PDF Papel Literario 2024, Junio 23
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PDF Papel Literario 2024, Junio 23
Esta edición PDF de justicia y los tribunales, con jueces y magistrados, y perder la cabeza, obviamente, conforman toda una red que intenta tejerse en
del Papel Literario la novela. Te preguntas, como quien ata algo a un cuerpo, una y otra vez lo mismo. Todo el tiempo se usa ese léxico, esa jerga judicial
se produce para tratar de imposiblemente definir el amor. Sí, creo que el amor en mis novelas excede el juicio.
con el apoyo de
•Dirección Nelson Rivera •Producción PDF Luis Mancipe León •Diseño y diagramación Víctor Hugo Rodríguez •Correo e. [email protected]/•https://www.elnacional.com/papel-literario/•Twitter @papelliterario
NELSON RIVERA
H
asta los 9 años se llamó Tru-
man Streckfus Persons. En
1923, cuando su madre, Lilie
Mae Faulk, se casó con Joe
García Capote, su segundo esposo,
cambió su nombre y adoptó la sonora
combinación con la que se haría famo-
so: Truman Capote.
TRUMAN CAPOTE / RANDOM HOUSE
** poco hermana mayor del niño brillante cada mañana. Si alcanza de verdad el Vanderbilt. Truman se conecta con **
Niño herido. Las grietas que dejaron y afeminado. La providencia quiso que éxito, no lo ve como un regalo, o como el brillo del lujo, la riqueza y el buen Sin embargo, quiero comentar aquí
en él los traumas de origen no se ali- la pequeña vecina, casi dos años me- un don innato, sino como un préstamo vivir. En un poema que publicó en la que, con el paso de los años, por cor-
viaron nunca. Vino al mundo bajo el nor que Truman, resultase Nelle Har- y durante todo el resto de su vida te- revista de su colegio están los versos tos o largos períodos, Capote viviría
signo de lo desafortunado. ¿Cómo com- per Lee, la autora de Matar un ruiseñor me que le sea arrebatado y concedido que originaron el título de estas notas: en ciudades de Estados Unidos, Italia,
primirlo? Arch Parson era un fantasio- (Premio Pulitzer 1961). Lee fue su com- a otros que lo merezca más”. “Como el poderoso cóndor,/ Que con España, Suiza, Marruecos, México. En
so que tenía tanto de iluso como de es- pañera de juegos y socia en su descu- sus predadoras alas/ Se recorta en el ese saltar de un lado a otro, cada tanto
tafador. Un saltimbanqui mitómano brimiento de los juegos. Más adelante, ** cielo cobrizo,/ He aguardado y ace- regresaba a New York, que tenía para
y sableador. Lillie Mae Faulk era una sería capitular en la investigación que Las cosas empeoraron cuando, cum- chado/ A mi presa./ Mi víctima es la él un carácter simbólico y era el ruti-
ambiciosa aventurera sexual. Ella te- sustentó A sangre fría. También vivía plidos los doce años, una infeliz deci- inmortalidad (…)”. lante campo en que se congregaba su
nía 17 y él 25 cuando se casaron en olvidada por sus padres. sión de su madre condujo a Truman a vida social, sus amistades de la aristo-
agosto de 1923. Un año más tarde, el 20 la academia militar de St. John, a 50 ** cracia, la alta burguesía y la política
de septiembre de 1924 nació Truman. ** kilómetros de New York. El pésimo es- Tiene 18 años en enero de 1943 cuando estadounidense, editores y periodistas,
Arch iba y venía, saltaba de rocambo- En vez de romperse, el matrimonio se tudiante, con su aura de objeto sexual, consigue su primer trabajo: corrector escritores y pintores afamados, perso-
lescos negocios a otros peores. De for- fue disolviendo. Más o menos al año, capturaba la atención por sus habili- de pruebas en The New Yorker. Es ob- nalidades del cine y el espectáculo: un
ma simultánea, Lillie Mae pasaba de Lillie Mae asumió que tendría que bus- dades verbales. Sus compañeros lo jeto de chismorreos: ¿es niño o niña? enorme, efervescente, elegante y chis-
un amante al siguiente. Tenían un ras- car por sí misma la vida que quería. Se escuchaban sin pestañear. En Alaba- De su paso por ese empleo no hay mu- moso zoo de vitrina, en el que Capote
go en común: Truman era secundario fue a New York. El producto de sus ma había comenzado a leer. Algo más: cho que destacar, salvo su abrupta sa- era una de sus piezas más llamativas:
en sus agendas. “Lo querían, en suma, empleos lo destinaba a Monroeville. tenía facilidad para cambiar de punto lida en el verano de 1944, tras un cari- turbulento y brillante amanerado de
cuando no tenían otra cosa que hacer”. Cuando, en un tiempo de desenfrenos de vista narrativo. Había decidido ser caturesco incidente con Robert Frost. frases ingeniosas; la pequeña y extra-
encontró a Joseph García Capote –em- escritor. Llevaba siempre consigo un “Al cumplir los veinte años, en el oto- vagante figura de voz aniñada y chillo-
** presario cubano de origen canario–, se diccionario y un cuaderno para tomar ño de 1944, empezó por fin una vida na (en otra parte leí que Gore Vidal, su
Truman: “Sentía terror a verme aban- acercó a sus deseos: hogar, bienestar notas. totalmente consagrada a escribir, sin rival y enemigo irremediable, dijo en
donado, y recuerdo haber pasado prác- económico, posición social. Se casaron otra preocupación, desde la mañana una entrevista radial que Capote, ade-
ticamente toda mi infancia viviendo en marzo de 1932, tras el divorcio de ** hasta por la noche, que disponer las más de cara de feto, tenía una voz di-
en un constante estado de tensión y Lillie Mae. En 1933 Truman comienza En 1939 se mudan a Connecticut. En palabras sobre el papel”. señada para entretener a los monos).
miedo”. a estudiar en el severo Trinity School el Instituto Greenwich se encuentra
de New York. En 1935 se consumó la con Catherine Wood, profesora que ** **
** adopción y el pequeño adquirió nue- comprende su talento, lo protege y Muy probablemente no ocurrió de Solo si entendemos el papel que las re-
A menudo dejaban a Truman en Mon- vos apellidos: Truman García Capote. estimula. De ese tiempo son sus pri- forma súbita. Capote estaba traba- vistas tenían en la vida literaria esta-
roeville, en la laberíntica casona de la Con un profesor que lo acompañaba al meros relatos donde asoma el narra- jando en una historia que llevaba el dounidense, y que la publicación de un
familia de Lilie Mae. A comienzos del cine (niño todavía), tendría sus prime- dor habilidoso. Tiene 15 años y sabe nombre de Summer Crossing. Algo relato en alguna de ellas podía produ-
verano de 1930 –tenía cinco años– lo ros intercambios sexuales. capturar la atención de quienes le que no alcanzaba a nombrar –pareci- cir un salto benéfico en la trayectoria
dejaron por tiempo indefinido, a cargo rodean, cómo conquistar y rodear- do a un malestar inasible– lo pertur- de un escritor, puesto que el público
de cuatro primos mayores: Jennie, Ca- ** se de amigos. Es parte de una pan- baba. Un día, al regresar a su casa, buscaba en sus ediciones las historias
llie, Sook y Bud Faulk. Allí encontró Lillie Mae se entregó a la buena vida: dilla ruidosa. Ahorraban y los sába- “me encerré en mi cuarto, guardé el que serían tema ineludible en las con-
un “hogar”. “Bajo las tormentas emo- clubes nocturnos, viajes, teatros, ves- dos en la noche iban y venían a New manuscrito de Summer Crossing en versaciones; solo si entendemos que
cionales, las peleas, los desahogos la- tidos de lujo. Cambió su nombre al de York en tren. Se sumergían en el es- el cajón de abajo del escritorio, cogí el peso que tenían unas determinadas
crimógenos y las rarezas, tanto de mo- Nina. Lo quería y lo rechazaba. Se in- trépito, bailaban, intercambiaban varios lápices afilados y un bloc nue- revistas hoy no tienen comparación;
dales como de comportamiento, había teresaba por él, pero también la aver- confidencias. vo de papel amarillo rayado, me metí solo entonces podremos imaginar que
una calma básica, un orden y una ya gonzaba. El vínculo con su hijo fue de en la cama vestido y, con patético op- cuando Mademoiselle incluyó en junio
desvanecida sencillez en la vida de Ala- constantes ambivalencias. Detestaba ** timismo escribí: Other Voices, Other de 1945, “Miriam”, relato de Truman
bama Avenue”. Monroeville tenía unas sus maneras femeninas. Desató con- Mientras, Nina bebe más cada día. Rooms, novela de Truman Capote”. Capote, se produjo un primer olea-
pocas calles polvorientas y un poco tra él un trato cargado de frialdad y Denigra de Truman, que no aprobó je, que no tardaría en ser seguido por
más de 1300 habitantes. Todos se cono- frases filosas. el último curso. En 1942 los Capote ** otros: Harper’s Bazaar, revista rival,
cían. El principal pasatiempo consistía regresan a New York. Mientras sus Es un momento en que ocurren cam- publicó otro relato de Capote en octu-
en conversar. Un mundo sin secretos. ** compañeros están en la universidad bios y definiciones que se proyecta- bre de ese año, a lo que Mademoiselle
Gerald Clarke, el biógrafo, cita a Freud: o en el Ejército, Truman repite en rán en el tiempo: con la ayuda eco- respondería con otro en diciembre.
** “un hombre al que haya sido negada una escuela para estudiantes difíci- nómica del indulgente Joe García “Las dos revistas continuaron dispu-
Truman creció a la vera de Sook Faulk la maternal estimación le es negada les. En esos días el amigable es parte Capote, durante unos meses se fue tándoselo el resto de la década”. Tenía
(su nombre verdadero era Nannie también la natural confianza, esa ma- de un cuarteto que integraban Carol a vivir a una habitación en New Or- 21 años y ya había dado los primeros
Rumbley Faulk), prima, protectora ravillosa sensación de triunfo con la Marcus (que se casó con William Sa- leans. Escribe relatos, avanza en su pasos en su anhelo de fama.
que hacía cuanto podía para darle ca- que, quien se siente como el amor de su royan), Oona O’Neill (que se casó con novela, hace trabajos de ocasión. Vive
lor: un poco madre, un poco amiga, un madre, se despierta automáticamente Charlie Chaplin) y la heredera Diana en estrechez económica. (Continúa en la página 2)
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 23 DE JUNIO DE 2024
** **
A medida que pasaban los meses, Ca- Se llevó el libro al cine. Sin embargo,
pote se sumergía en una casi irreso- no recibió la recompensa deseada, ni
luble angustia moral: se carteaba con el Pulitzer ni el Premio Nacional del
los reos, pedían su ayuda, mientras él Libro. Escribió teatro, guiones de ci-
desesperaba porque el libro saliera a ne y televisión. Viajaba. Iba de un
la calle de una vez. Necesitaba quitár- agasajo al siguiente. Publicó dos capí-
selo de encima. tulos de una novela que quedaría in-
conclusa, Plegarias atendidas, en las
** que exponía al escarnio a numerosas
Capote estuvo presente en la ejecu- de sus amigas, como si intentara una
ción: “Truman pudo decirles unas pa- vendetta (“no era más que un rena-
labras a los dos”. Estaba allí y les es- cuajo traidor”, dijo alguna de ellas).
cuchó decir sus últimas palabras. En Llevaba una vida temeraria: bebía,
junio de 1965 puso el punto final. “De consumía pastillas sin freno. Opina-
momento solo me siento vaciado. Pero ba sobre cuestiones que escapaban a
agradecido. Nunca más”. su comprensión. Perdía amigos. Pro-
tagonizó una trifulca con policías. Se
** liaba con prostitutos que lo robaban.
A sangre fría fue publicado en dos El tiempo entre una hospitalización y
entregas consecutivas –en enero de la siguiente se reducía. Tuvo que de-
1966– en The New Yorker: “nunca, ni volver adelantos que había recibido
antes ni después, ha publicado nada de productores o editoriales. Inició
tan ansiosamente esperado”. A con- una relación con John O’Shea, a quien
tinuación, cuando pasó al formato de otorgó amplios poderes para ocuparse
TRUMAN CAPOTE / ORIANA ARMAND
un libro, “la moderna maquinaria de de sus asuntos, lo que, como es previ-
los medios de comunicación (revis- sible, derivó en una disputa legal. Su
tas, periódicos, radio y televisión) se vida cotidiana se pobló de numerosos
(Viene de la página 2) dencias incontestables. Eran culpa- convirtió en una gigantesca orquesta conflictos con amigos y conocidos.
** bles, no había duda. Siete días después que solo interpretaba a Truman Capo- Aquellos malestares tenían expresión
** El que los asesinos hubiesen llegado –29 de marzo–, están otra vez en la sa- te”. Sobre las repercusiones literarias, en su cuerpo y su rostro, que se defor-
El doble método que fija Capote, y hasta allí con el objetivo de robar, y la cuando se produce el veredicto: pe- periodísticas, personales; para la vida mó con el tiempo. Un testimonio cuen-
que adopta de forma inflexible, exigía que eso hubiese derivado en una su- na de muerte. Serían ahorcados el 13 corriente en Holcomb; y hasta para la ta de un encuentro con Capote, en el
el esfuerzo de ambos: realizaban jun- cesión de crímenes atroces, cambió de mayo de 1960 en Lansing, la prisión industria editorial que detonó A san- que este habló durante 12 horas con-
tos cada entrevista, sin grabadora ni el plan de Capote. “Truman y Nelle del Estado de Kansas, donde Smith y gre fría, se han escrito varios libros tinuas. Se preguntaba, ¿qué he hecho
cuadernos de notas. Debían ser con- habían casi terminado de compilar Hickock se habían conocido. que lo documentan con detalle. Con mal? Hospitalizaciones y tratamien-
versaciones sin sobresaltos. Regre- los testimonios para un relato que, en respecto al autor, lo previsible: tenía tos de desintoxicación no producían
saban a sus habitaciones en el Hotel principio, Truman quería que fuese ** 43 años, había ascendido al culmen resultados. Salía del hospital rumbo
Warren sin cruzar impresiones. Ca- breve. Había pensado centrarlo en la Tras regresar a New York, Capote, de la fama y, luego de una obcecación a la próxima botella de vodka. De la
da uno toma notas, en extenso, de reacción de una pequeña ciudad ante abrumado por las demandas socia- de un poco más de seis años, se había discoteca donde había estado bailando
lo registrado. Después intercambia- un horrendo crimen. Pero entonces, les, se encuentra en dificultades pa- hecho rico. En el punto más alto de la con Liza Minelli lo conducían a la sala
ban. Aquellos campos sembrados con los asesinos entre las rejas de la ra avanzar con su relato. A los pocos cresta, a Capote le tocó afrontar cuá- de urgencias.
florecían a este punto: Capote llegó cuarta planta del Juzgado, su relato días, en compañía de Jack Dunphy, les serían sus próximos pasos.
a disponer de 4 mil páginas mecano- desbordaba con mucho lo que en prin- cruza el Atlántico, hasta llegar a Pala- **
grafiadas de notas como insumos de cipio había pensado. Había redactado mós, pueblo pesquero en la Costa Bra- ** En ese tiempo de irreversible derrum-
A sangre fría. En las noches, Capote aproximadamente la mitad, pero iba a va. “Sentado allí en su casa, junto a los En un primer momento, Capote se be armó Música para camaleones, que
escribía su obra. ser una mitad inservible a menos que acantilados, contemplando las suaves exhibió. Escenificó un sueño de vida: no se publicaría hasta 1980: contiene
pudiera reconstruir la vida de los ase- aguas del Mediterráneo comprendió concibió una fiesta, Black and White piezas extraordinarias como el relato
** sinos tan exacta y minuciosamente co- también, quizás por vez primera, la Ball (hay, al menos, tres libros dedi- “Ataúdes tallados a mano” y el nota-
Era un mundo tan desconocido pa- mo la de las víctimas”. verdadera dimensión de lo que inten- cados a narrarla y analizarla), en las ble perfil de Marilyn Monroe, “Una
ra ambos que al embarcar en el tren taba realizar. A sangre fría no era la que todos los invitados tenían que ves- hermosa criatura”.
rumbo a Kansas City, llevan las ** mera crónica de un crimen espantoso. tirse con esos colores, ir enmascara-
maletas cargadas de víveres, como En enero ocurrieron los largos en- Era la historia de una familia, gente dos, hasta que a medianoche llegaría **
quien se dirige a un lugar incierto. cuentros con los dos asesinos. No diré buena y decente, asaltada y destroza- el momento de que cada quien debía “El derrumbe de Truman se aceleró
Desde New York, Capote mueve los nada de ellos aquí, salvo esto: cuando da por fuerzas que quedaban fuera de develar su identidad. 500 ricos y fa- entonces con una velocidad alarman-
hilos que le facilitarán seguir el pro- se cierra A sangre fría, uno conoce a su conocimiento y de su control. Era mosos fueron invitados, otros se ofen- te, y apenas salía de un hospital ingre-
ceso policial y tribunalicio de cerca. esos dos hombres, tanto como es posi- un tema con resonancias similares a dieron porque no recibieron la ansia- saba en otro. Es difícil hacer un cálcu-
Al llegar, lo previsto: Holcomb es ble conocer a través de la literatura. los de la tragedia griega, una historia da tarjeta. Decenas invirtieron miles lo exacto de sus estancias. Durante los
un pueblo aterrorizado. Señorea la La construcción biográfica, física, psi- que Esquilo o Sófocles hubiesen podi- de dólares en máscaras contratadas primeros años ochenta estuvo hospi-
desconfianza y la tensión. Con obse- cológica y hasta de los modos de razo- do convertir en un drama sobre el des- a joyeros, que brillaban de piedras talizado en media docena de Estados
siva seguridad repiten: crimen tan nar de Perry Smith y Dick Hickock al- tino y la fatalidad”. preciosas. Para dar todavía más real- Unidos, y también en Suiza. Pero los
salvaje solo puede haber sido come- canzan la categoría de gran literatura. ce al espectáculo, Truman estableció datos del hospital de Southampton,
tido por alguien que conocía a los ** que la fiesta era en honor a Kathari- que es el que él prefería, dan una idea
Clutter. Una venganza de alguien de ** Capote lo dice en sus cartas desde Pa- ne Graham, propietaria de Newsweek del acelerado paso del derrumbamien-
aquí. Más allá del debate que se ha produ- lamós: tenía el material para producir y The Washington Post, conocida por to: ingresó allí cuatro veces en 1981;
cido, debate que el propio Capote pro- una obra maestra. Y una idea que lo su aversión a las fiestas. “Ponerla en el siete veces en el curso del año siguien-
** movió cuando sostuvo que A sangre acechaba: lo ocurrido le había cambia- centro de todas las miradas fue su últi- te; y dieciséis veces en 1983”.
Los habitantes de Holcomb rehúyen fría era una “novela de no ficción”; do. A diferencia de los precedentes, es-
de la extraña pareja de New York que más allá de los argumentos de quie- te sería un libro largo. Y se advertía: **
viene a indagar sobre los hechos. Sin nes sostienen que la novela es estric- no debo precipitarme. Había estable- Estaba en su casa de Bel-Air, Los Án-
embargo, ese muro de silencio no re- tamente ficción y que lo que no es cido un compromiso consigo mismo: geles, acostado, cuando el 25 de agos-
sistiría mucho a los embates seducto- ficción es otra cosa; más allá de las crí- continuar y concluir el libro. Aunque to de 1984 dejó de respirar. Al momen-
res de Capote. Pronto se producirá un ticas por las mínimas licencias ficcio- la revisión de las notas le horrorizaba. to de morir, aunque su reputación de
giro: los reciben, les cuentan, los in- nales que Capote usó en su narración, Tenía pesadillas. En enero de 1962 en- gran escritor era sólida, buena parte
vitan a cenar. Despiertan curiosidad que pueden entenderse como actos de trevistó a la hermana de Perry Smith. de sus amigos se habían alejado. La
espaldas a los deberes del periodismo; suya fue una muerte que muchos ha-
entre los habitantes de aquella co-
marca profunda de Estados Unidos, más allá de las legítimas consideracio-
Capote se escribía con uno y otro. Los
hechos, las vidas de los condenados y cuando se cierra bían pronosticado. Hacía años que sus
en la que nunca pasaba nada. nes que puedan hacerse sobre la espi-
nosa frontera entre realidad y ficción,
el cierre del libro, ocupaban las habi-
taciones de su pensamiento. Estaba
A sangre fría, uno adicciones se habían convertido en
el capítulo central –un capítulo que
**
Capote y Lee estaban en casa del
sostengo esto: por su estructura, por
la perfección de su prosa comedida,
obsesionado. conoce a esos dos arropaba todo lo demás– de lo que se
sabía del escritor.
funcionario policial que encabeza- por el logrado empeño de Capote de ** hombres, tanto
ba la investigación, la noche en que no hacerse visible al lector, por la des- “A Perry y a Dick también les preo- *Truman Capote. La biografía. Gerald Clar-
una llamada avisó que los dos sospe- lumbrante construcción del pueblo, cupaba cómo saldrían parados en el como es posible ke. Traducción: Víctor Pozanco. Ediciones B.
chosos habían sido detenidos en Las la vida cotidiana y de un amplio car- libro de Truman. Una de sus preocu- España, 1989.
Vegas. Truman intentó colarse en la tel de personajes, A sangre fría es una paciones era de orden práctico. Sus conocer a través
comisión que salió a buscarlos. Cuan-
do, una semana después, Perry Smith
obra de arte, del mejor arte literario. apelaciones se apoyaban en la alega-
ción de que el asesinato de los Clut-
de la literatura” *Los perros ladran. Truman Capote. Tra-
ducción: Rolando Costa Picazo. Editorial
y Dick Hickock fueron conducidos al ** ter no fue planeado, y además temían Emecé. Argentina, 1975.
Juzgado –ya habían confesado–, los Cuando se inicia el juicio, el 22 de mar- que Truman contase otra cosa, como
dos escritores formaban parte de la zo de 1960, Nelle y Truman están en en definitiva hizo. Otra preocupación *Música para camaleones. Truman Capote.
pequeña multitud que vio cuando los la sala. Han regresado de New York. era, en cierto sentido, de orden estéti- Traducción: Benito Gómez Ibáñez. Editorial
introducían en el edificio. A las confesiones se han sumado evi- co. No querían ser recordados como Bruguera, España, 1981.
4 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 23 DE JUNIO DE 2024
se consumó la pena donde nació y conoció a Harper Lee). no pasa de largo ante nada. El lector
llega a conocer a Perry Smith y a Dick
de muerte el 14 de **
Sin embargo, en toda esa obra pe-
Hickock con la sensación de inminen-
cia, semejante a la que experimenta-
abril de 1965, que riodística o de ficción, hay una es- mos con Rodión Raskólnikov (Crimen
pecie de tenue frialdad, contención y castigo), el personaje creado por Dos-
había sido dictada y consciente administración de las toievski, o con el Capitán Ahab (Moby
en contra de ambos. emociones. Cuando la escritora y ar-
tista Pati Hill lo entrevistó para The
Dick), el mastodóntico personaje creado
por Hermann Melville: también Smith
Solo entonces Paris Review en 1957, le preguntó por
“el inusual desapego” de Las musas
y Hickock están allí, como si fuesen an-
tiguos conocidos, de los que sabemos y
Truman Capote oyen. Y agregó: “Tuve la impresión de entendemos lo suficiente como para dis-
que su versión de los hechos se pare- cernir entre sus motivaciones.
pudo finalizar A cía mucho a la que podría obtenerse
sangre fría, narración a través de los ojos de otra persona,
lo cual es sorprendente, dado el ca-
**
Capote se hace cargo de todo. De las
que lo obsesionó rácter marcadamente personal de su
obra”.
demás personas relevantes en los he-
chos. Se hace cargo de la estupefac-
hasta que, tras ción, de la propagación del miedo y
las dudas, de la instauración de un
publicarla en 1965, **
He aquí una parte de la respuesta de estado de desconfianza hacia los de-
afianzó su estatuto Capote: “En realidad, no considero
el estilo de ese libro, Las musas oyen,
más, del modo en que los pesimistas
de oficio enturbian el aire, de la que-
como uno de los demasiado diferente de mi estilo en jumbre de los pronósticos, la desin-
ficción. Quizá el contenido, el hecho formación, los rumores, la ansiedad,
grandes narradores de que se trata de acontecimientos la silenciosa o altisonante angustia
por encontrar algún vínculo, una ex-
estadounidenses reales, haga que lo parezca. A fin de
cuentas, Las musas oyen es puro re- plicación, una solución con trazos de
portaje, y en los reportajes estás ocu- certidumbre, porque una atrocidad
pado con la literalidad y la superficie, como aquella es todavía más intolera-
NELSON RIVERA demasiado implicado para hacer co- ble si, además, carece de motivación.
mentarios: no es posible profundizar
A
sangre fría es una tenaz ber diseñado otro modo de narrar esa ** como en la ficción. No obstante, una **
marca literaria del siglo historia? El de Holcomb era un mundo radical- de las razones por las que quise ha- Perry Smith: “Íbamos como locos. Con-
XX y del XXI. Burbuja que mente distinto a todo lo que Capote cer reportajes fue precisamente para ducía Dick. Creo que los dos nos sentía-
no se desinfla y planea so- ** y Harper habían conocido. Otro uni- demostrar que podía aplicar mi esti- mos muy ‘colocados’. Yo por lo menos.
bre los mesones de las librerías y en Cuando lee en la página 39 de The verso cultural, otro modo de vivir. Es- lo a las realidades del periodismo. Y Muy ‘altos’ y al mismo tiempo muy ali-
las listas de libros recomendados – New York Times del 16 de noviembre tablecieron un método. Luego de ha- creo que en mi método de ficción se viados. No podíamos dejar de reírnos;
siempre maquilladas–, en el rubro de 1959, una noticia no muy destaca- cer juntos las entrevistas, cada quien observa el mismo desapego. La emo- ninguno de los dos. De pronto todo nos
de narrativa de no-ficción. Es pa- da, “Rico agricultor y tres miembros se iba a su habitación y tomaba notas ción me hacer perder el control del pareció muy divertido; no sé por qué
ciente: aguarda en las estanterías. de su familia asesinados”, Capote ha de lo visto y lo oído. A menudo, des- relato: tengo que agotar la emoción pero así fue. Pero la escopeta chorrea-
Hasta que, en algún momento, apa- publicado relatos memorables como pués de intercambiar sus notas, vol- antes de sentir que he logrado una ba sangre, y mi ropa estaba manchada.
rece un nuevo lector que se rendirá “Un halcón decapitado” y “Un árbol vían al entrevistado una o dos veces mirada suficientemente clínica co- Tenía sangre hasta en el pelo. Así que
a su maestría. de noche” (ambos traducidos por el más. mo para diseccionarla y proyectarla”. cogimos una carretera rural y segui-
escritor mejicano Juan Villoro), el mos unos diez kilómetros hasta que
** largo y prístino reportaje “Se oyen ** ** nos encontramos en medio de la pra-
Escribo marca literaria para decir las musas”, y tres novelas: Otras vo- Cuatro mil páginas: tal el volumen Y así, mientras seguimos en el sillón dera. Oíamos a los coyotes. Nos fuma-
que A sangre fría tiene algo de sempi- ces, otros ámbitos, El arpa de hierba y de notas que guio la construcción sobre la alfombra, Capote reconstru- mos un cigarrillo y Dick no paraba de
terna presencia. No se olvida su nom- Desayuno en Tiffany’s. Se le ha criti- de A sangre fría. Cuatro mil páginas ye: reconstruye los espacios, las per- hacer chistes sobre lo que había pasa-
bre. No se escapa uno a lo que la frase cado, pero por encima de eso, se le ha de datos, un almacén abigarrado de sonas, los hechos, con artes de gran do en aquella casa. Me bajé del coche;
sugiere: crimen perpetrado sin palia- celebrado. Se ha dictaminado: nadie percepciones, anotaciones sobre el maestro. Teje. Afina sus agujas. Dis- hice ‘sifón’ y saqué algo de agua del de-
tivos. Personas que viven ajenas a la es capaz de encadenar una sucesión comportamiento, anécdotas, frases pone cada elemento. Su hacer narra- pósito y limpié la sangre del cañón de
experiencia de leer saben que ocurrió tan extensa de frases perfectas. Tenía y modalidades del habla, descripcio- tivo es pausado. No sacrifica nada la escopeta. Luego escarbé un agujero
en Estados Unidos y que toda una fa- 35 años y las facultades intactas. nes de rasgos físicos en distintos pla- que pueda resultar revelador. Nos en la tierra con el cuchillo de caza de
milia fue asesinada. Y saben que el nos, registro de objetos, ropas, gus- aproxima hacia un pequeño lugar Dick, el que había usado con el señor
autor es un señor de nombre empa- ** tos, rutinas, cronologías de cómo se del mundo, en el que hasta noviem- Clutter, y enterré en él los cartuchos
lagoso y rotundo, Truman Capote. Ante la noticia, Capote experimen- produjeron ciertos hechos, especta- bre de 1959, no se había producido vacíos y lo que había quedado del rollo
ta una especie de revelación: siente culares o nimios. Un acopio, no solo una atrocidad de esa magnitud ni de cuerda de nylon y de la cinta adhesi-
** un llamado, la urgencia: debe via- de las vidas desgranadas de víctimas mucho menos. va. Después seguimos en el coche hasta
Apenas se camina por las primeras jar a Holcomb y entender qué pasó. y victimarios: también de policías, que tomamos la Nacional 83 y enfila-
frases (“El pueblo de Holcomb está Gerald Clarke, su biógrafo, cuenta: abogados, del juez, de vecinos des- ** mos hacia el este en dirección a Kansas
situado en las altas planicies trigue- “Sin motivo aparente, cuatro perso- tacados de Holcomb. Capote no solo Para mayor estupor, resulta que los City y Olathe. Hacia el amanecer Dick
ras del oeste de Kansas, un territorio nas habían sido asesinadas: Herbert entrevistó a los asesinos en numero- Clutter eran virtuosos. Una familia paró en uno de esos sitios para descan-
solitario que los demás habitantes de Clutter, su esposa Bonnie, y dos de sas ocasiones, sino que se carteó con sin máculas. Sin tachones en las bio- sar y tomarse un tentempié: lo que lla-
Kansas llaman ‘allá’. A unos cien ki- sus cuatro hijos, Nancy de dieciséis, ellos o los visitó en sus celdas cuando grafías de sus miembros. Metodistas man áreas de servicio, con fogones al
lómetros al este de la frontera de Co- y Kenyon de quince. Al leer y releer ya sabían que morirían en la horca. de trabajo y austeridad. Abstemios. aire libre y demás. Encendimos fuego y
lorado, el campo, con sus duros cielos aquellos escuetos párrafos, Truman El jurado los había condenado a pe- Gente de iniciativas, gremios, embar- quemamos algunas cosas: los guantes
azules y su aire diáfano de desierto, advirtió que un crimen semejante na de muerte el 30 de marzo de 1960. cados en causas a favor de los demás. que habíamos usado, y mi camisa. Dick
tiene una atmósfera más propia del era un hecho totalmente ajeno a él, Transcurrirían cinco años en el “co- Y, para hacer más absurdo lo abisal- dijo que ojalá hubiese tenido un buey
Lejano que del Medio Oeste”), el lec- un hecho que no podía modificar. In- rredor de la muerte” hasta que fue- mente trágico, eran habitantes de para asarlo en la parrilla; que jamás
tor se posa sobre una superficie al- cluso el lugar, una parte del país que ron ejecutados. una casa de 14 habitaciones donde no había estado tan hambriento. Cuando
fombrada: apenas ruidosa, en la que, le era tan extraña como la estepa ru- existía la apetecible caja fuerte que un llegamos a Olathe era casi mediodía.
con morosidad, se habla de un pun- sa, tenía un perverso atractivo”. Con ** convicto, que años atrás había traba- Dick me dejó en mi hotel, y se fue a ca-
to lejanísimo, de una pequeña po- nada más que una escueta noticia y Antes de que la noticia leída en The jado en la granja de los Clutter, había sa para el almuerzo dominical con su
blación en la vastedad del territorio una intuición inequívoca, Capote fue New York Times activase su ansioso asegurado a uno de los criminales (“Y familia. Sí, se llevó el cuchillo de caza,
estadounidense. Un lugar que posi- a ver a William Shawn, editor de The apetito narrativo, Capote había pu- desde entonces Dick no hacía más que y la escopeta”.
blemente no nos toca: en 1959 tenía New Yorker. Y obtuvo el apoyo que blicado tres novelas, buena parte de preguntarme cosas sobre la familia.
270 habitantes. buscaba. sus relatos fundamentales y, muy ¿Cuántos eran? ¿Qué edades tendrían *A sangre fría. Truman Capote. Traducción:
importante como antecedente de A los hijos ahora? ¿Cómo se llegaba a la Jesús Zulaika. Editorial Anagrama, España,
** ** sangre fría, el extenso reportaje Las casa exactamente? ¿Cómo estaba dis- 2007.
Sostengo: no nos toca. Con habilidad Es entonces cuando Nelle Harper Lee musas oyen, que narra la presenta- puesta? ¿Tenía el señor Clutter caja
pasmosa, Capote construye un obser- (amiga de infancia, autora de Matar ción de Porgy and Bess (la ópera de fuerte? No voy a negarlo: le dije que *Truman Capote. La biografía. Gerald Clar-
vatorio para el lector: un cómodo si- a un ruiseñor, que publicaría en 1960 George Gershwin que había sido es- sí. Porque me parecía recordar una es- ke. Traducción: Víctor Pozanco. Ediciones B.
llón sobre la alfombra. Desde allí, la y sería galardonada con el Premio trenada en 1935), por parte de una pecie de armario, o caja fuerte, o algo, España, 1989.
visión es plena y nítida. Y, en lo esen- Pulitzer en 1961) se anima a acompa- troupe estadounidense, en teatros de justo detrás del escritorio del cuarto
cial, quizá contrariando la expectati- ñarle. Capote lo anticipa: la investiga- la Unión Soviética comunista. Aun- que usaba como despacho. Y, visto y *The Paris Review. Entrevistas (1953-2012).
va más obvia, apenas rasguña en la ción resultaría poliédrica, laberínti- que hubo críticos que habían señala- no visto, Dick empezó a hablar de ma- Volúmenes 1 y 2. Traducción del inglés: María
sentimentalidad del lector. De punta ca, irregular. Y tenía una convicción: do la presencia en su ficción de influ- tar al señor Clutter. Que Perry y él Belmonte, Javier Calvo, Gonzalo Fernández
a punta, A sangre fría es un tercer ob- para que resultasen fructíferas, a las jos que provenían de Eudora Welty, iban a entrar a robar en la casa y que Gómez y Francisco López Martín. Ediciones
jeto, más allá del autor, más allá del entrevistas debían ir sin grabadora ni Carson McCullers o Katherine Ann iban a matar a todo el mundo para no El Acantilado, Quaderns Crema S.A. Espa-
lector. Elude la tentación de hurgar cuadernos de notas. Solo así aquellas Porter –todas autoras del mítico sur dejar testigos”). ña, 2020.
en las emociones. ¿Podía Capote ha- almas se abrirían. literario de Estados Unidos–, desde **
EL NACIONAL DOMINGO 23 DE JUNIO DE 2024
Papel Literario 5
A
vanzamos por la prosa fabu- metría y por la obra fundacional del español como Historias e invenciones
losa del chileno Roberto Bo- griego Euclides, según relató muchos de Félix Muriel (publicado en 1943 en
laño (Santiago, 1953 - Barce- años después el escritor mexicano Ga- su exilio argentino) peleó durante dé-
lona, 2003) en su torrencial briel Zaid, entonces estudiante de Inge- cadas para desentrañar los fundamen-
novela 2666 –aunque más que torren- niería en Monterrey: tos en los que se basa la geometría y lo
cial, es esta una narración oceánica o, “Dieste se entendió muy bien con hizo desde una formación autodidacta
si prestamos oído a la poesía del atlan- un grupo de estudiantes de Ingenie- (no cursó estudios superiores de Mate-
tista Pessoa, es un colosal maelstrom ría que formamos un club de lecturas máticas) pero también desde el rigor
que se arremolina ante los ojos aluci- para leer y discutir a los clásicos de la que exige la materia. Se ocupó (y preo-
nados del lector– y, allá por la página ciencia. Le pedimos que hablara de los cupó) con especial empeño del quinto
239, vemos a Amalfitano salir al patio Elementos de Euclides y su charla fue postulado de los Elementos de Euclides
en mangas de camisa “como un señor como una revelación. Nunca vimos tan (el mismo ante el que el Amalfitano de
feudal sale a caballo a contemplar la claro que las matemáticas también se Bolaño mostraba su pasmo bajo el cie-
magnitud de sus territorios”. “Antes podían leer, no solo operar, que es lo lo riguroso de Sonora). Sin entrar en
había estado tirado en el suelo de su que se suele aprender en Ingeniería. mayores profundidades matemáticas,
estudio abriendo cajas de libros con Dieste no solo sabía cien veces más apuntaremos simplemente que este
un cuchillo de cocina y entre estos ha- geometría que nosotros, sino que, en postulado fundamental de la geome-
bía encontrado uno muy extraño, que forma verdaderamente socrática, nos tría euclídea indica que, dada una línea
no recordaba haber comprado jamás hizo caer en la cuenta de una proble- recta y un punto fuera de esa recta, se
RAFAEL DIESTE / VIDA GALLEGA (1926) – DOMINIO PÚBLICO
y que tampoco recordaba que nadie le mática inquietante en el ‘superado’ puede trazar una y solo una línea recta
hubiera regalado”, apostilla el creador Euclides. Además, lo hacía con una paralela a la primera pasando por di- sas bien asentadas como intentar pres- de conocimiento en sí mismo. “El inte-
de Los detectives salvajes. naturalidad tan viva que, más que in- cho punto. Como sucede a menudo con cindir de esa proposición y construir rés especial que mostró Rafael Dieste
¿Qué libro insospechado se asoma en- clinarnos a considerarlo un ‘genio’, un algunos de los axiomas sobre los que un itinerario alternativo. por la epistemología fue la razón por
tre las cajas? Nada menos que el Tes- ser excepcional, nos hacía sentir que lo se levanta el laberíntico edificio de las Como recogen en su estudio Espacio, la que se inició en los fundamentos de
tamento geométrico del escritor gallego normal era usar toda la cabeza, no solo matemáticas, la aparente sencillez del movimiento y geometría las profesoras la geometría como campo ideal de ex-
Rafael Dieste (Rianxo, 1899 - Santiago unos cuantos lóbulos”. enunciado no permite adivinar los que- Carmen Sueiras Romero, María Díaz perimentación para la teoría del cono-
de Compostela, 1981), un ensayo tan El autor de títulos hoy clásicos de la braderos de cabeza que provoca tanto Marzoa y María Buceta Fernández, cimiento. De hecho, en una de las va-
singular y fascinante como su propio literatura en gallego como la colec- intentar demostrar esta proposición a lo que atraía a Dieste del quinto pos- rias cartas que se cruzó con el profesor
autor, uno de los secretos mejor guar- ción de relatos Dos arquivos do trasno partir de un cierto conjunto de premi- tulado era precisamente el problema húngaro Szabó en 1963 escribe: ‘… No
dados de la literatura de Galicia. me interesa el problema como geóme-
Así describe Bolaño la escena en ese tra, sino como escritor, como pensador;
Novelista
fundamental en “Todas mis novelas tienen una lengua
judicial para pensar el amor”
lengua española,
Ariana Harwicz es
autora de Matate,
amor (2012), La débil ca puede ser enjuiciado?
C
uando las distancias geográ- criminal, extrema. Efectivamente, es
ficas se unen, en una conver- un acto casi de terrorismo, de some-
sación se puede valorar la hi- timiento y de liberación a la vez. En
bridez curiosa de los husos ese sentido, trato de que mis libros no
horarios, el equilibrio apartado de condenen la maternidad, ni mucho
los amaneceres de un continente que menos el amor, sino que los mues-
se juntan a los atardeceres de otro, tren en una dimensión absolutamen-
para describir el punto de encuentro te doble.
con la literatura de Ariana Harwicz.
Como en su escritura, el sonido par- Volviendo a Perder el juicio, el
ticular de los pájaros trinando es un símbolo de las rutas, del espacio
eco cercano a sus palabras que refle- para ralentizar y clavar los fre-
ja una zona natural del campo fran- nos, de detenerse para asumir la
cés, donde ha vivido desde 2007. Su necesidad de los cuerpos y volver
primera novela Matate, amor (Mar- a moverse ¿es algo similar a los es-
dulce, 2018) abre diferentes modos de pacios de escritura? Si es así, no
narrar la sensibilidad de los cuerpos solo la novela se lee como en un
que habitan espacios disímiles. Pos- tránsito de las palabras que no se
teriormente, Matate, amor fue adap- detienen, sino que, en otras his-
tada al teatro y este año será llevada ARIANA HARWICZ / EDITORIAL ANAGRAMA torias hay rutas móviles para los
al cine por Martin Scorsese, bajo la lectores que transitan por ellas.
dirección de Lynne Ramsay, y con Cassatt” (Rumaan Alam, The New cer el poder desde un lado, desde el ¿Tu escritura es como una cone-
Jennifer Lawrence como protago- Yorker)? otro. Legislar ese poder y establecer xión entre caminos que nunca se
nista. Su cuarta novela, Degenerado Es una buena pregunta porque, co- un arbitraje justo, si es que hay una interrumpen? ¿Nos movemos los
(Anagrama, 2019), inicia una historia mo recordás, los trazos pictóricos, las noción de la justicia, pone en jaque o lectores en tus obras?
sobre un proceso judicial que luego citas, y el entramado de mis novelas en duda todas las nociones en la no- Existe una posible analogía o cruce
podría compararse con las ideas de incluyen referencias como en Matate, vela. Todo se pone en acto: el acto de entre las rutas reales y los caminos
Perder el juicio (Anagrama, 2024). amor, y ese deseo de tener de vecinos secuestrar hijos, de perder el juicio, que están omnipresentes en Perder el
Como dice Harwicz, se escribe una a Lucian Freud y Jean Simmons, o a de no saber si es violación o no en la juicio, pero también en Precoz (Mar-
novela cuando se está en desacuerdo Francis Bacon, se une a la frase sobre cama, de estar viendo si hay un juez dulce, 2015), pues son todos caminos
con el sentido de las palabras. mis madres, que son más expresionis- o no hay un juez. Es judicializar el de- sinuosos que serpentean, que están
tas que clásicas. En todos mis perso- seo, el amor, la penetración. Es un po- siempre al borde de un abismo, reple-
Quiero iniciar con la imagen de najes maternos hay símbolos impor- co una puesta en escena de todas esas to de pedruscos, piedras, bancos de
tu novela más reciente: una foto- tantes. En cada una de las relaciones categorías y también una mirada crí- arena, ríos. Hay toda una geografía
grafía de “Pierre y Paulette be- maternales está esa especie de bomba tica, desconfiada, de la época. aquí también. En la escritura existe
sándose en el café Chez Moineau” de tiempo, de contrareloj, de alguien una especie de cartografía limítrofe
(1953) en París, de Ed van der Els- que va a explotar, y allí he puesto el Como señalas, en Perder el juicio de las rutas. Mucho más que en Pre-
ken. El beso, como el de Klimt, ya minutero entre una imagen y otra. “El amor es la indefensión máxi- coz, en Perder el juicio aparece toda
cuenta una historia de pasión que Hay una oscilación bastante peligro- ma”, “es un estado doloroso”, in- la novela en un recorrido. Creo que
luego tambalea en diversos amo- sa y creo que, en las novelas, la idea de cluso un acto pederasta. Usando sí, que se podría hacer, según lo que
res que se suspenden al “perder el la maternidad es susceptible de desa- las profundas frases que se inser- planteas vos, un camino o un mapa
juicio”. Como el título de la obra, tar una guerra o una batalla campal, tan en tu novela, ¿Cómo definirías sobre cuáles son las rutas de la escri-
la protagonista intenta sobrevivir un asesinato, o un crimen. Siempre las múltiples caras del amor que tura. La escritura también permite
el caos en su mente para tener hi- hay un péndulo psíquico o solo visual en ella se encuentran? el tránsito por caminos difíciles, noc-
jos, para volver a una tradición entre mis madres. En Matate, amor y, Creo que todas las metáforas hacen turnos, peligrosos. La escritura los
que no coincide con los tiempos, sobre todo, en Perder el juicio, apare- eco, dan sentido, e imponen un abis- transita conectándose con un mapa
para llegar a un punto de quiebre ce un juego asociado entre un auto- mo con el mismo título de Perder el cerrado, donde esas rutas pertenecen
que se mueve en los mundos (en rretrato y otra figura de la madre. Son juicio. Perder la cordura, perder el a un paisaje inventado, un lugar que
escritura, entre las letras redon- las dos y, sí, hay como una bipolaridad proceso judicial, perder las instan- no existe y está ahí.
das y cursivas, o los diálogos que que se puede ver bien en la pintura. cias de justicia y los tribunales, con
jueces y magistrados, y perder la ca-
trato de que
se reducen a letras pequeñas). Ya para finalizar, me mudo a
¿Crees que ese beso profundo es En esta historia, las heridas, los beza, obviamente, conforman toda mis libros no otro espacio de tránsito valioso.
la unión que activa siempre la tajos, la ruptura dolorosa de un una red que intenta tejerse en la no- En otras entrevistas dices que “un
frustración que viene después en cuerpo también pueden ser los vela. Te preguntas, como quien ata condenen artista no se puede reducir ni a su
símbolos o las grafías que per- algo a un cuerpo, una y otra vez lo
los personajes de tu obra?
Sí, obviamente el punto de partida manecen en la piel ante el dolor. mismo. Todo el tiempo se usa ese lé- la maternidad, identidad, ni a su ideología, ni a
su género”. Si la libertad de la es-
o de inicio es un beso, ese beso con-
centrado y cristalizado en la foto que,
¿Violaciones entre esposos en
una cama común bajo un mismo
xico, esa jerga judicial para tratar de
imposiblemente definir el amor. Sí,
ni mucho menos critura no reduce, sino multiplica
lo imposible, ¿hasta dónde puede
además, es una foto de guerra, una techo? ¿actos que terminan en re-
conciliación, aunque causen un
creo que el amor en mis novelas ex-
cede el juicio. Quizás Perder el juicio
el amor, sino llegar el poder de una escritora?
Como lo dije antes, por su pues-
foto bélica, que lleva dinamita y vio-
lencia adentro. Es un beso francés y profundo dolor y frustración? es la que más lo destaca. Pero Dege- que los muestren to, una artista o una escritora no se
allí está todo el entramado novelísti- ¿Crees que, en la novela, el cuer- nerado también es absolutamente puede reducir o pensar únicamente
co de la obra. Siempre las portadas po y, más allá, las relaciones en- jurídica. Todas mis novelas tienen en una dimensión desde el género, la identidad, la re-
son como el lightboard de la novela. tre los cuerpos, son otra manera una lengua judicial para pensar el ligión, la sexualidad, ni nada, pues
Allí lo que la novela no dice está en la de narrar partiendo de las heridas amor. El deseo, el erotismo. El amor absolutamente no se puede reducir. No tiene senti-
de una mujer? maternal, el amor de pareja. Siem-
cubierta. En el caso de Degenerado,
sucede lo mismo con la liebre colga- El símbolo de la novela es esa dis- pre lo dividimos, pero el amor es solo doble” do. La escritura es lo contrario a la
identidad. La escritura abre la iden-
da que aparece en la portada. Obvia- cusión política, pero también pro- un sentimiento ¿no? Y siempre está tidad, la niega, la refuta. La escritura
mente, esa fusión erótica o libidinal fundamente real, entre dos esposos visto desde la perspectiva de una bó- es multi-identitaria y a mí ni siquiera
del beso en la foto cristaliza el sub- viviendo en la misma cama, lo que veda judicial porque, justamente, el me gusta la palabra identidad. Estoy
mundo de la violencia, y la posibili- es una violación o no. Porque ¿cómo amor es peligroso. El amor nos lleva segura de que una persona es infe-
dad de ejercerla en el mundo donde podemos saber?, ¿cómo podemos sen- a matar o a que nos maten, a come- liz cuando es catalogada de una sola
habita una pareja. tir?, ¿cómo podemos pensar el deseo ter delitos, a trasgredir la moral. El forma. Está de moda, por muchas ra-
del otro?, ¿cómo podemos adivinar lo amor tiene ese poder de incitarnos a zones, pero una persona que solo es
Recordando la figura de la ma- que lo articula o la manera de decir- cometer actos inesperados, a quienes algo, es absolutamente imposible. Es
dre, en tu novela Matate, amor lo? Es el problema, incluso la mane- no hubiésemos imaginado nunca ha- como una cárcel, como un infierno,
una madre frustrada, a quien ra del discurso y del lenguaje, lo que cerlos, porque nos ponemos del lado una condena, una punición. Estoy se-
le gustaría tener como vecinos lleva a una limitación, porque nunca del campo del bien y la racionalidad; gura de que en las sombras y en la os-
a Egon Schiele y Lucian Freud, se sabe nada en el fondo, aunque el el amor es profundamente violento y curidad, en la clandestinidad, alguien
cría a su hijo con una mano que otro diga “sí”, “sí es sí”, “no es no”. la violencia está muy ligada a la tras- ría existir”. El que narra dice que es otro, y quizás su contexto es lo con-
prepara la comida, mientras con Está bien estipular ese acto, porque gresión de las leyes. Esa idea de que nació de su madre como un can- trario. Una persona que se congela y
la otra se apuñala. Volvemos aho- algo hay que delimitar, es necesario. el amor nos pone a salvo de la locura grejo para atrás, destrozándole el se cristaliza, representando una sola
ra a la identidad maternal en tu Sino estamos viviendo en la incerti- o de la violencia, es obviamente ino- sexo. En Perder el juicio ¿aunque existencia, es aburridamente repeti-
nueva obra, una identidad dupli- dumbre absoluta. En la locura. Pe- cente y contra natura para mí. un cuerpo femenino sea castiga- tiva. Es como estar en un día eterno,
cada también en los mellizos que ro, aun así, no podemos saberlo todo. do, el ego de ser padre sobrevive que permanece igual. Lo que hacen
se mueven en el tiempo. ¿Crees Quizás es una novela política pero Ya que mencionas Degenerado, siempre?, ¿y no es el acto sexual la novela y el arte es abrir, implosio-
que la idea de tener un doblez también de juicio, en el sentido en el un monólogo, un hilo de voz que una forma de destrozar desde el nar y destruir totalmente los senti-
en la figura materna frustra “el que pone en ese acto entre los espo- se enhebra “en la mente como un placer a las más débiles?, ¿ocurre dos. Generan desconcierto, misterio
autorretrato de las mujeres que sos el gran problema del misterio, del trineo inmundo”, aparece otro que la maternidad puede ser una en la identidad. Aquí, la escritura no
son más Francis Bacon que Mary malentendido, de la dificultad de ejer- cuerpo, “cuya tipología no debe- prueba del sometimiento que nun- tiene límites.
EL NACIONAL DOMINGO 23 DE JUNIO DE 2024
Papel Literario 7
Oficios y oficiantes
plantean al lector el reto de recorrer las pági-
John Petrizzelli (1956), nas por laberintos de enigmas y misterios que
J
cenarios donde se desenvuelven cada uno de los inglés de una extraña alumna? cura siempre hay algo de razón.
ohn Petrizzelli domina con maestría el re-
núcleos argumentales. ¿En el paciente cero de una supuesta Los personajes de estos cuentos de John Pe-
lato, sea visual o escrito, y encuentra te-
¿Será en la invasión de un tropel de monos a pandemia? trizzelli se mueven en el terreno del delirio y la
mas insospechados en los rincones más
una afluente urbanización? ¿En el peluquero canino que percibe el pánico alienación. No obstante, su mundología se enla-
recónditos de la cotidianidad. Como crea-
¿Acaso en un embajador cuyo país desaparece indescifrable de las mascotas que atiende? za con lo sobrenatural vinculado a la experien-
dor de oficio, veteranía cada vez más evidente,
bajo las aguas? No olvidemos que la palabra “cordura” encie- cia del sentido y el sinsentido freudiano. Darán
se aventura día y noche en la pesquisa de per-
¿En la clausura para siempre de un conven- rra la raíz griega “corazón”, ese lugar que –de mucho que pensar a los lectores en el abordaje
sonajes, ambientes y tramas que, entre nieblas,
to donde la monja repostera resuelve la tra- alguna manera– privilegia las reacciones y pen- polivalente del texto, como es la pretensión fun-
sombras y luces encandiladoras, son interpre-
gedia del desalojo con una nueva receta de samientos emocionales del ser humano. damental de la escritura.
tados, traducidos y expresados en fotografías,
amarguillos? Los argumentos de Los oficios no están pre- Un acierto más de la óptica creadora de un au-
películas, crónicas y cuentos.
¿En los graznidos y pitidos de un joven que se cisamente alejados de la cordura, por el con- tor capaz de desentrañar los hilos de historias
Esta vez nos presenta ocho narraciones que
cree urraca? trario, si contrastamos el “juicio”, consciente o visibles e invisibles.
Conspiración y obsesión
“La ciudad de
Caracas se constituye
en el marco de la
intriga por donde
se deslizan, con sus
anteojos negros
de Antolín Sánchez Lancho
reglamentarios, los circunstancias presentes al espacio na-
caracteres, entre rrativo revisitándolas y reconstruyén-
dolas: “‘Bienvenidos a Venezuela’, indi-
autopistas, avenidas caba un cartel colocado en el extremo
del puente (…). Aunque era temprano,
y edificios que una procesión de hombres, mujeres y
E
l fotógrafo venezolano de lar- diciembre de 1981, la acción puede tras- cuentes efectos en la vida nacional, la deslizan, con sus anteojos negros re- décadas de libertades y vio su oportu-
ga trayectoria Antolín Sánchez ladarse al momento presente cuando guerrilla centroamericana como factor glamentarios, los caracteres, entre au- nidad de hacerse con el poder, regalán-
Lancho irrumpe con Conspira- los altísimos índices de criminalidad, desestabilizador en el hemisferio, son topistas, avenidas y edificios que apa- dole a cambio la soberanía territorial a
ción y obsesión, finalista del Pre- la corrupción política, la debacle eco- algunos de los temas que envuelven a recen matizados por los claroscuros Cuba cuando el chavismo se adueñó de
mio Planeta 2017 bajo el título Prime- nómica y las pugnas partidistas esta- los personajes y movilizan las histo- propios del género y el gusto por los la silla presidencial.
ra parte, en la novela negra, de amplia llan de forma aluvional y amenazan rias. Ello, no solo desde los actos cri- pequeños detalles, característico del Los hechos que la novela de Sánchez
difusión por Latinoamérica desde los con desestabilizar permanentemente minales orquestados desde los cuerpos ojo afinado del fotógrafo, con lo cual Lancho cuidadosamente arma hacia
años cuarenta del pasado siglo, e inspi- al país. De hecho, Venezuela, una de que deberían garantizar la seguridad cada capítulo podría ser la página de el clímax final, sucedidos casi cuatro
rada en la de habla inglesa de la década las naciones con más alto índice de pe- del Estado, sino desde las universida- un álbum de imágenes o el encade- décadas atrás, devienen entonces imá-
anterior. Rafael Bernal, Carlos Monsi- ligrosidad del planeta, es terreno fértil des mismas en cuyas cátedras encon- namiento de viñetas de una fotonove- genes cuyos reflejos podemos encon-
váis, Leonardo Padura, Paco Ignacio para desplegar un amplio abanico de traron refugio muchos agitadores y la. Igualmente, la frontera por donde, trarlos en las vicisitudes, injusticias
Taibo, son algunos de los autores que situaciones y personajes, donde el ar- antisociales, durante las décadas de la desde el recrudecimiento de la dicta- y atropellos de la tragedia contempo-
incursionaron en ella obteniendo gran gumento quedó punteado aquí por diá- democracia fundacional, que luego se dura y el estallido de la crisis de me- ránea en la antaño Tierra de Gracia;
éxito de público y crítica. En Venezuela logos sumamente ágiles y directos que incorporaron a las filas del movimien- dicinas y alimentos, más de tres millo- de ahí quizás lo fértil de este texto para
fue 4 crímenes 4 poderes (1978) de Fer- fueron destapando la intrincada red de to bolivariano revolucionario: “Cór- nes han abandonado Venezuela para contar las conspiraciones y obsesiones
mín Mármol León la obra que abrió corrupción y turbios pactos entre dis- doba explicó que Díaz hacía negocios establecerse en el país vecino, también de un país, para el cual todos los vene-
el camino a otros escritores prestos a tintos sectores de la sociedad, además con el antiguo sistema de admisión entra en el texto encuadrando la dié- zolanos conscientes tienen también la
producir un corpus extenso e intenso de enlazarla con las sangrientas accio- universitario. Según su poder en cada gesis. Y si bien en aquel entonces las misión de “inventar la continuación” o
donde detectives, capos de la droga, la- nes del terrorismo internacional. facultad, los grupos políticos recibían dinámicas territoriales eran distintas morir en el intento.
drones de guante blanco, hampones y El atentado de 1976 contra un vuelo un número de plazas; una parte la des- y los flujos migratorios circulaban en
ciudadanos aparentemente ejemplares de Cubana de Aviación que partió de tinaban a inscribir militantes, el resto sentido inverso, el autor extrapola las Publicado en ViceVersa. 19 de marzo, 2019.
La cita real
Heberto Gamero
Contín (1952) es
cronista, novelista
y cuentista de
amplia trayectoria.
Cuentos suyos han
sido premiados en
certámenes como
los de SACVEN
y el del diario El
Nacional. Su novela
La cita real. José
cho, todos los libros de poesía que se
Heriberto García de publican alguien paga sus costos o los
Quevedo, un poeta subsidia. No así en el siglo XIX en que
vivió García de Quevedo, cuando era
olvidado, acaba de el género más acudido, y los poema-
rios se vendían como “pan caliente”.
ser publicada en Entonces, el imperio hegemónico de
la novela estaba en curso, pero lejos
España por Kálathos de coronarse. Además, recordemos
Ediciones que García de Quevedo no fue un poe-
ta a secas. Escribió novelas, teatro,
HEBERTO GAMERO CONTÍN / CÍRCULO DE ESCRITORES DE VENEZUELA
batalló armado, se batió a duelo por María Vargas y que, siempre, mostró Heberto Gamero Contín nos sumer- cía de Quevedo desciende de uno de
honor, fue diplomático, político, cor- poquísimos resortes republicanos o ge en la vida del personaje con las li- los hermanos de Francisco de Queve-
RAFAEL ARRÁIZ LUCCA tesano, vivió a fondo la vida del poder democráticos. cencias que le otorga la novela a la do, el enorme poeta, y que linaje de
en su tiempo. Si hubiese sido solo un El regreso de don José Heriberto a imaginación, relevada de las precisio- escritor no le faltaban, ni ganas de
N
o puede sorprendernos el poeta, sin biografía, no creo que estu- su país natal se dio cuando sumaba nes históricas. Nos recuerda que Gar- escribir tampoco.
interés que ha despertado viésemos recordándolo. Estaríamos, treinta y siete años. Aquí vivió hasta En la novela el escritor está espe-
en años recientes la figura probablemente, leyendo una crítica 1860, tres años intensos donde le to- rando la muerte en París y recuerda
histórica de José Heriberto literaria de sus obras. có la derrota de Monagas por parte sus hechos y sus días: así estructu-
García de Quevedo. Sus cincuenta y Pongamos en contexto al lector: de Julián Castro, el célebre Protoco- ra la obra su pariente Gamero Con-
un años de vida, sus peripecias y sus García de Quevedo nació en Coro el lo Urrutia, y los primeros dos años tín, y la novela se va leyendo con in-
libros, dan para afirmar que tuvo una 18 de marzo de 1819 y falleció en París de la Guerra Federal. Cuando llegó terés, con deleite; atrapado el lector
vida de novela, no de poeta de nues- el 6 de julio de 1871. No tenía seis años ya era un personaje importante de en una suma de acontecimientos que
tro tiempo, sino del siglo XIX, cuando cuando su familia abandonó Coro y no conocen la paz ni la molicie; sal-
los poetas eran actores principales de se fue a Puerto Rico; sus mayores no
España. No solo era distinguido por
la reina Isabel II, sino que ya había Escribió novelas, vo la quietud del lecho de moribun-
la vida política, en su contexto geo-
gráfico y espiritual. En el año 2011,
estaban de acuerdo con la fundación
de la república. Luego, tenemos a los
publicado con éxito poemas, teatro
y novelas; había dirigido el periódi-
teatro, batalló do desde donde García de Quevedo
recuerda.
el doctor en Historia, Carlos Alarico
Gómez, publicó un estudio biográfico
hermanos García de Quevedo inscri-
tos en la escuela, en Ponce, en 1825;
co fundado por Rafael María Baralt
en Madrid, El Siglo XIX, y se había
armado, se batió La espina dorsal del relato, que tie-
ne al poeta en vilo, es una cita con
muy bien escrito y documentado: Un de tal modo que nuestro personaje ha
debido tener pocos recuerdos de su
batido en duelo a favor de la monar- a duelo Isabel II en París. No diré aquí qué
poeta venezolano en la Casa Real Es- ca. Además, había participado en su ocurre: un prólogo no debe anticipar
pañola y, ahora, un pariente de Gar- ciudad natal o ninguno, pero el vín- defensa durante la insurrección po- por honor, la solución de los enigmas tramados
cía de Quevedo, el narrador Heberto culo reverdeció cuando fue enviado pular en su contra, en 1856. En otro del narrador. Diré, sí, que se lee con
Gamero Contín, entrega esta novela: como encargado de Negocios y cón- momento fue diplomático español en fue diplomático, placer, que crece en uno un persona-
sul general de España a Venezuela.
La cita real. José Heriberto García de
Quevedo, un poeta olvidado. Presentó credenciales en Caracas en
Ecuador, Perú y Suiza. Se radica en
París en 1861 y diez años después es político, je excepcional, un raro que roza con
Venezuela en dos oportunidades, que
En cuanto al subtítulo (“un poeta ol-
vidado”) hemos de decir que hoy en
noviembre de 1856, cuando goberna-
ba por segunda vez José Tadeo Mo-
herido en los combates de la Comuna
y muere de una septicemia en 1871.
cortesano” escribió sobre ella y desde ella, y ya
esto sería suficiente. Lo demás que-
día, en pleno siglo XXI, todos los poe- nagas, el general de la independen- Sin contar sus suspiros de amor por da en manos del lector: ese personaje
tas son olvidados, ya que se trata del cia que junto a Santiago Mariño le Isabel II, ya estos hechos constituyen que, siempre, termina de decantar la
género literario menos leído; de he- dio un golpe de Estado al doctor José una trama novelística. obra.
Operación masacre, Argentina, 1985 continúa Walsh, “como toda ley debe
ser promulgada, anunciada pública- “Han despojado ustedes a la tortu-
la realidad social de su respectivo
país, y eso a pesar de que José Ma-
mente antes de entrar en vigencia”. Sin ra de su límite en el tiempo. Como ría Brunner afirmaba que el tema
(Viene de la página 10) manifestado ahora? Si nos vamos a embargo, la ley marcial, que permitía el detenido no existe, no hay posibi- cultural en América Latina era el del
la teoría de Mbembe, el objetivo es lo- al Estado suspender las garantías y de- lidad de presentarlo al juez en diez pastiche cultural: imitación, mímica
Cuando Walsh está describiendo lo grar distribuir legalmente la muerte. tener a cualquier sospechoso, ya ha si- días según manda una ley que fue de estilos y formas, de valores y con-
ocurrido a las víctimas de los fusila- Porque la soberanía reside en el po- do aplicada y se aplicará entonces a las respetada aun en las cumbres re- tenidos, sin pretensión de parodia o
mientos, un tema que siempre está der y la capacidad de decidir quién víctimas de José León Suárez, sin que presivas de anteriores dictaduras” ironía, con la intención de participar
latente es el peligro de que los sobre- vive y quién no: exista siquiera la excusa de haberlos (p. 122). en la experiencia de la modernidad.
vivientes vuelvan a ser detenidos, que sorprendido con las armas en la mano.
así pasa, a pesar de que uno de ellos “Después de todo, la guerra tam- Como explica Mbembe, la ejecu- Es decir, un autor, sea escritor, ci- Agamben, G. Estado de excepción. Adriana
se encuentra grave tras recibir dispa- bién es un medio de establecer la ción en serie, “mecanizada”, ha sido neasta o pintor, corre el riesgo de ser Higaldo editora, Córdoba, 2004
ros en la cara y, de nuevo, sin que haya soberanía, tanto como un modo de transformada en un procedimiento víctima del mismo sistema al que se Arráiz Lucca, R. Excepcionales. Cap 5. José
todavía pruebas claras de que habían ejercer el derecho a dar la muerte. puramente técnico, impersonal, si- está enfrentando. El autor se sumer- Ignacio Cabrujas. Disponible: https://
participado en el alzamiento contra el Si consideramos la política como lencioso y rápido. Recordemos cuan- ge a nivel fenomenológico y docu- podcasters.spotify.com/pod/show/
régimen de la época. una forma de guerra, debemos pre- do en Argentina, 1985, finalizando la mental en una situación tan invasi- rafael-arraiz-lucca/episodes/Excep-
De lo más llamativo de la teoría de guntarnos qué lugar le deja a la vi- película, el fiscal Strassera enume- va que termina siendo parte de ella. cionales--Cap-5--Jos-Ignacio-Ca-
Agamben es que el estado de excep- da, a la muerte y al cuerpo humano ra los resultados de su investigación. ¿En qué punto está la frontera entre brujas-ea3lvq
ción moderno ni siquiera es obra de (especialmente cuando se ve herido No es tanto el escándalo por la can- el autor que se aleja para denunciar Barajas, M. Textos con salvoconducto: La
la tradición absolutista, sino creación y masacrado)” (p. 20). tidad de afectados, sino la facilidad un hecho utilizando los recursos del crónica periodístico – literaria venezo-
de la tradición democrático-revolu- que tuvo el régimen de Videla para arte? ¿Qué nombre lleva la persona lana de finales del siglo XX. Univer-
cionaria. Paradójicamente, durante la Cuando la Revolución Libertadora cometer torturas, asesinatos y des- que denuncia una crisis y a la vez la sidad Central de Venezuela. Caracas,
Revolución Libertadora se realizaron decide, y legaliza, una serie de fusi- apariciones con el único argumen- vive por cuenta propia? 2013
unas elecciones condicionadas que de- lamientos, estamos hablando de un to del supuesto tiempo de guerra en En los años noventa, José Ignacio Brunner, J.J. Un espejo trizado. Ensayos
rivaron en un derrocamiento. Según gobierno que utiliza los decretos pa- que se encontraban, sin que hubiese, Cabrujas decía en una entrevista sobre cultura y políticas culturales.
Agamben, en el Estado de sitio el pa- ra justificar sus decisiones, así ellas, en aquella época, medios de comu- con Rafael Arráiz Lucca que a los es- Facultad Latinoamericana de Ciencias
radigma es la extensión en el ámbito de lejos, sean violaciones de derechos nicación masivos que permitieran critores latinoamericanos realmente Sociales, Santiago de Chile, 1968.
civil de los poderes que competen a la humanos. Pero qué llamativo es, co- denunciar la crueldad detrás de la no les debía importar la estética, pues Collazos, Ó. Literatura en la revolución y
autoridad militar en tiempos de gue- mo lo apunta Walsh, que mientras dictadura. vivían en un contexto que, quiérase o revolución en la literatura. Siglo XXI
rra, por tanto, se suspende la Cons- ocurrían los alzamientos y se contra- no, requería de un compromiso polí- Editores, Ciudad de México, 1970.
titución, por lo que los dos modelos rrestaba a los presuntos involucrados La condena latinoamericana tico. Y el mismo Gabriel García Már- Mbembe, A. Necropolítica. Editorial Melu-
terminan por confluir en un único fe- en la Radio del Estado lo que se escu- Walsh, precisamente, fue desapareci- quez consideraba que el destino de la sina, Madrid, 2011
nómeno jurídico, el cual llamamos es- cha es música de Ígor Stravinski. do y asesinado en tiempos de Videla, región era tan duro y doloroso que Walsh R. Operación masacre. El perro y la
tado de excepción. El periodista explica que a 24 horas luego de publicar una carta en la que terminaba invadiendo de una u otra rana, Caracas, 2021
Ahora, ¿cuál es la finalidad de un de lo ocurrido no hay ni una sola pa- denunciaba los desmanes de la dicta- manera la escritura. White, H. El contenido de la forma. Paidós,
estado de excepción como lo vemos labra oficial en los medios de comuni- dura. Parte de aquella misiva, inclui- Al autor latinoamericano, al me- Barcelona, 1992