El Fuego, Las Brasas y El Humo

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TEMA: EL FUEGO, LAS BRASAS Y EL HUMO

Levítico 6:12, Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote
pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las
grosuras de los sacrificios de paz.

Intro.
Dentro de cada Congregación, podemos estratificar la Iglesia en tres tipos de personas: los
que son Fuego, los que son Brasas y los que son Humo. Es necesario conocer nuestra
condición espiritual para saber si estamos haciendo las cosas bien, 2 Corintios 13:5 (TLA)
“Pónganse a pensar en su manera de vivir, y vean si de verdad siguen confiando en Cristo.
Hagan la prueba, y si la pasan, es porque él vive en ustedes. Pero si no confían en Cristo de
verdad, es porque él no está en ustedes.

-Los que son Fuego: En ellos está ardiendo en el Poder de Dios y como cualquier fuego
afecta todo lo que toca.

Mateo 3:11, Yo (Juan el Bautista) a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero
el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os
bautizará en Espíritu Santo y fuego.

a. Lo que son fuego viven pensando en todo tiempo qué pueden hacer para el servicio
de Dios.
b. Conoce sus limitantes y tiene claro la capacidad y el poder de Dios.
c. Busca la fuente de su fuego, su combustible es la oración y anhela el Poder del
Espíritu Santo en su vida.
d. Como cualquier llama, éstas pueden provocar un calor y un incendio espiritual con
el Soplo del Espíritu Santo. (Viento recio en el día de Pentecostés)

-Los que son Brasas: Está en un punto, donde tanto puede encenderse el fuego como
puede terminar de apagarse.

2 Timoteo 1:6-7 nos dice: “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que
está en ti por la imposición de mis manos, Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía,
sino de poder, de amor y de dominio propio”.

a. En ellos se ven vestigios de un brillo, pero esconden su pecado y viven de esa


apariencia.
b. Son afectados por el soplo del Espíritu Santo, pero no llegan a arder en el Poder de
Dios porque aún están atados al mundo.
c. Aún sienten el calor del amor de Dios y ellos mismos hablan a otros de Él, pero
ellos mismos no se han entregado completamente al Señor.

-Los que son Humo: Está totalmente apagado, aún siente el calor de lo que ardió en su
corazón pero ya no ven el brillo de Dios en su vida, el frío del pecado lo asecha
constantemente y solo recuerdan lo que antes fueron o tuvieron en el Señor.

Isaías 42:1-3, He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene


contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará,
ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el
pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia”.

a. Ven a lo lejos como una columna de humo los recuerdos de lo que fueron en Dios,
la vez que predicaron, el día en que alguien aceptó a Cristo por su boca, cuando fue
invitado a un evento, el ministro de alabanza que era, la forma en cantaba al Señor,
cuando lloró delante de la Presencia del Señor.
b. Alardea de sus conocimientos, porque es lo único que les ha quedado, pero no lo
ponen por obra. (grandilocuentes)
c. Le es más fácil señalar los errores de otros para justificar la razón por la que se
apartaron del Señor.

Hoy en día, las congregaciones están llenas de Fuegos, Brasas y Humos, debemos
examinarnos para saber en con cual grupo nos identificamos. Nos dice Lamentaciones 3:40
“Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová”.

El Apóstol Pedro fue ejemplo de pasar por estos tres Procesos:


1. Se sintió Fuego, cuando dijo estar dispuesto a dar su propia vida por el Señor
(Lucas 22:33, “El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino
también a la muerte”.
2. Se volvió Brasa, cuando después de capturado el Señor, decidió seguir a Jesús DE
LEJOS , Mateo 26:57-56, “Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote
Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos. Mas Pedro le seguía de
lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para
ver el fin”.
3. Se convirtió en Humo, cuando después de 3 años y medio de andar con el Maestro
de maestros, después de decirle cara a cara al Señor que daría su vida por Él,
prometiendo que jamás renunciaría a Cristo y luego terminar negándolo por
cobardía volviendo a su viejo oficio, de pescador común y corriente.

Conclusión:
Pero el Milagro más hermoso en la vida de Pedro, es que aún después de ser fuego, pasar a
Brasa y después convertirse en Humo, el Señor Jesús, después de resucitar, fue
personalmente a buscarlo según Juan 21:1-25, recordándonos que aún con nuestros errores
no significa que Dios ya no quiere hacer lo que ha planeado contigo.

Solamente reconozcamos nuestra situación y no olvidemos que sin importar con qué grupo
nos identificamos, necesitamos de aquel que puede traernos de la tormenta a la calma, de la
muerte a la vida y del Humo espiritual al Fuego de su Espíritu Santo.

HOY ES EL TIEMPO!!!

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