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ANTROPOLOGIA TEOLÓGICA
SESIÓN 4. Mi vida es para amar
Ing. Julio Gerardo Román Lara, MBA [email protected] VIVIMOS PARA AMAR El Plan de Dios para nuestra vida, consiste en que aprendamos a vivir como Él nos diseñó, aumentando nuestra capacidad de amar, de tener fe y esperanza. Tenemos toda una vida, para aprenderlo no sólo teóricamente, sino hacerlo vida. Ese es el reto para cada uno. Y entre más nos resistamos, o no lo entendamos, pues Dios irá “seduciéndonos” con situaciones de nuestra vida para que nos demos cuenta de esto y lo vivamos hasta crecer en fe, esperanza y amor de la forma más perfecta posible. VIVIMOS PARA AMAR En Romanos 12, 1-2 dice San Pablo: “Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que deben ofrecer. No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la verdad de Dios, en decir, lo que es bueno, lo que es grato, lo que es perfecto”. ¿Qué quiere decir esta cita? Pues que Dios espera de nosotros que lleguemos a la VERDAD, esto es al CIELO. El camino es cambiar nuestra forma de pensar y por tanto de vivir. ¿Cómo? No haciendo caso de la forma de resolver la vida en este mundo; ejemplo: “el que me la hace, me la paga”, o tal vez: “aquí sólo mi chicharrón truena”. Ese tipo de “soluciones” no son las que Dios quiere que vivamos, más bien desea que sigamos el ejemplo de Cristo, en cómo amó, cómo perdonó, cómo tuvo compasión, cómo fue obediente, inclusive hasta la muerte, cómo fue misericordioso, paciente, cómo oraba todos los días, a todas horas, cómo era fiel a su religión y los preceptos, etc. VIVIMOS PARA AMAR Y la forma de conseguirlo, es todo un camino de vida, primero lo que es bueno, de allí a mejorar para alcanzar lo que es grato, y después de mejorar más, pues llegar a lo perfecto. ¿En qué? EN EL VIVIR EL AMOR. Y todo este camino de vida nos lleva a la Vida Eterna. Jn 17, 3 “Esta es la vida Eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo”. ¿Cómo vamos a conocer a Dios y a Jesucristo? Como a cualquier persona, haciéndonos amigos, cercanos a tal grado que podamos hasta conocer sus pensamientos más profundos y lleguemos a imitar sus acciones Fil 2, 1-11. El que conoce a Jesús, también conoce al Padre. La oración es el mejor camino. VIVIMOS PARA AMAR 1 Jn 3, 14 “nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. Quien no ama, permanece en la muerte.” Amar no es opcional: es cuestión de vida o muerte. Tu vida es amor. Si no amas, te atrofias, te mueres, serás un cadáver, un zoombie. Amar es vivir. La actividad propia, que le da vida al del hombre es: AMAR. Si la persona no ama y no se ejercita en amar, no alcanza su talla de hombre, se deshumaniza, se degenera. Si no amamos, nos degeneramos. VIVIMOS PARA AMAR Nadie nos impide amar, si no amamos, no solamente nos dañamos a nosotros mismos, sino que dañamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte, y un cadáver no puede propagar vida, sino al contrario, corrupción y muerte. Quien no ama a su hermano, le priva de la vida. Si alguno dice: amo a Dios y aborrece a su hermano es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano a quien ve no puede amar a Dios a quien no ve (Gen 4, 9; 1 Jn 3, 15; 1 Jn 4, 20). El amor es lo más buscado y nombrado, pero no todo lo que describen las canciones o películas es amor verdadero. VIVIMOS PARA AMAR Llamamos amar a muchas cosas: ser cariñosos, dar limosnas, ser protectores, halagar, respetar, acumular para mí (incluso manipulando), ser cómplices para el mal, practicar el amor 100% carnal, satisfacer mi necesidad en el otro, etc. PERO: Sólo amando desde Dios y con el amor de Dios daré vida y generaré vida auténtica: 1Jn 5, 12. Amar es darse. Amar no consiste sencillamente en dar cosas, sino que cuando te das a ti mismo, entregas a Dios a tu prójimo, eres testigo de su amor. VIVIMOS PARA AMAR ¿Tú das a Dios a los demás con tus acciones? El auténtico amor no va en la línea de la “limosna” o del “donativo” que tranquiliza nuestras conciencias, sino que busca solucionar de raíz la necesidad ajena. NO SE TRATA SÓLO AMAR A VECES, SINO DE UN ESTADO CONSTANTE EN EL AMOR PERFECTO, EN CONVIVENCIA CON EL AMOR. ¿Tú amas en todo momento, o sólo a veces? Amar es hacer la voluntad de Dios. AMAR ES BUSCAR Y AYUDAR A CONSEGUIR EL MAYOR BIEN PARA EL HERMANO, PERO NO DESDE NOSOTROS SINO DESDE DIOS, posibilitando al prójimo que sea fiel al proyecto que Dios tiene sobre su vida. Sólo Dios puede desarrollarlo y perfeccionarlo hasta la plenitud del amor. ¿Haces la voluntad de Dios? ¿La conoces? ¿Cuándo oras te la insinúa? VIVIMOS PARA AMAR HACER LA VOLUNTAD DE DIOS NOS HACE SANTOS, LA PERFECCIÓN EN EL AMOR ES IMITAR A CRISTO. EL AMOR SE CONCRETA EN AYUDAR AL OTRO A SER DISCÍPULO DE CRISTO. El hombre ha sido creado para amar a lo Dios como Cristo. Él nos ha enseñado y manda amar a todos como Él nos ha amado. La ignorancia teórica y práctica de este mandato es mortal, Nos matamos y matamos a los demás, pues no imitamos a Cristo en su forma de amar. AMAR SUPONE EJERCITARNOS EN EL AMOR, así como un deportista entrena diariamente. Aprende a amar, pasando de lo bueno, a lo agradable y a lo perfecto (Rom 12, 1-2). Hay que practicar el amar, como lo hizo Cristo. VIVIMOS PARA AMAR En la medida que amo, crece en mí el amor, desarrollándome como persona, y siendo así, cada vez soy más feliz. AMAR ES UNA DECISIÓN, NO SÓLO SENTIMIENTOS. ¿Has tomado la decisión de amar como Jesús? Amar es salir de sí mismo para ver la necesidad del otro. Hemos de abrir nuestro pequeño círculo de amor y amistad. Por ello, amar supone cruz, ejercicio, amar hasta que duela; es la dinámica del grano de trigo, que para dar fruto hay que enterrarse y morir. Las dificultades de la vida nos hacen crecer en el amor, en la entrega, en el darse. Así no nos vamos a quedar en el nivel de niños berrinchudos egoístas, que todo lo quieren para sí mismos. VIVIMOS PARA AMAR
1. Yo recibo la vida y todos los dones
de Dios. Recibo el DON. Por ello: 2. Yo soy DON para los demás, para mi prójimo. Y entonces: 3. Acojo a los demás para recibir su DON. Lo más esencial del ser humano es SER DON = DONARSE. Esto es el cuerpo, testigo del amor y la creación, como manantial de donde ha nacido este DONARSE. SIGNIFICADO DEL CUERPO. Nuestro cuerpo tiene 3 significados. Me hace distinto a los animales. Mi cuerpo expresa a la persona, SOY MI CUERPO, esto me hace único: 1. SIGNIFICADO FILIAL. Somos hijos de Dios. 2. SIGNIFICADO ESPONSAL O NUPCIAL. Capacidad de dar a otro y recibir de otro. Capacidad de AMAR. 3. SIGNIFICADO DE FECUNDIDAD. Dar VIDA en todos los sentidos. VIVIMOS PARA AMAR
El amor tiene grados de avance:
1. Amar al otro como me amo a mí mismo.
2. Amar al otro como yo amo a Dios. 3. Amar al otro, como Dios lo ama a ese otro. 4. Amarnos como se ama de Trinidad entre ellos.
¿En cuál estás con más frecuencia?
AMARNOS COMO LA TRINIDAD Somos imagen y semejanza de la Trinidad. Ese AMOR dinámico entre ellos, se da y se recibe amor, se difunde, se expande. Así como el Padre por amor engendró al Hijo, y por el amor entre ambos engendraron al Espíritu Santo La clave es VIVIR PARA EL OTRO. En TODOS LOS ASPECTOS Te entregas TOTALMENTE a los demás POR AMOR, SALES DE TI MISMO Y TE ENTREGAS A LOS DEMÁS. Por la comunión del hombre hacia el prójimo, se demuestra que somos imagen de Dios. Por ello reproducimos la comunión que vive Dios hacia los demás, el cuerpo es testigo del amor del que te ha creado, al entregarte por amor al prójimo. El don que recibes de Dios, lo das.