U4S3 FI Estado de Derecho - Cultura de Legalidad

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FICHA INFORMATIVA 3 DPCC

NIVEL SECUNDARIO
Unidad IV – II Bimestre
TERCERO ABC
U4S3/U4S4 “Estado de derecho y cultura de la legalidad” 2024

En las sociedades democráticas actuales, el Estado de derecho es un principio de gobierno según el cual todas las
personas, instituciones y entidades (incluido el Estado) están sometidas a leyes que se promulgan públicamente,
se hacen cumplir por igual y se aplican con independencia, además de ser compatibles con los principios
internacionales de los derechos humanos.
El Estado de derecho surge en oposición al Estado absolutista; por tanto,
Democracia: busca limitar la potestad del Estado subordinándola al orden jurídico
Forma de gobierno en la establecido. Se pone énfasis en las leyes que determinan los derechos
que el poder reside en el otorgados a los ciudadanos y las que establecen las vías y los medios que
pueblo que lo delega a podrán emplearse para realizar los fines que persigue el Estado. Según
autoridades a las que elige
Rodríguez (1996), las normas del Estado de derecho, al proponer la
periódicamente para que
gobiernen respetando la inviolabilidad de los derechos fundamentales de los individuos, establecen un
Constitución, las leyes y límite a la acción de los grupos y las instituciones en el marco democrático.
los derechos humanos. Así, son los principios consagrados por la figura del Estado de derecho los que
garantizan que los derechos humanos fundamentales no resulten afectados.

El Estado de derecho y el respeto a la ley


El Estado de derecho es el conjunto de normas, procedimientos e instituciones que rigen tanto al Estado como
a la sociedad. Define la ruta legítima de organización y administración del poder público y los límites de la misma.
Se fundamenta en el reconocimiento de los derechos de las personas. En ese sentido, define las normas de
convivencia básica y los términos precisos del equilibrio de funciones y poderes entre las instituciones estatales.
En una democracia, el Estado de derecho tiene como finalidad garantizar los derechos humanos, las libertades
individuales, así como la igualdad ante la ley de todas las personas sin excepción.
Estos derechos le garantizan también cuando se pone límites al poder de las autoridades y funcionarios
públicos, definiendo sus funciones y estableciendo mecanismos de control sobre sus acciones, como la rendición
de cuentas, por ejemplo.
De ahí que las personas que elegimos para ocupar puestos en el Gobierno nacional, regional o municipal tienen
una libertad limitada: le deben respeto a la Constitución y responden por sus acciones frente a otros poderes. Por
ejemplo, el presidente (junto al presidente del consejo de ministros) elige al Consejo de ministros, pero debe pedir
la aprobación del Congreso. Solo después de que les otorgan su voto de confianza, los ministros están autorizados
a desempeñar sus cargos.
Ahora bien, el Estado de derecho también exige un rol activo de la ciudadanía: ejercer sus derechos e
involucrarse en asuntos públicos. Para ello, se debe fortalecer las capacidades y actitudes que permiten una
participación crítica y comprometida con los asuntos que involucran el bien común y los derechos. Esto demanda
que las y los ciudadanos tengan un conocimiento suficiente sobre cómo funciona el Estado, sobre las normas que
lo rigen, incluyendo sus derechos, y qué posibilidades tienen o pueden generar para participar de manera plena.

Elementos del Estado de derecho


El Estado de derecho tiene también como finalidad fortalecer la democracia. Para que eso sea posible, según Villar
(1993) es necesario que se garantice la existencia y cumplimiento de los siguientes elementos principales:
- Constitución. Plantea cómo se debe orientar el Estado de derecho y proporciona seguridad jurídica en las
relaciones entre el Estado y el individuo.
- Separación de poderes. Evita la concentración de poder y protege y asegura la libertad personal contra todo
peligro de arbitrariedad.
- Legalidad. Toda actividad o función del poder político debe estar en conformidad con la ley, así como también
toda acción de los ciudadanos que repercuta en el ámbito público.
- Garantía de los derechos fundamentales. El respeto a los derechos fundamentales tiene como fin principal poner
límites al poder estatal, para garantizar a los ciudadanos el respeto a sus derechos.
- Seguridad jurídica. Se refiere, por un lado, a que las leyes sean de fácil comprensión y, por otro, a que existan los
medios necesarios que aseguren su respeto y cumplimiento.

Cultura de la legalidad
El Estado de derecho ha sido creado para que todos los que integran una sociedad estén gobernados por un
conjunto de leyes que han sido elaboradas democráticamente, con la finalidad de proteger los derechos
individuales y que se apliquen uniformemente. En este contexto, es necesaria una cultura de la legalidad, que es
un conjunto de creencias, valores, costumbres y acciones orientadas a respetar las leyes y que implica asumir un
compromiso para alcanzar el bienestar personal y social.

El valor de la legalidad
El valor de la legalidad requiere un ejercicio pleno de la racionalidad humana, porque, cuando este no se realiza,
es muy fácil pensar que los beneficios inmediatos de las acciones ilegales son suficientes para garantizarnos
una buena vida. Si, por ejemplo, los individuos piensan que es posible alcanzar una vida de mayor calidad
haciéndose cómplices de actos de corrupción, bastaría con generalizar este principio de conducta para
percatarnos de la incongruencia entre legalidad y corrupción.
Sin embargo, este tipo de razonamiento solo puede ser resultado de un proceso educativo. En efecto, el
gobierno de la ley supone la existencia de una cultura política de la legalidad que haga de cada individuo un
verdadero ciudadano. Las sociedades con larga tradición democrática han aprendido el respeto a la legalidad
en su propia experiencia histórica, pero aun así han tenido que consolidar este aprendizaje por conducto de
sus instituciones familiares, educativas, etc.
Rodríguez, J. (1996). Estado de derecho y democracia. Colección Cuadernos
de Divulgación de la Cultura Democrática, 12. Ciudad de México: IFE.

No puede haber una sociedad democrática sin legalidad. En un Estado de derecho, la ley debe ser respetada por
todos los poderes del Estado, así como por cada uno de los ciudadanos. Cuando no se obedece la ley, poco a poco
se va resquebrajando el Estado de derecho y poniendo en riesgo la convivencia social y la estabilidad política y
económica de un país. Con relación a la legalidad, el Estado de derecho se fundamenta en cuatro criterios que son
los pilares sobre los que se sostiene:
- Las leyes se establecen democráticamente. Las propias leyes establecen mecanismos que permiten a los
ciudadanos participar en la creación y modificación de las leyes que rigen la sociedad.
- Las leyes defienden los derechos humanos. El conjunto de leyes que existe en una sociedad protege los derechos
de cada persona particular, al mismo tiempo que vela por la sociedad en general.
- Las leyes las deben cumplir todos por igual. Hay procedimientos para establecer las penas o castigos para los
infractores. No se permite tomar la justicia por las propias manos.
- Las leyes son para todos. Se aplican a todos los miembros de la sociedad por igual e incluye a quienes tienen
autoridad como a los que no la tienen.

La ley, el delito, la pena y la impunidad


La ley es un mandato que debemos cumplir las personas con el La ley y la participación de los ciudadanos
objetivo de mantener el orden y la sana convivencia. Toda ley exige Si bien el Estado tiene la acción principal para
definir y aplicar las leyes, las y los ciudadanos
o prohíbe un tipo de acción; es decir, nos plantea límites que
organizados pueden presentar propuestas de
repercuten en una buena convivencia. En el Estado de derecho, las ley al Congreso a través de iniciativas
principales leyes promueven el respeto a los derechos de las legislativas. Estas deben tener una explicación
personas y proponen restricciones para que la libertad de cada uno de la propuesta y el respaldo de otras y otros
no afecte la libertad de las y los demás. ciudadanos a través de firmas.
Hay diferentes tipos de leyes: algunas están vinculadas con las Otra forma de participación puede ser a través
del apoyo o cuestionamiento de leyes o
obligaciones, como las que regulan el pago de impuestos, que
proyectos de ley que afectan los derechos
permiten que el Estado tenga recursos para administrar los bienes ciudadanos. Esto se puede hacer a través de la
y servicios que son de todas y todos (obras públicas como presentación de opinión en los medios de
carreteras, servicios de salud, etc.); otras están orientadas a la comunicación o a través de movilizaciones
protección de las personas, como, por ejemplo, las que ordenan las pacíficas en el espacio público.
relaciones laborales para evitar la explotación.
- El delito y la pena. El delito es la infracción a las leyes o al espacio de convivencia. Esto último explica por qué el
incumplimiento de la ley nos afecta a todas y todos. Así, aquellas personas o grupos de personas que la
trasgreden por voluntad propia o por negligencia deben recibir un castigo o pena, de acuerdo con la infracción y
con su gravedad. Algunos delitos pueden afectar la vida de otras personas y otros pueden alterar el orden público.
Ante los delitos cometidos se establece una pena o sanción. Estos cumplen una función de reparación ante la
sociedad por el daño ocasionado.
- La impunidad. La impunidad implica que un delito no sea sancionado. Esto genera una condición de injusticia,
ya que muestra que no todas las personas son iguales ante la ley, pues se permite que haya quienes cometan
delitos o infracciones sin ser sancionados por estos. Este es un punto desde el cual es posible cuestionar si
realmente existe un Estado de derecho. Si bien la impunidad puede tener varias causas, una de las principales es
la corrupción de autoridades o funcionarios públicos, quienes incumplen la ley o cambio de algún beneficio.

Bibliografía
- Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica, Savia 3. Ediciones SM. Lima, Perú
- MINEDU (2018). Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica 3. Lima. Perú

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