Manual Obrero Carcelario-Final
Manual Obrero Carcelario-Final
Manual Obrero Carcelario-Final
en las NES
Fundación Emmanuel, I.A.P.
Sirviendo a
en lasPRISI NES
Texto bíblicos tomados de la Biblia Rein a Valera 1960 © Sociedades Bíblicas Unidas.
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Estuve desnudo, y me
cubriste; enfermo,
y me visitasteis;
en la cárcel y viniste a mi.
Mateo 25:36
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está cambiando
estas vidas
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Obreros carcelarios.
Cristianos con carga por los que están en prisión.
Misioneros con un llamado a las cárceles.
Líderes carcelarios.
Dirigentes con deseos de iniciar un verdadero
servicio a las personas privadas de su libertad.
Dirigentes que quieran expandir sus ministerios.
Autoridades carcelarias.
Todo aquel que desee saber un poco más acerca de
las prisiones, los internos y cómo ganarlos para
Cristo y colaborar en la expansión del reino de Dios.
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Autores:
Los presos y sus familiares, así como todos aquellos que de una manera anónima
durante todos los años del cristianismo han visitado las prisiones.
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INDICE
Bosquejo general 8
Capítulo 3: El preso 55
A. Características del preso 57
B. Las necesidades del preso 59
C. ¿Cómo ganarlos para Cristo? 60
D. El preso primo delincuente 62
E. El preso reincidente 63
F. El preso político 65
G. El preso extranjero 66
H. El preso psiquiátrico o inimputable 67
I. La mujer en prisión 71
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Capítulo 3: El prisionero
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Capítulo 1
Fundamento
Del
Servicio
En
Las
Prisiones
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En el principio...
Desde la caída del hombre en el Edén, todos los seres humanos hemos quedado sujetos a la es-
clavitud o prisión del pecado. Desde entonces, en el corazón de Dios ha estado el libertar a los
hombres de la esclavitud, esto es, de redimirnos. Por eso es que prometió al Redentor, al nacido
de mujer y nacido bajo la ley, a fin de que redimiese a los que estaban bajo la ley, a los que está-
bamos bajo maldición, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
El ministerio de Jesucristo
Y todo esto tenía que ver con el ministerio de Jesucristo, el cual Dios mismo, por boca del profeta
Isaías, lo definió indicando que:
• su llamado era en justicia,
• lo sostendría con su mano,
• lo guardaría,
• lo pondría por pacto al pueblo,
• sería luz de las naciones.
Pero ¿con qué propósito? ¿cuál era el objetivo de ese ministerio tan glorioso? Eso se describe en
el versículo 7, y básicamente era de tres cosas:
1. abrir los ojos de los ciegos,
2. sacar de la cárcel a los presos,
3. sacar de casas de prisión a los que moran en tinieblas.
Es necesario tomar la Escritura literal y espiritualmente. Jesús abrió los ojos de los ciegos físicos
(Mateo 20:29-33), pero también abrió los ojos de los ciegos espirituales (Juan 9:39). Entonces, El
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vino a abrir los ojos de los ciegos físicos y también a abrirnos los ojos para poder verle y creer.
Por lo tanto, El no sólo vino a sacar a los presos de las cárceles espirituales, como podrían ser los
vicios, la amargura, el odio, el rencor, etc., sino también vino a sacar a los presos de cárceles físi-
cas. Esto podemos constatarlo con el hecho de que El mismo, literalmente, murió en lugar de un
prisionero llamado Barrabás, que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio (Lucas
23:25). Jesús, pues, sacó de la cárcel física a un preso. Esto también se confirma claramente en el
momento de la manifestación pública de Jesús, cuando en el día de reposo entró a la sinagoga y,
conforme a su costumbre, se levantó y leyó delante de todos el siguiente pasaje:
El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar bue-
nas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de cora-
zón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en li-
bertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.
Lucas 4:18-19
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hambre y le dieron de comer, tuvo sed y le dieron de beber, estuvo desnudo y lo cubrieron, fue
forastero y lo recogieron, estuvo enfermo y lo cubrieron, en la cárcel y vinieron a él. Jesucristo, el
pan de vida, ¿tuvo hambre? Jesucristo, la fuente de agua viva, ¿tuvo sed? Jesucristo, el que suple
todas nuestras necesidades, ¿estuvo desnudo? Jesucristo, el que hace habitar en familia al desam-
parado, ¿fue forastero? Jesucristo, el sanador y por cuya llaga fuimos nosotros curados, ¿estuvo
enfermo? Jesucristo, el que vino a dar libertad a los cautivos y a proclamar a los presos apertura
de la cárcel, ¿estuvo preso? Así es, Jesús estuvo preso., la Escritura lo dice:
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles
con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de
él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor
las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a
su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de
mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del
mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis
de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo y me cubristeis;
enfermo y en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán
diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sedien-
to, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o
desnudo y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vi-
nimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá : De cierto os digo que en cuanto
lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Mateo 25:31-46
Jesús padece necesidades hoy en día. Pero ¿cómo se suplieron esas necesidades?
NECESIDAD RESPUESTA A LA NECESIDAD
Hambre Le dieron de comer
Sed Le dieron de beber
Forastero Lo recogieron
Desnudez Lo vistieron
Enfermedad Lo visitaron
En la cárcel Vinieron a él
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Fijémonos que en cada situación menciona una necesidad: hambre, sed, forastero, desnudez,
enfermedad. Pero cuando menciona la cárcel no menciona ninguna necesidad, sino solo que
estuvo en la cárcel. ¿Por qué? porque en la cárcel podemos encontrar todas las necesidades
mencionadas:
• Un preso tiene sed. Es increíble ver lo que muchos de ellos hacen por conseguir un
refresco o una bebida fresca. Tienen sed de justicia también.
• Un preso padece desnudez. No hay persona más necesitada que un preso. A veces
usan la misma ropa por semanas o meses. La ropa a veces no es de él, es del Estado.
Al visitar a un preso podemos darle de comer al hambriento, darle de beber al sediento, darle un
hogar al forastero, vestir al desnudo y estar con el enfermo.
Que Dios nos libre ser cristianos mediocres, egoístas, legalistas y complacientes, que nos olvide-
mos de servir y de amar al prójimo.
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Jesucristo mandó amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerzas, y a nuestro prójimo
como a nosotros mismos.
Al amar al necesitado estamos amando a Dios.
El apóstol Juan lo dijo muy claramente:
Que Dios nos libre de que a nosotros se nos pueda aplicar el siguiente pensamiento:
Tuve hambre...
Y tú formaste un grupo humanitario
para discutir mi hambre
Estuve encarcelado...
Y tú, silenciosamente,
te fuiste a la capilla para orar por mi libertad.
Estuve desnudo....
Y en tu mente se debatió la moralidad de mi apariencia.
Estuve enfermo...
Y tú te arrodillaste para agradecer a Dios por mi salud.
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Estuve solo...
Y tú me dejaste, para orar por mí.
Tú ...
que pareces tan santo,
tan cerca de Dios.
Pero yo...
todavía tengo hambre...
me siento muy solo...
tengo mucho frío...
Autor desconocido
Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidie-
sen...Y Pilato les respondió diciendo: ¿Quieren que les suelte al Rey de los
judíos?
Marcos 15:6,9
El pasó por las siete etapas que atraviesa todo aquel que llega a una prisión:
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4ª Razón: Porque a los presos también los incluye la gran comisión de Jesucristo
Jesús dijo claramente que fuéramos por todo el mundo y predicáramos el evangelio a toda criatu-
ra, a todo ser humano. Los hombres y mujeres que están privados de su libertad son seres huma-
nos como nosotros. Algunos de ellos han cometido delitos; otros son inocentes, pero no dejan de
ser criaturas. Hay periodistas que han llamado "hiena humana" a una persona que cometió un
crimen, y usan otros apelativos de animales y dan la idea de que no son humanos. Pero sí lo son,
y no son más pecadores ni más malos que ninguno de nosotros. Alguien dijo una vez que "si to-
dos los que deberían estar en la cárcel lo estuvieran, entonces ¿quién cerraría la puerta?". Esta-
mos convencidos de que la única diferencia entre un preso y una persona libre es que al primero
lo descubrieron en su delito y al segundo no. A la lu z de la palabra de Dios todos hemos pecado y
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estamos destituidos de la gloria de Dios y además, el que cumple toda la ley pero desobedece un
solo mandamiento, se hace transgresor de toda la ley y es como si hubiera desobedecido todos.
Entonces, a los ojos de Dios, una "mentirita piadosa" es tan pecaminosa como un asesinato. Es
más, la Escritura es muy clara en cuanto a que quien se enoja contra su hermano o lo aborrece es
un homicida, un criminal. Entonces ¿quién está libre de culpa? ¿quién, que esté limpio de pecado,
se atreverá a tirar la primera piedra? Los presos también están incluidos en la Gran Comisión que
nos dejó nuestro Señor Jesucristo.
Todas las naciones del mundo tienen cárceles, todas. El servicio en cárceles es parte integral e
inseparable de la Gran Comisión que nos ordenó realizar el Señor Jesucristo. Además, una pri-
sión, por definición, es una nación, pues tiene sus propias leyes, fronteras, gobierno, policía, cos-
tumbres, lenguaje, comida, tipo de cambio, ropa y tradiciones. Entonces, como Jesucristo mandó
ir a todas las naciones, las prisiones están incluidas.
porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo
pues invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel
de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y có-
mo predicarán si no fueren enviados?
Romanos 10:14-15
Las palabras, con el tiempo, se desvirtúan. No utilizaremos la palabra "ministerio" porque a tra-
vés de los años ha perdido su verdadero significado. En vez de ministerio, usaremos la palabra
servicio, porque es la que mejor define lo que es. Algunos otros sinónimos de ministerio son:
administración, empleo, tarea, oficio.
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La palabra de Dios dice que para que la gente sea salva, es necesario que invoque el nombre de
Cristo. Pero para que lo invoque, necesita creer; y para creer necesita oír; y para oír necesita que
alguien le predique; y para que alguien lo haga, necesita ser enviado. Los enviados son a los que
se les encarga un servicio específico. Para que los presos puedan llegar a ser salvos, es necesario
ir a ellos y servirles. Pero es muy triste ver en todo el país, y en muchos otros lugares del mundo,
que las cárceles han sido relegadas y desplazadas por el cuerpo de Cristo. En muchos grupos cris-
tianos, las cárceles no son más que un evento anual por unos cuantos días. Tienen contemplado el
ir a la cárcel pero como si fuera un sacrificio o una "obra de caridad" porque "pobrecitos presos,
nos dan lástima".
Ese es el sentir de muchos cristianos. Esto produce, obviamente, que no exista un verdadero mi-
nisterio hacia ellos y que los que visitan se conviertan en:
• Grandes siervos de Dios, que sólo van porque buscan el aprecio y el reconocimiento
de su congregación;
• Sabelotodos, que sólo quieren ir a compartir la "última revelación" que recibieron del
Señor;
• Jueces, que sólo regañan a los pecadores y les recuerdan el castigo de Dios; o
La realidad es que no hay un servicio integral a los presos, que no sólo se preocupe por sus nece-
sidades espirituales sino que también atienda sus necesidades emocionales, físicas, materiales,
familiares, laborales, legales y sociales.
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Jesús nunca condicionó sus milagros ni su ayuda. El sanó al leproso, al paralítico y al sordo y no
les puso condiciones. Dio la vista al ciego de nacimiento y liberó al endemoniado de Gadara sin
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que ellos lo pidieran y ni siquiera investigó ni cuestionó su trasfondo; tampoco les exigió que
debían tener fe. Del mismo modo salvó al preso crucificado junto a él y no le reprochó nada.
Jesús ve más allá, y ve en todo hombre o mujer "peligrosos" a personas tremendamente necesita-
das de ayuda, de afecto, amor y comprensión.
Jesús siente compasión por ellos. Nosotros debemos también sentir compasión, no lástima, por
los presos, e ir a ellos tal y como somos.
Solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predi-
ca la fe que en otro tiempo asolaba. Y glorificaban a Dios en mí.
Gálatas 1:23-24
Es impactante para la sociedad en que vivimos el que "un criminal peligroso" cambie su forma de
vida y se vuelva a Dios. Los encabezados de muchos periódicos han sido llenados con noticias de
éstas. Asimismo la radio, y aún la televisión. En Julio de 1967 salió un encabezado en los princi-
pales periódicos de México: Asaltabancos cambia la ametralladora por una Biblia.
Eso fue cuando de Lecumberri se escaparon por los juzgados una banda de suramericanos asalta-
bancos. Pero este hombre, que pertenecía a esta banda, no se fue con ellos. Al ser entrevistado
por los medios de comunicación, les explicó que fue porque había conocido a Cristo y ahora ser-
vía a Dios. Hace poco salió otro encabezado en un periódico de la ciudad: "En la cárcel se acercó
a Dios", en donde se narra el testimonio de un ex-narcotraficante que ahora sirve a Dios en la
Penitenciaría del D.F. Actualmente incluso, los pa stores de las iglesias dentro del Reclusorio
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Norte, Sur, Oriente y la Penitenciaría de Santa Martha en México D.F. están sentenciados a 40 y
más años de prisión, y el cambio en su vida ha sido tal que tiene perplejos a las autoridades y sus
compañeros.
Cuando la gente ve en la calle a una persona que estuvo en la cárcel y que trabaja, vive una vida
honesta, mantiene a su familia y muestra signos de superación, se sorprende, se asombra y se
maravilla. "¿Cómo es posible?" dicen todos, ya que el hombre con toda su ciencia y medicina no
ha podido, hasta la fecha, cambiar la conducta maligna de un hombre y hacerlo un hombre de
provecho. Solamente Jesucristo es capaz de cambiar una vida, porque "el que está en Cristo nue-
va criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas".
Es muy interesante notar que el capítulo 13 de los Hebreos habla acerca de los deberes cristianos.
Aquí hay 10 mandamientos: acerca del amor fraternal, de la hospitalidad, de los presos y los mal-
tratados, del matrimonio, de las costumbres, de la obediencia y sujeción a los pastores, de la sana
doctrina, de los sacrificios que agradan a Dios, del hacer bien y de la ayuda mutua y de la ora-
ción. ¡Qué interesante es que el tercero de estos mandamientos es que nos acordemos de los
presos como si estuviéramos presos juntamente con ellos! El acordarnos de los presos no es
una sugerencia o una opción para nuestro cristianismo, es un deber. Y un deber es una tarea, una
obligación, un cometido, una carga, una labor, una necesidad. Claro, los que estamos en Cristo
cumplimos nuestros deberes cristianos no por obligación ni por necesidad sino por amor, por gra-
titud a Aquel que nos lavó de nuestros pecados con su sangre. El deber es para cada uno de noso-
tros, para cada cristiano. Fíjese que, a la luz de las Sagradas Escrituras, tan importante es amar al
prójimo y acordarnos de nuestros pastores como el de acordarnos de los presos. Es un imperativo
y es una orden directa de Dios.
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Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió
por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven
ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
2a. Corintios 5:14-15
El sólo hecho de que Cristo ha muerto por nosotros y que nos amó aún cuando estábamos muer-
tos en nuestros delitos y pecados debería bastar para que de rodillas viviéramos agradecidos con
él. Cristo murió por todos, Cristo murió también por los presos, por los criminales, por las prosti-
tutas, por los transgresores y desobedientes, por los impíos y pecadores, por los irreverentes y
profanos, por los parricidas y matricidas, por los homicidas, por los fornicarios, por los so-
domitas, por los secuestradores, por los mentirosos y perjuros y aún por los que se oponen a la
sana doctrina. El amor de Cristo en nosotros nos hace lamentar, sentir la necesidad tremenda de
ellos, apiadarnos, conmovernos, condolernos, dolernos en el corazón, compungirnos y compa-
decernos de los que tanto daño han hecho y se han hecho a sí mismos. Es el amor de Cristo el que
nos mueve a misericordia y debe ser el amor de Cristo el que nos impulse a servir a los presos, ya
que en la gracia lo único que vale es la fe que obra por el amor, y se nos exhorta a servirnos por
amor los unos a los otros (Gálatas 5:6,13-14). Además, la palabra es muy clara en cuanto a que,
si no tenemos amor, de nada nos sirve hablar lenguas humanas o angélicas, o tener profecía y
entender todos los misterios y toda ciencia, o tener toda la fe, o repartir todos nuestros bienes para
dar de comer a los pobres o entregar nuestro cuerpo para ser quemado. El amor es lo más impor-
tante y debe ser el motor que nos impulse para servir a las personas privadas de su libertad y a sus
familiares.
10ª Razón: Porque se puede alcanzar a muchas personas libres que rodean al
preso
El caso de José es impresionante. A través de él como prisionero y como ex prisionero, tuvo in-
fluencia sobre 7 grupos de personas:
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• aóénnesis 41:14-15
El rey de Egipto, FarG
Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del
rey, y estuvo allí en la cárcel. Pero el Señor estaba con José y le extendió su
misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la
cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en
aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía...Entonces Faraón envió
y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y
mudó sus vestidos, y vino a Faraón.
Génesis 39:20-22; 41:14
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• SU FAMILIA 10
Padres, Esposa/o, Hijos, Hermanos, Parientes
Total Aproximado: 41
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Todo esto a partir de que él o ella caen en prisión. Si nosotros empezamos a servirles y a llevarles
el evangelio de Cristo, entonces el cambio de sus vidas se hace patente y notorio a todos ellos y el
número de personas que le rodean se puede incrementar tremendamente hasta poder alcanzar:
• GOBIERNO 6
Presidente Municipal, Gobernador, Director General
de Reclusorios, Diputados, Senadores, Secretarios de
gobierno, hasta el mismo Presidente de la República.
• PROFESIONISTAS 5
Médicos, Odontólogos, Pediatras, Ginecólogos, etc.
• EMPRESARIOS 5
Ejecutivos, Directores generales, Gerentes de finan-
zas, de Recursos Humanos, etc.
• BANQUEROS 5
Directivos, Gerentes, Finanzas, Asesores, etc.
Total Aproximado: 31
Esto es algo muy emocionante en el servicio a las cárceles: que cuando le hablamos del Señor
Jesucristo a un sólo interno, ¡en realidad estamos llegando a más de 40 personas! Así que cuando
tengamos un grupo de 5 internos, no nos desanimemos, ya que en realidad estamos ministrando a
más de 200 personas. ¿Se imagina entonces cuando el grupo de internos llega a crecer a un núme-
ro de 50? ¿No es emocionante? Esto es necesario que el pastor Y los líderes internos lo sepan,
así como cada obrero carcelario que visita las prisiones y, por supuesto, los pastores y directores
externos.
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El evento más mencionado en toda la Biblia es la salida de Israel del cautiverio en Egipto (más de
500 veces). Esto marcó un suceso sin precedentes, porque a partir de su liberación de Egipto se
estableció la pascua, símbolo del sacrificio de Jesucristo, el cordero de Dios que quita el pecado
del mundo. Además, el proceso de liberación de la esclavitud del pueblo de Egipto es totalmente
similar al proceso de nuestra redención. En cuanto a las cárceles, hay una similitud impresionante
entre la esclavitud que los hijos de Israel sufrieron y las cárceles de la antigüedad. Veamos algu-
nos paralelos:
1. Tenían capataces sobre ellos. Exodo 1:11
2. Les molestaban con cargas pesadas de trabajo. Éxodo 1:11
3. Los hacían trabajar para sus propios beneficios. Éxodo 1:12
4. Los hacían servir con dureza. Éxodo 1:13
5. Les amargaban su vida con dura servidumbre. Éxodo 1:14
6. Los obligaban a trabajar con rigor, sin salario. Éxodo 1:14
7. Tenían potestad aún para matar a sus hijos y controlar la natalidad entre ellos. Éxodo
1:15-16,22
8. Los tenían privados de su libertad (Egipto era la gran cárcel para ellos, cerca de 3 mi-
llones). Éxodo 5:2
9. Los presionaban a producir. Éxodo 5:13
10. Los azotaban. Éxodo 5:14
Todo el país de Egipto era como una gran cárcel. Ellos tenían que trabajar duramente cada día y
no tenían libertad de salir, pues fueron reducidos a esclavitud, a prisión.
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Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos
al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al jui-
cio.
2a. Pedro 2:4
Las cárceles tienen que ver con la eternidad, ya que antes de que fuesen creados los cielos y la
tierra en el tiempo, ya existían las cárceles, y estas tienen el propósito de guardar a ángeles que
pecaron y no guardaron su dignidad hasta el juicio del gran día. Las cárceles existirán por toda la
eternidad en el infierno, para guardar ahí al diablo, a sus demonios y a todos los que no conocie-
ron a Dios ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del
rey, y estuvo allí en la cárcel. Pero el Señor estaba con José y le extendió su
misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel.
Ahora, pues, no se entristezcan, ni les pese el haberme enviado acá; porque
para preservación de vida me envió Dios delante de ustedes...Dios me envió
delante de ustedes, para preservarles posteridad sobre la tierra, y para darles
vida por medio de gran liberación.
Génesis 39:20-21; 45:5,7
Dios permitió que el primer misionero estuviera en la cárcel por varias razones:
• Tratar con su vida personal y hacerle madurar en todos los aspectos.
• Anunciar el mensaje de Dios a los presos también.
• Hacerle identificarse con su descendencia, que estaría en esclavitud en Egipto.
• Hacerle comprender el plan divino de redención.
• Conocer el estado triste de las prisiones para, a la postre, beneficiar a los presos y
procurarles mejores condiciones de vida.
• Mostrarle su poder y soberanía.
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Es increíble ver como casi todos los grandes hombres de Dios sufrieron prisiones y cárceles de un
modo directo o indirecto, tal vez con los mismos propósitos que José. Los siguientes hombres de
Dios y personajes bíblicos estuvieron ya sea en prisión (sea judicial, de guerra o de cautiverio):
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
EN EL NUEVO TESTAMENTO
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Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían; y les soltó a
aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien
habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
Lucas 23:24-25
Literalmente, Jesús murió en lugar de Barrabás, un prisionero. Es decir, el murió para que Barra-
bás viviera, el sufrió la cruz para que Barrabás fuera libre. Es de mucha trascendencia el hecho de
que, visto desde el punto de vista meramente humano, Jesús dio su vida por un homicida, por un
prisionero, para que este pudiera vivir y salir en libertad. Jesucristo, como en esa ocasión, hoy en
día sigue sacando de la cárcel a muchos presos.
¡En la cruz del calvario Jesús ganó la primer alma para el cielo! Y se trataba ¡nada más ni nada
menos que el preso que estaba crucificado junto a él y que momentos antes lo estaba injuriando!
¡Cuán grande e inescrutable es la misericordia y la gracia de Dios! Este prisionero, sentenciado a
muerte, clamó a Jesús, reconoció su pecado, el justo juicio de Dios, la justa retribución por sus
maldades, la inocencia de Jesús, el carácter de Jesús como Rey; comprendió la eternidad, el reino
de Dios, la segunda venida de Cristo, la resurrección de los muertos y la divinidad de Jesús. Todo
eso ¡solo por estar a lado del cordero de Dios! Pero ¿de dónde le vino toda esa sabiduría? Cierta-
mente no de su razonamiento humano, ni de su lógica, sino que, como a Pedro cuando confesó
que Jesús era el Mesías, el Espíritu Santo se lo reveló para que pudiera ser salvado por la fe en
Jesús. Vemos, pues, la importancia que tienen para Dios los presos, ya que se reveló a un prisio-
nero condenado a muerte para que este pudiera llegar al cielo.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Este es el otro lado de la moneda. Somos salvos por la fe, por creer en Jesús, en el evangelio.
Pero ese mismo poder para salvarnos nos condena si no creemos. Jesús dijo que el que cree en él
no es condenado, pero el que no cree ya ha sido condenado, por cuanto no creyó en el nombre del
unigénito Hijo de Dios (Juan 3:18). Tristemente, la primer persona que se fue al infierno por cau-
sa de Jesús fue el prisionero que estaba crucificado al otro lado de él en el Calvario. Es decir, a
partir de la muerte de Jesús en la cruz, la diferencia entre el cielo o el infierno radica en creer en
Jesús o no, y eso se manifiesta por medio de la obediencia o rebeldía a su palabra.
9. Las más grandes revelaciones de Dios fueron dadas dentro de las cárceles.
Vino palabra del Señor a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en
el patio de la cárcel, diciendo: Así ha dicho el Señor, que hizo la tierra, el
Señor que la afirmó para afirmarla; el Señor es su nombre: Clama a mí y
yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
Jeremías 33:1-3
Esta Escritura, así como la revelación del nuevo pacto, le fue dado a Jeremías cuando el estaba
dentro de la cárcel. Pero ¿qué no las cárceles son lugares inmundos y no deseados? Pues al Señor
le ha placido hablar a sus siervos y revelarles secretos cuando ellos estuvieron en la cárcel. ¿Por
qué? tal vez porque es un lugar en donde la persona puede estar en quietud y en espera. Pero, sea
como fuere, esto solamente denota la importancia que las cárceles tienen a la luz de la Biblia.
Todo el Nuevo Testamento fue escrito por los a póstoles, excepto Lucas y Hechos (que fueron
escritos por el Médico Lucas) y el libro de Hebreos (que fue escrito por Dios). Es bien conocido
que todos los apóstoles estuvieron en prisión al principio de su ministerio cuando aún no se escri-
bía nada del Nuevo Testamento. Por lo tanto, ellos experimentaron la cárcel antes de escribir y,
podemos decir con certeza, que el Nuevo Testamento fue escrito por puros exinternos (excepto
Lucas). Es más, muchas cartas del canon fueron escritas desde adentro de la prisión y por sí solas
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denotan su vital importancia en cuanto a revelación divina. Dios le permitió a Pablo escribir 13
epístolas, de las cuales 7 las escribió dentro de la prisión:
• Efesios, Filipenses, Colosenses, 1ª y 2ª Timoteo, Tito, Filemón
Y la última carta, la más profunda en revelación escatológica y que describe el final de los tiem-
pos y que completa la revelación divina, el Apocalipsis, fue escrito por el apóstol Juan ¡desde
adentro de una prisión en la isla de Patmos, a donde había sido exiliado por causa de la palabra de
Dios y del testimonio de Jesucristo!
Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran
cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el dia-
blo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y
puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que
fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un po-
co de tiempo.
Apocalipsis 20:1-3
El diablo sabe perfectamente el destino que le espera y por eso es que odia tanto la obra de Dios y
el trabajo en cárceles y los obstruye y siempre está tratando de anularlos. El diablo odia las cárce-
les porque muchos de sus demonios están guardados ahí hasta el juicio del gran día. Odia las cár-
celes porque sabe que él mismo será encarcelado por mil años, atado y sellado, y no podrá hacer
nada, absolutamente nada, y tendrá que esperar ahí por mil años, luego será soltado por un tiempo
y por último será lanzado al infierno, al lago de fuego y azufre, y será atormentado día y noche
por los siglos de los siglos, en compañía de la bestia, el falso profeta, la muerte, el Hades, y todos
los que no se hallaron inscritos en el libro de la vida (Apocalipsis 20:10-15).
Como podemos apreciar, las cárceles juegan un papel muy importante en el plan de Dios para la
humanidad. Por tanto, no desechemos el clamor de Dios que nos manda:
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
¿En dónde está el corazón de Dios? Desde el principio podemos ver que el corazón de Dios está
en las misiones, en la obra misionera. Dios siempre ha tenido en cuenta al mundo entero, a todas
las naciones. El quiere que Su Nombre sea conocido por todos los seres humanos. Y esa es la
base de la obra misionera: alcanzar a todas las gentes de todos los pueblos, naciones, tribus y len-
guas con el mensaje del Señor. A través de toda la Biblia vemos que el corazón de Dios está en
las misiones.
En el principio...
Cuando Dios creó al hombre, ese era su plan original, ya que les dijo: "Fructifiquen y multiplí-
quense; llenen la tierra, y subyúguenla" (Génesis 1:28). El plan de Dios era que el hombre tuvie-
ra muchos hijos y que llenara la tierra. Adán pudo haberse convertido en un misionero, ya que
tendría que ir a visitar cada lugar de la tierra para instruir a su descendencia en los caminos de
Dios.
Después del diluvio
Dios le dijo a Noé y a sus hijos: "Fructifiquen y multiplíquense, y llenen la tierra" (Génesis 9:1)
¡Lo mismo que le dijo a Adán! El plan seguía incluyendo a todo el mundo, un plan misionero.
En el llamamiento a los patriarcas
Después que se multiplicaron los hijos de Noé, se multiplicó también la maldad y los hombres se
apartaron de Dios y, como resultado, quisieron construir en Sinar (esto es, Babilonia) una ciudad
y una torre cuya cúspide llegara al cielo. Entonces Dios tuvo que confundir las lenguas y los
hombres fueron esparcidos sobre la faz de la tierra (Génesis 11:8). Después de esto, Dios puso
sus ojos en Abram y lo llamó y le dijo:
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Otra vez vemos que el plan de Dios contempla a todas las familias de la tierra, todas las nacio-
nes de la tierra. Lo mismo dijo a Isaac y a Jacob (Génesis 26:1-5; 48:3-4).
En la visión de Isaías
Esto también podemos notarlo cuando el profeta Isaías tuvo la visión tremenda del trono de Dios
y oyó la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?" e Isaías respon-
dió: "Heme aquí, envíame a mí" (Isaías 6:1-8).
2. El misionero José.
Pero, ¿qué es un misionero? Básicamente, es una persona enviada por Dios a un lugar específico,
con una misión definida. No todos los misioneros son enviados por Dios. En este caso, considera-
remos sólo los que han sido enviados por Dios con la misión de proclamar un mensaje de parte de
él. A continuación consideraremos en las Escritu ras la vida de cada misionero y veremos qué
relación tienen las misiones con las cárceles y qué vínculo hay entre la obra misionera y el servi-
cio a las prisiones.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
A la edad de diecisiete años, José recibió dos sueños de parte de Dios en los que a él se le postra-
ban sus hermanos y sus padres. Esto despertó la envidia de sus hermanos y, en un intento por
deshacerse de él y matarlo, lo vendieron como esclavo a unos mercaderes que iban de paso. José
fue comprado después en Egipto por Potifar, un capitán de la guardia de Faraón. José tenía una
visión de Dios, un mensaje que dar. La Escritura nos dice que el Señor estaba con José y hacía
prosperar todo lo que hacía y fue hecho jefe de toda la casa de Potifar. ¿De qué hablaría José con
la gente cuando le preguntaban acerca de su vida? Seguramente les contaba que era hebreo y que
su Dios era el Señor. Pero ese mensaje tenía que ser predicado también en otro lugar que, como
veremos más adelante, siempre ha estado incluido en la proclamación de las buenas nuevas: la
cárcel. Y efectivamente, más tarde José es calumniado y echado en la cárcel, donde estaban los
presos del rey. Y la palabra dice que el Señor esta ba con José y que le extendió su misericordia, y
le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel, de tal manera que el jefe de la cárcel entregó en ma-
no de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él
lo hacía. Y no necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de
José, porque el Señor estaba con José, y lo que hacía, el Señor lo prosperaba (Génesis 39:20-23).
Pero ¿de qué hablaría José adentro de la cárcel? pues de lo mismo que hablaba afuera: del Señor.
3. El misionero Moisés.
El segundo misionero al que hace mención la sagrada Escritura es a Moisés, el que promulgó la
ley de Dios para el pueblo israelita:
Moisés era un ex convicto cuando fue llamado. El había dado muerte a un varón egipcio por
defender a un compatriota suyo, y tuvo que salir huyendo de la justicia de Egipto. Si Moisés se
hubiera quedado, seguramente habría caído preso. Vemos en esto que Dios no hace acepción de
personas. Moisés tenía un mensaje de parte de Dios para Faraón, y era que Israel era hijo de Dios,
su primogénito, y que, como no quería dejarlos ir a pesar de todas las señales que le había mos-
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
trado, iba a matar a todo primogénito en Egipto, comenzando por su hijo. Este mensaje también
llegó a la cárcel (Éxodo 3:20; 4:21-23; 12:29).
4. El misionero Isaías.
Tal vez el misionero que más claro habló acerca de las cárceles fue Isaías. El es el que, inspirado
por el Espíritu Santo, dijo:
• Que las autoridades injustas se inclinarían ante los presos. Isaías 10:4
• Cuando hace referencia al diablo, y dice que nunca abrió Isaías 14:17
la cárcel a los presos.
• El día del juicio los demonios y los reyes de la tierra serán Isaías 24:21-22
encarcelados.
• Jesucristo sacaría de la cárcel a los presos, y de casas de Isaías 42:6-7
prisión a los que moran en tinieblas.
• Que el pueblo de Israel, en su rebeldía, se escondería en Isaías 42:18-22
cárceles.
• Que Jesucristo estaría preso. Isaías 53:8
• Jesucristo sería ungido para publicar a los presos apertura Isaías 61:1
de la cárcel.
5. El misionero Jeremías.
El profeta Jeremías juega un papel muy importante entre los misioneros de Dios:
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Juan el bautista es el misionero más impactante e importante, ya que fue enviado por Dios delante
del Mesías para prepararle el camino:
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
en prisión. Por eso es que fue puesto en la cárcel, para que los presos pudieran oír el tremendo
mensaje que él tenía de parte de Dios. ¿Cómo podemos asegurar esto? porque Jesús no iba a co-
menzar su predicación pública hasta que terminara el ministerio de Juan. Y la palabra dice bien
claro que:
Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea...Desde entonces
comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cie-
los se ha acercado.
Mateo 4:12,17
¿Qué significa esto? Pues que Cristo no empezó a predicar públicamente hasta que se cumpliera
el tiempo, y el tiempo se cumplió hasta que Juan terminó, es decir, hasta que anunció el mensaje
que había recibido dentro de la cárcel. ¡Cuánto ama Dios a los presos que los tomó en cuenta para
tan gran noticia! Ciertamente todos se podrán olvidar de los presos, pero Dios nunca lo hará, por
eso nos manda que nos acordemos de los presos como si nosotros estuviéramos presos juntamen-
te con ellos (Hebreos 13:3).
7. El misionero Jesús.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino pa-
ra que el mundo sea salvo por él.
Juan 3:17
Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a ustedes. Como me envió el Padre,
así también yo los envío.
Juan 20:21
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Acabamos de ver qué tan importante era el hecho de que a los presos también fuera predicado
acerca de la venida de Jesús y del reino de Dios que se esperó hasta que Juan estuviera preso para
que él comenzara su ministerio público en la tierra.
Pero no sólo eso, sino que al iniciar su ministerio también mencionó las cárceles y a los presos:
El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar bue-
nas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de cora-
zón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en li-
bertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.
Lucas 4:18-19
Esta Escritura hace referencia a Isaías 61:1-4 y también dice que fue enviado a publicar a los
presos apertura de la cárcel. Jesús mismo estuvo en prisión, y eso fue antes de dar su vida por
los pecados de la humanidad. ¿Por qué? porque también a los presos era necesario que se les
anunciase acerca de la salvación en Jesús. Más adelante veremos qué papel tan importante juegan
las cárceles en el contexto del sacrificio de Jesucristo por todos nosotros.
Los once apóstoles fueron los primeros misioneros enviados por Jesucristo:
Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a ustedes. Como me envió el Padre,
así también yo los envío.
Juan 19:21
El problema fue que los discípulos, todos judíos, tal vez pensaron que era ir a todos los judíos en
todo el mundo que estaban en la dispersión, pero nunca a los gentiles, ya que ellos eran judíos y
siguieron practicando su religión judía. El Señor tuvo que hablar a Pedro en visión y por el Espí-
ritu para que abriera la puerta de la salvación a los gentiles en casa de Cornelio, pero después de
ahí no se menciona que hallan enviado a nadie a hablar de la fe a los no judíos. No fue sino hasta
la persecución por mano de Saulo de Tarso, como veremos más adelante, que la obra se extendió
hasta los gentiles. Veamos algunos aspectos interesantes acerca de estos primeros misioneros:
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• Todos podían acudir a los apóstoles para recibir sanidad. Pero, ¿quiénes no podían ir?
pues los presos. Vemos otra vez cómo posiblemente se les olvidó, pero al Señor no.
Todos podrán olvidar a los presos, pero el Señor jamás.
• Entonces, sucedió de nuevo lo inevitable: las autoridades se llenaron de celos por las
maravillas y milagros y les echaron mano y los pusieron en la cárcel pública (Hechos
5:17-18).
• Los apóstoles ya habían anunciado el mensaje de Jesús dentro de la cárcel. Pero falta-
ban los milagros. Y de pronto sucede algo inesperado y maravilloso: un ángel del Se-
ñor abre las puertas de la cárcel en la noche, los saca, y los envía de nuevo a predicar
de pie en el templo. Nadie se da cuenta, nadie lo nota. Al otro día, ¡oh sorpresa! la
cárcel se halla cerrada con toda seguridad, y los guardas de pie afuera, pero la celda
vacía. ¡Los apóstoles escaparon de la cárcel! (Hechos 5:19-25)
• No hay nada más milagroso para un preso que el salir en libertad, como sea. En la
mente de la mayoría pasa la idea de escapar. Los que logran hacerlo, son tenidos en
gran estima y respeto por los demás presos. Pensemos en esto: ¿qué mejor demostra-
ción de un milagro que el que ellos escaparan sin ser vistos, sin hacer ruido, sin gol-
pear a nadie, sin siquiera usar armas? Ese sí que fue un testimonio de milagro para
todos los presos.
• Y el milagro mayor se dio al otro día: los presos que habían escapado son enjuiciados
y...¡no se les sentencia a purgar una condena sino que son puestos en libertad otra
vez! ¡Qué tremendo! Y lo más sorprendente es que los azotan y ellos salen "gozosos
de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre".
La persecución
Los apóstoles y los nuevos convertidos permanecieron en Jerusalén por varios años. Tal parece
que la obra misionera que Jesús les había encomendado se les había olvidado, pues no había pla-
nes para enviar misioneros a otros lados. Entonces vino la persecución y, a causa de ésta, comen-
zó la obra misionera al mundo, ya que los que fueron esparcidos iban por todos lados predicando
el evangelio:
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Je-
rusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y Samaria, salvo
los apóstoles.
Hechos 8:1
¿Por qué entregaba Saulo hombres y mujeres a la cárcel? Por causa de la fe de ellos en Jesucristo,
debido a que no los había podido hacer blasfemar el Nombre de Jesús. ¿De qué otra cosa hablarí-
an esas personas dentro de la cárcel sino de Cristo? Siempre hay curiosidad en los internos de una
cárcel por saber por qué causa entró su compañero. ¿Podemos imaginar el impacto de todos al
saber que estaban allí por un hecho heroico de no haber negado su fe? ¡Qué testimonio tan mara-
villoso! Así, pues, podemos ver que la obra misionera comenzó en las cárceles. Después se ex-
tendió por Judea, Samaria, y de Azoto hasta Cesárea.
Después de la persecución de la iglesia, que sirvió más que nada para que los primeros misione-
ros salieran a predicar a otros, Saulo, el perseguidor, se convierte al cristianismo y se une a los
discípulos. Entonces reinó de nuevo la paz en las iglesias por toda Judea, Galilea y Samaria, y
eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu
Santo (Hechos 9:1-31).
Pedro: misionero a los gentiles
Entonces Pedro, obedeciendo ya al Señor, hace un viaje misionero para visitar a todos y, durante
ese viaje en el que Dios obra milagros extraordinarios por medio de él, recibe una visión y el Es-
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píritu Santo le habla para que vaya y visite a Cornelio, un gentil que fue visitado por un ángel y
que le ordenó que mandara por Pedro, para que él le hablara palabras por las que sería salvo él y
toda su casa. Entonces Pedro fue, predicó a los gentiles y la puerta de la fe fue abierta oficialmen-
te a todos los seres humanos, "de manera que también a los gentiles dio Dios arrepentimiento
para vida" (Hechos 9:32-43; 10:1-48; 11:1-18). Lo que es importante notar aquí es que ya ofi-
cialmente, la salvación se había abierto a los gentiles. Una prueba es que los que habían sido es-
parcidos pasaron por Fenicia, Chipre y Antioquía predicando la palabra a los judíos, pero unos
varones de Chipre hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús, y
muchos se convirtieron al Señor. Esto llegó a oídos de los apóstoles en Jerusalén y enviaron a un
misionero, Bernabé, y en Antioquía se estableció la primer iglesia formada por gentiles (Hechos
11:19-26). Ya todos en Jerusalén sabían que los gentiles también tenían acceso a la gracia, pero
¿quiénes hacían falta? pues los presos. Es entonces cuando Pedro es puesto en prisión para que
también a ellos les fuera anunciada la buena nueva para los gentiles:
No nos dice la Biblia cuánto tiempo estuvo preso Pedro, pero tal vez fue el suficiente para que
anunciara a los gentiles la buena nueva (tomemos en cuenta que los soldados eran gentiles, y los
guardias también). Otra vez vemos cómo Dios tiene presente las cárceles en cada paso que se da
en la obra misionera, en su corazón, en la razón de ser de cada uno de nosotros: anunciar las vir-
tudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
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¡Es tremendo este testimonio! Todos los presos oyeron los cantos y las oraciones, todos los pre-
sos sintieron el temblor, todos los presos vieron sus puertas abrirse, todos los presos vieron sus
cadenas soltarse, ¡todos los presos recibieron el testimonio del evangelio! ¡Y de qué manera tan
sorprendente! (un poco parecido al Pentecostés, cuando hubo un estruendo o cuando los discípu-
los oraron y el lugar donde estaban reunidos tembló). ¿Cuál fue el resultado de esto? que el carce-
lero, al ver abiertas todas las puertas, quiso matarse, pero Pablo se lo impidió (Hechos 16:27-29).
Después el carcelero, reconociendo que todo eso había sucedido por causa de Pablo y Silas -así
como todos los demás presos obviamente- fue y se postró a los pies de ellos, los sacó y les dijo,
dentro de la cárcel, la pregunta cuya respuesta todos los cristianos conocemos y reclamamos co-
mo promesa:
¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y
serás salvo, tú y tu casa.
Hechos 16:30-31
Posteriormente fueron a la casa del custodio, le predicaron a toda la familia, los bautizaron y fue-
ron agregados a la Iglesia del Señor. ¿Cómo habrá sido la vida de aquel carcelero después de todo
esto? Seguramente fue añadido a la Iglesia que ya estaba establecida (porque en Hechos 16:40
menciona que ya habían hermanos en la fe en casa de Lidia). Seguramente contaba su testimonio
a sus amigos, a sus compañeros de trabajo y, por supuesto, a los demás presos. Otra vez podemos
ver cómo por la misericordia del Señor, los presos no se quedan sin auxilio ni el testimonio del
evangelio, y cómo estos también forman parte de la Iglesia del Señor.
Es muy interesante notar que el apóstol Pablo estuvo preso en algunas cárceles de las ciudades en
que fue a predicar. Posteriormente se organizó un tercer viaje misionero fue desde Antioquía de
Siria a través de Galacia, Efeso, Corinto, Troas, Mileto, Tiro y Jerusalén, en donde finalmente
encarcelan a Pablo por muchos años (Hechos 18 al 21).
Es muy interesante notar que el cuarto viaje misionero (o el viaje de Pablo a Roma, como es me-
jor conocido) lo hizo en calidad de prisionero y como tal le predicó a sus compañeros en prisión,
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
a los carceleros, a funcionarios políticos, a gobernantes, a reyes y hasta al mismo Cesar (¡Ah! de
paso en su viaje a Roma levantó una Iglesia en la isla de Malta, en donde naufragaron. Y todo en
calidad de preso).
Por último, hay algo muy interesante en el final del libro de los Hechos, ya que aparentemente
quedó inconcluso (aunque todos sabemos que no es porque Dios no lo haya terminado, sino por-
que los Hechos del Espíritu Santo siguen vigentes aún hasta ahora) el cual termina así:
¡Bendito sea Dios! ¡Cómo tiene Dios en cuenta las cárceles en su obra! El apóstol Pablo, un
prisionero, desde su cárcel (una casa alquilada custodiada) recibía a todos los que venían a él y
les hablaba y enseñaba de Jesucristo. Esa es nuestra meta, que algún día las cárceles de México se
conviertan en lugares de entrenamiento, de capacitación, de retiro espiritual y de refrigerio para
los demás presos, para los que caen en prisión, y aún para los que están en libertad. Que Dios nos
permita vivir para verlo con nuestros propios ojos cumplido en toda su plenitud en México, en
Latinoamérica, en Estados Unidos y el resto del mundo.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo
se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, y tuvieron con-
sejo para prender con engaño a Jesús, y matarle.
Mateo 26:3-4
2. Traición.
Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los princi-
pales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me quieren dar, y yo se lo entregaré? Y
ellos le asignaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba oportu-
nidad para entregarle.
Mateo 26:14-16
No hay nada que destruya más el corazón de una persona que la traición.
La mayoría de los presos han sido traicionados y esa es una de las causas por las que han caído en
prisión. El Abogado Gene Neil, ex interno sentenciado a 50 años en una prisión de máxima segu-
ridad que ahora sirve al Señor, dice que si todos supiéramos mantener la boca cerrada, las prisio-
nes estarían vacías.
Jesucristo mismo también fue traicionado por uno de los hombres de su mayor confianza, ya que
a Judas le había asignado la bolsa del dinero y siempre lo llamó amigo y compañero.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
3. Arresto violento.
Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gen-
te con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los an-
cianos del pueblo. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al
que yo besare, ése es, préndanlo. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo:
¡Salve, Maestro! Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Enton-
ces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron...En aquella hora
dijo Jesús a la gente: ¿Como contra un ladrón han salido con espadas y con
palos para prenderme?
Mateo 26:47-50,55
Una de las experiencias que más grabada se quedan en el interno es el día de su arresto. General-
mente es en forma violenta, sin aviso, de repente, abruptamente y con muchos elementos. Jesús
no fue la excepción, por él fue mucha gente con espadas y palos, una compañía de soldados (al-
gunos creen que se forma de 100 elementos) y alguaciles con linternas y antorchas, y con armas
(Juan 18:3). ¿Tanta gente, soldados y armas para capturar a un sólo hombre?
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¿Habrá alguno que caiga en prisión sin que lo golpeen para que "suelte la sopa"? El maltrato físi-
co es parte de la suerte que corre la mayoría de los que van a prisión.
A Jesús lo maltrataron sobremanera con puñetazos y bofetadas y lo azotaron con un látigo que
laceró sus espaldas. Y no solo eso, sino que lo desnudaron y le pusieron un manto escarlata y en
la cabeza una corona de espinas ¡un maltrato terrible!
Jesús padeció en sí mismo los siete tipos de heridas que el hombre es capaz de recibir:
Jesucristo sabe lo que es estar preso. El sabe lo que es ser maltratado y vejado.
Por eso nos pide que nos acordemos de los presos y de los maltratados, como si nosotros mismos
estuviésemos en el cuerpo (Hebreos 13:3)
5. Encarcelamiento.
Muy de mañana, habiendo tenido consejo los principales sacerdotes con los
ancianos, con los escribas y con todo el concilio, llevaron a Jesús atado, y
le entregaron a Pilato...Ahora bien, el día de la fiesta les soltaba un preso,
cualquiera que pidiesen...Y Pilato les respondió diciendo: ¿Quieren que les
suelte al Rey de los judíos?
Marcos 15:1,6,9
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¿Qué interno no recordará el día en que entró a la prisión, lo revisaron, le pidieron sus datos, le
cambiaron sus ropas y le llevaron a un cuarto frío y obscuro? Es una experiencia terrible y ate-
rradora. El hombre es privado de su libertad y deja de ser dueño de sus actos, otros le dicen lo
que tiene qué hacer, cómo, cuándo y dónde. Cuando la persona se da cuenta de su encierro, el
"carcelazo" es irremediable. El carcelazo es una enfermedad de la cárcel, y se define como una
depresión muy fuerte por causa de la impotencia de estar en prisión. Algunos que no lo superan,
han llegado a quitarse la vida; otros, se entregan a la violencia, a las drogas u otros vicios; la ma-
yoría busca separarse y estar a solas. Jesús lo vivió en carne propia.
6. Abandono y rechazo.
Mas toda la multitud dio voces a una, diciendo: ¡Fuera con éste, y suéltanos
a Barrabás! Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús; pero ellos
volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale!
Lucas 23:18,20-21
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7. Sentencia.
Todo hombre o mujer que llega a la cárcel es juzgado para ser sentenciado.
Es imposible definir la angustia y la ansiedad que se produce en ellos entre su proceso y su sen-
tencia.
El interno no hace otra cosa mas que pensar, hablar y especular acerca de su sentencia.
La sentencia puede levantar o hundir a un prisionero; si es favorable, es decir, de muy poco tiem-
po o absolutoria, se convierte en la persona más dichosa de la tierra; en cambio, si es de varios
años, puede llegar a deprimirlo y a hundirlo en un pozo de decepción y amargura interminables.
El caso de nuestro Señor fue terminante, ya que la sentencia sobre él fue de muerte. Él fue juzga-
do siete veces:
Jesús también, como los presos, sabe lo que es recibir una sentencia terrible sobre sí mismo. Por
eso es que, si hay alguien que verdaderamente entiende a los presos, ese es Jesús, nuestro bendito
y amado Salvador.
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1. El clamor.
Vino palabra del Señor a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en
el patio de la cárcel, diciendo: Así ha dicho el Señor, que hizo la tierra, el
Señor que la afirmó para afirmarla; el Señor es su nombre: Clama a mí y
yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
Jeremías 33:1-3
Definición de clamor
Es muy interesante notar que esta Escritura, tan conocida y tan reclamada por todos los cristianos,
Dios se la halla dado a un preso dentro de la cárcel. ¿Por qué? porque el clamor de un prisionero
es uno de los clamores más angustiantes, desde el fondo del corazón, pues una de las peores cosas
que le pueden suceder al hombre en su vida es que lo priven de su libertad, ya que fuimos creados
libres.
¿Qué es un clamor?
Un clamor no es cualquier cosa.
El diccionario lo define como un grito de angustia, una queja implorando favor o socorro, la ne-
cesidad de algo muy urgente que no puede ser aplazado.
Algunos sinónimos de clamor son: grito, lamento, gemido, queja, lloriqueo, gimoteo, vocerío,
vociferación, estruendo, griterío, ruido, bulla, fragor.
El clamor es el grito en tono de súplica por la necesidad más profunda, más apremiante, más ur-
gente, más inmediata.
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El clamor, la mayoría de las veces, generalmente es algo que la persona en necesidad no quiere reco-
nocer o no puede ver.
El alcohólico, por ejemplo, no reconoce que es un borracho y piensa que puede prescindir del licor. Sin
embargo no lo hace porque no puede, aunque él argumenta que es porque no quiere, aunque lo anhela
y lo necesita realmente.
Lo mismo sucede con el drogadicto, con el enfermo, con el casado, con el soltero, etc.
2. El clamor de un prisionero.
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El clamor de un prisionero es, pues, ¡ACUÉRDATE DE MÍ! Y en realidad es eso, ya que cuan-
do un hombre o mujer cae en prisión, pierde sus amigos, familia, compañeros y hasta su identidad
(pues se le reduce a un simple número). Con el tiempo son muy contados los que se acuerdan de
ellos (si es que hay quienes).
La verdad es que cuando una persona es puesta en prisión, en su corazón hay una lamentación
por lo que ha hecho. Pero al juez no le importa que esté arrepentido, él cometió un delito y tiene
que pagar.
Al abogado defensor tampoco le importa, no pudo ganar el caso y ni modo.
A la policía tampoco le importa, ellos cumplieron con su deber.
A los custodios menos les importa que estén arrepentidos, su trabajo consiste en cuidarlos y que
no se escapen.
A los otros presos tampoco les interesa si está arrepentido o no, suficientes problemas tienen co-
mo para echarse otro encima.
Solo hay dos personas a las que sí les interesa si la persona que ha cometido un delito, por grave
que este sea, está arrepentida de lo que ha hecho: a Jesucristo y a los verdaderos cristianos.
He ahí la importancia de visitar las cárceles, pues hay miles de prisioneros hambrientos del per-
dón de sus pecados, de la misericordia divina y de otra oportunidad, necesitados urgentemente de
atención y de que se acuerden de ellos como seres humanos sensibles. Pero he ahí también el
peligro de no visitar las cárceles: que los corazones de esos hombres, al no recibir ayuda ni espe-
ranza, se endurecen y se entregan con desenfreno a la maldad. ¿Cuál es la diferencia? que de unos
sí se acordaron y de otros no, porque ese es el clamor, la necesidad urgente que debe ser suplida
en los internos de toda prisión.
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3. El clamor de Dios.
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Respecto a la carta a los Hebreos los teólogos aún no se ponen de acuerdo en quien fue que la
escribió y especulan si fue Pablo, o Apolos, u otro. Hay tanto misterio alrededor de esta carta que
lo mejor es ir a la primera palabra e investigar quién es el autor. La primera palabra es: Dios. En-
tonces, a la luz de la cultura y costumbres de esa época ¿quién es el autor? pues Dios mismo. No
es de extrañarse que sea una de las cartas más profundas y la que más habla acerca de Jesús como
Dios, de la salvación, del autor de la salvación, del ministerio de Jesús superior al de Moisés, del
reposo, de Jesús como sumo sacerdote, de Melquisedec, del nuevo pacto, del sacrificio de Cristo,
de la fe, del autor y consumador de la fe y de los deberes cristianos. Se habla de todos estos temas
con una profundidad tal que hacen que esta carta sea única en su género y sea difícil atribuirla a
algún autor humano (sobre todo porque trae revelaciones que solamente se encuentran descritas
aquí en este libro y en ningún otro más, ni en el Antiguo Testamento).
Entonces debemos tener en cuenta que es Dios quien habla directamente en esta carta.
¡El acordarse de los presos está en tercer lugar! El ir a las cárceles es un deber de todo el que se
dice ser cristiano. El clamor de Dios es que nos acordemos de los presos como si nosotros mis-
mos estuviéramos presos juntamente con ellos. ¡Qué tremendo! Dios nos está diciendo: "Acuér-
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
date de los presos", en otras palabras: "¡No te olvides de los presos!", o, "ya que se te olvidan los
presos, ¡Acuérdate de ellos!". Dios manda que nuestra identificación con los presos sea tal como
si nosotros mismos estuviéramos con ellos en sus celdas, en sus prisiones, en sus aflicciones, en
su dolor, en su impotencia, en su desesperación por estar privados de su libertad. Cuando lo
hacemos de verdad y vemos que estamos en libertad, no dudamos un momento en hacer lo que
ellos tanto desearían hacer si pudieran salir por un momento. Entonces nos convertimos en sus
ojos, sus manos, su boca, sus pies y sus oídos en el exterior; pasamos a ser una extensión de ellos
en la calle, y así podemos ser de bendición para sus vidas. Si nos identificamos plenamente con
ellos, sentiremos el hambre física y espiritual que tienen, y les llevaremos comida y palabra de
Dios; sentiremos la sed física y de justicia, y les llevaremos bebida refrescante y dulce y les dare-
mos de la fuente de agua de vida de la palabra; sentiremos su desnudez y el frío que cala sus hue-
sos, y les llevaremos ropa y cobija; sentiremos su soledad, rechazo y abandono, y les llevaremos
amistad y compañerismo; sentiremos su enfermedad y su dolor, y les llevaremos medicina para
su cuerpo y medicina para su alma; sentiremos su arrepentimiento y les ofreceremos el perdón de
los pecados que solo Jesucristo puede dar. Entonces estaremos obedeciendo uno de nuestros de-
beres como cristianos.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Otra razón es que Dios manda que nos acordemos de lo que fácilmente olvidamos. En la Biblia se
nos insta a acordarnos de siete cosas que muy a menudo olvidamos:
¡Con qué facilidad los seres humanos rebajan a Dios a la semejanza de una escultura de oro, plata
o piedra! ¡Con qué facilidad los cristianos nos olvidamos de lo que Dios ha hecho por nosotros,
de cómo perdonó nuestros pecados, de cómo nos ha ayudado en ocasiones anteriores y por eso
flaqueamos y caemos! ¡Con qué facilidad nos olvidamos de la ley de Moisés, que nos hace ver
nuestro pecado y nuestra insuficiencia para llegar a Dios por nuestras obras, y caemos en el peca-
do del orgullo propio! ¡Con qué facilidad volteamos atrás y olvidamos que la mujer de Lot se
convirtió en estatua de sal por voltear atrás, olvidando ciertamente que el que pone su mano en el
arado y mira hacia atrás no es digno de Cristo y por eso fracasamos y nos retrasamos en la fe!
¡Con qué facilidad nos olvidamos de las palabras de Cristo y edificamos nuestras vidas sobre la
arena y somos derribados cuando vienen los vientos, las lluvias y los ríos de la vida! ¡Con qué
facilidad también nos olvidamos de los presos y de los que sufren y vivimos una vida de auto-
complacencia, autocompasión y centrada en nosotros mismos! ¡Con cuán mayor facilidad nos
olvidamos de nuestros pastores y los menospreciamos, sufriendo en nosotros mismos las conse-
cuencias de no considerar el resultado de su conducta ni de imitar su fe! Es urgente que fijemos
nuestro corazón para tener presente estas siete cosas y así cumplir nuestros deberes como cristia-
nos, si es que hemos sido lavados con la sangre del Cordero y queremos vivir vidas victoriosas y
abundantes en Cristo Jesús.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Yo, tú, él, nosotros, ustedes y ellos, sabemos al go de la prisión y algo de Dios, algunos con más o
menos experiencia pero tenemos cierta noción de la prisión y de Dios.
Hay un paralelo entre la prisión y Dios: muchas personas son impactadas en una confrontación en
la prisión por lo que representa o por lo que es, o por lo que se sabe y de Dios por lo que es, por
lo que se sabe y por lo inevitable de su persona y presencia.
Muchas personas prefieren quitarse la vida antes que permanecer recluidas. Y Muchos otros aún
quitándose la vida, no evitarán enfrentarse a Dios, sea como Padre o sea como Juez.
Por lo general muchas de las razones, cualesquiera que sean, que afligen el corazón de los que se
interesan por el detenido, el procesado y el preso, es porque Dios ocupa el lugar debido en el co-
razón de esas personas.
Hay personas privadas de la libertad detenidas que cuando han recibido en su corazón a Je-
sucristo, gozan de una libertad espiritual que otras personas supuestamente libres no tienen, pues
su vida está encarcelada presa entre los barrotes del pecado, el egoísmo, los vicios, las envidias,
las venganzas, los robos, etc.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Fácilmente nosotros como cristianos podemos hacer conciencia de la importancia inmensa que
representa nuestra presencia o colaboración para estas personas en muchos casos no solo olvida-
dos por la sociedad, a quien sin duda afectaron, sino también de sus propias familias, también
afectadas.
Nuestra presencia, nuestra colaboración significa mucho para sus vidas, sólo a través nuestro,
puede Jesús demostrarles amor, compasión comprensión y misericordia. Los internos, los presos,
pueden estar padeciendo lo que sus hechos merecieron o padecer también injusticias. Sabemos
que los primeros cristianos y más de un apóstol padecieron los rigores de la prisión.
En el código penal hebreo no figura la prisión como castigo legal sino tan solo como una medida
policíaca a disposición de las autoridades.
• Las primeras alusiones a la prisión se refieren a las cárceles Egipcias. Génesis 39: 21;
41:4 puestos en prisión en espera de sentencia.
• Un blasfemo y un violador del sábado terminaron apedreados. Levíticos 24:12; Nú-
meros 15:34
• Sansón fue encarcelado por los filisteos y cargado de cadenas por lo general eran
puestos en cepos y mal alimentados.
• En 1º Reyes 22:26-27 el rey Acab mandó a Micaías echándolo a la prisión y mante-
nerlo con pan de angustia y aguas de aflicción.
• Jeremías pasó por duras pruebas. Jeremías 37:16, cisternas secas sirvieron para con-
firmarlo.
• El juicio de Dios para los reyes de la tierra y el ejército de los cielos ángeles rebela-
dos. Isaías 24:22 y serán amontonados, como se amontonan a los encarcelados en
mazmorras y en prisión quedarán encerrados y serán castigados después de muchos
días.
• En el Nuevo Testamento es castigo frecuente en la vida civil de palestina.
• Mateo 11:2 Juan el Bautista es encarcelado.
• Pablo la sufrió en sus variadas modalidades, hebreas, griegas y romanas.
• Jesús estima y promete premio, galardón a la obra de misericordia que es la visita y
socorro de los encarcelados.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Estuve en la cárcel y vinieron a verme; les aseguro que todo lo que hicieron
por uno de estos hermanos míos más humildes, por mi mismo lo hicieron.
Mateo 25:36
Por lo que la Biblia nos enseña hay cantidad de casos de presos, de presidios, de justicia y de in-
justicia. Pero lo importante tanto para ellos como para nosotros es que conozcamos el amor de
Cristo, que nos enteremos que ni ellos ni nosotros estamos solos a pesar de las circunstancias de
ambos. Dios tiene el propósito eterno para la vida de ellos y la nuestra.
Podemos incluir también a personas que delinquen porque son mal influenciados por amistades o
parientes y se asocian para cometer ilícitos de índoles diversas, pero sabemos o debemos dar a
conocer lo que la Biblia nos dice:
Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna
en Cristo Jesús Señor Nuestro.
Romanos 6:23
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Cuando se produce un cambio total de vida en una persona es porque le ha dado Jesús autoridad
en su corazón. Entonces se pasa de tinieblas a luz de desorden a orden de desobediencia a obe-
diencia, de prisionero a libertado.
Dios es amoroso, único, todopoderoso, santo, personal y ético, recto en su relación con el hom-
bre, es justo y redentor.
Sólo dando lo que Él nos da, estaremos en condiciones de compartir buenas noticias y ya nos lo
dio todo, en Jesucristo.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado
la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos peca-
ron.
Romanos 5:12.
Así que no hay justo ni aún uno. Allá muy lejos quedó un vestigio de conciencia de lo que es
bueno y de lo que es malo, de lo que es justo y de lo que es injusto, de lo que es legal e ilegal, de
lo que es infracción y castigo.
Es pues el hombre sin Cristo, quien hace lo malo e injusto en contra de su prójimo y, a su vez, es
el mismo hombre quien establece correctivos humanos para los individuos que transgreden las
normas legales. La autoridad es pues para nosotros un ministro de Dios para bien, así que si haces
lo malo, si te portas mal teme, preocúpate, porque no en vano la autoridad hará que te castiguen,
para eso los ha puesto Dios, para actuar con justicia y castigar al transgresor.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Aconteció después de estas cosas que el coopero del Rey de Egipto y el Pa-
nadero - DELINQUIERON - contra su señor el Rey de Egipto. Y se enojó
Faraón contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe
de los panaderos. Y los puso en -PRISIóN - en la casa del capitán de la
guardia, en la CÁRCEL, donde José estaba PRESO.
Génesis 40:1-3
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
La humanidad desde muy al principio se ha visto obligada a instruir la cárcel por la naturaleza
caída del hombre y como una normatividad social, protección, prevención y corrección.
La justicia que se origina en Dios demanda una retribución del mismo tamaño de la falta.
Por eso Jesucristo, (Dios mismo hecho carne), pudo pagar la falta, la transgresión que el hombre
cometió contra Dios.
En el Nuevo testamento la cárcel es un lugar donde se encadena, o atar con cadenas, y también
significa calabozo o guardar. En Mateo 11:2 dice que al oír Juan en la cárcel, los hechos de Cris-
to, le envió dos de sus discípulos. O como dice en Mateo 5:25-26 “Ponte desacuerdo con tus ad-
versarios pronto, entre tanto que estás con Él en el camino, no sea que el adversario te entregue al
Juez y el juez al alguacil y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta
que pagues todo lo que debes”.
En el pasaje Mateo 5:25-26 que corresponde a la doctrina de Jesucristo y en las enseñanzas con-
tenidas en él, notamos cómo es la justicia cristiana, los fundamentos, los elementos y la puesta en
práctica. Jesucristo está enseñando la conducta de un súbdito del Reino de Dios, de un cristiano,
en relación con el sistema de gobierno del hombre.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
La Biblia nos aconseja la manera más práctica y efectiva de expresar el amor al prójimo privado
de su libertad.
Hebreos 13:3 es una de las maneras de agradar a Dios. Acuérdense de los presos, como si tam-
bién ustedes estuvieran presos con ellos. Piensen en los que han sido maltratados, ya que ustedes
también pueden pasar por lo mismo. Un preso está aislado de las relaciones sociales y familiares
cotidianas, al visitarlo, al tratar con el, se mitiga un poco la pena de la separación. Si a esto le
añadimos la bendición de lo que Jesucristo dijo; estuve desnudo y me dieron ropa, estuve enfer-
mo y me visitaron, estuve en la cárcel y vinieron a verme. Mateo 25:36
Jesucristo nos encarga una gran comisión, suplir la necesidad de anunciar las buenas nuevas a los
pecadores Marcos 16:15 es la razón por la cual la iglesia aún permanece en la tierra. Mateo 24:14
dice que ésta buena noticia del Reino será anunciada en todo el mundo para que todas las nacio-
nes la conozcan. Entonces vendrá el fin.
Es precisamente en la cárcel en donde se encuentra uno de los grupos más necesitados de la gra-
cia y misericordia de Dios. En Efesios 4:11 Dios nos destella cómo en la unidad del espíritu de
una congregación se hace indispensable y urgente la acción de la obra evangelística pastoral. Je-
sucristo mismo concedió a unos apóstoles y a otros profetas, a otros anunciar el mensaje de sal-
vación y a otros ser pastores y maestros, que hermosa oportunidad para servir.
El trabajo en la cárcel es urgente y laborioso, oraciones, ayunos, planes, estrategias y sobre todo,
personas con el amor a éste trabajo. Así la elaboración y la ejecución de este ministerio no será
gravoso.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Capítulo 2
Las
Prisiones
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A. DEFINICIóN Y ANTECEDENTES
1. Definición y sinónimos.
2. Antecedentes.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
castigaba al que transgredía las reglas establecidas por el grupo étnico y ponía en peligro a los
pobladores. Lo que se hacía con los transgresores era aislarlos del grupo étnico para luego:
• Ejecutarlos, sacándoles los ojos, mutilándolos, cortándoles los pulgares, etc.
• Enviarlos lejos a ciudades o lugares apartados con la consigna de no regresar hasta el
cumplimiento de condiciones que ellos mismos establecían;
• Venderlos como esclavos o
• Negociar con ellos por dinero o tierras a cambio de su libertad;
• Torturarlos para que confesaran más delitos y se descubrieran cómplices;
• Exhibirlos públicamente para servir de ejemplo o para burlarse de ellos;
• Utilizarlos como mano de obra para construir obras públicas y/o religiosas;
• Usarlos como esclavos y someterlos a trabajos forzados.
Las cárceles también surgen como una necesidad a causa de las guerras entre los pueblos para
guardar a los prisionero de guerra. Los asirios, por ejemplo, le sacaban los ojos a sus prisioneros
y los ataban con cadenas, lo mismo que los filisteos y los babilonios:
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Las cárceles surgen en el pueblo de Israel como una medida policíaca para mantener al transgre-
sor a disposición de las autoridades, ya que el código penal hebreo no conocía la cárcel como
castigo legal, porque los israelitas no privaban a nadie de su libertad; bajo este sistema penal dado
por Dios, los sospechosos eran puestos temporalmente bajo custodia mientras esperaban una rá-
pida sentencia, como es el caso de uno que blasfemó el nombre de Dios y uno que violó el sábado
(Levíticos 2:10-16; Números 15:34), pero ese breve confinamiento no era la sentencia, sino una
espera para la misma. Ambos fueron sentenciados a morir apedreados. Esto constituye una
importante diferencia entre aquel sistema y el actual.
Para los que eran culpables de alguna actividad delictiva, se prescribían diversas formas de casti-
go. En el caso de algunos delitos, había que restituir a la víctima el doble de la cantidad que había
perdido. Si el culpable no tenía los medios necesarios para hacer la restitución, se le hacía traba-
jar como siervo hasta que pagara la deuda. A veces se aplicaban castigos físicos, como la flagela-
ción, y para muchos delitos la pena de muerte era obligatoria, como en los casos de:
• Homicidio. Éxodo 21:12; Números 35:17,31
• Herir a los padres. Éxodo 21:15
• Robar una persona y venderla. Éxodo 21:16
• Maldecir a los padres. Éxodo 21:17
• Practicar la hechicería. Éxodo 22:18
• Cohabitar con bestia. Éxodo 22:19
• Sacrificar a dioses ajenos. Éxodo 22:20
• Trabajar el día de reposo. Éxodo 35:2
• Adulterio. Levítico 20:10
• Ofrecer a los hijos en sacrificio. Levítico 20:2
• Incitación a la idolatría. Deuteronomio 13:6-9
• Desobedecer al sacerdote o al juez. Deuteronomio 17:12
• Rebeldía persistente contra los padres. Deuteronomio 21:18-21
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Otro caso más lo vemos cuando el rey Asa se enoja con un profeta porque éste le reprende de
parte de Dios y lo pone en la cárcel (2a. Crónicas 16:10).
Antes del exilio, durante la agitadísima vida de Jeremías, el cual también fue puesto en prisión
como ya hemos visto, se menciona la existencia de tales cárceles junto al Templo y cerca de la
Puerta de Benjamín, para las que solía habilitarse cisternas secas (Jeremías 20:2; 29:26; 32:2;
37:16; 38:6). El profeta Zacarías también lo menciona (Zacarías 9:11). Isaías, en un pasaje pro-
fético, menciona las mazmorras o cárceles como elemento primitivo del juicio de Dios (Isaías
24:22). Después del exilio, aparece la pena legislativa para los transgresores de la ley (Esdras
7:26), es decir, el que desobedeciera la ley de Dios o la ley del rey, debería ser juzgado y su sen-
tencia podría ser: muerte, destierro, multa o prisión.
En tiempos del Nuevo Testamento la cárcel ya era un castigo frecuente en la vida civil de los
judíos por influencia de la legislación romana. Juan fue puesto en prisión por reprender a Herodes
y fue ejecutado allí mismo (Mateo 14:3,10). En Jerusalén habían por lo menos tres cárceles:
• La cárcel que estaba en el pretorio de Poncio Pilatos (Juan 18:28-33).
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Las cárceles eran conocidas en los pueblos vecinos. Antes de que Israel recibiera de Dios su có-
digo civil y penal, las prisiones ya existían en las naciones gentiles. Las menciones de la cárcel se
refieren precisamente:
• A las cárceles egipcias, una en donde estuvo preso José, el hijo de Israel (Génesis
39:21; 40:15; 41:14) y otra de la cárcel de la ciudad cuando Moisés fue enviado por
Dios a liberar al pueblo israelita de la esclavitud (Ex 12:29).
• Las cárceles babilónicas, en donde se encarceló al rey Sedequías y donde éste murió
(Jeremías 52:11 ) y de donde salió el rey Joaquín después de un largo tiempo (Jere-
mías 52:31).
4. La cárcel en la actualidad.
En la actualidad las leyes han evolucionado radicalmente, tanto que se ha desarrollado todo un
sistema ejecutivo, jurídico y judicial para gobernar a las sociedades en el cual el sistema peniten-
ciario juega un papel de suma importancia y que son parte integral de todas las naciones de la
tierra. De hecho, no hay nación que no tenga cárceles. Con esto no estamos diciendo que es la
mejor manera de tratar con el crimen y las transgresiones a la ley, pero es un hecho innegable que
existen cárceles y cada día se crean más y es necesario atender el llamado de Cristo de ayudar y
socorrer a los que están en prisión (Mateo 25:36).
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
C. PROPóSITOS E IMPORTANCIA
¿Qué tan efectivas son las cárceles en cuanto a sus propósitos? En muchas ocasiones las cárceles
son escuelas de delitos en donde, en vez de componerse el individuo, se empeora y aprende a
delinquir con más eficacia. También son de carácter vengativo, en donde se mezclan emociones y
pasiones y se aplica "todo el rigor de la ley", produciendo odios, rencores y sed de venganza.
En cuanto a disciplinar y castigar al ofensor, efectivamente son una disciplina y castigo para el
ofensor, pero se ha probado que por más dura que sea una cárcel y por más severo que sea el cas-
tigo, no es suficiente para cambiar el corazón del hombre. Por lo general, entre más rigor se apli-
ca al prisionero, más duro y rebelde se convierte.
En cuanto a proteger a la sociedad de más transgresiones de parte del mismo, eso solo es tempo-
ralmente, porque cuando es puesto en libertad sale con elementos más sofisticados y entrenados
para transgredir y afectar a la sociedad.
En cuanto a proteger a las víctimas de tomar venganza por su propia mano, de todas maneras lo
hacen al acusar y hasta llegar a corromperse, infringiendo la ley, con el fin de que al transgresor
se le aplique todo el rigor de la ley.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
En cuanto a proteger al ofensor de la venganza de los agraviados, esto es relativo, puesto que
estando en libertad se puede dar a la fuga y las víctimas no siempre tienen los recursos para em-
prender una persecución contra él. En cambio, al ser puesto en prisión, el daño que los agraviados
le hacen puede ser mucho mayor.
En cuanto a readaptar al agresor, ¿readaptarlo a qué? Si cometió un crimen ¿por qué lo hizo?
¿estaba acaso habituado a eso? Si es así, seguirá haciéndolo aún dentro de la prisión. Si robó,
¿cuál fue el motivo? ¿hambre? ¿codicia? ¿venganza? ¿hábito? De todas maneras lo seguirá
haciendo dentro de la prisión. Es muy compleja la situación dentro de una cárcel. Pero, si no da
resultados ¿por qué hay cárceles? Las cárceles existen debido a la importancia que representan
para la sociedad como veremos en el siguiente punto.
Las cárceles son necesarias como mediadoras de justicia y preservación de la humanidad. Fueron
diseñadas como un lugar de refugio, protección y disciplina para todo aquel que violaba las nor-
mas establecidas de un grupo social y que ponían en peligro de una forma u otra a sus integrantes.
Antes del Diluvio no había gobierno humano, y por lo tanto, no habían cárceles. Cada quien hacía
como mejor le parecía y la tierra se llenó de violencia y corrupción al grado que Dios tuvo que
destruirlos a todos por causa de su maldad, porque si no hubieran por terminado destruyéndose
entre ellos mismos.
Imagínese por un momento que no hubiera cárceles. ¿Se puede imaginar el caos y el desorden en
que caería la sociedad? Porque al no existir la cárcel, no tendría razón de ser la policía, que está
puesta para cuidar el orden y detener y encarcelar a los que lo infringen. La sociedad se llenaría
de violencia, robos, secuestros, homicidios, violaciones y delitos al por mayor. Imperaría la ley
de la selva, cada quien haría justicia por su propia mano y sería un círculo vicioso que nunca ten-
dría fin sino hasta el total exterminio del hombre por el hombre.
Las cárceles entonces, aún cuando no producen resultados positivos ni logran sus propósitos para
lo cual fueron establecidas, cumplen una función social importantísima para preservar orden y
equilibrio social.
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D. ESTRUCTURA ORGANIZACIONAL
1. Estructura mínima.
Una cárcel, en su mínima, cuenta por lo menos con los siguientes elementos:
• Un lugar físico, ya sea casa, edificio o galera.
• Un encargado o jefe de ese lugar (a veces llamado alcaide)
• Guardias que vigilan que los presos no se escapen y guarden el orden.
La disciplina, modo de vida y trabajo es diferente a tenor del sistema penitenciario adoptado. Una
de las estructuras carcelarias más rígidas es el sistema "filadélfico", caracterizado por el aisla-
miento celular absoluto, nocturno y diurno, sólo interrumpido por el paseo en el patio celular. El
sistema "auburn" combina el aislamiento celular nocturno con un régimen de vida común diurno.
El régimen penitenciario "progresivo" divide la pena en fases o etapas, aplicando en la primera el
aislamiento, a continuación un régimen de trabajo, y por último la libertad provisional. Hoy tam-
bién se ensayan los establecimientos "penales abiertos", que carecen de los medios generalmente
empleados para impedir la evasión: rejas, fosos, muros, etc.
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Capítulo 3
El
PPL
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
1. Características generales.
A continuación veremos las características de un hombre o mujer que ha sido privado de su liber-
tad y vive dentro de una prisión. Esto de ninguna manera significa que todos sean así, o que todos
posean estas características, no. Simplemente son generalidades y por supuesto, hay muchas ex-
cepciones. Esto sencillamente es lo que se ha definido a través de los años por los mismos inter-
nos y ex internos que hoy sirven a Dios en las cárceles:
1. Es un individuo de la sociedad que justa o injustamente ha sido privado de su liber-
tad, separado de la sociedad y de su familia.
2. No es un extraterrestre ni una fiera salvaje.
3. Es un ser humano tremendamente necesitado.
4. Es muy inestable emocionalmente.
5. Es tremendamente sensible.
6. Es un observador minucioso.
7. Es engañado por su familia, su abogado, amistades y las autoridades.
8. Es muy hábil y capaz y esas aptitudes naturales y habilidades hacia el mal se pueden
canalizar en beneficio de la sociedad.
9. Es adaptable a cualquier circunstancia y medio ambiente.
10. Es a veces un manipulador obstinado.
11. Regularmente es muy mentiroso y engaña a los demás.
12. Es oportunista y saca provecho de las circunstancias.
13. Es incomprendido en cuanto al motivo por el cual delinquió.
14. Cuando es pobre y vicioso, es de sentimientos muy nobles.
15. Tiene necesidades físicas, emocionales y espirituales con una intensidad mucho muy
superiores a las de un ser humano normal.
16. Generalmente tiene algún mal hábito o vicio fuerte en el cual se refugia para escapar
de su realidad (droga, alcohol, pastillas, etc.)
17. Tiene mucho rencor acumulado contra todos, sobre todo contra el "chiva", el que lo
traicionó.
18. Se siente marcado, desamparado, olvidado y rechazado.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Soy una persona como todas los demás aunque he sido descartado por la so-
ciedad, a la cual no le importa si transgredí o no la ley sino solo el hecho de
que estoy aquí en prisión. He sido olvidado hasta por mi propia familia. Soy
incomprendido pues nadie me entiende por qué delinquí. Estoy fastidiado de
la vida, amargado por mi pobreza, aunque soy un luchador por naturaleza,
transa hasta que me cansa, pero con un destello de esperanza.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
"El preso"
Todos me llaman "el preso"
por un delito que cometí
yo no sabía el significado de eso
pero acá adentro lo comprendí
Ya me estaba fastidiando
de vivir como vivía
y que bueno que robando
me agarro la policía
Me metieron en la cárcel
mi alma mucho miedo sintió
pero alguien me habló de Cristo
y mi vida transformó
Fernando Chi Chávez
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Su privacidad
Su vida privada en cuanto a sus hechos, sus bienes y sus pertenencias.
Su prestigio
Ya que la sociedad lo marca dándole la identidad de preso, sea inocente o culpable.
El derecho de hacer sus propias decisiones
Dentro de la cárcel deciden por él:
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
1. Un amigo íntimo.
Alguien que lo escuche, sea un apoyo para él en todo momento. Necesita alguien con quien pue-
da hablar y desahogarse. Alguien que se interese genuinamente en él, que le crea, que lo anime.
Un amigo que no lo critique ni lo juzgue, sino que lo acepte.
Es necesario ser bien sinceros y transparentes, abrirnos del todo hacia ellos de modo que nos
puedan sentir y aceptar. Hay que aprender a respetar sus ideas y los conocimientos que tienen,
ellos no quieren recibir imposiciones, sino que se les acepte tal y como son. Es necesario que nos
vean a la par de ellos y que sepan que también pasamos por pruebas, tentaciones y que comete-
mos errores al igual que ellos, sin tratar de imitarlos sino llevar la frescura de Jesucristo y de la
calle, ya que es de lo que ellos carecen.
Es necesario que ellos sepan que no solo cuando estén sin su libertad es cuando se les va a tomar
en cuenta, sino que en el momento en que salgan habrá gente que los estima y los acepta. Si de-
seas que alguien de ellos venga a la congregación, tendrás que ir por él. Es necesario hacerles ver
que una mentira no lleva la misma consecuencia que un crimen, pero que ante los ojos de Dios no
hay pecado grande ni chico, sino que para él es pecado. Necesitamos involucrarnos con su fami-
lia, conociéndolos a través de ellos. Nunca los exhibamos con la gente por cuánto han pasado o
han estado en una cárcel.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
4. Sentirse útil.
Que vean que son útiles, que sirven y que valen en esta vida, para que en ellos se desarrolle
autoestima y auto aceptación. Necesitan perdonarse ellos a sí mismos y saber que son personas
que valen y que no son lo peor ante los ojos de Dios. Es necesario hacerles sentir que son útiles y
animarlos en todo lo que lleven a cabo, especialmente a que trabajen, estudien y se ocupen en
labores productivas.
Alguien que les pueda llevar un recado, hacer una llamada telefónica, llevarles correspondencia,
ir a los juzgados, y hacerles compras de material para su trabajo o aseo personal. Es importante
que lo que les compren, lo hagan con dinero de ellos, ya que podrían provocarle que se hagan
dependientes o que ya no les tengan confianza para pedirles otro favor. Ambas cosas les hacen
daño pues son muy susceptibles.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
1. Siendo constantes.
Al interno le da mucha confianza cuando somos constantes porque él siempre quiere ver gente de
afuera y al estar cumpliendo las citas semanales a la hora y el día indicado, se demuestra que se
cumple lo que se promete, que se puede confiar en nuestra palabra, que nos interesamos genui-
namente por ellos, y que puede contar con seguridad con nuestra visita. Tal vez este sea el punto
más importante para ganarlos para Cristo porque, a la larga, quebranta y derriba todas las barreras
que pudieran haber y fortalece la fe de ellos. Es como un golpecito continuo de un martillo que
rompe duras rocas, o la gota de agua que puede perforar el mismo fierro y desmorona montañas.
Esto es lo más efectivo. Tal vez si no se cuenta con muchos recursos, ni con habilidades teológi-
cas, ni oratoria, ni el respaldo de la congregación, ni muchos voluntarios, ni un programa eficien-
te, ni el reconocimiento de la iglesia ni las autoridades ni de algún grupo, pero tan solo se es
constante, con esto basta para tener el éxito que Dios desea que tengamos en el servicio a las per-
sonas privadas de su libertad. Esta es la clave del éxito en el ministerio carcelario y no depende
de si la organización cumple o si se delega en otros, sino en la perseverancia personal.
No hay nada que lastime más a un interno que el que se le prometa y no se le cumpla. A ellos
todos le han fallado. Cuando les fallamos, estamos haciendo grietas en su fe. Es preferible, si se
cree no poder hacer las cosas, no comprometerse. La palabra de Dios lo confirma cuando dice
que es mejor que no prometamos a que prometamos y no cumplamos. Jesucristo fue radical en
esto: el dijo que no juráramos por nada, es decir, que no nos comprometiéramos con garantía,
sino que nuestro sí fuera sí y nuestro no fuera no.
3. Dándoles confianza.
Es importante dejarlos hablar, expresarse, externar sus opiniones sin corregirlos duramente ni
humillarlos ni hacerlos quedar en ridículo. Es recomendable hacer dinámicas de grupo para que
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se rompa el hielo; dinámicas en que el interno pueda reír, gritar, correr, salir de la rutina. Tam-
bién es necesario hacerles encargos y darles responsabilidades, por ejemplo, la de anotar las ala-
banzas en cartulinas, de asear el salón, responsabilizarlos de la biblioteca, de los diezmos, de di-
rigir los cantos o la reunión, de hacer oraciones en público, de permitirles de vez en cuando com-
partir sus experiencias, etc.
Aceptarlos tal y como son sin condicionarlos. Llevarles regalitos personales, ya sea un chicle, un
pastelito, una ropa, un libro con dedicatoria especial, una palabra de aliento, pero hacerlo
personalmente a un solo interno. Hay que tener cuidado de no hacer favoritismos, porque esto
lastima a los demás y los hace sentirse menos. Estas atenciones deben de darse especialmente a
los internos que tengan una más baja autoestima, los que no tienen visita, los extranjeros, los que
su familia vive muy lejos, los más pobres, los que menos hablan. Otra manera de interesarnos por
ellos es la de ver por su familia, hacerles una visita, preguntarles por su familia, orar por sus
peticiones y recordarles acerca de esto. Es decir, si nos cuentan algo o nos piden oración, a la
siguiente visita preguntarles cómo va su situación, o bien escribirles una notita diciéndoles que
hemos estado orando por su problema. También es de suprema importancia aprender sus nombres
y llamarlos por medio de ellos. Hay un proverbio que dice que el sonido más dulce que podemos
oír es el de nuestro nombre en los labios de otra persona.
La mayoría de las veces los internos callan su trasfondo religioso y delictivo y se sienten atacados
constantemente cuando oyen que alguien ataca a otra persona o a algún tipo de personas, por
ejemplo el que habla mal de los homosexuales, o de los violadores, o de los ateos, o de los ladro-
nes. Tampoco debemos criticar ni ridiculizar ni nguna religión, secta, costumbre o tradición, por-
que sienten que están atacándolos a ellos personalmente. Tenemos que respetarlos. Con el amor
del Señor ellos van a poder ver la diferencia y a través de la enseñanza, el Espíritu Santo les dará
discernimiento para descubrir las mentiras del enemigo. Ellos necesitan ver un verdadero amor
incondicional para que tengan confianza en nosotros y no tambaleen y fluctúen entre una doctrina
y otra, Recordemos que es el amor el que cubre multitud de pecados.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Si alguno expresa una opinión o un concepto equivocado, sea teológico, bíblico o acerca de la
vida, es mejor usar de misericordia en vez del conocimiento, porque el conocimiento envanece
mas la gracia edifica, el conocimiento ridiculiza y humilla a los que ignoran las verdades de las
sagradas escrituras, pero la misericordia los guía al arrepentimiento. Nunca debemos hablar mal
de nadie, ni de los internos que no se congregan, ni de algún hermano interno que se ha apartado,
ni de los que no creen, ni los voluntarios de otros grupos, religiones o sectas que les visitan. En
conclusión, nunca hablar mal de nadie. Si de alguien vas a hablar mal, hazlo de ti mismo o del
diablo y sus demonios.
Ser transparentes y transmitir la vida de Cristo tal y como la estamos viviendo, sin fingimiento, ni
poses, ni apariencias, ni hipocresías, porque los internos están tan interesados en conocer nuestras
vidas en la calle, que de una forma u otra, siempre consiguen saber cómo nos comportamos en la
calle. No es bien aceptado ni recibido por ellos el que nosotros tratemos de imitarlos, hablando
con caló (deformaciones del vocabulario) o hablando acerca de crímenes, robos, asaltos, en sí de
delincuencia. El interno ya está experimentado en eso y, lo que menos quiere oír, es aquello de lo
que quiere salir y que es parte de su vida dentro de la cárcel. Ellos están ansiosos por aprender lo
que no saben, cómo es la vida cristiana, la oración, el estudio de la Biblia, el ayuno, en sí, asuntos
espirituales y que tienen que ver con la vida eterna y la palabra de Dios.
La vida de Jesús fascina, cautiva e impacta sobremanera al interno. Le impacta mucho el hecho
de que todo a su alrededor era inmundo y el siempre se mantuvo limpio. Su vida siempre estuvo
rodeada de ignorantes, criticones, blasfemos, religiosos, maleantes, endemoniados, soldados crue-
les, traidores, de mucha inmundicia, y él siempre se supo mantener santo y victorioso. Le impacta
la autoridad que tenía sobre los demonios, las enfermedades, los elementos de la naturaleza y aún
sobre la misma muerte. Le impactan sus palabras de amor, de sabiduría, de comprensión, y de
reprensión también. Cada suceso de la vida de Jesús es todo un acontecimiento para el interno.
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1. ¿Quién es?
Es el que cae por primera vez en prisión. Es la persona más desorientada de su situación. Tiene
un fuerte deseo de que no es verdad lo que le está pasando. Es aquel que creyó que jamás le iba a
pasar a él. La mayoría de ellos entra en una crisis, ya que fue detenido con rapidez por las
autoridades, sin poder despedirse de sus seres queridos ni llevar consigo útiles personales y de
primera necesidad. Generalmente es requisado, la mayoría de las veces torturado y despojado de
cualquier dignidad humana. Llega a sentir desconsuelo y depresión y mucho miedo por la expec-
tación a lo desconocido.
Para la sociedad no hay ninguna diferencia, es un preso más, un delincuente, un criminal que bien
se lo merecía. La gente dice: "¡Ni cuenta nos habíamos dado en las que andaba!". En otros casos:
"¡Al fin cayó después de tantas que hizo!", o, "¿Quién hubiera pensado que andaba mal?". Mu-
chos dicen: "¡Y a nosotros nos decía que se había sacado la lotería y por eso tenía dinero!".
Las causas principales por las que es detenido y puesto en prisión son:
• Inexperiencia,
• alcoholismo,
• drogadicción,
• malas amistades,
• el medio ambiente que lo rodea,
• ambición mal encauzada,
• pobreza,
• venganza.
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4. Sus temores
• A lo desconocido;
• lo que ha oído acerca de las cárceles en cuanto a violencia y ultrajes;
• que lo maltraten, lo golpeen o lo hieran;
• que lo violen;
• que le pidan dinero;
• que a alguien de su familia lo pudieran agarrar;
• quedarse en la cárcel mucho tiempo.
5. Su comportamiento en prisión.
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E. EL PRESO REINCIDENTE
1. ¿Quién es?
Es aquel que, de un modo u otro, vuelve a infringir la ley y es puesto de nuevo en prisión. Es una
persona que está buscando "sacársela" ya que la primera vez no la hizo bien. Su pensamiento es
el de: "yo soy delincuente, no sé hacer otra cosa, nací para eso".
Se ha dado cuenta que todo lo que ha rodeado el medio de la cárcel, el miedo y la fantasía que
hay ahí, hasta cierto le benefician y explota esa situación.
• Criminales
• Los que no tienen remedio
• Árbol que nace torcido
• Delincuentes
• Estafadores
• Indeseables
• Ladrones
• Cínicos
• Sinvergüenzas
• Mal ejemplo
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4. Sus temores
5. Su comportamiento en prisión.
• Sabe qué hablar y qué no, qué hacer y qué no hacer, con quien juntarse y con quien
no, por dónde moverse y por dónde no.
• Es como un pez en al agua.
• Manipula las circunstancias a su conveniencia.
• Trata de "hacer carrera" dentro de la prisión, de alcanzar un liderazgo o pertenecer a
alguna banda o grupo mafioso interno y luchan por el control.
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F. EL PRESO POLÍTICO
1. ¿Quién es?
El preso político puede ser un hombre o una mujer, estudiante universitario, profesionista, gra-
duado, campesino. Son hijos de familia, esposos y padres. Son ciudadanos patriotas que general-
mente buscan reformas en su país.
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• Lucha por la igualdad social a favor de los pobres (falta de atención, medicina, edu-
cación, trabajo, servicios públicos)
• Propiedad
• Trabajo
• Salarios justos
• La explotación extranjera de las riquezas nacionales
• Oposición a dirigentes políticos
• Condiciones estudiantiles
• Empatía y preocupación por el oprimido.
4. Sus temores
Le teme a los infiltrados, que le puedan hacer daño dentro de la cárcel. Nunca da su nombre pro-
pio. Teme a los traidores, a su propia debilidad duran te el interrogatorio y el efecto de su estadía
en la cárcel sobre su propia familia.
5. Su comportamiento en prisión.
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G. EL PRESO EXTRANJERO
1. ¿Quién es?
Es una persona extranjera que justa o injustamente ha sido privado por su libertad en un país dife-
rente al suyo. Es alguien muy vulnerable y que se siente en otro planeta.
4. Sus temores
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5. Su comportamiento en prisión.
• Es un poco indiferente.
• Si se les puede hablar del Señor en su idioma se abren y reciben, pero muy rara vez
participan de las reuniones internas si no conocen el idioma.
• Conservan su cultura y tradición religiosa, ya que eso les ayuda a mantener su identi-
dad como persona.
• Si se les ayuda siendo el intermediario entre ellos y la embajada, las autoridades car-
celarias, las autoridades del gobierno y su familia en el extranjero, es muy probable
que tomen una decisión de seguir a Jesucristo y ser parte de la obra de Dios dentro y
aún fuera de la cárcel.
• Si es extranjero pero habla el idioma, sentirá interés y admiración por el cristianismo
y, si se muestra interés por ellos, responderán satisfactoriamente.
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1. Definición.
El término “psiquiátrico” ó "Inimputables" se aplica a las personas que han infringido una ley y
se encuentran sometidas a un proceso judicial, pero que no gozan de salud mental, es decir, mues-
tran alguna sintomatología de enfermedad mental (cualquiera de sus modalidades: esquizofrenia,
paranoia, oligofrenia, etc.) por lo que no se les puede imputar todas las agravantes que marca la
ley, debido a la imposibilidad de abogar por sus derechos legales por no tener sus facultades men-
tales aptas para el caso de demostrar su inocencia o demostrar su culpabilidad. Algunos han co-
metido el delito estando en pleno uso de sus facultades mentales y son puestos en prisión, pero
con el paso del tiempo, pierden sus facultades. A estos se les llama en algunos lugares “presos
psiquiátricos”. Otros han infringido la ley en medio de su enfermedad mental. A estos se les cla-
sifica como inimputables. Sea cual fuere la circunstancia, necesitan atención y ayuda.
Esta situación jurídica y médica de tal sujeto impide su total libertad, ya que representa un peligro
potencial para la sociedad, pero merece toda la atención médica y legal posible para lograr su
rehabilitación e integración a la sociedad como un elemento útil y productivo de la misma, por lo
que en su estancia en el reclusorio se persiguen estos objetivos, utilizando diferentes técnicas y
métodos para lograr su recuperación.
• Ellos están incluidos en el plan de salvación del Padre Celestial a través de Cristo.
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• El Inimputable es un prójimo con una identidad física y espiritual aún cuando el pro-
blema radica en lo anímico.
• Representan un alto costo económico y moral para la sociedad y su familia.
• Tienen necesidades urgentes en cada área de su vida que deben ser regeneradas a tra-
vés de la obra de Jesucristo en su interior.
4. Sus necesidades.
5. Soluciones posibles.
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Daniel 4:33-34
Dios nos mandó que nos acordáramos de los presos y los visitáramos (Hebreos 13:3; Mateo
25:36). Ellos son parte de la población carcelaria. El problema de ellos no sólo es espiritual o
mental, sino anímico y físico. De ahí surge la dificultad para llevarlos a Cristo, aunque Dios ha
provisto la manera de lograrlo siendo transmisores del amor de Dios y la gracia de Jesucristo. Los
que son llamados a este ministerio deben ser personas con disposición, disciplina y espiritualidad.
Justificación
En la mayoría de las cárceles, los inimputables son el sector de la población más olvidado, ya que
el natural rechazo a un enfermo psiquiátrico agresivo limita mucho a la gente dispuesta para tra-
bajar con ellos. Por eso es que ha surgido la urgente necesidad de que Dios levante obreros dis-
puestos a ministrarles y a cumplir el mandamiento de Dios y de Jesucristo de visitar los presos
para cumplir la gran comisión y así extender el reino de Dios en la tierra.
Objetivos inmediatos
Suplir las necesidades espirituales, anímicas y físicas (ropa, objetos personales, etc.).
Objetivos medianos
Lograr por el poder del evangelismo la liberación y regeneración espiritual del interno, comple-
tando su rehabilitación total.
Método de trabajo
Material:
a) El que dispongan las autoridades en cuanto a:
- Identificaciones.
- Permisos pertinentes de las autoridades competentes.
- Ropa y calzado permitido y demás efectos personales.
b) Instrumentos musicales (de taller), les encanta alabar a Dios.
c) Biblias (en caso justificado), la mayoría no sabe leer.
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del perdón de Dios, ya que así verán a Dios como Padre, ésto les llevará a la depen-
dencia a Dios y a nosotros.
g) Repartir comida, objetos personales, premios y recompensas (no hacerlos muy no-
torios éstos últimos, para no lastimar a las que no lo obtuvieron).
h) Dejarles tarea (dibujos, manualidades, como para niños).
i) Oración, peticiones y ministración personal.
j) Tiempo de estancia: 3 horas.
Actividades fuera del reclusorio
a) Visitar y dialogar con las autoridades (abundar acerca del trabajo que se desarrolla).
b) Visitar a los familiares.
c) Visitar a los ex-internos (seguimiento).
d) Buscar ayuda de otras personas que no estén involucradas en el ministerio pero pue-
dan apoyar: abogados, médicos, etc.
7. Ministrándolos efectivamente.
La Palabra de Dios es nuestra única y absoluta fuente de verdad y la herramienta más adecuada
para ministrar a los inimputables con efectividad.
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Reconocimiento, • Son testigos personales de Cristo con poder del Espíritu. Hch 1:8
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• Los internos se dan cuenta de que no nos mueve un acontecimiento social, sino un
mandato de Dios, un amor al prójimo, en base a la constancia.
• En el área emocional se estabilizan al saber que son importantes para alguien y que
hay personas que se interesan por ellos.
• Su auto imagen se supera y el amor a sí mismos se refleja, y esto se ve DESDE EL
ARREGLO PERSONAL.
• EMPIEZAN A SALIR LIBRES , YA QUE YA HAN SIDO SANADOS EN TODAS LAS ÁREAS .
• Se forman grupos de INTERCESIóN , LECTURA BÍBLICA , MEMORIZACIóN DE VERSÍCU-
• Los que han tenido mejoría evidente, ayudan a sus compañeros en el área espiritual,
así como en su aseo personal.
• Aceptan el cambio de voluntarios, no dependen de las personas o de nosotros, apren-
den a DEPENDER SOLAMENTE DE DIOS.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
I. LA MUJER EN PRISIóN
La mujer interna tiene una gran necesidad de conocer a Jesucristo y de ser amada y respetada
como ser humano. La palabra de Dios nos pide que ministremos de la siguiente manera: "Y el
mismo Dios de Paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea
guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo" (1 Tesalonicenses 5:23).
La mayoría de ellas, tienen gran necesidad en tres áreas principales de su alma:
Área Afectiva
Es importante darles tiempo para que te compartan sus frustraciones, necesidades personales,
problemas familiares, problemas con otras internas, etc. Tienen gran necesidad de ser amadas y
de amar genuinamente. Tener convivios con ellas las motiva en su autoestima, y el organizar
congresos, llevar oradores invitados, proyectar películas, dramas, etc., son claves para su creci-
miento.
Área Económica
La mayoría no tienen trabajo y tienen carencias de primera necesidad, tales como jabón, pasta de
dientes, toallas sanitarias, etc. Ayudarles a conseguir trabajo, 2Tes. 3:10 Enseñarles a diezmar.
Área Legal
Siempre están al pendiente de los casos y se deprimen porque nadie ve sus casos con interés. No-
sotros contamos con abogados cristianos.
Es indispensable que cuando tu le prometas algo a alguien debes cumplirlo, sea lo que sea, están
acostumbradas a que siempre les han fallado y como cristianos no podemos fallarles porque so-
mos ejemplos: "Que tu si sea si y que tu no sea no"
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
2. Ministrándoles integralmente.
Ministrando a su espíritu
a) Ministrando la palabra de Dios: Es Importante el alimento espiritual que les das.
c) Orando constantemente: la oración es la clave para oír instrucciones del Señor y después dele-
gar y ver a quienes les das responsabilidades tales como: Dirigir un grupo de oración apoyándose
unas a otras, guiando la alabanza, observando necesidades de cualquier tipo de sus compañeras y
una vez capacitadas, desarrollar evangelismo interno.
Ministrando a su alma
El alma involucra los pensamientos, los sentimientos y la voluntad y es un área sumamente im-
portante a considerar para las internas. Sus pensamientos constantemente están enfocados hacia
su familia, sus hijos y esposos. Enseñarles a renovar sus mentes por medio de la palabra. Ef.
4:23-24.
En cuanto a los sentimientos, generalmente están llenas de ira, odio, contiendas y necesitan sani-
dad; escucharlas y ministrarlas conforme a su necesidad en básico.
En cuanto a la voluntad, necesitan una motivación que debe ser guiada por el Espíritu Santo y de
esta manera ellas puedan decidir caminar la nueva vida en Cristo con la convicción sobrenatural
del poder del Espíritu Santo y aprender a tomar decisiones radicales conforme a la Palabra de
Dios.
La mayoría de las internas son madres y por lo tanto hay varias áreas que abarcar tales como:
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
- Madres con hijos abandonados: indagar quién los cuida; a veces tienen hogares
temporales como el DIF u otros.
- Madres abandonadas por sus esposos o familiares, ya que en ocasiones ni siquiera sa-
ben que éstas se encuentran en algún centro de readaptación social. Buscamos por lo
tanto conectarlas con los mismos y aprovechar esa ocasión para ministrar reconcilia-
ción. "Y Dios nos dio el ministerio de la reconciliación 2 Cor. 5:18.
Si la interna tiene bebé, suplirles alimentos básicos como la leche, ropa, medicinas,
etc.
- Madres embarazadas:
a) Las que no saben quién es el padre.
b) Las que han sido violadas.
c) Las que tienen el esposo o compañero y desean abortar.
Ministrando a su cuerpo
Nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo (1ª Corintios 6:19). Es necesario que la interna
aprecie su apariencia física, pues esto afecta en su área emocional (Oseas 4:6).
La mayoría son mujeres de poca instrucción o educación, debido a ello es recomendable el ins-
truirlas en el área de educación sexual así como que soliciten exámenes físicos pues la mayoría
tiene enfermedades venéreas; la enseñanza es básica, ya que, dentro del penal se sigue practi-
cando la fornicación, el adulterio, la prostitución.
Aunado a esto hay un alto índice de drogadicción entre los internos. Sólo Jesucristo puede cam-
biar sus vidas. "El es el camino la verdad y la vida".
Debido a que su preocupación máxima es la familia, y en su mayoría con pocos recursos, se les
provee ropa, calzado, medicamentos, tanto para cada uno de sus hijos, como para ellas.
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Capítulo 4
La
Familia
del
PPL
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
1. Características generales.
La familia del interno cae en una crisis social, económica y emocional desesperante. Piense usted
mismo en su familia, reflexione por un momento cuál sería su situación como padre, madre o hijo
si usted, por alguna circunstancia ajena o conocida fuera puesto en una prisión...hoy mismo...
1. La familia del interno es la más afectada aun cuando ellos no han cometido ningún delito.
2. Los hijos quedan prácticamente huérfanos, desamparados por el padre que ya no puede sos-
tener el hogar.
3. La esposa se queda como una viuda (y peor aún, ya que no solo tiene que ver por ella y sus
hijos, sino ahora también por su esposo)
4. La madre se ve forzada a sostener la casa, trabajando horas extras y obligada a abandonar
los hijos.
5. Los hijos abandonan la escuela para ayudar con el gasto y porque ya no alcanza para pagar
la colegiatura ni el transporte.
6. Son rechazados por sus vecinos, familiares y amigos (y aún por cristianos "religiosos").
Sobre ellos cae la carga del prejuicio.
7. Representan la única ayuda y esperanza para el interno tanto económica como moralmente.
8. A veces son empujados a un abismo de inmoralidad buscando escapar de su realidad abru-
madora. Esto provoca que el interno, al volver a su familia, se ve obligado a delinquir y re-
incidir.
9. Son engañados, explotados y abusados económica y materialmente por abogados sin escrú-
pulos y aun por el mismo interno cuando éste ha perdido todo respeto para su familia.
10. Están muy heridos, con resentimiento y amargura y a veces no quieren saber absolutamen-
te nada del interno.
11. Las esposas padecen lo indecible para visitar a su esposo interno.
12. Son acosadas por rufianes que desean "consolarlas en su dolor".
13. Se vuelven desconfiadas y ásperas por todo lo que tienen que vivir.
14. La familia casi siempre se desintegra física y emocionalmente.
15. Nada vuelve a ser igual que antes; todo es desconcierto y tragedia.
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Somos una familia normal, común y corriente. Mis hijos van a la escuela. Nosotros no sabíamos
en lo que andaba mi marido, él nos dijo que se había sacado la lotería. Ahora lo han detenido,
nos han interrogado. De eso hace más de dos años. La gente nos señala, los vecinos ya no nos
hablan. Mi familia se ha alejado también de mí. "Tengan cuidado", dicen, "no sea que nos vayan
a inmiscuir con el patán ése". En mi mente recuerdo los gritos de mis "amigas": "¡Comadre, deje
a ese hombre, no le sirve para nada!, ¿ya ve lo que les hizo?". El dinero ya se nos acabó; con
eso de que pa´l juez, que para gastos del abogado ése, que a mi marido le cobran cuota sus com-
pañeros, que esto, que el otro, ¡pues ni que fuera mina de oro!. Acabo de encontrar un trabajo,
el horario es agotador y no tengo con quien dejar a los niños. El sueldo es muy bajo; apenas
alcanza para la renta. Por el favor de Dios hemos comido. ¿La escuela de mis hijos? Jum, ya
debemos varios meses; estamos esperando que los corran. Tengo que andarme escondiendo por
que mi marido dejó cuentas pendientes (¡quién sabe de dónde salió tanto cobrador!). La ropita
de mis hijos, aunque ya la remendé, ya les está dejando de venir. Ahora sí que tenemos que re-
cortarnos en todo: comida, agua, luz y gas, por que el mes pasado no alcanzó. Espero que Dios
haga un milagro por mí y por mis hijos. Mientras tanto, hay que seguirle dando duro, para poder
ir a ver al viejo, ¡pobrecito! Mi mamá insiste en que lo deje, pero ¿qué no prometimos ante el
altar que en las buenas y en las malas? Ganas no me faltan de ya mandar todo al carajo. Pero
de todas maneras ¿a quién nos arrimamos? Mejor vamos a seguir luchando pa´ver si mi viejito
logra salir pronto y así podamos echarle ganas juntos. ¿No cree usted? O,...¿qué me aconseja,
pues?
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Hace un largo y pesado viaje contra reloj para llegar a la prisión a visitar a su esposo
Generalmente las prisiones están ubicadas a las afueras de la ciudad (como si fuera un panteón o
algo por el estilo) y quedan lejos de cualquier punto.
Hay mujeres que, incluso, tienen que trasladarse de un poblado a la ciudad para ir a ver a sus ma-
ridos. En promedio, les toma más de 2 horas ir de su casa a la prisión (¡hay algunas mujeres que
les toma de 5 a 7 horas! yo conozco muchas de ellas).
Aparte de todo, ¡es contra reloj que tienen que ir! porque tienen un horario de entrada y salida
muy estricto, ya sea para visita familiar o visita íntima.
Además, tienen que ir cargando "el barco" que llevan al interno (una bolsa con comida y víveres).
Comúnmente esperan más de 1 hora para entrar y a veces tienen que formarse debajo de la lluvia,
o de un sol abrasador, o de un viento polvoso.
Entonces, se convierte en un grave problema con quién se quedarán los niños ya que mamá sale
"de viaje" y no los puede llevar con ellos. Si le va bien, los niños se quedan con los abuelos.
En la mayoría de los casos los dejan con los vecinos o solos en casa cuidados por cualquier per-
sona. Esto es un grave riesgo, pues los niños comúnmente son maltratados y a veces abusados, lo
que es bien conocido por todos.
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Además, ella se ha esforzado para que la comida que lleva a su cónyuge vaya bien organizada y
bonita, pero con las requisas a los alimentos, queda todo desordenado y revuelto. Algunas veces,
por llevar un color de ropa parecido al no autorizado, no las dejan entrar. He platicado con mu-
chas que han tenido que hacer el viaje de 2 1/2 horas de regreso y vuelta para cambiarse y poder
entrar por lo menos 1 hora, ya que iba con un color no adecuado.
¡Cuánto tiene que sufrir la esposa de un interno! ¿Y todo para qué? para poder entrar a visitar a su
esposo que está en prisión. ¡Cuán admirables son estas mujeres valientes y esforzadas que pasan
por tantos trabajos y penurias por amor a sus esposos!
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1. Amistades verdaderas.
La familia del interno necesita amigos que los estimen de verdad, que no juzguen a su pariente en
prisión, que no les señalen, que les visiten regularmente y que se interesen genuinamente por
ellos sin hacerlos sentir incómodos ni que les falten al respeto o les tengan lástima o conmisera-
ción. Necesita amigos que sean puente entre ellos y el hombre en prisión, para llevar recados,
cartas, artículos, noticias, etc.
Alguien que cuide a los niños mientras la esposa se va a visitar al marido a la cárcel, alguien que
los lleve al médico, alguien que vaya a recogerlos a la escuela, alguien que los saque a pasear al
cine o al parque.
Cuando el hombre cae en prisión la economía se ve muy afectada. La familia entonces tiene que
recortar el gasto y, con el tiempo, las necesidades se vuelven cada vez más críticas. La familia
necesita ropa, aunque sea usada pero en buen estado. La familia necesita comida, de preferencia
alimentos imperecederos, como son latas, cereales, pastas, semillas, etc. La familia también nece-
sita los artículos de aseo personal que son de uso diario y continuo, como jabón, pasta de dientes,
rastrillo, detergente, desodorante, cremas, talco, etc. En menor grado, pero muy necesarios, son
los artículos escolares para los hijos, como son plumas, cuadernos, colores, etc. Todo esto es
"olor fragante, sacrifico acepto, agradable a Dios" (Filipenses 4:18).
¡Qué importante es que los miembros de la familia puedan tener un trabajo digno y remunerado!
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Ayuda mucho que los hijos que ya estén en edad de trabajar lo puedan hacer de medio tiempo sin
tener que abandonar sus estudios. Mucho más ayuda si la esposa puede trabajar de tiempo com-
pleto o medio tiempo si antes no lo hacía, porque esto ayuda a la estabilidad económica y libera
muchas tensiones entre todos los miembros de la familia. Un buen trabajo, por humilde que sea,
beneficia a todos y previene la desintegración familiar. Es muy triste como algunas mujeres o
hijas han caído en el abismo de la prostitución, la explotación o la delincuencia por la urgente
necesidad económica. Un trabajo digno contribuye para evitar en gran manera todo eso.
¡Cómo abundan los hombres malignos y perversos que se aprovechan del dolor y angustia de las
personas para enriquecerse! La familia del interno necesita de un abogado que no los engañe, que
no los extorsione, que no les robe con mentiras lo que tienen. He visto familias llegar a la miseria
por que algún buitre profesional les fue pidiendo y pidiendo dinero y bienes para "sacar pronto" a
su esposo o familiar de la cárcel por medio de mentiras y engaños. Hay casos que ya no tienen
solución legal y solamente se puede esperar de un milagro de Dios. En esas situaciones la familia
necesita que se le hable con la verdad y no que se les alimenten falsas esperanzas y se les extor-
sione cruelmente.
La familia comúnmente cae en crisis emocional y, en esas condiciones, se cometen muchos erro-
res y se toman muchas decisiones equivocadas. Ellos necesitan de alguien que les oriente y les
recuerde los valores morales que deben ser cuidados. Asimismo, necesitan oración por sus pro-
blemas, para aliviar sus tensiones, para poder descansar en el Señor. Es muy hermoso ver cómo
responden positivamente cuando se ora por y con ellos. Ellos necesitan la paz de Dios "que so-
brepasa todo entendimiento"; necesitan ser perdonados y perdonar también para que no brote en
ellos ninguna raíz de amargura que les impida alcanzar la gracia de Dios; necesitan ser sanados
de sus heridas, restaurados, levantados y animados. Todo eso se logra solamente por medio de la
consejería, de hablar con ellos con amor, con paciencia, no con afán proselitista sino considerán-
donos a nosotros mismos, como si fuera nuestra propia familia.
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A la larga se siente la ausencia del esposo o del pariente en el hogar. Tal vez la familia esté resen-
tida o a veces hasta prefiera que esté en la cárcel a que viva con ellos, pero sin lugar a dudas la
ausencia llega a ser tal como si la persona hubiera muerto. A los niños les afecta mucho, pues
necesitan de la presencia paterna. A la esposa también, porque de un modo u otro le proveía segu-
ridad.
Los doctores y especialistas aseguran que las angustias y las tensiones son fuente de multitud de
enfermedades. La familia del interno vive en constante angustia y stress, lo que hace que se en-
fermen más frecuentemente de lo normal. Por eso necesitan atención médica gratuita ya que, co-
mo su economía es menoscabada, la mayoría de las veces prescinden de ir al doctor porque no
tienen dinero y sufren las consecuencias. Por eso es necesario que se les consiga o se les oriente a
consultas ya sea con instituciones de salud pública, de asistencia social, o con médicos volunta-
rios.
Aparte de tener visitas para recibir ayuda de todo tipo, la familia del interno necesita que le vaya
a ver o que se le hable sin otro motivo más que para saludarles o pasar tiempo con ellos. Ellos
necesitan saber que hay personas que les aman y que les aceptan tal y como son y no solamente
que los visitan por la situación en que se encuentran.
Cuando el esposo cae en prisión, la familia se vuelve la "comidilla" de la colonia. Sobre todo la
esposa, que anda de boca en boca y le inventan chismes por aquí y chismes por allá. Esta es una
situación muy incómoda tanto para la esposa como para los hijos, pues la sociedad ya los ha mar-
cado. La familia necesita mudarse a otro lugar en donde tengan tranquilidad y no les sea añadida
una pena amarga más a las que ya tienen.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
1. Visitándoles constantemente.
Es necesario formar equipos de voluntarios que visiten a los familiares de los internos. Para esto,
hay que conseguir la autorización y el domicilio de parte del interno. Por lo general, cuando un
interno se ha convertido verdaderamente, busca la reconciliación con su familia y pide que se les
visite. Es menester usar de sabiduría y no esperar que las primeras visitas sean exitosas. Ellos
están heridos (incluso hay familias que prefieren que su esposo o hijo esté en la cárcel a que esté
en el hogar). Pero hay que ser constantes y no desanimarse, pues tal vez hasta la cuarta o quinta
visita empiecen a tenernos confianza para que les podamos hablar entonces del amor de Dios y
del plan que tiene para sus vidas en Cristo.
¡Ninguno llega a ser pobre por ser generoso! La palabra de Dios dice que no debe de haber nece-
sitado entre nosotros porque el Señor nos va a bendecir con abundancia para que podamos com-
partir con los demás (Deuteronomio 15:4-5). En Proverbios dice que a los que reparten les es
añadido más, que el alma generosa será prosperada, que el que da al pobre no le faltará nada
(Proverbios 11:24-25; 14:21; 28:27). El apóstol Pablo nos exhorta a trabajar para ayudar a los
necesitados, para tener qué compartir con el que tiene necesidad (Hechos 20:35; Efesios 4:28).
¡Nadie más necesitado que la familia de un prisionero! Por eso es necesario dar con generosidad,
ya sea alimentos, víveres, artículos de aseo, ropa, etc. Esto es un reto y una gran bendición para
poner por obra. Si primero suplimos sus necesidades materiales, seguramente que después esta-
remos supliendo sus necesidades espirituales.
La familia del interno estará a la defensiva. Necesitamos respetar sus creencias y costumbres reli-
giosas, su situación familiar, sus opiniones personales. Ellos tal vez tratarán de convencernos de
la inocencia del esposo. No debemos hacerlos sentir incómodos mostrando lástima hacia ellos;
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
debemos ver por sus problemas y cómo suplir sus necesidades sin hacerlos sentir mal, sin dañar
su autoestima ni su orgullo propio. Debemos orar por sabiduría para dar sin ofender, pues aunque
no estarán muy orgullosos de su situación sino humildes, no por eso dejan de ser muy sensibles y
vulnerables. Considerémonos a nosotros mismos y ganemos primero su confianza como amigos.
Eso hará que después abran su corazón para Cristo. Recordemos que no debemos de ninguna
manera presionarlos u hostigarlos para que vayan a la congregación o acepten nuestras ideas, no.
Eso es trabajo del Espíritu Santo. Nuestra labor se debe limitar a mostrar el amor de Cristo, ayu-
dándoles desinteresadamente, sean de nuestro grupo o no, crean en Dios o no, aceptándoles tal y
como son.
Hay una tendencia natural de los seres humanos de querer ayudar a los demás aún más allá de
nuestras fuerzas o posibilidades. No debemos prometer lo que no podemos dar. Dios no nos pide
que le demos lo que no tenemos, sino de lo que tenemos. Claro que hay mucho más bendición si
damos más allá de nuestras fuerzas, pero es preferible que no se les ofrezca una ayuda que no
estamos seguros que se les puede dar. La Biblia dice que es mejor no prometer, que prometer y
no cumplir. Hace mucho daño el prometerles alguna ayuda y fallarles. Esto es fatal, destruye su
fe y les endurece el corazón. Por eso solo hay que prometer lo que estamos cien por ciento segu-
ros que podemos dar. De lo demás, preferible no decírselos y, si llega a ser posible, darles más de
lo que se les prometió.
5. Poniéndonos a su disposición.
La familia del interno por lo general es muy desconfiada dadas las circunstancias que le rodean.
Si se cierran a nuestra visita, basta con ponernos a su disposición desinteresadamente para ayu-
darles en lo que podamos y, cuando recurran a nosotros, hacer todo lo posible por tenderles la
mano sin ponerles condiciones de ningún tipo. Si pasa un tiempo y no acuden a nosotros, ir de
nuevo llevándoles una despensa y víveres y ratificar nuestra ayuda.
114
Fundación Emmanuel, I.A.P.
Platicando con ellos podemos ver sus capacidades, aptitudes y preparación para algún empleo.
Entonces podemos ayudarles recomendándolos con los hermanos de la congregación. O bien,
trabajos que necesitamos en la casa o que el equipo del ministerio necesita (pintura, lavado, plan-
chado, cocina, aseo, mecanografía, ventas, etc.) se les pueden dar a las esposas o a sus hijos en
vez de darlo a otros y con esto contribuimos en mucho a que salgan adelante.
Buscando abogados cristianos honestos en la congregación o conocidos para que les asesoren
gratuitamente acerca del caso jurídico de su esposo y sepan con claridad cuál es la situación sin
que tengan que ser engañados o alimentados de falsas esperanzas.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Capítulo 5
Las
Autoridades
INPEC
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Ya sea directa o delegada, la autoridad carcelaria necesita que se acaten sus órdenes. Por eso la
palabra de Dios dice: "Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autori-
dad sino de parte de Dios, y las que hay por Dios han sido establecidas. De modo que quien se
opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste." (Romanos 13:1-2).
La autoridad carcelaria necesita que la seguridad esté garantizada tanto para el personal de vigi-
lancia, el personal administrativo, los trabajadores sociales, los psicólogos, los voluntarios y toda
persona que accese al establecimiento, así como la convivencia pacífica de los internos y que las
condiciones de vigilancia aseguren que no hay posibilidad de fuga, porque no hay nada peor para
la autoridad carcelaria que una fuga se lleve a cabo debido a fallas o debilidades en el sistema de
seguridad implantado.
Las autoridades carcelarias están conscientes de que necesitan ayuda del exterior debido a que los
recursos siempre son escasos. Por lo tanto, toda ayuda que les pueda hacer llegar recursos mate-
riales o eventos culturales, deportivos, espirituales y sociales son bien recibidos por ellos, dado
que eso les beneficia a ellos en el sentido de que están permitiendo actividades que los auxilian
en la ardua tarea de "readaptación" de los internos que les ha sido encomendada.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
La autoridad necesita mantener a los internos en algún oficio útil o actividad educativa, cultural o
espiritual. Por eso es que necesita que en el interior del penal se impartan talleres acerca de ofi-
cios prácticos como carpintería, pintura, orfebrería, etc.; que se impartan cursos de educación
académica (primaria, secundaria, preparatoria, etc.); cursos técnicos de electricidad, electrónica,
costura, cocina, etc. que se realicen maquilas de todo tipo a empresa, etc.
Algunas autoridades se especializan en talleres, otros en cultura, otros en limpieza, otros en de-
portes, etc.
En fin, necesitan que haya actividades para mantener la convivencia pacífica del los internos en
el interior del establecimiento.
Que su imagen y su estima ante sus superiores y el pueblo sea de una persona que realmente jue-
ga un papel importante al proteger a la sociedad y mantener la seguridad, que es uno de los obje-
tivos de las prisiones.
También que se le reconozca como alguien que trabaja arduamente a favor de la sociedad en el
hecho de ayudar en la readaptación de los individuos que han cometido un delito y que represen-
tan un verdadero peligro para la comunidad.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
1. Sujetándonos a su autoridad.
Las autoridades carcelarias están muy al pendiente de quiénes acatan sus órdenes y quienes no.
Cuando nosotros, como voluntarios carcelarios, sostenemos una actitud de sujeción, eso es de
impacto para ellos. Es más, no solamente debemos obedecer, sino hacerles saber que nuestra la-
bor no es independiente de la de ellos, sino que nuestra tarea es la de ayudarles en la ardua misión
de readaptación que les han encomendado y que pueden contar con nosotros para eso mismo.
Esto trae consigo el reconocimiento de parte de ellos de que somos diferentes a todas las demás
religiones (porque aunque les digamos que no somos una religión, por el simple hecho de cargar
una Biblia nos asocian con eso). La Biblia nos confirma esto en Romanos 13:3b: "... (las autori-
dades) no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la
autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;". Una actitud así también prepara el terreno
para que cuando se les hable de Jesucristo ellos presten atención y el mensaje les pueda llegar.
Por eso ese proverbio que dice: "lo que haces habla tan fuerte que no puedo oír lo que dices".
2. Siendo constantes.
3. Organizando eventos.
En la manera de lo posible, organizar por lo menos un evento grande al año y ser constantes a
través del tiempo. Es muy importante comunicar de los eventos que se piensan realizar a las auto-
ridades carcelarias con bastante anticipación, para solicitar su autorización y para que tengan algo
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
más qué informar a sus superiores. En cada evento, invitarles a que estén presentes, presentándole
la oportunidad para que los internos vean el apoyo y las facilidades que les da. Es entonces cuan-
do, durante el programa, ellos pueden escuchar tal vez por primera vez el evangelio de nuestro
Señor Jesucristo. Una estrategia muy conveniente y efectiva es la de organizar un desayuno anual
para las autoridades de la(s) cárcel(es) que se están visitando con motivo de presentar al volun-
tariado, o bien de agradecerles las facilidades y el apoyo que nos brindan. El desayuno puede ser
en un restaurante o algún salón de prestigio para que asistan, y ahí, en alguna parte del programa,
se les testifica del Señor Jesús.
Animando y exhortando a los internos que van al grupo a que se ocupen en algún oficio de los
que ya estén implementados adentro del establecimiento, o a que inicien sus propias labores para
que estén ocupados y sean productivos, ayudándoles nosotros a comercializar sus productos en el
exterior. Otra forma es la de visitar empresas para que instalen maquiladoras en la prisión. En
este caso lo único que tenemos que hacer es presentar el proyecto y contactar al director con el
empresario. Lo demás lo hacen ellos. Hacer esto les presenta muchas interrogativas a las autori-
dades carcelarias, ya que se dan cuenta de que realmente queremos ayudarles y no vamos porque
queremos "ganar adeptos para nuestra religión" o a convertir a los internos en vagos y fanáticos
religiosos. Esto los hace pensar y prepara el terreno para que, cuando Dios nos de la oportunidad,
podamos hablarles de Jesucristo abiertamente, con la seguridad de que van a oír y tener la opor-
tunidad de salvarse y ser ganados para Cristo.
5. Ampliando el programa.
Cuando ampliamos nuestro programa y no solo incluimos aspectos espirituales sino educaciona-
les, culturales, deportivas y de salud, eso impacta también a las autoridades carcelarias (aunque
molesta un poco a los legalistas y religiosos). Estas ampliaciones pueden incluir cursos sobre
educación sexual, de matrimonios, de educación científica y tecnológica; presentación de obras
de teatro, conciertos, recitales, concursos de poesía o drama; torneos de fútbol, basketbol, volibol
o ajedrez; campañas de medicina general, de optometristas, de dentistas; asesoría legal gratuita,
etc. Todo esto se puede lograr a través de animar a los miembros de la congregación y de la co-
munidad a integrarse al trabajo en cárceles.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Capítulo 6
Los
Guardias
Personal de custodia
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
4. Es quién más conoce a fondo al interno y el que puede testificar si realmente ha habi-
do un cambio en ellos o no.
11. Cuando es nuevo, tiene muy buenos ideales y quiere cumplir cabalmente con su deber
de rehabilitador, psicólogo e influir positivamente en la población carcelaria.
12. Las condiciones de la prisión y muchos otros factores destruyen sus buenos propósi-
tos y por lo general se dejan envolver por el sistema.
13. Vive en medio de un ambiente hostil, violento y represivo, que lo hace vivir en ten-
sión y preocupación.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
14. Tienen problemas constantemente con internos amargados que han tenido malas ex-
periencias y creen que todos los custodio son iguales.
15. La vigilancia constante llega a ser aburrida y tediosa, sin propósito, lo que hace que la
vida le sea fastidiosa y molesta.
17. Se le endurece el corazón de tanta maldad y violencia, y por causa de los criminales
habituales y los crímenes tan horribles que conoce. Eso lo hace insensible y pasivo.
18. A menudo se siente inútil debido a que no ve muchos casos de rehabilitación, sino al
contrario, ve que todo empeora.
19. Se vuelve pesimista y amargado, e interpreta todo gesto, mirada, o tono de voz del in-
terno o de las visitas como algo en su contra.
20. Quiere hacer sentir su autoridad a toda costa, para que se le respete. A veces usan la
fuerza física o niegan el acceso para hacerse notar. Eso por causa de que muchas ve-
ces, tanto para el interno como para el externo, el custodio no es más que un estorbo,
un don nadie.
21. Es muchas veces despreciado por sus jefes o sufre abusos de autoridad que después
tiende a desquitar con el interno o su familia.
23. Piensa que su responsabilidad es castigar y actuar represivamente con castigos físi-
cos, emocionales o mentales.
24. Generalmente es pobre y vive una vida desorganizada, lejos de su familia, en soledad,
refugiándose en el alcohol o algún otro vicio para escapar de su realidad.
25. Muchos de ellos buscan constantemente otras fuentes lucrativas debido a su salario
insuficiente y a la situación en que se encuentra.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
1. Respeto a su investidura.
La mayoría de las personas que visitan una cárcel sienten molestia cuando tratan a un custodio o
bien lo ignoran, pues los consideran un estorbo o un obstáculo para entrar a ver a su interno.
Además son tantas las cosas que se oyen de ellos que generalizan y piensan que todos son igua-
les. Ellos son seres humanos sensibles como todos y por la investidura necesitan que se les respe-
te y se les trate como tal.
El custodio necesita ser motivado a que no mueran sus ideales ni sus buenos propósitos de ser
parte de la rehabilitación, readaptación y saneamiento de la sociedad en la que viven. Necesitan
saber que tienen un propósito, un blanco definido, un objetivo claro, y que no son un simple vigi-
lante como la mayoría de la gente piensa.
3. Reconocimiento de su labor.
La mayoría de los custodios sienten fastidio o a veces vergüenza por su trabajo. Eso es porque
ellos necesitan sentir y saber que son parte importante del sistema penitenciario. Necesitan que se
les reconozca por lo menos el peligro al que a veces se exponen. Es triste pero a veces se les re-
conoce solo hasta que algún custodio es herido o muerto.
4. Orientación y capacitación.
Debido a la vida tan desorganizada que muchos de ellos viven, necesitan que alguien que les pue-
da ayudar escuchen sus problemas y les ofrezcan alternativas para su manera de vivir. Necesitan
orientación de cómo educar sus hijos, tratar a su cónyuge, cómo no formar parte del círculo de
corrupción, cómo administrar su dinero, etc. Necesitan capacitación también respecto a oficios
prácticos que puedan desempeñar en sus días libres y así tener una fuente extra de ingresos.
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
Los custodios saben de la labor que nosotros desempeñamos. Cuando somos constantes, llegan a
conocernos y a establecerse amistad con ellos. Pero ellos reciben ordenes y hay ocasiones que,
por permitirnos el acceso sin que llevemos todos los permisos al día y en orden, ellos son arresta-
dos o castigados por nuestra causa. Esto provoca conflictos en ellos porque, por un lado quieren
ayudarnos porque ya nos conocen, pero por el otro temen que sea notorio que no obedecieron al
pie de la letra. Eso no es un buen testimonio. Es mejor si tenemos todo en orden y a la mano y así
no les causamos problemas ni conflictos y ellos se darán cuenta que nos preocupamos por tener
los permisos necesarios que a ellos les exigen verificar y solicitar para el acceso al establecimien-
to.
Cada vez que se lleve algo a los internos, ya sea comida, folletos, estudios, libros, nuevos testa-
mentos, artículos de aseo, etc. siempre incluir a los custodios. Si no se puede a todos, por lo me-
nos al de la entrada, al que revisa y al que recoge la credencial. La Biblia dice que para los puros
todo es limpio, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro. Si hacemos esto no es
para comprar a los custodios, o para sobornarlos. De ninguna manera en lo absoluto. Esto se hace
debido a que ellos también son parte del servicio a las cárceles y a ellos también queremos alcan-
zarlos con el evangelio de Jesucristo. El custodio se siente muy ofendido y molesto cada vez que
alguien lleva algo a un interno. Ellos piensan que no deben tener derecho a nada, pues son crimi-
nales. Por eso es que el tomarlos en cuenta es una forma de reconocer su trabajo.
3. Respetando su autoridad.
Sujetándonos a sus disposiciones, cuando nos hagan esperar, cuando nos soliciten los permisos,
cuando nos revisen y cuando nos den cualquier instrucción respeto al acceso o al horario de sali-
da o tiempo de permanencia en la prisión. Es importante no quejarse de ellos con los internos si
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
es que hemos sido objeto de algún tipo de abuso de autoridad. Tampoco debemos avergonzarlo
delante de los reclusos, sino respetarlos (ese es un ejemplo positivo para los internos). Recordar
que no todos son iguales por tener el mismo uniforme. Además, ellos han sido puestos por Dios,
ellos son servidores de Dios para nuestro bien y para castigo del malo, pues no en vano llevan el
arma (Romanos 13:4-5). Por lo tanto, es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del
castigo, sino también por causa de la conciencia. Con esta actitud, el custodio sabrá que somos
diferentes y querrá oírnos acerca de nuestro mensaje.
4. Realizándoles eventos.
Planear programas, eventos o actividades exclusivamente para ellos o para sus niños. Fomentar la
consejería familiar o cursos especiales. Una buena fecha podría ser Navidad, el día del niño o de
Reyes, en el que se les puede organizar un festival a sus niños y alcanzarlos ahí con el evangelio
de Jesucristo.
En cada visita tomar un tiempo para platicar con algún custodio. Procurar que sea algo es-
pontáneo. Algunas preguntas para conocerle y entablar una amistad pueden ser: ¿su familia vive
en la ciudad? ¿en qué otras cárceles ha trabajado? ¿cuántos niños tienen y que estudian? ¿qué es
lo que le gusta hacer en sus días libres? ¿qué parte del país le gusta más? ¿qué opina de la situa-
ción actual del país? ¿qué es lo más difícil de su trabajo? Necesitamos ser genuinos y escucharles.
El momento oportuno llegará en que ellos nos pregunten: "Y ustedes, ¿por qué hacen todo esto?"
o algo similar. Es entonces cuando podremos exponerles el plan de salvación y ganarlos para
Jesucristo.
127
Fundación Emmanuel, I.A.P.
Capítulo 7
El
Obrero
Carcelario
128
Fundación Emmanuel, I.A.P.
1. Requisitos mínimos.
Los hombres y las mujeres que desean integrarse al Servicio Carcelario deberán tener COMO
MÍNIMO éstas tres características en sus vidas :
2. Tener un llamado de Dios para servir a Jesucristo en los hombres y mujeres priva-
dos de su libertad y a sus familiares.
2. Perfil deseable.
La Escritura dice que debemos buscar hombres fieles e idóneos para encargarles la tarea.
Esto lleva mucho tiempo y no es necesario tener todas las cualidades para servir sino servir para
ir desarrollando esas cualidades.
Como Jesucristo dijo: “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en
mí no lleva fruto, lo quitará; pero todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fru-
to” (Juan 15:1-3).
Las siguientes características integran el perfil deseable partiendo de las mínimas mencionadas y
que se desarrollarán a través del tiempo, el servicio, la oración y el ayuno:
129
Fundación Emmanuel, I.A.P.
3. Estar verdaderamente convertido, esto es, realmente arrepentido de su vida pasada 1a.
Tesalonicenses 1:9
6. Estar en orden en su familia, sea estudiante, esposo, ama de casa etc. Efesios 5:21
(tener la aprobación de su autoridad familiar).
16. Ser una persona que lea y estudie la Palabra como hábito diario. Juan 5.39 Josué 1.7-
8 Salmo 1:2
17. Ser una persona de oración (que interceda por los presos). Romanos 1:9; 1a. Corin-
tios 1.4; Efesios 1.15-16
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Fundación Emmanuel, I.A.P.
1. Advertencia de la Escritura.
Un falso profeta no empezó siendo profeta, sino siendo hermano. Después fue obrero y así se fue
desarrollando hasta llegar a ser falso profeta. Esto concuerda con la enseñanza del Señor Jesucris-
to cuando dijo que el trigo y la cizaña crecen juntos (Mateo 13:30). ¿Qué debemos hacer? Jesu-
cristo dijo que nos guardáramos de ellos (Mateo 7:15) y nos dijo como identificarlos:
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ove-
jas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Aca-
so se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen
árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el
buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol
que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus fru-
tos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino
de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cie-
los. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos
muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad.
Mateo 7:15-23
131
Fundación Emmanuel, I.A.P.
La Escritura dice:
Examínate a ti mismo si estás en la fe. 2a. Corintios 13:5
No creamos a todo espíritu sino que los probemos. 1a. Juan 4:1
La Biblia nos marca siete aspectos claves para evaluar si hay una genuina conversión en nuestra
vida personal y para no ser sorprendidos ni engañados por algunos internos.
132
Fundación Emmanuel, I.A.P.
Quinta señal: el convertido lee la palabra de Dios y ora a solas (en secreto)
Una gallina come maíz y no leche porque esa es su naturaleza. Así el cristiano Mateo 4:4.
La Escritura dice:
Como niños recién nacidos. 1a. Pedro 2:1-3;
Cuando oremos, debemos hacerlo en secreto Mateo 6:
133
Fundación Emmanuel, I.A.P.
1. Requisitos mínimos.
Los hombres y las mujeres que desean integrarse al Servicio Carcelario deberán tener COMO
MÍNIMO éstas tres características en sus vidas :
2. Tener un llamado de Dios para servir a Jesucristo en los hombres y mujeres priva-
dos de su libertad y a sus familiares.
2. Perfil deseable.
La Escritura dice que debemos buscar hombres fieles e idóneos para encargarles la tarea.
Esto lleva mucho tiempo y no es necesario tener todas las cualidades para servir sino servir para
ir desarrollando esas cualidades.
Como Jesucristo dijo: “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en
mí no lleva fruto, lo quitará; pero todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fru-
to” (Juan 15:1-3).
Las siguientes características integran el perfil deseable partiendo de las mínimas mencionadas y
que se desarrollarán a través del tiempo, el servicio, la oración y el ayuno:
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LOS EFECTOS DE LA CÁRCEL SOBRE EL PRESO:
CONSECUENCIAS DE INTERNAMIENTO
PENITENCIARIO Dr. Jesús Valverde Molina. Prof.
Titular de la Fac. de Psicología. Univ. Complutense de
Madrid. España. 1. INTRODUCCIÓN
La ciencia como estructura de poder.
El diagnóstico como etiqueta
El diagnóstico como encuentro –
Ir hasta él y quedarme allí –
El encuentro como estrategia de investigación y de
intervención –
Conocer, comprender y compartir
1. EL CONCEPTO DE ADAPTACIÓN. –
Toda conducta es adaptativa: -
La inadaptación es resultado de la prudente y protectora
distancia con que trabaja la ciencia –
La conducta se adapta al ambiente en que vive la persona
–
¿Personalidad delincuente o conducta desadaptada? –
Hemos estudiado al “delincuente” en el contexto
anormalizador de la cárcel
- Por tanto, es el “recluso”, no el “delincuente” el que
estudiamos. - Y eso que se plantea como características
personales que llevan al comportamiento desadaptado no
son sino “sanos” mecanismos de adaptación a la cárcel,
estrategias de supervivencia - Lo que está “loco” es el
ambiente de la cárcel, no la conducta que se adaptada a
ese ambiente - Por eso, para entender las consecuencias
de la cárcel, es preciso partir de las características del
contexto penitenciario.
3. CONSECUENCIAS PSICOSOCIALES.-
3.1. COTIDIANIZACIÓN DE LA VIDA.- - "ambiente
total" ( toda la vida se estructura en torno a la cárcel) -
Consecuencias en la cárcel: - exageración de las
situaciones (relevancia de las pequeñas cosas) - "vivir la
prisión - Consecuencias posteriores: - “atrapados en el
tiempo” - dificultad para elaborar un proyecto de futuro
3.2. AUTOAFIRMACIÓN AGRESIVA O SUMISIÓN
FRENTE A LA INSTITUCIÓN.- - Estructura poderosa
de la cárcel frente a debilidad del preso (percepción de la
vulnerabilidad) - Necesidad de autoafirmación para
mantener la autoestima - La cárcel como sistema de
aniquilamiento - “espacio para castigar” - necesidad de
defenderse - Elección entre extremos: enfrentamiento v/s
sumisión
1º) Enfrentamiento: - Diagnóstico desde la distancia:
anomalías, patologías, inadaptación… - Diagnóstico
(desde la cercanía): mecanismo de supervivencia,
adaptación al contexto penitenciario. - El enfrentamiento
como indicador de salud mental - Consecuencias: - En la
cárcel: endurecimiento institucional - En libertad: no
reconocimiento del daño 2º) Sumisión: - Sometimiento
absoluto - Consecuencias: - En la cárcel: mayor suavidad
en el internamiento - En libertad: Inadaptación: (el caso
de los violadores)
—LEY 133 DEL 23 DE MAYO DE 1994 "Por la cual se desarrolla el derecho de Libertad
Religiosa y de Cultos, reconocido en el Artículo 19 de la Constitución política".
—DECRETO 782 DEL 12 DE MAYO DE 1995. " Por la cual se reglamenta parcialmente las
Leyes 25 de 1992 y 133 de 1994".
—DECRETO NÚMERO 1321 DEL 13 DE JULIO DE 1998 Por el cual se crea el Comité
Interinstitucional para la reglamentación de los Convenios de Derecho Público Interno"
El Congreso de Colombia,
DECRETA:
CAPÍTULO I
Artículo 1º.- El Estado garantiza el derecho fundamental a la libertad religiosa y de cultos, reconocido
en el artículo 19 de la Constitución Política.
Este derecho se interpretará de conformidad con los tratados internacionales de derechos humanos
ratificados por la República.
Artículo 2º.- Ninguna Iglesia o Confesión religiosa es ni será oficial o estatal. Sin embargo, el Estado
no es ateo, agnóstico, o indiferente ante los sentimientos religiosos de los colombianos.
El Poder Público protegerá a las personas en sus creencias, así como a las Iglesias y confesiones
religiosas y facilitará la participación de éstas y aquellas en la consecución del bien común. De igual
manera, mantendrá relaciones armónicas y de común entendimiento con las Iglesias y confesiones
religiosas existentes en la sociedad colombiana. Ver Sentencia C 200 de 1995
Artículo 3º.- El Estado reconoce la diversidad de las creencias religiosas, las cuales no constituirán
motivo de desigualdad o discriminación ante la Ley que anulen o restrinjan el reconocimiento o
ejercicio de los derechos fundamentales.
Todas las confesiones Religiosas e Iglesias son igualmente libres ante la Ley.
Artículo 4º.- El ejercicio de los derechos dimanantes de la libertad religiosa y de cultos, tiene como
único límite la protección del derecho de los demás al ejercicio de sus libertades públicas y derechos
fundamentales, así como la salvaguarda, de la seguridad, de la salud y de la moralidad pública,
elementos constitutivos del orden público protegido por la Ley en una sociedad democrática.
El derecho de tutela de los derechos reconocidos en esta Ley Estatutaria, se ejercerá de acuerdo con
las normas vigentes.
Artículo 5º.- No se incluyen dentro del ámbito de aplicación de la presente Ley las actividades
relacionadas con el estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos; el
satanismo, las prácticas mágicas o supersticiosas o espiritistas u otras análogas ajenas a la religión.
CAPÍTULO II
Artículo 6º.- La libertad religiosa y de cultos garantizada por la Constitución comprende, con la
siguiente autonomía jurídica e inmunidad de coacción, entre otros, los derechos de toda persona:
a. De profesar las creencias religiosas que libremente elija o no profesar ninguna; cambiar de
confesión o abandonar la que tenía; manifestar libremente su religión o creencias religiosas o
la ausencia de las mismas o abstenerse de declarar sobre ellas;
c. De recibir sepultura digna y observar los preceptos y ritos de la religión del difunto en todo lo
relativo a las costumbres funerarias con sujeción a los deseos que hubiere expresado el difunto
en vida, o en su defecto expresare su familia. Para este efecto, se procederá de la siguiente
manera:
1. Podrán celebrarse los ritos de cada una de las Iglesias o confesiones religiosas en los
cementerios dependientes de la autoridad civil o de propiedad de los particulares.
1. Se observarán los preceptos y los ritos que determinen cada una de las Iglesias o confesiones
religiosas con personería jurídica en los cementerios que sean de su propiedad.
e. De no ser obligado a practicar actos de culto o a recibir asistencia religiosa contraria a sus
convicciones personales;
h. De elegir para sí y los padres para los menores o los incapaces bajo su dependencia, dentro y
fuera del ámbito escolar, la educación religiosa y moral según sus propias convicciones.
Para este efecto, los establecimientos docentes ofrecerán educación religiosa y moral a los
educandos de acuerdo con la enseñanza de la religión a la que pertenecen, sin perjuicio de su
derecho de no ser obligados a recibirla. La voluntad de no recibir enseñanza religiosa y moral
podrá ser manifestada en el acto de matrícula por el alumno mayor de edad o los padres o
curadores del menor o del incapaz.
i. De no ser impedido por motivos religiosos para acceder a cualquier trabajo o actividad civil,
para ejercerlo o para desempeñar cargos o funciones públicas. Tratándose del ingreso, asenso
o permanencia en capellanías o en la docencia de educación religiosa y moral, deberá exigirse
la certificación de idoneidad emanada de la Iglesia o confesión de la religión a que asista o
enseñe.
Artículo 7º.- El derecho de libertad religiosa y de cultos, igualmente comprende, entre otros, los
siguientes derechos de las Iglesias y confesiones religiosas:
a. De establecer lugares de culto o de reunión con fines religiosos y de que sean respetados su
destinación religiosa y su carácter confesional específico;
b. De ejercer libremente su propio ministerio; conferir órdenes religiosas, designar para los
cargos pastorales; comunicarse y mantener relaciones, sea en el territorio nacional o en el
extranjero, con sus fieles, con otras Iglesias o confesiones religiosas y con sus propias
organizaciones;
f. De anunciar, comunicar y difundir, de palabra y por escrito, su propio credo a toda persona,
sin menoscabo del derecho reconocido en el literal g) del artículo 6 y manifestar libremente el
valor peculiar de su doctrina para la ordenación de la sociedad y la orientación de la actividad
humana;
Parágrafo.- Los Concejos Municipales podrán conceder a las instituciones religiosas exenciones de los
impuestos y contribuciones de carácter local en condiciones de igualdad para todas las confesiones e
Iglesias.
Artículo 8º.- Para la aplicación real y efectiva de estos derechos, las autoridades adoptarán las
medidas necesarias que garanticen la asistencia religiosa ofrecida por las Iglesias y confesiones
religiosas a sus miembros, cuando ellos se encuentren en establecimientos públicos docentes,
militares, hospitalarios, asistenciales, penitenciarios y otros bajo su dependencia.
Esta atención podrá ofrecerse por medio de Capellanías o de Instituciones similares, organizadas con
plena autonomía por la respectiva iglesia o confesión religiosa. Ver: Artículo 23 Ley 115 de 1994
CAPÍTULO III
Artículo 9º.- Reglamentado Parcialmente por el Decreto Nacional 505 de 2003 El Ministerio de
Gobierno reconoce personería jurídica a las Iglesias, confesiones y denominaciones religiosas, sus
federaciones, y, confederaciones y asociaciones de ministros, que lo soliciten. De igual manera, en
dicho Ministerio funcionará el Registro Público de entidades religiosas.
Artículo 11º.- El Estado continúa reconociendo personería jurídica de derecho público eclesiástico a
la Iglesia Católica y a las entidades erigidas o que se erijan conforme a lo establecido en el inciso 1 del
artículo IV del Concordato, aprobado por la Ley 20 de 1974.
CAPÍTULO IV
Artículo 13º.- Las iglesias y confesiones religiosas tendrán, en sus asuntos religiosos, plena autonomía
y libertad y podrán establecer sus propias normas de organización, régimen interno y disposiciones
para sus miembros.
En dichas normas, así como en las que regulen las instituciones creadas por aquellas para la realización
de sus fines, podrán incluir cláusulas de salvaguarda de su identidad religiosa y de su carácter propio,
así como del debido respeto de sus creencias, sin perjuicio de los derechos y libertades reconocidos
en la Constitución y en especial de los de la libertad, igualdad y no discriminación.
Parágrafo.- El Estado reconoce la competencia exclusiva de los tribunales eclesiásticos para decidir, lo
relativo a la validez de los actos o ceremonias religiosas que afecten o puedan afectar el estado civil
de las personas. Ver Sentencia C 200 de 1995
Artículo 14º.- Las Iglesias y confesiones religiosas con personería, entre otros derechos, los siguientes:
b. De adquirir, enajenar y administrar libremente los bienes, muebles e inmuebles que considere
necesarios para realizar sus actividades; de ser propietarias del patrimonio artístico y cultural
que hayan creado, adquirido con sus recursos o esté bajo su posesión legítima, en la forma y
con las garantías establecidas por el ordenamiento jurídico;
d. De tener garantizados sus derechos de honra y rectificación cuando ellas, su credo o sus
ministros sean lesionados por informaciones calumniosas, agraviantes, tergiversadas o
inexactas.
Artículo 15º.- El Estado podrá celebrar con las Iglesias, confesiones y denominaciones religiosas, sus
federaciones y confederaciones y asociaciones de ministros, que gocen de personería y ofrezcan
garantía de duración por su estatuto y número de miembros, convenios sobre cuestiones religiosas,
ya sea Tratados Internacionales o Convenios de Derecho Público Interno, especialmente para regular
lo establecido en los literales d) y g) del artículo 6 en el inciso segundo del artículo 8 del presente
Estatuto, y en el artículo 1 de la Ley 25 de 1992.
Los convenios de Derecho Público Interno estarán sometidos al control previo de la legalidad de la
Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado y entrarán en vigencia una vez sean suscritos
por el Presidente de la República.
Artículo 16º.- La condición de Ministro del Culto se acreditará con documento expedido por la
autoridad competente de la Iglesia o confesión religiosa con personería jurídica a la que se pertenezca.
El ejercicio de la función religiosa ministerial será garantizada por el Estado. Ver: Artículo 23 Ley 115
de 1994
CAPÍTULO V
Artículo 17º.- En todos los municipios del país existirá un cementerio dependiente de la autoridad
civil. Las autoridades municipales adoptarán las medidas necesarias para cumplir con este precepto
en las localidades que carezcan de un cementerio civil, dentro del año siguiente a la fecha de
promulgación de la presente Ley.
Parágrafo.- En los municipios donde un sólo cementerio y éste dependa de una Iglesia o confesión
religiosa, ella separará un lugar para dar digna sepultura en las mismas condiciones que los
cementerios dependientes de la autoridad civil, hasta tanto se dé cumplimiento a lo dispuesto en la
primera parte de este artículo.
Artículo 18º.- La inscripción de las entidades ya erigidas, según lo establecido en el artículo 12, se
practicará dentro de los tres (3) años siguientes a la vigencia de la presente Ley.
Artículo 19º.- La presente Ley rige a partir de la fecha de su promulgación y deroga todas las
disposiciones que le sean contrarias.
Publíquese y ejecútese
NOTA: La Ley 133 de 1994 fue declarada exequible por la Corte Constitucional, según Sentencia C -
088 de 1994
Decreto 354 de 1998 Nivel Nacional
Por el cual se aprueba el Convenio de Derecho Público Interno número 1 de 1997, entre el Estado
colombiano y algunas Entidades Religiosas Cristianas no Católicas.
El Presidente de la República de Colombia, en uso de las facultades que le confieren el numeral 23 del
artículo 189 de la Constitución Política de Colombia, el artículo 15 de la Ley 133 de 1994 y el artículo
15 del Decreto 782 de 1995,
CONSIDERANDO:
Que el Ministerio del Interior evaluó el cumplimiento de los requisitos establecidos en el artículo 15 de
la Ley 133 de 1994, referente a las Entidades Religiosas con las cuales suscribió el Convenio de
Derecho Público Interno número 1 de 1997, en cuanto al reconocimiento de su personería jurídica
especial, la garantía de duración por su estatuto y número de miembros;
Que el Convenio de Derecho Público Interno número 1 de 1997, regula lo contemplado en los literales
d) y g) del artículo 6 y el inciso 2 del artículo 8 de la Ley 133 de 1994, así como lo establecido en el
artículo 1 de la Ley 25 de 1992;
Que el Ministerio del Interior tiene la competencia administrativa relativa a la negociación y desarrollo
de los Convenios de Derecho Público Interno establecida en el artículo 15 del Decreto 782 de 1995;
Que en el proceso de negociación del Convenio de Derecho Público Interno, se trataron materias
asignadas a los Ministerios de Defensa Nacional, de Justicia y del Derecho, de Educación y de Salud,
requiriendo la asesoría de estos;
Que el señor Ministro del Interior, mediante oficio 619 del 9 de octubre de 1997, sometió a control
previo de legalidad ante la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, el Convenio de
Derecho Público Interno entre el Estado colombiano y algunas Entidades Religiosas Cristianas no
Católicas;
Que la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, mediante pronunciamiento radicado
bajo el número 1049 del 28 de octubre de 1997 y concepto adicional del 24 de noviembre de 1997,
declaró ajustado a ley el Convenio de Derecho Público Interno entre el Estado colombiano y algunas
Entidades Religiosas Cristianas no Católicas;
Que el señor Presidente de la República de Colombia, suscribió con algunas entidades Religiosas
Cristianas no Católicas el Convenio de Derecho Público Interno número 1 el 2 de diciembre de 1997;
previo a la suscripción del mismo, se efectuaron algunas modificaciones procedimentales y
gramaticales, debido al proceso de negociación, lo cual no afectó el aspecto sustancial del Convenio
inicialmente concebido;
Que el señor Ministro del Interior, sometió nuevamente a control previo de legalidad ante la Sala de
Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, el Convenio suscrito, y por tal razón esta Sala
mediante concepto adicional del 18 de diciembre de 1997, radicación número 1049, expresó "que las
modificaciones efectuadas con posterioridad son de tipo formal o para precisar el contenido de algunos
artículos" y por tanto se ajusta a la legalidad;
Que en cumplimiento de lo ordenado en el último inciso del artículo 15 del Decreto 782 de 1995, el
Gobierno Nacional procede a dictar el decreto contentivo del respectivo Convenio de Derecho Público
Interno número 1 de 1997, suscrito entre el Estado colombiano y algunas Entidades Religiosas
Cristianas no Católicas,
DECRETA:
Artículo 1º.- Apruébese el Convenio de Derecho Público Interno número 1 de 1997, suscrito entre el
Estado colombiano y algunas Entidades Religiosas Cristianas no Católicas, en Santa Fe de Bogotá el 2
de diciembre de 1997, en los siguientes términos:
CRISTIANAS NO CATÓLICAS
El Presidente de la República de Colombia, Ernesto Samper Pizano, mayor de edad, vecino de esta
ciudad, identificado con cédula de ciudadanía número 19.111.781 expedida en Bogotá, en nombre del
Estado colombiano, debidamente facultado conforme el artículo 11, numeral 2, de la Ley 80 de 1993 y
el artículo 13 del Decreto 782 de 1995, y las Entidades Religiosas que se enumeran a continuación con
sus respectivos representantes legales:
Concilio de las Asambleas de Dios de Colombia, representada por el señor Efraín Sinisterra Valencia, a
ésta pertenece la Iglesia Comunidad Cristiana Manantial de Vida Eterna; Iglesia Cruzada Cristiana,
representada por el señor José Vicente Fique López; Iglesia Cristiana Cuadrangular, representada por el
señor Rafael Gustavo Pérez López; Iglesia de Dios en Colombia, representada por el señor Héctor
Manuel Martínez Villamil; Casa sobre la Roca Iglesia Cristiana Integral, representada por el señor Darío
Silva; Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, representada por el señor Reynel Antonio Galvis Rueda;
Denominación Misión Panamericana de Colombia, representada por el señor Carlos Julio Moreno;
Iglesia de Dios Pentecostal Movimiento Internacional en Colombia, representada por el señor Alvaro
Biojó; Iglesia Adventista del Séptimo Día de Colombia, representada por el señor Bernardo Rodríguez
Triviño; Iglesia Wesleyana, representada por el señor Juan de la Cruz Piñeros; Iglesia Cristiana de
Puente Largo, representada por el señor Rafael Josué Reyes Arévalo; Federación Consejo Evangélico de
Colombia, Cedecol, representada por el señor Guillermo Triana; todas ellas con Personería Jurídica
Especial expedida por el Ministerio del Interior; animados por el deseo de garantizar el ejercicio del
derecho fundamental a la libertad religiosa y de cultos, sobre la base de los principios establecidos en la
Constitución Política, especialmente el señalado en el artículo 19 sobre libertad religiosa e igualdad de
todas las confesiones ante la ley, proceden mediante este convenio a poner en ejecución lo dispuesto en
el artículo 15 de la Ley 133 de 1994, la Ley 25 de 1992, la Ley 115 de 1994 y el Capítulo IV del
Decreto 782 de 1995,
CONSIDERANDO:
• Que el Estado reconoce la diversidad de creencias religiosas, y que protege a las personas en su
culto, y a las Entidades Religiosas, para que puedan cumplir sus objetivos;
• Que las Entidades Religiosas que suscriben el presente convenio poseen Personería Jurídica
Especial, cumplen con los requisitos establecidos en la Ley 133 de 1994 y su Decreto
Reglamentario 782 de 1995, en forma especial lo contemplando en su inciso 2, artículo 14, han
acreditado que ejercen su función evangelizadora y pastoral en el país desde hace varios años,
con un número representativo de fieles en gran parte del territorio nacional, lo que demuestra su
arraigo, su historia y su seriedad e idoneidad;
• Que tratándose del matrimonio, vínculo jurídico por medio del cual se constituye la familia,
núcleo fundamental de la sociedad, el Estado garantiza a los contrayentes el derecho de escoger
los ritos, formas y procedimientos de acuerdo a sus creencias religiosas de conformidad con la
Constitución Política y la ley, los cuales tendrán plenos efectos civiles, además de los vínculos
espirituales; respetando plenamente el fuero que caracteriza a las Entidades Religiosas, en
materia sacramental y al vínculo religioso;
• Que toda persona tiene derecho de elegir para sí y los padres para sus hijos o los incapaces a su
cargo, su propia religión y credo;
• Que el Estado colombiano en la Ley 133 de 1994, artículo 6, literal g) garantiza el derecho de
toda persona a recibir e impartir enseñanza y educación religiosa y en el literal h) establece la
libertad de elegir para sí y los padres para los menores o los incapaces dentro y fuera del ámbito
escolar una educación religiosa acorde con sus convicciones;
• Que el Estado colombiano en la Ley 115 de 1994, Ley General de Educación, en su artículo 24
garantiza el derecho a recibir educación religiosa y a que en los establecimientos educativos la
establezcan sin perjuicio de las garantías constitucionales de libertad de conciencia, libertad de
cultos y el derecho de los padres de familia para escoger el tipo de educación para sus hijos
menores y determina que la educación religiosa se impartirá conforme a lo establecido en la Ley
Estatutaria de Libertad Religiosa y de Cultos;
• Que en consecuencia, el Estado garantiza que en sus instituciones ninguna persona será obligada
a recibir educación religiosa diversa a la fe que profesen sus padres, o a la que profese según sus
propias convicciones para lo cual tomará las previsiones que sean necesarias;
• Que el Estado debe garantizar la creación de un vínculo institucional, mediante el cual las
Entidades Religiosas que cumplan con los requisitos de ley, que cuenten con un buen número de
fieles en gran parte del país y tengan varios años de haberse establecido en él, puedan ejercer la
instrucción, guía y apoyo espiritual a quien la solicite en establecimientos docentes, militares,
hospitalarios, asistenciales, penitenciarios y otros bajo la dependencia del Estado, asistencia que
podrá llevarse a cabo por medio de capellanías o visitas por parte de una autoridad pastoral
autorizada para ello, conforme lo establecido en el artículo 8 de la Ley 133 de 1994,
Convienen lo siguiente:
CAPÍTULO I
Del matrimonio
ARTÍCULO I
El Estado reconoce plenos efectos civiles a los matrimonios celebrados a partir de la vigencia del
presente Convenio, por los Ministros de culto de las entidades religiosas que suscriben el presente
Convenio, previo el lleno de los requisitos contenidos en sus doctrinas internas y el fiel cumplimiento de
la Constitución Política y las disposiciones legales vigentes y las que se acuerdan en el presente
Convenio, sin perjuicio de la competencia estatal para regularlos.
ARTÍCULO II
El vínculo del matrimonio se constituye y perfecciona por el libre y mutuo consentimiento de los
contrayentes expresado ante el Ministro de culto competente de las entidades religiosas que suscriben
este Convenio, en la forma y con las solemnidades y requisitos establecidos en este Convenio y no
producirá efectos civiles, si en su celebración se contraviniere a tales formas, solemnidades y requisitos.
Los matrimonios celebrados por las entidades religiosas que suscriben el presente Convenio deberán ser
oficiados por Ministros que cumplan los siguientes requisitos:
1. Ser Ministro de culto. Para todos los efectos legales, son Ministros de culto de las entidades
religiosas que suscriben el presente Convenio, las personas físicas que estén dedicadas, con
carácter estable, a las funciones de culto o asistencia religiosa y acrediten el cumplimiento de
estos requisitos mediante certificación, expedida por la entidad religiosa, de conformidad con sus
estatutos y reglamentos internos.
2. Presentar ante la Oficina de Registro del Estado Civil de las personas de su jurisdicción, una
certificación expedida por el representante legal de las entidades religiosas que suscriben el
presente Convenio en las que se haga constar que se trata de uno de sus Ministro de culto,
autorizado por ella para clebrar matrimonios en el distrito correspondiente a la entidad religiosa
ubicada en un barrio, zona o sector determinado, en un municipio o varios municipios o en un
departamento enunciando el nombre de los mismos y la delimitación de su área de competencia.
ARTÍCULO III
Los aspirantes deberán solicitar ante la autoridad competente la expedición del correspondiente registro
civil que no tenga una fecha de expedición superior a tres (3) meses, el cual se deberá presentar ante el
Ministro de culto competente del domicilio de la mujer, para que éste fije fecha de celebración del
matrimonio religioso cristiano no católico.
El matrimonio se celebrará ante el Ministro de culto competente de las entidades religiosas que firman
este Convenio, correspondiente al distrito de la respectiva entidad religiosa del lugar del domicilio de la
mujer, el cual se solemnizará mediante la suscripción y registro de un acta de matrimonio con el lleno de
las formalidades que se establecen en el presente Convenio.
ARTÍCULO IV
En el acta que se levanta de la ceremonia religiosa de matrimonio se expresarán los nombres, apellidos e
identidad de los contrayentes, lugar y fecha de nacimiento, nacionalidad y domicilio, la circunstancia de
encontrarse en su entero y cabal juicio y su manifestación de viva voz ante el Ministro competente de
las entidades religiosas que suscriben el presente Convenio, previo interrogatorio de éste, de que
mediante la ceremonia religiosa de matrimonio, libre y espontáneamente se unen un hombre y una
mujer con el fin de vivir juntos, procrear y auxiliarse mutuamente y que no existe impedimento para
celebrarlo.
El acta se levantará en original y copia. El original del acta será remitida por el Ministro de culto a la
autoridad competente para los efectos respectivos. La copia deberá reposar en los archivos de la entidad
religiosa competente.
ARTÍCULO V
ARTÍCULO VI
Todo lo relacionado con la cesación de efectos civiles, separación de cuerpos y de bienes, nulidad y
disolución del vínculo civil de los matrimonios religiosos cristianos no católicos regulados por el
presente Convenio, son de competencia exclusiva de la jurisdicción ordinaria y por lo tanto estarán
sometidos a la legislación civil establecida para estos efectos.
CAPÍTULO II
ARTÍCULO VII
El Estado colombiano garantiza a los padres de familia fieles de las entidades religiosas que suscriben el
presente Convenio el derecho de escoger el tipo de educación para sus hijos menores o incapaces, en
consecuencia, ninguna persona podrá ser obligada a recibir educación religiosa diferente a la de sus
convicciones o las de sus padres.
En la educación obligatoria de un año de preescolar y nueve de educación básica que se imparta en las
instituciones del Estado, deberá darse plena aplicación a lo establecido en el inciso anterior, para lo cual
se acudirá a las entidades religiosas parte del presente Convenio.
Las erogaciones en las que incurran las entidades religiosas, en cumplimiento de lo establecido en el
presente Acuerdo, deberán ser reconocidas por la institución que requiera de sus servicios.
ARTÍCULO VIII
De la educación religiosa cristiana no católica
Se garantiza a los alumnos, a sus padres y a los órganos de gobierno escolar establecidos en la Ley
General de Educación, el ejercicio del derecho de los primeros a recibir enseñanza religiosa cristiana no
católica, acorde a las doctrinas de la entidad religiosa a la que pertenezca, en los centros docentes
públicos, en los niveles de educación preescolar a secundaria. Tal garantía no debe representar carácter
excluyente con otras religiones.
De conformidad con lo dispuesto por la ley, en todos los centros docentes públicos se procederá a
establecer los mecanismos para que el menor o estudiante cristiano no católico reciba la clase de
educación religiosa cristiana no católica conforme a los principios y doctrinas de la entidad religiosa
cristiana no católica a la que pertenezca.
En los casos enunciados se garantizará la educación religiosa cristiana no católica a los estudiantes de
las entidades religiosas que suscriben el presente Convenio, para lo cual las autoridades anteriormente
citadas facilitarán el lugar, profesor y elementos necesarios, sin que ello implique erogación alguna por
parte del estudiante cristiano no católico.
Para el desarrollo de las garantías establecidas en el presente artículo, las entidades religiosas que
suscriben el presente Convenio acordarán con las autoridades del sector educativo competentes, la
organización de cursos de enseñanza religiosa cristiana no católica en los centros de educación de
propiedad del Estado, pudiendo utilizar los locales y medios de los mismos.
ARTÍCULO IX
Los directores de las instituciones educativas de las Entidades Religiosas parte, informarán a las
autoridades educativas del lugar sobre la cátedra de educación religiosa que se dicta en sus
establecimientos y la posibilidad de dictar en horarios adicionales para las personas que perteneciendo a
la Entidad Religiosa no estudien en dichos planteles.
ARTÍCULO X
De la Libertad de Enseñanza
Las Entidades Religiosas que suscriben el presente Convenio, en ejercicio de la libertad de enseñanza
podrán fundar, organizar y dirigir centros de educación a cualquier nivel, incluidos la educación
campesina y rural y para la rehabilitación social y en general cualquier rama de la educación, para lo
cual deberán cumplir las disposiciones legales vigentes.
El reconocimiento por el Estado de los estudios y de los títulos otorgados por dichos centros, será objeto
de reglamentación posterior.
Para efectos del reconocimiento de títulos superiores otorgados en el extranjero, se tendrá en cuenta la
supresión de la homologación o convalidación de títulos otorgados por instituciones de educación
superior en el exterior, consagrada en el artículo 64 del Decreto 2150 de 1995.
ARTÍCULO XI
Educación
ARTÍCULO XII
En desarrollo del derecho que tienen los padres a que sus hijos reciban educación religiosa, acorde a su
fe y con el fin de garantizar que el servicio educativo reúna los factores que favorezcan la calidad y el
mejoramiento de la educación, calificación y formación de los educadores, la promoción docente, los
recursos y métodos educativos, la innovación e investigación educativa, la orientación educativa y
profesional, la inspección y evaluación del proceso educativo, las Entidades Religiosas parte, deberán
suministrar a las autoridades competentes sus planes y proyectos institucionales de educación y textos
guías.
Las autoridades de cada una de las Entidades Religiosas que suscriben el presente Convenio,
supervisarán la calidad de la educación religiosa cristiana no católica brindada por sus instituciones y la
forma como ésta se realice.
ARTÍCULO XIII
Para ejercer la docencia en el área de educación religiosa cristiana no católica, se requiere título de
Licenciado en Educación o de Postgrado en Educación con énfasis en estudios de ciencias religiosas
cristianas o teología, expedido por una Universidad o por una Institución de Educación Superior
nacional o extranjera. El normalista superior con estudios en ciencias religiosas cristianas podrá ejercer
la docencia en el nivel preescolar y en el ciclo de educación básica primaria.
Por necesidades del servicio, quienes posean títulos expedidos por Instituciones de Educación Superior
en Educación Religiosa o Teología y carezcan del título de profesional en Educación o Licenciado,
podrán ejercer la docencia en el área específica, siempre y cuando dichos títulos hayan sido expedidos
en el país por seminarios o instituciones educativas del nivel Superior de la respectiva Entidad Religiosa
o en el extranjero por entidades que cuenten con el respectivo reconocimiento oficial en el país donde se
otorguen los títulos. Dichos estudios no podrán tener una duración inferior a cuatro (4) años.
Parágrafo.- Excepción para Ejercer la Docencia. En los municipios o lugares apartados, donde se
demuestre la carencia de personas licenciadas o escalafonadas como docentes con énfasis en Educación
Religiosa, podrán ejercer la docencia para esta área, personas que sean o hayan sido ministros de culto
de las Entidades Religiosas parte de este Convenio.
En el término de diez años contados a partir de la vigencia del presente Convenio, todos los docentes
que dicten la cátedra de educación religiosa de las Entidades Religiosas parte, deberán cumplir con el
pleno de los requisitos establecidos por la Ley General de Educación, para el ejercicio de la docencia y
deberán acreditar títulos técnicos, universitarios o de postgrado en Ciencias Religiosas Cristianas y en
Ciencias de la Educación.
CAPÍTULO III
ARTÍCULO XIV
Asistencia Religiosa
Las Entidades Religiosas parte del presente Convenio, podrán prestar asistencia espiritual y pastoral
cristiana no católica a los miembros de la Fuerza Pública y a las personas que ingresen a centros
educativos, hospitalarios, asistenciales y carcelarios del Estado que la soliciten.
La asistencia religiosa cristiana no católica, será dispensada por los Ministros de culto designados por
las Entidades Religiosas parte y a ellos se les prestará la colaboración precisa para que puedan
desempeñar sus funciones en iguales condiciones que los Ministros de culto de otras Entidades
Religiosas, reconocidas oficialmente por el Estado colombiano. La forma como se pactará la asistencia
religiosa cristiana no católica deberá ser coordinada con la respectiva autoridad.
ARTÍCULO XV
La asistencia espiritual tiene por objeto atender el servicio pastoral para los miembros de la Fuerza
Pública, que sean fieles de las Entidades Religiosas parte, sin perjuicio de las actividades, funciones y
disponibilidad propia de los miembros de la Fuerza Pública.
El Ministerio de Defensa Nacional a través de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, proporcionará
todos los medios necesarios para que los Ministros de culto de las Entidades Religiosas que suscriben el
presente Convenio puedan ejercer su función pastoral en igualdad de condiciones rente a cualquier otra
Entidad Religiosa reconocida oficialmente por el Estado colombiano, en concordancia con el artículo 19
de la Constitución Política y la Ley 133 de 1994.
Cuando cualquier miembro de la Fuerza Pública solicite asistencia espiritual por parte de Ministros de
culto de las Entidades Religiosas parte, el Comandante de la Unidad a que pertenezca el fiel facilitará las
visitas periódicas del Ministro y proporcionará un lugar adecuado para la realización del culto,
salvaguardando las condiciones de invulnerabilidad o de necesaria seguridad de las instalaciones
correspondientes y el normal desarrollo de las actividades militares y policiales.
Los Comandantes regionales darán órdenes a los comandos locales para que coordinen con las
autoridades de las Entidades Religiosas parte, y convengan la manera como ellos prestarán la
correspondiente asistencia espiritual a sus fieles.
ARTÍCULO XVI
El Estado colombiano, garantiza en los centros penitenciarios y carcelarios la libertad para la práctica de
culto religioso cristiano no católico a los internos fieles a las Entidades Religiosas que suscriben el
presente Convenio de acuerdo a lo preceptuado en el régimen penitenciario y carcelario. En desarrollo
de este derecho las Entidades Religiosas que suscriben el presente Convenio, podrán ingresar a todas las
instituciones que componen el sistema nacional penitenciario y carcelario en donde cualquier interno
solicite su asistencia espiritual. La forma como se prestará el servicio será convenida bajo la
coordinación del Ministerio de Justicia y del Derecho y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario
INPEC.
Cuando un interno solicite asistencia espiritual por parte de Ministros de culto de las Entidades
Religiosas parte, el Director de la institución penitenciaria o carcelaria del lugar donde se encuentre el
fiel, estará en la obligación de facilitar las visitas periódicas del Ministro y de proporcionar un lugar
adecuado para la realización del culto, salvaguardando las condiciones de invulnerabilidad o de
necesaria seguridad de las instalaciones.
ARTÍCULO XVII
Las Entidades Religiosas parte del presente Convenio, en desarrollo de su misión evangelizadora y
pastoral, conforme a la libertad de expresar y difundir su credo, podrán realizar programas de atención
social dirigidos a los internos en los Centros de Reclusión del Sistema Nacional Penitenciario, lo que
harán a través de cuerpos de voluntariado social, bajo la coordinación del Ministerio de Justicia y del
Derecho y del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario INPEC para que este servicio se preste sin
molestia y alguna para los miembros de las Entidades Religiosas parte, o los internos beneficiarios de
los proyectos. En todo momento los Ministros y miembros de la Entidad Religiosa cristiana no católica
que presten este servicio cumplirán con las normas de seguridad establecidas en estas instituciones.
ARTÍCULO XVIII
Las Entidades Religiosas que suscriben el presente Convenio, prestarán asistencia espiritual cristiana no
católica a toda persona que lo solicite y se encuentre en centros de salud, hospitales, clínicas, centros de
salud mental, ancianatos, orfanatos, etc.
Las autoridades a todo nivel en el país facilitarán la labor de los Ministros de culto de las Entidades
Religiosas y no podrán negar el acceso de los mismos a sus instalaciones; por el contrario,
suministrarán, si fuere el caso, un lugar adecuado para la celebración del culto.
Las Entidades Religiosas parte de este Convenio, presentarán ante la Secretaría de Salud departamental,
distrital o municipal, o ante la autoridad competente, un listado de los Ministros de culto que ejercen su
labor pastoral en la zona, con indicación del nombre completo, documento de identidad, direcciones y
números de teléfonos, a fin de que se les pueda localizar con facilidad cuando se requieran sus servicios
pastorales en las instituciones a su cargo, dirigidas o vigiladas por ellas. Igualmente, podrán solicitar
directamente al Director de la respectiva institución se les permita el ejercicio de su función e informar
el nombre completo, documento de identidad, dirección y número de teléfono para el momento en que
sean requeridos.
A ninguna persona fiel de las doctrinas de las Entidades Religiosas parte del presente convenio, se les
podrá negar por ningún concepto o razón la asistencia religiosa cristiana no católica cuando se encuentre
en cualquier Centro Asistencial y en el municipio, o en un lugar cercano donde hayan dependencias,
seccionales u otras de la Entidad Religiosa parte.
Disposiciones Generales
ARTÍCULO XIX
En el ejercicio de su misión pastoral, en especial la asistencia religiosa, las Entidades Religiosas que
suscriben el presente convenio, tendrán derecho a utilizar un lugar destinado a la celebración de cultos
en condiciones de igualdad con otras entidades religiosas reconocidas oficialmente por el Estado
colombiano, en todas las instituciones que sean del Estado, sin que se pueda negar su acceso. Al efecto,
el director o responsable de cada institución coordinará el ejercicio de este derecho, con todas las
Entidades Religiosas parte del presente Convenio.
ARTÍCULO XX
ARTÍCULO XXI
ARTÍCULO XXII
Duración
El presente Convenio será de duración indefinida, sin embargo podrá darse por terminado de acuerdo
con lo establecido en los artículos 16 y 18 del Decreto 782 de 1995 o cuando cualquiera de las partes
que suscriben el presente convenio, incumpla lo acordado.
ARTÍCULO XXIII
Vigencia
Este convenio entrará en vigencia una vez el Gobierno Nacional publique el decreto que contenga el
presente convenio en el Diario Oficial.
a. El descanso laboral semanal, para los fieles de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuyo día de
precepto o fiesta de guarda, es decir el sábado, podrá comprender, siempre que medie acuerdo
entre las partes, desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado, en
sustitución del que establezca las leyes.
b. Los alumnos fieles de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que cursen estudios en centros de
enseñanza públicos y privados, siempre que medie acuerdo entre las partes, estarán dispensados
de la asistencia a clase y de la celebración de exámenes desde la puesta del sol del viernes hasta
la puesta del sol del sábado, a petición propia o de quienes ejerzan la patria potestad o tutela.
c. Los exámenes o pruebas selectivas convocadas para el ingreso o cargos de las Instituciones del
Estado o a Instituciones educativas, que hayan de celebrarse durante el período de tiempo
expresado en los literales anteriores, serán señalados en una fecha alternativa para los fieles de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuando no haya causa motivada que lo impida".
El Convenio de Derecho Público Interno No. 1 de 1997, se encuentra debidamente suscrito por los
intervinientes.
Publíquese y cúmplase.
NOTA: El presente Decreto aparece publicado en el Diario Oficial No. 43245 del 25 de febrero de
1998.
DECRETO 1519 DE 1998
(agosto 4)
Diario Oficial No 43.357, de 6 de agosto de 1998
CONSIDERANDO:
Que el literal f) del artículo 6o de la Ley 133 de 1994 establece que la libertad
religiosa y de cultos comprende, entre otras cosas, el derecho de toda persona a
recibir asistencia religiosa de su propia confesión donde quiera que se encuentre y
principalmente en los lugares públicos de cuidados médicos, en los cuarteles
militares y en los centros de detención;
Que el artículo 152 de la Ley 65 de 1993 determina que los internos de los centros
de reclusión gozarán de libertad para la práctica del culto religioso, sin perjuicio de
las medidas de seguridad;
DECRETA:
ARTÍCULO 1o. Los internos de los centros penitenciario y carcelarios del país
gozan del derecho a la libertad de cultos y de profesar libremente su religión, así
como de difundirla en forma individual o colectiva. Las autoridades penitenciarias y
carcelarias deberán permitir sin restricción alguna al libre ejercicio de estos
derechos, sin perjuicio de la seguridad de los centros de reclusión.
ARTÍCULO 5o. Los ministros de culto, iglesia o confesión religiosa que ingresen a
un centro penitenciario y carcelario con el fin de brindar asistencia espiritual a un
interno o grupo de ellos, deberán previamente demostrar dicha calidad de
conformidad con el artículo 16 de la Ley 133 de 1994 y demás normas aplicables.
ARTÍCULO 8o. Las entidades religiosas con personería jurídica especial podrán
acordar con las autoridades competentes, la realización de actividades de
voluntariado social y para el desarrollo de programas dirigidos al bienestar de los
internos.
APORTE NACIONAL: Son los recursos provenientes directamente del Tesoro Nacional
CADENA DE CUSTODIA: Procedimiento que se aplica a los EMP y EF Física por la Policía
Judicial o particulares que tienen contacto con EMP y EF para acreditar su identidad,
estado original, condiciones y los responsables de la custodia. Se fundamenta en el
principio universal de autenticidad de la evidencia la que permiten garantizar su
autenticidad mediante los principios de identidad, integridad, preservación, seguridad,
continuidad y registro de los mismos.
CELDA DE RECEPCIÓN: Lugar para ubicación de los Internos que llegan por primera
vez
CICLO DEMING O PHVA: Metodología para Planear, Hacer, Verificar y Actuar dirigida
para organizar el trabajo y mejora de procesos y actividades
Cuando una persona es sorprendida en el momento de cometer el delito, bien sea que
se encuentre en la fase ejecutiva o en la consumativa
EMP Y EF: Elementos Materiales Probatorios y Evidencia Física (EMP y EF): Es cualquier
objeto relacionado con una conducta punible que pueda servir para determinar la verdad
en una actuación penal Enfilar el equipo de búsqueda en una línea, cada persona con los
brazos extendidos.
ESTADO DEL PROCESO - ACTIVO: Es el estado del proceso por el cual el interno se
encuentra privado de su libertad por una detención preventiva o pena privativa de la
misma, teniendo en cuenta la primera orden de captura que legaliza su ingreso al
establecimiento.
FICHA EBI: Estadística Básica de Inversión, la cual resume el proyecto y con la cual se
registra en el BPIN
FLECHA INDICADORA: Elemento que sirve para señalar objetos o heridas y/o para
resaltar un EMP y EF.
FOTOGRAFÍA DE BUSTO: Es la fotografía que se toma al interno, específicamente en
su parte superior cubriendo desde el pecho hasta la cabeza del mismo. Esta clase de
toma es la utilizada para la reseña fotográfica con La placa de identificación fotográfica.
GUYANA: Área perimetral de seguridad entre los muros de cerramiento Hacer que la
línea avance lentamente en sentido recto hasta el final de la zona.
IDENTIDAD: Es la cualidad de ser una persona o cosa la misma que se supone o busca
teniendo como referencia un antecedente o reseña histórica.
INSPECCIÓN OCULAR: Análisis detallado por el cual se realiza la observación del lugar
de los hachos, donde se elige un punto de partida y se trabaja con alguno de los métodos
de rastreo.
LUGAR DE LOS HECHOS: Cualquier espacio físico abierto, cerrado, mueble o inmueble
donde se cometió un delito, incluyendo los alrededores, los lugares relacionados, las
áreas adyacentes y rutas de escape.
MORFOLOGÍA: Son aquellas particularidades físicas de las partes del cuerpo humano y
que se describen al ingreso de un interno, Ej.: tamaño de las orejas, ojos, boca, cejas,
frente, etc.
PLAN INDICATIVO: Herramienta de gestión que organiza y orienta las acciones para
alcanzar objetivos acordes con la misión y con el Plan Nacional de Desarrollo.
PRONACIÓN: Movimiento del antebrazo que tiene por resultado poner el dorso de la
mano hacia delante o arriba.
TARJETA DECADACTILAR: Son las tarjetas adecuadas para tomar las impresiones de
los diez dedos de las manos de los reseñados.
TESTIGO MÉTRICO: Es una unidad de medida que se utiliza únicamente en las tomas
fotográficas de primer plano, con el fin de determinar la escala, longitud o diámetro del
EMP y EF registrado.
Glosario general
Asistencia: labor de acompañamiento y apoyo que se le presta a las personas privadas de la libertad,
dentro del sistema, como parte del proceso de resocialización, con personal técnico o profesional
multidisciplinario. Esencialmente, tiene un enfoque de asistencia social, espiritual o jurídica el cual
difiere de la intervención.
Cárcel: en el uso común, hace referencia a la conjugación entre el espacio físico en el cual se
encuentra la persona privada de la libertad y su entorno, donde se desarrolla un estilo de vida
particular de supervivencia, adaptación, sometimiento, interacción cultural, social y educativa
dentro del sistema.
Condena condicional: beneficio de no cumplir una condena privativa de la libertad, que se concede
a quienes delinquen por primera vez, y si no delinquen de nuevo dentro de un cierto plazo.
Conducta punible: comportamiento humano reprochable y sancionable por el estado por medio de
sus órganos jurisdiccionales; conducta tipificada o contemplada como delito en la norma penal.
Infracción a la ley penal.
Conmutación de penas: indulto parcial que altera la naturaleza del castigo en favor del reo.
Pasivo RF: Se utiliza en personas que cuentan con el beneficio de detención o prisión domiciliaria y
no tienen autorización para salir de la vivienda a realizar otras actividades.
Activo GPS: Se emplea para personas que cuentan con el permiso correspondiente del juez o director
del ERON para movilizarse dentro de una zona determinada de la ciudad para trabajo o estudio.
Dactiloscopia: procedimiento técnico que tiene por objeto el estudio de las impresiones dactilares,
con el fin de identificar a las personas.
Delito culposo: conducta punible en la que está ausente el dolo y se comete por imprudencia o
negligencia.
Delito doloso: delito cometido con conciencia y voluntad; hay intencionalidad de llevar a cabo la
acción delictiva, en oposición al culposo, cometido por simple negligencia.
Detención: privación provisional de la libertad, ordenada por una autoridad competente, salvo en
caso de delito flagrante.
Interno, recluso, reo: persona privada de su libertad, por imposición de una medida de
aseguramiento o una pena privativa de la libertad.
Internos con condiciones excepcionales: grupos de población reclusa con características específicas
de etnia, afro-descendientes, edad, nacionalidad, discapacidad física, condición de madre gestante
o lactante, que los distinguen del resto de la población sólo en cuanto requieren de un
acompañamiento especial dirigido y unas acciones adecuadas a su condición.
Libertad: facultad natural que tiene el hombre de obrar, o de no obrar, por lo que es responsable de
sus actos; condición de no estar preso.
Morfología: particularidades físicas de las partes del cuerpo humano que se describen al ingreso de
un interno, por ejemplo, tamaño de las orejas, ojos, boca, cejas, frente, etc.
Pabellón: área interna del centro de reclusión destinada para alojamiento de internos.
Prisión: modalidad de sanción a os infractores de la ley penal. Pena de privación de libertad. Cárcel
donde se encierra a los presos. Jurídicamente, la prisión difiere de la detención en que la primera
funciona para las personas condenadas, y la segunda es la medida de restricción de los procesos.
Rango de edad: variable que agrupa a una población dentro de un margen específico de edad de
acuerdo a intervalos previamente establecidos. Ejemplo, población carcelaria entre 18 a 29 años, de
30 a 54 años, etc.
Readaptación: volver a adaptarse a las condiciones sociales establecidas. Exige justicia social para
que la adaptación sea positiva. La técnica obedece a desarrollar conciencia cívica y social, mientras
que el mayor obstáculo corresponde las disfunciones sociales y a la crisis de valores de Cada persona.
Reincidencia: circunstancia agravante de la responsabilidad criminal que consiste en haber sido reo
condenado antes por un delito análogo al que se le imputa. Se predica en el campo penitenciario de
quien ha delinquido con anterioridad, incluso en repetidas ocasiones.
Reseña: descripción y registro técnico de los datos, rasgos o cualidades sobresalientes de una
persona.
Resocialización: técnica de tratamiento clínico que pretende cambiar la conducta del interno. Volver
a socializarse lo que significa aprender las expectativas sociales e interiorizar normas de conducta.
Resocializarse es volver a valer como ser social conforme quiere la sociedad, esto implica
reconocimiento. La técnica que se maneja es el cambio de actitud y de valores. Se confunde con el
cambio de delincuente en un buen interno.
Restricciones: elementos utilizados en seguridad para limitar la movilidad de las personas privadas
de la libertad.
Sindicado: situación jurídica de una persona acusada de una conducta punible hasta que se
demuestre lo contrario.
Sistema penitenciario: organización mediada por normas para la administración de la pena. Esta
organización está integrada, por partes, a un todo y cuenta con un cuerpo de doctrina.
Situación jurídica: se entiende por situación jurídica, la condición que ostenta un individuo dentro
del proceso penal, previamente categorizada y/o determinada por parte de la legislación penal, de
acuerdo a la etapa procesal en la que se encuentre.
Sobre población: porción de la población de internos que excede la capacidad instalada de cupos
penitenciarios.
Aislamiento: separación de una persona privada de la libertad de los demás reclusos, para ser
ubicado en un área de mayor restricción, con fines preventivos o de protección.
Alta: proceso de ingreso de un interno al Sistema Penitenciario y Carcelario que implica los debidos
registros en los sistemas de información del Instituto y son realizados en el establecimiento de
reclusión que lo recibe.
Atención básica: prestación de los servicios esenciales para el bienestar del interno durante el
tiempo de reclusión, cuyo objetivo se orienta a ofrecer acciones protectoras mediante los servicios
de salud , alimentación, habitabilidad comunicación familiar, desarrollo espiritual , asesoría jurídica
y uso del tiempo libre, para prevenir o minimizar los efectos del proceso de prisionalización.
Baja: salida del privado de la libertad del Sistema Penitenciario y Carcelario, la cual conlleva los
debidos registros en el sistema de información del Instituto.
Beneficio administrativo: concesión que se otorga a las personas privadas de la libertad condenadas,
permitiendo su proyección para la libertad, la cual forma parte del tratamiento penitenciario dentro
del proceso de Resocialización.
Binomio canino: equipo conformado por un funcionario del Cuerpo de Custodia y Vigilancia y un
canino adiestrado para el apoyo de actividades de seguridad.
Cajas especiales: presupuesto obtenido para los ingresos de las actividades productivas y de
servicios en cada uno de los establecimientos de reclusión, cuya destinación es la atención exclusiva
para satisfacer las necesidades de los internos.
Celda de recepción: lugar para la ubicación de los internos que llegan por primera vez a un
establecimiento de reclusión.
Cupo: (espacio físico) camastro, camarote o cama destinada al descanso nocturno de un interno,
asignado en forma permanente, con condiciones de habitabilidad y teniendo en cuenta espacios
para recreación, trabajo y estudio, como componentes de la atención integral básica, fundamento
de la misión institucional.
Espacio penitenciario y carcelario: planta física del respectivo centro de reclusión, espacio que
comprende los terrenos de su propiedad o posesión que la circundan y aquellos que le sean
demarcados.
Expendio: punto de venta a los internos, dentro de los patios o pabellones, de elementos o artículos
de primera necesidad y de comestibles, entre otros.
Fotografía de busto: imagen que se toma al interno, especialmente, de su parte superior desde el
pecho hasta la cabeza del mismo. Esta clase de toma es utilizada para la reseña fotográfica con la
placa de identificación fotográfica y siempre se utiliza testigo métrico.
Guayana: área perimetral de seguridad, tanto interna como externa respecto al muro, para evitar la
evasión.
Libera Colombia, Libera INPEC: marca corporativa para dar una imagen comercial a los artículos que
fabrican los internos, dentro de la Política Institucional que contribuye a consolidar su postulado a
través de planes, programas y acciones.
Número Único de Identificación (NUI): consecutivo asignado a cada interno a nivel nacional por el
sistema de información SISIPEC WEB; el consecutivo será siempre el mismo sin importar que el
interno haya salido en libertad o sea trasladado a cualquier establecimiento de reclusión del INPEC.
Plan ocupacional: documento del Instituto nacional Penitenciario y Carcelario por el cual se
establecen las actividades válidas para redención de pena en las modalidades de estudio, trabajo y
enseñanza en los establecimientos de reclusión de orden nacional.
Rebaja o redención de pena: beneficio o concesión judicial que hace el juez de ejecución de penas y
medidas de aseguramiento a los condenados, por el tiempo
realizado y debidamente certificado por las autoridades penitenciarias de haber llevado a cabo
actividades válidas de redención de las modalidades de estudio, trabajo o enseñanza que, sumado
al tiempo físico de reclusión, se abona a la condena.
Redimir pena: realizar, por parte de los reclusos, alguna actividad válida de redención (estudio,
trabajo o enseñanza) para descontar tiempo de la condena.
Resolución de traslado: acto administrativo mediante el cual las autoridades penitenciarias (director
general, regionales y directores de establecimiento de reclusión) según su competencia, ordenan o
autorizan el traslado de un interno de un establecimiento a otro, previa consideración de
condiciones particulares.
Tarjeta decadactilar: documento físico idóneo para tomar las impresiones de los diez dedos de las
manos de los reseñados.
Torre: pabellón.
SISIPEC WEB: Sistematización Integral del Sistema Penitenciario y Carcelario, sistema de información
del INPEC en el cual se encuentran almacenados los registros de todos los internos a nivel nacional
en todos los establecimientos de reclusión del país.
TD: Número consecutivo de registro asignado en el Área de Dactiloscopia a cada interno que ingresa
al establecimiento de reclusión; este, a su vez, es el número que identifica al interno del
establecimiento.
ERE: Establecimiento de reclusión especial.