Tema 8 - La Oracion Intercesora - 18 Oct 21
Tema 8 - La Oracion Intercesora - 18 Oct 21
Tema 8 - La Oracion Intercesora - 18 Oct 21
I. Texto base
Romanos 8:34
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que
además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
II. Desarrollo
Nehemías 1:5-6
Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto
y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; 6 esté ahora atento tu oído
y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche,
por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos
cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
III. Introducción
En el Antiguo Testamento el rol de mediador entre Dios y su pueblo era común en entre los grandes
hombres que Dios levantó, tal como: Abraham, Moisés, David, Samuel, Nehemías, Daniel, entre
muchos otros. Pero Cristo es el intercesor fundamental, y es por Él que toda la oración cristiana se
convierte en intercesora, puesto que es ofrecida a Dios a través de Cristo. Jesús cerró la brecha entre
Dios y nosotros cuando Él murió en la cruz. Él es el más grande mediador (intercesor) que haya
existido. Por esta causa, ahora podemos interceder en oración en favor de otros cristianos o por los
perdidos, pidiendo a Dios que les conceda arrepentirse de acuerdo a Su voluntad. “Porque hay un solo
Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1ª Timoteo 2:5)
La intercesión es un arma espiritual poderosa que trae victorias al Reino de Dios, y hace que
los propósitos de Dios se manifiesten. Dios está buscando a hombres y mujeres valientes que
se pongan a favor de otros, para que sean alumbrados con la Luz de Cristo; para que familias
desintegradas sean restauradas; para que haya unidad en el Cuerpo de Cristo, para expandir
el Reino de Dios y traer gloria a Su Nombre.
Interceder:
Hablar a favor de alguien para conseguirle un bien o librarlo de un mal. (RAE)
1ª Pedro 2:5
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio
santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
Daniel 9:4-5
Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser
temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus
mandamientos; 5 hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y
hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.
Números 16:44-46
Ezequiel 22:30
Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí,
a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.
Ester 4:8
Le dio también la copia del decreto que había sido dado en Susa para que fuesen destruidos,
a fin de que la mostrase a Ester y se lo declarase, y le encargara que fuese ante el rey a
suplicarle y a interceder delante de él por su pueblo.
a) Debe amar
Quien entra en esta aventura de la intercesión recibirá grandes galardones, pero también
sufrirá los ataques de las mismas tinieblas. Debemos entender que el intercesor tiene que
quitarse toda ropa de orgullo, de jactancia, egocentrismo y principalmente, despojarse del
egoísmo que la naturaleza humana ha elevado en su mayor expresión, ya que el que ora debe
amar con el amor de Dios, el incondicional, el que no espera nada cambio, sino solo el gozo
y la satisfacción de ver que el Creador escuchó su clamor. Este experimentado mediador
debe saber que el amor no es jactancioso, no se envanece, no busca lo suyo si no que se goza
de la verdad, todo lo sufre, lo cree, lo espera y lo soporta.
Solo los que aman pueden ponerse en la brecha por otro e interceder ante el Padre, en el
nombre de Jesucristo, nuestro gran intercesor, quien ya padeció todo tipo de tentación
humana.
Juan 17:15-21
Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la
palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que
también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
El que ama está dispuesto a pagar el precio de ponerse en la brecha por otro, sabe que la
intercesión implica un sacrificio, pero que traerá la bendición al que lo necesita.
1ª Pedro 1:22
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para
el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro.
Efesios 1:15-16
Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor
para con todos los santos, 16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de
vosotros en mis oraciones,
b) Estar solvente
El intercesor requiere de solvencia ante el Padre celestial, ya que estaría entrando a regiones
de maldad, enfrentándose con potestades del reino de las tinieblas, y de no estar solvente
ante el Padre, el enemigo podría tomar represalia hacia el intercesor, la familia o su
ministerio.
El intercesor debe someter su vida privada y pública a una revisión constante para que el
enemigo no encuentre razones para acusarlo ante Dios, y por esta razón, a veces, en lugar de
ser una victoria, nuestras oraciones se convierten en frustración.
Génesis 18:32-33
Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se
hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. 33 Y Jehová se fue, luego
que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar.
Éxodo 32:31-32
Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran
pecado, porque se hicieron dioses de oro, 32 que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme
ahora de tu libro que has escrito.
Santiago 5:16
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La
oración eficaz del justo puede mucho.
Colosenses 4:12
Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando
encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos
en todo lo que Dios quiere.
1ª Juan 2:1-2
Cristo, nuestro abogado Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno
hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2 Y él es la
propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de
todo el mundo.
La Biblia dice “erráis ignorando las Escrituras”. El mediador o abogado debe tener un alto
conocimiento de las Sagradas Escrituras, porque ahí está toda la Constitución del Reino de
Dios. Debe ser un experto conocedor de las leyes, los decretos, mandamientos y normas, ya
que también el enemigo sabe la Palabra y sabe si estamos en la brecha correcta. No podemos
titubear en este campo ya que un resbalón o una falla en este caminar podría tener
consecuencias fatales o simplemente no tener los resultados deseados. Nuestro señor
Jesucristo nos enseñó a utilizar la palabra en su intercesión por nosotros.
Job 33:23-24
Si tuviese cerca de él Algún elocuente mediador muy escogido, Que anuncie al hombre su
deber; 24 Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al
sepulcro, Que halló redención.
Job 33:23-24
23 Si hay junto a él en ese momento un ángel de Dios, un intercesor que le indique su deber,
24 que tenga piedad de él y diga: "Líbralo, ¡oh Dios!, de bajar al sepulcro, aquí tengo lo que
él debía pagar." (BLA)
Mateo 22:29
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.
Colosenses 1:9
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y
de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia
espiritual,
Romanos 8:26
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como
conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
indecibles.
Conclusión
Colosenses 1:3-6
Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, 4 habiendo
oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, 5 a causa de la esperanza
que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, 6
que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros,
desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad