Confirmación

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

DERECHO CANÓNICO

Trabajo Final de Seminario


Por: Víctor Adrián Fernández Centurión
Tema: Sacramento de Confirmación
Fecha: 07/07/2018

Los sacramentos son signos e instrumentos de la Iglesia, instituidos por Cristo (CF
CIC 840) y encomendados a la Iglesia, que une la humanidad con Dios y con todo su
género. El Código de Derecho Canónico interpreta a los sacramentos dentro de la función
de la Iglesia de Santificar.
Los sacramentos se fundamentan en las acciones de Cristo testimoniadas en el Nuevo
Testamento. Por medio de los sacramentos la Iglesia fortalece su fe, acerca la humanidad a
Dios y le rinde culto.
Los sacramentos que celebra la Iglesia Católica son 7: Bautismo, Confirmación,
Eucaristía, Reconciliación, Matrimonio, Unción de los Enfermos y Orden Sagrado. Los tres
primeros sacramentos son considerados como los Sacramentos de Iniciación, es decir,
aquellos sacramentos que inserta a una persona en la vida cristiana.
La incidencia del derecho en los sacramentos es tipo jurídica y no teológica. El
derecho busca regular la práctica de la Iglesia, en conformidad con la tradición, la teología
y el sentir del Pueblo de Dios, en relación los sacramentos, viendo que elementos
conforman su praxis, discerniendo entre elementos esenciales o culturales, para de esa
forma poder esclarecer la formas en que una celebración puede ser considerada lícita.
En el presente trabajo se abordará el sacramento de la Confirmación, sus formas, su
definición, según el Derecho y también se mencionarán que elementos deben estar
presentes para que una administración sea considerada lícita. El esquema que sigue el
trabajo es igual al esquema que presenta el Código en relación a este sacramento.
La confirmación
El sacramento de la confirmación es uno de los tres sacramentos de iniciación
cristiana1. Al igual que el bautismo, la confirmación imprime carácter y es indeleble. Por
1
El Catecismo de la Iglesia Católica subraya la idea de que es necesario salvaguardar la unicidad dentro de
los sacramentos de iniciación, a pesar que son administrados en tiempos y maneras distintas. Con los
Sacramentos de Iniciación el cristiano empieza su caminar como discípulo de Jesús en un contexto eclesial,
por lo tanto, conllevan una importancia capital dentro de la vida del cristiano, por ello es preciso hacer una
este sacramento se llega a la perfección y consumación de la gracia otorgada en el
Bautismo. Gracias a la confirmación los bautizados quedan enriquecidos por la gracia del
Espíritu santo y son vinculados más perfectamente a la Iglesia (Cf CIC 879).
La Confirmación es un sacramente de compromiso y de testimonio. El sacramento
fortalece y obliga al cristiano a confesar la fe públicamente, frente a diversas situaciones de
la vida en donde haya confusión y adversidad en relación a la fe.
Este sacramento otorga una misión principalmente de tipo apostólica al cristiano, por
ello es necesario que este sacramento esté presente a la hora de recibir las ordenes sagradas
(Cf. CIC 1033) o asumir las responsabilidades de los padrinos del Bautismo (Cf. CIC 874).
Dentro del rito de la confirmación conviene señalar la unción. La unción es un
símbolo bastante recurrente en la Biblia, especialmente en el antiguo testamento y significa
principalmente abundancia, alegría, purificación, elección, curación, etc. (CF. CEC 1293).
Este signo indica el carácter de “sello espiritual”, el cual, teológicamente, se entiende como
recibir la marca del Espíritu Santo.
Antiguamente la celebración del sacramento se hacía en conjunto con los demás
sacramentos de iniciación, sin embargo, a partir de 1600 la Confirmación se aplazó entre
los 2 y los 7 años. A partir del Concilio Vaticano II se extiende hasta la primera
adolescencia. En las iglesias de rito oriental se sigue practicando la costumbre de celebrar
todos los sacramentos de iniciación inmediatamente después del bautismo.

La celebración de la Confirmación
Según el CEC una celebración importante que precede a la Confirmación es la
consagración del santo crisma. En esta celebración el obispo consagra el santo oleo para
toda su diócesis un Jueves Santo. Esta celebración gurda una cierta relación con la
confirmación, puesto que el sacramento se administra por la unción de este crisma en la
frente del cristiano (CF. CIC 880), que se hace con imposición de la mano, y por las
palabras prescritas en los libros litúrgicos aprobados (CIC 880).
En el rito romano, la Confirmación se celebra separadamente del Bautismo, por ello
la liturgia comienza con la renovación de las promesas del Bautismo y la profesión de fe de
buena catequesis de estos sacramentos. El orden en que el cristiano recibe estos sacramentos es: Bautismo,
Confirmación, Eucaristía, sin embargo, en algunos lugares, como Latinoamérica, la eucaristía precede a la
confirmación. Este cambio de orden responde a una realidad pastoral, que busca un compromiso cristiano a
partir de una cierta madurez personal y de fe.
los confirmados, de esa forma queda más evidente la relación entre el Bautismo y la
Confirmación (CF. SC 71, CEC 1298).
En la Confirmación celebrado dentro del ritual romano, el obispo extiende las manos
sobre todos los confirmados y este invoca la efusión del Espíritu. Este sacramento es
conferido por la unción del santo crisma en la frente, imponiendo la mano, acompañado de
estas palabras: Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo (CEC 1300)
En el caso de que una persona reciba el Bautismo siendo adulto, este recibe todos los
sacramentos de iniciación. Inmediatamente después de bautizarse, el sujeto se confirma y
participa de la Eucaristía (CF. CEC 1298, CIC 866).
El sacramento de la Confirmación puede ser celebrado dentro o fuera de una misa. El
Derecho Litúrgico prevé ambos casos. El esquema básico de la celebración de la
Confirmación es el siguiente2:
I. RITO DE ACOGIDA
a. Canto de Entrada
b. Oración de Apertura
II. LITURGIA DE LA PALABRA
a. Lectura Bíblica
b. Homilía
i. Presentación de los candidatos a la Confirmación.
c. Renovación de las Promesas del Bautismo.
d. Oración Universal.
III. LITURGIA DEL SACRAMENTO
a. Invocación al Espíritu Santo.
b. Imposición de las manos.
c. Crismación.

2
El esquema presentado es de la celebración de la Confirmación fuera de la Misa. La práctica común es
durante la misa. El misal romano trae una misa de Confirmación, sin embargo, no es obligación absoluta
celebrar esta misa, también puede celebrarse la misa votiva del Espíritu Santo. Para la celebración de la
Confirmación dentro de la misa se sigue el esquema del Ordinario de la Misa con oraciones propias, se leen
dos lecturas previas al evangelio y se canta El Gloria. La celebración del sacramento, propiamente, inicia en
el momento de la presentación de los candidatos. La misa se dice con vestiduras de color rojo o blanco. La
misa de Confirmación puede usarse en cualquier día del año, fuera de los domingos de Adviento, Pascuas,
de las solemnidades, del Miércoles de Ceniza y de la Semana Santa (CF Misal Romano en la Celebración de
los Sacramentos de la Iniciación Cristiana http://textosparalaliturgia.blogspot.com/2015/10/misal-romano-
en-la-administracion-de-la.html, revisado en 06/07/18
IV. RITO CONCLUSIVO
a. Exhortación Final.
b. Bendición Final.

El sacramento puede ser celebrado fuera de misa y en cualquier lugar digno, siempre
y cuando haya causas justas y razonables; sin embargo, conviene celebrarlo dentro de un
templo y en misa (CF CIC 881).
El canon 846 recuerda que en la celebración de cualquier sacramento se debe
observar los libros litúrgicos aprobados por la autoridad competente, por ello, aclara que
nadie suprima o cambie nada por propia iniciativa.
Es importante también tener en cuenta que la falta de fe o de santidad del ministro no
afecta de ninguna manera la efectividad del sacramento de la Confirmación y de ningún
otro sacramento.

El Ministro de la Confirmación
El ministro ordinario es el Obispo quien, en virtud de su orden y oficio, goza del
poder y la facultad de confirmar en la fe a los cristianos. El Catecismo de la Iglesia Católica
y la constitución dogmática Lumen Gentium se refieren al obispo como ministro
“originario” (CF CEC 1132, LG 26). El CIC prefiere el término de ordinario por ser una
expresión más jurídica.
Ipso iuren pueden confirmar los que, dentro de los límites de su jurisdicción, se
equiparan al obispo diocesano (Prelaturas, Abadías, Administrador Apostólico, Vicarios
Apostólicos, Prefecturas Apostólicas). También el presbítero puede confirmar, por razón de
su oficio o mandato del obispo diocesano. En caso de peligro de muerte la facultad de
amplía a cualquier sacerdote (CF CIC 883, 367-369.
Urgido por la necesidad, existe la posibilidad de que el obispo diocesano delegue, por
concesión de autoridad o por derecho, a uno o varios sacerdotes la facultad de administrar
el sacramento. Los sacerdotes que tiene la facultad de administrar lícitamente este
sacramento también pueden administrarlo a los extraños, a no ser que pese sobre ellos una
prohibición de su ordinario.
Siempre conviene que sea el obispo quien administre la Confirmación. Los obispos,
al ser los sucesores de los apóstoles, significan que este sacramento tiene como efecto unir
a los que lo reciben de forma más estrecha a la Iglesia y sus orígenes apostólicos, como
también su misión de dar testimonio de Cristo (CF. CEC 1313).
Los fieles tienen el derecho de pedir y recibir este sacramento (CF CIC 843). La
petición ha de ser razonable y siempre acorde a los criterios fijados por los vigentes. El
obispo diocesano es el encargado de administrar de manera debida este sacramento, incluso
a los fieles que no son de su diócesis, a no ser que obste una prohibición expresa de su
ordinario propio (CIC 886). En el caso de que un obispo deba administrar este sacramento
en una diócesis ajena, es necesario que tenga una licencia, al menos presunta, del ordinario
del lugar, a no ser que se trate de un fiel de su propia diócesis; este procedimiento es
necesario para considerarse lícita la administración del sacramento.

Los que reciben este sacramento


La Confirmación es un sacramento que imprime carácter, es indeleble y solo se
administra una vez (CF CIC 845). Sólo los bautizados, aún no confirmados, pueden recibir
este sacramento. Ordinariamente, para que un bautizado reciba este sacramento es
necesario que tenga uso de razón, esté bien instruido, bien dispuesto y pueda renovar las
promesas del bautismo.
Una vez que sea el tiempo oportuno, los fieles están obligados a recibir este
sacramento. Es deber de los padres, pastores y toda la comunidad cristiana que los fieles
estén preparados para recibirlo.
Desde hace siglos, la Iglesia Latina habla de que el uso de razón es el maraca un
punto de referencia para que los fieles puedan recibir la confirmación. En caso de que haya
peligro de muerte, es necesario confirmar a los niños incluso si no han alcanzado la edad de
uso de razón (CF. CIC 889,890,891.).
Corresponde a las Conferencias Episcopales determinar la edad más apropiada para
recibir este sacramento y el modo adecuado de preparar a los confirmandos, tomando en
cuenta las costumbres locales y la edad de discreción que ofrece el Código de Derecho
Canónico. La edad de discreción se presume a los 7 años (CF. CIC 97).
La administración del sacramento es en torno a la edad de uso de razón (CF 891). El
código utiliza esta etapa como un punto de referencia para la administración del
sacramento, sin embargo, no es lícito administrar el sacramento a un sujeto que llegó a la
edad de uso de razón, pero que no tiene uso de ella (CF. 890,889).
En caso de peligro de muerte el sacramento de la Confirmación se puede administrar
lícitamente a un bautizado sin edad de uso de razón. Si pesa algún motivo de gravedad o
exista motivos mayores, a juicio del ministro, se puede administrar el sacramento
lícitamente sin estar en la edad de uso de razón.
El CEC precisa que es necesario estar en estado de gracia para recibir este
sacramento, por ello recomienda recurrir al sacramento de la Penitencia para ser
purificados.

Los Padrinos
Para recibir el sacramento de la Confirmación convienen, en la medida de lo posible,
que los candidatos busquen la ayuda espiritual de un padrino o una madrina. Los padrinos y
madrinas deben ser verdaderos testigos de la fe, y deben cumplir cabalmente sus
obligaciones propias al sacramento. Se recomienda que el padrino o madrina del
confirmado sean los mismos que fueron en el Bautismo, para de esa forma significar mejor
la relación entre Bautismo y Confirmación.
El CIC habla de padrinos y madrinas solo en relación con los sacramentos de
Iniciación Cristiana, específicamente: Bautismo, Confirmación y en algunos casos
Eucaristía. La función de los padrinos consiste en asistir a los adultos en la iniciación
cristiana (CF 872). Cuando es un Padrino de Confirmación, la función propia es ayudar a
los confirmandos a cumplir sus obligaciones que nacen de este sacramento.
Para que alguien pueda ser admitido como padrino de confirmación, es necesario que
(CF 874):
- Haya sigo elegido por el que va a recibir el sacramento. En el caso de que no sea
una persona entrado en uso de razón, los padrinos son elegidos por sus padres,
tutores, el párroco o ministro.
- Se requiere que los padrinos sean personas que tengan capacidad e intención de
desempeñar este rol y misión.
- Es necesario que los padrinos tengan edad suficiente para realizar esta misión. El
Código dispone que sea dieciséis años, al mismo tiempo permite que el Obispo
Diocesano establezca otra edad, y también faculta al párroco o ministro para que
por causa justa pueda admitir una excepción.
- Los padrinos deben ser católicos y tienen que haber recibido los sacramentos de
iniciación. Al mismo tiempo deben ser ejemplos para sus “ahijados” en materia de
fe, llevar una vida congruente con el cristianismo y con la misión que van a
asumir.
- Otro requisito es que no esté afectado por una pena canónica, legítimamente
impuesta o declarada.
- La misión del padrino no la puede asumir y ejercer los padres, por lo que se indica
que deben ser diferentes.
Se recomienda que haya solo un padrino o una sola madrina, o uno y una. El CIC no
ve oportuno multiplicar a los responsables del acompañante.
Es conveniente diferenciar el rol entre Testigos y Padrinos. Un padrino puede ser
testigo, sin embargo, un testigo no siempre asume el rol de padrinos. No existe un canon
que define el significado de un testigo; sin embargo, se lo puede entender como la persona
que puede constatar que se ha realizado una acción. En el caso sacramental, es una persona
que puede constatar con su testimonio y presencia la administración de un sacramento.
En la confirmación, los testigos son los fieles que están presentes en la celebración
del sacramento.

Prueba y anotaciones de la Confirmación


El bien público y la debida garantía a los derechos de las personas, exigen que quede
constancia del sacramento recibido. Las anotaciones y pruebas de la Confirmación lo
regulan el canon 876, el cual, es el mismo número que regula la prueba y anotación del
Bautismo. Con esto se sigue significando la relación entre ambos sacramentos y su
situación jurídica.
Los criterios son los siguientes:
- Para probar la Confirmación basta que declare un solo testigo inmune de toda
sospecha o el juramento del confirmado, esto se aplica si el acto no causa
perjuicio a nadie.
- El párroco del lugar donde se celebra el sacramento debe anotar diligentemente y
sin demora en el libro de confirmaciones el nombre de los confirmados. Debe
mencionar al ministro que celebra, los padres, padrinos, testigos (si los hubo),
lugar y fecha en que se administró el sacramento, el nombre completo del
confirmado (como aparece en el certificado de bautismo).
El sacramento debe estar registrado en la parroquia donde se administró el
sacramento, como también en el libro de la diócesis. El párroco debe notificar al párroco
del lugar donde fue bautizado que el sujeto recibió la Confirmación, para que se haga
anotaciones en el libro de bautismo como hace referencia el canon 535.
En la mayoría de las diócesis se requiere una copia del certificado bautismal como
documento de soporte.
Certificado de confirmación debe ser emitido lo más pronto posible, después de que
el evento haya ocurrido y haya sido registrado.
La fecha y el lugar de la recepción del sacramento debe ser anotada en el registro
bautismal, aun si el sacramento se llevó a cabo en la misma parroquia de fe.
En el caso que el párroco del lugar no estuvo presente durante la celebración del
sacramento, el ministro debe notificarlo cuanto antes, ya sea por sí mismo o por medio de
otro.
Cada Conferencia Episcopal puede disponer la manera en que quede registrado el
sacramento.

Bibliografía
- Universidad de Navarra, Código de Derecho canónico, Edición Bilingüe y
anotada, Editorial Universidad de Navarra, España, 2001.
- Catecismo de la Iglesia Católica, edición online.
http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2s2c1a2_sp.html. Revisado en
05/07/2018.
- Sacrosantum Concilium, edición online,
http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-
ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.html. Revisado en 05/07/2018.
- Lumen Gentium, edición online,
http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-
ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html. Revisado 02/07/2018.
- Ritual del Sacramento de la Confirmación,
http://textosparalaliturgia.blogspot.com/2015/10/misal-romano-en-la-
administracion-de-la.html, Revisado en 06/07/18
- Consejo Episcopal Español. Celebración de la Confirmación, Ritual Romano.
Editorial Paulinas, 1970.

También podría gustarte