Potestad Tributaria Pcial y Municipal

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POTESTAD TRIBUTARIA PROVINCIAL Y MUNICIPAL.

ASIGNACIÓN DE RECURSOS
Martín Leonardo Furchi
Breve introducción

El objetivo del presente trabajo es introducir al lector en el esquema de asignaciones de


potestades tributarias establecido por la Constitución Nacional y normas de inferior jerarquía.
En particular, se analizará de manera descendente en el orden jerárquico normativo las normas
vinculadas con esta cuestión intentando brindar sustento constitucional y legal a diversos
tributos consagrados por la Ordenanza Fiscal de la Municipalidad de Morón.
A fin de lograr dicho cometido se tendrán en cuenta aquellas normas que otorgan competencia
tributaria a las provincias y aquellas que consagran la autonomía municipal y su consecuente
poder de imposición. Asimismo, se efectuará una breve reseña sobre distintos pronunciamientos
judiciales vinculados con la consagración de la autonomía y el reconocimiento de la facultad
tributaria de los municipios.

Atribuciones de las provincias de conformidad con la constitución nacional.

En primer lugar, cabe señalar que el artículo 5° de la Constitución Nacional dispone que “[c]ada
provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo republicano, de acuerdo
con los principios declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que asegure su
administración de justicia, su régimen municipal, y la educación primaria. Bajo de estas
condiciones el Gobierno federal, garante a cada provincia el goce y ejercicio de sus
instituciones”.
Por otra parte, de conformidad con el art. 1° de la Carta Magna la Argentina adopta la forma de
Estado federal. Este sistema, en la estructura de la Constitución, admite la existencia de
distintos entes territoriales con poder político -en la acepción amplia del término- en sus
respectivas jurisdicciones.
“El principio federal supone que son las provincias las que delegan en el poder central
atribuciones determinadas y acotadas. El tipo, cantidad y calidad de esas atribuciones depende
del estado nacional concreto quien puede recibirlas, ampliadas o restringidas. Se diría que no
existe un modelo de estado federal sino tantos como los países que lo adopten. Por eso la
Constitución de la República Argentina en el art. 1° dispone la adopción de una forma de
gobierno –y estado- conforme lo establecido por la misma ley suprema” (conf. Gelli, María
Angélica, Constitución de la Nación Argentina Comentada, Buenos Aires, La Ley, 2005).
La autonomía provincial se constituye con las atribuciones de naturaleza política, en virtud de la
cual eligen las modalidades propias del sistema democrático y republicano que escojan; en
materia económica, con facultades tributarias; de sustancia legislativa, con el ejercicio del
denominado poder de policía.

Régimen Municipal

El régimen municipal garantiza otro modo de descentralización territorial y otro núcleo de poder
en el sistema federal. Al mismo tiempo, desarrolla y acerca la democracia a los ciudadanos para
la decisión de cuestiones directamente relacionadas con la vida de la ciudad.
La naturaleza del municipio -ente autárquico o autónomo- fue materia de discusión
jurisprudencial. Hasta 1989 la Corte Suprema de Justicia de la Nación había sostenido que los
municipios constituían entes autárquicos territoriales de las provincias, definidas como
delegaciones de los mismos poderes provinciales, circunscriptos a fin y límites administrativos,
que la Constitución ha previsto como entidades del régimen provincial y sujetas a su propia
legislación (conf. Fallos 114:282).
Pero, en 1989, el Tribunal cambió el criterio en “Rivademar c/ Municipalidad de Rosario” se
pronunció por la autonomía municipal, señalando las diferencias de ésta con los entes
autárquicos (conf. Considerando 8°, Fallos 312:326).
En esa línea argumentativa, la CSJN sostuvo en 1991 que las Provincias no sólo estaban
obligadas a establecer el régimen municipal sino que no podían privarlo de las atribuciones
mínimas en materia tributaria para desempeñar su cometido. En ese sentido, el Tribunal dijo –
en doctrina concordante con el rasgo federal que luego tomó la reforma constitucional de 1994-
que si los municipios se encontrasen sujetos en esos aspectos a las decisiones de una autoridad
extraña, aunque fuesen las provincias, éstas podrían desarticular las bases de su organización
funcional.
A partir de 1994 la cuestión se resolvió constitucionalmente pues las provincias asumieron una
nueva obligación en materia de organización del régimen municipal dado que, en concordancia
con el artículo 123 de la Constitución Nacional, ese régimen debe asegurar la autonomía y su
alcance debe comprender el orden institucional, político, administrativo y financiero.
Así, armonizando los artículos 5°, 6º y 123 de la CN corresponde que los lineamientos de la
estructura municipal autónoma se fijen en cada constitución local, con el grado y amplitud que
ésta determine. Por otro lado, el incumplimiento de la obligación autonómica constituye una de
las causales de intervención federal.

Autonomía de los municipios

Dado que el artículo 5° de la CN no calificaba al régimen municipal ni le imponía características,


se discutía el carácter autárquico o autonómico de los municipios.
Cabe precisar que en “Rivademar” la CSJN sostuvo que mal se aviene con el concepto de
autarquía diversos caracteres de los municipios tales como:
1)su origen constitucional frente al meramente legal de las entidades autárquicas
2)la existencia de una base sociológica constituida por la población de la comuna, ausente en
tales entidades:
3)la imposibilidad de su supresión o desaparición, dado que la Constitución asegura su
existencia, lo que tampoco ocurre con los entes autárquicos;
4)el carácter de legislación local de las ordenanzas municipales frente al de las resoluciones
administrativas emanadas de las entidades autárquicas
5)el carácter de personas jurídicas de derecho público y del carácter necesario de los municipios,
frente al carácter posible o contingente de los entes autárquicos;
6)el alcance de sus resoluciones, que comprende a todos los habitantes de sus circunscripción
territorial, y no sólo a las personas vinculadas, como en las entidades autárquicas;
7)la posibilidad de creación de entidades autárquicas en los municipios, ya que no parece posible
que una entidad autárquica cree a otra entidad autárquica dependiente de ella; y
8)la elección popular de sus autoridades, inconcebible en las entidades autárquicas (conf.
Considerando 8°, Fallos 312:326 citado por Gelli, María Angélica, Constitución de la Nación
Argentina Comentada, Buenos Aires, La Ley, 2005, Págs. 43 y ss).

Más adelante, en el precedente “Municipalidad de Rosario” la CSJN sostuvo que las provincias,
además de establecer el régimen municipal, tenían el deber de no privarlo de las atribuciones
mínimas en materia tributaria para desempeñar su cometido. En esa dirección, la CSJN sostuvo
que si los municipios se encontrasen sujetos en esos aspectos a las decisiones de una autoridad
extraña, aunque fuesen las provincias, éstas podrían desarticular las bases de su organización
funcional (conf. considerando 5°, Fallos 314:497).
Finalmente, en 1994 la Convención Constituyente agregó en el actual artículo 123 a las
obligaciones de las provincias dispuestas en el artículo 5°, la de asegurar la autonomía municipal
reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico y
financiero.
La Constitución Nacional impone a las provincias, desde 1994, el aseguramiento de la autonomía
municipal en sus respectivas constituciones pero no las obliga a establecer un único modelo de
autonomía. “En consecuencia, pueden coexistir en una misma provincia municipios de
convención con atribuciones para dictar sus propias cartas autonómicas y municipios reglados
por leyes orgánicas de las municipales, partidos o departamentos según se los denomine en
cada ente local, sancionadas esas leyes orgánicas, por la legislatura provincial. No obstante, esta
flexibilidad provincial para establecer los parámetros de la autonomía municipal, aquéllas no
podrían establecer los parámetros de la autonomía municipal, aquéllas no podrían ignorarla pues
el artículo 123 constituye una cláusula federal cuyo incumplimiento podría revisar la Corte
Suprema” (conf. Heredia, José Raúl, El régimen municipal argentino luego de la reforma
constitucional de 1994).
Por otro lado, la autonomía municipal reglada en las constituciones provinciales puede ser plena,
es decir, sin condicionamientos de ratificación –aunque, desde luego, los municipios no deben
usurpar competencias provinciales ni menos federales- o puede estar sujeta a la aprobación que
al respecto acuerde o deniegue la legislatura local, empleando un tipo de control político de
constitucionalidad similar al que ejerció el Congreso de la Nación sobre las constituciones
provinciales hasta 1860.
Como quiera que fuese, está fuera de duda la obligación de las provincias de adecuar sus
respectivas constituciones a lo prescripto por el artículo 123 de la CN, a fin de que al menos los
municipios con una base territorial significativa, concreten la autonomía institucional dictando
sus respectivas cartas orgánicas.
En este sentido, las provincias que no contienen la autonomía institucional de los municipios,
departamentos o partidos en sus respectivas constituciones, además de incumplir el mandato de
la Constitución federal se encuentran obligadas, al menos, a adecuar las leyes orgánicas de las
municipalidades para incluir en ellas los otros rasgos autonómicos establecidos en el artículo 123
(conf. Hernández, Antonio María, Federalismo, autonomía municipal y ciudad de Buenos Aires,
citado por Gelly, María Angélica, Constitución de la Nación de la Nación Argentina, op. cit. pág.
860).

Competencia tributaria. Esquema constitucional

Al gobierno federal le corresponde establecer:


1)exclusivamente y de manera permanente derechos de importación y exportación y tasas
postales (arts. 4°, 9° y 75 inc. 1° y 126 de la CN)
2)En concurrencia con las provincias y en forma permanente, impuestos indirectos (arts. 4°, 17,
75 inc. 2° y 121 de la CN)
3)Con carácter transitorio y en situaciones de excepción, impuestos directos, que deben ser
proporcionalmente iguales en todo el territorio de la Nación (art. 75 inc. 2° de la CN)
4)En la ciudad de Buenos Aires, en cuanto siga siendo Capital Federal, en cuanto ataña a los
intereses de la Nación, tributos de carácter local.
Las provincias, a su vez, pueden establecer impuestos directos e indirectos en forma
permanente, con excepción de los impuestos aduaneros.
Las prerrogativas de los municipios derivan de las correspondientes a las provincias a las que
pertenecen, conforme a lo que dispongan las constituciones y leyes provinciales.
Existe pues, concurrencia plena en el ejercicio del poder tributario entre la Nación y las
provincias en materia de impuestos indirectos, con excepción de los tributos en materia de
impuestos con exclusividad a la Nación. A su vez, en materia de impuestos directos la facultad
concurrente de la Nación se halla limitada por la prescripción del artículo 75 inciso 2° CN aunque
la práctica constitucional ha desvirtuado totalmente la aludida restricción, soslayándola mediante
un simulado acatamiento a sus disposiciones, mediante el arbitrio de sucesivas prórrogas de los
tributos directos, como el impuesto a las rentas, que la Nación ha establecido si solución de
continuidad desde 1932 (v. Spizzo, Rodolfo, Administración Tributaria Provincial y Municipal en
Derecho Tributario Provincial y Municipal coordinar Enrique Bulit Goñi, Buenos Aires, Ad Hoc,
2002, pág. 200).

Coparticipación Federal.

La norma incorpora a la CN un régimen tributario de coparticipación federal que ya habían


consagrado las leyes convenios celebrados entre el Estado Central y las provincias. Bajo el
nuevo artículo 75 inciso 2° los poderes fiscales delegados en el gobierno central o reservados
por las provincias no cambiaron de titular, pues las contribuciones indirectas se mantuvieron
como impuestos concurrentes entre la Nación y las provincias y las directas sólo por excepción
podrían ser aplicadas por el Estado federal (conf. Frías, Pedro J., El federalismo en la Reforma
Constitucional, La Ley, 1994-D, 1122).
Pero, el gasto efectuado por cada jurisdicción tiene sólo una relación indirecta con lo tributado
de fuente local. En otras palabras, ha desaparecido de la Constitución Nacional el principio en
virtud del cual gastaba quien recaudaba, sustituido, básicamente, por criterios de solidaridad y
equidad para el desarrollo igualitario de las provincias.
Así pues tal como quedó organizado el sistema impositivo en la Constitución Nacional,
corresponde al Congreso imponer contribuciones indirectas como facultad concurrentes con las
provincias, imponer contribuciones directas, por tiempo determinado, bajo el principio de la
igualdad y de modo excepcional para satisfacer exigencias de la defensa, la seguridad y el bien
general del Estado. Las dos primeras situaciones contempladas en la norma están claramente
determinadas, pero la tercera deja un amplio margen de discrecionalidad al poder político para
recurrir a esos tributos y no de modo excepcional.
La Ley Nº 23.548 de Coparticipación Federal de Impuestos estableció, a partir del 1 de enero de
1988 un régimen transitorio de distribución de recursos fiscales entre la Nación y las provincias.
En tal sentido, la norma establece que la masa de fondos a distribuir se integrará por el
producido de la recaudación de todos los impuestos nacionales existentes o a crearse con
diversas excepciones, que son los derechos de importación y exportación previstos en el art. 4º
de la CN, aquellos cuya distribución, entre la Nación y las provincias, esté prevista o se prevea
en otros sistemas o regímenes especiales de coparticipación, los impuestos y contribuciones
nacionales con afectación específica y los impuestos y contribuciones nacionales cuyo producido
se afecte a la realización de inversiones, servicios, obras y al fomento de actividades, que se
declaren de interés nacional por acuerdo entre la Nación y las provincias (conf. art. 2º).
En particular, el artículo 9º dispone que “la adhesión de cada Provincia se efectuará mediante
una ley que disponga: a) Que acepta el régimen de esta ley sin limitaciones ni reservas; b) Que
se obliga a no aplicar por sí y a que los organismos administrativos y municipales de su
jurisdicción, sean o no autárquicos, no apliquen gravámenes locales análogos a los nacionales
distribuidos por esta ley.
En cumplimiento de esta obligación no se gravarán por vía de impuestos, tasas, contribuciones u
otros tributos, cualquiera fuere su característica o denominación, las materias imponibles sujetas
a los impuestos nacionales distribuidos, ni las materias primas utilizadas en la elaboración de
productos sujetos a los tributos a que se refiere esta ley. Esta obligación no alcanza a las tasas
retributivas de servicios efectivamente prestados, salvo lo dispuesto en el párrafo siguiente.
Las actividades, bienes y elementos vinculados a la producción, comercialización,
almacenamiento, transporte, circulación, venta, expendio o consumo de los bienes sujetos a
impuestos internos específicos a los consumos y las materias primas o productos utilizados en su
elaboración, tampoco se gravarán con una imposición proporcionalmente mayor --cualquiera
fuere su característica o denominación-- que la aplicada a actividades, bienes y elementos
vinculados con bienes y servicios análogos o similares y no sujetos a impuestos internos
específicos a los consumos (...)”

Constitución de la Provincia de Buenos Aires

El artículo 103 de la Constitución de la Provincia dispone que corresponde al Poder Legislativo


1)Establecer los impuestos y contribuciones necesarios para los gastos de servicio público,
debiendo estas cargas ser uniformes en toda la provincia.
2)Fijar anualmente el cálculo de recursos y el presupuesto de gastos. Con relación a nuevos
gastos, dentro de la ley de presupuesto, la iniciativa corresponderá exclusivamente al Poder
Ejecutivo; pero la Legislatura podrá disminuir o suprimir los que le fuesen propuestos.
“La ley de presupuesto será la base a que debe sujetarse todo gasto en la Administración
general de la Provincia. Si el Poder Ejecutivo no remitiera los proyectos de presupuesto y leyes
de recursos para el ejercicio siguiente antes del 13 de agosto, la Legislatura podrá iniciar su
estudio y sancionarlos, tomando por base las leyes vigentes. Vencido el ejercicio administrativo
sin que la Legislatura hubiese sancionado una nueva ley de gastos y recursos, se tendrán por
prorrogadas las que hasta ese momento se encontraban en vigor”.

Potestades de los Municipios de conformidad con la Constitución de la Provincia de Buenos Aires.

La sección VII de la Constitución Provincial establece el régimen municipal. En particular, el


artículo 190 dispone que “la administración de los intereses y servicios locales en la Capital y
cada uno de los partidos que formen la provincia, estará a cargo de una Municipalidad,
compuesta de un departamento ejecutivo unipersonal y un departamento deliberativo, cuyos
miembros, que no podrán ser menos de seis ni más de veinticuatro, durarán cuatro años en sus
funciones, renovándose cada dos años por mitad y serán elegidos en el mismo acto que se elijan
los senadores y diputados, en la forma que determine la ley.
Por su parte, el artículo 191 dispone que la legislatura deslindará las atribuciones y
responsabilidades de cada departamento, confiriéndoles las facultades necesarias para que ellos
puedan atender eficazmente a todos los intereses y servicios locales, con sujeción a las
siguientes bases:
1. el número de miembros del departamento deliberativo se fijará con relación a la población de
cada distrito.
2. serán electores los ciudadanos inscriptos en el registro electoral del distrito y además los
extranjeros mayores de edad que sepan leer y escribir en idioma nacional, con dos años de
residencia inmediata en el municipio, que estén inscriptos en un registro especial y paguen
anualmente impuestos fiscales o municipales que en conjunto no bajen de doscientos pesos.
3. serán elegibles todos los ciudadanos mayores de veinticinco años, que sepan leer y escribir,
vecinos del distrito, con un año de domicilio anterior a la elección y si son extranjeros, tengan
además cinco años de residencia y estén inscriptos en el registro especial.
4. las funciones municipales serán carga pública, de la que nadie podrá excusarse sino por
excepción fundada en la ley de la materia.
5. el ciudadano a cargo del departamento ejecutivo durará cuatro años en sus funciones. Para
desempeñar este cargo se requiere ciudadanía en ejercicio y las condiciones necesarias para ser
concejal
6. los concejales extranjeros no podrán exceder de la tercera parte del número total de los
miembros del Consejo Deliberante.

Por otra parte, el artículo 192 establece las atribuciones inherentes al régimen municipal.
En particular, el inciso 5° dispone: votar anualmente su presupuesto y los recursos para
costearlo, administrar los bienes municipales, con facultad de enajenar tanto éstos como los
diversos ramos de las rentas del año corriente; examinar y resolver sobre cuentas del año
vencido, remitiéndolas enseguida al Tribunal de cuentas.
Vencido el ejercicio administrativo sin que el Concejo Deliberante sancione el presupuesto de
gastos, el intendente deberá regirse por el sancionado para el año anterior. Las ordenanzas
impositivas mantendrán su vigencia hasta que sean modificadas o derogadas por otras. El
presupuesto será proyectado por el departamento ejecutivo y el deliberativo no está facultado
para aumentar su monto total. Si aquél no lo remitiera antes del 31 de octubre, el Concejo
Deliberante podrá proyectarlo y sancionarlo, pero su monto no podrá exceder del total de la
recaudación habida en el año inmediato anterior.
El inciso 7° prescribe: recaudar, distribuir y oblar en la Tesorería del Estado las contribuciones
que la Legislatura imponga al distrito para las necesidades generales, sin perjuicio de que el
Poder Ejecutivo nombre funcionarios especiales para este objeto, si lo cree más conveniente.
Por su parte, el artículo 193 limita las atribuciones conferidas. En particular dispone en su inciso
2° que “todo aumento o creación de impuestos o contribución de mejoras, necesita ser
sancionado por mayoría absoluta de votos de una asamblea compuesta por los miembros del
Concejo Deliberante y un número igual de mayores contribuyentes de impuestos municipales.

Régimen Municipal de la Provincia de Buenos Aires. Ley Orgánica de las Municipalidades.

El artículo 1° de la Ley Orgánica de las Municipalidades establece que “[l]a Administración local
de los Partidos que forman la Provincia estará a cargo de una Municipalidad compuesta de un
Departamento Ejecutivo, desempeñado por un ciudadano con el título de Intendente, y un
Departamento Deliberativo, desempeñado por ciudadanos con el título de Concejal”. Por su
parte, el artículo 24 dispone que [l]a sanción de las ordenanzas y disposiciones del Municipio
corresponde con exclusividad al Concejo Deliberante.
Al respecto dispone que las ordenanzas deberán responder a los conceptos de ornato, sanidad,
asistencia social, seguridad, moralidad, cultura, educación, protección, fomento, conservación y
demás estimaciones encuadradas en su competencia constitucional que coordinen con las
atribuciones provinciales y nacionales (conf. art. 25).
En lo que aquí interesa, el artículo 29° establece que: “[c]orresponde al Concejo sancionar las
Ordenanzas Impositivas y la determinación de los recursos y gastos de la Municipalidad. Las
Ordenanzas Impositivas que dispongan aumentos o creación de impuestos o contribuciones de
mejoras, deberán ser sancionadas en la forma determinada por el artículo 193° inciso 2) de la
Constitución de la Provincia, a cuyo efecto se cumplirán las siguientes normas. 1. El respectivo
proyecto que podrá ser presentado por un miembro del Concejo o por el Intendente, será girado
a la Comisión correspondiente del Cuerpo. 2. - Formulado el despacho de la Comisión, el
Concejo por simple mayoría sancionará una Ordenanza preparatoria que oficiará de
anteproyecto, para ser considerado en la Asamblea de Concejales y Mayores Contribuyentes. 3.
-Cumplidas las normas precedentes, la antedicha Asamblea podrá sancionar la Ordenanza
definitiva.
Asimismo, la norma establece que se podrá establecer un régimen de exenciones parciales o
totales de tributos municipales, las que serán de carácter general y tendrán vigencia por el
ejercicio correspondiente al de la fecha en que se dicte la medida, siempre que no resulten
incompatibles con los beneficios otorgados en el orden Provincial. En particular, se podrán prever
franquicias y beneficios con fines de promoción y apoyo a las actividades económicas locales y
zonales, siempre que sean establecidas de conformidad con los principios precitados. Sobre
consorcios, cooperativas, convenios y acogimientos.
Por su parte, el capítulo VI regula lo atinente a los recursos municipales. En particular, se
establece que constituyen recursos municipales (entre otros) los siguientes impuestos, tasas,
derechos, licencias, contribuciones, retribuciones de servicios y rentas:
Alumbrado, limpieza, riego y barrido, con excepción de los casos en que la prestación se haga
efectiva sobre inmuebles pertenecientes al dominio de la Provincia, destinados a servicios
educativos, de salud, de justicia y de seguridad. Derecho de faenamiento e inspección
veterinaria, que se abonará en el municipio donde se consuman las reses y demás artículos
destinados al sustento de la población, cualquiera sea su naturaleza. No podrá cobrarse más
derecho a la carne o subproductos, frutas, verduras, aves y otros artículos que se introduzcan de
otros partidos, que los que paguen los abastecedores locales ni prohibir la introducción de los
mismos. Inspección y contraste anual de pesas y medidas. Venta y arrendamiento de los bienes
municipales; permisos de uso de playas y riberas en jurisdicción municipal; producido de
hospitales u otras instituciones y servicios municipales que produzcan ingresos. En jurisdicción
municipal, explotación de canteras, extracción de arena, cascajo, pedregullo, sal y demás
minerales. Reparación y conservación de pavimentos, calles y caminos. Edificación, refecciones,
delineación, nivelación y construcción de cercos y aceras. Colocación de avisos en el interior y
exterior de tranvías, vehículos en general, estaciones de ferrocarril, teatros, cafés,
cinematógrafos, y demás establecimientos públicos, colocación, inscripción o circulación de
avisos, letreros, chapas, banderas de remates, escudos, volantes, y toda otra publicidad o
propaganda escrita u oral hecha o visible en la vía pública con fines lucrativos y comerciales.
Patentes de billares, bolos, bochas, canchas de pelota y otros juegos permitidos. Patentes de
vehículos automotores, para el transporte de pasajeros y carga, de carruajes, carros, tranvías y
en general todo vehículo de tracción mecánica o a sangre y el derecho de registro de
conductores. Patente de animales domésticos. De mercados y puestos de abasto. Cualquier otra
contribución, tasa, derecho o gravamen que imponga la Municipalidad con arreglo a las
disposiciones de la Constitución (conf.art. 226)
Cabe señalar que existe una cláusula que se repite en la ordenanza fiscal de la Municipalidad de
Morón. En este sentido, se establece que la denominación "Impuestos" es genérica y comprende
todas las contribuciones, tasas, derechos y demás obligaciones que el municipio imponga al
vecindario en sus ordenanzas, respetando los límites establecidos en esta ley y los principios
generales de la Constitución (conf. art. 227).
Por último, cabe destacar que el artículo 228 establece que la percepción de impuestos
municipales es legítima en virtud de la satisfacción de las necesidades colectivas que con ella se
procura. Los órganos del gobierno municipal tienen por lo tanto amplias atribuciones para
especificar los gastos que deban pagarse con el producto de aquellos impuestos, sin más
limitaciones que las que resultan de la aplicación de los mismos a la atención de las aludidas
necesidades colectivas. En esta materia, las facultades del gobierno municipal son irrenunciables
e intransferibles y en consecuencia, ninguna autoridad podrá imponer a las comunas gastos que
ellas mismas no hayan autorizado, ni privarlas del derecho de invertir sus recursos en la forma
que dispongan sus poderes legalmente constituidos.

Ordenanza Fiscal de la Municipalidad de Morón

Ahora bien, con base en la normativa reseñada la Municipalidad de Morón ha dictado su


ordenanza fiscal.
En particular, cabe destacar en primer lugar que el artículo 1º dispone que “[l]as obligaciones
impositivas que establezca la Municipalidad de Morón consistirán en Tasas, Derechos, Permisos,
Contribuciones y Patentes, rigiéndose por las prescripciones de la presente y por las Ordenanzas
Especiales que se sancionen en un todo de acuerdo con la Ley Orgánica de las Municipalidades”.
Asimismo, se transcribe el artículo 227 de la Ley Orgánica en cuanto a que la denominación
"tributos" es genérica y comprensiva de todas las Tasas, Derechos, Permisos, Patentes y
contribuciones y demás obligaciones fiscales que el Municipio imponga al vecindario en sus
ordenanzas (conf. art. 2º).
Por su parte, los artículos artículo 7º y 8º se refiere al principio de la realidad económica en
tanto dispone que “para la interpretación de las disposiciones de esta Ordenanza o de la
Ordenanza Impositiva y sus reglamentaciones, se atenderá al fin que las mismas persigan y a su
significación económica. Sólo cuando no sea posible fijar por su letra o por su espíritu, el sentido
o alcance de las normas, conceptos y términos de las disposiciones antedichas, podrá recurrirse
a las normas, conceptos y términos del derecho tributario y subsidiariamente a los principios
generales del derecho” (conf. art. 7º el destacado no es del original). Para determinar la
verdadera naturaleza de los hechos imponibles se atenderá a los hechos, actos, situaciones o
relaciones económicas que efectivamente realicen, persigan o establezcan los contribuyentes con
prescindencia de las formas o de los actos jurídicos del derecho privado en que se exterioricen.
Cuando las formas jurídicas sean inapropiadas a la realidad de los hechos gravados y ello se
traduzca en una disminución de la cuantía de las obligaciones, las normas tributarias se
aplicarán prescindiendo de tales formas y se considerará la situación económica real (conf. art.
8º).

Sentado lo anterior, en base a los antecedentes normativos reseñados que sirven de sustento
legal a la potestad tributaria municipal se analizarán diversos tributos establecidos por la
Ordenanza Fiscal de la Municipalidad de Morón.

De la Tasa por Servicios Generales

En cuanto al hecho imponible se establece que corresponde a la prestación de los servicios


municipales de alumbrado común o especial, de limpieza, de conservación de la vía pública y
acción comunitaria (conf. art. 97).
En cuanto a los contribuyentes y responsables se enuncia a los titulares del dominio de los
inmuebles, los usufructuarios y los poseedores a título de dueño (conf. art. 99).
La base imponible se calcula aplicando el coeficiente fijado en la Ordenanza Impositiva a la
evaluación fiscal del inmueble determinada por la Provincia de Buenos Aires, según índice
correctores fijados por la Ley Nº 11.345 para el año 1992, relacionado con los Servicios de
Alumbrado, Limpieza y Conservación de la Vía Pública que afectan al mismo directa o
indirectamente. El monto resultante será ajustado por el índice que fija la Ordenanza Impositiva
en el artículo correspondiente a la zonificación que afecta al inmueble (v. art. 100).
Asimismo, se establece a qué servicios corresponde la tasa de mención. En particular, se refiere
a: a) alumbrado, que abarca la iluminación común y/o especial de la vía pública; b) Limpieza,
que comprende la recolección domiciliaria de residuos o desperdicios domésticos, del tipo y
volúmenes comunes, barrido de las calles y recolección de ramas. La ordenanza divide dicho
servicio de acuerdo a recolección de residuos diaria o alternada y Barrido diario o alternado; y c)
conservación de la vía pública, que comprende el mantenimiento y ornato de las calles, plazas,
paseos, así como sus reparaciones. En tal sentido, se clasifican las arterias en Pavimentadas,
mejoradas y tierra.
Por otra parte, se establece un criterio de zonificación y se dispone que la misma estará dada
por las distintas características que componen cada zona en particular teniendo en cuenta la
información producida por el Censo Nacional 1980, que permite zonificar el Partido de acuerdo
con el nivel socio-económico predominante en cada lugar, conforme con la siguiente clasificación
y que fuera aprobada por Ordenanza Nº 7538.
En particular, se enuncia: a) Zonas de mayores recursos: considerando aquellas en las que el
valor tierra y/o tipo de construcción y/o redes de infraestructura y/o nivel de valuación fiscal
superan al promedio general del Partido; b) Zonas de medianos recursos: considerando aquellas
en las que el valor tierra y/o tipo de construcción y/o redes de infraestructura y/o nivel de
valuación fiscal es equivalente al promedio general del Partido; c) Zonas de menores recursos:
Son aquellas en que el nivel general enunciado en el punto a) es inferior al promedio general del
Partido y; d) Zonas cadenciadas, aquellas en que el nivel de construcción y redes de
infraestructura no llegan a cubrir el mínimo indispensable para el normal desarrollo de su vida
comunitaria.
Luego, la norma se refiere al destino del inmueble y lo divide en Edificado, Baldío (parcela que
no tenga construcciones de carácter permanente, conf. art. 101), Propiedad horizontal, Rural y
Comercio y/o industria.
Por último, se dispone que el importe anual a abonar surgirá de la aplicación del procedimiento
de liquidación que fije la Ordenanza Impositiva Anual (conf. art. 100).
En tal sentido, la ordenanza impositiva (t.o. 2007) establece que el monto de la tasa estará dado
por la aplicación de la alícuota que corresponda, conforme con los servicios que afecten al
inmueble, sobre la valuación fiscal del mismo determinada por la Provincia de Buenos Aires
conforme el Artículo 100 de la Ordenanza Fiscal y el índice de zonificación de acuerdo con las
siguientes características:
a-1) Alumbrado común y recolección de residuos alternada.9,1715
a-2) Alumbrado común y recolección de residuos diaria. 9,6814
a-3) Alumbrado a gas halógeno o similar y recolección de residuos alternada. 9,6814
a-4) Alumbrado a gas halógeno o similar y recolección de residuos diaria.11,2126
Los baldíos abonarán sobre la valuación fiscal la alícuota de 25,4771.
Asimismo, se establece un índice según zonificación:
b-1) Zona de mayores recursos. 1,60
b-2) Zona de medianos recursos 1,35
b-3) Zona de menores recursos 1,10
b-4) Zona carenciada. 0,40

Por otra parte, se establecen índices correctores de la valuación fiscal según se trate de
inmuebles edificados o baldíos. Por último, los inmuebles destinados a comercios y/o industrias
sufrirán el recargo previsto para la zona de mayores recursos y se establecen exenciones para
jubilados y porcentajes mínimos de pago de acuerdo a la zonificación.
Sentado ello, cabe señalar que la Ordenanza Fiscal excluye del alcance de la tasa de mención a
los propietarios que posean; a) como única propiedad una parcela no edificada que no supere los
cuatrocientos metros cuadrados (400 m²) de superficie y cuente con la cerca y la acera
reglamentaria y b) parcelas que, formando parte de una misma propiedad, se encuentran
parquizadas en óptimas condiciones de higiene y salubridad, contando con cercas y veredas
reglamentarias.-
Por último, cabe señalar que la ordenanza establece que el contribuyente deberá presentar una
solicitud que revestirá el carácter de declaración jurada, indicando todos los datos que sean
necesarios y el destino específico dado al inmueble. La excepción será de carácter anual y no
comprende las zonas de altos recursos

De los Derechos de Ocupación o uso de Espacios Públicos

En cuanto al hecho imponible se establecen las siguientes actividades: a) la ocupación efectuada


por comerciantes, industriales y/o particulares del espacio aéreo, con cuerpos o balcones
cerrados, con excepción de los cuerpos salientes sobre las ochavas, cuando se hubiere hecho
cesión gratuita del terreno para formarla; b) La ocupación y/o uso del espacio aéreo, superficie o
subsuelo por las empresas de servicios públicos con cables, cañerías, cámaras y cualquier otro
elemento utilizado para el cumplimiento de sus respectivos objetos; c) la ocupación y/o uso del
espacio aéreo, superficie o subsuelo por comerciantes, industriales y/o particulares o entidades
no comprendidas en el inciso anterior con elementos, vehículos o instalaciones de cualquier
naturaleza que permitan las normas en vigencia (entre otros, se reseña a título enunciativo a el
estacionamiento sobre las aceras de las bicicletas, motocicletas, motonetas, líneas, poste, etc);
d) la ocupación y/o uso de la superficie con mesas y/o sillas destinada al servicio, quioscos e
instalaciones análogas, puestos de ferias, microferias artesanales, contenedores de residuos e
instalaciones similares y; e) la ocupación y/o uso de la vía pública con garitas o casillas de
seguridad (conf. art. 199).
Por otra parte, se establecen distintas bases imponibles según los hechos alcanzados por el
artículo reseñado.
En particular, para ocupación efectuada por comerciantes, industriales y/o particulares del
espacio aéreo, las superficies que sobrepasen la línea Municipal. Para La ocupación y/o uso del
espacio aéreo, superficie o subsuelo por las empresas de servicios públicos con cables, etc., la
base se configura con los cables por metro lineal, los postes por unidad, las cámaras por metro
cúbico y las cañerías por metro lineal. Para los hechos alcanzados por el inciso c) antes
reseñado, las ocupaciones de superficies ( estacionamientos, toldos, marquesinas, carteles,
etc. ) por metro lineal o por metro cuadrado, las líneas de cables, entubados y similares por
metro lineal, los postes y anclajes, contrapostes, puntales y análogo, por unidad, al igual que los
tanques, por metro cúbico. Para la ocupación y/o uso de la superficie con mesas y/o sillas
destinada al servicio, quioscos e instalaciones análogas, por unidad o por metro cuadrado. Por
último, para la ocupación y/o uso de la vía pública con garitas o casillas de seguridad, por
unidad (conf. art. 201).
En cuanto a la alícuota aplicable se tiene en cuenta la zonificación prevista en el Anexo I de la
Ordenanza Tarifaria (especial, categoría 1 con subcategorías: Morón Sur, Morón Norte, Cautelar
Sur, Cautelar Norte, Haedo Sur, Haedo Norte, El Palomar, Categoría 2 y 3, conf. Ordenanza
Tarifaria)
Respecto de los responsables del pago se prevé a los permisionarios, las empresas y en general
los ocupantes y usuarios de los espacios públicos, por la que realicen en los frentes de locales o
planta donde posean la Habilitación Municipal.
La determinación de la obligación se efectúa mediante declaración jurada sin perjuicio de la
posibilidad de determinación de oficio en base a los antecedentes obrantes en la Municipalidad
(conf. art 206).

Jurisprudencia vinculada con la tasa de uso y ocupación del espacio público

CSJN, in re “Telefónica de Argentina S.A. c/ Municipalidad de General Pico s/ acción meramente


declarativa”, del 27/02/1997, Fallos 320:162.
En el precedente de mención, el Tribunal revocó la sentencia que había rechazado la acción
meramente declarativa deducida por Telefónica de Argentina S.A. a fin de obtener un
pronunciamiento contrario a la exigibilidad del pago de tributos por la ocupación o el uso de
espacios públicos municipales.
En tal sentido, el Tribunal sostuvo que “las comunicaciones telefónicas interestatales están
sujetas a la jurisdicción nacional, pues ellas constituyen el ejercicio del comercio, forman parte
del sistema de correos y tienden a promover la prosperidad, adelanto y bienestar general del
país (Fallos: 188:247; 213:467; 257:159 y sus citas; 299:149 y sus citas; 304:1186, sus citas y
muchos otros). Sobre tales bases, este Tribunal ha establecido la existencia de las necesarias
atribuciones nacionales para la reglamentación de los servicios que excedan el ámbito local
(Fallos: 257:159, consid. 2°, sus citas y muchos otros) e, incluso, de aquellos "aspectos de las
actividades interiores" de las provincias susceptibles de menoscabar u obstruir el servicio en
estudio (Fallos: 299:149, consid. 7°, sus citas y muchos otros), atribuciones éstas que, en lo
que a la dilucidación del sub lite interesa, han sido asumidas tanto por la ley nacional de
telecomunicaciones 19.798 como por las diversas disposiciones nacidas como consecuencia de la
ley de "reforma del Estado" 23.696”.
En esa tesitura el Tribunal sostuvo que “el gravamen municipal que se origina en la ocupación o
uso del espacio aéreo de esa jurisdicción, se encuentra en franca oposición con lo dispuesto por
el art. 39 de la ley 19.798, en cuanto establece que estará exento de todo gravamen el uso del
suelo, subsuelo y espacio aéreo del dominio público nacional, provincial o municipal, a los fines
de la prestación del servicio público de telecomunicaciones”
De esta manera, la CSJN entendió que “el tributo municipal que se origina en la ocupación o uso
del espacio aéreo de esa jurisdicción, constituye un inequívoco avance sobre la reglamentación
que el gobierno nacional ha hecho en una materia delegada por las provincias a la Nación,
importa el desconocimiento del ámbito de protección que la ley federal otorga a dicho servicio
público, y lesiona el principio de supremacía legal del art. 31 de la Constitución Nacional”

De la Tasa por Inspección Veterinaria

El hecho imponible se configura por los servicios de: a) “Inspección veterinaria en mataderos
municipales o particulares y en frigoríficos o fábricas que no cuenten con la inspección sanitaria
nacional o provincial permanente; b) Inspección veterinaria en huevos, productos de la caza y
mariscos provenientes del mismo Partido y siempre que las fábricas o establecimientos no
cuenten con la inspección sanitaria nacional o provincial y; c) El visado de certificados sanitarios
nacionales, provinciales y/o municipales y el control sanitario de carnes bovinas, ovinas,
caprinas o porcinas (reses, medias reses, trozos), menudencias, chacinados, aves, huevos,
pescados, mariscos, conservas de cualquiera de los mencionados y sus combinaciones, leche,
derivados lácteos, helados, grasas, margarinas animales y/o vegetales o sus combinaciones,
mayonesas de todo tipo, aderezos de todo tipo y sus combinaciones, conservas y congelados
vegetales, cárneos de pescados y mariscos, harinas, aguas envasadas, aguas saborizadas, aguas
gasificadas, aguas gaseosas saborizadas, bebidas alcohólicas de baja y alta graduación que se
introduzcan en el Partido con destino al consumo y/o elaboración” (conf art. 168).
La norma efectúa distintas definiciones a fin de dar precisiones respecto del tributo de que se
trata. En este sentido, define la Inspección veterinaria de productos alimenticios de origen
animal como “todo acto ejercido por profesionales del ramo a los efectos de determinar el estado
sanitario de los mismos”. Asimismo, se dispone que el Visado de certificados sanitarios consiste
en el “reconocimiento de la validez de este tipo de documentación que ampara un producto
alimenticio en tránsito” y que el Contralor Sanitario “es el acto por el cual se verifican las
condiciones de la mercadería según lo explicitado en el certificado sanitario que las ampare”
(conf. art. 168).
Entre los responsables y contribuyentes se encuentran respecto de la inspección veterinaria: a)
Los matarifes en los mataderos municipales; b) Los propietarios en los mataderos particulares,
frigoríficos y fábricas de chacinados o empacadotas y c) Los propietarios o introductores de aves,
huevos, productos de caza, pescados, mariscos y lechones o cualquier tipo de carnes, leche y
lácteos, subproductos y conservas animales o vegetales, helados, etc.-
Respecto del visado y contralor sanitario de certificados, se encuentran alcanzados los
propietarios introductores, los distribuidores y los comerciantes con local habilitado para la venta
al público por mayor y/o menor.
La base imponible se fija según la mercadería de que se tratare, por cada res, unidad, docena o
kilogramo, litro o unidad en uso.

Jurisprudencia vinculada con la tasa de Inspección Veterinaria

(SCBuenosAires) in re “Molinos Río de la Plata S. A. -ex Tres Cruces S. A.- c/ Municipalidad de


Morón”, del 03/03/1998

Por un lado, la actora cuestionaba la cuantía de la tasa por visado de certificados sanitarios de
animales faenados. En tal sentido, el Tribunal sostuvo que “sólo deben acogerse en caso de que
se demuestre que el mismo, en su aplicación al volumen o giro patrimonial del contribuyente,
resulta prohibitivo, destructivo o confiscatorio, debido a que es competencia exclusiva del
legislador, en el caso municipal, elaborar la política financiera del Estado y, en consecuencia
determinar la medida en que las diferentes categorías de contribuyentes deben aportar para la
formación del erario”. En particular, la Corte Provincial entendió que para determinarse si el
gravamen es confiscatorio debe demostrarse la correspondencia entre el perjuicio irrogado a
consecuencia de la tributación y el beneficio que se obtiene por ese mismo concepto, dicha
ponderación es la que establece si las pautas para calcular el monto del tributo -en el caso tasa
por visado de certificados sanitarios de animales faenados- determinan la absorción de una
porción sustancial de la renta de la industria o comercio, considerando asimismo la productividad
posible de la misma, no resultando ello comprobado en autos.
Por otra parte, la demandante solicitó que se declare la inconstitucionalidad de la tasa de que se
trata. Al respecto, el Tribunal sostuvo que “dado que la Municipalidad demandada ha reglado las
tasas impugnadas -por visado de certificados sanitarios de animales faenados- en el marco de
sus atribuciones (arts. 190, 191 y 192, inc. 5°, Constitución de la Provincia de Buenos Aires)
dentro de los límites de las facultades otorgadas por la legislatura (art. 27, incs. 12 y 13,
decreto-ley 6769/58 -Adla, XVIII-B, 1455-) las mismas no resultan inconstitucionales”.
Por último, cuanto a las facultades del municipio para establecer la tasa de mención, el Tribunal
refirió que “teniendo en cuenta que las leyes protectoras del comercio ganadero son un ejemplo
clásico del poder de policía, el que por regla general corresponde a las provincias en ejercicio de
sus poderes no delegados según el art. 121 de la Constitución Nacional; que el derecho público
provincial, atribuye al régimen municipal la administración de los intereses y servicios locales lo
que implica votar su presupuesto y los recursos para costearlo (arts. 190 a 192, Constitución de
la Provincia de Buenos Aires) y que la ley orgánica de las municipalidades (Adla, XVIII-B, 1455)
atribuye a las comunas el poder de policía local respecto al comercio de ganado, lo que incluye
entre otras funciones, el visado sanitarios de los animales faenados y sus derivados (art. 27, inc.
13, decreto-ley 6769/58), resulta indiscutible la incumbencia comunal sobre el tema”.

Análisis y conclusiones
Por conducto del presente trabajado se ha intentado efectuar un análisis de las normas que
sirven de sustento constitucional y legal para justificar el poder impositivo local y en particular,
el poder de imposición municipal. En base a dicha fundamentación legal se describieron los
mecanismo de determinación de los hechos imponibles, identificación de los sujetos pasivos y
diversas precisiones que presentan la tasa por servicios generales, la tasa por inspección
veterinaria y los denominados Derechos de Ocupación o uso de Espacios Públicos establecidos
por la Ordenanza Fiscal de la Municipalidad de Morón.
En tal sentido, en cuanto a las tasas por inspección y servicios general más allá de la
denominación escogida considero que las mismas efectivamente, revisten el carácter de tasas en
tanto configuran una actividad del municipio (alumbrado, limpieza, inspección, etc.) que afecta
directamente al contribuyente.
En tal sentido, cabe señalar que técnicamente la tasa es un “...tributo cuyo hecho generador
está integrado con una actividad del Estado divisible e inherente a su soberanía, hallándose esa
actividad relacionada directamente con el contribuyente...” (Villegas, Héctor, “Curso de finanzas,
derecho financiero y tributario, Ed. Depalma, Bs. As., 1999, página 90). Además “...La
circunstancia de tratarse de una prestación exigida coactivamente por el Estado –continúa el
autor citado-, es justamente lo que asigna a la tasa carácter de tributo, ya que de lo contrario
nos hallaremos ante un precio...” (idem). En definitiva “...constituye, pues, una relación
obligatoria, y no voluntaria o facultativa, no siendo posible rehusarse a su satisfacción una vez
organizado el servicio respectivo, aunque éste no sea utilizado individualmente...” (Giuliani
Fonrouge, Carlos; “Derecho Financiero”, tomo I, Ed. Depalma, Bs. As. 1997, página 1064). Este
autor define la tasa, por su parte, como “...la prestación pecuniaria exigida compulsivamente por
Estado, en virtud de ley, por la realización de una actividad que afecta especialmente al
obligado...”. Con relación a la última parte de la definición, aclara que “...no significa que la
actividad estatal debe traducirse necesariamente en una “ventaja” o “beneficio” individual, sino
tan sólo, que debe guardar cierta relación con el sujeto de la obligación, por cualquier
circunstancia que lo vincule jurídicamente con el servicio público instituido (desarrollo de alguna
actividad, propiedad o uso de bienes, realización de gestiones o trámites, etc.)...” (autor y obra
citada, página 1065).
En tal sentido, la obligatoriedad del pago de la tasa (de ahí su naturaleza de tributo) se afirma
aún en los casos en que se relacionan con actos cuya realización depende de la voluntad del
interesado “porque al mediar su requerimiento y ponerse en ejecución la correspondiente
actividad administrativa, se crea una relación obligatoria que determina el pago de la tasa, aún
compulsivamente y bajo pena de sanciones de índole fiscal” (conf. Giuliani Fonrouge, obra
citada, página 1064).
Desde este aspecto del análisis no hay duda que en ambos casos existe servicio brindado por
parte de la Municipalidad de Morón consistente por un lado, en la Inspección veterinaria en
mataderos municipales o particulares y en frigoríficos y por otro, en el servicio de alumbrado
común o especial, de limpieza y de conservación de la vía pública.
Dicha referencia resulta de gran importancia en tanto el cobro de las tasas “...debe corresponder
siempre la concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio público relativo o algo
no menos individualizado (bien o acto) del contribuyente -C.S.J.N., 11/10/61, “Cía.Swift de La
Plata”, “Fallo”, 251-51...” (Dr. Rodolfo R.Spisso-Dcho.Constitucional Tributario-Ed.Depalma-
2000-fs.44).
Distinto es el caso de los derechos por uso y ocupación del espacio público previsto en la
normativa local reseñada. En efecto, en este caso no se advierte la existencia de un servicio
brindado por el municipio. Por el contrario, el hecho imponible se configura por el solo uso del
espacio aéreo, superficie o subsuelo por las empresas de servicios públicos con cables, etc. por
lo cual no encuadra en los parámetros establecidos por la CSJN en la causa de mención para la
determinación de la calificación del tributo como tasa.
La calificación que le da el Municipio al tributo es el de derecho de uso. En tal sentido, tal como
lo sostuvo Mariani de Vidal, refiriéndose a los derechos reales sobre cosa ajena (MARIANI DE
VIDAL, Marina “Derechos reales”, Tº 3, Zavalía 2003), “El derecho de uso es casi igual a de
usufructo. Consiste en la facultad de servirse de la cosa ajena -ius utendi- sin alterar su
sustancia, mientras que el usufructuario tiene el ius utendi en toda su extensión al usuario le
pertenece sólo en aquello que sea necesario a él y a su familia, conforme a su condición social
(art. 2953).” “El derecho de uso, además del ius utendi, otorga al usuario, el derecho de tomar
de los frutos de un fundo ajeno lo que sea necesario para las necesidades del usuario y de su
familia, vale decir, que comprende también, como el usufructo, el derecho a los frutos ius
fruendi, solo que, mientras que en el usufructo, el derecho a los frutos lo tiene el usufructuario
en toda su extensión, el usuario sólo lo tiene restringido a los frutos que fueran necesarios para
satisfacer sus necesidades personales y la de su familia, según su condición social (art. 2953).”
Asimismo establece que, adquirir la posesión es asumir el poder de disponer físicamente de la
cosa para sí. O sea que en el momento de la adquisición (según la tesis de Savigny, al que sigue
nuestro Código), deben reunirse los dos elementos; corpus y animus domini. Luego, la posesión
se conserva “sólo animus”; art. 2445 Cod. Civ. (MARIANI DE VIDAL, Mariana,”Cursos de
derechos reales”, Tº 1 , pag. 167 citado por CamCAyT, Sala I in re Telefónica Data SA c/ GCBA
s/ impugnación de actos administrativos, del 28/03/08).
En el precedente de mención se sostuvo que “la Ocupación es el medio de adquirir la posesión
tanto de muebles como de inmuebles contra la voluntad del actual poseedor (Art. 2382). Por ello
entiendo que, para poder ejercer la ocupación hay que poseer la cosa, es decir, que la ocupación
estaría contemplada dentro del ejercicio de la posesión. De esta manera quien hace uso sobre la
cosa ajena, es quien tiene su posesión y ocupación. Esto sin perjuicio, de entender que la
facultad de usar la cosa como un derecho personal y no real y sin entrar a discutir la naturaleza
jurídica del derecho del locatario, entendiendo a los fines de la interpretación del Código Fiscal”.
Ahora bien, el tributo de que se trata fue creado por la Municipalidad en ejercicio de las
facultades legislativas en materia tributaria conferidas por la Constitución de la Provincia y la Ley
Orgánica de las Municipalidades, y por ende, corresponde en el caso concreto que el
contribuyente acredite que los actos tributarios cuestionados están afectados por una
arbitrariedad o ilegalidad manifiesta que desvirtúe la presunción de legalidad de que gozan los
actos públicos (conf. CNACiv., Sala C, 12/10/2000, in re “Edesur SA c/GCBA s/incidente”).
En tal sentido, cabe señalar que en virtud de lo dispuesto por el art. 39 de la Ley 19.798 se
establece que el uso del espacio público, en determinadas condiciones y a los fines de la
prestación del servicio público de telecomunicaciones, estará exenta de todo gravamen. Dicha
normativa sirve de sustento para las empresas de telefonía a fin de intentar eludir el pago de
dicho gravamen local.
La ley de mención dispone que “A los fines de la prestación del servicio público de
telecomunicaciones se destinará a uso diferencial el suelo, subsuelo y espacio aéreo del dominio
público nacional, provincial o municipal, con carácter temporario o permanente, previa
autorización de los respectivos titulares de la jurisdicción territorial para la ubicación de las
instalaciones y redes. Este uso estará exento de todo gravamen”. Dicho argumento fue utilizado
por la Corte Suprema de Justicia en el precedente de Fallos 320:162 para dar sustento a la
protección que la ley federal otorgó a dicho servicio público.
Ahora bien, vale notar que la conducta consistente en la ejecución de trabajos en la vía pública,
que importan de por sí la ocupación del espacio público, no queda al margen de las actividades
que se encuadrarían en el derecho de uso, con la modalidad de la bilateralidad en los efectos, es
decir, la obligatoriedad del pago de un canon.
A mi criterio y teniendo en cuenta las exenciones otorgados por el Estado Nacional (en virtud del
art. 75 inc. 18 CN), los municipios deberían legislar de manera que claramente se desprenda que
el tributo reside en la prestación de un servicio que excede el marco del mero uso del espacio.
Tal es el ejemplo de la tasa de Inspección, Revisión y Estudio de Obras en la Vía Pública y/o
espacios de Dominio Público prevista en el art. 39 de la Ley Tarifaria año 2001 de la CABA (Ley
540. Art. 259 Código Fiscal año 2001). En tal sentido, es fácil advertir que por este último
tributo se retribuye la prestación de un servicio, concepto éste diferencia de la ocupación del
espacio público.

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