Isaias, Profeta de La Esperanza

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ISAIAS, PROFETA DE LA ESPERANZA

Durante los últimos domingos hemos echado algunas miradas al gran libro del profeta Isaías, es
imposible ocuparnos por completo de todo este escrito durante los cultos del día domingo,
imagínense son 66 capítulos, indudablemente nos llevaría mucho tiempo leer y analizar cada uno de
estos capítulos, eso queda para los lectores y estudiosos de la Biblia; hoy les invitaré a dar término a
este ciclo entiendo que hay muchísimas cosas que no podremos ver por ahora.
Cerraremos con el pasaje de Isaías 9, los primeros 7 versículo:
1 Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción
que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la
tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en
Galilea de los gentiles.
2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de
muerte, luz resplandeció sobre ellos. 3 Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se
alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos.
4 Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como
en el día de Madián.
5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto
revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego. 6 Porque un niño nos es nacido, hijo
nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero,
Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su
reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El
celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Casi siempre cuando se habla de los profetas, uno tiene la idea de que siempre son mensajeros de
catástrofes, de juicios, de cosas horribles; y por cierto, en muchos caso es así, aparecen estas cosas
en los profetas; pero si uno analiza bien, los profetas por regla general son profetas de la esperanza;
porque en medio de las turbulencias y el juicio profetizado siempre surge la gracia de Dios,
llamando a escapar hacia Dios y ser librados.
La esperanza de su mensaje radica en el hecho de que ellos venían de parte de Dios a decir las cosas
que estaban mal para poder enmendarlas y no caer en el juicio determinado; por tanto, lo que ellos
buscaban no era amenazarlos contándoles lo que iba a suceder, sino guiarlos, mostrarles el camino
correcto para no caer en el desastre, en la condenación.
Quiere decir que un profeta es un predicador de la esperanza realmente, porque muchas, aunque
muchas veces tenga que hablar del juicio que viene y las catástrofes inherentes por causa de la
maldad y del pecado; siempre advierte, siempre guía, siempre dice: “Si sigues este camino te va a
ir mal, pero si sales y caminas por este serás librado”
Isaías fue un gran profeta de la esperanza, se le llama justamente “el profeta evangélico” porque en
su mensaje anticipó la venida de Jesús en detalle, sobre todo de que vendría a morir por los
pecadores a fin de que alcancen la salvación, profetizó las buenas nuevas de salvación en Cristo
Jesús; es uno de los profetas que habla del advenimiento del Cristo con mucho detalle; y este pasaje
del capítulo 9 es apenas un pantallazo profético de toda la obra de Cristo (o del Mesías, en idioma
hebreo)
La palabra “Mesías” del Antiguo Testamento, en realidad es la palabra “Cristo” del Nuevo
Testamento, y en español la palabra sería “Ungido” (el Ungido de Dios) como una forma de decir
alguien que ha sido designado por Dios para una gran obra; recordemos que en la antigüedad habían
tres oficios que requerían unción; el oficio de rey, el oficio de sacerdote y el oficio de profeta; y
cuando la Biblia habla de Cristo Jesús, en realidad Él cumple estos tres oficios, es decir que es
triplemente Ungido.
Y lo que haces Isaías es hablar de este Ungido de Dios (Mesías) en su totalidad; la profecía algunos
la ilustran como mirar hacia adelante como con un “catalejos” (Un largavista de largo alcance)
entonces era como si alguien se parase en una montaña y con su catalejo mirara a la distancia,
seguramente va a ver los cerros con bastante claridad, pero no va a ver qué es lo que hay en medio
de los cerros.
Bueno con los profetas pasaba algo similar, miraban los eventos relevantes del futuro, pero no
alcanzaban a ver qué había entre evento y evento; fue entonces que hubo profetas, como Isaías que
hablaron del Sufrimiento del Mesías, pero también hablaron del Reinado del Mesías; y ambas cosas
lo veían casi como una continuidad natural, primero una cosa y después la otra; y me imagino que
estos profetas después de hablar del Sacrificio y el Reino del Mesías se habrán preguntado ¿Cómo
será la transición entre una cosa y la otra? No tenían mucha claridad al respecto; es por eso, que
cuando vino Jesús y habló de que Él se iba pero regresaría, muchos no entendieron y descreyeron
(renegaron) de Él.
Cuando Juan escribe su evangelio, de entrada indica esto: “El Señor (el Verbo encarnado) vino a
los suyos (el pueblo de Israel) que eran los depositarios de la profecía del reino, pero “los
suyos no le recibieron” dice; esto es realmente dramático, recordarán el grito de la gente frente a la
cruz que decía: “No queremos que este reine sobre nosotros” es decir, estaban rechazando al Rey
prometido; y cuando les preguntó Pilato: “¿Qué haré con Jesús que se dice el Cristo?” ellos
responden: “¡Crucifícalo, crucifícalo!”
Y sin embargo, tal es la bondad de Dios, que el rechazo de los suyos nos abrió una puerta a
nosotros, porque dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad
de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”
Y el periodo que nosotros estamos viviendo es el que va entre la venida de Cristo como Siervo que
muere rechazado y la venida de Cristo cómo Rey de reyes y Señor de señores; pero entre ambos hay
un paréntesis de tiempo donde Dios dice: “Bueno el pueblo para el que estaba preparado lo
rechazó, ahora todos los que creen en Su Nombre van a entrar” y estamos en ese periodo; y
Pablo habla de esto varias veces especialmente en su carta a los Efesios.
Pero este ministerio intermedio no se dio a conocer con claridad, era algo que los judíos no lograron
comprender con claridad, por eso Isaías cuenta como si el Mesías sufriente y el Mesías glorioso casi
fuera todo el mismo tiempo; pero ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu;
que los gentiles (es decir, los que no son judíos) son coherederos y miembros del mismo Cuerpo y
copartícipes de las promesas en Cristo Jesús por medio del Evangelio.
Ahora, es evidente que el deseo de Dios era que lo que Su Hijo venía a hacer fuera para todos, y
eligió a un pueblo para que fuera el instrumento por el cual llegara a todo el mundo; sin embargo,
ese pueblo rechazó la voluntad de Dios, no se abrió con su mensaje al mundo sino por el contrario
se cerró, y cuando vino al Mesías pidieron fuera crucificado; y entonces Dios permitió que la
bendición llegara a todo el mundo, mediante el testimonio de sus fieles seguidores, es decir, Su
iglesia.
En la primera parte de este capítulo de Isaías se habla de la primera venida de Cristo, y sin embargo
al leerlo detenidamente siempre se proyecta hacia lo futuro (lo provenir) cuando celebramos la Cena
del Señor, el apóstol por revelación dice: “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y
bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis (tiempo pasado) hasta que él venga (tiempo
futuro)” Nosotros estamos en el medio, en el paréntesis entre ambas venidas de Cristo, la primera
la miramos hacia atrás (hacia el pasado) la segunda, la miramos hacia adelante; quiere decir que en
la Mesa del Señor está la cruz y la corona, está la muerte de Cristo y está el reino de Cristo.
Comienza diciendo Isaías: “Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en
angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera
vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí” ahora cuando hablamos de la venida de Cristo
¿Qué tienen que ver las tribus de Zabulón y Neftalí; si vemos un mapa de la distribución de la tierra
de las tribus de Israel notaremos que éstas tribus estaban donde en el Nuevo Testamento está la
provincia de Galilea.
Dice Isaías que “No habrá siempre oscuridad (en esa zona)” que claramente va a llegar luz a esa
tierra “…pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea
de los gentiles; el pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz” “Mas no habrá siempre
oscuridad para la que está ahora en angustia” Se refiere a esta tierra que por herencia recibieron
estas dos tribus de Israel.
Ahora, cuando la Biblia habla de Galilea, inmediatamente lo relacionamos con el lugar dónde vivió
Jesús su infancia y gran parte de su ministerio, allí comenzó el ministerio del Señor Jesús ¿Por qué?
Porque estaba determinado que allí era dónde había de vivir; ahora, es interesante que Isaías llama a
ese lugar “Galilea de los gentiles” alguien dirá “Pero cómo… ¿acaso allí no vivían israelitas?”
Bueno lo que sucede es que esa dos tribus (Zabulón y Neftalí) cuando tomaron posesión de su
herencia no sacaron del lugar (no desplazaron) a los pueblos paganos que allí vivía, si usted ha leído
el libro de Jueces se acordará… ahora, si no los desplazaron de allí evidentemente gente de esta
tribu se mezcló racialmente con los que allí vivían.
Y en Galilea sucedían cosas que en otras partes de Israel no sucedían, por ejemplo, en esa región se
criaban cerdos, todos recordarán la historia del endemoniado gadareno, y Gadara quedaba en esa
región; bueno, el cerdo, para los judíos era un animal inmundo, ellos no comen su carne… y sin
embargo en Gadara criaban cerdos, no creo para convertirlos en mascotas; lo que pasa es que había
una influencia gentil en muchos lugares de allí, y por eso se la llamaba “Galilea de los gentiles” y
por eso, los galileos era despreciados por los demás judíos (israelitas), sobre todo los más
ortodoxos.
En cierta ocasión Felipe viene muy entusiasmado a Natanael y le dice sobre Jesús: “Hemos hallado
a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas” y la respuesta de Natanael no
se hace esperar “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?” ¿Por qué? Porque para muchos judíos,
esa provincia era una provincia maldita porque nunca se echó a los gentiles del todo, sin duda se
mezclaron con ellos, entonces ¿Podrá salir algo bueno de allí?
Cuando el Sanedrín (el tribunal judío) mandó prender a Jesús y los soldados vinieron pero no lo
prendieron, ¿Por qué? Porque decían: “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” y
los fariseos le dijeron a los alguaciles: “¿También vosotros habéis sido engañados?... esta gente
que no sabe la ley (refiriéndose a los galileos) maldita es” quiere decir que miraban a Galilea
como un lugar de maldición.
Y en ese mismo momento Nicodemo levanta la voz y dice: “¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre
si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?” como diciendo: “Juzguémoslo primero por la ley y
no por los sentimientos” entonces los demás le dicen: “¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve
que de Galilea nunca se ha levantado profeta”; indica claramente que había un desprecio por la
gente de ese lugar, era la tierra de la oscuridad.
Ahora, cuando vino Jesús a Nazaret, que pertenecía a la provincia de Galilea, allí también fue
rechazado; cierto sábado llegó a la sinagoga y le dieron el libro (literalmente el rollo) para leer y
explicar, y cuando explica la lectura (de Isaías precisamente; capítulo 61 sobre el Mesías) Él dice,
“Esta palabra se cumple delante de ustedes” y resulta que lo quisieron matar en ese momento,
despeñarlo, y uno dice: “Jesús no tiene nada más que hacer allí, debe irse hacia el sur, hacia
Jerusalén” Pero dice Mateo que “…dejando Nazaret se fue a Capernaum” y Capernaum
quedaba más adentro de Galilea todavía.
Y por lo que leemos en los Evangelio ese fue su centro de acción, su morada durante ese tiempo,
Dios eligió ese lugar, la tierra que estaba desordenada y vacía en el principio, recibió luz y esa es la
razón de que la tierra de Galilea que estaba desordenada, así como en el principio Dios dijo “Sea la
luz” y la luz brilló por primera vez y trajo redención al mundo entero.
Dios permitió que Su Hijo iniciara Su ministerio desde allí, como diciendo: “Aquí donde esta el
lugar más oscuro de Israel acá es donde empezará la luz “Fíjese que no comenzó en Jerusalén, no
comenzó al lado del templo, no comenzó en el centro religioso de la nación; comenzó en el otro
extremo, en Galilea, la región despreciada.
Cuando los galileos bajaban a Jerusalén, la gente se burlaba por su acento, su forma de hablar; y
claro, ustedes saben que cada región aun dentro de un mismo país tiene su acento o dichos propios;
cuando llegaba un galileo a Jerusalén o alrededores y se notaba por su forma de hablar, era el
momento de comenzar el desprecio.
Cuando un galileo llegaba a alguna sinagoga en Jerusalén no le hacían leer la ley, porque según
ellos Galilea, era la Galilea de los gentiles; y sin embargo, fue en ese lugar donde resplandeció la
luz de Cristo, y como dice la Palabra de Dios “La luz en las tinieblas resplandece” y allí
resplandeció la luz en medio de las tinieblas.
El Evangelio de Juan dice: “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres
amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” la luz vino en aquel lugar,
nosotros todavía vivimos en un tiempo de antagonismo entre la luz y las tinieblas, porque cada vez
que se enciende una luz se produce una lucha entre la luz y las tinieblas, no pueden coexistir;
cuando usted enciende la luz en un cuarto oscuro las tinieblas se van; y nosotros en este momento
estamos como en una etapa intermedia, todavía hay una parte en tinieblas.
Dice Pablo a los Romanos (13.12): “La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos,
pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz” Esta mostrando nuestra
realidad intermedia, mientras estamos aun en este mundo; sin embargo, es sabido que las tinieblas
no van a; y la segunda parte de este capítulo nos habla no de que en medio de las tinieblas vino la
luz sino que la luz prevalece “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con
sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras” dice Mateo 16.27 Quiere decir
que cuando Señor venga será la victoria final de la luz sobre las tinieblas (sobre la oscuridad)
En Mateo 25.31 (sermón profético de Jesús) vuelve a decir lo mismo: “Cuando el Hijo del
Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono
de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones” Juzgará a todos los hombres y
pondrá fin a la oscuridad; un día llegaremos a esto.
En la última cena, Jesús se reunió con los discípulos y les dijo: “Vendré otra vez y os tomaré a mí
mismo para que donde yo estoy ustedes también estén” y cuando Isaías habla de esta venida de
Cristo, de esto que está todavía en el futuro dice: “Porque todo calzado que lleva el guerrero en
el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego”
En este momento en que hay no solamente rumores de guerra, sino guerras en el mundo, el otro día
no más, no lo podía creer pero aun en la franja de Gaza más de cientos sesenta misiles se lanzaron
en esa zona que durante diez años estuvo más menos pacificada, y después de diez años sonaron en
todo Israel las alarmas para que la gente fuera a los lugares de refugio.
Todos sabemos lo que está pasando en Europa, todos sabemos lo que está pasando en Ucrania y que
esta guerra esta involucrando a un montón de naciones, inclusive a piases que no están en Europa
además de todos los países europeos; estamos en la vísperas de lo que podría ser una Tercera
Guerra Mundial.
Una vez le preguntaron a Einstein cómo sería la Tercera Guerra Mundial, él dice: “No puedo decir
nada acerca de la Tercera Guerra Mundial, pero si quiere saber algo sobre la Cuarta, le
complaceré” el hombre que había preguntado no podía creer, cómo no podía decir nada sobre la
Tercera Guerra Mundial y en cambio hablar de la Cuarta, le pregunta con incredulidad: “De
acuerdo, ¿Qué sabe usted sobre la Cuarta?” Einstein le dice: “No habrá una Cuarta Guerra
Mundial, eso es todo lo que se puede decir”
Y sin embargo, acá dice que “…todo calzado que lleva el guerrero será pasto de fuego y todo
manto revolcado en sangre será quemado pasto de fuego” quiere decir que todo eso será
destruido y esto es lo que todos anhelamos en nuestro corazón; porque ¿Quién de nosotros quiere la
guerra? Nadie, absolutamente. ¿Quién podría desear tan derramamiento de sangre?
No solo los soldados mueren en la guerra, es enorme la cantidad de civiles que mueren también; y
hemos visto las noticias de esta guerra en Ucrania, y se estremece el corazón ver lo que pasa en
zonas avasalladas; piense en esos bebés que nacen en medio de la guerra y que van a ser marcados
por la guerra toda su vida, van a vivir una experiencia que nunca van a olvidar… Bueno, nosotros
tenemos la esperanza de que un día vendrá el Señor a terminar con todo eso, por eso cuando nos
sentamos a la Mesa del Señor también miramos hacia adelante y vemos la gloria de Cristo viniendo
por los suyos.
Hoy estamos en un camino duro, en una lucha entre la luz y las tinieblas… pero ¿Quién es el Señor
para nosotros sus hijos? Ya leíamos el pasaje de Isaías; el Señor es Admirable Consejero, en Él
están escondidos todos los tesoros de sabiduría y del conocimiento; Pablo lo dice en su carta a los
Colosenses “…en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”
Y cuando usted busca a un consejero, a quién busca; busca a alguien que tenga sabiduría, y dice
Isaías sobre el Mesías que es Admirable Consejero porque en Él están escondidos todos los
misterios de sabiduría y de conocimiento; no hay nadie que nos pueda aconsejar mejor que Él; es
del todo conveniente escuchar Su consejo.
Tambien dice Isaías que es Dios Fuerte; Judas en su breve carta dice: “Y a aquel que es poderoso
para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al
único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por
todos los siglos. Amén” Él puede guardarnos sin caída y presentarnos con alegría delante de Su
gloria; así es nuestro Dios poderoso; ¡Cuánto cuida Él a sus hijos! 2 Pedro 5.7 dice: “…echando
toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”
Isaías también dice que Él (es decir el Cristo) es Príncipe de Paz, Él ha dado a sus hijos el gran don
de la paz; Juan 14.27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No
se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” ¡Cuantas cosas nos resultan angustiantes en este
mundo! Pareciera ser que la siguiente noticia siempre es mas mala que la otra… pero cuando
tenemos certidumbre que el Señor Jesucristo esta de nuestro lado, nada podemos temer.
Él es para nosotros Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno y (¿Qué más?) Príncipe de Paz;
nunca nos olvidemos de estas cosas ***

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