la celebración de los sacramentos, especialmente de la


Eucaristía, recupere la experiencia del compartir y desarrolle el
sentido del servicio y de solidaridad, tal como demuestra Jesús al
multiplicar los panes para la gente y lavar los pies de sus discípulos.

113. La misión de Jesucristo es también nuestra: “El Espíritu del Señor


está sobre nosotros, porque nos ha consagrado para llevar la buena
noticia a los pobres; nos ha enviado a anunciar libertad a los
presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;
a anunciar el año favorable del Señor” (Lc 4,18-19).

- 105 -
IGLESIA COMUNITARIA

Dios Padre Nuestro,


Tu, por medio de tu Hijo Jesucristo,
nos has reunido
para formar la Iglesia
en Santa Cruz,...
Perdona nuestras apatías y divisiones”.
Oración del Sínodo

114. La Primera Comunidad Cristiana despertaba la admiración de todos


porque vivían unidos, compartían lo que tenían y nadie pasaba
necesidad. Así se cuenta en los Hechos de los Apóstoles: “Todos
estaban asombrados a causa de los muchos milagros y señales que
Dios hacía por medio de los apóstoles. Todos los creyentes estaban
muy unidos y compartían sus bienes entre sí; vendían sus
propiedades y todo lo que tenían, y repartían el dinero según las
necesidades de cada uno. Todos los días se reunían en el templo, y
en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez
de corazón. Alababan a Dios y eran estimados por todos; y cada día
el Señor hacía crecer la comunidad con el número de los que él iba
llamando a la salvación” (Hch 2,42-47).

115. La fuente de la vida comunitaria es el mismo Dios, Padre, Hijo y


Espíritu Santo, que vive una perfecta unidad en la diversidad de
personas. Nuestra vocación a la vida en comunidad es justamente
expresión y testimonio de esta vida divina. Esto se manifiesta en
una estrecha comunión y participación de todos los cristianos
manteniendo la unidad en la diversidad. San Pablo indica:
- 106 -
“Nosotros, con ser muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y
dependemos unos de otros” (Rm 12,5). Y Jesucristo expresó su
anhelo para nuestra comunión en su oración durante la última cena:
“Esa gloria que me diste, se la di a ellos, para que sean uno como
tú y yo somos uno. Así seré yo en ellos y tú en mí, y alcanzarán la
perfección en esta unidad. Entonces el mundo reconocerá que tú
me has enviado y que yo los he amado como tú me amas a mí (Jn
17,22-23).

NUESTRA REALIDAD ECLESIAL


116. Las Asambleas Arquidiocesanas de Agentes de Pastoral y el proceso
sinodal han creado espacios de participación orientados a desarrollar
la comunión, la acción conjunta y la corresponsabilidad entre laicos
y pastores. Esta apertura de la Iglesia “institucional” hace
vislumbrar una mayor coordinación entre los laicos, instituciones y
congregaciones, en la perspectiva de transformar las parroquias en
Comunidad de Comunidades.

117. Hay auténticos pastores, sacerdotes, religiosos(as) y laicos(as) que


anuncian el Evangelio con la vida. Se han incorporado a nuestra
Iglesia local nuevas congregaciones de vida consagrada, muchas de
estas insertadas en los barrios marginales.

118. En algunas parroquias se ha puesto en práctica la opción


arquidiocesana por las Comunidades Eclesiales de Base, espacio
privilegiado para la comunión y la participación laical, donde se
conocen, trabajan juntos, hacen una experiencia viva de Cristo
Resucitado, y se sienten llamados a construir con Él el Reino de
Dios en la sociedad.

119. En algunas comunidades cristianas se experimenta la unidad que


existe entre sus miembros, teniendo como referencia un mismo
objetivo, un mismo sentir y un mismo corazón, como las primeras
comunidades.

- 107 -
120. Mediante la catequesis familiar se ha logrado una mayor integración
de los padres y madres de familia en su propia formación al interior
de la comunidad eclesial.

121. De manera eficaz los laicos comprometidos en los movimientos


apostólicos se dedican a apoyar y dinamizar la Iglesia.

122. Los laicos tienen una participación, cada vez más activa, en la toma
de decisiones a través de los Consejos Pastorales que vienen
funcionando eficazmente en un mayor número de comunidades y
parroquias. También hay más participación de los jóvenes en estos
Consejos.

123. En este proceso hemos de reconocer que todavía no todas las


parroquias son Comunidad de Comunidades, tienen sus actividades
centralizadas en el templo parroquial, los laicos son sólo ayudantes
que no llegan a asumir la corresponsabilidad en la tarea de construir
el Reino aquí y ahora.

124. Nuestra Iglesia conserva una cierta tendencia clerical, en algunos


casos prepotente y legalista, produciendo así escándalo en la
comunidad. También se nota en algunos párrocos poca apertura al
diálogo y a la participación colegiada en los consejos parroquiales,
frenando incluso iniciativas de los laicos.

125. Falta la presencia de sacerdotes y religiosas, especialmente en áreas


rurales y en la periferia Son pocos los nacionales y viven muy
dispersos. Hay miedo de que los religiosos o las religiosas sean
trasladados con frecuencia, abandonando el servicio que están
prestando. Por la magnitud de la Arquidiócesis el Obispo no puede
llegar a todos los sectores que lo reclaman.

126. Se percibe una falta de coordinación en los trabajos de instituciones


de la Iglesia, grupos y agentes pastorales, provocando una pérdida
de energías, de oportunidades y de dinero. Falta diálogo entre los
colegios particulares católicos y las parroquias para coordinar
acciones de pastoral educativa.

- 108 -
127. Mucha gente, no bien evangelizada y poco integrada en la vida de la
Iglesia, pasa fácilmente a las sectas. Éstas, con su agresivo
proselitismo y acogida, están aumentando y provocando, en muchos
casos, la división y confusión en el pueblo.

128. Falta una mayor formación de los laicos comprometidos y del


laicado en general, con una espiritualidad más profunda, un sentido
más crítico y un conocimiento bíblico y doctrinal más completo, lo
cual dificulta su participación y protagonismo en la comunidad
cristiana. No se presta la atención suficiente al diaconado
permanente.

129. La gran mayoría de las parroquias e instituciones eclesiales


dependen del extranjero para su mantenimiento económico. Los
proyectos de construcción son financiados en gran parte desde el
exterior. Las colectas, estipendios y donativos que recibe la Iglesia
en las parroquias, comunidades periféricas y el campo son
insuficientes. Existen recursos económicos locales, pero mucha
gente no está acostumbrada a aportar porque circulan conceptos
falsos sobre la realidad económica de la Iglesia.

UN NUEVO CAMINAR PASTORAL


130. Lo que asombra de los comienzos de la Iglesia es la Común-unión
de sus miembros. Se reunían con frecuencia para la fracción del
pan, haciendo caso del mandato de Jesús en la Ultima Cena. Este
gesto eucarístico, lleno de contenido y de compromiso social y
existencial, llamaba la atención de los que observaban a los
apóstoles y discípulos de Jesús: comían juntos el pan de la
Eucaristía que los hacía vivir unidos. Nos toca vivir nuestra fe con
la misma comunión y compromiso de transformación de la sociedad.

131. ¿Cómo podemos nosotros despertar el asombro de los que están


alejados de la Iglesia o viven su fe de forma rutinaria haciendo que
deseen volver a ella y vivir su bautismo con más compromiso? En
primer lugar siendo comunidades vivas y vivificadoras con el

- 109 -
testimonio del compartir la vida y la esperanza en nuestras
comunidades. La alegría de compartir la misma fe en Cristo tiene
que ser visible, manifestarse en frutos de comunión y solidaridad
entre nosotros mismos.

132. La comunión se construye con el contacto personal y amistoso entre


los vecinos que se consideran hermanas y hermanos en Cristo y que
valoran la presencia, personalidad y dones de cada cual. Tenemos
que reunirnos con frecuencia para la Eucaristía y la oración, también
para compartir tiempos de diálogo, discernimiento, convivencia y
celebración. Lo mismo se requiere de los presbíteros y agentes de
pastoral.

133. Una comunidad auténtica y cristiana nunca se encierra en sí misma,


se abre a la participación de todos siendo un signo de unidad por
encima de toda división y enfrentamiento; fomenta la relación con
los vecinos, visita los hogares más pobres y promueve entre sus
miembros grupos de oración y reflexión; ayuda a la rehabilitación de
aquellas personas que han caído en los vicios; informa sobre las
actividades de los grupos que ya están constituidos, promueve el
interés por una participación en la vida de la Iglesia y hace crecer la
conciencia de que la misión del cristiano y de la comunidad es trans-
formar su familia, su barrio y la sociedad.

134. Una señal de fidelidad a Jesús es el esfuerzo que se está haciendo


para integrar a las parejas y personas que se encuentran en
“situaciones irregulares”, que son la mayoría en nuestra Iglesia.
Tenemos que ayudar a los que viven en concubinato o que están
casados sólo por lo civil, a superar los impedimentos y a regularizar
su situación en la Iglesia. Los que han sufrido divorcio, separación
o abandono deben recibir acogida y comprensión en la comunidad
eclesial. Las madres solteras necesitan un apoyo especial para no
desanimarse frente al desafío de mantener a sus hijos y de educarlos
en la fe.

135. “Los pastores y la comunidad eclesial se preocuparán por conocer


tales situaciones y sus causas concretas, caso por caso; se

- 110 -
acercarán a los que conviven, con discreción y respeto; se
empeñarán en una acción de iluminación paciente, de corrección
caritativa y de testimonio familiar cristiano que pueda allanarles
hacia la regularización de su situación. Pero sobre todo,
adelántense enseñándoles a cultivar el sentido de la fidelidad en la
educación moral y religiosa de los jóvenes; instruyéndoles sobre las
condiciones y estructuras que favorecen tal fidelidad, sin la cual no
se da verdadera libertad; ayudándoles a madurar espiritualmente y
haciéndoles comprender la rica realidad humana y sobrenatural del
matrimonio cristiano.”2

136. Fortaleciendo los lazos familiares a través del trabajo eclesial


podemos crecer en comunión. Para ello es importante animar a una
mayor participación de los varones.

137. La solidaridad con los más pobres es el sello de autenticidad de


nuestra fe en Jesús y un modo de integrar a un mayor número de
personas a la comunidad. Los bautizados hemos de procurar
también vivir personal y comunitariamente actitudes como la
humildad, la sinceridad, la generosidad en el compartir, la justicia.
Tenemos que abrirnos a la corrección fraterna y saber corregir al
hermano con delicadeza.

138. No podemos olvidar que, en este deseo de unidad e integración,


tienen un lugar preeminente los de origen humilde, de escasos
recursos económicos y faltos de formación académica, porque de los
pequeños y sencillos es el Reino de Dios (cf. Mt 5,3). Han de tener
oportunidad para expresarse, defender sus derechos y descubrir la
importancia que tienen sus dones y su aporte.

139. Nos hace falta tomar conciencia sobre el sentido de nuestra


aportación económica a la Iglesia y la evangelización. La
generación de recursos propios mediante diversas contribuciones

2
Familiaris Consortio, Exhortación Apostólica de Juan Pablo II sobre la misión de la familia
cristiana, 1981, 81.

- 111 -
debe ser una preocupación asumida por todos los que formamos esta
Iglesia.

140. Los responsables de las parroquias deben fomentar, mediante los


consejos pastorales, la participación de los laicos favoreciendo una
buena comunicación de éstos con los sacerdotes y religiosos,
incentivando en general un clima de diálogo en toda la comunidad
eclesial. Para incluir a los más humildes en la toma de decisiones,
se ha de procurar utilizar un lenguaje sencillo, accesible a todos y
animar la participación de todos los sectores de la comunidad. El
cariño, el afecto y la confianza entre hermanos construyen la
verdadera comunión.

141. Debemos procurar que nuestros presbíteros sean servidores del


pueblo, animadores de la comunión y coordinadores de los múltiples
carismas que el Espíritu hace surgir en la Iglesia. Esto hará florecer
los ministerios laicales, potenciándolos mediante una preparación
adecuada. El diaconado permanente es un ministerio apropiado para
animar la oración y organizar la solidaridad.

142. Los agentes de pastoral, sean laicos, consagrados u ordenados,


conscientes de su vocación, han de ser, en primer lugar, personas
cuyas vidas sean coherentes con el Evangelio. Que ellos sean los
primeros en buscar la unidad con actitud de servicio sabiendo que su
testimonio auténtico es lo que hace creíble la Buena Noticia. Sus
esfuerzos para seguir creciendo como discípulos y ministros
mediante un proceso de formación permanente ayudarán a mantener
el dinamismo de la comunidad eclesial en la construcción del Reino.

143. Para superar la concepción de parroquia como propiedad privada y


llegar a una pastoral de conjunto es necesario lograr la planificación
pastoral arquidiocesana, y promoverla mediante un coordinador
pastoral. El sector o zona debe ser el nivel de coordinación y unidad
donde todas las comunidades parroquiales vivan la pastoral de
conjunto. Por su parte, la comunidad debe interesarse por conocer
las actividades pastorales de la parroquia, de su sector o zona, de la

- 112 -
Arquidiócesis y estos deberán darla a conocer a través de boletines
de información.

144. En este proceso, las Comunidades Eclesiales de Base son espacios


de participación que señalan cauces para pasar de la administración
a la misión, de la centralización en el presbítero a la participación
del pueblo, del edificio a la comunidad, de los “salvados” a los
necesitados de conversión, de la edificación de la Iglesia a la
construcción del Reino, en un esfuerzo de inculturación, diálogo,
liberación y construcción de la comunidad eclesial, como referencia
sacramental de la Iglesia en el medio humano donde ella debe ser
fermento.

145. En las CEBs se quiere vivir una espiritualidad encarnada,


liberadora, bíblica y comunitaria. Tienen como método de reflexión
el “ver, juzgar, actuar, celebrar y evaluar”. Esta forma nueva de
ser Iglesia se hace en profunda comunión con los pastores y demás
comunidades eclesiales.

146. Recordamos la exhortación de San Pablo: “Por esto yo, que estoy
preso por la causa del Señor, les ruego que se porten como deben
hacerlo los que han sido llamados por Dios, como lo fueron ustedes.
Sean humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a
otros con amor; procuren mantener la unidad que proviene del
Espíritu Santo, por medio de la paz que une a todos. Hay un solo
cuerpo y un solo Espíritu, así como Dios los ha llamado a una sola
esperanza. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; hay un
solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio
de todos y está en todos.” (Ef 4,1-6).

- 113 -
IGLESIA QUE CELEBRA

“Que María,
la Mamita de Cotoca,
nos acompañe
y nos lleve a hacer siempre
lo que tu Hijo nos mande”.
Oración del Sínodo

147. Jesucristo, encarnado en la vida del pueblo de Dios, compartió sus


alegrías y tristezas, participando en las celebraciones que marcaban
los momentos más importantes de la vida social y religiosa. Reveló
su gloría en las bodas de Caná, lloró en la tumba de Lázaro y en la
última cena dijo a sus discípulos: “¡Cuánto he querido celebrar con
ustedes esta cena de Pascua antes de mi muerte! Porque les digo
que no la celebraré de nuevo hasta que se cumpla en el Reino de
Dios” (Lc 22,15-16). Aceptaba las invitaciones a banquetes y
bodas, haciendo de ellas contenido y ocasión para revelar el sentido
del Reino de Dios.

148. Durante toda su vida, Jesús se caracterizó por su actitud de


agradecimiento: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste a los
sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido” (Lc
10,21). Antes de morir, durante la última cena dio gracias al Padre y
repartió el pan, dándonos con este gesto el don de la Eucaristía. Con
los discípulos de Emaús, en el día de la Resurrección, repitió este
signo para que lo reconociéramos siempre en la Fracción del Pan,
celebrada en memoria suya.

- 114 -
149. Desde entonces la comunidad cristiana se fortalece en la acción de
gracias y, como la Virgen María, celebra con todo su ser la grandeza
del Señor que le ha dado vida en abundancia y la ha elegido para
comunicar vida y esperanza a los demás. Como “Iglesia que
Celebra”, a la luz de Cristo evaluamos y renovamos nuestra manera
de conmemorar la alegría cristiana en los acontecimientos de nuestra
vida.

NUESTRA REALIDAD PASTORAL


150. El Pueblo de Dios, en sus costumbres y en su fe demuestra una
profunda religiosidad. En muchas parroquias y capillas es notable la
participación de la comunidad en la celebración de fe. Con
frecuencia las personas llevan la imagen de la Virgen o del Santo de
su devoción al templo, piden agua bendita y con ella la bendición de
Dios, manifestando así su fe. La religiosidad o la piedad popular
tiene una fuerte presencia en nuestra Iglesia.

151. Se aprecian mucho los sacramentos, especialmente el Bautismo y la


Eucaristía. Se respeta mucho el Ministerio Sacerdotal. Hay un
despertar de la conciencia en la preparación y celebración de los
sacramentos. Es muy fuerte en nuestra religiosidad popular la
devoción a la Virgen María.

152. Al mismo tiempo, hay poca comprensión del ritual eucarístico y de


los demás sacramentos. Algunos fieles exageran en su expresión de
devoción a las imágenes.

153. En nuestra cultura oriental se viven los tiempos litúrgicos fuertes


con intensidad. Las fiestas y procesiones en Cuaresma, Semana
Santa, Corpus Christi, Todos Santos y Cotoca cuentan con la
asistencia masiva de los feligreses, como también las fiestas
patronales y otros momentos especiales en la vida de las
comunidades.

- 115 -
154. El Santuario de la Virgen de Cotoca goza de un creciente número de
peregrinos, que acuden con fe, devoción y agradecimiento a nuestra
patrona del Oriente. En este aspecto cabe mencionar los cambios y
logros realizados estos últimos años, que han dado mayor esplendor,
realce y fervor a la celebración mariana. Se ha logrado una
asistencia masiva con las visitas previas de su imagen a los distintos
sectores de nuestra ciudad, invitando a participar en el novenario.
Es de resaltar la colaboración de las autoridades civiles con la
Iglesia para la organización, de esta fiesta incluyendo la prohibición
de bebidas alcohólicas.

155. Algunas parroquias realizan sus celebraciones litúrgicas con buena


preparación; no es un mero ritualismo, sino un compartir sus
alegrías y tristezas, su fe y esperanza. Se podría decir que allí se
practica la verdadera inculturación del Evangelio celebrando la vida.

156. Actualmente se ve la participación activa de los laicos, y


especialmente de la mujer en los diversos servicios, en la
celebración litúrgica y en la animación de encuentros de oración.
En muchos barrios periféricos y en zonas rurales los catequistas y
animadores de la comunidad presiden la celebración de la Palabra
con un fuerte sentido de su ministerio laical.

157. Reconocemos la existencia de elementos que distorsionan el Evan-


gelio y contradicen el testimonio cristiano perjudicando la
construcción del Reino de Dios. Hay excesos y desviaciones en
algunas devociones populares, especialmente en los festejos de la
Virgen María y de los santos, velorios, novenas de difuntos,
rogativas y peregrinaciones. Son prácticas cristianas, pero a veces
se revisten de aspectos negativos. Las borracheras y actividades
mercantiles causan escándalo en estas celebraciones.

158. La poca participación en las celebraciones litúrgicas es sintomática


de la cultura moderna secularizada que relativiza lo religioso y
acomoda la fe al gusto de cada persona, deformando la visión del
verdadero Dios. Muchas personas no logran tener una verdadera
experiencia de oración.

- 116 -
159. Aunque hay mayor respeto a las costumbres y a la religiosidad del
pueblo por parte de los agentes de pastoral, falta mayor número de
vocaciones nativas identificadas con las raíces culturales de las
comunidades y que permitan fortalecer el servicio al pueblo de Dios.

UN NUEVO CAMINAR PASTORAL


160. El pueblo cruceño tiene un profundo sentido de fiesta, que se
expresa en múltiples acontecimientos. Toda celebración auténtica
es, en el fondo, un acontecimiento pascual, de alabanza al Dios de la
vida. Por eso, la Liturgia debe caracterizarse por este sentido festivo,
a través del cual, el pueblo que se siente redimido por Dios
manifiesta su alegría de vivir, consciente de su dignidad cristiana.

161. Si algo debe caracterizar al cristiano es la celebración gozosa de su


vida en la fe, la alegría, pero no la que dan las cosas materiales o el
abuso del alcohol, sino aquella que brota desde lo más profundo,
aquella que nadie puede quitarnos, ni siquiera las dificultades y
contrariedades de la vida. Es la alegría a la que nos invita San
Pablo, “Estén siempre alegres, oren sin cesar, y en toda ocasión
den gracias a Dios: esta es la voluntad de Dios, vuestra vocación de
cristianos” (1 Tes 5,16).

162. Para poder demostrar esta verdadera alegría debemos organizar


mejor nuestras celebraciones. Se ve necesario realizar campañas
para disminuir y evitar escándalos y peleas provocados por el
consumo excesivo de bebidas alcohólicas, haciendo sentir a las
personas la importancia de celebrar las fiestas con alegría, respeto y
sentido de comunidad.

163. Entre las fiestas que celebramos están los sacramentos del
Bautismo, Primera Comunión, Confirmación y Matrimonio. Éstos
deberían celebrarse mejor, a su debido tiempo, con la madurez que

- 117 -
el sacramento requiere y con una catequesis sacramental más activa
y dinámica. Bajo la responsabilidad de la parroquia y con la ayuda
de la Comisión de Catequesis y Biblia, las comunidades han de
procurar que la preparación y celebración de todos los sacramentos
se desarrollen con unidad de criterios y requisitos de acuerdo a las
líneas y opciones pastorales de la Arquidiócesis.

164. Los ministros de la celebración eucarística tienen una especial


responsabilidad en preparar liturgias dinámicas, participativas,
atrayentes e inculturadas. También es preciso formar lectores y
animadores para las Celebraciones de la Palabra que sepan
proclamarla e interpretarla. Una buena homilía contribuye mucho a
formar al Pueblo de Dios. Es necesario formar equipos de
animación y liturgia. Dado que muchas comunidades se reúnen con
frecuencia para la Celebración de la Palabra sin la presencia del
Sacerdote, es importante que reciban una buena formación litúrgica
quienes animan estos encuentros.

165. Hace falta incentivar la producción de música nativa y elaborar un


cancionero actualizado para la Arquidiócesis, grabando la música
correspondiente para enseñar mejor los cantos. Los acompañantes
necesitan formación como músicos en el manejo de sus
instrumentos, pero sobre todo como ministros de oración para lograr
celebraciones más atrayentes y evangelizadoras.

166. Los símbolos que utilizamos en nuestras celebraciones deben ser


ricos en significados, y nuestro lenguaje sencillo, para que lleguen
fácilmente a todos. Es bueno hacer uso de ellos logrando
celebraciones más creativas e inculturadas, con el fin de animar la fe
de nuestra comunidad con mayor intensidad.

167. Santa Cruz presenta un rostro pluri-cultural por motivo de las


migraciones internas del país. Las celebraciones litúrgicas deben
reflejar esta realidad en el uso de símbolos y cantos. Hace falta

- 118 -
formar ministros que puedan animar y predicar en los diversos idio-
mas nativos según las necesidades de los fieles.

168. Frente a la religiosidad popular, los agentes de pastoral deben


valorar la forma que tiene el pueblo de expresar la fe, descubriendo
en sus expresiones los valores cristianos que encierran las diversas
culturas presentes en nuestro medio. Para ello necesitan formación
para comprender la religiosidad popular y evangelizar desde ella.

169. Para recuperar los valores cristianos de nuestras tradiciones


religiosas, es necesario empezar por la familia y la comunidad,
enseñando a los niños a rezar y a respetar estas costumbres que nos
identifican, además a participar en las fiestas religiosas con
devoción. Es necesario también liberar la religiosidad popular de
todo aquello que sea superstición y miedo, que lleva a tener una
imagen errónea de Dios.

170. Todos los bautizados somos llamados por Dios a superar las
divisiones surgidas en la historia entre las Iglesias. Hagamos
nuestra la oración de Jesús en la última cena: “Padre, Te pido que
todos ellos estén unidos; que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti,
también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me
enviaste” (Jn 17,17). Conviene organizar celebraciones ecuménicas
con las Iglesias hermanas activas en nuestro alrededor, orando con
ellos por la unidad de los cristianos y la venida del Reino.

171. El misterio de Dios sobrepasa la comprensión humana, y sin


embargo el Padre de nuestro Señor Jesucristo nos habla a través de
su Espíritu que “nos ayuda en nuestra debilidad, porque no
sabemos orar como es debido; pero el Espíritu mismo ruega a Dios
por nosotros, con gemidos que no pueden expresarse con palabras”
(Rm 8,26). Nuestras comunidades y los fieles en general necesitan
cultivar la oración contemplativa en el silencio, para conocer y amar

- 119 -
a Dios; para dejarse amar por Dios; para amar a los demás animados
por Dios quien es Amor.

172. Es importante acompañar a los que peregrinan al Santuario de


Cotoca y ayudarles a conocer a la Virgen María con mayor
profundidad desde la perspectiva bíblica. Organizar peregrinaciones
comunitarias compartidas entre todos y durante todo el año, da un
carácter más eclesial, evangelizador y celebrativo a la devoción
mariana. Se debe insistir en que aquellas personas que soliciten
celebrar sacramentos en Cotoca, cumplan con los requisitos de
preparación con anterioridad en su parroquia de origen. En
cualquier caso, el Santuario debe convertirse en cátedra de
comunión eclesial y conversión auténtica.

173. Jesús nos motiva en la Parábola del Hijo Pródigo a celebrar con
verdadera alegría: “Hijo mío, tú siempre estás conmigo, y todo lo
que tengo es tuyo. Pero había que celebrar esto con un banquete y
alegrarnos, porque tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a
vivir; se había perdido y lo hemos encontrado” (Lc 10,5.21-22).

- 120 -
IGLESIA DE CARISMAS Y
MINISTERIOS

“Ayúdanos a descubrir
en nuestro Sínodo
el rostro propio
de esta Iglesia local”.
Oración del Sínodo

174. Todos los bautizados somos llamados por Dios a crecer en la


santidad y a colaborar en la construcción del Reino de Dios. Esta
vocación común nace del bautismo y del seguimiento de Jesús en el
seno de la comunidad cristiana. Jesús nos dice a todos: “Ustedes
son la luz del mundo” (Mt 5,13); “Sean perfectos como es perfecto
su Padre” (Mt 5,48); “Busquen primero el Reino y la Justicia de
Dios” (Mt 6,33); y nos recuerda: “Ustedes no me escogieron a mí;
soy yo quien los escogí a ustedes y los he puesto para que vayan y
produzcan fruto” (Jn 15,16). Podemos decir que somos convocados
porque “en cada uno el Espíritu revela su presencia con un don que
es también un servicio” (1 Cor 12,7).
175. Dios no nos llama en forma aislada sino en y por medio de la
comunidad de fe, es decir, la Iglesia. Nuestro bautismo nos ha
hecho radicalmente iguales y a la vez diferenciados en dones para
compartir la misión de la Iglesia. Toda vocación viene de Dios para
el servicio de la Iglesia. “Hay diversos ministerios, pero el Señor es
el mismo” (1 Cor 12,4). Todos tenemos una vocación única en la
Iglesia universal y local: anunciar el Evangelio. Es la comunidad
que evangeliza; los carismas y ministerios nacen en la comunión
eclesial y del carisma originario del Señor.
- 121 -
176. Los Obispos de Bolivia, en las orientaciones pastorales para todo el
país han identificado como prioridad: “Promover las vocaciones
religiosas y sacerdotales, especialmente al clero diocesano, que
respondan a la realidad social y cultural de nuestro pueblo y tengan
una concepción de Iglesia comunitaria, participativa y misionera.”3
177. Esta prioridad pastoral no implica una sub-estimación de la
vocación de los laicos o del matrimonio. Todo lo contrario, porque
la misión de construir el Reino es tarea de los laicos activos como
fermento en la masa para transformar la sociedad. Los matrimonios
cristianos darán testimonio del amor fiel que comunica vida y
esperanza y formarán a sus hijos como protagonistas de justicia y
paz en los ambientes de trabajo, cultura y política.
178. Los presbíteros, por su parte, no deben olvidar su misión de
“apacentar el rebaño de Dios que les ha sido confiado, cuidándolo
no a la fuerza, más bien con gusto, a la manera de Dios” (1 Pedro
5,2), para que los laicos y personas consagradas también respondan
generosamente a la llamada de Dios. En realidad, la vocación de los
consagrados y ordenados está al servicio de la misión de los laicos,
cuyos esfuerzos son alentados por los mismos consagrados y
coordinados por los pastores.

NUESTRA REALIDAD ECLESIAL


179. La Arquidiócesis de Santa Cruz tiene una población de
aproximadamente 1.350.000 personas, que sigue en aumento, la
gran mayoría bautizada católica. Cuenta con el ministerio de 5
obispos (incluyendo uno misionero, otro emérito, y el obispo
castrense), 158 sacerdotes (114 religiosos, 25 diocesanos
misioneros, 18 diocesanos incardinados, 1 diocesano castrense), 14
diáconos (2 permanentes, 6 religiosos y 6 diocesanos), 51 hermanos
religiosos, 434 hermanas religiosas y 31 miembros de institutos

3
Conferencia Episcopal de Bolivia, Iglesia Comunicadora de Vida y Esperanza: Enfoque y
directrices pastorales en camino al nuevo milenio, 1998-2000.

- 122 -
seculares, todas ellas mujeres y además miles de laicos, hombres y
mujeres, jóvenes y ancianos, hasta niños, comprometidos en las
tareas evangelizadoras y pastorales de la Iglesia.

180. Es decir que hay aproximadamente un presbítero por cada 8000


católicos y una religiosa por cada 3000. Además de las parroquias,
los sacerdotes y religiosas atienden colegios, hogares, hospitales,
comisiones pastorales, movimientos apostólicos, y otros servicios.
Su número es insuficiente para la atención pastoral, produciendo
cansancio en ellos e insatisfacción en el Pueblo de Dios que desea
una atención más cercana, incluyendo visitas a sus hogares. Hay
comunidades, incluso parroquias donde la atención pastoral es
deficiente por la falta de un sacerdote fijo o a tiempo completo. “Al
bajar Jesús de la barca, vio la multitud, y sintió compasión de ellos,
porque estaban como ovejas que no tienen pastor” (Mc 6,34).

181. Al contemplar la realidad que nos rodea, llama la atención ver cómo
el rostro de los sacerdotes y personas de vida consagrada reflejan
pocos rasgos bolivianos, siendo ellos en su gran mayoría
extranjeros. Al mismo tiempo, los países que antes enviaban
muchos misioneros, ahora, por la secularización imperante, tienen
menos vocaciones. Esta realidad es un signo de los tiempos que nos
impulsa a una renovada promoción vocacional.

182. Son muy pocos los jóvenes, los animadores y animadoras de los
grupos juveniles, las personas que sirven a la Iglesia con fuerza, fe y
voluntad, que deciden comprometerse más radicalmente en el
seguimiento de Jesucristo como diáconos, presbíteros o en la vida
consagrada.

183. La raíz está en la situación que sufre la familia donde la falta de


unidad de la pareja, de armonía en el hogar, de compromiso con la
Iglesia, de oración familiar, de cercanía personal con los sacerdotes
y consagrados, no favorece el nacimiento de las vocaciones ni
facilita su desarrollo. Muchos padres de familia, inconscientes de su
propia misión, se oponen a la vocación religiosa o sacerdotal de sus
hijos.

- 123 -
184. Un segundo factor, que está influyendo negativamente en la falta de
vocaciones a la vida sacerdotal y a la vida consagrada, es la
sociedad neo-liberal, de mercado, que promueve, a través de los
Medios de Comunicación Social, actitudes como el individualismo,
la competitividad, el materialismo, y la corrupción a todos los
niveles. Todo lo mide en términos de tener, poseer, invita a lo
cómodo, lo fácil y en nada ayuda a formular compromisos
definitivos, de por vida, que exigen sacrificio y fidelidad. Esta
sociedad consumista y hedonista, merma la posibilidad de una
generosa y total entrega. Su atracción es tan fuerte que los jóvenes
difícilmente resisten su influjo.

185. Esta sociedad, que sufre una crisis de valores, no favorece la


maduración de las personas, con lo que dificulta la existencia de
sujetos vocacionables, afectiva y psicológicamente estables, capaces
de dar respuesta afirmativa al llamado de Jesús. Muchos jóvenes,
desde su pobreza material, espiritual y formativa, buscan placeres
pasajeros, escapes engañosos, posiciones sociales y carreras
económicamente lucrativas. Se enamoran muy jóvenes y muchas
veces se sorprenden con la responsabilidad de criar hijos.

186. En nuestro medio, muchos de los llamados al sacerdocio o a la vida


consagrada tienen dificultades para aceptar las exigencias radicales
del celibato, signo del Reino y fuente de dinamismo pastoral. Esto
proviene, en gran parte, de valores culturales ancestrales en los que
el amor conyugal y la procreación califican a la persona como sujeto
capaz de derechos en la comunidad. También la llamada cultura
moderna destruye las bases de compromisos estables y desprecia
todo lo que exige renuncia personal. Por eso, no faltan los
obstáculos que provienen de la misma feligresía que, al no tener
conciencia del significado del seguimiento radical de Cristo, se
dejan llevar por los que desprestigian la vivencia del celibato, que
consideran un asunto meramente disciplinar.

187. Causa desaliento ver a los que abandonan sus promesas y dejan con
facilidad el ministerio, y constatar que no faltan los que, olvidando
sus juramentos, se han habituado a una vida incoherente, a veces

- 124 -
ambigua, y en todo caso poco leal al Reino y al pueblo.
Lastimosamente esto es lo que más se publicita y se olvida a la
mayoría que vive su entrega esperanzada y fiel por la causa del
Señor.

UN NUEVO CAMINAR PASTORAL


188. Recordamos que el primer mensaje pastoral publicado por Mons.
Julio Terrazas al asumir el pastoreo de la Arquidiócesis de Santa
Cruz fue sobre el tema vocacional: "Esta preocupación del Señor y
la orden de pedir para que no falten trabajadores, debe convertirse
en preocupación de la Iglesia local. Sabemos que Ella necesita
laicos que viven las incidencias de su bautismo, religiosas(os) que
expresen la diversidad de los dones del Espíritu Santo al servicio
del Pueblo de Dios, pero de manera preferencial una Iglesia local,
evangelizada y evangelizadora, madura para vivir la misión, llena
de coraje para construir el Reino de Dios, necesita contar con un
número suficiente de pastores y servidores nativos. Lo que
constituye el grupo de sacerdotes diocesanos elegidos para
acompañar a su pueblo en el peregrinar de cada día debe ser una
opción de toda la Iglesia de Santa Cruz" (Reflexión Pastoral 1,
1991).

189. El Pueblo de Dios reclama testigos que sean verdaderos pastores,


guías espirituales, que acompañen al pueblo, que se interesen y
vivan más cerca de la realidad, compartiendo sus alegrías y tristezas.
Desea sacerdotes y consagrados que sean afectivamente maduros,
espiritualmente profundos, pastoralmente capaces, realmente
inculturados, plenamente misioneros y, en lo posible, bolivianos.
Quiere personas que sepan vivir en comunidad, trabajar en equipo
con laicos, compartir autoridad, delegar responsabilidades, y
fortalecer la comunión de la Iglesia sin caer en funcionalismos
burocráticos. Pide de sus ministros un trato amable, paciente,
comprensivo y acogedor, además de una formación actualizada,
especialmente en la Escritura y en el proceso eclesial tanto de

- 125 -
América Latina como de nuestra Iglesia local. También la
comunidad cristiana debe apoyar a sus sacerdotes en los momentos
de crisis, de dudas, de vacilaciones o de caídas; ellos son de carne y
hueso y requieren de los hermanos: oración, acogida, confianza y
estímulos para que progresen en una vida espiritual sólida y
profunda.

190. Es necesario que la pastoral familiar invierta más tiempo y cuidado


en la evangelización de la familia y en el fortalecimiento de su
espiritualidad, porque la familia cristiana es la Iglesia doméstica y el
lugar donde se promueve la vocación sacerdotal o religiosa. Los
padres deben aspirar a tener hijos consagrados al Señor y estar
orgullosos de ellos. Deben ser los primeros agentes de pastoral
vocacional, detectando, apoyando y acompañando las vocaciones de
sus hijos e hijas. La familia que da testimonio de fe participando en
su comunidad, recibe los sacramentos asiduamente, anima a sus
niños y jóvenes a participar en grupos juveniles, reza unida, con-
tribuye a la construcción del Reino de Dios, y así se convierte en
semillero de nuevas vocaciones.

191. La educación de la fe debe incorporar como un aspecto importante


la educación vocacional desde el Ciclo Básico, incluyendo la
vocación al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada. Los
catequistas y educadores en la fe deben ser comprometidos y
capacitados en la promoción vocacional.

192. Es importante que la Pastoral Juvenil ayude a los jóvenes a


desarrollar un sentido crítico y cristiano frente a la realidad con la
formación de pequeñas comunidades o grupos juveniles en
parroquias y escuelas, que ayuden al niño y al joven a descubrir los
valores humanos y cristianos, que le enseñen a rezar e incentiven su
frecuente participación de los sacramentos. Estas pequeñas
comunidades o grupos juveniles deben estar comprometidas
apostólicamente posibilitando al niño y al joven a dar una respuesta
evangélica a las necesidades de su entorno, lo que ayudará a
despertar las vocaciones sacerdotales, a la vida consagrada y al
diaconado permanente.
- 126 -
193. Vemos necesario la presencia de agentes pastorales que ofrezcan
testimonios gozosos y transparentes de su propia vocación. Los
presbíteros y personas de vida consagrada son urgidos a propagar y
acompañar las vocaciones religiosas y sacerdotales, a seguir de
cerca a los jóvenes y a sus padres, ayudándoles a discernir el
llamado personal de Dios, no tanto para incrementar sus propias
filas, sino en primer lugar para el bien de los mismos jóvenes y así
mismo para el bien de la Iglesia local. El apostolado de nuestros
seminaristas los fines de semana y en el “año pastoral” es un
testimonio importante para la promoción vocacional.

194. En nuestro medio, aquellos jóvenes que se interesan por la vida con-
sagrada o sacerdotal son atraídos en especial por estos motivos:
primero, el testimonio que perciben en sacerdotes y personas
consagradas quienes personalmente se preocupan por ellos;
segundo, el deseo de acercarse más al Dios que les habla por medio
de sus ministros; y tercero, una identificación con la Iglesia en su
lucha por la justicia social y la promoción humana. En cuanto estos
signos sean más palpables aumentarán las vocaciones.

195. La comunidad cristiana, por su parte, debe orar frecuentemente por


todas las vocaciones, proponer tiempos de reflexión, vivir la unidad,
apoyar económica y moralmente las vocaciones que se despiertan,
concientizar a las familias para que sean generosas y den ejemplo de
vida cristiana. Jesús mismo nos anima a “rogar al dueño de la
cosecha para que envíe obreros a su cosecha” (Mt 9,38).

196. La Arquidiócesis de Santa Cruz necesita una pastoral vocacional


más vigorosa y organizada en las zonas, los sectores y las parroquias
para concientizar sobre las necesidades de su Iglesia, coordinar
esfuerzos en el acompañamiento vocacional, y orientar a los jóvenes
durante el proceso del discernimiento de la voluntad divina. La
pastoral vocacional tiene que caminar insertada en la pastoral
familiar, en la pastoral juvenil y en la pastoral universitaria para
articular claramente sus objetivos, planificar eficazmente sus
estrategias, y actuar coordinadamente en favor de esta Iglesia local.

- 127 -
197. Las vocaciones a la vida consagrada y sacerdotal, son signo y fruto
del dinamismo y la autenticidad de la comunidad eclesial,
evangelizadora, misionera, profética y solidaria, que celebra
conscientemente su propia vocación en la construcción del Reino de
Dios. “Renovar nuestro caminar como Iglesia de Santa Cruz, para
que seamos todos comunicadores de vida y esperanza en los
umbrales del Tercer Milenio”4 supone el esfuerzo de todos en la
promoción de las vocaciones laicales, consagradas y sacerdotales,
especialmente del clero diocesano, facilitando también la escucha de
la llamada de Dios en los jóvenes de nuestras comunidades.

198. Para llevar a cabo la buena obra que Dios inicia cuando llama a los
jóvenes a la vida consagrada y sacerdotal es necesario
proporcionarles una formación que les ayude a apreciar sus
identidades culturales, madurar en sus afectos, y actuar con sentido
crítico en su ambiente. Por eso, es mejor evitar la formación en el
extranjero, realizándola, si es posible, en Santa Cruz. La presencia y
el aporte de la mujer en los centros de formación de los seminaristas
y religiosos les ayudará a lograr una madurez psicológica y
humanamente equilibrada.

199. De esta manera llegaremos a tener una Iglesia en Santa Cruz de la


Sierra con rostro propio donde sus sacerdotes, religiosos, religiosas
y miembros de institutos seculares sean la mayoría bolivianos,
conocedores de la realidad de su pueblo, comunicativos,
comprensivos, amantes de su vocación, capaces de escuchar y
aconsejar a las personas, hombres y mujeres de Dios, entregados a la
evangelización, proclamando la Palabra de Dios con sus vidas y sus
obras.

200. Seamos así un verdadero Pueblo de Dios, “piedras vivas con que se
construye el Templo espiritual, pasando a ser una comunidad de
sacerdotes que, por Cristo Jesús, ofrece sacrificios espirituales y
agradables a Dios, ... una raza elegida, un reino de sacerdotes, una
nación consagrada, un pueblo que Dios eligió para que fuera suyo y
proclamara sus maravillas” (1 Pedro 2,5.9).

4
Objetivo general del II Sínodo Arquidiocesano de Santa Cruz.

- 128 -
El presente DOCUMENTO DE CONCLUSIONES DE LA PRIMERA
ASAMBLEA SINODAL ARQUIDIOCESANA es aprobado como
memoria viviente del proceso sinodal y como referencia irrenunciable en
los servicios y acciones de todos nuestros agentes de Pastoral.

Santa Cruz de la Sierra, 8 de junio de 1999

Mons. Julio Terrazas S.


Arzobispo

- 129 -
C APÍTULO II

II ASAMBLEA SINODAL
PARROQUIA: COMUNIDAD
DE COMUNIDADES
CONCLUSIONES

- 130 -
(página en blanco)

- 131 -
PRESENTACIÓN DEL DOCUMENTO

ANTECEDENTES DE LA TERCERA ETAPA SINODAL


201. La Arquidiócesis de Santa Cruz, convocada por su Pastor, Mons.
Julio Terrazas Sandoval, desde el 15 de agosto del año 1997 está
viviendo la experiencia gratificante del Segundo Sínodo
Arquidiocesano, momento de gracia que pretende “Renovar nuestro
caminar como Iglesia Local de Santa Cruz, para ser comunicadores
de Vida y Esperanza en los umbrales del tercer milenio” (Objetivo
General del II Sínodo Arquidiocesano).

202. El proceso sinodal se ha diseñado en 5 etapas, a saber: 1) Difusión,


2) La Iglesia en la base, 3) La Parroquia, comunidad de
comunidades, 4) El sector y la zona pastoral y, 5) Estructuras y
organismos arquidiocesanos.

203. Las primeras dos etapas culminaron en la celebración de la Primera


Asamblea Sinodal, cuyas conclusiones fueron publicadas y
respaldadas con la autoridad de Mons. Julio Terrazas Sandoval,
Arzobispo de Santa Cruz.

204. En esta tercera etapa, la Iglesia de Santa Cruz se ha propuesto


“Renovar la vida de la Parroquia, de cara al tercer milenio, para
que sea una verdadera comunidad de comunidades al servicio del
Reino” (Objetivo específico de la Tercera Etapa).

205. En comunión con los Obispos de Bolivia, la Arquidiócesis de Santa


Cruz de la Sierra quiere ser, desde sus parroquias y organismos
- 132 -
eclesiales, “comunicadora de Vida y Esperanza” (Orientaciones
Pastorales de la Conferencia Episcopal Boliviana) “en medio de
tantos signos de miseria material, espiritual y moral” (Oración
sinodal).

ALGUNAS NOTAS SOBRE EL DESARROLLO HISTÓRICO DE


LA PARROQUIA

206. La Parroquia ha tenido una evolución histórica en la vida de la


Iglesia. Sin pretender ser exhaustivos, deseamos apuntar algunos de
los aspectos sobresalientes en la concepción de la misma como nivel
de Iglesia.

207. La “paroikia” es, en sentido bíblico, la comunidad del pueblo de


Dios que vive en el extranjero, sin derecho de ciudadanía. Según
sugiere este sentido, la Iglesia es comunidad de creyentes que se
consideran de paso (1Pe 1,17), emigrantes (1Pe 2, 11) o peregrinos
(Heb 11, 13). El sentido etimológico del término “Parroquia”
añade otros matices: procede del griego “paroikia” que equivale a
“vecino”, y “paroiken”, a “residir”, por lo cual formaban la
“paroikia” los que “viven junto a” o “habitan en vecindad”.

208. La Parroquia nace con la finalidad de adaptar la acción pastoral de


la primitiva comunidad urbana a las zonas rurales recién
evangelizadas. Desde sus comienzos se concibió como célula de la
Iglesia local en una comunidad “fuera de la ciudad”.

209. A partir del siglo V florecen muchos sínodos diocesanos que se


interesan en ofrecer a la institución parroquial una configuración
siempre más precisa, fijándole sus límites territoriales e indicando
con claridad los deberes y los derechos de los párrocos.

- 133 -
210. El Concilio de Trento (1545-1564) fue para la pastoral en general y
para la Parroquia en particular, un acontecimiento de gran
importancia. Este Concilio, convencido de la importancia religiosa y
social de la institución parroquial, quiere revalorar el concepto, la
dimensión y la función de la misma, llevando su reforma a dos
puntos fundamentales: a) Territorio de la Parroquia, y b) Derechos y
deberes del párroco.

211. El Concilio Vaticano II, en su afán de renovación en la Iglesia, ha


acentuado algunos aspectos importantes sobre la Parroquia,
redescubriendo la fuerza de la Palabra de Dios en la vida de la
Iglesia e insistiendo en la participación de los laicos como miembros
del Pueblo de Dios, pueblo sacerdotal, profético y real.

LAS PARROQUIAS DE LA ARQUIDIÓCESIS DE SANTA CRUZ Y


SUS RESPONSABLES PASTORALES A PARTIR DEL SIGLO XIX

212. Las parroquias más antiguas de la ciudad episcopal son: La Merced,


erigida a principios del siglo XIX; San Roque, en el año 1858; Jesús
Nazareno, en el año 1881 y San Andrés en el año 1913. Todas estas
parroquias están ubicadas en el “casco viejo”, es decir, en la parte
más antigua de la ciudad.

213. Es importante destacar la presencia pastoral de misioneros de la


Orden Franciscana que fundaron en el año 1860 el Convento y
Hospicio “San Francisco”, llamado así porque servía como lugar de
descanso y alojamiento a los misioneros franciscanos procedentes
del Colegio “De Propaganda Fide” de Tarata y como punto de
referencia para los misioneros de Guarayos y Chiquitos.

- 134 -
214. Los sacerdotes de la Compañía de Jesús llegan a la Parroquia de La
Merced hacia el año 1918 y asumen oficialmente el cuidado
pastoral de la misma a partir del año 1927.

215. La Congregación Redentorista llegó en junio de 1929 para la


atención pastoral de la Provincia de Vallegrande.

216. La Congregación de Misioneros del Inmaculado Corazón de María


(claretianos) llegan a la diócesis en el año 1948 y toman a su
cuidado pastoral la Parroquia Jesús Nazareno.

217. A partir del año 1949, la Congregación de Maryknoll comenzó a


atender los pueblos de Cotoca, Montero, Warnes, Saavedra, Minero,
Okinawa y La Bélgica, en el campo, además la parroquia de San
Roque, en la ciudad.

218. El acelerado crecimiento de Santa Cruz, especialmente a partir de


los años 50, exigía multiplicar las parroquias para atender las
necesidades espirituales del pueblo, cuyo número aumentaba
constantemente, desde cincuenta mil habitantes a mediados de los
años 50, hasta un millón al terminar el siglo, sólo en la Ciudad de
Santa Cruz, sin contar el crecimiento considerable de Montero y
otras ciudades, pueblos y colonias.

219. La Parroquia-Convento Franciscano San Antonio, fundada en el


1956, fue la quinta Parroquia de la ciudad episcopal.

220. En el año de 1958 fue erigida como nueva Parroquia La Santa Cruz,
atendida por misioneros diocesanos de La Crosse, Wisconsin
(Estados Unidos de Norteamérica).

221. La Sociedad de Santiago Apóstol, que llegó a mediados de 1959,


tomó a su cargo la Parroquia de Fátima y las parroquias y zonas de

- 135 -
Buena Vista, La Guardia, Porongo, San Carlos y Yapacaní, Buen
Retiro, Santa Rosa del Sara y San José Obrero.

222. La Orden de Predicadores (Dominicos) llegó en el año 1959 para


hacerse cargo de la zona de Samaipata y Comarapa, con la ayuda de
algunos sacerdotes diocesanos. La Parroquia Santo Domingo fue
erigida en el año 1978 y entregada también a su cuidado pastoral.

223. Un factor importante en el progreso religioso de la región fue el


Congreso Eucarístico Nacional, en 1961, celebrado en Santa Cruz y
precedido por una Misión de varios meses. Tuvo un efecto notable
en el fortalecimiento de la fe y la práctica religiosa del pueblo.

224. En la década de los sesenta fue fundada la parroquia de San Martín


de Porres, encomendada a la Congregación de los Oblatos de María
Inmaculada.

225. El Anuario Eclesiástico de 1964 cita ocho parroquias en la sede


episcopal y 85 presbíteros en toda la Diócesis. En el año 1975, con
la aprobación del Papa Pablo VI, esta Iglesia local llega a tener la
categoría de Arquidiócesis.

226. La Parroquia María Auxiliadora, atendida por los Salesianos, fue


erigida en el año 1969. A partir del año 1974 varias parroquias del
norte de la Arquidiócesis (San Carlos, Yapacaní, Sagrado Corazón,
Hardeman, zona sur de Montero y posteriormente también
Portachuelo) y la Parroquia San Juan Bosco, en la ciudad, son
también atendidas pastoralmente por los Salesianos, quienes tienen -
como Congregación Religiosa- una presencia muy numerosa.

227. Otra presencia pastoral notable en el Norte de Santa Cruz es de los


Franciscanos Conventuales, que atienden pastoralmente la Parroquia
de Nuestra Señora de las Mercedes desde el año 1976, y acompañan
el crecimiento de la ciudad de Montero.
- 136 -
228. Algunas parroquias de la zona sur: Cabezas, Abapó y Florida,
estuvieron acéfalas durante muchos años, hasta que pudieron recibir
atención más permanente de un sacerdote a partir de la década de los
ochenta.

229. En la periferia de Santa Cruz, se han ido formando nuevas


parroquias y Cuasiparroquias hasta llegar al número de 44 entre las
del centro y las suburbanas. Algunas son dirigidas por sacerdotes
diocesanos y otras por religiosos.

230. Se están realizando esfuerzos por atender pastoralmente a los


universitarios y otros sectores del pueblo de Dios, respondiendo a su
nacionalidad o lengua. Esto puede originar en el futuro parroquias
no territoriales que respondan a necesidades específicas de
evangelización en el seno de la Iglesia local. Están presentes en
Santa Cruz algunos capellanes militares que atienden las
necesidades pastorales de este sector.

231. Las primeras congregaciones religiosas femeninas con presencia en


la Diócesis son las Hijas de Santa Ana, quienes llegan en el año
1892, atendiendo el Colegio y el Hospital, y las Misioneras
Cruzadas de la Iglesia que fundan en el año 1930 el Hogar de
Pobres, gracias al personal emprendimiento apostólico de su
Fundadora: la Beata Madre Nazaria Ignacia March.

232. Ha aumentado considerablemente el número de congregaciones


religiosas en la Arquidiócesis, que en 1964 eran 17, hasta mayo de
2000 llegan a ser 72 congregaciones femeninas, 26 masculinas y 6
institutos seculares. Muchas de las congregaciones colaboran
directamente en la pastoral de las parroquias. Algunas de ellas han
asumido de manera ejemplar el servicio pastoral de parroquias sin
sacerdote.

- 137 -
233. El número de presbíteros, entre diocesanos, religiosos y misioneros,
no ha aumentado significativamente en 35 años, sumando 160 al
principio del año 2000; hay que hacer notar que no todos están
activos en la pastoral parroquial, debido a su salud, edad avanzada o
por dedicarse a obras específicas al interior de sus congregaciones.
De ellos solamente 19 son diocesanos nacidos en Bolivia. La
esperanza de que la Iglesia local fortalezca esta dimensión de su
vida se cifra en el actual aumento de las vocaciones sacerdotales.

234. Sin embargo, hay un gran aumento en el número de laicos


comprometidos con la Iglesia como catequistas y en una variedad de
otros ministerios.

L A REALIDAD PASTORAL DE LAS PARROQUIAS


DE S ANTA C RUZ

235. El proceso sinodal de esta tercera etapa ha recorrido un itinerario


iniciado en las pequeñas comunidades cristianas, y revisado en la
Segunda Asamblea Sinodal Arquidiocesana. Escuchando lo que el
Pueblo de Dios ha manifestado sobre la vida parroquial se ha
llegado a constatar grandes diferencias en cuanto a procesos y
procedimientos pastorales.

236. La eclesiología del Vaticano II, que habla de la Iglesia como Pueblo
de Dios, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo y que, a
partir de esta referencia trinitaria, le exige vivir la comunión y la
participación, no ha sido asumida plenamente en la vida y la práctica
pastoral de algunas parroquias.

237. En muchas parroquias hay conciencia de que se quiere llegar a ser


comunidad de comunidades. Estas comunidades tienen mucha
disponibilidad y apertura en su vivencia pastoral. Se percibe un

- 138 -
avance en cuanto a la participación, donde el párroco tiene una
buena imagen y es apreciado como hermano y compañero del
caminar comunitario.

238. A pesar de los esfuerzos que se han hecho en las parroquias,


subsiste en algunos fieles una concepción errónea de lo que ella es,
considerándola sólo como un centro dispensador de servicios
religiosos y no como comunidad. Se detecta una falta de sentido de
pertenencia a la Parroquia. Muchos se sienten católicos, pocos se
sienten Iglesia. Esta crisis de pertenencia se da sobre todo en el
ambiente urbano, donde la gente se desplaza constantemente.

239. Otros sienten que algunas parroquias se cierran en sí mismas,


persisten en un centralismo administrativo y faltando iniciativas
misioneras para salir al encuentro de la gente. Algunas veces las
personas no son acogidas en la Parroquia, se insiste más en las
normas que en la vivencia comunitaria y fraterna. También falta
apertura de los párrocos, hay ausencia de servicios formativos, las
celebraciones no son alegres, ni atractivas. Subsiste la imagen de
que la Iglesia es muy conservadora y pre-conciliar.

240. Estas contradicciones denotan que en nuestra Arquidiócesis


coexisten distintas concepciones de Iglesia que expresan con mayor
o menor decisión y claridad la eclesiología del Concilio Vaticano II.

- 139 -
LA PARROQUIA EN LOS DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
LATINOAMERICANA

241. La reflexión de la Iglesia latinoamericana, posterior al Concilio


Vaticano II, en múltiples ocasiones ha manifestado las
características de la Parroquia como conjunto pastoral, vivificador
y unificador de las Comunidades Eclesiales de Base.

242. Medellín invita a la Parroquia a descentralizar su pastoral en cuanto


a sitios, funciones y personas, justamente para reducir a unidad
todas las diversidades humanas que en ella se encuentran e
insertarlas en la universalidad de la Iglesia (ver MED, 15,13).

243. La Parroquia realiza una función en cierto modo integral de Iglesia,


ya que acompaña a las personas y las familias a lo largo de su
existencia en la educación y el crecimiento de su fe. Es centro de
coordinación y de animación de comunidades, grupos y
movimientos. La celebración de la Eucaristía y los demás
sacramentos hace presente en ella la unidad de la Iglesia y la
comunión con su Obispo. La Parroquia es lugar de encuentro, de
fraterna comunicación de personas y de bienes, asumiendo
servicios de evangelización y promoción humana en favor de los
migrantes, marginados, alejados, los más necesitados y los no
creyentes (ver DP, 644).

244. La Parroquia, comunidad de comunidades y movimientos, acoge las


angustias y esperanzas de la humanidad, anima y orienta la
comunión, participación y misión. Ella es, principalmente familia de
Dios, fraternidad animada por el Espíritu de unidad, comunidad
eucarística y de fe y comunidad orgánica (ver SD, 58).

- 140 -
LA PARROQUIA, COMUNIDAD
EUCARÍSTICA
“La Eucaristía continua siendo el centro
vivo permanente en torno al cual se congrega
toda la comunidad eclesial.
Los diversos aspectos de este sacramento
muestran su inagotable riqueza:
es, al mismo tiempo, sacramento-sacrificio,
sacramento-comunión, sacramento-presencia.
La Eucaristía es el lugar privilegiado
para el encuentro con Cristo vivo”.
(Ecclesia in America, 35)

LA LITURGIA, ACCIÓN FUNDAMENTAL DE LA PARROQUIA


245. Según el Concilio Vaticano II: “La liturgia es la cumbre a la cual
tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de
donde mana toda su fuerza. Pues los trabajos apostólicos se
ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo,
todos se reúnan, alaben a Dios en medio de la Iglesia, participen en
el sacrificio y coman la Cena del Señor. Por su parte, la liturgia
misma impulsa a los fieles a que, saciados “con los sacramentos
pascuales”, sean “concordes en la piedad”; ruega a Dios que
“conserven en su vida lo que recibieron en la fe”, y la renovación
de la alianza del Señor con los hombres en la Eucaristía encienda y
arrastre a los fieles a la apremiante caridad de Cristo. Por tanto, de
la liturgia, sobre todo de la Eucaristía, mana hacia nosotros la
Gracia como de su fuente y se obtiene con la máxima eficacia

- 141 -
aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella
glorificación de Dios a la cual las demás obras de la Iglesia tienden
como a su fin” (Sacrosanctum Concilium, 10).

LA CELEBRACIÓN DE LA FE Y LOS SACRAMENTOS


246. Al participar en la liturgia y los sacramentos, ofrecemos un “culto
en Espíritu y en verdad” (Juan 4, 24), que nos une al sacrificio de
Cristo que dice: “por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos
también sean santificados en la verdad” (Juan 17, 19). Por esta
razón la comunidad se siente siempre impulsada a celebrar los
Sacramentos con dignidad y respeto.

247. La Parroquia es la comunidad donde todos los fieles, de cualquier


condición y estado que sean, son llamados, cada uno por su camino,
a ser “perfectos como es perfecto su Padre que está en el cielo” (Mt
5, 48), para esto son fortalecidos por tantos y tan poderosos medios
de santificación personal y comunitaria. De entre esos medios la
Iglesia siempre ha valorado el tesoro que guardan en sí los
sacramentos que nos comunican la Vida de Dios.

248. El Bautismo nos introduce en la vida de la Santísima Trinidad. En


él recibimos el don de ser hijos de Dios (Gal 3, 27), somos
injertados en Cristo (Rom 6, 4-5) y convertidos en templos del
Espíritu Santo (1Cor 3,16; 6,19). Él nos constituye pueblo de Dios,
miembros vivos de la Iglesia (1Cor 12,27) y nos inserta en una
comunidad cristiana: la Parroquia. Nos hace sacerdotes, profetas y
reyes y nos otorga la misión de anunciar, celebrar y significar la
Buena Noticia de la Salvación. Esta es nuestra grandeza y
responsabilidad: ser portadores del mensaje de salvación para los
demás. Este sacramento enriquece la vida de la Iglesia local con
nuevos miembros.

249. En la Confirmación los bautizados reciben la efusión plena del


Espíritu Santo. Por la fuerza del Espíritu Santo, son enriquecidos
- 142 -
con sus dones, participan de modo especial en la misión salvífica y
profética de Cristo y se vinculan más estrechamente a la comunidad
eclesial. De esta forma, se comprometen a ser apóstoles y testigos
del Señor, con sus palabras y con sus obras.

250. La Reconciliación. Los seres humanos no siempre sabemos


corresponder con fidelidad al Dios de la Alianza. El amor de Dios,
en el Sacramento de la penitencia y la reconciliación, sale al
encuentro del pecador arrepentido para acogerlo de nuevo en casa y
restablecer los vínculos de la Alianza que Él nunca rompió. Los que
se acercan al sacramento de la Reconciliación, “obtienen de la
misericordia de Dios el perdón de las ofensas hechas a Él, y al
mismo tiempo se reconcilian con la Iglesia, a la que hirieron
cuando pecaron” (Lumen Gentium, 11). Así este sacramento y toda
la Iglesia, en Cristo y por la fuerza del Espíritu, ofrecen a todos los
fieles los medios necesarios para la conversión.

251. La Unción de los Enfermos: Con la Sagrada Unción de los


Enfermos y la oración de los sacerdotes, la Iglesia entera
encomienda al Señor paciente y glorificado a los que sufren para
que los alivie y los salve (ver St. 5, 14-16); más aún, los exhorta a
que, uniéndose libremente a la pasión y a la muerte de Cristo (Rom
8,17; Col 1, 24; 2Tim 2, 11-12; 1Pe 4,13), contribuyan al bien del
pueblo de Dios.

252. El Orden Sacerdotal. Los que perteneciendo a la comunidad


cristiana se sienten llamados al ministerio sacerdotal y reciben este
sacramento, quedan destinados en el nombre de Cristo para
apacentar y servir a la Iglesia con la Palabra y con la gracia de Dios.
La razón de ser de este sacramento es la construcción de la
comunidad y quien lo recibe se compromete a ser signo del amor y
la misericordia de Dios por su Pueblo.

253. El Matrimonio. En virtud del sacramento del Matrimonio, que los


hace participar del misterio del amor de Cristo a su Iglesia, los
cónyuges cristianos se ayudan mutuamente a santificarse en la vida
conyugal y en la procreación y educación de los hijos; de esta

- 143 -
manera, en su condición y estado de vida, tienen su propio don en el
Pueblo de Dios. Pues en esta unión conyugal se constituye la
familia, en la que nacen los nuevos ciudadanos de la sociedad
humana, que por la gracia del Espíritu Santo, concedida en el
Bautismo, quedan constituidos en hijos de Dios, para perpetuar el
Pueblo de Dios a través de los tiempos.

Exigencias pastorales para la celebración de los


Sacramentos
254. Las parroquias deben buscar que todos los fieles conozcan y
celebren mejor los Sacramentos, tomen conciencia de lo que exige
cada uno de ellos. Es necesario atender pastoralmente a los adultos
que no han recibido aún los Sacramentos de Iniciación: Bautismo,
Confirmación y Eucaristía, ofreciéndoles un apropiado proceso
catecumenal. Es urgente dar mayor formación en la fe, establecer
criterios para que cada Parroquia ayude a sus fieles a recibir los
sacramentos como encuentro con el Señor, no por costumbre, y
establecer normas comunes a todas las parroquias sobre los
programas y duración de esta preparación, contemplando los casos
especiales.

255. Para que la celebración de los sacramentos llegue al corazón del


pueblo se requiere que sean celebrados en comunidad, donde los
fieles se integren y vivan su fe con más intensidad y compromiso,
buscando una mayor participación, cuidando los detalles para que su
celebración sea festiva e inculturada. Procúrese llevar los
sacramentos a la vida y la vida a los sacramentos. Es necesario saber
presentar a la comunidad los requisitos previos a la recepción del
sacramento, siendo muy comprensivos con todos, especialmente con
los que han sido menos evangelizados.

256. La Parroquia es la encargada de preparar y celebrar los sacramentos,


coordinando para este fin a las comunidades menores que la
conforman; mejorando la capacitación teórica, metodológica y sobre
todo espiritual de los catequistas, animadores y parejas guías, con
una formación permanente y actualizada, dentro del espíritu de la

- 144 -
Pastoral de Conjunto.

LA EUCARISTÍA: FUENTE Y CULMEN DE TODA LA VIDA


CRISTIANA

257. La importancia central de la Eucaristía en la vida de la Iglesia está


señalada por el mismo Jesús en la Ultima Cena: “El Señor Jesús, la
noche en que era entregado, tomó pan, dando gracias, lo partió y
dijo: “Tomen y coman, esto es mi cuerpo que se entrega por
ustedes; hagan esto en memoria mía”. Asimismo tomó el cáliz
después de cenar, diciendo: “Tomen y beban, esta copa es la nueva
alianza en mi sangre. Cuantas veces la beban, háganlo en memoria
mía”. Pues cada vez que coman este pan y beban de este cáliz,
anuncian la muerte del Señor, hasta que venga” (1Cor 11, 23-26).

258. Mediante la participación en el sacrificio eucarístico, fuente y


culmen de toda la vida cristiana, los fieles ofrecen a Dios la Víctima
divina y a sí mismos juntamente con ella, y así, tanto por la oblación
como por la sagrada comunión, manifiestan en la asamblea de modo
admirable el misterio de unidad del Pueblo de Dios, aptamente
significado y maravillosamente producido por este sacramento (ver
LG, 11). La Eucaristía es alimento esencial de la vida y sostiene el
compromiso cristiano.

259. Es también en el encuentro eucarístico donde se experimenta la


verdad de que “ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre; ni
hombre ni mujer; ya que todos ustedes son uno en Cristo Jesús”
(Gal 3, 28), y el Señor les inspira “el gesto y la palabra oportuna
frente al hermano solo y desamparado”, ayudándoles a mostrarse
“disponibles ante quien se siente explotado y deprimido” (Plegaria
Eucarística Vb). Por consiguiente, la Parroquia, como toda la
Iglesia, es comunidad eucarística y liberadora, llamada a la
solidaridad con los más necesitados.

- 145 -
EUCARISTÍA, SIGNO DE UNIDAD Y VÍNCULO DE
COMUNIÓN

260. Compartiendo “la fracción del pan” (Hechos 2, 42) celebramos la


vida y hacemos visible nuestra comunión consolidando los vínculos
de unidad entre los laicos y los pastores de la Iglesia, entre el obispo
y sus presbíteros y diáconos, entre todos los Obispos y el Papa,
“para que la Iglesia sea en medio de nuestro mundo, dividido por
las guerras y discordias, instrumento de unidad, de concordia y de
paz” (Plegaria Eucarística Vd).

261. Es de todos conocido el principio teológico: “La Iglesia hace la


Eucaristía y la Eucaristía hace a la Iglesia”. La Parroquia
encuentra en la celebración eucarística un momento privilegiado de
encuentro con el Señor Resucitado que la congrega en torno al altar,
y de crecimiento en la identificación con Él, experimenta de manera
intensa el hecho de ser una verdadera comunidad cristiana,
superando toda división o separación.

Exigencias pastorales
262. La Eucaristía ha de celebrarse evitando la rutina y participando con
respeto, en el seno de la comunidad, procurando que las
celebraciones sean participativas y dinámicas, que el pueblo celebre
verdaderamente su fe en el día del Señor y lleve a todos a un
compromiso más solidario. Se ha de rechazar por completo
cualquier peligro de comercialización de la Eucaristía, evitando
misas privadas o por motivos meramente sociales. Es preciso
realizar una buena catequesis litúrgica para que el pueblo
comprenda mejor lo que significa la Eucaristía y cada una de las
partes de la celebración.

263. Es muy importante que la comunidad cristiana y el sacerdote, que la


preside en nombre de Cristo, celebren la vida y los acontecimientos
de solidaridad más importantes, las homilías sean preparadas con

- 146 -
profundidad, objetividad, hermenéutica y pedagogía; que el que
preside la celebración tenga experiencia de oración para hacerla
gustar y vivir mejor, que procure salir al encuentro de la gente en las
capillas, en los barrios y diversos centros pastorales de la Parroquia.

264. Mediante el ministerio de acogida y de ambientación, hágase vida el


sentido de comunidad cristiana. Es indispensable formar el equipo
de Liturgia para que sirva a la comunidad con espíritu de alegría,
que sea el responsable de promover una mayor participación,
haciendo buen uso de símbolos, música, silencio, expresiones y
signos propios de nuestras culturas, etc.

265. Se requieren centros y programas de formación en el ámbito del


sector o zona pastorales para el equipo de liturgia y demás
colaboradores, monitores, monaguillos, lectores, músicos y
animadores, dando responsabilidades y potenciando los servicios y
ministerios en las celebraciones. En esta tarea tiene un papel
importante la Comisión de Liturgia.

266. Las parroquias esperan que el Seminario Arquidiocesano sea una


escuela litúrgica, para preparar bien a los futuros sacerdotes y para
enriquecer las celebraciones de las parroquias donde los
seminaristas hacen pastoral.

LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, COMPROMISO DE


SOLIDARIDAD

267. La celebración de la Eucaristía ha de llevar a descubrir nuevas


exigencias en el compartir. Es necesario descubrir en la Eucaristía la
fuerza de solidaridad que el Señor le dio cuando repartió los panes y
cuando se entregó a sí mismo por la salvación de todos. La
Eucaristía es la fiesta del compartir y del dar testimonio en la vida
diaria de lo que se celebra y se cree.

268. La dimensión profética de la Palabra se manifiesta de manera


privilegiada en el anuncio del Proyecto de Dios y la denuncia de

- 147 -
todas las injusticias que se le oponen. Para esto es indispensable
compartir el caminar del pueblo, en sus acontecimientos y en su
vida, y específicamente en el mundo de los marginados y excluidos,
como lo hizo Jesucristo.

269. Es indispensable diagnosticar la realidad, iluminarla con la Palabra


de Dios y la doctrina social de la Iglesia, y discernir acciones
destinadas a lograr el cambio, buscando soluciones a nuestro
alcance.

270. Las parroquias al celebrar la Eucaristía, sacramento de la


fraternidad, han de poner en primer plano la Promoción Humana y
la dignidad de la persona, luchando por estructuras más justas en la
sociedad. Ha de procurarse que cada Parroquia tenga bien
organizados equipos de solidaridad, que fomenten la acción pastoral
como prolongación y expresión de la comunión eucarística, con la
asesoría de las instituciones diocesanas de promoción humana,
superando el asistencialismo, para lograr una verdadera promoción
de las personas.

271. Las parroquias, por tanto, necesitan generar recursos destinados a la


ayuda solidaria, de manera especial dentro de la misma familia
parroquial, dando prioridad a sectores empobrecidos: enfermos,
ancianos, viudas, huérfanos, discapacitados y otros.

272. Para ello se debe concientizar respecto a la corresponsabilidad de


todos los bautizados en esta tarea de solidaridad.

- 148 -
LA PARROQUIA, SIGNO E
INSTRUMENTO DE COMUNIÓN Y
PARTICIPACIÓN

“Ante un mundo roto y deseoso


de unidad es necesario proclamar
con gozo y fe firme que Dios es comunión,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
unidad en la distinción,
el cual llama a todos los hombres
a que participen de la misma comunión trinitaria...
Es necesario proclamar que la Iglesia es
signo e instrumento de la comunión querida por Dios,
iniciada en el tiempo
y dirigida a su perfección en la plenitud del Reino”
(Ecclesia in America, 33)

EXIGENCIAS DE LA PARROQUIA COMO COMUNIDAD DE


COMUNIDADES

273. El documento de Medellín dice: “La Parroquia ha de


descentralizar su pastoral en cuanto a sitios, funciones y personas”
(15,13). A la luz de este texto se descubre que las parroquias de
Santa Cruz deben descentralizar aún más sus actividades pastorales
para atender grandes extensiones territoriales (sobre todo en el
ámbito rural y en la periferia urbana, en constante crecimiento) y
otras donde la formación de las comunidades eclesiales de base es
aún insuficiente o están casi en el abandono. Lo mismo se puede

- 149 -
decir de ambientes sociales y culturales con una débil presencia
pastoral (en el ámbito de los centros urbanos). Muchas de las
funciones que desempeña la Parroquia deben delegarse para que
todos los cristianos sean verdaderamente corresponsables.

274. Para que la Parroquia sea verdadera “comunidad de comunidades”


la descentralización debe complementarse con la articulación, y así
poder asegurar la promoción, animación y acompañamiento de las
Comunidades Eclesiales de Base, movimientos y asociaciones.

275. De la misma manera, debe asegurar la comunión y las relaciones


fraternas entre las diversas capillas y comunidades, dando un lugar
preponderante a la realización de asambleas comunitarias,
parroquiales y sectoriales, mejorando la organización, coordinación
y comunicación en la Parroquia.

SUJETOS DE COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN EN LA


PARROQUIA
276. En la mayoría de las parroquias se ha iniciado una nueva etapa de
participación y corresponsabilidad, donde los laicos, en comunión
con sus pastores, son protagonistas del caminar eclesial,
especialmente a través del Consejo Parroquial de Pastoral.

277. En varias parroquias se han conformado centros pastorales en los


barrios donde se trabaja y se atiende pastoralmente en forma
descentralizada y se han integrado consejos comunitarios en
coordinación con el Consejo Parroquial de Pastoral (articulación).

Asamblea Parroquial
278. La Asamblea Parroquial es una expresión importante y espacio de la
vida de la Parroquia, y signo de comunión corresponsable dentro de
la comunidad. En la vida de la Iglesia primitiva las asambleas de la

- 150 -
comunidad tenían una importancia capital. Era una forma de
participación en las decisiones de la comunidad; en ellas se elegían
los ministros de la comunidad y se decidían asuntos importantes y
de trascendencia para la vida cristiana, como el asunto de la
inculturación del Evangelio, en ambiente de oración y apertura al
Espíritu de Dios (ver Hch 1, 12-26; 6, 1-7; 15, 6-35). De la misma
manera la Asamblea Parroquial de Pastoral tiene capacidad de
decisión en campos de su competencia: elige al Consejo Parroquial,
a los representantes de la Parroquia ante el Sector Pastoral y otras
instancias y planifica la pastoral de la Parroquia.

Consejo Parroquial de Pastoral


279. El Consejo Parroquial de Pastoral es necesario para la vida de la
comunidad Parroquial que dinamiza, anima y guía el trabajo de la
misma, es responsable de integrar a todos sus miembros, y así llegar
a ser un solo cuerpo que es la Iglesia, cuya cabeza es Cristo (ver Col
1,15ss).

280. El Consejo Parroquial de Pastoral es un organismo consultivo en


comunión con el Párroco, que lo preside. A este Consejo le compete
planificar y coordinar la acción pastoral de la comunidad, velando
para que se lleve a cabo y evaluándola periódicamente (ver CIC
536).

281. El Consejo Parroquial de Pastoral es el eje alrededor del cual gira la


vida de la Parroquia, ya que todo el quehacer relacionado con la
Pastoral Parroquial debe ser estudiado y aprobado por el Consejo.

282. Los aspectos más importantes a tener en cuenta respecto a un mejor


funcionamiento de los Consejos Parroquiales de Pastoral de nuestra
Arquidiócesis, son los siguientes:

Convocar la Asamblea Parroquial.

- 151 -
Que el Consejo Parroquial de Pastoral en cada Parroquia, cuente
con Estatutos generales aprobados en base a los lineamientos
arquidiocesanos.
El Consejo debe tener una representación de todas las zonas
geográficas y comunidades de la Parroquia y de los diversos
ministerios o pastorales.
Debe reunirse una vez mensualmente (en las parroquias rurales
puede ser menos frecuente, por las distancias).
En parroquias con varios grupos juveniles y otros grupos
pastorales es conveniente que tengan su Equipo de Pastoral
Específica (juvenil, infantil o de adolescentes, social,
catequética, etc.) y cuenten con un representante en el Consejo
Parroquial de Pastoral.
Se debe buscar el consenso mediante el discernimiento a partir
de la oración, el diálogo y el conocimiento de la realidad.
Los laicos que participan en dichos consejos deben ser cristianos
comprometidos.
Se deberá dar formación pastoral a los miembros del Consejo.

Consejos Comunitarios

283. Lo mismo que se ha dicho antes para el Consejo Parroquial es


necesario afirmarlo respecto a los consejos comunitarios de los
barrios y capillas, instancia indispensable para el fortalecimiento de
la vida cristiana en dichas comunidades.

Consejo Parroquial de Asuntos Económicos

284. La Parroquia, comunidad de comunidades, da testimonio de


compartir, de servicio y de justa utilización de los medios, a través
de una administración económica responsable, transparente y
conforme a los reglamentos arquidiocesanos. A este fin responde la
conformación del Consejo de Asuntos Económicos. Será
responsabilidad de este Consejo elaborar presupuestos, buscar
- 152 -
ingresos y elaborar y presentar informes de ingresos y egresos
mensualmente a toda la comunidad (CIC 537), sus presupuestos y
rendiciones de cuentas pueden ser sometidos a auditorías internas y
externas por parte del Consejo Arquidiocesano de asuntos
económicos.

285. En algunas parroquias aún no se cuenta con un Consejo Parroquial


de Asuntos Económicos, en otras no está totalmente organizado y en
su lugar hay encargados de llevar las finanzas con ayuda o
supervisión de su Párroco.

286. Es necesario promover pastoralmente el concepto bíblico del


diezmo, concientizando a los bautizados sobre las obligaciones que
tienen con su Iglesia de contribuir a la evangelización, el culto
sagrado y la pastoral de solidaridad, la formación permanente de sus
sacerdotes y el sostenimiento de los seminaristas.

287. Igualmente es necesario informar a los feligreses para que conozcan


las necesidades de la Parroquia con relación a su funcionamiento
(una justa retribución a los sacerdotes, la realización de cursos de
formación y otras acciones pastorales) y a las obras asistenciales que
ejecuta e informarles sobre los gastos y destino de su dinero o
contribuciones.

288. La Iglesia de Santa Cruz desea realizar una intensa campaña para
suscitar en los feligreses el compromiso de contribuir
adecuadamente a su Iglesia Local, mediante la puesta en marcha de
CALISA (Contribución a la Iglesia de Santa Cruz) para que den un
aporte sistemático de por lo menos el 1% de sus ingresos, en favor
de su Iglesia.

Equipos parroquiales de Pastorales Específicas


289. En algunas parroquias existen equipos que van animando y
acompañando la promoción de algún campo específico de la
pastoral: catequesis, liturgia, solidaridad, pastoral juvenil, pastoral
familiar, etc.

- 153 -
290. A los equipos parroquiales les corresponde asumir la realidad, hacer
investigación y análisis de ella y buscar creativamente respuestas
concretas a los problemas encontrados. Deben tomar en cuenta las
líneas y opciones pastorales diocesanas, sectoriales y parroquiales y,
desde ellas, elaborar su propio plan. En su trabajo específico deben
asumir el método del ver, juzgar, actuar, evaluar y celebrar.

Movimientos Apostólicos y Asociaciones de fieles


291. Los Movimientos Apostólicos y las Asociaciones de fieles laicos
han surgido por la moción del Espíritu Santo, que en determinados
momentos y lugares suscita carismas especiales en la comunidad
para reforzar la vida cristiana, sobre todo en función de su misión
evangelizadora. Se puede aplicar a ellos el texto de la primera carta
a los Corintios 12, 4ss: “Hay diversidad de carismas, pero el
Espíritu es el mismo; hay diversidad de servicios, pero el Señor es
el mismo; hay diversidad de obras, pero es el mismo Dios quien
obra todo en todos”. Estos carismas y servicios son regalos del
Espíritu para el bien y crecimiento de toda la comunidad. Este es el
criterio fundamental de discernimiento acerca de ellos.

292. Los movimientos apostólicos reconocidos y que tienen presencia en


las parroquias de la Arquidiócesis son:
Cursillos de Cristiandad,
Encuentro Matrimonial,
Fraternidad Cristiana de Enfermos e Impedidos,
Jornadas de Vida Cristiana,
Legión de María,
Mink´as,
Movimiento de Renovación Cristiana o “Carismático” (La
Mansión),
Movimiento Familiar Cristiano,

- 154 -
Movimiento Obrero Cristiano,
Juventud Obrera Cristiana,
Neocatecumenado
Movimiento Schönsttat.

293. Su aporte a las parroquias debe ser múltiple y variado:


Colaborar generosamente desde su especificidad en la pastoral
de la Parroquia.
Dar a sus miembros una experiencia de iniciación en la vida
cristiana según su propio carisma.
Ayudar en la espiritualidad y la formación de los fieles.
Proporcionar a sus integrantes una experiencia más profunda de
oración.
Promover el compromiso evangelizador de los laicos en la
Iglesia, en comunión con los pastores.

294. Los Movimientos y Asociaciones que por su naturaleza no abarcan


solamente a una Parroquia, deben tomar en cuenta las líneas y
opciones pastorales trazadas por la Arquidiócesis y plasmadas en los
planes pastorales de las Parroquias.

El desafío del ecumenismo


295. En la mayoría de las parroquias no se ha avanzado
significativamente en la dimensión ecuménica. Falta el necesario
diálogo y la relación fraterna con otras Iglesias y grupos religiosos.

296. Es necesario distinguir entre Iglesias evangélicas que tienen una


larga trayectoria y otros grupos de reciente aparición, algunos de los
cuales ni siquiera son cristianos y, por lo tanto, es casi imposible el
diálogo ecuménico. Es muy difícil entablar diálogo con grupos
sectarios proselitistas y a menudo agresivos contra la Iglesia
católica.
- 155 -
297. En cuanto a las Iglesias históricas y otros grupos religiosos no
proselitistas que están presentes en nuestras parroquias, se deben
tomar iniciativas ecuménicas, tales como encuentros comunes de
oración en ocasiones especiales, realizar acciones conjuntas de
compromiso social y otras iniciativas encaminadas a expresar
concretamente nuestro servicio al Reino de Dios. Además es preciso
dar a conocer a la comunidad católica los esfuerzos y el proceso
ecuménico, preparándola para que sea abierta al diálogo con otras
Iglesias.

INSTRUMENTOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y ARTICULACIÓN


PARROQUIAL

Líneas y opciones pastorales


298. Las líneas pastorales son orientaciones y decisiones de la Iglesia de
Santa Cruz que ha ido tomando a lo largo de un proceso, marcado
especialmente por las Asambleas Arquidiocesanas de Agentes de
Pastoral. Marcan criterios para que las parroquias caminen en
sintonía con el proyecto común de pastoral.

299. La creación de Comunidades Eclesiales de Base (CEB´s). La


cantidad y calidad de las CEB´s en las parroquias es diversa. En la
mayoría de ellas se está trabajando para fomentar pequeñas
comunidades y se intenta descentralizar al máximo los servicios
parroquiales. El proceso sinodal ha favorecido la creación de CEB´s
y la maduración de grupos de oración y otros que ahora se
identifican como CEB´s. El método de la Catequesis Familiar, que
prepara la formación de CEB´s, está cada vez más extendido en las
Parroquias de la Arquidiócesis.

300. Hay parroquias que todavía no tienen CEB´s, especialmente las que
están ubicadas en el centro de la ciudad metropolitana, en ambientes
económicamente más altos, y en algunas parroquias de reciente
creación. En el campo las CEB´s no están bien constituidas como

- 156 -
tales; son mayormente comunidades naturales que se organizan y a
veces también usan la metodología del ver, juzgar, actuar, evaluar y
celebrar.

301. Centros pastorales. En la mayoría de las parroquias se han erigido


y se están implementando capillas en barrios alejados, para que
todos los fieles puedan participar en las celebraciones y se forme
una comunidad cristiana en cada barrio. Conviene prever las
estructuras para futuras parroquias que incluyan vivienda sacerdotal.

302. Dado el continuo aumento de población, los vecinos se esfuerzan


por construir capillas y pahuichis. Incluso la Celebración de la
Palabra se realiza en ocasiones en las casas, plazas, calles y lotes
baldíos.

303. Los templos y capillas deberían ser: espaciosos, acogedores,


adaptados al clima; siempre abiertos a los fieles, con arquitectura
sencilla que refleje más el sentido comunitario de la asamblea
eucarística, construidos en consulta con la gente de la comunidad y
acordes con el estilo de vida de las familias y su cultura.

304. En algunos casos no se valora la presencia de los laicos y laicas


como animadores de una capilla o centro pastoral. Esto revela una
pastoral excesivamente centrada en los clérigos.

305. Estructuras de diálogo y comunión. En las parroquias se están


haciendo esfuerzos para crear espacios privilegiados de diálogo y
comunión en los que los fieles viven la corresponsabilidad y
participación y manifiestan sus opiniones. Esto se concreta sobre
todo en la conformación de los Consejos Pastorales en cada capilla y
centro pastoral. En algunas parroquias hay equipos de pastoral
juvenil y otras pastorales específicas. Otras comunidades
parroquiales elaboran boletines mensual, quincenal o semanalmente
para mantener informada a su feligresía.

306. La formación y participación de laicos. Los ámbitos en los que se


realiza la vocación de los fieles laicos son la realidad temporal y la
comunidad eclesial.
- 157 -
307. En cuanto miembros del Pueblo de Dios, son llamados a ser testigos
del Reino en el mundo de las realidades temporales. “La presencia y
la misión en el mundo se realiza, de modo especial, en la diversidad
de carismas y ministerios que posee el laicado… En un continente
en el que aparecen la emulación y la propensión a agredir, la
inmoderación en el consumo y la corrupción, los laicos están
llamados a encarnar valores profundamente evangélicos como la
misericordia, el perdón, la honradez, la transparencia de corazón y
la paciencia en las condiciones difíciles…” (Ecclesia in America,
44). Hay que reconocer que en este aspecto todavía falta aportar
mucho más en la formación en la fe y liderazgo social que las
parroquias deben proporcionar a los fieles laicos.

308. En cuanto mensajeros de la Palabra de Dios, los laicos son llamados


a contribuir activamente en la vida de la comunidad. Es motivo de
gozo la gran cantidad de laicos y laicas que dan su tiempo con
generosidad para servir desinteresadamente a su comunidad, muchas
veces sacando tiempo a su descanso o a sus múltiples tareas.

309. Sin embargo, en contrapartida, se experimenta una falta de atención


a la formación de los laicos de una manera seria y sistemática.
Existe una proliferación de cursos en el ámbito parroquial o
arquidiocesano, pero hace falta consolidar un buen programa
bíblico, teológico y moral, sin descuidar el desarrollo integral de la
persona.

310. Sería deseable formar un equipo responsable de la formación


teológica de los laicos para unificar esfuerzos y constituir varios
centros de formación por sector o zona, para orientar, enseñar y
profundizar los conocimientos sobre la Biblia y la fe de tal manera
que sean capaces de evangelizar en la vida diaria.

311. Pastoral de Conjunto. “Corresponde al Obispo, con la


cooperación de los sacerdotes, los diáconos, los consagrados y los
laicos … realizar un plan de acción pastoral de conjunto, que sea
orgánico y participativo, que llegue a todos los miembros de la
Iglesia y suscite su conciencia misionera.” (Ecclesia in America,
36)
- 158 -
312. Es responsabilidad de las parroquias organizarse con su Sector o
Zona Pastoral, coordinando y acogiendo sus directivas y
orientaciones, asegurando una comunicación fluida entre todas las
parroquias que conforman el sector o zona. Las parroquias deben
poner en práctica la Pastoral de Conjunto y propiciar encuentros
periódicos de planificación y evaluación, para responder a las
necesidades pastorales y materiales en un espíritu de colaboración.

313. La coordinación entre las parroquias del Sector o Zona mejorará en


la medida que: a) todos los agentes pastorales se conviertan al
trabajo pastoral en común; b) se planifique una Pastoral de Conjunto
en el Sector o Zona, analizando las prioridades Pastorales; c) las
parroquias apoyen las actividades que se realizan en el Sector; d)
tengan los mismos criterios pastorales y e) se apoyen solidariamente
con material de evangelización, con personal bien calificado y con
recursos económicos.

314. Es necesario apoyar y promover el buen funcionamiento de los


Consejos de Pastoral en los Sectores y Zonas.

Plan de Pastoral Parroquial


315. La planificación del trabajo pastoral es un instrumento indispensable
en la vida de la Iglesia para caminar en una pastoral de conjunto
(DP, 1307). La eficacia del trabajo pastoral en la Parroquia depende,
en gran parte, de que tenga su propio plan de pastoral en el que de
una forma organizada se responda a las necesidades, angustias y
esperanzas del pueblo.

316. En algunas parroquias ya se lleva adelante un Plan Pastoral


elaborado para una gestión determinada de años que se revisa
anualmente para su evaluación y actualización. Se realiza
previamente un diagnóstico mediante una Asamblea Parroquial
invitando a todos los agentes pastorales de la Parroquia.

317. Elaborar planes pastorales es una manera de asegurar el caminar de


la Parroquia por un cierto número de años. El plan pastoral debe ser
- 159 -
bien documentado y suficientemente detallado y concorde con las
líneas y opciones pastorales Arquidiocesanas y, cuando lo haya, con
el plan pastoral Arquidiocesano. Esto contribuirá a que los nuevos
párrocos respeten los planes pastorales que ya están en marcha.

Plan Pastoral de cada centro pastoral

318. Dentro del área de influencia de cada Capilla o centro pastoral, el


Consejo comunitario realiza una planificación pastoral anual,
coordinando la liturgia, los programas de catequesis, la solidaridad,
los tiempos fuertes, y campañas especiales de evangelización. Es
siempre necesaria la coordinación con los planes pastorales de la
Parroquia, emanados de la Asamblea Parroquial, y que determinan
las opciones para cada año.

La comunidad educativa

319. El papel del colegio en la Evangelización. La comunidad


educativa dentro de la Parroquia es un medio importante de
evangelización para desarrollar los valores cristianos e integrar la fe
y la vida. Los centros de enseñanza y formación católicos tienen la
gran responsabilidad de formar a los niños y jóvenes, juntamente
con los padres de familia, en los valores humanos y evangélicos.

320. Hay que fomentar la experiencia de la evangelización y promoción


humana en los alumnos desde temprana edad, formando grupos
pastorales prejuveniles y juveniles, para que puedan vivir su fe en
comunidad de vida.

321. La relación que ha de existir entre la Parroquia y los diferentes


centros de enseñanza y formación debe ser de cooperación, de
apoyo y de búsqueda de caminos comunes y formas nuevas para
lograr dar a los niños y jóvenes una formación integral. Debe haber

- 160 -
una estrecha comunicación e integración entre el colegio y la
Parroquia para que puedan realizar una eficaz Pastoral de conjunto.

322. Si la Parroquia es comunidad de comunidades, ciertamente que en


ella debe encontrar un espacio la comunidad educativa. Se ha de
fomentar un mayor acercamiento mediante encuentros y
convivencias parroquiales con los colegios y otros centros de
enseñanza y formación, fortaleciendo la pastoral educativa, en la
vida de la Parroquia e invitando y motivando a estudiantes y
educadores a participar en la Parroquia donde viven.

323. Es loable la labor que desempeñan la Normal Católica y la


Universidad Católica en la formación de los educadores en la fe. Sin
embargo, la Parroquia debe invitar a los profesores de religión a
trabajar en equipo y apoyarles para continuar su formación. Los
maestros de religión deberían ser también catequistas parroquiales
que formen y enseñen el camino del Señor.

324. Para mejorar la educación religiosa que se da en los centros de


enseñanza y formación se presenta como una alternativa el sistema
del CEICA (Centro de Educación Integral Católica) para las clases
de religión, procurando que haya por lo menos un centro en cada
Sector Pastoral de la ciudad de Santa Cruz.

- 161 -
ESPIRITUALIDAD DE LA PARROQUIA

Por otra parte, la espiritualidad no se contrapone


a la dimensión social del compromiso cristiano.
Al contrario, el creyente, a través de un camino de oración,
se hace más consciente de las exigencias del Evangelio
y de sus obligaciones con sus hermanos,
alcanzando la fuerza de la gracia
indispensable para perseverar en el bien…”
(Ecclesia in America, 29)

LA PARROQUIA, PUEBLO DE DIOS PRESENTE EN LA


SOCIEDAD

325. La Iglesia debe continuar la misión de Jesús: anunciar y hacer


presente el Reino de Dios (EN 11). Esa es su misión primordial.
Para realizarlo con fidelidad, es necesario que vaya a la fuente de
este anuncio y de esta realización del Reino: esa fuente es Jesús de
Nazareth. Es preciso que conozca y asuma el estilo de Jesús al
anunciar el Reino y la forma como lo hizo presente.

326. Conviene recordar que el Reino de Dios abarca toda la vida en el


aspecto personal (Mc 1,15), comunitario (Mt 22,2-14; 28,19), social
(Mc 6,35-44) y escatológico (Mt 25, 1-13; Ap 21,14). Todo el
mundo y la persona tienen la responsabilidad de ser anticipo y
primicia del Reino en esta historia.

327. Jesús, para cumplir esta misión, fue ungido por el Espíritu Santo; Él
pudo decir en la sinagoga de Nazareth: “El Espíritu del Señor está
sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la Buena Noticia a
los pobres, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos,
- 162 -
a dar vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos y a proclamar un
año de gracia del Señor” (Lc 4,18-19).

328. Sin el Espíritu Santo los discípulos no podrán continuar la misión


que les confiará Jesús, por eso promete dárselo (Jn 14,15-17. 25-26;
15, 26-27; 16, 4-15), y se los comunica después de su Resurrección
(Jn 20, 21-23; Hch 2, 1-4).

329. Para poder vivir el estilo de vida propio de los seguidores de Jesús
en el servicio al Reino de Dios, es necesario alimentar la
espiritualidad, bebiendo de sus fuentes:

la celebración de la Eucaristía,

la escucha atenta y la reflexión comprometida de la Palabra de


Dios, especialmente a través de la lectura orante de la Biblia
(Lectio Divina),

la oración personal y comunitaria,

la contemplación de la presencia y acción de Dios en la vida


comunitaria, manifestada de manera especial en el testimonio de
tantos santos, santas y mártires a lo largo de la historia de la
Iglesia universal y de nuestras iglesias latinoamericanas,

el compromiso de solidaridad con los pobres, preferidos del


Señor y sacramento de su presencia.

330. El Papa Juan Pablo II nos dice: “… La conversión conduce a la


comunión fraterna, porque ayuda a comprender que Cristo es la
cabeza de la Iglesia, su Cuerpo místico; mueve a la solidaridad,
porque nos hace conscientes de que lo que hacemos a los demás,
especialmente a los más necesitados, se lo hacemos a Cristo. La
conversión favorece, por tanto, una vida nueva, en la que no haya
separación entre la fe y las obras en la respuesta cotidiana a la
universal llamada a la santidad …” (Ecclesia in America, 26).

- 163 -
331. Para que la Parroquia inicie a todos los fieles en una experiencia
permanente de oración y de encuentro con Dios se requiere difundir
mucho más la Palabra de Dios y tratar de descubrir la Celebración
Eucarística como el centro de la vida parroquial. Es necesario
introducir momentos orantes en todos los grupos, insistiendo mucho
en la oración personal, familiar y comunitaria, realizando prácticas
de oración, retiros, convivencias o vigilias, para ir adquiriendo
experiencias de encuentro personal y comunitario con Dios.

332. Al promover estas experiencias de oración hay que tomar en cuenta


la riqueza que existe en los carismas de las comunidades de vida
consagrada presentes en la pastoral de nuestras parroquias.

COMUNIDAD QUE ACOGE Y PROCLAMA LA PALABRA DE


DIOS
333. La Parroquia es la comunidad de los seguidores de Jesús (Hch 4, 32-
35), congregada por el amor del Padre (1Pe 2, 9-10), animada por el
Espíritu Santo (Hch 2, 1-4), llamada y enviada para dar testimonio
de su fe en medio del mundo, enriquecida con la Vida de Dios.
Todas las dimensiones de la vida parroquial son consecuencia de
estas referencias a la Santísima Trinidad y en ella encuentran su
sentido más profundo.

334. La Palabra de Dios es la fuente de orientación vital que la Iglesia


necesita para formarse a sí misma en el seguimiento de Jesús y para
ofrecer esta riqueza al mundo al cual sirve. Las parroquias al
escuchar, meditar y proclamar la Palabra cumplen con lo que es su
mística y su misión ineludible: ser portadoras de Jesucristo, Palabra
de Vida.

335. Las parroquias tienen el reto de vivir como comunidad


evangelizadora y misionera. Lo están logrando a través de:
Catequesis, CEB´s, Grupos juveniles y de reflexión bíblica, etc.,
nuevos espacios de encuentro, reflexión y compromiso a partir de la
Palabra, y animando a las demás personas a integrarse y compartir

- 164 -
en comunidad. Es significativo el servicio que dan, sobre todo en las
parroquias rurales, algunos animadores laicos realizando la
celebración dominical en ausencia del presbítero. Este servicio
evangelizador acrecienta la vida de fe de las comunidades del
campo.

336. Para lograr esta tarea evangelizadora y misionera las parroquias


necesitan que todos sus agentes pastorales se actualicen en los
contenidos y metodología de la catequesis, mediante cursillos de
evangelización, poniendo énfasis en la formación bíblica. También
deben buscar la participación de toda la comunidad para poder
comunicar la Palabra de Dios a las familias más alejadas y a los
diferentes barrios.

337. Las parroquias necesitan ser creativas también respecto a la


promoción de los ministerios laicales que dinamiza su ser
comunidad al servicio del anuncio del Evangelio.

338. Para que la Parroquia haga presente el Evangelio de Jesús en las


situaciones cotidianas de la vida: familia, trabajo, barrio, cultura,
política y sociedad debe tomar conciencia de su misión
evangelizadora con creatividad, asumiendo el compromiso de vivir
la fe en medio de las realidades temporales y siendo más
testimonial. Es urgente incursionar y utilizar los Medios de
Comunicación Social en función de la evangelización.

339. El testimonio y el servicio entregado de los equipos de catequistas


de Primera Comunión y Confirmación y otros agentes pastorales y
animadores, a través del anuncio de la Palabra, han contribuido
significativamente en la formación de la comunidades.

340. La memoria viva de los mártires y testigos de la fe, hombres y


mujeres que derramaron su sangre y entregaron generosamente su
vida en fidelidad a la Palabra de Dios han dejado profunda huella en
el caminar comunitario.

- 165 -
LA PARROQUIA, MAESTRA Y EDUCADORA EN LA FE

Es urgente formar hombres y mujeres capaces de actuar,


según su propia vocación, en la vida pública,
orientándola al bien común. …
(Ecclesia in America, 44)

La formación cristiana

341. Es un imperativo para las parroquias ofrecer mayor formación


teológica, no sólo a los agentes de pastoral, sino a toda la comunidad
cristiana, mediante cursillos, debates, retiros, convivencias, tocando
temas profundos y conectados con las preocupaciones vitales de la
gente. Este servicio es cada vez más necesario puesto que los
cristianos se encuentran constantemente abrumados por mensajes
contrarios a los valores del evangelio, fruto de una mentalidad
secularizada y transmitidos en la mayoría de los medios de
comunicación social. Esta formación debe promover las virtudes
humanas, preparando el terreno apto para una auténtica
espiritualidad cristiana.

342. Es importante promover en la Parroquia el intercambio de


experiencias entre los diversos grupos mediante visitas recíprocas.
Lo mismo puede decirse de los intercambios de experiencias entre
parroquias a través de encuentros o visitas programadas.

- 166 -
La catequesis.

“…la catequesis, …es un proceso de formación


en la fe, la esperanza y la caridad
que informa la mente y toca el corazón,
llevando a la persona a abrazar a Cristo de modo pleno y completo.
Introduce más plenamente al creyente
en la experiencia de la vida cristiana…”.
(Ecclesia in America, 69)

343. La catequesis, entendida como “un proceso dinámico, gradual y


permanente de educación en la fe” (DP 984), es una de las maneras
más excelentes y concretas con que las parroquias expresan su
servicio a la Palabra de Dios. Para la tarea catequética es esencial
entrar en contacto con la vida de Jesús, sus actitudes y sus valores.
El empeño diligente por acercar la fuerza transformadora de la
Palabra a la vida del pueblo es una de las tareas más inmediatas de
las parroquias y, al mismo tiempo, fuente constante de alimentación
de la mística eclesial.

344. Esta labor catequética no se limita sólo a los niños, sino que busca
también la formación cristiana de los jóvenes y adultos para que
lleguen a ser testigos de la fe que profesan. La catequesis debe partir
de la vida y desembocar en la vida, por ello es necesario que los
contenidos estén ligados a la existencia humana y acrecienten el
enlace entre fe y vida.

345. A pesar de algunas resistencias, la catequesis presacramental


pretende realizar en las comunidades cristianas un proceso de
formación en la fe y va ganando terreno en la gran mayoría de las
parroquias. Es necesario que sea presentada de manera atractiva y
cercana, invirtiendo en ella las mejores energías y recursos
humanos, para proporcionar a las personas una experiencia de vida
comunitaria en la preparación y la celebración de los sacramentos.
Hay que mejorar la metodología, ofrecer horarios y lugares

- 167 -
oportunos y cursillos descentralizados para los diversos
sacramentos.

346. Para mejor celebrar y vivir los sacramentos urge un acuerdo a nivel
arquidiocesano respecto a los contenidos, la duración de la
preparación y la metodología, buscando que sea vivencial,
comunitaria y que introduzca en la experiencia de fe. Esta catequesis
debe adecuarse a las diferentes realidades que viven las parroquias
de la ciudad y las del campo.

347. Es del todo necesario presentar el Sacramento del Bautismo en toda


su riqueza teológico-eclesial y su sentido liberador. Es el primer
paso de la Iniciación Cristiana y la admisión como miembro de la
comunidad eclesial.

348. La preparación para la Primera Comunión se realiza a través de la


Catequesis Familiar, en la cual hay que seguir insistiendo,
mejorándola conforme a nuestras características culturales. Es
necesario revisar y buscar un material, un programa o contenido
coherente, sencillo, profundo, animado, que guste e interese a las
personas que se preparan, involucrando más a las familias para que
los sacramentos sean asumidos en comunidad. Para este fin se ve
conveniente estudiar la manera de prolongar la preparación.

349. La preparación al sacramento de la Confirmación puede mejorar en


cuanto a contenidos, metodología, un tiempo de preparación y
seguimiento posterior. “La catequesis de la Confirmación se
esforzará por suscitar el sentido de la pertenencia a la Iglesia de
Jesucristo, tanto a la Iglesia universal como a la comunidad
parroquial” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1309). Es preciso
que se brinden espacios dinámicos en las parroquias, para continuar
la experiencia de inserción en la vida parroquial después de la
catequesis de Confirmación, mediante una Pastoral Juvenil atrayente
para los jóvenes de hoy. Es también conveniente concientizar a los
jóvenes acerca de las diversas vocaciones y estados de vida.

- 168 -
350. En función de mejorar la preparación para el sacramento del
Matrimonio se ve oportuno y necesario un curso de tres meses por lo
menos, de manera que la pareja vea con claridad las exigencias y
características del matrimonio: el amor mutuo, la indisolubilidad del
sacramento en fidelidad y la índole sagrada de este compromiso.

351. En cuanto a las parejas en situaciones irregulares, especialmente a


los divorciados y vueltos a casar civilmente, las parroquias están
llamadas a ser acogedoras y misericordiosas, buscando caminos y
formas para lograr una pastoral orientada a servirlos y hacerles
experimentar la compañía solidaria y fraterna de la comunidad
eclesial (ver Familiaris Consortio, 81).

352. El empeño constante de la Catequesis Familiar es lograr que los


padres de familia sean misioneros en su propia familia. En esta tarea
de evangelización del núcleo familiar se concentran las esperanzas
de lograr una transformación profunda que cale al interior de la
sociedad. Es conveniente seguir insistiendo que la Catequesis
Familiar sea asumida por todas las parroquias.

353. Hay otras experiencias que pretenden ayudar a los padres en su


misión: varios movimientos apostólicos, la conformación del equipo
Parroquial de Consejería Familiar y, por supuesto, la pertenencia a
un grupo de reflexión bíblica, dentro de las Comunidades Eclesiales
de Base.

354. En la medida que se solicita a toda la comunidad la participación en


el proceso de catequesis, crece también el compromiso de mejorar la
metodología de manera que todos, pero especialmente los niños y
los jóvenes, le encuentren gusto a esta experiencia de crecimiento en
la fe. La catequesis debe asumir los programas nacionales y
diocesanos para adaptarlos localmente, motivando a los
catequizandos a un compromiso personal y comunitario e
incentivando el espíritu misionero.

355. Todas las parroquias de la Arquidiócesis de Santa Cruz necesitan


más y mejores catequistas. Es indispensable convocarles, formarles
- 169 -
y prepararles de manera continua, apoyarles en su trabajo,
proporcionarles el material, darles un mejor y constante
seguimiento.

356. Es conveniente hacer conocer más el Instituto de Catequesis de la


Muyurina, especialmente al servicio de las parroquias de la Zona
Norte.

357. Es urgente la catequesis y profundización en el Sacramento de la


Penitencia en los procesos de preparación a los Sacramentos de la
Iniciación Cristiana. Hay que proveer de materiales adecuados,
elaborados por la Comisión de Catequesis y Biblia. Se debe reservar
un tiempo específico en cada templo parroquial y en las capillas
para la celebración del Sacramento de la Reconciliación.

358. También es necesario instruir con mayor claridad sobre la


naturaleza del Sacramento de la Unción de los Enfermos, puesto que
se advierte todavía la idea de que este sacramento es sólo para los
moribundos. Es conveniente ofrecer algunas celebraciones
comunitarias del Sacramento para personas ancianas y enfermas.

359. La comunidad cristiana tiene la responsabilidad de promover el


catecumenado para los cristianos más alejados de la práctica
sacramental o que están experimentando un proceso de alejamiento.

- 170 -
LA PARROQUIA AL SERVICIO DEL
REINO DE DIOS

“El Espíritu del Señor está sobre mí,


porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva,
me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos
y la vista a los ciegos,
para dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor”.
(Lc 4, 16-19).

PARROQUIA SERVIDORA DEL REINO


360. Jesús de Nazareth, enviado por el Padre e impulsado por el Espíritu
Santo, inicia su ministerio invitando a un nuevo modo de vida que
Él mismo realiza. Cura enfermedades (Mc 7,31-36), reparte el pan a
la multitud hambrienta (Mc 6,35-44), resucita muertos, perdona a los
pecadores, aconseja cambiar las riquezas por la alegría de sentirse
hermano de los pobres (Mc 10, 17-22), vive la simplicidad del pobre
de confiar toda su vida a Dios, como lo hace un niño con su madre,
convive con la creación, aconseja no preocuparse de los bienes
materiales (Lc 12, 13-15) y de los primeros puestos (Lc 14, 7-11),
invita a la alegría porque un pecador eligió el camino del bien que
había perdido (Lc 15, 11-32), denuncia la opresión de la gente que
tiene el saber (Lc 11, 46), exige la renuncia de sí mismo para ser su
discípulo (Mc 8, 34-35) y opta por los excluidos de la sociedad:
pecadores, leprosos, prostitutas, cobradores de impuestos, pobres.
Anuncia que Dios ama a los sencillos y prefiere revelarse a ellos (Mt
11, 25-26).
- 171 -
361. El Concilio Vaticano II afirma que la Iglesia “.... recibe la misión de
anunciar el reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los
pueblos, y constituye en la tierra el germen y principio de ese
Reino..” (LG 5).

362. La Parroquia, como nivel de Iglesia, está al servicio del Reino de


Dios, esta es su identidad, y al mismo tiempo la misión que la
anima. Toda la vida de la Iglesia, sus actividades y estructuras,
tienen que estar conformadas por la misión recibida de Cristo. “La
Iglesia... sólo pretende una cosa: el advenimiento del Reino de Dios
y la salvación de toda la humanidad” (GS 45). Por todo esto, la
Parroquia tiene que ser fermento, sal y luz en medio de las
estructuras y actividades del mundo: en el campo de la justicia, la
política, la educación, la economía, los medios de comunicación y
los derechos humanos.

363. La renovación de las parroquias, especialmente urgente en las


grandes ciudades, encuentra cauce en su concepción como
“comunidad de comunidades”. Resulta, por tanto, oportuna y
conveniente la formación de comunidades y grupos eclesiales de
tales dimensiones que favorezcan verdaderas relaciones humanas
(EA 41).

364. Es tarea prioritaria en la Parroquia ayudar por todos los medios a


crecer a los fieles en su fe y en la valoración de su compromiso
bautismal y fortalecer su compromiso al servicio del Reino de Dios
y de los valores evangélicos.

365. A través de la promoción, formación y apertura al ejercicio de los


ministerios laicales se pueden multiplicar las iniciativas pastorales
para acrecentar el compromiso del Pueblo de Dios en la
construcción del Reino: visitas domiciliarias, misiones populares,
acciones concretas de solidaridad dentro de la comunidad
parroquial, presencia comprometida y profética en las estructuras de
la sociedad, etc.

- 172 -
LA PARROQUIA ANTE LAS DIVERSAS NECESIDADES
PASTORALES

366. Dios sigue manifestando a su Iglesia matices concretos de su


consagración al Reino. El “leer los signos de los tiempos” es una
forma de comprensión de esta sabiduría de Dios que interpela a su
pueblo a partir de los acontecimientos. Las parroquias de Santa Cruz
en el proceso sinodal han querido contemplar cuáles son los grupos
de la comunidad que necesitan ser atendidos prioritariamente y
reclaman su servicio evangélico y solidario:
Los pobres en general: los desempleados, los que no tienen
vivienda, los enfermos, los minusválidos, los que viven en los
barrios periféricos, los alcohólicos y drogadictos, los mendigos.
Los migrantes y los distintos grupos étnicos presentes en la
comunidad.
Las familias que están en peligro de desintegración, y las madres
solteras.
Las parejas en situaciones irregulares.
Las empleadas del hogar.
Los adolescentes y jóvenes desorientados, los que pertenecen a
pandillas y son arrastrados fácilmente al consumo de drogas, a la
prostitución y a la violencia.
Los niños abandonados, los huérfanos y trabajadores de la calle.
Los ancianos, especialmente los que están abandonados.
Los habitantes de las comunidades rurales.
Los que están en crisis de fe.
Los lejanos y los indiferentes.

367. En las parroquias los cristianos necesitan descubrir y analizar,


interpretando desde la fe, estos aspectos de su realidad. En ello se
juega su fidelidad a Jesús, que se identifica a sí mismo con los
pobres y desposeídos: “cada vez que lo hicieron con uno de estos
pequeños, a mí me lo hicieron” (Mt 25, 31-46).

- 173 -
368. La metodología y la organización pastoral de cada Parroquia debe
incluir como punto de partida el análisis de la realidad. La
celebración de la Asamblea Parroquial y la reflexión constante del
Consejo Parroquial de Pastoral deberán partir de los acontecimientos
sociales y comunitarios que afectan la vida de la gente de la
Parroquia y de toda la comunidad humana.

369. Es necesario que los agentes pastorales salgan más a la calle como
portadores del Evangelio y sus valores, de manera que hagan
presente a la Iglesia “donde el pueblo se juega la vida”,
compartiendo con la gente, visitando las casas, orientando a las
familias y a los jóvenes.

370. Las diversas exigencias pastorales que plantea la realidad de nuestro


pueblo requieren que las parroquias:
Cultiven una actitud contemplativa y comprometida de la
realidad, desde una verdadera conversión interior, para asumir
con responsabilidad el servicio solidario a los hermanos.
Experimenten el caminar comunitario compartiendo la vida y
la lucha cotidiana del pueblo por su sobrevivencia.
Asuman y promuevan la responsabilidad de dar a conocer y
hacer respetar los derechos humanos.
Convoquen a la comunidad parroquial y fomenten la
participación de todos.
Mejoren su organización, busquen una mejor coordinación y
planificación entre la Parroquia y las comunidades.
Unifiquen criterios pastorales entre sí a partir de una reflexión
en conjunto.
Ejerzan su profetismo en el anuncio del Proyecto de Dios y en
su empeño por transformar las estructuras de pecado.
Evangelicen y promuevan una fuerte conciencia social a partir
del estudio de la doctrina social de la Iglesia.
371. Para resolver las diferencias y divergencias, a veces profundas, que
existen en los procesos pastorales de las parroquias es necesario y
urgente definir y unificar criterios pastorales, hacer un uso más
eficiente de los recursos para que se realice la ayuda mutua, el

- 174 -
servicio de solidaridad y fraternidad. Es necesario que el Consejo
Arquidiocesano de Pastoral sea firme y eficiente a la hora de animar,
coordinar, potenciar, planificar, corregir y evaluar la acción pastoral
de la Iglesia.
372. Ante las diferencias contrastantes en cuanto a la economía de las
parroquias, es una tarea urgente fomentar una mayor solidaridad y
generosidad entre parroquias de mayores recursos económicos y las
que tienen menos, especialmente de los barrios marginales y zonas
rurales. Hay que estudiar posibles mecanismos de colaboración
económica entre parroquias para que las que cuentan con más
recursos ayuden a las más pobres.
373. Las diversas situaciones de postración del pueblo demandan a todas
las parroquias hacerse presentes en medio de los necesitados como
Iglesia solidaria. El amor preferencial por los pobres y marginados
exige que la solidaridad se manifieste a través de la aceptación
fraterna, la asistencia, la promoción y la liberación (ver Ecclesia in
America, 58). Estos aspectos deben manifestarse con una
creatividad solidaria que sea capaz de transformar el sufrimiento en
esperanza, la amenaza en vida, la tristeza en alegría; mediante la
defensa de la dignidad humana y la práctica de la justicia social.
Signos visibles de esta solidaridad son: albergues para menores
abandonados, hogares de ancianos y centros de rehabilitación para
drogadictos, atención a los enfermos de SIDA, servicios de
colocación laboral para los desempleados y otras iniciativas que
comunican vida y esperanza a quienes más lo necesitan.
374. Para ampliar esta tarea de acción solidaria en la sociedad, inspirada
en la Caridad de Cristo, es necesario que cada Parroquia promueva
la formación del equipo de Solidaridad, buscando una amplia
participación de la comunidad cristiana. En este compromiso de la
solidaridad conviene incluir a los jóvenes para que sean ya desde
ahora cristianos comprometidos activamente en la construcción de
una sociedad donde habiten la justicia y la paz, “la civilización del
amor”.
375. Procuren todas las parroquias contar con un centro de acogida que
favorezca las relaciones humanas de niños, jóvenes y adultos.
- 175 -
LA PARROQUIA, COMUNIDAD
MINISTERIAL

“…Muchos laicos en América sienten el legítimo deseo


de aportar sus talentos y carismas a
“la construcción de la comunidad eclesial
como delegados de la Palabra, catequistas,
visitadores de enfermos o de encarcelados,
animadores de grupos, etc”.
Los Padres sinodales han manifestado el deseo
de que la iglesia reconozca algunas de estas tareas
como ministerios laicales,
fundados en los sacramentos del Bautismo y la Confirmación,
dejando a salvo el carácter específico
de los ministerios propios del sacramento del Orden”.
(Ecclesia in América, 44)

376. Al igual que Jesucristo, quien no vino a ser servido, sino a servir y a
dar la vida por todos, la Iglesia encuentra en la dimensión del
servicio la realización de su vocación y de su seguimiento a
Jesucristo en medio del mundo. La Parroquia vive también esta
vocación y misión multiplicando los diversos servicios en su
proyección hacia la sociedad en general y ministerios al interior de
la comunidad cristiana.
377. Esta dimensión del servicio y complementación ha sido bellamente
expresada por San Pablo cuando propone como figura de la Iglesia
el símil del cuerpo: “... ustedes son el cuerpo de Cristo, y sus
miembros cada uno por su parte. Y así los puso Dios en la Iglesia,
primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas, en
tercer lugar como maestros; luego los milagros; luego el don de
- 176 -
curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas...”
(1Co 12, 27-28). De esta manera quiso Dios enriquecer a su Iglesia
haciéndola una comunidad ministerial, que busca en la unidad de la
fe, la construcción de su Reino.
378. De hecho, la Iglesia se ve enriquecida con los dones abundantes que
el Espíritu le regala: los ministerios ordenados y los no ordenados,
que manifiestan la vitalidad de la Parroquia; todos ellos articulados
y coordinados hacen de la vida en comunidad una experiencia de
servicio y compromiso a favor de la humanidad.

AGENTES DE PASTORAL EN GENERAL

“La doctrina del Concilio Vaticano II


sobre la unidad de la Iglesia,
como pueblo de Dios congregado
en la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
subraya que son comunes a la dignidad de todos los bautizados
la imitación y el seguimiento de Cristo,
la comunión mutua y el mandato misional”.
(Ecclesia in America, 44)

379. El proceso sinodal ha querido definir el perfil de los agentes de


pastoral dentro de la Parroquia, teniendo en cuenta las exigencias de
su servicio.
380. Se espera de todos los agentes de pastoral: presbíteros, religiosos y
laicos, que:
sean dinámicos, perseverantes, ejemplo de vida cristiana,
verdaderos testigos de Cristo Resucitado;

- 177 -
manifiesten coherencia entre fe y vida y sepan asumir
ministerios de servicio en sus Comunidades, con verdadera
entrega y desinterés;
sean responsables y se preocupen por crecer humana y
espiritualmente para servir mejor a la comunidad.

EL PÁRROCO Y OTROS PRESBÍTEROS

“Como miembro de una Iglesia particular,


todo sacerdote debe ser signo de comunión con el Obispo
en cuanto que es su inmediato colaborador,
unido a sus hermanos en el presbiterio.
Ejerce su ministerio con caridad pastoral,
principalmente en la comunidad que le ha sido confiada,
y la conduce al encuentro con Jesucristo Buen Pastor.
Su vocación exige que sea signo de unidad…”
(Ecclesia in America, 39)

Además, “este tipo de Parroquia renovada


supone la figura de un pastor que,
en primer lugar, tenga una profunda experiencia de Cristo vivo,
espíritu misional, corazón paterno,
que sea animador de la vida espiritual
y evangelizador capaz de promover la participación.
La Parroquia renovada requiere la cooperación de los laicos,
un animador de la acción pastoral
y la capacidad del pastor para trabajar con otros.
(Ecclesia in America, 41)

- 178 -
Elementos para el perfil de sacerdotes y párrocos

381. En cuanto a su personalidad: que tenga mucho dominio de sí mismo,


sea capaz de establecer buenas relaciones humanas, sea acogedor y
amable, dinámico y alegre, cercano, que inspire confianza, sepa
dialogar, escuche las necesidades de la gente, comparta con la
comunidad, sea humilde y sepa recibir críticas y sugerencias.

382. En cuanto a su vida cristiana y sacerdotal: que sea un hombre de


oración, sencillo, que dé testimonio de vida y ame su vocación; buen
pastor, misericordioso al estilo de nuestro Señor Jesucristo,
verdadero pregonero de la Palabra de Dios; sea signo de unidad,
coordinador y animador de los múltiples carismas y dones de la
Comunidad, guía espiritual y servidor de todas las personas y grupos
de la Parroquia, respetuoso del proceso pastoral de las comunidades
e inculturado en la realidad del lugar.

383. Para conseguir este propósito se han de propiciar encuentros y otros


espacios de apoyo mutuo entre presbíteros diocesanos y los que
pertenecen a institutos, congregaciones u Ordenes religiosas,
especialmente entre los más jóvenes. Igualmente se ha de procurar
facilitar la inserción de otros presbíteros, diocesanos y religiosos,
que llegan como misioneros a esta Iglesia local.

384. De la misma manera la comunidad cristiana debe ayudar y respaldar


a sus presbíteros con su oración personal y comunitaria, cuando se
les acerca con confianza y no los deja solos, haciendo que se sientan
parte de la comunidad con actitudes de acogida y cercanía, siendo
respetuosos y considerados con ellos, abriendo espacios de diálogo
para compartir experiencias y ayuda mutua. También colabora con
ellos mediante críticas constructivas para mejorar la vida parroquial,
practicando la corrección fraterna. Los fieles deben procurar
también trabajar al lado de sus pastores, coordinando la pastoral
parroquial y sintiéndose corresponsables en la marcha de la
Parroquia.

- 179 -
Diáconos Permanentes
385. Se percibe cada vez más en las parroquias la necesidad del
diaconado permanente como un fortalecimiento de la estructura
ministerial de la Iglesia en una dimensión pastoral y profundamente
cercana a la vida del pueblo. Nuestra Arquidiócesis está
posibilitando la presencia pastoral de los diáconos permanentes en
las comunidades parroquiales. El testimonio de hombres de
personalidad madura y equilibrada, con una vida familiar que sea
testimonio para la comunidad, es un valioso aporte pastoral a las
parroquias.

386. Cada Parroquia debe ver sus propias necesidades y buscar la manera
de apoyar en todos los sentidos a los candidatos más idóneos, para
que se formen bíblica, teológica y litúrgicamente y, de forma
especial, en la doctrina social de la Iglesia, para desempeñar de
manera adecuada este ministerio. Es necesario trabajar para que este
ministerio se difunda no como un paliativo a la falta de sacerdotes,
sino como un elemento más de la riqueza de las comunidades
cristianas y un regalo del Espíritu Santo que concede carismas y
ministerios para el bien de la comunidad.

LAICOS
“Con el nombre de laicos se entiende aquí...
los fieles cristianos que por estar incorporados a Cristo
mediante el bautismo, constituidos en Pueblo de Dios y hechos
partícipes a su manera de la función sacerdotal, profética
y real de Jesucristo, ejercen la misión de todo el pueblo
cristiano en la Iglesia y en el mundo...”
(Lumen Gentium, 31)

387. Los fieles cristianos, concientes de su Bautismo, de la consagración


que el mismo les aporta y la misión que les asigna, están llamados a
asumir con entereza la tarea de ser hombres y mujeres de Iglesia en
el corazón del mundo y hombres y mujeres del mundo en el corazón
- 180 -
de la Iglesia (ver Puebla, 786). Esta expresión define con claridad
que los laicos y laicas son miembros del Pueblo de Dios y que los
dos ámbitos donde se desarrolla su vocación cristiana son: la
sociedad humana y la Iglesia. Es ahí donde ellos deben aportar los
criterios del Evangelio para enriquecer y transformar las relaciones
y las estructuras humanas. En el ámbito intraeclesial, se insertan
aportando a la construcción de una comunidad de auténticos
seguidores de Jesucristo, conscientes de ser plenamente miembros
de la Iglesia y gozosos de poder vivir y celebrar la fe entre
hermanos.

388. Toda la comunidad cristiana es ministerial. Por eso es esencial que


el ministro surja de una pequeña comunidad en la que participa y es
conocido por todos y desde la cual va a ejercer su ministerio,
evitando toda tendencia a la clericalización. Parece oportuno que
antes de proceder a su nombramiento la comunidad sea consultada
al respecto, por ejemplo a través del Consejo Parroquial de Pastoral.

389. Por tanto, también los laicos están llamados a desempeñar servicios
y ministerios en la comunidad.

Las características de los laicos llamados a ejercer un ministerio


390. Virtudes humanas: ministros que manifiesten equilibrio
psicológico y honradez en su vida personal, familiar y social;
activos y dinámicos, abiertos a los demás, con capacidad de escucha
y diálogo; con capacidad de liderazgo y al mismo tiempo humildes y
abiertos a las relaciones humanas.

391. Cualidades cristianas: que den testimonio de Cristo y su


Evangelio; comprometidos con la transformación de la historia;
maduros y responsables en su fe, constantes en la oración y en la
vida sacramental, estables en su comunidad y promotores de una
mística comunitaria, en espíritu de comunión con la Iglesia local.

392. Cualidades específicas para cada ministerio: que sean servidores

- 181 -
conscientes, dinámicos y creativos; comunicadores de vida y
esperanza, solidarios, animadores y formadores de la conciencia
moral, con capacidad de trabajar en coordinación con los demás, que
conozcan y comprendan su entorno social; y expresen en su vida
diaria la comunión y la apertura a la participación de todos y sean
también promotores de nuevas vocaciones.

Los ministerios laicales más presentes en las parroquias y qué más está
necesitando la Arquidiócesis de Santa Cruz son:

a. Presencia y acción de los laicos en los espacios de


comunión y participación.

1. Animadores de las Comunidades Eclesiales de Base.


2. Miembros de los consejos pastorales.
3. Miembros del Consejo Parroquial de Asuntos
Económicos y tesoreros en las Comunidades.

b. Servicios y ministerios dentro de la pastoral profética de


la Parroquia.

1. Catequistas.
2. Los coordinadores y asesores de grupos juveniles.

c. Presencia laical en la pastoral litúrgica.

1. Animadores de las celebraciones y de la oración.


2. Ministros Extraordinarios de la Comunión.
3. Lectores.
4. Animadores de música.
5. Rezadores de Novenas.
6. Ministros de acogida.
7. Los monaguillos y monaguillas.

d. Servicios y ministerios en el campo de la solidaridad.

1. Los que trabajan en la salud, la educación y la acción


social de la Iglesia.
- 182 -
CONSAGRADOS Y CONSAGRADAS

“También hoy el testimonio de la vida plenamente


consagrada a Dios
es una elocuente proclamación de que Él basta
para llenar la vida de cualquier persona.
…a las puertas del tercer milenio
se ha de procurar que la vida consagrada
sea más estimada y promovida
por los Obispos, sacerdotes y comunidades cristianas”.
(Ecclesia in America, 43)

393. En cuanto a sus virtudes humanas: que sean personas humildes,


sencillas, humanitarias, amables, comprensivas y misericordiosas,
pacientes para acompañar al pueblo. Capaces de adaptarse a los
jóvenes, niños y adultos, con capacidad de escucha. Cordiales y
joviales. Que irradien alegría, dinamismo, capaces de alentar las
ideas de los demás, personas constructivas, que tengan audacia y
cautela en el actuar.

394. En cuanto a sus virtudes pastorales: Personas que vivan el amor


cristiano y sean sensibles al dolor de los demás, que tengan
disponibilidad total, libertad para tratar con toda clase de personas,
centradas en Dios, lleven una vida ejemplar, regida por el
Evangelio, sacrificadas por servir a Dios y a su Comunidad,
evangelizadoras, incentivadas por la oración, con una participación
activa en la Parroquia. Que den testimonio mediante su coherencia
de vida, perseverantes en su vocación. Personas de comunión con
Dios y con los hermanos, que asuman las líneas pastorales de la

- 183 -
Iglesia local, y coordinen con sus pastores. Preparadas para
evangelizar con servicio y entrega a la comunidad eclesial. Atentas a
las necesidades materiales y espirituales de los grupos.

395. Muchas comunidades parroquiales reconocen los beneficios que los


consagrados y consagradas les han aportado en su caminar, les
agradecen su entrega y les invitan a crecer en su misión de ser
signos de una entrega radical a Dios y a su Causa.

396. De manera muy especial se reconoce y agradece el testimonio de las


comunidades de vida contemplativa que brindan a la Iglesia local el
testimonio de su consagración y el beneficio de su oración constante
por el bien de la misma Iglesia y del mundo. Es compromiso de las
comunidades parroquiales promover las vocaciones a la vida
contemplativa.

- 184 -
LA PARROQUIA, COMUNIDAD
MISIONERA

Jesús se acercó a ellos y les habló así:


“Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes,
Bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo, Y enseñándoles a guardar
todo lo que yo les he mandado.
Y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días,
hasta el fin del mundo”.
(Mateo 28, 18-20)

CONVOCADOS Y ENVIADOS
397. La misión de la Parroquia es hacer presente el Evangelio de Jesús en
las situaciones cotidianas de la vida, y ser presencia de la Iglesia en
medio de las casas de los vecinos. Todo esto lo realiza cuando
profundiza en la vocación que el Pueblo de Dios ha recibido a través
del Bautismo, se esfuerza por dar testimonio comunitario de su fe en
la vida diaria.

398. La dimensión evangelizadora y misionera de la Parroquia se


fortalece por la responsabilidad continua en:
La atención pastoral a la Catequesis, CEB´s, Grupos juveniles, y
otros grupos de reflexión, iniciando nuevos grupos activos y
comprometidos en las responsabilidades de la comunidad.

- 185 -
La animación a otras personas para integrarse y compartir en
Comunidad, para que vivan su compromiso comunitario,
dejándose guiar por la Palabra de Dios desde el hogar y medio
social.
El testimonio constante, formando líderes y nuevos grupos
misioneros.
La organización de visitas a las familias y los barrios de la
Parroquia, buscando la participación de toda la comunidad para
poder llegar a ellos con actividades programadas y evangelizar
con creatividad.
El fomento de espacios de encuentro y comunión, ofreciendo
cursillos de evangelización y misión dando énfasis a la
formación bíblica.

399. La evangelización de los ambientes profesionales, empresariales,


universitarios y otros económicamente más favorecidos, que no han
tenido una atención pastoral específica, debe ser preocupación
constante de la comunidad parroquial. Este anuncio del Evangelio
deberá hacerse desde la opción preferencial por los pobres, opción
hecha primeramente por Jesús: “El Espíritu del Señor me ha ungido
para anunciar la Buena Nueva a los pobres” (Lc 4, 18).

400. La mayoría de las parroquias no se reconocen todavía como una


comunidad Misionera. Hace falta promover y cultivar una mística y
espiritualidad misionera que fortalezca esta dimensión esencial de la
vida cristiana, tener programas de trabajo misionero en los
diferentes grupos, ser más decididos y salir a evangelizar fuera de
las estructuras físicas de la Parroquia.

401. Algunas parroquias han realizado misiones populares o campañas


anuales (novenas, jornadas, vigilias, etc.) con la meta de llegar a
todos los hogares y evangelizar a los sectores más olvidados en la
acción pastoral cotidiana.

- 186 -
402. Aún hace falta crecer en la capacidad de utilizar los Medios de
Comunicación Social para difundir el Evangelio.

LA EVANGELIZACIÓN DE SECTORES MARGINALES

Las parroquias en América


deben señalarse por su impulso misional
que haga que extiendan su acción a los alejados”.
(Ecclesia in America, 41)

403. La comunidad parroquial, constituida por bautizados convertidos a


Jesucristo, se siente llamada y enviada por el Maestro a anunciar la
Buena Nueva a todos. Para convocar a los cristianos que viven en
situación de alejamiento, los fieles cristianos tienen el compromiso
de suscitar con su testimonio de vida la adhesión a Jesús y a su
Iglesia, preparándose con un conocimiento de la vida de Jesucristo,
alimentándose con la Palabra y la Eucaristía, buscando despertar en
cada cristiano su compromiso misionero y evangelizador. Sectores
que necesitan urgentemente este servicio evangelizador son: los
zafreros, migrantes que provienen de la cultura quechua, aymará y
otras culturas del oriente boliviano, así como también las personas
que viven en la marginalidad.

404. Es urgente buscar más creatividad en nuestras celebraciones


comunitarias, teniendo en cuenta los elementos culturales propios de
la comunidad, para lograr que la Liturgia sea más vivencial. La
gente necesita experimentar encuentros donde se sienta acogida.

405. Existen personas y grupos alejados de la práctica cristiana y de la


vida en comunidad, para hacerles llegar el Evangelio es preciso que
la Parroquia se abra con más iniciativas misioneras, fomentando

- 187 -
espacios donde se comparta la Palabra en forma sencilla y se llegue
así a la creación de comunidades vivas.

406. Es necesario realizar encuentros comunitarios y fomentar los


encuentros masivos (pastoral de masas), el reto es prepararlos y
organizarlos bien, para que sean un momento privilegiado de
evangelización.

407. La Iglesia, comunidad de seguidores de Jesucristo, para dar un


testimonio transparente de Aquel “que se hizo pobre para
enriquecernos con su pobreza”, ha de evitar todo lo que sea o
aparente ser ostentación y estructuras de poder en su seno. Es
necesario dar un testimonio de austeridad.

EL COMPROMISO MISIONERO “AD GENTES”


408. Las parroquias de la Arquidiócesis de Santa Cruz se han beneficiado
del servicio misionero de muchas Iglesias locales y Congregaciones
religiosas, concretizado en la presencia de numerosos cristianos
comprometidos: presbíteros, consagrados y consagradas y
voluntarios laicos y laicas. Todavía hoy está recibiendo esta ayuda
fraterna, sin embargo, las parroquias se plantean ahora el reto de ser
ellas mismas enviadas a otros pueblos para compartir la Buena
Nueva. Para fortalecer el dinamismo misionero de las parroquias se
ha de centrar la formación en Cristo, haciendo la experiencia de
relacionar el Evangelio con la vida diaria, tomando conciencia de la
condición de bautizados y su sentido misionero, mejorando la vida
de oración, tanto personal como comunitaria. La fe madura hace
llegar a experimentar la necesidad de compartir esta fe y transmitirla
a los demás.

409. De la experiencia de la vida parroquial, brota el compromiso de


multiplicar en cada barrio y comunidades rurales espacios de
encuentro comunitario, reflexión de fe y compromiso en la
construcción del Reino de Dios. Es importante participar en ellos,

- 188 -
asumiendo día a día como propia la tarea evangelizadora. Es
necesario tener un equipo de misioneros en cada Parroquia dispuesto
a intercambiar trabajo y misión con las otras parroquias.

410. Los fieles cristianos en general necesitan formarse para llevar la


Buena Nueva de Jesús en visitas domiciliarias. Este compromiso
misionero se debe manifestar también en la oración constante para
que Jesús y su Proyecto de Vida sean conocidos.

411. “Como el Padre me envió, así también Yo los envío” (Jn 20, 21). El
compromiso de anunciar a Jesucristo en todo el mundo es
responsabilidad de toda la Iglesia y, por tanto, también de las
Iglesias locales y de las parroquias. Para ello es necesario que las
parroquias, demostrando unidad de criterios y de trabajos, den al
mundo un testimonio de la vivencia fraternal del nuevo
mandamiento: “Ámense los unos a los otros, como Yo los he
amado” (Jn 15, 12), como primer servicio a la misión “... que todos
sean uno... para que el mundo crea...”(Jn 17, 21).

412. Se deben dar pasos concretos en la realización de experiencias


misioneras, respondiendo a la exhortación de los Obispos
latinoamericanos en la III Conferencia: “Es verdad que nosotros
mismos necesitamos misioneros. Pero, debemos dar desde nuestra
pobreza” (DP 368). Es necesario fomentar el intercambio de
equipos entre parroquias y países.

- 189 -
ANEXO I. NUESTRO SUEÑO DE
PARROQUIA

“Ustedes... son una raza elegida,


un reino de sacerdotes, una nación consagrada,
un pueblo que Dios eligió para que fuera suyo
y proclamara sus maravillas.
...Ustedes antes no eran su pueblo,
pero ahora son Pueblo de Dios,
ustedes no habían alcanzado su misericordia,
mas ahora han conocido su misericordia”.
(1Pe 2, 9-10)

A partir de nuestra reflexión sobre la realidad de nuestra


Arquidiócesis, y a la luz de la Palabra de Dios, soñamos con una
Parroquia que sea:

 Comunidad de comunidades, centrada en Jesucristo, donde se viva


la unidad, la comunión y la participación, con miras a la
construcción del Reino de Dios y testimoniando los valores
evangélicos al estilo de las primeras comunidades (ver Hch 2-5).

 Comunidad que sea espacio privilegiado para la formación de los


laicos, su crecimiento espiritual y su vivencia fraterna, expresada
con entusiasmo y alegría. Lugar de animación de grupos y
movimientos en la línea de la evangelización y la promoción

- 190 -
humana, para comunicar vida y esperanza, especialmente a los
sectores más necesitados.

 Comunidad que genere más comunidades pequeñas a su interior y


las organice por capillas o por centros pastorales, con un dinamismo
más preocupado por la vida comunitaria que por las estructuras.
Comunidad organizada y fortalecida mediante los Consejos
Pastorales y de Asuntos Económicos y los Equipos de animación
pastoral.

 Comunidad que organice la Pastoral de Conjunto en comunión con


las líneas pastorales de la Arquidiócesis.

 Comunidad verdaderamente “católica”, entendiendo esta dimensión


como apertura ecuménica, en diálogo con otros grupos religiosos y
con todos los hombres de buena voluntad.

 Comunidad evangelizadora y misionera, alegre, animadora de la fe


en el seno familiar, comprometida en el anuncio de la Buena Nueva
que nos hace encontrar a Cristo como el Salvador.

 Comunidad eucarística, donde el compartir el Pan nos haga crecer


en la fraternidad y nos comprometa a ser solidarios con los
excluidos de la sociedad. Comunidad que celebre la liturgia de la
Eucaristía a partir de la vida misma.

 Comunidad solidaria y acogedora, que viva y promueva la justicia


para todos, valore a la mujer, apoye al joven, acoja al niño, al
anciano, al enfermo, al discapacitado y al migrante.

 Comunidad inculturada que viva la fe en Jesús desde su propia


cultura, acogiendo con gozo la novedad del Evangelio.

 Comunidad abierta y creativa al servicio del Reino de Dios, que


genere los siguientes procesos:

- 191 -
que pase de la administración a la misión,

del clericalismo a la participación del Pueblo de Dios,

de las estructuras a la comunidad,

propiciando una constante conversión a nivel personal y


comunitario.

 Comunidad donde el párroco sea: Hombre de Dios, testigo humilde,


comprensivo, abierto. Verdadero pastor y amigo cercano que anima
la vida espiritual y celebra el misterio de la fe. Coordinador de la
actividad pastoral, comprometido en el desempeño de su misión en
comunión con la Iglesia local.

 Comunidad donde los laicos sean: personas conscientes de su


compromiso bautismal, con sentido de pertenencia a la Iglesia local,
dispuestos a los diversos ministerios y servicios, misioneros
generosos, para anunciar la Palabra y compartir la fe con los más
alejados. Miembros del Pueblo de Dios que celebren el misterio de
su amor en la Eucaristía y en la escucha atenta de la Palabra,
testigos del Reino de Dios. Solidarios con los hermanos más
necesitados y marginados.

 Comprometidos en la acción pastoral desde su carisma laical y


dignidad bautismal, sin discriminación alguna, con una
participación activa, en comunión y corresponsabilidad,
especialmente a través de los Consejos Pastorales.

 Comunidad donde todos caminemos juntos…

- 192 -
Con sentimientos de gratitud al Señor, que acompaña con fidelidad nuestro
caminar eclesial, me complace aprobar LAS CONCLUSIONES DE LA
SEGUNDA ASAMBLEA SINODAL ARQUIDIOCESANA. Son fruto de
la reflexión y aportes del Pueblo de Dios, definidos de manera participativa
y comunitaria, que necesariamente deberán marcar la tarea evangelizadora
y pastoral de nuestra Iglesia.

Santa Cruz de la Sierra, 20 de junio del 2000

Mons. Julio Terrazas S.


Arzobispo

- 193 -
C APÍTULO III

III ASAMBLEA SINODAL


IGLESIA QUE COMUNICA
VIDA Y ESPERANZA
CONCLUSIONES

- 194 -
(página en blanco)

- 195 -
INTRODUCCIÓN

413. El proceso sinodal se concluye con esta última etapa que trata sobre
la organización de la Arquidiócesis en Vicarías, sobre la naturaleza
y misión de las diversas estructuras y organismos pastorales y sobre
los Movimientos Apostólicos en la Arquidiócesis.

414. La última etapa del II Sínodo Arquidiocesano ha coincidido con el


Gran Jubileo 2000 que celebró la Iglesia de Santa Cruz en comunión
con toda la Iglesia universal como proclamación y vivencia del
“Año de la Gracia del Señor” (Lc 4,19). Inspirado en este texto,
Jesucristo, “el mismo ayer, hoy y siempre” (Hb 13,8), realizó su
misión “para que tengan vida, y vida en abundancia” (Jn 10,10).

ZONAS Y SECTORES PASTORALES

Antecedentes históricos
415. En el año 1991 la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Juvenil
agrupó las parroquias de la ciudad de Santa Cruz en cuatro sectores,
creando Consejos Juveniles sectoriales. Posteriormente, el Consejo
Presbiteral, cambió el esquema tradicional que distinguía entre las
parroquias del “Casco Viejo” y las de la Periferia, adoptó los
mismos sectores trazados por la Pastoral Juvenil, y añadió a los
cuatro sectores de la cuidad la Zona Norte, la Zona de los Valles
Cruceños y la Zona Sur-Oeste.

- 196 -
416. Con esta nueva estructuración se facilitó una dinámica de diálogo y
coordinación en el marco de la pastoral de conjunto de acuerdo a las
necesidades y proyecciones de la Iglesia Local, y también se
favoreció la descentralización del servicio de las Comisiones
Arquidiocesanas. En diciembre de 1992 se celebró la I Asamblea
Arquidiocesana de Agentes de Pastoral, y a partir de 1994,
anualmente. En ellas se fueron definiendo las líneas y opciones
pastorales de la Arquidiócesis.

417. En la I Asamblea Ampliada del Presbiterio en 1996 se solicitó el


nombramiento de Vicarios Episcopales en las Zonas y Sectores para
la coordinación pastoral y la atención directa de grupos y personas
en los múltiples campos. En ese mismo año el Arzobispo realizó los
nombramientos correspondientes y añadió un Vicario Episcopal de
la Comunicación con la intención de impulsar y dinamizar la
pastoral de la comunicación en toda la Arquidiócesis.

Situación actual de las Zonas y Sectores


418. Durante esta década las Zonas y Sectores se han organizado de
acuerdo a su propia realidad y posibilidades conforme a líneas
pastorales comunes. Primero, se han conformado los Consejos
Pastorales Sectoriales y Zonales, con representación de las diversas
parroquias, de las comisiones de pastoral que se consideraban
prioritarias, y con laicos, presbíteros y consagrados. Estos Consejos
tienen la finalidad de llevar a cabo las directivas y planes pastorales
señalados por el Sector y Zona en las Asambleas que se realizan
periódicamente. Todos los Sectores han estado representados en el
Consejo Arquidiocesano de Pastoral.

419. La Conferencia Boliviana de Religiosos en Santa Cruz ha


organizado encuentros sectoriales y zonales, sin mucha continuidad,
generalmente porque los carismas y las obras se desarrollan en
campos muy especializados. La actividad apostólica de las
congregaciones es muy variada, y dada su importancia se ve la
- 197 -
conveniencia de una mayor participación e integración a nivel de
Parroquias y Vicarías.

420. En todas las Zonas y Sectores se ha logrado una importante


participación de los laicos. Se siente la necesidad de una mejor
formación eclesial y una mayor participación en la toma de decisión

421. En los Sectores, los equipos de la Pastoral Juvenil siguen


funcionando aunque no siempre bien integrados en los respectivos
Consejos. Se reconoce la importancia de la contribución pastoral de
los jóvenes y la necesidad de darles mayor apoyo en las Vicarías.

422. Los Movimientos Apostólicos, como tales, no están representados


en los Consejos Sectoriales y Zonas. Por otro lado, hasta ahora
ningún Movimiento Apostólico se ha organizado a nivel de Sector.
Tampoco se coordinan entre sí. A nivel arquidiocesano están
representados en el Consejo Boliviano de Laicos - Santa Cruz y
sería conveniente aprovechar su riqueza en la tarea evangelizadora
de las Vicarías.

423. Aunque están definidas las opciones pastorales, no todas han sido
impulsadas decididamente en las diferentes Zonas y Sectores. La
mayoría ha apoyado a la Pastoral Juvenil. Algunas han desarrollado
la Pastoral Familiar o alguna dimensión de la Promoción Humana.
Las Comunidades Eclesiales de Base han sido promovidas en
algunas parroquias y relegadas en otras.

424. La mayoría de las Zonas y Sectores, con el impulso del Consejo


Arquidiocesano de Pastoral, han hecho esfuerzos para unificar los
criterios y requisitos para la preparación y celebración de los
sacramentos.

425. La misma creación de nuevas parroquias y cuasi-parroquias, ha


ayudado a la coordinación y dinamismo pastoral de los Sectores. La
estructuración pastoral de la Arquidiócesis ha logrado crear muchos
lazos de conocimiento y amistad entre los agentes de pastoral.
Aunque mucho queda por hacer, ha habido avances en la Pastoral de
Conjunto y se ha alcanzado una visión de la realidad más completa y
- 198 -
compartida entre todos, en gran parte fruto del mismo proceso
sinodal.

Creación de las Vicarías Episcopales


426. En el mes de Junio del año 2001, el Sr. Cardenal firmó un Decreto
sobre la creación de Vicarías en la Arquidiócesis.

427. En el Decreto Arzobispal se crean Siete Vicarías Episcopales con


delimitación territorial.

428. Las siete Vicarías sustituyen a las Zonas y Sectores Pastorales hasta
ahora existentes y se les asigna un Nombre para su identificación en
el territorio correspondiente. Las Vicarías quedan establecidas de la
siguiente manera:

1. Vicaría “Virgen de Cotoca”, con la configuración territorial


del anterior Sector I de la Zona Metropolitana.
2. Vicaría “Virgen de Guadalupe” (anterior Sector II de la Zona
Metropolitana).
3. Vicaría “San Pablo” (anterior Sector III de la Zona
Metropolitana).
4. Vicaría “San Lorenzo” (anterior Sector IV de la Zona
Metropolitana).
5. Vicaría “Santiago Apóstol” (anterior Zona Sud-Oeste).
6. Vicaría del Norte “Santa Rosa de Lima” (anterior Zona
Norte)
7. Vicaría de los Valles Cruceños “Beato Juan XXIII” (anterior
Zona de los Valles Cruceños).

429. A estas Vicarías territoriales se añade la Vicaría Episcopal para la


Economía.

- 199 -
430. Los Vicarios Episcopales han ejercido un papel importante de
animación y coordinación pastoral en sus respectivas jurisdicciones.
Se ha visto conveniente que los Vicarios tengan un mayor
conocimiento y presencia en las parroquias y congregaciones
religiosas. Ya que las muchas reuniones, celebraciones y
preocupaciones pastorales suponen un gran compromiso por parte
de los Vicarios, se sugiere que en lo posible sean liberados de ser al
mismo tiempo Párrocos y responsables de otras Comisiones y
servicios arquidiocesanos.

431. Además de las competencias indicadas en el Código de Derecho


Canónico, los Vicarios Episcopales asumen las siguientes tareas
pastorales:

Representar al Obispo, de manera ordinaria y permanente, en


el ámbito de su jurisdicción.
Coordinar la acción pastoral de sacerdotes, religiosos y laicos
en el territorio encomendado, promoviendo la comunión y
fraternidad entre los agentes de pastoral.
Animar la acción pastoral en su Vicaría, en conformidad con
las líneas pastorales de la Arquidiócesis.
Asegurar que las Comisiones Arquidiocesanas desarrollen su
trabajo pastoral, de manera coordinada y descentralizada.
Convocar y presidir las reuniones pastorales de su Vicaría.
Asegurar la programación pastoral y posterior evaluación.
Llevar las inquietudes y propuestas pastorales de su Vicaría al
Consejo Episcopal y al Consejo Pastoral Arquidiocesano.
Informar y aprobar los proyectos de obras, identificando las
más importantes y asegurando su presentación adecuada.
Visitar periódicamente las Parroquias y Consejos Pastorales
de su jurisdicción.
Cuidar que los Libros Parroquiales, estados de cuentas,
inventarios y títulos de propiedad estén en orden.

432. En las Vicarías se ha de asegurar una buena organización de sus


Consejos Pastorales y equipos de coordinación con representación
de los agentes de pastoral, sean sacerdotes, religiosos y laicos. Los

- 200 -
representantes ante el Consejo Arquidiocesano de Pastoral serán
miembros natos del Consejo de Vicaría.

433. Se procurará también que las Vicarías cuenten con los servicios de
las Comisiones pastorales de acuerdo a las opciones pastorales
establecidas en la Arquidiócesis.

434. Las Vicarías han de elaborar un plan pastoral detallando los


objetivos y estrategias, evaluando y revisando la marcha del mismo.
Estos planes deben ser elaborados a partir de la propia realidad y del
Plan Pastoral Arquidiocesano. El plan pastoral debe aprobarse en
Asamblea y darse a conocer en el Consejo Arquidiocesano de
Pastoral para que se coordine con las demás Vicarías aprovechando
mutuamente las diversas experiencias. En este mismo sentido, en el
Consejo Pastoral de la Vicaría se pondrán en común los planes
pastorales de las Parroquias respectivas.

435. Además de recomendar la participación de las Vicarías en las


grandes celebraciones arquidiocesanas, como son Corpus Christi y
la Virgen de Cotoca, conviene que en alguna otra ocasión se
organicen celebraciones a nivel de Vicaría para promover la unidad
en la fe y la fraternidad cristiana.

- 201 -
COMISIONES ARQUIDIOCESANAS
DE PASTORAL

Naturaleza de las Comisiones


436. Las Comisiones Arquidiocesanas son organismos oficiales de
servicio especializado para animar, guiar y apoyar a los agentes de
pastoral y responder a las necesidades concretas de la Iglesia en el
cumplimiento de su misión. Están al servicio de las parroquias y
vicarías para asegurar la formación integral de los agentes pastorales
y asesorar la ejecución de los planes pastorales.

437. En nuestra Arquidiócesis, las Comisiones están agrupadas en tres


Áreas según su naturaleza y campo de actividad de acuerdo a una
similar organización de la Conferencia Episcopal de Bolivia. Cada
Área tiene un coordinador que además la representa en el Consejo
Arquidiocesano de Pastoral. El Sínodo, en atención a las
necesidades pastorales de la Arquidiócesis, sugiere la conveniencia
de hacer modificaciones y crear algunas nuevas comisiones,
resultando el siguiente organigrama:

Área de Evangelización:

a. Comisión de Liturgia, Música y Arte Sacro.


b. Comisión de Catequesis y Biblia.
c. Comisión de Misiones
d. Comisión de Ecumenismo.

Área de Agentes y Estructuras:

Equipo de Comunidades Eclesiales de Base.

- 202 -
Comisión de Pastoral Familiar
Departamento de Pastoral de la Tercera Edad
Comisión de Pastoral de la Infancia.
Comisión de Pastoral Juvenil y Vocacional.
Comisión de Pastoral Universitaria.
Comisión de la Hermandad con Tréveris y Hildesheim.

Área de Promoción Humana:

a. Comisión de Comunicación.
b. Comisión de Pastoral Social-Caritas.
Departamento de Pastoral Migratoria
Departamento de Pastoral Penitenciaria
c. Comisión-Delegación Episcopal de Educación.
d. Comisión-Delegación Episcopal de Salud.
e. Comisión-Delegación Episcopal de Hogares.

Orientaciones Generales para las Comisiones


Arquidiocesanas
438. Nuestro pueblo es testigo y victima de muchos signos de miseria
material, espiritual y moral, donde hace falta comunicar vida y
esperanza. Las Comisiones Arquidiocesanas tienen la misión, según
la especificidad de cada una, de analizar esta realidad, sus causas y
consecuencias, a la luz del Evangelio y la enseñanza de la Iglesia,
para ayudar a que todas las instancias de Iglesia puedan concretar
mejor sus planes pastorales y responder a estas necesidades.

439. Es necesario descentralizar más los servicios de las Comisiones


Arquidiocesanas para que presten su servicio en toda la extensión
territorial de la Arquidiócesis. En general, no se conoce
suficientemente el trabajo y la misión de las Comisiones
Arquidiocesanas, especialmente en el área rural. Conviene editar
publicaciones destinadas a las parroquias y comunidades para que
conozcan los objetivos y servicios de cada Comisión. Para esta

- 203 -
iniciativa es necesaria la colaboración de la Vicaría de la
Comunicación y la Oficina de Prensa.

440. De acuerdo a las propuestas de las Asambleas Arquidiocesanas de


Agentes de Pastoral y las orientaciones del Consejo Arquidiocesano
de Pastoral, las Comisiones han de colaborar en la preparación y
ejecución de un Plan Pastoral Arquidiocesano. Las Comisiones
Pastorales deben elaborar su plan de acuerdo al Plan
Arquidiocesano, y publicar anualmente el calendario de sus
actividades.

441. Las Comisiones Arquidiocesanas están limitadas para cumplir


adecuadamente con su misión por la falta de recursos económicos y
humanos. Urge desarrollar, con el asesoramiento del Consejo
Arquidiocesano de Asuntos Económicos, un plan de financiación
que las libere de la dependencia extranjera y las integre en la
economía arquidiocesana. Es necesario concientizar al pueblo para
que reconozca el valor de estos organismos. Las Parroquias,
Congregaciones y Movimientos deben ser generosos en compartir su
personal para el bien común de la Iglesia mediante su participación
en estas Comisiones, liberándolos, en lo posible, de otros
compromisos. Por otro lado, las Comisiones deben ser transparentes
en su administración económica, evitar gastos excesivos y buscar su
autofinanciamiento.

442. Las Comisiones Arquidiocesanas tienen un papel importante en la


formación de los agentes de pastoral. Para ofrecer oportunidades de
profundización teológica y pastoral en sintonía con los desafíos del
nuevo milenio, deberán:

Organizar cursillos y talleres.


Preparar subsidios convenientes.
Ofrecer formación al Pueblo de Dios por los medios de
comunicación social.
Impulsar en coordinación con la CBL un Centro de Formación
Teológica para Laicos.
Impulsar el Instituto de Teología a Distancia.

- 204 -
Ayudar y orientar a los Movimientos Apostólicos.
Coordinar con las instancias civiles que actúan en los mismos
campos para que contribuyan a la construcción del Reino de
Dios.

ÁREA DE EVANGELIZACIÓN
443. Las Comisiones Arquidiocesanas del Área de Evangelización tienen
la especial tarea de dinamizar a la Iglesia en su misión de
Evangelización con nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas
expresiones, para que el Evangelio penetre en las raíces de las
culturas originarias y modernas de nuestro Pueblo en los inicios del
Tercer Milenio.

Comisión Arquidiocesana de Liturgia, Música


y Arte Sacro
444. La misión de la Comisión de Liturgia, Música y Arte Sacro es:

Incentivar celebraciones litúrgicas y sacramentales dinámicas,


inculturadas, y evangelizadoras con una participación
consciente, activa v fructuosa de los fieles.
Preparar la liturgia de las grandes solemnidades
arquidiocesanas como son Corpus Christi y Cotoca,
ordenaciones sacerdotales y diaconales, y otras.
Coordinar con la Comisión de Comunicación la realización de
las Misas transmitidas por los MCS y otras producciones de
audio-video.
Apoyar a las Vicarías pastorales en la formación litúrgica de
los Agentes de Pastoral.
Asesorar a las Parroquias en la conformación de sus equipos
de animación litúrgica.
Asesorar en la producción de materiales litúrgicos.
Colaborar con la Oficina de Proyectos en el diseño de los
templos y capillas, de manera que respondan a criterios
litúrgicos y artísticos.
- 205 -
Promover la composición y difusión de música litúrgica y
cristiana inculturada y evangelizadora.
Ofrecer criterios litúrgicos y evangelizadores al Pueblo de
Dios respecto a las distintas expresiones de la religiosidad
popular.

445. La Comisión de Liturgia, Música y Arte Sacro debe desarrollar un


plan de formación de animadores de las celebraciones comunitarias,
como ser: Celebraciones dominicales, Celebraciones de la Palabra,
Celebraciones de la Esperanza (Exequias y Novenas por los
difuntos), Celebraciones de las Fiestas Patronales y Santos, y
preparar subsidios para las celebraciones litúrgicas, sacramentales y
otras expresiones de la religiosidad popular.

446. Corresponde a la Comisión de Liturgia examinar los materiales


destinados para la oración oficial de la Iglesia que requieren la
aprobación eclesiástica correspondiente.

447. También la Comisión animará y asesorará a los artistas locales para


crear expresiones más inculturadas de música y arte sacro.

Comisión Arquidiocesana de Catequesis y Biblia


448. La misión de la Comisión Arquidiocesana de Catequesis y Biblia es:

Apoyar a la Iglesia Local en la formación cristiana integral de


todos los miembros del Pueblo de Dios como proceso
permanente de crecimiento en la fe y compromiso de vida.
Promover la lectura y el estudio de las Sagradas Escrituras
para que la vida de la Iglesia sea alimentada y orientada desde
la Palabra de Dios.
Formar a los Catequistas para que ejerzan adecuadamente su
ministerio, especializandose para las diferentes áreas: jóvenes,
niños, adultos, discapacitados.
Coordinar la Catequesis a nivel arquidiocesano a través de las
Vicarías.

- 206 -
Ofrecer criterios catequéticos para la preparación de los
sacramentos.
Asesorar y elaborar materiales de Catequesis adecuados a la
realidad y necesidades de la Arquidiócesis.
449. Dada la gran cantidad de catequistas, es necesario continuar en la
descentralización de los cursos de formación. La Comisión
asesorará a las parroquias en la preparación de sus programas de
formación de catequistas.
450. También es preciso reformular los programas de catequesis pre-
sacramental de tal manera que lleven a mayor integración en la vida
eclesial y compromiso a favor del Reino. Conviene coordinar con la
Comisión de Pastoral Familiar en la elaboración de materiales para
la Catequesis Familiar.
451. Es necesario potenciar la dimensión bíblica de esta Comisión a
través del Departamento que debe promover una formación
sistemática de la Biblia y su lectura orante.
452. Teniendo en cuenta la importancia de la Comunidad Educativa en la
formación religiosa de los alumnos a través de los cursos escolares,
es necesario que esta Comisión coordine con la Delegación
Episcopal de Educación para que los programas de catequesis en las
parroquias y las clases de religión en los colegios se complementen
mutuamente respetando la competencia propia de cada institución.
453. Es urgente promover y preparar programas y materiales de
catequesis para las personas con necesidades especiales: ciegos,
sordos, discapacitados mentales y capacitar a los catequistas
especializados con métodos propios.

Comisión Arquidiocesana de Misiones


454. La Comisión de Misiones tiene como principales objetivos:
Animar y promover en todos los sectores del Pueblo de Dios
el espíritu, la actividad y la cooperación misionera.

- 207 -
Coordinar las diversas actividades misioneras que se llevan a
cabo en la Arquidiócesis.
Procurar una adecuada formación de misioneros laicos, a fin
de que el anuncio de Jesucristo llegue a todos: a quienes aún
no lo han recibido y a los bautizados que se han alejado de la
práctica cristiana.
Animar las Jornadas Misioneras anuales que se realizan e
impulsar la generosidad en las colectas para este fin.
Orientar a los misioneros que llegan a la Arquidiócesis en el
proceso de inculturación e inserción en la Iglesia Local.

455. Sería oportuno organizar, como elemento central del primer plan
pastoral de la Arquidiócesis, una vez concluido este II Sínodo, una
experiencia de Misión, que se pueda realizar simultáneamente en
toda la Iglesia, o por Vicarías sucesivamente, de acuerdo al
discernimiento y recomendaciones del Consejo Arquidiocesano de
Pastoral. Con el asesoramiento de la Comisión de Misiones y el
Equipo Redentorista de Misiones Populares se puede hacer una
buena planificación misionera en las Parroquias y Vicarías, para
llegar a todo el Pueblo de Dios, especialmente a los alejados y los
migrantes.

456. La presencia de muchos misioneros de diversos lugares es una


riqueza en la Arquidiócesis que dinamiza el espíritu misionero de la
Iglesia tanto a nivel interno como en la apertura a la Iglesia
Universal. En este sentido señalamos como significativo el
Convenio Misionero establecido con la Iglesia de Sucre.

457. Es necesario formar nuevos evangelizadores para los nuevos


tiempos, fomentando la preparación de Misioneros y
Evangelizadores populares. Conviene que la Comisión de Misiones
coordine con el Equipo Arquidiocesano de CEBs y la Pastoral
Juvenil Vocacional para guiar y dinamizar sus esfuerzos misioneros
respectivos.

- 208 -
Comisión Arquidiocesana de Ecumenismo
458. La misión de la Comisión de Ecumenismo es:

Promover el diálogo ecuménico, la oración en común y el


acercamiento con las diversas iglesias cristianas.
Favorecer el respeto mutuo entre las diversas religiones.
Colaborar con las parroquias en la formación ecuménica de los
agentes pastorales.
Fomentar la oración por la unidad de los cristianos.
Impulsar la colaboración entre iglesias en el campo de la solidaridad
y el compromiso en favor de los más pobres.
459. Teniendo en cuenta el gran número de movimientos religiosos no
católicos, las frecuentas tensiones que se originan y las dudas que se
siembran en el corazón de muchos cristianos, la Comisión de
Ecumenismo ayudará a clarificar y afrontar estos problemas.
460. Los agentes de pastoral deben distinguir entre las Iglesias cristianas
históricas y los nuevos movimientos religiosos y tener una
formación básica de la doctrina católica de manera que los
bautizados puedan “dar razón de su esperanza” (Cfr. 1 Pedro 3,15).

ÁREA DE AGENTES Y ESTRUCTURAS


461. El Área de Agentes y Estructuras agrupa las Comisiones al servicio
de los diferentes sectores y grupos del Pueblo de Dios. Algunos de
ellos, como CEBs, Familia y Jóvenes, son opciones pastorales
prioritarias de la Arquidiócesis.

Equipo Arquidiocesano de Animación de


Comunidades Eclesiales de Base
462. La misión del Equipo Arquidiocesano de Comunidades Eclesiales
de Base consiste en:

- 209 -
Apoyar y animar a las Comunidades Eclesiales de Base a nivel
de Arquidiócesis, Vicarías y Parroquias para que vivan su
vocación y misión como Iglesia.
Promover una conciencia clara de la identidad y misión de las
CEBs en los animadores y los miembros de las comunidades,
para que asuman responsablemente la tarea evangelizadora en
la Iglesia y la sociedad.
Mantener una coordinación eficiente con las diferentes áreas
pastorales y grupos eclesiales, en cuanto célula básica de la
Iglesia.

463. La promoción de las Comunidades Eclesiales de Base, como opción


pastoral prioritaria de la Arquidiócesis, está ampliamente
documentada en las conclusiones de las anteriores Asambleas
Sinodales. Aunque el Equipo de Animación no es propiamente una
Comisión Arquidiocesana, sino organismo de las mismas CEBs, la
Iglesia Local valora y apoya su trabajo en coordinación con las
Comisiones del Área de Agentes y Estructuras.

464. Es importante que el Equipo de Animación se preocupe


especialmente de aquellas Parroquias que no han iniciado este
proceso (II Doc. Sinodal, #300), y se organice a nivel de Vicarias.
Se necesita la formación en el clero, los seminaristas y otros agentes
de pastoral, sin olvidar que hay frecuentes cambios en los sacerdotes
y religiosos, para que tomen conciencia de este nuevo modelo de ser
Iglesia. Es indispensable que los pastores comprendan y apoyen la
mística y espiritualidad de las CEBs para el acompañamiento de las
mismas.

465. En coordinación con las otras Comisiones Arquidiocesanas, el


Equipo ayudará a las Comunidades Eclesiales de Base en el
fortalecimiento de las familias, la integración de los jóvenes, la
formación en la solidaridad y la promoción de comunidades
misioneras.

- 210 -
Comisión Arquidiocesana de Pastoral Familiar
466. La misión de la Comisión de Pastoral Familiar es:

Defender la importancia de la familia, como fuente de amor y


de vida y lugar privilegiado para la santificación de los
esposos e hijos.
Fomentar la dimensión eclesial de la familia, insertándola en
la parroquia asumiendo su compromiso en la construcción del
Reino.
Formar a los esposos en la paternidad responsable cristiana.
Fomentar la evangelización de las familias cristianas alejadas
y ayudar a las que viven en situaciones irregulares.
Apoyar a las parroquias en los programas de preparación al
Matrimonio y el seguimiento posterior de las parejas.
Colaborar a las parroquias en la formación de agentes de
pastoral familiar.

467. La preocupación por la familia, opción pastoral prioritaria de la


Arquidiócesis, fue específicamente abordada en las conclusiones de
la I Asamblea Sinodal (#103-111). Con el asesoramiento y la
colaboración de la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Familiar,
corresponde a todas las instancias de la Iglesia poner en práctica
estas recomendaciones y en especial la norma aprobada de
“atención especial a la Pastoral Familiar en su planificación
pastoral y propiciarán espacios de encuentro para las familias
cristianas en el mayor número de barrios y capillas” (Normal
Pastoral # 23).

468. La Comisión de Pastoral Familiar debe tener una voz profética


frente a las condiciones infrahumanas en que viven miles de familias
y frente a las agresiones que sufre la familia en la sociedad moderna.

469. El Servicio de Orientación Familiar (SOF) debería llegar a las zonas


más lejanas de la Arquidiócesis.

- 211 -
470. La Comisión debe estudiar los motivos de tantas parejas católicas
que no se casan por la Iglesia, para ofrecer vías de acción pastoral y
evangelización que respondan a esta situación.

471. La Comisión de Pastoral Familiar debe coordinar los cursillos pre-


matrimoniales de las Vicarias, Parroquias y del Movimiento
Familiar Cristiano para que la mayoría de las parejas tengan una
preparación inmediata más larga y completa, conforme a las
recomendaciones de la I y II Asambleas Sinodales (111, 350).

Departamento de Pastoral de la Tercera Edad


472. El Departamento de Pastoral de la Tercera Edad tiene como Misión:

Defender la dignidad y los derechos de los ancianos,


promoviendo una actitud de respeto y cariño hacia ellos.
Acompañar a las personas de la tercera edad en su crecimiento
espiritual.
Incentivar y colaborar con las parroquias para organizar
celebraciones comunitarias de la Unción de los Enfermos.
Velar por las necesidades de los ancianos en el campo de la
salud en coordinación con la Comisión de la Salud.
Promover iniciativas que aprovechen la experiencia y
sabiduría de los ancianos y desarrollen sus capacidades en
bien de la Iglesia y la sociedad.

473. La Pastoral de la Tercera Edad, surgida en los últimos años, merece


un apoyo decidido por parte de la Iglesia y por consiguiente se
establece como Departamento de la Comisión de Pastoral Familiar.
Este Departamento ha de facilitar entre las Parroquias, Vicarías y
Hogares un intercambio de iniciativas que alivien la soledad de los
ancianos y les devuelvan la alegría de compartir la vida con los
demás.

474. Es necesario luchar por la dignidad de las personas mayores ya que


la sociedad mercantilista tiende a desvalorar a los ancianos. Ellos
pueden ofrecer mucho en sabiduría espiritual y humana. Por otro
- 212 -
lado, aún cuando desaparezca la lucidez mental y requieran de
especial cuidado, estos hijos e hijas de Dios humanizan a quienes los
cuidan y se preocupan por ellos. El cuarto Mandamiento: “Honra a
tu Padre y a tu Madre”, es el fundamento del cuidado de los
ancianos.

475. El Departamento de Pastoral la Tercera Edad dará su apoyo a las


Caritas Parroquiales y grupos de la Tercera Edad ofreciendo
asesoramiento legal para tener documentación ciudadana, hacer
valer sus derechos y recibir beneficios sociales.

Comisión Arquidiocesana de Pastoral de la Infancia


476. La Misión de la Comisión de Pastoral de la Infancia ha de
ser:

Defender la dignidad y derechos de los niños como seres


humanos e hijos de Dios.
Promover y acompañar el crecimiento de los niños en
“sabiduría, gracia y edad delante de Dios y de los hombres”
(Lc 2,52).
Ayudar a los niños para que contribuyan con sus dones a la
misión de la Iglesia en la construcción del Reino de Dios.
Coordinar con las autoridades civiles, hogares de niños, la
Defensa del Niño Internacional y otras instituciones, las
acciones de la Iglesia en favor de los niños de la calle,
trabajadores, drogadictos, abandonados y explotados.

477. La responsabilidad de educar y proteger a los niños reside en las


familias, que muchas veces necesitan un apoyo especial para
cumplir con su tarea y por eso se establece la Comisión
Arquidiocesana de Pastoral de la Infancia. Esta Comisión reúne
dimensiones de pastoral social, pastoral familiar, educación y
catequesis desde las necesidades y posibilidades concretas de los
niños y por eso coordinará con las Comisiones correspondientes.

- 213 -
478. El Misal Romano ofrece plegarías eucarísticas especiales para Misas
con niños. En coordinación con la Comisión de Liturgia se pueden
ofrecer sugerencias y promover celebraciones Eucarísticas y de la
Palabra para los niños en las parroquias.

479. Esta Comisión ha de conocer, promover y coordinar con el


Movimiento Mink’as que ofrece a los niños la oportunidad de ser
protagonistas de su propio crecimiento mediante la metodología del
“ver, juzgar y actuar”. También se preocupa de que las parroquias
cuenten con monaguillos y se organicen actividades para ellos.

Comisión Arquidiocesana de Pastoral Juvenil


y Vocacional
480. La misión de la Comisión de Pastoral Juvenil y Vocacional es:

Favorecer el encuentro personal de los jóvenes con Jesucristo.


Promover un estilo de vida juvenil en el seguimiento de Jesús,
que comprometa al joven en la construcción de una sociedad
nueva.
Formar a los jóvenes con conciencia crítica en las áreas
humana, social y cristiana, para que sean protagonistas de su
propia vida y descubran su vocación.
Promover y acompañar con especial interés las vocaciones a la
vida consagrada y sacerdotal.
Coordinar los esfuerzos pastorales de las parroquias, colegios,
movimientos apostólicos, etc., de cara a una pastoral juvenil
de conjunto.
Fortalecer la coordinación con las diferentes instituciones
civiles que actúan en favor de los jóvenes.
Privilegiar la formación de líderes juveniles.
Promover la vocación misionera de los jóvenes para que
lleguen a los más alejados.
Hacer oír en la Iglesia y en la sociedad la voz profética que el
Espíritu Santo suscite en los jóvenes.

- 214 -
481. La Pastoral Juvenil y Vocacional es la acción organizada de la
Iglesia para acompañar a los jóvenes a descubrir, seguir y
comprometerse con Jesucristo y su Reino de Vida, de manera que
asuman su realidad personal y socio-eclesial. Para que los jóvenes
asuman un compromiso cristiano en la sociedad, necesitan conocer a
Cristo y experimentar la verdad del Evangelio.

482. Conviene fortalecer la organización de la Comisión de Pastoral


Juvenil a nivel de Vicarías para ayudar a promover grupos juveniles
en las parroquias y comunidades, asegurando también el
seguimiento de los jóvenes después de recibir la Confirmación.

483. Hace falta una mayor integración de la dimensión vocacional en las


actividades y programas juveniles. Por otro lado es necesario
promover y acompañar las vocaciones laicales y de matrimonio
cristiano y no solamente las vocaciones religiosas y sacerdotales. El
Departamento Vocacional, dependiente de esta Comisión, ayudará a
formar equipos en las Vicarías que se dedican a la promoción y
acompañamiento vocacional, como también integrar a los
seminaristas en la pastoral juvenil vocacional organizando algunas
actividades juveniles en el Seminario Arquidiocesano para dar a
conocer esta opción y despertar mayor interés vocacional en los
jóvenes.

484. La Pastoral Juvenil, como expresión del amor de Cristo por los
jóvenes, tiene que ayudar al adolescente a asumir su sexualidad
como persona humana, según el plan del creador, que les llama a
vivir la castidad y el amor verdadero. Mediante este compromiso
profético cuestionará los anti-valores de la sociedad consumista y
ofrecerá respuestas claras y equilibradas a los jóvenes en esta
dimensión tan importante de su vida. Para esto necesitan guías y
consejeros con formación espiritual y psicológica adecuada.

485. La Pastoral Juvenil Vocacional prestará particular atentción a los


jóvenes que se encuentran en situaciones críticas (pandillas,
alcoholismo, drogas, prostitución, discapacitados, etc.), para
orientarles hacia los servicios profesionales adecuados.

- 215 -
Comisión Arquidiocesana de Pastoral Universitaria
486. La misión de la Pastoral Universitaria es:

Fomentar en el medio universitario la integración entre fe-


ciencia, fe-vida, fe-cultura y fe-ideologías.
Mostrar a los universitarios a un Jesús vivo y presente que les
lleve a un compromiso de vida coherente con el Evangelio.
Organizar una acción pastoral de formación integral con
énfasis en los tiempos fuertes de cada universidad.
Promover espacios de diálogo y reflexión con el docente
universitario, como transmisor de valores.
Orientar a los universitarios que se encuentran en situaciones
críticas (drogadicción, problemas familiares, etc.) hacia los
servicios profesionales correspondientes.
Facilitar la preparación de los sacramentos de iniciación a los
universitarios que no los hubieran recibido.
Coordinar con la Comisión de Pastoral Juvenil Vocacional
para dar continuidad al proceso de formación cristiana de los
jóvenes.

487. La Pastoral Universitaria es la acción evangelizadora de la Iglesia en


el mundo universitario para que los futuros profesionales se
comprometan a dar testimonio de su fe en el medio ambiente
específico y en construir una nueva sociedad, de acuerdo a los
valores del Reino. En la Arquidiócesis funcionan unas 20
Universidades, incluyendo la Católica, a las que concurren una
considerable cantidad de estudiantes, docentes y administrativos,
que requieren una atención pastoral particular y especializada.

488. La Pastoral Universitaria ofrecerá espacios de formación, optando


prioritariamente por el grupo pequeño y permanente y llevará
adelante procesos de educación en la fe, favoreciendo el encuentro y
experiencia personal con Dios.

489. La Pastoral Universitaria impulsará iniciativas para que sus


destinatarios y protagonistas asuman valores éticos en su acción y

- 216 -
concepción profesional. Facilitará el compromiso del joven,
mediante el encuentro con Jesús, en primer lugar dentro de la
universidad y luego en la Iglesia y con los diversos servicios de
voluntariado y actividades misioneras que contribuyan a la
construcción de una sociedad nueva.

Comisión Arquidiocesana de la Hermandad con


Tréveris y Hildesheim
490. La misión de la Comisión de Hermandad con Tréveris y Hildesheim
es:

Animar la hermandad con Tréveris y Hildesheim y otras diócesis


que mantienen misioneros en la Arquidiócesis de Santa Cruz
y colaboran con esta Iglesia.

Coordinar y ejecutar actividades que potencien la amistad,


favoreciendo el intercambio de delegaciones.

491. Por el especial apoyo de estas Diócesis alemanas con Bolivia, y para
asegurar relaciones mutuamente evangelizadoras, se creó a nivel
nacional la Comisión de Hermandad con Tréveris y Hildesheim.
Esta Comisión quiere lograr que la relación entre Iglesias sea
expresión de una verdadera hermandad, amistad y conocimiento
mutuo que contribuya a la Nueva Evangelización en ambas partes.

492. Otras Iglesias particulares también colaboran con la Arquidiócesis,


testimonio de la universalidad y comunión de la Iglesia. En
reconocimiento a las relaciones estables con ellas, se pide a esta
Comisión que asuma la responsabilidad de dinamizar la hermandad
con ellas también. Cada año se celebra el “Día de la Hermandad”
para dar a conocer las preocupaciones pastorales y características de
estas Iglesias Hermanas y orar con ellas.

- 217 -
ÁREA DE PROMOCIÓN HUMANA
493. El Área de Promoción Humana reúne las Comisiones que
representan el compromiso solidario de la Iglesia y su lucha por la
justicia y dignidad de las personas. Inspirándose en el Evangelio y
en la Doctrina Social de la Iglesia, la promoción humana,
especialmente de los pobres, es una de las opciones prioritarias de la
Arquidiócesis que asume en su empeño de comunicar Vida y
Esperanza. La situación cada vez más alarmante de injusticia social
y crisis económica que desemboca en el sufrimiento de los más
marginados, hace aún más urgente la acción de la Iglesia en este
campo.

Comisión Arquidiocesana de Comunicación


494. La misión de la Comisión de Comunicación es:

Promover la organización de la Pastoral de la Comunicación en las


Parroquias y Centros Evangelizadores.
Coordinar la acción pastoral en el campo de la Comunicación
Social.
Informar y aprobar los proyectos de obras de su competencia, como
son las emisoras que operan en nombre de la Iglesia.
Propiciar que los valores del Evangelio estén presentes en la
Comunicación Social.

495. La comunicación es una dimensión integral de la misión de la


Iglesia universal para proclamar eficazmente el mensaje del
Evangelio para que los bautizados seamos todos comunicadores de
vida y esperanza en este nuevo milenio. La Comisión de
Comunicación está encabezada por un Vicario Episcopal. Tiene la
misión de promover la Pastoral de la Comunicación en todas sus
dimensiones.

- 218 -
496. El Vicario Episcopal de la Comunicación tiene una jurisdicción
personal para actuar con autoridad en los asuntos de la Pastoral de la
Comunicación. Tiene la responsabilidad de:

Representar al Obispo en el ámbito de las comunicaciones sociales.


Asesorar a la Comisión Arquidiocesana de Comunicación.
Llevar las inquietudes y propuestas de Comisión de Comunicación
al Consejo Episcopal y otros organismos arquidiocesanos.
Supervisar la Oficina de Prensa y todos los organismos relacionados
con las comunicaciones oficiales de la Iglesia.
Mantener la relación oficial de la Iglesia con los Medios de
Comunicación Social.

497. Esta Comisión está empeñada en promover acciones concretas en la


Comunicación Social. Orienta el trabajo de DIAKONIA: Escuela
Superior de Comunicación Audiovisual, que permite que la Iglesia
tenga una presencia en el mundo cultural y de la Comunicación
Social. DIAKONIA ofrece también cursillos para formar a los
Agentes de Pastoral de la comunicación y a los comunicadores en
una perspectiva cristiana de ética profesional.

498. La Comisión de la Comunicación está llamada a coordinar a los que


hablan en nombre de la Iglesia, y organizar las emisoras católicas
como red al servicio de la evangelización.

499. Es importante en la Iglesia la transmisión por televisión y radio de la


Liturgia Dominical de la Catedral y otras celebraciones. Al mismo
tiempo se nota la necesidad de una presencia mayor en los Medios
de Comunicación.

500. Varios sectores de Iglesia en Santa Cruz anhelan contar con un


canal de televisión propio para dar a conocer su vida, tener más
influencia en la formación de la opinión pública y televisar cursos
bíblicos, catequéticos y de la doctrina social de la Iglesia, desde la
perspectiva de la realidad y en sintonía con las líneas y opciones
pastorales de la Arquidiócesis. Hasta que esto no sea posible por
motivos económicos, por lo menos se podría ver la posibilidad de
lanzar un programa religioso-popular diario.
- 219 -
501. Una tarea importante de la Comisión de Comunicación es la
promoción y el asesoramiento de la producción de videos.
DIAKONIA y Lu-Pan-Gua Video Católico han logrado importantes
avances en la producción de materiales populares.

502. La Arquidiócesis cuenta con una página de Internet y poco a poco


las diferentes instituciones eclesiales están logrando el acceso al
correo electrónico. Se han preparado personas en estas tecnologías
y, con el apoyo de esta Comisión, sería conveniente que los
organismos eclesiales tengan acceso al Internet para lograr una
comunicación interna más eficaz.

Comisión Arquidiocesana de Pastoral Social-Caritas


503. La misión de la Comisión de Pastoral Social-Caritas es:

Coordinar y orientar la acción solidaria y profética de la Iglesia para


comunicar vida y esperanza.
Concretar la opción preferencial de la Iglesia por los pobres.
Contribuir, desde el amor a Jesucristo, al proceso de desarrollo,
promoción humana y liberación integral de la persona.
Promover y animar la solidaridad y la justicia en la Iglesia y la
sociedad para ayudar a los necesitados a superar su situación
de exclusión social.
Promover la conciencia social en la Iglesia.
Ser voz profética en la Iglesia para denunciar las injusticias sociales,
sus causas y consecuencias.

504. Con fecha del 5 de Julio del año 2000, el Arzobispo firmó un
decreto de unificación del Secretariado Arquidiocesano de Pastoral
Social (SEAPAS, fundado en 1984) y Caritas Arquidiocesana
(fundada 1958). Al unir las dos organizaciones que trabajan en el
campo social se quiere lograr una pastoral social más orgánica,
planificada y coordinada. Es importante asegurar el dinamismo y el
espíritu de servicio al replantear su estructura administrativa, ya que
esta Comisión dirige un número considerable de programas y obras
en beneficio de los necesitados.

- 220 -
505. Esta Comisión ayudará a las comunidades eclesiales, Parroquias y
Vicarias a realizar una buena planificación de la pastoral social,
formar a los agentes de pastoral y organizar las Caritas Parroquiales.

506. Hace falta un análisis crítico y cualificado de la realidad socio-


económica y política, y ofrecer la orientación del Evangelio y la
doctrina social de la Iglesia en los esfuerzos de diálogo con los
ámbitos dirigentes de la sociedad.

507. Compete a la Comisión de Pastoral Social Caritas difundir la valiosa


carta pastoral : “Tierra, Madre Fecunda para Todos” publicada por
la CEB y organizar una Pastoral de la Tierra en todas sus
dimensiones. Es necesario, entre otras cosas, buscar soluciones para
superar el sistema de loteamientos en la ciudad, apoyar al campesino
e indígena en sus derechos, promover el cuidado del medio
ambiente y la conciencia ecológica de la población.

Departamento de Pastoral Penitenciaria


508. La misión del Departamento de Pastoral Penitenciaria consiste en:

Promover la solidaridad cristiana con los presos y sus familias.


Organizar la atención espiritual de los detenidos.
Velar por un trato justo y digno de los privados de libertad.
Abogar por los derechos humanos de todos los encarcelados y la
libertad de quienes estén injustamente detenidos.
Brindar apoyo a los hijos de los presos.

509. La población penitenciara en Santa Cruz ha crecido mucho


provocando condiciones de vida infrahumanas. La lentitud e
ineficiencia de los procesos judiciales y trámites agravan la
situación aún más.

510. Más allá de cualquier consideración de culpabilidad criminal, la


Iglesia reconoce en los encarcelados la fundamental dignidad del ser
humano creado a imagen de Dios, nacido en pecado y redimido en
la Cruz de Cristo, con posibilidad de rehabilitación. En este sentido,
- 221 -
es necesario concientizar al pueblo cristiano para que apoye las
acciones solidarias y espirituales en favor de los encarcelados. Hay
que incentivar y formar a voluntarios y agentes pastorales
especializados para llevar a cabo este ministerio de amor cristiano
dentro y fuera de la cárcel. A esta situación responde la creación del
departamento de Pastoral Penitenciaria dentro de la Comisión de
Pastoral Social-Caritas y en coordinación con el capellán.

Departamento de Pastoral Migratoria


511. La misión del Departamento de Pastoral Migratoria consiste en:

Promover acciones de acogida y apoyo para los migrantes.


Velar por un trato justo y digno de los zafreros y otros obreros que
vienen buscando trabajo por períodos limitados.
Apoyar iniciativas de desarrollo sostenible tanto en las zonas de
emigración como de inmigración.
Investigar el fenómeno de la migración dentro y fuera del país para
mejor comprender y responder a esta realidad.

512. La migración masiva y continua provoca un aumento explosivo de


la población, muchos conflictos sociales y una gran necesidad de
servicios básicos a nivel de la sociedad y de la Iglesia. Por otro lado
los bolivianos que han migrado al extranjero sufren también una
situación de marginación. Se necesitan respuestas adecuadas y
creativas a estas situaciones, adaptadas tanto a la realidad rural
como la urbana. Por este motivo se establece el Departamento de
Pastoral Migratoria dentro de la Comisión de Pastoral Social
Caritas.

513. Es necesario recuperar y coordinar las experiencias de todas las


instituciones que trabajan en este campo.

Comisión Arquidiocesana - Delegación Episcopal


de Educación

- 222 -
514. La misión de la Comisión de Educación consiste en:

Promover la formación integral de las personas, inculcando


valores Humano-Cristianos en el espíritu del Proyecto
Educativo Católico (P.E.C.) con una clara opción por los
pobres.
Coordinar las acciones educativas de la Iglesia con las
Comunidades Educativas de las Iglesias Locales (CEILs) del
Oriente, la Comisión Episcopal de Educación (CEE) y todas
las instituciones eclesiales y gubernamentales.
Coordinar todas las instituciones educativas católicas y
fiscales de convenio de la Jurisdicción.
Ayudar a las Vicarías y Parroquias en la organización y
formación permanente de los Educadores en la Fe.

515. Es importante seguir fortaleciendo la presencia de la Iglesia en el


campo de la educación. Es necesario que todas las Instituciones de
la Iglesia en el campo educativo se coordinen y se solidaricen a
través de la Delegación Episcopal de Educación para lograr una
repartición equitativa de items y para tener mayor fuerza en sus
justos reclamos.

516. Es necesario una coordinación, incluso a nivel nacional, para


mantener y consolidar las dos horas semanales de religión, asegurar
los items para tener un número suficiente de profesores de religión,
defender los derechos de los educadores en la fe y demás profesores
y de los mismos alumnos. Es necesario promover una verdadera
reforma educativa que responda a las necesidades reales de los
alumnos.

517. La Comisión procurará que haya equipos en las Vicarías que


capaciten y actualicen de manera permanente a los educadores de la
fe, para mejorar pedagógica y pastoralmente su labor. Alentará a las
parroquias para que asuman y apoyen a los docentes dentro de su
territorio, los cuales deben contar con el visto bueno del párroco.

- 223 -
Comisión Arquidiocesana - Delegación Episcopal
de Hogares
518. La misión de la Comisión de Hogares es:

Representar en este campo a la Iglesia Católica,


comprometida con los más pobres y marginados, actuando
de una manera unitaria frente a las Instituciones públicas y a
la sociedad.
Fortalecer y hacer respetar los convenios inter-
institucionales, entre Iglesia y Estado, mejorando las
condiciones y el cumplimiento de los mismos.
Promover la concientización y solidaridad de la población,
frente a la realidad y problemática de los Hogares, y de los
grupos humanos más necesitados (niños, jóvenes, ancianos).
Favorecer la participación de los Hogares en la vida y
actividades de las Parroquias y viceversa.
Unir los esfuerzos de todos los hogares para una mayor
eficacia en su labor y en sus justas reivindicaciones.
Tutelar el funcionamiento de los Hogares para asegurar la
más alta calidad humana, psicológica y cristiana de la
formación que se da a los internos.
Apoyar a las Instituciones que tienen problemas o enfrentan
dificultades.

519. En la Arquidiócesis de Santa Cruz existen veinticinco hogares, bajo


la responsabilidad de organismos eclesiales, para impedidos,
huérfanos, niños abandonados, ancianos desamparados y
recuperación de drogadictos. La manutención de estas obras de
caridad supone un gran esfuerzo de solidaridad. Por eso es
coordinado por un Delegado Episcopal que mantiene al mismo
tiempo las relaciones necesarias con el Estado.

- 224 -
520. Los hogares desarrollen un servicio de mucho valor a las personas
más necesitadas de nuestra sociedad. Sin embargo, sufren muchas
carencias. Se sugiere implementar “hermandades” con diferentes
parroquias para lograr una colaboración económica y promover la
amistad con ellas. Se ha de concientizar tanto en el ámbito de la
Iglesia como de la sociedad para que las comunidades eclesiales y
autoridades civiles se comprometan a prestar la colaboración y
atención necesarias.

Comisión Arquidiocesana - Delegación Episcopal


de Salud
521. La misión de la Comisión de la Salud es:

Coordinar todas las instancias de Salud de la Iglesia en la atención a


los enfermos.
Apoyar la Pastoral de la Salud en las parroquias y comunidades
eclesiales.
Representar a la Arquidiócesis en los aspectos jurídicos y
organizativos correspondientes al Convenio-Marco Nacional,
Departamental y Municipal.
Organizar las obras de Salud en una red de servicios.

522. La Iglesia tiene una importante presencia en el campo de la salud


con cinco hospitales y veinticinco centros de salud en la
Arquidiócesis, gracias al testimonio y trabajo de muchas
congregaciones de vida consagrada. Además de colaborar
directamente a través de estos signos del amor de Cristo, se ve
necesario la presencia de la Iglesia para promover la ética y moral
en todo lo que concierne al campo de la salud y la medicina. Es
importante al coordinar y dialogar con las autoridades civiles de
salud, hacer el seguimiento sobre el avance del Convenio Marco
entre Iglesia y el Estado, exigiendo su cumplimiento.

- 225 -
523. Se ha de organizar la Comisión Arquidiocesana de manera más
completa, dinámica y estructurada, para apoyar el trabajo del
Delegado Episcopal y coordinar con las Vicarías y Parroquias. Es
necesario alertar sobre los valores éticos y las exigencias de justicia
en las políticas y proyectos de Salud del Gobierno, ONGs e
instituciones privadas.

524. Hace falta dar a conocer mejor las obras y esfuerzos de la Iglesia en
el campo de la salud a través de los MCS, concientizando a la
población sobre la salud, prevención de enfermedades e
intervención temprana. Valdría la pena multiplicar las experiencias
de medicina natural y tradicional, más accesibles a la gente pobre.

525. Los Agentes de Pastoral necesitan formación actualizada para


realizar una Pastoral de la Salud en sus diferentes dimensiones, para
comprender al enfermo y atenderlo de una manera respetuosa de su
dignidad. Se ha de promover la formación y capacitación de los
Ministros de Comunión para la atención a los enfermos, y alentar la
celebración comunitaria de la Unción de los Enfermos en las
parroquias y comunidades.

- 226 -
CURIA ARZOBISPAL, CUERPOS
CONSULTIVOS E INSTITUCIONES
ARQUIDIOCESANAS

526. En la Arquidiócesis, además de las Comisiones Pastorales, hay otros


servicios que forman parte de la Curia Arquidiocesana. Algunos de
ellos obedecen mandatos de la ley universal de la Iglesia:
Cancillería, Tribunal Eclesiástico y Oficina Económica. Otros
responden a las necesidades propias de la Iglesia local: Secretarías,
Oficina de Prensa, Oficina Jurídica y Oficina de Proyectos y
Terrenos.

CURIA ARZOBISPAL

Ministerio Episcopal
527. El Arzobispo es el pastor de la Iglesia Local, sucesor de los
Apóstoles, responsable de la vida pastoral de su jurisdicción. Los
Obispos Auxiliares y Vicarios Episcopales colaboran con el Obispo
en la tarea de gobernar al Pueblo de Dios. El Código de Derecho
Canónico define sus responsabilidades en detalle (CIC 375-411),

528. El Arzobispo de Santa Cruz, en el contexto del compromiso de su


misión ha promovido varias iniciativas. Entre ellas se señalan:

- 227 -
La creación del Consejo Episcopal formado por el Arzobispo,
Obispos Auxiliares y Vicario General, que se reúne
regularmente para discernir el caminar eclesial.
Mensualmente se realiza la reunión ampliada con todos los
Vicarios Episcopales.
La reunión semanal con el clero diocesano para preparar la homilía
dominical, los retiros mensuales y anuales con todo el clero,
para fomentar la espiritualidad sacerdotal, la amistad y
vivencia fraternal.
La organización de las tres Áreas Pastorales que agrupan las
Comisiones Arquidiocesanas, encabezadas por los Obispos
Auxiliares y el Vicario General.
Su presencia en la vida diocesana a través de las diferentes
celebraciones.
Reuniones periódicas con los Obispos del Oriente para coordinar las
actividades pastorales.

529. La Iglesia de Santa Cruz se alegra mucho y agradece al Señor por el


nombramiento como Cardenal de su Arzobispo, Julio Terrazas
Sandoval, que se ha caracterizado por su postura profética y por
fomentar la unidad de la Iglesia Local.

530. Es de desear que el Arzobispo y sus más estrechos colaboradores


continúen en actitud de cercanía con los feligreses, tanto en el
Arzobispado, como en las Parroquias.

531. Es importante que los Obispos utilicen los MCS, no sólo para la
transmisión de las Misas, sino también en el Anuncio de la Buena
Noticia en respuesta a los desafíos de la sociedad.

Tribunal Eclesiástico Regional


532. La configuración y actuación de los Tribunales Eclesiásticos
Diocesanos está ampliamente definido por el Derecho Canónico
(1400-1572). Su actividad mayormente está abocada a las
declaraciones de nulidad de Matrimonios canónicos.
- 228 -
533. El concepto de nulidad matrimonial en nuestra Arquidiócesis es
muy poco conocido y muchísimas personas podrían beneficiarse de
ello para poder regularizar su situación matrimonial. Sería deseable
que, junto con la Comisión de Pastoral Familiar, se publique un
folleto que explique qué es un decreto de nulidad y el procedimiento
a seguir.

534. Por otro lado se ve la urgencia de prevenir la celebración de


matrimonios nulos. Por eso, se recomienda lo siguiente:

Dar importancia a la entrevista con los novios y la investigación


prematrimonial. Que sea un verdadero encuentro pastoral
con discernimiento para detectar inmadurez, presión, falta de
formación humana y cristiana, vicios y otras cosas que
pueden perjudicar o invalidar el Matrimonio. El párroco, no
la secretaria, debe hacer la entrevista y llenar el expediente.
Alertar a las parejas para que tengan en cuenta que por el hecho de
recibir el sacramento del Matrimonio no se superan los
conflictos y defectos personales.
Insistir a las parejas sobre la necesidad de la vivencia de la vida
cristiana antes y después del matrimonio y la participación
activa en su comunidad parroquial.
Asegurar una adecuada y seria preparación remota, próxima e
inmediata al Matrimonio de acuerdo a las normas
arquidiocesanas.

Cancillería y Archivo
535. La Cancillería tiene la función de Secretaría General del
Arzobispado. Sus responsabilidades incluyen la publicación y el
archivo de todos los documentos oficiales de Arzobispo y de la
Iglesia local. El oficio del Canciller y todo el tema del archivo
diocesano están regidos por el Código de Derecho Canónico (CIC
482-491.

536. Una actividad preponderante es la extensión de certificados de

- 229 -
Bautismo. Esta tarea es complicada por los muchos errores de
ortografía y el uso de certificados para fines de la ley civil. Para
aliviar esta situación las parroquias deben poner el máximo cuidado
en tener ordenados los registros parroquiales y la Cancillería
ayudará a los Párrocos en esta tarea de clarificación y organización
conforme a la ley vigente.

537. Es necesario cuidar el archivo histórico por los documentos


originales allá guardados y permitir el acceso a personas calificadas
para estudios históricos sobre nuestra Iglesia.

Oficina Jurídica
538. La Oficina Jurídica del Arzobispado se responsabiliza de varias
tareas legales relacionadas con la actividad pastoral:

Tramitar los títulos y derechos de propiedad de muebles e


inmuebles de la Iglesia y sus instituciones.
Tramitar exención de impuestos de movilidades.
Asesorar contratos de trabajo y otros documentos legales.
Asesorar al Arzobispo y las instituciones eclesiales en
cualquier asunto jurídico legal.

539. Los trámites que realizan tienen sus propios costos de acuerdo a los
requerimientos de las instituciones del Estado o la municipalidad
correspondiente. Es un servicio importante en la Arquidiócesis, por
eso es necesario asegurar su eficacia y prontitud y establecer un
protocolo en la recepción de los documentos. La oficina debe estar
en condición de informar periódicamente sobre los asuntos en
trámite.

540. La Oficina Jurídica tiene la tarea de capacitar a los responsables de


las Instituciones Eclesiales, mediante cursos y talleres sobre las
normas jurídicas relativas a la administración ordinaria de dichas
entidades.

Oficina Económica
- 230 -
541. La Oficina Económica se encarga de todo el movimiento económico
del Arzobispado y de la Arquidiócesis. Su trabajo es supervisado
por el Consejo Arquidiocesano de Asuntos Económicos (CAAE) y
el Vicario de la Economía. El oficio del Ecónomo está regido por el
Código de Derecho Canónico (CIC 492-494. Es importante contar
con un Reglamento para la administración interna del Arzobispado.

542. Entre las responsabilidades económicas de la oficina económica


están:

El mantenimiento de la Curia y el personal de apoyo.


La administración y mantenimiento de la infraestructura y
equipos del Arzobispado.
La administración de los dineros en transito.
La administración de fondos de proyectos específicos.
La elaboración y publicación de los informes económicos.

543. En cuanto a los ingresos se recibe:

Los aportes del 11% por los derechos de Curia (10%) y la casa
sacerdotal (1%) que todas las parroquias deben pagar puntual
y obligatoriamente.
Los derechos por la celebración de la Confirmación.
Aportes por certificados emitidos o legalizados en el Arzobispado.
Venta de publicaciones y folletos.
Una generosa colaboración de la Catedral.

544. Para un testimonio de pobreza evangélica en la administración de la


economía de la Curia y de toda institución eclesial, es de suma
importancia la transparencia y la claridad en el manejo de los
fondos. Las Parroquias y otras instituciones, al solicitar la
aprobación de proyectos económicos, deberán estar al día en sus
informes y pagos de derechos de Curia.

- 231 -
545. Hay que publicar periódicamente los informes económicos del
Arzobispado para conocimiento de las Parroquias y el Pueblo de
Dios.

Oficina de Prensa
546. La Oficina de Prensa del Arzobispado tiene como tarea:

Difundir en los Medios de Comunicación Social todo lo referente a


la vida eclesial.
Programar las entrevistas y conferencias de prensa.
Publicar el boletín semanal “Campanas” con las informaciones más
importantes en la vida de la Iglesia.

547. Esta oficina está bajo la responsabilidad del Vicario Episcopal de la


Comunicación y cuenta con la ayuda técnica de DIAKONIA. Al
mismo tiempo es responsabilidad de todas las parroquias,
comunidades de vida consagrada y otras instituciones eclesiales
hacer llegar las informaciones y avisos para su difusión en la
Arquidiócesis.

548. El responsable de la Oficina de Prensa colabora con el Vicario


Episcopal de la Comunicación en los cursos ofrecidos a las
parroquias y a toda la Arquidiócesis para la pastoral y capacitación
de Reporteros Parroquiales, Pastoral de la Comunicación y
Relaciones Públicas, a fin de mejorar la comunicación eclesial.

549. Es deseable que la Oficina aproveche la tecnología moderna como


el Internet para canalizar y difundir la comunicación en la
Arquidiócesis.

550. Es necesario mejorar la presentación del Boletín Campanas, con


más elementos gráficos, para dar una cobertura suficiente a las
noticias y avisos de toda la Arquidiócesis, incluyendo los eventos en
las parroquias, movimientos apostólicos, congregaciones y otros
organismos eclesiales que trabajan por el Reino de Dios. Se está
estudiando la publicación de un periódico mensual con las

- 232 -
informaciones más importantes de la Iglesia universal, nacional y
local, y otros artículos de opinión y formación.

551. Hace falta un verdadero Departamento de Relaciones Publicas que


se encargue no solamente de informaciones, sino de la imagen y la
relación de la Iglesia con otras instituciones de la sociedad y el
público en general.

Oficina de Proyectos y Terrenos


552. Esta oficina tiene la tarea de

Asesorar la construcción de edificios eclesiales


Asegurar la dotación de terrenos en vista del crecimiento de las
parroquias,
Velar para que los terrenos sean saneados y transferidos legalmente
Cuidar que los proyectos de obras respondan a las necesidades
pastorales y normas legales.

553. Todo proyecto de construcción nueva o remodelación con


financiamiento propio o foráneo debe ser revisado por ésta oficina, y
contar con el visto bueno del Párroco, debidamente asesorado por el
Consejo Pastoral y el Consejo Económico y del Vicario Episcopal
respectivo. La oficina también revisa los proyectos que requieren
ayuda externa para movilidades, formación, becas, material de
evangelización y otros.

554. Conviene publicar un documento con las indicaciones generales


para la construcción de obras y con los requisitos para la
presentación de los proyectos.

CALISA: Contribución a la Iglesia de Santa Cruz


555. Ante la necesidad de contar con los recursos necesarios para el
sostenimiento del Arzobispado, el Seminario y la Iglesia Cruceña en
- 233 -
general, se ha desarrollado una estrategia para concientizar a los
bautizados y lograr una mayor colaboración del Pueblo de Dios,
desterrando una falsa imagen de Iglesia rica y buscando una
participación corresponsable en la misión de la Iglesia.

556. Un aspecto central de esta estrategia ha sido la promoción en la


Comunidad Cristiana de Santa Cruz de una campaña masiva de
concientización sobre las diversas tareas que realiza la Iglesia, las
necesidades económicas que requiere y el uso que se le da a estos
recursos. De esta manera se quiere comprometer seriamente a todos
los fieles en el auto-financiamiento de la Iglesia a corto y mediano
plazo.

557. Para lograr su objetivo se ve conveniente:

Redefinir con claridad el enfoque de la Campaña en cuanto a


objetivos, prioridades y estrategias.
Ejecutar el proyecto en todas las Parroquias, promoviendo una
verdadera espiritualidad bíblica y pastoral del diezmo
(tiempo, talento y tesoro) entre los fieles católicos con todos
los medios disponibles y concientizando sobre la obligación
de contribuir a las necesidades de la Iglesia.

- 234 -
CUERPOS CONSULTIVOS Y ORGANISMOS DEL
PUEBLO DE DIOS

Consejo Presbiteral

558. El Consejo Presbiteral, de acuerdo a las resoluciones del Derecho


Canónico (CIC 495-501) es obligatorio en cada Diócesis y tiene la
misión de colaborar, como cuerpo consultivo, al Obispo en la tarea
de gobernar la Iglesia Local y ayudar de manera especial en todo lo
que concierne a la vida y misión de los mismos presbíteros. Debe
ser abierto y saber escuchar al Pueblo de Dios a través de sus
sacerdotes y Vicarios Episcopales.

559. El Consejo Presbiteral de la Arquidiócesis de Santa Cruz, en


cumplimento de sus Estatutos, se reúne cuatro veces por año,
incluyendo una Asamblea que convoca a todo el Presbiterio. Los
elegidos y nombrados al Consejo deben asumir sus
responsabilidades generosa y responsablemente.

560. El Consejo Presbiteral pretende elaborar un “Manual de Funciones”


sobre los derechos y deberes de los Párrocos, para general
conocimiento, sobre todo para orientar a los nuevos sacerdotes que
se incorporan a la Arquidiócesis.

Colegio de Consultores
561. Según prescripción canónica (CIC 502), el Colegio de Consultores
asesora al Arzobispo en los asuntos de mayor importancia. Está
compuesto por siete sacerdotes, miembros del Consejo Presbiteral,
que se reúnen normalmente cuatro veces en el año.

- 235 -
Consejo Arquidiocesano de Pastoral
562. A principios de la década de los ochenta, el Arzobispo Mons. Luis
Rodríguez Pardo promovió un proceso de animación para la
conformación del Consejo de Pastoral Arquidiocesana en Santa
Cruz. De esa manera, en 1986 se realiza una Asamblea de Agentes
de Pastoral, con representación fundamentalmente de las parroquias
y comisiones arquidiocesanas, para elegir al Comité Ejecutivo del
Consejo de Pastoral Arquidiocesana. Dicho comité, finalizó su
función con el nombramiento del nuevo Arzobispo, Mons. Julio
Terrazas Sandoval y la organización de la I Asamblea
Arquidiocesana de Agentes de Pastoral en 1992; evento que dio
inicio a una nueva etapa en la vida de la Arquidiócesis.

563. Se conformó un nuevo Consejo Arquidiocesano de Pastoral en 1996


con la intención de llevar adelante un proceso de planificación
pastoral iniciado unos años antes con las Asambleas
Arquidiocesanas de Agentes de Pastoral. Desde entonces ha habido
cambios pequeños en los Estatutos y en la actualidad está en su
segunda gestión de 3 años.

564. Según los Estatutos, los miembros del Consejo Pastoral colaboran:

En “estudiar y valorar lo que se refiere a las actividades


pastorales en la diócesis, y sugerir conclusiones prácticas
sobre ellas” (CIC 511).
En la celebración de las Asambleas Arquidiocesanas de los
Agentes de Pastoral.
En promover la pastoral orgánica planificada de acuerdo a
los lineamientos determinados en las Asambleas
Arquidiocesanas.

565. El Consejo ha tomado conciencia de su rol como animador del


proyecto pastoral de la Arquidiócesis, especialmente en lo que
concierne a la aplicación de las conclusiones sinodales.

- 236 -
566. Para optimizar esta tarea hay que mejorar la comunicación e
interiorización de las reflexiones, acuerdos y propuestas del CAP.
Además de los representantes de las Vicarías, conforman el Consejo
delegados de cada Área Pastoral y de los diferentes sectores del
Pueblo de Dios. Las Vicarías elegirán directamente a personas
capaces y comprometidas en la actividad pastoral para impulsar un
verdadero intercambio entre Vicarías y el CAP.

567. A partir de las líneas emanadas de las Asambleas Arquidiocesanas


de Agentes de Pastoral y de las conclusiones sinodales el CAP tiene
que impulsar el proceso de la planificación pastoral arquidiocesano.

Asambleas Arquidiocesanas de Agentes de Pastoral


568. Las Asambleas Arquidiocesanas de Agentes de Pastoral, celebradas
anualmente, convocan alrededor de mil participantes, de toda la
Arquidiócesis y de todos los grupos del Pueblo de Dios, incluyendo
a todo el presbiterio y a los seminaristas. Se procura que haya una
representación equitativa de hombres y mujeres, y una delegación
significativa de la vida consagrada como también de la juventud
proveniente de todas las Vicarías. Los laicos enviados deben tener
algunos años de experiencia en el ejercicio de su actividad pastoral,
y se recomienda que hayan participado en los Consejos pastorales de
sus comunidades o parroquias.

569. Será necesario, una vez clausurado el Sínodo, revisar los Estatutos
del Consejo Arquidiocesano de Pastoral para adecuar su lenguaje a
la terminología de las Vicarías, tomar en cuenta a los nuevos
miembros y lograr mayor agilidad en responder a los desafíos, en la
toma de decisiones, en relación con las Asambleas Arquidiocesanas
y para la realización del Plan Pastoral Arquidiocesano.

Consejo Arquidiocesano para los Asuntos Económicos


570. El Consejo Arquidiocesano para los Asuntos Económicos es una
instancia integrada por el Vicario Episcopal de la Economía y por

- 237 -
algunos miembros del Pueblo de Dios, nombrados por el Arzobispo,
que lo asesora en los asuntos económicos y administrativos.

571. Para responder a las necesidades financieras y optimizar la


administración se ha nombrado un Vicario Episcopal de la
Economía. Sus tareas son:
Representar al Arzobispo en el Consejo Arquidiocesano de Asuntos
Económicos.
Supervisar la Oficina de Economía del Arzobispado.
Buscar nuevas fuentes de ingreso

572. Es responsabilidad del Consejo Arquidiocesano de Asuntos


Económicos:
Colaborar con el Arzobispo en la planificación arquidiocesana de
los aspectos económicos de la Arquidiócesis y sus
respectivas entidades e instituciones.
Dar el propio parecer y/o consentimiento respecto a las decisiones
económicas del Arzobispo conforme al Código de Derecho
Canónico (CIC 492-494) y según la legislación eclesial y
civil.
Asesorar a las parroquias en la conformación de sus Consejos
Parroquiales de Asuntos Económicos, y en la administración
económica.
Supervisar el desarrollo del Proyecto CALISA, Pastoral del Diezmo.
Asegurar una administración correcta y transparente de los recursos
en todas las instancias eclesiales.

573. Es urgente que el Consejo de Asuntos Económicos publique los


Reglamentos arquidiocesanos de los Consejos Parroquiales de
Asuntos Económicos en el marco de una visión pastoral y
comunitaria de la economía arquidiocesana.

Consejo Boliviano de Laicos - Santa Cruz (CBL-SC)

- 238 -
574. El Consejo Boliviano de Laicos (anteriormente el Consejo
Arquidiocesano de Laicos) es una organización propia y
representativa de los laicos para velar por su vocación y misión
como miembros del Pueblo de Dios. Se organiza a nivel nacional y
local de acuerdo a sus Estatutos aprobados por la autoridad eclesial
y es responsable del Centro de Formación de Laicos (CEFOL).

575. Su objetivo general es: Facilitar la formación y participación, activa


y permanente, de los laicos, para que puedan realizar
responsablemente su ser, su misión y su espiritualidad como
miembros de la Iglesia en el mundo, transformando la sociedad, lo
político, lo social y económico con miras a la construcción del
Reino de Dios. Esta tarea ha llevado a la creación de un Centro para
la Formación integral de los Laicos. Es importante que CEFOL
coordine con otras instancias de formación para fundar un Centro
Arquidiocesano de Formación.

576. La CBL es la instancia de coordinación, comunicación y


complementación entre los Movimientos Apostólicos reconocidos
en la Arquidiócesis.

577. Es importante que la CBL-SC realice evaluaciones periódicas y


renueve sus estructuras para responder a su misión en forma eficaz y
actualizada.

Conferencia Boliviana de Religiosos (CBR) y la


Vida Consagrada.

578. La Conferencia Boliviana de Religiosos está organizada a nivel


Latinoamericano, nacional y local. Actualmente en la Arquidiócesis
de Santa Cruz hay 101 Institutos de Vida Consagrada distribuidos
en 181 casas con más de 700 personas consagradas.

- 239 -
71 Institutos de Vida Religiosa Femenina.
24 Institutos de Vida Religiosa Masculina.
6 Institutos Seculares, todos femeninos.

579. La mitad de las congregaciones actualmente presentes han llegado a


Santa Cruz antes de 1988 y la otra mitad en 1988 o después. Los
primeros en llegar fueron los Jesuitas en 1587, los Franciscanos en
1855 y las Hijas de Santa Ana en 1892. Las Dominicas Mensajeras
en el Espíritu Santo fueron fundadas en Santa Cruz. En otras partes
de Bolivia fundaron las Misioneras Cruzadas de la Iglesia y las
Hermanas Nuestra Señora de La Paz.

580. Existe una multiplicidad de carismas y actividades desarrolladas por


la Vida Consagrada. Existen dos comunidades femeninas de Vida
Contemplativa. Algunos institutos se dedican a obras de educación,
salud, hogares, catequesis y Pastoral Parroquial. Sin embargo, con
este gran testimonio, hace falta una presencia aún mayor en todos
los campos, integrada en la vida del pueblo y en la Iglesia local. Se
ve necesario que cada congregación viva su carisma en el espíritu de
la Pastoral de Conjunto y de acuerdo a las líneas y opciones
pastorales de la Arquidiócesis. De la misma manera es indispensable
que la Vida Consagrada participe en los Consejos Parroquiales, de
Vicaría y en el ámbito arquidiocesano.

581. Para favorecer la continuidad en los compromisos y planes


pastorales se pide a los Institutos que eviten cambios frecuentes de
su personal, informando de sus decisiones al Ordinario del lugar.
Para promover mayor integración y coordinación entre las
congregaciones conviene convocar periódicamente reuniones de los
superiores a nivel arquidiocesano y de Vicarías.

582. Las congregaciones tienen el derecho y el deber de promover


vocaciones a sus institutos, respetando a las personas que están en
proceso de acompañamiento vocacional en otra congregación y en la
Arquidiócesis. En este sentido están llamados a formar a los jóvenes
en los valores humanos y cristianos en coordinación con la Pastoral

- 240 -
Juvenil Vocacional. Dada la grave escasez de Clero Diocesano y
siendo una prioridad de la Arquidiócesis, se espera de todas las
comunidades que colaboren especialmente en la promoción de
vocaciones de sacerdotes diocesanos.

583. Están aumentando las casas de formación en la Arquidiócesis. El


Centro de Formación Inter-Congregacional es una importante obra
de colaboración de la CBR en Santa Cruz.

584. Para mejor coordinación de las actividades de todas las


congregaciones entre sí y con el Arzobispo, se sugiere que se
nombre un Delegado o Vicario Episcopal de la Vida Consagrada,
teniendo en cuenta la mayoría de congregaciones femeninas. Este
representará al Arzobispo ante la Conferencia Boliviana de
Religiosos (CBR) en Santa Cruz y será responsable de los convenios
entre la Arquidiócesis y las Comunidades de Vida Consagrada.

Conferencia Boliviana de Clero Diocesano (CBCD).


585. La Conferencia Boliviana del Clero Diocesano fue fundada en 1987
con los siguientes objetivos

Fortalecer al Clero Diocesano en su identidad y espiritualidad.


Promover vocaciones al clero diocesano, tanto al orden presbiteral
como al diaconado permanente.
Mejorar las relaciones entre el clero diocesano y otros agentes de
pastoral.
Apoyar la formación permanente de los presbíteros diocesanos.

586. En los últimos años se está consolidando la CBCD por el aumento


de sacerdotes diocesanos, fruto en gran parte de la reapertura del
Seminario “San Lorenzo”, motivo de alegría para esta Iglesia.

587. Se anima a todo el clero diocesano a que apoye decididamente y


participe en la CBCD en todas sus actividades de tal manera que

- 241 -
ayude a los sacerdotes a sentirse parte integral del colegio
presbiteral, a asumir su misión como guías espirituales del pueblo de
Dios, y a seguir en su formación permanente.

Diaconado Permanente
588. La Arquidiócesis tiene una experiencia muy limitada pero
prometedora del Diaconado Permanente. Hasta ahora los pocos
diáconos permanentes han surgido de forma aislada por la iniciativa
de una u otra parroquia, donde están al servicio del Pueblo de Dios
en la liturgia, proclamación de la Palabra y de la caridad.

589. De acuerdo a las conclusiones de la Segunda Asamblea Sinodal


(385-386) conviene promover las vocaciones al diaconado
permanente y con creatividad abrir caminos para la formación y
trabajo de diáconos permanentes. Para esto es necesario clarificar
los requisitos para la admisión de los candidatos, como también los
contenidos, etapas y encargados de su formación. El Seminario
Arquidiocesano, los diáconos actuales y el Instituto de Teología a
Distancia pueden ayudar en este proceso.

INSTITUCIONES Y ORGANISMOS

Catedral y Basílica Menor “San Lorenzo”

- 242 -
590. La actual Catedral, dedicada a San Lorenzo, data de 1915. Fue
remodelada sucesivamente bajo la dirección de su Rector, Mons.
Carlos Gericke, quien también fundó el Museo de la Catedral. La
función de la Catedral consiste en ser la Sede y Cátedra del
Arzobispo quien ejerce el ministerio de la comunión y de la Palabra
en su Iglesia. Al mismo tiempo la Catedral es símbolo de la Iglesia
Local y de la ciudad de Santa Cruz.

591. Entre las actividades pastorales de la Catedral se destaca lo


siguiente:

La Misa del Arzobispo transmitida por radio y televisión todos los


domingos y días festivos.
Las Misas, Confesiones y Exposición del Santísimo diariamente.
Las celebraciones Arquidiocesanas especiales: Misa Crismal,
Ordenaciones, etc.

592. La Catedral, además de ser un templo hermoso, es un verdadero


centro de oración y culto que acoge en sus Misas al Pueblo de Dios
desde todas las partes de la ciudad, en especial de la periferia, y
donde nunca faltan personas en oración. Sin embargo, la Catedral no
es una parroquia y por consiguiente, no prepara ni celebra los
sacramentos de Iniciación Cristiana ni el Matrimonio.

593. La Catedral pertenece a todo el pueblo de Dios. Por eso conviene


organizar la participación por turnos de los coros y otros ministros
litúrgicos de las diversas parroquias.

594. El Museo de la Catedral reúne un valioso tesoro cultural y religioso


de la vida de la Iglesia cruceña en anteriores épocas. Conviene
hacerlo conocer más al público, especialmente a grupos de jóvenes
escolares.

595. La permanente presencia de pobres en las puertas de la Catedral es


un desafío. La Iglesia debe ser solidaria con ellos sin crear
dependencias, buscando liberarlos de su situación de indigencia. Se
debe hallar una solución, junto con las autoridades municipales y

- 243 -
otras instituciones civiles, en coordinación con Pastoral Social
Caritas.

Seminario Mayor “San Lorenzo”


596. El Seminario reabrió sus puertas el 19 de marzo de 1990 con el
nombre de Seminario “La Santa Cruz” cambiandose un año más
tarde por el nombre de “San Lorenzo”, patrono de la Arquidiócesis.
Este Seminario acoge candidatos al orden presbiteral de todo el
Oriente Boliviano para que estos puedan tener sus primeros años de
formación en un ambiente cercano a la realidad cultural y eclesial.
Gracias a Dios, el número de candidatos sigue aumentando
paulatinamente.

597. La misión del Seminario consiste en formar, en el amor a la Iglesia


universal y local, hombres maduros, cultos y de fe, identificados con
Cristo y su pueblo, para que sean pastores capaces de acompañar
evangélicamente a la comunidad. La formación abarca 5
dimensiones: Área Humano Afectiva, Área Comunitaria, Área
Espiritual, Área Académica y Área Pastoral. En gran parte los
contenidos de la formación están determinados por la Iglesia
Universal y a nivel de América Latina y de Bolivia. La formación
exige una entrega de tiempo completo que no permite trabajos y
estudios fuera del Seminario.

598. Al aceptar los candidatos al seminario es necesario definir requisitos


de admisión, discernir las motivaciones, conocer su situación
familiar, formación intelectual y cristiana. Convendría aplicar un
test psicológico.

599. Se aprecia la disponibilidad y colaboración de hermanas religiosas,


sacerdotes religiosos y laicos en la formación de los seminaristas.

600. Los seminaristas del primer año “Propedéutico” inician su


formación con la finalidad de ser introducidos en el camino de la
formación sacerdotal. Los Filósofos, durante los fines de semana y

- 244 -
como parte de su proceso de formación, colaboran en la pastoral
parroquial.

601. Actualmente los seminaristas realizan los estudios teológicos en el


Seminario Nacional de “San José” en Cochabamba. En la medida de
las posibilidades sería conveniente ofrecer los estudios teológicos en
Santa Cruz.

602. El Seminario juega un papel importante en la Pastoral Vocacional,


por lo tanto sus representantes han de participar en el equipo de
Pastoral Juvenil Vocacional arquidiocesano.

603. El aporte económico local y de las jurisdicciones del Oriente para


mantener el seminario es insuficiente. Es necesario un esfuerzo en
las Parroquias para formar equipos de personas que animen a todo el
pueblo católico a asumir como suyo el Seminario y contribuir
económica y espiritualmente con él.

Universidad Católica de Bolivia en Santa Cruz


604. La Universidad Católica Boliviana tiene la misión de formar
profesionales, capacitados y comprometidos desde los valores del
Evangelio en el desarrollo de la sociedad boliviana, en un
permanente diálogo entre la ciencia y la fe, en los distintos campos
del saber, la investigación y el servicio a la comunidad. Se espera
que estos profesionales promuevan, como agentes de cambio,
libertad, dignidad y justicia social en favor de los más necesitados.

605. La Universidad Católica Boliviana:

Es una institución de la Iglesia Católica.


Está abierta a todas las personas sin distinción de culto, raza o
ideología, siempre en el respeto de los principios cristianos.
Está al servicio de la sociedad en los campos de la docencia, la
investigación y la interacción social.

606. Hace falta ponerse más al servicio de los pobres facilitando el


- 245 -
acceso a las becas, y brindando oportunidades a los alumnos de
escasos recursos.

607. En cuanto a su función, para comunicar vida y esperanza de una


manera coherente con las líneas pastorales de la Iglesia, la UCB
debe implementar la investigación y análisis de la realidad
económica, social, religiosa, y política de Bolivia y de Santa Cruz,
denunciando las causas de la injusticia y ofreciendo soluciones
creativas a los problemas del país.

608. La UCB tiene que transparentar su identidad impartiendo valores


éticos, morales y evangélicos a los futuros profesionales. Como
parte del proceso formativo sería bueno implementar un servicio de
voluntariado para los alumnos de esta universidad, con la finalidad
de compartir en la vida lo que han aprendido en las aulas.

609. Los catedráticos de la UCB deben ser cristianos comprometidos que


den testimonio de fe y de vida según los valores del Evangelio.

610. La UCB debe seguir apoyando la formación de los Agentes de


Pastoral parroquial a través de la carrera de Ciencias Religiosas y
Pastorales, en función de los diferentes ministerios y servicios
eclesiales.

Santuario de Cotoca y Fiesta de la Virgen de Cotoca


611. La Virgen de Cotoca, como patrona del Oriente Boliviano, atrae a
miles de devotos y peregrinos, especialmente en su fiesta que se
celebra el día de la Inmaculada Concepción, el 8 de Diciembre.

612. Es un momento importante de la religiosidad popular, que toda la


Arquidiócesis ha de asumir y apoyar. Una comisión especial, junto
con los sacerdotes encargados del Santuario, debe preparar el
programa de las festividades, la novena y la liturgia, con antelación
y entregarlo a la Arquidiócesis para su difusión.

613. Los Agentes de Pastoral han de acompañar a los devotos en la


- 246 -
celebración de la novena y a los peregrinos en la caminata,
favoreciendo el encuentro con el Señor a través de María. Se tendrán
que buscar soluciones creativas para dar acogida y atención
espiritual en este momento especial de gracia. El Santuario tiene que
volverse un Centro Mariano que impulse durante todo el año una
verdadera evangelización al pueblo que peregrina.

614. Con las autoridades civiles se ha logrado en los últimos años


establecer el Campo Mariano del Santuario, dictando la Ley Seca
para prevenir los excesos que se manifestaban en esta ocasión. La
peregrinación debe ser cada vez más un estimulo de conversión y
ocasión importante para la celebración del Sacramento de la
Penitencia. Se requiere la disponibilidad de los presbíteros, tanto en
la Fiesta como en la Octava, para atender las confesiones.

615. A partir de una teología bíblica y en consonancia con las líneas y


opciones pastorales de la Iglesia Local, debe cuidar particularmente
a los jóvenes y orientarlos en el aspecto vocacional.

616. Últimamente se observa el surgimiento de nuevos centros de


devoción popular en la Arquidiócesis que atraen un movimiento
considerable de devotos. Los pastores y encargados han de hacer
todos los esfuerzos para evangelizar en estos centros populares. Para
que un centro de devoción pueda denominarse “Santuario” necesita
un decreto de aprobación de la autoridad arquidiocesana
competente.

Celebración Arquidiocesana de Corpus Christi


617. Corpus Christi es una fiesta litúrgica tradicional que expresa y
fomenta la devoción de los fieles a la presencia sacramental de
Cristo en la Eucaristía. La procesión por las calles de la ciudad
permite que Cristo se acerque a bendecir al pueblo y que el pueblo
se acerque para adorar el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

- 247 -
618. En los últimos años, se han hecho esfuerzos para integrar la
celebración de Corpus Christi con el programa pastoral de la Iglesia
Local y en especial con el proceso Sinodal con los siguientes
objetivos concretos:

Celebrar la presencia real de Cristo, pan de vida, en medio de su


pueblo.
Promover la unidad de la Arquidiócesis en un mismo caminar
como Iglesia que comunica vida y esperanza.
Afianzar el proceso sinodal y el Jubileo 2000.

619. En estos últimos años la cantidad de personas que participa en la


Misa y la Procesión ha aumentado considerablemente, motivando su
realización en el Estadio Ramón Tahuichi. Este espacio permite que
se desarrolle una celebración con grandes símbolos y coreografías,
siendo trasmitido por radio y televisión.

620. La participación masiva es un signo de los tiempos y motivo de


alegría para nuestra Iglesia, pero al mismo tiempo urge redoblar
esfuerzos para que la Celebración Eucarística y la Procesión sean
participativos. Se ha de buscar la manera, con creatividad y audacia
en el espíritu de la Nueva Evangelización, de enfrentar los desafíos
prácticos para favorecer el encuentro del Pueblo de Dios con
Jesucristo, Palabra de Dios y Pan de Vida y también potenciar con
signos concretos la dimensión solidaria de la Fracción del Pan en
favor de los más pobres.

621. En las parroquias deben alentar a los feligreses a que asistan y


participen con espíritu de fe en esta gran celebración, signo de
comunión y unidad eclesial, como Cuerpo Vivo de Cristo. En las
parroquias se puede celebrar la Eucaristía por la mañana, para
quienes no acudan a la concentración arquidiocesana.

MOVIMIENTOS APOSTÓLICOS
- 248 -
INTRODUCCIÓN
622. Los Movimientos Apostólicos son una riqueza evidente para la vida
y la misión de la Iglesia. Pertenecen a los carismas y dones
concedidos por el Espíritu (Rm 12,6) para edificar el único “Cuerpo
de Cristo” (1Cor 12,27) y colaborar en la realización de la misión
de la Iglesia en el mundo. Es, pues, indispensable que cada
bautizado, en forma individual y colectiva, coloque sus dones y
carismas al servicio de los demás miembros (1Cor 12,7).

623. Los Movimientos Apostólicos ofrecen a los laicos un apoyo para


desarrollar y hacer realidad su misión propia: encarnar el Evangelio
y transformar, desde dentro, todas las situaciones humanas.

624. Los Movimientos Apostólicos no son estructuras diocesanas, sin


embargo, necesitan la aprobación del Obispo que nombra un asesor
diocesano para apoyar su actividad, fortalecer su espiritualidad y
comunión eclesial. Su organización y finalidad responden a sus
propios estatutos.

625. Para que un Movimientos Apostólico sea reconocido oficialmente


en la Arquidiócesis necesita:

Estar en comunión con la Iglesia Universal y local, trabajando en


sintonía con las líneas y opciones pastorales trazadas por la
Arquidiócesis y plasmadas en los planes pastorales de las
Parroquias (cf. 294).
Estar presentes en, al menos, 5 parroquias de la Arquidiócesis y
contar con el respaldo de los respectivos párrocos.
Apoyar y fortalecer el carácter secular del laico, es decir, su trabajo
por el Reino de Dios en el mundo y fomentando su
participación en la vida de la comunidad cristiana (CEBs,
Parroquia, Arquidiócesis).
Asegurar a sus miembros una sólida formación humana y cristiana,
teniendo como eje la Palabra de Dios y evitando centrar la

- 249 -
formación en mensajes o devociones privadas no
reconocidas por la Iglesia.
Promover y desarrollar una sana espiritualidad laical, incentivando
los servicios, funciones y ministerios laicales.
Coordinar el trabajo del Movimiento con las actividades pastorales
de las parroquias donde actúan, participando en la
planificación de las mismas.
Abrirse a las orientaciones y sugerencias de las Comisiones
Arquidiocesanas responsables de las mismas áreas de
pastoral y coordinar con ellas.

626. Además de lo ya dicho en las anteriores asambleas sinodales, es


deber de todos los Movimientos Apostólicos:

Colaborar y coordinar con las Parroquias y Vicarías desde su


especificidad y carisma.
Ayudar, en coordinación con la CBL, a desarrollar la espiritualidad
de los laicos, a enseñarles a orar y a promover su
compromiso evangelizador y transformador de la sociedad.
Coordinar con la Vicaría de la Comunicación, si fuese el caso, en el
uso de los medios de comunicación social.
Promover líderes capaces de asumir compromisos pastorales
eclesiales y temporales, desde su carisma, para construir el
Reino de Dios.
Abrirse a los sectores populares y pobres tanto en el acceso a las
actividades del Movimiento, como también en la promoción
de la dignidad humana y de la justicia social.

627. Los asesores deben tener una buena formación teológica y


comprensión de la vocación de los lacios, además de la capacidad y
disponibilidad para acompañar al Movimiento en sus actividades. Se
sugiere que los asesores arquidiocesanos sean nombrados desde una
terna propuesta por el Movimiento y la instancia de coordinación
arquidiocesana (CBL), por un tiempo limitado y con la posibilidad
de renovación.

628. Los agentes de pastoral, en especial los párrocos, deben hacer un

- 250 -
esfuerzo para conocer los carismas, la organización y objetivos de
los Movimientos Apostólicos que están actuando en sus parroquias.

629. En caso de ser un Movimiento Apostólico no reconocido todavía


oficialmente en la Arquidiócesis de Santa Cruz, el Párroco deberá
discernir, en diálogo con los Obispos, otras instancias eclesiales
interesadas, si le permite reunirse y trabajar en la Parroquia y en que
condiciones.

630. Ante las nuevas devociones, sobre todo de carácter supuestamente


mariano, que se vienen implantando en la Arquidiócesis, se ha de
hacer un discernimiento a nivel pastoral para clarificar la
espiritualidad y el ascetismo que predican. Siempre será necesario el
reconocimiento oficial de la Iglesia Local.

MOVIMIENTOS APOSTÓLICOS RECONOCIDOS EN LA


ARQUIDIÓCESIS

Movimiento de Cursillos de Cristiandad


631. El Movimiento de Cursillos de Cristiandad nace el 19 de agosto de
1944 en Palma de Mallorca, España. Actualmente está extendido en
gran cantidad de países, y en Bolivia se inicia en la ciudad de La
Paz. El primer cursillo en la ciudad de Santa Cruz se realiza del 14
al 17 de abril de 1960, para señoras, y en diciembre del mismo año
para varones. Hasta la fecha se han realizado aproximadamente 275
cursillos para unas 10.000 personas en diversos lugares del
Departamento de Santa Cruz.

632. El Movimiento de Cursillos de Cristiandad (M.C.C), tiene una


proyección eminentemente seglar que, mediante un método propio,
posibilita la vivencia de lo fundamental cristiano, ayuda a descubrir
la vocación personal y propicia la creación de núcleos cristianos que
vayan fermentando el sentido evangélico en todos los ambientes.

- 251 -
633. Su principal actividad es la realización del Cursillo propiamente
dicho que consiste en tres días de retiro, previo al cual se realiza el
Precursillo, que comprende tres meses de preparación de los
candidatos y del equipo. Finalizando el Cursillo se realiza durante
tres meses un especial seguimiento que se llama Postcursillo y
también se realizan las reuniones de grupos y las Ultreyas.

634. Conviene adecuar la metodología de Cursillos a las culturas


regionales, con la finalidad de que el Movimiento sea una instancia
eficaz para que los laicos se comprometan en las parroquias y
asuman su responsabilidad en el campo social.

635. Se requiere una mejor comunicación con las parroquias, dando a


conocer las listas de los participantes, para que se los pueda luego
ayudar a insertarse en sus respectivas comunidades si no lo
estuvieran. Se sugiere también bajar los costos de los cursillos para
que sean más accesibles a la gente de escasos recursos.

Jornadas de Vida Cristiana


636. El Movimiento de “Jornadas De Vida Cristiana” está destinado y a
los varones y señoritas entre los 16 y 25 años de edad, y trabaja con
un método similar al Movimiento de Cursillos de Cristiandad. La
Primera Jornada de Vida Cristiana se realizó en Santa Cruz en
noviembre de 1988 en el entonces Seminario “San José”.

637. La finalidad de Jornadas es ayudar a los jóvenes a descubrir un


Cristo vivo, que los entusiasme a vivir la fe y el compromiso
cristiano desde su realidad juvenil y a convertirse en
evangelizadores de los mismos jóvenes.

638. En la Arquidiócesis se realizan Jornadas de un fin de semana y las


Pre-Jornadas de un día. Existe una directiva y un equipo estable de
jóvenes que, además de organizar las Jornadas y Pre-Jornadas, se
dedica a otras actividades pastorales y apostólicas.

639. Se han realizado aproximadamente cien retiros o “Jornadas” de tres

- 252 -
días, con una asistencia de más de 3200 jóvenes y ciento treinta y
tres Pre-Jornadas, o retiros de un día, con un número que sobrepasa
los seis mil asistentes. Muchos jóvenes han experimentado, desde
entonces, que son también hijos y hijas de Dios que puede cambiar
sus vidas. Desde su experiencia en Jornadas de Vida Cristiana
algunos jóvenes optaron por la vida religiosa o sacerdotal.

640. “Jornadas de Vida Cristiana” debe siempre coordinar sus actividades


con la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Juvenil Vocacional y
dar a conocer a las parroquias la lista de los participantes. Necesita
también el acompañamiento y el apoyo de los sacerdotes y contar
con un Asesor Arquidiocesano.

Movimiento Familiar Cristiano MFC


641. El Movimiento Familiar Cristiano fue fundado el 25 de Noviembre
de 1948, en la ciudad de Buenos Aires, República Argentina. Desde
entonces se ha extendido a toda América Latina y otras partes del
mundo, llegando a Bolivia en el año 1958.

642. El MFC es un movimiento apostólico de carácter seglar y


eminentemente familiar, cuyo objetivo y misión, es “la
evangelización y promoción de la familia”, desarrollando sus
valores humanos y cristianos, a fin de capacitarla para cumplir su
misión de formadora de personas, educadora en la fe y promotora
del bien común.

643. Sus principales actividades consisten en Cursillos Pre-


Matrímoniales, Encuentros Conyugales, orientación familiar para
jóvenes y adultos y la formación de grupos de iniciación para
fortalecer la unidad de la familia.

644. Para integrarse mejor en la pastoral de conjunto en la Arquidiócesis


se pide al MFC que coordine sus actividades con la Comisión
Arquidiocesana de Pastoral Familiar, especialmente en lo referente a

- 253 -
los cursillos pre-matrimoniales, a fin de descentralizar este servicio
y cumplir con las exigencias sinodales. Las Vicarías y Parroquias
necesitan ayuda para formar parejas guías, organizar actividades de
seguimiento a los Matrimonios y ofrecer formación permanente para
las familias.

Encuentro Matrimonial Mundial


645. Encuentro Matrimonial está presente actualmente en 83 países del
mundo. En Bolivia tiene presencia activa en Santa Cruz,
Cochabamba y La Paz. En 1978 se realiza en Santa Cruz el primer
Encuentro Matrimonial durante un fin de semana en la Parroquia de
La Santa Cruz. Hasta la fecha se han realizado más de 100
encuentros y han vivido esta experiencia más de 1300 parejas,
varios sacerdotes y religiosas.

646. La misión de Encuentro Matrimonial Mundial es ayudar a las


parejas a vivir plenamente una relación responsable e íntima,
ofreciéndoles para este estilo de vida una experiencia cristiana y una
comunidad de apoyo permanente. Tiene como carisma promover un
cambio o conversión en la relación de amor de acuerdo al mandato
de Jesús: “Amense los unos a los otros como yo los he amado”. Este
cambio debe darse no sólo en la pareja, sino también en el sacerdote
en relación con su gente y la Iglesia y en la relación inter-
sacramental de la pareja y sacerdote.

647. Las principales actividades que realiza el Movimiento son:

1. El Pre-encuentro, es decir todos los preparativos necesarios para


realizar el Encuentro Matrimonial.

2. El fin de semana de Encuentro Matrimonial, propiamente dicho,


en el que participa parejas de matrimonios, sacerdotes y
religiosas.

3. El Post-encuentro, para apoyo y seguimiento de los grupos que


han vivido un encuentro.

- 254 -
648. Para entrar en el espíritu de trabajo que tiene la Iglesia de Santa
Cruz se ha de coordinar más con las actividades de la Iglesia Local y
con la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Familiar, acentuando la
participación del movimiento en el trabajo pastoral de las
parroquias, especialmente en el acompañamiento de los
matrimonios. Hace falta bajar los costos de los encuentros y buscar
la manera de llegar a las parejas que pertenecen a los sectores
populares.

Movimiento Obrero Cristiano y Juventud Obrera


Cristiana
649. El Movimiento Obrero Cristiano (MOC) y la Juventud Obrera
Cristiana (JOC) tienen sus raíces en la Liga de Trabajadores
Católicos y otras ramas de acción católica obrera. Funcionan en
Santa Cruz a partir del 4 de Junio de 1960, organizados con el
asesoramiento de Mons. Carlos Géricke. Desde hace años, hacen un
esfuerzo por formar grupos en los barrios para acercarse más a la
realidad de la vida de la familia obrera y su problemática.

650. Su misión como movimiento es apoyar la organización de los


trabajadores de Santa Cruz, colaborando en su formación cristiana y
capacitación humana, cultivando los principios de fraternidad y
solidaridad y fomentando la superación integral de los obreros.

651. Se dedica a la formación de militantes y a la capacitación de los


miembros del Movimiento por medio de cursos, talleres de oficios,
conferencias, seminarios, convivencias, etc. Con la metodología del
Ver, Juzgar y Actuar se realiza una permanente revisión de la vida
obrera.

652. Estos Movimientos deben tener una mayor coordinación, tanto con
las otras organizaciones de la Iglesia Local, especialmente con la
Comisión de Pastoral Social-Caritas y la CBL, como con las
organizaciones sociales de los obreros y trabajadores.

- 255 -
653. Sería bueno que estos movimientos tomen contacto con los
trabajadores de la calle y las personas que buscan trabajo y que se
hagan conocer llegando con mayor creatividad a la juventud obrera
que trabaja y estudia.

654. Dada la realidad social crítica que vive Santa Cruz, que la Iglesia
debe evangelizar, se debe dar mayor prioridad y apoyo a los
Movimientos Obreros, con un animador especial, para que
respondan a los obreros en su situación de injusticia, desempleo e
incluso de hambre.

Movimiento de Acción Católica de Niños, Niñas y


Adolescentes: MINK’AS
655. El movimiento Mink’as nació en Bolivia con su primer encuentro en
el año 1985, en la ciudad de Oruro, con el tema “Estar más atento
con la vida de los niños/as.” Al año siguiente se conformó un
equipo nacional, y se comenzó a denominar “Movimiento de Niño/a
y Adolescente Mink’as”, palabra de origen Quechua y Aymara que
significa “Ayuda mutua”. En 1989 se inicia de manera organizada
en Santa Cruz, y actualmente está compuesto por 81 grupos, 750
niños y 111 acompañantes en 10 parroquias. Además cuenta con un
equipo departamental conformado por el coordinador y el asesor de
cada parroquia y un asesor departamental.

656. Mink’as es un instrumento de los mas pequeños que da espacio a su


iniciativa y realización desde su medio y quiere ser portavoz de sus
expresiones en la sociedad. Les ayuda a valorar lo que viven, sufren
y esperan con su ideas, aspiraciones y capacidades, para que los
niños, niñas y adolecentes sean, desde la vida de Jesús,
protagonistas de su propia vida y de un cambio personal y social.

657. Mediante una diversidad de actividades y encuentros apropiados


para los niños, el Minkás intenta:

- 256 -
1. Despertar el espíritu crítico de los niños desde su realidad y
hacerlos protagonistas de su propia vida.
2. Apoyar su organización y acción transformadora entre ellos y
por ellos.
3. Favorecer la expresión de los niños, haciendoles ver que Jesús
está presente con ellos, apoyando esta acción transformadora.
4. Favorecer la creatividad a partir de las expresiones de fe que
hay en el movimiento.
5. Crear espacios para las expresiones culturales de los niños en
las celebraciones de la comunidad cristiana.

658. Es importante que Mink’as coordine su actividad con la Comisión


Arquidiócesis de la Pastoral de la Infancia. Los párrocos deben
asegurar una buena formación a los asesores y a los jóvenes
acompañantes dentro de la mística del movimiento, asegurando que
estos siempre respeten la dignidad de los niños.

Legión de María
659. La Legión de María es una asociación de la Iglesia Católica, con
más de 32 millones de miembros, presente en casi todas de las
diócesis del mundo. Nació en Dublín, Irlanda, el 7 de setiembre de
1921, vísperas de la Natividad de la Santísima Virgen María. Está
en la Arquidiócesis de Santa Cruz desde 1956 y actualmente cuenta
con unos 151 presidium, que aglutinan 1.300 miembros, cumpliendo
silenciosamente una gran labor misionera en diversos barrios y
parroquias.

660. La Misión de la Legión es la Gloría de Dios por medio de la


santidad de sus miembros, profundizada en la oración y en la
cooperación activa en la labor de María y de la Iglesia. La Legión
considera como prioridad el bienestar espiritual y social de cada
persona. Los miembros participan en la vida pastoral visitando las
familias y los enfermos en sus casas y en los hospitales y
colaborando en todas las actividades apostólicas y misioneras de su
parroquia. Se exige a cada legionario que cumpla semanalmente

- 257 -
alguna tarea apostólica.

661. Hace falta en Santa Cruz fortalecer la Legión de María promoviendo


la incorporación de hombres y jóvenes. Se necesita organizar mejor
su propia directiva teniendo en cuenta la organización de la
Arquidiócesis en Vicarías, ayudando a las legionarias y legionarios a
tomar más en serio su compromiso cristiano y a abrirse más a las
necesidades reales de la gente. La Legión de María merece y
necesita el apoyo de los párrocos como asesores espirituales,
quienes harían bien en incluir a los legionarios en la organización
parroquial.

Renovación Carismática Católica


662. En enero de 1971, los Padres Chris Geraets y Daniel Roach entran
plenamente en la experiencia carismática católica del Nuevo
Pentecostés, desarrollando el centro conocido hoy como “La
Mansión”. El Domingo de Ramos del año 1973, se inicia
públicamente en Santa Cruz esta experiencia del Nuevo Pentecostés
y las celebraciones Carismáticas. Vale mencionar también que por
esos años se inicia, con señoritas que vivían esa experiencia de fe, la
comunidad de las Dominicas Mensajeras en el Espíritu Santo.

663. La misión de la Renovación Carismática es hacer presente hoy en el


mundo la experiencia de Pentecostés. Por ello, más que un
movimiento, sus participantes la consideran como una “corriente de
gracia” que renueva en la sociedad actual los dones y carismas de la
primera comunidad cristiana.

664. Hay que reconocer que la Renovación Carismática Católica ha


ayudado a muchas personas en Santa Cruz a profundizar su
experiencia de fe y oración, a superar problemas en su vida y a
comprometerse con la Iglesia, partiendo del descubrimiento de
Cristo vivo y resucitado. Hoy en día hay muchos grupos de oración
que viven esta experiencia del Señor. Al mismo tiempo se constata

- 258 -
que, a veces, el entusiasmo generado por el Movimiento, ha
conducido a una falta de coordinación pastoral con las parroquias y
la Arquidiócesis, y en ciertos casos, ha provocado la separación de
algunos grupos de la comunión eclesial.

665. Las principales actividades que la Renovación Carismática Católica


realizan son:

El anuncio del Kerigma por medio de la predicación y la misión.


Las celebraciones Eucarísticas con un estilo festivo y carismático.
La promoción de grupos de oración para niños, jóvenes y adultos.
El Gran Encuentro Internacional del Nuevo Pentecostés, que se
realiza cada año, con la participación de muchos países.
La formación de laicos para la evangelización, por medio del Centro
Pastoral “Santo Tomas de Aquino”, que ofrece un programa
de Iniciación, Dones y Ministerios y otro Bíblico-Teológico-
Pastoral.

666. La Renovación Carismática Católica necesita mejorar las relaciones


con los pastores de la Iglesia, reconociendo en ellos los dones y
carismas del discernimiento y de la coordinación propios de su
ministerio pastoral, y dar un mejor testimonio de comunión. Sus
celebraciones eucarísticas deben reflejar la riqueza y el sentido
litúrgico de la Iglesia. Sería muy provechoso promover en los
grupos de oración que se alimentan espiritualmente de La Mansión,
la participación en las Comunidades Eclesiales de Base y en la vida
de las Parroquias. Además deberá insistir en un mayor compromiso
social del cristiano en la transformación del mundo de acuerdo al
plan de Dios.

Fraternidad Cristiana de Enfermos e Impedidos


667. La finalidad de la Fraternidad Cristiana de Enfermos e Impedidos es
la plena integración del discapacitado en la comunidad humana y su
desarrollo espiritual como hijo de Dios en la comunidad cristiana.

- 259 -
668. Este movimiento es muy poco conocido en la Arquidiócesis, por lo
que se debe hacer esfuerzos para poner su contribución apostólica al
servicio de esta Iglesia. Debe coordinar sus actividades con la
Delegación Episcopal de la Salud. Se invita a la fraternidad a
asesorar a las demás instancias de Iglesia a tomar las medidas
necesarias para que los discapacitados tengan acceso a todos los
ambientes y servicios de la misma Iglesia.

Comunidades Neo-Catecumenales
669. El Camino Neo Catecumenal fue fundado en España en la
Arquidiócesis de Madrid, extendiéndose posteriormente a otros
países y lugares. Está presente en Santa Cruz a partir de 1973, en la
Parroquia de María Auxiliadora, con 7 comunidades. Existen 2
comunidades en la Parroquia Santísimo Redentor y una en la
Parroquia Sagrados Corazones de Jesús y María.

670. Las Comunidades Neo Catecumenales tienen como objetivo la


evangelización a través de la renovación del bautismo basado en tres
fundamentos: la Palabra, la Eucaristía y la Convivencia Mensual. La
primera finalidad es la formación de la comunidad que nace en el
seno de la Parroquia después de un tiempo de catequesis en la que se
anuncia el “kerigma”. Una vez formada la comunidad ésta
comienza a caminar en la segunda fase, el pre-catecumenado, para
verificar su fe con otras personas y conocer el poder de Cristo.
Descubriendo profundamente el don de su bautismo los cristianos se
convierten en enviados, dando testimonio de su fe en su ambiente
cotidiano.

671. Las Comunidades Neo-Catecumenales en Santa Cruz participan


activamente en la catequesis pre-sacramental y de adultos, y la
Pastoral Penitenciaria. Se les pide una mayor apertura, comunión y
compromiso con las líneas y opciones pastorales de la
Arquidiócesis.

- 260 -
Movimiento Schoenstatt
672. La fundación del Movimiento de Schoenstatt, se remonta al 18 de
octubre de 1914 en un pueblecito llamado Schoenstatt en Alemania
en una capilla, la que por ésta alianza llegó a ser el primer santuario.
Actualmente, el Movimiento se encuentra en los 5 continentes. En
Bolivia llega a la ciudad de La Paz en 1975. En Santa Cruz sus
inicios fueron en noviembre de 1997, para luego oficializar su
fundación con la bendición de una Ermita o capillita en septiembre
de 1998.

673. Schoenstatt es un Movimiento Apostólico de Renovación. Su centro


espiritual es el santuario donde la Virgen María se muestra de un
modo especial como la madre y educadora que da a luz a Cristo en
nosotros, formando así hombres nuevos que sean capaces de forjar
una nueva cultura impregnada por el espíritu de Cristo.

674. Schoenstatt ha organizado hasta ahora en Santa Cruz las “ramas” de


Familia, de Misioneros, de Padres Atribulados y de Señoras. Faltan
todavía las ramas de Sacerdotes, Religiosas, Enfermos, Juventudes y
Profesionales.

- 261 -
CONCLUSIÓN
675. En su carta apostólica: “Novo Milenio Ineunte”, el Papa Juan Pablo
II ha pedido a toda la Iglesia “remar mar adentro”, para que con fe
en el Señor tengamos la audacia de asumir los retos de la Nueva
Evangelización en la Iglesia de Santa Cruz. El Sínodo nos ha dado
muchas pautas concretas para responder a la solicitud del Santo
Padre. Ahora nos queda poner en práctica sus orientaciones y las
normas aprobadas por nuestra Iglesia y su Pastor.
676. Para algunos fieles, hasta agentes de pastoral, algunas opciones
pastorales pueden parecer difíciles de aceptar de corazón. Se tendrá
que mirar con ojos de fe entre todos para reconocer en estas
disposiciones la decisión del Espíritu Santo (Cfr. Hechos 15,28).
Una Nueva Evangelización con nuevo ardor, nuevos métodos y
nuevas expresiones, supone dejar las motivaciones, metodologías y
expresiones que no construyen el Reino. Confiados en el apoyo del
Señor, que ora al Padre por nuestra unidad (Juan 17) y se
compromete a caminar con nosotros cuando estamos unidos en su
nombre (Lucas 24), lanzamos las redes al otro lado de la barca, aún
si nos parece que hemos trabajado toda una larga noche sin
resultados (Cfr. Juan 21).
677. Nuestro proceso sinodal ha sido largo y arduo, pero con muchos
momentos de alegría y esperanza. Sabemos que las conclusiones
alcanzadas en el momento simbólico del Gran Jubileo de los 2000
años de Cristo encarnado en la historia, no son para siempre, pero
nos acompañarán varios años. Nuestra realidad socioeconómica y
cultural ha seguido y seguirá evolucionando y cambiando en el
futuro. Viviendo en tiempos de cambio rápido y constante, tenemos
que acostumbrarnos a seguir adelante con una actitud de diálogo con
los ojos abiertos a la realidad, el corazón atravesado por el
sufrimiento de los más pobres, el espíritu atento a la voz del Señor y
las manos unidas unos con el pueblo de Dios en el común
compromiso de ser testigos del Reino.
- 262 -
Con sentimientos de gratitud al Señor, que acompaña con fidelidad nuestro
caminar eclesial, me complace aprobar LAS CONCLUSIONES DE LA
TERCERA ASAMBLEA SINODAL ARQUIDIOCESANA. Son fruto
de la reflexión y aportes del Pueblo de Dios, definidos de manera
participativa y comunitaria, que necesariamente deberán marcar la tarea
evangelizadora y pastoral de nuestra Iglesia.

Santa Cruz de la Sierra, 20 de junio del 2000


Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Mons. Julio Terrazas S.


Arzobispo

- 263 -
TERCERA PARTE

Normas
Pastorales

- 264 -
(página en blanco)

- 265 -
DECRETO DE APROBACIÓN Y PROMULGACIÓN
DE LAS NORMAS SINODALES
D.A. 06/01

JULIO CARDENAL TERRAZAS SANDOVAL


ARZOBISPO DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA

En la Iglesia Local de Santa Cruz se ha contado con la participación de todas


las instancias vivas de nuestro pueblo a lo largo del proceso de aplicación del
Concilio Vaticano II, lográndose esperanzadores compromisos eclesiales
especialmente a través de las Asambleas Arquidiocesanas de Agentes de
Pastoral realizadas durante los últimos años.

Animados por este espíritu conciliar convocamos al Pueblo de Dios que


peregrina en Santa Cruz a participar en el II Sínodo Arquidiocesano con la
finalidad principal de: “Renovar su caminar como Iglesia de Santa Cruz, para
que todos seamos comunicadores de vida y esperanza en los umbrales del
tercer milenio”.

Clausurado solemnemente el II Sínodo Arquidiocesano el día 14 de junio del


presente año 2001, Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo,
después de haber tenido la preparación oportuna de un año y medio y celebrado
las tres Asambleas sinodales programadas, desde el 11 de diciembre de 1998
hasta el día de la Clausura, y que fue convocado el 15 de agosto de 1997, con el
lema: “Ven Caminemos Juntos”.

La Iglesia de Santa Cruz, empeñada en este esfuerzo evangelizador para


suscitar la fe y renovar la vida cristiana en los hombres y mujeres de nuestro
tiempo, recibirá un impulso nuevo e importante con las presentes Normas que
ahora se promulgan y con los Documentos entregados y aprobados al final de
cada Asamblea Sinodal y en la Solemne Eucaristía de clausura.

- 266 -
Estas Normas, recordando lo ya legislado por la Iglesia Universal y por la
Conferencia Episcopal Boliviana (Decreto único de mayo de 1984), asumen
también, en el marco de la Pastoral de Conjunto, las líneas y opciones emanadas
de nuestras Asambleas Arquidiocesanas. Este momento de gracia exige reforzar
la comunión profunda de todos los fieles y comunidades cristianas para hacer
más creíble el Evangelio y lograr la ansiada eficacia en la acción pastoral.

Por lo tanto, por el presente

DECRETO SINODAL
en virtud de nuestras facultades ordinarias, en conformidad con el can. 466 del
CIC, APROBAMOS Y PROMULGAMOS las NORMAS SINODALES
en los siguientes términos:

Art. 1 Las Normas Sinodales del II Sínodo Arquidiocesano de Santa


Cruz, serán publicadas en una edición especial y en un libro
con todos los textos sinodales y entrarán en vigor el día 8 de
septiembre de 2001, Fiesta de la Natividad de la Virgen María.

Art. 2 Las sancionadas Normas Sinodales constituyen derecho


particular en la Arquidiócesis y tienen carácter jurídico y
vinculante en todo el territorio Arquidiocesano.

Art. 3 Con la entrada en vigor de las presentes Normas sinodales


quedan abrogadas las normas diocesanas contrarias a las
mismas y rechazada cualquier iniciativa opuesta.

Art. 4 Los Sacerdotes, Consagrados y Fieles Laicos con


responsabilidades en la vida de nuestra Arquidiócesis y
miembros todos del Pueblo de Dios estudien y asuman todo el
Documento sinodal con gozo, fidelidad, en espíritu de
comunión y a la luz de la fe.

- 267 -
Dado en Santa Cruz de la Sierra, bajo la protección de la Virgen de Cotoca que
nos ha acompañado en nuestro caminar sinodal y en la Fiesta de San Lorenzo
Patrono de nuestra Arquidiócesis, a los diez días del mes de agosto del año
2001.

Por mandato del Sr. Arzobispo

Secretaria Canciller

- 268 -
NORMAS SINODALES

IGLESIA PUEBLO DE DIOS

1. Las Parroquias han de promover, crear y apoyar las Comunidades


Eclesiales de Base.

2. Cada Parroquia se organizará como “Comunidad de Comunidades”


fomentando así en los fieles el sentido de comunión, participación y
pertenencia a la Iglesia.

3. Las Parroquias se comprometerán en la promoción de los ministerios


confiados a los laicos, asumiendo la responsabilidad de su formación
básica, permanente y específica.

4. En las Parroquias se conformará el Consejo Pastoral (CIC, can 536),


con la debida participación de representantes de todo el territorio,
comunidades y pastorales específicas.

5. Las Parroquias elaborarán planes pastorales adecuados a la realidad


concreta eclesial y social de los lugares en que se encuentran.

6. En todas las Parroquias se constituirá el Consejo de Asuntos


Económico de acuerdo al C.I.C. can. 537 (ver también can. 492),
para que colabore con el Párroco en una eficaz y transparente
administración de los bienes parroquiales.

7. Todas las Parroquias aportarán con el diezmo de sus ingresos al


Arzobispado para el sostenimiento de los organismos y actividades
pastorales Arquidiocesanas.

- 269 -
8. Se promoverán en las Parroquias y en todas las Instituciones y
Organismos eclesiales las vocaciones sacerdotales y a la vida
consagrada, y se ayudará particularmente al Seminario Mayor San
Lorenzo, obra predilecta de la Arquidiócesis, con la oración constante
y formando grupos de apoyo.

9. Las Comisiones Arquidiocesanas unificarán criterios y coordinarán


programas en sus respectivas Áreas Pastorales para optimizar los
servicios en la tarea evangelizadora y viabilizar la ejecución real de
las inquietudes eclesiales.

10. Las Comisiones Arquidiocesanas formularán y ejecutarán


periódicamente un plan estratégico y operativo, supervisado por el
Vicario de la Pastoral.

11. En la Arquidiócesis se creará un Centro de Formación Teológica para


Laicos, para que conozcan y vivan más plenamente su vocación y
misión laical en la comunidad eclesial y en la sociedad.

12. El Consejo Arquidiocesano de Pastoral elaborará un Plan Pastoral


quinquenal, en base a las conclusiones sinodales y a las Asambleas
Arquidiocesanas de Agentes de Pastoral.

13. Todos los Movimientos Apostólicos, coordinados por el Consejo


Boliviano de Laicos Santa Cruz, vivirán la comunión eclesial,
aportando desde sus carismas a la vida y misión de la Iglesia Local,
asumiendo las líneas y opciones pastorales arquidiocesanas.

14. Las Vicarias Zonales incluirán en sus respectivos Consejos Pastorales


representantes de: los Consejos Parroquiales, las comunidades de Vida
Consagrada, las pastorales específicas y los Movimientos Apostólicos.

- 270 -
IGLESIA EVANGELIZADORA

15. En las Parroquias se formarán equipos de catequesis, que colaborarán


responsablemente en la preparación y recepción de los sacramentos y
asegurarán un seguimiento cercano y sostenido a los que ya los han
recibido.

16. En las Parroquias y las Instituciones eclesiales se promoverá el estudio


y el conocimiento de la Sagrada Escritura para todos los sectores del
Pueblo de Dios, por medio de cursos y lectura orante de la Palabra.

17. La Comisión Arquidiocesana de Catequesis y Biblia concluirá a la


brevedad posible la elaboración del Directorio de Iniciación Cristiana
para su promulgación y ejecución, teniendo en cuenta el “Ritual de
Iniciación Cristiana para Adultos” de la CEB.

IGLESIA ORANTE Y CELEBRATIVA

18. Las Parroquias formarán equipos litúrgicos que preparen y animen


celebraciones vivas e inculturadas.

19. Las Parroquias y las Instituciones eclesiales ofrecerán a todos los fieles,
de manera especial a los laicos comprometidos, espacios de oración,
reflexión y formación espiritual.

20. Se prepararán y celebrarán los sacramentos de la iniciación cristiana,


salvo excepciones justificadas, en la Parroquia donde reside la familia,
para favorecer la integración y la espiritualidad de la comunidad
parroquial.

IGLESIA SERVIDORA DEL REINO

21. Las Parroquias desarrollarán una verdadera Pastoral Educativa,


coordinando con los centros de enseñanza de su territorio y dando

- 271 -
apoyo, formación y seguimiento a los educadores en la fe y en las
ciencias humanas.

22. En las Parroquias se formará un equipo responsable de la solidaridad


que organice servicios sociales y, a ser posible, una asesoría legal para
responder a las necesidades vitales de los más pobres.

23. Las Parroquias prestarán atención especial a la Pastoral Familiar en su


planificación pastoral y propiciarán espacios de encuentro para las
familias cristianas en el mayor número de barrios y capillas.

24. Las Parroquias dedicarán un cuidado particular a la pastoral integral de


la infancia en colaboración con las Comisiones de Pastoral Familiar, de
Educación, de Hogares y de Pastoral Social-Caritas.

25. En las Parroquias se promoverán y acompañarán los grupos juveniles,


en coordinación con la Pastoral Juvenil Arquidiocesana, para favorecer
el encuentro personal de los jóvenes con Jesucristo, que los conduzca a
comprometerse en la comunidad eclesial y en la construcción de una
sociedad más justa y fraterna.

26. La Comisión Arquidiocesana de Pastoral Social-Caritas constituirá un


equipo permanente de reflexión coyuntural con representantes del Área
de Promoción Humana y otras personas idóneas para hacer sentir, en
comunión con los pastores, una voz profética ante los graves problemas
de nuestro pueblo.

27. Las Comisiones Arquidiocesanas de Educación, Salud y Hogares


organizarán una red de comunicación, coordinación y servicio de las
Obras de la Iglesia en sus Areas respectivas.

- 272 -
IGLESIA MISIONERA

28. En las Parroquias e Instituciones eclesiales se formarán grupos y


líderes misioneros, procurando los medios y mecanismos adecuados a
este fin.

29. En las Parroquias se implementarán las misiones populares y otros


modos intensivos de evangelización para llegar a los más alejados y
marginados (migrantes, pandillas, enfermos de SIDA etc.).

30. En la Arquidiócesis se dará un renovado impulso a la celebración del


Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) con acciones
concretas de concientización del deber misionero de todos los
cristianos y comunidades, promoviendo y fortaleciendo también las
vocaciones misioneras “ad gentes”.

- 273 -
ABREVIATURAS
AA Concilio Vaticano II, Decreto Apostolicam Actuositatem
AG Concilio Vaticano II, Decreto Ad Gentes
CD Concilio Vaticano II, Decreto Christus Dominus
CEB Conferencia Episcopal de Bolivia
ChL Juan Pablo II, Exhortación apostólica Post-sinodal Christifideles
Laici
CIC Código de Derecho Canónico Codex Iuris Canonici
EA Juan Pablo II, Exhortación apostólica post-sinodal Ecclesia in
América
EN Pablo VI, Exhortación Evangelii Nuntiandi
GS Vaticano II, Constitución Pastoral Gaudium et Spes
LG Vaticano II, Constitución Dogmática Lumen Gentium
DP Documento de la III Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano, celebrada en Puebla de los Angeles, México,
1979.
Med Documentos de la II Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano, Celebrada en Medellín, Colombia, 1968.
RM Juan Pablo II, Carta Encíclica Redemptoris Missio
SC Concilio Vaticano II, Constitución Sacrosantum Concilium, sobre
la liturgia
SD Documentos de la IV Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano, celebrada en Santo Domingo, República
Dominicana, 1992.
SRS Pablo II, Carta Encíclica Sollicitudo Rei Socialis

- 274 -
(Página en blanco)

- 275 -
INDICE GENERAL

PRESENTACIÓN ................................................................................................................ 5
ORACIÓN DEL SÍNODO ................................................................................................... 7
CONVOCATORIA Y DECRETO DEL II SINODO ARQUIDIOCESANO ................. 9

PRIMERA PARTE – CARTA PASTORAL DEL ARZOBISPO................ 17

CAMINAR UNIDOS EN EL ESPÍRITU DE CRISTO RESUCITADO ................. 19


Carta Pastoral de Inspiración y Animación Sinodal ................................................. 19
1. A MANERA DE PRESENTACION .......................................................... 21
1.1. Nos propusimos una celebración por etapas ......................................... 22
1.2. Nos fijamos un objetivo: ...................................................................... 23
2. MIRADA PASTORAL A UNA REALIDAD COMPLEJA Y
DESAFIANTE: ............................................................................................ 26
2.1. COMPARTIMOS RAICES COMUNES CON TODA LA IGLESIA, PERO ES LA
MEMORIA PARTICULAR DE ESTE PUEBLO QUE NOS PROVEE DE LA
FUERZA PARA CAMINAR ......................................................................... 27
2.2. ALGUNOS ELEMENTOS QUE DESTACAN EN NUESTRA REALIDAD ACTUAL28
a) Aspectos sociales ............................................................................. 29
b) Aspectos económicos ...................................................................... 30
c) Aspectos políticos ............................................................................ 31
d) Aspectos culturales .......................................................................... 32
3. LA BUENA NOTICIA DE DIOS PADRE INSPIRA NUESTRAS
LINEAS PASTORALES ............................................................................ 34
3.1. LA IGLESIA EVANGELIZA CUANDO TESTIMONIA AL SEÑOR RESUCITADO
Y PROCLAMA EL REINO DE DIOS CON HECHOS Y PALABRAS .................. 35
a) Miremos nuestra situación. .............................................................. 35
b) Jesús, el primer evangelizador. ........................................................ 36
c) Los primeros cristianos son enviados a proclamar la Buena
Noticia. ............................................................................................ 36
d) Toda la Iglesia es evangelizadora. ................................................... 37
e) Nuestra Iglesia de Santa Cruz tiene que ser evangelizadora. ........... 37
3.2. LA IGLESIA MISIONERA CON PROYECCIÓN UNIVERSAL ........................... 38
a) Nuestra situación nos interpela. ....................................................... 38

- 276 -
b) Jesús es el enviado del Padre: su misionero. ................................... 39
c)La Iglesia primitiva vive su envío con alegría ................................. 39
d) La Iglesia universal y latinoamericana asume la misión de Jesús. .. 40
e)Nuestra Iglesia de Santa Cruz desafiada a salir fuera de sus
fronteras .......................................................................................... 41
3.3. LA IGLESIA: COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN .............................................. 41
a) Nuestra situación nos interroga. ....................................................... 41
b) Jesús forma una comunidad de discípulos, asociados a su misión. . 42
c) Los primeros cristianos vivían unidos. ............................................ 43
d) Toda la Iglesia avanza hacia la unidad y la participación. ............... 43
e) En la Iglesia de Santa Cruz estamos convocados a ser miembros
activos. ............................................................................................ 44
3.4. LA IGLESIA SOLIDARIA INMERSA EN LA VIDA INTEGRAL DE SU PUEBLO.. 44
a) Somos interpelados por nuestra situación. ....................................... 44
b) Jesús pone en marcha un proyecto de solidaridad. .......................... 45
c) Hagamos memoria del testimonio de la Iglesia primitiva. ............... 45
d) La solidaridad es el servicio privilegiado de la Iglesia. ................... 46
e) El desafío de nuestra Iglesia de Santa Cruz: vivir la solidaridad. .... 46
3.5. IGLESIA PROFÉTICA EN FIDELIDAD A DIOS Y A LOS EXCLUÍDOS DE LA
SOCIEDAD .............................................................................................. 47
a) La situación de nuestra Iglesia nos cuestiona. ................................. 47
b) Jesús: una vida profética. ................................................................. 48
c) La Iglesia primitiva prolonga el compromiso profético del Señor. .. 48
d) La Iglesia universal y latinoamericana opta por los pobres. ............ 48
e) Nuestra Iglesia de Santa Cruz llamada a seguir los pasos de Jesús. 49
3.6. IGLESIA QUE CELEBRA EL ACONTECIMIENTO PASCUAL DE JESÚS EN LA
VIDA ...................................................................................................... 49
a) Nuestra situación nos invita a la reflexión. ....................................... 49
b) Jesús comparte y celebra la vida de su pueblo. ................................. 50
c) La Iglesia primitiva celebra la presencia del Señor en su propio
caminar. ........................................................................................... 51
d) La Iglesia universal y latinoamericana orienta nuestra liturgia. ...........
e) Somos convocados a celebrar a Dios en nuestra historia. ................. 51
3.7. IGLESIA SERVIDORA A IMAGEN DE SU SEÑOR ......................................... 52
a) Nuestra situación: temores y esperanzas. .......................................... 52
b) Jesús, el servidor de todos. .............................................................. 53
c) La Iglesia primitiva, testimonio de servicio y corresponsabilidad. ... 53
d) La Iglesia universal y latinoamericana sigue los pasos de su
Maestro. ................................................................................................ 53
e) El compromiso de nuestra Iglesia de Santa Cruz. ............................ 54

- 277 -
3.8. LA IGLESIA ECHA RAÍCES EN TIERRAS CRUCEÑAS Y SE EXPRESA CON UN
LENGUAJE Y ROSTRO PROPIOS. ............................................................... 55
a) La diversidad de nuestra situación. ................................................. 55
b) Jesús, la Palabra de Dios "hecha carne" en Israel. ........................... 56
c) La Iglesia primitiva acepta la identidad de otros pueblos. .............. 56
d) La Iglesia se encarna en la cultura del pueblo. ............................... 57
e) El desafío de nuestra Iglesia de Santa Cruz: crear su rostro propio. 57
3.9. IGLESIA COMUNICADORA DE VIDA Y ESPERANZA ................................... 58
a) Vivimos en una realidad que nos invita a la reflexión. ................... 58
b) Jesús otorga vida en abundancia y reaviva la esperanza. ................ 59
c) La Iglesia anuncia la buena nueva de vida y esperanza. ................. 59
d) La vida y la esperanza de nuestra Iglesia despeja los miedos
paralizantes. .......................................................................................... 60
4. OPCIONES PASTORALES: EN FIDELIDAD A NUESTRO
CAMINAR ECLESIAL. ............................................................................. 62
4.1. Pastoral de Conjunto en Linea de Proceso Planificado ......................... 64
4.2. Promocion Humana ............................................................................... 64
4.3. Laicos .................................................................................................... 65
4.4. Familia ................................................................................................... 66
4.5. Jóvenes .................................................................................................. 67
4.6. Comunidades Eclesiales De Base ....................................................... 68
5. CONCLUSION ............................................................................................ 69

SEGUNDA PARTE – DOCUMENTOS SINODALES ............................. 71

CAPÍTULO I I ASAMBLEA SINODAL ............................................................ 73


LA IGLESIA EN LA BASE ......................................................... 73
INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 75
ANTECEDENTES DEL SÍNODO ......................................................................... 75
LA IGLESIA EN LA BASE ................................................................................. 78
VISIÓN PASTORAL DE LA REALIDAD .......................................................... 80
REALIDAD ECONÓMICA ................................................................................. 80
REALIDAD SOCIAL ......................................................................................... 82
REALIDAD CULTURAL .................................................................................... 83
REALIDAD POLÍTICA ...................................................................................... 85
IGLESIA MISIONERA Y EVANGELIZADORA .............................................. 87
NUESTRA REALIDAD ECLESIAL...................................................................... 88
UN NUEVO CAMINAR PASTORAL ................................................................... 91
IGLESIA SOLIDARIA Y PROFÉTICA .............................................................. 95
NUESTRA REALIDAD ECLESIAL...................................................................... 96

- 278 -
UN NUEVO CAMINAR PASTORAL ................................................................... 98
LA FAMILIA, CÉLULA DE LA IGLESIA ............................................................ 102
IGLESIA COMUNITARIA ................................................................................. 105
NUESTRA REALIDAD ECLESIAL.................................................................... 106
UN NUEVO CAMINAR PASTORAL ................................................................. 108
IGLESIA QUE CELEBRA .................................................................................. 113
NUESTRA REALIDAD PASTORAL .................................................................. 114
UN NUEVO CAMINAR PASTORAL ................................................................. 116
IGLESIA DE CARISMAS Y MINISTERIOS ................................................... 120
NUESTRA REALIDAD ECLESIAL.................................................................... 121
UN NUEVO CAMINAR PASTORAL ................................................................. 124

CAPÍTULO II II ASAMBLEA SINODAL ........................................................... 129


PARROQUIA: COMUNIDAD DE COMUNIDADES ............ 129
PRESENTACIÓN DEL DOCUMENTO............................................................ 131
ANTECEDENTES DE LA TERCERA ETAPA SINODAL. ....................................... 131
ALGUNAS NOTAS SOBRE EL DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PARROQUIA..... 132
LAS PARROQUIAS DE LA ARQUIDIÓCESIS DE SANTA CRUZ Y SUS
RESPONSABLES PASTORALES A PARTIR DEL SIGLO XIX. ...................... 133
LA REALIDAD PASTORAL DE LAS PARROQUIAS DE SANTA CRUZ. ................. 137
LA PARROQUIA EN LOS DOCUMENTOS DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA. . 139
LA PARROQUIA, COMUNIDAD EUCARÍSTICA. ........................................ 140
LA LITURGIA, ACCIÓN FUNDAMENTAL DE LA PARROQUIA. .......................... 140
LA CELEBRACIÓN DE LA FE Y LOS SACRAMENTOS. ....................................... 141
Exigencias pastorales para la celebración de los Sacramentos. .......... 143
La Eucaristía: fuente y culmen de toda la vida cristiana. .................... 144
Eucaristía, signo de unidad y vínculo de comunión. ........................... 145
Exigencias pastorales. ......................................................................... 145
La celebración eucarística, compromiso de solidaridad. ..................... 146
LA PARROQUIA, SIGNO E INSTRUMENTO DE COMUNIÓN Y
PARTICIPACIÓN. ................................................................................... 148
EXIGENCIAS DE LA PARROQUIA COMO COMUNIDAD DE COMUNIDADES. ...... 148
SUJETOS DE COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN EN LA PARROQUIA. ..................... 149
Asamblea Parroquial. .......................................................................... 149
Consejo Parroquial de Pastoral. .......................................................... 150
Consejos Comunitarios. ...................................................................... 151
Consejo Parroquial de Asuntos Económicos. ..................................... 151
Equipos parroquiales de Pastorales Específicas. ................................. 152
Movimientos Apostólicos y Asociaciones de fieles. ........................... 153
El desafío del ecumenismo. ................................................................ 154

- 279 -
INSTRUMENTOS DE DESCENTRALIZACIÓN Y ARTICULACIÓN PARROQUIAL. .. 155
Líneas y opciones pastorales. .............................................................. 155
Plan de Pastoral Parroquial. ................................................................ 158
Plan Pastoral de cada centro pastoral. ................................................. 159
La comunidad educativa. .................................................................... 159
ESPIRITUALIDAD DE LA PARROQUIA. ...................................................... 161
LA PARROQUIA, PUEBLO DE DIOS PRESENTE EN LA SOCIEDAD. ................... 161
COMUNIDAD QUE ACOGE Y PROCLAMA LA PALABRA DE DIOS. .................... 163
LA PARROQUIA, MAESTRA Y EDUCADORA EN LA FE. .................................... 165
La formación cristiana. ....................................................................... 165
La catequesis. ...................................................................................... 166
LA PARROQUIA AL SERVICIO DEL REINO DE DIOS. ............................ 170
PARROQUIA SERVIDORA DEL REINO. ............................................................ 170
LA PARROQUIA ANTE LAS DIVERSAS NECESIDADES PASTORALES. ............... 172
LA PARROQUIA, COMUNIDAD MINISTERIAL. ........................................ 175
AGENTES DE PASTORAL EN GENERAL. ......................................................... 176
EL PÁRROCO Y OTROS PRESBÍTEROS. ........................................................... 177
Elementos para el perfil de sacerdotes y párrocos. ............................. 178
DIÁCONOS PERMANENTES. .......................................................................... 179
LAICOS. ........................................................................................................ 179
CONSAGRADOS Y CONSAGRADAS. ................................................................ 182
LA PARROQUIA, COMUNIDAD MISIONERA. ............................................ 184
CONVOCADOS Y ENVIADOS. ......................................................................... 184
LA EVANGELIZACIÓN DE SECTORES MARGINALES. ....................................... 186
EL COMPROMISO MISIONERO "AD GENTES". ................................................. 187
ANEXO I. NUESTRO SUEÑO DE PARROQUIA. ......................................... 189

CAPÍTULO III III ASAMBLEA SINODAL ...................................................193


IGLESIA QUE COMUNICA VIDA Y ESPERANZA .............193
INTRODUCCIÓN: ............................................................................................... 195
ZONAS Y SECTORES PASTORALES ............................................................. 195
ANTECEDENTES HISTÓRICOS ........................................................................ 195
SITUACIÓN ACTUAL DE LAS ZONAS Y SECTORES.......................................... 196
CREACIÓN DE LAS VICARÍAS EPISCOPALES .................................................. 198
COMISIONES ARQUIDIOCESANAS DE PASTORAL ................................. 201
NATURALEZA DE LAS COMISIONES .............................................................. 201
ORIENTACIONES GENERALES PARA LAS COMISIONES ARQUIDIOCESANAS. . 202
ÁREA DE EVANGELIZACIÓN ......................................................................... 204
Comisión Arquidiocesana de Liturgia, Música y Arte Sacro ............. 204
Comisión Arquidiocesana de Catequesis y Biblia .............................. 205

- 280 -
Comisión Arquidiocesana de Misiones ............................................... 206
Comisión Arquidiocesana de Ecumenismo ........................................ 208
ÁREA DE AGENTES Y ESTRUCTURAS ............................................................ 208
Equipo Arquidiocesano de Animación de Comunidades Eclesiales de
Base .................................................................................................... 208
Comisión Arquidiocesana de Pastoral Familiar .................................. 209
Departamento de Pastoral de la Tercera Edad ............................... 211
Comisión Arquidiocesana de Pastoral de la Infancia .......................... 212
Comisión Arquidiocesana de Pastoral Juvenil y Vocacional .............. 213
Comisión Arquidiocesana de Pastoral Universitaria ........................... 215
Comisión Arquidiocesana de la Hermandad con Tréveris y
Hildesheim .................................................................................... 216
ÁREA DE PROMOCIÓN HUMANA .................................................................. 217
Comisión Arquidiocesana de Comunicación ...................................... 217
Comisión Arquidiocesana de Pastoral Social-Caritas ......................... 219
Departamento de Pastoral Penitenciaria ........................................ 220
Departamento de Pastoral Migratoria ............................................ 221
Comisión Arquidiocesana - Delegación Episcopal de Educación ...... 222
Comisión Arquidiocesana - Delegación Episcopal de Hogares .......... 223
Comisión Arquidiocesana - Delegación Episcopal de Salud .............. 224
CURIA ARZOBISPAL, CUERPOS CONSULTIVOS E INSTITUCIONES
ARQUIDIOCESANAS ......................................................................................... 226
CURIA ARZOBISPAL ............................................................................................... 226
Ministerio Episcopal ........................................................................... 226
Tribunal Eclesiástico Regional ........................................................... 227
Cancillería y Archivo .......................................................................... 228
Oficina Jurídica ................................................................................... 229
Oficina Económica. ............................................................................ 229
Oficina de Prensa ................................................................................ 231
Oficina de Proyectos y Terrenos ......................................................... 232
CALISA: Contribución a la Iglesia de Santa Cruz ............................. 232
CUERPOS CONSULTIVOS Y ORGANISMOS DEL PUEBLO DE DIOS ... 234
Consejo Presbiteral ............................................................................. 234
Colegio de Consultores ....................................................................... 234
Consejo Arquidiocesano de Pastoral................................................... 235
Asambleas Arquidiocesanas de Agentes de Pastoral .......................... 236
Consejo Arquidiocesano para los Asuntos Económicos ..................... 236
Consejo Boliviano de Laicos Santa Cruz (CBL-SC) .......................... 238
Conferencia Boliviana de Religiosos (CBR) y la Vida Consagrada. .. 238
Conferencia Boliviana de Clero Diocesano (CBCD). ......................... 240

- 281 -
Diaconado Permanente ....................................................................... 241
INSTITUCIONES Y ORGANISMOS ................................................................... 242
Catedral y Basílica Menor "San Lorenzo" .......................................... 242
Seminario Mayor "San Lorenzo" ........................................................ 243
Universidad Católica de Bolivia en Santa Cruz .................................. 244
Santuario de Cotoca y Fiesta de la Virgen de Cotoca ......................... 245
Celebración Arquidiocesana de Corpus Christi .................................. 246
MOVIMIENTOS APOSTÓLICOS .................................................................... 248
INTRODUCCIÓN: ........................................................................................... 248
MOVIMIENTOS APOSTÓLICOS RECONOCIDOS EN LA ARQUIDIÓCESIS ........... 250
Movimiento de Cursillos de Cristiandad ............................................ 250
Jornadas de Vida Cristiana.................................................................. 251
Movimiento Familiar Cristiano MFC ................................................. 252
Encuentro Matrimonial Mundial ......................................................... 253
Movimiento Obrero Cristiano y Juventud Obrera Cristiana ............... 254
Movimiento de Acción Católica de Niños, Niñas y Adolescentes:
MINK'AS ............................................................................................ 255
Legión de María .................................................................................. 256
Renovación Carismática Católica ....................................................... 256
Fraternidad Cristiana de Enfermos e Impedidos ................................. 259
Comunidades Neo-Catecumenales ..................................................... 259
Movimiento Schoenstatt ..................................................................... 260
CONCLUSIÓN ..................................................................................................... 261

TERCERA PARTE - NORMAS PASTORALES .................................. 263

DECRETO DE APROBACION ................................................................. 265


NORMAS SINODALES ............................................................................ 268

ABREVIATURAS ...................................................................................................... 273


INDICE GENERAL................................................................................................... 275

- 282 -

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