El Sabado
El Sabado
El Sabado
Introducción.-
(Recomendamos mucha atención a esto).
CITAS INTRODUCTORIAS
“Al recapacitar en nuestra historia pasada, habiendo recorrido cada paso de su progreso
hasta nuestra situación actual, puedo decir: ¡Alabemos a Dios! Mientras contemplo lo que
Dios ha hecho, me siento llena de asombro y confianza en Cristo como nuestro caudillo. No
tenemos nada que temer en lo futuro, excepto que olvidemos la manera en que el Señor nos
ha conducido, y sus enseñanzas en nuestra historia pasada.” EGW. Joyas de los Testimonios,
t.3, pág. 443
“No hay excusa para cualquier persona en tomar la posición de que no hay más verdad para
ser revelada, y que todas nuestras exposiciones de las Escrituras son inequívocas. El hecho
de que ciertas doctrinas se han celebrado como verdad por muchos años por nuestro pue-
blo, no es una prueba de que nuestras ideas son infalibles. El tiempo no convertirá el error
en verdad, y la verdad puede darse el lujo de ser justa. Ninguna doctrina verdadera perderá
nada por una estrecha investigación”. EGW. Review and Herald, 20 de Diciembre de 1892.
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"No podemos sostener que ninguna posición, una vez adoptada, ninguna idea, una vez de-
fendida, no habrá de ser abandonada en circunstancia alguna. Hay solamente Uno que es
infalible: Aquel que es el camino, la verdad y la vida." EGW. TM 105.
"Los que permiten que el prejuicio impida que la mente reciba la verdad, no pueden ser re-
ceptáculos de la iluminación divina. Sin embargo, cuando se presenta una interpretación de
las Escrituras, muchos NO preguntan “¿es correcta? ¿está en armonía con la Palabra de
Dios?” SINO “¿quién la sostiene”, y a menos que venga precisamente por el medio que a
ellos les agrada, no la aceptan. Tan plenamente satisfechos se sienten con sus propias ideas,
que no quieren examinar la evidencia bíblica con el deseo de aprender, sino que rehúsan
interesarse, meramente a causa de sus prejuicios." EGW. TM 106
El Sábado y la Creación.
El sábado de la creación aparece en Gen. 2:1 – 3; Ex. 20:8 – 11; Ex. 31:12 – 17. Estos textos
proveen la motivación básica bíblica para la observancia del sábado y señalan a la posición
bíblica del origen del sábado.
1. El sustantivo “sábado” [Hb. šabbāt] aparece por primera vez en Ex. 16:25
2. Nociones básicas acerca el origen, el propósito, la función y el significado del sábado.
EL SÁBADO Y EL DECÁLOGO
El sábado en Éxodo 20:8-11. El mandamiento del sábado consiste de 55 palabras he-
breas y es el más largo de los 10 Mandamientos. Es una unidad cuidadosamente estruc-
turada.
El sábado en Deuteronomio 5. El mandamiento del sábado de Deuteronomio 5:12 –
15 tiene 64 palabras hebreas. Tiene la misma estructura que en Ex. 20 e introduce un
aspecto soteriológico o de la salvación.
EL SÁBADO Y LA SEÑAL.
El contexto: después de dar las instrucciones para el santuario y su servicio
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El sábado sirve como una señal:
(1) de “observación”,
(2) de “separación”,
(3) de “conmemoración”,
(4) de “conocimiento”,
(5) de “garantía”,
(6) de Su “sello” de propiedad del mundo creado y de Su autoridad
EL SÁBADO Y EL PACTO
El sábado está directamente conectado con el “pacto” [Hb. b‘rîth] en Éxodo 31:12 – 17: “un
pacto perpetuo” [Hb. b‘rîth ‘ȏlām] (vers. 16).
La señal del pacto
(1) El pacto con Noé tenía la señal eterna del arco iris (Gen. 9:13, 17)
(2) El pacto con Abrahán tenía la señal eterna de la circuncisión (Gen. 17:11),
(3)El pacto en el Sinaí tiene una señal eterna en el sábado.
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obras de misericordia están en perfecta armonía con su propósito. Dios no desea que sus cria-
turas sufran una hora de dolor que pueda ser aliviada en sábado o cualquier otro día… La
obra del cielo no cesa nunca, y los hombres no debieran nunca descansar de hacer bien. El sá-
bado no está destinado a ser un período de inactividad inútil. La ley prohíbe el trabajo secular
en el día de reposo del Señor… {DTG 177.1, 2} {UE 68.2} {SSJ 154.7}
EL SÁBADO EN EL PURITANISMO*
• Pioneros en propagar en el siglo XVI el punto de vista sabatista.
• Controversias y discusiones en Inglaterra.
Durante la última parte del siglo XVI y durante el XVII acerca del día, el tiempo y
la manera de observar el sábado.
• La preocupación y temor de los puritanos.
• La publicación de Nicolás Bownd en 1595.
• Grupo minoritario creía y guardaba el séptimo día sábado.
• El día de reposo domingo en el Nuevo Mundo.
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• La correlación del sábado y el santuario de José Bates.
• El sábado, el mensaje del tercer ángel y el tratado de José Bates.
• Otros conceptos importantes de la teología del sábado de José Bates.
“Durante toda la semana, debemos recordar el sábado y hacer preparativos para guardarlo
según el mandamiento. No sólo debemos observar el sábado en forma legal. Debemos com-
prender su importancia espiritual sobre todas las acciones de nuestra vida”. (1901)
{6TI 355.1} {3JT 20.2} {CPI 473.2} {EUD92 78.5} {EUD 6
Ministerio redentor.
En 1846 Bates presentó la verdad del sábado a Elena Harmon y ella la rechazó argumen-
tando que tenía poca validez. Ella escribió:
“Por mi parte no le daba a esto gran importancia, y me parecía que el Pr. Bates
se equivocaba al dedicar más consideración al cuarto mandamiento que a los
otros nueve” (Notas Biográficas 103).
En 1846 Bates publicó el libro titulado “El Sábado, una Señal Perpetua”, donde expresó un
enfoque del tema mayormente Bautista del 7mo día. Manifestó que el verdadero sábado era
el 7mo. día y que el papado había intentado cambiar la ley (Dan. 7:25). Sin embargo, apare-
cieron por primera vez dos aspectos de interpretación a la luz de la teología adventista:
• El séptimo día debe ser restablecido antes del regreso de Jesucristo (Restauracio-
nismo).
• Relacionó el sábado con Apoc. 14:12. “Aquí está la paciencia de los santos, los que
guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Llegó a la conclusión que sustituir
el sábado por el domingo constituía “la marca de la bestia.” (Apoc. 14: 9-12)
“Pero el Señor me dio una visión del santuario celestial. El templo de Dios estaba abierto en el
cielo, y se me mostró el arca de Dios cubierta con el propiciatorio… Jesús levantó la cubierta
del arca y vi las tablas de piedra en que estaban escritos los diez mandamientos. Me asombré
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al ver el cuarto mandamiento en el mismo centro de los diez preceptos, con una aureola lumi-
nosa que lo circundaba. El ángel dijo: “Este es, entre los Diez Mandamientos, el único que de-
fine al Dios vivo, que creó los cielos y la tierra y todas las cosas que en ellos hay.” (EGW. Notas
Biográficas, pág. 103, 104).
Los hermanos adventistas procedentes de la Iglesia Bautista del 7mo. Día cuestionaban la
validez bíblica del principio defendido por Bates. Jaime White solicitó a J. N. Andrews que
hiciera un estudio más exhaustivo del tema. En noviembre de 1855 Andrews, basándose en
textos del A.T., determinó que la palabra “tarde” significa “puesta del sol”. Bates y los White
rechazaron la nueva luz hasta que Elena recibió una visión confirmando los límites del sá-
bado (desde la puesta del sol hasta la puesta del sol). La unidad de la iglesia, en lo tocante a
este asunto, fue consolidada.
En conclusión,
La Iglesia Adventista del Séptimo Día cree que:
El bondadoso Creador, después de los seis días de la creación, descansó el séptimo día, e insti-
tuyó el sábado para todos los hombres como un monumento conmemorativo de la Creación.
El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia del séptimo día,
sábado, como día de reposo, adoración y ministerio en armonía con las enseñanzas y la prac-
tica de Jesús, el Señor del sábado. El sábado es un día de agradable comunión con Dios y con
nuestros hermanos. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, una señal de nuestra santi-
ficación, una demostración de nuestra lealtad y una anticipación de nuestro futuro eterno en
el reino de Dios. El sábado es la señal perpetua del pacto eterno entre él y su pueblo. La go-
zosa observancia de este tiempo sagrado de una tarde a la otra tarde, de la puesta de sol a la
puesta de sol, es una celebración de la obra creadora y redentora de Dios (Gén. 2:1-3; Éxo.
20:8-11; Luc. 4:16; Isa. 56:5, 6; 58:13,14;Mat. 12:1-12; Éxo. 31:13-17; Eze. 20:12,20; Deut.
5:12-15; Heb. 4:1-11; Lev. 23:32; Mar. 1:32).