Cartas y Vida de San Antonio Abad
Cartas y Vida de San Antonio Abad
Cartas y Vida de San Antonio Abad
Imagen de portada:
http://s3-eu-west-1.amazonaws.com/pruebapd.esy.es/wp-
content/uploads/2014/10/la_tentacion_de_san_antonio.jpg
3
ÍNDICE
CARTA PRIMERA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
CARTA SEGUNDA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
CARTA TERCERA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
CARTA CUARTA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
CARTA QUINTA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
CARTA SEXTA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
CARTA SÉPTIMA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
CARTA A TEODORO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Perseverancia y vigilancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
Objeto de la virtud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
Visiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
6
CARTAS DE SAN ANTONIO ABAD
CARTA PRIMERA
1
Enseñanza repetida sin cesar en las Cartas: el estado original de gracia
es natural al hombre, y a este estado deben conducir de nuevo la llamada
de Dios y es esfuerzo del hombre.
8
2
Única alusión en estas Cartas a la hesyquía, la quietud necesaria para que
se desarrolle en el alma el don de Dios.
3
En la vocación del mismo Antonio fue decisiva la escucha de la Palabra
de Dios (la Ley escrita).
9
4
Doble ascesis, exterior e interior, del cuerpo y del corazón, que se
encuentran unidas inseparablemente desde los comienzos del monaquismo.
10
5
Lo que nosotros llamamos concupiscencia. Según la concepción de los
antiguos es ajena al hombre y le fue sobreañadida.
6
Esta purificación del corazón se dirige a todo cuanto influye indebida-
mente en él, a partir de la pesadez no natural del cuerpo en su estado
actual. No es la supresión de todo deseo o necesidad. Hay mociones
naturales en el hombre, que son según Dios.
7
La doctrina de las tres mociones se halla casi literalmente en los
Apotegmas, Antonio 22. Cf. también AMMONAS, Cartas XI,3, que
mencionan tres deseos, que encierran en parte las tres mociones, pero,
11
Primera moción
Segunda moción
Tercera moción
invirtiendo su orden.
12
El corazón
8
Las pasiones proceden en este caso del diablo, que se aprovecha de
nuestra inadvertencia. Alteran un movimiento o una moción que son
naturales al cuerpo. movimiento natural.
13
La mirada
El oído
La lengua
Las manos
El vientre
Los pies
9
En plural, como aparece habitualmente en los textos antiguos. Se trata
de la variedad de deseos inmoderados que, después del pecado, han roto
la unidad y simplicidad del hombre.
16
10
Texto muy fuerte. MACARIO habla del Paráclito "que hace alianza con
la santidad del cuerpo". AMMONAS, habla de un cuerpo viviente, que
viene de arriba (Cartas I,1).
17
11
En la Carta de MACARIO aparece frecuentemente Dios que se muestra
solícito ante el trabajo del monje tentado. Cf. también, en la Bita Antonia
10, la respuesta de Jesús: "estaba aquí, Antonio, y esperaba para ver tu
combate".
18
CARTA SEGUNDA
12
Unión con Dios y comunión entre los hombres van a la par en el estado
original de nuestra naturaleza. También en la salvación recuperada.
20
13
Posible eco de una antigua doctrina que distinguía entre los cristianos
justos y perfectos. Pero en S. Antonio los perfectos se llaman más bien
21
14
Desde ahora casi todas las cartas terminan con esta cita. Era como una
fórmula de cortesía, en uso en el desierto de Egipto.
23
CARTA TERCERA
15
Cf. AMMONAS, Cartas II, 1. Dios se regocija con sus ángeles por causa
del monje que progresa. Doctrina repetida incansablemente por Antonio:
IV,3.8.10; V bis; VI,3.
16
El Espíritu Santo enviado al hombre después de sus trabajos: esta
concepción constituye la trama de la Carta de MACARIO. Cf. AMMONAS,
Cartas VIII.
25
CARTA CUARTA
17
Única carta cuyos destinatarios pueden ser localizados. Y también única
referencia geográfica que ya conocía S. Jerónimo. Esto basta para probar
que hemos encontrado el mismo corpus de Cartas. Arsinoé está situada en
el camino que lleva a una comunidad de hermanos.
18
Parece que el autor no se dirige sólo a monjes.
29
19
Importancia de la comunión eclesial a través de los siglos y más allá de
los dos Testamentos.
30
Quiero que sepáis, hijos, la gran pena que siento por voso-
tros cuando veo la profunda ruina que a todos nos amenaza
y considero esta solicitud de los santos para con nosotros y
los gemidos y oraciones que por nosotros elevan constante-
mente hacia Dios, su Creador. No ignoran lo que nos ha
hecho el diablo y los funestos proyectos que maquina junto
con sus secuaces. Están constantemente preocupados por
llevarnos a la perdición. El infierno será un día su herencia,
y quieren aumentar el número de los condenados. Sí, queridí-
simos en el Señor, hablo a prudentes (1 Co 10,15). Conoced
con exactitud la Economía de la salvación que el Creador ha
previsto para nosotros. Se nos manifiesta tanto por la
acción secreta como por la proclamación pública de su
Palabra. Nos llaman criaturas racionales y nos comportamos
irracionalmente ya que ignoramos las múltiples maquinacio-
nes del diablo. Su envidia hacia nosotros data del día en que
se dio cuenta que intentábamos tomar conciencia de nuestra
abyección y buscar los medios para huir de las obras malas
de que él es cómplice. Así rechazamos obedecer a sus malos
consejos, sembrados en nosotros, y, en gran parte, nos
hemos burlado de sus asechanzas. El demonio no ignora que
31
20
Texto oscuro que parece aludir a un tormento de los cuerpos que tendrá
lugar antes de su glorificación definitiva.
33
21
Deseo y pensamiento, lo mismo que voluntad, son nociones equivalentes.
Designan lo que en nosotros tiene parte con el pecado y nos inclina a él.
34
22
Importancia del diálogo espiritual, destinado a hacer visibles a los dos
antagonistas invisibles por esencia: Dios y el diablo.
35
23
La naturaleza espiritual, que poseemos a imagen del Hijo, constituye el
lazo de unión entre Dios y el hombre, y también de los hombres entre sí.
Por eso interesa conocer esta naturaleza para que el esfuerzo espiritual
sea de buena ley. Por eso también es necesario reconocer la divinidad de
Jesús, a través de quien estamos unidos, al mismo tiempo, a Dios y a los
demás hombres. Esta afirmación es la clave de toda la doctrina de S.
Antonio.
36
24
Este párrafo contiene una definición descriptiva de la oración, una de
las más antiguas en la tradición monástica. Ya menciona el abandono de
todo pensamiento, del sacrificio espiritual, del fuego y del consuelo del
Espíritu.
37
25
Comparando con los lugares paralelos aparece claramente que en
Antonio, la doctrina de la única esencia espiritual sólo puede comprender-
se plenamente a la luz del Cuerpo Místico de Cristo. Es clara la alusión al
cuerpo y a los miembros. Si hay resabios de gnosticismo, es fundamental-
mente cristológico.
39
CARTA QUINTA
vivificados" (1 Co 15,22).
26
Es decir, de sus hermanos, miembros del mismo cuerpo. Otra vez la
insistencia en el carácter social, tanto de la caída como de la salvación.
45
27
Este párrafo resume la evolución de la vida espiritual según S. Antonio:
paso del bautismo para remisión de los pecados al bautismo en el Espíritu
Santo y Consolador, que hace capaz de escuchar su enseñanza, de
ofrecerse como víctima agradable a Dios y adorar al Padre en espíritu y
en verdad. En este estado tiende a desaparecer toda oración exterior o
vocal. Terminología bíblica que se ordena a una experiencia espiritual muy
concreta.
28
Cf. Apotegmas POIMEN 87: "Preguntó un hermano al Abad Poimen: ¿es
bueno interceder? El anciano le contestó: el Abad Antonio dijo: he aquí
que sale una voz de junto al Señor que dice: ‘Consolad a mi pueblo, dice el
Señor, consolad a mi pueblo’". El contexto de la Carta V bis aclara el
sentido oscuro del apotegma tomado aisladamente. Se trata de la
respuesta de Dios a los santos que interceden por nosotros y por la cual
les anuncia que ha sido escuchada su oración. Es, pues, positiva la
51
CARTA SEXTA
29
La insistencia de Antonio sobre el verdadero nombre espiritual de sus
corresponsales, en oposición a su nombre terrestre, ¿hay que relacionarla
con la antigua costumbre de los monjes de recibir otro nombre al
comienzo de su vida monástica, a ejemplo de Jacob, que acaba de ser
citado? La costumbre está atestiguada por AMMONAS (Cartas IX, en la
única versión siríaca), con idéntica alusión a los ejemplos del Antiguo
Testamento. Ammonas la justifica así: "Ya que habéis crecido en Dios,
debe cambiarse el nombre de vuestro progreso en Él".
53
30
Antonio no duda en subrayar así la autoridad de su palabra de padre
espiritual.
55
siervos, sino hermanos" (Jn 15,1). Una vez, pues, que ha sido
dado el espíritu de filiación adoptiva a los apóstoles, el
Espíritu Santo les enseña cómo adorar al Padre en verdad31.
31
En este contexto, "adorar al Padre (en espíritu y) en verdad", expresión
frecuente en las Cartas, debe comprenderse en el sentido de un paso de
la oración exterior a una oración más interior. Este paso es consecuencia
del don del Espíritu.
56
CARTA SÉPTIMA
32
En este pasaje el don ulterior del Espíritu Santo se relaciona más
particularmente con la gracia de los apóstoles, íntimamente unidos a
Jesús con vistas a la predicación del mensaje.
58
33
San Atanasio describe con términos semejantes el testimonio dado por
San Antonio acerca de la doctrina de Arrio: "Es impío decir que hubo un
tiempo en que Él no era". La ausencia de cambio en el Verbo aparece
también en el discurso de Antonio a los filósofos.
60
CARTA A TEODORO
Perseverancia y vigilancia
Objeto de la virtud
"El Señor, por eso, porque es Dios, hizo callar a los demo-
nios. En cuanto a nosotros, hemos aprendido nuestras
lecciones de los santos, hacemos como ellos hicieron e
imitamos su valor. Pues cuando ellos veían tales cosas,
acostumbraban a decir: Cuando el pecador se levantó contra
mí, guardé silencio resignado, no hablé con ligereza (Sal
38,2); y en otra parte: Pero yo como un sordo no oigo, como
un mudo no abro la boca; soy como uno que no oye (Sal
89
más al autor del mal, pues lo que dijo nuestro Señor fue por
nosotros: cuando los demonios oyen tales palabras, son
expulsados por el Señor que con estas palabras los repren-
dió.
Virtud monástica
Así sus solitarias celdas en las colinas eran como las tiendas
llenas de coros divinos, cantando salmos, estudiando,
ayunando, orando, gozando con la esperanza de la vida
futura, trabajando para dar limosnas y preservando el amor
104
Milagros en el desierto
Estos eran los consejos a los visitantes. Con los que sufrían
se unía en simpatía y oración, y a menudo y en muchos y
variados casos, el Señor escuchó su oración. Pero nunca se
115
Visiones
La verdadera sabiduría
ña, ya que para ellos era imposible ir para allá a causa del
séquito de gente envueltas en pleito. Le pidieron que fuera
a ellos para que pudieran verlo. El trató de librarse del viaje
y les rogó que lo excusaran de hacerlo. Ellos insistieron, sin
embargo, incluso le mandaron procesados con escoltas de
soldados, para que en consideración a ellos se decidiera a
bajar. Bajo tal presión, y viéndolos lamentarse, fue a la
Montaña Exterior. De nuevo la molestia que se tomó no fue
en vano, pues ayudo a muchos y su llegada fue verdadero
beneficio. Ayudó a los jueces aconsejándoles que dieran a la
justicia precedencia a todo lo demás, que temieran a Dios y
que recordaran que "serían juzgados con la medida con que
juzgaran" (Mt 7,12). Pero amaba su vida montañesa por
encima de todo.
Muerte de Antonio
Epílogo