La Revista Criterio y Las Derechas Argen
La Revista Criterio y Las Derechas Argen
La Revista Criterio y Las Derechas Argen
Teodoro, Francisco
La revista Criterio y las derechas argentinas : una lectura católica
sobre la realidad política nacional : 1955-1962 / Francisco Teodoro. -
1a ed - Los Polvorines : Universidad Nacional de General Sarmiento
; La Plata : Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humani-
dades y Ciencias de la Educación ; Misiones : Universidad Nacional
de Misiones , 2024.
Libro digital, PDF - (Entre los libros de la buena memoria / 38)
Directores de la Colección
Gabriela Águila (CONICET-UNR)
Jorge Cernadas (UNGS)
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Luciano Alonso (UNL)
Emilio Crenzel (UBA-CONICET-IDES)
Comité Editorial
Andrés Espinosa (UNGS)
Verónica Delgado (UNLP)
Nélida González (UNaM)
Índice
Agradecimientos .......................................................................... 9
Introducción ............................................................................. 11
Conclusiones ............................................................................197
Bibliografía...............................................................................211
Agradecimientos
1 Críticas a esta premisa se pueden encontrar en Casanova (2011). Para el autor, una serie
de episodios que se produjeron en 1979 y en los que la religión se mostró como un elemento
central (la Revolución Islámica de Irán, la elección de Juan Pablo II como papa y el ascenso
del movimiento Solidaridad en Polonia, la Revolución nicaragüense y el crecimiento del
movimiento Moral Majority en los Estados Unidos) pusieron en jaque la premisa central de
las teorías de la secularización sobre que la religión se convirtió en un fenómeno privado e
irrelevante en el mundo moderno (Casanova, 2011: 28).
2 Ver: Weisz (2017) y Zanca (2008, 2010).
3 Sobre las críticas y la potencialidad de las teorías de la secularización para el análisis de
fenómenos sociorreligiosos en la actualidad ver Weisz (2017).
14 Francisco Teodoro
desde la primera página del primer número del año hasta la última
de la edición navideña. Cada ejemplar comenzaba con una nota
editorial que era seguida por artículos de especialistas sobre política,
economía, sociedad, política internacional o religión. Una de las
secciones más importantes era la de “Comentarios”. Allí se trataban
una amplia variedad de temas de actualidad que, en muchos casos,
complementaban algunas de las notas centrales. También había en
la revista una preocupación por la cultura reflejada en las mencio-
nadas secciones de “Cine”, “Música”, “Discos”, “Teatro”, “Artes
Plásticas” y “Libros”. Por último, podemos encontrar las secciones
de “Información”, en la que se publicaban recortes de otras revistas;
“Documentos Oficiales”, en la que se replicaban intervenciones de
obispos y sacerdotes; “Pensamiento Pontificio”, en la que se repro-
ducían textos de autoría papal, y correo de lectores.
una relectura del pasado nacional con una crítica del presente y
un proyecto para el futuro. En esa línea, para los adherentes de
este proyecto confesional y político, la Argentina debía retornar
a sus raíces católicas para extirpar la tradición liberal dominante
desde 1853, superar la crisis “moral” provocada por la “traición”
a la auténtica vocación católica y poner en práctica una “tercera
vía” entre el individualismo liberal y el colectivismo soviético, cuyos
pilares eran el nacionalismo cultural, el corporativismo (es decir,
una sociedad estructurada a partir de “cuerpos” y no de individuos,
que garantizara la “armonía social” frente a la lucha de clases) y la
adhesión a los ideales de la “hispanidad” (Di Stefano y Zanatta,
2009: 434-438). En la lectura de Zanatta (1999), el Estado confe-
sional católico se habría alcanzado luego del golpe militar de junio
de 1943, momento en el cual la jerarquía logró imponer algunas
de sus reivindicaciones históricas –entre ellas, la enseñanza religiosa
obligatoria en las escuelas del Estado–, al tiempo que la Iglesia como
institución adscribió al peronismo por considerarlo el continuador
natural del gobierno militar en la tarea de convertir a la Argentina
en una nación católica y clausuró cualquier intento de oposición
hasta la crisis que estalló entre 1954 y 1955.
Estas lecturas enfatizan los vínculos trazados por la jerarquía y
los intelectuales confesionales con el nacionalismo de derecha y las
Fuerzas Armadas entre 1930 y 1946, y con el peronismo luego de
la victoria de Perón en las elecciones de febrero de este último año,
y muestran la imagen de un universo católico homogéneo y domi-
nado por posturas antidemocráticas, nacionalistas e integristas que
encontró en las Fuerzas Armadas un aliado para imponer sus ideales
en el marco de una sociedad moderna secularizada.5 De tal manera,
5 Junto con los trabajos de Zanatta y Mallimaci se pueden observar lecturas similares sobre
el integrismo y el “renacimiento católico” en Romero (1999), Ghio (2007) y Di Stefano y
Zanatta (2009); y un análisis sobre el desarrollo del campo de estudios sobre el catolicismo
argentino del siglo XX en Di Stefano y Zanca (2015: 32 y ss.). Por otra parte, cabe aclarar
que, como sostiene Émile Poulat (2014: 818-819) en su contribución al Diccionario de
política, resulta confusa la utilización de los términos “integrismo” e “integralismo” puesto
que existen lenguas en las que se utilizan indistintamente. Si bien algunos autores prefieren
el término “integralismo”, nosotros decidimos utilizar el de “integrismo” para designar
la actitud antimoderna de la Iglesia católica y de los católicos que se desprende de una
concepción integral de la vida religiosa y del orden social cristiano.
22 Francisco Teodoro
mensaje católico, y las movilizaciones callejeras masivas, el fuerte anclaje en el tiempo de ocio,
el consumo y el deporte para extender su influencia en la sociedad (Lida, 2015b: 12-13). Por
otra parte, en relación con el sitio del catolicismo en la sociedad antes de 1930, Roberto Di
Stefano sugiere la necesidad de rever la caracterización del Estado argentino entre 1880 y
1930 como “laico” y liberal en materia religiosa. Para el autor, la embestida laicista del Estado
tuvo dos momentos: 1882-1884, con las discusiones sobre la educación y el registro civil, y
1888, cuando se debatió el matrimonio civil. Luego de este avance liberal, “el culto católico
conserv[ó] siempre, en los hechos, su carácter oficial (...) No hay aquí, entonces, una política
de Estado de corte liberal en materia religiosa” (Di Stefano, 2011: 14-15).
7 En ese sentido, la historiadora sostiene que poco se sabe del “católico ordinario”, es
decir, de aquel que “bien podía sumarse a las filas de un congreso eucarístico, acercarse a la
parroquia en el momento de su fiesta patronal, incluso afiliarse a alguna rama de la Acción
Católica durante alguna visita del arzobispo Copello o de alguna otra dignidad eclesiástica,
pero no llegaba a convertirse en un católico integral de todas formas” (Lida, 2009: 369). En
esta línea se puede consultar: Lida (2011); el trabajo compilado por la autora y Diego Mauro:
Lida y Mauro (2009), y en Mauro (2010). Sobre el tema de la secularización y las tesis de
Lida: Castro (2017).
8 Ejemplos de estas iniciativas fueron la difusión masiva de libros baratos –algunos de los
cuales eran impresos en imprentas socialistas cuyos honorarios eran menores– así como la
empresa de sostener un diario confesional –El pueblo– dirigido al público masivo, cuyos
objetivos eran la propagación de “la verdad” entre un público masivo y de bajos recursos.
Sobre El pueblo: Lida (2012).
24 Francisco Teodoro
9 Entre otros: Potash (1981), Rouquié (1982), Selser (1986a, 1986b), Spinelli (2004),
Melón Pirro (2009), Canelo (2008b, 2008a) y Lewis (2001).
10 Desde el género periodístico se pueden citar los trabajos de Emilio Mignone (2006),
Emilio Corbière (2002), Julián Maradeo (2015) y Horacio Verbitsky (2007, 2008, 2009).
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 25
12 Echeverría abordó las ideas de Franceschi en relación con los totalitarismos en la década
del treinta (2017) y el sitio de Criterio (2019) como expresión de la palabra del episcopado.
Sobre el primero de los puntos la historiadora señala que, si bien se puede observar en el
sacerdote una postura antitotalitaria, la condena al comunismo fue mucho más marcada
que la crítica al fascismo y al nazismo. Sobre el segundo tema, afirma que la revista, bajo la
dirección de Franceschi, con financiación y sin ella por parte del episcopado, compartió con
los obispos buena parte de las posiciones políticas a lo largo de la década del treinta. Otros
trabajos en los que Lida aborda los debates impulsados por Franceschi en Criterio son Lida
(2015a y 2022). También centrado en la revista como un espacio de discusión en los años
treinta del siglo XX: Rinesi (2007) y, más recientemente, Devoto (2019) y Mauro (2019).
28 Francisco Teodoro
Del mismo modo, son escasos los estudios que abordan a Cri-
terio entre 1955 y 1966. Oscar Terán (2013) dedicó varias páginas
de su libro Nuestros años sesentas a las posturas políticas de la revista.
Allí el historiador enfatiza en las miradas condescendientes con el
peronismo y en los límites que esas miradas encontraron luego de la
Revolución cubana. En La batalla de las ideas, Beatriz Sarlo (2001)
definió a Criterio como “el faro del catolicismo” y como uno de los
exponentes de un catolicismo “en el siglo”, en el sentido de que, a
diferencia de otras expresiones católicas argentinas, luego de 1955
fue una publicación que colocó su mirada más en el mundo terrenal
que en el celestial. Estos trabajos no tuvieron en la revista su objeto
de análisis central, sino que la concibieron como una expresión más
de las distintas posiciones políticas esgrimidas por diferentes actores
en los años cincuenta y sesenta.
Más cerca en el tiempo, Zanca (2006) se ha dedicado en Los in-
telectuales católicos y el fin de la cristiandad al análisis del modo en el
cual Criterio modificó sus miradas sobre el rol de la Iglesia luego de
la caída de Perón y sobre las consecuencias de las lecturas que Jorge
Mejía proponía en las “crónicas conciliares”, una serie de notas so-
bre los debates del Concilio Vaticano II que el sacerdote publicó
entre 1962 y 1965. El trabajo de Zanca coloca a la publicación en
un proceso más amplio determinado por lo que el historiador deno-
mina como el “fin de la cristiandad”, entendida esta como una for-
ma de Iglesia cerrada sobre sí y poco atenta a las transformaciones
del mundo moderno en el que ella se despliega.
Una preocupación similar se puede observar en la tesis de Se-
bastián Pattin (2015), que toma a Criterio como objeto de inda-
gación. Allí el autor aborda el proceso en el que se conjugan un
cierto optimismo en relación con las transformaciones impulsadas
por el Concilio Vaticano II con una lectura en clave conservado-
ra en torno a la convulsionada situación política nacional.13 En su
tesis, así como en trabajos posteriores, el historiador señala que la
13 Otros trabajos del autor, derivados de su tesis, muestran la importancia central que
tuvieron los intelectuales europeos en la conformación de la línea editorial de la revista en
torno a los temas religiosos, así como las contradicciones que se pueden observar en la sección
de correo de lectores (Pattin, 2016a, 2016b, 2019).
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 29
Introducción
indicaba que Ingalinella “por encima de todo era un hombre, y tenía derecho a su vida, a su
dignidad, a su libertad” (“Doctor Ingalinella”, en Criterio, n° 1241, 11 de agosto de 1955,
p. 576).
31 Franceschi, Gustavo, “Dignidad de la Iglesia”, en Criterio, n° 1240, 28 de julio de 1955,
p. 530.
32 Ídem.
33 Ídem.
46 Francisco Teodoro
39 El golpe interno se produjo dos días después de que el episcopado le presentara una
carta al presidente provisional en la que le solicitaron el reconocimiento de los derechos
de la Iglesia, en particular la derogación de las leyes que el episcopado consideraba como
persecutorias (divorcio, separación de Iglesia y Estado, Ley de derogación de la enseñanza
religiosa y Ley de reglamentación del derecho de reunión), así como también la defensa
de las “legítimas conquistas de los trabajadores” y la búsqueda inmediata de un clima de
“pacificación social” (“Carta del Episcopado dirigida al Señor Presidente Provisional de la
Nación”, Buenos Aires, 11 de noviembre de 1955. Disponible en: http://www.episcopado.
org/DOCUMENTOS/10//1955-24CartaPresidente_76.doc).
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 49
constituía otra cosa que “su verdad, su fe, con toda la carga que pone
en una y otra: opiniones propias, (...) prejuicios de un tiempo o de
un medio social, opciones políticas, tradiciones o simples hábitos
de pensamiento confundidos con la Tradición (las cursivas son del
original)”.43 Asimismo, el autor indicaba que en términos políticos
los integristas desconfiaban de la libertad y poseían una inclinación
a “restringirla, a encerrarla en límites estrechos y, si es posible, a
negarla”. Para los integristas, señalaba Folliet, “cualquier libertad
concreta (...) parece sospechosa de liberalismo, cualquier defensor
de la libertad, un liberal que se oculta o ignora”.44 Por eso, estos
grupos tenían una “natural simpatía por los regímenes políticos de
autoridad” y un “odio invisceral de la democracia, de la discusión en
pie de igualdad, (...) de la opinión pública [y] de cualquier movi-
miento que sube de abajo hacia arriba”.45 Por último, el intelectual
afirmaba que los defensores de esta tendencia “exalta[n] espontán-
eamente al ejército”, “cae[n] fácilmente en la mística del ‘jefe’, del
‘salvador’” y se inclinan hacia la defensa de “la monarquía absoluta,
la dictadura y aun el totalitarismo, cuando el movimiento viene ‘del
lado bueno’, es decir, de la derecha”.46
La nota de Folliet, cuya primera de tres entregas fue publicada
como nota central, quedó relegada a un segundo plano en las dos
ediciones de Criterio posteriores al golpe del 16 de septiembre. Sin
embargo, los argumentos y las preocupaciones del intelectual fran-
cés en relación con la postura política autoritaria y a la tendencia
totalitaria de los integristas fueron retomados por Franceschi luego
del golpe. En la edición del 13 de octubre de 1955, el sacerdote
mostraba su asombro por los católicos que “creen bueno, sobre todo
en nuestra época, que haya un caudillo, un jefe indiscutible, un
43 Ibíd.: 685-686.
44 Ibíd.: 686.
45 Ídem.
46 Ídem. Folliet señalaba que los integristas franceses “no han protestado siquiera contra
el fascismo. Han protestado apenas contra el hitlerismo y se han mezclado muy raramente
con la ‘resistencia’, que les parecía una lamentable insubordinación. Con mucha frecuencia
se han mostrado tiernos con la Action Francaise y el maurrasianismo, para con ciertas ‘ligas’
de preguerra, para con el gobierno de Vichy”.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 51
57 Ídem.
58 Carlos Santamaría Ansa fue un matemático español oriundo del País Vasco. Fue uno de
los promotores de la autonomía vasca y bajo el franquismo publicó trabajos en los que analizó
de un modo crítico la vinculación entre la Iglesia y los Estados. Organizó las Conversaciones
Católicas Internacionales entre 1947 y 1959 y fue secretario general del movimiento Pax
Christi, organización que propiciaba la paz internacional (Barrio de Villanueva, 2016: 83).
Para una breve biografía del autor, ver “Carlos Santamaría, promotor de la Universidad
vasca”, Diario El País, 31 de diciembre de 1997. Disponible en: https://elpais.com/
diario/1997/12/31/agenda/883522801_850215.html.
59 Santamaría, Carlos, “Algunos puntos de vista sobre la Iglesia y la Política”, en Criterio,
n° 1264, 26 de julio de 1956, p. 524.
60 Ídem.
61 Franceschi, Gustavo, “La Iglesia y la Revolución”, op. cit., pp. 844-845.
54 Francisco Teodoro
71 García Venturini, Jorge, “Reseña de La verdad tiene su hora de Eduardo Frei Montalva
(1955), Edit. Del Pacífico SA: Santiago de Chile”, en Criterio, n° 1259, 10 de mayo de 1956,
p. 358.
72 Costa, Juan Julio, “Reseña a Que es la democracia cristiana de Ambrosio Romero
Carranza (1956), Ediciones del Atlántico, Buenos Aires”, en Criterio, n° 1263, 12 de julio
de 1956, p. 516.
73 García Venturini, Jorge, “Reseña a La historia que he vivido de Carlos Ibarguren (1955),
Ed. Peuser”, en Criterio, n° 1253, 9 de febrero de 1956, p. 118.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 57
80 Ídem.
81 Ídem.
82 Ídem.
83 Derisi fue un reconocido intelectual católico de orientación tomista, formado en teología
y en filosofía. Fue también uno de los fundadores de la Universidad Católica Argentina en
1958. Para un análisis de su pensamiento, ver Rodríguez y Ruvituso, 2012. Disponible en:
https://www.aacademica.org/000-097/479.pdf. También se puede consultar: “Arzobispo,
académico y filósofo destacado. Falleció monseñor Octavio N. Derisi”, La Nación, 23 de
octubre de 2002. Disponible en: https://www.lanacion.com.ar/cultura/fallecio-monsenor-
octavio-n-derisi-nid443088/.
84 Biturro, Jorge, “Reseña a Tratado de existencialismo y tomismo de Octavio Nicolás Derisi
(1957), Emecé, Buenos Aires”, en Criterio, n° 1279, 14 de marzo de 1957, p. 165.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 59
85 Ídem.
86 Ídem.
87 Carta de Caturelli a Franceschi. 24 de marzo de 1957. Publicada en Criterio, n° 1281,
11 de abril de 1957, p. 243.
88 Ídem.
89 Ídem.
90 Carta de Biturro a Franceshi. 4 de abril de 1957. Publicada en Criterio, n° 1281, 11 de
abril de 1957, p. 243.
60 Francisco Teodoro
cido por todos los métodos” utilizados antes por “los unitarios, los
federales, los nacionalistas, los autonomistas, los conservadores y los
radicales que ejercieron a su turno el poder”, y perfeccionados por
“los fascistas, los nacional-socialistas, los falangistas y los estalinis-
tas” (1956: 33). Sin embargo, a diferencia de los autores menciona-
dos, Martínez Estrada le asignaba a las masas parte de la culpa del
surgimiento del peronismo puesto que “ha[n] prestado sus manos
de cómplice ejecutor” y, por lo tanto, no “es noble ni justo absol-
ver[las] con frases tan incoloras e inodoras como ‘ni vencedores, ni
vencidos’” (ibíd.: 14).
En el interior del catolicismo, las lecturas integristas no tenían
como eje la referencia a una culpa colectiva, sino que se centraban
en las figuras del engaño y del desvío. Desde la revista Presencia,
Meinvielle destacó la potencialidad de las ideas nacionalistas y el
riesgo que implicaba su desvío hacia el totalitarismo y el marxis-
mo. Para el sacerdote, el alejamiento del peronismo de los idea-
les nacionalistas y católicos fue responsabilidad de Perón y de su
tendencia a “usar las mejores banderas para bastardearlo todo”.93
Esta afirmación no solo justificaba el rol de la jerarquía de la Igle-
sia, parte del clero y los laicos en la campaña electoral de 1946,
así como los vínculos posteriores con el gobierno hasta la crisis de
1954, sino que también le permitía al sacerdote sostener que la im-
pugnación al “líder” no implicaba la negación de todo lo hecho en
esos años. En ese sentido, Mienvielle encontraba en el decenio jus-
ticialista importantes avances en el camino de imponer el proyecto
de la nación católica, entre ellos la posibilidad de articular desde el
Estado un discurso nacionalista e industrializador, la imposición de
la educación religiosa en las escuelas públicas, la postura antiimpe-
rialista en materia de política exterior y el objetivo de alcanzar la
autarquía económica.94 Por su parte, en el libro La Iglesia frente al
peronismo, el sacerdote Ludovico García de Loydi reiteraba las tesis
de Amadeo y Meinvielle sobre la decisión de muchos católicos de
apoyar al laborismo en 1946 puesto que la opción de votar por la
Unión Democrática era inaceptable: “Perón prometía la realización
93 Presencia, n° 53, 11 de noviembre de 1955, p. 1.
94 Ídem.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 65
95 Sobre las interpretaciones católicas en relación al peronismo, ver Zanca (2006: 56-57).
96 Franceschi, Gustavo, “Una dictadura”, en Criterio, n° 1246, 27 de octubre de 1955, p.
764.
97 Ibíd.: 765.
66 Francisco Teodoro
98 Ídem.
99 Franceschi, Gustavo, “Libertad”, op. cit., p. 724.
100 Ídem.
101 “El peronismo visto por Joseph Folliet”, en Criterio, n° 1247, 10 de noviembre de
1955, p. 833. La nota publicada por Criterio era un extracto de una nota escrita por Folliet
para el periódico La Croix publicada originalmente en diciembre de1954.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 67
102 Ídem.
103 Ídem.
104 Ídem.
105 Franceschi, Gustavo, “A la luz de los incendios”, en Criterio, nº 1239, 14 de julio de
1955, p. 482.
68 Francisco Teodoro
112 Ídem.
113 Ídem.
114 Franceschi, Gustavo, “Libertad”, op. cit., p. 723.
115 Ídem.
116 Ídem.
70 Francisco Teodoro
123 Ídem.
124 Sin embargo, contrariamente a las lecturas de la prensa antiperonista de la época,
incluida la de Criterio, estas actividades tuvieron un escaso nivel de organización y, como
señala Daniel James (2006: 79-80), constituyeron una oposición “espontánea, instintiva,
confusa y acéfala” de las bases de la militancia peronista, una expresión de resistencia ante el
cambio en las condiciones laborales que implicaba la pérdida de derechos que los trabajadores
consideraban propios. Estas actividades lograron minar la capacidad de negociación de los
dirigentes gremiales en los meses posteriores al golpe de septiembre así como el intento de
conciliación con una parte del sindicalismo peronista impulsada por el primer gobierno de la
“Revolución Libertadora” (James, 2006). Sobre la denominada “resistencia peronista”, junto
con los citados trabajos de James y Melon Pirro, ver Ehrlich (2010).
72 Francisco Teodoro
nocer los motivos por los cuales el peronismo tuvo éxito a partir
de una serie de logros, ficticios o reales, en materia económica y
social. En relación con esto, en el número de diciembre de 1955,
la revista publicó una alocución radial de Franceschi en la que el
sacerdote señalaba que “salidos de la dictadura”, los “católicos de
tendencia democrática” debían impulsar una democracia “que no
se sitúe solo en el terreno político, sino que encare las demás insti-
tuciones y, en primer lugar, la familia y los organismos destinados
a asegurar a los asalariados su pan, su dignidad y su mañana”.136
En un sentido similar, en enero de 1956, la revista subrayaba que,
si bien la “Revolución Libertadora” “se gestó y se llevó a cabo en
nombre de la libertad y en procura de ella”, muchos trabajadores
solo deseaban “fervientemente, a veces casi animalmente, justicia
social”.137 Por eso, aunque la versión peronista de este tipo de jus-
ticia constituyó un acto demagógico cuya finalidad era “abolir la
libertad e implantar la dictadura”, luego del golpe esa justicia seguía
siendo “el anhelo insatisfecho de un enorme sector del pueblo”.138
Para muchos argentinos “la recuperación de la libertad (...) poco
o ningún significado práctico tiene” y “poco les importaría arrojar
por la borda la libertad (...) con tal de conseguir justicia social”.139
Por tales motivos, la revista le recordaba a los grupos liberales que
“empalagarnos con el manjar de la libertad conquistada e ignorar y
subestimar el problema de justicia que aún perdura y que ha entra-
do en su faz crítica decisiva sería inevitablemente fatal: una nueva y
más asfixiante tiranía sería el fruto de tan craso error”.140 En defini-
tiva, la superación del peronismo implicaba en primer lugar abordar
la cuestión social y no repetir los errores que cometieron las élites
políticas y religiosas antes de 1946.
El abordaje de la cuestión social tenía que ser acompañado,
como hemos mencionado en el segundo apartado de este capítu-
lo, por una salida democrática que generara las condiciones polí-
ticas para no repetir otra experiencia como la que recientemente
había concluido. A este respecto, en febrero de 1956, Bonifacio
Del Carril señalaba que en una solución verdaderamente de-
mocrática “todos los sectores y tendencias populares deben estar
verdaderamente representados (las cursivas son del original)”.141
Para el autor, la superación del peronismo y la corrección de los
errores del pasado no solo implicaba abordar la cuestión social,
sino también abordar el tema de la inclusión política de las masas
que apoyaron al justicialismo, motivo por el cual estas no podían
ser excluidas de la vida política nacional: “Las masas que votaron
a Perón, de buena fe, o presionadas, o engañadas (...) sin duda
fueron y son una realidad apreciable y decisiva en la vida política
argentina, que no puede ser ignorada ni minimizada de ninguna
manera”.142 En ese sentido, si “los dirigentes que fueron cómplices o
instrumentos del dictador indudablemente serán excluidos, las masas
de votantes no lo podrán ser” (las cursivas son del original).143 Para
Del Carril,
… la absorción y el nuevo encauzamiento de las masas que fue-
ron el sustento del poder electoral del dictador es una necesi-
dad ineludible del reordenamiento cívico sin los cuales –ha de
repetirse– será imposible lograr una solución auténticamente
democrática del problema político. Todo lo que los dirigentes
políticos hagan, propongan o establezcan sin tener en cuenta
esta necesidad primera e imperativa de la situación creada por la
caída de Perón será, en consecuencia, artificial e inevitablemente
falso, porque será apartarse de una realidad que se percibe y se
puede tocar con las manos.144
En la misma línea que Del Carril, en el mes de mayo, Fran-
ceschi señalaba la necesidad de que los trabajadores recuperaran la
155 En particular, Criterio criticó la actitud anticlerical del Partido Socialista. En diciembre
de 1955, la revista afirmaba: “La Vanguardia, órgano oficial del Partido Socialista, está en
plena campaña anticlerical (...) Los ataques contra la Jerarquía Católica están en la vieja
tónica partidaria, y, como de costumbre, se busca confundir al lector presentando como
católicos puros a aquellos que siguen determinada línea política, y como réprobos a los que no
están de acuerdo con aquella, involucrando en esta última categoría a la Iglesia Docente (...)
Ello es particularmente lamentable porque tiene el Partido Socialista hombres de indudable
categoría intelectual, sinceros en sus convicciones, y que se han jugado valientemente
contra la tiranía peronista. Pero una vez aclarado el panorama, resucitan un anticatolicismo
trasnochado, que la casi totalidad de los hombres de izquierda ha archivado hace tiempo.
Hurgando, se descubre en aquella actitud uno de los viejos defectos socialistas: el marchar
a deshora y sin ajustar el paso a los tiempos que corren. Partido que debió ser expresión de
una masa obrera preocupada por sus reivindicaciones sociales, tuvo la dura experiencia de
ver cómo el peronismo lo convertía en un conglomerado mínimo de pequeños burgueses
avejentados” (“Anticlericalismo socialista”, en Criterio, n° 1249-50, 22 de diciembre de
1955, pp. 938-939).
156 Como señala Horacio Verbitsky (2008: 20-21), la Conferencia Episcopal le solicitó a
Lonardi reivindicaciones como el cierre de las “casas de tolerancia”, el restablecimiento del
derecho de reunión en lugares públicos, la anulación de la ley de divorcio y el restablecimiento
de la enseñanza religiosa. Luego del desplazamiento de los nacionalistas y católicos integristas
el día 13 de noviembre, Aramburu solo accedió a la derogación de la ley de divorcio a
principios de 1956. Este logro no fue considerado por la jerarquía como un gesto, sino como
el reconocimiento de un derecho natural de la Iglesia.
80 Francisco Teodoro
157 Un análisis sobre los fundamentos religiosos del debate sobre la educación entre 1956
y 1957 en Pattin (2015: 100 y ss.). Allí, el autor aborda las notas de Carlos Olivera Lahore,
un especialista católico en temas educativos, publicadas por Criterio.
158 “Revolución y enseñanza religiosa”, en Criterio, n° 1247, 10 de noviembre de 1955,
p. 814.
159 Ídem.
160 Ídem.
161 “Revolucionario y democrático”, en Criterio, n° 1251, 12 de enero de 1956, p. 16.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 81
De trinitate, De verbo incarnato, De gratia y De deo creante el elevate. Sus escritos más conocidos
fueron los dedicados al pensamiento de San Agustín, entre ellos Augustin, Christianisme
et néoplatonisme dans la formation de St. Augustin y L’idée de vérité dans la philosophie de St.
Augustin, todos de 1920 (Coreth et al., 1994: 395-396).
174 Lago, Alberto, “Libertad de enseñanza y conciencia nacional”, en Criterio, n° 1285, 13
de junio de 1957, p. 374.
175 Ídem.
84 Francisco Teodoro
Conclusiones
Introducción
176 La decisión de iniciar el “plan político” fue oficializada el 12 de abril de 1957 mediante
el decreto ley 3838/57. Entre los considerandos el decreto señalaba que “la Revolución no solo
tuvo por objetivo sustituir gobiernos y reemplazar mandatarios, sino retomar la línea histórica
de sus grandes destinos iniciada en mayo y consolidada en Caseros” y que “el derrocamiento
del régimen de la dictadura se complementó con la progresiva desarticulación de sus estructuras
totalitarias para restablecer el imperio de la moral, de la justicia, del derecho, de la libertad y
de la democracia” (Decreto ley n° 3838, 12 de abril de 1957, p. 81. Disponible en: http://
www.derecho.uba.ar/publicaciones/lye/revistas/3/convencion-reformadora-de-la-constitucion-
de-1853.pdf).
177 Luego del triunfo del gobierno sobre la iniciativa “restauradora” del peronismo, el
general Aramburu anunció en la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas del 12 de
julio de 1956 que convocaría a elecciones generales a fines del año siguiente y, en el mes
de octubre, comunicó que convocaría a elecciones para integrar una comisión encargada
de reformar la Constitución de 1853. Luego de los fusilamientos del día 12 de junio, el
vicepresidente provisional Isaac Rojas señaló que la revolución gozaba de buena salud y que
se convocaría a elecciones generales en el menor tiempo posible (La Nación, 12 de junio de
1956. Citado en Melón Pirro [2009]).
90 Francisco Teodoro
178 Las raíces de la ruptura de la Unión Cívica Radical se encuentran en la actitud adoptada
por Frondizi, por entonces presidente del Comité Nacional, ante el peronismo en el contexto
previo al golpe de septiembre de 1955. Los dirigentes Ricardo Balbín y Amadeo Sabattini
criticaron la supuesta “tibieza” de Frondizi ante Perón, al tiempo que promovieron una
estrategia opositora que conjugaba la abstención electoral y el levantamiento armado contra
el gobierno justicialista (Tcach, 2007: 25). En noviembre de 1956, la Convención Nacional
del partido, en la que solo participaron representantes del ala frondizista –balbinistas,
sabattinistas y unionistas se ausentaron–, oficializó la candidatura presidencial de Frondizi
para las próximas elecciones generales. El fracaso de los intentos de acercamiento entre los
dos sectores marcó la ruptura del partido y el nacimiento de dos facciones en el interior del
radicalismo.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 91
179 “El estatuto de los partidos políticos”, en Criterio, n° 1270, 25 de octubre de 1956,
p. 774.
180 Ídem.
181 Franceschi, Gustavo “Inestabilidad”, en Criterio, n° 1277, 14 de febrero de 1957, p. 52.
92 Francisco Teodoro
personal por encima del colectivo (...) facilita la acción de los dicta-
dores en ciernes”, por lo cual, concluía el sacerdote, “no podemos
mirar hacia delante con un excesivo optimismo” debido al riesgo
de que en “nuestro país se prepare una nueva dictadura o un nuevo
caos y mayores perjuicios”.182
Criterio advertía que la salida política profundizaría la ruptura
del consenso antiperonista que, determinado más por el rechazo al
peronismo que por “consensos programáticos”, comenzó a resque-
brajarse en la medida en que las distintas expresiones formularon
sus propias estrategias con relación a la forma que debía adquirir
la salida política de la “Revolución Libertadora” (Fiorucci, 2011:
209). En el número del 11 de abril de 1957, un día antes de que se
conociera el decreto que convocaba a las elecciones constituyentes,
la revista indicaba que “acabamos de concluir un período sombrío,
que se deshizo, como era de esperar, en el caos” y, si bien “parecie-
ron surgir por un momento fuerzas de orden, coherencia y catarsis
que crearon en nosotros la esperanza –o la ilusión– de que el país
resurgiría como el Fénix, de sus cenizas (…), la muy dura verdad es
que nada de eso sucedió”.183 Por el contrario,
… a dieciocho meses de la revolución de setiembre, las ruinas
todavía humean, y no son solamente las ruinas, sino los odios,
las pasiones y los rumores. ¿Entre vencedores y vencidos, según
se usaba decir en un principio? Nada de eso; entre los mismos
–mal llamados– vencedores.184
El tono pesimista de Criterio con relación a la salida política
se vinculaba también al hecho de que el anuncio de Aramburu se
produjo en un contexto de crisis económica y austeridad ante el
cual el gobierno no parecía mostrar mayor interés. En ese sentido,
en febrero de 1957 la revista afirmaba que “forzoso es reconocer que
existe un marcado descontento entre muchas clases de la población
por la carestía de la vida, la desorientación política y los actos del
185 “La palabra presidencial”, en Criterio, n° 1278, 28 de febrero de 1957, pp. 104-105.
186 “Otro discurso presidencial”, en Criterio, n° 1283, 9 de mayo de 1957, p. 304.
187 Ídem.
188 Ídem.
189 “La reforma de la Constitución”, en Criterio, n° 1280, 28 de marzo de 1957, p. 184.
190 Del Carril, Bonifacio, “Por qué es inoportuna una reforma de la Constitución”, en
Criterio, n° 1282, 25 de abril de 1957, p. 259.
94 Francisco Teodoro
196 Del Carril, Bonifacio, “Por qué es inoportuna una reforma de la Constitución”, op.
cit., p. 260.
197 Ídem.
198 Ídem.
199 “Problemas constitucionales”, en Criterio, n° 1285, 13 de junio de 1957, p. 384.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 97
205 “El resultado de las elecciones”, en Criterio, nº 1289, 8 de agosto de 1957, p. 542.
206 Ídem.
207 Ídem.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 101
elementos del sistema político que implicaban la posibilidad de una nueva “dictadura”,
entre ellos la reelección presidencial inmediata, el presidencialismo y la independencia
de los poderes Judicial y Legislativo. Para los partidos minoritarios, esos objetivos debían
ser acompañados por la incorporación del sistema de representación proporcional en las
próximas elecciones generales. Frente a esta postura, la UCRP obturó cualquier posibilidad
de modificar el sistema de mayorías y minorías de la Ley Sáenz Peña, por lo que, finalmente,
la convención derogó formalmente la Constitución de 1949 para adoptar la de 1853 con las
modificaciones de 1860, 1866 y 1898, y sobre los últimos días de labor incluyó, a instancias
de la UCRP y de la denominada izquierda antiperonista, el artículo 14 bis que garantizaba
algunos de los derechos sociales consagrados en la anulada Constitución de 1949 (Rouquié,
1982: 144; Tcach, 2007: 28).
214 “La Convención Constituyente”, en Criterio, n° 1291, 12 de septiembre de 1957,
p. 623.
215 Ídem.
216 Ídem.
217 Ibíd.: 623-624.
218 Ibíd.: 624.
219 “Examen y espíritu de las reformas”, en Criterio, n° 1294, 24 de octubre de 1957, p. 742.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 103
220 Ídem.
221 Ídem.
222 “¿Representantes del pueblo o especuladores políticos?”, en Criterio, n° 1294, 24 de
octubre de 1957, p. 743.
223 Ídem.
224 Ídem.
104 Francisco Teodoro
225 Ídem.
226 “El octavo día de una Convención”, en Criterio, n° 1295, 14 de noviembre de 1957,
p. 782.
227 Ídem.
228 Ídem.
229 Ibíd.: 783.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 105
239 Ídem.
240 “16 de setiembre”, en Criterio, n° 1292, 26 de septiembre de 1957, p. 662.
241 Ídem.
242 Ídem.
243 Ídem.
108 Francisco Teodoro
que accedieron a la conducción de sus gremios en los años finales del peronismo, fundaron
a principios de 1957 la Comisión Intersindical que promovió el restablecimiento de los
sindicatos mediante elecciones libres, la reunificación de la CGT, la suspensión de las trabas
legales al funcionamiento sindical y la liberación de los dirigentes y militantes encarcelados por
motivos políticos y gremiales. Luego de las elecciones constituyentes, en el mes de septiembre
el gobierno provisional, a través del interventor de la CGT Patrón Laplacette, convocó a un
Congreso Normalizador con el objetivo de minimizar el peso del peronismo en los sindicatos
e imponer una conducción nacional con dirigentes antiperonistas (Melón Pirro, 2009: 230).
Si bien las aspiraciones del gobierno fracasaron debido a que los delegados antiperonistas se
retiraron de las deliberaciones, dejando al Congreso sin quorum, los dirigentes justicialistas
continuaron sesionando y fundaron las “62 Organizaciones”, una entidad que profundizó
la estructura legal del sindicalismo peronista y que fue clave en el posterior desarrollo de
la actividad gremial del justicialismo y en la campaña en favor de Frondizi en febrero de
1958. Los sindicatos antiperonistas se reunieron en las “32 Organizaciones Democráticas” y,
más adelante, los sindicatos comunistas, cuyos representantes participaron del congreso y se
apartaron de las 62 Organizaciones, conformaron un grupo de 19 sindicatos controlados por
ellos (James, 2006: 111-112).
247 “La perspectiva política”, en Criterio, n° 1297-98, 24 de diciembre de 1957, p. 919.
110 Francisco Teodoro
248 Floria, Carlos Alberto, “Reseña a De la democracia política a la democracia social por
Máximo Echecopar, 1958”, en Criterio, n° 1305, 10 de abril de 1958, p. 278.
249 Ídem.
250 Ídem.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 111
251 Si bien, como señala Melón Pirro (2009: 233), Frondizi y Frigerio, así como otros
dirigentes de la UCRI, negaron públicamente la existencia de un pacto incluso hasta que
Perón lo hizo público a mediados de 1959, para Spinelli (2005: 309) el pacto era conocido
por los dirigentes políticos y por el gobierno en el verano de 1958, puesto que la revista Qué
y los diarios La Nación y Clarín difundieron los términos del acuerdo y la “orden” de Perón
de votar por Frondizi.
252 Si bien esta inclinación se cristalizó durante la Asamblea Constituyente, el
desplazamiento de los partidos minoritarios del antiperonismo en favor de la UCRP como la
agrupación más cercana al gobierno provisional se puede observar desde principios de 1957,
puesto que varios de los ministros de la administración militar, entre ellos Carlos Adrogué
de Educación, Francisco Martínez de Salud, Carlos Alconada Aramburu de Interior y Acdel
Salas de Justicia, formaban parte de esa facción de la UCR (Lewis, 2001: 335).
112 Francisco Teodoro
253 Como señala Spinelli (2005: 297), la división en torno a la estrategia a seguir con
relación a la centralidad del peronismo en las futuras elecciones podía observarse en el
interior del propio gobierno: por un lado, Aramburu proponía continuar con el plan político
y defendía la posición de entregar el control del Poder Ejecutivo al candidato que resultara
electo; del otro lado, el vicealmirante Rojas y la Marina presionaban para “resistir” y prolongar
la revolución ante la maniobra del frondizismo.
254 Luis Beraza (2005: 109-112) señala que la cuestión del acercamiento a Frondizi produjo
un quiebre en el interior del grupo Azul y Blanco, una de las expresiones más importantes
del nacionalismo de derecha en el posperonismo. Para el autor, Marcelo Sánchez Sorondo
impulsó desde la revista un tibio acercamiento que rápidamente se transformó en oposición
en los años posteriores, mientras que otros nacionalistas como Mario Amadeo, Mariano
Montemayor, Raúl Puigbó y Bonifacio Lastra mantuvieron una postura cercana a Frondizi.
Entre los nacionalistas críticos del presidente, Beraza menciona a Sánchez Sorondo, Mariano
Montemayor, Juan Carlos Goyeneche y Ricardo Curutchet. Las críticas de Azul y Blanco a
Frondizi entre 1959 y 1962 fue analizada en forma detallada por Galván (2014: 73-129).
255 Presencia, nº 69, 25 de abril de 1958, p. 3.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 113
256 “El resultado de las elecciones”, en Criterio, n° 1302, 27 de febrero de 1958, p. 134 y
“Panorama del escrutinio”, en Criterio, n° 1303, 13 de marzo de 1958, p. 174. Antes de la
asunción de Frondizi, la revista les restó importancia a otros de los integrantes del frente que
acompaño a la UCRI: “No creemos (...) que la decisión comunista de apoyarlo haya dado
muchos votos al doctor Frondizi” mientras que “los votos de algunos sectores nacionalistas
han sido como gotas de agua en un océano” (“El resultado de las elecciones”, op. cit., p. 134).
257 “El primero de mayo y la perspectiva política”, en Criterio, n° 1306, 24 de abril de
1958, p. 293.
114 Francisco Teodoro
258 “Mensaje de asunción del Presidente Dr. Arturo Frondizi 1º de Mayo de 1958”, en
Dossier legislativo: Mensajes presidenciales, año VI, nº 152, mayo 2018. Disponible en: https://
bcn.gob.ar/uploads/Frondizi-DOSSIER-legislativoAVIN152-Mensajes-presidenciales.-
Mensaje-de-asuncion.-Congreso-Legislativo-de-la-Nacion-Argentina.pdf.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 115
259 “El mensaje presidencial: ánimo resuelto y corazón esperanzado”, en Criterio, n° 1308,
8 de mayo de 1958, p. 324.
260 “El problema político presente”, en Criterio, n° 1308, 22 de mayo de 1958, p. 364.
261 Ídem.
262 “El mensaje presidencial: ánimo resuelto y corazón esperanzado”, op. cit., pp. 324.
En el libro Ayer, hoy y mañana, sobre el que nos detuvimos en el capítulo anterior, el
nacionalista Mario Amadeo sostenía que para superar al peronismo era preciso “restaurar la
unidad nacional mediante la reconciliación de las clases sociales (las cursivas son del original)”
(1956: 99). Como indica Beraza al analizar al periódico Azul y Blanco, “queriendo eliminar
al peronismo no hacían otra cosa que fortalecerlo, ya que la represión salvaje era funcional a
los planes de Perón” (2005: 100). En el mismo sentido, en abril de 1958, la revista Presencia
señalaba que el gobierno de Frondizi debía impulsar medidas de ampliación política que
permitieran reconciliarse con los peronistas (Presencia, nº 69, 25 de abril de 1958, p. 3). Para
estos grupos, dar vuelta la página del peronismo implicaba abordar las causas que lo hicieron
posible: el problema de la inclusión política y social de las masas y los errores previos a 1945.
116 Francisco Teodoro
279 La línea impuesta por el episcopado fue seguida también, entre otras, por la revista
Estudios. Allí Ramón Dorrego, colaborador de la revista, señalaba que la nueva legislación
desconocía las libertades básicas de un trabajador tales como la “libertad de afiliarse, de
constituir sindicatos y de federarse o confederarse en el orden nacional o internacional”,
lo que constituía un nuevo esfuerzo del Estado por masificar a los hombres a partir de su
sujeción y esclavitud a las formas económicas mediante y el “unicato sindical”. Para el autor,
el instrumento sancionado por el Congreso era una réplica de la legislación peronista de
sindicato único, lo cual en la práctica permitiría el dominio absoluto del peronismo en el
mejor de los casos o del comunismo si la situación económica y social no se recuperaba
(Dorrego, Ramón. “La ley de asociaciones profesionales. ¿Sindicalismo en manos del
Estado?”, en Estudios, n° 497, septiembre de 1958, p. 522).
280 “Gremios y política”, op. cit., p. 566.
281 Ídem.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 121
282 Ídem.
122 Francisco Teodoro
288 Ídem.
289 “Incertidumbre”, op. cit., p. 643.
290 Ídem.
291 Ídem.
292 Ibíd.: 645.
124 Francisco Teodoro
294 Alsogaray había sido ministro de Industria y asesor económico durante la segunda etapa
de la “Revolución Libertadora”. Su nombramiento como ministro de Economía y secretario
interino de Trabajo en el gobierno de Frondizi se vinculó directamente a la presión que las
Fuerzas Armadas estaban ejerciendo sobre el presidente. Sobre la biografía de Alsogaray, ver
Vicente (2014b).
126 Francisco Teodoro
295 Esta inclinación se profundizó cuando David Blejer reemplazó a Oscar Allende en el
Ministerio de Trabajo el 11 febrero de 1959 luego de que este último renunciara a su cargo
manifestando su desacuerdo con el tratamiento de los conflictos gremiales. A diferencia de
Allende, Blejer, un dirigente vinculado directamente a Frigerio, consolidó una línea política
que puso fin a la idea del Estado como mediador en los conflictos sociales. Como sostiene
Omar Acha (2008: 172), en cierto sentido el nuevo ministro completó el proceso iniciado
por la “Revolución Libertadora” en materia de política sindical.
296 “El petróleo”, en Criterio, n° 1314, 28 de agosto de 1958, p. 604.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 127
301 Ídem.
302 “Unidad en la necesidad”, op. cit., p. 4.
303 “El viaje presidencial”, en Criterio, n° 1325, 12 de febrero de 1959, p. 84.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 129
Conclusiones
Introducción
337 En el mismo sentido, para los dirigentes de los dos partidos radicales y de los partidos
minoritarios –el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el Partido Demócrata Progresista
(PDP), e incluso para expresiones no derechistas como el Partido Socialista (PS)–, el escaso
peso electoral del Partido Comunista Argentino (PCA) los condujo a pensar que no era
necesario adoptar medidas represivas más allá de la persecución del partido y de las actividades
de sus dirigentes y militantes (Rouquié, 1982: 161; Spinelli, 2005).
144 Francisco Teodoro
340 Como afirma Mario Ranalletti (2009: 254-255), Meinvielle fue uno de los intelectuales
que más se destacó en la tarea de formación y adoctrinamiento de los militares en el período
abierto por el golpe contra Perón. La lectura del peronismo como una forma nacional del
marxismo, expresada por el sacerdote, se acopló de un modo perfecto con la lectura que
tenían las Fuerzas Armadas sobre el justicialismo luego de 1955. Esta línea fue seguida en los
años cincuenta y sesenta por las revistas Combate y Cruzada, dos emprendimientos editoriales
destinados a militares y católicos integristas que también tuvieron fuerte influencia entre los
oficiales de las Fuerzas Armadas (Cersósimo, 2015: 51 y ss.). La primera de las revistas fue
fundada en diciembre de 1955 por Jordán Bruno Genta. Cruzada, fue fundada en julio de
1956 por Cosme Beccar Varela (h), se caracterizó por su constante reivindicación en clave
aristocrática de la época medieval, por el profundo anticomunismo y por la defensa de la
propiedad privada como elemento central del proyecto político nacional (Cersósimo, 2015:
53). En la misma línea, en 1959 apareció la revista Verbo, una publicación del grupo Ciudad
Católica que se formó en Argentina inspirado en su homónimo francés Cité Catholique
fundado en 1946 por Jean Ossuet, un seguidor de Charles Maurras en los años previos a
la Segunda Guerra Mundial. El profundo anticomunismo de la revista se podía ver en el
texto que publicaba en las primeras páginas de cada número: “Y esto es la revolución: la gran
rebelión que, incubada desde muy lejos, nace vigorosa en los últimos tiempos (siglo XVIII en
adelante). La revolución no es solo el laicismo en las escuelas, ni la disolución de la familia, ni
el odio a la autoridad civil, ni la persecución religiosa, ni el trastueque del mundo del trabajo.
Es todo eso; pero es algo más. Es el afirmar que tanto el orden social como el individual
se han de establecer sobre los derechos del hombre y no sobre los derechos de Dios. ¿Sus
etapas? Renacimiento, Reforma, Revolución francesa, Comunismo”. Como señala Elena Scirica
(2010, 2012a), Roberto Gorostiaga y Juan Carlos Goyeneche, dos de los directores de la
revista, tenían una relación muy cercana con el coronel Juan Francisco Guevara, un actor de
importancia en el proceso de autonomización de las Fuerzas Armadas en la primera mitad
de los años sesenta, proceso sobre el que volveremos en el tercer apartado de este capítulo.
341 La creación del clero castrense dio lugar al proceso que Loris Zanatta definió como la
formación de una “Iglesia militar” o “simbiosis patológica” entre las Fuerzas Armadas y la
Iglesia católica (Di Stefano y Zanatta, 2009: 556; cf. Cersósimo, 2015: 57).
146 Francisco Teodoro
344 En febrero de 1957, Joseph Folliet, uno de los intelectuales más reconocidos del
catolicismo europeo en el proceso de preparación del Concilio Vaticano II, aseguraba que
“la miseria no basta habitualmente para provocar revoluciones; la miseria desencadena
más bien rebeliones incoherentes, duramente reprimidas” y “solo da lugar a una situación
revolucionaria cuando los miserables pueden sentir su miseria por comparación y creen
en la posibilidad de salir de ella, y entonces a condición de que las masas de miserables,
incapaces de organizarse a sí mismas, encuentren élites ya salidas de la miseria, impacientes
por mejorar su propia situación, que les suministren una ideología y dirección” (Folliet,
Joseph, “De la revolución como mito y como realidad. II”, en Criterio, n° 1277, 14 de febrero
de 1957, p. 55). En el mes de marzo de 1957, Carlos Floria vinculaba el éxito de los partidos
comunistas del este de Europa con el engaño y señalaba que, desde el objetivo de central
de lograr la “dominación universal”, el comunismo constituía la “teorización del cinismo”
(Floria, Carlos Alberto, “Teorización del cinismo”, en Criterio, n° 1280, 28 de marzo de
1957, p. 181). En un sentido similar, sobre la idea del comunismo como una sumatoria
de contradicciones y engaños, Jorge Luis García Venturini afirmaba, en una reseña al libro
Surgimiento del comunismo moderno de Massimo Salvadori, que, tanto durante los gobiernos
de Perón como luego del golpe de septiembre, el Partido Comunista Argentino “coqueteó
con ambos”, es decir, con peronistas y antiperonistas, “y no jugó limpio con ninguno”
(García Venturini, Jorge Luis, “Reseña a Surgimiento del comunismo moderno de Massimo
Salvadori, Emece, Buenos Aires, 1956”, en Criterio, n° 1282, 25 de abril de 1957, p. 285).
Junto con estas notas, Criterio publicó en su sección de información general la transcripción
de dos artículos cuyos originales fueron publicados en revistas internacionales. En el primero
de ellos, de noviembre de 1956, Gerhard Neuhaus señalaba que Eva Perón “abrigaba grandes
simpatías comunistas”, por lo cual “el comunismo vivió sus mejores épocas bajo la era de Eva
Perón” y “bajo su influencia rectora hubo un tal acercamiento entre los métodos políticos
y económicos del peronismo y los comunistas, que al final solo se diferenciaron de grado”
(Neuhaus, Gerhard, “El Comunismo en la Argentina”, en Criterio, n° 1271, 8 de noviembre
de 1956, p. 822). En el otro artículo, publicado en septiembre de 1957, Harry Schwartz
indicaba que, si bien el marxismo no tenía presencia numérica en América Latina, había
logrado una fuerte penetración en la intelectualidad de Brasil, Argentina y México, mientras
que comenzaba a mostrar capacidad de maniobra en ámbitos rurales de Brasil, Ecuador,
Chile, Uruguay, Costa Rica y Perú (Schwartz, Harry, “La injusticia, aliada del comunismo
en América Latina”, en Criterio, n° 1291, 12 de septiembre de 1957, p. 642).
148 Francisco Teodoro
345 En una nota que analizaba la victoria del candidato de la Unión Cívica Radical
Intransigente en los comicios de febrero, la revista señalaba que, si bien distintos sectores
sumaron su adhesión al presidente electo, “no creemos (…) que la decisión comunista de
apoyarlo haya dado muchos votos al doctor Frondizi”, sino que, por el contrario, “nos
animaríamos a suponer que (...) la postura de los bolcheviques criollos quitó votos al
candidato ganador” (“El resultado de las elecciones”, en Criterio, n° 1302, 27 de febrero
de 1958, p. 134). En el mismo sentido, luego de la asunción de Frondizi, en el marco de
la discusión por el tratamiento de la Ley de Asociaciones Profesionales que el gobierno
sancionó en el mes de agosto, la revista le restó importancia al peso de los dirigentes
comunistas en el ámbito gremial: “El conflicto por el poder sindical (...) se plantea en
estos momentos entre el peronismo, el socialismo y el comunismo” y, si bien este último
es “el más peligroso y eficaz en su acción perturbadora”, el movimiento justicialista tenía la
ventaja por su tradicional dominio en los sindicatos (“Gremios y política”, en Criterio, n°
1313, 14 de agosto de 1958, p. 566).
346 Frondizi comunicó su intención de reglamentar el artículo 28 a fines de agosto. A lo largo
del mes de septiembre, se sucedieron distintos actos en favor y en contra de la reglamentación
del artículo 28. El día 2, en un acto en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Buenos Aires, David Viñas, Eliseo Verón y Abel Latendorf rechazaron el decreto. El día 5
Risieri Frondizi, rector de la UBA y hermano del presidente, encabezó una movilización al
Congreso Nacional en la que señaló que el rechazo al decreto implicaba defender la cultura
frente al oscurantismo del catolicismo. Los días 8 y 9 se produjeron huelgas estudiantiles y
tomas de colegios secundarios, mientras que el 11 se utilizó el aniversario de la muerte de
Domingo Sarmiento para darle a la discusión un tono histórico: el diario La Nación recordó
el ideal de escuela laica y gratuita, ajena a todo tipo de división. Por último, los días 15 y
19 se celebraron manifestaciones en favor de las universidades libres y de las universidades
laicas. La primera de ellas movilizó a setenta mil personas, mientras que la segunda tuvo una
convocatoria sensiblemente mayor. En esta última, José Luis Romero señaló la existencia
de un “plan clerical” para apoderarse de la “cultura y la educación” (Zanca, 2006: 95-97).
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 149
cambios, la reducción de los salarios de los empleados estatales y el incremento de las tarifas
de los servicios públicos, motivos por los cuales los salarios reales descendieron en un 25%
entre 1958 y 1959 (Rouquié, 1982: 167; Aroskind, 2007: 99-100). Como consecuencia de
estas medidas y de la decisión del presidente de profundizar una línea claramente antisindical
que incluyó, entre otras cosas, la declaración del Estado de sitio y de ilegalidad de las huelgas,
a lo largo de 1959 se produjo una serie de conflictos gremiales que marcaron un quiebre en
la relación entre el gobierno y los sindicatos (James, 2006: 158-166).
357 “El problema gremial”, en Criterio, n° 1324, 22 de enero de 1959, p. 44.
358 Ídem.
359 “Nuevas reflexiones sobre la violencia”, en Criterio, n° 1324, 22 de enero de 1959, p. 55.
360 “El problema gremial”, op. cit., p. 44.
152 Francisco Teodoro
365 Como afirma Laura Ehrlich (2010: 79-80), el ministro Vítolo denunció en junio de
1959 un complot entre el peronismo y el comunismo para la alteración del orden público.
Esta denuncia fue seguida por la divulgación del “pacto” entre Perón y Frondizi, y de una
serie de episodios que determinaron el contexto para la agitación del peligro “terrorista” y,
más adelante, para la implementación del plan Conintes.
366 “El comunismo y la situación gremial”, en Criterio, n° 1339, 10 de septiembre de
1959, p. 644.
367 “Huelga general”, en Criterio, n° 1341, 8 de octubre de 1959, p. 736. Esta última
etapa, la del “golpe de Estado”, pareció iniciarse en diciembre de 1959 cuando la agrupación
Movimiento Peronista de Liberación-Ejército de Liberación Nacional (MPL-ELN), conocida
como Uturuncos, asaltara la comisaría de la localidad santiagueña de Frías. Si bien fue un
hecho aislado, tal como señala Ernesto Salas (2015: 108-116), el ataque a la comisaría de
Frías tuvo amplia repercusión en la prensa local, en particular en La Gaceta de Tucumán y
en la prensa nacional a través de La Razón y La Nación. Para Salas, los Uturuncos fueron la
primera organización guerrillera de la Argentina contemporánea y uno de los antecedentes
de Tacuara. Richard Gillespie (2008) menciona en su libro Soldados de Perón. Historia crítica
sobre los Montoneros la relación de esta agrupación con los Uturuncos. Para Criterio, “los
‘guerrilleros’ que participaron en el asalto serían de filiación peronista, en tanto que algunos
de sus jefes tendrían filiación comunista”, lo cual mostraba que el comunismo seguía firme en
la estrategia que lo llevaría a la toma del poder: “Penetración, agitación, terrorismo, creación
154 Francisco Teodoro
Como hemos visto, del mismo modo que las expresiones más
importantes de las derechas, luego del golpe contra Perón, Criterio
relegó el tema comunista a un segundo plano. Esta posición se mo-
dificó en el marco de la discusión “laica o libre”, cuando la revista
inició el tránsito desde el antiperonismo hacia una identidad antico-
munista. En ese proceso, si bien intentó colocarse “lejos de la posi-
ción, un tanto ‘paranoide’, que ve en todos los rincones tenebrosas
confabulaciones masónicas, comunistas, etc.”, actitud típica “de los
dictadores de derecha, quienes acostumbran a usar al comunismo
internacional como ‘chivo emisario’ y pantalla de sus maniobras
opresoras”, la revista se acercó a las líneas discursivas del catolicismo
integrista, entre ellas la tendencia a considerar que Perón impulsó la
lucha de clases y la preocupación por la infiltración en los sindicatos
y las universidades.368
de ‘zonas liberadas’ y ‘guerra revolucionaria’, etapa esta que llevaría a la conquista del poder”
(“Los sucesos de Frías”, en Criterio, n° 1348, 28 de enero de 1960, p. 59).
368 “Religión y anticlericalismo”, op. cit., p. 733.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 155
369 Como afirma Ricardo Souza Mendes (2004: 79), a lo largo del siglo XX los
anticomunistas entendieron al comunismo de dos maneras diferentes. Por un lado, antes
de la “Revolución rusa” de 1917, se consideraba “comunismo” a toda lucha sindical que
tenía por objetivo romper con el “statu quo”. Luego de la revolución, cuando la URSS
se convirtió en el símbolo de un Estado socialista, comenzó a ganar terreno una segunda
acepción que consideraba al comunismo como una alternativa real a la sociedad capitalista.
En ese sentido, para los grupos anticomunistas enfrentar al comunismo implicaba no solo
combatir las luchas de los trabajadores por reivindicaciones sociales, sino también, al mismo
tiempo, combatir la posibilidad de la construcción de un Estado socialista como los que
existían en el este de Europa.
370 “Comunismo y anticomunismo”, op. cit., p. 726.
371 Ídem.
156 Francisco Teodoro
represivo, el rol del catolicismo era central. Enfrentar con éxito esta
amenaza implicaba necesariamente fundar una nueva manera de
vincular a los católicos con las masas y darle forma a un catolicis-
mo aggiornado y atento a la realidad de aquellos individuos sobre
los que pretendía imponer su proyecto político y religioso. En ese
sentido, la revista señalaba la necesidad de impulsar un cristianis-
mo renovado y vigoroso que se presente ante la sociedad “como
estilo de vida y como inspiración constante de nuestras acciones
públicas y privadas”, “un cristianismo creador de programas de vida
colectiva con vigor suficiente como para imponerse en el convenci-
miento de los hombres y de los pueblos”.372 De esta manera, para la
publicación, los católicos tenían el deber de ocupar el rol de guía y
orientación para las masas en disponibilidad.
En esa línea, en una reseña al libro Radiografía del comunis-
mo de Alberto Ezequiel Volpi, publicada en diciembre de 1958,
Carlos Floria indicaba que para los católicos el anticomunismo
debía ser una actitud positiva y derivada de su modo de actuar
como cristianos. Estos grupos tenían que ejercer un “cristianismo
cotidiano y agresivo por su vitalidad y por su autenticidad”, “un
cristianismo de ‘sacristías afuera’ que responda a los interrogantes
que conforman una cosmovisión con sus propios elementos de fe
y razón (las cursivas son del original)”.373 Por el contrario, afirma-
ba el intelectual,
… hacer “anticomunismo” y después, si queda tiempo, vivir
cristianamente, es el error grave sobre el que hemos llamado la
atención, por ser negativo e indicador de una imperdonable fal-
ta de imaginación, que contrasta con el alarde de eficacia de un
movimiento ideológico hecho a la medida de un mundo carente
de técnicas morales, aunque le sobren técnicas materiales (…)
Ser “anti” algo (...) es ni más ni menos que pretender un mundo
en que ese “algo” no exista. Pero como ese mundo es, precisa-
mente, el que existía antes que ese “algo” viviera en él, el “anti”
372 Ídem.
373 Floria, Carlos Alberto, “Reseña a Radiografía del comunismo, por Alberto Ezequiel
Volpi, 1958”, en Criterio, n° 1321-22, 24 de diciembre de 1958, p. 974.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 157
374 Ídem.
375 Ídem.
376 “El problema comunista y la misión del hombre cristiano”, en Criterio, n° 1328, 26 de
marzo de 1959, p. 206.
377 Ídem.
158 Francisco Teodoro
378 Ídem.
379 “La presencia cristiana”, en Criterio, n° 1333, 11 de junio de 1959, p. 404. Para
la revista, “la presencia cristiana está en realidad constantemente asediada por esta doble
tentación: la de una timidez diabólica que huye de todo compromiso en el común naufragio,
y la de una violencia impaciente que trastorna las perspectivas y tiende a confundir el reino
de Dios con la suerte de los reinos de este mundo” (ídem).
380 Ibíd.: 406.
381 Ídem.
382 Ídem.
383 Ídem.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 159
396 Como señala Luis Beraza (2005: 125), luego de los contratos petroleros –considerados
como una “entrega” del patrimonio nacional–, el plan de estabilización económica y el ciclo
de conflictos sindicales de 1959, los nacionalistas nucleados en Azul y Blanco afirmaban que
“el país estaba siendo entregado a los grandes monopolios internacionales que agudizarían el
proceso dialéctico en la Argentina, con el peligro de transformar los enfrentamientos políticos
y sociales en clasistas, allanándole el camino al comunismo”. Luego de un acercamiento
inicial, vinculado más al deseo de derrotar a Aramburu que a la simpatía con Frondizi, el
semanario exhibió en sus páginas una serie de críticas al presidente, entre las cuales una de las
más importantes fue su antigua militancia juvenil en el Partido Comunista. En ese sentido,
para este grupo de nacionalistas comandado por Sánchez Sorondo, Frondizi era un agente
del comunismo cuyo objetivo secreto no era otro que generar las condiciones para que el
comunismo se instale en la Argentina. También Meinvielle, luego de considerar al primer
mandatario como una “esperanza nacional y popular”, comenzó a señalar que Frondizi y
Frigerio encabezaban un complot para instalar el comunismo en la Argentina. De un modo
similar al que observamos en Azul y Blanco, el sacerdote integrista afirmaba que la “entrega”
del petróleo y las riquezas nacionales apuntaban a profundizar las contradicciones sociales
para generar un clima de lucha de clases en el que las instituciones que debían garantizar
el anticomunismo, la Iglesia y las Fuerzas Armadas, resultarían odiosas para las mayorías
populares. En ese marco, las masas peronistas se inclinarían hacia posturas frentistas de
izquierda y se produciría una división incluso en el interior del nacionalismo (cf. Beraza,
2005: 126-127). Valeria Galván (2014: 103-104) señala que, para estos grupos, la infiltración
en el gobierno era el complemento de una serie de pasos que seguía el comunismo en la
Argentina. El primero de ellos era la entrega del patrimonio y la soberanía nacional
a capitales ingleses, norteamericanos y a la “banca judía”. A esta etapa le seguía una que
consistía en el “hambreamiento” sistemático del pueblo para generar una situación de miseria
y desesperación. El tercer paso era la destrucción de las fuerzas nacionales, entre ellas el
peronismo y las expresiones nacionalistas como el propio semanario Azul y Blanco, a partir de
la represión violenta de las protestas sindicales y la ilegalización de los sindicatos y del Partido
Justicialista. El cuarto momento consistía en debilitar a la Iglesia católica al presentarla como
aliada de un gobierno antinacional. Este momento estaba dado por la discusión “laica o
libre” en la que la Iglesia quedó asociada a Frondizi, al tiempo que se despertaron fuertes
cuestionamientos anticlericales. A esta etapa se le sumaba, en quinto lugar, el desprestigio
de las Fuerzas Armadas a partir de su utilización como agentes de la represión de las luchas
obreras. Este desprestigio implicaba el enfrentamiento entre los militares y el pueblo
peronista. Por último, el plan Conintes simulaba la represión al comunismo para martirizarlo
y para que se vuelque hacia este sector “la simpatía de los trabajadores”.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 163
401 Ídem.
402 Ídem. En la mirada de la revista los sindicatos construyeron su poder durante el
peronismo bajo la lógica de la “lucha entre las clases y de[l] antagonismo entre los grupos”
y no sobre la idea de la “conciliación de intereses en función del bien común” a través de
los partidos políticos, motivo por el cual, luego de destituido Perón, y bajo la restauración
operada por la Ley de Asociaciones Profesionales de agosto de 1958, las organizaciones
gremiales intervenían en la vida política con acciones antidemocráticas y consideraban al
resto de los grupos y clases sociales como “obstáculos (…) en el camino de la satisfacción de
sus apetitos, legítimos o ilegítimos” (ídem).
403 “La presencia cristiana”, op. cit., p. 406.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 165
404 Ídem.
405 A pesar de esto, señalaba la revista, “en nuestra situación actual, la reforma electoral
propiciada no aparece como el resultado de una convicción, sino más bien de la imposición
de circunstancias particularmente hostiles con las ambiciones electorales de la UCRI”, en
particular por los malos resultados de las elecciones de medio término de fines de 1959 en
Mendoza y Santa Fe (“La reforma electoral”, op. cit., p. 607).
406 Ídem.
166 Francisco Teodoro
407 Ídem.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 167
408 En los meses previos a los comicios del mes de marzo, Criterio mostró una fuerte
preocupación por el voto en blanco, opción por la que se inclinaron peronistas y comunistas.
Votar en blanco, señalaba la revista, implicaba “la abdicación de un derecho y al mismo
tiempo una invitación a la anarquía social” en la medida en que “un caudal apreciable de
votos en blanco, eventualmente superior al del partido que obtenga la mayoría, habrá de
crear un clima de tensiones políticas y sociales que buscarán seguramente salidas de fuerza”
(“Reflexiones sobre el voto en blanco”, en Criterio, n° 1351, 10 de marzo de 1960, p. 178).
Esta preocupación tenía que ver con el resultado de las elecciones legislativas de La Pampa
en las que el voto en blanco alcanzó el 28,77% del total de electores. Para la revista, “el
pronunciamiento pampeano demostró un sensible aumento de los votos en blanco, una
similar disminución de los sufragios de la UCRI y un repunte de la UCRP” y “si damos al
‘votoblanquismo’ el significado de un apoyo al régimen derrocado en 1955 (...) deberemos
concluir que se confirma en esta ocasión un fenómeno que se viene anotando a través de
todas las elecciones provinciales: en la Argentina hay menos peronistas que en 1954, pero
más que en 1957”, de manera tal que “las perspectivas para el 27 de marzo no son, como se
ve, halagüeñas” (“Las elecciones de La Pampa”, en Criterio, n° 1352, 24 de marzo de 1960,
p. 219).
409 “En torno de las elecciones”, en Criterio, n° 1353, 14 de abril de 1960, p. 245. En la
comparación entre el porcentaje a nivel nacional de 1957 y el porcentaje a nivel provincial de
1960, la UCRI pasó de 21,23 en 1957 a 21 en 1960; la UCRP de 24,2 a 24,3; y el voto en
blanco de 24,31 en 1957 a 25,18 en 1960.
410 El retroceso de los conflictos tenía que ver tanto con la crisis económica como con
la fuerte represión impulsada por el gobierno que se tradujo en importantes derrotas que
debilitaron la confianza de las bases peronistas. Esta situación reflejaba el abandono de la
militancia y participación de las masas trabajadoras y el aislamiento de los activistas que, desde
un nivel intermedio entre las bases y la dirigencia, habían sido el eje central de la resistencia
en los años de la “Revolución Libertadora” y del renacimiento del sindicalismo peronista
entre 1958 y 1959 (James, 2006: 166-173). En ese sentido, en el mes de noviembre de 1960
la revista señalaba que “la actitud del gobierno nacional, desconociendo explícitamente toda
derivación política de la actividad sindical, produjo el desgaste progresivo de organizaciones
168 Francisco Teodoro
417 Coincide en esta apreciación Celia Szusterman (1998: 271). Para la autora, si bien
el sector “legalista” de las Fuerzas Armadas era mayoritario, a partir de ese momento, en el
que se sintieron traicionados por Frondizi, comenzaron un proceso de insubordinación al
gobierno civil cuya primera gran manifestación fue el golpe de marzo de 1962.
418 “Las Fuerzas Armadas”, en Criterio, n° 1335, 9 de julio de 1959, p. 486.
419 Ibíd.: 487.
420 Ibíd.: 486.
172 Francisco Teodoro
429 Como señala James (2006: 201-203), el atentado a Shell Mex se inscribió en una
estrategia más amplia de acciones insurreccionales que se llevaron a cabo en 1960 y que la
prensa atribuyó al peronismo. Entre ellas, junto a la de Shell Mex en el mes de febrero, se
pueden contar la explosión de una planta de almacenamiento de la empresa de gas estatal en
Mar del Plata en el mes de marzo, el atentado a la casa del general Labayru en Mendoza y la
voladura de un puente en la cordillera de los Andes en el mes de mayo. Como consecuencia
de la denuncia contra el gobernador Zanichelli, el ejército ocupó las cárceles para tomar
control de los prisioneros acusados de terrorismo, desobedeciendo, de esta manera, las
órdenes del Poder Judicial y del gobierno provincial. Frente a esta situación, el Ejecutivo
nacional decidió ceder a las presiones militares y declaró la intervención de la provincia, aun
a costa de entregar a un gobernador de su propio partido (Rouquié, 1982: 176-177). Como
señala Mazzei (2012: 46), la intervención de la provincia de Córdoba significaba otro paso
en el proceso de autonomización de los militares frente al poder civil puesto que, desde ese
momento, los planteos no solo se mostraban efectivos para desplazar secretarios militares y
colaboradores del presidente, sino también para destituir a gobernadores elegidos legalmente.
430 “Los sucesos de Córdoba”, en Criterio, n° 1355, 12 de mayo de 1960, pp. 323 y 325.
En el mismo sentido, en el número del 9 de junio, la revista indicaba que en el comunicado
“las Fuerzas Armadas detallaban la presunta complicidad del gobernador de Córdoba y sus
colaboradores con elementos terroristas y justificaban, además, sus propias medidas de fuerza
cumplidas en la provincia” en función de “las irregularidades policiales y penitenciarias, a
la ocultación y entrega ilegal de armas de guerra, a la pasividad oficial frente a los hechos y,
sobre todo, a los contactos personales entre terroristas y altos funcionarios provinciales” a los
que “no habría sido ajeno el mismo gobernador de Córdoba” (“La intervención a Córdoba”,
en Criterio, n° 1357, 9 de junio de 1960, p. 420). Frente a los cargos, “el gobernador se limitó
a declarar ‘su asombro’” y “como no realizó nuevas declaraciones, excepto sobre su negativa
a renunciar, la posición del gobernador de Córdoba no quedó en claro ante la opinión
pública”. Por estos motivos, afirmaba Criterio, “el silencio sobre las acusaciones de fondo
de las Fuerzas Armadas las robusteció a los ojos del observador independiente y, al mismo
tiempo, deterioró el prestigio del gobernador inculpado” (ídem). De esta manera, si bien los
métodos colisionaban con los mecanismos democráticos, la posible presencia de funcionarios
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 175
comunistas en el Estado justificaba la actitud de los militares, al tiempo que, más allá de
los excesos, el hecho de no avanzar en la toma del poder político mostraba que existía en el
interior las Fuerzas Armadas “la sensación de que un golpe de Estado nada arreglaría” y que
la “‘función de la hora’ es la de vigilancia, la de guardar el orden”. “Intervención federal”, en
Criterio, n° 1358, 23 de junio de 1960, p. 446.
431 Para un análisis de los decretos y del texto difundido por Toranzo Montero, consultar
en Tcach (1997) y Pontoriero (2016, 2022).
432 “El Ejército y la Política”, en Criterio, n° 1359, 14 de julio de 1960, p. 498.
433 Ídem.
434 “Argentina: ¿una vocación para el suicidio?”, en Criterio, n° 1366, 27 de octubre de
1960, pp. 763 y 764.
176 Francisco Teodoro
lo cual “no solo son rivales del Poder legal, sino sus reemplazantes
eventuales, y aparecen como una consecuencia de la disgregación de
la unidad del Poder político (las cursivas son del original)”.435 En ese
sentido, afirmaba la revista:
… si los “planteos” son de tal manera desorbitados que no de-
jan al Poder la posibilidad del desplazamiento, más bien que
“solicitudes”, “sugerencias” o “presiones” significan compartir el
ejercicio del mando (las cursivas son del original).436
Esta caracterización de las Fuerzas Armadas como factor de po-
der fue el eje de la explicación de Criterio al planteo de octubre de
1960, en el que Toranzo Montero denunció la presencia de comu-
nistas en instituciones educativas y culturales, y la connivencia de
miembros del radicalismo intransigente con actos terroristas lleva-
dos a cabo por el peronismo.437 En esa ocasión, dada la magnitud de
las presiones ejercidas sobre el gobierno, la revista aseguraba que “la
intención o el propósito de un sector del Ejército fue el de provocar
la renuncia del presidente”.438
Criterio también criticó la distinción entre legitimidad y legali-
dad que planteaba Toranzo Montero en sus intervenciones públicas.
Para la revista, “a través de la crítica constante de la legitimidad, se
propicia la ruptura del orden constitucional, el desplazamiento del
gobierno legal” y, “como el problema de la legitimidad o ilegitimidad
del actual gobierno no es cosa de ahora, sino de todos los momentos,
sería suficiente proclamarlo para justificar el golpe de Estado (las cur-
sivas son del original)”.439 Ese argumento era utilizado “a menudo
por muchos políticos de la oposición, especialmente del radicalismo
440 Ídem.
441 Ídem.
442 “La legalidad ¿para qué?”, en Criterio, n° 1369-1370, 24 de diciembre de 1960, p. 886.
443 “La crisis militar”, en Criterio, n° 1377, 13 de abril de 1961, p. 262.
444 Ídem.
178 Francisco Teodoro
445 Ídem.
446 “Una revolución inexplicable”, en Criterio, n° 1386, 24 de agosto de 1961, p. 621.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 179
447 En enero de 1959, la revista afirmaba que “la caída de Batista continúa un interesante ciclo
político” en el cual “poco a poco los ‘hombres fuertes’ de América Latina van desapareciendo”
a pesar de la “desenfrenada demagogia” que les permitía contar con el “apoyo aparente de
las organizaciones obreras” y el “aval popular concediendo toda suerte de aparentes mejoras
a los sectores populares” (“Un dictador menos”, en Criterio, nº 1323, 8 de enero de 1959,
p. 19). En el interior de las derechas, el diario La Nación ensayó en los primeros meses
forzadas comparaciones entre los “barbudos” combatientes de la Sierra Maestra y los militares
argentinos que habían derrocado a Perón (Aelo y Pérez Branda, 2009: 108-109). En el mes
de enero de 1959, el episcopado argentino reprodujo a través de su boletín el mensaje de la
Acción Católica de Cuba que defendía la lucha del pueblo contra la tiranía de Batista (cf.
Verbitsky, 2008: 110-111). Esa mirada se puede observar también entre los representantes
de la Unión Cívica Radical del Pueblo que, en mayo de 1959, cuando Castro visitó la
Argentina, presentaron al líder cubano como un “paladín de la libertad” para contrastarlo con
Frondizi, el presidente que había “pactado con la dictadura” (Smulovitz, 1988b: 127). Sin
embargo, inmediatamente producido el triunfo de la revolución, los tribunales de excepción
implementados para juzgar a criminales de guerra generaron las primeras dudas entre
aquellos que, en los Estados Unidos y en América Latina, creían reconocer en la victoria de la
Revolución cubana un “nuevo triunfo de tendencias que ya habían cosechado otros en Costa
Rica, Venezuela y aun Puerto Rico” (Halperin Donghi, 2005: 516). Sobre este tema, a fines
de enero de 1959, Criterio esbozó las primeras críticas al proceso cubano: “El sentimiento
de alborozo que acompañó desde todos los rincones del mundo a la gesta emancipadora se
trocó (...) en inquietud y asombro ante el número incesante de ejecuciones capitales en que
se tradujo la represión dispuesta por los vencedores”. Esta crítica, como se puede observar, no
estaba relacionada a la presencia de elementos comunistas, sino a la utilización de la violencia
política (“Cuba o la dialéctica de la violencia”, en Criterio, nº 1324, 23 de enero de 1959,
p. 56). Por estos motivos, creemos que, como señala Oscar Terán (2013: 181), no hay que
180 Francisco Teodoro
exagerar la rapidez del impacto que el ingreso de los guerrilleros en la capital cubana ejerció
sobre la intelectualidad argentina en enero de 1959.
448 En ese sentido, Criterio afirmaba que “se han denunciado rebrotes comunistas en
Cuba” y que, si bien la mayor parte de la población “rechazaba resueltamente el comunismo”,
la postergación de las elecciones, “la única salida democrática”, demostraba la confusión entre
los revolucionarios (“La confusión cubana”, en Criterio, nº 1334, 25 de junio de 1959, p.
453). En el mismo sentido, en el mes de julio, la revista señalaba que “Fidel Castro ha dicho a
gritos que no es comunista”, pero “en estos momentos, su gobierno anda a los tumbos pues, al
igual que otros gobernantes más cercanos, no se resigna a echar por la borda a sus compañeros
de ruta”. En definitiva, “lo que comenzó siendo un rumor va tomando cada vez más visos
de verosimilitud. Y si bien Batista era completamente inaceptable, un gobierno comunista
no tiene nada que hacer en América Latina” (“Malestar en América Latina”, en Criterio, n°
1336, 23 de julio de 1959, p. 540). Vinculado a esto, en noviembre la revista planteaba que
muchos dirigentes revolucionarios, entre los que se encontraban el jefe de la fuerza aérea
Pedro Luis Díaz Lanz y el presidente Manuel Urrutia, “que en su momento dieron prueba
de plena identificación con los ideales que derrocaron a Batista”, fueron calificados “de la
noche a la mañana” como “traidores a la patria, contrarrevolucionarios y otros motes”. Ante
esa situación, Criterio indicaba que “la analogía con Rusia es demasiado evidente” puesto
que “allí, por materias puramente tácticas, quienes habían alcanzado posiciones expectables
fueron denunciados como anticomunistas de la primera hora” (“La situación cubana”, en
Criterio, nº 1343, 12 de noviembre de 1959, p. 819).
449 “La situación en Cuba”, en Criterio, nº 1356, 26 de mayo de 1960, p. 374).
450 Para la revista, “Cuba promete convertirse a corto plazo en una avanzada de primer
orden” puesto que “tras motivaciones legítimas que desencadenaron la revolución contra
el régimen de Batista, se desenvuelve una política de provocación con perfiles definidos y,
a través de reivindicaciones auténticas, dirigentes al borde del paroxismo parecen favorecer
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 181
desarrollo, fueron bien recibidos no solo por los católicos de derecha, sino también por los
propios marxistas que defendían las banderas del nacionalismo (cf. Del Carril, 2001: 20).
456 Criterio indicaba que “ha escrito Emilio F. Mignone en un excelente ‘informe’ sobre
la izquierda nacional, que el rótulo –que precisa como marxismo nacional– se refiere a un
intento de aplicación del pensamiento marxista en el marco de una nación, y a un esfuerzo
para asumir, dentro de este lineamiento doctrinario, la historia, la cultura y los intereses
de una comunidad nacional”. También identificaba a Jorge Abelardo Ramos como un
exponente central de la izquierda nacional: “Jorge Abelardo Ramos, uno de sus expositores
más destacados en la Argentina, enuncia el propósito de la izquierda nacional según su
versión trotskquista, de donde proviene aquel: ‘ha sonado la hora de restaurar una tradición
trunca: la tradición de un nacionalismo democrático revolucionario…’, por medio de ‘la
unificación política de América Latina, dejada en pie por Bolívar y que ha sido puesta hoy en
el juego de la historia por una nueva clase, surgida de las convulsiones financieras y militares
del imperialismo: la burguesía industrial latinoamericana y sobre todo argentina’” (“En torno
de la izquierda nacional”, en Criterio, n° 1372, 26 de enero de 1961, p. 43).
457 Ibíd.: 44.
458 Ibíd.: 45.
459 Ibíd.: 46.
184 Francisco Teodoro
463 Como señala Catalina Smulovitz (1988b: 115), para los comicios de 1961 y 1962
el movimiento liderado por Perón barajaba tres alternativas: apoyar a la UCRI como en
1958, votar por los partidos denominados “neoperonistas” o formar frentes electorales con
partidos de izquierda. Esta última fue la decisión del Consejo Superior y Coordinador para
las elecciones de Añatuya.
464 Luego de la decisión del peronismo de inclinarse por votar al PSA, los votos de este
partido se incrementaron de 166 a 1917 entre 1960 y 1961, mientras que los votos en blanco
disminuyeron de 2810 a 140. La UCRI y la UCRP mantuvieron relativamente su caudal
del año anterior: el primero de los partidos aumentó sus votos de 1102 a 1416 y el segundo
de 1038 a 1267 (ibíd.: 117). De todas formas, la decisión del peronismo de apoyar al PSA
resultó tener un carácter táctico antes que ideológico puesto que el justicialismo no volvió a
elegir partidos de izquierda como receptor de sus votos. Sin embargo, esta actitud le recordó
a los partidos y a los sectores de derecha antiperonistas y anticomunistas que la experiencia de
Añatuya podía repetirse en algún otro comicio más decisivo (ibíd.: 118).
465 “Añatuya: ¿táctica o definición?”, en Criterio, n° 1382, 22 de junio de 1961, p. 459.
466 Ídem.
467 Ídem.
186 Francisco Teodoro
486 Ídem.
487 Ibíd.: 245.
488 Ídem.
489 Ídem.
490 Ibíd.: 246.
491 Ídem.
492 “La comedia electoral”, op. cit., p. 206.
192 Francisco Teodoro
Conclusiones
493 Ídem.
494 “Sinceridad y Sangre Fría. La Concordia Posible”, en Criterio, n° 1401, 12 de abril de
1962, p. 260.
La revista Criterio y las derechas argentinas: una lectura católica... 193
495 Ídem.
Conclusiones
rio, para ser exitosa, la salida política debía romper el divorcio entre
élites y pueblo, modificar la postura antiperonista de la segunda eta-
pa de la “Revolución Libertadora”, e integrar política y socialmente
a las masas que habían apoyado a Perón. Esto último implicaba,
en definitiva, superar el antagonismo peronismo-antiperonismo en
virtud de ofrecerle a los sectores populares un presente mejor que el
pasado que podían recordar mitológicamente.
Bajo estas premisas, y aunque inicialmente señaló como un
dato positivo el resultado de las elecciones constituyentes de julio
de 1957, en las que las distintas agrupaciones antiperonistas obtu-
vieron, sumadas todas ellas, un número de sufragios mayor que el
voto en blanco por el que se inclinó el peronismo, Criterio se mostró
sumamente pesimista ante la forma que adquirió la apertura política
ensayada por el gobierno de Aramburu. Las discusiones entre las
dos versiones de la Unión Cívica Radical en el marco de la campaña
electoral para dichos comicios, los debates que se produjeron en el
interior de la Asamblea en la segunda mitad de 1957 y el acerca-
miento de las facciones radicales al peronismo en los meses previos
a las elecciones presidenciales de febrero de 1958 revelaban que la
salida política nada tenía de reformulación y que, por el contrario,
poseía componentes de una restauración, puesto que colocaba en el
centro de la escena a los viejos dirigentes políticos y a sus partidos.
En suma, esta situación abría el camino para la reedición de un
juego que, como consecuencia última, había sido una de las causas
principales del surgimiento peronismo.
Un proceso similar podemos observar en la primera mitad de
1958, cuando, en virtud del resultado de los comicios del mes de
febrero, Criterio enfatizó el hecho de que el retroceso del voto en
blanco y el crecimiento del caudal de sufragios de la Unión Cívica
Radical Intransigente parecían demostrar un debilitamiento de la
identificación de las masas con el movimiento justicialista en favor
de una alternativa no peronista. En ese marco, la revista mostró al-
gunos rasgos de acercamiento a las propuestas políticas de Frondizi
entre las elecciones de febrero y los meses iniciales de su presidencia.
En particular llamó la atención el tono del discurso de asunción
del presidente en el Senado de la Nación del día 1 de mayo. Allí
200 Francisco Teodoro