Tema 9 Manipulacion Microbiana
Tema 9 Manipulacion Microbiana
Tema 9 Manipulacion Microbiana
El estudio de los agentes infecciosos que pueden ser patógenos para el hombre, los animales u otras formas
de vida comporta riesgos que varían según el agente infeccioso y los procedimientos utilizados. Siendo este
el objetivo principal de todo laboratorio de Microbiología, tiende a asumirse que el concepto general de
seguridad equivale a seguridad biológica, lo que no es del todo cierto, ya que el personal está expuesto a
riesgos de tipo físico y químico, en razón de los procedimientos, de la instrumentación, de las condiciones de
trabajo y de los materiales utilizados1,2. Por otra parte, aunque sean los actores y objetivos fundamentales, es
importante señalar que la seguridad en el laboratorio de Microbiología no se refiere solo a la del personal que
desarrolla allí sus tareas, sino que debe ampliarse a los visitantes, a la sociedad en general y al medio ambiente.
En resumen, se trata de un concepto muy amplio y con objetivos muy diversos.
Las normas de seguridad pretenden reducir a un nivel aceptable el riesgo inherente a la manipulación de
material peligroso y de todo lo que lleva aparejado. Nunca será posible eliminar por completo el riesgo, entre
otras cosas porque no todos estos son previsibles. Por tanto, deben considerarse un compromiso destinado a
conseguir que las personas que trabajen en el laboratorio de Microbiología Clínica estén expuestas al mínimo
riesgo posible.
Aunque la motivación individual del personal, la metodología y las infraestructuras son importantes en la
reducción de los riesgos en el laboratorio de Microbiología, la formación es la clave de la eficacia de los
programas de seguridad, y debe ser facilitada a todas las personas que desarrollan allí su actividad laboral.
Deben existir normas escritas sobre salud y seguridad en el lugar de trabajo, incluyendo programas de
inspección y monitorización y normas de adiestramiento para trabajar de forma segura. Los elementos clave
para conseguir todo ello son la elaboración del Manual de Seguridad y del Plan de Formación en Seguridad,
ambos mutuamente relacionados.
El Manual de Seguridad ocupa un lugar central en la formación e información que reciben los trabajadores,
como herramientas esenciales de la minimización del riesgo. Aunque no es un documento obligatorio por
normativa legal, es del todo recomendable que el laboratorio elabore el suyo propio y lo distribuya entre todo
el personal. Al igual que la actividad de un laboratorio de Microbiología, el Manual debe ser un documento
dinámico, sometido a revisión periódica y adaptado a los requisitos de cada laboratorio. La redacción debe ser
simple y directa, estar estructurado de una manera organizada y, cuando sea posible, debe apoyarse en
elementos gráficos que hagan de él un documento vivo, de lectura atractiva y fácilmente consultable. Solo de
esta manera se podrán alcanzar la mayor parte de los objetivos formativos y cumplir su misión dentro de la
seguridad en el laboratorio. Sobre estos fundamentos, el Grupo de Gestión en Microbiología de la Sociedad
Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) ha elaborado un modelo genérico
de Manual de Seguridad cuyo objetivo es servir de punto de partida para que cada laboratorio elabore el suyo
propio. Este manual está disponible en la página web de SEIMC3 y se revisa periódicamente.
Además de la formación del personal, los reconocimientos de salud laboral son también fundamentales dentro
del Plan de seguridad en el laboratorio de Microbiología, dada la exposición de los trabajadores a riesgos
biológicos, físicos y químicos. Habrán de aplicarse, como de obligado cumplimiento, todas las normativas
legales existentes, por fortuna cada vez más completas y detalladas. Son particularmente pertinentes
los Protocolos de vigilancia sanitaria específica de los trabajadores expuestos a riesgos biológicos,
elaborados por el Ministerio de Sanidad4.
Como parte de una institución sanitaria, el laboratorio de Microbiología está sometido a otras normativas
relacionadas con la seguridad, entre ellas los planes de emergencias. Se entiende como emergencia todo suceso
que aparece de forma imprevista en cualquier lugar o actividad, de causa diversa y gravedad variable, y que
requiere una acción inmediata. Un Plan de Emergencia es un conjunto de medidas destinadas a hacer frente a
las situaciones de riesgo de un laboratorio, minimizando los efectos sobre las personas y bienes, y garantizando
la evacuación segura si fuera necesario. Los objetivos de un Plan de Emergencia son: a)prevenir el riesgo de
incendio o cualquier otro tipo; b)procurar la evacuación inmediata; c)organizar la intervención rápida;
d)colaborar con las ayudas externas, y e)organizar simulacros de evacuación. La sistemática para resolver
emergencias es: detectar y comprobar la emergencia, alertar a los servicios de ayuda externa, activar (si
procede) los equipos de evacuación e intervenir con los medios personales y técnicos. Por lo que se refiere al
plan específico para el laboratorio de Microbiología, deberá ser coherente con las normas generales
establecidas para el hospital o institución de los que forma parte.
La identificación de los peligros asociados al trabajo en el laboratorio y de la gravedad que representan para
la salud es el punto de partida de la correcta gestión de la seguridad. Aunque los términos «peligro» y «riesgo»
se intercambian en el habla habitual, técnicamente definimos al primero como todo aquello que puede afectar
a la salud del individuo o de la comunidad, mientras que «riesgo» se refiere a la probabilidad de que esto
ocurra y es, por tanto, cuantificable5. Este procedimiento de cuantificación es lo que se conoce como
evaluación del riesgo. En este apartado se revisan los diferentes tipos de peligros en el laboratorio y sus riesgos
asociados. Por razones obvias, la evaluación del riesgo biológico merece un capítulo aparte. Para una
información más detallada, recomendamos la consulta de revisiones o monografías especializadas2,6-8.
Riesgos físicos
Factores de riesgo físico son todos aquellos factores ambientales de naturaleza física que al actuar sobre el
trabajador pueden provocarle efectos adversos a la salud, dependiendo de la intensidad, del tiempo de
exposición y de la concentración de los mismos. Su origen está en los distintos elementos del entorno de los
lugares de trabajo. Los principales factores de riesgo físico a los que se ve sometido el trabajador del
laboratorio de Microbiología son: ruido, iluminación, temperaturas extremas (frío, calor), electricidad y
radiaciones no ionizantes. También se incluyen los peligros derivados de la utilización de instrumental
(mecánicos o de otro tipo), que cada vez tienen más protagonismo en los laboratorios.
La ergonomía trata de adecuar el lugar de trabajo a las características, a las limitaciones y a las necesidades
de los trabajadores para mejorar su seguridad y su salud. Es importante que el puesto de trabajo esté bien
diseñado, teniendo en cuenta al trabajador y la tarea que va a realizar, a fin de que se lleve a cabo cómoda y
eficientemente. Se pretende evitar las enfermedades relacionadas con unas condiciones laborales deficientes,
reducir indirectamente otros tipos de riesgo y asegurar una mayor productividad en el trabajo.
El riesgo psicosocial laboral se entiende como todo hecho o situación, consecuencia de la organización del
trabajo, que tiene una alta probabilidad de afectar a la salud del trabajador y cuyas consecuencias son o pueden
ser importantes. Los riesgos psicosociales más importantes son la violencia, el acoso y el estrés, siendo este
último la causa más frecuente de baja laboral.
Riesgos químicos
Cualquier manipulación de un producto químico presenta siempre una serie de peligros para la salud o el
medio ambiente relacionados con sus propiedades. Cuando la sustancia química es peligrosa para la salud
humana, hablamos de riesgo tóxico. Los efectos de estas sustancias pueden presentarse de manera transitoria
o permanente, de forma aguda o a medio plazo o crónica.
Al evaluar los riesgos químicos en el laboratorio de Microbiología, las operaciones más habituales que los
generan son el trasvase de vertido libre, la extracción con disolventes volátiles, la limpieza del material de
vidrio, y el transporte y almacenamiento de sustancias. Los agentes implicados con mayor frecuencia en los
accidentes químicos son los ácidos y las bases, seguidos de los productos inflamables (alcoholes y cetonas).
Todos los productos químicos empleados en el laboratorio deben contar, de manera obligatoria, con una ficha
de datos de seguridad. En la normativa actual española no se especifica ningún formato estándar, pero sí se
establece el tipo de información que debe incluir, como por ejemplo la identificación de los peligros asociados
al producto, así como las medidas de manipulación, de almacenamiento y de actuación en caso de accidente,
entre otras9.
Riesgos biológicos
Los agentes biológicos constituyen un factor de riesgo laboral por su capacidad de desencadenar
enfermedades. La bioseguridad, como proceso que se realiza con el fin de evitar la exposición involuntaria al
material biológico o su liberación accidental, afecta a todas las actividades realizadas en el laboratorio. La
concienciación, el trabajo depurado, la formación y el uso de barreras de protección han reducido
drásticamente el número de infecciones en el laboratorio y de sus consecuencias10,11. El espectro de agentes
causales también ha cambiado en el tiempo (tabla 1).
Tabla 1.
1930-1978 1979-2004
Agente etiológico Casos (n) Agente etiológico Casos (n)
Brucella spp. 426 Mycobacterium tuberculosis 199
Coxiella burnetii 280 Arbovirosis 192
Hepatitis B 268 Coxiella burnetii 177
Salmonella typhi 258 Hantavirus 155
Francisella tularensis 225 Brucella spp. 143
Mycobacterium tuberculosis 194 Hepatitis B 82
Blastomyces dermatitidis 162 Shigella spp. 66
Encefalitis equina venezolana 146 Salmonella spp. 64
Chlamydia psittaci 116 Hepatitis C 32
Coccidiodes immitis 93 Neisseria meningitidis 31
Totales 2.168 1.141
En la legislación española, la norma fundamental para la protección de los trabajadores frente a riesgos
biológicos es el Real Decreto 664/19975. En dicha normativa, se clasifica a los agentes biológicos en 4 grupos
en función del riesgo de infección, que condicionan el funcionamiento del laboratorio y las medidas de
contención a aplicar. Así, el agente biológico del grupo1 es aquel que es poco probable que cause una
enfermedad en el hombre; el agente biológico del grupo2 es el que puede causar enfermedad en el hombre y
suponer un peligro para los trabajadores, siendo poco probable su propagación a la colectividad, y para el que
existe generalmente profilaxis o tratamiento; el agente biológico del grupo3 es aquel que puede causar una
enfermedad grave en el hombre y presenta un serio problema para los trabajadores, con riesgo de que se
propague a la colectividad, existiendo frente a él, generalmente, profilaxis o tratamiento; por último, el agente
biológico del grupo4 es el que, causando enfermedad grave en el hombre, supone un serio problema para los
trabajadores, con muchas probabilidades de que se propague a la colectividad, y sin que exista frente a él,
generalmente, profilaxis o tratamiento.
Para manejar de manera segura material infeccioso en el ámbito del laboratorio y reducir al mínimo la
exposición a agentes potencialmente peligrosos deben tomarse medidas de contención del riesgo biológico.
Los 3 elementos fundamentales de la contención son: a)las prácticas y técnicas del laboratorio; b)los equipos
de seguridad (barreras primarias), y c)el diseño y la construcción de las instalaciones (barreras secundarias).
En España, el AnexoIV del mencionado RD 664/1997 y la Directiva de la UE 200/54/CE son las normas
legales de referencia, y establecen la existencia de 4 niveles de contención basados en la combinación de
medidas relacionadas con los 3 elementos fundamentales de seguridad antes citados y teniendo en cuenta el
grado de peligrosidad de los distintos microorganismos que se manejan (clasificación de los agentes
biológicos), sus vías de transmisión y la función y actividad del laboratorio.
Se define como evaluación del riesgo biológico al proceso mediante el cual se identifica la peligrosidad de los
agentes infecciosos conocidos o de los materiales potencialmente infecciosos (incluyendo la posibilidad de
agentes desconocidos), las actividades que pueden exponer al operador o a otras personas al agente infeccioso,
la probabilidad de que tal exposición genere una infección, y las consecuencias para la salud de quienes la
desarrollen12. La evaluación del riesgo servirá como guía para identificar el nivel de seguridad a aplicar y, en
consecuencia, la elección de las prácticas más seguras y los equipos de protección más apropiados. En último
término, también puede guiar las oportunas modificaciones en el diseño del propio laboratorio.
1)
Peligrosidad del agente infeccioso. Se evalúa cualitativamente, según los agentes se adscriban a los 4 grupos
de peligrosidad; y cuantitativamente, en función de otros factores propios del agente infeccioso, como son la
vía de transmisión, la dosis infecciosa, la estabilidad en el medio ambiente, el espectro de posibles
hospedadores y la naturaleza endémica del agente implicado.
2)
Peligros relativos a los procedimientos. Es fundamental conocer las principales rutas de accidentes en
laboratorio, a saber: a)inoculación parenteral; b)salpicaduras y derrames sobre piel y mucosas; c)ingesta
accidental: d)mordeduras y arañazos de animales, y e)inhalación de aerosoles. Esta última ruta es,
probablemente, la más significativa, ya que suele estar presente en muchos procedimientos del laboratorio.
3)
Peligros asociados con las prácticas de trabajo, equipos de seguridad e infraestructuras. La concienciación
y el uso de una técnica depurada por parte del personal constituyen las herramientas más importantes en la
prevención de accidentes biológicos. Asimismo, el disponer de equipos de seguridad y usarlos de manera
adecuada, así como la adecuación de las infraestructuras, son cruciales en la evaluación del riesgo y en su
posterior control.
La evaluación del riesgo biológico, al estar sujeta a continuos cambios, es un proceso subjetivo en el que se
toman decisiones basadas en un conocimiento incompleto. El manual Biosafety in Microbiological and
Biomedical Laboratories de los Centers forDisease Control and Prevention y los National Institutes of
Health norteamericanos7 aconseja una aproximación práctica en 5 pasos: 1)identificar la peligrosidad del
agente y realizar una evaluación preliminar del riesgo; 2)identificar el peligro asociado a los procedimientos
llevados a cabo en el laboratorio; 3)determinar el nivel de bioseguridad apropiado e implementar las
precauciones sugeridas en la evaluación del riesgo; 4)evaluar la capacitación del personal en relación con las
prácticas de seguridad, y 5)revisar la evaluación del riesgo por parte de otro profesional con conocimientos.
Transmisión aérea
Constituye la vía de transmisión más efectiva. Una característica diferencial importante es que el riesgo no se
limita al ámbito estricto del laboratorio, sino que se traslada a otras partes del hospital e, incluso, fuera de él
(trabajos de campo, etc.), lo que repercute sobre la adopción de medidas de protección.
Aparte de que se trabaja con concentraciones elevadas del microorganismo, en el laboratorio se llevan a cabo
múltiples procesos que elevan el riesgo de contraer este tipo de infecciones. Entre ellas citaremos la simple
manipulación de las muestras (traslado, apertura de contenedores), la práctica de siembras, subcultivos,
pipeteos y mezclas, y los procedimientos instrumentales como la centrifugación, la agitación o la sonicación.
En la actualidad, Mycobacterium tuberculosis es la primera causa de infecciones en el laboratorio, incluso en
aquellos con buenas instalaciones10,11,13.
El número de agentes infecciosos que pueden transmitirse por vía parenteral por exposición ocupacional en el
laboratorio va más allá de los que se transmiten por esta vía de forma natural. En la práctica real (estadísticas
de accidentes modernas), las infecciones atribuibles a este mecanismo han descendido notablemente y se
centran, esencialmente, en los virus de la inmunodeficiencia humana y los virus de la hepatitisB y C. En
la tabla 2 se resume el riesgo asociado con estos agentes14.
Tabla 2.
VHB: virus de la hepatitis B; VHC: virus de la hepatitis C; VIH-1: virus de la inmunodeficiencia humana tipo
1.
Adaptado de Hunt14.
También puede transmitirse en el laboratorio una amplia variedad de patógenos como consecuencia del
contacto accidental con la piel y las mucosas. El riesgo será muy variable, en función del microorganismo, de
su concentración, de la extensión del accidente y la integridad de la zona afectada.
Habitualmente, la ingestión se produce de forma inadvertida. La concentración del patógeno en las propias
muestras, o la amplificación que supone el cultivo, superan con mucho las dosis infecciosas habituales, incluso
de aquellos patógenos que requieren dosis elevadas. El uso de equipos de protección, la manipulación segura
y las medidas de higiene habituales han reducido notablemente el riesgo10,11.
Son muchas las enfermedades infecciosas que tienen un origen zoonótico y que pueden representar un riesgo
para la seguridad del personal. Hay 2 situaciones bien diferenciadas por lo que respecta a la bioseguridad:
a)los laboratorios que trabajan con animales de experimentación que puedan estar infectados, y b)los
laboratorios diagnósticos que trabajan con materiales de origen humano procedentes de pacientes que sufren
dichas zoonosis. Es el caso de las arbovirosis, brucelosis, tularemia, fiebreQ, etc. Tradicionalmente han
constituido una de las causas típicas de infecciones contraídas en el laboratorio, potenciadas por el hecho de
que muchas de ellas se transmiten por vía aérea, si bien su impacto se ha reducido mucho en laboratorios con
unas condiciones de bioseguridad mínimas11.
Las toxinas microbianas (bacterianas, esencialmente) se comportan como los productos químicos tóxicos pero,
a diferencia de estos, pueden ser producidos por la multiplicación de los microorganismos durante los procesos
diagnósticos que se llevan a cabo en los laboratorios de Microbiología. El nivel de seguridad2, habitual en los
laboratorios, y la buena práctica reducen a casos anecdóticos las intoxicaciones por toxinas.
Una de las actividades recomendadas a la hora de evaluar el riesgo biológico y su posterior aplicación en la
prevención consiste en la elaboración de un inventario de agentes biológicos utilizados en el laboratorio y sus
fichas de datos de seguridad. No existe un modelo predefinido, si bien se recomienda seguir las directrices de
la NTP 63615. Algunos de los conceptos a incluir en esas fichas serían: a)nombre científico actual del
microorganismo; b)sinónimos o nomenclaturas previas; c)vías de contagio, por orden de mayor a menor
riesgo; d)dosis infecciosa, en función de la ruta; e)profilaxis preexposición; f)medidas preventivas
postexposición, y g)actuación en caso de accidente y primeros auxilios.
Un buen procedimiento de trabajo y la concienciación del operador son condiciones indispensables para la
seguridad, y no pueden suplirse con material especializado. Por ello, la existencia de un Manual de Seguridad
y el establecimiento de un adecuado programa de formación son los 2 pilares básicos para conseguir este
objetivo. Además, calidad y seguridad son 2 conceptos interrelacionados, por lo que es fundamental definir
protocolos de trabajo para todas las acciones realizadas en un laboratorio moderno. La utilización de materiales
y equipos complementan y potencian el nivel de seguridad básico derivado del trabajo depurado y se clasifican
en barreras primarias y secundarias.
Barreras primarias
Su finalidad es proteger al trabajador y su entorno inmediato. Incluye los equipos de protección individual
(EPI), las cabinas de seguridad biológica (CSB), las campanas de gases, las cubetas de seguridad de las
centrífugas y el uso de recipientes cerrados y otros sistemas de ingeniería destinados a eliminar o minimizar
las exposiciones a materiales biológicos peligrosos. Como se ha dicho, las vías de transmisión más comunes
en el laboratorio de Microbiología son la aérea y la inoculación directa, de ahí la importancia de los EPI y las
CSB.
Los EPI minimizan el riesgo de exposición; los más utilizados en el laboratorio de Microbiología son las batas,
pijamas, monos, delantales de plástico, calzado, patucos, gafas de protección y de seguridad, pantallas faciales,
respiradores y guantes. Las CBS están diseñadas para proteger al trabajador, al ambiente y al propio material,
siempre que se utilicen en las condiciones adecuadas (si no es así, incluso pueden ser contraproducentes). La
protección brindada por estas se basa en las barreras o cortinas de aire en flujo laminar, generadas mediante
un sistema impulsor, y en el paso del aire circulante a través de filtros HEPA (High Efficiency Particulate
Airborne). Las CBS se clasifican atendiendo a sus características constructivas y de operación8,16. Las de
claseI proporcionan protección al operador y al ambiente, pero no al producto. Las CSB claseII protegen a
todos ellos gracias a la filtración HEPA y al flujo de aire vertical, y son las más comunes en los laboratorios,
existiendo subclases según distintos estándares internacionales. Por último, las de claseIII permiten trabajar
con microorganismos altamente infecciosos y realizar operaciones de alto riesgo que se llevan a cabo en un
receptáculo totalmente cerrado.
Barreras secundarias
Persiguen la protección tanto del personal del laboratorio como del que procede de fuera (personal
administrativo, enfermos y visitantes del hospital), e incluso de la comunidad, frente a posibles escapes
accidentales de agentes infecciosos. Estas barreras se basan en el diseño del laboratorio, la señalización y las
medidas de contención.
El laboratorio de Microbiología debe ser un lugar seguro, eficiente y cómodo, así como contar con el espacio
suficiente en función de la carga de trabajo. Su diseño debe tener en consideración varios aspectos básicos:
a)ubicación adecuada; b)sistema de ventilación independiente del resto del edificio; c)diferenciación de áreas
de trabajo en función del riesgo, y d)utilización de materiales de construcción adecuados.
Todas las áreas de trabajo del laboratorio de Microbiología deben estar debidamente marcadas con la señal de
riesgo biológico y su nivel de contención. La señalización mediante pictogramas contribuye a indicar los
posibles riesgos y la naturaleza de estos. Los distintos tipos de señales que podemos encontrarnos en un
laboratorio son de advertencia, prohibición, obligación, equipos contra incendios, salvamento, etc. Todas ellas
siguen diseños sobre estándares establecidos por organismos internacionales de normalización.
Tabla 3.
Veinte recomendaciones básicas para trabajar con seguridad en el laboratorio de Microbiología Clínica
1. La mayor parte de microorganismos que se manejan en el laboratorio son patógenos. No te lleves nada
a la boca. No se permite fumar, comer, beber ni aplicarse cosméticos en el laboratorio2. Mantener cada
zona de trabajo limpia; no dejar objetos personales sobre las zonas de trabajo3. El lavado de manos
frecuente es uno de los procedimientos más eficaces para evitar infecciones4. Utiliza la vestimenta
apropiada a cada puesto de trabajo (pijama, bata, etc.); no salgas con ella fuera del laboratorio. Cámbiate
siempre tras cualquier incidente con salpicaduras o derrames5. Trabaja relajadamente, incluso en
situaciones de presión del trabajo. Piensa en lo que haces6. Si tienes dudas sobre las medidas de
protección que debes adoptar ante un proceso nuevo, no lo hagas: consulta antes a los responsables de tu
área7. Evita los aerosoles: cuidado con los procedimientos que los generan (agitación, centrifugación, asas
de cultivo calientes, etc.)8. Utiliza las cabinas de seguridad biológica (CSB) para procedimientos
habituales que generan aerosoles de baja intensidad (siembras, subcultivos, etc.)9. Utiliza las CSB de
manera apropiada; en caso contrario, en lugar de protegerte aumentan el riesgo de accidente biológico10.
Utiliza el equipo de protección individual y el aparataje apropiado si percibes un mayor riesgo de generar
aerosoles ante un determinado procedimiento que debas llevar a cabo11. Los materiales punzantes y
cortantes se desechan en los contenedores especiales: nunca vuelvas a poner el capuchón protector de las
agujas una vez utilizada una jeringa12. No trabajes con cortes abiertos o heridas en la piel: cúbrelos con
apósitos y trabaja con guantes13. Maneja los equipos con tranquilidad y siguiendo siempre las
instrucciones de seguridad. Presta atención especial a aquellas zonas con mayor riesgo eléctrico o
mecánico14. Si caen gotas de un cultivo o se derrama este, verter una solución de lejía al 0,5%
recientemente preparada sobre el área contaminada. Cubrir con papel y dejar que actúe al menos 15min15.
Si se producen salpicaduras con cultivos que entran en contacto con los ojos, mucosas o piel, lavar con
agua abundante en los lavaojos, pilas o duchas de emergencia16. Si se producen salpicaduras con
productos químicos (tóxicos por contacto, corrosivos, etc.), actuar de forma similar a lo anterior. Se debe
solicitar atención médica urgente17. Si hay un vertido de un producto tóxico por inhalación, procura abrir
las ventanas (si es posible) y sal inmediatamente de la habitación18. Mantén bien recogido el cabello en la
cercanía de fuentes de calor19. No manipular ni dejar sustancias inflamables en las cercanías del fuego o
de una fuente de calor20. Notifica a tus superiores cualquier situación de peligro que hayas sufrido
Vigilancia de la salud
El término «vigilancia de la salud» de los trabajadores engloba una serie de actividades, referidas tanto a los
individuos como a las colectividades, orientadas a la prevención de riesgos laborales, cuyos objetivos
generales tienen que ver con la identificación de problemas de la salud y la ejecución de intervenciones
preventivas. Se deberá ofrecer a los trabajadores antes de la exposición, periódicamente durante esta y siempre
que se detecte algún caso de infección o enfermedad en otro trabajador. Hoy en día están incluidas en los
programas de salud laboral establecidos legalmente. El laboratorio de Microbiología es parte activa dentro de
estos programas, y deberá colaborar con las unidades de salud laboral.
Como ya se ha comentado con anterioridad, es obligatorio que los productos químicos cuenten con una Ficha
de Datos de Seguridad. Del mismo modo, sería recomendable que, dentro del Manual de Seguridad del
laboratorio, se incluyera un apartado de gestión de productos químicos que recogiera un registro de
almacenamientos y nivel de peligrosidad.
Teniendo en cuenta la evaluación del riesgo biológico en el laboratorio de Microbiología, deben tomarse las
medidas de contención correspondientes según la vía de transmisión. Para ello, es fundamental el uso
adecuado de los EPI y de las CBS y llevar a cabo unas buenas prácticas de manipulación de las muestras
biológicas en el laboratorio. Si no se dispone de ellos, se deben reclamar a la Dirección del hospital, existiendo
además normativas legales que obligan a ello. La elaboración de los procedimientos técnicos deberá prestar
especial atención a incluir las recomendaciones de seguridad apropiadas para llevarlos a cabo, de obligado
cumplimiento. La formación, con carácter continuado es una herramienta fundamental. El Plan de Formación
y el Manual de Seguridad, además de cuestiones básicas, deben hacer énfasis en aquellos puntos débiles
identificados durante la evaluación de riesgos.
Emergencias y accidentes
En el laboratorio de Microbiología las emergencias más frecuentes son los derrames de agentes químicos y
biológicos y los conatos de incendio. La actuación en este último caso es un proceso complejo que debe estar
incluido y ser coherente con en el Plan de Emergencia general de cada institución, que puede requerir el aviso
a servicios externos y considerar posibles medidas de evacuación. En caso de derrame, el personal del
laboratorio debe avisar al personal próximo, detener el derrame lo más pronto posible, y delimitar y aislar la
zona.
De la misma manera, el laboratorio debe contar con un plan de actuación en caso de accidente, que contenga
la información necesaria para la actuación en caso de que se produzca, y debe colocarse en un lugar bien
visible. Este plan debe contemplar los siguientes supuestos: a)accidente por contacto; b)accidente por
inhalación; c)accidente eléctrico; d)accidente térmico; e)accidente por ingestión, y f)accidente por inoculación
o corte.