RESUMEN SANTO TOMÁS y DESCARTES
RESUMEN SANTO TOMÁS y DESCARTES
RESUMEN SANTO TOMÁS y DESCARTES
4) La razón y la fe
El pensamiento cristiano tiene como problema fundamental consiste en preguntarse si
es posible incorporar a su mundo espiritual la filosofía griega y, en general, la
racionalidad, y, en caso de contestarse afirmativamente, cómo ello sea posible.
Frente a este problema de las relaciones entre razón y fe cabe pensar cinco
soluciones posibles:
a) Eliminar la razón: rechazarla, declararla totalmente inadecuada para captar los
contenidos de la fe; ésta representa entonces la antirrazón, aunque por el motivo
inverso del que aducirá la segunda tesis. La razón humana no puede penetrar en el
sentido de la Revelación; y en su fondo es la razón algo demoníaco, que lo llena al
hombre de soberbia, de presunción, y no de la humildad con que debe rendirse a
la fe. Si la razón se opone a la revelación, es por su debilidad.
Tertuliano consideraba a los filósofos "patriarcas de los herejes". Su "antifilosofía" se condensa
en la famosa fórmula credo quia absurdum, "creo porque es absurdo". Esta posición es una
constante, que reaparece, bajo formas distintas, en Lutero, Kierkegaard y también en Miguel de
Unamuno.
1- Los seres contingentes son aquellos que existen, pero podrían no existir, como
un árbol que nace y muere.
2- Si todo fuera contingente, habría habido un tiempo en que nada existía, lo cual
es imposible, ya que de la nada no puede surgir algo. Por lo tanto, debe existir
algo necesario para explicar la existencia de los seres contingentes.
3- Un ser necesario o tiene su causa fuera de sí o es necesario por sí mismo. No
puede haber una cadena infinita de seres necesarios con causas externas.
4- El ser necesario por sí mismo es lo que todos llaman Dios.
D) CUARTA VÍA. Se basa en los grados de perfección. Es una prueba cuya
comprensión puede facilitarse recordando la relación que Platón establece entre las
cosas sensibles y las ideas, y con la Idea del Bien.
1- Observamos que algunas cosas son más o menos buenas, verdaderas o nobles,
formando una jerarquía de perfección.
2- Toda jerarquía implica un grado supremo, un arquetipo de perfección, al que las
cosas se aproximan en mayor o menor medida.
3- Lo que es máximamente perfecto en cualquier aspecto es la causa de ese
atributo en otras cosas, como el fuego que es la causa del calor. Las cosas
imperfectas participan de una perfección que no les pertenece por esencia.
4- Ese ser supremamente perfecto que otorga perfección es Dios, por lo tanto, Dios
existe.
E) QUINTA VÍA: por el orden o gobierno del mundo. Esta prueba "teleológica" es la
prueba del sentido común y la más corriente. Argumenta a partir del orden y la
finalidad en la naturaleza:
1- En la naturaleza hay orden y finalidad. Cosas sin conciencia, como los cuerpos
naturales, obran por causa de un fin, como la raíz de una planta busca la tierra.
Esto no sucede por azar, sino que ocurre siempre "de la misma manera para
conseguir lo que les sea óptimo", teniendo a éste por fin.
2- Algo sin conocimiento, al orientarse hacia un fin, se trata de algo dirigido (pasivo);
por tanto, lo debe dirigir (acto) hacia ese fin "algo consciente e inteligente, tal
como a la flecha el arquero". Todo orden supone un ordenador; el orden no puede
ser fruto del azar, porque ello sería un efecto sin causa. El orden debe tener una
causa final.
3- Por lo tanto, debe existir una inteligencia que ordene las cosas naturales hacia su
fin. No es posible una cadena infinita de inteligencias. Hay una Inteligencia
suprema.
4- Esta inteligencia suprema es lo que llamamos Dios, por lo tanto, Dios existe.
8) La naturaleza de Dios
A la pregunta por su existencia sigue la pregunta por su naturaleza o esencia. De las 5
vías se desprenden los atributos principales de Dios y los elementos con los cuales
puede determinarse su naturaleza: Dios es primer motor inmóvil, causa primera,
ente absolutamente necesario, ente perfecto, e inteligencia suprema
ordenadora del mundo. El examen y demostración de la naturaleza de Dios se
realiza según 2 procedimientos/modos de conocer: por vía de negación y por vía de
eminencia.
Vía de negación: consiste en eliminar o descartar de la noción de Dios todo lo
que le sea incompatible, todo lo que suponga imperfección; de manera que así
se determinan sus diferencias respecto de las criaturas, no es como ellas. Dios es
simple, perfecto, bien supremo, infinito, omnipresente, inmutable y eterno.
Este procedimiento se basa en que nuestro conocimiento de Dios es siempre
deficiente, y su ser permanecerá oculto. Por lo tanto, el conocimiento supremo que
podemos alcanzar en esta vida es reconocer que Dios está por encima de todo lo que
podemos.
La simplicidad de Dios significa que, en tanto los otros entes son compuestos -de
materia y forma, de potencia y acto, de substancia y accidentes, de esencia y
existencia-, Dios excluye toda composición.
La primera vía llegó a la conclusión de que Dios es motor inmóvil, es acto puro; no
tiene potencia. Por tanto, Dios es incorpóreo, puesto que el cuerpo, la materia,
significa potencia. Ni tiene accidentes, porque los accidentes implican potencia. Y en
Dios no hay composición de esencia y existencia.
A diferencia de otros entes que son "por otro", Dios es "por sí mismo" y su esencia
consiste en ser o existir. La esencia de otros entes, como una silla, es diferente de
su existencia, ya que una silla es un compuesto de su "sillidad" y su hecho de existir. En
cambio, Dios es el acto mismo de ser o existir, sin ninguna composición, porque si
su esencia fuera distinta de su ser, implicaría que su esencia sería una potencia
respecto a la existencia. Su esencia es su ser.
Dios es simple: no se intenta dar un concepto positivo de él, sino negar en Él
cualquier tipo de composición. Esto se aplica a todos sus atributos. Al hablar de la
perfección de Dios, no se trata de imaginar un ser perfecto, sino de negar cualquier
imperfección. Como Dios es acto puro, es absolutamente perfecto, mientras que los
demás seres solo tienen alguna perfección en la medida en que participan del ser.
Siendo Dios el existir mismo, es la perfección absoluta y, por lo tanto, es también
bondad suprema, ya que la bondad se basa en la perfección.
La perfección divina implica la infinitud, ya que lo perfecto excluye límites. Infinito
es lo que no tiene límites, la finitud implica limitación imperfección. A diferencia de
los seres creados, limitados por materia y forma, Dios es acto puro, sin
restricciones.
Omnipresencia de Dios: Dios está presente en todas las cosas como causa de su
existencia. Dios es inmutable y eterno, fuera del tiempo, lo que significa que no tiene
antes ni después. A través de las vías, se ha demostrado que su influencia llega a todos
los seres, actuando como motor inmóvil y causa primera. Mientras los entes creados
existen por participación en el ser, Dios es el existir mismo, lo que hace que toda
creación sea un efecto de Él. Por lo tanto, Dios está presente en todas las cosas.
Por ser acto puro, sin potencia ninguna, Dios no puede cambiar, puesto que el
cambio supone potencia; a Dios le corresponde la inmutabilidad. Y a ella va unida la
eternidad. El tiempo supone el cambio, en cada uno de los cuales lo que cambia es
diferente. Pero Dios es inmutable, y por tanto ajeno al tiempo; de Él se niega
todo "antes" y todo "después", carece de sucesión, es "todo a la vez".
Todo lo relacionado con la naturaleza de Dios se expresa de forma negativa porque la comprensión
humana no puede alcanzar el concepto del puro ser o existir que es Dios. Mientras que los entes tienen un
existir que es el acto de una esencia, Dios es el existir subsistente. Dado que los conocimientos humanos
provienen del mundo sensible y las cosas sensibles son efectos de Dios, es posible conocerlo
indirectamente como su causa, ya que debe existir cierta semejanza entre el efecto y la causa.
Criterio Se admitía que lo dicho por ciertas autoridades (Biblia, Iglesia, Aristóteles) era verdad
de por el solo hecho de que tales autoridades lo afirmasen, de manera que bastaría citarlos
autoridad para enunciar la verdad, eximiéndose de cualquier explicación o crítica ulterior.
Sostiene que el "yo" o alma es independiente del cuerpo y más fácil de conocer,
ya que la existencia del cuerpo es dudosa, pero la del "yo" (el cogito) es indubitable. No
conocemos el cuerpo directamente, sino a través de vivencias, que son
pensamientos, estados o manifestaciones de la substancia pensante. Entre
estos pensamientos, algunos son importantes y los llama "ideas", que son
representaciones mentales de las cosas, como imágenes o cuadros de lo que
representan.
Las ideas se subdividen en innatas, adventicias y facticias.
Ideas adventicias: son aquellas que parecen venirnos del exterior, mediante
los sentidos, como las ideas de rojo, amargo, etc.
Ideas facticias: son las que nosotros mismos elaboramos mediante la
imaginación, como la idea de centauro o la de quimera.
Ideas innatas: son aquellas que el alma trae consigo, con total
independencia de la experiencia. Unas representan cosas o propiedades de
cosas (ideas de Dios, alma, círculo, mayor, menor); y otras las llama axiomas o
verdades eternas y son proposiciones como "el todo es mayor que la parte", "nada
puede ser y no ser al mismo tiempo" (principio de contradicción), "de la nada no resulta
nada" (principio de causalidad) . Con estas trabaja la razón, y de ellas sostiene que,
si nos atenemos a las reglas del método, nos proporcionarán un conocimiento
evidente y seguro.
Surge una dificultad: aunque el genio maligno no puede engañarnos sobre el cogito,
podría hacerlo con cualquier otro conocimiento, incluso con ideas innatas,
distorsionando nuestra capacidad de conocer. Para avanzar más allá del cogito y evitar
el solipsismo, es necesario eliminar la hipótesis del genio maligno.
Descartes logra esto demostrando la existencia de Dios.
11- Existencia y veracidad de Dios
Las pruebas tienen el mismo punto de partida: la idea de Dios, de un
ente perfecto.
PRIMERA PRUEBA: esa idea de Dios que yo tengo ha de haber sido producida por
algo o alguien, necesita una causa. Esa causa no puedo serla yo, porque yo soy
imperfecto (la prueba está en que dudo), y lo imperfecto no puede ser causa de lo
perfecto, ya que en tal caso habría falta de proporción entre la causa y el efecto, y el
efecto no puede ser nunca mayor que la causa. Es preciso que esa idea me la haya
puesto alguien más perfecto que yo Dios, por tanto, Dios existe.
SEGUNDA PRUEBA: siendo este ente perfecto, no le puede faltar nada, porque si le
faltase algo no sería perfecto; por tanto, tiene que existir, si no existiese le faltaría la
existencia, y sería una imperfección.
Dios, siendo una sustancia pensante infinita y perfecta, no puede engañar ni mentir,
sino que es completamente veraz. Por tanto, nuestra razón e ideas innatas que nos
dio son instrumentos válidos para el conocimiento. La veracidad de Dios garantiza la
verdad de todo conocimiento claro y distinto. Si nos equivocamos es nuestra culpa, al
apresurarnos a juzgar o dejarnos llevar x prejuicios, no por Dios.