ISFD y TP “Pedro Goyena”. Biología Animal.

Unidad 3. Anatomía animal evolutiva.

Tema 2. Aparato locomotor.
Introducción

El análisis del movimiento en los animales requiere abordar dos sistemas directamente relacionados, el
sistema esquelético y el sistema contráctil formado. principalmente, por proteínas, la actina y la miosina. El
sistema músculo-esquelético proporciona sostén mecánico y permite los movimientos.

I. El sistema esquelético

Es el encargado de dar rigidez al cuerpo, permite conservar su forma y brinda protección al organismo o a
algunas de sus partes. En ocasiones, funcionan también como almacenes de calcio y fósforo. Los esqueletos
pueden clasificarse de dos formas.

• Según su localización, un esqueleto puede ser clasificado como:

1. Endoesqueleto, si es interno.

2. Exoesqueleto, si forma la cubierta externa del cuerpo. Suelen ser protectores, pero también
desempeñan un papel vital en la locomoción.

Así, los insectos tienen un exoesqueleto de cutícula, mientras que los vertebrados están provistos de un
endoesqueleto de huesos y cartílagos.

• Según su composición, los esqueletos se clasifican en:

1. Fluidos (o hidrostáticos). En muchos animales, como los invertebrados, utilizan los fluidos
corporales como un esqueleto hidrostático que les permite mantener la forma del cuerpo e
intervienen en la locomoción.
2. Sólidos. Dentro de los cordados, una varilla flexible dorsal, la notocorda, formada por células
llenas de líquido y rodeadas por una vaina de tejido conectivo, se constituye en un esqueleto
blando, flexible y firme que sostiene el cuerpo. En los vertebrados la notocorda embrionaria
es reemplazada por la columna vertebral en la etapa adulta.

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Los esqueletos fluidos o hidrostáticos.

El hidroesqueleto consiste en una cavidad llena de fluido, celomática o pseudocelomática, rodeada de

músculos. Los esqueletos fluidos predominan en la mayor parte de los invertebrados no artrópodos y son -
siempre- endoesqueletos, al estar limitados por la pared del cuerpo.

Una anémona de mar hinchada o una lombriz de tierra son buenos ejemplos de animales soportados por
esqueletos hidrostáticos.

La importancia de los hidrostatos en el reino animal se debe a sus diversas funciones: soporte, transporte
interno, locomoción (ondulación), colocación de órganos internos, alimentación, etc.

Para entender los fundamentos biomecánicos en que se basan los hidrostatos, debemos hacer algunas
consideraciones acerca del concepto físico de presión P (fuerza F por unidad de superficie a).

Entre los animales que poseen esqueletos hidrostáticos, o hidrostatos, el cuerpo se sostiene por el líquido
ligeramente presurizado (presión) de su interior.

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La presión interna de un hidrostato actúa con igual intensidad en todas direcciones de forma
perpendicular a la superficie

La contracción de los músculos que rodean la cavidad corporal llena de líquido produce un aumento de la
presión:

La fuerza que actúa sobre las paredes del hidrostato es, por tanto:

Como el agua es virtualmente incompresible, cualquier aumento local de presión, resultado de la

contracción muscular, se transmitirá por igual a través del hidrostato, actuando con igual intensidad en todas
direcciones de forma perpendicular a la superficie

La presión interna de un hidrostato es resistida por una malla de fibras y por la musculatura circundante. Si
la resistencia disminuye en algún punto de la pared por debajo del mínimo requerido para contener la
presión, el fluido se mueve en esa dirección y tiene lugar un cambio en la forma, como cuando se aprieta con
la mano el centro de un globo cilíndrico lleno de agua y se observa el efecto en los dos extremos libres.

Esta es la base de la locomoción en todos los animales que utilizan esqueletos fluidos.

En la figura 1 puede verse el efecto del aumento de presión sobre el cambio en la forma al contraerse los
músculos de la parte derecha o izquierda de un hidrostato con dos compartimentos.

Los cambios en la forma pueden efectuar trabajo mecánico. Así, la fuerza generada por el desplazamiento del
agua en una región puede realizar un trabajo en otra, permitiendo hinchar y extender partes del cuerpo,
como los tentáculos de una anémona de mar, o la trompa o faringe evaginable de un gusano (invertebrado
vermiforme). El cuerpo animal puede entonces generar movimientos en diferentes direcciones:

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Un esqueleto hidrostático no tiene sentido si no actúa, de forma asociada con él, la musculatura. Cuando se
observa una sección transversal del cuerpo en un animal bilateral con esqueleto hidrostático y doble funda
muscular, la musculatura circular, más externa, casi siempre encierra o rodea a la musculatura longitudinal,
más interna, ya que la eficacia de su actuación depende de la compresión de los tejidos corporales, incluida
la musculatura longitudinal.

La contracción alterna de estos músculos produce por regla general dos movimientos opuestos en el cuerpo.
Al contraerse, la musculatura circular provoca un alargamiento y estrechamiento del cuerpo, mientras que la
contracción de la musculatura longitudinal produce su acortamiento y ensanchamiento. Tanto los músculos
circulares como los longitudinales están igualmente representados en los animales, como las lombrices de
tierra y numerosos invertebrados marinos, que utilizan ondas sincronizadas de contracción, es decir,
mecanismos de peristalsis, para excavar galerías en el sustrato y para anclarse en huecos o sedimentos
introduciendo una parte del cuerpo y expandiéndola para fijarla.

En síntesis: La presión del fluido y la acción de los músculos que la rodean, sirven para cambiar la forma del
cuerpo y producir un movimiento como cavar o nadar. La sucesiva contracción de diversos metámeros, que
están provistos de haces de fibras musculares circulares y longitudinales, estirando y engrosando partes del
cuerpo, le permiten desplazarse en horizontal.

Al respecto observa el siguiente video informativo:

https://www.youtube.com/watch?v=1VpMMMU8hsA

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Los exoesqueletos

Como vimos en la clase sobre tegumento animal, en algunos grupos animales, sus secreciones celulares dan
origen al exoesqueleto, siempre sólido, aunque con diferente grado de dureza.

Podemos mencionar, a modo de ejemplo, diferentes tipos de exoesqueletos:

a. Perisarco quitinoso

Dentro del filo Cnidarios, una clase, los Hidrozoos, contienen a una familia llamada Campanulariidae. En ella,
un organismo conocido como Obelia, en su estado pólipo, forma colonias. En estas colonias, los pólipos están
rodeados por una envuelta quitinosa transparente denominada “perisarso”

b. Corales pétreos

Otra clase de cnidarios, los Antozoos (aunque, en ocasiones, también los hidrozoos), forman colonias
denominadas “Corales”. Un tipo de corales, los “corales pétreos”, forman -externamente- un esqueleto de
carbonato de calcio, que es secretado por la epidermis de cada uno de los individuos que forman la colonia.

c. Conchas

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Características de diversos grupos de moluscos, son cubiertas exteriores, de carbonato de calcio, duras,
rígidas, con grosores, formas y diseños extraordinariamente variados; son secretadas por la epidermis y
tienen diferentes capas.

d. Cutícula de nematodos

La cutícula de los nematodos está formada por proteínas que le confieren grandes propiedades, ya que
manteniendo la flexibilidad y la elasticidad, es muy resistente

Cutícula (exoesqueleto articulado) de artrópodos

La cutícula de los artrópodos, formada por un complejo glico-proteico, es secretada por la epidermis y -
también- está formada por diferentes capas; ofrece grandes ventajas: sistemas muy eficientes desde el
punto de vista biomecánico, numerosas adaptaciones y elevada diversidad.

El exoesqueleto ofrece protección, pero tiene un gran inconveniente: impide el crecimiento del animal, que
está obligado a mudar el exoesqueleto para seguir creciendo (desprotección temporal y elevado gasto
energético).

La gran plasticidad y adaptabilidad de este esqueleto ha permitido y permite la enorme diversidad de los
artrópodos.

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Los endoesqueletos sólidos

Los endoesqueletos se encuentran en la parte interior del cuerpo y no están formados por el tegumento,
aunque en los vertebrados están frecuentemente relacionados con la capa dérmica.

Reconocemos cuatro tipos principales de endoesqueletos: espículas, osículos, cartílagos y huesos

a. Espículas de esponjas

Las espículas son características de las esponjas, más o menos sueltas o entrelazadas entre sí, acompañadas
o no de fibras de espongina (proteína más o menos elástica), con formas más o menos geométricas,
macroescleras o microescleras . Son las responsables de mantener la forma de la esponja y permitir la
circulación del agua entre sus canales. La composición de las espículas puede ser carbonato cálcico o de
sílice.

b. Osículos de Equinodermos

Los osículos son pequeñas estructuras parecidas al hueso, características de los equinodermos, que –
individualmente o reunidas en placas- forman el endoesqueleto animal, compuestas por carbonato de calcio.

c. Cartílagos

El cartílago está formado por grupos aislados de células, incluidas en una matriz formada por una proteína
sólida (colágeno), pero no rígida. Está presente en los peces cartilaginosos y localizarse en áreas específicas
(en articulaciones, en discos intervertebrales, oído externo, nariz.

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- Huesos (endoesqueleto articulado) de vertebrados

Las características del tejido óseo dependen de los tipos1 celulares que lo forman y sobre todo de las
propiedades de su matriz extracelular.

Según la compactación y densidad de la matriz extracelular, observable con una lupa, podemos distinguir dos
tipos de tejido óseo: esponjoso, cuando la matriz menos compacta y con un aspecto laxo, y compacto o
denso, cuando la matriz es muy densa. Ambos tipos de tejidos óseos se unen y organizan para conformar un
hueso, que se articula con huesos vecinos para formar articulaciones, que puede ser fijas o móviles.

En los vertebrados, el esqueleto está constituido por dos regiones principales: el esqueleto axial (cráneo,
columna vertebral, esternón y costillas) y el esqueleto apendicular (extremidades -patas, aletas, alas- y
cinturas escapular y pelviana)

Las diferentes adaptaciones del endoesqueleto de los vertebrados están condicionadas por el
medio de vida y la locomoción

➢ Vida acuática

Precisa de poca sustentación y elevada movilidad. El esqueleto axial de los peces ofrece protección al sistema
nervioso, y la articulación lateral de sus vértebras permite el movimiento ondulatorio lateral de la natación.

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Recordemos. Tipos Celulares: osteoblastos, osteocitos y osteoclastos.
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➢ Vida terrestre

Precisa de elevada sustentación y movilidad. La locomoción cursora compromete a la articulación dorso-

ventral del esqueleto axial, la cual permanece en los cetáceos (mamíferos placentarios acuáticos: ballenas,
delfines, orcas)

A. La transmisión transversal de fuerzas en la cintura torácica (cocodrilo) precisa de elementos cortos y robustos. B. El
desplazamiento de las patas bajo el cuerpo (ciervo) conlleva una transmisión vertical de las fuerzas y permite extremidades más
largas y elementos óseos menos robustos

El soporte del peso corporal en el ambiente terrestre supone un cambio en las cinturas: en los vertebrados
terrestres más primitivos (anfibios y reptiles), el reparto de fuerzas en sus apéndices se realiza
transversalmente con respecto al eje antero-posterior del cuerpo, las extremidades son cortas y robustas y la
parte inferior de la cintura (coracoides) es fuerte (Fig. A)

En los vertebrados terrestres con apoyos parasagitales las fuerzas se dirigen verticalmente, las extremidades
son más largas y finas, la parte superior de la cintura pectoral (escápula) es más fuerte, mientras que su parte
inferior (clavícula) es más débil y, por último, al contrario que en los peces, la cintura pectoral está soportada
muscularmente, mientras que la pelviana está soldada a la columna (hueso sacro). (Fig. B)

Las tortugas y galápagos presentan las vértebras cervicales muy móviles permitiendo retraer la cabeza en el
caparazón, y las vértebras torácicas y lumbares soldadas al espaldar.

➢ Vida aérea

Los quirópteros (murciélagos) basan el vuelo en un escaso peso corporal, huesos muy finos y un gran
desarrollo de los dedos que sujetan un gran patagio.

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Las aves presentan numerosas adaptaciones de su esqueleto al vuelo y la vida aérea: vértebras cervicales
largas y numerosas que les permiten llegar (en vuelo) con el pico a todas las partes de su cuerpo, huesos
aligerados sin perder resistencia, gran desarrollo del esternón (quilla) permitiendo inserción a los músculos
del vuelo (pectorales), adaptaciones en cinturas y patas, hueso sinsacro (vértebras lumbares + cintura
pelviana) que permite la locomoción bípeda y el paso de los huevos en la puesta.

El sistema muscular.

Los músculos proporcionan la fuerza para el movimiento, y junto con el sistema esquelético, son los motores
y palancas que hacen que un animal actúe. También intervienen sobre los órganos (digestivo, respiratorio),
vasos sanguíneos y producen calor.

Se tienen en cuenta diferentes criterios para clasificarlos para su estudio:

- Según su localización: somáticos y viscerales.

- Según el control del SN: voluntarios e involuntarios.
- Según su aspecto microscópico general: estriado y liso.

El movimiento muscular.

La contracción normalmente se inicia por un impulso nervioso que es conducido a través de los axones de
neuronas motoras, localizadas en la médula espinal.

El músculo estriado aparece en los cnidarios y puede presentarse con diversas variaciones en los grupos de
invertebrados, con diferentes orientaciones en el cuerpo animal: circular, diagonal, longitudinal. Al igual que
el sistema esquelético, presenta adaptaciones a lo largo del paso del medio acuático al terrestre. En los

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peces, la musculatura más desarrollada en la axial, ya que interviene en la locomoción. En los tetrápodos se
observa un gran desarrollo de la musculatura apendicular.

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