Incas de Huamachuco
Incas de Huamachuco
Incas de Huamachuco
Los Incas trajeron nuevas técnicas en el arte del tejido, se sabe que desde el
Cuzco enviaron a mujeres destinadas para enseñar tales tareas, las cuales se
comenzaron a realizar tanto en la parte baja como en la parte alta de
Huamachuco. Esta costumbre perdura hasta la actualidad, pero en menor
interés como peligrando extraviarse con el atardecer de los años.
La danza tiene varias secuencias, una de ellas es, la división de los danzarines
en cuatro grupos que representan a los cuatro suyos; seguidamente prosigue
la actuación del brujo, quien realiza un gran ceremonial, manifestando en
esta secuencia comunicarse con el sol y la luna y cuando lo logra su cuerpo
comienza a temblar como si un espíritu se apoderara de él; luego los
danzarines se acercan hasta el centro del escenario y forman a través de un
tejido de fajas, “su dios sol” y levantan al brujo en dicha figura, como
agradecimiento y manifestando su comunicación total con su dios principal
“El Sol” “; terminada dicha escena, los danzantes se cuelgan
ceremoniosamente de sus fajas de colores y a través del baile nos
manifiestan una gran fuerza de unión social (política incaica);
posteriormente, forman una especie de andenes y en esta parte nos
expresan, un trabajo en conjunto a lo que “Los Incas” llamaron “Minkas” o
“mingas”.
La danza termina con el recibimiento del Rey Inca, quien hace su ingreso en
la coreografía como supervisión del cumplimiento de sus políticas incaicas.
Finalmente los danzarines celebran con éxito dicho logro con un baile de
Huayno en caja, el cual poco a poco en una gran algarabía se van retirando
del escenario hasta el próximo año.
Los brujos: Manifiesta ser quien se comunicaba con los dioses en nuestros
antepasados (el sol, la luna, la pachamama, etc.). También realiza el papel de
guardián de la danza.
Los danzarines usan polleras desde la altura de las rodillas hasta la altura del
pecho (como representación a sus tejidos hechos en la parte baja y en la
parte alta) cuyo peso es aproximadamente a una arroba y el número de
polleras varía de acuerdo al tamaño. En la cabeza usan un manto, el cual es
sujetado con el “Llauto Real” distintivo en donde se expone el sol y la luna
(dioses de los incas). En los pies usan llanques y en las manos una o varias
fajas de colores que sirve para realizar algunas secuencias en la coreografía,
también usan una honda de hilo tejida; además visten una especie de blusa
campesina al estilo autóctono de la comunidad que va adornado con cintas,
blondas y un cápelo de colores; en la espalda usan un manto con un espejo
que representa a los adornos de oro y plata de de la antigüedad. En las
rodillas se muestran unos “maichiles” (frutos raros traídos del temple o
valles los cuales al toparse entre ellos emiten un sonido muy peculiar y le da
a la danza una característica original y la hace única).