Guía 4º Medio
Guía 4º Medio
Guía 4º Medio
Depto. de Lenguaje.
I semestre de 2024.
Texto 1.
El eclipse
Augusto Monterroso
Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de
Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica, se sentó con tranquilidad a
esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España distante,
particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su
eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora. Al despertar se encontró rodeado
por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a
Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo. Tres
años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas
palabras que fueron comprendidas. Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su
cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse
total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la
vida. -Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura. Los indígenas lo miraron
fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y esperó
confiado, no sin cierto desdén. Dos horas después, el corazón de Fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre
vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los
indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían
eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices
sin la valiosa ayuda de Aristóteles.
5. En relación con el diálogo, ¿qué relevancia tienen las palabras de Fray Bartolomé Arrazola?
A) La credibilidad sobre sus afirmaciones. B) El desprecio por su saber.
C) La risa por su desconocimiento sobre el otro. D) La superioridad del saber europeo.
6. Reemplace la palabra subrayada por el término más adecuado, sin que el enunciado pierda su sentido.
'Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo´
A) reconoció B) acató C) omitió D) obedeció
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Texto 2. Los nadies, Eduardo Galeano
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva
de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni
mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les
pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba. Los nadies:
los hijos de los nadies, los dueños de nada. Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre,
muriendo la vida, jodidos, rejodidos: Que no son, aunque sean. Que no hablan idiomas, sino dialectos. Que no
profesan religiones, sino supersticiones. Que no hacen arte, sino artesanía. Que no practican cultura, sino
folklore. Que no son seres humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos. Que no tienen
nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los
nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
8. ¿Qué tipo de figura literaria está presente en estos versos? Que no son, aunque sean. Que no hablan idiomas,
sino dialectos.
A) Anáfora B) Metáfora C) Hipérbole D) Hipérbaton
9. ¿Qué figura literaria identifica en el siguiente enunciado: 'aunque les pique la mano izquierda, o se levanten
con el pie derecho...'
A) Hipérbaton B) Hipérbole C) Personificación D) Metáfora
Texto 4.
1. “El conde Lucanor hablaba un día con Patronio, su consejero, y le dijo:
2. -Patronio, me dicen que unos vecinos míos, que son más poderosos que yo, se andan
reuniendo y haciendo muchas artimañas con que me puedan engañar y hacer mucho daño.
Yo no lo creo ni me preocupo de ello; pero por el buen entendimiento que tenéis os quiero
preguntar que me digáis si entendéis qué debo hacer sobre esto.
3. -Señor conde Lucanor –dijo Patronio–, para que en esto hagáis lo que yo entiendo que os
conviene hacer, me agradaría mucho que supieseis lo que sucedió a la golondrina con las
otras aves.
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4. El conde le preguntó cómo había sido aquello.
5. -Señor conde Lucanor –dijo Patronio–, la golondrina vio que un hombre sembraba lino y
comprendió por su buen entendimiento que si aquel lino naciese, los hombres podrían hacer
redes y lazos para cazar las aves. Y en seguida se fue donde ellas, las hizo reunir, y les dijo
que el hombre sembraba aquel lino, y que estuviesen seguras que si aquel lino naciese, les
vendría de ahí gran daño y les aconsejaba que antes que el lino naciera, fuesen allá y lo
arrancasen, pues las cosas son fáciles de deshacer al comienzo, pero muy difíciles después.
6. Las aves tuvieron esto en poco y no lo quisieron hacer. La golondrina las instó muchas veces
hasta que vio que las aves no hacían caso de su consejo ni les importaba nada. El lino
estaba ya tan crecido que las aves no lo podían arrancar con las alas ni con los picos. Y
cuando las aves lo vieron y se dieron cuenta de que no podían poner remedio al daño que de
ahí les vendría, se arrepintieron mucho, porque antes no lo habían hecho; pero el
arrepentimiento llegó cuando ya no podía ser de provecho.
7. Antes de esto, al ver la golondrina que las aves no querían poner atención en aquel daño que
les sobrevenía, se fue en busca del hombre y se puso bajo su poder y obtuvo de él seguridad
para sí y para su linaje. De entonces acá viven las golondrinas bajo el poder de los hombres
y están seguras de ellos y a las otras aves que no quisieron guardarse, cada día las toman
con redes y lazos.
8. Y vos, señor conde, si queréis ser guardado de este daño que decís que os puede sobrevenir,
apercibíos y poned cuidado antes de que el daño os pueda suceder, ya que no es cuerdo el
que ve la cosa por una señal y por un movimiento cualquiera comprende el daño que le
puede sobrevenir y pone remedio para que no le suceda nada malo.
9. Al conde le gustó mucho esto que Patronio le dijo, lo hizo así y se halló muy bien.
10. Y como don Juan entendió que este ejemplo era bueno, lo hizo poner en este libro, e hizo
estos versos que dicen así
En un principio debe el hombre apartar
El daño para que no le pueda alcanzar”.
Don Juan Manuel . El conde
Lucanor (fragmento)
14. El fragmento anterior tiene como finalidad comunicativa subrayar la importancia de
A) prevenir el daño potencial, detectado gracias a distintos indicios.
B) mantener el contacto con un lúcido y experto consejero.
C) desconfiar de la ambición de los hombres poderosos.
D) evitar la ruina, mediante la ayuda de los amigos cercanos.
E) lograr la unidad como opción para vencer las dificultades.
17. Sobre la solución que el conde Lucanor dio a su problema, podemos deducir que
A) comprendió el poder de sus vecinos y se transformó en su servidor.
B) previno los problemas con sus vecinos y evitó sus efectos negativos.
C) destruyó a sus vecinos poderosos y tomó sus tierras para sí mismo.
D) vendió sus tierras y se distanció de sus prepotentes vecinos.
E) reunió a sus sirvientes y pudo derrotar a sus peligrosos enemigos.
18. El consejo dado por Patronio al conde Lucanor se puede resumir en el refrán:
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A) “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” B) “A buen entendedor pocas palabras”
C) “En la confianza está el peligro” D) “Más vale prevenir que curar”
E) “Más vale tarde que nunca”