Expediente #6712-2005-HC/TC, Lima
Expediente #6712-2005-HC/TC, Lima
Expediente #6712-2005-HC/TC, Lima
I
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En L ma, a los 17 días del mes de octubre de 2005, el Tribunal Constitucional en sesión
de P eno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini, Bardelli
Lart rigoyen, Gonzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y Landa Arroyo,
pro uncia la siguiente sentencia
I. ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por doña Magaly Jesús Medina Vela y por don Ney
Guerrero Orellana contra la Resolución de la Cuarta Sala Especializada en lo Penal para
Procesos con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima, del 6 de julio de
2005, que declara infundada la demanda de hábeas corpus de autos.
11. ANTECEDENTES
a. Demanda "-.
Con fecha 31 de mayo de 2005, los recurrentes interponen demanda de hábeas
corpus contra los miembros de la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte
Suprema, señores Robinson Gonzáles Campos, José María Balcázar Zelada, Pastor
Barrientos Peña, César Vega Vega y Hugo Príncipe Trujillo, solicitando que se
declare la nulidad del proceso penal seguido en su contra hasta la fase de
instrucción.
Sostienen que acuden al hábeas corpus porque se configura la violación del derecho
a la libertad personal por haberse negado la tutela procesal efectiva cuando se
vulnera su derecho a la probanza y a la defensa. Consideran que tales transgresiones
se produjeron a través de las tres resoluciones judiciales firmes en el proceso penal
seguido en su contra (las expedidas en el 2003 por el Trigésimo Noveno Juzgado
Penal, en el 2004 por la Sexta Sala Penal Superior y en el 2005 por la Primera Sala
Penal Suprema Transitoria).
Expresan que se contraviene su derecho a probar puesto que, habiendo presentado
testi~nia. les (tanto del asesor legal del canal como del administrador del mismo),
nunc fueron admitidas ni rechazadas por el juez. La importancia de tales medios se
centra a en que, antes de emitir el reportaje materia del proceso penal que se siguió
en su con ra, ellos fueron asesorados por abogados, los cuales les aseguraron que no
se afectaba el derecho a la intimidad de la 'vedette' con la emisión del mencionado
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
La demanda de hábeas corpus fue presentada por doña Magaly Jesús Medina Vela y
por Ney Guerrero Orellana y la dirigen contra los vocales de la Primera Sala Penal
Transitoria de la Corte Suprema, señores Robinson Gonzáles Campos~:· )~~é María.
cázar Zelada, Pastor Barrientos Peña, César Vega Vega y Hugo Príndpe'Trujillo. •
El a to lesivo se refiere a la expedición de la Resolución en el Recurso de Nulidad
N.º 301-04, de fecha 28 de abril de 2005, en la cual se declara no haber nulidad en
la s ntencia de fecha 4 de junio de 2004, la misma que condena a los demandantes a
cua ro años de pena privativa de la libertad, suspendida condicionalmente por el
té ino de tres años, por la comisión del delito contra la libertad- violación de la
in midad.
~ P, titorio constitucional
Los demandantes alegan la afectación de los derechos constitucionales a la tutela
procesal efectiva (artículos 139º, inciso 3, de la Constitución, y 4° del Código
Procesal Constitucional) -en correspondencia con la libertad personal (artículo 2°,
inciso 24, de la Constitución)- , en lo referido al derecho a probar (artículo 139º,
inciso 3, de la Constitución) y al derecho a la defensa (artículo 139º, inciso 14, de la
Constitución).
Sobre la base de esta vulneración, solicitan lo siguiente:
- Nulidad del proceso penal hasta la fase de instrucción a fin de que se les permita
probar el hecho postulado como defensa material.
- Nulidad del proceso penal hasta la fase de instrucción a fin de que el juez penal
en la sentencia se pronuncie sobre el argumento de defensa técnica.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
IV. UNDAMENTOS
~ 1
1. Según la Constitución, todo acto u om1s1on que vulnere o amenace la libertad
personal o algún derecho conexo a ella amerita la presentación de una demanda de
hábeas corpus por quien se sienta afectado (artículo 200º, inciso 1). Y, tal como lo
prescribe el Código Procesal Constitucional, se considerará como derecho conexo a
la libertad personal el referido a la tutela procesal efectiva (artículo 4º).
Por tal razón, es pertinente que se plantee la presente demanda de hábeas corpus
sobre la base de una supuesta vulneración del derecho fundamental a la tutela
procesal efectiva de los demandantes, por lo que este Colegiado se encuentra
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
El principal argumento que sostienen está referido a la independencia que debe tener
todo juzgador a la hora de resolver un proceso. Sobre la base del artículo 139º,
inciso 2 de la Constitución (que garantiza la independencia en el ejercicio de la
función jurisdiccional), aducen que no puede aceptarse que un juez pueda emitir
juicios de valor sobre las partes de un proceso.
Sin embargo, debe anotarse que, como derecho fundamental, también los principios
de la función jurisdiccional tienen límites. Por ello, es necesario determinar si en los
procesos de hábeas corpus existe alguna restricción referida a tal principio, pues
sól así se justificaría que se haya determinado la imposibilidad de la inhibición de
1 magistrada.
1
Escrito del abogado de los demandantes del hábeas corpus (fs. 142, 43 del Expediente).
2
Sentencia del Decimotercer Juzgado Penal de Lima en el proceso de hábeas corpus (fs. 165 del
Expediente).
' ,,
.
'
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Como segundo tema, debe precisarse qui se considera como una resolución firme.
Ello porque los recurrentes alegan criterios que implicarían una grave desatención
respecto a cuáles son los fallos judiciales que pueden ser materia de un proceso
constitucional.
A su entender, cada una de las tres resoluciones emitidas en el proceso penal que se
siguió en su contra (sentencia condenatoria, sentencia confirmatoria y sentencia no
anulatoria) tienen la condición de firmes 3 • Sin embargo, han interpuesto el hábeas
corpus tan sólo contra la última de ellas.
Corresponde, entonces, dejar sentado con claridad qué habrá de entenderse por
'resolución judicial firme'; más aún si de una explicación errada puede concluirse
3
Claramente establecido en la Demanda de hábeas corpus (fs. 7 del Expediente).
''
7
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
que contra cualquier sentencia judicial se podría interponer una demanda de este
tipo, desnaturalizando la función de control constitucional de este Colegiado, que
quedaría convertido en una instancia judicial más.
Con relación a ello, es un hecho sin duda significativo que la jurisdicción ordinaria,
cuando resuelve un proceso constitucional -y así ha sucedido en el presente hábeas
corpus- enfatice que se ha respetado irrestrictamente el derecho a la tutela procesal
efectiva aduciendo, casi siempre invariablemente, la regularidad en la tramitación
del proceso. No se hace uso de argumentos constitucionales, sino, tautológicamente,
de fórmulas propositivas que reiteran que el cuestionado es un proceso regular que,
precisamente, está siendo criticado por el supuesto incumplimiento irrestricto de su
regularidad.
En el caso de autos, los vocales demandados señalan que la causa penal la
resolvieron dentro de los límites y formalidades que señala la Ley Orgánica del
gr
8
Poder Judicial4 , que su decisión es correcta desde el punto de vista sustantivo penal 5 ,
y que no han violentado derecho o garantía constitucional alguno que amenace la
libertad6 . Adicionalmente, manifiestan que
Este fallo fue recurrido (respeto a la pluralidad de instancias)\ fl l',caso llegf> .hasta la
~-
Corte Suprema, de modo que tampoco se produjo la afectación a la 'defensa procesal'
como lo denomina la contraria. Pese a ello, ¿cuál es su pretensión?: ¡la nulidad del
proceso! ¿No existe acaso el recurso previsto en el ordenamiento procesal ordinario?
¿No han hecho valer, los demandantes, los medios impugnatorios contra las
sentencias? 7 •
De ello que se puede observar que, tanto los demandados como los1 juzgadores
judiciales han determinado que no se ha afectado de la tutela procesal efectiva por
considerar que el proceso ha sido llevado de manera regular, respetándose el
derecho a la defensa o la pluralidad de instancias. Sin embargo, no se realiza
JÍ; argumentación alguna del por qué el examinador llega a esta conclusión.
7 1O. Según el artículo 139º, inciso 5, de la Constitución, toda resolución que emita una
instancia jurisdiccional (mandato que no se restringe a los órganos del Poder
Judicial, sino también a toda entidad que resuelva conflictos, incluido el Tribunal
Constitucional) debe estar debidamente motivada. Ello significa que debe quedar
plenamente establecida a través de sus considerandos, la ratio decidendi por la que
4
Toma de declaración de los vocales supremos, señores Pastor Adolfo Barrientos Peña (fs. 119
del Expediente), Hugo Príncipe Trujillo (fs. 123 del Expediente) y José María Balcázar Zelada (fs.
126 del Expediente).
5
Toma de declaración de vocal supremo César Javier Vega Vega (fs. 125 del Expediente).
6
Toma de declaración de vocal supremo Robinson Octavio Gonzales Campos (fs. 122 del
Expediente).
7
Apersonamiento y absolución de traslado de la demanda de hábeas corpus por parte del
Procurador Adjunto a cargo de los Asuntos Judiciales del Poder Judicial (fs. 160 del Expediente).
8
Sentencia del Decimotercer Juzgado Penal de Lima en el proceso de hábeas corpus (fs. 166,
167 del Expediente).
9
Sentencia de la Cuarta Sala Especializada en lo Penal para Reos Libres de la Corte Superior de
Justicia de Lima en el proceso de hábeas corpus (fs. 231 b, 232 del Expediente).
',, 18 (
se llega a tal o cual conclusión. Pero una resolución, como la que se observa en el
proceso constitucional que se está resolviendo, en que no se precisan los hechos, el
derecho y la conducta responsable, ni tampoco se encuentra razón o explicación
alguna del por qué se ha resuelto de tal o cual manera no respeta las garantías de la
tutela procesal efectiva. La debida motivación debe estar pre~r.PJ:~ . en toda resolución
que se emita en un proceso. Este derecho implica que cualqtl.iéidecisión•cuente con
razonamiento que no sea aparente o defectuoso, sino que exponga de manera
lara, lógica y jurídica los fundamentos de hecho y de derecho que la justifican, de
anera tal que los destinatarios, a partir de conocer las razones por las cuales se
decidió en un sentido o en otro, estén en la aptitud de realizar los actos necesarios
para la defensa de su derecho. El derecho a la motivación es un presupuesto
fundamental para el adecuado y constitucional ejercicio del derecho a la tutela
procesal efectiva.
Además de considerarla como principio y garantía de la administración de justicia,
este Colegiado ha desarrollado su contenido en la sentencia recaída en el Expediente
N.º 1230-2002-HC/TC, donde se precisó que lo garantizado por el derecho es que la
decisión expresada en el fallo o resolución sea consecuencia de una deducción
razonada de los hechos del caso, las pruebas aportadas y su valoración jurídica.
Además, en la sentencia recaída en los Expedientes N. 0 0791-2002-HC/TC y N.º
1091-2002-HC/TC, se afirmó, entre otras cosas, que la motivación debe ser tanto
suficiente (debe expresar por sí misma las condiciones que sirven para dictarla y
mantenerla) como razonada (debe observar la ponderación judicial en tomo a la
concurrencia de todos los factores que justifiquen la adopción de esta medida
cautelar). Lamentablemente, nada de esto se cumple en las resoluciones emitidas en
los órganos jurisdiccionales que han resuelto el presente hábeas corpus, puesto que
ni siquiera se ha respondido a las pretensiones de los recurrentes.
Aparte de la violación de la debida motivación, no puede permitirse ligerezas de este
tipo en un Estado social y democrático de derecho, máxime si la vigencia efectiva
de los derechos constitucionales es el fin esencial de los procesos constitucionales,
tal como lo señala el artículo II del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional.
En tal sentido, tampoco puede considerarse como adecuado razonamiento de la
judicatura de que no pueda criticarse lo resuelto en el Poder Judicial por estar dentro
del marco de las atribuciones judiciales. No puede alegarse tal inexistencia de
violación sin que se desvirtúen específicamente los argumentos que los recurrentes
alegan. Responder judicialmente de esta manera significa confeccionar en la
sentencia un simple eufemismo procesal. No puede aceptarse que, al momento de
administrar justicia, se señale que no existe vulneración a la tutela judicial efectiva
porque se observa la existencia de un indeterminado 'proceso regular', sin que se
explique por qué ni cómo éste es 'regular', pues es justamente esta 'regularidad' la
que está siendo materia de control por la judicatura constitucional, y una falta de
respuesta motivada al respecto constituye un ejercicio contrario a la función de
administrar justicia. Quien demanda debe demostrar la irregularidad (máxime si se
toma en cuenta la ausencia de etapa probatoria en los procesos constitucionales
prevista en el artículo 9º del Código Procesal Constitucional), y quien sentencia,
' ,,
10
11. Por ello, es necesario que este Colegiado analice cada uno de los argumentos
vertidos por los demandantes respecto a la vulneración de la tut~laiprocesal efectiva
en el proceso penal seguido en su contra, básicamente en la seritertbia emitida.por la
Corte Suprema. '
El estudio concreto de las dos violaciones aducidas (falta de análisis de las pruebas o
carestía de observación de los medios de defensa) podrá franquear una conclusión
conveniente respecto a lo pedido por los demandantes. Si el requerimiento es
aceptable, podrá declararse fundada la demanda, sin que ello signifique una
intrusión en los fueros judiciales. Pero si, por el contrario, lo solicitado tiene por
finalidad concretar una artimaña jurídica, no sólo se podrá declarar infundada la
demanda, sino que incluso se podría tratar de poner un coto a ejercicio procesales
abusivos de este tipo.
Pero lo que no puede permitirse -conviene insistir-, es que sin que se efectúe un
análisis de fondo se llegue a conclusiones apresuradas que no hacen bien al
fortalecimiento de la justicia en el país. Por ende, debe responderse directamente y
con exactitud cada uno de los argumentos esgrimidos por los demandantes.
2. Los recurrentes alegan que durante el desarrollo del proceso penal en que se les
sanciona por su responsabilidad en el delito de violación de intimidad, se ha
vulnerado su derecho a probar:
Cuando en las instructivas negamos la imputación de delito de violación de la intimidad,
postulamos como defensa material el hecho del asesoramiento legal en la realización del
trabajo periodístico de las Prostivedettes, incluso sefíalando los nombres de los
abogados que nos brindaron la opinión jurídica. Técnicamente ofrecimos medios de
investigación o pruebas testimoniales que debieron ser admitidos y actuados por el Juez
Penal respetando nuestro derecho a probar'º.
s decir, aducen que ofrecieron medios probatorios pero que en el Poder Judicial
tales no sólo no fueron analizados correctamente, sino que, peor aún, no fueron
admitidos o fueron rechazados. En ello radicaría la principal vulneración del
derecho a la tutela procesal efectiva. Frente a ello, la Procuraduría Pública del Poder
Judicial señala que no existe vulneración alguna respecto a este derecho, sino que
una argumentación de este tipo lo que refleja es un interés para que nuevamente se
evalúen los aspectos de fondo de la responsabilidad penal 11 •
Entonces, para determinar con claridad la existencia de la violación a la probanza, se
debe analizarse específicamente cuál es el contenido constitucionalmente protegido
10
Demanda de hábeas corpus (fs. 13 del Expediente).
11
Apersonamiento y absolución de traslado de la demanda de hábeas corpus por parte del
Procurador Adjunto a cargo de los Asuntos Judiciales del Poder Judicial (fs. 158 del Expediente).
,,,
11
§J. El sentido constitucional del derecho a la prueba ... ':? !' '
r:·r ., .
13. El derecho a probar es uno de los componentes elementales deloerecho a·fa tutela
ocesal efectiva, pues, como ya lo ha señalado este Tribunal en la sentencia del
E ediente N.º 010-2002-AI/TC, constituye un elemento implícito de tal derecho.
Po ello, es necesario que su protección sea realizada a través del presente proceso
co stitucional.
C mo se ha destacado, la tutela procesal efectiva está consagrada en la Constitución
y en el Código Procesal Constitucional, y su salvaguardia está relacionada con la
ecesidad de que, en cualquier proceso que se lleve a cabo, los actos que lo
onforman se lleven a cabo en los cauces de la formalidad y de la consistencia,
propias de la administración de justicia. Es decir, se debe buscar que los justiciables
no sean sometidos a instancias vinculadas con la arbitrariedad o los caprichos de
quien debe resolver el caso. El derecho a la tutela procesal efectiva se configura,
entonces, como una concretización transversal del resguardo de todo derecho
fundamental sometido a un ámbito contencioso. Por ello, según lo señala la
sentencia del Expediente N.º 200-2002-AA/TC, esta tutela:
( ... ) implica el respeto, dentro de todo proceso, de los derechos y garantías mínimas con
que debe contar todo justiciable, para que una causa pueda tramitarse y resolverse en
justicia. Tal es el caso de los derechos al juez natural, a la defensa, a la pluralidad de
instancias, acceso a los recursos, a probar, plazo razonable, etc.
En este esquema, una de las garantías que asiste a las partes del proceso es la de
presentar los medios probatorios necesarios que posibiliten crear la convicción en el
juzgador de que sus argumentos son los correctos. De esta manera, si no se autoriza
la presentación oportuna de pruebas a los justiciables, ¿se podrá considerar
aniparada la tutela procesal efectiva? Todo hace indicar que ello sería imposible.
Sólo con los medios probatorios necesarios, el juzgador podrá sentenciar
adecuadamente. Por ello, la ligazón entre prueba y tutela procesal efectiva es
i eluctable: la primera constituye un derecho-regla de la segunda; una verdadera
arantía de su ejercicio.
16. Para lograr este cometido, se debe partir del derecho que engloba a la prueba. Es el
derecho a la tutela procesal efectiva, uno que también debe ser determinado
correctamente en el terreno constitucional. La vulneración del contenido
constitucionalmente protegido de la tutela procesal efectiva no puede ser
identificada con cualquier irregularidad procesal, si es que ella implica una
infracción de las garantías cardinales y primordiales con las que debe contar todo
justiciable. Por ello, atañe a este Colegiado restringir la protección de la tutela
13
12
Demanda de hábeas corpus (fs. 15 del Expediente) .
' ,, &¿ I
14
~in
cambiar el sentido de la presente resolución al estar acreditada la manera provocada,
vejatoria e innecesaria con la que se ha actuado (malicia calificada) 14 •
15
De lo expresado, queda claro que se tiene que determinar si un juez como el del
proceso penal está en la capacidad de considerar una prueba como inútil, y si ello
termina vulnerando, o no, el derecho a la prueba por parte de los demandantes.
20. Tanto porque los juzgadores no admiten una prueba postulada, como porque la
califican como inútil, los recurrentes han considera;do' que la vul,p.eración alegada se
entra en que, a su entender, se les impidió invocar una circ~fistancia de la pena
ivilegiada, la del error de prohibición vencible, figura prevista en dos normas del
ódigo Penal: los artículos 14º, último párrafo, y 21 º 17 . Este Colegiado debe insistir
n que no es objeto de la presente sentencia señalar si, en efecto, el error de
rohibición se encontraba debidamente acreditado en autos, sino tan sólo determinar
si la omisión de consentir el recibo de determinadas testimoniales constituye una
vulneración del derecho a la prueba.
Ahora bien, lo que buscaron atacar los propios actores con esta postulación
probatoria, según ellos mismos afirman, era el establecimiento de su inculpabilidad.
Este principio, si bien no se encuentra reconocido expresamente en la Constitución
(de forma tácita se presenta en el artículo 2°, inciso 24, acápite e), se trata de uno
implícito que limita la potestad punitiva del Estado.
17
Demanda de hábeas corpus (fs. 38 del Expediente).
18
BACIGALUPO, Enrique. Derecho Penal - Parte General. Lima, Ara, 2004. p. 160
19
ZAFFARONI, Eugenio Raúl. Derecho Penal - Parte General. 2ª Ed. Buenos Aires, Ediar, 2002. p.
728.
16
Tal como se puede observar, para que la que prueba ofrecida por un inculpado tenga
grado de eficacia tal que pueda ser admitida en un proceso, debe presentar
elementos de juicio irrebatibles a la luz de la responsabilidad penal atribuida.
23. Como premisa básica, la presentación de testimoniales por parte de los querellados
resulta ser una prueba inútil. Ella en sí misma no permite establecer la existencia o
inexistencia del hecho que se pretende probar o verificar con su ofrecimiento o
actuación, que es, finalmente, la capacidad de reacción normativa y la
intemalización de la norma por parte del sujeto.
Justamente, se ha señalado que la prueba del error de prohibición versa:
( ... ) sobre si el sujeto es responsable de la ausencia de motivación conforme a derecho
( ... ). A esa conclusión difícilmente puede llegarse a partir de una prueba directa distinta
de las propias manifestaciones del acusado, de modo que si el propio sujeto invoca
17
error, sólo una manifiesta contradicción a partir de máximas de experiencia puede hacer
decaer su propia declaración al respecto ( ...)2°.
25. Un último punto al respecto. El delito por el que fueron sentenciados los recurrentes
en la querella por delito contra la intimidad, está prescrito claramente en el artículo
154º del Código Penal:
20
PEREZ DEL VALLE, Carlos. Estudios sobre la independencia judicial y el proceso penal. Lima,
Grijley, 2005. pp. 164, SS.
21
Declaración de la defensa de los demandantes (Audiencia Pública del 17 de octubre de 2005).
18
26. Para que los medios probatorios sean admitidos deben ser presentados en su
oportunidad. Ante ello, este Tribunal considera necesario efectuar un análisis de la
presunta vulneración del derecho a la prueba respecto de los presupuestos necesarios
para que el medio probatorio ofrecido sea admitido.
El derecho a que se admitan los medios probatorios, como elemento del derecho de
prueba, no implica la obligación del órgano jurisdiccional de admitir todos los
medios probatorios que hubieran sido ofrecidos.
/
En principio, las pruebas ofrecidas por las partes se pueden denegar cuando importen
pedidos de medios probatorios que no sean pertinentes, conducentes, legítimos o útiles,
así como manifiestamente excesivos 22 .
En tal sentido, es imperioso que se realice un análisis de cuál es el rol que cumple el
medio probatorio, ya que así se podrá determinar, entre otras cosas, si el momento
en que fue postulado era el que correspondía según las normas procesales sobre la
materia.
22
SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. 2ª ed. Lima, Grijley, 2003, p. 817.
19
ella cuando tendrá lugar su actuación. Pero, ¿cuándo se presentó el medio probatorio
en el proceso penal seguido contra los querellados?
aliz das. De lo que se puede observar de ellas es ;que,; básicam~nte, lo que los
ntes señalan son datos necesarios para ejercer su derecho á-'la.''defensa. Nada
n su declaración, los dos coinculpados coincidieron en señalar que:
( ... ) luego de consultar con los asesores internos legales del canal encabezados por el
doctor Leopoldo Valdez, quien a su vez realizó una inter consulta con el asesor legal
externo del canal, el doctor Rolando Souza, luego de recibida la asesoría legal necesaria
para evitar que violemos algún tipo de ley, decidimos emitir el informe 23 .
Como acto probatorio de parte destinado a demostrar la verdad de los hechos que
forman mi defensa material, aporto los siguientes medios probatorios: l.- Medios
probatorios: a) La declaración testimonial de don Emilio Leopoldo Valdez Castafieda
( ...) b) La declaración testimonial de don Mendel Percy Winter Zuzunaga ( ... ). 2.-
Significado probatorio del acto de defensa.- El objeto de los testimonios ofrecidos tiene
por finalidad acreditar que dado el interés público de la investigación periodística que
motivó la difusión del informe se decidió emitirlo al aire previa consulta con el
apoderado especial del canal y abogados externos de la Compafiía Latinoamericana de
Radiodifusión S.A. 24 •
De esta forma se consolida la idea de que existe un medio probatorio ofrecido por
los demandantes que debió ser observado por el juzgador penal recién a partir del 12
de mayo de 2003 .
Entonces, pese a que, según la normatividad procesal penal, en el proceso penal de
autos el plazo para postular medios probatorios (la comparecencia de testigos es uno
e ellos) era antes de la audiencia realizada el día 28 de enero de 2003, recién se
realizó el pedido casi cinco meses después. Del propio escrito de demanda fluye que
los accionantes realizaron el ofrecimiento probatorio -cuya inadmisión y
consiguiente imposibilidad de actuación se cuestiona- fuera del plazo establecido
por ley, perdiendo así toda oportunidad para ofrecer dicho medio probatorio, ya que
las testimoniales, de haber sido ofrecidas, debieron haber sido actuadas en la misma
audiencia en la que el juez examinó a los querellados.
23
Instructivas de Magaly Jesús Medina Vela, del 28 de enero de 2003 (fs. 62 del Expediente) y de
Ney Edgardo Guerrero Orellana, del 28 de enero de 2003 (fs. 67 del Expediente).
24
Escrito N. º 25 de la defensa, recibido el 12 de mayo del 2003 (fs. 71, 72 del Expediente).
' .
21
30. Además de aducir la violación del derecho a la prueba, los recurrentes refieren que,
en el proceso penal seguido en su contra, se ha afectado su derecho a la defensa,
precisando los siguientes motivos:
Desde la fase de instrucción del proceso penal hemos alegado como argumento de
defensa técnica la atipicidad del hecho por el que se nos atribuye ser autores de delito
contra la intimidad, porque los actos de prostitución clandestina, por ser ilícitos, no se
encuentran dentro del ámbito de protección del bien jurídico intimidad. Este argumento
de defensa técnica no ha sido tratado o considerado en las sentencias dictadas en las 3
instancias de la causa penal ( ...)25 .
25
·• Demanda de hábeas corpus (fs. 43 del Expediente).
9¡
22
El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso( ... ).
32. Teniendo en cuenta tales dispositivos, conviene preguntarse cuándo se produce una
violación del derecho de defensa. Ello ocurrirá cuando una persona no logra ofrecer
a quien la juzga los elementos necesarios para desvirtuar una acusación en su contra
o para afirmar que tiene la razón en lo que alega. Pero no todo acto que imposibilita
un correcto uso de la defensa produce un agravio al derecho.
A colación de lo expuesto, el Tribunal Constitucional español ha señalado, como
parte de la Sentencia N.º 237/1999, que
26
Sentencia de primera instancia emitida por el Trigésimo Noveno Juzgado en lo Penal de Lima.
N.° 396-2001 (fs. 80 del Expediente).
27
Recurso de agravio constitucional en el proceso de hábeas corpus (fs. 250, 251 del Expediente).
' . ¡oc?
23
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. .-·.,-/)':.,
sea equiparable cualquier expectativa de un peligfo .. o riesgo U..). Por ello hemos
hablado siempre de indefensión ' material' y no formal, para la-~ oual resulta necesaria
pero no suficiente la mera transgresión de los requisitos configurados como garantía,
siendo inexcusable la falta de ésta, cuando se produce de hecho y como consecuencia de
aquélla. Puestas así las cosas en su punto final, parece claro que la omisión denunciada,
podría ser reprochable en el plano de la legalidad y con efectos quizá en otros ámbitos,
pero está desprovista de trascendencia constitucional para considerar enervada o
debilitada la efectividad de la tutela judicial.
r ende, queda claro que también corresponde determinar si lo que están alegando
demandantes se puede considerar como una forma de vulneración del derecho
ndamental a la tutela procesal efectiva.
33. ara comprobar la vulneración de la defensa técnica, los recurrentes solicitan que
/este Colegiado reexamine el criterio vertido por el órgano jurisdiccional respecto al
carácter de la prostitución clandestina, presumiendo que sólo así se podrá determinar
que no existe violación de la vida privada si existe un ilícito de por medio.
Ante ello, este Colegiado reitera el pleno respeto de la independencia judicial al
momento de resolver, de modo que únicamente determinará si los juzgadores
observaron, o no, los argumentos de defensa presentados. No se pronunciará ni
emitirá reflexión alguna respecto a lo que decidió la Corte Suprema en este caso,
puesto que ello implicaría que resuelva como una instancia judicial ordinaria.
Cabe resaltar que según el artículo 138° de la Constitución,
La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a
través de sus órganos jerárquicos con arreglo a la Constitución y a las leyes( ... ).
Una norma de este tipo sólo puede significar respeto pleno de las resoluciones
judiciales y que ningún otro órgano puede afectarlas, ni siquiera el Tribunal
Constitucional, a no ser que haya vulneración de algún derecho fundamental,
situación en la cual la proscripción prevista en el segundo párrafo del artículo 139º,
inciso 2 de la Norma Fundamental cedería ante la posibilidad de interponer una
demanda de algún proceso constitucional, según lo permite el artículo 200º.
Ahora bien, a grandes rasgos y prima facie, lo que se advierte es que en las tres
sentencias emitidas en el Poder Judicial sí se observaron los argumentos de defensa
P, o no se creyó conveniente asumirlos como válidos para resolver el caso. En cada
a de las instancias, los juzgadores establecieron que era irrelevante averiguar la
existencia de prostitución ilegal, pues ello no era objeto de juzgamiento, lo que en
cierta forma ha terminado confirmando que en su criterio la vida privada de las
personas no tiene relación alguna con la finalidad con la que realizan sus actos.
34. Pese a lo que se acaba de determinar, este Colegiado reseñará algunos parámetros
constitucionales sobre los derechos que estuvieron en juego en el proceso judicial
penal sometido a control constitucional, por ser ello necesario en virtud de la
profilaxis interpretativa que corresponde al Tribunal Constitucional en su calidad de
órgano supremo de interpretación de la Norma Fundamental (artículo 1º de la Ley
Orgánica del Tribunal Constitucional). Ello no significa que se está volviendo a
¡0/
' .
24
resolver sobre el caso del fondo, sino únicamenteé·que ''se analiz"1"á la decisión
judicial en el extremo planteado en la demanda, toda vei que sólo.a_¿fSe desvirtuará,
o validará, la tesis esgrimida por los recurrentes, además de ··sentar las bases
conceptuales para el estudio de derechos fundamentales poco desarrollados
jurisprudencialmente.
Asimismo, se pondrá énfasis en que los jueces, como miembros partícipes del
Estado, deben cumplir con las obligaciones que la propia Constitución reconoce en
el artículo 44º: una de ellas referida a garantizar la plena vigencia de los derechos
humanos. Frente a ello, al ser el órgano de control de la Constitución, según lo
previsto en el artículo 201 º de la propia Norma Fundamental, este Tribunal está
capacitado para resguardar el respeto de los derechos fundamentales de las personas.
En los siguientes puntos, se tratará de insistir en el contenido constitucionalmente
protegido de los derechos fundamentales a la información y a la vida privada, para
que a partir de allí se pueda realizar un juicio de ponderación respecto al vídeo
propalado en el programa Magaly TV. Gracias a este estudio, se determinará en el
último extremo y dentro de los márgenes que impone la presente demanda de hábeas
corpus, si hubo, o no, vulneración del derecho a la defensa técnica.
35. Sólo se podrá analizar la supuesta afectación del derecho a la defensa de los
recurrentes, si previamente se ubica correctamente el reconocimiento judicial de la
existencia de prostitución en la relación entre derechos fundamentales de los
querellados y la querellante.
Al respecto, los recurrentes buscaron ejercer, al momento de emitir el reportaje
mencionado, su derecho a la información. Sin embargo, a partir de un inadecuado
ejercicio de éste, el Poder Judicial determinó su responsabilidad por la afectación de
la vida privada, toda vez que ésta aparece como un límite a tal derecho. Pero, ¿qué
habrá de entenderse por derecho fundamental a la información?
Constitucionalmente, se ha previsto que toda persona puede emitir las noticias que
considere pertinentes, configurándose lo que se conoce como el derecho a la
información. En tal sentido, en el artículo 2º, inciso 4, se ha admitido la existencia
del derecho a la libertad de información. Además, la Declaración Universal de
erechos Humanos, en su artículo 19º, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, en su artículo 19º, inciso 2, la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, en su artículo IV, y la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en su artículo 13 º, inciso 1, reconocen el derecho a la investigación,
recepción y difusión de las informaciones.
Como todo derecho fundamental, la información posee un elemento constitutivo que
le da sentido a su tutela constitucional, componente conocido como su contenido
~.·
esencial, concepto cuyo desarrollo se puede encontrar en la sentencia del Expediente
N. º 0050-2004-AI/TC y otros, donde se darrolla una idea institucional del mismo.
En el caso de la información, y tal como se ha desarrollado en la sentencia del
Expediente N. 0 0905-2004-AA/TC, su contenido esencial se encuentra en la
25
37. La vida privada de las personas es un límite válicr~d~i derecho a la información. Por
ello, corresponde fijar algunos contenidos básicos del primé-ro de los derechos
mencionados con el fin de controlar jurisdiccionalmente el segundo.
Lo importante de dotar de un contenido constitucionalmente protegido a la vida
privada en el presente caso se centra en que los recurrentes aseveran que la violación
a su derecho a la tutela procesal efectiva, en el sentido de derecho a la defensa
técnica, se basa en una consideración equívoca. Debe determinarse, por tanto, si
dentro del derecho a la vida privada se puede dejar de abrigar un ámbito como el de
la prostitución clandestina, máxime si el Poder Judicial ya tomó una decisión clara y
concreta, al considerar que sí la protege.
En primer lugar, es menester observar cómo ha sido reconocida en el ordenamiento
jurídico. En la Constitución, como derecho-regla base se ha prescrito en el artículo
2°, inciso 7, que toda persona tiene derecho a la intimidad personal y familiar.
Además, existen otros dispositivos que siguen refiriéndose a este tema dentro del
mismo artículo 2°: el impedimento de que los servicios informáticos no suministren
informaciones que afecten la intimidad personal y familiar (inciso 6); la
inviolabilidad de domicilio (inciso 9); el secreto e inviolabilidad de comunicaciones
y documentos privados (inciso 1O); entre otros. Y pese a que el desarrollo
constitucional de la materia es disperso, lo cierto es que la Declaración Universal de
Derechos Humanos le da cierta coherencia y unidad. Así, en el artículo 12º se
sostiene que nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su
familia, su domicilio o su correspondencia, motivo por lo cual se expresa el derecho
a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques. Un planteamiento similar
se puede encontrar en el artículo 17º del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y en el artículo 11 º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(sobre todo incisos 2 y 3). Menos amplio es el reconocimiento mostrado en el
artículo V de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, que
se restringe a señalar que toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra
los ataques abusivos a su vida privada y familiar.
Como se observa, existe disimilitud de conceptos entre la normatividad nacional e
internacional, que por ello exige su reconducción hacia un criterio unitario,
básicamente planteado a partir de la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la
Constitución y del artículo V del Código Procesal Constitucional. Básicamente
planteamos que el derecho-principio reconocido es la vida privada, y la intimidad,
uno de sus derechos-regla.
38. Con respecto al bien jurídico tutelado en la Constitución, no cabe duda que la vida
privada refleja uno de muy difícil comprensión, tanto así que algunos consideran
que se trata de un concepto jurídico indeterminado. No obstante ello, juzgamos que
es necesario plantearse sobre él un concepto inicial y preliminar.
Son diversas las posturas para explicar el significado de la vida privada. Algunas la
conciben como aquella zona de la persona que no es pública, por lo que nadie debe
tener acceso a ella. Sin embargo, más correcto es tratar de otorgar un sentido
' '
27
positivo. Así, sobre la base del right to be alone (derec]J.o .<:t estar en soledad) 28 , se ha
estimado apropiado afirmar que es el ámbito personal en~l~cual un s~r humano tiene
la capacidad de desarrollar y fomentar libremente su personalid0,d': Por ende, se
considera que está constituida por los datos, hechos o situaciones desconocidos para
la comunidad que, siendo verídicos, están reservados al conocimiento del sujeto
1sm y de un grupo reducido de fgersonas, y cuya divulgación o conocimiento por
otros trae aparejado algún daño 9. De esta forma se ha llegado a definirla,
entando su faz positiva, como
( ...) el reducto de lo personal no encuentra su confín en la cárcel de la propia
individualidad( ... ) sino que ella sirve de plataforma para la integración del ser humano
con el círculo de ciertos allegados (especialmente a través de los lazos familiares), con
un ambiente físico (el domicilio) y con el ambiente inmaterial de sus manifestaciones
espirituales (la correspondencia, las comunicaciones de todo tipo, los papeles
privados)30 •
39. En el presente caso, el ámbito de la vida privada que estaría siendo objeto de
vi lación es la intimidad personal, zona que también merece protección superlativa
a ravés del tipo penal descrito en el artículo 154 º del Código Penal. En ella, la
P. rsona puede realizar los actos que crea convenientes para dedicarlos al
ecogimiento, por ser una zona ajena a los demás en que tiene uno derecho a impedir
, ntrusiones y donde queda vedada toda invasión alteradora del derecho individual a
la reserva, la soledad o el aislamiento, para permitir el libre ejercicio de la
personalidad moral que tiene el hombre al margen y antes de lo social 31 • Como lo
señala este Colegiado en su sentencia del Expediente N.º 1797-2002-HD/TC, es el
poder jurídico de rechazar intromisiones ilegítimas en la vida íntima o familiar de
las personas.
De esta forma, la intimidad protegía todo acto dentro de un espacio personal de la
querellante, como puede ser las relaciones sexuales que practique, con prescindencia
de la motivación o la causa de dicho hecho. Queda claro, entonces, que su derecho a
la vida privada sí protegía la posibilidad de evitar que otros se inmiscuyan y
reproduzcan en un canal de televisión los actos sexuales que realizó. Sin embargo,
esto no quiere decir que, si se presenta un ilícito, la investigación periodística que se
realice no puede estar también protegida, haciendo disminuir la protección del
ntenido accidental del derecho a la vida privada de la persona. Pero, sobre la base
objetiva del contenido esencial de cada uno de los derechos en juego (vida privada e
información), se efectuará a continuación un análisis ponderativo para comprobar si
la judicatura ordinaria analizó correctamente, o no, el medio de defensa utilizado por
los querellados respecto a la existencia, o no, de prostitución clandestina.
40. Si bien la relación existente entre los derechos a la vida privada y a la información
es una de las más clásicas en el Derecho, en muchos casos se ha dado una respuesta
poco idónea a la teoría de los derechos fundamentales. Así, se ha propuesto la
primacía de la información en virtud de la aplicación equívoca de la teoría
valorativa de las preferred fredoms al sistema constitucional, postura doctrinal que
propendería a una jerarquía entre los derechos fundamentales. Pero, de otro lado,
también se manifiesta y se presencia una prevalencia de la información, basándose
en el efecto irradiante que posee respecto al resto de derechos. Pero no hay que
olvidar que los derechos fundamentales (todos, sin excluir ninguno) están en
igualdad de condiciones dentro de la Constitución.
31
CARRANZA, Jorge A. Los medios masivos de comunicación y el derecho privado. Un problema
contemporáneo: Los avances de la tecnología comunicacional sobre el individuo y la sociedad.
Buenos Aires, Lerner, 1975. p. 41.
29
Por eso, lo que corresponde realizar es una determinac;ión de los contenidos de cada
uno de los derechos involucrados. Sólo así se Uég~{a' la delimitación adecuada de
sus contornos. Para ello, será necesario optar por el método•gé'la ponderación, con
una utilización mixta de los criterios de razonabilidad (propios de cualquier relación
tre derechos fundamentales) y de desarrollo colectivo (exclusivo de los derechos
de espeto de la persona y los comunicativos).
42. A través de la adecuación, la conclusión a la cual se arribe debe ser lo más ajustada
posible a la finalidad de la Constitución, explícita o implícitamente reconocida. En
tal se ido, la acción que realice la persona debe ser conveniente, jurídicamente
hab do (la norma habrá de ser accesible y previsible) y contar con un fin legítimo.
E e juicio aplicado a la relación entre información y vida privada permite
eterminar que sólo existirá una solución adecuada, si es que la noticia sobre la cual
versa la información no desconoce el objetivo previsto en la Constitución en su
artículo 1º (la persona es el fin supremo de la sociedad y del Estado) y que se
materializa en la vigencia del respeto de los ámbitos de la vida privada de una
persona, por más pública que ésta sea.
Por tanto, ¿es permisible que el derecho a la información pueda tocar temas tan
sensibles como las relaciones sexuales de una persona, por más que haya estado en
un supuesto de prostitución clandestina? Este Colegiado considera que no.
La sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos, en el caso Lawrence c. Texas,
del 20 3 (se trata de un caso en que hubo una intervención estatal a un domicilio en
el al dos personas practicaban relaciones homosexuales), también está en la
isma línea:
43. En el caso de autos, el reportaje emitido en el programa Magaly TV, tal como había
sido propalado, no respetaba de ningún modo a la persona sobre la cual versaba el
mismo. Como se puede apreciar de su transmisión, no existe la más mínima
Jo:Y
30
Es relevante, por tanto, para evitar afectar la vida privada de una persona, que el
ejercicio del derecho fundamental a la información se realice sin excesos. Y de otro
lado, en pos de la optimización de cada derecho en juego, buscar que la medida
utilizada permita el mejor desarrollo posible del derecho a la vida privada, tal como
ha debido suceder en el presente caso.
45. La propia Corte Suprema, en el proceso penal seguido contra los demandantes,
recisó que
( ... ) en el caso materia de incriminación se evidencia una injerencia ilegítima a la
intimidad, pues el reportaje televisado 'Las Prostivedettes' exhibe a Mónica Adaro
Rueda manteniendo relaciones sexuales con una persona de sexo masculino. Que
filmaciones de tal naturaleza constituyen formas de cómo se puede penetrar y
quebrantar las fronteras del entorno de la intimidad propia de cada persona, ya que
evidentemente no era una información de interés público. Más reprobable y desvalorada
32
SCHNEIDER (State interest analysis in Fourtenth amendment 'privacy' law), cit. por Pablo Lucas
MURILLO DE LA CUEVA. El derecho a la intimidad. En: "Revista Jurídica del Perú". Trujillo, año
XLVIII, N.º 14 (ene. - mar. 1998). p. 92.
..
31
resulta la conducta sub examen, al haber reconocido los propios sentenciados que
provocaron el encuentro sexual instruyend9 al llamado 'contacto' para que oficie de
. . d 33 • . .• .
~·
mstlga or . _.; r!r 1. ·
~
S· · .. ,.
n tema que vale la pena resaltar está referido al tipo de imágenes que el reportaje
1
emitió. En primer lugar, debe tomarse en cuenta el momento en que se emitieron las
imágenes: la transmisión se produjo a las nueve de la noche, horario en que se
transmitía -y aún hoy se transmite- Magaly TV. En ese momento, ese horario era
considerado ya de carácter familiar 34 , y por lo tanto no era correcta la difusión de
imágenes como las contenidas en 'Las Prostivedettes', máxime si, según el artículo
27º del Texto Único Ordenado de la Ley de Telecomunicaciones, Decreto Supremo
N.º 013-93-TCC, vigente en el momento en que se emitió el reportaje, se
dem ndaba a los medios de radiodifusión que puedan
( ... ) difundir una programación que mantenga los principios formativos que relieven la
dignidad eminente de la persona humana y la defensa de la familia como célula básica
de la sociedad, así como los demás valores que proclama la Constitución Política del
Perú como factores de integración, de identidad nacional y de pacificación.
Nada de lo previsto en esa norma fue respetado en la emisión del reportaje. Es más,
se debió evitar la difusión de imágenes que puedan afectar algún derecho de las
personas, tal como ocurre cuando se cubre el rostro de alguien (el ejemplo más
clásico de ello es cuando aparece un menor de edad, o también cuando testifica
alguien que no desea ser reconocido), ya sea tanto con su consentimiento o sin él,
cosa que tampoco ha ocurrido en el caso de la querellante. Un discurso visual
~ requiere, además de veracidad, ser necesario para cumplir su objetivo.
47. En el caso de autos se ha dicho que el reportaje buscaba demostrar una red de
rostitución en el vedettismo nacional, y que para ello era necesario mostrar a una
bailarina, como era la querellante, justamente manteniendo relaciones sexuales sin
autorización legal para hacerlo. Supongamos que estuviese permitida la filmación de
la persona en la habitación de un hotel, tal como sucedió en este caso, ¿se faculta,
aun así, que el medio de comunicación pueda mostrar las partes íntimas de la
persona involucrada? En el vídeo presentado 35 , se observa con claridad cómo la
33
Sentencia de la Primera Sala Penal Transitoria Corte Suprema en el proceso de delito de
violación a la intimidad. R.N. Nº 3301-04 (fs. 96 del Expediente).
34
Actualmente, en el artículo 40º de la Ley de Radio y Televisión, Ley N.º 28278, se señala que el
horario familiar"( ... ) es el comprendido entre las 06:00 y 22:00 horas".
35
Vídeo del programa (anexado al Expediente).
32
querellante se desnuda -sin saberlo- frente a la cámara, y son vistas sus partes más
íntimas (zonas pudendas), sin que se busque evitar tal hecho. Las únicas imágenes
cubiertas (a través de un cuadrado negro en la pantalla) fueron las del rostro de la
persona que mantuvo relaciones con la querellante.
Queda claro, además, que no hubo consentimieptg ., qe la querellante para la
filmación y menos para la difusión del vídeo del~ que
fue parte, tal como se ha
- lado supra, y esto hace aún más ilícito el reportaje. ".. ·
tema que se debe mencionar está relacionado con la ilegalidad aducida respecto
a 1 prostitución no autorizada. He aquí el tema principal de la supuesta afectación
de derecho a la defensa, pues se constituye como soporte del argumento presentado
p r los recurrentes en el proceso penal que se siguió en su contra, y que fue
puestamente desconocido por el juzgador.
e considera, en el fondo, que los querellados actuaron de acuerdo a derecho, toda
vez que presentaron un reportaje, haciendo uso de su derecho a la información, con
el fin de descubrir una red de prostitución en la farándula limeña. Queda claro que la
prostitución clandestina debe estar proscrita por ser un oficio no permitido en
nuestro ordenamiento.
Al respecto, alegan los demandantes a través de su abogado, que la prostitución
clandestina es un acto no aceptado en Derecho, por lo que habría que considerarlo
como un ilícito o injusto administrativo 36 . Por ello, a su entender, debía analizarse
en primer término si existía dicha red para que, en segundo lugar, se pueda
desconocer una protección superlativa de la vida privada. Considera que le incumbió
al juzgador averiguar si el ilícito aducido se había producido en la realidad, pues
sólo así se hubiese protegido plenamente a los recurrentes.
Frente a ello, para justificar la irrelevancia penal del ejercicio de la prostitución
clandestina de la querellante en la responsabilidad de los recurrentes en el delito
contra la intimidad, el Procurador Público del Poder Judicial consideró pertinente
afirmar que
( ... ) el juez penal, en una extensa sentencia que consta en autos, ha señalado Jo
siguiente: 'No importa, que Jo que realizó Ja señora Adaro en aquel cuarto de hotel, sea
un acto de prostitución o no, no importa que haya estado libando licor con el seflor
Arancibia o que hayan estado jugando a las escondidas porque no es materia del proceso
penal, lo que importa es que existió una violación flagrante de su derecho a la
intimidad37 •
36
Declaración de la defensa de los demandantes (Audiencia pública del 17 de octubre de 2005).
37
Declaración del Procurador Público del Poder Judicial (Audiencia Pública del 17 de octubre de
2005).
33
34
s1(En este tema, resulta particularmente llamativa la actuación realizada por los
querellados en la comisión del delito de violación de la intimidad, pues demuestra el
poco interés mostrado en la protección del derecho a la vida privada de la víctima.
Así, debe constar cómo los propios inculpados del proceso penal, ahora
demandantes en el proceso constitucional, propiciaron la comisión del ilícito
administrativo, el cual, a su vez, es alegado ahora como parte de su derecho a la
defensa. Ellos mismos pusieron a la persona que tuvo relaciones sexuales con la
querellante, tal como la propia recurrente lo relata:
(.. .)como parte de una investigación periodística y debido a que habían muchos indicios
que sefialaban que la prostitución clandestina se había enquistado entre las vedettes de
nuestro medio ( ...) decidimos averiguar qué tan ciertos eran estos indicios. Fue así que
después de una larga investigación llegamos hasta una proxeneta conocida con el
nombre de 'Corín', quien aseguró tener entre las mujeres que ella ofrecía vedettes
conocidas de la televisión, fue así que luego de llamar a la persona que se hizo pasar
como cliente logramos comprobar en la investigación que la vedette Yesabella y
Mónica Adara se dedicaban a la prostitución clandestina ( ...)38 •
38
Instructiva de Magaly Jesús Medina Vela, del 28 de enero de 2003 (fs. 62 del Expediente). Lo
mismo fue señalado por el otro coinculpado [Instructiva de Ney Edgardo Guerrero Orellana, del
28 de enero de 2003 (fs. 67 del Expediente)].
39
Vídeo del Programa (anexado al Expediente).
40
Declaración de la defensa de los demandantes (Audiencia Pública del 17 de octubre de 2005):
considera desproporciona! la actuación de sus defendidos.
35
( ... ) está en la base de una serie de distinciones ( ...): asuntos de interés público (matters
of public interest) por oposición a los que no la tienen, intimidad (privacy), figuras
públicas y simples particulares (public figures, private persons)41 •
41
Análisis del proyecto de MEIKLEJOHN, rec. por Pablo SALVADOR CODERCH. El mercado de las
ideas. Madrid, CEC , 1990. p. 28 .
36
42.
acontece es esto, para el público y la temática que había estaba dentro del formato del
canal, si ésa es la idea, dentro del formato del programa estaba la temática"
- J,-1. r_. :
Frente a tal aseveración, en el proceso penal que , se 'l'es siguió por violación a la
intimidad, el juzgador señaló que '. .•,.
( ... )aun cuando admitamos de manera forzada que la agraviada Mónica Adaro es líder o
corriente de opinión en nuestro país, justo es sefialar que las revelaciones hechas sobre
ella nada tienen que ver con la actividad por la cual es públicamente conocida: su labor
como cantante y bailarina ( ... )43 •
54. Cuando un suceso involucra a una persona conocida por todos, existe una mayor
preocupación del resto de gente en saber sobre ella o conocer lo que los otros opinan
sobre la misma. No es que haya una protección desigual con respecto a su vida
privada, sino que simplemente se está reconociendo una diferenciación.
Pero, ¿por qué brindarle mayor protección las personas sin proyección pública frente
a los que sí la tienen? Para responder a esta interrogante se impone un análisis tanto
de la importancia de sus actividades como de su posibilidad de respuesta ante un
ataque desmedido, toda vez que el acceso que tienen a los medios de comunicación
social es mucho mayor que el que de los particulares.
Lo que también es cierto es que existen diversos tipos de personas con proyección
pública, cada una de las cuales cuenta con un nivel de protección disímil. Según el
grado de influencia en la sociedad, se pueden proponer tres grupos de acuerdo con el
propósito de su actuación:
':" Personas cuya presencia social es gravitante : Determinan la trayectoria de una
sociedad, participando en la vida política, económica y social del país. Ellas son
las que tienen mayor exposición al escrutinio público, por cuanto solicitan el
voto popular.
Personas que gozan de gran popularidad sin influir en el curso de la sociedad:
Su actividad implica la presencia de multitudes y su vida es constantemente
motivo de curiosidad por parte de los particulares, aunque tampoco se puede
negar que ellos mismos buscan publicitar sus labores, porque viven de la fama.
Personas que desempeñan actividades públicas, aunque su actividad no
determina la marcha de la sociedad: Sus actividades repercuten en la sociedad,
pero no la promueven, como puede ser el caso de los funcionarios públicos.
Como se puede dar uno cuenta, la querellante y uno de los querellados se insertan en
el segundo grupo de personas con proyección pública.
t-42- Declaración de la defensa de los demandantes (Audiencia Pública del 17 de octubre de 2005).
43
Sentencia de primera instancia emitida por el Trigésimo Noveno Juzgado en lo Penal de Lima.
N.º 396-2001 (fs. 82 del Expediente).
37
55. Lo que queda por dilucidar en el caso es si era relevante para determinar la
intromisión de la vida privada de la persona el hecho. ~e5,qt!e1 ella era una bailarina
conocida, y si es que para tal propósito se requefía ) íVériguar la_ existencia de
prostitución clandestina. ,,.,
En un caso de Jurisprudencia Comparada, se publicaron en un semanario diversos
artículos titulados 'Mi vida' como si la propia artista, protagonista de estas historias,
los hubiese escrito, lo cual era falso . Por ello, se señaló en la Corte de Apelaciones
de París, en el caso de Marlene Dietrich, que
( .. .) las vedettes están protegidas por los mismos prmc1p1os (generales), y no
corresponde hacer una excepción en lo que a ellas concierne, bajo el pretexto espacioso
de que ellas buscan una publicidad indispensable a su celebridad.
56. El segundo gran tema respecto al desarrollo colectivo está referido a los asuntos que
merecen una atención especializada de la sociedad. En él se demuestra cómo una
persona puede terminar informando un asunto que imperiosamente merece ser
conocido por los demás, y que ello justifica alguna intromisión de la vida privada de
alguien. Ello tampoco ha de impedir la protección de los derechos de los afectados,
sino simplemente la disminución de los límites externos de uno de ellos.
Respecto a la filmación realizada, se afirma que ésta versaba sobre una cuestión de
interés general, lo cual justificaría la posibilidad de invadir la esfera personal de la
querellante, pues
( ... )debido a que era un tema de interés público, había que demostrar la penetración de
la prostitución en el ambiente artístico y al espectáculo ya que muchas personas utilizan
los medios de comunicación como artistas y finalmente no lo son, dejando en claro que
el fin fue hacer conocer un hecho de interés público 44 •
Por tanto, corresponde ahora analizar qué se entiende por juicio del interés del
público, pues solamente a partir de ello se podrá determinar si el juzgador estuvo
acertado en no tomar en consideración una defensa técnica como la referida a la
prostitución clandestina de la querellante.
44
Instructiva de Ney Edgardo Guerrero Orellana, del 28 de enero de 2003 (fs. 67 del Expediente).
38
Estado, pero no debe olvidarse que la sociedad se preocupa también del respeto de
sus miembros y de evitar la invasión de los ámbitos personalt¡_s.
De esta forma, no se puede argüir como válida, por más~·ifl.térés del público que
exista, una intromisión ilegítima en el ámbito privado de las persofüi.s, ya que al
medio de comunicación social
58. No debe confundirse interés del público con mera curiosidad. Es deleznable
argumentar que cuando muchas personas quieran saber de algo, se está ante la
existencia de un interés del público, si con tal conocimiento tan solo se persigue
justificar un malsano fisgoneo.
ste Colegiado ha reconocido la importancia del derecho a la información, pero en
estrecha vinculación con su rol democrático, cosa inexistente cuando se está ante un
acto de curiosidad. Lejos de él, su protección debería disminuir. Hablando de la
expresión y la información, se ha señalado, en la sentencia del Expediente N. º 0905-
2001-AA/TC, que
( ... ) ellas no constituyen una concreción del principio de dignidad del hombre y un
complemento inescindible del derecho al libre élesenvolvimiento de la personalidad.
También se encuentra estrechamente vinculadas al principio democrático, en razón de
que, mediante su ejercicio, se posibilita la formacióµ·, mantenimiento y garantía de una
sociedad democrática, pues se permite la formación libre y racional de la opinión
pública.
45
SCHEUNER (Pressfreiheit) , cit. por Juan José SOLOZÁBAL ECHAVARRIA. "La libertad de expresión
desde la Teoría de los Derechos Fundamentales". En : Revista Española de Derecho
Constitucional. Madrid , año 11, N.0 32. p. 107.
•
39
Por tal razón, cuando una información no cumple un fin democrático y se convierte
en un malsano entrometimiento que afecta el derecho a la vida privada de un
tercero, el grado de protección del primer derecho fundamental habrá de verse
distendido, sobre todo si se afecta la protección de la dignidad de las personas,
establecida en el artículo 1º de la Constitución.
40
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
60. U análisis ponderativo, tanto de los criterios genéricos como de los específicos, de
lo dos derechos en relación, lleva a la conclusión de que la defensa técnica de los
r currentes realizada en el marco del proceso penal que se siguió en su contra no ha
ido afectada de forma alguna. Ahora sí se puede señalar que todo ha sido llevado de
'manera regular en el ámbito judicial.
Si bien es aceptable que una persona pueda informar sobre un asunto como es la
prostitución clandestina, no puede ser válido que ello se realice presentando uno o
dos casos (pues también se presentó otro vídeo de similares connotaciones), a través
de la transmisión de imágenes inútiles para la investigación periodística. Se puede
decir que los demandantes buscaron ejercitar su derecho a la información,
cumpliendo con el respeto a su contenido esencial de veracidad, pero el problema se
encuentra en mantener incólume su contenido accidental. Justamente, el derecho a la
vida privada es uno de los límites que posee el derecho a la información, y es
precisamente este derecho el que protegía a la querellante. Ante tal circunstancia,
era necesario determinar cuál era el contenido de cada uno de estos derechos.
Aparte de establecer que las sentencias judiciales cumplen con un test de
razonabilidad, se debe convenir en que existen suficientes elementos de juicio para
que el juzgador haya declarado la culpabilidad de los querellados. Para insistir en el
carácter doloso de la actuación de los ahora demandantes, el juzgador de primera
instancia señaló que, aparte de no contarse con el consentimiento de la querellada,
las imágenes no sólo fueron transmitidas un solo día (31 de enero del 2000), sino
también fueron reproducidas los días 2, 3, 4 y 7 de febrero del mismo año 46 .
,,d. La reincidencia de la conductora de televisión con respecto a la vulneración de los
.r/ derechos de la bailarina fue justificada por uno de los demandantes:
( ...) sí volvimos a propalar algunos extractos del vídeo original debido a que la vedette Mónica
Adaro declaró públicamente que la persona con la que había sido grabada era su pareja
sentimental, declaró que no había recibido dinero, declaró que el video era una trampa entre otras
acusaciones sin sentido por lo que nos vimos obligados a responderle con imágenes que hablan
más que las palabras. Estas acusaciones públicas, ellas las hizo a través de sintonizados programas
y en noticieros de la televisión, por lo tanto nos vimos obligados a responderle por el mismo
medio 47 .
1"
lt.. 47
Sentencia de pMmera instancia emitida por el TMgésimo Noveno Juzgado en lo Penal de Lima.
N.º 396-2001 (fs. 75 del Expediente).
Instructiva de Magaly Jesús Medina Vela, del 28 de enero de 2003 (fs. 63 del Expediente) .
41
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
f ! ~ ...
Frente a ello, el juzgador de segunda instanéli insistió correctamente en el dolo
• con la reiteración de las
existente en la conducta de los querellados, precisando qüe
imágenes se ha seguido penetrando de manera arbitraria en los ambientes íntimos de
una persona, o en los acontecimientos íntimos de ésta48 .
Para los recurrentes, era elemental terminar favoreciendo a la información en virtud
de la existencia de una supuesta red de prostitución clandestina, dato que fue
rev· o y analizado en sede judicial, aunque sin la acuciosidad que los recurrentes
eclam han. Sin embargo, tras realizar un examen ponderativo adecuado (con cinco
juicios ampliamente explicados), queda claro que tal pedido es irrelevante a fin de
resolv r correctamente el caso concreto. Por tal razón, la demanda en este extremo
es el amente infundada.
62. Lo expuesto no obsta para que se llame la atención a los magistrados de primera y
segunda instancia del proceso penal.
Las normas pertinentes del Código de Procedimientos Penales deben ser aplicadas al
caso concreto y analizadas en su plenitud para ver si su inobservancia acarrea una
r ponsabilidad de índole constitucional por parte de los demandados. Respecto a
cómo debe responder el Poder Judicial ante un ofrecimiento de pruebas, se asevera
que por más dificultades temporales de los juzgadores para resolver, siempre habrá
de explicarse las razones para la que se llega a esta conclusión. Por ello, se debe
reiterar la importancia de que el Poder Judicial responda ante los requerimientos de
las partes de un proceso con la responsabilidad que dicha institución posee, y según
el rol constitucional que se le ha asignado.
Finalmente, por más que en el extremo de la violación del derecho a la prueba se
haya declarado improcedente la demanda, ello no justifica el modo como fue llevada
a cabo la actuación judicial en este caso. Por eso, se requiere de los magistrados
mayor compromiso con su actividad, en el sentido de dar respuesta (así sea negativa,
48
Sentencia de segunda instancia emitida por la Sexta Sala Especializada en lo Penal para
Procesos con Reos Libres. Exp. N. º 1836-03 (fs. 89, 90 del Expediente).
42
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
como correspondió en este caso) dentro del plazo que corresponda, como derecho de
todo justiciable. Esperamos que estos pedidos puegan, en siguientes oportunidades,
ser contestados en el plazo debido.
63. De otro lado, del estudio de los actuados queda claro que la- decisión del órgano
j ·sdi ional ha sido plenamente válida, y que el pedido de los ·recurrentes ante esta
sede no sólo desatiende las resoluciones emitidas en sede judiéial, sino que pretende
que est Colegiado se constituya en una instancia más del proceso penal, procurando
en la manda de hábeas corpus inducir una supuesta actitud temeraria de parte de
los m gistrados emplazados.
En c nclusión, este Colegiado comparte la posición de los demandados en el sentido
de e los recurrentes pretenden desconocer una decisión judicial dictada con todas
las arantías legales49 , y que la demanda es una mera maniobra mediática para eludir
el 1 umplimiento de una resolución ejecutoriada que tiene la autoridad de cosa
juzgada50 .
Este Tribunal reafirma que cualquiera de las resoluciones emitidas en un proceso
judicial adquiere calidad de cosa juzgada, y que la judicatura constitucional sólo
podrá intervenir cuando haya vulneración de los derechos fundamentales de los
litigantes, cosa que no ha sucedido en el caso de autos.
64. Por tal razón, este Colegiado considera necesario referir un tema que nos causó
extrañeza al momento de analizar tanto el expediente de hábeas corpus como el
penal. El asunto se refiere a que si bien se solicita la prueba testimonial, no se
resenta a los dos abogados que supuestamente emitieron informe, sino
simplemente a uno de ellos.
La duda de este Tribunal surgió cuando, a la hora de observar los escritos
presentados por los recurrentes en la querella iniciada en su contra, el nombre del
estudio al cual pertenece el abogado de los recurrentes incluye el apellido de quien
precisamente es el abogado externo del canal, y que es esta persona la que no ha
sido presentada como testigo. Así, respecto al informe interno, es lógico que se
solicite la intervención del abogado interno de Frecuencia Latina, pues él lo debió
haber elaborado. Sin embargo, respecto al informe externo, resulta extraño que se
s licite interrogar al representante del canal, y que no se hubiese pedido la
declaración del mencionado abogado externo.
Ante ello, en la audiencia pública le preguntamos explícitamente al abogado
defensor si alguno de los letrados que realizaron los informes pertenecía a su
estudio. La respuesta fue la siguiente:
49
Toma de declaración de vocal supremo Robinson Octavio Gonzales Campos (fs. 122 del
Expediente).
50
Apersonamiento y absolución de traslado de la demanda de hábeas corpus por parte del
Procurador Adjunto a cargo de los Asuntos Judiciales del Poder Judicial (fs. 160 del Expediente).
51
Declaración de la defensa de los demandantes (Audiencia pública, del 17 de octubre de 2005).
•
43
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Lógicamente, se estaba aceptando que el abogado Souza era -y es- el socio del
abogado Nakazaki, cuyo Estudio Jurídico es el que patrocina a los demandantes en
la presente demanda de hábeas corpus. Según se ptfode observar, quienes
pr even la emisión del reportaje sobre 'Las Prostived~tt.es', gracias~a . un informe
xtem ' son los mismos que posteriormente patrocinan ~ a ' los recurrentes en un
proce penal, y actualmente los respaldan jurídicamente . en ' el proceso
consti cional.
lnclu ive, en el mismo proceso penal, utilizando los argumentos de la propia
defe sa, se pudo haber terminado investigando a dichos abogados (externo e
inte .o) por una posible instigación en la comisión del delito de violación de la
inti idad. Debemos recordar que, según alegan los propios recurrentes, estos
co~etieron el delito simplemente porque ambos abogados les señalaron que no
exif tía un problema de legalidad en sus actos.
65. Según el artículo 11 del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, los
procesos constitucionales tienen como fin la vigencia efectiva de los derechos
fundamentales de la persona. En conjunción con ello, estos procesos deben ser
desarrollados sobre la base de un principio como es la celeridad, tal como lo señala
el artículo 111 del mismo cuerpo normativo. Sobre esta base, corresponde a este
Colegiado tutelar los derechos a las personas en un tiempo adecuado. En un análisis
objetivo de esta afirmación, queda claro que no podrá permitirse actuaciones
procesales que lo único que buscan es, antes que proteger derechos, crear supuestos
temerarios asentados en la irreflexión y osadía, con el único propósito, tal como se
constata en el petitorio de la demanda, de demorar la conclusión final del proceso
originario.
Por más tutelar que sea la función del Tribunal Constitucional, no puede permitirse
que se utilice dispendiosa y .maliciosamente los recursos procesales que tiene a su
disposición cualquier justiciable, lo que a su vez, acarrea una desatención de otras
causas que merecen atención, y que, por analizar casos como el planteado, deben
esperar una respuesta más lenta de la que podría haberse realizado si es que no
estuviesen permitidas actuaciones como la realizada por los recurrentes. Al respecto,
según el artículo 56º del Código Procesal Constitucional, se podrá condenar al pago
de costas y costos al demandante cuando se incurra en manifiesta temeridad.
· bien la norma está relacionada con los procesos de amparo, este Tribunal estima
oportuna su utilización para el caso de autos, pues una interpretación extensiva
coadyuvará a que los fines de los procesos constitucionales (proscripción de
procesos no céleres) sean cumplidos. Este Colegiado considera, asimismo, que, para
que haya una verdadera protección objetiva, y cuando las circunstancias así lo
obliguen, es pertinente imponer multas, y no sólo para los demandados, sino cuando
medie mala fe por parte de los demandantes.
Como se ha podido advertir, la actitud de los recurrentes ha sido plena y
absolutamente irreflexiva. Varios hechos demuestran esta disposición a lo largo del
proceso; entre otros, se pueden mencionar: presentar un pedido de inhibición cuando
ello no procedía; reclamar el uso de los procesos constitucionales contra cualquier
tipo de sentencia; dejar de presentar testigos; evitar relacionar la intervención de los
P'
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66. Pese a que el pago se impone contra los recurrentes por una desestimación del
petitorio de la demanda, de los datos presentados a lo largo del proceso seguido, este
Colegiado ha advertido algunas cuestiones respecto a la práctica profesional de la
defensa. Ésta, por principio, no amerita una utilización arbitraria de los medios
procesales que el sistema jurídico provee, sino más bien comporta la necesidad de
patrocinar convenientemente a los defendidos. Así, no es posible que los miembros
de un estudio jurídico primero manifiesten a sus clientes que pueden realizar un acto
porque no lo asumen como delito, cuando sí lo es; luego defenderlos en el proceso
penal que se investiga por la comisión de tal acto; y, posteriormente, conducirlos
hasta un proceso constitucional como modo de infundir esperanzas - muchas
veces infundadas- a quienes confiaron en ellos.
La Norma Fundamental es muy clara cuando prescribe, en su artículo 103º, que no
se puede amparar el abuso del derecho. La actuación inapropiada de un abogado
defensor, más que beneficiar a sus defendidos, puede terminar impidiéndoles un
adecuado patrocinio y protección jurídica, cuestión que, indudablemente, merece ser
evaluada a la luz de la deontología forense en el país.
VI. FALLO
HA RESUELTO
l
alega la violación del derecho a la prueba.
3. Declarar INFUNDADA la demanda de amparo de autos en el extremo que alega la
violación del derecho a la defensa.
4. EXHORTAR a los magistrados del Poder Judicial mayor compromiso en el
ejercicio de sus funciones jurisdiccionales, sobre todo en lo relativo a dar respuesta a
los pedidos de los justiciables, por más infundados o improcedentes que estos sean.
••'
45
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SS.
·- AL VA ORLANDINL-~:_...!~----""'--c::.-
BARDELLI LAR 1
GONZALESO D
GARCÍA TOMA
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO