Articulo Cientifico JuanI2023

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

Comportamiento alimentario en adolescentes según su nivel de actividad física

Juan Francisco Iglesias Hiedra

Universidad Católica de Cuenca

Unidad Académica de Educación

Cuenca- Ecuador

Resumen (200-250)

Palabras Clave

Abstract

Key Words
Introducción

El adecuado hábito alimenticio, junto con la práctica regular de la actividad


física se consideran de gran importancia para poder adoptar u debido estilo de vida
saludable. Sin embargo, por lo general los jóvenes tienden a acostumbrar algunos
hábitos alimentarios que se consideran inadecuados, su alimentación cotidiana consiste
en ingerir alimentos de alta densidad energética, deficiente consumo de frutas y
verduras como legumbres y cereales integrales ricos en vitaminas, pero en cambio si
ingieren notablemente bebidas gaseosas y energizantes.

La actividad física de ejercicios programados y controlados en los jóvenes ejerce


un efecto de gran beneficio bajo el punto de visto físico y también psicológico, ya que el
ejercicio es capaz de reducir la masa grasa del cuerpo humano y por lo tanto incrementa
la masa muscular, donde en base a esto lograr disminuir el riesgo de llegar a padecer
obesidad posteriormente.

Según la Organización Mundial de la Salud (2020), la adolescencia es un


período de crecimiento y desarrollo humano que ocurre después de la niñez y antes de la
edad adulta, entre las edades de 10 y 19 años. Las características biológicas de la
pubertad son universales, pero la duración puede variar según las culturas y depender
del entorno socioeconómico. También afirman que los trastornos alimentarios entre los
adolescentes han aumentado: 16 millones de muertes por enfermedades no transmisibles
ocurren en personas menores de 70 años. Como resultado, los jóvenes, los adultos y las
personas mayores son vulnerables a factores de riesgo que conducen a enfermedades no
transmisibles, dietas poco saludables, inactividad física, etc.

El ejercicio ejerce principalmente sus efectos mediante la modificación de la


composición corporal y también es capaz de incrementar la debida fracción del
colesterol (HDL) y por ende disminuye la fracción del colesterol que es perjudicial
(LDL). Cuando el joven convive en el sedentarismo crea algunos hábitos de
dependencia, que generalmente se identifica en la televisión, lo que suma al incremento
de consumo de comida chatarra y productos de altos grados de azúcar, conllevando por
lo tanto a un bajo nivel de actividad física. Para los adolescentes la alimentación tiene
un gran impacto ya que determina su salud actual y futura, y en los últimos años su
salud ha cambiado con un aumento en el consumo de alimentos procesados en favor de
alimentos poco saludables.

(Viera et al., 2018) indica que los hábitos alimentarios son de naturaleza
compleja y susceptible de aprendizaje y educación. Los aspectos familiares, sociales,
culturales y económicos, las tradiciones y el simbolismo en la preparación y el consumo
de alimentos, y, desde luego, la influencia de los medios de comunicación, la moda y la
publicidad intervienen en su formación. Quiere decir que en el ámbito nutricional
conlleva varios aspectos muy importantes que esto tiene que ver con su formación

A nivel Internacional se considera que en España en la ciudad de Zaragoza se ha


realizado un estudio transversal en donde han incluido a un aproximado de mil
adolescentes, mediante una encuesta a cerca de la actividad psicofísica y los hábitos
alimentarios, y con dichos datos se ha logrado determinar la frecuencia de ingesta de los
alimentos y a la vez se ha concluido que los adolescentes quienes realizaban más
actividad física consumían con mayor frecuencia alimentos ricos en proteínas y
minerales como los huevos, la leche y carne, pero es considerable que el hábito.

Nadie puede separar la relación que existe entre la actividad física (AF) y la
alimentación. De hecho, las fuentes de energía necesarias para realizar actividad física
requieren la ingesta de determinados alimentos en cantidades y porciones específicas. El
consumo de estos alimentos varía entre países y grupos de edad, tanto por los alimentos
disponibles en cada lugar, como por hábitos y diferentes métodos de cocción,
combinaciones, horarios, etc.; permitiéndonos entender lo que hoy en día se considera
importante. Diferentes aspectos. de comportamiento dietético tienen impacto, ya que
permiten identificar posibles soluciones y así proponer líneas de acción para la
promoción de la salud y la prevención de enfermedades.

La práctica de AF durante la adolescencia se considera una etapa crítica para la


adquisición y consolidación de rutinas diarias que requieren un gasto energético, más
aún ahora que las personas utilizan cada vez más recursos tecnológicos como teléfonos
inteligentes, ordenadores, tabletas o televisores. En niños y adolescentes, esto deja atrás
las prácticas de AF, lo que lleva a un aumento de conductas sedentarias y de salud.

Se ha demostrado que la actividad física tiene un impacto significativo en los


niveles de apetito y hambre en los adolescentes. La actividad física regular se ha
asociado con una mayor saciedad y una disminución del hambre, lo que lleva a una
reducción de la ingesta de alimentos y un mejor control del peso. Además, los
adolescentes físicamente activos tienden a elegir alimentos más saludables y tienen
patrones dietéticos más equilibrados en comparación con sus pares sedentarios. Esto se
debe a que la actividad física puede aumentar la conciencia y la motivación para comer
de forma saludable, así como mejorar el autocontrol y las habilidades de toma de
decisiones relacionadas con la elección de alimentos. Además, la actividad física juega
un papel crucial en la regulación del equilibrio energético y el control del peso. Los
adolescentes que realizan actividad física con regularidad tienen más probabilidades de
mantener un peso saludable y reducir el riesgo de obesidad y enfermedades crónicas
relacionadas. Esto se debe a que la actividad física favorece el gasto energético, lo que
ayuda a compensar el exceso de ingesta calórica y a mantener un equilibrio energético
saludable.

La conducta alimentaria en adolescentes físicamente activos está influenciada


por diversos factores personales, ambientales y socioculturales. Los factores personales
como la edad, el género y la imagen corporal pueden afectar la forma en que los
adolescentes perciben su peso y forma corporal, lo que lleva a conductas alimentarias
poco saludables, como dietas restrictivas o atracones. Los factores ambientales como la
familia, la escuela y la influencia de los compañeros también pueden afectar el
comportamiento alimentario al moldear las preferencias, disponibilidad y accesibilidad
de los alimentos de los adolescentes. Ya que el sedentarismo y los hábitos de ejercicio
tienen un impacto directo en la nutrición y la dieta de niños y adolescentes y conducen a
un mayor aporte energético a través de diferentes mecanismos. Si bien los efectos del
ejercicio son positivos, no se puede decir lo mismo del estilo de vida sedentario.

Los factores socioculturales, como los medios de comunicación y la publicidad,


también pueden influir en la conducta alimentaria en los adolescentes físicamente
activos. La representación de ideales corporales poco realistas y elecciones de alimentos
poco saludables en los medios de comunicación puede contribuir al desarrollo de una
imagen corporal negativa y de conductas alimentarias desordenadas. Además, la
disponibilidad y accesibilidad de alimentos no saludables en el medio ambiente puede
dificultar que los adolescentes físicamente activos elijan alimentos saludables.
Un estudio realizado en Venezuela para evaluar los hábitos alimentarios y el
estado nutricional de adolescentes de 14 a 17 años encontró que, de los 80 adolescentes
evaluados, su ingesta calórica diaria estaba por debajo de los valores energéticos de
referencia. y deficiencias de nutrientes, que son evidentes en las comidas caseras. Sin
embargo, los alimentos más consumidos son los cereales, los huevos y los lácteos,
seguidos de los alimentos ricos en grasas y las bebidas carbonatadas, con un menor
consumo de verduras y frutas.

Para promover conductas alimentarias saludables en adolescentes físicamente


activos, se pueden implementar varias estrategias. Las campañas de educación y
sensibilización sobre alimentación saludable y actividad física pueden aumentar el
conocimiento y la motivación para adoptar comportamientos saludables. Los programas
y políticas de nutrición escolares también pueden proporcionar un entorno de apoyo
para hábitos alimentarios saludables, como ofrecer opciones de alimentos saludables y
limitar el acceso a alimentos no saludables. Además, involucrar a los padres y
cuidadores en la promoción de hábitos alimentarios saludables en el hogar puede
reforzar comportamientos saludables y crear un ambiente alimentario positivo.

Vidarte Claros et al., (2019) indica que el IMC es significativo en la


identificación del nivel de obesidad y comportamiento alimentario ya que:

Existen diferencias significativas en los niveles de actividad física por género y


edad, y es probable que los hombres tengan mayores niveles de actividad física
que las mujeres. Si hay más actividad física, el índice de masa corporal (IMC)
disminuirá proporcionalmente y viceversa. Además, las investigaciones
muestran que el aumento del IMC puede afectar negativamente la coordinación
y las habilidades motoras gruesas que se desarrollan normalmente en los
adolescentes y afectar negativamente los niveles futuros de actividad física,
afectando particularmente sus habilidades motoras.
Método
Resultados
Discusión y Conclusiones

También podría gustarte