Sucesiones Listo Corregida Grupo #1
Sucesiones Listo Corregida Grupo #1
Sucesiones Listo Corregida Grupo #1
La sucesión es la transmisión, a una o varias personas que aún viven, del patrimonio que
deja una persona a la hora de su muerte. Incluye el activo y el pasivo de los bienes relictos.
La sucesión es el patrimonio transmitido. El patrimonio a repartirse entre los sucesores
constituye la sucesión, herencia o heredad: conjunto de bienes que deja una persona a la
hora de su muerte, y que comúnmente se denomina herencia. En el léxico sucesorio, al
difunto cuya herencia habrá de repartirse se le denomina de cujus, porque, como se
expresaba en el derecho romano, is de cujus successione agitur, es decir, es aquel de cuya
sucesión se trata. En el presente, cuando empleamos las palabras de cujus, nos referimos al
causante o persona a quien se va a heredar, o al difunto cuyo patrimonio habrá de repartirse
entre sus herederos o sucesores. A quienes recibirán la herencia o sucesión se les denomina
sucesores o herederos, y el derecho sucesorio es el relativo a la sucesión o herencia.
La importancia del derecho sucesorio abarca los ámbitos familiar, social, económico y
político. Está estrechamente vinculado con el derecho de propiedad, lo que llevó al
legislador a incluir el derecho sucesorio en el Código Civil, dentro de los modos de adquirir
la propiedad, en el Libro Tercero.
Desde el punto de vista familiar, el derecho sucesorio es fundamental, ya que regula la
transmisión del patrimonio del fallecido (de cujus) hacia sus herederos. Si no existiera esta
regulación, podrían surgir conflictos que afectarían la armonía familiar. Por esta razón,
también adquiere relevancia en el ámbito social.
En términos económicos y políticos, el derecho sucesorio juega un papel clave, no solo porque
los herederos pueden convertirse en nuevos propietarios o aumentar su riqueza, sino también
porque asegura el cumplimiento de las deudas del fallecido, lo que preserva su memoria y la de
sus herederos. Aquellos que aceptan la herencia, salvo los renunciantes y los que lo hacen bajo
beneficio de inventario, están obligados a pagar las deudas post mortem. Además, el legislador
impone un gravamen sobre toda transmisión sucesoria, conocido como impuesto Sucesoral, que,
aunque puede parecer injustificado para algunos, está basado en el beneficio económico que
supone la transmisión de propiedad.
EJEMPLO: Imaginen que un abuelo fallece y deja una casa y algo de dinero en el banco. Sus
hijos, que son los herederos, reciben estos bienes. Pero antes de que puedan disfrutar de la
herencia, deben pagar las deudas que el abuelo tenía, como la hipoteca de la casa. Además, tienen
que pagar un impuesto al gobierno por recibir la herencia. Este proceso no solo les permite
convertirse en nuevos propietarios, sino que también asegura que las deudas del abuelo se cubran
y que el gobierno obtenga ingresos a través del impuesto Sucesoral. Esto es un ejemplo sencillo
de cómo el derecho sucesorio funciona en la vida cotidiana.
Antes de la codificación napoleónica, el régimen sucesorio francés variaba según se tratase de las
regiones de derecho escrito, que seguían el derecho romano, o de las regiones de derecho
consuetudinario, donde las costumbres formaban la práctica del derecho. En las regiones de
derecho escrito se aplicaban los principios del derecho romano contenidos en las novelas
118 y 127 del emperador Justiniano. La sucesión tipo era la testamentaria. A falta de esta, se
aplicaban las reglas de la sucesión ab intestato, es decir, aquellas no reguladas por disposiciones
testamentarias. El derecho sucesorio, según las novelas mencionadas, era confuso, lo que obligó
a una serie de reformas introducidas por las disposiciones imperiales de Justiniano. De
conformidad con la novela 118 del año 543, estaban llamados a la sucesión hereditaria los
parientes agrupados de la siguiente manera: a) los descendientes del difunto, que excluían a los
ascendientes; b) a falta de los primeros, sucedían los ascendientes, tanto paternos como maternos
del causante; si faltaban los anteriores, eran llamados los medios hermanos, es decir, los
hermanos consanguíneos; y finalmente, todos los demás parientes colaterales.
En Francia, en las regiones de derecho escrito, no se diferenciaba el origen de los bienes del
fallecido, mientras que en las regiones con derecho consuetudinario se aplicaba la ley. El
testamento solo se usaba para legados, limitados a familiares. Durante la Revolución
Francesa, en 1794, se unificó la legislación sucesoria, estableciendo que la herencia
pasaba a descendientes, ascendientes y colaterales. El Código Civil adoptó un sistema
mixto, combinando la unidad del patrimonio y la sucesión ab intestato (sin testamento). Con
el tiempo, el modelo napoleónico fue influenciado por ideas liberales, debilitando la
estructura familiar rígida. En muchos países, la sucesión testamentaria ha ganado
importancia, mientras que en otros, las ideas socialistas cuestionan el derecho sucesorio.
Además, las mujeres y los hijos fuera del matrimonio han reclamado sus derechos de
herencia, modificando el panorama sucesorio.
La transmisión del patrimonio de una persona fallecida (de cujus) a sus herederos puede ocurrir de
tres formas:
1.Por disposición de la ley: La ley regula la transmisión cuando no hay testamento, determinando
quiénes son los herederos y excluyendo a otros. Incluso sin voluntad expresa del difunto, la
herencia se distribuye según lo establecido por la ley.
Sin embargo, en casos excepcionales se permite la donación de bienes futuros o institución contractual,
que es una convención en virtud de la cual una persona promete a otra dejarle a la hora de su muerte
toda su sucesión o una cuota parte de ella o un objeto determinado. Conviene tener presente que la
institución contractual se permite en el contrato de matrimonio, por un tercero en provecho de uno de
los futuros cónyuges y los hijos por nacer, o por uno de los futuros esposos en provecho del otro
cónyuge. También se puede hacer por medio de un acto auténtico en provecho de las partes que hemos
indicado anteriormente.
El derecho sucesorio es esencial para garantizar la correcta distribución del patrimonio de una
persona fallecida. Sin un marco legal adecuado, podrían surgir conflictos entre los herederos, lo que
generaría inestabilidad familiar y social. Por lo tanto, el derecho sucesorio no solo regula la
transferencia de bienes, sino que también protege los derechos de los sucesores y mantiene la
armonía dentro de las relaciones familiares.
A lo largo de la historia, el derecho sucesorio ha mostrado una notable capacidad de adaptación a los
cambios sociales y económicos. Desde las antiguas leyes romanas hasta las normativas actuales, ha
evolucionado para incluir derechos y reconocer nuevas realidades, como la igualdad de género y la
protección de los hijos nacidos fuera del matrimonio. Esta evolución refleja la importancia de un
sistema legal que responde a las necesidades cambiantes de la sociedad.
La regulación legal de la transmisión del patrimonio sucesorio garantiza la distribución justa de la
herencia incluso en ausencia de un testamento, asegurando que los sucesores designados por la ley
reciban la herencia de acuerdo con las disposiciones legales establecidas. Sabiendo que los
testamentos y la sucesión contractual son actos jurídicos que permiten al difunto influir en la
distribución de su herencia, con ciertas limitaciones legales, como la prohibición de donar bienes
futuros en principio, aunque existen excepciones permitidas por la ley.
Mirando hacia el futuro, el derecho sucesorio se enfrenta a desafíos cada vez más complejos debido a
la globalización, las nuevas formas de familia y la propiedad digital. Estos cambios exigen una
actualización continua de las leyes para garantizar que sigan siendo justas y eficaces. La capacidad
del derecho sucesorio para adaptarse a estas nuevas realidades será crucial para mantener su
relevancia y proteger los derechos de todos los herederos en un mundo en constante transformación.