Un Liderazgo Sano

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UN LIDERAZGO SANO

EXPOSITORA: Rvda. Lucy de Saucedo.


TEXTO: Hechos 20:24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida
para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí
del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

INTRODUCCIÓN: En la Palabra de Dios encontramos muchos ejemplos de


liderazgo, tales como José, Moisés, David, Nehemías, Daniel y Pablo, entre otros.
Pero el mayor ejemplo de liderazgo lo encontramos en Jesús, que fue un líder que
se enfocó en servir, formar y ayudar a otros. La plataforma para que la visión de
MM33 se haga realidad en nuestras vidas, iglesias y en las Asambleas de Dios de
Panamá, está en tener un liderazgo sano. Nos preparará para experimentar un
verdadero avivamiento, que nos conducirá hacia un evangelismo fructífero, a un
discipulado eficaz, una efectiva plantación de iglesias, un nuevo enfoque de las
misiones hacia los no alcanzados y a la formación constante de las nuevas
generaciones. La salud de un liderazgo es fundamental para realizar la labor que
le ha sido encomendada, y así alcanzar el propósito trazado. El liderazgo es la
capacidad que tiene una persona de influir, motivar, organizar y llevar a cabo
acciones para lograr sus objetivos que involucren a personas y grupos en un marco
de valores, pues todos nos manejamos un radio de influencia. Con base en esto,
es necesario que la salud espiritual y emocional del liderazgo se haga evidente,
pues, de otra manera el hacer realidad la visión y cumplir la misión, serán solo un
sueño. Pablo en medio de su labor ministerial, había sido atacado, y sufrió de
diversas maneras, pero en Hechos 20:24, él presenta cuál es su postura frente a lo
que podía venir contra su vida, por eso también dijo en Romanos 8:35-39 Quién
nos separará del amor de Cristo… Para Pablo mantener su corazón sano, enfocado
y sincronizado con Dios, hasta culminar bien su carrera, era lo más importante.
Veamos algunas características de un liderazgo sano.

I. TIENE UN LÍDER SANO


A. Cuida su corazón. Proverbios 4:23 Sobre toda cosa guardada…Todo el
que sirve está propenso a enfermarse emocionalmente. Entre más
avanzamos en años, más frágiles nos volvemos. El líder debe ser un
modelo de salud emocional para su equipo, porque está para transmitir
seguridad y confianza a través de sus emociones y hábitos de
comportamiento. Existen algunos factores que causan enfermedades en
el liderazgo:
1. Falta de reconocimiento. Cuando las personas no reconocen su
liderazgo, ministerio o la labor que realiza, y no se le da un trato
preferencial, puede enfermar su corazón, y por tanto, su liderazgo.
Colosenses 3:23-24 Y todo lo que hagáis…
2. Falta de oportunidades. Tengo tiempo esperando una oportunidad
de servicio y no se ha dado.
3. El menosprecio. Una palabra, acción o actitud de la gente que
presidimos, o de nuestra autoridad.
4. Falta de apoyo. Sentirse solo en el desarrollo de la labor.
5. Cuando otro se lleva el mérito de su labor. Los aplausos y las
felicitaciones se los entregan a otro.
6. Las malas alianzas. Esas amistades tóxicas y conversaciones que no
bendicen, sino que enferman el alma y detienen la avanzada.
1 Corintios 15:33 No erréis; las malas conversaciones…
B. Aprende a liderar su vida. “Pero de ninguna cosa hago caso”. El
liderazgo sano comienza con una persona que ha aprendido primero a
tener liderazgo sobre su vida.
1. Tiene una clara identidad. Sabe quién es y a qué lo llamó Dios. Juan
1:19-28 Este es el testimonio de Juan… Juan el Bautista tenía una
clara identidad. Juan 3:26-30. Cuando se tiene una clara identidad,
no se anda comparando con nadie, ni aparenta ser otra persona, no
hace nada por competencia, sino por convicción.
2. Dominio propio. Proverbios 16:32 NBLA. Ha aprendido a ejercer
control sobre sus emociones y acciones. 2 Timoteo 1:7 Porque no
nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, amor y de
dominio propio.
3. Mide las consecuencias de sus actos. No después de hacerlas, sino
antes de actuar. Dice no, a las cosas que pueden empañar, estancar
o destruir su liderazgo.
C. Identifica las enfermedades de su liderazgo. Síntomas y diagnósticos:
1. Si solo le ves lo negativo a todo y no puedes hablar sin enojarte, tu
diagnóstico es: Amargura. Alguna herida le dañó el corazón, porque
la amargura es el estado final de una herida. Hebreos 12:15.
2. Si en tus conversaciones y acciones, todo gira alrededor de ti, tienes
un problema llamado: Orgullo.
3. Si te cuesta reconocer las capacidades y disfrutar de los logros de
otros, tienes un problema llamado: Envidia.
4. Si has dejado de proyectarte, planear y visualizar el mañana al
punto de no aceptar sugerencias ni aportes, es porque tienes un
alto nivel de Conformismo. Te da igual lo que suceda en tu liderazgo.
Ante esto dice Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo…
5. Si repentinamente quieres dejarlo todo, y ya has dejado de innovar,
soñar o trabajar, es porque le diste lugar al Desánimo.
6. Si no te interesa dejar un legado a la nueva generación y solo piensa
en ti mismo y en tu hoy, sufres de una enfermedad llamada:
Egoísmo.
D. Está dispuesto a hacer ajustes. Muchas veces estos ajustes significarán,
renunciar a prácticas que llevan años siendo parte de tu vida. Significará
alejarte de personas emocionalmente enfermas. Es necesario hacer una
autoevaluación constante de mi yo público (aquello que todos conocen
de mí) y mi yo privado (aquello que solo yo conozco de mí). El líder
saludable, debe tomar acciones necesarias para implementar los
cambios. Dios está dispuesto a sanar el corazón. Dice Salmos 147:3 Él
sana a los quebrantados…

II. TIENE UN EQUIPO SINCRONIZADO.


A. En una armonía total. Sincronizado con: 1. Con la voluntad de Dios,
2. Con los principios de Dios que están en Su Palabra, Isaías 40:8
Sécase la hierba… Hebreos 4:12 Porque la Palabra De Dios es viva…
3. Con la autoridad, 4. Con los miembros del equipo y 5. Con la visión.
Cada individuo debe conocerse a sí mismo, es decir, sus habilidades y
limitaciones. Eso evitará que quiera ser y hacer, aquello que no es, ni
sabe hacer. “Zapatero a tu zapato”. Reconocer y valorar la labor y las
virtudes de cada uno de los miembros del equipo. Que el equipo
reconozca quién es su autoridad y la autoridad valore a su equipo.
David con el agua del pozo de Belén, 2 Samuel 23:15-17. Qué
tremendo ejemplo de una armonía total. Un liderazgo sano. Los
hombre de David lo amaban, y él valoró el esfuerzo de ellos, a tal
punto que derramó esa agua delante del Señor, como una ofrenda y
agradecimiento, por el sacrificio de sus hombres de guerra.
B. Entrenado para producir cambios. Pablo tuvo un gran número de
colaboradores, a quienes encargó funciones importantes. Los
hombres de David fueron entrenados por David. Cuando hay un
liderazgo sano, el líder crece y su equipo crece. El líder es
transformado y su equipo también. El líder alcanza el propósito divino
y el equipo también. Salmos 138:8 Jehová cumplirá su propósito en
mí. David llegó a ser el rey de Israel y ellos llegaron a ser los valientes
de David. Ya no eran los afligidos, endeudados y amargados. Hay que
entrenar y formar a la gente. El equipo debe saber en qué dirección ir,
mediante la instrucción y el entrenamiento de su pastor o líder.
C. Conociendo cada uno su labor. Cada miembro del equipo debe saber
cuál es su rol. Hay un mundo necesitado. Es necesario alinearse a la
visión. Saber hacia dónde vamos. Al entrenar a su equipo, dele un voto
de confianza. Procure no estar respirándoles en la nuca para que
hagan la labor. Ya usted entregó las asignaciones, entonces, llame a
cuenta para que cada uno dé razón de su mayordomía.

III. TIENE UNA LABOR QUE TRASCIENDE. Que tu carga no dependa de un


cargo. Termina tu carrera con gozo. Es decir, comenzó bien y llega hasta
el final con el mismo entusiasmo que tuvo al principio. Para eso:
A. Que Jesús sea el líder principal. Juan 15:5 porque separados de mí…
Si tenemos a Jesús como el líder principal del equipo, las cosas
marcharán bien. No estén dependiendo de sus conocimientos,
habilidades y experiencias. Incluya a Jesús en sus metas, estrategias y
actividades.
B. Depende de los ejercicios espirituales.
1. Ama la presencia de Dios. Reconócelo en todo momento. Que la
pasión, el fervor y la unción del Espíritu Santo nunca falte en el
liderazgo.
2. Que la Palabra de Dios sea tu manual de instrucción, de
corrección y de avanzada.
3. Que se corrija lo deficiente del equipo. Lo que está mal, está mal.
No justifiques ni minimices lo incorrecto.
C. Que los principios presidan tu liderazgo.
1. La obediencia. Hebreo 5:8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció,
aprendió la obediencia. Es decir, la obediencia se aprende. La
obediencia no es si a mí me parece, o si le hago algunas
modificaciones. Es obedecer sin cuestionar.
2. El sometimiento. David fue un hombre que practicó el
sometimiento con Saúl. Por eso cuando se levantó su hijo Absalón
y todos los que se levantaron, Dios lo defendió, porque él tenía sus
cuentas al día. Él no había sembrado rebelión. Dios jamás ha
aprobado la insubordinación. Muchas veces exigimos
sometimiento a los que están bajo nuestra autoridad, pero, ¿nos
sometemos nosotros a los que están sobre nosotros como
autoridad? Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Gálatas 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo
lo que el hombre sembraré…
3. La fe. No es tu capacidad lo que te dará la victoria, sino la fe en
Aquél que te llamó y te equipó. Activa tu fe para creerle a Dios.
Hebreos 11:1-3 Es pues la fe…
4. La humildad. Jesús dijo en Mateo 11:29b y aprended de mí que
soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas. La humildad se aprende.
5. La sabiduría. Que tus conocimientos sean puestos en práctica a la
hora de interactuar con otros. Que tus relaciones humanas,
superen tu conocimiento.
6. El perdón. Reconoce cuando te equivocaste, ofendiste o te
arrebataste. Aprende a perdonar y a pedir perdón en el círculo de
la ofensa, porque el círculo de la ofensa, debe ser el círculo del
perdón.
D. Involucra a otros para continuar la tarea. Pablo involucró a Timoteo
en la labor que hacía. Hechos 16:1-3. Ayuda a los que se están
levantado. Sin celos ni envidia. Y los que están siendo formados, que
mantengan su mejor actitud de humildad. Eso mantiene con vida el
liderazgo de los que ya tienen tiempo, pues, mentorear a otros es
trascender en el liderazgo. 2 Timoteo 2:2 Lo que has oído de mí…
Pablo terminó su carrera con gozo, pues le pudo entregar el legado a
Timoteo. 2 Timoteo 4:7-8 He peleado la buena batalla, he acabado la
carrera, he guardado la fe. 8 Por lo demás… David, vio a su hijo
Salomón sentarse en su trono. Un liderazgo sano, ve la continuidad de
la visión. La visión no muere con ellos, sino que trasciende a otras
generaciones.

CONCLUSIÓN: Reconoce a tiempo cuando hay algo que no está bien en tu


liderazgo, identifica qué es, anhela ser sanado (Jeremías 15:18 Por qué fue
perpetuo mi dolor), cierra todo ciclo y escribe una nueva historia. Un liderazgo
sano, tiene un líder sano, un equipo sincronizado y una labor que trasciende.

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