PDFEvangelicosy Poder Fabio Lacerda
PDFEvangelicosy Poder Fabio Lacerda
PDFEvangelicosy Poder Fabio Lacerda
net/publication/328808489
CITATIONS READS
16 1,238
2 authors:
All content following this page was uploaded by Fabio Lacerda on 08 November 2018.
Abstract1
Introducción
141
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
142
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
3 Por una cuestión de estilo, en este trabajo se usarán los términos “protestante” y “evangé-
lico” de modo intercambiable.
143
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
144
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
En la segunda mitad del siglo XX, América Latina pasó por cambios religiosos
profundos. De entre ellos, tal vez ninguno haya llamado más la atención de
los científicos sociales que el ascenso de dos nuevos “actores” religiosos: las
comunidades eclesiales de base (CEB), gestadas a partir del ascenso, dentro de
la Iglesia católica, de la teología de la liberación; y las iglesias pentecostales,
frutos de las transformaciones oriundas del protestantismo.
La corriente de inspiración marxista conocida como teología de la libera-
ción influenció considerablemente en el clero católico latinoamericano. En
parte por ello y en parte por las condiciones sociales de la propia región, el
catolicismo latinoamericano y, en particular, el brasileño, se ha convertido,
según la perspectiva de muchos académicos, en uno de los más progresistas
del mundo (Mainwaring, 2004; Gill, 1994). Impulsados por la teología de la
liberación, parte del clero y laicado católicos trabajó en la difusión de las
CEB por Brasil. Según Burdick, “en ningún lugar de América Latina las CEB
se volvieron tan numerosas o recibieron más apoyo oficial de la jerarquía de
la Iglesia que en Brasil” (1998, p. 11). Las comunidades de base pretendían
acercar a los fieles católicos a una lectura de los evangelios orientada por una
visión de liberación política. Sin embargo, el entusiasmo académico por las
CEB tuvo que enfrentarse con su relativa limitación. Aunque ha generado un
considerable número de estudios, la influencia de la teología de la liberación
y sus comunidades de base disminuyó gradualmente y, en varios sentidos, se
volvió limitada, lo que frustró la expectativa de académicos progresistas que
veían en las CEB la posibilidad de la formación de una “nueva sociedad” (Stoll,
145
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
1990; Mariz, 1992; Smith, 1994; Burdick, 1998; Ireland, 1999; Levine, 2009).
Sin embargo, si, por un lado, las CEB y su influencia en la política se tornaron
gradualmente menos relevantes, no se puede decir lo mismo acerca del otro
“actor” mencionado anteriormente: las iglesias pentecostales.
Desde inicios del siglo XIX, el continente latinoamericano fue objeto del
esfuerzo misionero protestante. En torno a 1920, el número de misioneros
protestantes en América Latina superaba los 1600 (Stark citado en Stark &
Smith, 2012). Su esfuerzo evangelizador podía ser contrastado con la relativa
falta de celo de la Iglesia católica en la región; aunque el catolicismo mono-
polizara el “mercado” religioso latinoamericano hace siglos, se trataba de un
monopolio débil y descuidado. En el caso de Brasil, la situación de la Iglesia
católica era aún peor que la de la América española. En el siglo XIX, la Iglesia
brasileña alcanzó su punto más bajo: el clero en el país pasaba poco tiem-
po en las actividades eclesiásticas, el número de sacerdotes y monjas venía
en descenso desde 1855, cuando el Estado prohibió nuevas admisiones a las
órdenes religiosas, y los seminarios eran deficientes tanto desde el punto de
vista del número de ingresantes como de la calidad de la enseñanza ofrecida
(Mainwaring, 2004). Con la proclamación de la República Brasileña en 1889 y
la ruptura entre la Iglesia y el Estado, corporeizada en la Constitución de 1891,
se generó cierta reacción por parte de círculos católicos, pero que resultaría
ineficaz para contener el futuro crecimiento evangélico.
A lo largo del siglo XIX, se fundaron en Brasil las iglesias protestantes his-
tóricas. Entre las más importantes se puede destacar la Iglesia Evangélica de
Confesión Luterana en Brasil (1823), la Iglesia Presbiteriana de Brasil (1859), la
Iglesia Metodista de Brasil (1867) y la Convención Bautista Brasileña (1882). La
primera puede caracterizarse como una iglesia protestante de inmigración, al
haberse mantenido, en cierta medida, asociada a inmigrantes luteranos alema-
nes. En contrapartida, las iglesias presbiteriana, metodista y bautista llegaron a
Brasil por medio de obras misioneras, con el fin de crecer entre la población
de este país (Freston, 1993).
A partir de inicios del siglo XX comenzaron a fundarse en Brasil las deno-
minaciones pentecostales. Las primeras fueron la Congregación Cristiana de
Brasil (1910), seguida por la Asamblea de Dios (1911); a continuación, vino
la Iglesia del Evangelio Cuadrangular (1951). Las primeras entre las grandes
iglesias pentecostales fundadas por brasileños comenzaron a surgir en el país a
partir de la década de 1950. Vale mencionar, como ejemplos, la Iglesia Evan-
gélica Pentecostal Brasil para Cristo (1955), la Iglesia Pentecostal Dios es Amor
(1962) y la Iglesia Universal del Reino de Dios (1977).
146
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
Figura 1.
Número de templos pentecostales en Brasil (1910-1970).
11 118
9000
Templos
6000
4 582
5000
1 924
912
267
0 2 50
Fuente: Rolim (1980), sobre la base de los boletines de la Estadística del Culto Protestante de
Brasil.
147
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
Figura 2.
Porcentaje de la población católica y evangélica en Brasil (1940-2010).
Católicos Evangélicos
50
25 22.2
15.4
5.2 6.6 9
2.7 3.6 4
0
1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010
Año
Los datos de los censos revelan que, influenciados por los pentecostales, los
evangélicos están en proceso de una fuerte expansión en Brasil; los católicos,
por su parte, están en declive. Entre 2001 y 2010, la población evangélica
casi se duplicó en el país: pasó de 26 millones a 42 millones. En el mismo
periodo, se registró, por primera vez en la historia brasileña, una caída en el
número absoluto de católicos, que de 125 millones cayeron a poco más de
123 millones. Entre 1991 y 2010, los evangélicos aumentaron su participación
en 98,3% de las ciudades brasileñas, mientras que los católicos avanzaron
en apenas 1,7% (Alves et al., 2017). Esta transición religiosa ocurre en todo
el país, pero alcanza su mayor intensidad en las periferias de las grandes re-
giones metropolitanas. Aunque los censos brasileños se realizan apenas cada
4 Entiéndase por evangélicos históricos (o de misión), la rama formada por las iglesias lute-
rana, presbiteriana, anglicana, metodista y bautista, entre otras (Mariano, 2004).
148
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
diez años, recientes encuestas por muestreo han indicado que estas tendencias
se mantienen. Según la encuesta del Datafolha del 26 de octubre de 2017, el
52% de los brasileños adultos se declararían católicos; el 32%, evangélicos
(20% pentecostales y neopentecostales), y el 8%, sin religión5.
Pese a su importancia, el debate sobre las causas de la transición religiosa
en Brasil no será abordado en profundidad en el presente estudio ni tampoco
el pronóstico sobre el futuro de esa transición. Tales debates están relaciona-
dos con discusiones más amplias sobre las teorías de la secularización y me-
recían estudios independientes. Como ya se ha mencionado, las CEB se mos-
traron poco eficaces como esfuerzo de contención frente a la pérdida de fieles
de la Iglesia católica en Brasil. Por otro lado, el paisaje católico de la segunda
mitad del siglo XX testimonió el crecimiento y la vitalidad de innumerables
movimientos de laicos católicos, motivados por el mensaje de la “llamada
universal a la santidad” proclamada por el Concilio Vaticano Segundo6. Aún
es pronto para decir cuál es el impacto que estos movimientos tendrán sobre
la transición religiosa en Brasil, pero es razonable suponer que influenciarán
el referido proceso. Si algunos autores apuestan por el mantenimiento de la
caída de católicos en Brasil (cf. Alves et al., 2017), otros resaltan el “despertar”
de la Iglesia católica en América Latina en el siglo XXI, en gran medida como
reacción al crecimiento protestante (confróntese Stark & Smith, 2102).
Durante la mayor parte del siglo XX, los evangélicos —históricos o pentecosta-
les— tuvieron una presencia discreta en la política partidaria brasileña. En sus
estudios productivos, Willems (1967) y D’Epinay (1970) caracterizaron a las
comunidades pentecostales como agrupaciones en contra de la participación
política y de cualquier contacto con el “mundo”. Sin embargo, a partir de los
años 1980, el dicho de que “el creyente no se mete en política” fue perdiendo
gradualmente el sentido y fue sustituido por el lema “hermano vota por herma-
no” (Mariano & Oro, 2011).
5 “A la hora de votar, 19% de los brasileños con religión siguen al líder de la iglesia”.
6 Entre estos grupos se puede mencionar, como algunos de los más significativos, a la Reno-
vación Carismática Católica, la Comunidad Emanuel, el Opus Dei, el Movimiento de los
Focolares y el Movimiento Comunión y Liberación.
149
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
Figura 3.
Número de diputados federales evangélicos elegidos (1946-1991).
32
30
23
20
Elegidos
13 12 12
12
10 9
10
7
6
5
1
0
1946 1951 1955 1959 1963 1967 1971 1975 1979 1983 1987 1991
Año
Fuente: Freston (1993).
150
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
7 Cabe destacar que, a pesar de que, en número declarado de fieles, la Iglesia católica haya
permanecido hegemónica en Brasil hasta inicios de la segunda mitad del siglo XX, la situa-
ción en el debate público brasileño fue, desde fines del siglo XIX, muy diferente, como lo
atestigua, por ejemplo, el conflicto entre el clero católico, los liberales y masones.
151
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
152
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
Tabla 1
Tipos de relación entre candidato e iglesia
elecciones para el Legislativo, en las que se necesitan porcentajes menores de votos válidos,
que los evangélicos vienen destacándose de manera notable.
9 El escándalo que involucra a Bueno fue informado en periódicos y sitios de internet. Ver,
por ejemplo: “Pastor dice que concejal involucrado en escándalo no es miembro de la igle-
sia” (Pastor diz, 21 de abril de 2015).
153
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
154
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
155
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
fundada en Sorocaba (SP), en 1998, por Valdemiro Santiago. Así como Soares,
Santiago también formó parte de la IURD, pero acabó separándose y fundando
su propia iglesia. En 2014, la IMPD poseía más de cuatro mil templos reparti-
dos por Brasil y en el exterior (https://www.impd.org.br/institucional).
Por último, la Iglesia Maranata nació en Vila Velha (ES) en 1968. Aunque
aparenta tener una estructura menos centrada en un líder que las otras, su
primer presidente fue el ingeniero Manuel de Passos Barros, quien da el nom-
bre a la fundación homónima ligada a la iglesia. Según su sitio web, la iglesia
tendría más de cincuenta templos fuera de Brasil (http://www.igrejacristama-
ranata.org.br).
Figura 4.
Tamaño de las iglesias pentecostales en relación con el total de evangélicos
(2010).
40
29.1
30
Porcentaje
20
10
4.3 4.4
0.8 0.8 0.8
0
156
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
blación evangélica del país. Sin embargo, la relación entre el número de fieles
y la “fuerza electoral” está lejos de ser directa, como se verá más adelante11.
El trabajo con candidatos evangélicos trae algunas dificultades, la más
obvia es cómo reconocer o identificar a un candidato y su iglesia. Si el aná-
lisis estuviera restringido a los candidatos evangélicos elegidos para los legis-
lativos estatales y federales, el desafío ya sería difícil. El número de iglesias
evangélicas en Brasil es enorme, y, aunque no haya un pronunciamiento
oficial actualizado, debe sobrepasar los miles. Sin embargo, como se vio en
la figura 4, la distribución de fieles por iglesias es bastante desigual: de los
más de 26 millones de brasileños declarados evangélicos pentecostales en
2010, casi la mitad (12,3 millones) pertenecía a la Asamblea de Dios (Censo,
2010).
Aunque muchas de las iglesias promocionen candidatos entre sus fieles,
ello no suele hacerse público fuera de los límites de cada institución. A pesar
de que los reportajes de los medios y de los órganos de investigación listen pe-
riódicamente a los integrantes de las “bancadas evangélicas”, ello puede con-
tener errores e informaciones desactualizadas, además de tener como enfoque
únicamente a los candidatos evangélicos elegidos, lo que supone un serio pro-
blema de sesgo de selección. Pese a que mucho se hable sobre el aumento de
la bancada evangélica, la atención sobre los elegidos ignora el posible número
de candidatos evangélicos no elegidos. De este modo, una investigación sobre
las candidaturas evangélicas debería tener en cuenta no solo a aquellos que
han tenido éxito, sino también a los que no.
Esto, sin embargo, trae más dificultades. Las iglesias evangélicas no hacen
públicas las relaciones de candidatos postulantes a las elecciones. Entonces,
¿cómo identificarlos? Desde luego, hay que decir que difícilmente sería facti-
ble la identificación de todos los candidatos de una determinada elección. La
imposibilidad no se debe tanto al tamaño del esfuerzo, que, dado el número
de candidatos al Poder Legislativo en las elecciones brasileñas, sería conside-
rable. El mayor problema reside en que hay un gran número de candidatos
poco competitivos y poco expresivos y es prácticamente imposible determinar
a qué iglesia están relacionados. Si, por ejemplo, hay una alta probabilidad de
descubrir a qué iglesia pertenece un candidato X que recibió diez mil votos
en una determinada elección, la probabilidad es mínima para un candidato Z
11 Algunas iglesias no aparecen en la figura 4, pero poseen fracciones significativas del “merca-
do” evangélico. Estas son: las iglesias bautistas (8,8% del total de evangélicos), la Congrega-
ción Cristiana (5,4%), las iglesias luteranas (2,4%) y las presbiterianas (2,2%). Sin embargo, por
no apoyar a “candidatos oficiales”, no forman parte del enfoque de este trabajo.
157
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
12 Los datos del sitio web del TSE relativos a las candidaturas anteriores a 1998 están incom-
pletos. Según las informaciones dadas por una funcionaria del Tribunal al autor, se obtienen
esas informaciones de los Tribunales Regionales, y, aun así, no es seguro que estén digitali-
zadas. Por ello, se optó por trabajar solo con el periodo 1998-2014.
158
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
159
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
Figura 5.
Número de candidatos evangélicos sin iglesia identificada.
600
400
Número
No identificada
Total
200
160
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
Figura 6.
Votaciones de candidatos evangélicos sin iglesia identificada.
Hay, no obstante, una última dificultad que debe ser explicitada. Se argu-
mentó que el “candidato oficial” pentecostal se entiende como un tipo ideal,
y que, dada la dificultad de establecer una línea de demarcación para lo que
sería considerado apoyo oficial de una iglesia y lo que no, se siguió a Freston
(1993) y se asumió que ciertas iglesias pentecostales constituyen el fenóme-
no de la “candidatura oficial” (las iglesias son AD, IEC e IURD, a las que se
añadieron IIGD, IMPD y Maranata). Ocurre que, para investigar el fenómeno
del apoyo de las iglesias pentecostales a sus candidatos, habría que distinguir,
evidentemente, a los candidatos que, de hecho, son apoyados por la iglesia
de aquellos que, aunque están ligados de alguna forma a la iglesia, no fueron
oficialmente apoyados por ella en la elección en cuestión.
Tal dificultad prácticamente no existe en el caso de la IURD, pues esta no
permite que otros candidatos (que no sean los “oficiales”) disputen los votos
de sus fieles. Por regla general, todo candidato apoyado por la IURD es un
“candidato oficial” de la iglesia. La situación tampoco es problemática en los
casos de la IIGD, IMPD y Maranata, por el simple hecho de apoyar a un nú-
mero muy reducido de candidatos y por no poseer una estructura separada
nacional de templos e iglesias. El problema comienza a aparecer en el caso
de IEC. Schoenfelder y Paz (2006), por ejemplo, relatan el caso de la IEC del
estado de Rio Grande do Sul que, en las elecciones de 2006, lanzó dos candi-
161
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
datos a diputado federal, pero solo uno con apoyo oficial de la iglesia. Si, en el
caso de la IEC, la escala de dificultad es todavía mínima, se vuelve mayor con
la AD, la iglesia que lanza el mayor número de candidatos en las elecciones
brasileñas desde 2006.
No hay salida fácil para este problema. Si estudios cualitativos pueden in-
vestigar con pocos datos el tipo de apoyo que una iglesia da a su candidato en
el ámbito local y discernir qué candidatos han sido oficialmente apoyados de
aquellos que, aunque pertenecientes a la iglesia, no recibieron apoyo oficial,
tal investigación sería impracticable en un examen cuantitativo como este tra-
bajo. Así, la salida fue identificar a los candidatos “vinculados” a las iglesias,
aunque, en muchos casos, no se sepa precisamente si el vínculo implicó el
apoyo oficial o no. Estrictamente hablando, se está asumiendo que los candi-
datos vinculados a las iglesias pentecostales pueden ser un representante de
“candidatos oficiales” pentecostales.
Brasil es una democracia federativa dividida en tres niveles: una unión federal,
27 estados y cerca de 5570 municipios. A escala federal, el Poder Legislativo
es bicameral, se divide en Cámara de Diputados (cámara baja) y Senado (cá-
mara alta); no existe cámara alta para los demás niveles federativos. La Asam-
blea Legislativa representa el Poder Legislativo estatal y la Cámara Municipal,
el Legislativo municipal. Las elecciones para la Cámara de Diputados y para
los legislativos estatales y municipales se rigen por el sistema de representa-
ción proporcional de lista abierta, mientras que las elecciones para el Senado y
para los cargos ejecutivos (presidente, gobernadores y alcaldes) se rigen por el
sistema mayoritario. Las elecciones federales y estatales se realizan concomi-
tantemente cada cuatro años. En estas se eligen un presidente, 513 diputados
federales, 81 senadores, 27 gobernadores y poco más de mil diputados estata-
les. Los diputados pueden postular indefinidamente a la reelección.
La primera cuestión por investigar se refiere a la variación del número
de candidaturas evangélicas para la Cámara de Diputados y Asambleas
Legislativas13. Entre 1998 y 2014, el número absoluto de candidaturas au-
13 Esta investigación no considera el nivel municipal. No hay, hasta donde se sabe, informacio-
nes sistemáticas sobre los candidatos evangélicos en las elecciones municipales brasileñas.
162
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
Figura 7.
Candidatos evangélicos para la Cámara y Asambleas (1998-2014).
400 3.5
3.0
300
Candidatos
Porcentaje
2.5
200
2.0
100
1998 2002 2006 2010 2014 1998 2002 2006 2010 2014
Año Año
163
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
164
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
Figura 8.
Candidatos evangélicos elegidos para la Cámara y Asambleas (1998-2014).
Asambleas Cámara
70
60
Elegidos
50
40
30
1998 2002 2006 2010 2014
Año
165
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
166
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
de baja como en los de alta magnitud, lo que sugiere que existen otras expli-
caciones para el fenómeno de la fragmentación.
La distribución partidaria de los evangélicos en Brasil está bastante pulveri-
zada. En 1998, los candidatos evangélicos fueron elegidos por quince partidos
diferentes (considerando las elecciones para Cámara y Asambleas). En 2002,
el número aumentó a 18, en 2006 retrocedió a 17, en 2010 subió a 19 y, por
último, en 2014 llegó a 23. Por sí solo, ese cuadro revela poco y podría estar
de acuerdo con la tendencia de aumento en la fragmentación del sistema par-
tidista brasileño en las últimas elecciones. Pero la distribución de los evangé-
licos está lejos de ser equilibrada o aleatoria.
La mayoría de los candidatos evangélicos están “pulverizados” en partidos
de derecha o centro-derecha. Es importante destacar que, según el Tribunal
Superior Electoral, hasta 2018 había 35 partidos políticos registrados en Brasil.
Aunque la mayoría de los partidos tienen un número relativamente pequeño
de evangélicos, hay dos excepciones importantes: el Partido Republicano Bra-
sileño (PRB) y el Partido Social Cristiano (PSC). Aunque no sean formalmente
evangélicos, ambos se destacaron en las últimas elecciones para el Legislativo
por tener un gran número de candidatos evangélicos lanzados y elegidos.
El PRB fue creado en 2003 y en 2005 obtuvo el registro del TSE. El soli-
citante del registro del partido fue el pastor de la IURD Vitor Paulo Araújo
dos Santos (Cerqueira, 2017). Aunque no existe vínculo jurídico o estatutario
entre el PRB y la Universal, la iglesia controla políticamente el partido. Según
Cerqueira (2017), en promedio el 60,5% de los miembros del Comité Ejecuti-
vo del PRB entre 2006 y 2015 tenían vínculos con la IURD. En el caso de los
miembros del Directorio Nacional, el promedio para el mismo periodo fue
de 63,5%. Las dos mayores instancias decisorias del partido tuvieron prácti-
camente desde su fundación una mayoría de miembros ligados a la iglesia.
Estos datos refuerzan la teoría de que, aunque no se vincula formalmente a la
IURD, el PRB está controlado por ella. La gran mayoría de los candidatos de
la iglesia entra en la contienda electoral a través del PRB y es ciertamente el
éxito de la iglesia lo que explica el alto éxito de los candidatos evangélicos
del partido.
El PSC, por su parte, fue registrado en 1990. De acuerdo con su estatuto, se
define como un partido basado en la “Doctrina Social Cristiana” (http://www.
psc.org.br/biblioteca/) y, según su Guía Rápida para las elecciones de 2014,
defiende “la vida y la vida [la] dignidad de la persona humana; el respeto al
orden moral tradicional” y otros principios. Aunque tampoco tiene vínculo
formal con iglesias evangélicas, el partido, junto con el PRB, ha registrado un
167
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
gran número de candidatos evangélicos, que, sobre todo en 2010 y 2014, ob-
tuvieron un notable éxito electoral.
Finalmente, es importante resaltar que los partidos con mayor represen-
tación evangélica, PRB y PSC, incluso al elegir bancadas en los legislativos,
tienen poca expresión en las elecciones para el Ejecutivo. En 2014, el PSC
lanzó candidato propio para las elecciones presidenciales: el pastor Everaldo
Pereira, que terminó en quinto lugar y con el 0,75% de los votos válidos. Los
dos mayores partidos brasileños con “vocación” para el Ejecutivo, el Partido
de los Trabajadores (PT) y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB),
aunque no destaquen en la figura 9, se distinguen entre sí en lo relacionado
con el número de candidatos evangélicos para el Legislativo. Entre 1998 y
2014, el PT presentó un promedio por elección de 5,2 candidatos evangélicos
(para la Cámara y Asambleas sumadas); eligió 1,6. En el mismo periodo, el
PSDB presentó, en promedio, 21,8 y eligió un promedio de 8.
168
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
Figura 9.
Número de pentecostales corporativos y evangélicos elegidos.
Pentecostales Corporativos Total de Evangélicos Pentecostales Corporativos Total de Evangélicos
60
60
Elegidos para Asambleas
Elegidos para Cámara
40
40
20
20
0 0
1998 2002 2006 2010 2014 1998 2002 2006 2010 2014
Año Año
169
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
170
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
nata, la iglesia llegó a elegir cuatro de los seis candidatos lanzados en 2006,
resultado que se repitió en 2010; sin embargo, en 2014 declinó, y, de cinco
presentados, se eligió solo uno.
El cuadro de AD, IEC e IURD es diferente, pero, en su conjunto, confirma
parcialmente la suposición de un alto grado de éxito electoral. Por ser la mayor
iglesia evangélica de Brasil, no sorprende que la AD presente un número de
candidatos mayor que el de las demás. Por otro lado, es notable el crecimiento
de su número de candidatos, tanto el total como el de elegidos. De las tres
iglesias, se trata de la única que presenta tendencia de crecimiento. En 2014,
la AD lanzó 109 candidatos y se eligieron a 57, poco más de la mitad. Sin em-
bargo, fue el único año en que esto ocurrió; en ninguna otra contienda la AD
eligió más del 50% de los candidatos.
Entretanto, el cuadro de la IEC revela una considerable variación de los
candidatos presentados durante el periodo. Se llegó a presentar a treinta can-
didatos en 2002, pero solo diecisiete en 2014. Considerando el periodo como
un todo, la iglesia mantuvo un rendimiento constante: eligió seis de un total
de diecisiete candidatos en 1998 y ocho de un total de diecisiete en 2014. De
manera similar a la AD, en ninguna contienda la IEC obtuvo más del 50% de
éxito electoral.
Si hay una iglesia que podría encarnar el prototipo de la representación
corporativa pentecostal esa iglesia es la IURD. Es, también, el caso del que
más se espera un alto grado de éxito electoral. El poder político y mediático
de la iglesia está siendo enfatizado no solo por los medios, sino también por
la academia brasileña (por ejemplo, Mariano, 2004; Oro, 2003). La figura 10
revela un cuadro para la IURD diferente del de las demás. En 1998 y 2014,
la Universal consiguió elegir una parte considerable de los candidatos que
apoyó. En 1998, de sus 39 candidatos, 31 fueron elegidos; en 2014, de 38
candidatos presentados, la iglesia eligió 27. No obstante, vale observar que
hasta 2002, fue la iglesia que más representantes eligió para el Legislativo.
La fase de dominación de la AD empezaría recién a partir de 2006 (esto,
claramente, en cifras absolutas; en términos relativos, la IURD siempre eligió
más). Se nota que la IURD es la iglesia con la mayor tasa de éxito y, a excep-
ción de dos elecciones (2006 y 2010), siempre ha elegido a más del 50% de
sus candidatos.
171
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
Figura 10.
Número de candidatos (total y elegidos) por la iglesia pentecostal.
Elegido
Total
Año
172
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
Conclusión
15 En Brasil, las acciones penales contra diputados y políticos en general se tramitan en tribu-
nales superiores y no en juicios de primera instancia.
173
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
174
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
Referencias
175
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
176
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
177
Brasil: la Incursión de los Pentecostales en el Poder Legislativo Brasileño
178
Fábio Lacerda / José Mario Brasiliense
179