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1

Leer en Comunidad
Jornadas de Bibliotecas Escolares Abiertas 2024

“Leer es construir sentido. Cons-


truir sentido es lo que nos hace
humanos, o sea rebeldes. Aunque
muchas veces infructuosa, esa
apasionada persecución del senti-
do es nuestro sol, lo que de veras
nos da calor y nos ilumina”.
(Montes, 2017, p. 101)

2
ÍNDICE
4 Sobre la organización general de las Jornadas

5 Proyectar nuestra biblioteca


6 Introducción
8 Fundamentación
10 Objetivos específicos
11 Marco conceptual

14 Orientaciones para la realización de la jornada

15 El día de la jornada

17 Después de la jornada

19 Anexo I: Modelo de encuesta

21 Anexo II: Recursos para la formación de lectoras


y lectores

33 Referencias

3
SOBRE LA ORGANIZACIÓN GENERAL DE
LAS JORNADAS

El próximo viernes 1º de noviembre nos reencontramos para compartir la


tercera y última jornada del año Leer en Comunidad en las bibliotecas de las
instituciones educativas de la DGCyE. Esperamos que sea una oportunidad
para el encuentro con toda la comunidad, para hacer un cierre del ciclo que
retome y ponga en valor las acciones orientadas a la formación de lectoras
y lectores y que habilite la posibilidad de proyectar, entre todas y todos de
manera democrática, la biblioteca institucional. Como en las jornadas ante-
riores, las y los invitamos a inscribirse en el siguiente link: FORMULARIO DE
INSCRIPCIÓN

Jornada Fecha Propuesta


Proyectar. 1 de noviembre. Mirar la biblioteca en
Proyectar nuestra biblioteca. prospectiva y en comu-
nidad.

En el siguiente enlace encontrarán los documentos y recorridos de los


años 2022, 2023 y 2024 para quienes deseen releer propuestas anteriores:
https://abc.gob.ar/secretarias/areas/subsecretaria-de-educacion/plan-pro-
vincial-de-lecturas-y-escrituras/plan-provincial-de-6

4
PROYECTAR 2024

Proyectar nuestra biblioteca


“Para poder cumplir plenamente con su misión, para ayudar a consolidar el
vínculo de niños y adolescentes con la cultura escrita, la biblioteca tiene que
ser el lugar para el desvío, el rodeo, en el que el vínculo con el conocimiento,
con la lectura, con los libros, sea de un orden diferente al existente en clase
y que no se limite a la búsqueda de información o documentación. Tiene
que transformarse en un espacio cultural más que en un dispositivo didác-
tico, especialmente cuando los alumnos no tienen la posibilidad de acceder
fácilmente a otra biblioteca, sea familiar, municipal o popular. De ese modo,
no será tanto el espacio donde ‘construir’, ‘formar’ o ‘calificar’ lectores, sino
aquel en el que un niño, un adolescente, pueda muchas veces descubrir el
deseo de formarse, construirse, calificarse”.

(Petit, 2008, p. 13)

5
Introducción
Desde el año 2022 las Jornadas de bibliotecas abiertas Leer en Comunidad
se realizan en tres momentos diferentes del año y tienen objetivos comple-
mentarios: Descubrir, Habitar y Proyectar. En las dos jornadas anteriores de
este año trabajamos en torno a la escucha de narraciones, la búsqueda de
una manera singular de contar, la construcción de historias, habitar la propia
voz y sumarla a un tapiz junto a otras voces de la comunidad. Fueron dos
ocasiones en las que narradoras y narradores compartieron espacios de
celebración de la palabra junto a niñas y niños, jóvenes, adultas y adultos del
sistema educativo bonaerense.

A continuación, presentamos un puñado de las distintas experiencias que


llegaron a través del Formulario de Registro. Agradecemos a las autorida-
des, a los equipos directivos, bibliotecarias, bibliotecarios, docentes, auxi-
liares, estudiantes y familias por su compromiso y dedicación en cada en-
cuentro. Sus devoluciones nos permiten conocer de qué modos se entrama
el proyecto Leer en Comunidad en el día a día de cada institución de los
diferentes niveles y modalidades.

En el Centro de Atención Temprana para el Desarrollo Infantil (CeATDI)


Nº 1 de Alberti “la jornada fue planteada desde el lema: Tejer la voz, tejer el habla”. Compar-
tieron narraciones, lecturas y tejido en articulación con la Escuela de Educación Especial
Nº 501 “Mario Vitalone”. Los textos literarios seleccionados fueron abordados previamente
en el taller de biblioteca. “A medida que se iba narrando, también se tejía una manta que
quedó en la Institución para que disfruten las alumnas y los alumnos”. El encuentro habilitó
la conversación, la escucha y la reflexión en torno a las diferencias y los prejuicios.

6
En la Escuela Primaria de Adultos N° 721 de Mar del Plata “las y los estudiantes eligieron
habitar la palabra con la narración de textos breves, anécdotas, e inventaron historias a
partir de objetos sorpresa.” Esta actividad permitió resignificar desde un punto de vista
narrativo las biografías de cada una y cada uno y, en ese proceso, ponerlas en común
construyendo comunidad.

Estudiantes de primero a tercer año del Ins-


tituto San Antonio de la localidad de Puán
visitaron el Espacio de Adultos Mayores
que funciona actualmente en el Centro Inte-
grador Comunitario “con el fin de escuchar
anécdotas, historias, testimonios orales de
cómo era su vida en la juventud”. Esta acti-
vidad permitió intercambiar experiencias de
vida entre generaciones y fortaleció los la-
zos de la comunidad.

En la Escuela Secundaria N° 21 de Zárate, la


jornada se articuló con el proyecto de conti-
nuidad pedagógica llevado adelante por dos
preceptoras. Durante la misma “se organizó
un espacio con almohadones para que es-
tuvieran cómodos, y leyeran en voz baja, el
primer capítulo de cada libro, posteriormen-
te intercambiaron opiniones sobre cómo les
resultó, si les interesó, les dio intriga cómo
seguiría la trama, etc.”. Luego de un diálogo
seleccionaron un libro para leer el primer ca-
pítulo en voz alta .

7
Fundamentación
Si concebimos a la lectura como “un derecho de todas y todos porque per-
mite el pleno ejercicio de la democracia” (Castrillón, 2005, p. 91), es impres-
cindible considerar que la sola existencia de los libros no garantiza la for-
mación de lectoras y lectores. Felipe Munita (2021, p. 37) insiste en que “la
formación de lectores es un paso obligatorio a la inclusión plena de ciuda-
danos conscientes y críticos”. Por su parte, Graciela Montes va más allá al
plantear que “leer es lo que nos hace humanos” (2017, p. 101). Diagnosticar
―en forma colectiva y democrática―, evaluar y proyectar las prácticas pe-
dagógicas y comunitarias que mejor contribuyan a la formación de lectoras
y lectores es una de las formas de las que dispone la institución educativa
para garantizar el derecho a la lectura.

Para pensar el cierre de un ciclo, en este caso el de las jornadas, hace falta
realizar una mirada introspectiva institucional junto a quienes son protago-
nistas de estas acciones, fundamentada en la necesidad de consolidar, en
algunos casos y construir en otros, vínculos comunitarios para la formación
de lectoras y lectores.

Al respecto, Silvia Castrillón sostiene que la convocatoria a la participación


comunitaria tiene “el doble propósito de generar en la sociedad transforma-
ciones de sus representaciones e imaginarios sobre la cultura escrita y so-
bre la necesidad de hacerla propia”. Estas posibilidades de transformación
y apropiación tendrán lugar siempre y cuando la institución y la biblioteca
ofrezcan alternativas de lectura que vayan más allá de lo que la comunidad
conoce y dice necesitar, propongan “una ampliación de los intereses y de los
horizontes de lectura” (Castrillón, 2017, p. 9).

El Reglamento General de las Instituciones Educativas de la provincia de


Buenos Aires en su artículo 117 establece que las escuelas, en su calidad de
organizaciones que aprenden, deben desarrollar mecanismos y procesos
de autoevaluación como parte de su Proyecto Institucional (DGCyE, 2012).
En esta jornada la propuesta es hacer un tiempo y un espacio para la autoe-
valuación conjunta de las prácticas pedagógicas y, en particular, las relacio-
nadas con la formación de lectoras y lectores.

8
Las condiciones para que este proceso se lleve a cabo hacen necesaria la
participación democrática de las y los protagonistas, así como también la
sistematización y la comunicación posterior de la reflexión colectiva acerca
de estas prácticas. De esta manera, el análisis debe basarse en la realidad
de cada establecimiento educativo teniendo en cuenta los objetivos del Pro-
yecto Institucional.

Esta última jornada del año se presenta como la ocasión de convocar a la


institución para que la biblioteca, como espacio democrático, albergue a la
comunidad poniendo en valor aquello que en materia de lectura, escritura y
oralidad ha sido relevante para las y los estudiantes, ha producido avances
y, sobre todo, si las actividades realizadas han generado una vinculación
real entre lectura, lectoras y lectores y han enriquecido los caminos lectores
de la comunidad.

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Objetivos específicos

1. Generar la ocasión para que toda la comunidad educativa conozca


las acciones cotidianas de la biblioteca institucional y las experiencias
orientadas a la formación de lectoras y lectores desarrolladas en la insti-
tución durante el ciclo escolar 2024.
2. Propiciar la participación democrática de la comunidad en la evalua-
ción de las prácticas vinculadas a la formación de lectoras y lectores.
3. Proyectar y/o esbozar acciones bibliotecológicas y de formación lecto-
ra que puedan implementarse en el Plan anual de biblioteca 2025.

10
Marco conceptual
En la primera jornada Leer en Comunidad “Descubrir los paisajes de la es-
cucha” (DGCyE, 2024) se propuso descubrir la escucha como condición de
apertura para alojar a la otra, al otro. En esta oportunidad, recuperamos su
valor pedagógico para hacerles un lugar y un tiempo a las voces de toda la
comunidad. Al abrir sus puertas, la biblioteca institucional reafirma su sen-
tido democrático como espacio de encuentro y debate, donde la diversidad
pueda coexistir. Un lugar donde se edifique a partir de la identidad compar-
tida y su pluralidad.
El diagnóstico participativo
Para evaluar, junto a la comunidad educativa, las acciones de formación de
lectoras y lectores que se llevan adelante en la institución y en la bibliote-
ca proponemos implementar la herramienta del diagnóstico participativo.
La Comunicación Conjunta Nº 1 plantea: “Al realizar el diagnóstico, no sólo
identificamos problemas y potencialidades, sino que también consensua-
mos un sentido y un ‘lugar’ al que queremos llegar, una situación deseada,
a partir de los saberes y la participación de cada uno de los actores invo-
lucrados en el análisis” (DGCyE, 2010, p. 8). La utilización del diagnóstico
participativo hace efectivo el artículo 16 de la Ley de Educación Provincial
N° 13688 que invita a “propiciar la participación democrática de docentes,
familias, personal técnico y profesional de apoyo, estudiantes y comunidad
en las instituciones educativas de todos los Niveles y Modalidades” (DGCyE,
2012).
La formación de lectoras y lectores en la escuela y en la biblioteca
Son múltiples y diversas las acciones que se llevan adelante en la escuela y
la biblioteca para formar lectoras y lectores. Algunas son escenas cotidia-
nas: momentos de lectura en voz alta, conversaciones sobre libros, etcétera,
que están imbricadas en el currículo escolar y que son propias de la activi-
dad diaria de las y los docentes. Otras actividades, como las referidas en el
Anexo II. Recursos para la formación de lectoras y lectores, requieren de la
acción conjunta de diferentes actores de la comunidad educativa. Es con-
veniente que estas últimas tengan un lugar en la planificación docente, en
la planificación anual de la biblioteca y en el Proyecto Institucional. Algunas

11
pueden tener la duración de un encuentro puntual y otras estar planificadas
para realizarse a lo largo de todo un año.
La formación de lectoras y lectores en la escuela y la biblioteca, y en espe-
cial cuando pensamos en la lectura literaria, requiere de una mediadora o un
mediador entendido no como quien “está en el medio”, sino todo lo contra-
rio, como quien se transforma en “puente” (Rivera, 2012). A la bibliotecaria
o al bibliotecario le corresponde privilegiar “desde su competencia la tarea
pedagógica de propiciar la formación de lectores autónomos” (Reglamento
de las Instituciones Educativas de la Provincia de Buenos Aires, 2012, Artí-
culo 78). Asimismo, la Resolución 2245/2009 que establece las normas de
organización de las bibliotecas escolares concibe a la biblioteca como un
espacio cultural y llama a involucrar a toda la comunidad educativa para
fortalecer las actividades que se desarrollan en ella con el objetivo de revalo-
rizarla como un espacio pedagógico y social (DGCyE, 2009). Esta dinámica
entre la biblioteca escolar y el resto de la institución es vital en la realización
de las actividades de formación de lectoras y lectores.
Una posible manera de evaluar las acciones de formación de lectoras y
lectores
La elaboración del diagnóstico participativo requiere que toda la comunidad
conozca la situación actual de la biblioteca y de la institución en torno a la
lectura, la escritura y la oralidad. Sólo así podrá evaluarse de manera con-
junta lo realizado en el ciclo lectivo 2024 y determinar los objetivos de las
próximas intervenciones, así como las expectativas que se tienen respecto
de estas. Para ello, el equipo organizador de la jornada recolectará la infor-
mación necesaria, la sistematizará y la comunicará a las y los asistentes y
al resto de la comunidad. Esta información tendrá aspectos cuantitativos y
cualitativos a ser analizados. La bibliotecaria o el bibliotecario podrá aportar
datos significativos para esta tarea. En términos cuantitativos, podrán usar-
se como indicadores las estadísticas de la biblioteca: “cantidad de présta-
mos al aula, cantidad de préstamos a domicilio, cantidad de préstamos en
sala, cantidad de préstamos interbibliotecarios, índice de satisfacción del
usuario con los materiales, índice de satisfacción del usuario con la aten-
ción recibida, índice de tipos de usuarios, razones de no uso de la biblioteca,
libros más consultados por materia” (CENDIE, 2010, p. 8-9). Estos indicado-
res proporcionarán datos valiosos acerca de la relación entre la biblioteca y
la comunidad educativa.

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La formación de lectoras y lectores tiene aspectos difíciles de medir en tér-
minos cualitativos. A continuación, se proponen algunos criterios posibles
para su evaluación:
• El tiempo: observar si los tiempos para las distintas intervenciones es-
tuvieron correctamente asignados.
• El reconocimiento del otro: revisar si los criterios de selección contem-
plaron las diversas biografías lectoras de quienes participaron.
• La autonomía: atender si, paulatinamente, las y los participantes fue-
ron requiriendo menos de la acción de la mediadora o el mediador.
• El arraigo: es fundamental convocar a aquellas y aquellos a quienes
estén destinadas las actividades, de tal forma que se apropien de las mis-
mas. En ese sentido, las propuestas pueden evaluarse por el arraigo que
produjeron en la vida institucional.
A partir de la evaluación de las actividades de formación de lectoras y lecto-
res realizadas en el año, será posible establecer cuáles iniciativas convoca-
ron de manera más amplia y generaron mejores oportunidades de encuen-
tro en torno a la lectura, cuáles son valiosas para darles continuidad al año
siguiente y cuáles deben ser reformuladas o suspendidas. También pueden
proponerse nuevas actividades, como las que figuran en el Anexo II. Recur-
sos para la formación de lectoras y lectores. Toda actividad que haya sido
estimada como valiosa o significativa por parte de la comunidad educativa
podrá planificarse como proyecto para el año que viene.

13
ORIENTACIONES PARA LA REALIZACIÓN
DE LA JORNADA
Nos prepararnos para las jornadas

Actividades previas para el Equipo Propuestas de actividades previas


organizador: con estudiantes:

• Realizar un video balance que sin- • Listar y describir las actividades


tetice lo trabajado en el año en la orientadas a la formación de lec-
biblioteca, así como lo relativo a la toras y lectores de las que partici-
formación lectora en otros espa- pó cada curso en un documento
cios institucionales. para ser compartido y visibiliza-
do el día de la jornada.
• Realizar encuestas a estudiantes,
docentes y familias (ver Anexo I. • Recopilar la bitácora de lecturas
Modelo de encuesta)1 y sistema- de cada año y plasmarla en un
tizar los resultados. afiche.
• Realizar una convocatoria amplia • Poner en valor las acciones des-
que promueva la mayor participa- tacadas del año respecto a la
ción posible de las familias. lectura y definir criterios para
otorgar reconocimientos a la ac-
• Evaluar la dinámica de diálogo y
tividad lectora de las y los estu-
participación comunitaria más
diantes el día de la Jornada.
conveniente para la institución.
• Pedirles a las y los estudiantes
que indiquen tres palabras que
caractericen a su biblioteca. Ar-
mar una nube de palabras por
año (opcional)2.

1
Cada institución evaluará el diseño de la encuesta más adecuado a las particularidades y a la extensión de la
comunidad (se puede hacer una recorrida por los cursos para recabar información en forma democrática, por
ejemplo).
2
Una nube de palabras consiste en una imagen que muestra los vocablos que fueron más usados en un texto. Las
palabras que aparecen con más frecuencia se escriben en tamaño mayor, mientras que las menos frecuentes son
más pequeñas. Existen programas y aplicaciones que pueden crear nubes de palabras, como por ejemplo: https://
www.nubedepalabras.es/, https://awario.com/es/wordcloud/

14
EL DÍA DE LA JORNADA
La organización del encuentro puede dividirse en tres momentos:

El primer momento será de bienvenida a la comunidad. Es importante que el


Equipo organizador reciba a las familias y a las y los estudiantes y comparta
cómo será la dinámica de la jornada. Luego, tendrá lugar la proyección de un
video balance que refleje todas las prácticas y las actividades vinculadas a
la formación de lectoras y lectores realizadas durante el año (puede incluir-
se el registro que se haya tomado durante las jornadas Descubrir y Habitar
en 2024, otros proyectos institucionales con eje en la lectura y la biblioteca,
visitas de escritoras o escritores, de narradoras o narradores).
El segundo momento estará destinado a la elaboración del diagnóstico par-
ticipativo. La forma en la que se organice la participación de la comunidad
variará en función de la modalidad, el nivel y la cantidad de estudiantes de la
institución. Se propone que, en principio, el equipo organizador comparta con
las y los asistentes los resultados de las encuestas realizadas (ver Anexo I.
Modelo de Encuesta) y presente los ejes acerca de los cuales se las y los con-
voca a evaluar y proyectar para dar lugar al intercambio con la comunidad.

15
El diálogo puede darse en torno a:
• La percepción de la comunidad acerca de la importancia de ser convo-
cada a instancias de diálogo.
• Las concepciones y expectativas acerca de la biblioteca institucional.
• El impacto de las actividades de formación lectora dentro de la institu-
ción en los recorridos lectores de la comunidad.
• La vinculación de las familias con otros proyectos culturales que se
hayan llevado a cabo desde la institución.
• Evaluación de las acciones realizadas en la institución.
• Elaboración en común de un diagnóstico.
• Nuevos proyectos a realizar el año siguiente.

El tercer momento consistirá en un cierre en el que se contemple la entrega


de reconocimientos a la comunidad lectora de la institución. Se sugiere que
previamente se acuerde entre las y los estudiantes, docentes y la bibliote-
caria o el bibliotecario cuáles serán las prácticas y los avances que merez-
can un reconocimiento. Entre otras posibilidades, puede ser a estudiantes
que hayan participado de las jornadas anteriores, o que representaron a la
escuela en otros proyectos de lectura; también puede haber distinciones
relacionadas con la biblioteca (quien retiró mayor cantidad de libros, quien
colaboró con mayor frecuencia, etc.); a quienes hayan alcanzado metas sig-
nificativas en torno a la lectura literaria y a la alfabetización, etc.

16
DESPUÉS DE LA JORNADA

Con el Equipo organizador:


• Realizar una evaluación conjunta de la jornada.
• Completar el Formulario de Registro de experiencias.
• Evaluar los resultados de las encuestas y relacionarlos con las
conclusiones surgidas del diálogo con la comunidad educativa.
• Documentar el trabajo realizado en la jornada y compartirlo con la
comunidad (en carteleras, plenarias, redes sociales, etc.).
• En una instancia posterior, el equipo organizador podrá utilizar los
resultados del diagnóstico como insumo para evaluar el plan de trabajo
anual y comenzar a formular el del año siguiente.
• Se sugiere que, en caso de haber definido alguna actividad de lectura
para el año siguiente, se presente al equipo directivo y a las y los
miembros de la cooperadora escolar.

Una última invitación


La documentación de las experiencias pedagógicas es un material muy va-
lioso porque visibiliza las prácticas y la construcción de conocimiento que
en ellas se genera. Es por esto que insistimos en la importancia de este
trabajo en cada nivel y modalidad, teniendo en cuenta que esta documenta-
ción constituye en sí misma una herramienta con gran potencial pedagógi-
co, una forma de desarrollar saberes a partir de la reflexión sobre las propias
prácticas.
Quienes deseen compartir el trabajo realizado pueden hacerlo en el siguien-
te formulario: REGISTRO DE EXPERIENCIAS.

17
Recomendaciones para el envío de material audiovisual:
• Que las imágenes y los videos enviados no superen la cantidad de cin-
co en total.
• De ser posible y a fines de su sistematización es importante que las
imágenes y los videos se nombren con el número y el nombre de la insti-
tución educativa, localidad y número de región educativa.
• Que las imágenes sean de buena calidad, esto es, que no sean borro-
sas ni estén fuera de foco y reflejen el espíritu de la jornada (reunión de
personas en torno a la lectura). Si es posible, deben superar los 1440
píxeles y los videos ser grabados en calidad HD, razón por la que se reco-
mienda también que sean breves.
• Que la orientación de las fotos sea horizontal. Que los videos se envíen
en crudo (sin música o efectos agregados) para su posterior edición.

Las imágenes que incluyan personas menores de edad o adultas reconoci-


bles deben contar con la correspondiente autorización de uso de imagen.
Estas serán conservadas por la institución educativa.
Modelo de autorización para estudiantes. Disponible aquí
Modelo de autorización para docentes. Disponible aquí

Finalmente, si desean realizar consultas o sugerencias respecto a las jorna-


das pueden hacerlo a través del correo electrónico leerencomunidad@abc.
gob.ar, de la siguiente manera:
Asunto: LEER EN COMUNIDAD - Proyectar
Cuerpo del mail:
Nombre de la institución
Distrito
Región
Nivel educativo

18
ANEXO I

Modelo de encuesta
El objetivo de los modelos de encuesta que se presentan a continuación
es recabar información acerca del impacto en el vínculo con la biblioteca
institucional y en las prácticas lectoras de la comunidad educativa, entre
ellas, las Jornadas Leer en Comunidad.

Esta información tendrá como destino la propia institución, por lo que será
un insumo clave al momento de llevar adelante el diagnóstico participativo
en la jornada Proyectar. Los modelos de encuesta están dirigidos a cuatro
grupos destinatarios: estudiantes, docentes, bibliotecarias y bibliotecarios y
familias.

Las preguntas de las que consta cada modelo tienen carácter orientativo
de manera que pueden emplearse, adaptarse o redefinirse en función de las
particularidades de la realidad institucional. Los soportes en los que se lle-
vará adelante la encuesta pueden ser papel o medios digitales (formularios
en línea: Google Forms; WhatsApp, u otros).

La mayoría de las preguntas de las encuestas modelo son cerradas, es de-


cir, que quien las complete deberá ajustar su respuesta a las opciones que
aparecen listadas debajo de cada pregunta. Si bien también hay preguntas
abiertas (la respuesta no está contemplada en una lista sino que se solicita
una elaboración personal), estas conforman un porcentaje menor. Es nece-
sario tener en cuenta que, al momento de analizar los resultados y para el
caso de las preguntas abiertas, es preciso formalizar la información identi-
ficando las distintas opciones surgidas de la diversidad de respuestas. Por
ejemplo, ante la pregunta acerca de las actividades que podrían incorporar-
se a la biblioteca, si una persona respondió “que las narradoras o los narra-
dores nos cuenten más cuentos” y otra respondió “que vengan narradoras

19
y narradores a la biblioteca”, ambas respuestas deberían incluirse en una
categoría que las englobe, como “Ciclo de narración oral”.

Una vez que la información haya sido relevada y con el objetivo de sociali-
zarla con la comunidad educativa, los datos pueden presentarse de distin-
tas formas: gráfico circular o de torta para exhibir porcentajes; gráfico de
barras para representar y comparar valores; histograma, para representar la
distribución de la frecuencia de una variable, etcétera.

Es recomendable que los datos que surjan de las encuestas realizadas se


sinteticen en un resumen de conclusiones que puede estar organizado en
torno a distintos ejes como, por ejemplo: la relación de la comunidad con
la biblioteca, el impacto de las actividades de formación en las prácticas
lectoras, la proyección de las experiencias de formación lectora, entre otros.

En el caso de que se decida reformular la encuesta, a continuación se pro-


ponen algunas sugerencias para su elaboración.
• Definir el objetivo de la encuesta y la información que se desea obtener
en forma específica.
• Redactar el cuestionario teniendo presentes las características de las
personas destinatarias.
• El proceso del cuestionario no debe ser muy extenso.
• El lenguaje empleado debe ser claro y preciso.
• Las preguntas deben ser sencillas y directas.
• Es recomendable que el carácter de la encuesta sea anónimo.
• Estimar el tiempo que llevará responder cada pregunta.

Ponemos a disposición cuatro modelos de encuesta que podrán ser des-


cargados en el siguiente enlace: https://abc.gob.ar/secretarias/areas/sub-
secretaria-de-educacion/plan-provincial-de-lecturas-y-escrituras/plan-pro-
vincial-de-6

20
ANEXO II

Recursos para la formación de lectoras y lectores


En este anexo se encuentra un listado de actividades orientadas a la for-
mación de lectoras y lectores que pueden ser adaptadas, modificadas y en-
riquecidas por cada institución educativa. Durante la jornada pueden ser
puestas a consideración de la comunidad educativa para su posible imple-
mentación durante el siguiente ciclo escolar. Proponemos una clasificación
en relación a la idea de encuentro: con la voz, con los libros como objeto,
con la palabra escrita y entre lectoras y lectores.

El encuentro con la voz


Esta categoría engloba todas las actividades de lectura en voz alta y na-
rración oral. Pueden ser presenciales, pero también a través de los
medios de comunicación o las nuevas tecnologías y las redes socia-
les. Solo requieren de un auditorio y una persona dispuesta a narrar.

Ciclos de poesía: La propuesta consiste en la creación de espacios en


la institución que inviten a compartir poesías. La poesía, con sus me-
táforas y su musicalidad, tiene la potencia de brindar a la palabra reso-
nancias que hablan de manera personal y atienden al sentido de comu-
nidad que se reconoce en las marcas del lenguaje que comparte, en sus
inflexiones, acentuaciones, cadencias y silencios. Se trata, entonces,
de habilitar un espacio poético para generar un punto de encuentro des-
tinado a la lectura por parte de la totalidad de la comunidad educativa.

Ciclos de narración oral: En el Documento de la jornada “Leer en Comunidad


2024. Descubrir los paisajes de la escucha” se detallan la fundamentación,
las recomendaciones y las posibles actividades previas para llevar adelante
ciclos de narración oral. La propuesta consiste en invitar a narradoras y na-
rradores de la comunidad, o que sean integrantes de la institución educativa,
a que narren historias significativas o relatos de la tradición oral. Tal como
se plantea en el documento: “Para las y los estudiantes de cualquier edad,

21
la escucha literaria construye estas vivencias, esas experiencias personales
significativas, genuinas; que con un tono emocional, quedan grabadas en la
memoria. En palabras de Laura Devetach, se suman a la textoteca interna
de cada una y cada uno y desde allí invitan a investigar, descubrir y querer
repetir”. (DGCyE, 2024, p. 11).

Estudiantes narradoras y narradores: En el documento de la jornada “Leer


en Comunidad 2024. Habitar nuestra voz: contar a otros y contar con otros”
se detallan la fundamentación, recomendaciones y posibles actividades pre-
vias para llevar adelante un proyecto en el cual un grupo voluntario de es-
tudiantes se convierta, en un ambiente respetuoso y a través de prácticas
periódicas, en “Estudiantes narradoras y narradores” (DGCyE, 2024, p. 18).
Este grupo puede desarrollar la narración oral en distintos momentos de la
vida de la institución, ya sea cotidianos: inicio o cierre de la jornada escolar,
recreos, horas de clase, actos escolares; así como representar a la institu-
ción en actos destacados de la comunidad.

Pódcast literarios: Los pódcast son episodios grabados en audio sobre un


tema que se transmiten online por redes sociales. En este caso, la literatura
será la elegida. Para realizarlos se sugiere seleccionar de la colección de la
biblioteca institucional poemas de una autora o un autor, un título sugerente
o una temática. Por ejemplo, podría ser Poemas para untar e invitar a las y
los participantes a buscar poemas que les gustaría leer o que les leyeran
durante una merienda. Una vez seleccionados, cada lectora o lector podrá
ensayar su lectura en voz alta durante un tiempo hasta que sienta seguridad
para grabarla. La bibliotecaria o el bibliotecario junto con la o el docente
compilarán los poemas y editarán el pódcast. Este podrá ser compartido en
la radio local o en las redes sociales de la institución. La misma dinámica
puede implementarse con otros itinerarios como cuentos de distintos géne-
ros, leyendas urbanas, chistes, trabalenguas, etcétera.

22
Recorridas narrativas: Si existe en la institución un equipo de “Estudiantes
narradoras y narradores” estos pueden recorrer los distintos cursos reali-
zando narraciones. Así, se podrán organizar recorridas temáticas según gé-
neros (terror, ciencia ficción, realismo, fantástico) u otra clasificación que el
grupo considere pertinente. Esta experiencia apela a los rituales colectivos
y a la interacción de las y los estudiantes de las diferentes secciones y años
de la institución. También podrán visitar otras instituciones educativas o de
la comunidad (hogares de adultas y adultos mayores, plazas, hospitales,
etcétera) y narrar a las y los presentes.

Cancionero de nanas y arrullos: En el Nivel Inicial y en especial en los Jar-


dines Maternales se cantan y se recitan cotidianamente nanas, arrullos y
canciones tradicionales acompañadas muchas veces por juegos corpora-
les. Estas canciones deben ser valoradas como uno de los primeros acer-
camientos de las y los bebés a la literatura, tal como afirma María Emilia
López: “Cada vez que cantamos una nana para dormir, para calmar un dolor,
para ayudar a bajar la ansiedad, estamos produciendo una situación lite-
raria y musical, que lleva a la simbolización, que integra sentimientos, que
potencia la imaginación y da seguridad interior.” (López, M. E., 2021, p. 11).
Esta idea está plasmada en el documento “Nidos de lectura: desde la cuna”
donde desarrolla la potencialidad de la mediación de lecturas en los jardines
maternales.

23
El encuentro con los libros
A este tipo de encuentro corresponden todas las acciones en las que se
proporciona un entorno favorable para la exploración libre de títulos. Para el
caso de las mesas de libros y otras acciones similares se requerirá de una
disposición donde exista una diversidad de libros que inviten a la manipula-
ción, para que cada persona pueda encontrarse y ser encontrada por aquel
libro que la convierta en lectora. También pueden realizarse a través de in-
ternet y las redes sociales: recomendaciones de libros a través de podcast,
booktubers, bookstagramers, etc.

Mesas de libros: El armado de una mesa de libros es una de las actividades


de formación lectora más simple y efectiva a la hora de acercar los libros
a sus potenciales lectoras y lectores. Consiste en exhibir libros y otros ma-
teriales de lectura de la biblioteca en un lugar de circulación cotidiana de
las y los integrantes de la institución. Puede tratarse del pasillo donde está
situada la puerta de la biblioteca, un rincón del patio, cerca del kiosco, cafe-
tería o comedor, etc. La mesa de libros permite a la comunidad educativa
acercarse, conocerlos, hojearlos con tranquilidad y tiempo. Por otra parte,
permite a la bibliotecaria o el bibliotecario, o a quien esté llevando adelan-
te la actividad, entablar una conversación literaria para conocer los gustos
lectores de quienes se acercan y recomendarles otros libros. No requiere
de una gran cantidad de libros, pero sí su renovación periódica, en forma
semanal o mensual para que las y los estudiantes no pierdan el interés. La
mesa de libros puede presentar una colección entregada a la institución o
un itinerario lector determinado previamente. Un itinerario lector agrupa un
número de libros a partir de un hilo conductor que los entrelaza. En principio,
puede tratarse de la autora o el autor o del género, pero también pueden en-
trar en juego otras ideas como un tipo de narrador, un espacio (una región,
la escuela, etc.). La presentación de los itinerarios lectores en carteleras,
mesas de libros, conversaciones literarias, pódcast, puede acompañar a la
mesa de libros y tomar diferentes formas a partir de la creatividad de sus
realizadores: un ranking, un “menú literario”, un recorrido temático, espacial
o temporal, etc.

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Visita literaria de otras bibliotecas o instituciones: La propuesta reside en
generar un encuentro entre las y los miembros de la comunidad educativa
en la biblioteca institucional con las bibliotecarias y los bibliotecarios de otra
biblioteca cercana ya sea pública, popular o especializada. Este encuentro
puede ser el comienzo de una agenda común de acciones en torno a la
lectura compartida. En este marco, la bibliotecaria o el bibliotecario puede
compartir información acerca de los servicios que ofrece, las colecciones
que aloja, las actividades de extensión que realiza. Se busca propiciar lazos
que fortalezcan a la comunidad de lectoras y lectores en el sentido amplio,
es decir, más allá de las paredes de la institución. Puede ser una oportuni-
dad para que familias y estudiantes conozcan otros espacios culturales cer-
canos donde pueden asociarse, participar, estudiar, alimentar su curiosidad
por conocer más, etc. Así las instituciones educativas cumplen su función
pedagógica en la enseñanza de lo público incentivando a la comunidad a
apropiarse de la biblioteca de la zona y habitarla como propia.

Colaboración voluntaria en la biblioteca: Se convoca a las y los estudiantes


a colaborar voluntariamente en la biblioteca para ocuparse de las tareas de
préstamo, devolución y orientación de las lectoras y los lectores durante el
recreo. La bibliotecaria o el bibliotecario puede capacitar a las y los estu-
diantes permitiéndoles el acceso al catálogo, brindándoles las normas de la
biblioteca institucional y el modo de llevar a cabo los préstamos. Esta acti-
vidad propone valorar el cuidado del libro y otros materiales de la biblioteca.
También les propone a las y los estudiantes asumir el rol de mediadoras
y mediadores de lectura, al seleccionar, recomendar y construir itinerarios
lectores para sus pares.

Programas de radio sobre lectura y literatura: La conversación literaria y


las recomendaciones de libros, autoras y autores puede salir de las paredes
del aula, la biblioteca y la institución gracias a la tecnología. Esta actividad
propone encontrar un espacio en las radios locales para tener una sección
con conversaciones acerca de literatura, recomendaciones de libros, pro-
moción de actividades culturales. Puede ser llevado adelante por la bibliote-
caria o el bibliotecario, docentes, estudiantes e integrantes de la comunidad
educativa. También puede usarse el formato del pódcast, que permite un
canal de difusión a través de internet.

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Columnas en periódicos zonales: La actividad anterior también puede lle-
varse a cabo en forma escrita usando espacios en los periódicos zonales.

El encuentro con la palabra escrita


El momento de la lectura debe ser tomado en cuenta para poder constituirse,
como en la canción de María Elena Walsh, en un “tiempo no apurado”. Laura
Devetach lo denomina “tiempo neto leído” y lo define de la siguiente mane-
ra: “Ese tiempo privadísimo que se logra transgrediendo algunas normas
de la vida cotidiana institucionalizada. Un tiempo no cronológico durante
el cual nada se mide, ni se pesa, ni se ciñe a obligaciones” (Devetach, 2008,
p. 97). Las actividades de encuentro con la palabra escrita se producen en
forma cotidiana en la vida escolar, pero pueden ser altamente significativas
cuando se les otorga un espacio diario como son los momentos de lectura
sostenida.

Lectura en familia: Se trata de un proyecto mediante el cual las familias des-


tinan un tiempo de su rutina semanal a la lectura. Implica el compromiso de
las familias en la formación de lectoras y lectores y el acompañamiento por
parte de la institución que lleve adelante el proyecto. Se establecen criterios
para seleccionar el material de lectura (que puede estar a cargo de la o el
estudiante, según las colecciones disponibles en la biblioteca institucional);
el horario de lectura (que será propuesto por las personas a cargo de la o el
estudiante, y que puede abarcar todos los días de la semana o solo algunos
acordados con antelación); el seguimiento de la lectura a partir de un cua-
derno donde cada estudiante registrará un comentario acerca de la lectura
diaria; su dinámica: la o el estudiante lee junto a uno o más miembros de la
familia y luego se destina un tiempo para conversar acerca del texto leído.

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Sobres y bolsas viajeras: “Las bolsas viajeras contienen diversos materia-
les de lectura destinados a niñas y niños, material específico para personas
adultas e incluyen un cuaderno y una lapicera para que las familias expresen
su opinión, realicen comentarios, soliciten materiales o envíen sugerencias
lectoras. Los sobres viajeros se diferencian de las bolsas porque contienen
un libro, de literatura o informativo, destinado a una lectora o a un lector en
particular o a las familias. Igual que las bolsas viajeras, también incluyen
un cuaderno donde la familia, la niña o el niño pueden anotar apreciaciones
sobre la obra leída”. (DGCyE, 2023, s. f.). Esta propuesta fue elaborada por la
Dirección de Educación Inicial para acompañar la jornada “Leer en Comuni-
dad 2023. Habitar”, de acuerdo al Diseño Curricular para la Educación Inicial.
Con las modificaciones pertinentes, este proyecto puede hacerse extensivo
a los demás niveles y orientaciones construyendo y fortaleciendo el vínculo
entre la biblioteca y la comunidad, por un lado, y valorando el rol de la o del
estudiante como mediadora o mediador de lectura frente a su familia.

Momentos de lectura en el aula: Este proyecto consiste en destinar mo-


mentos específicos a la lectura en el aula. Puede ser en los primeros minu-
tos o en los últimos de la jornada escolar y el texto leído puede ser literario o
estar relacionado con la currícula. Asimismo, la lectura puede ser en voz alta
por parte de la o el docente; o, a partir de una pequeña selección de textos,
libre y silenciosa, por parte de las y los estudiantes. Investigaciones como
las llevadas a cabo por Jim Trelease (Trelease, 2010) han comprobado que
si este proyecto es adoptado por toda la comunidad y se sostiene por un pe-
riodo prolongado de tiempo, tiene un gran impacto en las prácticas lectoras
de las y los estudiantes.

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Agendas o bitácoras de lectura: Las agendas o bitácoras de lecturas per-
miten a cada lectora o lector, en forma individual o grupal, llevar un registro
de los libros y otros materiales leídos a lo largo de un periodo de tiempo:
el ciclo lectivo, el funcionamiento de un club de lectura, etc. Esta agenda o
bitácora puede ir acompañada de fichas con los datos editoriales del libro y
una reseña escrita por cada lectora o lector. De esta manera se convierte en
un registro que destaca y valora la biografía lectora de quien la confecciona.
Por otro lado, se vuelve un medio de recomendación de libros entre pares.

El encuentro entre lectoras y lectores


Aquí se engloban todas las actividades que permiten a las lectoras y los
lectores conversar acerca de lo leído: clubes de lectura, talleres alrededor de
un género o temática, etc. La conversación literaria relaciona lo leído con la
propia experiencia, incentivando el intercambio de impresiones personales
y profundizando los lazos dentro de la comunidad de lectura (Hirschmann,
2011, p. 88 y 89).

Foros de lectura temáticos alrededor de una palabra: Esta propuesta se


desarrolló para la jornada “Leer en Comunidad 2023. Descubrir” y propone
considerar a la biblioteca institucional como espacio de circulación de las di-
ferentes formas de la palabra. En ella se dan intercambios acerca de temas
de interés común o de diversos tipos de lecturas, por lo tanto, se trata de un
espacio privilegiado para vincular la palabra propia con la palabra pública.
La propuesta, entonces, es explorar la biblioteca como un foro, descubrir en
ella los textos que ayuden a pensar y conversar en torno a la palabra como
derecho. Para esto, se proponen diversos ejes: “la palabra desconocida, la
palabra poética, la palabra jurídica, la palabra pronunciada, la palabra imagi-
nativa y la palabra científica” (DGCyE, 2023, p. 6). Por grupos, la comunidad
educativa elegirá uno de los ejes para llevar a cabo un taller coordinado por
docentes, bibliotecarias y bibliotecarios, donde se establecerá una dinámica
que permita compartir los diversos significados de la palabra elegida y vin-
cularla con los de otras y otros.

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Encuentros literarios: La propuesta consiste en generar encuentros litera-
rios, teniendo en cuenta que son una de las actividades más potentes para
habitar la biblioteca, democratizar la palabra y hacer accesibles los acervos
a la comunidad. En grupos de no más de veinte participantes, coordina-
dos por una mediadora o un mediador que puede ser la bibliotecaria o el
bibliotecario, docentes o miembros del equipo directivo, se llevarán a cabo
lecturas de textos. Es importante que en la selección de las obras se tenga
en cuenta que sean atrayentes para las y los posibles lectoras y lectores, y a
la vez complejos, para que estimulen la conversación literaria posterior, que
constituirá el segundo momento del encuentro.

Clubes de lectura: Un club de lectura es un encuentro literario periódico


sostenido en el tiempo. La realización de clubes de lectura propicia la con-
formación de comunidades lectoras permanentes. La propuesta consiste
en organizar en la escuela un club de lectura. Cada institución educativa
definirá su organización, metodología, selección de lecturas, periodicidad.
También, quiénes conformarán los grupos (si docentes, familias, estudian-
tes) de acuerdo a sus necesidades y especificidades. Su conformación
debe partir de un proyecto consensuado que requiere de la participación de
varias actoras y actores y ser plasmado como parte del proyecto en curso
de la biblioteca institucional. Es posible también que el club de lectura sea
un proyecto a desarrollar junto con una biblioteca cercana.

Redes sociales literarias: Las nuevas tecnologías y las redes sociales pue-
den convertirse en aliados de la formación de lectoras y lectores. Los blogs
literarios, el formato de booktubers o las redes sociales como Facebook,
Instagram o TikTok, donde las y los estudiantes recomiendan libros y hablan
acerca de sus impresiones durante la lectura llegan a muchas y muchos
adolescentes, ayudan a construir comunidad en torno a autoras y autores,
libros o géneros literarios. Este proyecto propone generar en la institución
educativa, en especial las de Nivel Secundario y Superior, espacios relacio-
nados con estas prácticas, teniendo en cuenta las medidas de protección
de la privacidad de las personas menores de edad en el uso de las redes
sociales.

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Actividades para realizar por parte de la comunidad

Todas las actividades de lectura antes mencionadas pueden ser adaptadas


para realizarse con la comunidad, ya sea con las familias, o a partir de su
convocatoria por parte de la Asociación Cooperadora. Sin embargo, se des-
tacan como más interesantes aquellas en las que se produce una comuni-
cación, una conversación lectora entre la biblioteca y las familias, y donde
las y los estudiantes actúan como mediadoras y mediadores de lectura.
Respecto a la disponibilidad de libros para las familias, es necesario tener
en cuenta que en el Nivel Secundario está llegando a todas las bibliotecas
escolares de las escuelas de gestión pública la colección Identidades Bo-
naerenses; también al Nivel Especial ha llegado la colección Tiempo de Leer.
Ambas colecciones tienen títulos de sumo interés para las personas adultas
de la familia.
Si por cuestiones organizativas, los clubes de lectura y otras actividades
similares no pueden realizarse en la institución, una opción puede ser que
se lleven a cabo en bibliotecas populares, u otras organizaciones barriales,
como clubes o sociedades de fomento que proporcionen sus instalaciones
en un horario más extenso que el de la jornada escolar, incluso los fines de
semana.

Murales literarios: Consiste en la realización de murales en las paredes


exteriores de la institución, u otras del barrio y la comunidad donde esté
permitido. Puede tratarse de tapas de libros, frases literarias, imágenes alu-
sivas a una determinada lectura u otras que se desprendan del debate y la
deliberación colectiva. La existencia de murales genera un impacto visual en
la comunidad educativa y barrial que puede redundar en un mayor interés
por acercarse a la biblioteca educativa, pública o popular. Los momentos
previos de selección de la imagen o el texto a pintar pueden incluir la explo-
ración de libros y otros materiales, así como recomendaciones de obras, au-
toras y autores dando lugar a una conversación literaria que forje los lazos
de una comunidad de lecturas.

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Mapas y recorridas literarias: La exploración de los lugares del barrio y la
comunidad asociados a la literatura, como la existencia de calles, plazas u
otros lugares con nombres de autoras y autores, esculturas, lugares donde
transcurran hechos ficticios narrados en una obra, pueden dar lugar a un
mapa literario que puede ser agregado en Google Maps, pero también pue-
de destinarse un día de “Recorrida literaria” en el que la comunidad transite
los lugares destacados, y en cada uno de ellos haga un alto para un momen-
to de lectura o narración relacionada.

Bibliotecas al paso: La biblioteca al paso consiste en habilitar un espacio


resguardado del clima donde disponer una determinada cantidad de libros.
La biblioteca al paso se ubica en un lugar concurrido y apreciado por la
comunidad y ofrece la posibilidad de retirar de ella los libros que las y los
transeúntes consideren de su interés para devolverlos luego de su lectura.
Para ponerla en funcionamiento requerirá una selección previa del material
bibliográfico.

Arte efímero literario: El arte efímero es una forma de expresión artísti-


ca que se caracteriza por la brevedad de su permanencia. Al contrario de
las obras de arte tradicionales que están diseñadas para sostenerse en el
tiempo, el destino de las obras de arte efímero implica su transformación o
desaparición en un breve lapso de tiempo (DGCyE, 2024, s. f.). El foco está
puesto en la experiencia en sí, dado que su sentido radica en que su cons-
trucción sea accesible, comunitaria y participativa. De esta manera, las in-
tervenciones artísticas pueden consistir en collages donde se represente la
imagen de una autora o un autor que sea significativo para la comunidad; la
ilustración de algún tópico de una obra literaria que la comunidad haya leído
y valorado; un fragmento de un texto que haya sido compartido. Ejemplos
de arte efímero son: murales con tizas en pizarras; grafitis en el pavimento;
intervenciones en árboles: decorarlos con telas, mensajes escritos en papel;
etc.; intervenciones en la entrada de la institución, etc.

Cancionero familiar: Una manera de compartir y crear comunidad consiste


en recopilar las nanas, los arrullos y las canciones que cada familia canta a

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sus hijas y a sus hijos. Las canciones pueden grabarse por medio de celula-
res y agruparse en una lista de reproducción. Esta actividad no requiere más
que el deseo de animarse a compartir y llevará seguramente a valorar las
tradiciones orales, a hacer lugar a otros idiomas y otras maneras de decir y
cantar el nuestro.

Bibliotecas solidarias: El Proyecto Biblioteca Solidaria se plantea el desa-


fío de formar equipos comunitarios para que las familias y la comunidad
formen parte de los proyectos de lectura de las escuelas, mediante acti-
vidades continuas y planificadas en diálogo con los equipos docentes. Se
lleva adelante en Uruguay y se trata de una iniciativa que apela a la diversi-
dad de actoras y actores de la comunidad educativa (familias, estudiantes y
exestudiantes, miembros de la cooperadora, vecinas y vecinos) para traba-
jar solidariamente en la formación de lectoras y lectores. El equipo tiene el
cometido de leer semanalmente en la escuela. De este modo, se fortalecen
y amplían los conocimientos y las aptitudes lectoras de las y los estudiantes
y se afirma la premisa de que la lectura es una práctica importante para la
inclusión social y la participación cultural.

32
REFERENCIAS

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Jornadas de Bibliotecas
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36

SUBSECRETARÍA DE EDUCACIÓN
PLAN PROVINCIAL DE LECTURAS Y ESCRITURAS

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