El Tiempo de Dios

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EL TIEMPO DE DIOS: Las Estaciones de la Vida

La vida y el universo se mueven en el tiempo a través de ciclos. La Biblia, desde Génesis hasta
Apocalípsis nos muestra esta verdad, esta ley, tanto en el mundo físico como en el espiritual.

Hemos visto que Dios opera en ciclos de siete tiempos, acciones o eventos. El número siete (que
significa plenitud, cumplimiento y perfección) representa el Tiempo de Dios. Este principio o ley lo
extraemos del momento de la creación cuando Dios decidió bendecir y apartar para Sí (santificar)
el séptimo día (tiempo, era o ciclo).

El "día" séptimo representa la esfera del Tiempo de Dios, pues representa Su reposo. Y Él desea
que nosotros moremos, reposemos y permanezcamos desde esa esfera de Tiempo, para crear y
señorear sobre toda la creación (Gén. 2:1-3; Éxo. 20:8-11; Lev. 23:2-3; Mr. 2:23-28; 3:1-5; Mt.
12:9-13; Col. 2:16-3:4; Heb. 4:1-13).

También hemos visto que el séptimo día es importante, porque en él Dios subraya y enfatiza el
SER, el estar en Él y con Él. En seis días trabajamos, HACEMOS; pero en el séptimo día
descansamos, reposamos, sencillamente SOMOS. El diseño de Dios para Sus hijos es que
trabajemos desde el descanso; primero somos (descanso), luego hacemos (trabajo).

Dios es el Gran Yo soy, el Ser Supremo, la Existencia misma, y Él quiere que seamos como Él, que
vivamos a partir de lo que somos en Él. La voluntad de Dios es que moremos con Él, que estemos
en Su presencia, que permanezcamos unidos a Él y entonces seremos fructíferos y muy
bendecidos (Sal. 15:1; 23:6; 37:1-7; 46:10-11; Jn. 15:4-8). Al reposar, al morar, en Su presencia nos
rodeamos de Él y Él nos revela Su corazón (Palabra), para que seamos creativos y obremos en Sus
fuerzas, y por lo tanto seamos fructíferos y prosperados en todo lo que hagamos (Sal. 1:1-3).

La Biblia también nos muestra claramente que a través de los ciclos de la vida y de la creación hay
estaciones, hay tiempos periódicos en los que acontecen actos creativos de Dios y por medio de
los cuales podemos obtener muchas lecciones para nuestra vida y nuestra labor.

Veamos en la siguiente gráfica el diseño de Dios para Sus hijos y cómo podemos integrar los
principios y enseñanzas que obtenemos de meditar en los tiempos, ciclos, fiestas, números y
estaciones que el Creador ha fijado en toda la creación y en la vida de todos los hombres.
En esta ilustración hay varias
gráficas integradas. Es decir, hay varias capas de tiempos y ciclos, que podemos encontrar en las
Sagradas Escrituras y de las cuales podemos extraer mucha sabiduría, ciencia y revelación.

La primera capa y por lo tanto la primera forma de tiempo es el ciclo del DÍA. La Biblia cuenta un
día desde el atardecer hasta el anochecer (Gén. 1:5, 8, 13, 19, 23, 31). Aquí se observa claramente
el principio o ley espiritual de comenzar desde el reposo, para ser creativos y fructíferos. Y muy
interesante es que el séptimo día no tiene fin. Todos los otros seis días tuvieron una "tarde y una
mañana", menos el séptimo día. Esto apunta a la eternidad de Dios. El séptimo día, el Tiempo de
Dios, es eterno. Cuando nos encontramos con Dios, en Su reposo, entramos a la esfera de la
eternidad, a la esfera de Dios.

Dios estableció que la luz sea llamada DÍA y a las tinieblas NOCHE. Cuando los hijos de las tinieblas
obran o trabajan; los hijos de la Luz descansan, reposan, pues realizamos nuestras obras para Dios
en Luz, durante el Día.

La segunda capa es el primer ciclo de siete: la Semana, que en hebreo es la misma palabra para el
séptimo día: shabbat (sábado). O sea una semana es un siete, un ciclo de siete días. Ya hemos
mencionado arriba el valor del siete y la importancia del principio del reposo.

Así que por ahora, con estos dos primeros ciclos de tiempo podemos observar el diseño de Dios:

NOCHE (tarde): para el descanso

DÍA (mañana): para el trabajo

SÉPTIMO DÍA (7): para el descanso, para morar en Dios. Siete es el número de Dios.
SEIS DÍAS (6): para trabajar en la presencia y en las fuerzas que Dios nos da. Seis es el número del
hombre.

Ya vimos los ciclos menores, ahora veamos los ciclos mayores.

La tercera capa la representa el ciclo de la luna, con sus cuatros fases: luna nueva, creciente, llena
y menguante. Cada fase representa un estado en nuestra vida, en nuestro proceso de crecimiento
y desarrollo. La luna nueva representa el inicio y la llena la plenitud; la fase creciente significa que
desde el inicio se espera que crezcamos hasta la plenitud, pero luego viene una fase de poda, de
"descenso" que nos lleva a una nueva fase de reposo o inicio. La vida no transcurre de manera
lineal, sino a través de ciclos, fases y estaciones. Con altibajos, como el proceso de respiración.
Aspiramos (fases nueva y creciente) y respiramos (fases llena y menguante). Estos movimientos
"respiratorios" o regenerativos se dan en toda la creación, tanto en los seres vivos como en los
ciclos estelares.

Pero las fases del ciclo lunar también nos señalan a los estados mentales y emocionales. No
siempre nos sentimos en un estado emocional óptimo, también tenemos nuestros momentos
"bajos" o decrecientes. Igualmente en lo mental, en muchos momentos y etapas tenemos que
cubrir procesos cognoscitivos o de aprendizaje para poder llegar a puntos o estaciones de
plenitud: pre-escolar, escuela básica, ciclo medio, ciclo superior, actualizaciones, post-grados, etc.
Todos estos aspectos son cíclicos y necesitamos cubrirlos para tener un crecimiento y desarrollo
sano y estable.

La cuarta capa la representan las estaciones del año. Durante un ciclo de doce (12) meses, que
cubren 365 días, podemos observar cuatro (4) estaciones: primavera, verano, otoño e invierno.
Son cuatro las estaciones y cuatro los vientos que provienen de los cuatro rincones de la tierra (Ap.
7:1). Otra vez por medio de estas cuatro estaciones podemos extraer principios de conocimiento y
sabiduría, pues cada estación representa una fase de un proceso o ciclo: inicio, siembra y
crecimiento (Primavera); cosecha y plenitud (Verano); caída y evaluación (Otoño); muerte, juicio y
reposo (Invierno). Estas cuatro (4) estaciones se dan básicamente en tres (3) meses cada una, en
un ciclo de doce (12) meses; es decir expresan un ciclo de gobierno terrenal ordenado
divinamente (Gén. 1:14-19).

Otra vez, observamos por medio del ciclo de las estaciones del año, que el tiempo en la vida no es
lineal, sino cíclico como la figura de un gran resorte. Todo tiene un inicio, crecimiento,
florecimiento, fruto, cosecha, evaluación y muerte, para luego entrar en el reposo y reiniciar un
nuevo ciclo. Estos aspectos, fases o momentos también se dan en nuestra propia vida personal y
tenemos que aprender a reconocerlos e interpretarlos para que podamos vivir a plenitud, con
propósito y pleno bienestar.
De estos dos últimos ciclos podemos resumir los siguientes principios y enseñanzas:
FASES DEL CICLO LUNAR:
LUNA NUEVA: inicio, comienzo de un tiempo o proceso.
LUNA CRECIENTE: crecimiento, desarrollo de un proceso
LUNA LLENA: plenitud, cumplimiento de un proceso
LUNA MENGUANTE: juicio, evaluación y fin de un proceso

Estas cuatro (4) fases lunares, se dan en un período de treinta o veintiocho (28 = 4x7) días. Es decir
es un ciclo vital perfecto; que es mejor representado por el ciclo menstrual de la mujer, que
igualmente dura 28 días y que en el día 14 (7x2) es el día de la ovulación o la posibilidad de iniciar
una "nueva vida" en su vientre, mediante la unión sexual con su esposo (desde el reposo).

ESTACIONES DEL CICLO SOLAR:


PRIMAVERA: inicio, crecimiento, florecimiento y germinación (fecundidad)
VERANO: cosecha, regocijo y fuerza plena.
OTOÑO: evaluación, preparación para el juicio y juicio final
INVIERNO: muerte, reposo, fin de un ciclo de gobierno o administración

Estas cuatro (4) estaciones duran cada una tres (3) meses, en un período de doce (12) meses. Es
decir es un ciclo de gobierno terrenal divinamente ordenado o establecido para toda la humanidad
y creación en la tierra; y que influye en todos sus seres vivos y ecosistemas.

Ahora veamos otros ciclos de siete en el Calendario bíblico.

La quinta capa, que expresa el segundo ciclo de siete, lo representan las siete Fiestas solemnes de
Jehová (Levítico 23:1-44). Estas fiestas se dan en ciclos de siete durante los doce (algunas veces
trece) meses.

1era. Fiesta: La Pascua, el 14 del mes de Nisán (marzo-abril)

2da. Fiesta: Panes sin levadura, desde el 15 al 21 (7 días) del mes de Nisán (marzo-abril)

3era. Fiesta: Primicias, el 17 del mes de Nisán

4ta. Fiesta: Pentecostés, desde el día 17 de Nisán se cuentan siete semanas (Lit. siete sietes/
mayo-junio).

5ta. Fiesta: Trompetas, el 1 del mes de Etanim (Tishri/septiembre-octubre), pero se inicia un


período de nueve (9) días en los que el pueblo se preparaba espiritual, mental y emocionalmente
para la próxima fiesta.

6ta. Fiesta: Perdón o Expiación, el 10 del mes de Etanim (Tishri/septiembre-octubre)

7ma. Fiesta: Tabernáculos, el 15 al 21 (7 días) del mes de Etanim (Tishri/septiembre-octubre)


A partir de la Fiesta de los Tabernáculos, en el mes Etanim (Tishri), transcurren siete meses y se
celebra nuevamente la Fiesta de la Pascua. Pero a su vez, el 1 del mes Etanim marca también el
inicio del nuevo año civil, es decir inicia otro nuevo ciclo de sietes y de doce meses.

Así que podemos observar claramente cómo Dios realiza Sus actos creativos y de revelación en
ciclos de siete: El primer ciclo de siete son los Días de la Creación y el segundo ciclo de siete son
Sus Fiestas solemnes. Este mismo patrón de conducta divina, lo podemos observar en la revelación
profética y en el trato de Dios con su pueblo y las naciones:
- 70 (Ayin) años (shaná) decretó Dios que el reino del Sur fuera llevado cautivo a Babilonia (Jer.
25:1-14; 29:10-13)
- 70 (Ayin) semanas (shebuá/shabá) decretó Dios sobre la ciudad de Jerusalén y el reino del Sur,
aún antes que el pueblo regresara a las antiguas tierras de Judá y Benjamín (Dan. 9:20-27)
- En la revelación del libro de Apocalípsis, los ciclos de siete juicios (sellos, trompetas y copas) y la
presencia del siete en la revelación divina (candeleros, estrellas y ojos) es sencillamente
abrumadora. Dejo al lector a su propia lectura de este libro para que compruebe lo enunciado
anteriormente.

Hemos dicho que el número siete significa o representa el Tiempo de Dios, pero también Sus
actos, que son perfectos, se ejecutan en ciclos completos y en la plenitud de Su Tiempo.
Apocalípsis es la manifestación final de los actos redentores y los juicios de Dios sobre la presente
era (aión), para luego iniciar una nueva creación (un nuevo aión, Ap. 21:1).

La sexta capa, que representa el tercer ciclo de sietes, son los números y principios implicados en
la celebración de las Fiestas solemnes de Jehová. Cada fiesta representa un valor o la sumatoria de
valores numéricos, que transmiten un mensaje de Dios: Su voluntad para Su pueblo. Veamos:

LA PASCUA (Pesach), se celebra el 14 del mes primero, es decir: 7+7/1 ó 2x7/1 representa el
comienzo liberador y redentor de Dios. De esta fiesta podemos extraer el principio que "al igual
que nuestro Dios, nuestros actos o proyectos deben comenzar en el tiempo correcto". Enunciado:
Comienzo perfecto.

LOS PANES SIN LEVADURA (Hag HaMatzah), esta fiesta se celebra durante siete (7) días, en los días
15 al 21 del mes primero, es decir desde el día 15 (7+7+1) al 21 (7+7+7) en 7 (días)/ 1 (mes),
representa la purificación de todo pensamiento o motivación egoísta, de nuestro orgullo. El 7
representa el Tiempo de Dios, pero el 21, representa una cita o encuentro ordenado por Dios. El
principio que podemos extraer de esta fiesta es que "todo acto o proyecto que hagamos debemos
comenzarlo de la manera correcta, sin egoísmo ni orgullo en nuestros corazones, poniendo a Dios
en el centro de nuestra vida". Enunciado: Corazón perfecto.
LAS PRIMICIAS (Bikkurim), se celebra el día 17 del mes primero, es decir tres (3) días después de la
Pascua, en el día 17 (10+7), en el 1 (mes), representa los primeros frutos de la primera cosecha
(cebada), los primeros frutos de nuestra labor presentados ante Dios, evidenciando nuestra
intensión y deseo de poner a Dios de primero en nuestra vida, desde el principio de un nuevo ciclo
de vida o de tiempo. De esta fiesta podemos extraer el principio que "desde el comienzo de
nuestros actos y proyectos debemos poner a Dios de primero y le daremos los primeros resultados
(frutos) de esa labor a Él primero, antes que nada ni nadie". Enunciado: Administración perfecta.

LA COSECHA (Shavuot/Pentecostés), se celebra a los 50 días (ó 49 días 1 día) después de la Fiesta


de las Primicias, en el mes tercero, es decir en un ciclo de siete sietes (7 semanas) al día 50
(40+10)/3; representa la segunda fiesta de cosecha (trigo); y en lo espiritual representa el pan (la
revelación) que Dios provee para Su pueblo (en ese mes Dios entregó la Ley Éx. 19:1; y también
aconteció la venida del Espíritu Santo Hch. 2:1). De esta fiesta podemos extraer el principio que
"Dios desea que seamos fructíferos y prosperados en todo lo que hagamos (Sal. 1:1-3), pero
debemos vivir y hacer todo para la gloria de Su Nombre y en el tiempo correcto". Enunciado:
Cosecha en el tiempo perfecto.

LAS TROMPETAS (Yom Teruah/Shofarim), se celebra el día primero del mes séptimo; y se inicia con
el sonido de convocatoria de las trompetas (shofarim), es decir el día 1 del mes 7: 1/7; aunque la
fiesta duraba solamente un día, se proseguía con el toque de la trompeta por nueve días como
preparación a la Fiesta del Perdón (Expiación). De esta fiesta extraemos el principio que "Debemos
ser sensibles a la Voz de Dios, que nos invita a evaluarnos, a examinarnos, a arrepentirnos y
volvernos a Él, para que no suframos pérdida el Día de Su juicio". El mensaje es claro, después de
un ciclo de siete meses de labor Dios nos da la oportunidad de evaluar cómo está nuestro corazón;
si todavía después de siete meses tenemos un corazón sin egoísmo ni orgullo, un corazón
totalmente rendido a Dios. Enunciado: Purificación de la administración.

EL PERDÓN (Yom Kippur/Expiación), se celebra el décimo día del mes séptimo; y se inicia con el
sonido de convocatoria de la Gran trompeta, es decir el día 1 del mes 7: 10/7. Era la Fiesta
solemne más importante y reverente de todas, pues representaba el Día de juicio de Dios; el Sumo
sacerdote tenía que ofrecer una ofrenda por sus propios pecados y otra por el pecado de todo el
pueblo. Era un momento muy solemne y crítico para todo el pueblo de Israel, pues representaba la
posibilidad de un tiempo de perdón y de inicio de un nuevo ciclo de vida, de labor y servicio a Dios.
El principio que extraemos de esta Fiesta es que "Preséntate ante Dios, juzga tu vida y tu trabajo.
Dios no solamente juzgará los resultados de nuestra labor o negocios; sino que prestará atención a
nuestro corazón, a nuestro carácter. Él evaluará si dejamos que la levadura (impurezas) dominara
nuestras decisiones y acciones". Enunciado: Juicio y Recompensa.

LOS TABERNÁCULOS (Sukkot), se celebra el día quince (15) del mes séptimo; es decir el día 15
(7+7+1) de mes 7; y representa la recompensa y la bendición de Dios de morar en medio de Su
pueblo. La expresión literal es "Dios hace tienda (morada) en medio de Su pueblo". Después de
pasar por diez (10) tensos días de arrepentimiento, evaluación y juicio, Dios recompensa a Su
pueblo con la promesa que Él hará morada en medio de ellos, Él los hará el sitio de su habitación.
Esta es una gran fiesta de mucha celebración y regocijo familiar y comunitario, el pueblo se goza
en medio de la presencia de Su Dios. El principio que extraemos de esta fiesta es que "Dios nos
enseña que desde el principio Su diseño es que nosotros moremos con Él y Él con nosotros". Esta
fiesta cierra un ciclo pero realmente inicia otro; y subraya, enfatiza y resalta el primer principio de
la vida y de una sana administración: necesitamos entrar en el Tiempo de Dios, en Su reposo y
morar en Él; necesitamos conocer, entender e interpretar el Tiempo de Dios para nuestra vida, en
todas sus áreas. Enunciado: Reposo.

Dejo al lector la tarea de meditar en los números de los días y meses, en su significado y en sus
implicaciones (Ver la entrada "Los números y el Tiempo de Dios"
(http://haypazcondios.blogspot.com/2010/09/los-numeros-y-el-tiempo-de-dios_13.html).

Pero por ahora quisiera compartir lo evidente: la constante aparición de los números 1-7-10, que
significan respectivamente a Dios, el comienzo; el tiempo de Dios, plenitud, perfección; y ciclo,
administración. Es decir, este ciclo de fiestas apuntan a un orden administrativo en el tiempo
perfecto de Dios. Esto no lo podemos ignorar si queremos caminar y actuar en el orden, en la
esfera, en el tiempo y en la voluntad del reino de Dios.

Otra enseñanza evidente es que en este ciclo o administración divina de siete (7) meses (Nisán-
Etinam); hay siete (7) fiestas; hay dos (2) momentos de purificación (Panes sin levadura al principio
y Trompetas al final); y hay tres (3) cosechas, en tres (3) estaciones (cebada en primavera, trigo en
verano y frutas en otoño) y hay una (1) estación de descanso (invierno). O sea en un ciclo anual
(lunar-solar) de doce (12 gobierno) meses, hay siete (7) meses de labor creativa y fructífera y un
período de descanso de tres (3) meses.

También este ciclo de Fiestas nos ayudan a entender que el deseo de Dios es que estemos
continuamente en crecimiento, dando frutos y acercándonos más y más a Él. Y eso solo es posible
en la medida que nos acerquemos a Su amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, por medio de Su
Santo Espíritu (Jn. 15:7-8).

CONCLUSIÓN:
Medita en el Tiempo de Dios. Le recomiendo que use esta gráfica, para meditar en ella. Confío
que el Espíritu Santo de Dios, le guiará a las Sagradas Escrituras, para ilustrar y extraer muchas
lecciones de las historias y las enseñanzas expuestas en ella, que corroborarán y profundizarán lo
expuesto en esa gráfica sobre "Las estaciones de la vida".

Medita en Sus días, fiestas y ciclos


Planifica según Sus días, fiestas y ciclos

Siembra, Cosecha, Juzga y Descansa en Dios

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