Propio de Santos - Julio

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Santo Tomas, apéstol 3 de julio Lo que sabemos del apéstol santo Tomas se lo debemos sobre todo al cuarto evangelista. Fue Tomds quien invité a los otros apéstoles a marchar con Jesis a Judea, dispuesto a morir con él (Jn 11,16). Fue la pregunta de Tomas la que provocé a Jests a que se definiera: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» {Jn 14,5ss). Por dltimo, fue Tomas quien con su ineredulided nos ayuda a consolidar nuestra adhesién a Jess, con una profesién de fe muy clara: «jSefior mio y Dios mio!» (Jn 20,24-29). El martirologio de san Jerénimo en el siglo VI recuerda la traslacién del cuerpo de Tomas a Edesa (Siria, actualmente Turquia), el 3 de julio. LECTIO Primera lectura: Efesios 2,19-22 ” Por tanto, ya no sois extranjeros 0 advenedizos, sino con- ciudadanos dentro del pueblo de Dios; sois familia de Dios, »° estais edificados sobre el cimiento de los apéstoles y profe- tas, y el mismo Cristo Jess es la piedra angular *! en quien todo el edificio, bien trabado, va creciendo hasta formar un templo consagrado al Sefior ” y en quien también vosotros vais formando conjuntamente parte de la construcci6n, hasta llegar a ser, por medio del Espiritu, morada de Dios. 6 3 de julio =» E] misterio de Cristo y el de la Iglesia estan intima- mente conectados para el apésto] Pablo. Cristo es nues- tra paz: en él, todos, tanto los lejanos (los paganos) como los cercanos (los judios), encuentran el camino de la re- conciliacién y de la unidad. Ya no hay dos pueblos, sino uno sélo; ya no hay separaci6n entre gente diferente, sino unidad entre semejantes. Todo eso es don de Dios Padre, por medio de Cristo Sefior, en el Espiritu Santo. En este contexto, el apéstol imagina la Iglesia como un gran edificio, un templo santo, la «morada de Dios». Los «cimientos» de este edificio, en el que estan todos y viven como «concitudadanos dentro del pueblo de Dios», como «familia de Dios», son los apéstoles y los profetas. Sin embargo, la «piedra angular» es Cristo Jesus: él es la clave de béveda que consolida el conjunto, y en él todo el edificio encuentra su trabazon y puede crecer de una manera ordenada. Desde esta perspectiva cristolégica, la doctrina ecle- siolégica de Pablo asume una claridad absolutamente particular. En ella la presencia, el papel y el ministerio de los apéstoles resaltan con toda su importancia. La Iglesia de Cristo es, por consiguiente, una, santa, catdli- ca y apostolica, y lo es en el sentido de que, en ella, los apostoles, por voluntad de Dios y por eleccién histérica de Jestis, constituyen el fundamento de la comunidad de los creyentes. Evangelio: Juan 20,24-29 ** Tomas, uno del grupo de los Doce, a quien llamaban «El Mellizo», no estaba con ellos cuando se les aparecié Jestis. * Le dijeron, pues, los demas discfpulos: -Hemos visto al Sefior. Tomas les contest6: —Si no veo las sefiales dejadas en sus manos por los clavos y meto mi dedo en ellas, si no meto mi mano en la herida abierta en su costado, no lo creeré. Santo Tomds, apdstol 7 ° Ocho dias después, se hallaban de nuevo reunidos en casa todos los discfpulos de Jestis. Estaba también Tomas. Aunque las puertas estaban cerradas, Jestis se presenté en medio de ellos y les dijo: —La paz esté con vosotros. 7 Después dijo a Tomas: —Acerca tu dedo y comprueba mis manos; acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino creyente. ** Tomas contesté: -jSefior mio y Dios mio! » Jestis le dijo: -¢Crees porque me has visto? Dichosos los que creen sin haber visto. » Se ha afirmado con raz6n que, para nuestra fe, tal vez haya sido mas importante la incredulidad de Tomas que la creencia de los otros apéstoles. Resulta paraddji- co, jpero es verdad! Debemos considerar como cierto que si Tomas hu- biera estado con los otros discfpulos en el momento de la primera aparicion de Jestis, es posible que no hubie- ra sucumbido en una crisis de fe. Sin embargo, al mis- mo tiempo, con este recuerdo, el evangelista Juan abre ante nosotros una nueva pista para llegar a la experien- cia liberadora de la fe en Jestis resucitado. En efecto, cuando Jestis se aparece a sus discipulos por segunda vez, se dirige directamente a Tomas y le pide que realice el camino de btisqueda y de descubrimiento que antes habian realizado sus «colegas». Esta vez, Tomas se vuelve disponible y se vuelve docil al mandamiento del Sefior y llega a un acto de fe limpido y transparente: «jSefor mio y Dios mio!» (v. 28). Jestis pronuncia la bienaventuranza que sigue (v. 29), no tanto por Tomas como por nosotros: la situacién his- torica cambia por completo, pero el itinerario es siem- pre el mismo. Llegamos a la fe mediante un acto de abandono total en Jesus muerto y resucitado. 8 3 de julio MEDITATIO El suceso acontecido a Tomas centra por completo nuestra atenci6n, por el simple motivo de que esta pa- gina evangélica termina con una «bienaventuranza» que nos concierne personalmente a todos: «Dichosos los que creen sin haber visto». A buen seguro, hablando humanamente, el acto de fe, para ser razonable —digo «razonable», no «racional»-, necesita algunos signos, y Tomas esta dispuesto a pe- dirlos explicitamente. Desde este punto de vista, tal vez la suya no pueda ser definida como una crisis de fe, sino mas bien como una apasionada y sufrida buisqueda de un acto de fe que sea, al mismo tiempo, respetuoso con el hombre y devoto con Dios. Y cuando al final Tomas accede al acto de fe, el apdstol se abandona por com- pleto a Aquel que se ha manifestado claramente. Por consiguiente, no habfa en él ningtin prejuicio o incerti- dumbre: se trataba sdlo de cerciorarse del hecho histé- rico de la resurreccién de Jestis con un método experi- mental, el unico que esta al alcance de todos, incluso de los mas sencillos. Ver para creer fue la exigencia del apéstol Tomas. Ver, tocar y palpar fue el itinerario que recorri6 para reconocer la plena identidad entre el Sefior resucitado y Jestis de Nazaret. Creer sin ver, sin tocar, sin palpar, es la situacién en la que nosotros nos encontramos, nuestra bienaventuranza. ORATIO «Vamos también nosotros a morir con él.» «Sefior, no sabemos a dénde vas. ¢Cé6mo podemos sa- ber el camino?» «Si no veo en sus manos la sefial de los clavos... no creeré.» Santo Tomds, apdstol 9 «jSefior mio y Dios mio!» «¢Crees porque me has visto? Dichosos los que creen sin haber visto». CONTEMPLATIO De la incredulidad al éxtasis: éste es el camino de Tomas y, también, el de esa parte de nosotros que todavia no se rinde a la resurreccién y a lo invisible. Tomas quiere garantfas porque ha comprendido algo: si Jestis esta vivo, su vida cambia. Si Jess esta vivo, entonces el Evangelio es verdadero. Y el Evangelio toma toda la vida. Y Jestis no le hace ningin reproche, sino que le dice: «Acerca tu dedo y comprueba mis manos; acerca tu mano y métela en mi costado», porque no es un fantasma. No es una proyeccién de mis deseos, no es un fruto imagi- nario de mi corazon, no es el hijo de una ilusion. Hay un agujero en sus manos, donde puede entrar el dedo de Tomas; hay una lanzada, en la que puede entrar una mano. Y le doy las gracias a Tomas porque también yo ne- cesito que Jestis no sea un fantasma. Y en la mano de Tomas estan todas nuestras manos. Las de los que cree- mos sin haber tocado porque otros lo han hecho. Lo dice Juan con orgullo: «Lo que existfa desde el princi- pio, lo que hemos ofdo, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y han tocado nuestras manos acerca de la palabra de la vida, [...] lo que hemos visto y oido os lo anunciamos» (1 Jn 1,1-2). Fe de manos que ha atravesado el coraz6n. Tomas no busca el camino para creer en ningtin signo de poder, sino simplemente en las Ilagas: el agujero de las manos, el costado abierto, imagenes embriagadoras del amor de Dios. Y con Tomas empieza la historia de los ena- morados de las heridas de Cristo, como Francisco de 10 3 de julio Asis o Catalina de Siena u otros mas cercanos a noso- tros (Ermes M. Ronchi). ACTIO Repite y medita durante el dia estas palabras de fe: «jSerior mio y Dios mio!». PARA LA LECTURA ESPIRITUAL Es uno de los principales capitulos de la doctrina catélica, contenido en la Palabra de Dios y ensefiado constantemente por los Padres, que el hombre, al creer, debe responder voluntaria- mente a Dios y que, por tanto, nadie puede ser forzado a abra- zar la fe contra su voluntad. Porque el acto de fe es voluntario por su propia naturaleza, ya que el hombre, redimido por Cris- to Salvador y llamado en Jesucristo a la filiacién adoptiva, no pue- de adherirse a Dios, que a ellos se revela, a menos que, atraido por el Padre, rinda a Dios el obsequio racional y libre de la fe. Esta, por consiguiente, en total acuerdo con la indole de la fe el excluir cualquier género de imposicion por parte de los hombres en materia religiosa. Por consiguiente, un regimen de libertad religiosa contribuye no poco a favorecer ese estado de cosas en el que los hombres puedan ser invitados facilmente a la fe cristiana, a abrazarla por su propia determinacién y a pro- fesarla activamente en toda la ordenacién de la vida (Concilio Vaticano II, Dignitatis humanae, 10). Santa Maria Goretti 6 de julio Maria Goretti nacié en Corinaldo (Italia), hija de Luigi Goretti y Assunta Carlini, el 16 de octubre de 1890. Fue bautizada el 17 de octubre en la iglesia de San Francisco, en Corinaldo, y recibié los nombres de Maria y Teresa. El 12 de diciembre de 1896, la familia Goretti se trasladé desde Corinaldo a Colle Granturco, en las proximidades de Paliano, y, mas tarde, en febrero de 1899, a Le Ferriere di Conca, en la Cascina Antica, hoy Borgo Montello (Latina). Fue agredida y herida de muerte por Alessandro Serenelli el 5 de julio de 1902, a las tres y media de la tarde. Murid y fue sepultada en Nettuno, a la edad de once afios, el 6 de julio de 1902, a las tres y media de la tarde. El proceso informativo fue iniciado en Albano el 31 de mayo de 1935. Pio XII reconocid la autenticidad del martirio de Maria el 25 de marzo de 1945. le declaré beata el 27 de abril de 1947, y santa, el 24 de junio le 1950. LECTIO Primera lectura: 1 Corintios 1,26-29; 2,14 '26 Y si no, hermanos, considerad quiénes habéis sido Ila- mados, pues no hay entre vosotros muchos sabios segtin los criterios del mundo, ni muchos poderosos, ni muchos nobles. 12 6 de julio ” Al contrario, Dios ha escogido lo que el mundo considera necio para confundir a los sabios; ha elegido lo que el mundo considera débil para confundir a los fuertes; * ha escogido lo vil, lo despreciable, lo que no es nada a los ojos del mundo, para anular a quienes creen que son algo. ” De este modo, na- die puede presumir delante de Dios. ?'* El hombre mundano no capta las cosas del Espiritu de Dios. Carecen de sentido para él y no puede entenderlas, porque sdlo a la luz del Espf- ritu pueden ser discernidas. » La primera carta dirigida por Pablo a los cristianos de Corinto se abre con una exhortacién destinada a re- componer en la unidad las divisiones que marcan aque- lla comunidad (1 Cor 1,10-16), originadas por la con- traposicién de grupos que se jactan, respectivamente, de este o de aquel evangelizador. El apéstol les recuerda a todos que la salvacidn no procede de los méritos ni en virtud de las capacidades personales de cada uno, sino tinicamente gracias a Jesucristo (cf. 1,17ss), el cual ha redimido a todos muriendo en la cruz, patfbulo infa- mante por antonomasia. Carece, por consiguiente, de sentido que los cristianos, seguidores del Crucificado, busquen gratificaciones y complacencias en la sabiduria y en el poder humanos. Por lo demas, una mirada a la historia personal de los corintios les har4 comprender el paraddjico, aunque coherente, obrar de Dios: precisa- mente ellos, que no podfan reivindicar titulos ni por sabiduria, ni por poder, ni por nobles nacimientos, han sido llamados por el Sefior a fin de ser sus discfpulos. Precisamente gracias a esos a quienes la mentalidad humana juzga despreciables e ineptos, manifiesta Dios de modo inequivoco su sefiorfo, su grandeza. Se lleva a cabo, por tanto, una inversion: lo que apa- rentemente tiene consistencia se muestra vano; lo que parece carecer de valor se convierte en instrumento de la revelaci6n de Dios (1,26-28). En consecuencia, es absurdo atreverse a jactarse de cualquier cosa ante Dios (v. 29). Se trata, a buen seguro, de una l6gica incom- Santa Marta Goretti 13 prensible y hasta loca para quien vive animado por cri- terios meramente humanos; sin embargo, es profunda- mente sabia para aquellos que reciben el Espiritu de Dios y se dejan iluminar por él (2,14). Evangelio: Juan 12,23-25 ' En aquellos tiempos, ” Jestis dijo a sus discipulos: -Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado, * Yo os aseguro que el grano de trigo seguira siendo un Unico grano, a no ser que caiga dentro de la tierra y muera; sélo entonces produciré fruto abundante. * Quien vive preocupado por su vida, la perdera; en cambio, quien no se aferre excesivamente a ella en este mundo, la conservara para la vida eterna. » E] contexto inmediato del pasaje jodneo es la peti- cién que algunos griegos presentes en Jerusalén con ocasion de la Pascua le habfan hecho a Felipe: «Quere- mos ver a Jestis» (Jn 12,20ss). Esta peticion, presentada al Maestro de Galilea por Felipe y Andrés (los apéstoles de nombre griego), hace comprender a Jestis que ha llegado la «hora» decisiva (v. 23), el momento de la manifestacion definitiva del amor del Padre, que quiere que todos los hombres -no slo los israelitas- se salven (cf. Hch 10,34ss; 1 Tim 2,3ss). La conciencia de la vida abundante para cada cria- tura, una vida que brota de su libre obediencia al pro- yecto salvifico del Padre, Jestis la expresa mediante la comparacion con el «grano de trigo» (v. 24). Del mismo modo que un grano sembrado en tierra, al morir, da origen a los muchos granos de la espiga, asf Jestis, al morir en la cruz, engendra a la comunion con el Padre a todos los que creen en él. En comunion con Jests, también los discfpulos participaran del fruto sobrea- bundante de la muerte del Maestro, experimentando la 14 6 de julio paradoja de la multiplicacién de la vida que se les da (cf. Jn 15,1-5). En el v. 25, se declara en términos antitéticos (vive preocupado / no se aferre excesivamente; la perdera / la conservara) la suerte que sigue a la eleccidn que todo discipulo esta invitado a realizar: retener la vida para si mismo, y en este caso nos ensefia la experiencia que ésta se vacia, se envilece; 0 entregar la vida a ejemplo del Maestro, abriéndose a los demas en el amor, y en- tonces se vuelve fecunda y la recibimos enriquecida. A la humillacion de la muerte le corresponde la exaltaci6n de la glorificacién (cf. Jn 12,26). El evangelista nos guia a comprender que la «hora» de la pasi6n-muerte-resu- rreccion es el momento en el que los dos movimientos encuentran su sintesis eficaz: en Jesus crucificado apa- rece la gloria de Dios y se revela la fecundidad de su don: amor hasta el final (cf. Jn 13,1ss; 17,1ss). MEDITATIO En la historia de Marfa Goretti resplandecen los tex- tos biblicos con una actualidad luminosa e iluminado- ra. Maria nacié en el seno de una familia convencida de que la vida, aunque sea pobre y dura, es un don de Dios. Dia tras dia, en medio de la humilde fe de los puros y de los sencillos, fue creciendo en ella una convicci6n. La respuesta mas bella a la «vida como don» es vivirla como entrega a Dios y a aquellos a quienes Dios pone en nuestro camino. Con una peculiaridad esencial: el se- creto de la entrega a los otros en plenitud esta en dejar a Dios la posibilidad de «hacernos»-«recrearnos» como don. El «Don» por excelencia, en la tradicién de la Iglesia, es el Espiritu Santo. Maria Goretti, de manera andloga a Maria de Nazaret, se dejé habitar por el Don y aparecié como entrega. Santa Maria Goretti 15 La belleza interior de Maria Goretti se ha revelado en su testimonio de virgen y martir. La gracia del Espiritu y la belleza de la santidad de Dios se expresan asimismo como inocencia respecto al mal y al pecado. De ahi que Maria Goretti prefiriera permanecer en la amistad con Dios, aun a costa de su propia vida. La confiada invo- cacion a él como Padre, tinico aliado y refugio frente a la ciega violencia de los hombres, es el grito de la ge- nuina fe biblica. La conviccién profunda de que el mal, en apariencia sefior del mundo, no conseguira la victo- ria definitiva sobre el bien es, en Maria Goretti, una vi- si6n clara de la historia de la salvacién. Estos pensamientos pueden parecer una reflexion piadosa. La fe y la fidelidad de Maria Goretti van, no obstante, mucho mas all4. Iluminan no solo su presen- te y su futuro de victima sacrificial; le sugieren que la misericordia de Dios tiene siempre una Ultima palabra que decir tanto al primero como al ultimo de los hijos de Cain: que su sangre, unida misteriosamente a la sangre de Dios, recaiga como invitacién a la conver- sién sobre el agresor. La victima inocente y el verdugo arrepentido, juntos en el Reino. En sintesis: también en nuestros dias la Palabra de Jesus es espfritu y vida. El grano de trigo, al morir, da la vida. Maria Goretti es simbolo y garantia, aun en nuestros dias, de la presencia de Cristo, salvador y re- dentor. Le siguié por gracia, y por gracia fue su testigo fiel, en la plenitud del misterio pascual de muerte y de resurrecci6n. ORATIO Nifia de Dios, ta que conociste pronto la dureza y la fatiga y las breves alegrias de la vida, tt que fuiste po- bre y huérfana, ttt que amaste al prdjimo incansable- 16 6 de julio mente haciéndote sierva humilde y atenta, tt que fuiste buena sin enorgullecerte, que amaste el amor sobre cualquier otra cosa, tti que derramaste la sangre para no traicionar al Sefior, ti que perdonaste a tu asesino, de- sedndole el paraiso, intercede por nosotros junto al Padre, a fin de que digamos «sf» al designio de Dios sobre nosotros. Tu que eres amiga de Dios y le ves cara a cara, ob- tennos de él la gracia del testimonio evangélico, siempre y por doquier. Te agradecemos, Marietta, el amor a Dios y alos hermanos que sembraste en nuestro corazén (de la oracién de Juan Pablo I). CONTEMPLATIO Maria Goretti no es «la santa de los cinco minutos». Lo fue durante toda su vida, breve, escondida y silen- ciosa, encerrada en el lapso de poco menos de doce afios. Fue la suya una vida preciosa por estar modelada sobre la de Jestis, en el misterioso retiro de Nazaret. Doce afios de vida familiar acompasados por la oracién y por el trabajo, y ofrecidos con la transparencia de las virtudes evangélicas, transfiguradas plenamente en la hora del martirio. De ello son testigo sus palabras, nacidas de la vida co- tidiana, fragantes de mansedumbre y de humildad del corazon. Palabras florecidas en sus labios, conservadas y referidas con admiracion por quienes la vieron crecer, en la escuela del Espiritu Santo. Citemos algunas de sus expresiones, recordadas en el proceso de canonizacién. A la muerte de su padre: «Animo, mama, no tengas miedo, que ya nos hacemos mayores. Basta con que el Sefior nos conceda salud. La Providencia nos ayudara. jLucharemos y seguiremos luchando!». «Mama, no te preocupes; Dios no nos abandonara». Santa Marta Goretti 17 Y para animar a su madre: «Ahora pensaré yo en llevar adelante la casa». «Mama, ¢cuando recibiré la comunion?». A su hermana Teresa: «Teresa, ¢cuando volveremos a recibir a Jestis?». A Alejandro: «Pero cqué haces, Alejandro? Dios no esta contento, vas a ir al infierno». Apenas salida del quiréfano, le susurra a su madre: «Mama, querida mama, ahora estoy bien... ¢Cémo es- tan mis hermanos y hermanas? ¢Estaras aqui esta no- che?». A Maria la devora la sed y le pide a su madre: «Mama, dame una gota de agua». El capellan del hospi- tal la asiste paternalmente y, en el momento de darle la sagrada comunion, la interroga: «Maria, ¢perdonas de todo corazén a tu asesino?». Ella, reprimiendo una ins- tintiva repulsion, le responde: «Si, le perdono por el amor de Jesus, y quiero que él también venga conmigo al paraiso. Quiero que esté a mi lado... Que Dios le per- done, porque yo ya le he perdonado». ACTIO Repite y medita durante el dia estas palabras: «Jestis, acuérdate de mi cuando vengas como rey» (Le 23,42). PARA LA LECTURA ESPIRITUAL EI simbolo mas distintivo de la espiritualidad gorettiana es, ciertamente, el buen gobierno de la casa [...]. La ensefianza es evidente: el camino de la santidad es posible realizarlo en fami- lia, en el servicio humilde y puntual, en la oracién y en el respeto: un camino hacia Dios encontrado en la vida diaria. La «espiritualidad de la casa» nos recuerda la vida de la sagrada familia de Nazaret, y Marietta se convierte en imagen de este mensaje para nuestro tiempo. 18 6 de julio Santa Maria Goretti nos deja precisamente como recuerdo de su paso por la tierra tres casas. En Corinaldo esta su casa natal; en Le Ferriere, la casa del martirio: dos lugares que hablan por si solos y que se han convertido ahora en centros de oracién y de meditacion. Falta en la lista la casa de Paliano. Es el eslabén que falta en esta triada gorettiana. Maria Goretti vivid tres afios en la casa de Paliano. Alli encontré a Alessandro Serenelli, su futuro agresor, y a los padres pasionistas, beneméritos en el re- conocimiento de la santidad de Maria (G. Alberti, Maria Goret- ti, Roma 2000, p. 263). San Benito 11 de julio Benito (Nursia, c. 480 - Montecassino, c. 547) fue el «fun- dador» del monacato occidental. Cautivado e impulsado por el Espiritu, abrazé en su edad juvenil un periodo de absoluta sole- dad en una cueva de Subiaco; su fama le atrajo algunos dis- cipulos, para los que organizé la vida cenobitica. Primero, en pequefios monasterios y, después, en el célebre cenobio de Mon- tecassino. Su Regla reasume sabiamente la tradicion mondstica oriental y la adapta con discrecién al mundo latino. Esta «escue- la de servicio al Seftor» se construye en torno a la lectura amoro- sa de la Palabra de Dios (lectio divina), a la liturgia de alabanza desarrollada de manera coral y al trabajo realizado en un clima de caridad fraterna, de humilde y obediente servicio. LECTIO Primera lectura: Proverbios 2,1-9 ' Hijo mio, si acoges mis palabras y almacenas mis mandatos, ? prestando atencion a la sabidurfa y abriendo tu mente a la prudencia; > si invocas a la inteligencia y llamas a la prudencia, * si la buscas como al dinero y la desentierras como un tesoro, 20 11 de julio 5 entonces comprenderas el temor del Sefior y hallaras el conocimiento de Dios. * Porque el Sefior concede la sabiduria y de su boca brotan saber y prudencia. * BJ almacena sensatez para el hombre recto, es escudo para el de conducta cabal. * Cuida las sendas del derecho y guarda el camino de los fieles. * Entonces comprenderas el derecho, la justicia y la rectitud, todos los caminos del bien. ‘» El texto biblico presenta una lista de instrucciones dirigidas por un padre a su hijo a fin de exhortarle a adquirir ese bien precioso que es la sabiduria. Sdlo una btisqueda apasionada de ésta permite establecer una recta relacién con YHWH («el temor del Senor»), que pro- porciona la sabiduria y protege al sabio. A estas palabras hacen eco las del prélogo de la Regla benedictina, que empieza precisamente asi: «Escucha, hijo, los preceptos del Maestro e inclina el ofdo de tu corazon; recibe con gusto el consejo de un padre piado- so...». Acoger la Palabra de Dios es, por consiguiente, el camino seguro para configurarse con Cristo, Sabiduria del Padre. Evangelio: Juan 15,1-8 En aquel tiempo, dijo Jestis a sus discipulos: ' Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el vifiador. ’ El Padre corta todos los sarmientos unidos a mi que no dan fruto y poda los que dan fruto, para que den mas fruto. * Vosotros ya estais limpios, gra- cias a las palabras que os he comunicado. ‘ Permaneced unidos a mi, como yo lo estoy a vosotros. Ningtin sarmiento puede producir fruto por sf mismo, sin estar unido a la vid, y lo mismo os ocurrira a vosotros, si no estais unidos a mi. 5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece unido a mi, como yo estoy unido a él, produce mucho fruto; San Benito 21 porque sin mi no podéis hacer nada. * El que no permanece unido a mf, es arrojado fuera, como los sarmientos que se secan y son amontonados y arrojados al fuego para ser quemados. 7 Si permanecéis unidos a mi y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que querdis y lo tendréis. * Mi Padre recibe gloria cuando producis fruto en abundancia, y os manifestais asi como discfpulos mios. ‘» Jestis, que quiere explicar a sus discfpulos la rela- cién vital con la que estan ligados a él, emplea una ima- gen muy entrafiable para todo israelita: la vid, planta fa- miliar para todos y bien conocida por los cuidados que requiere del agricultor. De este modo, Jestis se autorre- vela como «la vid verdadera», de la que «el Padre es el viriador» (v. 1). Sélo permaneciendo unidos a él da fru- to todo sarmiento; sin esta union, se seca y es destinado a ser consumido por el fuego (cf. v. 6). La insistencia con la que se usa el verbo «permanecer» subraya que se trata de un vinculo imprescindible: sdlo quien «permanece», vive y se vuelve fecundo; quien se separa, muere. La condicién requerida para esta fecun- didad es acoger y realizar la Palabra de Jestis; los frutos esperados son las obras buenas que glorifican al Padre. MEDITATIO Los pastores que, guiados por el Espiritu, tropiezan con el joven Benito —que ya ha pasado largos afios en una austera soledad— encuentran en él a un hombre «nuevo», renacido del silencio y de la profunda escucha de la Palabra, capaz de convertirse ahora en guia de otros buscadores de Dios. En los textos propuestos por la liturgia encontramos los elementos caracteristicos, mas atin, fundadores, de la espiritualidad que ha animado a las comunidades 22 11 de julio monasticas engendradas por Benito. Antes que nada, la btisqueda apasionada de Dios, que se revela al corazon dispuesto a escuchar y custodiar la Palabra. De este modo se llega a conocer a Jestis como la verdadera Sa- bidurfa del Padre, como el verdadero y unico tesoro al que nada se debe anteponer. Sélo permaneciendo uni- dos a él de manera estable podremos llegar a ser verda- deramente sus discfpulos y dar fruto. La belleza y la fe- cundidad de la vida cristiana se pueden desplegar asi en oracién de alabanza y de intercesién, en paz laboriosa que se convierte en generosa hospitalidad con los her- manos y da testimonio de la alegria de cuantos viven juntos en el amor, sin preferir nada a Cristo. ORATIO Aqui estamos, oh Dios, con el oido del corazén arri- mado a tu coraz6n a fin de asentir a todas tus palabras como hijos que se sienten amados por su Padre bueno y quieren corresponder a su amor. Aqui estamos, como te decimos, pero ttt ves cudn inestables nos mostramos aun en la fe y cuan fragiles en la caridad. Haz que los unos seamos para los otros signo y sacramento de tu mansedumbre y de tu bondad, a fin de dar testimonio a este mundo, dividido por tantos odios y discordias, de la dulce fuente de alegrfa que supone amarse como hijos del nico Padre, servirse y honrarse mutuamente en tu santo Nombre. Amén. CONTEMPLATIO Y el Sefior, que busca su obrero entre la muchedum- bre del pueblo al que dirige esta Hamada, dice de nuevo: «éQuién es el hombre que quiere la vida y desea ver dias felices?» (Sal 33,13). Si ti, al ofrlo, respondes «yo», Dios San Benito 23 te dice: «Si quieres poseer la vida verdadera y eterna, guarda tu lengua del mal, y que tus labios no hablen con falsedad. Apartate del mal y haz el bien; busca la paz y siguela» (Sal 33,14-15). Y si hacéis esto, pondré mis ojos sobre vosotros, y mis oidos oiran vuestras preces, y an- tes de que me invoquéis os diré: «Aqui estoy». Qué cosa mas dulce para nosotros, carfsimos hermanos, que esta voz del Sefior, que nos invita? Ved cémo el Sefior nos muestra piadosamente el camino de la vida. Cifiamos, pues, nuestra cintura con la fe y la practica de las buenas obras, y sigamos sus caminos guiados por el Evangelio, para merecer ver en su Reino a Aquel que nos llamo (Benito, Regla, prélogo 14-21). ACTIO Repite y medita frecuentemente durante el dia esta frase de san Benito: «No anteponer nada al amor de Cristo» (Benito, Regla, 4, 21). PARA LA LECTURA ESPIRITUAL La Iglesia y el mundo, por diferentes pero convergentes razo- nes, tienen necesidad de que san Benito salga de la comunidad eclesial y social y se rodee de su recinto de soledad y de silen- cio, y desde alli nos haga escuchar el encantador acento de su sosegada oracién, desde alli casi nos alabe y nos llame a sus umbrales claustrales, para ofrecernos el cuadro de un taller del «divino servicio», de una pequefia sociedad ideal, donde final- mente reina el amor, la obediencia, la inocencia, la libertad de las cosas y el arte de usarlas bien, la preponderancia del espi- ritu, de la paz; en una palabra, el Evangelio. Que vuelva san Benito para ayudarnos a recuperar la vida personal,; esa vida personal de la que hoy tenemos tanto ansia y afan, y que el de- sartollo de la vida moderna, a la que se debe el deseo exaspe- 24 II de julio rado de ser nosotros mismos, sofoca al mismo tiempo que lo despierta, decepciona al mismo tiempo que lo hace consciente. Corria el hombre en un tiempo, en los siglos remotos, al si- lencio del claustro, como corria a ellos Benito de Nursia, para encontrarse a si mismo. Hoy no es la carencia de la convivencia social lo que impulsa al mismo refugio, sino la exuberancia. La excitacién, el estruendo, el caracter febril, la exterioridad, la multitud, amenazan la interioridad del hombre; le falta el silen- cio con su genuina palabra interior, le falta el orden, le falta la oracién, le Yalta la paz, le falta él mismo. Para volver a tener el dominio y el gozo espiritual de nosotros mismos, tenemos nece- sidad de volver a asomarnos al claustro benedictino. Y una vez recuperado el hombre para si mismo en la vida mondstica, esta recuperado para la Iglesia. El monje tiene un sitio escogido en el cuerpo mistico de Cristo, una funcién preparada y urgente como nunca (Pablo VI, alocucién del 24 de octubre de 1964, en AAS 56 [1964] 983-989, passim). San Camilo de Lellis 14 de julio Camilo de Lellis nacié en Bucchianico (Chieti) el 25 de mayo de 1550. Tras una juventud distraida y disipada, transcurrida como soldado de fortuna, tuvo a los 25 afios una fuerte experiencia espiritual que le condujo a cambiar radicalmente de vida. Eniré en dos ocasiones en el noviciado de los capuchinos, pero fue despedido a causa de una llaga que tenia en el pie derecho, que le acompajié durante toda su vida. la experiencia que vivid en el hospital de «Santiago de los Incurables», en Roma, le abriéd al conocimiento del mundo del sufrimiento y le hizo comprender que el Sefior le queria al servi- cio de los enfermos. Fundé la orden de los Ministros de los Enfermos, conocidos popularmente como los «camilos», dedicada por un voto especial al servicio de los enfermos. Benedicto XIV le definid como el iniciador de una «nueva escuela de caridad», y la historia de la asistencia sanitaria le reconoce como un reformador valido. Murié en Roma el 14 de julio de 1614. LECTIO Primera lectura: Isaias 58,6-10 Asi dice el Sefior: ° El ayuno que yo quiero es éste: que abras las prisiones injustas, 26 14 de julio que desates las correas del yugo, que dejes libres a los oprimidos, que acabes con todas las tiranias, 7 que compartas tu pan con el hambriento, que albergues a los pobres sin techo, que proporciones vestido al desnudo y que no te desentiendas de tus semejantes. * Entonces brillara tu luz como la aurora y tus heridas sanaran enseguida; tu recto proceder caminara ante ti y te seguir la gloria del Seftor. ° Entonces clamaras y te respondera el Sefior, pediras auxilio y te dira: «Aqui estoy». Si alejas de ti toda opresién, si dejas de acusar con el dedo y de levantar calumnias, \ si repartes tu pan al hambriento y satisfaces al desfallecido, entonces surgiraé tu luz en las tinieblas y tu oscuridad se volveré mediodia. ‘» En claro contraste con la practica de sus contem- pordneos, el profeta Isafas afirma que el verdadero ayu- no es el que conduce a un cambio interior, promovien- do la sensibilidad y el amor al préjimo, sobre todo a los pobres y a los enfermos. La practica de obras de caridad contiene una doble accion terapéutica. Por una parte, enciende una luz en el interior del individuo, ayudandole a comprender el sentido de la vida, a discernir los valores auténticos que favorecen el propio crecimiento y el de los otros, y, por otra, se cicatrizan las heridas presentes en el individuo, causadas por el egoismo, la indiferencia y la violencia. Esa acci6n terapéutica desemboca en una relacién con Dios caracterizada por una dimensi6n dialégica rica de afecto. San Camilo de Lellis 27 Evangelio: Mateo 25,31-40 | Cuando venga el Hijo del hombre en su gloria con todos sus angeles, se sentaré en su trono de gloria. * Todas las na- ciones se reunirdn delante de él, y él separara unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, * y pondra las ovejas a un lado y los cabritos al otro. * Entonces el rey dira a los de un lado: «Venid, benditos de mi Padre, tomad pose- sién del Reino preparado para vosotros desde la creacion del mundo. * Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me alojasteis; 3° estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la carcel, y fuisteis a verme». ” Entonces le responderan los justos: «Sefior, gcudndo te vimos hambriento y te ali- mentamos; sediento y te dimos de beber? * ¢Cuadndo te vi- mos forastero y te alojamos, o desnudo y te vestimos? * ¢Cudndo te vimos enfermo o en la carcel y fuimos a ver- te?». “ Y el rey les respondera: «Os aseguro que cuando lo hi- cisteis con uno de estos mis hermanos més pequefios, con- migo lo hicisteis». > La grandiosa escena del «juicio universal» encierra una sintesis de todo el Evangelio y de sus exigencias. Los hombres serdn juzgados segtin el amor. Amor a Dios, a quien encontramos en el projimo, sobre todo en esa franja del mismo en la que aparecen de una manera mas visible los signos de la fragilidad humana: pobreza, marginacion, enfermedad... Jestis reitera todo lo que ha proclamado constante- mente a lo largo de su ministerio: toda persona huma- na es imagen de Dios, hermano y hermana de Cristo. Todos los actos de amor auténtico hacia los pequefios, hacia los pobres, hacia los enfermos..., en el ejercicio de las Ilamadas «obras de misericordia», estan dirigidos a la persona misma del Sefior. Quien los realiza crece en el conocimiento de Dios. En efecto, sdlo quien ama puede conocer al Sefior, que es amor. 28 14 de julio MEDITATIO La vida de Camilo fue una interpretacion original de esta frase evangélica: «Estaba enfermo, y me visitasteis». EI servicio que Camilo, guiado por la fe, presté a los enfermos se fue transformando progresivamente en un relato admirable del amor del Dios de la ternura y la compasién. La competencia y el amor se unen de manera armo- niosa en los proyectos de asistencia sanitaria y pastoral organizados por Camilo. «Mas coraz6n en esas manos», acostumbraba a decir a los enfermeros, indicando con ello que a la necesaria técnica debia ir unido un cdlido sentido de humanidad. En la curacién y en el acompafiamiento espiritual de los enfermos, Camilo se dejé guiar por una vision de fe que transforma a la persona enferma en sacra- mento de la presencia de Cristo. Ve reabiertas y do- lorosas, en los que sufren, las Hagas de su Sefior cruci- ficado. Escribe su primer bidgrafo, contemporéneo suyo, que el santo consideraba «tan vivamente a la persona de Cristo en ellos que a menudo, cuando les daba de comer [...], se mostraba tan reverente en su presencia como si estuviera precisamente en presencia del Se- fior, alimentandoles muchas veces descubierto y arro- dillado. En esta visidn, el hospital se vuelve para Camilo el lugar del encuentro con su Sefior. Pierde el aspecto re- pugnante para convertirse en su vifia, en su jardin bien oliente, en su nido. «Su testimonio es todavia hoy una llamada a amar a Cristo, presente en los hermanos que soportan la pesada carga de la enfermedad» (Juan Pa- blo I, Mensaje a la orden camiliana en el 450° aniver- sario del nacimiento de san Camilo, Roma 2000). San Camilo de Lellis 29 ORATIO Sefior, entre los caminos que me llevan a tu encuen- tro esta el del amor a mis hermanos que viven la dificil estacién del sufrimiento. Se trata de un camino privi- legiado, recorrido por tu Hijo Jesus, divino samaritano de las almas y de los cuerpos. No siempre respondo a las Ilamadas que me diriges a través del vecino de mi casa que sufre de soledad, del anciano que ha perdido su autonomia, del enfermo del hospital que se encuentra en mi barrio. Hazme cada vez mas consciente de que mi servicio al que sufre puede transformarse en contemplacién de tu rostro, de que el encuentro con el sufrimiento del otro puede liberar el amor presente en mi corazén, de que la generosidad con los hermanos y las hermanas que sufren es fuente de curacién de las heridas de mi corazén y de mi espfritu, iluminacién de mi mente, ocasién para hacerme mas humano y estar mas cerca de ti. CONTEMPLATIO «No me atrevo a hablar del afecto con que servia a los pobres de Sancti Spiritus, porque serfa querer dar luz al sol, pero no puedo dejar de admirarme, ni apartar de mi entendimiento que, cuando se ponja a servir un enfer- mo, asemejaba a una gallina sobre sus pollitos o a una amorosa madre dando vueltas al lecho de un hijo enfer- mo, porque como si no hubiera satisfecho a su afecto con el empleo de los brazos, y las manos, le veian conti- nuamente encorvado, pegado al mismo enfermo, como deseando con el corazén, con el aliento, con el espiritu darle aquel refrigerio y ayuda de necesitaba. Y primero que se apartaba de la cama, le hacia cien caricias, mu- 30 14 de julio lliale la almohada, componjiale el tocador en la cabeza, ajustaba las sdbanas y frazadas, aplicdbale la ropa, cu- briale los pies, abrigdbale los lados, sin saberse apartar de él, como si fuera tirado por una oculta piedra iman, no parece hallaba el camino de dejarle, volvia una y otra vez a acomodar la cama, preguntando si estaba bien, si habia menester algo, exhortdbales a la paciencia, decf- ales muchas cosas tocantes a su salvacién. No sé c6mo mejor pueda representar la ternura, y afecto de nues- tro padre Camilo con sus pobres, que afirmando que excedia al de una madre muy piadosa con hijo unico, que le estuviese gravemente enfermo, y el que no co- nocia a nuestro padre, no juzgara que habfa ido al hos- pital a servir indiferentemente a todos los enfermos, mas a aquél solo que tenia delante, y que aquél era tnicamente su amado, y serle de gran interés la vida de aquel pobrecito (S. Cicateli, Vida del padre Camilo de Lellis, Religiosos Camilos, Madrid 1988, p. 308). ACTIO Repite y medita frecuentemente durante el dia: «Estaba enfermo, y me visitasteis» (Mt 25,36). PARA LA LECTURA ESPIRITUAL Los diez mandamientos (no escritos) de Camilo de Lellis: Yo soy el enfermo, tu duefio y sefior: 1. Honrarés la dignidad y la sacralidad de mi persona, ima- gen de Cristo. 2. Me servirds, como madre afectuosa y tiernisima, con todo el corazén, con toda la inteligencia, con toda la fantasia, con todas las fuerzas y con todo tu tiempo. 3. Acuérdate de olvidarte de ti mismo. San Camilo de Lellis 31 4. No menciones el nombre de la caridad en vano. Hablaras referentemente con los pies, con las rodillas y, sobre todo, con las manos. 5. No cometeras distracciones. 6. No mataras mi esperanza con la prisa, con la chapuza, la falta de preparacién, la indelicadeza, la irritacién, la impa- ciencia. 7. Me consideraras como un todo. Y te dards totalmente en lo que haces. Por eso no me encerrards en una ficha clinica y no te esconderas detras de tu funcién profesional. 8. No profanaras tu corazén con el pensamiento del dinero. 9. Desea vivamente mi curacién. Métete bien en la cabeza que he entrado en el hospital para salir sano, lo mas pronto posible. 10. No vacilarés en suprimir mi carga, en posesionarte de mi sufrimiento. Cuando no puedas quitarme el dolor, al menos compartelo. Y cuando hayas hecho todo lo que tienes que hacer, cuando hayas sido lo que debes ser, cuando no te hayas echado atrés ante ninguna ocupacién fastidiosa y ninguna tarea repugnante..., no te obides de darme gracias (A. Pronzato, Todo corazén para los enfermos. Camilo de Lellis, Sal Terrae, Santander 2000, p. 407). San Buenaventura 15 de julio Buenaventura nacié en Bagnoregio, en el Lazio, entre 1217 y 1221. Siendo nifio, fue curado por san Francisco de una grave enfermedad. Estudié en la Universidad de Paris, donde ensefid més tarde. Alli encontré a los frailes menores, y en 1243 entré en la orden. Convertido en ministro general, la dirigié durante diecisiete afios con sabiduria y equilibrio, en medio de fuertes tensiones. Ademds de una biogratia de san Francisco, escribid muchas obras de teologia y de mistica, armonizando de una manera profunda la ciencia con la fe. Estas obras le merecieron el titulo de «doctor serafico». Tras ser nombrado cardenal y obispo de Albano, contribuyé al acercamiento entre latinos y griegos en el segundo Concilio Ecuménico de Lyon, durante cuya celebracion murid, el 15 de julio de 1274. LECTIO Primera lectura: Eclesidstico 15,1-6 ' Asi hace el que teme al Seftor, y el que abraza la ley alcanza la sabiduria. * Ella le saldra al encuentro como una madre, y lo recibira como una esposa virgen. * Lo alimentara con pan de prudencia, le dara a beber agua de sabiduria. "Si se apoya en ella no vacilara, si se abraza a clla no quedara avergonzado; 34 15 de julio 5 ella lo exaltara sobre sus compafieros, y en medio de la asamblea lo llenara de elocuencia. * En ella encontrara dicha y corona de alegria, y recibira en herencia un nombre eterno. El Sirdcida se ocupa aqui del tema de la btisqueda y conquista de la sabidurfa. La actitud que se requiere para obtenerla es el temor del Sefior, concebido como fe, como fidelidad a la Tora (v. 1). Esta, mucho mas que una ley, es la misma revelacién de Dios a su pueblo. A la sabiduria se le aplican las categorias matrimo- niales que usan los profetas para hablar de la relacién entre Dios e Israel: ademas de «madre», es «esposa», compafiera de vida (v. 2; cf. Sab 8,2.9). No traiciona nunca y sale continuamente al encuentro de los hom- bres (cf. Sab 6,16), aunque, en realidad, quien la desea no debe cesar de buscarla nunca (cf. 6,27). No le de- fraudara en sus expectativas y en su confianza, sino que sera para él alimento (v. 3) y apoyo (v. 4), le dara auto- ridad y supremacia (v. 5; cf. Sab 8,10-12.14ss) y le per- mitira gozar siempre de sus frutos: nombre eterno (cf. Sab 8,13), contento y alegria, sentimiento importante este iltimo para Ben Sira, que presenta una concepcion serena y optimista de la vida (v. 6; cf. 1,10; 4,12; 6,28). Evangelio: Mateo 5,13-16 En aquel tiempo dijo Jestis: ' Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvirttia, ¢con qué se salara? Para nada vale ya, sino para tirarla fuera y que la pisen los hombres. 4 Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciu- dad situada en la cima de un monte. '° Tampoco se enciende una lampara para taparla con una vasija de barro, sino que se pone sobre el candelero, para que alumbre a todos los que estan en la casa. "* Brille de tal modo vuestra luz delante de los hombres que, al ver vuestras buenas obras, den gloria a vuestro Padre, que esta en los cielos. San Buenaventura 35 ‘ Los discipulos que acogen la légica del sermon del monte, en cuyo interior sittia Mateo los dos logia de Jestis, se convierten en sal y luz del mundo. La sal, que da sabor a los alimentos (cf. Job 6,6) y los preserva de la corrupcion (cf. Bar 6,27), es comparada en la tradicién judia con la Tord, que funda la alianza perenne capaz de conservar y dar sabor a la vida en la relacién con Dios (cf. Nm 18,19; Lv 2,13; 2 Cro 13,5). También la luz recuerda a la Ley, que Isafas ve iluminar con su esplendor a los pueblos que concurren a Jerusalén (cf. Is 2,2-5; 60,1-3). Jestis aplica estas imagenes a la vida de los discfpulos, que, si es auténtica y se adhiere a él, sabiduria de Dios (1 Cor 1,24) y luz del mundo (Job 8,12), se vuelve pro- clamacién eficaz del Evangelio (v. 16). Como él ha reve- lado a Dios que es luz (cf. 1 Jn 1,5), asi también ellos es- tan llamados a hacer manifiesta la bondad del Padre, so pena de incurrir en la mds completa inutilidad si escon- den su propio testimonio en el oportunismo. MEDITATIO Dios, luz inaccesible, nos sale continuamente al en- cuentro y desea revelarse a nosotros. Nos alcanza en lo concreto de nuestra historia en Jestis, fuente de una existencia luminosa y fecunda. Como cristianos, hemos sido llamados a comunicar a los que se nos acercan y a toda la humanidad el sentido y el gusto que asume la vida en relacién con él y a hacer visible la fuerza trans- formadora del Evangelio. De este modo, nos volvemos profetas, punto de referencia, imagen evidente de la posibilidad de vivir el amor nuevo, el que Jestis nos ensefié e hizo conocer. EI Sefior nos dice: « Vosotros sois la sal de la tierra; [...] Vosotros sois la luz del mundo». Se trata de la declaracién de una identidad, y nosotros la creemos por su palabra, 36 15 de julio aunque a menudo nos parezca que la contradice la ex- periencia de nuestra poquedad y nos resulte facil ceder a la desconfianza frente a nuestra realidad, que se pre- senta oscura e insignificante. Estas dos afirmaciones de Jestis nos revelan lo que somos, pero, al mismo tiempo, constituyen la indicaci6n de un camino que debemos recorrer, de un testimonio que se acredita y se renueva a lo largo del curso de toda nuestra vida. Buenaventura fue un maestro en esto, tra- zando un itinerario a través del cual se nos ayuda a ca- minar hacia Dios, y lo hizo con la autoridad de quien no solo ha indagado y discutido, sino también probado y ex- perimentado. Se situé delante de todo con una mirada sapiencial, capaz de captar toda criatura como parte de un tnico canto armonioso que manifiesta a Dios y en el que también las realidades aparentemente distantes en- tre si encuentran su unidad en una profundidad diferen- te. Supo reconocerlas como expresién de una luz no ori- ginariamente propia, sino recogida, recibida y reflejada, y asi comprendié plenamente su valor. ORATIO «Yo soy la vid verdadera» (In 15,1). jOh Jesus, vid be- nigna, ven! jOh Sefior Jesucristo, Arbol de la vida situa- do en el centro del parafso, tus hojas son medicinales, tus frutos son para la vida eterna! jOh flor y fruto ben- dito de Ja bendita rama -que es la purfsima Virgen Ma- ria-, sin ti nadie es sabio, porque ti eres la sabiduria del Padre eterno. Dignate alimentar con el pan del intelecto y con el agua de la sabiduria mi débil y arida mente. Abre, oh lave de David, y se me entreabriran las os- curidades. Irrigame, oh luz verdadera, y se despejaran mis tinieblas. Manifestandote e ilustrandote en ti mismo, por medio de mf, concédenos, a mi, que hablo, y a los que San Buenaventura 37 me oyen, poseer la vida eterna. Asi sea (Buenaventura de Bagnoregio, Opusculi mistici, Milan 1956, p. 259). CONTEMPLATIO La soberana sabiduria esta escrita en el libro de la vida, que es Jesucristo, en quien Dios Padre escondid todos los tesoros de la sabidurfa y de la ciencia. Por eso, el Unigénito de Dios como Verbo increado es el libro de la sabiduria, es la luz de la mente del sumo Artista, Ilena de razones vivas y eternas; como Verbo inspirado, ilumina los intelectos de los angeles y de los santos; como Verbo encarnado, irradia las mentes ra- cionales unidas a la carne. De este modo, la multi- forme sabiduria de Dios desde él y en él reverbera por todo el Reino, como a través de un espejo de belleza que incluye todas las especies y toda luz, y como libro donde, segtin el misterio de Dios, estan descritos todos los misterios. iOh! Si yo pudiera encontrar este volumen del origen eterno, y de la esencia incorruptible, de la sabiduria que es vida y de la escritura imposible de cancelar! Este li- bro cuya meditacion es deseable, facil su doctrina, dulce su ciencia, inescrutable su profundidad, inexpresables sus palabras, este libro cuyas palabras son en el fondo un solo verbo. En verdad, «quien me encuentra, encuentra la vida y alcanza el favor del Sefior» (Prov 8,35) (Bue- naventura de Bagnoregio, Opusculi mistici, Milan 1956, p. 121ss). ACTIO Repite y medita durante el dia con frecuencia: «Vosotros sois la sal de la tierra; [...] Vosotros sois la luz del mundo» (Mt 5,13ss). 38 15 de julio PARA LA LECTURA ESPIRITUAL Si no queremos ser como las «tinieblas [que] no le recibieron», debemos recuperar nuestra unidad, redescubrir la fe como pleni- tud del existir, del obrar y del pensar. Este es el testimonio de san Buenaventura, éste es el camino que él ha completado, recibien- do en su vida al Verbo divino. La inhabitacién es lo que hace po- sible todavia hoy esa experiencia cristiana. Al apé

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