DocsTec 5986
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TESIS
POR
DICIEMBRE 2007
LA NOCIÓN DE RFSPONSIVIDAD. PUNTO DE ENCUENTRO PARA
TRES APROXIMACIONES DE LA ÉTICA.
TECNOLÓGICO
DE MONTERREY
TESIS
POR
DICIEMBRE DE 2007
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS
SUPERIORES DE MONTERREY
Comité de Tesis
Diciembre de 2007
V
Agradecimientos
Este proyecto no hubiera sido posible sin el apoyo de muchas personas. En las siguientes
líneas menciono sus nombres como muestra de gratitud al interés mostrado por mi trabajo y su
cuidado hacia mi persona.
Expreso mi admiración y aprecio al Dr. Rafael De Gasperín, asesor de mi tesis. A lo
largo de mi trabajo, siempre sentí que Rafa estuvo ahí-para-mí: para animarme, para ofrecerme
sugerencias iluminadoras y para señalarme con franqueza mis equívocos. Mi reconocimiento
por su perspicacia intelectual, su sensibilidad y su modestia. Gracias por compartir este reto
conmigo.
Un agradecimiento profundo para mis sinodales y lectores de tesis, Dra. Martha Sañudo
y Dr. Adriaan Peperzak. El tiempo invertido en mi trabajo es un regalo de valor incalculable.
Gracias por sus acertadas críticas y apoyo generoso.
A los profesores y amigos que retroalimentaron este proyecto en alguna o varias de sus
fases de desarrollo: Blanca López, Dora Elvira García, Eduardo Parrilla, Emilio Martínez
Navarro, Francisco Javier Serrano, Freddy Maríñez, Inés Sánez, José Antonio Cervera, José
María Mardones, Kande Mutsaku y Sofía Reding.
A mis compañeros y colegas de Proyecto de Investigación: Judith Farré, Ambrosio
Sánchez, Felipe Montes, Gabriel Vallecillo y Ricardo Guzmán. El apoyo recibido de este grupo
en las etapas iniciales de mi proyecto merece una mención especial.
Agradezco también a mis compañeros de los cursos de especialidad: Adán Pérez, Ana
Laura Santamaría, Clemente Gaitán, Donato Cárdenas, Elsa Gutiérrez, Gabriela Dávila, Gerardo
Garza, Isabel Carmona, Juan Gerardo Garza, Leticia Flores, Liliana Suárez, Olga Sierra, Osear
Tamez y Vicky de Vales. Este programa me brindó la oportunidad de compartir con ustedes
inquietudes intelectuales y agradables momentos de convivencia.
Mi gratitud a Dalia Valdez por su paciencia y atinada asesoría en la edición de este
trabajo. Aprendí del arte de la escritura gracias a sus observaciones.
Gracias también a Lorena Cavazos por su amable y entusiasta disposición para
apoyarme en los trámites administrativos a lo largo de todo el doctorado.
Muchas gracias a todos ellos. También a mi padre, Jaime Patino Treviño, a mis
familiares y amistades que me estimularon a seguir adelante con esta aventura, muchas gracias.
Los llevo a todos en mi corazón.
IX
índice
Introducción 1
Conclusiones 253
Bibliografía 257
XI
Emmanuel Lévinas
Etica e Infinito
Introducción 1
Introducción
respuestas a las grandes preguntas del hombre y lograr, como resultado de su afán
convivencia justa. Es por ello que la ética siempre ha ocupado y seguirá ocupando un
los fundamentos últimos o los principios esenciales para definir lo bueno y lo justo.
moral se ha abocado a sentar las bases para determinar la cualidad ética de las
aspiraciones de vida personal, así como a estipular los criterios de justicia que han de
el esfuerzo reflexivo que busca encontrar alguna vía para analizar y conciliar las
tensiones que surgen entre la aspiración personal del yo y la exigencia del otro. Bajo
esta óptica, nos encontramos ante un tipo de aproximación que indaga y profundiza
normativo. Esta tesis se inscribe en este ámbito puesto que coloca en un primer plano
teoría del cuidado ético y de la definición del et/ios ricoeuriano1. Estos tres
las tres teorías y se propone como criterio para determinar la capacidad ético-
responsividad, en las siguientes líneas se ofrece sólo una descripción general del
itinerario seguido a través de los capítulos que integran este trabajo, no sin antes dejar
bajo el concepto de responsabilidad. Por otra parte, y desde el punto de vista ético, el
otro, para el otro y por el otro, de la ética de Lévinas, puede considerarse casi como
1
Tres planteamientos del pensamiento ético contemporáneo: la etica de la responsabilidad de
Emmanuel Lévinas (1905-1995), la aproximación hermenéutica de Paul Ricceur (1913-2005) y la ética
del cuidado representada por Nel Noddings (1929 —), se irán trenzando metódicamente en torno a la
noción de responsividad que aquí proponemos. El énfasis que estos tres autores otorgan a la relación
ética fue el criterio primordial de selección. En las páginas que integran este trabajo se encontrará una
justificación más detallada de lo que en este apartado introductorio sólo dejamos anotado.
introducción 3
atestación propuesto por Ricoeur sirve también como sustento epistemológico para esta
responsiva del sujeto. La atestación que el filósofo francés establece como "confianza
una base sólida para el tipo de respuesta ética que aquí se plantea.
ser relaciona!. Para que la noción de responsividad tenga sentido es preciso alejarse
fácilmente en el plano de las relaciones con "el otro" cercano. En este sentido, la
teoría del cuidado ético aporta elementos sustantivos que enriquecen esta discusión.
posible hablar de una responsividad ética no sólo correspondiente a las personas, sino
limitarse a la relación yo-tú, puede actualizarse en la relación que nos vincula con un
el ethos del ser humano como deseo de vida realizada, con y para otros, en
cuidado, por una parte, versus la exigencia de la norma justa por la otra, la
responsividad se ofrece como alternativa para describir una forma de vinculación con
arreglado en razón de cuatro pasos. En los tres primeros se revisan los planteamientos
de cada uno de los tres autores que apoyan este trabajo, para cerrar con un cuarto
paso donde se presenta una discusión que entreteje los conceptos anteriores con lo
que se desea destacar como propuesta del trabajo. Por ejemplo, en el capítulo primero
sobre la cualidad del vínculo, se empieza por describir la relación ética como cuidado
del otro (Noddings), para luego abordar la relación como primacía del otro (Lévinas),
ipseidad (Ricreur). Estos tres recorridos aportan los elementos para abordar, como
cuarto paso, la discusión que conduce a la presentación y análisis del giro relacional, así
subtítulos del self del cuidado ético, del guardián del hermano y del sujeto de
discusión que destaca la dimensión responsiva del sujeto relacional y que describe, de
resolver las situaciones conflictivas o dilemáticas del ámbito ético y moral. Todo lo
anterior para concluir con una discusión en la que se pone de manifiesto, con toda la
personal y la exigencia del otro, que puede resolverse desde la responsividad y por la
páginas siguientes.
6 Introducción
Este trabajo constituye tan sólo una modesta aportación que aspira, según
respecta a la relación con el otro. Espero que este esfuerzo tenga sentido también para
sus lectores.
Capítulo 1
Decir que toda ética está referida a un ámbito de relaciones equivaldría a decir algo
que está de más. Sin embargo no está de más señalar que ese ámbito de relaciones
la relación y analizarla desde diversas perspectivas, es una tarea que vale la pena abordar.
cultivo de la virtud como medio para lograr la felicidad, el cumplimiento del deber
que responde a una ley moral universal, el diálogo argumentativo para llegar a normas
consensuadas, y la búsqueda del mayor bien para el mayor número, por mencionar
ámbito de las relaciones, el espacio donde se pueden ver plasmados los diversos
planteamientos y propuestas. Pero cada teoría, a su vez, se diferencia del resto por la
camino entre los enfoques neokantianos y dialógicos de orden unviersalista, por una
parte, y los que proponen una ética que se enfoca más en lo particular enfatizando
otros órdenes como el papel de los sentimientos. A las propuestas que privilegian el
En este trabajo se utilizará tal designación para agrupar bajo una misma
denominación tres propuestas de tradiciones muy diversas: una que se desprende del
que sostiene que el ser del hombre ha de ser construido o definido en términos de
relación y apertura a la alteridad. A diferencia del giro discursivo y la apuesta por una
razón dialógica que se sustenta sobre la base de una concepción abstracta del hombre,
pero diferenciándose también de un giro narrativo que pone más atención en el papel
relacional reclama para sí: una antropología centrada en el reconocimiento del otro y
ante el otro, y por el otro; una antropología donde el sentido de lo ético pueda
encontrase al tomar en consideración todos los vínculos posibles entre los hombres,
los de solicitud y los de cuidado; los vínculos mediados por la justicia y promovidos
por la libertad autónoma, así como los que quedando sujetos a la interpelación del
de caracterizarse la relación humana para ser definida como relación ética?, ¿qué
criterios determinan que la relación con el otro sea una relación ética? ¿Cómo se
Noddings, Lévinas y Ricreur. ¿Cómo conceptúan estos tres autores la relación con el
otro?, ¿cuáles son sus puntos de convergencia?, ¿cuáles sus divergencias?, ¿dónde se
ubican los límites y alcances de cada una de sus concepciones? Sin caer en la sobre
simplificación, ¿hay algo que pueda decirse acerca de la relación ética que valga para
1
No obstante, el concepto de responsabilidad puede entenderse de otras formas y no
necesariamente en términos de una absoluta responsabilidad por el otro cuando se aplica a la vida
práctica. Por ejemplo, a partir de la aplicación imparcial de los principios de justicia, la respuesta
responsable no podría considerar la singularidad y diferencia que representa el otro y con ello,
escapar a la exigencia de tener que responder por él/ella en un momento determinado. El mismo
razonamiento cabe si se trata de describir el vínculo ético a partir de los conceptos de solicitud y
cuidado, pues estos enfoques, solicitud y cuidado, remiten al tipo de relación que se establece
particularmente, y de manera casi exclusiva, con los otros cercanos. La solicitud que surge, por
decirlo de alguna forma, de manera casi "espontánea" hacia las personas que se encuentran en el
ámbito de nuestra vida privada, no alcanza para evocar el carácter de obligatoriedad que supone
la relación ética. El cuidado y la solicitud, asimismo, se encuentran limitados conceptualmente
para poder aplicarse más allá del dominio de las relaciones cara a cara. Es por ello que en este
trabajo queremos proponer el término responsividadl como una noción que pueda emplearse
tanto para describir la cualidad ética de la relación con los cercanos pero también susceptible de
ser aplicada con un carácter de exigencia ética hacia todos los demás. El compromiso es enfatizar
el aspecto relacional de la ética y explorar las posibilidades de una noción que en su uso pueda
reflejar y hacer referencia, al mismo tiempo, a distintas aproximaciones teóricas en torno a la
relación ética.
10 Capitulo 1. Leí cualidi.-.- Je! vinculo
aplicarse a los tres enfoques?, ¿cómo podría enunciarse dicho denominador común
acerca de la relación?
decir, de la relación entendida como cuidado del otro, de la relación entendida como
aquel o aquello a lo que estamos sujetos por una suerte de contrato más o menos
acordado. Pero por otro lado, "vínculo" puede entenderse en términos de proximidad,
noción del vínculo que une a los seres humanos será determinante para el análisis
explorar y dejar lo más claro posible las modalidades con que se define la relación
2
En el capítulo primero de su libro Alianza y Contrato, Adela Cortina (2001) hace un interesante
análisis de lo que ella misma llama "Dos parábolas sobre los vínculos humanos". Aquí la autora
examina las bondades y limitaciones tanto del vínculo contractualista como el que se establece
en términos de alianza.
Cíipíialo ' La cihilidiítl ¡la! vínculo 11
se ha denominado la ética del cuidado. Por ello se inicia esta sección haciendo
referencia a esta propuesta que ha cobrado gran relevancia a partir de las dos últimas
décadas del siglo XX y que se ha visto como una contraparte importante de las
teoría de desarrollo moral propuesta por Lawrence Kohlberg. Esta autora formula en
una "voz diferente",3 el corpus teórico básico sobre el que se construye lo que se
problemas éticos supone una forma distinta, pero no inmadura —como había
describe se caracteriza por enfrentar las decisiones éticas con atención en los aspectos
caracterizada por el sexo sino por el tema (1985, p.14), pues Gilligan también se
población femenina obedece a factores que están determinados por el marco social
Cfr. Al título de la obra de Gilligan, C. (1992). In a Different Voice: Psychological Tehoiy and
Women's Develompment. (1a. ed. 1982) USA. Harvard University Press.
mujeres. Subyacente a una ética del cuidado existe un razonamiento, más que de
Así la ética del cuidado constituye un marco de referencia común para todas
principios básicos, las éticas del cuidado van a privilegiar, ante todo, el ámbito de las
tanto como las propias, es decir, la ética del cuidado coloca ambas exigencias en el
del contexto las que marquen a cuáles exigencias se debe responder, pero no hay
forma de prescribir una fórmula universal para la respuesta ética del cuidado. El
cuidado de la relación, ya sea que esto exija que se atiendan las necesidades del otro
antes que las propias o viceversa, será lo que determine el curso de la respuesta de
cuidado. Ninguna otra noción o fundamento, como podrían ser la autonomía del
etcétera, se colocan antes del cuidado de la relación. Desde la ética del cuidado, el
justicia, ni la igualdad, pueden servir como base para destruir la relación. Por eso, y
para saber balancear las necesidades propias y las del otro se convierten en la meta de
Gil ligan, In a different volee (1982), Noddings (1984) se sumó "al coro". Las
aportaciones de esta última autora, además de ser una referencia obligada en los
trabajos que abordan la etica del cuidado, han logrado impulsar y promover este
cuestión de interés principal en este trabajo. ¿De qué manera se conceptúa la cualidad
del vínculo en esta teoría, particularmente desde la visión de Noddings? ¿En qué
consiste una relación de cuidado ético? ¿Cuáles son los fundamentos teóricos que lo
relación ética? ¿Es posible establecer el cuidado como principio ético? En los
siguientes apartados se hará una breve revisión de la teoría del cuidado desde la
14 Capitulo ¡ La aiíilití . del vinculo
quede establecida, explicada y delimitada la cualidad del vínculo desde este enfoque.
La cita que inicia este apartado abre la puerta a varias preguntas. ¿Por qué la autora
identidad? Por otra parte, ¿el gozo sobrecogedor constituye una vivencia reservada
del cumplimiento del cuidado. Por otra parte el cuidado se establece como '"nuestro",
cuidado. Otros tipos de relaciones, inspiradas tal vez en el cuidado materno, pueden,
4
"No intentéis debilitar el sentido de la relación: Relación es reciprocidad" señala Buber
(2005, 15)
£ "tipilnli La L-iuilidttd del vinculo 15
vigilancia e interés por el otro. Que exista o no un gozo como resultado de la relación
de cuidado puede ser discutible, pero algún tipo de satisfacción ha de haber en ello
eligen libremente; por otra parte, recibir el cuidado cuando se está en situación de
por ahora, sólo se pondrá énfasis en tres puntos esenciales del vínculo: que lo
términos relaciónales.
por el otro que pide reciprocidad; en razón de una interacción bi-direccional que
palabras, hay una dependencia mutua entre "el-que-cuida" —the caring orre— y "el-
por ejemplo la relación de amistad. Para determinar la cualidad ética del cuidado
habría que recurrir entonces a otros criterios que Noddings planteará en términos del
Adelantamos que desde nuestro punto de vista esta posición "economicista" de la relación no
resulta suficiente para sustentar la noción de responsividad. Pero es preciso que avancemos un
poco más en los planteamientos de la autora y no desacreditar su propuesta de manera prematura.
Aunque de manera insuficiente, la teoría del cuidado ético nos ofrece sin duda algunos puntos y
reflexiones importantes que es preciso rescatar.
16 Capitulo I. La cnaliJí• : !el vinculo
que puede ser otorgado por cualquier persona, hombre o mujer que sea el-que-culda
Vale esta aclaración porque, si bien, la ética del cuidado surge y se inscribe
dentro de la tradición del discurso feminista, en ningún momento se intenta hacer del
cuidado algo exclusivo del dominio femenino, sino todo lo contrario. Esto se puede
constatar desde la advertencia que hace Gilligan en sus primeros trabajos y que ya se
aclaraba en el apartado anterior: que la distinta voz que utiliza el cuidado no está
caracterizada por el sexo sino por el tema. Resulta importante reiterar, por lo tanto,
femenino, sino que hay que salvar desde el comienzo las limitaciones que supondría
6
Esta afirmación nos recuerda el comentario que hace Mardones con respecto a los sentimientos
y el cuidado del otro: "la compasión no se queda en mero sentimiento -sino que mira al cuidado
del otro [y es] fuente de una praxis moral... que mantendrá despierta la atención puesta en la
superación del estado de necesidad" (2003, p. 224)
Capítulo 1. La ciiiil¡(i<ií! del vinculo 17
fundamento afectivo para la relación y para la respuesta ética está en el cuidado. Para
margen de que la lectura de Noddings está más cerca del campo de la Psicología
Moral que del ámbito de la Filosofía Moral, lo cual representa un inconveniente muy
serio cuando se trata de fundamentar el cuidado como una exigencia ética, la cuestión
la noción de cuidado para analizar la atención hacia los recién nacidos o hacia
coma?
índole prescriptiva que ha de caracterizar a una propuesta ética sólida. Sin embargo
La lectura de Noddings está más cerca del campo de la Psicología Moral que del ámbito de la
Filosofía, y esto resulta un inconveniente muy serio cuando se trata de fundamentar el cuidado
como una exigencia ética.
18 Capitulo!. La cualidad del vínculo
términos del cuidado ético resulta necesario considerar una dinámica de simetrías-
8
Aclaramos que la noción de responsividad como aquí la propondremos tiene un sentido mucho
más amplio y complejo que el que Noddings le asigna. Para la autora, la responsividad se acerca
más a un simple mecanismo reactivo que a la complejidad que supone el tipo de respuesta ética
que nosotros suscribimos.
Capitulo I. La ciiítlidi/ii del vínculo 19
receptiva y responsiva del otro para entrar en la relación. En este sentido, el vínculo
perspectiva ética. Por ello enseguida se hace un análisis acerca de los significados del
voz pasiva. Decir "Pedro es cuidado por mí" y "Yo cuido a Pedro", describen la
Por otra parte, al utilizar la voz activa en "Yo cuido a Pedro", la transitividad
tenga sentido.
extrema dependencia. Como el menor de edad que por su misma condición de menor
es incapaz de cuidarse a sí mismo, o del enfermo que requiere del apoyo de otros debido
a los impedimentos que la enfermedad le impone. Igual puede decirse respecto de las
personas adultas con capacidades físicas o mentales disminuidas, quienes se ven limitadas
necesariamente, ningún problema moral; pero ignorar, pasar de lado, o dejar para
Capiíu/o 1. La cualidad del vínculo 21
después la atención y cuidado que alguien necesita, son situaciones que representan,
gusto o del agrado, mientras que la preocupación por el otro no corresponde a este
puede surgir la disposición a cuidar del otro en este sentido amplio que venimos
una persona cuyo sentir es que no hay alguien en el mundo que se interese se
preocupe por él, es decir, que le ponga atención y cuidado. Detrás de la exclamación,
Más adelante veremos como esta explicación queda englobada en la noción de estima de sí que
propone Ricoeur. Una estima de sí que incorpora a las tres personas gramaticales: el yo, el tú, y el
tercero de la relación (él, ella, ellos).
22 C'apílalo 1. La cualidad del vinculo
cuidado.10
porque tratar a alguien o tratar con alguien implica necesariamente una relación con
un otro concreto, aunque dicha relación pueda, en un momento dado llevarse a cabo
buen ejemplo de cómo se podía iniciar, mantener, cuidar, consolidar y conservar una
Para Noddings, sin embargo, sería difícil aceptar que una relación de cuidado
10
Al respecto de esto último cabe anotar como la indiferencia "total" hacia el otro puede
representar, desde el punto de vista psicológico, una de las formas más brutales de castigo. El
castigo de asilamiento es uno de los escarmientos más temidos en las prisiones. La indiferencia
es la forma más sofisticada de odio/rechazo que el ser humano puede (y teme) experimentar.
Convertirse en "nada" para el otro constituye el grado sumo de rechazo y la imposibilidad de toda
forma de relación.
11
La correspondencia entre Benito Juárez y Margarita Maza de Juárez representan un ejemplo
maravilloso de una relación de cuidado a través de la distancia Las numerosas veces que entre
1861 y 1872 el presidente Juárez tuvo que permanecer alejado de su familia motivó una copiosa e
inspiradora correspondencia entre él y su esposa. En estas cartas se deja ver el cuidado mutuo
que se prodigaba la pareja ante las adversidades y penurias que les tocó vivir en su momento
histórico: persecuciones, amenazas, hambre, muerte de los hijos, etcétera. El aliento amoroso que
"tomando turnos" se brindaban los esposos ponen de manifiesto una cualidad de relación que sin
ser cara a cara, resulta más que cercana. La historiadora Patricia Galeana (2006) ha realizado
una maravillosa labor de documentación al respecto.
Capítulo I. La ciuilidtiil del vínculo 23
es posible de manera virtual, puesto que la base afectiva del cuidado implica una
capacidad para percibir y sentir al otro de manera inmediata. Cuando ésta y otros
que reflexiona acerca de las situaciones o casos donde el cuidado que se prodiga no
salud, médico o enfermera, que cuidan a una persona en este estado, ¿están
efectivamente en una relación de cuidado? ¿Sería posible hablar de relación con una
Noddings, la respuesta sería que no, pues el cuidado exige reciprocidad o completarse
por parte de quien recibe el cuidado. A menos que se conceda tomar como respuesta los
cualquiera? ¿Y por qué, para qué, o hasta cuándo habría que tenerla funcionando?
12
Resulta pertinente recordar la película española "Hable con ella" que toma el título de la
recomendación que hace un enfermero al esposo de una mujer en estado de coma. El enfermero,
por su parte, mantiene una relación muy peculiar, incluso se enamora, de una paciente que
también está en estado de coma. El guión de esta película pone de manifiesto interrogantes de la
ética médica a la vez que señala tareas pendientes por resolver.
24 Capiliilo 1. La cualidad del vinculo
teoría ética del cuidado, así como la imposibilidad de la misma para constituirse
obstante, que la ética del cuidado nunca ha tenido la pretensión de erigirse en sistema
teórico suficiente para dar cuenta del complejo fenómeno de lo moral; enfatizaría que
relación ética. Finalmente señalaría que la ética del cuidado no pretende prescribir
sino describir; que para sancionar éticamente una respuesta, se debe analizar cada
ético del cuidado. (2002, pp.30-31). Esas respuestas de Noddings, sin embargo, sólo
conducen a considerar que la propuesta del cuidado decaiga más bien en una
Una fuerte y reiterada crítica que se ha hecho a la ética del cuidado es la que se
13
Ver Mesa, J. Is the concept of relational-self enough? ponencia presentada en la 27a.
Conferencia de la AME (Association for Moral Education) Vancouver, Canadá, 2001.
Capítulo I. La ciuilidiiJ del vínculo 25
la ética del cuidado lo que importa es la dimensión relacional, pues más que tratarse
virtud o en el cumplimiento del deber, el enfoque del cuidado supone una ética que se
expresa, como ya se ha anotado, en una "voz diferente". Una voz que privilegia,
moralidad, pero los teóricos del cuidado no comparten dicha aspiración universalista.
novedoso. En el artículo Caring versus the philosopehrs, Slote intenta mostrar que el
referente teórico para dar cuenta, tanto de las relaciones de cuidado en el ámbito de lo
define a sí mismo como uno de tantos filósofos morales que intentan mostrar que el
cuidado puede ser la base de toda moralidad; además, que la validez de los ideales
universales de justicia puede ser subsumida bajo la idea del cuidado y fundamentada
El intento por encontrar una fórmula ética que integre en una sola visión los
Esto es precisamente lo que intenta resolver Slote sobre la base general del cuidado
esperaría —pues Noddings vería en este autor un apoyo para replicar a sus
teoría del cuidado, sino que tergiversa el sentido original de sus planteamientos. En
un artículo titulado Two Concepts of Can"?, Noddings (1999) presenta sus contra-
argumentos al texto de Slote, mismos que se discutirán en los dos siguientes apartados.
Noddings establece que hay dos formas diferentes para describir la relación de
puede ser traducida como "cuidar a" en el sentido de proteger o responsabilizarse por
decir la interacción del encuentro cara a cara. Mientras que "cuidar de" o "cuidado
más impersonal, aquella que da cuenta del cuidado hacia la humanidad en general,
del interés o preocupación más o menos empático que puede tenerse hacia todos los
hombres y mujeres con quienes no se guarda una relación directa o próxima, pero con
14
Así lo atestiguan trabajos como el ensayo Amor y Justicia de Paul Ricouer (2001) donde el
autor intenta articular estos dos polos de la ética; o la compilación de Katz, Noddings y Strike,
Justice & Caring. The searchfor Common Ground in Education (1999) que recopila trabajos
orientados por la intención definida en el subtítulo.
15
El término "hacia" se ofrece como sinónimo "alrededor de" y "aproximadamente", lo cual
ofrece una buena idea de lo que se desea expresar.
Capítulo I . La ciitilidíiil de! vínculo 27
que se aplica también para referirse al tema de la protección hacia el medio ambiente
y los animales. Así, se cuida a un hijo o se muestra cuidado por un hijo, pero se tiene
cuidado hacia el medio ambiente, hado los pobres o hacia las víctimas, en un
En Caring versus the philosophers Slote (1999) afirma que cualquier persona
que se comporta dignamente desde el punto de vista moral, combina los dos tipos de
cuidado (por los cercanos y por los lejanos) y argumenta que si ambas nociones se
cualidad de las relaciones personales y sociales fuera de cuidado por los otros y hacia
los otros, cualquier precepto normativo resultaría accesorio, pues la sensibilidad del
cuidado, dispuesta a responder por el otro y hacia las necesidades del otro, no
deontología pueden ofrecer una comprensión adecuada acerca de la forma en que las
personas, principalmente las mujeres, abordan las preocupaciones éticas. Es decir que
la forma en que las mujeres cuidan a otros no está representada y argumentada en las
al ámbito relaciona! sin proponerse hacer del cuidado una suerte de fundamento
teóricos del cuidado aceptan que hay dos tipos de racionalidad, la de la ley moral que
se fundamenta en el principio de justicia por una parte, y la que utiliza el discurso del
cuidado por la otra, hablar de que el cuidado tiene dos caras (caring for y caring
abouf) resultaría sensato sólo en la medida en que una de las caras, especialmente la
del "cuidar de" (caring abouf) fuera insuficiente para hacer el trabajo de la justicia.
una fórmula ética que integre en una sola visión el "cuidar a" y el "cuidar de", de
manera que el "cuidar de" sea suficiente, y pueda proponerse el cuidado (sin
distinciones) como principio general. La idea que Slote afirma es que el "cuidar de"
puede hacer efectivamente el trabajo de la justicia, por lo que el cuidado —en general
16
La insistencia con que Noddings señala los alcances y aspiraciones para su propuesta del
cuidado, nos recuerda a John Rawls (2002, p. 190) cuando señala que su propuesta de justicia
como imparcialidad está delimitada para el campo político de los estados democráticos modernos
y no está pensada para aplicarse como una concepción moral general en un sentido más amplio.
Ambos autores tienen en común una herencia anglosajona, que sin dejar de lado la seriedad y el
rigor del análisis filosófico, intentan proponer a través de sus teorías, pautas para respuestas
susceptibles de aplicación práctica a contextos muy concretos o delimitados.
y sin distinciones — puede ser un referente conceptual que una el universalismo de la
justicia, por una parte, y la particularidad del cuidado de las situaciones concretas por
Slote parte de una observación del mundo de la vida y del sentido común: la
vida moral de la persona buena, justa y solícita, es decir la vida cotidiana del hombre
ordinario, no opera bajo los principios de ninguna teoría en especial, sino que la
persona simplemente toma sus decisiones y vive su vida; algunas veces lidiando con
preocupación humanitaria ante las miserias de las personas al otro lado del mundo,
con un cuidado concreto hacia las necesidades particulares de los más cercanos. En
todas estas conductas, intentará mostrar Slote, hay un principio (único) subyacente, y
resultará demasiado débil para soportar en una misma fórmula el "cuidar a" y el
"cuidar de". Noddings objetará que al intentar poner en un mismo paquete las dos
nociones, se termina por traicionar la esencia misma que define el cuidado, es decir,
autora:
It is physically impossible to "care for" all of humanity, strangers who have not
addressed us directly, or those unknown others at a great distance. Still, when we
have acquired the attitude of care, we feel impelled to do something for any people
who are suffering. "Caring about" becomes a sense of justice; it is important, and
often it is the only form of caring available to us. However, (...) the insistence on
completion in the other is central to care theory, and it suggests a reason for not
giving way on the present emphasis on relation. (Noddings, 1999, p. 2).
Conviene añadir, sin embargo, que para Slote el cuidado por los demás y de
los demás es un hecho que simplemente es y que, en todo caso y a fin de cuentas, lo
importante es encontrar un balance entre los dos tipos de cuidado, pues Slote señala:
For an ethic of caring to cover all of morality, it needs to accommodate the concern
we feel for those we know and love, but also the humanitarian concern that a good
person will feel toward people generally. And in a morally good individual there will
be some sort of balance between these concerns. (Slote,1999, p. 5).
desplace el interés y cuidado por los otros, y viceversa. Las acciones de una persona,
dice Slote, estarán mal cuando no muestren tal balance y estarán bien cuando lo
actuar (o de sentir) de una manera balanceada. Slote no logra mostrar, sin embargo,
cómo podrían integrarse en una sola noción los dos tipos de cuidado. En vez de ello,
sola persona (cercana) versus el cuidado de muchas otras personas, cercanas también.
Aduciendo que no se puede seguir la lógica utilitarista para este tipo de decisiones,
sin traicionar la esencia misma del cuidado, y argumentando que tampoco es preciso
afirmando que la teoría del cuidado, "no necesita pedir prestado nada a una
Según la moralidad del cuidado, una persona buena no está guiada por reglas,
otras personas. Dicho de otro modo, la calidad moral de las acciones no se apoya en
razones y argumentos, puesto que la ética del cuidado postula otro tipo de discurso.
Un discurso que responde a una cierta clase de sensibilidad o motivación afectiva que
induce a hacerse cargo y dar respuesta a las necesidades del otro. Desde la visión
clásica del cuidado, la acción "espontánea" de ver por los demás, resulta más digna
con carácter obligatorio, pues la lógica del cuidado utiliza distintos criterios que los
relación de cuidado natural, sobre la base del recuerdo de la relación inicial y el deseo
racionalidad del cuidado no establece que la conducta moral de las personas deba
estar guiada por una suerte de principio o máxima enunciada más o menos así: "está
bien mostrar preocupación, interés o cuidado por el otro, está mal no hacerlo". Desde
la perspectiva del cuidado las personas simplemente se preocupan por el bienestar del
universalizable, ni pretende que dicha conducta pueda validarse moralmente —ni aun
aposteriori—,19
racionalidad diferente para el cuidado. En primer lugar, dice el autor, hay un juicio
para evaluar la calidad de la acción moral, para determinar si se dio o no una relación
de cuidado. También ha habido un juicio previo cuando se establece que una relación
camino y sólo mencionamos estos criterios a manera de ejemplo. Para un comentario más
completo respecto a este texto de Ricoeur se puede ver Patino, 2005.
18
A mi juicio, este argumento resulta un tanto débil, pues aunque se pudiera aceptar el hecho de
que todo adulto, para llegar a serlo, debió ser cuidado en las primeras etapas de su vida, de ello no
se desprende necesariamente que haya construido un ideal del yo definido y nutrido bajo los
criterios delimitados por el cuidado.
19
La película Héroe accidental nos puede servir de ejemplo, pues trata de un personaje que
continúa arriesgándose en un incendio a fin de salvar a personas que no son su responsabilidad
directa; personas a quienes no conoce y a quienes básicamente no desea salvar. A pesar de que la
razón le dice que no tiene que hacerlo, que no hay un principio que lo obligue, es en el ánimo de
responder a la petición de ayuda de un niño, en la disposición para hacerse cargo -aunque a
regañadientes- de las necesidades de ese niño, que el personaje encuentra la motivación para
continuar salvando víctimas de un avión en llamas a punto de explotar.
Capitulo 1. La cualidad del vínculo 33
de cuidado es mejor que una que no lo es. ¿Con base en qué principios o
quienes lo siguen. Así también, dice Slote, podría proponerse un principio del
De forma similar, otros críticos como Smith (2004) también han sugerido que
la teoría del cuidado está basada en un principio. A Slote y a Smith, Noddings les
responde:
Por otro lado y volviendo a Slote, cabe señalar que la analogía con el
esta óptica resultaría incorrecto evaluar moralmente una conducta por definición
Pero la conducta del cuidado no está motivada por un principio previo al que
Pero supongamos, por un momento, que la respuesta del cuidado ético obedece a un
defensa, que ir en contra de esta tendencia podría ser algo valioso? Definitivamente
que no: el reconocimiento del cuidado como algo valioso implicaría que su
20
Cosa muy diferente es cuando se trata de justificar como autodefensa una acción violenta,
incluso contra inocentes, cuando no existe un ataque directo o cuando el agresor no está
plenamente identificado y la reacción auto-defensiva se despliega indiscriminadamente, y no
precisamente de forma impulsiva. Mencionamos lo anterior teniendo en mente algunas
intervenciones bélicas que se hacen en el nombre de la autodefensa pero que en realidad encubren
propósitos de oitra naturaleza. A esas situaciones de la esfera política correspondería, sin
embargo, un análisis de tipo diferente.
Capitulo I. Leí ciuilidtid del vínculo 35
relación, no podría ser valorada sin caer en contradicción. El argumento de Slote para
descartado.
dentro del enfoque de virtudes. La identificación del ideal ético del cuidado como
parte del carácter, según lo afirma la misma Noddings, es una aseveración que da pie
virtudes.21 Pero Noddings enfatiza una y otra vez el significado relaciona! del
ella no estaba conciente de la distinción entre el cuidado como virtud (que va del
agente hacia el paciente y puede ser unilateral) y el cuidado como atributo especial
para definir un tipo de relación (que necesariamente tiene que ser en dos sentidos
de las virtudes, el sentido relaciona! de la ética del cuidado no debe ser abandonado.
recibe el cuidado, es decir, por parte de los receptores del cuidado, es central para la
21
No sólo Slote hace este tipo de asociación. Maughn Gregory (1999) por ejemplo, escribe un
texto titualdo "Caring as a Democratic Virtue".
22
Ver el texto, Are the "virtues" always virtuous?, AME Newsletter Vol. 18, No. 2 .Summer
2002. En este breve ensayo la autora afina y detalla el sentido particular con que se aborda el
tema de las virtudes y de la educación del carácter, desde la óptica del cuidado.
36 Capitulo 1. La cualidad del vinculo
recibe. Dicho énfasis remite al giro relaciona! concebido de una manera particular en
rostro "obliga" a responder, y hace del otro el agente activo de la interacción. Sin
interdependencia: el que cuida depende de quien es cuidado, tanto como el que recibe
reciprocidad, resulta que es el otro el que establece si la relación ha tenido lugar o no.
ese otro es que se actualiza el ideal moral del cuidado, así como el ideal moral del yo,
pero en ese orden. O para decirlo en otros términos: porque la propia identidad está
no se puede concebir sin el valor que representa ese otro, es que se puede dar la
cuidado al plano de las relaciones con "la humanidad", queda por resolver el
para un(os) desconocido(s), en algún lugar remoto que tampoco conoce, ¿cómo
puede decirse que ha establecido una relación de cuidado? ¿Cómo, si desde los
posibilidades de reconocimiento?^
Noddings representa dificultades y sólo posibilita la aplicación del ideal del cuidado
en las relaciones cara a cara. El vínculo con el otro queda así limitado en su
aplicación al particularismo del contexto dejando fuera los vínculos con aquellos
entre los hombres que logre responder a las cuestiones éticas del espacio público o
social. Un tipo de relación que incorpore o haga justicia a todos los hombres y que
cualidad del vínculo, según la define Lévinas, con el fin de establecer si desde esta
vencer.
mundo anglosajón una perspectiva de la ética hasta entonces desatendida. El ideal del
ampliar los alcances de la teoría para que el cuidado pueda proponerse si no como
fundamento, al menos como criterio orientador en las relaciones del ámbito público.
Estos tres filósofos se apartan de la idea tradicional que equipara al ser con el pensar
por una nueva forma de pensar a la filosofía. En este marco es que encontramos a
Lévinas (1905-1995) quien propondrá una nueva forma de entender la filosofía que
Capítulo I. La cualidad ilcl vínculo 39
ya no será como amor por la sabiduría, sino a la inversa, como la sabiduría que nace
del amor.
máxima expresión por el idealismo hegeliano que postula el yo pienso como la forma
última del espíritu como saber—. Estos filósofos pueden ser llamados filósofos del
diálogo (Patino, 2003) para hacer alusión al sentido de que, desde su perspectiva, el
entendimiento del logos se hace en razón de dos, es decir en razón de una relación
con el otro. No obstante esta relación con el otro mediante el diálogo no implica una
insuficiente, según ellos, para dar cuenta de lo espiritual en el hombre o para decir lo
Franz Rosenzweig, pueden ser considerados como filósofos del diálogo. Buber nos
Rosenzweig por su parte suscribe la idea de que en el diálogo hay una distancia
ningún espacio libre para una coincidencia. La relación extraordinaria del diálogo
consistente en no tener "nada en común con nadie ni con nada", significa que el
(Patino, 2003)
distinto del yo, existe la posibilidad de diálogo entre el uno y el otro. La relación
"más allá de uno mismo", porque precisamente a causa de la diferencia que los
separa, se puede hablar de proximidad del prójimo, mejor que coincidencia con uno
ética.
en tanto facultad universal. Desde esta perspectiva, lo ético se concibe como estrato
superpuesto al ser (ser una persona ética), ya sea como cualidad subordinada a la
prudencia en términos de acciones definidas por las virtudes (ser una persona justa,
24
Incluso en nuestros días, la ética levinasiana aparece como una propuesta que se aparta "de
todas las demás". Aunque son muchas las personas que se dedican al estudio y difusión de su
pensamiento, sus planteamientos éticos aún siguen despertando reacciones de escepticismo y
rechazo. Una hipótesis explicativa supondría que este recelo podría comprenderse en razón de la
tremenda exigencia que supone adscribirse a las tesis levinasianas. Poner al otro como primacía
supone una obligación tan excesiva y contradictoria que no resulta nada sencillo, ni en el nivel
conceptual ni en el de las acciones, asimilar y adherirse a los principios que propone.
Capitulo 1. La cuiiliehul del vínculo 41
honesta), o como observancia de una ley moral que pasa por la prueba de
desarrolla durante los años cincuenta una filosofía altamente original que se aleja de
la línea de pensamiento ocupada únicamente del saber y/o del ser, es decir, un
al sujeto y a la idea de la alteridad como centro de su análisis. Para este autor, la ética
cuestionamiento del yo por el otro, es decir, como ética.25 La atención radical que
este filósofo otorga a la ética es una de las razones por las cuales Lévinas, y no otro
representante del pensamiento judío, haya sido el autor elegido para ese trabajo.
existencia del hombre de otro modo que no sea a través del ser? Lo que habrá de
En la última parte de esta conferencia Lévinas se pregunta: "Ser o no ser ¿es ésta la cuestión?,
¿es la primera y la última cuestión?" (2006, p.20). La pregunta, dirá Lévinas, mejor ha de
plantearse por el sentido del ser, por el derecho a ser, es decir que ha de ser una pregunta ética o
una pregunta por la justicia. Lévinas no implica que tal derecho a ser deba ser considerado como
ley moral universal o en términos de principios abstractos. El derecho a ser al que se refiere el
filósofo es aquel que surge o se deriva de la no-indiferencia por el otro, de que me importe su
muerte, de que el otro me concierna y de que yo responda ante él, —a la rectitud o derechura
(droiture) de su rostro—. Derecho a ser, derechura del rostro...el juego de palabras que utiliza
Lévinas ayuda a comprender lo que el filosofo desea expresar: una ética que, como filosofía
primera —y no como ontología— considera que el sentido del ser radica en responder al otro, del
otro, y por el otro.
42 Capítulo!. La cualidad Jet vinculo
ser, sino en el des-inter-és. Como muchos filósofos franceses, Lévinas juega con el
lenguaje para develar la idea que quiere expresar. El intervalo, el "Ínter" del
desinterés, puede ser interpretado como la distancia que hay entre el yo y el otro; una
distancia infranqueable, que en tanto queda fuera del ser del yo y del otro, remite a la
relación yo-otro; una relación que en Lévinas será diferente a la planteada por el yo-
reciprocidad, ahora avanzamos en nuestro trabajo con una perspectiva diferente para
expresa: "la asimetría de la relación con el otro se expresa por la imposibilidad moral
Capítulo I. La cihilidikl del vínculo 43
Sin olvidar que el propósito último de este trabajo es ofrecer una noción, la de
responsividad, que pueda servir para reflejar tanto la exigencia ética en la relación de
alcanzar otro modo de ser, otras formas de relacionarnos entre nosotros sin egoísmo y sin
superara las limitaciones que la ética del cuidado dejaba sin resolver. ¿Será el
una base suficiente para fundamentar las relaciones éticas, tanto en el ámbito
bajo el título Humanismo del otro hombre (1974). ¿Cómo es ese hombre?, ¿qué lo
ser del hombre está representado, "de otro modo que ser". Ser hombre significa ser-
humano y lo que definirá el humanismo será "el otro", a quien se accede mediante
desplazado en Lévinas por un yo que termina siendo rehén de el otro en una relación
que no es otra que la relación ética. Esta relación, originaria y anterior a una
acceso para llegar al ser, es decir, para llegar a ser, se encuentra en la aceptación de
que se preocupa más por el hambre y la miseria de los otros que por resguardar la
Para hablar de la relación ética como primacía del otro, es importante revisar
relación ética como responsabilidad absoluta. Estos cuatro puntos, primordiales para
definir la relación ética como primacía del otro, serán esenciales para apoyar la
En el texto titulado Diálogo, Lévinas (1984) hace una crítica a la filosofía tradicional
sobre sí mismo, tematización, relación—, se convierte en una unidad con el yo. Vivir
y ser, saber y ser, pensar y ser, son una misma cosa. En el cogito de Descartes la
necesidad de saber en la medida en que piensa. Ser y pensar, son entonces, una
misma cosa.
espiritual en el hombre. Sus tesis constituyen una dilucidación acerca del espíritu
humano para definirlo más que por el pensar, por la socialidad, por la relación; más
que por el saber, por un vínculo con el otro que se establece mediante el diálogo, y en
originario de la trascendencia. Esto significa que en todo ser humano hay una especie
"diálogo anterior al diálogo" determina que el ser del hombre no pueda completarse
si no es a través del otro. Esta comunicabilidad o relacionalidad está más allá de los
límites del lenguaje como forma del habla, por lo que no puede ser explicada ni
46 Capítulo]. La cualidad Jel vínculo
levinasiano está más allá del ser inmanente del hombre, a la vez que cobra su sentido
fundamental en la relación con el otro. De ahí se sigue que Lévinas privilegie "el
que adquiere sentido cuando un yo dice tú sin jamás absorberlo, pues entre ambos, el
yo y el tú, está el espacio que los separa y permite, al mismo tiempo, entrar en
relación. Es el día del diálogo, dirá Lévinas (1984, p. 89/ Por otra parte, la actividad
trasciende la experiencia humana para evocar la idea de Infinito, para evocar a Dios.
Este enfoque del encuentro de Dios en la persona concreta del otro divide las
Catherine Chalier (2004, pp.19 y 20), Lévinas no elabora ninguna teología, pues no
Capitulo I. La cualidad del vínculo 47
propone ningún discurso acerca de Dios y, por otra parte, las fuentes hebraicas de su
que se ha empeñado en un pensamiento a-teo, que no sólo ha negado a Dios, sino que
lo humano, que se ha ido alejando cada vez más de la idea de infinito y de la idea de
trascendencia.
apuntan hacia la dirección que aquí interesa, a saber, el tema de la socialidad como
palabras o signos que se da a sí mismo, sin hablar con nadie —como en una especie
de monólogo que nos recuerda a Platón y el diálogo del alma que se pregunta y se
como resultado que el discurso interior aparezca como una necesidad. Desde la
tradición cartesiana, donde ser y pensar se constituyen como una unidad, el lengvr.'e
dice Lévinas, para implicar que la relación personal queda reducida a la función del
acto locutorio) se quedan entonces sin salir de sí mismos, no trascienden. Por otra
parte el lenguaje también puede ser empleado como retórica o propaganda, sobre
dimensión de la socialidad.
pero como no se puede forzar el diálogo, es necesario encontrar otro tipo de diálogo
para hacer entrar en diálogo. Esta forma de diálogo anterior al diálogo supone una
Capitulo I. La ciiulidiul tlel vínculo 49
socialidad. La paz depende del encuentro con el otro en cuanto otro, pero a través de
Este yo pienso o espíritu como saber es el que quiere replantear Lévinas al proponer
relación.
diálogo como saber ni tampoco una relación como en el contrato. Lévinas ha querido
mostrar el modo en que la ética del diálogo —en la diaconía del yo con respecto al
otro— el yo es más que saber y piensa más de lo que puede comprender. El otro, por
alguien y no algo. Es así que Mardones (1999), en sus comentarios acerca de esta
Este descubrimiento del otro como persona y no como cosa, como alguien con
dignidad y no como mero valor de uso, es el comienzo de toda relación personal.
Estamos ante lo que Lévinas denomina un saber originario o razón pre-originaria,
prerreflexiva, no tematizable, pero que es anterior a cualquier argumentación. Nos
encontramos ante el inicio de la ética, ante la relación ética primera: "la relación con
el rostro es desde el principio ética." (p. 78)
50 Capitulo 1. La cualidad ilel vínculo
anterior a cualquier otro tipo de saber. La relación ética originaria no implica que
primero se deba reconocer al otro como persona para luego establecer una relación
ética con él o ella. Si así fuera, estaríamos suponiendo que la relación parte de una
absoluta del otro; una alteridad que se impone al yo y parte del otro; una alteridad
no matar.
Algunos filósofos, como Julián Marías, han hablado del rostro como el lugar de
adelante.
al significado, volviéndose eco de una ausencia (Lévinas, 2000, La Huella del otro, p. 22).
contenidos del pensamiento. El rostro no es la cara, es pasar por alto que se ve una
Capítulo /. La cualidad del vínculo 51
nariz, unos ojos, una frente, o un mentón, pues con ello se estaría viendo al otro como
de un saber; el rostro, dice Lévinas, "es lo que nos prohibe matar" (2000, Etica e
Lévinas equipara la humanidad del hombre con "esas extrañezas éticas" que
requieren una ruptura con el ser (2000, Etica e infinito, p. 73). En la condición de
vulnerabilidad del rostro se define al hombre "de otro modo que ser". Y esta
condición de "ser" del hombre no puede determinarse ni desde una ontología regional
o general, ni desde un punto de vista óntico, pues para Lévinas el rostro es "algo
más" que no puede ser abarcado por el saber y que trasciende el hecho existencial.
Ese "otro modo que ser" corresponde a la relación con lo otro e implica una idea de
humana. Una relación que va más allá del ser-con-otros como co-existencia, porque
26
En cierta forma este imperativo puede encontrar su correlato en el principio de no-violencia de
la ética del cuidado, sin embargo va más allá de ésta última en el sentido de la primacía absoluta
que representa el tú con relación al yo. En otras palabras, yo debo responder por el otro y
sujetarme al imperativo "no me mates", pero mi responsabilidad no está condicionada por lo que
ese otro pueda ofrecerme: mi responsabilidad absoluta por el otro no supone que yo pueda exigir
que el otro se responsabilice de mí.
52 Capitulo 1. La cualidad Jel vínculo
encuentro cara a cara, pues es en este contexto que la conciencia intencional puede
En Lévinas, el acceso al rostro supone una relación más que una percepción. Y en la
mirada vuelta hacia el rostro es que se da la relación ética por la vulnerabilidad que
supone la desnudez e indefensión con que se muestra el rostro. "La piel del rostro es
la que se mantiene más desnuda, más desprotegida (...), el rostro está expuesto,
lo que nos prohibe matar." (2000, Etica e infinito, pp. 71-72) "Extraña autoridad
relación desigual en la cual la obligación se impone desde fuera del yo. El yo, sujeto
o subordinado al otro, se vuelve rehén del tú en una total heteronomía que trastoca la
dependencia del otro como elemento crucial para que la relación de cuidar adquiriera
tú de Buber, como la que se describe en la relación del cuidado, evoca una suerte de
pensamiento levinasiano la asimetría puede formularse así: "Los deberes del otro no
son derechos para mí, mis deberes sí son derechos para el otro." (1994, p. 296). Esta
asimetría implica que cada hombre ha de ser guardián del hermano y que sólo en la
familiares, es decir, aquello que proviene de mí y no del otro: el otro queda reducido
componen una fisonomía, como el color de los ojos o el tamaño de la nariz, etcétera,
un orden diferente, es decir, una apertura total y una responsabilidad absoluta que no
responsable de él.
Humanismo del otro hombre (1974) Lévinas establece que ser hombre significa ser-
un otro, cuando vemos a alguien que ignora o permanece indiferente ante la presencia
otro no se anuda más que como responsabilidad (Lévinas, 2000, Etica e infinito* p.
81). La propia humanidad se pone en juego a la hora de entrar en relación con otro,
del otro hombre, Lévinas declara: "Ser yo significa, por lo tanto, no poder
al saber; antes del saber y más allá del ser. En este no-lugar se sitúa la relación ética
como obsesión por el otro hombre, por lo inabarcable de su alteridad (Lévinas, 1974,
p. 97). La alteridad del otro, el hueco de no lugar, es lo que posibilita el ser del yo en
soy responsable o para con quien soy responsable. Es el otro quien define mi
Por otra parte la relación yo-tú es una relación que acontece cuando el otro no
dicho. Decir es una manera de responder del yo al otro; es el hecho de que, ante el
relacionalidad del ser supone entonces una estructura subjetiva descrita en términos
éticos, pero no como suplemento de una base existencial previa, pues la relación ética
ser-para-otro. Lévinas explica que así como la ociosidad o el desempleo son modos
partir del trabajo—, así también la falta de preocupación por otro hombre, la
o la soledad fáctica del solitario, son modos deficientes del ser para-otro que
queda liquidado. El ser está en el para-el-otro de manera radical, en una relación que
aquello, o a quien "se deshace" de su condición de ser, para hacerse responsable para
con el otro. La condición ontológica desaparece, pues ser humano significa vivir
como "si no se fuera un ser entre los seres". Como si por la espiritualidad humana se
voltearan las categorías del ser para constituirse como un ser que se deshace, como
ser "de otro modo que ser". La deposición del yo soberano da lugar a la
sujeto hace que mi responsabilidad sea intransferible. Nadie más que yo puede
(Mardones, 2003)
Por consecuencia, y reiterando lo hasta aquí dicho, la primacía del otro, donde
por Ricoeur en su libro De otro modo. Lectura de "De otro modo que ser o más
que hace posible escapar a la inmanencia del ser y afirmar su trascendencia. Porque
la subjetividad estará relacionada con el deseo metafísico de lo infinito, con ese deseo
metafísico que está antes de la génesis del ser. La socialidad, la relacionalidad, tal
Así como Heidegger considera que el gran error de Occidente ha sido el olvido del ser, y
su ocultamiento en el ente, Lévinas propone que el error ha sido el olvido del otro y el
olvido de Dios tras las diferentes máscaras: el ser como última fuente de sentido, la
libertad del sujeto, la justicia entendida como contrato, la responsabilidad limitada, el
deseo entendido como deseo que procura la supresión de la alteridad o lo diferente, el
retorno, la presencia, la historia. (Roldan, 2002, p. 7).
pretender ser responsable de todo y de todos, resulta tan descomunal y abstracta que
con el otro: sólo a través del otro concreto es que se logra la trascendencia. Surge
entonces el segundo reproche: ¿y qué sucede con el "tercero"?, ¿qué pasa con el que
queda fuera del yo-tú de la relación concreta?, ¿no resulta la propuesta levinasiana
horizonte social?, ¿no termina la praxis ética olvidando demasiado que, al afrontar la
cuestión del otro pobre, desvalido y oprimido, tiene que ser ética política?
(Mardones, 1999, p. 88). Esta cuestión, motivo de preocupación para Lévinas, fue
abordada en sus textos y entrevistas, pero no de manera tan abundante como otras
...the question of justice requires an additional transcendental move that Lévinas will
not make. That is, what the Other means to the Third Party; or why Third Parties
insist that "I" too receive just treatment. These are questions that require a systematic
perspective outside the passive now in which "I" emerge, over-full with what is not-
me. For that reason, Lévinas is not interested in pursuing a deduction of questions of
equity...The site at which comparison, justice, and normativity can be deduced is
beyond Lévinas's immediate concern... Politics and the Third Party are, by 1974,
largely synonymous with ''humanity".
responsable del otro que tengo ante mí dada la imposibilidad de relacionarme con el
universo de todas las personas. Por otro lado, esa misma imposibilidad hace de mí un
responsabilidad, con quienes tienen enfrente, cada tercero, por decirlo de alguna
al otro, resulta una exigencia ética mayor. Esta obligación puede ser muy bien
acogida por posicionamientos éticos que finquen sus raíces en alguna tradición
cara a cara, la aplicabilidad de una fórmula en la cual los derechos del otro son
la propone Lévinas, resulta crucial para nuestros propósitos, pues según se irá
de obligación hacia el otro que implica toda teoría ética puede verse matizado cuando
caso del método hermenéutico fenomenológico que utiliza Ricoeur para analizar a la
persona a partir de cuatro capas o estratos: lenguaje, acción, narración y vida ética.
De estos cuatro aspectos que son analizados por el filósofo francés en su obra
Si mismo como otro (2003), nos interesa desde luego el que se refiere a la ética y que
aborda en los últimos capítulos de la obra mencionada. Ricoeur nos ofrece un marco
análisis del tipo de relaciones que la ética ha de suponer. La pregunta por el quién nos
remite desde luego al problema de la identidad, pues detrás de la misma habría que
perspectiva de la identidad y nos obliga a buscar una respuesta que remita a alguien
quien llamamos yo, tú, etcétera para llegar a encontrarnos con el sí mismo. Ese sí
''sí mismo' engloba a todas las personas gramaticales. Pero el aspecto más relevante
mismidad e ipseidad. Una diferenciación que permite una comprensión del sí que
Mediante el análisis del sí, Ricoeur nos permitirá acceder a una visión
ampliada del yo; a comprender la identidad del sí mismo como algo que permanece,
—el plano de la ipseidad—. La dialéctica de la identidad entre estos dos planos, pero
que resulta esta noción para aplicarse al análisis ético, cuando ofrece como ejemplo el
•y Q
28
En el análisis del cumplimiento de la promesa Ricoeur superpone las cuatro capas o estratos que
constituyen a la persona, a saber, lenguaje, acción, narración y vida ética. En la promesa hay
alguien que tiene la palabra y se expresa a través de ella; este alguien a la vez es un sujeto que
actúa y que posee una biografía, es decir, es un sujeto de acción y personaje de narración. Pero lo
que más interesa para nuestro análisis es este sujeto que hace la promesa ante alguien, es decir
que es un sujeto que entra en relación con un otro a quien debe cumplir —o responder— con lo
prometido. En este último sentido el quién de la promesa es un ser capaz de vincularse y por
tanto convertirse en sujeto de imputación moral. Pero hay un aspecto de la promesa tanto o más
importante. Se cumple la promesa no sólo por satisfacer lo ofrecido a otro, sino también —y es lo
Capítulo 1. La ciiulidiitl ¡leí vínculo 61
una estructura de tres partes: tender a la vida buena, con y para el otro, en
mismo como otro. La síntesis lograda en esta estructura ternaria permite distinguir
o, parafraseando a este autor, entre las relaciones que tienen por emblema la amistad
y las que tienen por ideal a la justicia. (2001, p.102). En el apartado siguiente nos
aproximaremos de una manera más amplia a esta "tríada ética", según el mismo
respeto de sí. Para cerrar esta sección de la propuesta ricoeuriana, en el marco del
giro relacional e indagando la forma en que se puede definir la cualidad del vínculo
; '\
desde la perspectiva de este autor, abordaremos las relaciones de solicitud y las
relaciones de justicia.
Superar las dicotomías de orden lógico entre prescribir y describir, entre deber-ser y
ser, puede ser considerada como una de las motivaciones que refrendan el estudio
fundamental— por fidelidad a sí mismo y a la palabra dada. Mantener-se en la palabra implica una
capacidad de poder mantener-se a sí mismo. En otras palabras se busca mantener la palabra ante sí
mismo incluso cuando el otro haya olvidado lo prometido. Este 'desdoblamiento' del yo que requiere ser
fiel a sí mismo aunque en razón de la dimensión temporal ya no es el mismo que hizo la promesa, se
explica gracias a la noción de ipseidad de la identidad.
62 Capítulo L La cualidad del vinculo
energía se enfocan a mostrar lo que separa, en vez de atender lo que puede unir.
definición de ethos del filósofo francés parece ser una referencia obligada en muchos
de los trabajos actuales que abordan los temas de la ética, en la mayoría de éstos sólo
para el sentido que de ella pueda derivarse al analizar y evaluar la relación ética.
con lo obligatorio; el objetivo ético con el momento deontológico. (2003, pp. 175-
176). Que la aspiración ética pueda convertirse en norma sin quedar reducida a ésta, y
29
Ricoeur nos coloca ante un horizonte de la ética situado entre dos polos: el deseo y el deber.
Deseo en tanto aspiración de vida buena, en tanto proyecto orientado por un anhelo de realización
personal elegido libremente. Deber en tanto conjunto de normas donde lo moral se presenta como
constricción de la libertad; normatividad de alcance universal que exige ser observada
precisamente por el respeto a otros proyectos de realización, por respeto a otras libertades.
Capítulo I. La aiüiiíhid ¡¡el vínculo 63
La definición de eíhos como "deseo de una vida realizada, —con y para los
otros— en instituciones justas" que el autor reitera en muchos de sus escritos, tiene
alcances de orden práctico.30 Cabe mencionar que otra forma recurrente en la que
Ricceur suele referirse a esta definición, es bajo la fórmula "cuidado de sí, cuidado
del otro, cuidado de la institución" (2001, p.lll). Resulta innegable que esta
resultar bastante útil para encauzar las decisiones y acciones de las personas en la
podrá ejercer su libertad plena y cumplir con su finalidad de vida buena en el marco
medida en que éste sirva para un buen propósito, es decir, para aquellos fines
valorados como bienes para la realización humana. En otras palabras, "lo que hay de
Ricoeur, 2001, p.98. La definición de ethos aparece por primera vez en 1990 en el artículo
Amor y Justicia de la revista Esprit, No. 160, pp. 115-130. Posteriormente será reiterado en 1993:
Lectures 2. La contree des Philosophes, Seuil París, pp.203-221. En este último texto Ricceur
anticipa que ésta, su definición de ethos, aparecerá en la obra Sí mismo como otro que se
encuentra en curso de publicación.
64 Capitulo I. La cualidad del vincula
personas en la medida en que éstas observen o se ajusten a los elementos del ethos
así como las precisiones y desarrollos teóricos que en tomo a la misma nos ofrece, se
liberales en la línea de Rawls, autor que deja muy claro que la justicia como
observancia de la norma, una convivencia social que armonice los diversos proyectos
de vida, los cuales, siguiendo a Ricceur, no pueden ser sino con y para otros. Pero el
que nos preguntemos por la cualidad de la relación que podría establecerse con esos
propone Rawls. Ahora bien, el filósofo estadounidense deja muy claras las
Capítulo I . La cuiiliclad del vinculo 65
pretexto para contrastar que, bajo la óptica relaciona!, la propuesta de Ricoeur aporta
interdependencia entre las relaciones del espacio privado con las del espacio
propuesta.
De la decisión ética podría decirse que es simultánea para el sí mismo y para los
Las posibilidades de la ética están puestas en los distintos esfuerzos que, desde
sólo respecto a los hombres del presente, sino a los del pasado y del futuro"
con las generaciones del presente y las del futuro. En la medida en que el otro pueda
ser conceptualizado como parte de la identidad del sí mismo, según se explicará más
adelante, la regla de oro podrá adquirir sentido para aplicarse con carácter atemporal.
mismo como otro, el filósofo las analiza en ese orden hasta llegar a lo que él mismo
31
Para una profundización a este respecto se puede revisar el trabajo sobre Ricoeur de Susana
Villavicencio (2002), específicamente el punto tercero de su artículo donde analiza "La
dimensión ética del sujeto y la responsabilidad".
Capílalo I. La cualidad del vinculo 67
(2001, p.98) Sin embargo, en un artículo que aparece por primera vez en francés, en
empezando por lo último, retoma el principio. Este orden inverso, este movimiento y
versatilidad del análisis se vuelve factible gracias a las posibilidades que ofrece la
enfatizar de nueva cuenta que es la cuestión del quién, es decir, el tema del sujeto
ético entretejido con el tema de la identidad, lo que hace posible empezar por el final
y concluir con el inicio. En otras palabras, resulta indiscutible que el hilo conductor
del análisis ricoeuriano es el tema de la identidad, y es por ello que en esta tesis se
hace una aproximación sobre la cualidad del vínculo desde esta perspectiva. Resulta
mismo ricoeuriano, ya que esta noción engloba y explica la identidad, así como la
32
"Approches de la personne". Revista Esprit, No. 160, 1990, pp. 115-130. La versión en
español de este texto aparece en Amor y Justicia, publicado por Caparros en 1993.
68 Capitulo 1. La ciuiHJcul Je! víncnio
En el prólogo de Sí mismo como otro, Ricceur hace tres aclaraciones acerca de las
intenciones que guiaron los estudios contenidos en esta obra. En primer lugar,
mostrar una idea de sujeto mediado por la reflexividad, lo cual hace posible distinguir
entre las expresiones sí mismo y yo. Desde esta distinción hace una crítica a las
filosofías del sujeto que afirman la posición inmediata del sujeto, tal como se
como pronombre reflexivo, para todas las personas gramaticales. Ricoeur hace esta
acotación con frecuencia, pues recuerda al lector esta forma inusual de utilización del si.
primera persona, como del tú de la segunda persona, así como del él, ella, ellos, de la
Así la "estima de sí" podría conceptualizarse como aprecio por la humanidad, corno
condición indispensable para reconocer y respetar el valor que representa todo ser
humano, incluido el yo y el otro. Esta estimación por el otro, abordada como estima
de sí, vendrá a representar uno de los tres pilares básicos que apuntalan la relación
solicitud hacia los cercanos o más próximos y la observancia de la regla de oro para
Capítulo 1. La cuuHditii del vínculo 69
el cada uno que representa el universo de todos los demás, sólo será posible a partir
implicación yo-tú habrá de estar dada en términos de estima y respeto, única vía
La segunda intención de Ricceur en Sí mismo como otro tiene que ver con la
contexto socio-histórico en que nos formamos y ante las cuales la persona tiene
a la propia historicidad.
la dialéctica del sí y del otro distinto de sí. Este punto será muy importante al tratar el
tema de la alteridad.
Sí mismo como otro sugiere, en principio, que la ipseidad del sí mismo implica la
alteridad en un grado tan íntimo que no se puede pensar en una sin la otra (...) Al
"como" quisiéramos aplicarle la significación fuerte, no sólo de una comparación —sí
mismo semejante a otro— sino de una implicación: sí mismo en cuanto...otro. (Ricceur,
2003: XIV)
que se entreteje con la estima de sí, tiene profundas implicaciones para el análisis de
responsabilidad absoluta por el otro, con Ricceur se avanza un paso más al quedar
ética no sólo será respuesta de sujeción a un otro donde el yo queda como rehén, sino
estima de sí. En otras palabras, la hermenéutica del sí garantiza una relación ética
identidad del sujeto ético, para quien la estima de sí mismo lleva implícita la estima
del tú y de los ellos, tanto como la del yo. No responder al otro es no responder-se a
Hasta aquí se ha dicho que la identidad ricceuriana supone una distinción entre
de todas las personas gramaticales Es preciso avanzar un paso más y discutir dos
Capítulo 1. La cualidad del vínculo 71
nociones centrales de las cuales Ricoeur hace depender las posibilidades contenidas
respeto de sí. Estos dos componentes de la ipseidad serán, en definitiva, los que
articularán los dos términos complementarios de la definción del ethos: "al objetivo
adelante. Pero primero conviene repasar la posición que Ricoeur sostiene y el uso
poco convencional que hace este filósofo de los términos ética y moral. En palabras
del autor:
del deontos puede dar lugar a casos conflictivos. No obstante Ricoeur previene estas
estima de sí. ¿Qué es la estima de sí?, ¿cómo entenderla? La "estima de sí" extrae su
agente capaz de efectuar acciones consideradas buenas. Debe haber por lo tanto y en
primer lugar, una idea del bien o de lo bueno hacia donde la acción se orienta, y en
Capítulo i. La cuuHdíiil del vinculo 73
segundo lugar, una convicción en la capacidad del agente para llevar a efecto este
es decir, como intencionalidad de "vida buena" de un agente que aspira a una vida de
encuentra necesariamente ligado a otros, es decir, se concreta con otros y para otros.
yo "egológico" (Ricoeur, 2002, p.243), aunque la forma de referirse a éste sea como
sí mismo.34
dar razones de su preferencia por uno u otro proyecto de vida y por su capacidad de
del tú y de los otros, condición que obliga a considerar la necesidad de pasar por el
de los proyectos de los demás. El tercer elemento de la tríada, las instituciones justas,
El proyecto de realización de una vida personal que se entiende con y para otros
la acción, a las relaciones con los cercanos, a las relaciones de amistad. Este tipo de
relación estará caracterizada por la solicitud, que para Ricceur no puede vivirse sin
.. .tú también eres un ser con iniciativa y elección, capaz de actuar por razones, de
jerarquizar fines; y al estimar buenos los objetos de tu búsqueda, eres capaz de
estimarte a ti mismo. El otro es, de este modo, el que puede decirlo como yo mismo
lo hago y, como tal, tenerse por un agente, autor y responsable de sus actos. (2003,
p. 243).
En la relación de solicitud, el tú y el yo se relacionan de manera espontánea,
La acción ética que se dirige hacia el bien del amigo es una acción que nace de la
iniciativa del sí, pero que regresa hacia el propio agente, tanto en términos de la
estima de sí que se refuerza por medio de la acción buena, como por la gratitud o
que nutre y alimenta la estima de sí, si bien como resultado y no como propósito.
gramatical del plural. Desde el punto de vista empírico, no se puede tener una actitud
solícita hacia todos los seres humanos. No es posible expresar relaciones de solicitud
con quienes quedan fuera de la posibilidad concreta del encuentro cara a cara. Y sin
embargo "están ahí". Por otro lado el vínculo amistoso y la relación de solicitud que
fórmula del ethos hace entrar en escena al otro que no es el tú. Un otro con quien no
se tiene una relación directa o cercana, pero que igualmente forma parte de la estima
de todos los demás. Por otra parte, el tercer elemento de la fórmula del ethos, las
exclusión. Igualmente importante resulta este principio para enmarcar y posibilitar las
norma, y el respeto al otro, serán las condiciones que definan la relación con el
amigos no podría extrapolarse hacia todos los que no lo son, expondría que la
mismo trato a cualquiera sin distinción: el mismo argumento que diera Freud (2003),
refiriéndose a la relación amorosa para afirmar que no se puede amar a los extraños
misma fuerza de atracción y afecto hacia los cercanos que hacia los extraños: "Un
amor que no discrimina, dice Freud, pierde a nuestros ojos buena parte de su valor,
pues comete una injusticia frente al objeto" (2003, p.47). En el mismo sentido se
puede afirmar que una relación de solicitud dirigida hacia todos los extraños —si esto
con los amigos. Y viceversa, considerar que la amistad ha de regularse por las reglas
Capítulo I. La cualidad del vínculo 77
amistad fuera a regularse con base en el respeto de sí y con base en la justicia que se
diferenciar entre aquellos que consideramos amigos de quienes no lo son. Por último,
articuladora entre la justicia y la solicitud, como noción que requiere de una identidad
responsividad se propondrá como una alternativa que trascienda los límites de lo que
la justicia exige como responsabilidad hacia el cada uno que representan todos los
del otro . Pero la responsividad ética tampoco exigirá de la amistad como condición
interpelación.
35
El análisis dialéctico entre el papel activo o pasivo del sujeto ético, la comprensión de que en la
relación responsiva se deviene agente y paciente a la vez, constituye una salida que, sin rechazar
del todo la responsabilidad levinasiana, coloca la imputabilidad de la acción moral en el sujeto
que responde por el hermano. Esto se irá aclarando conforme avancemos en nuestro argumento.
78 Capitulo 1. La cualidad del vinculo
Para recapitular lo expuesto hasta aquí, es posible señalar que desde la ética del
ética está determinada, no como resultado de un proceso deliberativo, sino como una
disposición para captar y responder a una necesidad que requiere ser atendida. Esta
abnegación, pues la ética del cuidado establece que las necesidades del propio yo son
igualmente importantes que las necesidades del otro. La ética del cuidado, sin
que utiliza la ética del cuidado para responder a las situaciones concretas donde hay
con claridad que cuidar una relación puede demandar en muchos casos una relación
36
Recordar la situación del cuidado que se otorga a una persona en estado de coma, acción que se
lleva a cabo precisamente porque se toman en cuenta las consideraciones éticas y morales
correspondientes. La relación ética tiene lugar aún sin que se cumpla el criterio de reciprocidad
por parte de quien recibe el cuidado.
Capítulo!. Leí cual¡diul del vínculo 79
voluntad autónoma del sujeto. En el marco de este legado pueden ser entendidas las
Kohlberg, encuentra su correlato en una teoría que intenta oponérsele —la del
cuidado—, sin lograrlo del todo. Porque la teoría del desarrollo moral sustentada en
La cualidad del vínculo de la teoría del cuidado, por lo tanto, está lejos de
teoría del cuidado con la ética levinasiana. La propuesta de Lévinas sí impone un giro
responsables y nos vemos compelidos a responder por él. Este es el Humanismo del
otro hombre que reclama Lévinas. Un humanismo que remite a una relación que se
cita la frase de Dostoyevski: "yo soy responsable de todo y por todos, y antes que
nadie, el más responsable de todos'7, alude a esta relación desigual con respecto al
supeditándolo a las necesidades del otro más que a las propias, constituyen elementos
esperanza de reciprocidad, pues el imperativo ético se dicta desde fuera del sujeto
y es unilateral. Sin embargo esto no quiere decir que no haya lugar para un
movimiento que se inicie en el sujeto interpelado. Sólo puedo ser responsable del
otro en la medida en que haya espacio para que yo pueda iniciar aquella acción
desigual, un tipo de relación en la cual la interpelación del otro me coloca ante una
exigencia abrumadora de responsabilid j ^ absoluta por él, supone, para la cualidad del
Me puedo exigir a mí mismo morir por el otro pero no puedo pedir al otro que muera por mí.
Capitulo 1. La ciiíilidaJ del vínculo 81
del otro hacen brotar el sentimiento de compasión, y con este, la urgencia de hacer lo
como ocurre ante los desastres naturales. Una respuesta obligada, para decirlo en
más vulnerable o necesitado y hace lo posible por paliar el dolor de sus semejantes.
causas del sufrimiento en la medida de lo posible, pues muchas veces los procesos de
(2003), busca la mediación para alcanzar una situación que supere el estado de
miseria actual. Por esta razón la compasión puede y debe ser vista como fuente de
una praxis moral, sin permitir que se agote en actuaciones concretas. Es preciso,
entonces, que vaya más allá del momento emotivo y encuentre su anclaje o
responsabilidad que nada tiene que ver con el uso convencional que se hace del
el agente que provocó o causó la situación miserable, y aun así está obligado a
sujeción absoluta al otro. Un vínculo que se concretiza en la relación cara a cara con
un otro concreto y que humaniza a los hombres en tanto se preocupe más del hambre
margen de la relación cara a cara. Pero Lévinas atiende esta problemática en menor
medida que otras cuestiones, por lo que conviene explorar lo que dice otro autor
38
Ya se ha señalado que este autor queda ubicado en el marco de la tradición filosófica del
pensamiento judío, muy anterior a lo que en décadas recientes se ha venido llamando
comunitarismo. De acuerdo con Macedo (1998), es en los años ochenta del siglo pasado que
surge un grupo de autores, amparados por las ideas de Aristóteles, Hegel o Gramsci, que
discordaron de ciertos planteamientos liberales en nombre de los derechos de las comunidades
contra el individuo considerado como ser abstracto, desencamado, sin raíces. Los planteamientos
comunitaristas sostienen una concepción de bien objetivo para condicionar la justicia,
posicionamiento que no se encuentra en Lévinas.
9
En una videoconferencia titulada "¿Es relevante para el siglo XXI la ética de Lévinas?" el
filósofo Adriaan Peperzak (2004) utiliza esa expresión para referirse al universo de los otros que
quedan fuera de la relación yo-tú.
Capitulo 1. La cualídud (/>.'/ vínculo 83
relación cara a cara de la amistad, un tipo de relación que necesariamente exige ser
reconoce como tal, pues, ¿en virtud de qué se atrevería alguien a auto-designarse
sentidos, una relación, por decirlo así, de ida y vuelta. Sin embargo, ya se ha
instituciones. Ricceur analiza aquel tipo de relación, mediada por la justicia, hacia
todos aquellos con quienes sería imposible sostener una relación de amistad o cuidado,
todo, atendiendo a la idea de justicia en una dimensión ético-política, el autor nos habla
84 Capitulo 1. La cualidad del vinculo
de esa región de las relaciones humanas donde el otro queda sin rostro, pero no por eso
renuncia a relaciones matizadas por rasgos como la solicitud y el cuidado del otro. La
incluso la relación de solicitud hacia el otro que Ricceur ubica en las relaciones de
amistad, no llegan, sin embargo, a tener los alcances de la exigencia ética que ofrece
Los estudios de Ricceur suscriben una ética en la cual la relación con los otros
todos los hombres y que se ve expresado, por una parte, en la noción de instituciones
justas. Por otro lado se afirma un telos cuya aspiración de vida plena queda supeditada de
40
Con los problemas que consecuentemente se derivan de ello, tal como lo analiza el mismo
autor al acusar cómo la solidaridad ha conducido a colectivizar la responsabilidad, lo que hace
cada vez más difícil y menos claro el proceso de imputar las acciones a los individuos concretos.
Ver esta apreciación en Ricceur, P. (1999) "El concepto de responsabilidad. Ensayo de un análisis
semántico". Lo Justo. Madrid: Caparros.
41
Para una discusión detallada acerca de la compasión y la solidaridad se puede consultar mi
trabajo del 2005 "Solidaridad compasiva y compasión solidaria en la conformación de la
identidad ciudadana". Para la discusión acerca de los problemas que plantea la noción de
responsabilidad en Ricoeur, también resulta interesante el trabajo "Ricceur on Responsibility" de
Van Hooft, 2004.
Capítulo I. La ciiíilidiid del vínculo 85
manera necesaria a la socialidad humana. Un telos que se realiza con el otro, para el otro y
por el otro.
de que el ser humano, para realizar su libertad con sentido y para completar su
garanticen el respeto de este legítimo derecho, es sin lugar a dudas contundente. Pero
aislado y abstracto, sino una persona concreta que entra en relación con aquellos que
se ama y con quienes guarda una relación de solicitud, de cuidado. Estas últimas dos
subsecuentes.
cada una por separado, puedan ofrecer un marco teórico suficiente para subsumir lo
planteamientos de Ricoeur son los que ofrecen una base comprehensiva al unir las
responsabilidad por el otro, que el ethos ricceuriano no logra asumir del todo.
ensayo De otro modo. Lectura de De otro modo que ser o más allá de la esencia
de Emmanuel Lévinas: "La eticidad en Lévinas germina a partir del <heme aquí> y en
privilegia al otro inasible como origen de todo sentido. Ricceur, en cambio, otorga un
capítulo: el giro relaciona! implica un posicionamiento teórico que sostiene que el ser
su diferencia, una antropología donde el yo se define como responsable del otro, ante
el otro, y por el otro; una antropología donde el sentido de lo ético pueda encontrase
Capítulo ¡. La cimüíliitl ílel vínculo 87
al tomar en consideración todos los vínculos posibles entre los hombres, los de
solicitud y los de cuidado; los vínculos mediados por la justicia y promovidos por la
libertad personal, así como los que quedando sujetos a la interpelación del otro nos
Sólo en el marco de una consideración tan amplia del giro relacional será
Se reproduce esta cita porque en cierta medida lo que se intenta hacer en este
conceptuación del vínculo ético, según el enfoque del cuidado que propone
dialéctica que Ricoeur ofrece. Se ha visto que hay diferencias y divergencias entre las
tres propuestas, pero que en cada una de ellas se describe la cualidad del vínculo con
acento en algún aspecto de la relación. Estos aspectos son los que deseamos ver
para significar un tipo de relación que igualmente podría caber dentro de los marcos
sugerir, al mismo tiempo, por más contradictorio que parezca: sujeción y autonomía;
en una idea tan vaga, abstracta o vacía, que terminara por no decir absolutamente
nada pertinente en relación con lo que aquí interesa, a saber, la cualidad del vínculo
ilimitada, sino que está pensada para describir una característica o cualidad de la
más precisa que nos sea posible, es una de las tareas fundamentales de este trabajo.
difusión de la revista que aparece por primera vez en 1991 bajo el nombre de The
Amitai Etzioni (1929—). Pero esta noción no tiene por que ser exclusiva del
Cupíiiilo /. La ciiíi/idíiil ii'el vínculo 89
Ricoeur, y Noddings. Por otro lado, en el marco de la filosofía continental, los análisis
Por ahora, tan sólo hacemos un primer acercamiento muy general para ir
habrá que señalar que esta noción hace alusión a la capacidad para responder, es
decir, la capacidad de dar respuesta. Pero en el uso del idioma español, y en lenguaje
persona. En cambio, en el idioma inglés parece existir una tendencia a utilizar verbos
más específicos como reply para los mensajes, answer para las preguntas, y respond
para las personas. Esta observación es importante para esclarecer, desde el principio,
cierto tipo de respuesta: la del ámbito ético-relacional, es decir con las personas. La
como la capacidad para responder o la capacidad para dar respuesta. ¿Cómo habría de
90 Capitulo 1. La cniíHJcul del vínculo
acciones que libremente se eligen u omiten. La sanción que como mérito o demérito
el que delibera, decide y actúa, desde su voluntad autónoma, para responder al otro
agente determina. Más que una voluntad autónoma que recurre a un código de
por la sujeción heterónoma a un otro que exige una respuesta y a quien se está
noción de individuo abstracto universal, que exige/merece igual trato o respuesta que
Capitulo I. La ciuiliífdtl del vínculo 91
"guardián del hermano". El "heme aquí para ti" levinasiano es la idea que refleja esta
derecho del otro, que como otro, tiene sobre mí. El derecho a interpelarme desde su
fragilidad y obligarme a responder ante su situación, sin que por ello quede obligado
hacia mí.
otro, sin las condiciones o precisiones que se han bosquejado antes. Noddings, por
ejemplo señala y describe como cualidades del cuidado ético los siguientes rasgos:
42
La noción de responsividad ha sido explorada en el ámbito psicoanalítico como aquel tipo de
"experiencia relacional con un terapeuta que está preparado para responder en una variedad de
formas que sean terapéuticamente específicas, tanto para el particular sufrimiento de su paciente,
como para sus esfuerzos en alcanzar sus particulares objetivos en la vida" (Riera, 1999,1). Esta
definición extrapolada al ámbito de la relación ética, quedaría circunscrita al ámbito de las
relaciones con los más próximos, con lo cual se acerca a la propuesta comunitaria, o bien, queda
su aplicación restringida al dominio de los espacios privados y de las relaciones interpersonales.
Se precisa incorporar otros elementos en la definición para ampliar la responsividad a un ámbito
más amplio.
92 Capitulo 1. La cualidad del vinculo
acción responsiva en la teoría del cuidado, está supeditada por un tipo de respuesta
que intenta poner en equilibrio el cuidado del yo y el cuidado del otro,44 alejándose
en cada una de las aproximaciones teóricas expuestas, para de ahí proponer al sujeto
ético como ser responsivo. Este paso permitirá, posteriormente, pasar al capítulo
especie de regreso al punto de partida, pero con nuevas visiones y elementos que
permitirán integrar esta propuesta en cada uno de los planteamientos de los tres
autores principales del presente trabajo. Finalizará esta tesis con un capítulo de
sin resolver, y en el que se ab^ '•<, nuevos horizontes de investigación para el tema de
la responsividad ética.
43
El subrayado es mío.
44
Al menos para lo que resulta ser la respuesta moral "madura", pues según el marco teórico de
Gilligan, al que se suscribe Noddings, la respuesta que pone al otro antes que al propio yo, es
decir un tipo de respuesta heterónoma de abnegación, es calificada como un nivel de respuesta de
un nivel inferior de madurez moral.
Capítulo 2
marco del giro relacional. Si la discusión acerca de la cualidad del vínculo constituyó
precisar algunas de las cualidades del sujeto relacional según lo propone cada
respuesta ética que suscribe, de manera articulada, ciertos rasgos del cuidado ético,
responsividad no sólo reconocerá la diferencia del otro, sino que también habrá de
expresarse como solicitud, como deferencia . La solicitud, por su parte implica una
actitud para ir más allá de lo que la norma establece como responsabilidad, apoyando
responsividad, se precisa, asimismo, abordar la cuestión del sujeto que sea capaz de
desplegarse como ser responsivo. Es preciso cuidar que esta determinación del sujeto
sujeto ético que sostienen las diversas aproximaciones abordadas en este trabajo. En
este apartado se examinan, una a una, las conceptualizaciones de sujeto relacional de los
tres autores para arribar, como cierre del capítulo, a una discusión donde se establecen las
matices para referirse al self. el que responde a los ideales liberales que ponen el
acento en el individuo, y el que responde a una idea del self definida en términos más
43
El término deferencia lo emplea Mélich (2001, p. 1 y sigs.) para remitirnos a una reflexión en la
cual establece los criterios para tratar la cualidad ética de la relación en torno a la diferencia:
"Una diferencia que no remita a nada más que a ella misma, una diferencia que se limite a
defender la diversidad, pero que no sea capaz de expresar de qué modo tiene que tener lugar la
relación entre las personas diferentes, corre el serio peligro de terminar en indiferencia, porque la
diferencia no es un valor ético, simplemente ontológico o, a lo sumo, sociológico. Por esta razón
resulta sumamente importante cambiar el punto de vista. Desde una perspectiva ética, la
diferencia, para no ser indiferencia, tiene que convertirse en deferencia"
46
Utilizaremos el concepto self, para evitar la psicologización que supone la utilización del
término yo y para diferenciarlo del sí mismo que queda reservado para referirnos a la propuesta de
Ricoeur. El término self en inglés, se utiliza como pronombre reflexivo del yo para
ético cuya identidad no está determinada únicamente por los referentes heredados de
derechos cuya libertad está por encima de los intereses de cualquier comunidad. El
sujeto individual.
problema de mutua exclusión entre la visión liberal y la visión comunitaria del self;
quedar superada desde el momento en que el self del cuidado toma lo mejor de cada
un self definido en términos del cuidado ético. Pero, ¿cómo podría conceptuarse
dicho self?
lugar, habría que señalar que el self del cuidado se forma en orden a un ideal ético, el
del cuidado, y que ello conlleva implícita y necesariamente un acento relaciona!. Este
primigenia; una relación que se reconoce como buena y que se añora. En un segundo
paso, se afirma que ese ideal ético del cuidado será incorporado como parte del ideal
del yo personal, de manera que el cuidado se vuelve un elemento identitario del self
de cuidado hacia el otro va a expresar la necesidad de este self ético, o ethical self,
De acuerdo con Noddings, el ideal ético del cuidado se nutre y brota de dos
entrañables momentos de relación con otro. Pero como estos sentimientos pueden ser
conservar ese tipo de relación particular con el otro, una relación basada en el
que va desde el cuidado natural que se reconoce como algo bueno, hacia el ideal del
cuidado que se reconoce como aspiración ética y con el cual el self se compromete.
En este momento cabe aclarar, sin embargo, que el ideal del cuidado ético
Noddings, buscará comprender las causas de dicho proceder y hará esfuerzos por
valorado. Porque el ideal del cuidado en el sentido más literal del término ideal, se
orienta por una aspiración a la perfección. Cuando la persona concreta que tiene
ideal haya de abandonarse, sino antes bien, que la persona ha de corregir su conducta.
términos del ideal del cuidado y se actúa de manera congruente con dicho ideal, el
ideal, ignorando o siendo indiferente hacia las necesidades del otro, el self ético
queda disminuido.
esta sanción extrema. No son los argumentos que se pueden esgrimir para
rechazarla, así como tampoco los argumentos que defienden el valor de la vida los
que pueden sustentar una oposición. Es el ideal ético del cuidado, el ideal de un self
ético, que se resiste a este tipo de condena. El ideal ético del cuidado establece que
todo ser humano debería tener la expectativa de una respuesta positiva por parte de
sus semejantes cuando requiere apoyo, ayuda y consuelo. El self ético que se niega a
ofrecer esta opción al condenado a muerte, no puede menos que quedar disminuido
penal y de que el ejecutado haya sido el peor de los criminales. "¿Qué efectos tiene
la pena capital en el ideal ético de los participantes: el jurado, los jueces, los guardias,
los reporteros que 'cubren' la ejecución, los testigos, los médicos, etcétera?" se
For me, if I had to particípate, the ethical ideal would be diminshed. The ideal self
would be diminished. My act would either be wrong or barely right —right in a
depleted sense. I might, indeed, particípate ethically —rightly in an execution but
only at the cost of revising my ethical ideal downward. If I do not revise it and still
participate, then my act is wrong, and I am a hypocrite an unethical... this is why I
oppose capital punishment. I do not want to kill if other options are open to me, and
I do not want to ask other in the comniunity to do what may diminish their own
ethical ideáis. (1984, pp. 101 y 102)
Así, el cuidado depende de la fuerza del ideal ético del self y ciertamente el
ejemplo de la pena de muerte supone una situación extrema. Pero lo mismo se aplica
48
Puede darse el caso de un interés instrumental de las relaciones con las personas que, desde
luego, estaría muy lejos del ideal ético del cuidado que se postula aquí. Para quien hace de las
relaciones un mero instrumento para el beneficio personal, los otros no le significan auténtico
interés, sino que, para utilizar una expresión coloquial, le tienen "sin cuidado".
social a la competencia más que a la colaboración; a la equidad y a la norma más que
otro, desde sus formas más sutiles como las estrategias de manipulación, hasta las
formas más nefastas de destrucción como en el caso de las guerras de cualquier tipo,
117). Por otro lado nuestras formas de organización social y el estilo de vida vigente
los más vulnerables y desprotegidos, de manera que las relaciones de cuidado están
más que el compromiso con un ideal, la que motiva y mantiene la relación de cuidado
hacia el otro. El cuidado, en sentido estricto, no llega a formar parte de un ideal ético
puesto que pronto se aprende que en la sociedad hay personas designadas para
desempeñar ese papel-función, y los ideales éticos personales asumen otros matices
Cuando Noddings habla de "mi ideal ético" o de su respeto por los ideales
éticos de los demás, "their own ehtical ideáis", queda claro que puede haber tantos
ideales de self ético, cuanto número de individuos que los sustenten. En términos
generales podríamos decir que los ideales de la justicia, de una vida virtuosa, y del
utilitarismo ético serían los grandes apartados en donde se fundarían los ideales
éticos. El ideal ético del cuidado, sin embargo, no se ajusta a ninguna de estas tres
tradiciones de la teoría ética. La fuente del cuidado está basada en la relación uno a
uno; en la relación originaría de donde emerge el ideal del cuidado. Como esta forma
de relación particular es previa al lenguaje, es independiente de contenidos
Una comunidad particular puede asumir el cuidado como uno de sus valores
teoría del cuidado y el self relacional nada tendrían que ver con la tradición
comunitaria o el cultivo de las virtudes comunitarias. Pero por otro lado el cuidado
tampoco se adhiere a las filas que propugnan por los derechos liberales y la justicia
esenciales como que, por un lado, no asume que la comunidad tenga un valor por
ideal ético. Fundado en la relación originaria, el ideal ético del cuidado se ensancha
recogen elementos para nutrir el ideal. La misma Noddings reconoce que es difícil
sustraer al self individual de la comunidad de relaciones en las cuales nos formamos
(1992, p. 4), pero a nuestro juicio, Noddings no aborda como asunto primordial el
marco comunitario.
mismo y no en algún otro precepto. La respuesta del cuidado surge ante la percepción
anterior que exija o determine que deba responderse así y no de otra forma. Así
como no es lo mismo "atender a lo que dice la persona" que "atender a la persona que
embargo, con esta distinción se quiere señalar que el ideal ético del cuidado poco
tiene que ver con las concepciones que intentan fundamentar una ética universal
ninguno de los marcos de las grandes tradiciones, tales como la ética de las virtudes,
contradictorio, tanto para la visión comunitaria como para la visión liberal, que
se intenta resolver las tensiones entre los diversos planteamientos con pretensiones de
forma de relación: la del cuidado. Son otros filósofos, como Slote, quienes se
diferentes, pero sin pretensiones de constituirse como referente único para la relación
por las bases que sustentan su propuesta, además de resultar pertinente, aportará
nuevos elementos a esta discusión. Es así que presentamos un sucinto recorrido por
En primer lugar habría que recordar que Buber inaugura una tradición en la
historia del pensamiento filosófico que supone un vuelco hacia la interioridad, pero
filosofía que sustenta una idea de sujeto y una idea de hombre como ser
conceptualización del hombre como ser abierto a la relación; un ser humano que sale
primero; como disponibilidad, como modelo anímico, como categoría del ser, el tú
104 Capitulo 2. El sujeto relaciona!
tendencia relacional se vuelve primordial para el yo. Buber explica esta tendencia
La tendencia relacional puede ser de los hombres entre sí, y de los hombres
como un estar situados en la relación; pero no hay una captación del tú como objeto,
49
Esta imagen se nos propone de manera sugerente, pues siempre podría decirse que la mano
extendida es un ademán reflejo, pero Buber responderá, que con ello no se explica nada, y
continuará hablando acerca de cómo el niño también fija la mirada en el rojo del tapizado, "hasta
que el alma del rojo se les haya revelado"... Buber escribe yo-tú con un lenguaje poético pleno
de sentidos metafóricos. Esto exige una lectura pausada y reflexiva que permita descifrar las
claves esenciales de lo que constituye su propuesta fundamental: la filosofía del diálogo.
Capítulo 2. El sajelo relaciona! \ 05
los objetos suponen límites definidos que impiden al yo entrar en relación con ellos.
Cada ello limita con otro ello, está confinado dentro de sí mismo y no puede haber
con el yo. .
relación varía. La relación entre la personas puede ser en términos de yo-tú o de yo-
ello. Pero en este último caso no se entra en auténtica relación con el otro, pues la
relación auténtica, la que nos hace humanos, sucede como acontecimiento y sólo
encuentro con el tú sucede fuera del tiempo y del espacio; es algo que nos llega
inintencionadamente, como una manifestación del espíritu. Así como el objeto que
sale al encuentro de la mano extendida del bebé, la relación yo-tú no es algo que se
pueda provocar, sino en todo caso, es algo para lo que el yo debe estar preparado y
abierto a recibir.50
La receptividad es el término que utiliza Noddings para describir este tipo de actitud hacia el
otro. Actitud necesaria para recibirlo, para percatarnos de su necesidad como condición necesaria
y anterior a la respuesta de cuidado. Porque el cuidado supone también una cierta forma de
anticipación, supone una actitud de estar "permanentemente" en actitud abierta para la relación
con el otro.
106 Capitulo 2. El sujeto reí ciclonal
propiamente dicha, a la vez que constituye un elemento que define al cuidado en sí.
para la relación con el tú, "aún cuando el ser humano a quien digo Tú no lo perciba en
sigue que la receptividad supone, ante todo, una disposición para entrar en la relación
yo-tú. Una relación que se explica como acontecimiento, como encuentro personal.
encuentro sucede sólo en forma esporádica, "Nos sentimos más cómodos en el mundo
del ello pues es un mundo que ofrece seguridad, satisfacción y que no exige
experimentadores, y nos valemos de las cosas y de los otros como si fueran instrumentos
La relación yo-tú puede entonces ser también una relación yo-ello, lo cual
inevitablemente sucede, pues dice Buber, "Cada Tú debe llegar a ser un Ello una vez
Capitulo 2. E! sajelo relaciona! 107
intervalo que queda entre el yo y el tú. Y para que la relación yo-tú sea posible, se
sentido de esta última afirmación, cabría contemplar al cuidado ético como una
otro ser.. Esto no encuentra paralelo en ningún otro rincón de la naturaleza. (Buber,
1970, p. 146)
puede vivir sólo en la forma de relación yo-tú, y que la relación yo-ello es parte de la
convivencia entre los hombres. Pero Buber advierte: "sin el Ello no puede vivir el ser
humano. Pero quien solamente vive con el Ello, no es ser humano" (2005. p. 35). Es
para ser "humanos"; estar dispuestos al encuentro con el otro, mantener una actitud
relacional. Para que aparezca como persona el yo de la palabra básica yo-tú, dirá
Buber, se requiere apertura, se requiere auténtica relación, pues "la persona aparece
cuando entra en relación con otras personas" (2005, p. 58). Y una forma de entrar en
relación es bajo la signatura del cuidado ético, del que ya hemos señalado la
condición de receptividad.
como un dato básico de la existencia humana. Pero para que dicha relación pueda ser
descrita como relación de cuidado, Noddings insistirá una y otra vez en la necesidad
Capítulo 2, El sujeto relaciona/ 109
de que dicha relación se manifieste en forma bidireccional, es decir, que existe una
cuidado, se mencionó que para Noddings hay una dependencia mutua la cual
relación no se lleva a cabo, la relación no ocurre. A esto se añadió que dicha condición
esta interpretación, específicamente aquellos que se derivan del intento de explicar cierto
tipo de relaciones fácticas de cuidado ético como los casos en que las personas pueden
relación. Pero en el mismo autor también podemos encontrar los términos o medios para
los párrafos siguientes, relacionándolo, desde luego con lo que aquí nos interesa, la relación
de cuidado.
110 Capítulo 2. E! sujeto relacional
Noddings (1984, p. 73) elige dos citas de Buber al entrar a discutir el tema de
La relación puede subsistir aun cuando el ser humano a quien digo Tú no lo perciba en su
experiencia. Pues el Tú es más de lo que el Ello conoce. El Tú hace más y le ocurren más
acontecimientos de lo que el Ello sabe. Ninguna decepción tiene lugar en este ámbito:
Aquí está la cuna de la vida verdadera. (Buber, 2005, p. 16)
Por otro lado tenemos, que el mismo Buber declara: "No intentéis debilitar el
siguiente: que aunque quien recibe el cuidado no logre percibir el tú del yo que se lo
otorga, es decir, que aunque quien recibe el cuidado permanezca en el ámbito experiencial
efecto, la relación puede completarse de otra forma. A tal efecto dirá la autora:
The freedom, creativity, and spontaneous disclosure of the cared-for that manifest
themselves under the nurture of the one-caring complete the relation... What the cared-for
gives to the relation either in direct response to the one-caring or in personal delight or in
happy growth before her eyes is genuine reciprocity. It contributes to the ma'ntenance of
the relation and serves to prevent the caring form turning back on the one-caring in the
form of anguish and concern for self. (1984, p. 74)
51
La autora hace la cita en inglés, pero tomamos la misma referencia de la traducción al español
de yo y tú, versión de Carlos Díaz, para facilidad de lectura.
Capitulo 2. El sujeto relaciona/ 111
desea mantener la teoría del cuidado en el ámbito filosófico más que en el psicológico.
Sin embargo sabemos que Noddings no tiene demasiada predilección por teorizar52 y que
Al indicar, por ejemplo, que la reciprocidad sirve para prevenir que el-que-
buberiano.
52
Al respecto vale recordar lo que la misma Noddings anticipa en la introducción a su obra:
"Presentaremos una visión coherente e iluminadora sin probar nada, y ciertamente, sin reclamar
que presentamos o que buscamos el conocimiento moral o la verdad moral". Más adelante
explica que su texto es un "ensayo en ética práctica desde la visión femenina" y puntualiza que el
problema de la reciprocidad será, posiblemente, el problema más importante que se discutirá. Lo
que el otro aporta a la relación es crucial, entre otras cosas, para separar a los infantes humanos de
los animales no-humanos; también para no recurrir a nociones o fuentes extemas —como las de
Dios o la santidad de la vida humana— en la fundamentación de la eticidad de las acciones (1984,
p.3y4).
112 Capítulo 2. El sujeto relaciona!
hacia la relación. Habría que proponer que la relación del cuidado ético, desde el
más bien, a un tipo de relación yo-ello. Tendría que aceptarse, por lo tanto, que la
experiencia" (Buber, 2005, p.16) o bien buscar otras vías de explicación para
cuidado. Una clave podría estar en la distinción que hace el mismo Buber acerca del ser
humano:
No hay dos clases de seres humanos, pero hay dos polos de humanidad. Ningún ser
humano es pura persona, ningún ser individual puro, ninguno completamente real, ninguno
completamente irreal. Cada uno vive en un Yo doble. Pero hay seres humanos tan
marcadamente personales que podría denominárseles personas, y otros tan marcadamente
individuales, que podría denominárseles seres individuales. (2005, p. 59)
dicha relación. En esta lectura de Buber también se ampliarían los alcances del cuidado
Capitulo 2. El sajelo relaciona! 113
ético, si bien circunscrito a las relaciones entre los seres humanos, más allá de lo que la
—en su capítulo siete—. Ahí distingue el cuidado hacia los animales no-humanos, hacia
las plantas, las cosas y las ideas (1984, pp. 148-172), con lo cual plantea, sin lugar a dudas,
que no hay verdadera posibilidad de relación ética entre las plantas y los humanos, porque
la relación lógica es unilateral y no existe ninguna forma de conciencia que pudiera recibir
podría pronunciar la palabra básica del par "yo-tú". El tú tiene un fundamento que va más
allá del mundo sensible y está reservado para los seres humanos. La relación yo-tú queda
como algo exclusivo de las relaciones entre las personas (Buber, 2005, pp. 12 y sigs.) y, en
todo caso, el cuidado de las plantas como expresión de un cuidado ecológico estaría en
en que dicha relación se puede describir erróneamente en función de los roles sociales y no
trascienda los papeles asignados socialmente. Por ejemplo, en el caso de las profesiones
dedicadas al cuidado de la salud, una enfermera puede establecer una relación de cuidado
yo-ello con sus pacientes, y de hecho muchas veces precisa hacerlo de esta manera por
114 Capítulo 2. El sujeto relacional
que realizaría un mecánico al reparar un motor. Decir que la salud del paciente es una
forma de reciprocidad que "completa el cuidado" constituiría una falacia, pues significaría
ninguno de los dos casos, podemos aventurar, con una simple descripción, si la relación de
cuidado se dio en términos del encuentro yo-tú o en términos de una relación yo-ello.
susceptibles de ser observadas en el trato de una enfermera hacia sus pacientes, pero estas
cual, reclama para sí una recuperación del concepto de persona y una comprensión amplia
polos de humanidad": como persona y como ser individual (2005, pp. 58 y 59). Si bien la
ética del cuidado pretende ser, como dice Noddings, "práctica, hecha para este mundo"
(1984, p. 99), igual es cierto que algunos de sus planteamientos requieren mayor revisión.
Capítulo 2. El sujeto relaciona! 115
self relacional; un self orientado por el cuidado hacia el otro como ideal ético. Por este
único principio de "no-dañar". Enlistar algunos de los rasgos que perfilan al sujeto
relacional del cuidado no deja de ser riesgoso, aún más si tomamos en consideración las
críticas que aquí se han señalado. Se pretende, sin embargo, asumir el riesgo y cerrar este
apartado con el bosquejo de algunos aspectos sugerentes acerca del sujeto del cuidado.
Comenzaremos por decir que, en el encuentro ético, el self del cuidado se sitúa en
la relación yo-tú, más allá de la relación objetivable, el self permanece lejano a los juicios
acerca del otro y antes bien, se muestra atento a sus necesidades. El self del cuidado ético
está presto a responder porque está abierto y sensible a las carencias que el otro manifiesta.
Porque se deja afectar por el otro es que se hace cargo de él. El self del cuidado ético
su misterio y su cualidad de inasible. No obstante, el self del cuidado ético también se hace
cargo de sí mismo, pues para que la relación permanezca es necesario que se conserve el
que cuida. En síntesis, el self del cuidado ético recupera, en el marco del giro relacional, el
sentido de la ética en el quién y el para quién de lo moral. Porque el imperativo que obliga
al cuidado ético, y al que obedece este self del cuidado, está determinado por el valor que
se otorga a las relaciones. Y si la relación importa, "no puedo menos que cuidar de ti, así
como de mí".
Pero hay una propuesta ética que supedita el cuidado del otro al cuidado del yo.
Una propuesta donde el yo queda totalmente subordinado al tú, sin la mínima posibilidad
de esperar, ni mucho menos exigir, reciprocidad. ¿Cuáles son los fundamentos de una
116 Capitulo 2. E] sujeto relaciona]
actitud ética de tan descomunal exigencia? ¿Podrá haber algo más importante que el
cuidado de la relación? ¿Qué condiciones se exigirán para el sujeto relacional desde esa
responder.
plural, y que sólo se da en una forma de caso dativo,33 que lleva implícito el ahí.
Autrui es un término que, por otra parte, sólo puede aplicarse a personas y no a cosas
como sería l'autre. Así la designación del otro para Lévinas, tiene un sentido muy
observaciones nos sirven para aclarar, como entrada para este apartado, dos cosas:
referente de lugar de quien escucha, que sería "allí". Este tercer lugar del ahí,
53
El caso dativo se aplica a sustantivos y pronombres, y generalmente marca el complemento
indirecto, es decir, sirve para designar a la persona o cosa que recibe el daño o provecho de la
acción verbal. Un sustantivo en caso dativo responde a las preguntas: "¿a quién?" o "¿para
quién?", formuladas al verbo.
Capítulo '-. El sajelo relaciona! 117
sin palabra que no es "uno de los dos" sino "uno entre los dos"; al margen de
2. que si bien ese otro-ahí, evoca una onto-teo-logía, no hay que perder de
bien". (2000, La huella del Otro, p. 116). Con esto queremos enfatizar que la
filosofía primera.55
fundamento la ética del cuidado, sino una relación que difiere sustancialmente de
que ésta no tiene que ser condición necesaria para que se dé el cuidado, intentando
expandir los alcances de este tipo de relación ética. Ahora, con Lévinas, la relación
"De ahí las críticas de Lévinas a la relación buberiana del yo y el tú", pone entre paréntesis
quien escribe la introducción citada (1993, p.31). En Buber, la relación yo-tú queda situada en un
mismo plano ontológico del ser. Con la utilización de Autri, Lévinas quiere expresar que hay una
dimensión más allá del plano ontológico en el que los miembros de la relación se encuentran
"encerrados".
55
A este respecto dirá Mardones: "Estamos ante un correctivo de toda la tradición filosófica desde
Parménides (el ser y el pensar coinciden). Se siente más bien la tesis anti-idealista de la relación
entre el ser y el bien. La ética tendrá la primacía en la filosofía de Lévinas". (1999, p.73). El libro
editado por Adriaan T. Peperzak (1995) Ethics at First Philosophy: The Significance of
Emmanuel Lévinas for Philosophy, Lilerature and Religión, constituye igualmente una excelente
recopilación de trabajos contemporáneos que abordan los planteamientos levinasianos desde
diferentes perspectivas, refrendando desde luego el acento que el filósofo lituano otorga a la ética
como filosofía primera.
118 Capitulo 2. E! sujeto relaciona!
con el otro toma un sentido más amplio, un sentido metafísico cuyo fundamento ya
no estará en aquello que señalamos como "uno de los dos polos de humanidad", es
ontológica del ser, en algo que trasciende y desborda aquello que tradicionalmente se
autorreflexión del yo deja paso a una posición donde el ser del yo y del otro van a ser
definidos como exterioridad y alteridad absolutas, como deseo metafísico, como idea
filosofía de la unidad totalizadora o del sujeto universal, para proponer una nueva
de Lévinas. Un sujeto que se encuentra vinculado con el otro por una responsabilidad
Lévinas para sostener esta afirmación que en las últimas décadas del siglo XX y
En De otro modo que ser o más allá de la esencia, publicado por vez primera
en 1978, Lévinas ofrece un desarrollo amplio y profuso de las ideas esenciales que él
aparición de esta obra. De dicho análisis seleccionamos las siguientes categorías que
otro. Tales categorías son, el des-inter-és o lo "otro" que ser, la excepcionalidad del
otro modo que ser o más allá de la esencia (2003), para Lévinas "La vida
sensible tiene unos relieves y acentos propios, una pluriformidad que ninguna
metáforas, por permitirse ciertas licencias literarias y jugar con el lenguaje, sin por
crípticos sus escritos, pero al mismo tiempo parecen desplegarse con toda naturalidad
cultivo de la sensibilidad, o bien, como un interés suyo por despertar otras formas de
dejado al margen un aspecto esencial de la experiencia humana que tiene que ver con
a la que Lévinas se aboca es una categoría que se resiste al análisis lógico. Es preciso
humana. Su olvido en aras de la razón ha llevado a cometer las atrocidades de las que
Capítulo 2, El sujeto relaciona] 121
el giro relacional; pues la apertura al otro, la susceptibilidad para dejarse afectar por
podamos instrumental izar. El giro relacional aquí propuesto, no supone una relación
entre contratantes. Los pactos son producto de la razón humana y de la misma forma
hermano?", y comenta:
La pregunta de Caín, que parece tan brutal, sería totalmente razonable en un mundo
sin vínculos, y todas las prédicas sobre las responsabilidades globales de la humanidad
no serían sino mala retórica para ocultar el hecho de que nadie tiene por qué responder
ante nadie por la suerte de los otros seres humanos o de la naturaleza, (p. 4)
Individual ized Society (2001), nos recuerda que "en la pregunta de Caín empezó toda
la inmoralidad", como afirmó Lévinas. Bauman llama a Lévinas "the greater ethical
Tanto los comentarios de la filósofa española, como los del sociólogo polaco,
sirven para reafirmar nuestra apuesta por el giro relacional, y en el marco de éste, la
supone recobrar aquello que, a pesar de ser parte esencial de lo humano, ha quedado
relegado, como la sensibilidad para dejarse conmover por el otro para dar lugar a la
piedad y a la compasión. También, para dejarse afectar por una mirada doliente,
encuentro definido por una lógica que no es la de la negociación o la del contrato. Por
un discurso que no exige razones pero acepta responsabilidad, un discurso que tiene
reconocernos responsables los unos de los otros, para mover las voluntades y para
entre la conciencia del ser y el tiempo en que dicho ser se reconoce como ser.
De ahí su insistencia en buscar otra salida al ser, un ser de otro modo que ser.
Pero no sólo "ser de otro modo", pues ser de otro modo es aún ser. Lo "de
otro modo que ser", dirá el mismo Lévinas en Etica e Infinito, en verdad no
tiene un verbo para designarse. (2000, p. 84). La salida del ser ha de ser a
el Otro (1993) es una investigación que intenta comprender el papel del tiempo en
esa relación: el tiempo no como una simple experiencia de la duración, sino como un
dinamismo que nos lleva más allá de lo que es igual a nosotros, es decir, con la
alteridad. Los dos análisis principales que sostienen esa tesis son, por una parte, la
relación erótica, "relación —sin confusión— con la alteridad de lo femenino" (p. 56),
y por otra parte la relación de paternidad que va de mí a otro que, en cierto sentido, es
"¿Es el tiempo la limitación propia del ser finito o la relación del ser finito
...sino como modo del más allá del ser, como relación del pensamiento con lo Otro
la eternidad, sino como relación con lo inasimilable, con lo infinito que no se deja
útil para reafirmar estas nociones. Es importante entender que al decir que el hijo es
sentido egocentrista. Nada más lejano a la filosofía levinasiana que intentar justificar
el afán inútil y neurótico de algunos padres que pretenden vivir a través de los hijos.
y gracias a que el hijo es absolutamente otro, la relación con esa alteridad implicará la
incapacidad absoluta para com-prender al otro, y mucho menos para vivir a través de
él/ella. Recordemos que la relación levinasiana se define con el autri, con aquello
no se reduce a éstos.
parábola situada en un bar de barrio que podría encontrarse en cualquier ciudad del
mundo. En esta parábola su autor, Emilio Martínez Navarro, presenta las diversas
otro, es la que abre la posibilidad de una auténtica transformación en las vidas de las
personas. Más allá de la moraleja que ofrece la parábola, a saber, que el encuentro
126 Capítulo 2. El sujeto relaciona!
sensibilidad para estar más atentos hacia las necesidades de los más desfavorecidos y
humana, todos y cada uno de nosotros somos desconocidos o extranjeros para otros,
humanos.
uno de los ideales liberales que la modernidad parece haber dejado en el olvido.58 La
idea de fraternidad, gracias a la cual nos hacernos prójimos del desconocido, del
3. Por último, hemos de señalar una tercera condición que también surge de
58
Igualdad, libertad, fraternidad, eran los ideales que perseguía la Revolución francesa. La
aspiración de estos ideales liberales la podemos ver concretada actualmente en la Carta de
Derechos Humanos, un gran avance para la humanidad. No obstante, a pesar de que este
documento atiende esencialmente las ideas de igualdad y libertad, se queda corto en su intento de
reflejar las aspiraciones de relación fraternal entre los hombres.
Capitulo 2. El sujeto relaciona! 127
estructura gramatical regida por normas formales, pues esta es una función
lógica del ser, y es a lo que Lévinas llama el ámbito de lo dicho. Este ámbito,
fuera tan popular en los años setenta. Los estudios proxémicos en torno a la
comunicación reportaban que, al hablar, el lenguaje verbal aporta sólo siete por
ciento de lo que deseamos transmitir; el tono de voz contribuye con treinta y cinco
proximidad con el otro supone una dimensión relacional que va más allá de los
con la alteridad supone una salida del ser y el encuentro con la trascendencia. Y el
Apuntes del curso Competencias Comunicativas impartido por la Dra. Alma Silvia Rodríguez.
Tecnológico de Monterrey, 1998. También es posible encontrar estos datos en Watzlawick, Paul
(et.al.) (1971) Teoría de la comunicación humana. Interacciones, patologías y paradojas.
Buenos Aires: Tiempo Contemporáneo.
128 Capitulo 2. El sujeto relaciona]
contrario, lo que buscan los estudios proxémicos es aportar datos que permitan
mejorar las competencias comunicativas. Pero este tipo de competencias, así como la
efectividad, eficiencia, optimización, y otros semejantes, son los que se aplican para
sino que es exposición ante el otro. En el decir no se trata del intercambio de signos,
Capítulo 2, El sujeto relaciona} \ 29
El lenguaje es, por lo tanto, una expresión derivada del decir como
Es esta función reveladora del lenguaje la que hace que el decir sea más importante que
palabras, no es gracias al lenguaje que entramos en relación, sino que gracias a que
Uno dice "¡Buenos Días!" antes de hablar con el otro. El buen deseo inaugura todo
lo que seguirá. En un cierto sentido es el pensamiento, el Cogito mismo, desde
siempre un habla. (Pero) aquí no se trata de la pregunta psicológica acerca de si
puede haber un pensamiento sin habla. Y aunque así fuese, el pensamiento se
hablaría a sí mismo. Y en el Decir uno se ha encontrado al otro". (La Huella del
Otro, 2000, pp. 104-105)
130 Capitulo 2. El sujeto reladonal
Para Lévinas, el análisis del lenguaje está orientado a reafirmar el sentido de una
relación en la que por el decir se nos revela la profunda alteridad del otro y, gracias a ello,
Education (1994), en la cual la autora sostenía que no es por lo que decimos —lo
dicho— que podemos enseñar valores morales. Haciendo una crítica a los límites que
del día lo que nos interesa. Lo que importa es estar ahí porque el otro es quien nos
Capítulo 2. El sujeto relaciona! 131
mantener una actitud de auténtica apertura e interés por el otro, en la disposición para
"estar ahí" y escuchar a los niños, como la vía idónea de proveer una auténtica
una relación que así lo atestigüe. Los niños no aprenderán a valorar al otro mediante
discursos, sino con la vivencia de un cierto tipo de relación, así como la observación
de la forma en que sus mayores se relacionan con terceros. Cabe aclarar que la
se está presuponiendo una salida del ser. Lo que Noddings nos recomienda es ser de
propuesta ética levinasiana supone, por el contrario, otro modo que ser, es decir, una
salida del ser. Analizaremos esta última idea en el apartado donde nos aproximamos
apuntan hacia una forma particular de concebir el encuentro interhumano y hacia una
compadecernos ante las tribulaciones del otro, para conmovernos ante su condición
que cabe es ser el guardián del hermano o dejar de ser una persona moral.
Por otro lado, la alteridad absoluta del otro exigirá una relación de proximidad
otro, cabe la posibilidad del acercamiento y del encuentro que nos revelará la
rostro. Un yo que se torna guardián del hermano en la diacronía del tiempo y queda
Por último, y en relación con el decir, cabe aclarar que, como expresión
tampoco mero decir primitivo o infantilismo del decir" (Lévinas 2003, p. 60). Porque
el decir no pertenece al orden del ser sino que acontece como responsabilidad más
allá del ser y como actitud de pasividad en el encuentro con otro. Una actitud que
más allá del ser, y de la esencia, devela el sentido ético de lo humano en otro
Al final del ensayo Ética como filosofía primera Lévinas se plantea si la pregunta
"ser o no ser" deba ser la primera y última cuestión para la filosofía. Es que el ser
una respuesta afirmativa para tal cuestión será precisamente lo que se tomará como
punto de partida en este apartado, para la indagación por un "otro modo que ser"
para el ser humano. El rompimiento con la condición ontológica del ser será lo que
permitirá a Lévinas desarrollar y proponer una original comprensión del ser humano
ligado a la ética.
así: si la trascendencia tiene un sentido, no puede significar otra cosa por lo que
respecta al esse6 del ser, que el hecho de pasar a lo otro que el ser. Pero cuando ser y
rechazar queda igualmente subsumida en el ser. En todo caso, se abre un vacío que
"se rellena inmediatamente con el sordo y anónimo ruido del "hay". Y si la pregunta
entonces esa modalidad de "lo otro" que no sea en el ser o desde el ser? Porque no se
trata de ser de otro modo, ya que esto implicaría permanecer en el ser, sino que pasar a
Lévinas pondrá una nota para explicar por qué escribe esencia y no esancia, y para diferenciar
al esse en cuanto distinto del ens.
134 Capitulo 2. El sujeto relaciona!
"lo otro" significa buscar una respuesta a ser de otro modo que ser, es decir, a una
Para efectuar este paso a "lo otro" fuera del ser, Lévinas recurre a la noción de
del ser que colma todo intervalo de la nada (2003, p. 46). Lévinas sostiene que esta
esencia o esse es, por lo tanto, iníeresse. Y en este juego de palabras donde equipara
El interés del ser se dramatiza en los egoísmos que luchan unos contra otros, todos
contra todos, en la multiplicidad de egoísmos alérgicos que están en guerra unos con
otros y, al mismo tiempo, en conjunto. La guerra es el gesto o el drama del interés de
la esencia. (2003, p. 46 y 47)
De aquí se desprenderá que la clave ética para la trascendencia, para ser de otro
desinterés y adiós, afirmará sin ambages Lévinas en Dios, la muerte y el tiempo (1998,
perseverar en el ser, en tanto fuerza que impele a continuar existiendo, es una idea que
requiere abandonarse para dar paso a una dimensión ética de lo humano. Una
dimensión en la cual se exige abandonar los egoísmos "alérgicos" para hacerse cargo
del otro, hasta el grado de sufrir y morir por él. En el des-inter-és se revela lo distintivo
61
El párrafo que aquí concluye describe la posición de Lévinas y permite contemplar la exigencia
de su ética en toda su desmesura. Porque en la vida cotidiana ser humano significa, por una parte,
el deseo de apropiarse del mundo y de ser feliz, pero por la otra, nos topamos con el hecho de que
el otro tiene que ser atendido y demanda nos hagamos responsables por él.
Capítulo 2, El sujeto relaciona! 135
para la filosofía. La pregunta por lo humano no será: ¿por qué el ser más bien que [la]
nada?, sino ¿cómo el ser se justifica? La respuesta a la justificación del ser se fundará
en la relación ética, en la responsabilidad absoluta hacia el otro que parte del ser-
característico de lo humano.
del otro significará en buena medida la pérdida del propio derecho a ser. Es por eso
que no se puede permanecer impasible ante la interpelación del otro, pues ahí se
que prohibe matar. A este respecto cabe anotar la afirmación de Peperzak (2004) al
analizar el discurso levinasiano y dejar anotado: "It is better to lose my life than to
take yours; the worst thing that can happen to me is to live on without moral worth"
La pregunta por la justificación del ser estará entonces respondida por una
62
En párrafos anteriores, Peperzak ha mostrado que el rostro del otro revela que el imperativo
"¡No me mates!", responde al hecho innegable de que no podemos pretender tener el monopolio
del mundo; el mundo no me pertenece sólo a mi. El otro tiene tanto derecho como yo a ser en el
mundo. La justificación de mi ser en el mundo estará dada en términos del reconocimiento y
aceptación de tal derecho en el otro. Y si yo no reconozco en ese otro su derecho a ser, estaré
renunciando irremediablemente a mi propio derecho. A ese derecho en el que se juega la propia
dignidad y la propia humanidad.
136 Capitulo 2. El sujeto relaciona!
el des-inter-és, es decir la retirada del yo frente al otro, lo que vendrá a colmar la medida
que ser. La relación ética será entonces responsabilidad por el otro, hacia el otro, y del
ensimismado, que pudiera sentirse libre y merecedor del derecho a existir por encima
sujeción— del mandato del otro, antes que sujeto libre y autónomo. Antes que merecedor
Ahora bien, Lévinas nos previene de que el modo de pensar que él propone no
cara a cara del yo-tú, impondrá ciertas exigencias que habrán de regresarnos al
discurso del ser y del saber como conocimiento. Porque en la relación interpersonal,
ese tercero fuera de la relación? O ¿cómo entrar en relación con ese tercero sin
norma, de una regla para regir la infinidad de relaciones posibles entre todos los yoes,
intersubjetiva ante la aparición del tercero. Es ante estas tensiones que Lévinas concede:
Se necesita una justicia entre los incomparables. Por tanto, es necesaria una
comparación entre los incomparables y una sinopsis, una puesta en conjunto y una
contemporaneidad; se necesitan tematización, pensamiento, historia y escritura... En
este desinterés que, siendo responsabilidad para con el otro, es también
responsabilidad para con el tercero, se perfila la justicia que compara, reúne y piensa,
así como la sincronía del ser y la paz. (2003, pp. 61 y 62)
política. La lógica del desinterés no cabe en estos argumentos, pues en esta paz, los
Ello quiere decir que no se ha encontrado aún la salida de los "egoísmos alérgicos".
medida en que el interés que la fundó permanece. Es, por lo tanto, una paz inestable,
inter-és o el ser-para-el-otro, ese modo de ser humano "más humano que el conatus ",
138 Capítulo 2. El sujeto retad anal
aún no se ha logrado. En esta argumentación, si bien Lévinas reconoce que esta paz
inestable es mejor que la guerra, y acepta los límites de su planteamiento acerca del
desinterés, sigue sosteniendo su posición original por la cual la salida del ser es la
Es así que el análisis levinasiano apunta algo muy específico respecto al rol
existencia, pero al mismo tiempo nos hace ver que su fundamento es bastante
del ser, parece ser la única salida posible. La necesaria "comparación entre los
... los seres no se comparan como rostros sino como ciudadanos, como individuos,
como una multiplicidad en un género, no como «unicidades» (...) Cuando hablo de
unicidad, me refiero también a la alteridad del otro: el único es el otro en sentido
eminente, no pertenece a un género o no está en su género. Hay un antiguo texto
talmúdico que siempre me ha impresionado: Dios es extraordinario en todo lo que
hace. En efecto, los Estados usan un molde para imprimir moneda Con un único
molde fabrican muchas piezas semejantes. Con el molde que imprime su imagen,
Dios es capaz de crear una multiplicidad disímil: los yoes, únicos en su género. Un
rabino lituano del siglo xviii, Rabbi Haim de Volozine, concluye de ello que cada
uno -cada hombre único en el mundo- es responsable del universo entero. Con ello
quiere probablemente sugerir también que, más allá del derecho -y toda vez que el
derecho es respetado en todo su rigor-, la misericordia de cada cual contiene recursos
infinitos, no deducibles, imprevisibles: los poderes del único. (Lévinas, 1993, 254)
Capítulo 2. El sujeto relaciona! 139
yo-tú asumida más allá de la esencia. El desinterés y la excepcionalidad del otro que
impide toda comparación, que ya hemos discutido, así como la pasividad del uno-
supondría una exigencia ética inalcanzable para el hombre común, dar el brinco del
egoísmo alérgico al desinterés, es decir, pasar del ser en sí y para sí, al ser-para-el-
para acercarnos a esa humanismo del otro hombre que se propone en una ética como
la levinasiana?
En primer lugar, habría que alejarse del esquema del sujeto intencional, un
sujeto que es voluntad, interioridad al ser, interés, y por tanto, psiquismo. Desde esta
cielo de la Ciudad terrena;" (Lévinas, 2003, p. 261). La nada sutil ironía con que
que la ética levinasiana no supone una actividad de la voluntad, sino una pasividad
propio yo. El yo aparece ya como deudor del otro, porque la responsabilidad por el
...el uno-para-el otro, fundamento de la teoría en tanto que hace posible la relación
y el punto fuera del ser, el punto del desinterés necesario para una verdad que no
quiere ser pura ideología, no es lo que se entiende por "subjetividad
comprometida". El compromiso supone ya una conciencia teórica en tanto que
posibilidad de asumir... asunción que desborda la suscepción de la pasividad.
(Lévinas, 2003, pp. 211 y 212)
con el otro sucede como acontecimiento, es decir, como algo que viene de fuera del
proximidad resulta posible gracias a la apertura pasiva para recibir al otro, una
responder por el otro hasta el grado de tomar su lugar y morir por el otro. Pero esta
se puede pedir que el otro me sustituya a mí, puesto que recurrir a esta lógica del
levinasiano es absoluta pasividad con respecto del otro. En otras palabras, sólo se
constituye como yo en tanto "está aquí" para el otro y por el otro. Un yo situado aquí
por sí y para sí, no podría permanecer abierto para recibir al otro. Volcado sobre sí
mismo, no estaría preparado o no podría percatarse del otro. Por eso el yo abordado
Los que sugieren los verbos como vaciarse, consumirse, exiliarse, refieren a
pasividad del "heme aquí" sería una condición sine-qua-non para aproximarse al
That acceptance and obedience to the calis by which the phenomena provoke us do
not constituía purely passive events is easily shown. An appropriate response is not
an automatic reaction, such as that found in a laboratory, a mechanical device, or
vegetativa growth, because the attention, reception, and acceptance presupposed by a
sensitive response is entirely dominated by the effort of inventing and realizing an
appropriate (re)action. M (Elements ofEthics, p. 117)
sensibilidad que se pide como condición para la respuesta, y en segundo lugar, la idea
equivaldría a decir que, en primer lugar, se tendría que hacer coincidir la respuesta de
aproximación hacia el fenómeno con lo que las propiedades del fenómeno exigen
63
"Corresponderse is ...a ñame for our capacity to respond appropriately to all that is given".
(Peperzak, 2004, p. 101)
64
Los subrayados son míos.
Capítulo 2. El sujeto relaciona! \ 43
respuesta que no siguiera el camino que el imperativo le dicta no sería una respuesta
lugar. Cuando la interpelación del otro está dirigida de manera particular a una
persona concreta (A), aun en el caso de que alguien más (B) actuara en el lugar de
el tú le exige.
morir por él. Para expresarlo de manera sintética, desde la perspectiva levinasiana,
sustituirme a mí.
imperativo que prohibe matar son condiciones de la pasividad, (b) la pasividad o ser-
mismo hasta el grado de tomar su lugar y morir por el otro. Con estas cuatro
Hasta aquí hemos hecho una presentación de tres aspectos cruciales que
disposición para tomar el lugar del otro hasta el extremo de morir por él.
de sujeto ético que ofrece, podrán aportar nuevas perspectivas a este trabajo.
Del self de la teoría ética del cuidado, pasando por el guardián del hermano de la
ética levinasiana, llegamos al sujeto de imputación moral ricoeuriano, a partir del cual
presentada en este trabajo. A las consideraciones aportadas por la ética del cuidado
ético la responsabilidad por el otro hasta el extremo de estar dispuesto a morir por él.
que la violencia y la indiferencia del hombre contra el hombre, son acciones que se
justicia y la fraternidad entre los hombres, será importante explorar las objeciones
que se hacen a las diferentes propuestas, e investigar lo que sus críticos proponen a
cambio. Conocer las flaquezas de una teoría y buscar alternativas para subsanarlas, o
posible una reflexión renovada y profunda con potencial para orientar las decisiones
y acciones humanas; una reflexión, desde luego, que habrá de contar con
filosofía primera, intenta fundarse lejos del ser-para-sí y se nos propone como ser-
mismo que no fuera equivalente al yo?, o para decirlo de otra forma, ¿sería posible
ser-para-el-otro, tampoco quede encerrada en una egología?, ¿en qué consistirá una
identidad del sí mismo que puede incluir al otro en su propia constitución?, ¿qué
a la definición de ethos planteada por este autor, introdujimos una breve discusión
relación yo-otros. Señalamos entonces que la solicitud hacia los cercanos, por una
parte, y el apego a las normas de las instituciones justas, por la otra, constituían las
otros aspectos requeridos para la comprensión adecuada del sujeto ricoeuriano, como
hace Ricceur de las tres modalidades de la pasividad como formas en las que, de
Lévinas es, sin duda alguna, el filósofo de la alteridad, sin embargo, Ricoeur
hace una crítica fuerte acerca de ciertas posiciones defendidas por Lévinas. El ensayo
titulado De otro modo. Lectura de "De otro modo que ser o más allá de la esencia de
Emmanuel Lévinas" (1999) es un buen ejemplo de las objeciones que Ricoeur hace a
tal sarcasmo que bien podría confundirse con una fuerte animadversión. La escritura
blanco de ataque para las críticas de Ricceur; pero, desde luego que no sólo es el
estilo de escritura lo que se critica, sino nociones como la de obsesión por el Otro, el
pasividad de una identidad sin arché, entre otras. A estos conceptos, el filósofo
francés opondrá con "todo empeño" según sus palabras, las tesis que se condensan en
sujeto ético, con elementos derivados del sí mismo ricoeuriano, elementos que el self
del cuidado ético, por una parte, y el sujeto levinasiano, por la otra, no alcanzan a
resolver desde sus respectivos encuadres teóricos. Por otro lado resulta necesario
buscar una vía alterna para atender el tema de la justicia hacia el tercero, es decir,
para considerar la cualidad ética del ámbito de relaciones que quedan fuera del marco
tema de la justicia hacia todos "los otros otros" (2004, "¿Es relevante para el siglo
cuestión que ni el cuidado ético ni la ética levinasiana resuelven del todo en sus
Ricoeur aporta a este respecto. Este último autor muestra especial atención al tema de
66
Mencionamos dos obras que expresan esta preocupación central del autor: Lo Justo (1999) y
Amor y Justicia (2001).
Capítulo 2. E! sujeto relaciona] \ 49
propone extender esta noción al ámbito de las instituciones y plantear que no sólo
han de manifestar lo que se ha venido llamando responsabilidad social, sino que sus
plantea aquí.
filosofía ricceuriana. Este concepto se refiere, en primer lugar, a una significación que
pretende definir el tipo de certezas a las que puede aspirar el análisis hermenéutico en
medio camino entre la certeza pretendida del saber cartesiano y la sospecha recelosa
Ricoeur: "No hay 'verdadero' testigo sin 'falso' testigo. Pero no queda más recurso
contra el falso testimonio que otro testimonio más creíble; y no hay más recurso
150 Capítulo 2. El sujeto reí ación al
contra la sospecha que una atestación más fiable" (p. XXXVI). Nunca tendremos la
Crédito sin garantía, pero más fuerte que toda sospecha, la noción de
prescriptivo. "La atestación puede definirse como la seguridad de ser uno mismo
agente y paciente", dice Ricoeur (2003, p. XXXVI), y gracias a esta seguridad es que
Ser interpelado por otro, recibir la acción del otro, supone una actitud de
pasividad en relación con el otro. En tanto movimiento que procede del exterior, el sí
mismo se puede atestar como paciente o receptor de la acción iniciada por otro. Pero
como un tipo de respuesta que hace caso omiso de su interpelación, puede tomar
Capí!u/o 2. El sujeto relaciona/ 151
corresponder a una ignorancia real y efectiva del otro, es decir, a una ignorancia que
ignorar deliberadamente la presencia del otro, no puede sino suponer una respuesta
activa del sujeto, por lo cual, la acción de ignorarlo, como "respuesta", queda sujeta
al criterio de imputabilidad.
reconocimiento de que hay alguien ahí para ser interpelado, es decir, que hay alguien
creencia, de que alguien está ahí para responder. Esto conduce a suponer que se
sería absurdo una interpelación dirigida al vacío. En este orden de ideas es posible
ver que quien interpela, agente en primera instancia, pasa a ser paciente al recibir la
obtiene; o bien, donde el que es llamado "se hace sordo" a la interpelación, y quien
solicita sólo recibe su rechazo. Pero en cualquiera de los dos casos, la interacción ha
de imputabilidad moral.
reconocido como tal por quien le interpela. También, porque hay un sí mismo que se
tiene la confianza, que no la certeza, de que hay otro ahí para responder; cuando se
Partir de la idea del sujeto levinasiano como "guardián del hermano", como sujeto
ético que se debe al otro, que responde por el otro y para el otro y que existe sólo
68
Que el "¡heme aquí!" signifique una afirmación o una negación del sí, es otra discusión que
será abordada más adelante. Pero en todo caso, podemos anticipar que incluso en el caso de
sostener una negación del sí, es posible argumentar, con base en la atestación, que se requiere un
sí previo, que hay una necesidad imprescindible de un sí, antes de proceder a su negación.
Capítulo 2. El si/jefo relaciona! 153
Pronunciar las palabras ¡heme aquí! significa decir que el otro puede contar conmigo,
interpelación, que al ser rehén estoy a merced del otro en una especie de heteronomía
parecer borrosa a menos que se acepte verla en el dinamismo de ser uno mismo
sí, y mucho menos puede decirse que el oscurecimiento de sí represente algo ajeno a
la estima de sí. La retirada del sí y la respuesta ética del "sujeto hecho culpable por la
154 Capítulo 2. E! sujeto relaciona!
expectativa del otro", no han de tener por efecto sustituir la estima de sí por el odio
de sí (Ricoeur, 2003, pp. 171 y 172). Para Ricceur la imputación de la acción moral ha
del conocimiento, en el campo del saber, ¿en la equiparación del ser con el pensar
que intentaba dejar atrás la fenomenología levinasiana?, ¿es que estamos de vuelta en
la filosofía del Mismo? La respuesta es negativa, pues el autor francés reclama para
sí una filosofía del Mismo distinta de aquella a la que replica la filosofía del otro.
En primer lugar, vale recordar que "Decir sí, no es decir yo" (Ricoeur, 2003,
p. 187): ese yo soberano del Cogito que hace de ser y pensar algo sinónimos o
supone, al mismo tiempo, una identidad ídem equiparable al Mismo de las filosofías
la que, en "nombre propio", responde por la promesa hecha al otro. Identidad que
responde al imperativo dictado por el otro en el "No matarás", pero que responde
porque ha hecho propia esa voz, porque la voz que dicta el imperativo se ha convertido en
una convicción propia que permite pasar del acusativo "¡heme aquí!" al nominativo
posición del filósofo francés es que "una ontología sigue siendo posible en nuestros
titula precisamente "¿Hacia qué ontología?", puesto que Ricceur quiere establecer una
demarcación muy clara con las ontologías del pasado, filosofías cuyo valor histórico
reconoce, pero a las que acusa de haber reprimido un potencial de sentido, "por el
(2003, p. 330).
modo de ser del sí, esclarecer el tipo de ente o de entidad, que es el sí. Esta tarea la
la distinción entre ipseidad y mismidad; y por último, la tercera, "con mucho la más
compleja y la más englobadora, puesto que compromete al título mismo de esta obra,
p. 353), aproximación que resulta de interés para este trabajo por lo siguiente. Si la
responsividad supone una noción que describe el tipo de aproximación que una
persona puede manifestar en su acercamiento hacia la alteridad del otro —un tipo de
que lo permitan. En este sentido, pensamos que el análisis ricoeuriano puede aportar
coincidimos en una doble pertenencia: con el reino de las cosas o la carne, y con el sí
tipo de sufrimiento que es superior al del dolor físico y que se manifiesta como
"disminución del poder de obrar, sentida como una disminución del esfuerzo por
existir". Porque decir "soy" es decir "quiero, muevo, hago" y padecer, por definición,
355 y 356).
deriva del "quiero", sino exactamente a la inversa; no es porque quiero obrar que
puedo hacerlo, sino al contrario, es porque puedo obrar que se puede querer. En este
sentido, el cuerpo propio representa un principio pasivo del cual el yo depende para
obrar en el mundo. Ahora bien, ¿cómo se relaciona esto con la alteridad? Sacando a
La carne es el lugar de todas las síntesis pasivas sobre las que se edifican las síntesis
activas, las únicas que pueden llamarse obras... ella es el origen de toda "alteración
de lo propio". De éstas resulta que la ipseidad implica una alteridad "propia", si se
puede hablar así, cuyo soporte es la carne (2003, p. 360).
158 Capitulo 2. E! sujeto reí ciclonal
en tanto que éste nunca pensó el sí como otro y sólo pensó la alteridad en cuanto a
un cuerpo distinto entre todos los otros cuerpos igualmente diferenciados. En cambio,
supondría una incapacidad en la re. ^. ion Ínter subjetiva, ya que, para responder a la
asuma mediante la identidad ipse, pues con la ipseidad, Ricceur va un paso más allá
un sí que pasivamente recibe la alteridad del otro, pero que también es capaz de
Para ir cerrando este apartado, diremos que la expresión nominativa del "aquí
como "/<7 seguridad de ser uno mismo agente y paciente" (Ricoeur (2003, p.
conciencia que llama o conmina al sí de la ipseidad; una voz que no obstante estar o
después de haber realizado un amplio rodeo por Hegel, Kant, Fichte, Nietzsche y
Freud. Sólo nos referiremos a este último para sintetizar el argumento que refuerza la
relación entre ipseidad-alteridad, que es lo que aquí nos interesa. La voz de los
aquí que, por mediación de la figura ancestral, la conminación del otro resuena en mi
atestación de sí (2003, p. XXXVI). Con la atestación del sí, Ricoeur salva el obstáculo
constreñida a una definición abstracta, pues los "seres" en torno de los cuales se
medita, afirma el filósofo, son sujetos particulares de los cuales se pueden afirmar
que son seres hablantes y agentes, que son accesibles a preceptos, y que utilizan el
(2003, p. 174). El séptimo estudio de Sí mismo como otro (2003, pp. 171-212), está
dedicado al análisis de esa intencionalidad ética del sujeto, un estudio que se aborda a
Maclntyre, la cual remite a las reglas aplicadas a las prácticas humanas en orden a
Capitulo 2. E! sujeto relaciona! 161
parte, remite a la función que, como tarea más amplia, se aplica a la vida humana en
el sentido ético-cultural que nos viene de Aristóteles. "El ergon, es a la vida tomada
apreciamos a nosotros mismos en cuanto autores, y, por tanto, siendo otra cosa que
solicitud: una relación donde se reconoce el "tú también" del otro, es decir, donde se
plan de vida buena se encadena al segundo componente del objetivo ético, al que
no se inicia por la interpelación del otro, sino que más bien constituye un despliegue
162 Capitulo 2. El sujeto relaciona!
pensarse la una sin la otra y no puede considerarse como bueno ningún plan de vida
buena que no considere al otro. El razonamiento que sostiene esta última afirmación
se expone enseguida.
capacidades del sujeto. Ricoeur toma de Merleau-Ponty la expresión "yo puedo" para
yoicidad. Por el contrario, el acento principal de esta frase "hay que ponerlo en el
(2003, pp.186 y 187). Es así que la capacidad para evaluarse a sí mismo, para estimarse
Por lo tanto, no se podrá juzgar como bueno ningún proyecto de vida elegido "en
solitario", es decir, sin tomar en cuenta que éste ha de ser con y para otros. Por
último el tipo de relación que me liga a esos otros a quienes considero como parte y
70
Aristóteles distingue tres clases de amistad; según lo "bueno", según lo "útil", y según lo
"agradable". Ricoeur se apoya en esta discusión clásica para afirmar cómo la clase de amistad a la
Capítulo 2. El sujeto relacional 163
que sea mutua, es decir, recíproca. No puedo decir que alguien es mi amigo, si ese
amistad de la solicitud nos recuerda aquella condición exigida por el cuidado ético, a
saber, que cuando quien recibe el cuidado no reconoce o manifiesta de algún modo
reciprocidad que el filósofo aborda desde la amistad, posee otros rasgos que conviene
resaltar.
amigo porque es amigo, es decir que se le quiere por ser quien es y sólo por eso. No
se le quiere por interés, sino que se desea su bien y se tiene la convicción de que él
desea el bien para nosotros. Se podría decir que hay una especie de gratuidad en la
que aquí se refiere, debe estar orientada por referencia a lo bueno y no mediatizada por el
egoísmo.
164 Capitulo 2. El sujeto relaciona]
común un "vivir juntos". Este "poner en común" posibilita que nos alegremos con el
mismo, el bien del amigo representa también "mi" bien; y lo contrario, el pesar del
puede estar anclada en una estima de sí que sea incluyente de la primera y segunda
párrafos anteriores, que no se puede decir "ese alguien es mi amigo", si ese alguien
no me reconoce a su vez como amigo suyo. Pero esto no quiere decir que la amistad
sea una mera cuestión funcional, pues si de acuerdo con la cita anterior las funciones
son reversibles, no lo es así con las personas, para quienes habría que añadir la
hace que cada persona sea irreemplazable en nuestro afecto y en nuestra estima"
Capítulo -. El sajelo relaciona! 165
(Ricoeur, 2003, p. 201). En este sentido, un nuevo amigo nunca podrá reemplazar a
del intercambio entre estima de sí y solicitud por el otro. Dicho intercambio permite
decir "que no puedo estimarme a mí mismo sin estimar al otro como a mí mismo.
aplicable a la amistad, sino también "a todas las formas inicialmente desiguales del
relaciones de solicitud. Por lo que respecta a las relaciones con todos los demás, no es
posible aplicar los criterios de la solicitud, porque en principio, y sólo para anotar una
proyectos de vida posibles en el universo de todos los otros otros. "Así, se impone
un límite a cualquier intento de reconstruir el vínculo social sólo sobre la base de una
serán rostros" (Ricoeur, 2003, p. 204) Para esta vida en común se requiere, ya no de
histórica, que la hace fuerte en tanto organización social plural por la inclusión del
tercero. Por el otro lado se tiene la idea de dominación corno regulación de las
relaciones por parte de la institución política que distingue a los gobernantes y los
gobernados. O para decirlo muy sucintamente, la distinción está dada por la acción
político. Las instituciones políticas, es decir, las que cuentan con el poder legítimo
para establecer y hacer cumplir las reglas coaccionantes, no son las instituciones
justas a las que alude o interesan a nuestro autor. Ayudará a entender con mayor
... lo justo comprende dos aspectos: el de lo bueno, del que señala la extensión de las
relaciones interpersonales en las instituciones; y el de lo legal, el sistema judicial que
confiere a la ley coherencia y derecho de restricción. En el presente estudio, nos
referiremos únicamente al primer aspecto (2003, p. 206)
aplicar una norma común para los proyectos singulares que se desprenden de las
cumplir con la promesa, la verdad debida a los moribundos, así como el respeto
debido al embrión (que no es persona ni cosa). Luego de analizar cada situación por
Kant y Peter Kemp, Ricceur llega a concluir que en los tres casos existen tres mismos
• que la búsqueda del "justo medio" parece ser un buen consejo y que su
sabios. La convicción que sella la decisión, dirá Ricoeur "goza entonces del
Así, el tender a la vida buena y las instituciones justas tendrán que ser metas o
y de una sensibilidad o "tacto moral"71 desarrollado, así como de una actitud abierta
71
El filósofo catalán Norbert Bilbeny, en un ensayo titulado La revolución en la ética. Hábitos y
creencias en la sociedad digital. Barcelona: Anagrama, 1997, aborda magisrralmente el papel de
168 Capitulo 2. El sajelo relaciona!
Dilucidar la cualidad o modo de ser del sujeto relaciona! como ser responsivo exige
cualidades que definirían al sujeto responsivo. Para abordar esta segunda cuestión se
ética a la cual responderían las cualidades del sujeto responsivo, no podría sustraerse
a la herencia que la liga con otros desarrollos teóricos de la ética. Vale aclarar que
conceptualización del sujeto relacional de la ética, por lo que este apartado constituye
sólo una primera aproximación para determinar las cualidades que, desde nuestro
los sentidos en la interacción humana, y analiza la incorporación del tacto y la mirada al lenguaje
moral. Al respecto nos dice, "el hecho de actuar o hablar con acierto y delicadeza, esto es el
obrar con tacto... Pero el tacto moral por antonomasia es aquel en que el contacto, de palabra o de
hecho, se lleva a cabo con sabia medida, sin presión ni energía, pero también sin desdén ni titubeo
ante el ser con que tratamos" (p. 91).
Capítulo 2. El siijelo relaciona! 169
en qué consiste el bien y qué se entiende por justicia. El carácter general y amplio de
justicia. Esta ha sido y es la tarea de la reflexión ética, la cual ha dado como resultado
puede ser equiparable a una virtud, y que, por lo tanto, no podríamos hablar del
esta designación.
No puede haber un justo medio para esta noción desde el momento en que la
Lengua Española nos remite al verbo comedir, que se deriva del latín commetiri, con
un servicio, como disposición que se anticipa a las necesidades del otro, que se
respuesta,73 sin quedar sujeta al cálculo prudencial. Como a-comedirse significa no-
lo que nos llevaría a afirmar que el acomedimiento no tiene mesóles. Esta cuestión
nos recuerda la discusión entre virtud y justicia del capítulo V de la Ética Nicomaquea,
donde Aristóteles señala que "La justicia es también una posición intermedia, pero no
72
En el idioma español, acomedirse es una expresión que se utiliza en Colombia, Guatemala,
México y Perú, para referirse a la disposición de prestarse a hacer un servicio al otro. Los
significados tienen que ver con gratuidad, desinterés, solicitud espontánea, consideración por el
otro, etc. Implican tomar como tarea personal aquello que, en principio, es responsabilidad de
otro; acomedirse con el otro es hacer por el otro y con el otro lo que se tiene que hacer. Hay una
"iniciativa" para apoyar al otro sin que el otro lo pida expresamente. El acomedimiento se da ante
lo que se percibe como una necesidad o "interpelación silenciosa" del otro. No hay en el
acomedimiento algún interés ulterior de por medio. No se trata de "hoy por ti, mañana por mí". El
acomedimiento es gratuito y no instrumentaliza la relación.
73
Esta forma de responder, veremos en el capítulo siguiente, tiene que ver con la alteridad. El
trabajo de Waldenfels (1997) apoyará fuertemente nuestra argumentación en esta línea.
Capitulo 2. El sujeto relimomtl 171
del mismo modo que las otras virtudes, sino porque es propia del medio, así como la
intermedia sería errado, pues por su significado no puede colocarse en el mismo sitio
La responsividad, por otra parte, supone una dimensión relacional que la virtud
justicia son lo mismo en su existir, pero en su esencia lógica no son lo mismo, sino
constituirse como hábito, ya que éste puede cultivarse de manera personal y con
74
Apoyan esta idea los argumentos de Ricoeur en Amor y Justicia (2001). Específicamente la
diferenciación entre la lógica de sobreabundancia y la lógica de equivalencias, así como el
sentido des-medido de la economía del don. Ver reseña sobre dicho texto en Patino (2005). Amor
y Justicia. El afán conciliador de la filosofía moral. Revista de Humanidades: Tecnológico de
Monterrey, No. 18. (pp.283-291).
172 Capitulo 2. El sujeto reí ciclonal
otro y requiere de ese otro para expresarse. De manera que nuestra noción no es
pensarla en términos del deber. ¿Se puede decir que tengamos el deber de ser
aunque hay ciertas situaciones que obligarían éticamente a responder al otro mediante
la gratuidad del don75. La regla aplicable a todos implicaría, en primer lugar, saber
responsivo con el otro y cuáles no. En segundo lugar, habría que llevar al plano de la
formas, es decir, con actitudes diferentes. Aquí es donde cabe hacer una distinción.
No se puede, como deber directo, obligar a una persona a que tenga "de corazón" una
saber en qué medida dichas conductas sean auténticas o actuadas, es decir, en qué
medida brotan del deseo genuino de satisfacer las carencias o necesidades del otro.
75
Kant ofrece los argumentos pertinentes para mostrar desde el aspecto formal, cómo la máxima
altruística de beneficencia hacia aquellos en necesidad es un deber universal (2006, [6:453] §30,
pp. 202).
Capitulo 2. E! sujeto relaciona] 173
como la compasión por ejemplo, pues este sentimiento, nos dice el filósofo, pues
"éste es todavía uno de los impulsos que la naturaleza ha implantado en nosotros para
hacer lo que la representación del deber por sí misma no lograría cumplir", (2006
cualitativamente de las reglas que rigen al deber que funda el contrato —moral—.
veces en razón de ciertos deberes y derechos determinados por la función de rol que
la relación tiene que ver más con las personas independientemente del rol o papel
la responsividad supondría más bien un tipo de relación con "el socio" y no con "el
76
La traducción al español de esta cita fue realizada por la autora de esa tesis.
Quién debe estar al servicio de quién, quién se debe acomedir hacia quién, son cuestiones que a
menudo se encuentran tipificadas en los códigos éticos de las profesiones, por dar un ejemplo.
Pero la noción de responsividad como deber indirecto, no puede estar tipificada puesto que nos
obliga a todos con independencia del papel social o profesional que se desempeñe.
174 Capitulo 2. El sujeto relación al
otras palabras, así como nadie se sorprende de que las personas deban guardarse
respeto entre sí porque el respeto es algo exigible a todos y esperable de todos, así
ciertas actitudes que disponen hacia el otro puede plantearse como un deber moral
indirecto. Sólo cultivando ciertas capacidades y cualidades humanas puede haber cabida
para que la responsividad se exprese como una forma de relación ética con el otro.
En este apartado toca entretejer ciertos rasgos del cuidado ético con algunos aspectos
solicitud y del respeto ricoeuriano. Con ello intentaremos dar cuenta de la dimensión
responsiva del sujeto relacional. Estas consideraciones estarán apoyadas además por
las contribuciones que hacen al tema otros filósofos contemporáneos, como Peperzak
78
Que el acomedimiento y la responsividad sean algo "fuera de lo normal", resulta ser un hecho
ciertamente lamentable, pues lo ideal sería que cada vez fueran más los casos extra-ordinarios de
"estar ahí para el otro" y no lo que constatamos a la inversa, "mejor no cuentes conmigo".
Debido al marcado individualismo que actualmente se agudiza, parece que cada quien vela por sí
mismo y por sus propios intereses, sin percatarse siquiera de que hay otro ahí, mejor dicho,
muchos otros ahí, a quienes vendría bien una consideración acomedida y/o responsiva de parte de
sus semejantes.
Capítulo 2. El sajelo relaciona! 175
cumple con el ideal ético del cuidado, y viceversa, que la capacidad ética se ve
esta autora, en la relación del cuidado, el encuentro yo-tú ocurre como acontecimiento y
Dejarse afectar por el otro es igualmente una condición del cuidado. Las
condiciones y disposiciones que hemos enumerado para el self del cuidado: que tiene
como ideal ético al cuidado, que es receptivo, que se deja afectar por el otro y que
respuesta apropiada. Basta asumir que cuidar al otro es una cierta forma de
appropriate response, coming from the heart, to the realities that occur to us, to me, it
2004, Ekments ofEthics, p. 108).9 Cuando la realidad que nos ocurre presenta ante
humanidad.
deliberativo, está en consonancia tanto con las condiciones del cuidado ético como
perspectiva del cuidado las personas simplemente se preocupan por el bienestar del
otro y responden a sus necesidades; que el cuidado por el otro y del otro no se detiene
order to be doing so, while the just agent must see himself as acting justly in order to
be doing so" (p. 332). No se debe malinterpretar, sin embargo, que la responsividad,
79
El subrayado en appropiate response es nuestro. Por otra parte, en "Respuesta a lo extraño.
Rasgos fundamentales de una fenomenología responsiva" (Waldenfels, 1997), se señala que el
término responsividad procede originalmente del campo de la medicina, y se emplea para
referirse a "la capacidad de un organismo para "responder" a las exigencias del medio en que
vive". En términos del entramado de relaciones que aspiran a calificarse como éticas, diremos
que cuando un otro exige cuidado, la respuesta correspondiente, o responsividad, sería lo
lógicamente esperable.
Capílalo 2. El sujeto relaciona! 177
comprensión adecuada del fenómeno singular a la luz del contexto en el cual emerge.
Esta agudeza perceptual, junto con la disposición para dejarse afectar por el otro y
abrirse ante su interpelación, son elementos que se exigen también para la respuesta
requieren o son condiciones del cuidado ético y pueden expresarse sin contradicción
Por otra parte, y de acuerdo con la teoría ética del cuidado enmarcada en los
poner en un mismo nivel las necesidades propias y las del otro, es decir, que cuidar al
concretas cuando las necesidades del yo y del otro entran en conflicto, cuando
atender unas implica desatender otras, la respuesta moralmente apropiada tendrá que
casos, será aquella que posterga las propias necesidades por atender al otro y en
resulte ser una mera respuesta egocéntrica, sino la respuesta apropiada, habría que
hasta el extremo de estar dispuesto a morir por él. Estrictamente hablando, no habría
inspiradora, pero poco probable de ser aplicada literalmente en la vida de todos los
de entenderse como respuesta apropiada que incluye también al propio self como un
otro, para el propio yo. Un yo como alguien que también requiere cuidado, atención y
queda en el nivel meramente abstracto, Peperzak propone una ética que se materialice
en las situaciones concretas de toda relación humana; una ética que incluye a todas
Otro camino para resolver las tensiones yo-tú que suscita la ética levinasiana
incluyente de la alteridad del otro. Esta cuestión es a la que atiende Ricceur mediante
el análisis de la identidad ipse y la estima de si. Desde el punto de vista teórico, con
modera la posición del yo como "primera" persona para dar lugar a un si donde no
hay primeros, ni segundos, ni terceros, pues el sí ricoeuriano incluye al yo, tú, él/ella;
en singular y en plural.80 Esto por lo que se refiere al nivel de abstracción que implica
80
Vale decir que el camino recorrido por Lévinas contribuyó, y en mucho, a lo que Ricoeur
produjo. Para criticarlo ciertamente, pero sin duda como un claro referente en torno al cual pudo
presentar contra-argumentos en orden a la construcción de su propia teoría ética.
180 Capitulo 2. El sujeto relaciona!
prudencial—, lo cual añade una dimensión más a lo que teníamos anotado acerca del
el otro, son cualidades del sujeto responsivo. Además, que la preocupación por crear
y mantener instituciones justas debe ser parte medular en su motivación para actuar
impone el rostro del otro, añadimos la consigna de guardián del hermano. Todas
Podría parecer que los atributos señalados como condiciones o cualidades del
sujeto responsivo son ideales imposibles de plasmar en la singular concreción del ser
Capítulo 3
La capacidad ético-responsiva
Estas preguntas son, entre otras, las que orientarán el desarrollo del presente capítulo.
clara y precisa que sea posible, las ideas acerca de la responsividad. Se enfatizarán
aquellas condiciones o elementos sin los cuales la respuesta ética no podría quedar
éticas. Las acciones humanas en que se responde éticamente al otro pueden estar
apoyadas, por ejemplo, en el sentido del deber. El dictado del imperativo kantiano es
universal. Pero dicha respuesta estaría determinada por el carácter abstracto y formal
de responder.
182 Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva
considera en primer lugar un deber que, desde su autonomía, tiene que observar con
luego que la necesidad del otro es lo que demanda que el agente haga algo, es decir,
que, desde su alteridad inaprensible, me sujeta a responder ante él/ella y por él/ella.
heteronomía.
que responde a una interpelación del otro no explicable en el orden de una razón
81
Interesarse en lo que hace la persona es enfocar la atención en el qué de lo que se hace mientras
la persona pasa a un nivel secundario. En cambio interesarse en la persona que lo hace, es dejar
el qué como algo secundario para centrar la atención en el quién.
Capítulo 3. La capacidad ético-respoiish-u 183
postulan desde la formación del carácter y el cultivo de las virtudes, por mencionar
paciente.
tiene que ver con la capacidad ético-responsiva; una capacidad que si bien ubicamos
acción al agente, estableciendo una relación estrecha entre teoría de la acción y teoría
deliberación:
184 Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva
En primer lugar decimos que la acción es raía, tuya de él, de ella, que depende de
cada cual, que está en su poder. También decimos que la intención es la intención de
alguien, y es de alguien de quien decimos que él/ella tiene intención-de. (...) el
propio agente [examina su intención] cuando considera las opciones que se abren
ante él y sobre las que delibera. La adscripción consiste, precisamente, en la
reapropiación por el agente de su propia deliberación: decidirse es resolver la
discusión haciendo suya una de las opciones consideradas [cursivas mías] (p. 83-84).
predicados que constituyen los fenómenos psíquicos pueden ser atribuibles tanto al sí
sentido comprendemos sin tener en cuenta la diferencia entre las personas a las
semántica a la pragmática.
La segunda aporía tiene que ver con el estatuto de la adscripción con respecto
afinidad, que está por precisar con prescribir?", se pregunta Ricceur (2003, p. 88). El
de imputación moral en la que se deducen dos cosas: que las acciones son
susceptibles de ser sometidas a reglas (estimadas lícitas o ilícitas) y que los agentes
reprobación). "El agente, decíamos, es el poseedor de las acciones que son suyas.
Decíamos también que pertenece a alguien el hacer esto antes que aquello" (Ricceur
ética se hace evidente82. No obstante en este cuarto estudio de Sí mismo como otro,
Ricoeur permanece aún en el plano de la teoría de la acción para analizar, como una
"Decir que una acción depende de su agente equivale a decir que está en su poder".
(2003, p. 91)83 Este poder-hacer como seguridad del agente de poder hacer cambios
QA
poder para responderle. Pero en este caso parece que se deja fuera del marco de la
otro, pues no se puede ser "poderoso" y "débil" al mismo tiempo. Sin embargo, el
mismo estatuto ontológico del sí, en cuanto agente y paciente, ofrece una salida. La
capacidad del agente para responder a la interpelación del otro depende en primer
lugar, de una disposición previa para recibir dicha interpelación. Una disposición
que, diremos, junto con Lévinas, supone apertura al otro y absoluta pasividad. Es el
8?
En Sí mismo como otro, Ricoeur anuncia con frecuencia las relaciones que tendrán sus estudios
acerca de la teoría de la acción con sus estudios posteriores donde aborda el problema de la ética.
El sentido de poder hacer de esta capacidad hay que abordarla en el sentido de poiésis y no de
praxis. Cada encuentro personal supone una situación singular, es decir, que la respuesta ética
siempre tendrá un sentido particular o extra-ordinario. En sentido estricto, no se pueden
establecer normas y reglas concretas para una respuesta responsiva como praxis.
Que es una certeza que proviene de una creencia "no dóxica", conviene recordar.
186 Capitulo 3. La capacidad ético-reapomivu
al señalar que cuando el hombre dice "puedo" es porque lo sostiene una certeza: la
de saberse capaz de hacer, pensar, desear o sentir aquello de lo cual dice "poder". Es
decir, que este poder es la condición que da lugar a una comprensión del hombre
como ser capaz de realizaciones propias. Sin embargo, la capacidad personal como
capability, es como algo que se agrega al ser, como un atributo gracias al cual el ser
expresión "to be able (of)..." o ser capaz (de —actuar en el mundo—)... queda claro
dicha capacidad.
del agente, pues se requiere necesariamente del otro para que la expresión ser
éticamente capaz, "to be ethic-able'" tenga sentido. La capacidad ética, como aquí se
85
En un yo ensimismado, es decir, encerrado herméticamente en su mismidad, no hay cabida
para esta irrupción de lo ajeno, de la irrupción del otro. No hay por lo tanto, la posibilidad de
actualizar la capacidad ética-responsiva. Esta situación nos recuerda el testimonio de Primo Levi
cuando decía del soldado nazi que "no lo veía", que "lo traspasaba con su mirada": no había ahí
ninguna posibilidad de respuesta ética para obedecer el imperativo "no me mates". Por otro lado,
la posición de altura que el otro representa para el yo fundamenta la idea de sujeción al otro
gracias a la cual se hace posible hablar del sujeto responsivo como paciente y no sólo como
aírente
Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva 187
tendría que suponerse en plural, y nunca en singular; que esta capacidad requiere al
menos de dos para actualizarse, y que no hay un sujeto éticamente responsivo sin un
decimos, por ejemplo, que el hombre es capaz de desear el bien para sí y para su
prójimo, y que este deseo o aspiración es lo que nos caracteriza éticamente como
seres humanos, es decir, como aquello que nos humaniza. Pero la capacidad de
como deseo, sino como acción obligada, es decir, como concreción de un mandato
apropiadamente a todo lo que nos es dado, y que las respuestas apropiadas dependen
introspección explicitas (p. 101 y 110). En este contexto es comprensible que responder
en cuenta". Por eso en ocasiones se evita el encuentro con el otro, "le sacamos la
como parece a primera vista y responde a un doble juego del sujeto como agente y
paciente, de un sujeto que tiene el poder para actuar, pero que al mismo tiempo
Ciertamente hay una forma de respuesta ética elemental: el buen deseo hacia
el otro. Para explicar esta afirmación, vale recordar el ¡Buenos días! de Lévinas que,
como buen deseo, "inaugura todo lo que seguirá" (La huella del Otro, 2000, pp. 104
esa socialidad que se expresa como exposición ante el otro y que constituye la base
tiempo, un poder y una debilidad. Tal capacidad implica, ante todo, la disposición
para dejarse afectar por el otro, un estar abierto al otro que se topará,
(or someone) to affect us, we are challenged: being affected (that is, feeling an
affection) is feeling provoked and urged to react", dice Peperzak (2004, p. 62). La
encerrado en sí mismo. La apertura al otro supone, por tanto, el riesgo de tener que
primer lugar, por la disposición para ser afectado por el otro. Desde la perspectiva
decir, que está a disposición del otro, en una posición de asimetría donde se
convierte, como diría Peperzak, en "su humilde servidor" (Etica como filosofía
qué") expresada como respuesta a una persona que agradece un favor recibido, es
asimetría donde siempre será el otro (el tú) quien se sitúa en la posición más alta con
respecto al yo.
responsiva, más que consistir en una fuerza poderosa, sea más bien una
coloquiales, de que se puede tener o poseer una capacidad de esta naturaleza. Como
cuando decimos que el ser humano tiene una capacidad para relacionarse, para
y actualice como respuesta ética. Es decir, demanda ante todo uno disposición para
Q/-
dejarse afectar por el otro y hacerse responsable de él/ella, pero también de una
convicción para asumir el sentido relaciona! que nos humaniza, más allá del sentido
Al respecto de esta capacidad para dejarse afectar en términos levinasianos, Tallón (1995)
escribe una esclarecedora nota al pie de página de su texto Nonintentional Affectivity, Affective
Intentionality, and the Ethical in Levinas 's Philosophy: "Levinas holds that affectivity is the basis
of responsibility; that is, one's ability to be affected in vulnerable embodiment grounds one's
ability to respond. Being created is the event of our most aboriginal affectivity: one exists only as
recipient of being given existence (...) one's very existence is due to a nonintentional affectivity
(...) The second affectivity is intentional (not in the sense of willed but in the sense of conscious):
as embodied one is already in motion toward others, moving in space and time in a world already
peopled with others. Diachronic nonintentional affectivity becomes synchronic affective
intentionality when the trace of the infinite left in us by creation meets the other person in tune
and becomes the face to face of my neighbor (p. 118). De la misma manera analiza los dos
momentos de la intencionalidad afectiva según Ricceur: an affection plus an intention, "the first is
a being affected (affection) and the second the affective response (intention). (p. 109). Como se
puede apreciar en estas anotaciones, Tallón hace coincidir la intencionalidad afectiva de Levinas
y de Ricceur.
192 Capitulo 3. La capacidad élico-respomivn
dimensión como persona concreta, y/o del desarrollo o deterioro de dicha capacidad
Considerar que se puede comprender al otro para responder, desde esa comprensión,
a lo que pensamos que el otro requiere o solicita, no puede ser calificado como un
otro es, cualquier pretensión de que podemos develar el misterio que constituye la
en la comprensión de ese otro como alguien semejante o igual a mí, más bien, en lo
contrario: en la diferencia absoluta que ese otro representa con relación a mí. En la
relación ética no trata de asimilar o englobar al otro desde el yo, sino por el contrario,
del otro para responder a su exigencia; o bien, que exista la necesaria apertura del yo
encuentro. Como la analogía de la mano extendida del bebé a la que hace alusión
Buber (2005, p. 30). Una disposición abierta al encuentro que no busca algo
preconcebido, sino que ignora totalmente lo que puede encontrar y sin embargo, se
prepara a recibirlo, estar ahí para lo otro, o estar ahí para el otro.
apertura para recibirle y para responder a sus posibles exigencias, pero tal como ese
otro las formula, no en razón de lo que yo pudiera pensar que ese otro necesita. La
a las exigencias del otro concreto. El otro es quien demanda de mí que haga algo en
que yo decida como bien para él. Esto significa la imposibilidad de prever respuestas
implicaría una reformulación de la regla de oro "no hagas al otro lo que no quieras
que te hagan a ti" a "no hagas a otro lo que ese otro no quiere para sí", o bien, de
"haz con el otro lo que te gustaría hicieran para ti" a "haz con el otro lo que ese otro
194 Capítulo 3. La capacidad étkwespomh-a
S7
gustaría para sí". Sólo a partir de esta reformulación responderíamos
que abrimos este apartado, los universos de lo tuyo y de lo mío son irreductibles entre sí.
Ahora bien, es importante señalar que el querer al que nos referimos no está
referido a una mera apetencia o inclinación caprichosa, sino que se trata de un querer que
podría ser racionalmente elegido como algo bueno para la propia persona88. Esta
aclaración resulta pertinente para abordar, por ejemplo, el tema de la diversidad cultural.
Podemos caer en el error, por ejemplo, de imponer al otro formas para tratarlo que
cuenta que desde su perspectiva y/o cultura particular dichas formas podrían resultar
sensibilidad especial para apreciar el valor de la diferencia y una apertura para acoger
87
En esta reformulación se utiliza el sí en un sentido referido sólo a la tercera persona, y no en el
sentido amplio en que lo utiliza Ricouer
88
No se trataría, por ejemplo, de responder a los antojos o chifladuras de un niño, cuando ello
podría acarrear un daño para el niño mismo. Tampoco estamos hablando de satisfacer los
caprichos de una persona que demanda algo a todas luces irrazonable o disparatado. Estamos
hablando de un respeto a la singularidad y diferencia que el otro representa, y de actuar conforme
al respeto que dicha diferencia demanda de nosotros.
89
La imagen del extranjero a la que hace alusión Lévinas, y la responsabilidad ética que nos
sujeta a éste, tanto como a la viuda y al huérfano, se puede interpretar no sólo en términos de la
vulnerabilidad que este otro representa y que paradójicamente desde su debilidad, exige, sujeta,
obliga a responder ante él y por él. Pero la imagen del extranjero también tiene una lectura en el
sentido del extraño, de la alteridad absoluta que el otro representa para mí, de mi incapacidad
para comprenderlo, de su completa irreductibilidad a lo familiar, a lo conocido. No obstante ese
grado de extrañeza, he de ser capaz de responderle y sujetarme a su exigencia ética; una exigencia
que me viene desde su altura, desde su extrañeza o extranjería, y que requiere una forma
particular de respuesta. El análisis de este tipo particular de respuesta es de lo que Waldenfels se
ocupa en el trabajo Respuesta a lo extraño. Rasgos fundamentales de una fenomenología
responsiva (1997).
Capítulo 3. La capacidad éticíH-esponsh>a \ 95
que se exige a uno es igualmente exigible a todos. La respuesta responsable puede ser
que demande el otro, como alteridad absoluta, siempre será algo que escapa a la
sin correr el riesgo de borrar la alteridad de donde surge, ya que si la razón —que es
tendría cabida.
logos del yo con una voz que es alteridad absoluta, por lo que la respuesta, "respuesta
justificaciones (razones) para su actuar. La ética que nace del espíritu de esta
algo y que responde ante alguien. Ser responsable de mí mismo ante el otro, por
ejemplo, implica que hay algo que debo decir y/o hacer por él o para él; un algo que
está en mi poder concederle porque es algo que yo poseo. ° En segundo lugar, debo
dar cuenta de mi proceder ante alguien, como si hubiera una especie de tribunal
mi respuesta al otro efectivamente fue como debía. Esto supone, desde luego, que
En tercer lugar, estoy yo mismo que, como sujeto de imputación moral o sujeto de
se puede dar, sino que es precisamente lo contrario, se responde con lo que no se tiene.
90
Respondo por mí mismo, por mis palabras, por mis acciones, por mis omisiones. Porque poseo
el lenguaje, porque soy dueño de mi tiempo, porque soy dueño de mi mismo y de mi voluntad
para actuar. Estamos ante un logos "egológico".
Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva 197
A este respecto cabría detenerse a analizar cómo ciertas situaciones suelen ser
una respuesta que va más allá de lo que en términos de una responsabilidad fincada
en la razón universalista, pudiera ser exigible a todos o de todos. Suele acontecer que
cuando la respuesta supera tales límites, y luego se entrevista a la persona que actuó
sobre su propia actuación, como las siguientes: "me desconocí a mí mismo", "nunca
me creí capaz de tal cosa", "no sé de donde me salió la fuerza o valor para hacerlo" o
mismo que implica tales frases, pone de manifiesto esa condición de "dar lo que no
se tiene" de la cual habla Waldenfels; un tipo de respuesta que parece salir "de otra
interpelación viene dada por una alteridad que escapa a toda comprensión. El
respondiente puesto que no tiene criterios para juzgar algo que escapa al orden de
señala Waldenfels, (1995, p. 43) porque la demanda del otro no puede ser satisfecha
alteridad y singularidad del otro se han borrado en razón de un logos que equipara a
responsable argumenta las razones de su proceder para dar cuentas de sus acciones y
saldar así su compromiso moral ante el otro, hay que señalar que desde la perspectiva
puede decir "ya cumplí" y quedar "liberada" de su obligación hacia el otro. Pero en
que obliga a responder ante el otro es anterior y posterior al propio yo, de manera que
uno nunca puede decir "ya cumplí" y dejar saldada la deuda. La respuesta de
la capacidad ético-responsiva, nos coloca ante una dimensión que escapa al logos
tradicional y nos ubica en una ética que hunde sus raíces en la alteridad; una ética que
nos pone en relación con un otro que habla desde su altura y exige una respuesta que
Cuando hacemos algo amable por el otro o para el otro, en ocasiones dice, "me
demanda?
doble significación. Por una parte, alude a una incapacidad para saber con certeza lo
que el otro piensa, lo cual coincide totalmente con lo que se ha afirmado acerca de la
alteridad del otro. La idea de adivinar alude a una capacidad que no se ubica en el
plano de un saber racional, sino en el plano de una lógica que responde a dones
especiales y misteriosos, o bien, a la fortuna del azar. Por otro lado, y dado que, quien
adivina concretiza en una acción deliberada lo que el otro quiere, necesita o desea, el
resuelve el problema de una acción que, como respuesta, "adivina el pensamiento del
pensando implicaría, en primer lugar, que antes de la respuesta tiene que haber un
contenido se refiriera a una necesidad que requiere ser colmada. Tal pensamiento
de nadie, en cuyo caso, la acción que concretiza lo que el pensamiento deseara sería
adivinar el pensamiento, se requiere, ante todo, que haya un otro que haya pensado
medida el pensador está más o menos atento, o más o menos conciente, de lo que
claridad que tratándose de una necesidad débil o de una necesidad cuya satisfacción
no fuera apremiante.
En tercer lugar, y partiendo del hecho de que no podemos saber lo que el otro
piensa a menos que nos lo comunique, podríamos plantear como hipótesis que no hay
adivinanza, sino que sucede lo siguiente. Quien experimenta la carencia envía señales
capaz de captar una suerte de interpelación callada por parte del otro; una
interpelación que el otro manifiesta con su mera presencia, porque en algún momento
ha pensado en su necesidad, y porque tal vez ha pensando que haya alguien ahí para
colmarla. Por eso la respuesta que colma la necesidad, sin haberla solicitado
91
Cuando se pide y/o se espera algo del otro, ya sea mediante gestos o de forma disimulada, la
expresión "me adivinaste el pensamiento", es utilizada como una mera fórmula de cortesía cuyo
uso puede esconder múltiples motivos: unos meritorios y otros no. Por ejemplo, como halago para
la persona que se ha mostrado solícita, como gesto de gratitud, como reconocimiento del valor
que supone haber recibido el favor. Pero también puede utilizarse la frase para implicar que no
queda deuda por el favor recibido, ya que dicho favor fue otorgado sin ni siquiera haber sido
solicitado.
Capítulo 3. La capacidad ética-responsivo 201
inicia en el que responde, sino en el otro. Sin el otro no hay respuesta posible, y la
adivinanza no es otra cosa que su dictado, es decir, la exigencia del otro sobre mi
persona.
Es decir, que aquel que experimenta la carencia no envía señal alguna, ni conciente ni
necesidad. Aun así, podríamos adelantar que además de que haya un otro que, de
manera previa, ha pensado aquello que posteriormente se adivina, tendría que haber
algo más para que se dé la respuesta, ya que no todos los pensamientos se adivinan.
Ese "algo más" podría obedecer a una combinación de dos aspectos: el dato de que,
acerca del mismo, hay una necesidad o un deseo real y concreto en el sujeto que lo
piensa. El segundo aspecto tiene que ver con la respuesta propiamente dicha, con el
deseo o necesidad del otro, se establece la relación u ocurre algo entre dos, es decir,
Los dos aspectos mencionados, necesidad o deseo del uno, y respuesta que lo
satisface por parte del otro, son los que destacamos en esta breve digresión. Estos
abstracto del otro como alteridad, puede pasar a convertirse en la necesidad de una
entrelazan. La primacía del otro —sobre la que tanto insiste Lévinas en sus escritos—
No es que adivine los pensamientos del otro como si fuera una especie de vidente,
Waldenfels (1997), seguirán siendo términos vacíos mientras el ínter "no sea pensado
92
Cabe aclarar lo que sucede en la interacción con el otro cercano. Por ejemplo, en la relación
conyugal, en la relación paterno/materna-filial, o en una relación de amistad de muchos años. En
este tipo de relaciones la convivencia prolongada propicia una familiaridad con el otro que, en el
terreno de la experiencia concreta, produce un aprendizaje o conocimiento del otro y de sus
necesidades particulares. La disposición de "estar ahí para el otro" brota espontáneamente del
amor hacia quienes considero "los míos". En sentido estricto, el otro, por más familiar que me
parezca, continúa siendo alteridad absoluta. Mas el simple dato de decir "los míos" nos coloca en
otro plano. Un plano en donde la respuesta de satisfacer una necesidad ajena puede estar más bien
motivada como respuesta a una necesidad propia; una necesidad referida al yo y no tanto al otro.
Cuando esto sucede, no estamos en una auténtica relación con el otro y la respuesta, aunque
atinada, no se puede considerar como respuesta responsiva.
Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva 203
Retomando los últimos párrafos del apartado anterior, sería como aclarar si el extraño
es el extranjero, el que no vive aquí, el que viene de "fuera" de casa por lo que
referirme como "lo mío" o "los míos". Por último, el modo estaría referido a los
extraño. Algo con lo que me identifico porque se parece o es igual a mí, no puede
inclina por el primero. El locus, nos dice, es el decisivo para la determinación del
fuera del propio ámbito, es decir, en un sitio fuera de mí que, no obstante, tampoco es
el lugar del otro, porque no se trata de un simple deslinde. De ahí que el significado
del ínter sea interpretado como especie de umbral, como sitio de entrada y salida,
19) porque, para que me sea extraño, ha de irrumpir en el locus de mis límites y
propios límites, esta especie de umbral que no es mi lugar pero tampoco el del otro,
que se refiere Lévinas. Espacio y tiempo, por otro lado, se implican mutuamente.
la relación. Tampoco que la extravagancia o rareza que uno pueda representar para el
otro sea lo que determine el acontecimiento ético. Lo que marca y determina lo ético
manera simultánea.
permeabilidad, una especie de apertura que, como umbral, permita que la entrada del
otro no pueda ser ignorada. Este es el espacio ético. Un espacio donde el yo puede
este espacio. No hay apertura-umbral que haga posible el encuentro con el otro. El
significación de extrañeza. Al no haber lugar para el otro como otro, se le niega toda
personas en tanto existentes, éstas se definen en razón del propio yo, subsumiéndolas
relaciones de tipo paternalista en las que un logos egológico determina "el bien del
otro", sin realmente considerar al otro en toda su otredad. Desde esta perspectiva, no
hay un auténtico encuentro ético sino una imposición del yo. Por más bien
intencionada que sea la acción encaminada a procurar el bien del otro, si la respuesta
al otro está determinada por el propio yo y no como respuesta a la alteridad del otro,
Intencionalidad significa que algo es pensado como algo y comprendido como algo,
por tanto, que es concebido o tratado en un determinado sentido (...) Comprender es
ya una forma de apropiación, es más, una forma especialmente sutil porque aparenta
que en la verdadera comprensión, lo extraño, o, como se le llama preferentemente, lo
otro, llegaría a expresarse como él mismo. En cambio, quien insiste en un extraño
que se sustrae a la comprensión, cae al parecer en la trampa de la auto-contradicción
realizativa, pues intenta hacer comprensible en su discurso lo que él mismo presenta
como incomprensible (Waldenfels, 1997. p.21).
206 Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva.
Responder éticamente al otro en tanto otro, requiere, por lo tanto, una forma
aproximación que,
reglas gramaticales, así como una tautología desde el punto de vista lógico. Sin
expresión nos ayuda a dos propósitos: precisar con mayor finura lo que ha de
entenderse por responsividad y, por otro lado, enfatizar el sentido ulterior que
En otra parte de este trabajo se mencionó que en inglés, los verbos "answer",
habla cotidiana, lo que no ocurre de manera tan estricta en español pues, por ejemplo,
contexto de aplicación del verbo, sino el doble juego que supone el responder cuando
personas que responden o nos referimos a sus capacidades responsivas. Sin embargo,
el doble juego del responder que aquí vamos a tratar queda inscrito en el análisis
vale aclarar que este análisis puede extrapolarse sin mayores dificultades a la
responsividad ética.
Lo primero que habría que destacar es que toda respuesta supone ante todo
Esta solicitación está dirigida a alguien y busca algo. No importa que la solicitación
hacia alguien, hace que el hecho de preguntar sea más que un hecho (1997, p. 23).
93
Ya se ha mencionado como el propio Waldenfels remite a las investigaciones de K. Goldstein
en el campo de la medicina, del que procede originalmente la expresión de responsividad (N. del
T. Waldenfels, 1997, p. 2).
208 Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva
Quien interpela irrumpe en el locus del otro, es decir, se impone al otro con su
solicitar alguna información: "Disculpe, ¿me podría decir cuál es la calle tal?". Desde
el punto de vista aquí planteado, es posible ver esta frase como una fórmula que
supiera que se va a entrar por la fuerza en el lugar del otro, imponiéndole una
mero hecho de haber sido elegido para recibir el llamado tiene implicaciones ético-
relacionales que no se pueden ignorar. La respuesta que doy al otro en tanto otro, es
94
La Psicología que intenta encerrar la complejidad de lo humano en un logos citentificista, ha
brindado interpretaciones para la utilización de este tipo de fórmulas contrarias a lo que aquí
sostendremos. Esto ocurre específicamente en lo que se refiere a ciertos estudios acerca de la
psicología del mexicano. Para las fórmulas como "disculpe usted", "a sus órdenes", "para
servirle", se han dado explicaciones como el complejo de inferioridad, la actitud servil o de
"agachados", etcétera. Autores como Samuel Ramos, Santiago Ramírez, Rogelio Díaz Guerrero,
entre otros, han llegado a establecer un perfil del mexicano con el que no coincidimos del todo.
Pero no es intención de este trabajo discutir este tema que, desde luego, merecería un tratamiento
más amplio y profundo.
Capítulo 3. La captidckuj ético-responsiva 209
responsividad hacia el otro, sino que se está repitiendo a sí mismo y se está perdiendo
A la pretensión a algo corresponde la respuesta (answer) que doy (...) Esta forma
de respuesta remedia una carencia; pero con esto no está agotado de ninguna
manera el responder. A la pretensión que se dirige a mí corresponde un
responder (response), que no llena ningún hueco, sino que acepta los
ofrecimientos y pretensiones del otro. Este responder, que da lo que él no tiene,
sino que lo que encuentra e inventa en el responder, se distingue de la respuesta
dada de manera semejante a como la negación se distingue de la declaración
negativa (Waldenfels, 1997, p. 23).
decir que la afirmación que supone el "sí" del compromiso matrimonial, supone mucho
más que una mera declaración afirmativa. Lo que representa ese sí es una donación
de la persona misma. Una donación al otro, un "heme aquí para ti". De igual forma,
hacia el otro: constituye la forma más básica de justicia en su expresión más mínima
ética que nunca quedarán saldados 5, ni como deuda del presente, ni como deuda de
responsiva hacia el otro. Por eso molestan e indignan las imágenes en las que se
refleja en toda su crudeza el hambre y la miseria de las personas en otras partes del
mundo, o del propio país para el caso de México, porque nos sentimos interpelados y
95
La ética ante las víctimas constituye un proyecto que recupera el sentido de deuda inmemorial
hacia el otro poniendo especial énfasis en el papel de la memoria (Mardones, J.M. y Mate, R.
(2003). La ética desde las víctimas). Waldenfels nos advierte, sin embargo, del riesgo de que en
el presente podamos sentirnos con una conciencia limpia, al compararnos con el
"Verganagenhietsbewaligung" del pasado (1995. Response and Responsibility in Levinas. p. 51).
Igualmente, Todorov hace una advertencia semejante en Los Abusos de la Memoria (2000, p. 22
y sigs.) cuando denuncia lo cómodo que puede resultar estar reiterando los horrores del pasado
mientras nos desentendemos de las situaciones urgentes del presente.
96
Un excelente ensayo de Sontang, Susan (2003), Regarding the pain ofothers, hace un análisis
magistral de la función social que ha tenido la reproducción de imágenes del sufrimiento humano.
Esta autora contrasta posiciones encontradas con respecto a la difusión de tales imágenes. La que
reclama la censura de las mismas bajo el argumento de una sobresaturación que conduce a la
desensibilización, versus la que establece la obligación moral de denunciar tales horrores. La
señora Sontang se inclina por la segunda, estableciendo como condición, y esta es la tesis
principal de su ensayo, que tales imágenes se nos presenten de manera contextualizada para que
efectivamente puedan provocar indignación para motivar a la acción. Hay una historia humana
C(ipítu¡o3. La capacidad éíico-iesponsiva 211
constatamos que por más esfuerzos que hagamos en nuestro ámbito de influencia,
que permite entender una forma de relación ética con un matiz especial. Esto es, una
respuesta que no obedece a la lógica del intercambio sino a una lógica "más allá del
sentido y de las reglas" (Waldenfels, 1997. p. 22). Esta será la que analizaremos en el
siguiente apartado.
sigue reglas ni tiene un sentido preestablecido? Cabe hacer esta llamada al orden
para evitar el riesgo que supondría considerar que al no haber reglas para la
asimetría.
La singularidad no se refiere a que los hechos o casos ocurran una sola vez, o
que sea uno de los casos en una fila de casos individuales. Se trata de una
irrumpe, entra, se impone sin que nada pueda hacerse al respecto. Incluso hacerse "el
desentendido" implica que primero tuvo que darse el entendido, es decir, que tuvo
que haberse captado la interpelación o irrupción del otro para luego actuar como si no
el occiso, son frases coloquiales que aluden a estrategias en las que alguien intenta
97
Waldenfels cita la tesis de Watzlawick acerca de la imposibilidad de no-comunicabilidad de
los seres humanos, para afirmar que no se puede no responder una vez que se ha percibido una
demanda de respuesta. "Hacerse el desentendido" constituye en sí misma, una forma de respuesta,
deficiente o insuficiente, más no obstante, una respuesta. Como recordatorio, los cinco axiomas
sustentados en la teoría de la comunicación de Watzlawick (Pragmatics of Human
Communication, 1967) son los siguientes: 1) Es imposible no comunicarse. 2) Los seres humanos
se comunican en forma digital y analógica. 3) La pragmática de la comunicación tiene aspectos
de contenido y de relación. 4) La naturaleza de una relación depende de cómo ambos miembros
priorizan la secuencia comunicativa. 5) Toda comunicación o es simétrica o complementaria.
Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva 213
algo y luego se desatendió; se captó algo que luego se relegó; alguien vivo pretendió
termina de saldarse. La altura del otro hace que la mejor de mis respuestas siempre
se mantenga en una estatura inferior. Algo que tal vez se pueda entender mejor
implicara el extremo de morir por el otro, esa expresión coloquial que en respuesta a
explicó anteriormente que el enfoque del cuidado ético es una cuestión que no
podemos dejar de lado con respecto a la responsividad ética, puesto que dicho
Asimismo la teoría del cuidado, desde su visión más pragmática, permite bosquejar
alternativas ya no sólo para la definición del qué o del quién de la ética , sino también
afirmación con sólo revisar lo que anuncian los títulos de algunos de sus textos:
Caring, afeminine approach to ethics & moral education, The challenge to care in
98
Tomamos la expresión a propósito del comentario que hace el chileno Cristian Warknen al
presentar a la filósofa Adela Cortina de quien dice: "ha bajado la ética del Olimpo... la ha hecho
circular por la calle, por la ciudad, y, además ha recogido ese espíritu de la vieja filosofía que
remonta a Sócrates, que entendía la filosofía y la ética como diálogo y no como imposición...."
(http://www.presidencia.cl/upload documentos/Adela%20Cortina.pdf.')
Capítulo 3. La capacidad ético-r&ipousiva 215
Por otra parte, la teoría del cuidado es una ética que conceptualiza al sujeto en
tanto self relaciona!. Las aportaciones de esta perspectiva quedan integradas, por lo
definen desde cada una de las teorías de manera diferente. No es lo mismo la relación
yo-tú en Buber, que la relación yo-tú de Lévinas, según hemos explicado en otras
responsiva desde la ética del cuidado? ¿Qué puede agregar la respuesta del cuidado a
decir, abordar las disposiciones o modos de ser que desde "el otro lado" de la
Desde la teoría del cuidado se observará que la interpelación surgida desde una
primer caso, la expresión nos evoca una vulnerabilidad extrema, que coloca a quien
está a merced del otro en una forma de pasividad absoluta y sin alternativa de
escapatoria alguna. En el segundo caso, ponerse en las manos de alguien supone una
Para ponerlo de otra forma, aquí planteamos que el otro no sólo demanda o
solicita "no me mates" o "cuídame" desde una posición de altura o vulnerabilidad sin
haber no sólo una expectativa de respuesta en tanto esperanza incierta, sino una
interpelación.
una experiencia que, en mayor o menor grado, resultará familiar para la mayoría de
las personas, ya sea de manera directa o por la vivencia o testimonio de alguien muy
abandona totalmente a su cuidado porque no le queda más remedio; tiene que confiar
en que alguien está ahí para brindarle auxilio y cuidar de él/ella para salvar su vida.
En este caso, resulta claro que la situación misma facilita u obliga a confiar en el
desconfianza.
¿cómo explicar la confianza?, ¿de dónde brota la actitud o disposición para creer que
alguien está ahí para cuidarnos? Que alguien nos cuidará no sólo por estar indefensos
en extremo, sino porque nuestra mera presencia no puede resultarle indiferente. Que
bienestar.1 En el escenario de la vida cotidiana, ¿de qué nos asimos para confiar en
el otro?, ¿para esperar que alguien, para quien sólo soy un extraño, tenga la
disposición para sentirse responsable por mí, es decir, que yo le importe? ¿En qué se
basa la expectativa que como confianza me asegura que lo que a mí me suceda puede
incluso de animadversión?
sido cuidados es que llegamos a confiar en el otro. Porque fuimos y hemos sido
cuidados es que valoramos este tipo de relación y la convertimos en ideal del yo, el
ideal del cuidado. Porque ese ideal del yo podemos reconocerlo en nosotros mismos
otro, es que creemos que podemos recibir la misma cualidad de relación en sentido
cuales la persona no ha recibido el cuidado adecuado. Nada hay que nos asegure que
nos permite considerar que incluso el hecho de haber recibido el cuidado adecuado,
tampoco garantiza que éste se incorpore como ideal personal y busque actualizarse en
100
Believe that someone cares or will carefor us. Volvemos a toparnos con el problema de que
en el idioma español, el término "cuidado" usualmente se aplica en sentido diferente al que alude
el idioma inglés.
Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva 219
las relaciones con los demás. Sin embargo, lo que sí puede asegurarse es que el
cuidado hacia el otro tiene un valor que puede ser reconocido de manera universal,
obstante lo que aquí se propone apunta hacia una dirección en la cual, desde la
relación económica; en otras palabras, que el cuidado puede ser contemplado como
aspecto de la relación que tiene que ver con la posición de quien-es-cuidado. Para
que la responsividad ética tenga sentido y se pueda sostener como respuesta al otro,
no sólo se requiere de un sujeto éticamente responsivo atento a las necesidad del otro
Esta confianza actualiza y hace efectiva la relación como responsividad ética, pues si
fortuito. Bien recibido, desde luego, pero no como algo surgido de una relación
parte de aquel que la recibe, puede verse explicado con el siguiente ejemplo.
podrá resultar una sorpresa que sin duda me dará mucha alegría. Sobretodo cuando
no he visto a esa persona en mucho tiempo. Pero si no sucede ese hecho fortuito, no
101
Como el pueblo de demonios kantiano que establece sus normas de convivencia, así también
podemos afirmar con respecto al cuidado.
220 Capítulo 3. La ccpacidad étK-o-respansh'a
puedo decir que mi expectativa respecto del otro se haya visto afectada. No puede
una expectativa previa, una anticipación del encuentro, como cuando se ha convenido
cualquier motivo el otro no llega, se produce una doble decepción, por la expectativa
hará cargo de nosotros si requerimos ser atendidos o cuidados. Esta confianza que se
nivel práctico. Pero por otro lado queda el sentimiento de desamparo y el pesar de
interacción social, se minará poco a poco la confianza básica necesaria para estar
adecuada al cuidado que el otro necesita, espera, o confía recibir. No responder a ese
la ética social.102
Trust and openness are the same. It is our lack of trust, our existential mistrust, that
makes us feel that we have to nave the security of like-minded groups, groups based
on generalized affínity rather than on the concreteness of open meeting with the real
otherness that is present in every group, down to a pair of friends or a husband and
wife (Friedman, 1974, p. 361).
que Friedman escribe en: The Hidden Human Image: A heartening answer to the
dehumanizing threats of our age (1974). En esa misma obra, escrita hace más de
treinta años, el autor se cita a sí mismo haciendo vigentes sus palabras de veinticinco
¿Cómo podría aspirarse a una convivencia humana de respeto a las diferencias y tolerancia
hacia lo diverso cuando la alteridad queda cancelada de antemano? ¿Cómo aspirar a construir
relaciones sólidas, justas y solidarias, sobre las arenas movedizas de la desconfianza en el otro?
¿Cómo recibir o estar abierto al otro al mismo tiempo que se erigen murallas de desconfianza
hacia él/ella?
222 Capitulo 3. La capacidad éríco-respansh w
The coramon man of today lives in growing fear and insecurity; for he does not
really believe that the leaders of the nations will be able to find those means of unity
which will stave .off the destruction that each country is preparing for its neighbor.
The leaders themselves are in the clutch of a fear and a distrust which are more
powerful than all the rational arguments which show the need of finding peaceful
settlements of our international problems. Thus we are caught in a vicious circle.
Unsatisfactory political, economic, and social conditions créate insecurity which in
turn prevenís that cooperation and trust which might make possible the solution for
those problems... (p. 361).
Hemos introducido estas citas, pues ambas apuntan hacia la confianza como
comunes, pues por algún lado habría que empezar a romper el círculo vicioso al que
totalizantes.
invalida, por otra parte, que la confianza siga siendo parte constitutiva de la
resulta inaceptable la indiferencia o falta de responsividad hacia él. Nos parece "anti-
natural" la falta de cuidado de unos padres por sus hijos. Igualmente resultan
repulsivas las imágenes que nos muestran en toda su crudeza el horror del descuido y
un cuidado institucionalizado que está muy lejos de acercarse a ese ideal del cuidado
que nos propone Noddings. Si al principio de este apartado nos preguntábamos por
respuesta indiscriminada hacia aquellos que lo necesitan. Por ahora cerramos esta
del otro; que dicho cuidado puede coadyuvar al fortalecimiento de esa confianza que
interpela a una máquina para que nos cuide, sólo se hace la solicitud hacia alguien en
analizarlas. El cuidado y más concretamente la acción del que cuida, dice Noddings,
actualizada del cuidado que tiene lugar y se puede observar en un contexto particular
y concreto.
224 Capítulo 3. La capacidad ético-respomiva
conocimiento y la comprensión del otro, por su parte, sólo pueden surgir del diálogo.
Dialogue... connects us to each other and helps to maintain caring relations. It also
provides us with the knowledge of each other that form a foundation for response in
caring... Continuing dialogue builds up a substantial knowledge of one another that
serves to guide our responses" (Noddings, 1992, p. 23).
reconoce, es similar a la que propone Pablo Freiré (1992, p. 22 y 23). Esta forma de
aproximación al diálogo implica algo más que una mera plática o conversación
pretende lograr con este acercamiento dialogal hacia el otro, porque se parte del
de esta autora hacia el diálogo puede evocar la alteridad levinasiana y, sobre todo, el
encuentro buberiano de la relación yo-tú: una total apertura del yo que sale al
encuentro del otro sin saber, de antemano, lo que encontrará. Conviene recuperar en
Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva 225
nuestra memoria la analogía del bebé con su mano extendida que se abre para
responder con un auténtico cuidado. El diálogo del cuidado puede ser juguetón o
serio, puede ser lógico o imaginativo, pero siempre tendrá como común denominador
que supone una empresa indeterminada desde su inicio. El que otorga el cuidado,
quien efectivamente se preocupa por el otro, tiene que responder tomando en cuenta
se puede determinar de manera anterior al encuentro. Es por eso que el diálogo del
dice que una actitud abierta hacia el otro incluye la costumbre de preguntar o pedir
permiso al otro antes de precipitarnos a imponer una forma de relación que a nosotros
Ahora bien, la pregunta puede ser expresa o tácita, pues los seres humanos no
sólo nos comunicamos a través del lenguaje verbal. El tacto o sensibilidad que se
226 Capitulo 3. La capacidad élicoresponsiva
requieren para salir al encuentro del otro y relacionarse con él/ella en razón de su
To take things and persons for what they really are, one must have a clear eye, a
sensitive touch, a sharp nose, a fine ear a refíned sense, and a good feel... By looking
at, listening to, touching, or feeling aspects of beings that are out there and in here...
to be civilized means, in the first place that one has acquired sensitive senses...
(2004, p. 102 y 105).
afirmar que el mero intento de responder y ajustarse a la manifestación del otro como
ese otro merece ser recibido, sería la condición previa para entablar un diálogo no
conflictivas del orden social (Noddings, 1992, p. 24). Estas tres actitudes
tradicionalmente han sido transmitidas a las mujeres y han estado asociadas con
brindar el "calor de hogar" así corno de atender a los niños, a los ancianos y a los
enfermos. Son las mujeres las que, desde Aristófanes,103 se oponen a la guerra y
103
Hacemos referencia de manera particular a la comedia Lisístrata, nombre de mujer que
significa "la que disuelve los ejércitos". Recordamos el argumento de esta obra escrita en el 411
a.C. La protagonista es la esposa de un soldado ateniense que, cansada de las continuas guerras
Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva 227
buscan la superación de los conflictos de manera pacífica. Pues bien, Noddings nos
recuerda que estas cualidades no tienen que ser exclusivamente del dominio de las
mujeres, que la capacidad del cuidado es "... as much a mark of personhood as reason
Como habíamos señalado, la autora se preocupa por encontrar las vías que
que en los diversos niveles educativos constituyen una celebración del mundo
dejar de lado las actividades, actitudes y valores que históricamente se asocian con el
mundo femenino, pero que desde el punto de vista de la ética se requiere atender y
extender, para ambos sexos, en las escuelas y universidades (1992, p. 43). Una
educación que perpetúa una cosmovisión que privilegia la idea de que sólo un sexo,
en este caso el femenino, debe cuidar y apoyar a los que requieren apoyo y cuidado,
importantes", es decir, el cuidado de los niños, de los ancianos, y los enfermos. Este
reparto desigual tiene que ver, desde luego, con el tema de la justicia. Pero la crítica
entre Atenas, Esparta y otras ciudades griegas, reúne a las mujeres de ambos bandos y les
propone iniciar una huelga de tipo sexual. Lisístrata logra convencer a todas las mujeres de
Grecia de que no tengan relaciones sexuales con sus esposos hasta que éstos firmen la paz. Al
final de la obra, los hombres, faltos de sexo, deciden dejar de luchar, firman la paz y ponen fin a
la huelga de piernas cruzadas de sus mujeres.
228 Capiíulo 3. La capacidad érico-respotish'i
también cuestiona las valoraciones acerca de aquello que consideramos como lo más
hace ver que son las grandes obras del hombre, particularmente en el campo de la
ciencia, del arte, y del mundo de las ideas, lo que determina y atestigua cuánto
plantea que las relaciones entre los hombres, la manera en que conviven entre sí, son
lo que realmente podría expresar si hemos dejado atrás la barbarie para llamarnos a
tanto o más importante para nuestras sociedades que dejar que el cuidado del otro
femenino. Dicho de otra manera, tanto hombres como mujeres deberían ser educados
para cuidar al otro y responder a su llamado ético, también para procurar un mundo
104
Si bien en el Informe Delors (1996), se declaran como pilares básicos de la educación:
aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser, en la realidad es
mucho lo que falta por hacer con respecto a la formación para la convivencia y la formación de la
persona. El informe en cuestión se puede consultar en: http://www.unesco.org/delors/
Capítulo 3. La capacidcui ética-responsiva 229
y no ser ajenos las necesidades de hombres y mujeres que padecen las consecuencias
relación con los otros. Porque detrás de la frase convencional "¿en qué le puedo
servir?", puede haber una actitud de auténtica consideración y respeto por el otro, o
una mera fórmula mecánica que se repite una y otra vez, cual grabación
situaciones, la pregunta "¿en qué le puedo servir?" generalmente forma parte del
para conservar su trabajo, tiene que pronunciar ante el otro. Sin embargo, estas frases
se pueden pronunciar con un alto grado de artificialidad cuando sólo son parte de la
funciones de rol que la situación exige, y no necesariamente tienen que ver con la
capacidad de relación ética, con un auténtico interés o cuidado del otro. Cuando las
la relación con el otro salta a la vista. Puede haber distintos matices o grados en
cuanto a la mediatización del otro, unos más reprobables que otros, pero resulta claro
que no estamos ante un tipo de relación ideal desde el punto de vista ético.
otro. Noddings explica la idea de confirmación como la acción que busca afirmar y
When we confírm someone, we spot a better self and encourage its development.
We can do this only if we know the other well enough to see hay he or she is trying
to become... we identify something admirable, or at least acceptable, struggling to
emerge in each person we encounter... (1992, p. 25).
mundo donde la competencia es cada vez más fuerte, parece estar tomando cada vez
más fuerza también, sobre todo en el ámbito de la política y las estrategias del
actitud para procurar al otro confirmándolo y atendiendo a sus necesidades, así como
Hasta este punto no se ha abordado de manera directa la cuestión acerca del papel
requiere para dejarse afectar por la interpelación del otro, pero no hemos tratado con
la afectividad humana incide o determina, de uno u otro modo, nuestra acciones sobre
el mundo. "No behavior can entirely hide the affective soil from which it emerges",
respuesta ética se vuelve, por lo tanto, una tarea que hemos de abordar en este
apartado.
es en buena parte aprendida, siempre hay un margen de libertad dentro del cual cada
Peperzak:
Our culture has provided a pattern for the entire process of affective dealings with
the reality. It tells us which reactions are normal and which are exaggerated,
pathological, insensitive heartless, or strange. Thus every culture constitutes models
of emotionality that are propagated by tradition and education (but...) the affectivity
of well-educated individuáis is not wholly determined by the culture of the
communities to which they belong. Even in this most spontaneous dimensión there
is freedom: each individual is to some extent responsible for his or her affective
disposition (2004, p. 66 y 67).
232 Capitulo 3. La capacidad ético-responsiva
anterior hacíamos mención del énfasis que hace Noddings para promover la ética del
constituye una forma de entrar en relación con las personas, incluso la primera forma
desde la filosofía clásica hasta nuestros días, el tema de las dimensiones que no son
meramente cognitivas o intelectuales en relación con la vida ética, ha sido tratado por
encontramos el Esbozo de una teoría de las emociones (1939) de Jean Paul Sastre y
Mas no es la intención de este apartado hacer una revisión de lo que se haya dicho
106
De acuerdo con Peperzak, aunque la afectividad implica una cierta forma de cognición, la
misma se define mejor de la siguiente manera: "Affections are preconceptual, prerepresentational,
and presensible modes of acquaintance with and response to the phenomena that we allow to
draw our attention. (2004, p. 65).
Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva 233
lo que nos interesa aquí es, en primer lugar, explicitar la estructura de la afectividad.
Como segunda cuestión nos ocuparemos de analizar cómo la disposición para dejarse
reconoce como afectado, por (3) el afectante que es la persona, objeto o situación que
frío, es decir, sentirnos afectados por el frío, si nos encontramos aislados por un traje
térmico que nos incomunica con el ambiente exterior. Es necesario estar en relación
107
Los riesgos de un sistema moral como el situacionismo ético de Fletcher (1966) han sido
ampliamente discutidos. Basar la decisión ética en un sentimiento como el amor y negar la
validez de toda normatividad, conduce sin remedio al relativismo moral. Basar la eticidad de la
acción por las consecuencias, otro de los criterios del situacionismo ético, también supone
dificultades de orden lógico que no se pueden soslayar. Por ello es preciso buscar un elemento
para mediar las decisiones éticas, y esto es precisamente lo que aporta Ricceur bajo las premisas
de una sabiduría práctica que busca satisfacer la excepción, transgrediendo lo menos posible la
norma.
234 Capitulo 3, La capacidad étíco-respomh'ü
con el evento que puede provocar la sensación de frío para poder ser afectados por
éste. Ahora bien, la respuesta de encogerse es una reacción automática que tiene
como propósito minimizar el área de contacto con el exterior y evitar que el calor
interno logre escapar del propio cuerpo. Pero esta reacción no es algo premeditado o
realizar una acción que sea la más adecuada ante la situación. En otras palabras, pasar
alternativas ponerse un abrigo, o resguardarse en algún sitio con una temperatura más
elevada. Sería absurdo pensar que la reacción fuera quedarse en el mismo sitio, sin
hacer nada más que continuar encogido. Así, también este proceso lo podemos seguir
ese algo es algo interno, como un dolor de estómago (2004, p. 56 y 63). En este
último caso, la afectación provocada estará dada por la sensación del dolor mismo, el
de la ipseidad.
entre el cuerpo y la carne. Para Peperzak es muy claro que el dolor de estómago no es
sólo una sensación interna y nada más, sino que involucra una relación con el mundo
exterior en la medida en que el cuerpo forma parte de ese mundo (2004, p. 56).
...mi carne sólo aparece como un cuerpo entre los cuerpos en la medida en que soy
yo mismo un otro entre todos los demás, en una aprehensión de la naturaleza común,
tejida, como dice Husserl, en la red de la intesubjetividad —instauradora, a su modo,
de la ipseidad, a diferencia de lo que concebía Husserl—. No hay respuesta a la
paradoja resumida por la pregunta "¿cómo comprender que mi carne sea también un
cuerpo?", porque Husserl ha pensado sólo al otro distinto de mí como otro yo, y
nunca al sí como un otro (2003. p. 362).
Ese sí mismo como otro, esa relación del yo con el self que paradójicamente
habría que volverse hacia El ser y el tiempo para elaborar una ontología de la carne
apertura al mundo?". Esta apertura al mundo equivale, desde nuestro punto de vista, a
la consideración del cuerpo propio como parte de ese mundo a la que se refiere
alguien ajeno al propio yo. Ubicándonos en el plano ético, cabe decir que al cerrar la
responsivamente.' °8
afectivo del cual emerge, podemos decir, sin riesgo de contradicción, que en un
personas, fuera del interés personal, resulta cancelada.109 No hay espacio para la
sobre el mundo es una acción volcada sobre lo mismo, es decir, acción para sí mismo
108
En el análisis acerca del narcisismo (2004, p. 67) Peperzak ofrece un ejemplo ilustrativo de
cómo se llega a caer en respuestas falsas o inadecuadas ante el mundo cuando las únicas
afectaciones que puede recibir el yo son aquellas que responden al criterio de auto-satisfacción o
auto-complacencia. En este centramiento narcisista del yo no hay cabida para recibir la
interpelación del otro y la posibilidad para la respuesta éticamente responsiva queda anulada.
109
Cabe anotar los efectos nefastos que la psicología mal entendida ha tenido en la práctica
psicoterapéutica al enfatizar la auto-realización individual como autosuficiencia y total
independencia de los demás. La insistencia en declarar que el yo psicológico tiene la capacidad
para no dejarse afectar por los eventos externos ni por segundas o terceras personas, puede
contener una parte de verdad. Lo erróneo, sin embargo, es considerar que este aislamiento con
respecto al exterior, incluyendo a los otros, se plantee como aspiración de vida personal. Lograr
los propósitos individuales sin consideración por nada o nadie más, conduce tarde que temprano a
vidas solitarias y totalmente estériles desde el punto de vista de la afectividad humana. Bien dice
Ricceur cuando enfatiza en su definición de ethos, que no hay deseo de vida buena si no es con y
para otros.
Capítulo 3. La capacidad ético-responsiva 237
donde la capacidad para dejarse afectar por el otro no está constreñida por los límites
lo demande la interpelación del otro. "As soon as we allow something (or someone)
to affect us, we are challenged: being affected (that is feeling an affection) is feeling
provoked and urged to react", señala Peperzak (2004, p. 62). Pero más que un reflejo
que la situación y/o el otro exigen, es decir, una respuesta desde "el otro", y no sólo
Por otro lado, no se trata de considerar que la libertad personal queda anulada.
responsabilidad para con el otro y por el otro viene primero y la libertad le precede
determinada, en alguna medida, por la libertad del agente. Esta libertad puede
la afectividad: "...each individual is to some extent responsible for his or her affective
disposición tiene que haber, desde luego, un cierto margen para la elección. La
contemplarse condicionada en buena medida por esta disposición para dejarse afectar
por el otro.
Establezcamos como punto de partida que una persona tiene la disposición para
dejarse afectar por el otro. Esto significaría que la interpelación que viene del otro
demandaría una respuesta que diera satisfacción a lo que ese otro solicita o exige. El
primer sujeto, el afectado, tendría que ofrecer la respuesta adecuada, es decir, actuar
también que lo que pide el afectante no es un mero capricho sino una ayuda solidaria
para resolver una necesidad imperiosa. Es decir, la petición viene de alguien que
Supongamos, por último, que el que ha sido afectado puede, sin mayor
personal o sin enfrentar ningún tipo de disyuntiva entre alternativas que confronten
dos principios éticos entre sí, como por ejemplo, entre justicia y bondad. En otras
Coletillo 3. La capacidad ético-responsiva 239
responsivamente hacia él/ella sin mayor problema. Puede incluso decidir incursionar
más allá de lo que se le está pidiendo para intentar resolver, desde sus orígenes, las
causas primeras que tienen marginado o que han provocado la carencia de quien lo ha
interpelado. Ante este tipo de situaciones no hay dificultad para decidir el curso de la
resulta tan sencilla, no sólo porque en la respuesta al tú del otro pudiera encontrarse
también. Entrar en relación con un tú concreto implica dejar como tercero a cualquier
otro. Implica dejar fuera de la relación a los otros otros, lo cual nos lleva al problema
Las normas y reglas que desde la ética social se establecen para ordenar la
singularidad de las situaciones dilemáticas que muchas veces hay que afrontar. La
regla de oro "Haz con el otro lo que deseas para ti mismo", puede toparse con
las cuales dos o más personas son las que interpelan. ¿A quién atender? ¿Bajo qué
respuesta apropiada?
240 Capitulo 3. La capacidad ético-responsiva
por el otro entraña también la capacidad para saber deliberar y decidir ante
situaciones conflictivas. El deseo de vivir juntos —the will to live together—,no esa
todos por igual no se aplica de manera sencilla en los contextos donde no hay
suficiente para distribuir entre todos. Ahí donde ética y moral entran en conflicto,
buena y moral como dimensión normativa del ethos—, en ese espacio donde la
solicitud debida al otro y la regla de justicia para el cada uno de todos los demás
otro. "La sabiduría práctica consiste en inventar los comportamientos que mejor
casos", nos dirá el autor (2003, p. 294). El subrayado de justos y apropiados ha sido
110
En un artículo publicado en 1995 y titulado "Fragility and responsibility", Ricceur menciona la
necesidad del reconocimiento mutuo como miembros de una afiliación humana fundamental
—fundamental human fellowship— y del deseo de vivir juntos —the will to live together—,
como elementos clave para resolver las paradojas que presenta la sociedad política
contemporánea. Recuperamos para nuestro análisis esta última expresión que como aspiración
ética resulta indiscutible, pero que en el ámbito de la vida cotidiana no es fácil aplicar.
Capítulo 3. La capacidad ético-i 'espoi ixh vi 241
añadido a la cita original para recalcar que esta phronesis que del pensamiento
ejercicio deliberativo que persigue lograr una conexión entre la solicitud y la norma,
la singularidad del caso, pero pasando por la prueba de la norma para evitar caer,
según nos previene Ricoeur, "en las seducciones de un situacionismo moral que nos
que se requiere para encontrar los comportamientos que satisfagan tales criterios
es decir, de lo inédito, más allá del funcionamiento legal (2001, p. 85). Esta distancia
242 Capitulo 3. La capacidad ético-responsiva
responsiva requería, ante todo "...de una disposición para dejarse afectar por el otro
sentido relaciona] que nos humaniza...'''' (p. 150), es posible hacer una recapitulación
adecuadamente.112
sabiduría práctica que, como convicción, recupera esa empresa herida que
111
La responsabilidad levinasiana, que trasciende lo exigible desde el punto de vista
deontológico, está más cercana desde luego a la responsividad.
112
"...o« affectionplus an intention", nos dirá Tallón en su texto (1995, p. 109).
Capitulo 3. La capacidad ético-responsiva 243
la par de tal proceso. Se dijo que, la disposición para dejarse afectar por el otro y
relacional que nos humaniza, constituían los requisitos para actualizar la capacidad
ético-responsiva. ¿Cómo se relacionan estos requisitos con ese acto al que nos
hará una recapitulación de las ideas desarrolladas: la alteridad, la lógica del responder
responsivo, las capacidades del cuidado ético, así como el papel de la afectividad y la
siguiente parábola:
Erase un hombre que había perdido su dignidad. Para reparar tan penosa pérdida,
buscó afanosamente la respuesta ante un amplio espejo. Cada vez que se miraba, el
espejo le devolvía su propia imagen. Insatisfecho, puso a prueba algunas soluciones.
244 Capítulo 3. La capacidad ético-respomh'a
Moreno, 1997, p. 1). En este análisis nos referimos a la dimensión ética. Pero
precisiones respecto a la dimensión relacional que aquí se asigna a dicha noción. Una
relacional que nos hace humanos o nos deshumaniza. El acto de Caín resulta
respuesta con que intenta desligarse del vínculo fraternal. La expresión "¿Soy acaso
el afán de quedar impune tras violar el imperativo que prohibe matar; la pretensión de
ocultamiento y engaño hacia la voz que le interpela con la pregunta por el hermano,
etc. Pero también se puede leer como el empeño de negar la otredad, como un intento
de separación mediante el cual el yo sólo vive por sí y para sí. Este replegarse del yo
hace perder el sentido de dignidad desde al enfoque con el cual se aborda aquí.
me reconozco como deudor del hermano, es decir, que me debo a él y soy para él, es
dignidad humana queda expresada en la vulnerabilidad del rostro del otro ante quien
al interior del yo, sino en el descentramiento y la salida del yo, en la sujeción al otro
y al imperativo que me exige responder de él, ante él y por él. La capacidad ético-
ser llamada responsividad; que en la respuesta —answer— que remedia una carencia
al ejemplo ofrecido con relación a la deuda pendiente con quienes padecen hambre,
se señaló que la exigencia ética del otro no es sólo de pan y por tanto la responsividad
Por un lado queda la deuda eterna que me sujeta al otro por el hecho del
superado, pues la lógica del responder responsivo responde a una lógica "más allá
del sentido y de las reglas" (Waldenfels, 1997. p. 22). Por otro lado, como se había señalado,
padecer hambre llega a "quitarse el pan de la boca" para brindarlo a otro. Mas en este
poder hacer algo más por el otro. Hablamos de un responder responsivo que como
diría el título del texto de Lévinas (1993), nos coloca en el extremo de "Morir por...".
colocan ante una exigencia ética de tal calibre que desde el punto de vista
ni remedio posible. La ineludibilidad del responder, por ejemplo, nos coloca indefectiblemente
La tercera reflexión acerca del sentido de reapropiación tiene que ver con las
capacidades del cuidado ético. Pero antes de proseguir, conviene hacer algunas
corriente. Nos aventuramos a decir que el significado implícito en su uso alude a una
por una parte. Pero por otro lado significa reclamar como patrimonio de sí mismo,
como rasgo de identidad que nos pertenece en tanto seres humanos, una capacidad
ricceuriana, es uno de los rasgos que destacamos de la ética del cuidado. Abrir la
propia casa para recibir al otro, dar la bienvenida al extranjero y poner nuestra morada a
su disposición atendiéndolo con deferencia, son formas de expresión del cuidado ético.
diferencia del otro con una actitud receptiva y abierta, es decir, se refiere a un tipo de
conversación que no lleva una agenda predeterminada, como llegar al consenso por
convencer o persuadir. Como tercer rasgo distintivo del cuidado ético mencionamos
del cuidado ético. Ningún otro valor ético como la libertad o la justicia, por
violencia contra el otro. Por último, la confirmación y promoción del desarrollo del
otro, es decir, una actitud de colaboración y apoyo más que de competencia, matizan
Savater, en "descubrir lo impropio de mí" (1994, p. 74), la ética del cuidado resulta
personal es activar ese ideal del cuidado que se funda en el cuidado natural. Es poder
respuesta ética. Recuperar la capacidad para ser tocados por el otro supone rescatar
nacer. Incluso antes, desde el vientre materno, el bebé por nacer se muestra receptivo
y reactivo a los estímulos del exterior. Pero la mera afectividad, sin embargo, no
motivacion altruista para mejorar o remediar la condicion del otro, es una condicion
hacer algo para mejorar su condicion, pueden formar parte de la respuesta responsiva,
podemos anotarla como "el recurso a lo optative ante las aporias de lo imperative"
complejidad de situaciones en las que los principios morales chocan entre si. La
resolver el problema del tercero y evitar los riesgos del situacionismo moral. De esta
heteronomia mas que autonomia del yo; una logica de desmesura o acomedimiento
para caracterizar la relation; hospitalidad y cuidado del otro como guia de actuation;
Imeas generales para analisis posteriores que permitan enfatizar y poner en la mesa
Conclusiones
las formas de relación ética entre las personas si los vínculos humanos estuvieran
hacia los demás y por los demás. Pero nuestro mundo no es perfecto y el lazo que une
mencionadas.
forma de relación ética que enfatiza la importancia e incluso la primacía del otro
sobre el yo. Al entretejer elementos aportados por la ética del cuidado, por la ética
fuerza especial cuando se hace referencia a dicha obligación bajo un nombre distinto
al de responsabilidad.
llamado responsividad ética o que se utiliza una expresión como capacidad ético-
sucede cuando se leen por primera vez estos términos en el lenguaje escrito. En
México no se usan estas expresiones en las discusiones académicas que tocan temas
estas formulaciones suscita, por lo tanto, una curiosidad especial que conduce a las
las formas de relación ética con el otro y acerca del sitio que ese otro ocupa en el
la primacía del otro y el cuidado hacia el otro, han sido propósitos centrales de este
trabajo. El empleo del término responsividad, mediante el recurso del lenguaje, nos
permite aportar como "algo nuevo" una noción que alude a esos propósitos
acomedimiento, alteridad y primacía del otro, entre otras expresiones, son igualmente
Conclusiones 255
la ética del cuidado, de la ética levinasiana, y del ethos ricoeuriano, una nueva,
supone asimismo uno de los aspectos vulnerables de la tesis, pues sería esperable
caracterizado, desde los griegos hasta nuestros días, por lograr un mejor
intento por caminar hacia una dirección donde el cuidado del otro sea lo que brinde
sentido a la relación humana; donde la sabiduría práctica ayude a vivir con solicitud y
justicia hacia el otro; donde aparece en el horizonte, con sorprendente claridad y sin
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