Antología de Nohelia Menjivar

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Antología

de
Nohelia Menjivar
Antología de Nohelia Menjivar

Sobre el autor

Tegucigalpa Honduras 26 de septiembre del 2000,


escritora, fotógrafa. Encargada de proyectos que
ayudan a la sociedad, ganadora primer lugar de
concurso de oratoria.

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Antología de Nohelia Menjivar

índice

Cariño, tú también eres poesía.

Se huye de los libros como de los malhechores.

Aborde del místico

El día de mi sepulcro

Unos pasos por Comayagüela

Muhammad y Joe aquella noche del 75

De camino al nosocomio

Hermanos de raíz

Hijos del asfalto quebrantado

Miedo al tiempo

Nacimiento de una poeta

Recelo al mar

Amor en la ribera

Poema para mi amado ll

Hora vespertina

Pechos de miel

Tráfico

Atrapada en la melancolía

Poema para mi musa

Poema para mi amado

Mi mayor miedo

No más

MADRE

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Antología de Nohelia Menjivar

Infierno

Wetback

XVI - X - MMXVIII

Una noche con una flor

Amante

Esa noche

Trifluoperazina

Cuatro estaciones

obsesión

CIELO

El ultimo aliento

Poema l

POESÍA

QUERIDO PADRE

Las maravillas de la calle

Lágrimas de una poeta

MIEDO

Elixir

Colibrí

MUJER

Deléitame

Recordándote

Una noche de domingo

Espero

Al levantar mi rostro

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Antología de Nohelia Menjivar

Un Beso

Detrás de la belleza

EPIDEMIA

Sequía

Lujuria

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Antología de Nohelia Menjivar

Cariño, tú también eres poesía.

A: A.M
Tu piel emprende al templo árido de caricias.
Como navegante deambulas en mi océano,
Océano que espera tus turbulencias.
Vibración emerge por el rose de nuestras narices al escudriñar cuál niño curioso el rostro;
almacén de tus besos, lecho de materia casquivana.
En la profundidad del silencio surgió el melifluo crecimiento de mi fé
por tu especie de diversas sinfonías,
ser divino y exclusivo.
Brillas como tus versos;
dejando estupefacta
el alma, la vida.

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Antología de Nohelia Menjivar

Se huye de los libros como de los malhechores.

Necedad dominante, avispero dócil.


En cada trote peligra la existencia.
Existencia que quema la espalda.
Aterra la muerte pero se escapa de la vida.
El cauce se llena con gotas de esperanza.
La vía erosionada absorbe palpitaciones y sangra por las historias que llevan las suelas.

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Aborde del místico

nos perdemos en la carretera


suena Siddhartha
mi quijada reposa en el templo de mi mano, tu voz extravía mis sentidos.
Con abundante afecto persigo tu melodía y admiro tu devoción al hacerme olvidar la ciudad del
caos.
Magia que se adentra en la energía.
Conspiramos para la alegría mutua.
Brisa que cae en mi sistema y brinda calma al tiempo
Todas tus palabras se refugian en mi pecho allende de este espacio terrenal en donde todo
desaparece menos tu materia inaudita
los ángeles que te adornan y el amor que desborda incontenible como ofrenda para mis heridas.

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El día de mi sepulcro

Yo llevo la muerte en mi bolsillo izquierdo.


A veces la saco y hablo con ella:
"Hola, cariño, ¿cómo estás? Cuando vengas por mí
Voy a estar listo.
-Charles Bukowski

l
El día de mi sepulcro se romperán represas oculares;
de los exaltados por la consistencia de mi piel,
de aquellos que me observaron como tragedia, posiblemente algún agredido por mi verso
Seguramente mi madre que en tiempos importunos me mato sin alzar su mano.
ll
Me sostuve en la vida apolínea
sin demostrar agravios que en ocasiones soporte y clame no sentir.
Los postes sonreían al ver una partícula charlando con el viento
comentando vestigios,
poemas encontrados,
afebos señalados por la vista y renombrados por la memoria.

No he de morir dignamente sin haber conquistado el espacio con poesía.


Naúfragar por la mente, fluir por la lengua, quedar como estampa en el espiritú.

lll
Los conquistadores del callejón lenca recuerdan vivencias entre la bruma cannabica,
la diosa totémica me abraza
el mar llora.
Permanece en cada fragmento de arenilla el deshoje de mi cuerpo
que como flores adornarán mi epitafío.

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Unos pasos por Comayagüela

El cruce nos junta con residentes de alrededores plasman el rictus en sus caras al aparear la vista
con masas conocidas.
Resulta devastador concentrarse en la llegada del cenit
En un azar de tiempo se muestran;
Individuos rebalsando su sistema con etanol,
Desdichados solicitando amparo, obteniendo centavos,
Franquicias dominantes, sosteniendo en la entrada decrepitud.
No es Morazán en su caballo el ornato del centro
Enfatizan las carretillas con el sustento de los mercaderes.
Criaturas tocando el cemento, sin abrigo en pies
Ausentes de juegos, arrebatada la puericia de su entorno.
Brindas con los borrachos desde Josy o Pio Rico
Evocando con el pensamiento
El cruce emergedor de realidad
Que los cobardes ignoran al caminar y la viveza persistente en su manifiesto.

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Muhammad y Joe aquella noche del 75

Sepultaste tus besos en mi clavícula, a sus alrededores.


La oxitócina se libró cual fiera y se sació de claros prohibidos.

Se desató la guerra entre pieles.

Estrógeno y progesterona se anidaron sobre la rosa.


No fuimos mar, luz y aire, como aúllan algunos poemas.

Nos volvimos la explosión, Muhammad y Joe aquella noche del 75, transformando puñetazos en
caricias.
El tiempo no deseaba detenerse,
persistía en que las masas explorarán el cielo.
Sintiendo sin prisa, corrientes enchufadas al deleite.

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De camino al nosocomio

El asiento trasero del bus sostiene mi cuerpo


La llamada de dígitos desconocidos, escandalizadora.
Se convierten en rayos las luces de los postes.
En la bajada, tu palpitación aumenta.
Resaltan las letras I H S S
Estructura de concreto,
acoge a los ciudadanos a cambio del desfalco de su sueldo.
Te piden que te plantes en la superficie de metal,
que deja adoloridos los glúteos.
Corrientes de angustia se esparcen
Sollozos, gritos y suplicas al cielo.
El desespero de las gentes se adentra en tus sentidos
Comienzas a volverte loco
esperando la llegada del médico con su gesto frío y su caminar de capitán
Listo para avisar la muerte o los sesenta minutos de visita.

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Hermanos de raíz

Escucho las suelas golpeando el asfalto


Vendedores ambulantes, bajo la radiación solar,
Qué desliza en su frente sudoración
Exportando en sus hombros la mercancía generadora de dinero
Gentes, hermanos de raíz
Luchan pulmón a pulmón, para subsistir
Preparando la masa, calentando el comal.
En los altos que brinda el semáforo los hermanos de edades cortas,
Entretienen con sus malabares acercándose a la ventanilla para su propina
Otros entre hojas, recolectando los granos del cafetero
Individuos provocando con algodones de colorante rosa,
Trayendo en cada bocado imágenes de la infancia
La valentía de los que llevan consigo las raíces hondureñas, se eleva en el aire
Conectándome con el fuego de mi tierra, como entonaba la joven Katalina con su cabeza alzada.
Melodías permanecientes en los ríos,
Semejantes a cortinas, dónde nos observa nuestra querida Berta.

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Hijos del asfalto quebrantado

Bajo la sábana, permanezco atenta, quieta.


Frecuento las mismas voces que se postran en la puerta cada noche.
Cuelan el aire las persianas con olor a cannabis.
Voces broncas
lenguajes coloquiales
Indumento holgado
calzado deportivo.
Salen y llegan.
Saludos y gestos nos damos
en un intercambio que no me aterra
Este asfalto quebrantado
que atrapa almas jóvenes,
hermanos míos,
compañeros de tierra.
Mi interior se destroza.
Corren como quien huye de la muerte,
al escuchar las palabras; ¡Los azules!
Sus rostros completamente aterrorizados,
pertenecientes a grupos identificados por números
Muchos a los brazos de Azrael han llegado,
otros tras las rejas van quedando.

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Miedo al tiempo

Mi esencia se manifiesta en la sombra cubierta de malas rachas.


Las manecillas giraron, aún no había despertado del sueño, que me mantiene sujeta al
tiempo.
Pasan los recuerdos a colocarse en la entrada.
Se baja el telón, inicia la obra:
los errores cometidos, los abusos obtenidos y los intentos de suicidio fallidos.
Capto los movimientos de los borrachos
rumbo a una esquina repleta de líquido amarillo;
tambaleando andan,
sin interés hacía el plazo de los días.
Qué pasa cuando el telón cae sobre nosotros y nos comienza a pesar en los hombros los
minutos en los que gritamos justicia, gotas de sangre brotan, los de arriba persistentes con
sus risas y actos indecorosos
La conexión que tengo con el tiempo dispara temor en mi pecho, rigurosidad se muestra en
piel, los cabellos blancos se dispersan por mi cráneo,
Mientras la duración de los años se consume tal como los cigarrillos que reposan entre mis
dedos.

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Nacimiento de una poeta

Soy fruto del asfalto quebrantado,


Envuelta en esencia de cigarro y yuscarán.
Sobresalí en la tierra; piel maciza y líneas que que conforman la belleza.
Con un instrumento prodigioso que me fue otorgado. Senos portadores de alimento,
curvas carmesí en mi rostro.
Soy luz en lo más recóndito de Tegucigalpa, me extiendo en el aire,
convertida en poesía.
Deleitando la lengua de los que se animan a experimentar el encanto.

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Recelo al mar

El amplio cielo adorna la arena, que sostiene las plantas de mis pies. Años aguardando el momento
de conocer las ondas que sobresalen en la superficie.
Abastecida de esencia natural, inmutando la tensión de la ciudad.
Complací mi mirada, sintiendo pánico al ver las torrentes de agua treparse a la orilla, con
indescriptible furia.
Aceleró mis palpitaciones.
Desconecte mi vista.
La resonancia de los movimientos impulso el temblor.
Sosegada en la marea, traté de esquivar el recelo, que paralizó mi cuerpo.
Me adentre al agua salada; provocadora de gritos, angustias.
Hospicio de las profundidades, belleza aterradora.
Me condujo al piélago, una avalancha de liquido, se desmoronó encima de mi contorno.
Sumergida, meditando la muerte, pataleando para evitarla.
Suplicio de veinte segundos, constante lucha.
Desapareció la asfixia, junto con mi vida.

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Amor en la ribera

Llega la noche, el afán de escabullirme en tu interior se acumula.


Nos arropamos con la arena, te uniste a la corriente de aire que transita mi cuerpo.
Tu tacto simula la brisa, palpando mis senos,
Escudriñando mi silueta.
Bajo la descomunal luz nocturna, que escolta nuestra presencia.
Descendiste a mi órgano, creando olas de satisfacción con tu lengua.
Resbaló el fluido femenino, que condena a la locura.
Entrelazados
Sujetos uno del otro
Prosiguió el ritual de los besos.
Atestiguamos el amor, junto la ribera.
Mientras el horizonte se cubría con su tono azafranado.

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Poema para mi amado ll

Quiero dedicarte unos versos, que no suenen tan cursis,


Pero tampoco muy secos.
No pretendo enmelarte, para que me ames.
Si lo quieres hacer, hazlo, no te acobardes.
Conmemoraz mi memoria, para rechazar mi presencia
Este poema lo he escrito, con el lápiz que me cediste
Aquella tarde de incontenible apego.
Entrelazamos las manos, para luego fusionar los labios.
Atestigüé tu afecto
Tu vista fijamente en mi rostro
De reojo, tu sonrisa.
Que guardo desde esa jornada,
dónde tuve todo, lo que ahora desapareció.

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Hora vespertina

Las estrías plasmadas en tus glúteos; seducen mi vista,


Conducen mis besos, fomentan el deseo.
Convertido en un nómada, trascendiendo las líneas que resaltan tu belleza,
Ruborizándote al contemplarlas con mi tacto.
Extraviando mi cordura, entre los trazos de tu materia.
Saciando tu tierra árida, con el agua que sale de mi júbilo.
Te alzas sobre mi, aplicando tu pericia en mi baldío cuerpo,
Carente de complacencia.
Conquistando la hora vespertina, acortando la llegada del alba,
Que me dejara de recuerdo los roces de una deidad ignota.

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Pechos de miel

El infurtivo momento donde acaricie tus facciones,


me desate en tus insólitos labios.
Tus pechos de miel hacen que trasciendan llamas por todo mi contorno.
Quedas estupefacta, por la pericia que aplico en tu orquídea.
Te inclinas penetrándome con tu mirada, abordas mi falo con tu boca.
Tus suaves manos acobijándolo y yo soltando el caudal del placer.
Nuestra materia se regocija, se conecta.
Cariño hemos conquistado los astros.
Tus roces quedaron permanentes en mi cuerpo, como tu aroma, tus besos.
Las cortinas esconden nuestro júbilo.
Te apoderaste de mí, como el agua de la arena cuando la marea esta alta.

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Tráfico

Los auriculares hacen más ameno el camino, otros sufren el infortunio de no tenerlos y
soportan las rancheras que alegran el trayecto para el conductor, se hace una cadena de
bostezos entre los pasajeros.
No sabes a dónde poner tu mirada;
al techo, te dolerá la nuca
Al suelo, te dormirás o te marearas y vomitaras
Al frente, parecerás un asesino eminente.
Aires de desesperación se corren por todo el bus, anclados en el asiento
con las piernas dormidas con una mordaza invisible en la boca.
La ventana es tu única salvación, soportando los olores putrefactos que se cuelan en el aire
Observando los suelos abastecidos de basura .
Pasas de las residenciales a los barrios marginales
Te bajas rápidamente antes que tu vejiga explote
Llegas saludas a los perros, te sientas en la tasa del baño y maldices el tráfico
inmisericorde.

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Atrapada en la melancolía

En las últimas horas mi soledad me pone a escribir.


Estoy rodeada de gente, escuchando clásicos, chasqueando los dedos y moviendo el
esqueleto.
Frecuentando al coito para sentir compañía, el calor humano satisface mi carne y mis
sentimientos. Recostar mis labios en las almuadillas de un rostro, detiene las gotas que
brotan por mis ojos.
Atrapada en el túnel del aislamiento con una estaca en mi pecho, sobrecargando mis
pulmones de humo, incrustados diamorfina en mi sistema.
Yacida en el sufrimiento, pasando momentos agónicos de infinito martirio.
Esperé él huésped de la noche, con una botella de chapoutier, que mi gaveta almacenaba,
junto con dos copas para iniciar la velada.
Azrael ha llegado y me lleva de su mano a ser juzgada, para que mi alma descanse y se vaya.

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Poema para mi musa

El lienzo que pasa y roza tu materia acendrada.


Esta noche, solemnemente, mis manos en el altar que hace vibrar tu ser.
Las hojas se mueven al compás de estos versos que suenan para tu oído.
Las yemas de mis dedos entrando en tu cáliz... te estremecías, apretabas tu labio
con los dientes soltando sonidos del placer, mientras recorría el palacio
en busca del cofre para liberar la pasión acumulada.
Suenan los pasos de dos viejecillos bailando el tootse roll.
Llevé a mi musa a la pista de baile de cuatro paredes
para desaparecer la injuria que ella sentía
en el momento en el que las masas se conectan.
Las manecillas del reloj giran, los trabajadores van a casa agotados,
esperan la muerte, facturas e hijos molestos.
Dos doncellas en la cama: los pastores las condenarían al báratro,
la gente maldeciría rodeándolas con antorchas.
Un par de azahares floreciendo en el pastizal con el ruido del mundo,
unión de cuerpos: almas al vuelo.
Frenas el universo cuando estás junto a mí con tu figura de porcelana,
con tu mansedumbre que deja caer ternura acomodándose en mi mirada.
Te miraste al cristal para admirar tu belleza inaudita,
concluyendo la velada con un beso.

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Antología de Nohelia Menjivar

Poema para mi amado

Por azares de la vida llegaste mi amado.


Cuanto te extraño mi amor.
Marcaste mis labios y te marchaste, por cobardía o simplemente no me querías.
Siento cada día más tu ausencia, me pesa esta tristeza que cargo en los hombros.
Siento que ya me desmoronare y tus brazos no me sostendrán.
Mi corazón lacerado ha quedado,
lo arrastro a la vida para algún día volverte a ver, sentir y escucharte.
Tus ojos como bosques donde solía perderme, tus besos que detenían el tiempo.
Eres un ser benigno cariño.
A través de la buhardilla veo las constelaciones que forman tu rostro,
la gotera de mis ojos ya lleno el cántaro que sostengo entre mis manos.
Me quedaré aquí, sola, pensándote
con mi dolor inconmensurable que tu partida ha dejado robre mi.

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Mi mayor miedo

Me da pavor tomar un lápiz,


escribir y que solo salgan boludeces de mi mente.
Hoy mi cuerpo se sostiene de un hilo a la orilla de un acantilado.
Estoy dispuesta a terminar con esta tortura,
con este pánico de no poder tomar un lápiz.
La inspiración se reparte de a montones, brota en tu cabeza,
te llega por cinco segundos y ¡puf! se va. Se desvanece, se marchita.
Náufrago en el océano de palabras, voy pescando vocablos,
pero es tan difícil que nunca caen en mi anzuelo y me quedo aquí con mi hoja blanca, sin
vida, sin poesía.

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No más

Presa de tus agresiones.


Mis párpados violetas, mi labio derramando gotas rojas,
los brazos rasguñados con moretones, las piernas ya ni podía moverlas,
mi cabello alborotado como si un tigre me hubiese atacado,
las lágrimas se volvieron consuetudinarias, mis gritos de socorro inaudibles.
El maquillaje escondía lo sucedido.
Me volví protagonista de una obra infame dónde vorazmente iban acabando conmigo.
La garganta se me estrujaba cada vez que quería hablar,
llegue a los momentos agónicos con mi cuerpo fámelico y mi corazón desecho.
El temor siempre me alcanzaba y ponía un candado en mi boca pero tenía tanto pavor que
me era imposible obtener la llave.
Llegó el día en que todo se apago y mi físico en un féretro termino.

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Antología de Nohelia Menjivar

MADRE

te quedas dormida cuando te cuento mis historias,


no te culpo.
A diario te levantas en las mañanas te pones hermosa,
a veces finges una sonrisa,
y otras veces te derrumbas como una torre de arena.
Te vas dieciséis horas.
Vuelves con tus hombros caídos
con tu cara de agotamiento.
Traes el alimento de la noche o un pequeño obsequio para mi.
Decidiste quedarte sola por las malas rachas del amor y preferiste dos perritos que te
cautivan cada día.
Oh madre querida sabrá Dios de dónde sacas tanta fuerza a tu edad.
Tienes más energía que los niños,
corres y corres como Flash,
más fuerza que la de Hulk.
Talvez en las noches has de volar como un párajo o superman.
Ay madre Nohelia Nohelia este es tu poema, espero que cuando te lo lea,
Morfeo no te atrape.

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Infierno

He caído en los escombros


dónde estaba encadenada de mis tobillos.
La madruga del martes arranqué mi alma de mi cuerpo.
Llego mi amiga a recogerme (siempre ha estado cerca mío)
deslizándome al tobogán de la muerte,
cayendo sobre huesos, vísceras y tripas de mis ancestros
calcinados en las llamas del inframundo.
Hago la danza del vientre sobre la tierra de los cadáveres,
mientras en mis piernas comienza a trepar el fuego,
que me detiene el movimiento.
Dejando mi corazón pulverizado,
que ahora solo quedan los rescoldos en la urna de la habitación de luzbel.

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Antología de Nohelia Menjivar

Wetback

La desdicha perpetua que nos persigue,


dejándonos con la pesadumbre,
sentimos ásperos los días,
fingiendo el gesto al caminar
pesando cuando terminara la desgracia.
transmiten mensajes indecorosos,
diciendo que todo estará bien,
mientras las carreteras están pobladas de individuos
huyendo de la miseria.
Sudóros y hambrientos
con niños en brazos,
con la esperanza de una oportunidad de vivir mejor.

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XVI - X - MMXVIII

Nunca había sentido tanta tristeza como ese día.


¡Ese maldito día!
en el fondo de mi interior me arrepiento tanto por lo que hice.
¿Por qué lo hice? acaso soy un ser maligno, o será que disfruto del sufrimiento de los
demás pero, si es así porque me siento tan culpable y tan triste por haberle quitado la vida.
Fue inevitable sentir una punzada en el corazón cuando la arrastre por el suelo. Pero ella
estaba sufriendo quise evitarle más agonía, entonces la mate. Pero fue mi culpa que ella
estuviera sufriendo porque la agarre de su patita y la lleve hasta el fuego. Porque lo hice, no
lo sé, talvez fue un impulso de la rabia que sentía esa tarde.
Que mal me siento por haberlo hecho, me ha estado atormentando ese acto todos los días.
La tristeza que me hace sentir es horrible ¡muy horrible! ni siquiera me molestaba, a nadie le
hacía daño pero yo la empuje al abismo de la muerte, no me importo. Mi mano escribe de lo
triste que me siento por haber actuado de esa forma.
En algún momento la vida me lo va hacer pagar.
Me va a torturar,
arrancarme la piel,
implorar no haberlo hecho.
Así como le quite sin piedad su respirar, la muerte me alcanzará al despertar.

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Antología de Nohelia Menjivar

Una noche con una flor

Sientes vergüenza al destapar tu divinidad sedosa.


Con gran estupor miras mi cuerpo, mientras te beso tu piel clara, perfecta que nunca nadie
ha tocado.
Te quedas enmudecida al sentir mi lengua en tu fruto, rozando mi rostro con tus delicadas
manos.
Estimulando tu flor que humedece sus pétalos al acariciarla con mis dedos.
Subo los escalones que me lleva hasta tu templo, puro y virgen que se añeja al pasar el
tiempo.
Sintiendo su frescura y tu fragancia de dolce y gabbana, que se manifiesta en la habitación.
Clamas que no me detenga.
Comienzas a sentir lo maravilloso que hacen dos seres al juntarse, haciendo tus suspiros un
deleite para mi.
Expulsando la pócima del regocijo en tu esbelta figura.

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Antología de Nohelia Menjivar

Amante

Delicioso manjar que se escabulle por debajo de las sábanas,


alimentando la sequedad que se dispersa en mi.
Perdiendo el equilibrio de las emociones,
embriagándonos con pasiones,
rozando y rozando, hasta acabarnos.
El habano que llevas impregnado lo dejas en mis labios,
y te marchas.
Veo tu donosura a través de la persiana que esta tan lejos, y a su vez tan cerca.
El alhelí que conforma tu patio adorna tu beldad pura.
Mi atenea del olimpo,
me seduces, alterando mis sentidos lascivos
cuando pasas con tu uniforme de camarera,
a las seis treinta montada en la moto de tu insípido novio.

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Antología de Nohelia Menjivar

Esa noche

Donde están las estrellas que mi rostro alumbran,


cuando me siento a leer poemas de un magnifico mexicano.
Donde están que no las veo. Escondiéndose sobre las nubes las traviecitas.
Mis amigas que me acompañan en noches de melancolía.
Me caigo en un agujero sin salida, solo, oscuro. ¿Y la luna? porque hoy no sale a
perseguirme,
no sabe que sin su belleza no sobrevivo,
tengo que verla antes de irme y caer en un sueño profundo.
El tabaco es mi único acompañante pero estoy sola, tan sola que no tengo un cerillo para
prenderlo.
Oh luna de mi vida, estrellas de mi vida.
¡Hasta que por fin dejan de esconderse! ya vienen a darle luz a mi apaciguada alma
¿Por qué son tan malitas? no sabéis que si no las veo, me fallezco.

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Antología de Nohelia Menjivar

Trifluoperazina

Sombras se manifiestan a mi alrededor.


Aúllan los perros por los espíritus que andan rondando,
las cortinas suben y bajan al compás del viento, el frío se desliza por mi nuca, erizando los
pequeños vellos de mis brazos,
en un calvario sin salida con voces aturdiendo mi cabeza. Sin poder gritar, sin nadie que me
socorra.
Fantasmas carretean en mi habitación.
Un bello ser se para en una esquina apoyándose en la puerta,
quedo hipnotizada, perpleja.
Él saca de mi cajón unas pastillas de colores,
las pone en mi boca y comienza a besarme.
Sentí los nítidos trazos de su cuerpo, rasgando mis muñecas cuando quería acariciarlo.
Lleno de furia comenzó a tirar todo y a golpearme.
Fue en ese momento cuando logré tomar mi antipsicótico y todo el advenimiento iba
desapareciendo...

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Antología de Nohelia Menjivar

Cuatro estaciones

La primavera ha llegado. Florecen los cerezos en el pastizal, la bandada emprendió su viaje.


Con la calidez que la tierra nos regala, acuéstate a mi lado que he estado esperando sentir tu
masa espléndida.
Deseo alcanzar tus más íntimos deseos, que me dejes sin aliento mientras te beso.
El sol brillando todo el día, en la noche se oculta para que tu esencia y la mía se conecten.
Entra en mi madriguera humedécela,
refrescando mi interior con tu beldad que me estremece hasta exultarme por las maniobras
que usas en mi.
El Acer ha germinado. Las hojas caen y caen al compás del viento.
Veo tus cristales empapados de pasión,
mientras degusto el sabor que desliza sobre ellos,
sintiendo lo sedoso de tu piel que pone en un trance mi mente.
En este ocio que irrumpe alrededor, regocíjate en mis brazos subiendo la temperatura.
Consiente mi almeja con tu ofidio,
transita en todo mi azahar.
Pon el fuego en mi figura para no congelarnos en este invierno sombrío.
La aurora se ha testigo del bálsamo prodigioso que en estas estaciones he concebido.

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Antología de Nohelia Menjivar

obsesión

Misteriosa, espléndida corriente de amor que se injerta en mi cuerpo.


Elevándome a la locura, refrescándome con su dulzura y envenenándome con su idolatría.
Capaz de amarrarme a un lecho de espinas, envolviéndome en sus brazos, perfumados y
tibios. Que esconden una tragedia enigmática.
Capturas con tu mirada a los que por doquier andan.
Bienaventurados los que de ti se han alejado;
mientras yo sigo aquí con la obsesión perpetua que ha tu lado me ha estancado.

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Antología de Nohelia Menjivar

CIELO

Los cerezos han botado sus frutos,


El roble ya esta en la hoguera
Tu magnificencia se nutre en las constelaciones.
Vehemente alzó mi voz al cielo
Intrigada por tu fulgor que se manifiesta en todo lugar.
La melodía de la trova me acompaña en este paisaje inefable
Meditando en lo prodigiosa que es la vida;
En las historias que te regala, en el misterio que te provoca.
Los astros y su luminiscencia me roban suspiros.
Una pequeña corriente de agua brota por mis ojos,
al ver la verdadera belleza que este día me ha cautivado.

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Antología de Nohelia Menjivar

El ultimo aliento

La muerte es nuestra sombra


Que nos cubre el pensamiento.
Ay la muerte
La muerte...
La piel se me eriza al pensarla.
Nos aterra, agobia, nos causa insomnio cuando
se apodera de nuestro juicio.
La hermosa muerte tan natural y espantosa a su vez.
En la soledad la sentimos más cerca, junto con el olvido.
Las golondrinas ya volaron y la muerte esta a mi lado.

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Antología de Nohelia Menjivar

Poema l

He perdido la cordura
Los nervios me invaden, al ver su retrato.
Mis labios se deterioran y él no está cerca.
Este templo se desmorona al esperar su figura.
No sales de mi mente, poseerte es mi delirio.
Desnuda tu divinidad,
secuestra mi lujuria,
Profundiza en mis más íntimos deseos,
Volviéndome tuya.
Así como el agua, se apodera de la arena, cuando la marea esta alta.

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Antología de Nohelia Menjivar

POESÍA

¿Qué pasa con esos poetas que dejan de escribir?


¡Acaso están dementes!
dejar de escribir es dejar de respirar.
¡Ay! qué hermosa sensación cuando terminas una poesía
Exquisita, deliciosa, pasional.
Cuando lees poesía y te introduces a esos versos
Y sueñas con ellos por las noches.
Cuando sale un meteorito de versos de tu pecho,
convirtiéndose en poesía.
Cuando tus manos no pueden parar de escribir, porqué la poesía
Es la que te llena el alma, la que te hace sentir, vivir.

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Antología de Nohelia Menjivar

QUERIDO PADRE

A menudo fantaseo con verte,


Tu ausencia es lo único que tengo de ti.
Me imagino rodeada en tus brazos,
ampujando el columpio.
llevándome al kínder,
enseñándome hacer esos círculos que tanto odiaba.
Cargándome en tus hombros,
cuando mis zapatos de princesas me cansaban.
Poniéndole rueditas entrenadoras a mi bicicleta.
leyendo mi primer poema.
Defendiéndome de los que me golpeaban en la escuela.
Ayudándome en esas horribles matemáticas. "!Sí que las detesto!"
Castigándome por el olor a cigarrillo de mis playeras.
Tu diciéndome que me amas.
Seguiré escribiendo sobre tu ausencia que tanto me a dolido en el alma,
Mientras aún te sigo esperando...

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Las maravillas de la calle

El aroma de café inundando mi nariz


Melodías volando alrededor.
Veo pinturas en el suelo al caminar, personas cantando en las esquinas.
Adornos e anillos, hechos de alambre o latas.
Poesía por doquier,
bailes que te hacen querer mover tu cuerpo todo el día.
Mis ojos se sorprenden al ver tanta destreza, mis oídos se deleitan, mis manos se alzan.
-talento puro.
Dije en mi mente, mientras una lágrima se derramaba por mi mejilla al saber
Que todas esas personas están demostrando el verdadero arte, y están en las calles
Talvez sin comer, o sin un lugar donde dormir, con la única esperanza que les den un par de
centavos.
El verdadero talento esta ahí, cerca de ti, ¿lo puedes ver? Yo también lo veo.
El arte que te hace vibrar el corazón, al verlo, escucharlo, sentirlo.

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Lágrimas de una poeta

Me arrancas un pedazo de mi,


Mis ojos se humedecen, enrojeciéndose a su vez,
Mi voz se corta, la desesperación invade mi ser.
Un whisky acompaña mi tormento.
Mi pasión, noches de desvelo, mi amuleto más preciado,
mis sonrisas al terminar mi poesía que sale
De mis entrañas y se plasma en un papel.
Las desprendes de mi y las conviertes en cenizas, sin piedad.
Me dices que detenga el río que sale por estos luceros marrones.
Mi gesto desapareció desde esa tarde, que me derrumbaste prendiendo un cerillo, y en tus
oídos siempre resonará;
¡No mamá, no quemes mi poesía!

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MIEDO

Observo la calidez del rocío, derramarse sobre las hojas.


La llovizna poco a poco desaparece, dejando solo un leve goteo,
Colmando todo lugar con el impregnante aroma a petricor.
Revolotean los cuervos alrededor.
Los bombillos parpadean,
Suprimiendo la luz en la carretera.
Mis brazos se erizan, temblando a su vez.
Trato de encontrar una salida, en esta oscuridad que me rodea.
Tropiezo con mi agonía, voces se apoderan de mi cabeza, dejando perpleja mi mirada,
mientras mi motor de vida se apaga.

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Elixir

Me levantas con tus brazos.


Dejándome sobre la mesa,
Agarras mi blusa y la desprendes de mi cuerpo,
Juntando tu rosa en mi boca,
Deshojando pétalos por mi cuello,
bajando lentamente
besando mis cornalinas calcinadas
por tus caricias que ponen a delirar mi mente,
por semejante infierno que provocas dentro de mi.
Sigues bajando este camino introduciéndote al túnel tenuemente,
haciendo presión mientras mi piel se humedece,
dejando en el mármol el elixir del deleite.

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Colibrí

Aliméntate de mi.
Degusta el sabor que desprende mi ser.
Deleitas la vista de cada persona que ve tu belleza.
Llévame hacía tus labios que acobijan todo el amor de nuestras almas,
Experimenta en mi cuerpo lo imaginable,
Haces que mi corazón se prenda en llamas
Por cada satisfacción que recibe de ti.
ven hacía mi y muévete al ritmo de esta melodía que suena alrededor.
Tus caricias se asemejan al rose de un pétalo
Por tu delicadeza, aroma y hermosura.
Oh acércate a mi, aliméntate cual colibrí succiona el néctar de una flor.

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MUJER

Desde pequeñas nos dan cocinas de juguete, planchas, escobas, bebes de plástico, entre
otras cosas.
Aguantamos la discriminación, violencia, abusos.
Vamos por las calles y nos dicen tantas cosas morbosas, nos silban como si fuéramos
perros, a veces hasta se quieran aprovechar de esa mujer divina que va caminando.
Nos dividen con el color rosado y nos señalan como el sexo débil cuando nosotras
cargamos en nuestro vientre a un ser humano por nueve meses, sobrevivimos al parto que
es un dolor intolerable, cada mes aguantamos dolores en el vierte y sangrados.
¿y creen que somos el sexo débil?
Cuando somos niñas nos inculcan que nuestro deber es en la cocina y cuidar a nuestros
hijos y que debemos obedecer a lo que los hombres dicen. Hasta en la biblia lo dice; que la
mujer aprenda calladamente, con toda obediencia. Yo no permito que la mujer enseñe ni que
ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada. Porque Adán fue creado[a]
primero, después Eva. 1 Timoteo 2:11-13.
¿Por qué hacerlo?
Sí yo soy mujer y soy fuerte, hermosa e inteligente y sobre todo capaz de hacer todo lo que
le proponga.
Hoy levanto mi cabeza y grito al mundo que nada será igual, que no toleraremos más
abusos, insultos, discriminación.
Con la frente en alto gritamos ¡ya no más!
Sí quiero ser presidenta ¡lo haré!
Sí quiero ser obrera ¡lo haré!
Sí quiero ser bombera ¡lo haré!
Sí quiero ser boxeadora ¡lo haré!
Sí quiero ser corredora de autos ¡lo haré!
Sí quiero ejercer mi liderazgo y mis propias reglas ¡lo haré! Y lo seguiré haciendo hasta que
mi corazón deje de latir.
¿y quien me detendrá? Sí yo soy mujer y puedo con todo lo que venga atacarme.
Ya no más.

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Deléitame

Tu belleza Inmaculada perpleja mis perlas al verte.


Cierra la puerta
Deja que nuestros cuerpos se conecten
Recorre con tu palma esta carretera
Pasa por mis senos sin frenar en ningún lugar.
La piel se me estremece
Cuando introduces tus dedos en mi sexo
Y poco a poco van recorriendo todo el camino
hasta llegar a mi gema,
con la punta de tus dedos
rozas tu miembro con delicadeza en mi.
Penétralo en esta carretera sedienta de pasión,
hazme sentir lo inexplicable.
Haces que mi alma colapse por el fuego que pones dentro
activando la fuente de emociones que caen sobre la cama.

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Recordándote

La calidez de tu cuerpo arrulla mis sentidos;


Sé estremecen las hojas por en la ventana.
sollozan mis ojos,
Brota el lamento de la noche,
y golpea mis huesos.
susurra lo añorado,
Lánzate a mis brazos declinados de esperarte,
con tu aroma

y quítame el insomnio, el pensarte,


con tus manos suaves.
(Oh cuanto extraño sentirlas en mi cuerpo)

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Una noche de domingo

El conticinio de esa noche de domingo con una suave llovizna;


y el silencio sublime que da a mi alma tranquilidad.
Te apoderas de mi mente sin quitarme la calma.
Haces que sienta pasión.
Pasión que recorre mi piel.
Quiero acariciar tu hermoso rostro,
trato de comprender tu belleza
que anhelo contemplar ha cada segundo;
veo reflejado en tus ojos lo que provocas en mi, con la perfección que desprende tu piel.
Recuerdo la finura de tus labios delgados,

complementan tu majestuosa sonrisa.


¡Que más quisiera yo!
Embriagarme con el sabor de tus labios y sentir la suavidad que expresan,
con su rojo de tonalidad oscura y calidez
como las gotas que caen en los árboles esta noche de domingo.

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Espero

Espero desesperado tu regreso,


que vengas hacía mi con tus brazos abiertos, espero escuchar el palpitar de tu pecho
mientras acaricio tu mano lentamente, mientras creo una suave caricia con mis labios en tu
cuerpo.
Espero que en una de esas noches frías estés añorando todos nuestros recuerdos y decidas
regresar a mi lado.
Espero ver esa sonrisa que cautivaba mi alma cual si fuera un rayo de luz radiante que se
plasma en mis ojos como el sol en las mañanas.
Espero volver hacer esa sombra que te cuidaba
En las fúnebres calles desoladas,
espero amanecer todas las mañanas a tu lado enredados en una cama con tu respiración
rosando por mi oreja como un viento que pasa por los árboles refrescando todo a su paso,
espero me recuerdes como yo te recuerdo,
espero leas esto para que sepas cuando te espero.

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Al levantar mi rostro

Era un lunes con el petricor inundando mi nariz con su cálido aroma, con la llovizna
deslizándose sobre las hojas de los árboles, rozando mi rostro y cayendo al suelo formando
una iridiscencia que se reflejaba en mis ojos sus hermosos colores,
y al levantar mi rostro miro unas hermosas curvas de un cuerpo inefable; una hermosa
sonrisa que podría llenar de luz cualquier lugar oscuro y una mirada que podría convertir
cualquier tristeza en felicidad en cualquier instante;
mis ojos pensaron que era un sueño, que esa belleza no era real pero si era parte de un
sueño no quería despertar.

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Un Beso

Llegaste a mi vida, y con un beso cambiaste todo;


mi forma de pensar, actuar, cambiaste mi forma de sentir como era el amor, yo pensaba que era
como una calle sola, oscura llena de amargura;
luego llegaste tú. con un beso cambiaste toda esa calle en un camino de luz llena de vida y
esperanza.
abrí mis ojos; luego de haber saboreado aquellos labios exquisitos. extremadamente delicados con
aquel deslumbrante color rojo, que se reflejaba en mis ojos cual si fuera un campo lleno de
manzanas;
miré una hermosa silueta llena de curvas que se semejaba al de una estatua bien detallada; que
refrescaba mi nariz con su hermoso aroma a gardenia,
eso hacía más perfecto ese beso inolvidable que dejaba un deseo en mi y una desesperación por
volverlos a probar.
fue uno de esos besos que no solo tocan tus labios, también el corazón.

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Detrás de la belleza

Abro los ojos y no puedo imaginar la perfección del mundo;

las nubes son perfecta, el sol, las plantas y lo único imperfecto son las personas que lo habitan.
Que hacen que la decadencia sea algo natural, que dañan a las personas para sentirse bien
consigo mismas.

Que botan la comida que otros deserían comerla. Personas que dicen estar llenas de paz y amor
sólo por qué siguen a una religión pero fuera de esa iglesia se comportan como animales
desenfrenados. Gente esposada a latecnología.

El tiempo donde importa más una cara bonita que la inteligencia.

Hacen masacre atemórizantes, asesinado a muchos sólopor ser diferentes.

Terroristas hacen atentados que duran 102 minutos y quedan en la historia para siempre, guerras
que colápsan un país entero.

Hay personas que dicen ayudar, pero solo ven el caos y se alejan rápidanmete.

Consumimos alcohol, drogas; para alejarnos de esta realidad que nos aterra. Donde los
gobernantes se dan el lujo de bañarse en dinero y su pueblo rogando para obtener un centavo en
esta miseria que nos consume a cada minuto.

Mirámos a los alrededores que están llenos de basura y animales muriéndose por tanta
contaminación.

Vemos como toman fotografías de personas desnutridas, agonizando y cuervos alimentándose de


ellas.

Vemos como hacen fraudes sólo por colocar un delincuente como presidente, que manda asesinos
a matar a su pueblo, y en los hospitales de ese país dan pastillas llenas de harina, sin compasión
se las dan al enfermo. Muchas cosas que pasan y él gobernante riendo .

Vamos destruyendo a cada paso nuestra belleza, con actos deshumanizados. Puedes llorar al
escuchar la verdad de este manicomio que se desvanece a cada segundo o hacer algo para que
cambien.

Veo como mandan bombas nucleares y mientras caen sus cenizas, también cae mi alma al ver que
hay detrás de la belleza.

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EPIDEMIA

Entras en la realidad y comienzas a notar toda la decadencia.


Mucha gente tirada en los suelos implorando ayuda, asesinando personas inocentes para obtener
un poco dinero.
Con displicencia se cierran escuelas para abrir más prisiones. Hay cantidades de gente encerrada
porque tiene miedo de salir a las calles, existen más ciudadanos casándose por dinero no por amor,
se perciben innumerables niños atrapados en la tecnología deshumanizada; se ven incontables
personas votando por los mismos gobernantes corruptos que hacen que el país decaiga en picada.
Estoy sentada en una esquina escribiendo en una libreta y fumando un cigarrillo, estoy observando
la penuria del país; a lo lejos y aún cerca sigo escuchando disparos, gritos, llantos, lamentos. Oigo
noticias de muertes que aumentan cada día exageradamente, informan sobre asaltos, violaciones y
tantas cosas que me aterrorizan, la piel se levanta como un raro sarpullido pálido.
Observo como los estudiantes defienden sus derechos y el mismo gobernante envía militares
agresivos a tirarles bombas de gas sólo para callarlos y que no tengan derecho a expresarse
libremente. Veo como el presidente inaugura parques mientras su pueblo sigue muriendo de
hambre. Veo como la gente tira piedras o insulta a dos personas que son del mismo sexo, sólo por
demostrar su amor al mundo.
Todo lo que miro es una pesadilla que quisiera no vivir.
Levanto mi cabeza y siento un arma apuntando mi frente, entre tanto, el lápiz que tengo en mano
cae al suelo.

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Sequía

Tengo esa sequía insaciable de amar y que me amen, de besar por horas y horas hasta que
nuestros cuerpos no quieran estar con ropa.
Tengo esa sequía de tener tu hermosa silueta arriba de mi cuerpo contemplando cada curva y
besando cada lunar y que ese aroma que desprende de tu piel se quede guardado en mi para
siempre.
Tengo esa sequía de encontrar el amor verdadero; ese que llega y no se marcha, ese amor que me
haga levantarme todas las mañanas, ese amor inmarcesible que me haga saber que es estar
enamorado.
¿Y si ya perdí la cordura? Por estar esperando este amor que ya no existe, pero vive dentro de mi
mente como si fuera real.
Talvez hay alguien esperando que llegue a su vida para amarme sin estímulos, pero mientras tanto
prenderé mi cigarrillo y fumaré mientras te espero.
Espero esta cajetilla de cigarros me dure hasta que llegués;
así poder compartir uno contigo.

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Lujuria

Perdóname padre por qué he pecado.


La lujuria se ha vuelto parte de mi.
Ese momento que recorre sus labios por mi cuerpo,
hasta llegar a mi sexo y penetrarlo con su lengua;
siento que mi cuerpo se transporta a otro mundo.
Sentirlo dentro de mi es como; una ráfaga de placer que se apodera de todo mi ser,
mientras yo con mis labios tibios beso su cuello
y veo como su piel se va erizando con el sudor de su cuerpo deslizándose
Cada hermoso ser que veo lo contemplo con ojos de lujuria.
La pasión ardiente que recorre mi cuerpo es como;
una sed que tiene que ser saciada,
no importa el día ni la hora este sentir inexplicable tiene que permanecer dentro de mi.
Me estoy desgastando pero no puedo dejarlo.
Bajar el cierre de su pantalón,
introducir en mi boca su sexo
y deleitarlo con mi lengua es algo que anhelo hacer.
Lleváme a otra galaxia con tu exquisito sabor, apaga la llama que recorre mi piel, saborea cada
espacio de esta figura que esta sobre ti
Penetra tu pasión dentro de mi, rozando con tu mano todo mi cuerpo, dejando huellas marcadas de
tus labios en mi piel.
Baja este cierre que impide que complazcas mi sexo con el tuyo.
Haz que esta oleada de placer derrumbe mis sentidos.
Perdóname padre por qué he pecado.

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