MARIHUJNA

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La marihuana—también llamada weed, herb, pot, grass, bud, ganja, Mary Jane y una gran cantidad de otros

términos callejeros—es una mezcla gris-verdosa de hojas y flores secas y trituradas del cannabis sativa, la
planta del cáñamo. Algunas personas fuman marihuana en cigarrillos arrollados llamados porros; muchas usan
pipas, pipas de agua (a veces llamadas bongs) o cigarros de marihuana llamados blunts (que por lo común se
arman cortando un cigarro a lo largo y reemplazando todo o parte del tabaco con marihuana). 1 La marihuana
también se puede usar para preparar té y, especialmente cuando se vende o consume con fines medicinales, a
menudo se mezcla en alimentos (comestibles) como brownies, galletas o dulces. Las formas más potentes de
marihuana incluyen la sinsemilla (proveniente de plantas femeninas de atención especial) y las resinas
concentradas que contienen altas dosis de los ingredientes activos de la marihuana, como el aceite de hachís
similar a la miel, el budder suave y ceroso y el firme shatter, con aspecto de ámbar. Estas resinas son cada vez
más populares entre quienes las consumen con fines recreativos o médicos.

La principal sustancia psicoactiva (es decir, que altera la mente) de la marihuana, que es responsable de la
mayor parte de los efectos embriagadores que buscan las personas, es el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC).
Esta sustancia se encuentra en la resina que producen las hojas y los brotes, principalmente de la planta hembra
de cannabis. La planta también contiene más de 500 sustancias químicas, incluidos más de 100 compuestos que
están relacionados químicamente con el THC y se conocen como cannabinoides.2

¿Qué efectos tiene la marihuana?


Cuando se fuma marihuana, el THC y otras sustancias químicas de la planta pasan de los pulmones al torrente
sanguíneo, que rápidamente los transporta a través del cuerpo y hasta el cerebro. La persona comienza a sentir
los efectos en forma casi inmediata (ver "¿Cómo produce sus efectos la marihuana?"). Muchos experimentan
una euforia placentera y una sensación de relajación. Otros efectos comunes, que pueden variar ampliamente de
persona a persona, incluyen una mayor percepción sensorial (por ejemplo, colores más brillantes), risa,
alteración de la percepción del tiempo y aumento del apetito.

Si la marihuana se consume en alimentos o bebidas, los efectos demoran un poco más—por lo general aparecen
después de 30 minutos a una hora—porque la droga debe pasar primero por el sistema digestivo. Al comer o
beber marihuana, la cantidad de THC que ingresa al torrente sanguíneo es considerablemente menor que cuando
se fuma una cantidad equivalente de la planta. Debido a los efectos más lentos, es posible que las personas
consuman inadvertidamente más THC del que tenían intención de consumir.

Las experiencias placenteras con la marihuana no son de ningún modo universales. Hay personas que, en vez de
relajación y euforia, sienten ansiedad, miedo, desconfianza o pánico. Estos efectos son más comunes cuando se
consume demasiada cantidad, cuando la marihuana es más potente de lo esperado o si la persona no tiene
experiencia. Quienes han consumido grandes dosis de marihuana pueden experimentar una psicosis aguda, que
incluye alucinaciones, delirio y la pérdida del sentido de identidad personal. Estas reacciones desagradables—si
bien temporarias—se diferencian de los trastornos psicóticos más duraderos (como la esquizofrenia) que pueden
estar relacionados con el consumo de marihuana en personas vulnerables. (Ver "¿Existe una conexión entre el
consumo de marihuana y los trastornos psiquiátricos?")

Si bien cantidades detectables de THC pueden permanecer en el organismo durante días o incluso semanas
después del consumo, los efectos visibles de fumar marihuana por lo general duran entre una y tres horas; los de
consumir alimentos o bebidas con marihuana pueden durar muchas horas.
¿Cómo produce sus efectos la marihuana?
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La estructura química del THC es similar a la de la sustancia química del cerebro llamada anandamida. La
similitud en la estructura permite que el organismo reconozca el THC y altere la comunicación normal del
cerebro.

Los cannabinoides endógenos como la anandamida (ver figura) actúan como neurotransmisores porque envían
mensajes químicos entre las células nerviosas (neuronas) a través de todo el sistema nervioso. Afectan las
regiones del cerebro que influyen en el placer, la memoria, el pensamiento, la concentración, el movimiento, la
coordinación y la percepción del tiempo y el espacio. Debido a esta similitud, el THC puede adherirse a
moléculas llamadas receptores cannabinoides en las neuronas de estas regiones del cerebro y activarlas, lo que
altera varias funciones mentales y físicas y causa los efectos descritos anteriormente. La red de comunicaciones
neurales que utiliza estos neurotransmisores cannabinoides, llamada sistema endocannabinoide, desempeña una
función clave en el funcionamiento normal del sistema nervioso, de modo que interferir con ella puede tener
efectos profundos.

Por ejemplo, el THC puede alterar el funcionamiento del hipocampo (ver "La marihuana, la memoria y el
hipocampo") y la corteza orbitofrontal, que son regiones del cerebro que permiten que una persona cree
recuerdos nuevos y cambie su foco de atención. Por lo tanto, el consumo de marihuana disminuye la capacidad
de pensar e interfiere con la capacidad de una persona para aprender y realizar tareas complicadas. El THC
también altera el funcionamiento del cerebelo y los ganglios basales, que son regiones del cerebro que regulan
el equilibrio, la postura, la coordinación y el tiempo de reacción. Este es el motivo por el cual quien ha
consumido marihuana podría no estar en condiciones de conducir en forma segura (ver "¿El consumo de
marihuana afecta la capacidad de conducir?") y podría tener problemas para realizar deportes u otras actividades
físicas.

Las personas que han consumido grandes dosis de la droga pueden experimentar una psicosis aguda, que
incluye alucinaciones, delirio y la pérdida del sentido de identidad personal.

El THC, que actúa por medio de los receptores cannabinoides, también activa el sistema de recompensa del
cerebro que gobierna la respuesta a comportamientos placenteros saludables, como el sexo y la comida. Al igual
que la mayoría de las drogas que las personas usan en forma indebida, el THC estimula las neuronas del sistema
de recompensa del cerebro, que liberan el mensajero químico llamado dopamina en cantidades mayores de las
que se observan normalmente en la respuesta a estímulos gratificantes naturales. La oleada de dopamina le
“enseña” al cerebro a repetir la conducta gratificante, lo que contribuye a las propiedades adictivas de la
marihuana.

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Los efectos de la marihuana sobre el cerebro. Cuando se fuma marihuana, su ingrediente activo, THC, viaja
por el cerebro y el resto del cuerpo, produciendo sus efectos. En el cerebro, el THC se adhiere a los receptores
de cannabinoides que se encuentran en las células nerviosas, lo que afecta la forma en que estas células
funcionan y se comunican unas con otras. Los receptores de cannabinoides son abundantes en las partes del
cerebro que regulan el movimiento, la coordinación, el aprendizaje y la memoria y funciones cognitivas más
complejas como el juicio y el placer.

La marihuana, la memoria y el hipocampo


Distribución de los receptores cannabinoides en el cerebro de las ratas. La imagen del cerebro revela altos
niveles (en naranja y amarillo) de receptores cannabinoides en muchas áreas, incluidas la corteza, el hipocampo,
el cerebelo y el núcleo accumbems (estriado ventral).

La marihuana deteriora la memoria porque el THC altera la forma en que el hipocampo, un área del cerebro
responsable de la formación de recuerdos, procesa la información. La mayor parte de los datos que respaldan
esta afirmación provienen de estudios con animales. Por ejemplo, las ratas expuestas al THC en el útero, al poco
tiempo de nacidas o durante la adolescencia, mostraron problemas notables con tareas específicas de
aprendizaje y memoria cuando tuvieron más edad. Además, el deterioro cognitivo en las ratas adultas está
asociado con cambios estructurales y funcionales en el hipocampo debido a la exposición al THC durante la
adolescencia.

A medida que las personas envejecen, pierden neuronas en el hipocampo, lo que disminuye la capacidad de
aprender información nueva. La exposición crónica al THC puede acelerar la pérdida de neuronas del
hipocampo relacionada con la edad. En un estudio, las ratas expuestas al THC todos los días durante 8 meses
(aproximadamente el 30% de su expectativa de vida) mostraron un nivel de pérdida de células nerviosas a los
11 o 12 meses de edad equivalente al de ratas del doble de edad que no habían estado expuestas al THC.
¿Cómo afecta el consumo de marihuana la vida
escolar, laboral y social?
Las investigaciones han demostrado que los efectos negativos de la marihuana sobre la atención, la memoria y
el aprendizaje pueden durar días o semanas después de que se disipan los efectos agudos de la droga, según los
antecedentes de consumo de la persona. 53 En consecuencia, alguien que fuma marihuana todos los días puede
estar desempeñándose a un nivel intelectual disminuido constantemente o la mayor parte del tiempo. Hay datos
considerables que sugieren que los estudiantes que fuman marihuana tienen resultados educativos más pobres
que sus pares que no fuman. Por ejemplo, un análisis de 48 estudios pertinentes halló que el consumo de
marihuana está asociado con menos logros educativos (es decir, menos posibilidades de graduarse). 54 Un
análisis reciente de datos de tres amplios estudios en Australia y Nueva Zelanda halló que los adolescentes que
consumen marihuana regularmente tuvieron marcadamente menos probabilidades de terminar la escuela
secundaria u obtener un título que sus pares que no consumían marihuana. También tuvieron una probabilidad
mucho más alta de volverse dependientes, consumir otras drogas e intentar suicidarse. 55 Varios estudios también
han identificado una conexión entre el consumo intenso de marihuana e ingresos más bajos, mayor dependencia
de los programas de bienestar, desempleo, conductas delictivas y menor satisfacción con la vida. 56,57

En qué medida el consumo de marihuana es causa directa de estas asociaciones continúa siendo una pregunta
abierta que requiere más investigación. Es posible que otros factores predispongan independientemente a las
personas tanto al consumo de marihuana como a los varios resultados negativos en la vida, tal como el
abandono de la escuela.58 Ahora bien, las personas reportan que perciben que su consumo de marihuana influye
en los resultados pobres de una variedad de parámetros que miden los logros y la satisfacción con la vida. Un
estudio, por ejemplo, comparó personas que consumían o habían consumido marihuana con intensidad durante
mucho tiempo con un grupo de control que reportó haber fumado marihuana al menos una vez en la vida, pero
no más de 50 veces.59 Todos los participantes tenían antecedentes similares de educación e ingresos, pero se
hallaron diferencias importantes en sus logros educativos. Una cantidad menor de las personas que reportaron
consumo intenso de cannabis completaron la universidad, y una cantidad mayor tenía un ingreso anual en la
unidad familiar de menos de $30,000. Cuando se les preguntó cómo afectaba la marihuana su habilidad
cognitiva, sus logros profesionales, su vida social y su salud física y mental, la mayoría en el grupo de consumo
intenso reportó que la marihuana había tenido efectos negativos en todas esas áreas de su vida.

Los estudios también han sugerido conexiones específicas entre el consumo de marihuana y las consecuencias
adversas en el trabajo, tales como mayor riesgo de lesiones o accidentes. 60 Un estudio con trabajadores del
servicio de correos halló que los empleados que habían tenido un resultado positivo de marihuana en el análisis
de orina realizado para detectar drogas previo al empleo tuvieron un 55% más de accidentes industriales y un
75% más de ausentismo en comparación con quienes arrojaron resultados negativos para el consumo de
marihuana.61

Fumar un cigarrillo de cannabis (marihuana) al día no te hace adicto


El consumo de cannabis puede llevar al consumo problemático—conocido como trastorno por consumo de
cannabis—, el cual puede tomar la forma de adicción en casos graves. Datos recientes sugieren que el 30% de
las personas que consumen cannabis pueden sufrir del trastorno por consumo de cannabis en alguna medida.
Las personas que comienzan a consumir cannabis antes de los 18 años tienen entre cuatro y siete veces más
probabilidades de adquirir un trastorno por consumo de cannabis que las personas adultas.

Además, el potencial adictivo se incrementa según el grado de pureza de lo que se consuma, así como de un
elemento más particular relacionado con la biología de cada persona.
El cannabis ayuda a ser más creativo
El mito sobre la relación entre el cannabis y la creatividad sí ha sido estudiado. Los descubrimientos señalan que lo que
sucede es que cuando una persona adulta consume dosis muy bajas de THC, se aumenta el flujo sanguíneo en el cerebro y
específicamente en el lóbulo frontal, asociado con la creatividad. Sin embargo, demasiado THC puede más bien bloquear
la creatividad y si bien el cannabis puede hacer que las personas menos creativas lo sean, en personas que ya son
creativas, hará poca diferencia. Por otra parte, es más una asociación sin causalidad, pues por lo general el consumo de
cannabis se ha asociado a personas creadoras de arte y por ende se tiene el estereotipo que tienen más creatividad al
consumir esta sustancia.

El cannabis tiene efectos terapéuticos, por lo que no debe ser


perjudicial fumar de vez en cuando
El uso medicinal del cannabis se realiza de manera controlada y no tiene nada que ver con el uso de las personas adultas
sin fines médicos, para que sea «terapeútico» es necesario que siga un control adecuado de su ingesta, dosis, porcentaje de
componentes, etc. Sin embargo, no todas las presentaciones o todos los productos que se adquieren siguen esa rigurosidad,
además, si se quema; es decir se fuma; la mayoría de componentes con potencial medicinal se eliminan y solo persisten
los que tienen efectos no médicos.

El cannabis es natural y menos perjudicial que la nicotina


Equivocadamente se piensa que por ser natural, el consumo de cannabis es menos perjudicial que la nicotina; cuando por
el contrario, el humo de las hojas de cannabis contiene más cancerígenos que ésta y las personas que lo inhalan con
frecuencia se exponen al riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.

Existen muchos productos naturales que son perjudiciales para los seres humanos si se usan de forma inadecuada o en
dosis incorrectas, adicionalmente, los cigarrillos de nicotina tradicionales tienen «filtros» que disminuyen la cantidad de
sustancias cancerígenas que entran en el organismo de la persona consumidora (aún así no los elimina del todo); en
cambio, los cigarrillos de cannabis no tienen este elemento, por lo que las sustancias producto de la combustión pasan
directamente al cuerpo.

Los jóvenes consumen cannabis porque está prohibido, si se legalizara


se consumiría menos
El alcohol y el tabaco son sustancias psicoactivas muy populares entre los jóvenes, y éstas son legales; por lo que en el
consumo, más que la prohibición influye la facilidad para conseguir la sustancia y el grado de aceptación social de la
misma.

Sin embargo, hasta cierto punto es real que la prohibición o ilegalidad juega un papel importante en el consumo de
cannabis, la necesidad de experimentar sensaciones que podrían ser prohibidas o por el simple hecho de seguir una
«moda» pueden influir en el consumo a edades tempranas.

El cannabis sirve como relajante


En algunas personas tiene un efecto relajante. Sin embargo, en otras puede generar efectos alucinógenos, estimulantes,
depresores o tranquilizantes, ideas persecutorias, disminución de los reflejos y la coordinación psicomotora. Los efectos
son diferentes en todas las personas dependiendo de la cantidad, la frecuencia, la pureza y la biología de la persona; así
como, aspectos como el estado de ánimo, la alimentación, la genética, existencia de patología dual; entre otros.
Desmontando los mitos sobre el cannabis medicinal:
los beneficios del CBD y el aceite de cannabis.
El cannabis ha sido objeto de controversia durante mucho tiempo, pero en los últimos años, se ha ganado la
atención del mundo de la salud por su potencial medicinal. Sin embargo, muchos mitos y tabúes persisten en
torno al uso del cannabis para la salud. En este blog, exploraremos los beneficios del cannabis medicinal,
desmontaremos algunos de los mitos más comunes y proporcionaremos información sobre el CBD, las gotas /
aceite de cannabis o CBD.

¿Qué es el cannabis medicinal?


El cannabis medicinal es el uso terapéutico que se le da de la planta de cannabis para tratar diversas afecciones
de salud. La planta de cannabis contiene compuestos químicos conocidos como cannabinoides, que se unen a
los receptores cannabinoides (sistema endocannabinoide) en el cuerpo humano para producir una amplia
variedad de efectos terapéuticos.

Uno de los cannabinoides más conocidos es el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), que es responsable de los
efectos psicoactivos que se asocian comúnmente con el cannabis. Sin embargo, otro cannabinoide importante es
el cannabidiol (CBD), que no produce los mismos efectos psicoactivos que el THC y ha sido objeto de
investigación por sus posibles beneficios terapéuticos.

El cannabis medicinal se utiliza para tratar una amplia variedad de condiciones de salud, incluyendo el dolor
crónico, la ansiedad, la depresión, la inflamación, la epilepsia, la esclerosis múltiple y el cáncer, entre
otros. Los pacientes pueden consumir cannabis medicinal en varias formas, incluyendo fumar, vaporizar,
comer o aplicar tópicamente.

A medida que más investigaciones se realizan sobre el cannabis medicinal, se están descubriendo cada vez más
beneficios potenciales para la salud. Sin embargo, el cannabis sigue siendo objeto de controversia debido a su
historia y su estatus legal en muchos países. A pesar de esto, muchos pacientes continúan utilizando el cannabis
medicinal como parte de su tratamiento médico, y se espera que la investigación continúe avanzando en esta
área para proporcionar aún más evidencia sobre sus beneficios terapéuticos.

Los mitos y tabúes del cannabis medicinal


A pesar de la creciente aceptación y legalización del cannabis medicinal en todo el mundo, aún existen muchos
mitos y tabúes sobre su uso terapéutico. Uno de los mitos más comunes es que el cannabis medicinal es solo
una excusa para drogarse, y que no tiene ningún valor terapéutico real. Esto es un error, ya que hay evidencia
científica que respalda el uso del cannabis medicinal para tratar una variedad de afecciones médicas.

Otro mito común es que el cannabis es adictivo. Mientras que el abuso del cannabis puede tener efectos
negativos en la salud, la adicción al cannabis es en realidad bastante rara en comparación con otras
sustancias adictivas. De hecho, muchos pacientes han encontrado que el cannabis es una alternativa efectiva a
los medicamentos opioides altamente adictivos para el manejo del dolor.

La cultura popular también ha perpetuado el mito de que el cannabis medicinal solo es utilizado por "stoners" o
personas que buscan drogarse para pasar el tiempo. Sin embargo, la realidad es que muchos pacientes utilizan el
cannabis medicinal como parte de su tratamiento médico para afecciones graves como la epilepsia, el cáncer y
el dolor crónico.
Es importante discutir estos mitos y tabúes porque pueden ser dañinos para aquellos que buscan ayuda médica.
Muchos pacientes pueden sentirse avergonzados o estigmatizados por el uso del cannabis medicinal debido a
estos estereotipos, y esto puede impedir que busquen el tratamiento adecuado.

Afortunadamente, hay numerosos estudios que demuestran los beneficios terapéuticos del cannabis
medicinal. El cannabis se ha utilizado con éxito para tratar el dolor, la ansiedad, la depresión, la inflamación
y la epilepsia, entre otras afecciones. En algunos casos, el cannabis también se ha utilizado como una forma
de reducir la dependencia de los opioides.

En resumen, es importante desmontar los mitos y tabúes que rodean el cannabis medicinal y reconocer su
valor terapéutico. Los pacientes que buscan tratamiento médico para diversas afecciones deben sentirse
cómodos y seguros al considerar el cannabis medicinal como una opción viable de tratamiento.

Productos con CBD: gotas / aceite de cannabis o CBD.


El CBD, o cannabidiol, es un compuesto natural que se encuentra en las plantas de cannabis. A diferencia del
THC, el compuesto psicoactivo del cannabis que produce efectos de "colocón", el CBD no produce un alto
grado de intoxicación y no es adictivo.

Las gotas de cannabis, también conocidas como gotas de CBD, son una forma común de consumir CBD. Las
gotas de CBD son extractos líquidos de la planta de cannabis que se administran por vía oral. El aceite de CBD
es similar, pero a menudo se toma sublingualmente (debajo de la lengua) para una absorción más rápida.

El CBD es diferente del THC en que no produce los efectos psicoactivos típicos asociados con el consumo de
cannabis. En cambio, el CBD tiene un perfil de seguridad muy alto y se ha demostrado que es beneficioso para
la salud en una variedad de formas. El CBD se ha utilizado para tratar el dolor, la ansiedad, la depresión, la
inflamación y la epilepsia, entre otras afecciones.

El CBD también se ha demostrado que tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y puede tener un
papel en la prevención del cáncer y la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, el CBD
se ha utilizado como tratamiento complementario para pacientes con enfermedades crónicas, como la
enfermedad de Parkinson y la esclerosis múltiple.

Hay numerosos estudios que respaldan los beneficios del CBD y otros componentes del cannabis medicinal. Un
estudio publicado en la revista Pain en 2017 encontró que el CBD redujo significativamente la intensidad del
dolor en pacientes con dolor crónico. Otro estudio publicado en la revista Neurotherapeutics en 2015 encontró
que el CBD tenía propiedades anticonvulsivas y se podía utilizar para tratar la epilepsia.

En resumen, el CBD es un compuesto natural que se encuentra en las plantas de cannabis y se ha demostrado
que tiene numerosos beneficios para la salud. Las gotas de cannabis, las gotas de CBD y el aceite de CBD son
formas comunes de consumir CBD y se han utilizado para tratar una variedad de afecciones médicas. Con la
investigación continua, se espera que se descubran más beneficios del CBD en el futuro. La Bendita Flor ha
sido estigmatizada a través de la historia por muchas razones, su catalogación como droga y su prohibición
aumentó aún más su fama como algo malo, y aunque de mucho tiempo atrás ya se conocían muchos de sus
beneficios, la misma prohibición evito su investigación, afortunadamente eso está cambiando y aunque aún
estamos en pañales, la apertura y legalización de productos derivados del cáñamo nos está abriendo la puerta a
un nuevo mundo de productos que pueden beneficiarnos enormemente.

Cada vez son más los productos que escuchamos con la palabra «cáñamo», aceites, bálsamos, tónicos, cremas,
bebidas, y aunque aún relacionamos esa palabra con la marihuana hoy en día los productos que se
comercializan, si bien son obtenidos de esta planta, utilizan componentes de la misma como el CBD y otros
cannabinoides pero ¿qué hay de cierto en todo lo que se dice? ¿es bueno o malo? ¿me puede ayudar? ¿me va a
drogar?

En esta ocasión analizaremos algunos de los mitos y realidades detrás de los productos con CBD.

EL CBD me va a drogar

Mucha gente cree que al usar algún producto con CBD van a sentirse drogados, la realidad es que no,
recordemos que el efecto psicoactivo de la marihuana es producido por el THC, y aunque los productos de
espectro completo si contienen Tetrahidrocannabidiol (THC), la concentración legalmente permitida es de
menos del 3%, suficiente para obtener una sinergia con otros cannabinoides y terpenos y poder obtener el efecto
séquito, pero es una concentración muy baja como para tener un efecto psicoactivo, así que no, el CBD no tiene
efecto psicoactivo y no te va a drogar.

Eso si, si el producto que adquiriste o que te están ofreciendo no cuenta con los estudios de laboratorio que
certifiquen el contenido permitido de THC, que regularmente ofrecen con producto artesanal, muy seguramente
tendrás un buen viaje.

El CBD proviene de la marihuana

No necesariamente, la marihuana es una planta perteneciente a la familia de las canabaceas, el cáñamo y la


marihuana pertenecen a la misma familia, de hecho existen diferentes variedades y cepas, cultivadas para
diferentes propósitos, muchas de ellas producen CBD y otros cannabinoides en distintas proporciones, es por
eso que normalmente los productos con CBD se comercializan como «aceite de cáñamo», ya que no
necesariamente se obtiene de la marihuana pero si de una planta de cáñamo.

Para la mayoría de los extractos de CBD se usa alguna cepa de marihuana para poder obtener no solo CBD sino
otros cannabinoides y terpenos, sin embargo los extractos de CBD isolados si pueden usar cáñamo en lugar de
alguna variedad de marihuana.

Es mejor un producto solo con CBD y sin THC

El CBD y el THC en conjunto con otros cannabinoides y terpenos actuan en sinergia, potencializan su efecto
terapeutico brindandonos el efecto séquito, además, el CBD contrarresta la psicoactividad del THC.

Dependiendo de la patología y los síntomas a tratar, un médico puede recetar un producto solo con CBD o con
otros cannabinoides, por ello lo más recomendable es acudir con un medico especialista en medicina cannabica,
regularmente nuestro remedio será más eficaz si los dos cannabinoides (o más) están presentes y trabajan en
conjunto, pero en ocasiones el médico podría indicar usar productos únicamente con CBD.

El CBD provoca somnolencia

El sistema endocannabinoide participa en la regulación de varios procesos corporales diferentes, uno de ellos es
el sueño. Debido a que la gente lo recomienda para problemas de insomnio un error común es pensar que el
CBD provoca somnolencia o que tiene un efecto sedante, pero de hecho algunos estudios han demostrado que el
CBD puede fomentar un estado de vigilia y retrasar la hora de ir a dormir.

Existen fuentes que muestran que el CBD ayuda a inducir al sueño al aliviar el estrés y la ansiedad en personas
afectadas por trastornos de ansiedad. Una dosis correcta de CBD en el transcurso del día puede ayudarnos a
combatir los problemas de insomnio y sueño por la noche y a la vez a sentirnos más despiertos durante el día.
Por estas razones es recomendable consultar a un medico para poder tener una correcta dosificación.
La mejor forma de consumir CBD es fumando o inhalando algún producto

Es bien sabido que la forma más común de consumo de marihuana es fumandola, y esa es precisamente la
manera más directa de liberar los cannabinoides, en la materia vegetal sin procesar y de manera natural los
cannabinoides se encuentra de forma acida, el CBD (cannabidiol) se forma a partir del CBDA (ácido
cannabidiólico) a través del proceso de descarboxilación, que consiste en aplicar calor para eliminar el grupo
carboxilo, mismo caso para otros cannabinoides como el THC.

Los productos con CBD no necesitan ese proceso de descarboxilación por lo cual podemos obtener sus
beneficios directamente, la forma de consumo dependera del tipo de padecimiento y sintomas que se deseen
tratar, si se requiere un efecto rápido se puede fumar o vaporizar la flor, o usar un vapeador, ya que los
pulmones absorben rápidamente los cannabinoides, por otro lado, si deseamos una dosificación lenta y por más
tiempo se recomiendan los productos comestibles, tu medico te podra recomendar el mejor metodo de consumo
que se adapte a tus necesidades.

El CBD es ilegal

No, el 12 de Enero del 2021 en México se publicó el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de
Control Sanitario para la Producción, Investigación y Uso Medicinal de la Cannabis y sus Derivados
Farmacológicos, este reglamento permite el uso medicinal de productos derivados de la Cannabis y los médicos
ya pueden recetarlo, el problema ahora es regular toda esta nueva industria para poder adquirir de forma legal y
regulada este tipo de productos.

El CBD no tiene efectos secundarios

Desafortunadamente no todo es miel sobre hojuelas, el CBD sí puede llegar a producir efectos secundarios tales
como cansancio, diarrea o cambios en el apetito y el peso, sobre todo con una dosificación incorrecta, es por eso
que lo recomendable es consultar a un médico, ya que con una correcta dosificación se pueden evitar estos
efectos.

Recordemos también que los productos con CBD no solamente contienen cannabinoides, se utilizan distintos
ingredientes dependiendo del producto que podrían tener algún efecto adverso para algunas personas, un
ejemplo claro son las tinturas o aceites, algunas marcas utilizan aceite de cáñamo como portador, otras aceite
MCT (aceite de coco) y otras aceite de oliva, lo ideal es informarte y revisar que contiene el producto que vas a
usar.

EL CBD lo cura todo

A lo largo de la historia hemos visto muchos productos que se ponen de moda, y aunque se ha demostrado que
el CBD posee importantes propiedades medicinales que pueden ser muy útiles para tratar diferentes
enfermedades es importante dejar en claro que el CBD NO es un producto milagroso. Como muchas otras
sustancias o medicamentos, es efectivo para el tratamiento de distintas dolencias y puede ayudar a muchas
personas a tener un mejor nivel de vida.

Antes de comenzar cualquier tratamiento con CBD hay que acudir a un médico para que evalúe los posibles
beneficios que este cannabinoide puede aportar a cada paciente, así como la dosis recomendada. Recuerda
siempre solicitar los análisis de laboratorio o cromatografía del producto para asegurar que estás adquiriendo un
producto de calidad.

Mitos y realidades del Cannabis Medicinal


1. “Solo quien ha fumado marihuana tiene cannabinoides dando vueltas en su cuerpo”

En realidad, todos tenemos cannabinoides en nuestro cuerpo, que producimos de manera natural por
parte de nuestro organismo. Estos “cannabinoides endógenos” se crean a través de un sistema que tenemos
todos los seres humanos y animales vertebrados, que se conoce como el sistema endocannabinoide. Este
importante sistema, descubierto y descrito en los años 90, está compuesto por: 1. Receptores que se ubican a
nivel cerebral y en tejidos periféricos, 2. Cannabinoides endógenos o endocannabinoides como la anandamida,
y 3. Enzimas (proteínas) que producen y que degradan a estos cannabinoides endógenos.

¿Y para qué sirve este sistema en nuestro cuerpo? Realmente es un sistema fascinante, que nos mantiene en
equilibrio y produce lo que en medicina se conoce como homeostasis. Se ha visto que el sistema
endocannabinoide participa en conjunto con otros sistemas del cuerpo como el sistema cardiovascular, sistema
inmunológico (defensas), sistema digestivo; se ha visto implicado en las vías que se relacionan con el dolor, el
estado del ánimo, la memoria, la forma como aprendemos, el desarrollo y densidad ósea, la capacidad de estar
dormidos o despiertos que se conoce como el ciclo sueño-vigilia, entre otros.

2. “El cannabis medicinal es un medicamento milagroso y sirve para todo el mundo”

Esto es un mito. El cannabis no es un medicamento milagro ni la panacea que nos va a solucionar todos los
problemas médicos. Hoy sabemos que el cannabis medicinal es un tratamiento individualizado y una
herramienta útil para controlar los síntomas que producen algunas enfermedades tales como el dolor crónico,
la epilepsia refractaria, la esclerosis múltiple, las náuseas y el vómito secundarios a la quimioterapia, la
ansiedad, la falta de apetito en pacientes con VIH y cáncer, entre otras.

Por otra parte, es fundamental recordar que el cannabis medicinal no es para cualquier persona, y que tiene
indicaciones y contraindicaciones específicas. Es decir, que hoy en día hay pacientes que no deberían estar
consumiendo terapias a base de cannabinoides. Por ejemplo, pacientes con enfermedades cardiovasculares
descontroladas tales como arritmias, hipertensión arterial no controlada y antecedentes recientes de infartos de
miocardio, entre otras, no deberían consumir productos donde predomine el THC. De igual forma, pacientes
con enfermedad psiquiátrica descontrolada como esquizofrenia, episodios psicóticos y trastorno bipolar, entre
otros, tampoco deben consumir productos ricos en THC.

Finalmente, los pacientes menores de 18 años tampoco deben consumir productos enriquecidos en THC pues
puede afectarse su desarrollo neurocognitivo e incrementar el riesgo de desarrollar trastornos por consumo de
cannabis. Sin embargo, en población pediátrica sí es posible utilizar productos donde predomine el CBD, por
ejemplo, en casos de epilepsias refractarias. Se debe hacer una selección precisa del paciente, del tipo de
cannabinoide y su vía de administración, por parte de un médico especializado en el uso de estas terapias.

3. “El cannabis cura el cancer”

Es frecuente que en redes sociales y páginas de Internet se encuentre información imprecisa y noticias falsas
relacionadas con que el cannabis medicinal cura el cáncer. Vamos a aclarar este punto de la forma más
precisa posible: a la fecha no hay estudios clínicos en humanos que demuestren que el cannabis medicinal
produce efectos curativos. Si bien es cierto que se ha explorado el efecto anticáncer del cannabis en estudios
preclínicos (es decir, en animales y tejido celular), todavía hace falta mucha investigación sobre el efecto
curativo del cannabis en humanos.

En ese sentido por ahora sólo se cuenta con un estudio muy específico realizado en España con nueve pacientes
que padecían de un tipo de cáncer a nivel cerebral (Glioblastoma Multiforme), a quienes se les infiltró THC a
través de un catéter a nivel cerebral (es decir, directamente en el tumor). Aunque se observaron signos de
reducción en el crecimiento del tumor, no hubo un impacto en la supervivencia; es decir, todos los pacientes
fallecieron a los pocos meses. Por lo tanto, todavía no es posible afirmar que el cannabis medicinal tiene efectos
curativos en pacientes con cáncer. Esto, en lugar de desalentar, refuerza la importancia de desarrollar más
investigaciones clínicas que permitan dar respuesta certera a este tema.

Lo que sí hace el cannabis medicinal en los pacientes con cáncer, es ayudar a controlar de forma
complementaria los síntomas que produce esta enfermedad tales como el dolor, la ansiedad, el insomnio, la falta
de apetito y/o algunos de los efectos ocasionados por los tratamientos como las náuseas y el vómito secundarios
a la quimioterapia.

4. “El cannabis medicinal produce adicción”

En este punto es fundamental diferenciar entre el uso del cannabis medicinal versus el uso recreativo. Hasta el
momento no se tienen cifras del riesgo de desarrollar este trastorno por consumo de cannabis cuando se utiliza
el cannabis para fines medicinales. Lo que sí es posible afirmar es que, debido a que en la práctica clínica
se utilizan dosis tan bajas de THC, la probabilidad de desarrollar este problema es cercano a cero. Al
tener un uso supervisado y controlado por un médico especialista en este tipo de tratamientos, no se han
observado casos de trastornos por consumo de cannabis.

Por otro lado, en cuanto al consumo recreacional, el uso de altas concentraciones de cannabis (principalmente
THC), produce un impacto sobre el sistema de recompensa, impulsividad, aprendizaje y memoria a nivel
cerebral. Cifras de hace más de 5 años establecen que 1 de cada 10 adultos pueden desarrollar adicción al
consumir altas concentraciones de cannabis, sobre todo en quienes empiezan más jóvenes durante la
adolescencia, y en quienes existe un consumo frecuente.

En la actualidad, se habla de una condición médica que se conoce como “Trastorno por Consumo de Cannabis”,
la cual tiene criterios diagnósticos específicos relacionados con uso problemático de cannabis 1.Hoy se sabe que,
la probabilidad de que alguien que consume cannabis de forma crónica y en altas cantidades (para fines
recreativos) haga una transición a un trastorno por consumo de cannabis, es de alrededor del 30%.

5. “El cannabis medicinal es completamente inofensivo y al ser derivado de una planta no produce efectos
secundarios”

Este también es un mito frecuente. Hoy sabemos que el cannabis medicinal sí puede producir efectos
secundarios que en la mayoría de los casos se clasifican como leves a moderados. Adicionalmente, estos efectos
negativos se relacionan con las dosis que se administren ya sea de THC o de CBD. Aunque ambos pueden
producir efectos secundarios, la mayor parte de efectos se relacionan con las altas dosis de THC.

Los efectos secundarios más frecuentes relacionados tanto con el THC como con el CBD son mareo,
somnolencia (sensación de sueño durante el día) y sentir la boca seca. Estos efectos generalmente van
desapareciendo con los días, a medida que el cuerpo asimila o hace tolerancia a estos cannabinoides. Por este
motivo es tan importante que siempre se inicie el tratamiento con las dosis más bajas posibles, para
posteriormente incrementarlas lentamente (titular la dosis) hasta alcanzar los efectos terapéuticos deseados.

Ahora bien, a medida que se incrementan las dosis de THC es posible encontrar efectos como taquicardia,
ansiedad, hipotensión (baja en la presión arterial), dolor de cabeza, y ya a concentraciones más altas, se
puede llegar a producir sensación de euforia e inclusive psicosis y paranoia. Sin embargo, observar estos
efectos a dosis tan bajas de THC como las que se utilizan para fines medicinales es algo sumamente raro.

Por otra parte, a medida que se incrementan las dosis de CBD se pueden producir efectos secundarios como
diarrea, hipotensión, fatiga, y en algunos casos de dosis muy altas se ha observado elevación de enzimas
producidas por el hígado conocidas como AST y ALT.
Finalmente, es fundamental tener en cuenta que debido al metabolismo hepático del THC y del CBD, síes
posible observar interacciones farmacológicas entre los cannabinoides y otros medicamentos si se administran
al mismo tiempo. Por ejemplo, hay que tener precaución cuando se administra el CBD al tiempo con
medicamentos antiepilépticos como el clobazam y/o el ácido valproico. Así mismo, es posible observar
interacciones al administrar anticoagulantes como la warfarina de forma simultánea con cannabinoides. Por
este motivo, debe ser el médico entrenado en esta materia, quien recomiende el tratamiento con cannabis
medicinal y quien realice la supervisión y el monitoreo de esta terapia complementaria para evitar
complicaciones y efectos secundarios.

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